Subido por Lola Barranco

leonidas

Anuncio
Leónidas I
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Leónidas I de Esparta
Rey de Esparta
Rey de Esparta
489 o 488 - 480 a. C.
Predecesor
Cleómenes I
Sucesor
Plistarco
Información personal
Coronación
489 o 488 a. C.
Nacimiento
hacia 540 a. C.
Esparta (Grecia).
Fallecimiento
11
de
(±
agosto de 480 a. C.
60
Termópilas (Grecia).
Entierro
Esparta
Familia
Casa real
Agíadas
Padre
Anaxandridas II
Consorte
Gorgo
años).
Descendencia
Plistarco
[editar datos en Wikidata]
Leónidas I (en griego: Λεωνίδας, Leōnidas, 'hijo de león'; Esparta, hacia el año 540 a. C. Termópilas, 11 de agosto de 480 a. C.) fue el 17.º rey agíadade Esparta. Encontró la
muerte en 480 a. C., durante la Segunda Guerra Médica, en la defensa de las Termópilas,
bloqueando el avance del ejército persa de Jerjes I.
Índice









1Biografía
2Epitafios y monumentos
3Posteridad
4Filmografía
5Véase también
6Notas
7Referencias
8Bibliografía
9Enlaces externos
Biografía[editar]
Leónidas, militar y rey de Esparta, fue el cuarto hijo del rey Agíada Anaxandridas II.1 Nació
alrededor del año 540 a. C. en la ciudad homónima. Sucedió en el trono, probablemente
en 485 o 488 a. C., a su medio hermano Cleómenes I y se casó con Gorgo, la hija de éste,
con la cual tuvo a su hijo, su sucesor, el rey Plistarco.2 Al tener dos hermanos mayores,
Cleómenes y Dorieo, no se esperaba que pudiera llegar a reinar,3 pero Cleómenes falleció
sin descendencia masculina,3 y tampoco Dorieo, que muriónota 1 probablemente poco antes
que Cleómenes en Sicilia luchando contra los cartagineses.
Heródoto, para realzar la figura de Leónidas, entronca su linaje con los Heráclidas: «ἐὼν
γένος Ἡρακλεῖδης»,45 y la explicita de forma patrilineal hasta Heracles: «Leónidas, hijo de
Anaxandridas, nieto de León y descendiente
de Euricrátidas, Anaxandro, Eurícrates, Polidoro, Alcámenes, Teleclo, Arquelao, Agesilao,
Doriso, Leobates, Equestrato, Agis, Eurístenes, Aristodemo, Aristómaco, Cleodeo, Hilo y
Heracles».6
En los años 490 a. C., el rey aqueménida Jerjes I preparó la invasión de la Grecia
continental. Se hallaba en su corte el rey espartano exiliado Demarato. Según Heródoto,
previno a sus conciudadanos de un ataque inminente mediante un mensaje secreto,7 lo
que movió a Esparta a pedir consejo al Oráculo de Delfos.8 Conforme a la
tradición, Apolo proporcionó en versos hexámetros una respuesta ambigua:
Mirad, habitantes de la extensa Esparta,
o bien vuestra poderosa y eximia ciudad es arrasada por los descendientes de Perseo,
o no lo es; pero en ese caso,
la tierra de Lacedemón llorará la muerte de un rey de la estirpe de Heracles
Pues al invasor no lo detendrá la fuerza de los toros
o de los leones, ya que posee la fuerza de Zeus. Proclamo
en fin, que no se detendrá hasta haber devorado a una
u otro hasta los huesos.
8
En otras palabras, o bien Esparta perdería a su rey durante la batalla, o bien sería
conquistada. Ningún rey espartano había jamás muerto en la guerra. El mensaje fue muy
descorazonador para la polis laconia.9La alusión a los leones hace referencia a Leónidas,
anunciando su muerte o la desaparición de Esparta, porque Jerjes contaba entre sus filas
a Demarato, el depuesto rey espartano. Los sacerdotes de Delfos habrían supuesto que
los persas devolverían el trono a Demarato después de la victoria. Según Carlos Schrader,
«es posible que el oráculo se gestase post eventum, ya que en las últimas palabras del
mismo puede haber una referencia a la mutilación del cadáver de Leónidas, que tuvo lugar
tras la batalla.»1011
Esparta decidió entonces enviar dos heraldos elegidos entre la aristocracia para
presentarse ante Jerjes. Según Heródoto, se trataba de aplacar la «cólera de Taltibio», el
legendario heraldo de la Ilíada, que se abatió sobre Esparta después de que la ciudad
matara al heraldo enviado por Darío en 492 a. C.12 Más prosaicamente, se trataba de
buscar una salida diplomática a la crisis.13 Jerjes se negó a pactar y ni siquiera se molestó
en reclamar «la tierra y el agua», símbolos de la soberanía aqueménida.
En el otoño de 481 a. C., la alianza que la historiografía griega llama la «Liga helénica» se
reunió en el istmo de Corinto y su dirección recayó en Esparta.14 La ciudad laconia decidió
enviar una fuerza armada bajo el mando del diarca Leónidas para defender
el desfiladero de las Termópilas, a fin de retener a los persas y dar el tiempo suficiente a
la flota griega de replegarse más allá del estrecho que forma la isla de Eubea con la costa
de la Grecia central. En el relato herodoteo de la expedición, las tropas griegas enviadas al
paso de las Termópilas sumaban en total 6000 soldados: 300 hoplitas espartiatas,
1000 tegeatas y mantineos, 600 orcomenios, 400 corintios, 200 de Fliunte, 80 micenios,
700 tespios y 400 tebanos leales.15 Frente a ellas se encontraban 1,7 millones de persas.16
si se considera que Heródoto se equivoca en el cálculo de peloponesios presentes, al
mencionar 3100 hombres, dado que también cita una inscripción que indica 4000
soldados.17 Vuelve a aparecer la misma cifra en otro pasaje de su obra como el número de
muertos de las Termópilas.18 En cuanto a los griegos, otras fuentes informan que el
contingente lacedemonio constaba también de 900 o 1000 periecos,19 sin olvidar a los
sirvientes hilotas.20 Respecto a los persas, se ha supuesto que Heródoto confundió los
términos «quiliarquía» (1.000) y «miriarquía» (10.000), al evaluar las fuerzas diez veces
más numerosas de lo que eran. Por lo tanto, las fuerzas persas presentes en la batalla de
las Termópilas serían 210.000 hombres y 75.000 animales.21
Sin embargo, el equilibrio de fuerzas era claramente favorable a los persas. Según los
espartanos, los griegos que solicitaron su ayuda les dijeron que ellos constituían las
avanzadillas del grueso del ejército y que «era inminente la llegada cualquier día del resto
de los aliados»;22después de que terminaran las fiestas Carneas y los Juegos Olímpicos.23
«Además, las escuadras navales atenienses y eginetas montaban guardia en el mar».22
Para Leónidas era claramente una misión suicida: escogió entre los 300 hoplitas, que
constituían su guardia personal, a aquellos ciudadanos que tenían descendencia
masculina. Por consiguiente, no eran únicamente hippeis, cuerpo de élite compuesto por
los diez primeros grupos de edad movilizados, sino de una mezcla de hippeis y de
soldados ordinarios.24
Después de haber tomado posiciones en las Termópilas, los griegos repelieron con éxito
varios ataques persas: situados en el lugar más estrecho del desfiladero, luchaban
en filas apretadas25 y estaban bien protegidos por sus grandes escudos.26 Transcurridos
unos días, los griegos fueron traicionados por un tal Efialtes de Tesalia: Leónidas se
encontró rodeado por las tropas del sátrapa Hidarnes. Heródoto refiere que para algunos,
los griegos no consiguieron llegar a un acuerdo sobre la actitud a tomar: algunos
abandonaron su puesto para volver a sus ciudades respectivas, mientras que el monarca
espartano decidió quedarse.27 Según Heródoto, Leónidas reexpidió la mayor parte de sus
tropas para salvar sus vidas, pero juzgó inapropiado para un espartano abandonar su
posición. El oráculo emitido por la Pitia reforzó su determinación.8 Mantuvo con él a los
lacedemonios, los tebanos y tespios voluntarios.
La descripción del final de la batalla varía según las fuentes. Para Heródoto, Leónidas y
sus hombres se situaron en la parte más ancha del desfiladero y lucharon hasta el último
hombre: «los griegos se batieron en retirada hacia la zona más estrecha del paso y,
después de rebasar el muro [focense], fueron a apostarse en la colina, excepto los
tebanos»2829nota 2 Diodoro Sículo y Justino epitomando a Pompeyo Trogo, mencionan un
ataque nocturno contra el campamento persa: los griegos sembraron el desorden en las
tropas enemigas, masacraron grandes cantidades antes de caer, rodeados, bajo las
flechas y jabalinas persas.30 Relato muy probablemente fantasioso, puesto que el
campamento de Jerjes distaba del de los griegos cerca de 8 kilómetros.31 Dos
historiadoras plantean la cuestión de por qué Leónidas se quedó únicamente con los
trescientos espartiatas, los hilotas, los tespios y los rehenes tebanos en esta fase decisiva
de la batalla,32 y mandó al resto de los efectivos griegos a sus casas, abocando a una
muerte segura a los que permanecían con él. Elucubran que Heródoto insiste en la
ideología espartana de la bravura y de la gloria, al remitir sobre este aspecto al epitafio de
los muertos espartiatas en VII.228.33
El monarca aqueménida recorrió el escenario de la batalla, paseó entre los cadáveres y
mandó que a Leónidas le cortasen la cabeza y que la clavasen en un palo. Heródoto dice
que «Léonidas, mientras aún vivía, fue la persona con quien más se irritó el rey Jerjes» y
continúa diciendo «que de lo contrario jamás hubiese ordenado ultrajar su cadáver de esa
manera, ya que los persas son, que yo sepa, las personas que más suelen honrar a los
soldados valerosos».11nota 3
En 440 a. C., el cuerpo de Leónidas fue trasladado a Esparta, donde se le consagró un
magnífico mausoleo. Sobre su tumba se erigió una estela, que siglos después pudo
ver Pausanias y en la que figuraban los nombres de los trescientos espartiatasque
murieron.34
Las fiestas Leonidas fueron instituidas en su honor. Asimismo fue objeto de un culto
heroico.35
Descargar