LA CUCAÑA INGLESA Asnes, Mauro Leandro Bahía Blanca Universidad Nacional del Sur La idea de un lugar donde se colmen las necesidades básicas de una manera abundante y no existan leyes ni jerarquías sociales ha tenido bastantes manifestaciones literarias en distintas regiones y épocas. Algunas de las denominaciones que ha recibido este lugar imaginario son: Cucaña, Jauja, Schlaraffenland, el país del Preste Juan, la isla de San Brandán, Chacona, etc. También se puede ser menos estricto en la definición de esta idea e incluir entonces diversas expresiones del pensamiento utópico, filosófico o literario de distintas culturas: desde los campos Elíseos, el paraíso bíblico hasta el Walhalla nórdico. E.M. Ackermann (1944:2) reconoce que respecto a este tema hay dos denominaciones para este paraíso popular: uno teutónico, Schlaraffenland, y el otro una derivación románica, Cucaña. El origen del tema, según Ackermann, es imposible de determinar exactamente. Puede haber venido del Oriente, vía Asia menor; desde Grecia, mediante la literatura griega y latina; de la Biblia, gracias a canales bizantinos y hebreos, posiblemente camino de España y también de fuentes nórdicas (Ackermann, 1944:79) Más allá de la cuestión de las fuentes del tema, la primera mención que se hace acerca de un paraíso en la tierra ocurre con el término Cucaniensis en un poema goliárdico de 1164, en donde se llama “abbas cucaniensis” (abad de Cucaña) al líder de un grupo de bebedores (Carmina Burana, 1970: 81). La primera versión escrita sobre el país de Cucaña corresponde a un fabliau francés, de mediados del siglo XIII, y constituye la descripción de una tierra maravillosa que se caracteriza por cuatro rasgos fundamentales: abundancia, ociosidad, juventud y libertad (Júnior 1998:189). Existe también una versión inglesa escrita con posterioridad alrededor de la misma época (Júnior, 1998:165) que comparte con la francesa características generales, pero con algunas diferencias. Sintéticamente podemos decir que se trata de un discurso con la función aparente de describir una tierra maravillosa. En ésta siempre es de día, hay ríos de aceite, leche, miel y vino, muchos árboles frutales, las construcciones tienen paredes de carne y pescados, los gansos y las alondras ya cocidos vuelan directo a la boca de las personas. Sus habitantes mantienen una jerarquía religiosa, son abades que indican a los jóvenes y libertinos monjes sus obligaciones. También se mencionan jovencitas y monjas que habitan su propia abadía; ambas, nos cuenta el narrador, son objeto frecuente del solaz de los monjes. El orden social se caracteriza por ausencia de violencia, todo es diversión y placer; no hay necesidad de esfuerzo ni trabajo, no existe la culpa. Al final se nos señala cuál es la vía de acceso a ella: permanecer siete años en estiércol; y concluye con una exhortación a los oyentes invitándolos a visitar tan magnífico lugar. Después de considerar este tema en tanto objeto literario y objeto teórico, plantearemos su vinculación con lo carnavalesco y en función de esto las diferentes y opuestas funciones que se le pueden atribuir. El objeto literario El país de Cucaña, en tanto tema literario, ha sido objeto de algunas caracterizaciones. Según Ackermann (1944: 29) debe cumplir con estas siete características: 1.- Una ubicación especial 2.- Un obstáculo en la entrada 3.- Condiciones de admisión inusuales 4.- Fuentes extraordinarias de alimentos, vestimenta y riquezas 5.- Árboles milagrosos 6.- Recompensas por actos inadecuados 7.- La fuente de la juventud Jean Delumeau (Le Goff, 1989:278), por su parte, considera que características que hacen a las convenciones literarias del género son: dificultades en el acceso, ser producto de la imaginación y tener una conclusión moralizante. Éstas manifestarían la intención de otorgarle un carácter imaginario a la utopía, es decir, que sea una utopía consciente. Por otra parte, enuncia otros rasgos como constituyentes esenciales del mensaje, los cuales radicarían en lo temático: paraíso alimentario, pereza y facilismo, placer, fiesta, amor y paz. Un elemento importante que nos interesa señalar en Cucaña es su estrecha vinculación con el Carnaval. En Cucaña reina la pereza: “Allí quién más duerme, más gana” dice la versión francesa (v. 28), y la pereza se asocia al tema utópico del mundo al revés (Le Goff, 1998:278) el cual forma parte esencial de lo carnavalesco. Según Caro Baroja “La inversión del orden normal de las cosas tenía un papel primordial en la fiesta [..] El mundo al revés podría expresar también un elemento característico del Carnaval” (J.C.Baroja, 1965:47). “El carnaval era la encarnación del ‘mundo al revés’, uno de los temas favoritos de la cultura popular en la Europa moderna...” (Burke, 1991,270) Cucaña también se enmarca dentro del universo de manifestaciones de lo carnavalesco por su aparente “carnalidad”, que puede ser vista como una reacción a la abstinencia cuaresmal; “...la misma oposición entre el ayuno y la abstinencia es la que le daba su significado esencial a este período en la vida de los pueblos cristianos europeos: ‘carnalitas’es la noción opuesta a ‘spiritualitas’”(Baroja, 1965:48) La similitud en la concepción temporal es otro de los aspectos que emparientan a Cucaña con lo carnavalesco. Le Goff, refiriéndose a la versión francesa, destaca un aspecto que es igualmente reconocible en la inglesa: “...en Cucaña no hay fiestas. Cucaña es una fiesta. El tiempo, exento de actividades, es inmóvil...[...] Cucaña es la fiesta de un presente eterno” (Júnior, 1998:11). Y cita, a su vez una expresión de Júnior: “Allí el tiempo está abolido.” De esta forma, nos estamos remitiendo a un Illud tempus, a un tiempo de naturaleza diferente a la cotidiana, al tiempo cíclico de los rituales religiosos; sin embargo Cucaña, por ser el revés de la espiritualidad y por su explícita oposición a la religión del momento, configura una suerte de illud tempus pero festivus. Cucaña es, además, más que el Carnaval, es el Carnaval de los Carnavales, un eterno Carnaval. De la misma manera que en el ritual religioso se recrean el espacio y el tiempo primigenios, durante el Carnaval se instaura la vida habitual en Cucaña. Peter Burke señala: “Jauja es la visión de una larga vida, como si ésta fuese un carnaval, mientras que éste sería una Jauja temporal...” (Burke 1991: 273) El objeto teórico ¿Qué es Cucaña?. La respuesta a esta pregunta gira en torno a una polémica que incluye nociones como mito, utopía, paraíso o ideología. En primer lugar es necesario realizar algunas aproximaciones sobre Cucaña tomándola como un tema universal para luego analizar la Cucaña inglesa dentro del marco teórico que nos permitirá definirla. Ackermann, en una postura benevolente y simplificadora considera que la diferencia entre Schlaraffenland y otras formas de Paraíso es meramente una cuestión de refinamiento: los términos son diferentes, pero no contradictorios. El paraíso puede ser más noble que Schlaraffenland. Y más espiritual, pero está también basado en el deseo de la raza humana por paz y felicidad. (1944:9) H. Franco Júnior de manera más crítica y meridiana traza los límites entre utopía y nociones similares: La modalidad del imaginario que focaliza su atención en un pasado indefinido para explicar el presente es lo que llamamos mito. Aquella que proyecta en el futuro las experiencias históricas del grupo [...] es ideología. La tercera modalidad, que parte del presente en la tentativa de anticipar o preparar un futuro que es la recuperación de un pasado idealizado, es utopía Naturalmente los límites entre esas formas de imaginario son movedizos. (Júnior 1998: 17) Júnior concluye admitiendo que todo discurso utópico tiene fundamentos míticos, pero la diferencia esencial con éste es su potencial de concretización. Por otra parte, Le Goff adhiere a la definición de Bazcko sobre la utopía (aquella que sigue el modelo de Moro: el relato de un viaje imaginario a cuyo término se descubre un país imaginario donde reina el orden social.) y prefiere distinguirlas de un sistema de modelos normativos o ideales. Para él la Cucaña francesa es la única utopía medieval porque posee las características de globalidad y cotidianeidad en una subversión en la que Bazcko reconoce la esencia de la utopía (Le Goff, 1989:286); éste crítico precisa que: “No hay utopía sin una representación totalizante y disruptiva de la alteridad social”(Júnior, 1998:19), y también que “La utopía tiende a la crítica radical de la sociedad existente (Le Goff, 1989:282). Es este matiz ideológico el que me interesa rescatar en la lectura de la Cucaña inglesa. La descripción de esta tierra maravillosa en la versión inglesa puede considerarse una crítica general a la Iglesia (Morton, 1970:14) o una crítica puntual dirigida por parte de una orden monástica particular contra otra. En este último caso hay indicios que permiten afirmar que se trata de un texto escrito por el grupo de los franciscanos, en expansión, contra los cistercienses, en retracción. El blanco de la crítica se dirige básicamente a la falta de participación activa en la vida social que tenían estos religiosos (Júnior, 1998: 165). Las diferencias en la descripción y el tratamiento de los temas que tiene esta versión respecto de la francesa inciden en la clasificación que hace Júnior: En suma, el fabliau francés, al construir una tierra sin conflictos, colocada fuera del tiempo y del espacio humanos, con total armonía e identidad entre hombres y naturaleza, elaboraba un discurso utópico. El poema inglés, al imaginar un lugar igualmente rico y agradable, más sujeto a las desigualdades cosmológicas (naturaleza/hombre), violento/tímido), psicológicas físicas (joven/viejo), (altivo/medroso, institucionales (abades/monjes) y sociales (hombre/mujer), elaboraba un discurso ideológico. (Júnior, 1998:195, el subrayado es propio) En suma, un discurso utópico del lado francés y uno ideológico en el ingles. También, al poder leerse como una sátira con un objetivo de crítica social contra otro grupo contemporáneo, se modifica la concepción carnavalesca que se le podría atribuir solamente como un período de desorden institucionalizado. Esta perspectiva Burke la refiere al señalar que: ..Victor Turnen –en un estudio comparativo de los rituales de inversión-, argumenta que estos ritos conducen a una ‘experiencia estática’, a una exaltación del sentido de comunidad, seguido por ‘un regreso sobrio’ a la estructura social normal: ‘haciendo al bajo alto y al alto bajo, reafirman el principio jerárquico --Si el mundo al revés era representado regularmente., ¿por qué lo permitían las clases dirigentes? Es como si éstas fuesen conscientes que una sociedad como la suya –con profundas desigualdades en la riqueza, el poder y el estatus- no podría sobrevivir sin un válvula de seguridad, a través de la cual las clases subordinadas purgasen sus resentimientos y viesen compensadas sus frustraciones (Burke 1991:287) Según estos autores la Cucaña inglesa puede considerarse, desde una concepción universal y, en tanto una manifestación más de los procesos carnavalescos, como una reafirmación del status quo social. Para Stallybrass y White: La mayoría de los comentaristas políticos pensativamente se preguntan [...] si la ‘liberación licenciosa’ del carnaval no es simplemente una forma de control social de lo bajo por lo alto y por lo tanto sirve a los intereses de esa misma cultura oficial a la cual se aparentemente se opone. [...] Max Gluckman observaba que mientras estos ‘ritos de inversión’ obviamente incluyen una protesta contra el orden establecido...intentan preservar y fortalecer el orden establecido (Stallybrass y White, 1986:13) Ahora bien, si lo consideramos en su coyuntura histórica como un manifiesto producido por un grupo social específico (los monjes franciscanos) contra otro grupo (los cistercienses) con quienes se había establecido una lucha por la supremacía religiosa, el texto ofrece una lectura opuesta, ya que se atenta contra el orden establecido y se manifiesta un movimiento disruptivo, que tiende a la crítica radical en un sector social tomado como un todo. Júnior reconoce el conflicto de la siguiente manera: “...Elaborada por seglares contra regulares o por éstos contra facciones monásticas rivales, tal literatura [la literatura satírica inglesa medieval] revelaba los desvíos de comportamiento existentes en el interior de aquel segmento social como un todo.” (Júnior 1998:174). También cuando destaca que “...De hecho, en un plano general ese texto [la Cucaña inglesa] era una toma de posición espiritual, institucional, social, cultural y económica, por parte de un grupo monástico en expansión delante de otro en retirada” (Júnior, 1998: 175) La lucha por hegemonía en este campo especifico, es también la lucha por la hegemonía del lugar de enunciación del discurso de ese campo, (la corte, la taverna, la iglesia son lugares de producción de prácticas discursivas específicas). Se trata de producir una inversión en las posiciones de poder dentro del campo, con un discurso producido desde las inversiones simbólicas; y la elección del objeto del imaginario social para llevar a cabo tal empresa no podía ser más apropiada. Se trata de la máxima expresión de oposición al orden habitual oficial: el Carnaval, y de éste lo mejor: Cucaña. Es un uso subversivo de lo permitido. Lo que encontramos aquí, como concluye Burke respecto de un carnaval en Palermo, en 1648, que terminó en una manifestación, es “una ‘alteración’ en los códigos, del lenguaje del ritual al de la rebelión” (Burke 1991:289). La diferencia entre ambos puntos de vista, es significativa, y radica en la posibilidad de reconocer en esta expresión literaria un movimiento de desastabilización social. Stallybrass y White opinan que “Solamente un desafío a la jerarquía de las posiciones del discurso, las cuales usualmente provienen de grupos y clases ‘posicionadas’ por los dominantes en una posición inferior o marginal, conlleva la promesa de un poder políticamente transformador” (Stallybrass y White, 1986:201) De esta forma podemos concluir que el tema literario de una tierra maravillosa, al estar ligado a los procesos de carnavalización, y por lo tanto comprometido estrechamente con los conflictos que atañen a las relaciones de poder dentro del campo social, no debe ser definido sin un examen histórico de las coyunturas particulares en el momento de su producción. Considerar la Cucaña inglesa una más de un conjunto de manifestaciones que se toman como expresiones periódicas de la insatisfacción popular controladas por los grupos dominantes y que tiene como fin reafirmar el orden oficial, significa negar, precisamente, la intención de subvertir los modelos oficiales establecidos que da origen a la producción del texto. Referencias bibliográficas - Burke, Peter. 1991, La cultura popular en la Europa moderna, Madrid, Alianza - Elfriede Marie Ackermann, 1944, Das Schalaffenland in german literature and folksong, Chicago,Illinois,Chicago University Press - Júnior, H. Franco, 1998, Cocanha. A historia de um país imaginário,1998, Sâo Paulo, Companhia das letras. - Le Goff, Jacques, 1989, “L’utopie médiévale : le pays de Cocagne”, Revue Européenne des sciences sociales, 27, pp. 271-286. - Morton, A. L., 1970, Las utopías socialistas, Barcelona, Martínez Roca - Stallybrass, Peter y Allon White, 1986, The politics and poetics of transgression, New York,.Cornell University Press - Las referencias a la Cucaña inglesa están tomadas de la versión española en: Rest, Jaime, 1970, Poesía medieval inglesa, Buenos Aires, C.E.A.L.; en tanto las referencias a la francesa son de: La tierra de Cucaña, Traducción del fabliau francés por Adriana Llinares, Bahía Blanca, inédito. - Nota I: Este trabajo forma parte del Proyecto de Investigación La canción festiva en la tradición europea aprobado por la Secretaria General de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional del Sur. - Nota II: Las traducciones de textos extranjeros, excepto las versiones en francés e inglés de Cucaña, me pertenecen.