En esta unidad se abordan los fundamentos del conocimiento de la ciencia, a partir de la introducción a los conceptos matriciales que dan origen a la investigación científica. En este sentido, se realiza una aproximación a los conceptos de “conocimiento”, “ciencia”, “método científico”, “investigación” y “paradigma”. Además de abordar algunas propuestas de definición, se busca evidenciar la manera como se relacionan dichos constructos en función de la producción de conocimiento científico. Adentrarse en el conocimiento de las bases de la ciencia es un paso trascendental e inevitable si se pretende emprender un proceso de investigación científica que tenga como objetivo generar nuevos conocimientos o solucionar problemas latentes en la sociedad. Esto último, enmarcado en los desafíos que tiene la investigación científica en la actualidad. 1.1. El proceso del conocimiento 1.2. Concepto de ciencia 1.3. Diferencia entre conocimiento y ciencia 1.4. Método científico 1.5. Investigación 1.6. Importancia de la ciencia 1.7. Investigación científica y desafíos 1.8. Paradigma del conocimiento científico y sus métodos C onocer es saber algo acerca de los objetos que nos rodean o de nosotros mismos. Permanentemente, empleamos y construimos conocimiento a través de la interacción social en diferentes situaciones que van desde saber qué autobús debemos tomar para llegar un punto, hasta el desarrollo de una tesis posdoctoral. El conocimiento se convierte en un proceso en la medida en que supone un esfuerzo para obtenerlo (actualizarlo), muchas veces complejo, otras, simple. El conocimiento adquiere especial sentido cuando se indaga la manera como se llega a él, los recursos que se pueden emplear para conseguirlo, los instrumentos que permiten validarlo, etc. De acuerdo con Sabino (2014): [...] el conocimiento llega a nosotros como un proceso, no como un acto único donde se pasa de una vez de la ignorancia a la verdad. Y es un proceso no sólo desde el punto de vista histórico que hemos mencionado hasta aquí, sino también en lo que respecta a cada caso particular, a cada persona que va acumulando informaciones de todo tipo desde su más temprana niñez, a cada descubrimiento que se hace, a todas las teorías o hipótesis que se elaboran. (p.17) Se puede saber algo sobre un mismo objeto de diferentes formas. Es decir, existen distintas aproximaciones sobre un mismo objeto construidas a partir de procesos racionales o emocionales que diferencian el discurso y el tipo de conocimiento que se genera: [...] Ante una cadena montañosa, por ejemplo, puede dejarse llevar por sus sentimientos y maravillarse frente la majestuosidad del paisaje, o bien puede tratar de estudiar su composición mineral y sus relaciones con las zonas vecinas; puede embargarse de una emoción indefinible que le haga ver en lo que tiene ante sí la obra de Dios o de un destino especial para sí y el universo, o también puede detenerse a evaluar sus posibilidades de aprovechamiento material, considerándola como un recurso económico para sus fines. El producto de cualquier de estas actitudes será, en todos los casos, algún tipo de conocimiento. (Sabino, 2014, p.18) En este curso, el tipo de conocimiento que nos interesa es el científico, dado su vínculo con los ámbitos académicos e investigativo. Según Bunge (1978, p.10), por este tipo de conocimiento se entiende: a- que está constituido por conceptos, juicios y raciocinios y no por sensaciones, imágenes, pautas de conducta, etc. Sin duda, el científico percibe, forma imágenes (por ejemplo, modelos visualizables) y hace operaciones; por tanto el punto de partida como el punto final de su trabajo son ideas; b- que esas ideas pueden combinarse de acuerdo con algún conjunto de reglas lógicas con el fin de producir nuevas ideas (inferencia deductiva). Estas no son enteramente nuevas desde un punto de vista estrictamente lógico, puesto que están implicadas por las premisas de la deducción; pero no gnoseológicamente nuevas en la medida en que expresan conocimientos de los que no se tenía conciencia antes de efectuarse la deducción; c- que esas ideas no se amontonan caóticamente o, simplemente, en forma cronológica, sino que se organizan en sistemas de ideas esto es en conjuntos ordenados de proposiciones (teorías). En otras palabras, el conocimiento científico, a diferencia del sentido común, es objetivo, se somete constantemente al ensayo y a la crítica; abarca el cómo y el porqué de los hechos; es dinámico y permite la aparición de nuevos conocimientos e ideas. Todo esto, como producto de una actividad metódica que busca descifrar los fenómenos del universo: la investigación científica. E ncontrar una única definición de “ciencia” es una tarea imposible. A continuación, se presenta una lista de definiciones de “ciencia” que tienen como eje el concepto de “conocimiento científico”, abordado en el apartado anterior. Tabla 1. Definiciones de ciencia Autor Definición RAE (2018) “Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente”. Autor desconocido en Manual de Investigación Clínica “La ciencia es el conocimiento racional y sistemático, generado del estudio de la realidad que nos rodea, a través de la investigación científica. Dicho conocimiento se ordena en un sistema de ideas conectadas lógicamente entre sí que se conocen como teorías y leyes que intentan explicar los hechos. La ciencia no reconoce verdades “a priori” y constituye un sistema de ideas establecidas provisionalmente y sujetas al cambio generado por los nuevos conocimientos”. Bunge (1983, p. 19 20) “La ciencia es un estilo de pensamiento y de acción: precisamente el más reciente, el más universal y el más provechoso de todos los estilos. Como ante toda creación humana, tenemos que distinguir en la ciencia entre el trabajo - investigación - y su producto final, el conocimiento”. “La ciencia es un conocimiento de naturaleza especial: trata primariamente, aunque no exclusivamente, de acaecimientos inobservables e insospechados por el lego no educado; tales son, por ejemplo, la evolución de las estrellas y la duplicación de los cromosomas; la ciencia inventa y arriesga conjeturas que van más allá del conocimiento común, tales como las leyes de la mecánica cuántica o las de los reflejos condicionados; y somete esos supuestos a contrastación con la experiencia con ayuda de técnicas especiales, como la espectroscopia o el control del jugo gástrico, técnicas que, a su vez, requieren teorías especiales”. Sabino (2014, p. 19) “La ciencia debe ser vista como una de las actividades que el hombre realiza, como un conjunto de acciones encaminadas y dirigidas hacia determinado fin, que no es otro que el de obtener un conocimiento verificable sobre los hechos que lo rodean”. Asensi y Parra (2002, p. 12) “Conjunto sistemático de conocimientos sobre la realidad observable, obtenidos mediante el método de investigación científico”. Diccionario filosofía (1984) “Esfera de la actividad investigadora dirigida a la adquisición de nuevos conocimientos sobre la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, que incluye todas las condiciones y elementos necesarios para ello: los científicos con sus conocimientos y capacidades, cualificación y experiencia, con la división y la cooperación del trabajo científico; instituciones científicas, equipos de experimentación y de laboratorio; métodos de trabajo de investigación científica, aparato conceptual y categorial, sistema de información científica, así como toda la suma de los conocimientos existentes que constituyen la premisa, el medio o el resultado de la producción científica”. de Fuente: elaboración propia a partir de las referencias especificadas. Las definiciones presentadas en la Tabla 1 tienen dos elementos en común. El primero es referirse a la ciencia como conocimientos generados a través de un proceso racional y sistemático (que incluye la observación), esto es, investigación científica. En segundo lugar, contemplar la existencia de leyes y principios que se derivan del conjunto de ideas lógicamente conectadas, que se constituyen en la premisa, el medio o el resultado de la producción científica, esto es, el conocimiento científico. Además de lo anterior, la ciencia inevitablemente está asociada al marco institucional y organizacional en el que se produce y a las diferentes perspectivas epistemológicas que soportan la producción de conocimiento, esto es, paradigmas del conocimiento científico. La ciencia, en todo caso, está sujeta a la crítica y refutación de las proposiciones que genera, pues no es posible “argumentar la existencia de verdades definitivas o universales, sino argumentos y afirmaciones a proposiciones particulares, que pueden responder -o contradecir- a una u otra teoría”. (Vizer, 2015, p.7) L a ciencia es un tipo singular de conocimiento, aquel que se obtiene mediante el método científico. La ciencia abarca, como lo afirma Bunge (1983), la acción y el producto, es decir, la investigación y el conocimiento. En este sentido, la primera diferencia entre ciencia y conocimiento es la cualidad abarcadora de la primera sobre el segundo. Ahora bien, la ciencia como un tipo de conocimiento se diferencia de otro suscitado en el seno de la sociedad: el sentido común o, también llamado, conocimiento ordinario. En palabras de Bunge (1983, pp. 19 - 20), “la ciencia, en resolución, crece a partir del conocimiento común y le rebasa con su crecimiento: de hecho, la investigación científica empieza en el lugar mismo en que la experiencia y el conocimiento ordinarios dejan de resolver problemas o hasta de plantearlos. La ciencia no es una mera prolongación ni un simple afinamiento del conocimiento ordinario, en el sentido en que el microscopio, por ejemplo, amplía el ámbito de la visión”. Si bien la ciencia y el sentido común aspiran a ser racionales y objetivos, la primera posee medios peculiares y sofisticados para someter a prueba sus supuestos a partir de la ampliación de la vida cotidiana y la experiencia privada, en el marco de teorías que pueden contrastarse para ser verificadas o falsadas. Por el contrario, el sentido común está estrechamente vinculado a la percepción y la acción. (Bunge, 1983, pp. 20 - 21) Además de lo anterior, las siguientes son cualidades específicas de la ciencia (Sabino, 2014, pp. 21 - 23): Objetividad: [...] obtener un conocimiento que concuerde con la realidad del objeto, que lo describa o explique tal cual es y no como nosotros desearíamos que fuese. Ser objetivo es tratar de encontrar la realidad del objeto o fenómeno estudiado, elaborando proposiciones que reflejen sus cualidades. Racionalidad: [...] se refiere al hecho de que la ciencia utiliza la razón como arma esencial para llegar a sus resultados. Los científicos trabajan en lo posible con conceptos, juicios y razonamientos y no con sensaciones, imágenes o impresiones. Los enunciados que realizan son combinaciones lógicas de esos elementos conceptuales que deben ensamblarse coherentemente, evitando las contradicciones internas, las ambigüedades y las confusiones que la lógica nos enseña a superar. La racionalidad aleja a la ciencia de la religión, y de todos los sistemas donde aparecen elementos no-racionales o donde se apela a principios explicativos extra o sobre-naturales; y la separa también del arte donde cumple un papel secundario, subordinado a los sentimientos y sensaciones. Sistematicidad: la ciencia es sistemática, organizada en sus búsquedas y en sus resultados. Se preocupa por organizar sus ideas coherentemente y por tratar de incluir todo conocimiento parcial en conjuntos cada vez más amplios. No pasa por alto los datos que pueden ser relevantes para un problema sino que, por el contrario, pretende conjugarlos dentro de teorías y leyes más generales. No acepta unos datos y rechaza otros, sino que trata de incluirlos a todos dentro de modelos en los que puedan tener ordenada cabida. Generalidad: la preocupación científica no es tanto ahondar y completar el conocimiento de un solo objeto individual, como en cambio lograr que cada conocimiento parcial sirva como puente para alcanzar una comprensión de mayor alcance. Para el investigador, por ejemplo, carece de sentido conocer todos los detalles constitutivos de un determinado trozo de mineral: su interés se encamina preponderantemente a establecer las leyes o normas generales que nos describen el comportamiento de todos los minerales de un cierto tipo, tratando de elaborar enunciados amplios, aplicables a categorías completas de objetos. De este modo, tratando de llegar a lo general y no deteniéndose exclusivamente en lo particular, es que las ciencias nos otorgan explicaciones cada vez más valiosas para elaborar una visión panorámica de nuestro mundo. Fiabilidad: [...] En esta conciencia de sus limitaciones es donde reside su verdadera capacidad para autocorregirse y superarse, para desprenderse de todas las elaboraciones aceptadas cuando se comprueba su falsedad. [...] Al reconocerse falible todo científico abandona la pretensión de haber alcanzado verdades absolutas y finales, y por el contrario sólo se plantea que sus conclusiones son “provisoriamente definitivas", como decía Einstein, válidas solamente mientras no puedan ser negadas o desmentidas. En consecuencia, toda teoría, ley o afirmación está sujeta, en todo momento, a la revisión y la discusión, lo que permite perfeccionarlas y modificarlas para hacerlas cada vez más objetivas, racionales, sistemáticas y generales. S iguiendo con Sabino (2014), el método científico es un procedimiento o un conjunto de estos que se emplea para obtener conocimientos científicos; es un modelo lógico que se sigue en la investigación y que rige toda la actividad científica, desde la gestación del problema hasta la difusión del resultado. No existen acuerdos con respecto a la sucesión de pasos que contempla el método científico, por tal razón, a continuación, se presentan varios planteamientos al respecto. De acuerdo con Asensi & Parra (2002, pp. 13), las etapas generales contempladas en el método científico son: 1. Formulación del problema que motiva el comienzo de la investigación, 2. Enunciado de la hipótesis, 3. Recogida de datos, 4. Análisis e interpretación de los datos. Price (2017), nos dice que el filósofo Bertrand Rusell, en su libro La Perspectiva Científica (1982) define el método científico como la observación de aquellos hechos que permiten descubrir las leyes que los rigen, y cuyos pasos son: 1. Observar los hechos significativos que pueden ser los menos relevantes. 2. Proponer hipótesis que, si son verdaderas, expliquen aquellos hechos. 3. Deducir de estas hipótesis consecuencias que puedan ser verificadas o refutadas por la investigación. Según Grinell (1997) (citado por Hernández, Fernández & Baptista, 2013, p. 4), existen cinco fases que permiten generar conocimiento de tipo de científico: 1. Llevar a cabo la observación y evaluación de fenómenos, 2. Establecer suposiciones o ideas como consecuencia de la observación y evaluación realizadas, 3. Demostrar el grado en que las suposiciones o ideas tienen fundamento, 4. Revisar tales suposiciones o ideas sobre la base de las pruebas o del análisis. 5. Proponer nuevas observaciones y evaluaciones para esclarecer, modificar y fundamentar las suposiciones e ideas; o incluso para generar otras. Bunge (1983, pp. 25-26), por su parte, considera que el método científico involucra la siguiente serie de operaciones: 1. Enunciar preguntas bien formuladas verosímilmente fecundas. 2. Arbitrar conjeturas, fundadas y contrastables con la experiencia, para contestar a las preguntas. 3. Derivar consecuencias lógicas de las conjeturas. 4. Arbitrar técnicas para someter las conjeturas a contrastación. 5. Someter a su vez contrastación esas técnicas para comprobar su relevancia y la fe que merecen. 6. Llevar a cabo la contrastación e interpretar sus resultados. 7. Estimar la pretensión de verdad de las conjeturas y la fidelidad de las técnicas. 8. Determinar los dominios en los cuales valen las conjeturas y las técnicas, y formular los nuevos problemas originados por la investigación. Para Bunge (1983), el ciclo del método científico se representa en el siguiente esquema: Figura 1. Ciclo de investigación Figura tomada de “La investigación científica”, M. Bunge, 1983, p. 23. El método científico es un rasgo característico de la ciencia: donde no hay método científico no hay ciencia. Pero no es ni infalible ni autosuficiente. Es decir, el método científico es falible, en la medida en que puede perfeccionarse mediante la estimación de los resultados a los que lleva y mediante el análisis directo. Tampoco es autosuficiente: no puede operar a partir de la nada, sino que requiere algún conocimiento previo que pueda luego reajustarse y elaborarse; y tiene que complementarse mediante métodos especiales adaptados a las peculiaridades de cada tema. (Bunge, 1983, p. 29) D e acuerdo con Hernández, Fernández y Baptista (2013), la investigación se define como un conjunto de procedimientos sistemáticos, críticos y empíricos que se aplican al estudio de un fenómeno. En palabras de Bunge (1983), como se citó en párrafos anteriores, la investigación es el trabajo de la ciencia. Un trabajo que está orientado a la producción de conocimiento y que busca dar respuesta a problemas científicos bien delimitados y documentados; respuestas que pueden estar hipotéticamente formuladas o respuestas (acercamientos) que surgen del proceso investigativo mismo. Esto último es la diferenciación matricial entre los enfoques cuantitativo y cualitativo. La investigación, en todo caso, al margen del enfoque elegido y aplicado, es sistemática, empírica y crítica. Esto quiere decir que no existe la “casualidad” cuando se abordan los hechos; hay disciplina (sistemática). Se recolectan y analizan datos (empírica). Y se evalúa y mejora permanentemente (crítica). Todo lo anterior en función de dos fines: producir conocimiento (investigación básica) y resolver problemas (investigación aplicada). (Hernández, Fernández & Baptista, 2013, p. xxvii) En concordancia con lo anterior y según Arias (1999, p. 2) la investigación: a. Implica el descubrimiento de algún aspecto de la realidad. b. Implica la producción de nuevo conocimiento, el cual puede robustecer postulados teóricos (investigación pura o básica); o aplicarse inmediatamente en la solución de problemas prácticos (investigación aplicada). R etomando otra obra de Mario Bunge (1978), la ciencia es importante en la medida en que busca la “verdad”; provee herramientas que pueden emplearse para el bien (aunque también para el mal); y siempre tendrá fines prácticos que beneficien a la humanidad. Además, la ciencia es el fundamento de la tecnología y promueve la (re) construcción de actitudes libres y valientes soportadas en pruebas y argumentos: “en resumen, la ciencia es valiosa como herramienta para domar la naturaleza y remodelar la sociedad; es valiosa en sí misma, como clave para la inteligencia del mundo y del yo; y es eficaz en el enriquecimiento, la disciplina y la liberación de nuestra mente” (p. 20). De acuerdo con Hernández, Fernández y Baptista (2013), la ciencia es muy útil para distintos fines, incluyendo la formación de todo tipo de profesionales. Posibilita la generación de productos y procesos que facilitan la vida de las personas; también, permite el conocimiento acerca de la humanidad y, por último, la generación de progreso (ver figura 2). Figura 2. Importancia de la investigación Figura construida a partir de “Metodología de la investigación”, Hernández, Fernández y Baptista, 2013, pp. xxv i - xxvii. C omo se anotó en párrafos anteriores, la investigación científica es un conjunto de procesos sistemáticos y empíricos que se aplican al estudio de un fenómeno. La investigación es dinámica, cambiante y evolutiva. Puede ser orientada en tres direcciones: cuantitativamente, cualitativamente y de manera mixta, siendo, esta última, la mezcla de las dos primeras. Cada tipo de investigación, sin importar su naturaleza, tiene como fin generar conocimiento o resolver problemas. (Hernández, Fernández & Baptista, 2013, p. xxvii) Abordar los desafíos que afronta la investigación científica implica asociar el contexto y el área del saber o el campo del conocimiento sobre los que recaen dichos desafíos. En el contexto latinoamericano, los retos están estrechamente vinculados con la transición hacia el siglo XXI y los problemas de orden político, social y económico, aún vigentes en los países de la región. En cuanto a la globalización, debe considerarse que la ciencia y la tecnología han transformado el mundo. La expansión de los mercados y el aumento de la oferta han incrementado las brechas relacionadas con el desarrollo tecnológico en los países. Aquí la investigación científica tiene retos importantes, puesto que urge la generación de nuevos conocimientos que permitan comprender los fenómenos, al mismo tiempo que se generan alternativas de solución a los problemas específicos. Lo anterior implica esfuerzos institucionales e interinstitucionales resguardados en políticas de estado que prioricen la promoción, desarrollo y divulgación de la ciencia, de manera responsable, racional y eficaz en beneficio de la sociedad. En este sentido, existe también, como desafío, el compromiso ético de todos los actores involucrados ante la generación de conocimientos auténticos que sean utilidad para la sociedad en un contexto sociocultural delimitado. A l igual que en los conceptos de “conocimiento”, “ciencia” e “investigación”, existen numerosas definiciones de “paradigma” y múltiples clasificaciones respecto a su relación con la ciencia. Para Kunh (citado por Martínez & Ríos, 2006), “un paradigma es una estructura conceptual, de creencias metodológicas y teorías entrelazadas que abre el campo de visión, de una comunidad científica, formado su concepción del mundo (cosmovisión), a la vez que la construye como tal”. En otras palabras, un paradigma es el marco general, comúnmente aceptado por comunidades de especialistas, dentro del cual surgen problemas que se van solucionando con las herramientas y constructos desarrollados “internamente”. El paradigma orienta la investigación. No obstante: [...] llega un momento en que dentro de ese paradigma se acumulan los problemas sin solución, las anomalías. Es entonces cuando el paradigma entra en crisis. Lo que entonces demanda la comunidad científica es un cambio radical de estilos, una revolución científica, un nuevo paradigma. En algún sentido es ver el mundo con ojos nuevos, de manera inédita, como si éste apareciese por primera vez ante nuestra mirada. (Asensi & Parra, 2002, p. 18). En la figura 3 se esquematiza el proceso de surgimiento de un paradigma: Figura 3. Surgimiento de un paradigma Figura tomada de “Los Conceptos de Conocimiento, Epistemología y Paradigma, como Base Diferencial en la Orientación Metodológica del Trabajo de Grado”, Martínez y Ríos, 2006. Con respecto a los tipos, Vázquez, Acevedo, Manassero y Acevedo, plantean 4 paradigmas básicos: positivismo, realismo, pragmatismo y relativismo). A continuación, se definen y caracterizan, teniendo en cuenta el trabajo realizado por los mencionados autores (2001, pp. 139 -156). Cabe anotar que estos paradigmas se materializan en los tipos o enfoques de investigación cuantitativo, cualitativo y mixto. Tabla 2. Paradigmas básicos sobre la naturaleza de la ciencia Paradigma Postulados Características El positivismo contempla a la ciencia como un intento de codificar y anticipar - Hace hincapié en la verificación (o alguna variante como la Positivismo la experiencia y, más aún, considera que el método científico es el único intento válido de conocimiento, basado en los datos observacionales y las mediciones de magnitudes y sucesos. Así pues, una de las tesis básicas del positivismo lógico es el dogma de la unidad y universalidad del método científico. Se desarrollan teorías y leyes para correlacionar datos empíricos y, por tanto, la teoría verdadera es la mejor contrastada, esto es, la que se ajusta mejor a todos los datos observacionales, denominada teoría empíricamente adecuada. La verdad de la ciencia consiste en el mejor grado de bondad en ese ajuste, que determina la adecuación empírica de las teorías. En definitiva, sólo son creíbles aquellas proposiciones cuya verdad pueda establecerse por medio de observaciones. Además, el positivismo sostiene la existencia de un criterio radical de demarcación entre la ciencia y la no-ciencia, que sería la aplicación de dicho método científico único y universal, consistente en un conjunto de reglas objetivas y universales para el diseño de experimentos y la evaluación de teorías que aseguran el éxito y el progreso. falsabilidad). Cultiva en exceso la observación. - Es contrario a la causación. No es necesario buscar causas en la naturaleza, tan sólo regularidades del tipo antecedente-consecuente. - No da suficiente importancia a las explicaciones científicas. - Es refractario a las entidades teóricas (antirrealismo). - Se opone radicalmente a la metafísica, que se considera estéril para la ciencia porque está construida sin ningún correlato empírico, aplicando la navaja de Occam de manera tajante para descartar del pensamiento científico todo lo que recuerde a filosofía especulativa (empirismo antimetafísico). Relativismo Realismo El relativismo considera a la ciencia ante todo una actividad social y humana, una más de las emprendidas por la humanidad para lograr conocimientos sobre el mundo, y, por tanto, se la contempla como una vía más de conocimiento, ni exclusiva ni excluyente de otras distintas, pero igualmente válidas para dicho fin. Por la consideración e importancia concedida a los aspectos personales (intereses, creencias propias, etc.) y contextuales (sociales, relacionales, políticos, económicos, etc.) y su influencia en la generación del conocimiento científico (el contexto de descubrimiento), el relativismo ha sido tildado de introducir aspectos psicológicos y subjetivos en la epistemología de la ciencia. La tesis básica del relativismo sostiene el falibilismo extremo de la ciencia (y, en general, de cualquier forma de conocimiento humano): las pruebas, especialmente las empíricas, no son decisivas para conformar las verdades científicas; es decir, las afirmaciones sobre el mundo no provienen exclusivamente de los datos observacionales. - Es de carácter holista. Los planteamientos realistas más duros parten de considerar que el objetivo de la ciencia es buscar teorías verdaderas según un criterio de racionalidad, representado por la superación de muchos intentos de falsación, es decir, de demostrar que la teoría falla. Desde este punto de vista, se hace de la verdad un objetivo de la ciencia y no un atributo de las teorías científicas, pero, desde otros puntos de vista, no es necesario identificar con el realismo la búsqueda de la verdad como finalidad de la ciencia para ser realistas. Sobre la base de este exigente criterio, el realismo tradicional adopta una posición reduccionista y cientifista en cuanto considera que la ciencia es el único camino válido para el conocimiento (criterio de demarcación entre lo que es y no es ciencia), por ser el que se enfrenta explícitamente con su falsación. - Se rechazan las teorías que no se adaptan a los fenómenos conocidos. - Defiende tesis epistemológicas extremas, tales como la inconmensurabilidad y la infradeterminación radical. - Niega la posibilidad de que exista un criterio de racionalidad único, unitemporal y universal. - Se prefieren las teorías que hacen predicciones sorprendentes. - Se eligen las teorías que explican fenómenos de rango más amplio. - Se opta por aquellas teorías que ofrecen una explicación única de un fenómeno. Pragmatismo Las posiciones pragmatistas, funcionalistas o instrumentalistas, se caracterizan por considerar la ciencia un instrumento cuyo objetivo es producir teorías capaces de superar contrastes empíricos más exigentes, lo que las hace más fiables. Las mejores teorías son las que han superado pruebas más fuertes y son útiles como guías fiables para conseguir los objetivos de la ciencia. La ciencia es un conocimiento sobre el mundo de naturaleza funcional, cuyo rechazo o sostenimiento viene determinado por la fecundidad en su descripción. El pragmatismo distingue los objetos reales del mundo y los teóricos (idealizaciones) de la ciencia, que describen a los otros. Así mismo, desplaza el acento negativo del realismo de Popper en la falsación de teorías hacia las contrastaciones superadas; si una teoría falla al resolver determinados problemas no es razón suficiente para descartarla. Fuente: tabla construida a partir de “Cuatro paradigmas Básicos sobre la naturaleza de la ciencia”, Vázquez, Acevedo, Manassero & Acevedo, 2001, pp. 139-56. Descripción del documento Nombre del archivo En este artículo se puede profundizar acerca Vizer, E. (s.f). Paradigmas y estilos de de los conceptos de ciencia, conocimiento y conocimiento: “cultivando dominios paradigma. sociales”. Recuperado de http://labcomifp.ubi.pt/files/agoranet/05/vizer_paradig masyestilos.pdf En este artículo se puede profundizar acerca Vázquez, A., Acevedo J., Manassero, M, & del concepto y tipos de paradigma asociados Acevedo P. (2001). Cuatro paradigmas al conocimiento científico Básicos sobre la naturaleza de la ciencia. Argumentos de Razón, 4, pp. 135 -176. Recuperado de http://institucional.us.es/revistas/argume ntos/4/art_5.pdf En este artículo se puede profundizar acerca Martínez Marín, A., & Ríos Rosas, F. (2006). de los conceptos de epistemología, Los Conceptos de Conocimiento, conocimiento y paradigma. Epistemología y Paradigma, como Base Diferencial en la Orientación Metodológica del Trabajo de Grado. Cinta de Moebio, (25), 0. Recuperado de http://www.redalyc.org/html/101/1010250 8/ Ciencia: “La ciencia es un estilo de pensamiento y de acción: precisamente el más reciente, el más universal y el más provechoso de todos los estilos. Como ante toda creación humana, tenemos que distinguir en la ciencia entre el trabajo - investigación - y su producto final, el conocimiento”. Bunge (1983, p. 19 - 20) Conocimiento: Conocer es saber algo acerca de los objetos que nos rodean o de nosotros mismos. Investigación científica: se define como un conjunto de procedimientos sistemáticos, críticos y empíricos que se aplican al estudio de un fenómeno. (Hernández, Fernández & Baptista, 2013) Método científico: es un procedimiento o un conjunto de estos que se emplea para obtener conocimientos científicos; es un modelo lógico que se sigue en la investigación y que rige toda la actividad científica, desde la gestación del problema hasta la difusión del resultado. (Sabino, 2014) Paradigma: “un paradigma es una estructura conceptual, de creencias metodológicas y teorías entrelazadas que abre el campo de visión, de una comunidad científica, formado su concepción del mundo (cosmovisión), a la vez que la construye como tal”. Kunh (citado por Martínez & Ríos, 2006) Positivismo: paradigma que “contempla a la ciencia como un intento de codificar y anticipar la experiencia y, más aún, considera que el método científico es el único intento válido de conocimiento, basado en los datos observacionales y las mediciones de magnitudes y sucesos”. (Vázquez, Acevedo, Manassero & Acevedo, 2001, p. 140) Pragmatismo: paradigma que “considera la ciencia un instrumento cuyo objetivo es producir teorías capaces de superar contrastes empíricos más exigentes, lo que las hace más fiables”. (Vázquez, Acevedo, Manassero & Acevedo, 2001, p. 156) Realismo: paradigma que “considera que el objetivo de la ciencia es buscar teorías verdaderas según un criterio de racionalidad, representado por la superación de muchos intentos de falsación, es decir, de demostrar que la teoría falla”. (Vázquez, Acevedo, Manassero & Acevedo, 2001, p. 151) Relativismo: paradigma que “considera a la ciencia ante todo una actividad social y humana, una más de las emprendidas por la humanidad para lograr conocimientos sobre el mundo, y, por tanto, se la contempla como una vía más de conocimiento, ni exclusiva ni excluyente de otras distintas, pero igualmente válidas para dicho fin”. (Vázquez, Acevedo, Manassero & Acevedo, 2001, p. 143) Asensi Artiga, V., & Parra Pujante, A. (2002). El método científico y la nueva filosofía de la ciencia. Anales de Documentación, (5), 9-19. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=63500001 Bunge, M. (1978). La ciencia. Su método y filosofía. Buenos Aires: Siglo Veinte. Bunge, M. (1983). La investigación científica: su estrategia y su filosofía (2a ed.). México: Editorial Ariel. Hernández, R., Fernández, C. & Baptista, P. (2013). Metodología de investigación. México: McGraw-Hill. Martínez Marín, A., & Ríos Rosas, F. (2006). Los Conceptos de Conocimiento, Epistemología y Paradigma, como Base Diferencial en la Orientación Metodológica del Trabajo de Grado. Cinta de Moebio, (25), 0. Recuperado de http://www.redalyc.org/html/101/10102508/ Price, D. (2017). La Perspectiva Científica, por Bertrand Russell. Revista de Filosofía, 23-24 (1984), 143-145. 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