Subido por Gonzalo Atenas Palacios

lutero

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TALLER 2
Nombres: Catalina Guzmán - Gonzalo Atenas
A partir de los fragmentos de las fuentes de la reforma de Lutero y la película “Lutero” (Eric Till,
2003), analice lo siguiente:
1.
Explique en qué consiste el proceso de Reforma durante el siglo XVI, examinando cuál es la
crítica que realiza Lutero a la Iglesia y analizando el problema de las indulgencias, los vicios y la
mundanidad. ¿De qué manera se busca retornar a una espiritualidad más pura?
Como punto introductorio, Martín Lutero empieza sus cuestionamientos a la iglesia cuando este hace
una lectura detenida de la biblia (considerando el factor de estudiante de Teología en un monasterio
agustino) y cuando este realiza un viaje hacia Roma, donde ve que en los círculos papales existe
corrupción y existe a la vista del público la venta de indulgencias por parte de la iglesia católica. Esto
comienza a agravarse cuando Lutero expone sus 95 tesis en las puertas de la Iglesia del Castillo,
donde sus tesis hacen crítica respecto a las prácticas de la iglesia. Si ahondamos más en la
problemática, vemos que el proceso de reforma emprendida por Lutero apuntaba en un principio
reformular la Iglesia Católica Romana en base a las circunstancias mencionadas, Es un hecho
indiscutible que Lutero no quería la división de la Iglesia, sino su reforma, puesto que él mismo lo
afirma en sus escritos. Por esta razón, había solicitado ya muy pronto la convocación de un concilio,
la máxima instancia de la Iglesia competente para ocuparse de una situación como esta. (Ramírez, A,
Martín Lutero y la reforma del cristianismo occidental, pág. 78) además, hay que considerar el factor
de la unidad eclesiástica y la iglesia en su totalidad como un factor determinante para la estabilidad de
los imperios y el orden público:
No se sabe que Lutero hubiera utilizado la noción de “protestantismo”: su proyecto era
propiamente un proyecto de reforma de la Iglesia y, de hecho, lo que conocemos como la
Reforma protestante es algo indisolublemente ligado con su nombre desde los orígenes. Se ha
dicho por eso, con cierta razón, que la Reforma es Lutero, lo que significa que sin Lutero no
es posible comprender lo que aconteció en el cristianismo de occidente desde el siglo XVI, no
solo porque él fue el que puso en movimiento este proceso, sino porque lo que este proceso
implica está profundamente relacionado con su persona, con su manera de pensar, con su
manera de vivir la fe cristiana. (Ramírez, A, Martín Lutero y la reforma del cristianismo
occidental, pág. 73)
Entonces, el proceso de reforma de Lutero apuntaba como un proyecto propio y dentro de la iglesia,
como una respuesta a una nueva forma de ejercer y expresar el cristianismo en base al ejercicio propio
de la espiritualidad (contraria a las formas materiales que promocionaba la iglesia, como por ejemplo
las indulgencias) y a la expansión de la palabra de Dios por medio del santo evangelio, lo cual Lutero
se preocupa bastante puesto que las personas no tenían acceso a la palabra de Dios sino solamente se
consigue por medio de un intermediario eclesiástico o la misma iglesia. Respecto al proceso de estas,
alcanzan su momento de tensión cuando sus ideas y escritos empiezan a ser difundidos por Alemania
y dentro del pueblo alemán, provocando exaltación y agitación popular (como es expuesto en la
película “Lutero” (Eric Till, 2003), Cuando Lutero debe intervenir frente a las acciones del profesor
Carlstadt, cuando este comienza a quemar iglesias, a romper vidrieras y a destrozar reliquias) y frente
a esto, Lutero debe buscar una forma de enmendar el caos, considerando que este no es proclive a la
violencia e insta a la nobleza a detener este tipo de acciones.
Ahondando en las principales problemáticas que Martín Lutero emplazará sus críticas (y en las que
posteriormente, sus críticas se verán fundamentada en las 95 tesis), encontramos estos puntos
relevantes:
-
-
-
Acumulación de capital y de tierras por parte de la iglesia, siendo en un principio, un acto
condenado por representantes de esta.
La venta de indulgencias, en la cual la iglesia al promover esta práctica, se buscaba que todo
cristiano debería comprar este tipo de certificado para el perdón de los pecados. Lutero tiene
una gran discrepancia respecto al papa León X, siendo este el responsable de la promoción de
indulgencias y a quién en parte, le dedica sus escritos. “¿Por qué el Papa, cuya fortuna es hoy
más abundante que la de los más opulentos ricos, no construye tan sólo una basílica de San
Pedro de su propio dinero, en lugar de hacerlo con el de los pobres creyentes?” (Lutero, Las
95 Tesis de Lutero, 1517)
Crisis al interior de la iglesia, lo que explica, la decadencia moral que la institución
eclesiástica posee. Respecto a esto, las actitudes y la corrupción dentro de los cargos
eclesiásticos dejan mucho que desear.
La autoridad papal, siendo este el único capaz de otorgar la salvación (por medio de indultos)
y validar otras formas de obtener la salvación de los pecados. Lutero es crítico de esto, porque
dice que la fe es la única vía de salvación y la biblia es el único referente respecto a la verdad.
(la biblia es la guía de los sujetos). Lutero nos menciona respecto a la tesis n° 35 respecto a la
fe y la culpa: “Cualquier cristiano verdaderamente arrepentido tiene derecho a la remisión
plenaria de pena y culpa, aun sin carta de indulgencias”.
Respecto al ejercicio de la espiritualidad, Lutero se muestra proclive a lo que se llama
“cristocentrismo” (el camino es Cristo, el hijo de Dios), donde el ejercicio cristiano es “lo que
conduce a la causa de cristo”, y esto es relevante, cuando en las escenas se nos muestra a un Lutero
diciéndolo a las personas que deben rechazar las indulgencias y los vicios, que el camino para obtener
el perdón y la salvación es teniendo fe en Cristo y poniendo a este como el camino hacia la salvación
y el perdón de los pecados. Además, en la reforma luterana, sólo son reconocidos 2 de los 7
sacramentos (Eucaristía y bautismo como únicos sacramentos válidos). Respecto a los fundamentos
teológicos, podemos mencionar que la teología es una lucha constante en el interior de consigo
mismo, una lucha junto a Dios:
El hombre espiritual, unido con Cristo por medio del bautismo y la cena, ahora puede
comprenderse como sacerdote. Pues, a juicio de Leppin, estar íntimamente unido a Cristo es
lo que según Lutero caracteriza al sacerdote. El sacerdocio de los bautizados y creyentes
lleva así a una democratización de la mística o, como dice Bernhardt Hamm, a una
“saludable mística básica para todos los cristianos” (Martin, H, ¿Mística en Lutero?, pág.
340).
Esto es relevante, al referirnos a que Martín Lutero al ser contrario a las indulgencias como un modo
de lucrar con la palabra de Dios (que debe ser otorgada por el evangelio y no por el obispado) y la
decadencia moral que ha tenido la institución eclesiástica, el intermediario y representante de Dios no
debiese ser la institución misma respecto a las prácticas en las que estos han incurrido y que la
validación de la palabra del santo evangelio y de la fe, es una cuestión en que los sujetos deben
incurrir porque se fundamenta en la relación sujeto-Dios y porque la teología al ser una lucha
constante, es la reflexión y purificación de los sujetos cuando estos ponen en el eje de su vida el
ejercicio de las motivaciones que llevó Cristo su misión en la tierra, se trata de seguir el ejemplo de
Cristo. Entonces, este ejercicio de la espiritualidad se fundamenta en la difusión de un cristianismo
con rasgos misionarios donde el fundamento se basa en seguir la palabra del santo evangelio (por este
fundamento se basa Lutero al traducir el nuevo testamento en la lengua germana, para que las
personas tuvieran acceso a la palabra de Dios y no se realizara por medio de un intermediario) y que
el camino de la salvación debe ser la fe, todo esto en relación al ejercicio de imitar el ejemplo de Jesús
y de poner a Dios como el guía de la construcción de los caminos de los sujetos. Además, el ejercicio
espiritual retorna características a lo que fue alguna vez el “cristianismo primitivo” donde lo
primordial era el ejercicio de interpretar la palabra por medio del evangelio (quizá el gran aporte de la
reforma luterana al cristianismo occidental, viene a ser la Biblia como única fuente de máxima
autoridad - la escritura) a lo cual, vemos que gran parte de lo que es su obra está enfocada a esta
particular visión, a esta necesidad de retomar como punto máximo de autoridad la palabra de Dios,
donde el eje central tiene que ver con la salvación (considerando que en parte, la crítica que se le
realiza a Lutero es la interpretación que hace respecto a cristianismo primitivo, siendo el eje central de
la reforma luterana es la palabra de Dios y la salvación, en el cristianismo primitivo estas últimas y las
buenas obras, hacen relación a la obligación de cumplir con los mandamientos de Dios)1 y en parte, se
asimila al cristianismo primitivo porque deja de lado los símbolos y la utilización de imágenes por
parte de la iglesia católica-romana , y existe la necesidad de ejercer la espiritualidad sin las trabas que
la iglesia ha entrometido durante el ejercicio de esta (considerando que Lutero se opone al celibato y
el Clero Regular) entonces, el acto de la fe sirve para lograr la salvación por sí sola, cualquier práctica
religiosa no tiene mayor relevancia.
Comencé a darme cuenta de que la justicia de Dios, es decir, de la fe, y que el significado de la
frase era el siguiente: por medio del evangelio se revela la justicia de Dios, o sea, la justicia
pasiva, en virtud de la cual Dios misericordioso nos justifica por la fe, conforme está escrito: «el
justo vive de la fe». Me sentí entonces un hombre renacido y vi que se me habían franqueado las
compuertas del paraíso. La Escritura entera se me apareció con cara nueva […] Desde aquel
instante, cuanto más intenso había sido mi odio anterior hacia la expresión «la justicia de Dios»,
con tanto más amor comencé a exaltar esta palabra infinitamente dulce. (Lutero, Prólogo a sus
Obras completas. En Lutero, Obras, I, Sígueme, Salamanca, 1977, pp.370-371)
2.
Explique cuáles son los intereses políticos de la Iglesia y los principados alemanes frente al
proceso de reforma, y qué consecuencias tiene la ruptura de la Iglesia por parte de los
protestantes.
Antes del proceso de reforma a la iglesia, cabe destacar que los poderes eclesiásticos y la institución
religiosa estaban pasando por una fuerte crisis dentro de su estructura y de quiénes eran representantes
o funcionarios de la iglesia, como los monjes, sacerdotes e incluso el mismo Papa dentro de la
jerarquía institucional, debido a que comenzaron a surgir fuertes críticas hacia ciertas prácticas de la
iglesia, principalmente prácticas lucrativas, donde se le culpaba de estar tomando un camino hacia el
pecado, la avaricia y convertirse en el anticristo por alejarse de los valores cristianos. Uno de sus
principales detractores fue Martín Lutero un teólogo alemán que tenía una visión muy crítica sobre la
iglesia, teniendo un discurso con un fuerte rechazo hacia esta institución y su organismo interno
debido a su carácter corrupto y contradictorio, por lo que Lutero desea restituir la concepción del
cristianismo, el cual para él había sido desvirtuado a través del tiempo.
1
Véase http://www.elcristianismoprimitivo.com/cuandonuev16.htm.
La iglesia tras recibir el rechazo y las críticas no sólo de Lutero y de otros estudiosos, sino también de
sus propios fieles, de la sociedad en su conjunto quienes ya no se sentían representados por la Iglesia,
se vieron en la necesidad de hacer frente ante esta crisis, por lo que fue necesario implementar
reformas dentro de la iglesia con la finalidad de recuperar la unidad que estaba siendo quebrantada,
hacer que la población volviera a creer y a respetar a la iglesia, es decir, volver a legitimar su poder,
hegemonía y control dentro de la sociedad, que eran sus principales intereses políticos, además de
fines económicos que estaban siendo cuestionados como la práctica de las indulgencias, por ende la
iglesia debió reformar sus conductas, su organización y toda su estructura interna para volver a
consolidarse como un pilar fundamental de la vida social, de la política y de la religión.
Sin embargo fue inevitable la división que se produjo dentro de la institución, por lo que la iglesia
tradicional dejó de concentrar el poder y hegemonía, dando paso a un nuevo carácter de la iglesia, de
uno universal a uno nacional y la creación de nuevas iglesias y el fortalecimiento de poder por parte
de otras autoridades, como los príncipes en Alemania por ejemplo, quienes se comenzaban a ver como
agentes de dios y figuras indispensables para fortalecer la fe y la religión dentro de la formación de
sus reinos y posteriormente Estados. Tal como se muestra en el siguiente fragmento
“En estas circunstancias, un príncipe tiene que considerarse un agente de Dios. Es la hora de
la espada y de la cólera, y no la hora de la gracia… Estos tiempos son tan extraños, que un
príncipe puede muy bien conseguir el reino de los cielos derramando sangre mejor que otros
a base de rezar… Pero hay también mucha gente buena que contra su voluntad se enrola en
la «liga» diabólica… Por eso, queridos señores, ¡liberad, salvad, ayudad a esta pobre gente,
tened piedad de ella! Y que quien pueda, ¡pinche, raje, golpee, estrangule! Bienaventurado
tú, si en la empresa tienes que perder la vida; jamás alcanzarás muerte más dichosa (Lutero,
Contra las hordas ladronas y asesinas. En Obras, 275-276)
Con esta cita podemos ver como los principados alemanes empiezan a tomar protagonismo no sólo en
el ámbito político, sino en el plano social y religioso, por lo que sus intereses y poderes se expanden,
teniendo la misión de restituir el sentido de la fe, y la facultad de organizar el anuncio de la palabra de
Dios. Por lo que su foco de interés político es el control social, restablecer la fe y la religión en las
personas y de esta forma mantener el dominio de su principado, alejándose de posibles divisiones y
conflictos en la sociedad, por lo que la estabilidad tenía gran relación en fortalecer la unidad, donde el
mayor punto de encuentro social era a través de la religión.
Dentro de las consecuencias que se produjeron durante la reforma fue la ruptura de la iglesia y el
desmembramiento de la unidad religiosa, por lo que se generó un cambio de mentalidad en la
sociedad, nuevas voces que estaban representando los cambios de paradigma religioso como Martín
Lutero, donde se forman las bases del protestantismo y la iglesia luterana, las nuevas concepciones
que trajo el pensamiento luterano se fue masificando en los países europeos donde se hicieron
diversas reformas como ocurrió en Suiza con el reformador Ulrico Zwinglio quien también se oponía
al perdón y la salvación a través de las indulgencias, por lo que creía que el perdón y la salvación no
estaba en la compra de indulgencias, sino en el apego hacia Dios, ya que sólo él tiene la facultad de
perdonar los pecados por medio de Jesucristo, donde la fe otorga la gracia y perdona el pecado. Otro
reformador fue Juan Calvino, quien introdujo el calvinismo con el objetivo de regenerar la iglesia y el
mundo, debido a la desviación de la iglesia hacia la corrupción y una ofensa hacia los valores de Dios,
por lo que en distintos países de Europa surgieron concepciones que se desligaba de la iglesia
tradicional, donde se buscaba la reformulación del cristianismo y de la fe a través de distintos
mecanismos como por ejemplo, reinterpretar las escrituras y masificarlas a la población, donde el
acceso al conocimiento bíblico no fuera solo para los funcionarios eclesiásticos institucionales, sino
más bien para todo el pueblo, donde se buscaba el acercamiento a la fe y a Dios de forma autónoma,
sin la necesidad de depender de las iglesias ni de los altos cargos religiosos, sino que el acercamiento
fuera desde sus propias vidas cotidianas y en todo momento y lugar en el que se encontraran.
La ruptura no sólo fue a nivel religioso, sino que repercutió en lo social y en lo político, dentro de las
consecuencias políticas, podemos observar las que ocurrieron dentro de los principados, donde los
príncipes asumieron un rol importante al momento de fortalecer la fe dentro de sus pueblos. Esto
sucede durante el exilio de Lutero, a causa de sus escritos que cuestionaban a la iglesia, lo llevaron a
ser acusado de “hereje” por el Papa León X, donde el poder imperial se hace presente ante la protesta
de Lutero y es convocado a la dieta de Worms en 1521, una asamblea constituida por príncipes del
conglomerado político del Sacro Imperio Romano Germánico, donde se reunieron para debatir
diversos temas, dentro de ellos, el protestantismo después de que Martín Lutero plasmar sus
postulados en las 95 tesis que colgaría en la puerta de la Iglesia de Wittenberg (1517), con el objetivo
de que Lutero se retractara de sus postulados, sin embargo, siguió manteniendo y defendiendo su
postura, como consecuencia el emperador lo destierra y Lutero debe buscar refugio. Aquí es donde los
príncipes comienzan a asumir protagonismo, ya que, tras el destierro del teólogo es protegido y
recibido por el príncipe Federico III de Sajonia, Lutero permanece en Sajonia y de dedica a traducir la
biblia al Alemán, generando nuevos adeptos y diversas interpretaciones del texto bíblico, los príncipes
empiezan a hacerse responsables de recuperar la estabilidad de sus dominios y de su pueblo, a través
de la fe y la religión, por lo que trae como consecuencia la concentración de mayor poder político y
social para la figura del príncipe, viéndose como una autoridad que es un guía de la palabra de Dios,
que debe ser respetado y legitimado por la sociedad. Además, su poder se complementa en conjunto
con las iglesias luteranas y el protestantismo, en pos de reformar las bases religiosas y mantener el
control social.
En consecuencia de la reforma, y la masificación del protestantismo y el calvinismo principalmente,
surge la contrarreforma por parte de la iglesia católica, que tiene como finalidad recuperar la unidad
de la cristiandad y volver a los valores de Jesucristo, la humildad, llevar una vida desprendida de los
bienes materiales, ayudar a quienes lo necesitan, a los pobres y entregarles alimento sin cobrar por
ellos como la carne y el vino, valores de los cuales se habían alejado, a través del lucro y ambiciones
económicas que fueron castigadas por la sociedad y las nuevas religiones creadas.
Para esto la iglesia católica implementa ciertas modificaciones, a través de la construcción de nuevos
centros eclesiásticos de formación sacerdotal, de iglesias, el impulso al culto de los santos y la
creación de órdenes religiosas para extender la fe. Un ejemplo de esto es la “Compañía de Jesús” que
tenía la misión particular de evangelizar y de educar para “salvar las almas y guiar el rebaño de Dios”,
luchando en contra de la herejía y los infieles, por lo que esta orden tenía un sentido misional y
pedagógico para difundir la fe. Finalmente en 1545 se realizó el concilio en Trento por Paulo III, el
que tenía como propósito restablecer la unidad cristiana, por medio de una reforma real y profunda de
la iglesia, donde se busca exaltar la fe y la religión cristiana, extirpar las herejías, lograr la paz y la
unión de la Iglesia, por ende, se encuentran en oposición a la visión protestante de la salvación de
forma autónoma y a través de la fe o la facultad de las personas de predicar la palabra de Dios, sin la
necesidad de tener un cargo eclesiástico. Tal como se señala en uno de los sacramentos del concilio de
Trento “Si alguien dice que todos los cristianos tienen autoridad y poder para pronunciar la palabra
de Dios y administrar los sacramentos, que eso sea declarado anatema” (Ses. VII, can. 1). Esto
quiere decir que cualquier persona que se sienta con la facultad de predicar en nombre de Dios será
excomulgado.
“Fue el concilio de Trento el acto más importante de la Contrarreforma. Iniciado en 1545
por el papa Paulo III, fue convocado para buscar soluciones a los grandes problemas que
arrastraba la Iglesia: la cuestión protestante, la definición del dogma y la reforma moral y
disciplinaria del clero. En el primer objetivo, fue un fracaso total, puesto que no consiguió la
reconciliación con los protestantes. En las demás cuestiones, sin embargo, sí que se
produjeron importantes avances, sobre todo en el campo educativo. En el aspecto doctrinal,
se condenaron las posiciones protestantes, se reforzó la autoridad del papa y de la
Inquisición, se crearon índices de libros prohibidos. La reforma del clero también fue
significativa, cortando sus abusos y creando los seminarios para la formación de sacerdotes”
(Sánchez Miguel, “Implicaciones educativas de la Reforma y Contrarreforma en la Europa
del Renacimiento”, 226)
Finalmente por medio de este texto, podemos observar las consecuencias que trajo la reforma
implementada por Lutero, Juan Calvino y otros teóricos, que se opusieron y criticaron las prácticas
realizadas por la iglesia y el rumbo que había tomado la organización eclesiástica en torno a la fe y la
salvación, donde la codicia fue uno de los principales males que se buscó combatir por parte del
protestantismo y de otras religiones que deseaban volver a los valores cristianos entregados por
Jesucristo y sus acciones en la vida cotidiana dentro de la sociedad, además de acercar a la población
a leer la biblia, analizarla y comprenderla mediante sus propias interpretaciones, además de tener la
libertad de obtener la salvación por medio de ellos mismos y de tener la palabra de Dios, sólo por el
hecho de ser creyentes, junto con entregarles facultades a los poderes políticos en asumir la
responsabilidad que la iglesia no estaba satisfaciendo en la sociedad, por lo que los príncipes se
convirtieron en una pieza fundamental de la restitución de la fe y el cristianismo. La iglesia católica,
sin embargo se negó a aceptar el protestantismo, siendo necesario hacerle frente a la crisis que estaba
viviendo, por lo que se genera la contrarreforma, para frenar el avance de las nuevas religiones, de
esta forma se termina por desintegrar la unidad cristiana, pese a todos sus esfuerzos la iglesia se
desarticuló y se iniciaron distintas ramas religiosas, cada cual con sus propias concepciones y
prácticas en base a sus intereses y su forma de pensamiento, lo que va a derivar en la instauración de
la inquisición, el adoctrinamiento, enfrentamientos y conflictos sociales, construcción de nuevas
edificaciones y órdenes religiosas, la adopción del arte barroco y la persecución y castigo ante
cualquier persona que cuestionara la iglesia y se opusiera a la religión oficial cristiana. Lo cual
terminó en miles de muertes, persecuciones y castigos sumamente crueles hacia las personas que no
adoptaran la religión cristiana, además de ser uno de los antecedentes importantes dentro del inicio de
la época moderna y de la creación de los Estados Nacionales.
Bibliografía
BAADER, B. (2015). MARTIN LUTERO Y LA ABOLICIÓN DEL CRISTO. Pontificia Universidad
Católica de Valparaíso. Pág. 35-71
Barth, H.-M. (2017). ¿Mística en Lutero? Universidad de Marburg. Pág. 336-348
Ramírez, A. (2014). Martín Lutero y la reforma. Universidad Santo Tomás. Pág. 65-85
Till, E. (Dirección). (2003). Lutero [Película].
Las 95 Tesis de Lutero. En: http://webs.advance.com.ar/pfernando/DocsIglMod/Lutero_95tesis.html
Martin, L (1525). Contra las hordas ladronas y asesinas. En Obras, pág. 275-276
Sánchez, M. (2010) IMPLICACIONES EDUCATIVAS DE LA REFORMA Y
CONTRARREFORMA EN LA EUROPA DEL RENACIMIENTO. Universidad de Extremadura.
Pág. 215-236.
Lutero, Prólogo a sus Obras completas. En Lutero, Obras, I, Sígueme, Salamanca, 1977, pp.370-371.
Aspectos a evaluar:
1.
Explica en qué consiste el proceso de Reforma durante el siglo XVI y cuál es la
crítica que realiza Lutero a la Iglesia
1 punto
2.
Analiza el problema de las indulgencias, los vicios y la mundanidad, y la búsqueda
de una espiritualidad más pura
1 punto
3.
Explica cuáles son los intereses políticos de la Iglesia y los principados alemanes
frente al proceso de reforma
1 punto
4.
Explica qué consecuencias tiene la ruptura de la Iglesia por parte de los protestantes.
1 punto
5.
Utiliza 3 fuentes para el análisis histórico y escenas de la película (citando y
analizando críticamente los documentos)
1 punto
6.
Realiza un análisis crítico y reflexivo, estableciendo una mirada problemática, basada
en discusiones y análisis de conceptos
1 punto
7.
Redacción y Ortografía
1 punto
FUENTES
La justicia de Dios
Comencé a darme cuenta de que la justicia de Dios, es decir, de la fe, y que el significado de la
frase era el siguiente: por medio del evangelio se revela la justicia de Dios, o sea, la justicia pasiva, en
virtud de la cual Dios misericordioso nos justifica por la fe, conforme está escrito: «el justo vive de la
fe». Me sentí entonces un hombre renacido y vi que se me habían franqueado las compuertas del
paraíso. La Escritura entera se me apareció con cara nueva […] Desde aquel instante, cuanto más
intenso había sido mi odio anterior hacia la expresión «la justicia de Dios», con tanto más amor
comencé a exaltar esta palabra infinitamente dulce.
Lutero, Prólogo a sus Obras completas. En Lutero, Obras, I, Sígueme, Salamanca, 1977, pp.370-371
La crítica a las indulgencias
Hay que enseñar a los cristianos que, si el papa fuese consciente de las exacciones cometidas por
los predicadores de indulgencias, preferiría que la basílica de san Pedro se convirtiera en cenizas antes
que edificarla a costa de la piel, de la carne y de los huesos de sus ovejas
Lutero, Obras, Sígueme, Salamanca, 1977, 64-69
Lutero ante la dieta de Worms
Al menos que se me convenza por testimonio de la Escritura o por razones evidentes –puesto que
no creo en el papa ni en los concilios sólo, ya que está claro que se han equivocado con frecuencia y
se han contradicho entre ellos mismos-, estoy encadenado por los textos escriturísticos que he citado y
mi conciencia es una cautiva de la palabra de Dios. No puedo, ni quiero retractarme en nada, porque
no es seguro ni honesto actuar contra la propia conciencia. Que Dios me ayude. Amen
Lutero, Discurso pronunciado en la dieta de Worms. En Obras, 175
Lutero incita a los príncipes que defiendan la fe
En estas circunstancias, un príncipe tiene que considerarse un agente de Dios. Es la hora de la espada
y de la cólera, y no la hora de la gracia… Estos tiempos son tan extraños, que un príncipe puede muy
bien conseguir el reino de los cielos derramando sangre mejor que otros a base de rezar… Pero hay
también mucha gente buena que contra su voluntad se enrola en la «liga» diabólica… Por eso,
queridos señores, ¡liberad, salvad, ayudad a esta pobre gente, tened piedad de ella! Y que quien pueda,
¡pinche, raje, golpee, estrangule! Bienaventurado tú, si en la empresa tienes que perder la vida; jamás
alcanzarás muerte más dichosa.
Lutero, Contra las hordas ladronas y asesinas. En Obras, 275-276
Las 95 tesis de Martín Lutero
Por amor a la verdad y en el afán de sacarla a luz, se discutirán en Wittenberg las siguientes
proposiciones bajo la presidencia del R. P. Martín Lutero, Maestro en Artes y en Sagrada Escritura y
Profesor Ordinario de esta última disciplina en esa localidad. Por tal razón, ruega que los que no
puedan estar presentes y debatir oralmente con nosotros, lo hagan, aunque ausentes, por escrito. En el
nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
1. Cuando nuestro Señor y Maestro Jesucristo dijo: "Haced penitencia...", ha querido que toda la
vida de los creyentes fuera penitencia.
2. Este término no puede entenderse en el sentido de la penitencia sacramental (es decir, de
aquella relacionada con la confesión y satisfacción) que se celebra por el ministerio de los
sacerdotes.
3. Sin embargo, el vocablo no apunta solamente a una penitencia interior; antes bien, una
penitencia interna es nula si no obra exteriormente diversas mortificaciones de la carne.
4. En consecuencia, subsiste la pena mientras perdura el odio al propio yo (es decir, la verdadera
penitencia interior), lo que significa que ella continúa hasta la entrada en el reino de los cielos.
5. El Papa no quiere ni puede remitir culpa alguna, salvo aquella que él ha impuesto, sea por su
arbitrio, sea por conformidad a los cánones.
6. El Papa no puede remitir culpa alguna, sino declarando y testimoniando que ha sido remitida
por Dios, o remitiéndola con certeza en los casos que se ha reservado. Si éstos fuesen
menospreciados, la culpa subsistirá íntegramente.
7. De ningún modo Dios remite la culpa a nadie, sin que al mismo tiempo lo humille y lo someta
en todas las cosas al sacerdote, su vicario.
8. Los cánones penitenciales han sido impuestos únicamente a los vivientes y nada debe ser
impuesto a los moribundos basándose en los cánones.
9. Por ello, el Espíritu Santo nos beneficia en la persona del Papa, quien en sus decretos siempre
hace una excepción en caso de muerte y de necesidad.
10. Mal y torpemente proceden los sacerdotes que reservan a los moribundos penas canónicas en
el purgatorio.
11. Esta cizaña, cual la de transformar la pena canónica en pena para el purgatorio, parece por
cierto haber sido sembrada mientras los obispos dormían.
12. Antiguamente las penas canónicas no se imponían después sino antes de la absolución, como
prueba de la verdadera contrición.
13. Los moribundos son absueltos de todas sus culpas a causa de la muerte y ya son muertos para
las leyes canónicas, quedando de derecho exentos de ellas.
14. Una pureza o caridad imperfectas traen consigo para el moribundo, necesariamente, gran
miedo; el cual es tanto mayor cuanto menor sean aquéllas.
15. Este temor y horror son suficientes por sí solos (por no hablar de otras cosas) para constituir
la pena del purgatorio, puesto que están muy cerca del horror de la desesperación.
16. Al parecer, el infierno, el purgatorio y el cielo difieren entre sí como la desesperación, la cuasi
desesperación y al seguridad de la salvación.
17. Parece necesario para las almas del purgatorio que a medida que disminuya el horror,
aumente la caridad.
18. Y no parece probado, sea por la razón o por las Escrituras, que estas almas estén excluidas del
estado de mérito o del crecimiento en la caridad.
19. Y tampoco parece probado que las almas en el purgatorio, al menos en su totalidad, tengan
plena certeza de su bienaventuranza ni aún en el caso de que nosotros podamos estar
completamente seguros de ello.
20. Por tanto, cuando el Papa habla de remisión plenaria de todas las penas, significa simplemente
el perdón de todas ellas, sino solamente el de aquellas que él mismo impuso.
21. En consecuencia, yerran aquellos predicadores de indulgencias que afirman que el hombre es
absuelto a la vez que salvo de toda pena, a causa de las indulgencias del Papa.
22. De modo que el Papa no remite pena alguna a las almas del purgatorio que, según los
cánones, ellas debían haber pagado en esta vida.
23. Si a alguien se le puede conceder en todo sentido una remisión de todas las penas, es seguro
que ello solamente puede otorgarse a los más perfectos, es decir, muy pocos.
24. Por esta razón, la mayor parte de la gente es necesariamente engañada por esa indiscriminada
y jactanciosa promesa de la liberación de las penas.
25. El poder que el Papa tiene universalmente sobre el purgatorio, cualquier obispo o cura lo
posee en particular sobre su diócesis o parroquia.
26. Muy bien procede el Papa al dar la remisión a las almas del purgatorio, no en virtud del poder
de las llaves (que no posee), sino por vía de la intercesión.
27. Mera doctrina humana predican aquellos que aseveran que tan pronto suena la moneda que se
echa en la caja, el alma sale volando.
28. Cierto es que, cuando al tintinear, la moneda cae en la caja, el lucro y la avaricia pueden ir en
aumento, más la intercesión de la Iglesia depende sólo de la voluntad de Dios.
29. ¿Quién sabe, acaso, si todas las almas del purgatorio desean ser redimidas? Hay que recordar
lo que, según la leyenda, aconteció con San Severino y San Pascual.
30. Nadie está seguro de la sinceridad de su propia contrición y mucho menos de que haya
obtenido la remisión plenaria.
31. Cuán raro es el hombre verdaderamente penitente, tan raro como el que en verdad adquiere
indulgencias; es decir, que el tal es rarísimo.
32. Serán eternamente condenados junto con sus maestros, aquellos que crean estar seguros de su
salvación mediante una carta de indulgencias.
33. Hemos de cuidarnos mucho de aquellos que afirman que las indulgencias del Papa son el
inestimable don divino por el cual el hombre es reconciliado con Dios.
34. Pues aquellas gracias de perdón sólo se refieren a las penas de la satisfacción sacramental, las
cuales han sido establecidas por los hombres.
35. Predican una doctrina anticristiana aquellos que enseñan que no es necesaria la contrición
para los que rescatan almas o confessionalia.
36. Cualquier cristiano verdaderamente arrepentido tiene derecho a la remisión plenaria de pena y
culpa, aun sin carta de indulgencias.
37. Cualquier cristiano verdadero, sea que esté vivo o muerto, tiene participación en todos los
bienes de Cristo y de la Iglesia; esta participación le ha sido concedida por Dios, aun sin
cartas de indulgencias.
38. No obstante, la remisión y la participación otorgadas por el Papa no han de menospreciarse en
manera alguna, porque, como ya he dicho, constituyen un anuncio de la remisión divina.
39. Es dificilísimo hasta para los teólogos más brillantes, ensalzar al mismo tiempo, ante el
pueblo. La prodigalidad de las indulgencias y la verdad de la contrición.
40. La verdadera contrición busca y ama las penas, pero la profusión de las indulgencias relaja y
hace que las penas sean odiadas; por lo menos, da ocasión para ello.
41. Las indulgencias apostólicas deben predicarse con cautela para que el pueblo no crea
equivocadamente que deban ser preferidas a las demás buenas obras de caridad.
42. Debe enseñarse a los cristianos que no es la intención del Papa, en manera alguna, que la
compra de indulgencias se compare con las obras de misericordia.
43. Hay que instruir a los cristianos que aquel que socorre al pobre o ayuda al indigente, realiza
una obra mayor que si comprase indulgencias.
44. Porque la caridad crece por la obra de caridad y el hombre llega a ser mejor; en cambio, no lo
es por las indulgencias, sino a lo mas, liberado de la pena.
45. Debe enseñarse a los cristianos que el que ve a un indigente y, sin prestarle atención, da su
dinero para comprar indulgencias, lo que obtiene en verdad no son las indulgencias papales,
sino la indignación de Dios.
46. Debe enseñarse a los cristianos que, si no son colmados de bienes superfluos, están obligados
a retener lo necesario para su casa y de ningún modo derrocharlo en indulgencias.
47. Debe enseñarse a los cristianos que la compra de indulgencias queda librada a la propia
voluntad y no constituye obligación.
48. Se debe enseñar a los cristianos que, al otorgar indulgencias, el Papa tanto más necesita
cuanto desea una oración ferviente por su persona, antes que dinero en efectivo.
49. Hay que enseñar a los cristianos que las indulgencias papales son útiles si en ellas no ponen
su confianza, pero muy nocivas si, a causa de ellas, pierden el temor de Dios.
50. Debe enseñarse a los cristianos que si el Papa conociera las exacciones de los predicadores de
indulgencias, preferiría que la basílica de San Pedro se redujese a cenizas antes que
construirla con la piel, la carne y los huesos de sus ovejas.
51. Debe enseñarse a los cristianos que el Papa estaría dispuesto, como es su deber, a dar de su
peculio a muchísimos de aquellos a los cuales los pregoneros de indulgencias sonsacaron el
dinero aun cuando para ello tuviera que vender la basílica de San Pedro, si fuera menester.
52. Vana es la confianza en la salvación por medio de una carta de indulgencias, aunque el
comisario y hasta el mismo Papa pusieran su misma alma como prenda.
53. Son enemigos de Cristo y del Papa los que, para predicar indulgencias, ordenan suspender por
completo la predicación de la palabra de Dios en otras iglesias.
54. Oféndese a la palabra de Dios, cuando en un mismo sermón se dedica tanto o más tiempo a
las indulgencias que a ella.
55. Ha de ser la intención del Papa que si las indulgencias (que muy poco significan) se celebran
con una campana, una procesión y una ceremonia, el evangelio (que es lo más
importante)deba predicarse con cien campanas, cien procesiones y cien ceremonias.
56. Los tesoros de la iglesia, de donde el Papa distribuye las indulgencias, no son ni
suficientemente mencionados ni conocidos entre el pueblo de Dios.
57. Que en todo caso no son temporales resulta evidente por el hecho de que muchos de los
pregoneros no los derrochan, sino más bien los atesoran.
58. Tampoco son los méritos de Cristo y de los santos, porque éstos siempre obran, sin la
intervención del Papa, la gracia del hombre interior y la cruz, la muerte y el infierno del
hombre exterior.
59. San Lorenzo dijo que los tesoros de la iglesia eran los pobres, mas hablaba usando el término
en el sentido de su época.
60. No hablamos exageradamente si afirmamos que las llaves de la iglesia (donadas por el mérito
de Cristo) constituyen ese tesoro.
61. Esta claro, pues, que para la remisión de las penas y de los casos reservados, basta con la sola
potestad del Papa.
62. El verdadero tesoro de la iglesia es el sacrosanto evangelio de la gloria y de la gracia de Dios.
63. Empero este tesoro es, con razón, muy odiado, puesto que hace que los primeros sean
postreros.
64. En cambio, el tesoro de las indulgencias, con razón, es sumamente grato, porque hace que los
postreros sean primeros.
65. Por ello, los tesoros del evangelio son redes con las cuales en otros tiempos se pescaban a
hombres poseedores de bienes.
66. Los tesoros de las indulgencias son redes con las cuales ahora se pescan las riquezas de los
hombres.
67. Respecto a las indulgencias que los predicadores pregonan con gracias máximas, se entiende
que efectivamente lo son en cuanto proporcionan ganancias.
68. No obstante, son las gracias más pequeñas en comparación con la gracia de Dios y la piedad
de la cruz.
69. Los obispos y curas están obligados a admitir con toda reverencia a los comisarios de las
indulgencias apostólicas.
70. Pero tienen el deber aún más de vigilar con todos sus ojos y escuchar con todos sus oídos,
para que esos hombres no prediquen sus propios ensueños en lugar de lo que el Papa les ha
encomendado.
71. Quién habla contra la verdad de las indulgencias apostólicas, sea anatema y maldito.
72. Mas quien se preocupa por los excesos y demasías verbales de los predicadores de
indulgencias, sea bendito.
73. Así como el Papa justamente fulmina excomunión contra los que maquinan algo, con
cualquier artimaña de venta en perjuicio de las indulgencias.
74. Tanto más trata de condenar a los que bajo el pretexto de las indulgencias, intrigan en
perjuicio de la caridad y la verdad.
75. Es un disparate pensar que las indulgencias del Papa sean tan eficaces como para que puedan
absolver, para hablar de algo imposible, a un hombre que haya violado a la madre de Dios.
76. Decimos por el contrario, que las indulgencias papales no pueden borrar el más leve de los
pecados veniales, en concierne a la culpa.
77. Afirmar que si San Pedro fuese Papa hoy, no podría conceder mayores gracias, constituye una
blasfemia contra San Pedro y el Papa.
78. Sostenemos, por el contrario, que el actual Papa, como cualquier otro, dispone de mayores
gracias, saber: el evangelio, las virtudes espirituales, los dones de sanidad, etc., como se dice
en 1ª de Corintios 12.
79. Es blasfemia aseverar que la cruz con las armas papales llamativamente erecta, equivale a la
cruz de Cristo.
80. Tendrán que rendir cuenta los obispos, curas y teólogos, al permitir que charlas tales se
propongan al pueblo.
81. Esta arbitraria predicación de indulgencias hace que ni siquiera, aun para personas cultas,
resulte fácil salvar el respeto que se debe al Papa, frente a las calumnias o preguntas
indudablemente sutiles de los laicos.
82. Por ejemplo: ¿Por qué el Papa no vacía el purgatorio a causa de la santísima caridad y la muy
apremiante necesidad de las almas, lo cual sería la más justa de todas las razones si él redime
un número infinito de almas a causa del muy miserable dinero para la construcción de la
basílica, lo cual es un motivo completamente insignificante?
83. Del mismo modo: ¿Por qué subsisten las misas y aniversarios por los difuntos y por qué el
Papa no devuelve o permite retirar las fundaciones instituidas en beneficio de ellos, puesto
que ya no es justo orar por los redimidos?
84. Del mismo modo: ¿Qué es esta nueva piedad de Dios y del Papa, según la cual conceden al
impío y enemigo de Dios, por medio del dinero, redimir un alma pía y amiga de Dios, y por
que no la redimen más bien, a causa de la necesidad, por gratuita caridad hacia esa misma
alma pía y amada?
85. Del mismo modo: ¿Por qué los cánones penitenciales que de hecho y por el desuso desde hace
tiempo están abrogados y muertos como tales, se satisfacen no obstante hasta hoy por la
concesión de indulgencias, como si estuviesen en plena vigencia?
86. Del mismo modo: ¿Por qué el Papa, cuya fortuna es hoy más abundante que la de los más
opulentos ricos, no construye tan sólo una basílica de San Pedro de su propio dinero, en lugar
de hacerlo con el de los pobres creyentes?
87. Del mismo modo: ¿Qué es lo que remite el Papa y qué participación concede a los que por
una perfecta contrición tienen ya derecho a una remisión y participación plenarias?
88. Del mismo modo: ¿Que bien mayor podría hacerse a la iglesia si el Papa, como lo hace ahora
una vez, concediese estas remisiones y participaciones cien veces por día a cualquiera de los
creyentes?
89. Dado que el Papa, por medio de sus indulgencias, busca más la salvación de las almas que el
dinero, ¿por qué suspende las cartas e indulgencias ya anteriormente concedidas, si son
igualmente eficaces?
90. Reprimir estos sagaces argumentos de los laicos sólo por la fuerza, sin desvirtuarlos con
razones, significa exponer a la Iglesia y al Papa a la burla de sus enemigos y contribuir a la
desdicha de los cristianos.
91. Por tanto, si las indulgencias se predicasen según el espíritu y la intención del Papa, todas
esas objeciones se resolverían con facilidad o más bien no existirían.
92. Que se vayan, pues todos aquellos profetas que dicen al pueblo de Cristo: "Paz, paz"; y no
hay paz.
93. Que prosperen todos aquellos profetas que dicen al pueblo: "Cruz, cruz" y no hay cruz.
94. Es menester exhortar a los cristianos que se esfuercen por seguir a Cristo, su cabeza, a través
de penas, muertes e infierno.
95. Y a confiar en que entrarán al cielo a través de muchas tribulaciones, antes que por la ilusoria
seguridad de paz.
Wittenberg, 31 de octubre de 1517.
Las 95 Tesis de Lutero. En: http://webs.advance.com.ar/pfernando/DocsIglMod/Lutero_95tesis.html
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