I.E.P.P. “MUNDO MEJOR” CUARTO GRADO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA CIENCIAS SOCIALES APRENDIZAJE ESPERADO Explica hechos, procesos o problemas históricos comprendidos desde la Segunda Revolución Industrial hasta la Primera Guerra Mundial y desde el primer militarismo en el Perú hasta la República Aristocrática, a partir de evidencias diversas y el planteamiento de hipótesis, utilizando términos históricos. Una de las ideas motoras de la evolución política del siglo XIX fue el nacionalismo. El término nación integró e identificó a las comunidades con su idioma, su historia y sus tradiciones comunes, y que aspiraban lograr una independencia política. Napoleón despertó la inquietud nacionalista en alemanes, polacos e italianos, tanto al atacar las viejas monarquías como al invadir esos países. El movimiento nacionalista se opuso a los grandes imperios y a los monarcas absolutos, proclamando la soberanía nacional como expresión de libertad. Hacia fines de siglo, la competencia entre países industrializados llevó a que las posiciones nacionalistas tendieran hacia una actitud exagerada, propugnando el sentimiento de superioridad colectiva y agresión a lo foráneo. Estas posiciones amenazantes y belicistas contribuyeron al estallido de la Primera Guerra Mundial. Podemos encontrar dos tipos de nacionalismos: LA RESTAURACIÓN El regreso al Absolutismo Período comprendido entre la definitiva caída de Napoleón (1815) y el inicio del proceso revolucionario de 1830. En Europa esta etapa se caracterizó por el intento de recomposición del Antiguo Régimen, algo que sus partidarios no consiguieron sino de forma limitada. Características La vuelta a los principios del equilibrio europeo quebrantados por la Revolución Francesa y la política expansionista de Napoleón: Principio monárquico de legitimidad y el Principio de equilibrio. El intento de reafirmación del Antiguo Régimen que se asentaban en el absolutismo monárquico y la preponderancia socioeconómica de los viejos grupos privilegiados. La creación de un ambiente contrarrevolucionario que negaba la limitación de poder de los monarcas e impedía la libertad de reunión y de expresión, al tiempo que coaccionaba los derechos de los ciudadanos conseguidos a raíz de la Revolución: principio de Intervención. El congreso de Viena Fue convocado en 1814 con el objetivo de proceder al reajuste territorial de Europa.En él participaron las principales potencias, representadas por sus respectivos embajadores: Austria (Metternich), Gran Bretaña (Castlereagh), Rusia (Alejandro I), Prusia (Humbolt) y Francia (Talleyrand). España intervino superficialmente como potencia de segundo orden. Su ideario se puede resumir en los siguientes puntos: El intento de restaurar el Antiguo Régimen, pretensión que no fue secundada por el Reino Unido. La idea de legitimismo que reafirmaba el origen divino del poder de los reyes. En virtud de este principio Talleyrand logró reponer en Francia a los Borbones en la figura de Luis XVIII. La solidaridad entre los estados, lo que implicaba la cooperación mutua a través de una política común capaz de neutralizar los potenciales movimientos revolucionarios. La búsqueda de un equilibrio entre las cinco grandes potencias. Se configuró un nuevo mapa de Europa En la reordenación de las fronteras, que habían sido alteradas por las conquistas napoleónicas, no se tuvieron en cuenta las aspiraciones nacionalistas, tampoco los derechos de algunos príncipes que habían sido despojados de sus tronos por los franceses en años precedentes. Se impusieron los intereses de las cinco grandes potencias: El Reino Unido, sin ambiciones territoriales concentró sus esfuerzos en conseguir el dominio marítimo. Rusia obtuvo, entre otros, el control de gran parte de Polonia y la anexión de Finlandia. Austria penetró en las italianas Lombardía y el Véneto e intentó mantener la preeminencia centroeuropea frente a Prusia. Prusia recibió Renania, Sarre y Sajonia. Francia, tras el "Imperio de los Cien Días" y el destierro de Napoleón, fue rodeada de "estados-tapón" con el objeto de evitar el posible renacimiento de su expansionismo. Entre éstos destacó el de los Países Bajos y Bélgica. La Santa Alianza Es la reunión de los países católicos que se juntaron bajo el pretexto de defender los preceptos cristianos, aunque su verdadero objetivo fue defender sus intereses económicos, por este motivo Inglaterra país no católico se sumó a esta alianza. La Santa Alianza tuvo como objetivo primordial el mantenimiento del statu quo del absolutismo en Europa tras la caída de Napoleón e impedir el surgimiento y propagación de movimientos revolucionarios o liberales para ello debería extremar la vigilancia para detectar y sofocar las iniciativas revolucionarias liberales, celebrar periódicamente congresos o reuniones con el fin de actualizar las pautas a seguir y crear una fuerza armada lista para intervenir en caso de necesidad. El nacionalismo liberal o voluntarista: Su máximo defensor fue el filósofo y revolucionario italiano Mazzini. Éste consideraba que una nación surge de la voluntad de los individuos que la componen y el compromiso que estos adquieren de convivir y ser regidos por unas instituciones comunes. Es pues, la persona quien de forma subjetiva e individual decide formar parte de una determinada unidad política a través de un compromiso o pacto. 1 Desde ese punto de vista cualquier colectividad era susceptible de convertirse en nación por deseo propio, bien separándose de un estado ya existente, bien constituyendo una nueva realidad mediante la libre elección. La nacionalidad de un individuo estaría por lo tanto sujeta a su exclusivo deseo. Este tipo de nacionalismo fue el que se desarrolló en Italia y Francia, muy influido por las ideas de la Ilustración. El nacinalismo conservador u orgánico: Sus principales valedores fueron Herder y Fichte ("Discursos a la nación alemana", 1808). Según ellos, la nación conforma un órgano vivo animado por el espíritu del pueblo, que presenta unos rasgos externos hereditarios, expresados en una lengua, una cultura, un territorio y unas tradiciones comunes, madurados a lo largo de un largo proceso histórico. La nación posee una existencia objetiva que está por encima del deseo particular de los individuos. El que pertenece a ella lo seguirá haciendo de por vida, con independencia del lugar donde se encuentre. Sería como una especie de "carga genética" a la que no es posible sustraerse mediante la voluntad. Este tipo de nacionalismo fue el esgrimido por la mayoría de los protagonistas de la unificación alemana ETAPAS DEL NACIONALISMO: 1. Hasta la segunda mitad del siglo XIX (1848) el nacionalismo fue un movimiento de carácter liberal progresista, enfrentado al legitimismo de la Restauración y promotor de movimientos de liberación nacional: Irlanda frente a G. Bretaña, los checos y húngaros frente al Imperio Austríaco, las colonias americanas frente a España, etc. 2. Pero a partir de la segunda mitad del siglo XIX fue transformándose cada vez más en una ideología de carácter conservador y agresivo que supeditaba la libertad y dignidad del individuo (características de la etapa anterior) a los intereses de los grupos sociales que controlaban el poder. Desde entonces sirvió a las ambiciones del imperialismo y contribuyó a la gestación de conflictos que en el siglo XX desembocaron en la I Guerra Mundial. 3. El nacionalismo surgió en un principio en el seno de minorías muy activas, pero se convirtió en las últimas décadas del siglo XIX en un fenómeno de masas. Las revoluciones de 1848 le sirvieron de auténtico trampolín. Austria, la Confederación Germánica, Italia (rebelión de Milán y Venecia frente a los austríacos), Hungría, etc., constituyeron ejemplos del ascenso de los sentimientos nacionalistas en la Europa de mediados de siglo. Entre 1820 y 1848, la mayor parte de las monarquías europeas atravesaron un periodo de revoluciones que sacudieron los cimientos establecidos por la Restauración. Esto se debió en gran medida al surgimiento de una nueva sociedad, guiada por la emergente clase burguesa, donde las nuevas ideologías iban rompiendo con las relaciones sociales y económicas del pasado. Dentro de estas revoluciones podemos encontrar numerosos factores, pero los principales fueron los siguientes: 2 La burguesía, que bajo la bandera del liberalismo impulsó estos cambios, luego de la caída del absolutismo, buscando adquirir el poder. Su objetivo era obtener un máximo de ventaja con un mínimo de capital desembolsado, explotando por todos los medios al trabajador asalariado. El sentimiento nacional creciente, que permitió que los grupos unidos por la historia y/o la cultura hallaran una identificación, dejando de lado las fronteras creadas por las potencias en la época de la Restauración. La marginación social y la carencia económica, producto de los cambios en la economía que repercutieron en el bajo nivel de vida de los sectores obrero y campesino. Movimientos que estuvieron influenciados fuertemente por las ideas liberales que se oponían al absolutismo. En España, entre los años 1814 y 1820, el rey Fernando VII desarrolló un gobierno absolutista al margen de la Constitución de Cádiz (1812). Esto desencadenó en una revolución, dirigida por el general Rafael del Riego, quien utilizó su ejército para tomar el poder y hacer respetar dicha Constitución. Su gobierno es conocido como el ‘Trienio Liberal’ (1820-1823). Posteriormente, el Rey depuesto recuperó el poder. En Nápoles y Piamonte, los movimientos revolucionarios instauraron regímenes constitucionales; pero éstos fueron interrumpidos violentamente por el ejército austriaco. Una situación similar ocurrió en Portugal Grecia, en 1821, logra su independencia del Imperio otomano, gracias a la unión de la comunidad griega y la Iglesia ortodoxa. Este proceso tuvo dos características resaltantes: 1) La lucha nacionalista de los griegos fue tomada por algunos sectores absolutistas como una actualización de las Cruzadas; 2) Para los liberales se trataba de una lucha por la libertad y en contra del monarca turco Mahmut II. Con el Tratado de Adrianópolis (1829), las potencias europeas reconocen a Grecia, bajo una monarquía constitucional regentada por Otón I. En Alemania y Rusia, los movimientos revolucionarios fracasaron. En el caso alemán, se promulgaron sendas constituciones en Wurttemberg, Baden y Baviera, pero la represión del canciller Metternich acabó con esos intentos. En el caso ruso, un grupo de estudiantes, aristócratas y militares intentaron un levantamiento liberal, llamado ‘Decembrista’ (1825), pero al fracasar, los dirigentes de este levantamiento fueron deportados o ejecutados. Los intentos revolucionarios que surgieron antes de 1830, a pesar de ser reprimidos con rapidez y eficacia, conformaron un antecedente de importancia para las posteriores revoluciones liberales y nacionalistas que se dieron en esta década clave. En ellas se entremezclaron reivindicaciones de carácter nacionalista (Bélgica, Polonia, Italia y Alemania) con intereses de grupos minoritarios burgueses y obreros. En Francia, el monarca constitucional Carlos X (hermano y sucesor de Luis XVIII). Suprimió en 1830, la libertad de prensa y modificó el sistema electoral, decretando de Francia que sólo podían votar quienes pagaban renta al Estado, lo que ocasionó que entre el 27 y 29 de julio (las llamadas Jornadas de Julio), los parisenses se sublevaron, destituyéndolo. Inmediatamente se formó un gobierno provisional; que proclamó Rey al Duque de Orleáns, quien asume el poder con el nombre de Luis Felipe I y, apoyado por la burguesía liberal, establece una monarquía jurídica y parlamentaria. En los Países Bajos (Bélgica y Holanda), la revolución se alimentó del rechazo de la sociedad belga a la política gubernamental instaurada por Guillermo I rey de los Países Bajos, quien al querer anular la libertad de prensa y dar prioridad al uso del idioma holandés en los sistemas administrativo y educacional, agitó sectores radicales y liberales belgas, que aprovecharon para exigir su independencia (tuvo un claro aspecto nacionalista). Después de duros enfrentamientos, el 4 de octubre de 1830, se proclama la independencia de Bélgica y se convoca de inmediato a elecciones generales, con el propósito de conformar un Congreso Constituyente. En Polonia, el pueblo se subleva contra el régimen ruso a finales de 1830, proclamando su independencia. Pero luego esta primera experiencia independentista fue sofocada y reprimida, perdiendo esta nación su condición de pueblo independiente prontamente. En Italia surgieron diversos levantamientos contra la dominación austriaca y contra el absolutismo, pero lamentablemente para los intereses italianos, estos no fueron fructíferos debido a que el componente liberal no fue tan fuerte como para constituir una base propulsora de la unificación italiana. Es conocida con el nombre de "primavera de los pueblos" En Francia, durante el régimen de Luis Felipe I, la grave situación económica y el recorte de las libertades ciudadanas llevaron nuevamente a los parisinos a levantarse en armas los días 23 y 24 de febrero de 1848, obligando a abdicar al rey. Una junta de gobierno presidida por Alphonse Lamartine proclama entonces la (la I República la estableció la Convención Nacional, Las Revoluciones de 1848. En comparación con sus antecesoras de los años 1830, estas revoluciones, con mucha mayor madurez y visión política e ideológica, pero con serios problemas para consolidar sus logros y hacer efectivas sus expectativas y objetivos, se desplegaron principalmente en países como Francia, Italia, Alemania, Austria y Hungría; aunque con ciertas particularidades en el caso francés. 3 durante la Revolución Francesa), y la flamante Asamblea Nacional decreta, entre otras medidas, un sistema republicano de gobierno, el restablecimiento del sufragio universal, la supresión de la esclavitud en las colonias y la libertad de opinión y reunión. Sin embargo, no hubo entendimiento entre liberales y socialistas, lo que ocasionó un distanciamiento entre ellos. Para paliar la difícil situación económica se crean los ‘Talleres Nacionales’, que consistían en un subsidio para las clases medias a cambio de trabajo público. Como esa medida no era sostenible, se cierran los talleres y las masas trabajadoras se lanzan a las calles formando barricadas, siendo reprimidas por el ejército, lo que causó muchas muertes y la supresión de las libertades y los derechos de los trabajadores. En noviembre de 1848, se promulga la Constitución Republicana y Luis Bonaparte, sobrino del emperador Napoleón Bonaparte, gana las elecciones. En Italia, la Venecia Lombarda, que había sido una parte del Imperio austriaco desde el Congreso de Viena, experimentó extensas insurrecciones antiaustriacas. En marzo de 1848, el pueblo milanés, al mando de Daniel Manin, se levantó contra el gobierno de Habsburgo y, después de cinco días de intensas luchas callejeras, obligó al mariscal austriaco Radetzky y a sus tropas a evacuar la ciudad, proclamando luego la República Veneciana Pero, la derrota sufrida en Custozza (actual Italia), en agosto de 1848, hizo que la insurrección terminara. En el resto de Europa, en países como Austria y Hungría, y en los estados alemanes, los movimientos revolucionarios de 1848 fueron violentos, pero a carecer de solvencia organizativa y nivel político e ideológico, los revolucionarios no lograron los resultados esperados. La falta de apoyo de un sector ce la clase media de estos países, que se inclinaba por soluciones conservadoras, cuando no apoyaban directamente a sus gobiernos, además, de que habían desarrollado un temor a la revolución proletaria, fueron otros factores que determinaron el fracaso de estos movimientos. Balance de las revoluciones de1848 Aunque las revoluciones de 1848 fracasaron, su experiencia influyó poderosamente en las ideologías obreras del siglo XIX. Socialmente Los distintos grupos que se unieron en los inicios de la revolución se alejaron luego al defender distintos objetivos: Una buena parte de la pequeña burguesía, temerosa de una revolución social, abandonó su alianza con el proletariado y se unió a la gran burguesía, aunque a lo largo del siglo XIX las diferencias entre ambas fueron bien patentes y se materializaron en las luchas políticas entre moderados y radicales. El proletariado comenzó a adquirir conciencia de clase y, si bien actuó desorganizadamente, se constituyó como un movimiento autónomo desgajado de los intereses burgueses. Los campesinos, una vez conseguida su liberación del régimen señorial, se condujeron de forma muy moderada y su objetivo en el futuro sería preservar las conquistas conseguidas. Políticamente A pesar de ese aparente fracaso, los hechos acontecidos en 1848 supusieron el inicio de una progresiva democratización (sufragio universal)y la incorporación a la lucha política de la clase trabajadora. 1820 Antiabsolutismo Nacionalismos CAUSAS GEOGRAFÍA RESULTADOS 1. LAS REVOLUCIONES BURGUESAS 1830 Europa Mediterránea Rusia América Española Éxitos Grecia y nuevos estados americanos Fracaso España, Potugal, Rusia e Italia 1848 Crisis económica Nacionalismo italiano Antiabsolutismo en Austria y Alemania Liberalismo democrático Origen: Francia Este: Alemania y Austria Sur: Italia Económicas Liberalismo doctrinario Nacionalismo Origen: Francia y Suiza Sur: Italia Este: Polonia Éxitos Francia: Orleanismo Bélgica: Independencia Suiza: constitución federal Fracaso Polonia Italia Alemania Francia: sufragio universal masculino Italia: fortalecimiento del Piamonte-Cerdeña Alemania: fortalecimiento de Prusia Austria: abolición de la servidumbre de los campesinos ACTIVIDADES Completa el siguiente cuadro comparativo: ASPECTOS 1820 REVOLUCIÓN 1830 1848 Países en los cuales se desarrolló Características principales Grupos sociales que participaron Causas por las que fracasaron o triunfaron 2. ¿Cuál es el balance de las revoluciones de 1848, desde el punto de vista social, territorial y político? 4 . Italia: la concreción de las ambiciones nacionales El Congreso de Viena (1815) dejó a Italia dividida en siete Estados: El Reino Lombardo-Veneto en el norte, bajo hegemonía austriaca. El Reino de Las Dos Sicilias, con Nápoles como centro político. Los Ducados de Parma, Módena y Toscana, aparentemente independientes, pero regidos por príncipes adictos a Austria. Al centro de la península, el Papa reorganizó los Estados Pontificios, con Roma como capital. Al noroeste, el Reino de Piamonte-Cerdeña. En este contexto, escritores románticos como Leopardi e Manzoni ensalzaron la idea de una patria italiana, unida por sangre, religión e idioma. Por otro lado, comerciantes y fabricantes de los prósperos Estados del norte deseaban la articulación de un mercado de grandes dimensiones conectado por ferrocarriles. El “yugo austriaco» El origen del proceso tuvo lugar en los territorios del norte, los El nacionalismo italiano se caracterizó por su oposición a Austria, que más industrializados, ricos y dominaba el norte de Italia. Durante la década de 1850 proliferaron grupos socialmente avanzados. Fue allí liberales y nacionalistas que propugnaron la expulsión de los austriacos y donde se desarrollaron una serie la unión de todos los italianos. Se distinguieron dos tendencias: una de de revueltas antiaustríacas, de carácter republicano, promovida por Mazzini y Garibaldi; otra monárquica y carácter liberal, enmarcadas en conservadora, apoyada por la alta burguesía y la nobleza, liderada por el un movimiento intelectual, cultural y unitario denominado primer ministro del Piamonte, el conde de Cavour, quien realizó una eficaz “Risorgimento”. propaganda nacionalista a través del periódico II Risorgimento. En 1847 Carlos Alberto, rey del Piamonte, convirtió su estado absolutista en uno liberal. Con ello, la revolución se extendió a Milán, Venecia y Nápoles. Carlos Alberto tomó la dirección del movimiento y le declaró la guerra a Austria. Este primer intento fracasó y el rey abdicó a favor de su hijo Víctor Manuel II. FACTORES DE LA UNIFICACIÓN ITALIANA FACTORES IDIOLÓGICOS: Durante la primera mitad del siglo XIX el movimiento romántico fue determinante en el desarrollo del nacionalismo italiano. Se abre camino la idea del “Risorgimento”, es decir, el “resurgimiento” de una Italia unida, como lo había sido durante la gloriosa antigüedad romana. Defendía una identidad cultural y unos sentimientos específicamente italianos. FACTORES POLÍTICOS: Hasta la primera mitad del siglo, los intentos de unificación fueron débiles, limitándose a acciones más encaminadas a derrocar las monarquías absolutistas por parte de miembros de sociedades secretas como la de los carbonarios, que a una acción coordinada y unificadora. FACTORES ECONÓMICOS: Destaca el importante papel desempeñado por los industriales y comerciantes del rico norte, quienes, desde una perspectiva económica, alentaron y apoyaron el proceso. Pretendían, desde un punto de vista moderado, conseguir la creación de un mercado unificado, dotado de eficientes comunicaciones y una buena infraestructura viaria que diera salida a la producción industrial. La fragmentación política y territorial de Italia representaba un serio obstáculo para el comercio, por lo que era preciso eliminar las barreras aduaneras que impedían la exportación de mercancías desde el norte al sur de la península. Ese sur, por su parte profundamente desindustrializado, fue considerado por los industriales piamonteses como un interesante mercado donde vender sus artículos. El proceso de unificación El nuevo rey pidió apoyo a Francia y logró unir la Lombardía (1859); luego, la expedición de Garibaldi anexó Sicilia y Nápoles en 1 860, donde Víctor Manuel II fue saludado como Rey de Italia. Venecia fue incorporada en 1866 tras la derrota de Austria a manos de los prusianos (estos la habían ofrecido a Italia en un pacto de Alianza). En Roma, el Papa Pío IX mantuvo su autoridad con ayuda de tropas francesas. La presión de la aristocracia católica francesa había obligado a Napoleón III a frenar con sus tropas el avance de las fuerzas nacionalistas italianas. Tras la derrota del emperador francés a manos de los prusianos en 1 870, se retiró la guarnición francesa y Roma fue tomada por el Reino de Italia. El Papa se refugió en el Vaticano y se consideró prisionero del Reino de Italia. Recién en 1929, el jefe de Gobierno italiano, Benito Mussolini, reconoció al Vaticano como ciudad-estado independiente. 5 El nuevo Estado Italiano La creación de Italia como Estado unificado supuso la desaparición de las antiguas fronteras, así como la homogenización legal y monetaria. Pero al mismo tiempo, la nueva entidad hubo de enfrentarse a una serie de problemas que dificultaron su cohesión: El rechazo del papado a admitir la nueva situación enturbió las relaciones con las autoridades italianas. Hasta la firma de los Tratados de Letrán entre Mussolini y la Santa Sede en 1929, no se normalizaron los vínculos entre ambos estados. Ello ocurría en un país extremadamente arraigado al catolicismo y donde he hecho religioso estaba íntimamente ligado al político. La brecha entre un norte rico, industrializado, urbano e integrado en la economía europea, y el sur preindustrial, agrario y pobre se agrandó. Esa desigualdad económica y social persistió durante el siglo XX y aún hoy constituye una realidad. Políticamente los italianos se decantaron por dos grandes grupos: de un lado, los liberales, representantes de los industriales y comerciales del norte; por otro, los conservadores, defensores de los intereses predominantemente agrarios del sur. El nuevo Estado adoptó el régimen de monarquía parlamentaria, siguiendo el modelo del Piamonte, pero el voto no se extendió a grandes capas sociales hasta 1913, quedando la representación relegada a una minoría, sujeta a menudo a corruptelas. Los beneficiarios políticos de la unificación fueron los burgueses del norte. Por contra, republicanos y demócratas (Garibaldi, Mazzini) se vieron superados por los monárquicos moderados. Su relevo lo tomarán los movimientos de carácter social del último tercio de siglo y primero del siglo XX, encarndos en ideologías como el anarquismo o el socialismo. La unificación convirtió a Italia en una gran potencia, que jugó un importante papel en el seno de Europa a lo largo del siglo XX. No obstante una parte de población quedaba un tanto al margen del sentimiento nacional, lo que obligó al nuevo Estado a fomentar institucionalmente dicho espíritu. La unificación de Alemania Alemania ingresó al siglo XIX dividida en pequeños reinos; no existía aún como entidad política. La supremacía era disputada por Prusia y Austria. Bajo el liderazgo de Prusia, los estados germanos abolieron las fronteras aduaneras creando en 1834 la ZoIIverein. De esta manera formaron un solo mercado. Austria fue excluida de esta unidad comercial. El rey de Prusia, Guillermo I y el canciller Otto Von Bismark concretaron la Unificación política en 3 etapas: En la guerra contra Dinamarca (1864), Prusia obtuvo los ducados de Schleswig y Holstein. Luego derrotó a Austria (1866), estableciendo la unión federal de los Estados al norte del río Main. Por último, luego de derrotar a Francia (1870), ganó la adhesión de los estados al sur del Main. En 1871, Guillermo I de Prusia fue proclamado emperador de los alemanes. El imperio denominado el “Segundo Reich”. ACTIVIDAD: Elabora un cuadro comparativo entre el proceso histórico de la unificación Italiana y la unificación alemana, donde distingas las diferencias que existen entre los procesos de unificación de Italia y Alemania, desde el punto de vista de su cronología, ideólogos, protagonistas, estados en torno a los que se aglutina y tipo de regímenes políticos que surgen tras dichos procesos. 6