Barcelona: Estrategias Culturales y Renovación Urbana PfPSt BIRÓS l:!arc-<lona «Cuamo más homogénea es una poblaciúnurbana. menos podemo.~ hablar en témrinos de ciudad. Cuanto más ~egregados son Jos grupos y /(11 funciones urbanas, menos estamos creando una cmmmidad. Lo ciudad emendida como rm diagrama es. en liltimo término. la fábula de un u.~ soriadores que qrlieren la complejidad y la riqueza de lo esrmctum urlrmw .fin .ws pmblemas. sru tensiones, su volatilidad." Spiro Kostof 7/re city shaped Barcelona constituye, desde hace algunos años. un punto de referencia privilegiado. casi obligado. no sólo para arquitectos y urbanistas de todo el mundo. sino parn todo.> aquéllos que desde un ámbito u otro se interesan por la crea· ción y renovactón de las formas urbanas de vida y convivencia colccti\·a. Son muchos quienes hablan, incluso. de un "modelo Barcelona" de renO\'<ICión urbana. ¿Ex iste una ba ~c r~al p<tra este interés o no se tnlla más que de un fenómeno de moda, una especie de espejismo colecti vo, masivo, directamente vinculado al impacto mediático que la ciudad tuvo con ocasión de la celebración de los Juegos Olímpicos de verano de 1992? confianza en el futuro que segunamcnte no tiene comparación con ningún otro momento de ¡,u historiJ. Es indudahle que la celebracion. en 1992. de los Juegos OlímpiCOS de\ erano contribu)Ó de manera decis l\ n a atraer la atcnc1ón internacional M.>h1 e Barcclunn, como también es evidente que la propia urg:tni;wcil'in de lo'> Juegos fue una palanca fundamcnt<il para la realizaciÓn de una parte importante de los diver os proyectos de reno~ ación urbana. Pero también es indudablc que la estrategia de renovación de la Ciudad empezó a dcsarrollar'c nntcs y con independencia del proyecto olfmpico, y ha continuado despué · de la celebración de los Juegos. De manera perfectamente razonable o ......1. .... • t .. 1, • ...... . ......: ..-. ~- ~ ............. posible que una ciudad rdnti\:lmcntc c;pcctacular y dado que se ha llevado a pequeña, que no es un centro político ni término con un elevado mvcl de calieconómico de gran magnitud, en com- dad y creatividad. son ya muchos los paración con las grandes metrópolis estudios que han abordado la experienmundiales. se convierta en ··modelo··. en cia barcelone. a en té1mi nos de reurdmacentro de atención, de ntraceión y de· rión y lransfimrwción urbaní.l'lica. esbate? ¡mcial. Lo cierto, entodu caso, es que el interés existe, y que en el interior de la propia ciudad. aunque los problemas siguen siendo importantes y numerosos, se experimenta un empuje creador y una Siu pretender restar importancia alguna a este proceso de transformación fís ica de la ciudad. la tesis principal de estas páginas es que el valor de la ex periencia reciente de Barcelona radica, 683 fundamentalmente, en que el conjunto de proyectos de renovación realizados en lo~ últimos veinte ati os con~ti t uye uno de los en~ayos más sugerente~ llevados a cabo hasta ahora de lo que puede ser una moderna ciudad democrática. un intento de reapropiación de la ciudad por parte de los ciudadanos, un proyecto en el que tiene tanta importancia la forma como la función. la belleza corno la utilidad, la eficiencia económica como la calidad de la convivencia colectiva. Desde esta perspectiva, además de la dimensión fís ica, e pacial, del proceso urbano, cobra una importancia de primer orden otra dimcn>ión a la que se suele prestar mucha menor atención: la dimensión cultural y temporal de la vida urbana. En este aspecto. la experiencia de Barcelona puede ser entendida como una reirtvertci6n cultural de la ciudad. una reinvenciónque implica una reordenación de los tiem¡JOs de la ci111iad. URBANISMO Y URBANIDAD. LOS TIEMPOS DE LA CIUDAD «No es de manera metafórica que podemos comparar u11a ciudad a una si11j011Ía o a 1111 poema: son objetos de la misma 11aturaleza. '/al vez todavía más preciosa,/a ciudad se fiUw Pn /u confluer¡cia emre IWtrtra/ez.a y artificio. Ef, al mismo tiempo, objeto natura/y sujeto cultural: indinduo y grupo; ri1•ida )' soíiada: la cosa humana por exceli!llcia., Claude Levi-Strauss Tristes tropique< 684 El punto de partida de estas páginas descansa. pues, en la comprensión de la ciudad no sólo ccmo estructura funcional, como centro económico y comercial, sino también como dispositivo de significación y de sentido, de encarnación y promoción de unos ciertos códigos, valores y pautas culturales que facilitan, o no. unas determinadas formas de convivencia y cohesión social. Toda ciudad es siempre, en este aspecto, una turbina social y una telaraña espiritual. una mezcla de gente heterogénea. un espacio donde conviven gentes de caracterfsticas y procedencias muy diversas. que realizan trabajos y funciones igualmente diversos, que viven en condiciones muy distintas. Si esta heterogeneidad no se produce. no hay ciudad. Pero si esta heterogeneidad no tiene -y no crea- referentes comunes, espacios y momentos de encuentro, de convivencia, de memoria colectiva, de proyecto compartido, de debate, de fiesta, tampoco hay ciudad. Extraños centros de vida, en las ciudades son tan importantes las alcantarillas como los monumentos, los espacios llenos como los v:lcíos. Lugares donde la gente hace las piedr:IS y las piedras hacen la gente, donde a menudo son tan ~ign i ficativos los gritos como lo~ silencios, los recuerdos y la lustoria como las ilusiones y los proyectos. Centro5de \'ida que para continuar existiendo de vez en cuando deben reinventarse y destruir buena parte de su pasado. Tejidos urbanos donde a menudo solo se puede construir destruyendo lo preexistente, espacios de convivencia donde la comunidad se basa en la diferencia y la libenad, pero la diferencia y la libertad amenazan continuamente la posibilidad de existencia de una vida comunitaria. El espacio, entonces. no es sólo el lugar en el que se produce la experiencia humana. También es uno de los grandes mecanismos que dan forma y sentido a esta experiencia. que valorizan y '-'·"'~~1'-'u·, ~.r t tV\ ..,,.t """'""u"" '"-lv• ....1 u\:.ft\r go, el intercambio, la tolerancia. la responsabilidad, el sentido comunitario. la identidad y la memoria colectiva, etc. Ahora bien, la significación. el sentido, los valores, necesitan tiempo, son siempre el resultado de una cierta acumulación )' sedimentación histórica. Es decir, para poder jugar este papel como dispositivos organizadores y productores de senúdo, los escenarios espaciales necesitan incorporar y expre- sar dos rasgos esenciales: por un lado. de cómo conjugar cambio y continuinecesitan panicipar de unos cienos CÓ· dad, el de cómo tender puentes y mecadigos colectivos de significación, nece· nismos de transición y traducción entre sitan llegar a confi gurarse como memo· diferentes códigos temporales que se ria y corno proyecto companido: por expresan en diferente ritmos de camotro. y paralelamente, necesitan una bio y en diferentes expre-iones formacierta estabilidad y duración. De hecho, les del espacio urbano y de la arquitecel primer aspecto depende muy directa- tura. mente del segundo. En este aspecto, j unro a la apuesta Como Richard Sennett ha dicho, el por la ciudad como estrucruta de w tisentido no aparece nunca como una rea- cu/aciólll' sí11tesis de espacio.\' tli,•et;IOs, lización inmediata, sino como un pro- para et•it~r su conversión en w1 arclzi ceso en el tiempo, en la historia.' Dicho piélago, en una suma de islas incomu· de otra manem, cuanta menos tempora- nicadas, tlllfl segzmda ap!testa de In lidad e historicidad se halla acumulada Barcelona reciell!e ha .~idu la r·eali<.Udn en unespacio. más difícil resulta la pro- por la ciudad como articulariún y sinducción de significado. tesis de cultura~ y tempomlidades diversas a partir de la comp/eji.1ad real Este es, en buena pane, el problema del tejido histórzco }' del patrimonio de los espacios urbano> modernos: la corutmido, con objeto de e11tar 511fragfal ta de estabilidad y duración para lle- memacrólt en islotes 1empomle.1 > en gar a constituirse como sopone signifi- memonas y pmyeclo~ parr:iule1, erducativo de códigos más amplios. El sen- yemes. tido necesita espacio y tiempo común. necesita orden, jerarquía, coherencia. Es decir. se ha actuado simultánea acumulación, sedimentación, continui- mente sobre el espacia y sobre el tiemdad, memoria, mientras que el espacio po, sobre la cultura. Sobre el espacio a urbano contemporáneo es un escenario rruvé.1· de/tiempo y la cullllra. Sobte el de diversidad y confusión, de movi - liempo y la culmra a trm•és del e~pa ­ miento y cambio constante, de ferme n- cio. tación y fugacidad, de discontinuidad y olvido. Desde 1979, año de las primera ~ Uno de los grandes problemas de la ciudad contemporánea radica en que muy a menudo la.~ nuevas áreas de desarrollo urbano se han plantc.1do como islotes fuera de la historia y de los códigos tradicionales de significación. El malestar de la 1i da urbana -y muy especialmente de la vtda suburbana- frecuentemente tiene mucho que ver con este disfuncionamicnto del espacio como dispositivo aniculador o productor de sentido, es decir, con su inadecuación como escenario de la vida colectiva, comunitaria, como escenario de una tradicióncultural compm1ida e integradora. Y esta inadecuación depende, en buena pane, de la falta de conjugación de los tiempos de un lugar. De ahf que uno de los mayores problemas de toda ciudad moderna sea el R1chard ennel, La CUJIC~tncia dtt nja. Ed Vcr,nl. Barcetunn t99t , p 21..~ elecciones a nivel local después de la restauración democrática, ello se ha Lraducido en una política munici pal en materia de infraestructum> y equipamientos caracterizada: a) por la e~lr echa interrelación entre las cstratcgi3' generales de renovación urbana y los planteamientos y objetivo' específicamente culturales desarrollados durante este mismo peñodo; y b) por una aJención y sensibilidad especial hacia la combinación e integración sistemática de recuperación e innovación, de restauración y nueva creación. de funcionalidad y significación. l as diferentes operaciones de renovación física de la ciudnd, pues, siempre han comportado no sólo una dimensión funcional, instnunental, sino también un componente claramente cultural, incOilJOrando sistemáticamente, en 685 su plancamiento y diseño. elementos y mccani;mos favorecedores de memoria y de creatividad. de rccquilibrio y de cohesión social. Simultáneamente, las prioridades establecidas en el terreno específicamente cultural, han sido inseparables de una concepción general de la ciudad en la cual los grandes eqUipamientos culturales, por ejemplo. no son sólo entenctidos como centros de conservación. documentación y difusión del patrimonio histórico-artístico. sino tambicn y muy especialmente como venebradorcs del tejido urbano, del equi librio tcrntorial y de la creación de rcrcr~n tc' significati ~o• en el C'Jl"L'Io púilli¡:o, EL CONTEXTO: ANA LISIS DE LA SITl AC IÓ N I> E PARTIDA Y DEL ENTOR~0 .. \'tJ \OIItl\ H 'H la e tw/11,/ ' ' ' ' ' ual \;·a d lugar {lrm.lt• ,J, nlah/r\ , m\. \ou [,, lumrbn•, f,, tJfl• ' h,,,.,., la t twfwl no frt .\ murttl/rn IH /rn h ( IJC/1\ .. f'o tl('/1111.1 mimr 1<11 ciutlatl,•., como docttlll<'lllo.\ com¡tlejo.\ pe m Íllll'figi!JJ<S IJII<' IIOS /w/i/ctll de /(}.1 m lores \' Cl.lftiracione.~ ti<' l itS dirigmte.1 , de sus plmrificadores. de ronltntuores. de lttS pmpietarios y di' IM ltahttmttel.• .111.1 Dona id Olsen file cth· eH a 11 orti o¡'w 1 Para desarrollar e ta polftica de cohesión y reequilibrio social a través de la renovación espacial pero también a través de la articulación de tiempos históricos y de la potenciación de código; colectivos de significación. de memo· rias y proyectos, Barcelona ha partido de unas premisas contradictorias pero en su conjunto favorables. 686 Indudablemente, uno de los grandes activos de la Barcelona actual es el de tener dos mil años de historia a sus espaldas. En Asia y Europa, los centros urbanos que tienen una historia milenaria no escasean. Sin embargo, son relativamente pocos los que se han incorporado a y han participado activamente en los proce os de modernización correlativos a la; revoluciones económicas, políticas y culturales de los últimos doscientos años. Y son muchos menos aún los que, habténdose incorporado a estos proce~os. han preservado partes sustanciales de su tejido y de su patrimonio histórico para integrarlas a la ciudad moderna. b 'abido que las grandes ciudades se han constituido m~d i.111tc un complejo entramado de 1a< llli"C~ ,ocioeconómicos y de decision<'' po lítica~- durante el siglo pasado o l'i ,¡,·tual. independientemente de que sus lllkl~"' fundacionales tengan un origen 111;h " m ~m" 1cmoto. Pero casi todas d i." In h.1nhecho negando y destruyen(llllt~mpor:ínea~ "" ' u pa..;¡Jo. En 13.uwlona. >in embargo, el impubo mudcrnizador derivado de la intlll, ll i;Jiilacilíll no sólo no arrasa la viej;1 ciu.dad rncdiev¡¡J sino que, reutilizándola y aun danando algunas panes importantes, prcse1·va su traz.1do general y una parte sustancial del patrimonio constnndo. Y no sólo eso: el crecimiento da Jugar, primero. no sin conflic tos ni resistencias, a uno de los más consegmdos proyectos de planeamiemo uroano o'et' sigt'o J..TX -et' cnsanct\e o'e Ildcfons Cerda- y después a la eclosión del Jll()(/emtSIIIO de finales del siglo XlX y principios del XX. Más adelante, Jos periodos de intenso crecimiento urbano del siglo XX los años 20 o los 60- tampoco dcstrtlyen substancialmente el patrimonio heredado. La especulación inmobiliaria protegida y alimentada por los gobiernos antidemocráticos resulta nefasta para las nuevas periferias. pero no afeela de manera irTcparablc el tejido urba- no preexistente. Ciertamente. el casco antiguo se l<t degradando y empobre· ctendo, se construye en los interiores de manzana del Ensanche -y por lo tanto se destruye su carácter de espacios libres- pero, por diferentes motivos. los principales proyectos de sventramemo y de vfas rápidas -que existen- no llc· gan a realizarse, y los rasgos físico\ esenciales del casco antiguo, del propio En anche ) h:tsta de los pueblecito:. anexionados a fi nes del siglo XIX )' principios del XX -Gracia. Sarriá, Smm.... · son preservados. La percepción, pues, de la ciudad como contimmm en el que se l'an arliculando y sedimentando diferentes capas históricas, inclu· so dentro de un proceso sostenido de cambto. se mantiene sin grandes dtlicultades. Ca he decir que este proceso c.~ el resu liado tanto de una:- cierta' fucrta:. y 1>oclcrcs cumo de unas dcbilidadc> in· negable>: una debilidad política y una debilidad eronómica. yecto de lldefons Cerdil. asr como la auscncta de e;pacios. mo numento ~ y cc1uip:unientos público en el En,anche.l Todo ello no qu1erc dcctr, ~ •n émbargo. que los poderes político; no hayu n jugado un papel tnlpDJtante en la confi· guración de la Barcelona moderna. Lo que ocurre es que. a difeocnc1a de otras grnndel> ciudad~:>. :tqui lo~ pt)dere~ publico' decisivos han sido los gobietnos locJics. y en especial el Ayunuuniento de Barcelona. Tambil:n hanJugado un papel decistlos poderes económtcn~. pero l.C ha tratado siempre de unos podetes cconó· mico;, de di men~ión ) alcance cnunentcmcntc local. Yen la práctica. la crc.tción y los grande> ~altos de la Bar,·do· na moderna >C han producido cuando ha cuajado una alianza de facto ent re d gobierno local y la' fu erza~ e,·onomic:J> y sociales más di námica~ de la c1udnd. '0 Ahora bien. e>W l'll'ilulad. que C> h gr.111 tuerza Je Barcelona, también e\ En electo. la pre:.ervacion. hasta rcvclado1.1de ,u gmn dcb1hdad. En Barnuestro~ tli:1:-. <le la C>tructura urh.llla y rclon:t no encontramos lo> grJndc~ esde muchas piezas e~cnl'ialc> de la Bar· pactO\. lo\ gra n de~ monumentos. l o~ ~clona medteval y del s.XIX es en buc· grande; edilicio' repre,cntati vo< que na parte. y piim<itíjicamcillc, frut ode una caracterizan la> pri ncip a l e~ l'apitah:s gran ausencia y de una relativa pobre· políticas y/o financicra\ de la .::~cen a za: la au~cnc ia de un poder político fuer· i nt~rn acional. Y proyectos de inrr ae~­ te situado en la ciudad y la relativa llO· tructura i mpresci ndible ~ para una ciubreza de unas clases burguesas que nun· dad que pretenda o;cr un gran centw ceoca han sido lo suficientemente ricas nómico y cultural y que con el concurcomo para renovar r.1dicalmcntc el teji- so decidido de un poder político ;,upr.!do urbano en clave funcional. local set ían llevado' a té111lino con rnpidel. en Barcelona >e han mnt\tntdo La relativa suerte de Barcelona -y lo durante ai\os y a menudo han quedado que en cualquier caso constituye una de. parcialmente desvirtuados por el camisus gr.mdes singularidades- es que. des- no: el propio plan Cerda. las grandes pués de la época de esplendor político y i n frne~ t ructuras viarias, el transporte económico de la Baja Edad Media, la metropolitano.... ciudad nunca ba sido suficicntcmcute Algunas l'ccc.~ se ha dicho que Barrica y poderosa para poderse pllmtcar seriamente la destrucción de su histo· celona es una mezcla ele Florencia y ria, para llevar a término operaciones de Manchester. Sin duda. la comparación saneamiento yde monumcntalizaciónal es inadecuada en muchos aspectos. pero estilo de las grandes capitales intemn- sugiere hechos incontestables: la singucionalcs. (Aunque esta relativa pobreza lar síntesis barcelonesa entre tradición explica también la degradación a la que y modernidad, entre patrimonio y nueha sido ~omct ido desde su inicio el pro- l'a creación, entre arte e industria. 687 ' Mnvtmicnlo de m;pirnción smúhu al " Art nouvc.1u" fr~ncn-betga o al "Jungcnd11il" cctllrocuropco. La vida cultural de Barcelona ha Pero al mismo tiempo, ebta síntesis sido. y en gran medida sigue siendo, una es incomprensible si no se tiene en cuenta la peculiar dinámica económica y vida fundamentalmente civil , protagopolítica de la ciudad, el papeljugado por nizada por la ciudad en forma de inicialos poderes públicos y las aspiraciones tiva privada o de administración local políticas y sociales de las clase.~ burgue- y actualmente también a través de la administración regional, la Generalitatsas y populares barcelonesas. ' pero nunca por el Estado central. Aunque parezca increíble. en Barcelona, Es decir, asfcomo seria ingenuo pendejando de lado el Archivo de la antisar que la preservación de la Barcelona gua Corona de Aragón, no hay una sola medieval fue debida a una perspicacia institución cultural de inictativa o t.ituhistórica que permitió anticipar la aclaridad estatal: ni un mu. eo, ni un teatual revalorización cultural de este patro, ni un auditorio, ni una biblioteca,... trimonio, también seria simplista atribuir solo a la ausencia de grandes re~o obstante. en Barcelona hay imcursos económico• la preservación de portantes entidades culturales: algunas este legado urbano y arquitectónico. son de origen absolutamente privado (como el Gran Teatro del Liceo o el PaNo son motivos económicos sino cla- lacio de In Mtísica), por mós que ahora ramente políticos e ideológicos los que estén plenamente respaldadas y sólo hacen que la lucha de la renaciente Bar- puedanexistir gracias a la pmticipación celona de fi nales del s.XIX frente a una de las administraciones públicas; la Esp;uia Munida en la decadencia, enar- mayoría son directamente. y desde su bole como punto de referencia privile- comienzo. iniciativas y realizaciones de giado el glorioso -y mitificado- pasado la administración local, como la casi medieval de la ciudad. totalidad de museos y bibliotecas públicas. No es casualidad que el estilo arquitectónico y artístico con el que la puAsí, un recorrido por nuestros mujante burguesía barcelonesa de finales seos dibuja una radiogmfía clarísima de del s.XIX expresa y sublima su nueva los momentos altos y bajos de nuestra riqueza y sus aspirociunes. sea el llama- historia: una Baja Edad Media esplendo modemismo1• rm movimremo m el dorosa; la crisis y re!Hti va decadencia cual a menudo se confrmden las imro- entre los siglos XVI y XVIll; la revitavacwlles más arrevidas con las técnicas lización de finale~ del XVIII; la explo; fo rmas esrilisticas mas 11·ad1cionales sión de riqueza y creatividad de finales y medievuli:ames. del XIX y principios de XX; la miseria moral y cultural del franquismo; el reComo no es casualidad que la de nacimiento. el dinmnismo y la creativinuevo emergente Barcelona de los años dad de nuestros días... 1:1\JO) T\3.] ¡'a u\.. a .ÚVl ll lt lt.., I IIV 1 1 \o-u\...., cubra yexalte el legado modernista que el régimen franquista menospreció. Recuperando y defendiendo unas ciertas piedras se recupera, se deliende y se proyecta hacia el futuro una cierta idea de ciudad. 688 Tnmbién la vilhl. las instituciones y el patrimonio cultural de Barcelona refl ejan la fuerza y las debilidades de la ciudad, las presencias y la ausencias. El Musco Arte de Catalunya reúne mejores colecciones de arte medieval. Hasta la reciente incorporación de la Generalitat de Catalunya, ha sido un museo municipal. como el Museo Picasso. un museo excepcional constituido totalmente a base de donaciones privada , en primer lugar las del propio artista. la~ La Fundación Miró, la Ftmdación Tapies y el nuevo Museo de Arte Con- 1/ temporáneo son fru to. también, de la feliz colaboración entre la generosidad de nuestros grandes anist.'lS, la voluntad política de los gobiernos locales y del regional y. en el lillimo caso, el renacido mecenazgo del sector privado. Un resullado de este proceso es que. en su morfología urbana y en su patrimonio hist6rico-cullural. la Barcelona actual constituye una expresión privilegiada de tres momentos históricos: el tardo-medieval. el modernista de finales del s.XlX y principios del s.XX y la renovación y experimentación contemporánea. Tres momentos sustancialmente distintos en sus fom1as artíst icn~. en sus valores culturales y morales y también en los sectores sociales concretos que los protagonizan. pero unidos los tres por el carácter local y cívico de sus fuerzas motrices. Finalmente. un elemento también decisivo de la singularidad de Barcelona radica en el hecho de ser el centro de gravedad de una ~ rca lingüística y cultural claramente diferenciada, la cntalana, dotada de profundas rafees y tradiciones. >olidarse al margen y en contra de cual- ' Enrre 1714 y 1977. fech3 del rcsquier ayuda c•tatal ello se debe, en gran lnblocinuento del gobierno amónomo rlc Cntaluria, ólo huy dt» brepan e. a la existencia y a Id vitalidad cul- \es ¡.enodu. en que e.;Ja e' presión turalde una ctupad como Barcelona que ill>tirudonal ;e r roducc: la Manha 'ido una ciudad abierta, activa. em- romonnat de Cataloi\3. enlfe 1914 prendedora. integrada en los procesos l 1925. ) la C.ner.!liJ,ll de la Seeuropeos de modernización económica ronda llepúbhca. entre t 931 i 1939. y social mientras el resto du España se replegaba sobre sí misma en torno a valore;., actitudes y formas de organización social y cconómic:1 claramente rctardatarias con re pccto :1 Europa. Durante prácticamente todo el periodo decisivo del proceso de industrialización y modemiL.ación. Barcelona ha sido la capital de un país di. culido y negado, es decir. de una región con unas características económicas y culturales bien dcli nidas enel conjunto de E>paña y, si n emb~rgo, s.in una expresión institucional propia.' De ahf que durante los dos últimos siglos, los gobie rno~ locales y muy en e, pccial el Ayuntamiento de Barcelona y sus alcalde. en más de una oca>ión han jugado el pApel simbólico y real de unas inexistentes instituciones de ámbito catal:in. CONTINUIDAD ... Y CAMBIO. En este aspecto, la historia catalana constituye uno de los mros ejemplos de ~ un mido embria¡;ado1; 1111 navío que pervivencia de una lengua que sin goboJia que boga de tumwllla Pn 7.ar del apoyo de un Estado -al contrario, habiendo sufrido largo tiempo una tomte/1/a y qrre a l'I!Ct!.l' naufraga: política lingtlistica y cultural totalmen- ¿aca.1o no es esro. una ciudad?» te adversa- no solo se ha conservado y Amín Maalouf consolidado como lcngu:t coloqu ial sino León el AfricfiiiO que en los últimos cien años ha ido ganando terreno como lengua de alta culTodos estos elementos de continmtura. dad histórica no deberían hacernos perder de ' ista la profu ndidad de los camCon todo. probablemente sea erró- bios experimentados por la ciudad: camneo considerar, como a veces se hace, bios económicos, polít icos, sociales, que la vitalidad y la personalidad cultu- culturales. etc. Cambios. en fin, en el ral de Barcelona descansan en el hecho conjunto de elementos que configuran diferencial catalán. la ciudad real, más acá y más allá de sus formas físicas. Es cierto que el "hecho catalán'' resulta imprescindible para comprender la Porque hasta aquí sólo se ha hablapersonalidad y la vida barcelonesa. pero do de la Barcelona histórica, de la Ciuno lo es menos que si la lengua y la cul- dad Vieja. el Ensanche y los núcleos tum catalanas han podido subsistir ycon- agregados a finales del s.X:IX y princi- 689 píos del XX . El panorama cambia sustancialmente si ampliamos nuestro ángulo de visión a la periferia, la del propio término municipal y la de la corona metropolitana. Porque. a pesar de ~u singularidad, Barcelona no ha escapado al destino de las grande ciudades modernas. Barcelona no ha escapado a esta dinámica. t'á's· f!'ú.Yl~de{; d'ffiéWéW Sl:ljt"':ó'S ¡5\l'>t~O!fde -ei1I\iilm;á15l'ó'de· B:ffeél'atw- los cambios políticos y económicos impulsados por fue rzas estrechamente vin· culadas al des<UTollo y al modo de vida urbano pero que actúan por encima de ellas. La ordenación del espacio urbano, y sus cambios, ya no depende de un sistema en el que los criterios cualitativos y de signiti cación juegan un papel de primer orden, sino de una valoración del suelo regida por criterios estrictamente mercantiles e instrumentales. El suelo urbano se transforma en una mercancía co mo cualquier otra. ne, a pesar de todo, una notable calidad urbana y cultural, mientras que la periferia ha sido urbanizada sin miramientos, con la rentabilidad económica a corro plazo como único criterio de decisión. Una periferia donde se ha concentrado tanto un desarrollo industrial acelerado y caótico como una edificación intensiva de polígonos residenciales de baja calidad, sin los equi pamientos sociales mínimos (escuelas, centros sanitarios, parques, instalaciones deportivas, etc.) Una periferia, en Desde el primer tercio del s.XX, y especialmente todo a lo largo del periodo franquista (1939-1 975) la relativa preservación de la ciudad central ha ido acompañada de un crecimiento desordenado. invertebrado, de la periferia, Es bien sabido que, simultáne.~men­ con la especulación inmobiliaria como tc al proceso general de urbanización de única pauta ordenadorn. Barrios enteros las sociedades industriales, se produce sin los más mínimos equipamientos han también un proceso paralelo de de dibu- crecido en los lfmites del término mujamiento, desintegración y pérdida de nicipal y ensu entorno inmediato: Ciutat autononúa de las ciudades. El hecho Meridiana. Torre Baró, Can Caralleu, urbano deja de materializarse en encla- Bellvitge, Sant Ildcfons, hasta absorber ves compactos, claramente definidos. los parajes donde la ciudad pierde su Los límites de las ciudades se desvane· nombre... Las pequeñas poblaciones del cen en el marco de un territorio plena- cinturón industrial han crecido de mamente urbanizado. nera salvaje, sometidas a una industrialización acelerada y a una avalancha Por otro lado, así como muchas ciu- inmigratoria que ha transformado no dades antiguas y medievales eran, prác- sólo su estructura físie.~ sino su compoticamente, ciudades-estado, en la época sición social y cultural, porque esta inmoderna los gobiernos locales ocupan migración procedía de las regiones más un lugar secundario en la gran escena pobres de España. y fundamentalmente política. Las grandes opciones políticas del sur. se les escapan. Y lus grandes movimien· tos económicos, también. En el plano A pesar de que los límites jurídicos poiítico, son los Estados los que ocu- y administrativos de Barcelona no han pan el primer plano. En el económico, sufrido modificac ión alguna desde 1920. son las grandes empresas. nacionales la ciudad real sí que se ha transformado primero, transnacionales después. profundamente. A mediados de los años setenta, pues, el témtino municipal de Se va produciendo, con ello, un fe- Barcelona no es ya nuís que el ccntrn nómeno paradójico: las sociedades mo· de una conurbación mucho más Clltcndernas son cada vez más urbauas y, al sa, de una metrópolis difusa de más de mismo tiempo, las ciudades son cada tres millones de habitantes. vez menos capaces de controlar sus condiciones de existencia. En cierto modo, Una metrópolis en la cual el centro 690 nY<íiWie- fi n, en la cual las viejas estructuras sociales y culturales y los viejos núcleos urbanos han quedado sepultados en una macro-ciudad melropolitana amorfa y magmálica, llena de descosidos territoriales, sólo rica en déficits de todo tipo: de infraestructuras, de equipamientos, de servicios, de espacios comunitarios, de redes de transporte y comunicación, etc. Una periferia, en fin, mayoritariamente habitada inmigrantes y sus familias, de tradición cultural y lingüística diferente a la catalana. l En buena parte, estos problemas no tienen nada de original. no son específicamente barceloneses ni catalanes. Aunque muy agravados por una especulación desenfrenada y por la carencia de derechos dcmocrá icos impuesta por la dictadum franquista. son problemas muy similares a aquellos con lo que se enfren tan muchas ciudades en Europa y en todo el mundo. Son los problemas derivados de la industrialiulción, de los grandes movimientos migratorios. de la motorización, de la suburbiahzación, etc. No es necesario extenderse excesivamente en ello, pero sí recordarlo porque esta es la situación con qué se encoturará cualquier proyecto de reconstrucción y renovación de Barcelona cuando por fin, después de tres años de guerra civil y treinta y seis años de dictadura. los ciudadanos recuperen el derecho a intervenir decisivamente sobre su entorno urbano. POLÍTICA, URBANISMO Y CULTURA «Barcelona es 11110 ciudad que se invema sus propias tonnemas• Jean Fran ~i s Fogel Liberarían En una situación política y cultural <•normal», en ténninos europeos,la evolución de Barcelona habría sido, muy probahlemcme, similar a la de otras ciudades de características socio-económi- 11 cas parecidas: Mi lán, Lyon, Munich, Glasgow. etc. Es decir, se habrfa producido, por ejemplo, un cucstionmniemo gradual de las modernas políticas de zonificación y de prioridad a las 'fa> rápidas: una revalorización y rehabilitación del cenlro hi ~tórico y su reconverSIÓn como zona comercial y de l>Crvicios; y, en fin. un conjunto de accione; sectoriales dirigidas a aligerar los problemas funcionales y sociales de la ciudades modernas. Pero en la Barcelona de 111ediados de los años setenta lo que está en juego no es sólo una problemática urhana convencional. No se trata sólo de que aquí los problemas tengan un carácter más agudo. Se trata también de que hay problemas de orden muy diferente. La ciudad, centro y motor del "hecho catalán", necesita más) aspt.ra a míiS que a una racio nalizació n de sus infrastrucruras y sen•icios. Ya durante los últimos años del franquismo. y en especial cuando el dictador muere, en 1975, en Barcelona se de~arro lla n importantes movimientos político-sociales en diversos frentes: en el de la lucha por los derechos democráticos y por una mayor justicia wcial, no sólo para Cataluña sino para el conjunto de España; por la autonomía de Cataluña y por la recuperación de l a~ in>t ituc ioncs de auto-gobiemo; por la defensa y reeonotrucción del patrimonio lingüístico y cultural propio; etc. La lucha. pues_por la recon'itrucción de Barcelona es in eparable del paso de una larga etapa de resistencia a la dictadura a una de creación y puesta en marcha de instituciones democr~t icas, de reinvención de las relaciones entre la administracióny las fuerzas sociales, de establecimiento de unas nuevas bases de convivencia cívica y polftica, de definición y gestión de proyectos y objetivos. de renovación del imaginario colecti- vo... Es sobre este trasfondo ffs ico, histórico y moml sobre el cual, a panir de 1979. comienza a dibujarse y a tomar 691 forma un proyeclo de renovación y re- inexistentes bajo la dictadura -como el conslrucción que nace de una clara vo- PSOE•- obtienen un apoyo electoral luntad de reafinnación y dignificación muy superior al que consiguen aquéllas ' Uni ón de C'tntm Democrnl!co. urbana y de una visión de la ciudad en que protagonizaron la resistencia contra parudo creado. po<"O dc>pUé> de la la dictadura. La incipiente y frágil demuerte de Franco. por -;ech)r(~ la que -y ésta es la grao novedad con respecto a la anterior hi~toria cí~ ico­ mocracia se revela muy pronto como un refomu•tas del rég1mcn. política de Barcelona· las clases popu- régimen frío, indiferente e incluso injusto ' Par11do Socmh'' " Obrero E:s1~1ilol. lares ya no son sólo mano de obra sino hacia la historia. \lnculado a la lntcrnociooal Soc1a· ciudadano> de pleno derecho. Un proh' tn Enfrentadas a la libertad, a los meyecto que debe combinar la afinnación de unas raíces hislóricas propias con el canismos de la democracia parl<unentarespeto hacia unos ciudadanos reales ria y a una grave recesión económica, que en una proporción muy importante las fórmulas rcivindicativas tradicionaproceden de otras tradiciones. Una vi- les revelan pronto sus límites. En el sión, también, en la que las áreas ámbito político, todo está por reinventar. periféricas ya no son vistas como obje- Y hay que hacerlo abordando realidatos de especulación o como un mal in- des sociales, económicas y culturales evitable e irrecuperable, sino como uno que hasta aquel momento habían que. de los principales problemas y objeti- dado sepultadas bajo las prioridades y lo~ esquematismos de la lucha antifranvos a resolver. quista. Pero, ¿desde dónde reconstruir? Así pues. cuando el 19 de abril de ¿Sobre qué reinventar? ¿A qué dar prio1979 el primer gobierno municipal ele- ridad? ' Par1it Socinhstn Umficat de Ca!a- lunya gido democráticamente desde 1934 se dispone a tomar las riendas del gobierno de la ciudad. el escenario urbano con elque se encuentra no es demasiado distinto al de una embarcación a la deriva después de una larga tempestad histórica. La ciucL1d no ha sido \•Íclima de ni nguna catástrofe repentina. pero si de un desastre acumulativo. 692 A la consolidación de la democracia, claro. Pero. ¿cómo consolidar la democracia en una situación de profu nda crisis económica. sin posibilidades, pues, de una mejora rápida y significativa de las condiciones materiales de vida? Ya hace más de tres años que ha muerto el dictador pero la situación dista de ser estimuhmte. Lo que más adelante será juzgado por todo el mundo como una experiencia singularmente afortunadala rransrción lenta, pacífica y pactadadel franquismo a la democracia- tiene en una primera fase consecuencias contra- En el ámbito catalán, la alternativa es relativamente f¡\cil y clara: la lucha por la autonomía polftica y cultural catalana pasa a primer plano. Lil re-i ns· tauración de la Generalitat, una institución de gobierno autónomo dotada de cSCiiSO poder operativo pero portadora de un rico patrimonio ~i mbó l ico. abre un horizonte de vertebmción y recons- "'l'-""""'-:Uv. li.l .bru..-...a~;.w.h.n..m~..... bl Jr.u-1'\ri.An 1tV\Lft ir..P ~P r j.ih )nñu t iP argumento que hasta entonces había ac- rcafirmación de su idenúdad histórica. tuado como cemento unificador de fuer- Pero, ¿y en el ¡Ímbito local, cívico, de z:¡s sociales, políticas y culturales muy Barcelona? div~rsas - la lucha contra el franquismo y por la libertad- da paso a un profundo El. relativamente fácil construir o desconcierto. La dictadura va desvane- reavivar una mitología y una poética ciéndose poco a poco. pero también pier- sobre el pasado histórico de un país, den peso las fuerzas políticas que ;mi- sobre lodo si es un pasado interrumpido maron el movimiento antifranquista, y y lejano, cuanto más lejano mejor. cu especial el Pa11ido Comunista de España y su variante catalana, el PSUC'. Es mucho más diiTcil construir o re a~ Fuerzas políticas recién creadas -la vivar una mitología y una poética sobre UCD. por ejemplol- o prácticamente la vida de una ciudad. La ciudad es pura concreción. En una ciudad no hay mar- 1979-1986: Estrategias urbano-cultucha atr~ posible. no es posible apelar a rales de carácter general un pasado que ha dejado una herencia intratable. No se puede borrar, ni siquieEn esta primera fase, puc~. 1niciada ra mentalmente, la dc¡,tn1cción del teji- a partir de 1979, el acento se sitúa en la do urbano, la urbanización sal"aje de la revalorización de los espac ios y los periferia, el alud inmigratorio... equipamientos públicos de ámbno local (de barrio) como instrumento no sólo de La con~t n1cción-recons trucc ión de satisfacción de unas nece~i d adc.> SOCiaun país puede iniciarse sobre la base de les inmediatas. sino tarnbien de dnicuunas metas abstractas. lejanas. intan- lación de los difcrclltCStiempos y mengibles. La ciudad debe rehacerse en tér- talidades de la ciudad en una estructura común de memoria y de significación. minos muy concretos y operati\'OS. ' Paro UM "'plicación de1atlada de ICK cnleno.' umani>UCOS d< CSI~ pt:nu<lo. \éa>e el 11t1ículo oo Josep Acebillo_ •Pioe<< dure\, Rondes lcrd<S• en El rul d~ la fl<t.m Cn)mc·a dt In rtin\•tnri6 dt la uuwt. Bar<elona. CCCB-Eiccta F.d. 1994 En una ciudad altamente densificada, En fin, mientras que la democracia autonómica podrá hacer un largo roda- sometida a fuert~s presiones especulaje y siempre podrá apelar a agravios tivas y débilmente equipada como la históricos y a enemigos externos. la de- Barcelona heredada del franquismo. c~t a mocracia municipal supondrá un enfren- política se desarrolla a través de una tamiento duro e inmediato con la ciu- serie de actuacionc ~ co mpl e men t aria~ . dad real. mejorando la acce~ibi l id ad e integración fís1ca enlrc centro y pc r ifcPor todo ello, no es de exrañur que ria. desde un primer momento el nuevo Ayuntamiento otorgue un fuerte protagopreservando y modernizando edi linismo al urbanismo como instrumento cio y e pacios públicos de i nteré~ político. Se trata de uno de los escasos histórico. ámbitos con importantes repercusiones sociales y económicas en que los gobierreutilizando viejas insta l arionc~ innos locales tienen plena autonomfa y dustriales, normal111ente situadas en capacidad de decisión. las zonas más desfavorecida, de la ciudad (por ejemplo, naves fa briles Por otra pa11e, es uno de los ~ímbi tos obsoletas. o cochera::.. t a lle rc~ y dede gran tradición reivindicativa por parte pósitos fe rroviarios en desuso) , de las asociaciones de vecinos y. por tancomo parques ~ equipamientos púto. es uno de lo~ poco~ campos en los blicos_ que puede empezarse a restablecer el diálogo social y traducirlo en mejoras concreta~ que satisfaganalgunas reivindicaciones históricas_ De todos modos. dadas las limitaciOnes económicas, así como la falta de modelos urbanos de referencia, las acLUacioncs urbanísticas de este primer periodo serán. todas ellas. de pequeña escala y de carácter muy localizado. en una especie de guerrilla urbanística en la que se otorga una importancia de primer orden a la recuperación del espacio público como Cl>pacio de convivencia y urbanidad. potenciando áreas relativame nte marginales como n uevo~ centro~ urbanos. rt'Construycndo o creando memoria histórica a través de proyecto• específicos de monumentalización.' El denominador común a todas las actuaciones es la recuperación pública de espacios hasta entonces privados o claramente degradados y su rehabilitación para usos y programas de inten':s colectivo mediante intervenc iones de renovación en las que se combina la preservación de los elementos históricos 693 ' Pabellón para el que Picú>W pmtó el Guem ica, símbolo de lo res•steneta ancífascasta. m~ valiosos con una decidida modernización funcional y fonnal exigida por su nuevo uso. Un claro ejemplo sectorial de esta política general . e halla en la creación de equipamientos clvico-culturales de barrio (los centros cívicos). De forma sistemática, estos centros son inst<tlados ..:n viejos edificios -frecuentemente de origen privado- que tienen un interés histórico-arquitectónico singular. y que constituyen puntos de referenc ia de la zona: antiguas fábricas o cooperativas, viejos palacetes residenciales. Su rehabilitación yremodelacióncomo centros cfvicos no sólo tiene la dimensión funcional de satisfacer unas necesidades ·hasta entonces ignoradas, sino también la de rcapropiarse colectivamente de la historia y los símbolos del lugar y la de salvar un patrimonio cultural de alto interés. sado negado, de una memoria ocultada: tal ha sido el caso de la reconstmcción en el Parque del Valle de Hebrón, del Pabellón de la República esprui ola en la Exposición 1nternacional de París de 1937', o de la recuperación e instalación en la Plaza Lluchmajor de una escultura alegórica de la la. República española. Ambas obras han sido instaladas en zonas de fue1te inmigración, especialmente castigadas durante el periodo franquista y especialmente desprovistas de signos históricos de idcntidad. En la mayoría de los casos, sin embargo, las intervenciones artfstico-monumentales han tenido un car.lcter formalista, a menudo abstracto, que rencja no solamente, ni principalmente, unas ciertas tendencias del arte contemporáneo, sino el hecho que lo que el gobierno municipal ha querido celebrar no es el propio poder, sino la civilidad. la creatividad y la libertad. Los nuevos monuOtrO ámbito especialmente signifi- mentos y espacios no quieren represencativo de esta política es el de la tar otra cosa que la reconquista de la monumentalización de los espacios pú- ciudad por parte de los ciudadanos. blicos. En las áreas periféricas de crecimiento intensivo de los años 50 y 60. el La apuesta de Barcelona. pues, ha proceso de urbanización se había desasido la de combinar un proyecto de rrollado sin atender ni las necesidades monumentalización y de dignificación de equipamientos básicos (educativos, de la ciudad con una voluntad política sanitarios. transporte, etc.), ni tampoco las de creación de referencias significa- más atenta a los valores democráticos tivas, relacionadas con la cultura y la que a la magnificación y sacralización memoria de unos ciudadanos de recien- del propio poder político. te llegada a la ciudad. Por ello, a partir de 1979, todos los proyectos de acondicionamiento o nueva creación de espacios públicos (plazas y parques, especialmente), han ido acompañados de la pr<.:~CI YUt: IUii U~ mguiiO> ~ I~IIlOIIlO> >Ig· rtiucativos de la historia del lugar y, simu ltáneamentc, de la in~talaci ón de elementos artístico-monumentales de carácter contemporáneo, de modo que la identidad y la memoria colectiva así configuradas engarzasen pasado y presente. 694 En algunos casos. esta articulación de tiempos históricos ha ido un poco más lejos y ha utilizado como referentes monumentales obras escultóricas o arquitectónicas representativas de un pa- 1987-1997: Grandes equipamientos culturales A partir de 1986. y aunque sin dejar de seguir actuando sotire el'espaCIOpu: blico y de ampliar la red de centros cívicos y otros equipamientos de ámbito local, como los archivos hi ~ tóricos de distrito y las bibliotecas públicas, el acento se desplaza hacia la renovación o creación de grandes centrOs museísticos y culturales: proyectos de renovación y ampliación en unos casos, como el del Museo de Ane de Catalunya en el Palacio Nacional de Montjuic, o el Museo Picasso o el Palacio de la Música; proyectos de nueva creación, en otros, como el del Museo de Arte Con- temporáneo, o del nuevo Auditorio de Música, o del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona en la antigua Casa de la Caridad, o del e~pac i o escénico del Mercal de les Flors. precedente del proyecto actualmente en curso de nueva Ciudad del Teatro, o del Forum de las Tecnologías en el antiguo Hospital Mental. mente al enquistamiento de núcleos de marginalidad en el corazón mismo de la ciudad. Una de las fó rmulas c~ pcrim en t ada s con cierto éxito -desigual. egún los ca o -para enfrentarse a este fenó meno -{!esde el Marais de París. d Puerto Viejo de Marsella a la City de Londres o las zonas portuarias de Boston o San Aparte de los dos primeros caso , en Francisco- es, justamente, la implantalos que se trata de consolidar un patri- ción en estas área~ de nuevos tipos de monio musefstico ya existente, los de- actividad y, sobretodo. de servicios culmás proyectos apuntan hacia la creación turales y comerciales exponentes de la de infraestructuras directamente relacio- creatividad urbana. nadas con la creación contemporánea aspecto en el que la ciudad había acuLa política de creación y renovación mulado undéficit importantísimo duran- de infraestructuras eulrurales impulsale los años del franquismo- en una clara da en Barcelona desde 1986 se ha caapuesta por el sector cultural, del cono- racterizado. pues. por la estrecha relacimiento y de la creación. como dispo- ción entre los objetivos y planteamiensitivo de renovación y competitividad tos específicamente culturales y la esurbana. trategia general de renovación urbana desarrollada durante el mismo periodo Enla irreversible configuración de las y todavía en curso. grandes ciudades como centros de conocimiento, de información yde servtcios, En muc ho~ casos, las opciones elela cultura juega un papel fundamental. gidas constituyen auténticas prueba de Por ello, la vida y los equipamientos cul- fuerza contra las inercias históricas acuturales tienen una importancia crecien- muladas en cada zona, en un claro inte. Y no se trata sólo de ofrecer una bue- tento de crear nuevos equi li brios, nuena cartelera de espectáculos y unos mu- vas centralidades, nuevos nujos de vida seos de prestigio para el consumo inte- en zonas deprimidas. rior o turístico. Se trata también. y sobretodo. de tener permanentemente la En todos los ca~o~. el objetivo de capacidad de recibir. de reciclar y de ex- dotar a la ciudad de unas in~ta l ac i ones penar ideas. sensibilidades, proyectos acordes con su patrimonio histórico y que mejoren la calidad de vida interna y con su potencial contemporáneo se ha que cualiúquen la ciudad en la concu- integrado en un proceso general de rerrencia internacional. Y no hay ciudad estructuración urhana en el que las incon una vida cultural rica que no dispon- tervenciones sob re los espac ios y ga de unas estructuras y unos equi- equipamientos públicos w nstituyen el pamientos culturales consolidados en el factor dominante. ámbito de la creación contemporánea. Porque, finalmente, condicionar la Por otro lado, en toda ciudad con una política de equipamientos culturales a historia y una riqueza patrimonial como una estrategia general de reordenación las de Barcelona se producen situ aci~>­ del espacio urbano deriva de una connes como las de Ciutat Vella, es decir, cepción general de la ciudad, en su de ¡írcas históricas demográficamente globalidad, como la infmestructura culenvejecidas. económicamente empobre- tural por excelencia, como espacio pricidas, con viviendas que no reúnen los vilegiado de relación, comunicación e estándares de habitabilidad actualmen- intercambio y, por tanto, de cohesión, te exigibles... Todo ello lleva frecuente- innovación y creación. 695 La remodelación del Musco de Arte de Cataluña. Pese a la ex1raordinaria riqueza de sus fondos artísticos, especialmente los correspondientes a la época medieval. el Musco de Arte de Ca1aluña es el gran desconocido de los muscos barceloneses. El edificio que lo alberga -el Palacio Nacional- fue conslrUido, convocación efímera. con motivo de la Exposición l memacional de 1929, con la que se inició la urbanización de la montaña de Montjuic. Tras la Exposición, este proceso quedó inconcluso y de hecho su lo ha encontrado su culminación con mutivo de la organización de los Juegos Olímpicos de 1992. 696 y difundiera la capacidad creativa de la ciudad y del país en el campo de las artes plásticas y visuales, así como en el del debate intelectual y la renexión humanística, en es1rccba vinculación con los principales cenlros culturales internacionales. El complejo ha sido concebido en tomo a dos instituciones centtales, ambas de nueva creación: el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona y el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. La voluntad de construir en Barcelona un Museo de Arte Contemporáneo tiene sus orfgenes en los primeros años 60. Ya en aquellos momentos era obvia El proyecto de remodelación. encar- la aguda contradicción existente entre gado a Gae Aulenti, supone la defi niti- la fuerte vitalidad de la creación artístiva salvaguarda del Palacio Nacional y ca en la Barcelona del S. XX y la inexissu adecuación a un programa museo- tencia de una institución que acogiese y lógico que debe presentar los grandes dialóguese con la riquísima tradición hitos del ane en Cataluña, desde el ro- plástica vinculada a la ciudad: el mománico hasta los albores del s.XX. dernismo. Picasso, Miró, Juli González, Dalí. Tapies, etc. Ha habido que espeCun la renovación y creación de nu- rar hasta la restauración y consolidación merosas instalaciones deportivas \•incu- de las instituciones democráticas para ladas a los Juegos Olímpicos. así como que el deseo se haya transformado en con equipamientos culturales de la cali- realidad. dad de la Fundación Miró, el Musco Arqueológico. el Museo de Etnologfa, (En el intervalo, sin embargo, la gela Fundación Mies van dcr Rohe, los nerosidad y la estrecha vinculación a la espacios escénicos del Mercal de les ciudad de artistas como Picasso, Miró Flors, el nuevo Jadín Botánico, etc., el o, más recientememe, Tilpies. han heMuseo de Arte de Cataluña constituye cho po~i blc la existencia de institucioel epiccn1ro, por fin accesible, de una nes dedicadas monográfi t:amcntc a sus acrópolis cultural y deportiva de exlraor- respectivas obras, pero hasta la inaugudinaria calidad y densidad. ración del Musco de Arte ContemporánPIJ .l'n 1QQ'i '"' h•-•xi<tirln un r:<>nlrn El ~1usco de Arte Contemporáneo y que de forma regular recoja y dialogue el Centro de Cultura Contemporánea con la rica creación plástica contempode Barcelona en el corazón del centro ránea). histórico. Cuando por fi n se decide construir La decisión de crear un complejo de un nuevo musco, según proyecto encarcultura contemporánea en el recinto de gado a Richard Meier, para su emplazala antigua Casa de la Caridad responde. miento se manejan diversas hipótesis, en primer lugar. a la necesidad de cu- pero fi nalmente se opta por la conslrUcbrir un importante vacío en la ciudad de ción de un edificio de nueva planta en Barccrlona y en el conjunto de la cultu- el corazón ele la ciudad vieja y más conra catalana: la inexistencia de un gran cretamente en el Raval, un barrio fuerequipamiento que renejara. potenciara temente degradado a consecuencia de los cambios económicos y sociales de los años 60 y 70. La opción se basa tamo en la consideración de que un e pacio vivo de difusión de la creación contemporánea debe situarse, a ser posible. en el corazón de la ciudad. como en la voluntad de contribuir a la regeneración de la zona mediame la imphmtación de nuevas y cualilicadas aclividades. Por otro lado, en el mismo recinto de la vieja Casa de la Caridad se ha instalado el Centro de Cultura Contemponínea de Barcelona, especialmente dedicado al estudio y difusión de las culturas urb;mas. El Auditorio Municipal y el Teatro Nacional de Cataluña. Una opción más arriesgada la constituye la función urbaniladora atribuida al Auditorio Municipal y al Teatro Nacional de Cataluña. Se trata, en ambos casos, de proyectos de nueva planta -el primero dirigido por Rafael Ñloneo, y el segundo por Ricardo Bofill- que vienen a cubrir déficits existentes en la ciudad en sus respecti vo~ ámbitos. te el periodo 1987-1997 pero si. quizás. los que mejor retlejnn la vinculación entre política cultural y c~ tr.tt cgia general de renovación urbana. es decir, la actitud globalizadora con la que se ha planteado en la ciudad la ne cc~ana modemizactón de su infrae•aructura cultural, así como la \'Oiuntad si temática de integrar pasado y futuro en un pre~nte complejo y dinámico. 1979-1997: Momentos singulares: la celebración y el acontecimiento como estrategia. Un tercer aspecto de la política cultural desarrollada por el Ayuntamiento de Barcelona, en este caso a lo largo de todo el periodo 1979- 1997, ha ~ido la potenciaciónde programas culnmuc' de carácter popular y festivo que fad lita~en la expresión de la creatividad ~oc i a! y. simultáneamente, que refor L:L\Cn la cohesión urbana. Uno de los aspectos más atracli\ os - pero tambtén más probl emáti co~- de la vida en una gran ciudad es la convi\'encia de gentes diversas en un espacio común, sin líneas di visorias rígid;tl: In mezcla de clases sociales, de credos religiosos. de ideologías. de orígenes étnicos, la coexistenc ia de est ilos de vida, de formas de producción. ctc .. rodo ello conliene un importante potencial de enriquecimiento para los ciudadanos. Por otra parte. las ciudades -e~ pae ios de di,crsidad y de intcrc~c ~ ~on tradic to ­ rios- son siempre los lugares donde germinan y se desarroll:ln la foml <h democráticas de organi¿al:ión social y política. Es en las ciudades donde tienen su origen unas formas de gobierno y administración basada!> no en el linaje u en 1~ imposición violenta. sino en el diálogo, en la discusión. en el consenso... Eneste caso. el c·pacio elegido para su ubicnción es una zona intersticial, históricamente irresuelta, a caballo entre el Ensanche de Cerdá y un conglomerado urbano en el que coexisten \'iejos núcleos agregados a Barcelona a principios do.: este siglo. instalaciones ferro1 iarias obsoletas, grandes viales inacabados e irregulares áreas restdenciales de los años 60. La implantación del Auditorio y el Teatro, y la consiguiente urbanización de suenlomo, pretende uturar ese auténtico descosido urbano en un punto que, geográficanlente, constituye el centro de gravedad del área metropolitana barcelonePero la gran ciudad rambién puede sa. dar lugar a nuevos Lipos de jerarquización y segregación. cspcc.:ialmcnte en base a factores económicos. Y, habiendo puesto en crisis las formas tradicioNo son éstos los únicos equipa- nales de integración individual en la mientos culturales desarrollados duran- comunidad, también puede fomentar 697 fonnas de cx i~tenc ia anómicas.delóatrdigadas, margi nadas. Este hecho, que en mayor o menor medida se produce en todas las grandes ciudades. incluída Barcelona. puede favorecer la creación de enclaves sociales que hagan de la ciudad no ya un lugar de convivencia libre yenriquecedora sino un espacio compartimentado, inhóspito y peligroso. Favorecer momentos en que toda Barcelona se encuentra y reconoce en la Ciudad Vieja -como ocurre durante las Fiestas de la Mcrci:- es un factor de primer orden en la lucha por su revitalización y rehabilitación urbana, para evitar que se transforme en un espacio abandonado a su propia suene. La Olimpíada Cultural ~came.~ aren'tthe Real Game: Una de las maneras -no la única ni principal, pero tampoco desdeñable- de combatir este peligro es asegurando la existencia de momentos colectivos de celebración y cohesión, momentos en que el conjunto de ciudadanos se sien.tan panicipantes activos y en pie de igualdad. Tradicionalmente, estos momentos se materializaban en ritllalcs y ceremonias comunitarias. religiosas o profanas. En el desarrollo de la ciudad moderna, estos momentos tiendena desaparecer o, por lo meno , a perder imponancia. renewing the city is» Alan Riding, The New York. Times Próxima a esta estrategia de potenciación de momentos singuhtres de celebración cultural como factores de revitalización urbana y de cohesión cívica, Barcelona ha utili7Á1dO también, como es bien sabido, la organización de acontecimientos extraordinarios como palancas para desarrollar operaciones de largo alcance: los Juegos Olímpicos de 1992 son el máximo exponente de esta línea de actuación. Pues bien, en Barcelona una de las En este contexto. la organización de la de mantener e incluso reinventar es- un ambicioso programa de actividades tos momen to~ comunitario que favo- e iniciativas culturales dumnlc los cuarecen una convivencia colectiva amplia tro años de la XXVa. Olimpíada fue, ine intensa. Unejemplo especialmente sig- dudablemente. uno de los aspectos más nificativo en este sentido es el de la re- destacados y novedosos del proyecto cuperación de fiestas populares. tanto a olímpico de Barcelona. nivel de barrio como del conjunto de la ciudad. El máximo exponente, en este Tradicionalmente. todas las c1udades sentido, lo constituyen las Fiestas de la organi1.adoras de unos Juegos OlímpiMcrcc, tmos días que generan un am- cos habían cubierto el expediente culbiente de identificación de los indivi- tural con la realización de un Festival duos con el colectiro social, de los ciu- artístico, más o menos brillante, de unas dad.~nos entre s1y con la ctudad. pocas semanas de duración. 1:1proyecto olímpico barcelonés, en cambio, dió Asimismo, más allá de su dimensión a la cultura un papel destacado desde el como momentos de especial intensidad primer momento. cívicn, las cel cbracionc~ festivas en los espacios públicos pueden contribuir de Con ello, se completaba de forma manem significativa a evitar que zonas coherente el planteamiento general diespecialmente problemática de la ciu- señado ya en la fa se de candidatura. Es dad queden aisladas. decir, el de cómo organizar unos Juegos Olímpicos con la máxima dignidad y En Barcelona, como en toda gran brillantcl asegurando, al mismo tiemciudad histórica, los barrios más anti- po, que el proyecto olímpico no se agoguos tienen serios problemas de degra- taba con la celebración de unas compedación económica, social y cultural. ticiones deponivas de alto nivel duranprinci pal~ estrategias culturales ha sido 698 te dos semanas sino que movilizaba olímpico: en mayo de 1988. Ayuntaenergías. ideas y recursos a fa~or de la miento y Diputación de Barcelona Grciudad y del país ames y después del maban el conrenio para la tran>formaverano del 92. ción de la antigua Casa de la Caridad en el Centro de Cultura Contemporánea de De ahí la llamada Olimpiada Cultu- Barcelona: en octubre del nw.mo año ral, un conjunto de iniciativas destma- Ayuntamiento. Generalitat y Fundadón das a re1•alorizar el patrimonio históri- Museo de Arte Contemporáneo firmaco-artístico de la ciudad. a potenciar la ban el acuerdo para la con trucción del creatividad cultural de Barcelona y su Mu eo de Arte Contemporáneo de Barproyección imemacional y a contribuir celona: tras largo tiempo de negociHpor la vía de iniciativas singulares y de ción, a mediados de 1989 ~e concretaba lo que podríamos denominar experien- por fin la participación del Minb tcrio cias-piloto, a In puc tu en marcha de los de Cultura y de la Genemlitat en la consnuevos proyecto~ de irlfraestructura cul- tnrcción del nuevo Auditorio. y en 199 1 tural o a la renovación de los equipa- se fommlizaba el acuerdo para la renomientos cxi~ ten tes. vación del Museo de Arte de Cata lunya. Por su parte. la Gencralitat ha .:jccutaDe este modo, asf como la selección doel proyecto de Teatro Na..:ional en un de los emplazamientos de las áreas olím- solar cedido por el A) untamiento de picas y la práctrca totalidad de las in- Barcelona, mien tra ~ que el Minr terio versiones previstas parn l;r realización de Cultura ha con truido una nueva sede de los Juegos enc.1j:rba plenamente con para el Archivo de la Corona de Aragón las líneas maestras de recuperación y re- Más recientemente, l a~ tres inMitucionovación urbanística y económica de la nes -AyuntanJiento, Gencralitat y Mini ciudad. de igual manera los criterios bá- terio- han cerrado el convcrtio para la sicos y las principales l ínea~ de trab<tio rehabilitación del antiguo Mcrcat del de la Olimpiada Cultural tenían como Born como nueva Biblioteca Provincial. objetivo el refor7amicnto y consolida- hoy integrada en el seno de la Bihlioteción del patrimonio histórico y de la ca de la Univer..idad de Barce lona. creati vidad cultural de Barcelona y su proyección internacional, aspecto éste La gran contribución d~: los Ju ego~ que se desarrolló a travé~ de una inten- Olímpicos y de la Ol impíada Cultural a sa y extensa programación en los m;is la vida cultural barcelonesa fue. pues, diversos ámbitos de la ~rcación anísti- además de intensi licar la apertura y el ca. intercambio a escala rntemacional. la de constituir un marco propicio pm a pn:En materia de infraestructuras, el c ip i~tr acuerdo~ y con<:rl:larcalcndarius proyecto olímpico era. y la realidad así que hiciesen irrever,ible la ejecución de lo confirmó, una ocasión de oro para los grandes equipamientos proyectados. consegurr una decidida participaciónde otras administrncioncs en los proyecto> Esto no quiere decir que hoy esté de creación o renovación de grand~ todo resuelto. Lo que se ha hecho es equipamientos culturales. En la estela mucho. Lo que queda por hacer, todade la oleada de colaboración generada vía más. Se ha hecho lo relati vamente en tomo al proyecto olímpico, y con la más fácil: co n~truir los contenedores. voluntad explícita de dotar a Barcelona Pero un proyecto de infraestructura culde un nivel de equipamientos adecuado tural es mucho más que un gran contea las camcterísticas de la ciudad, se su- nedor. Queda lo más difíci l: dotarl e~ de cedieron los acuerdos interinstitu- sentido y de contenido. Ponerlos en funcionales de colaboración para la crea- cionamiento. Una de las grandes dilición o remodelación de grandes equipa- cultades, si no la principal, será el asemientos largo tiempo acariciados, nece- gurar que estos nuevos centros no son sarios para Barcelona y deseables para sólo -aunque también deben serlo- esla celebración del programa cu ltural caparates de la producción cultuml pro- 699 ' HUGHES. Roben .B.mdona, pog,. 46-47. Alfrcd A. Knopf. New York.. 1992. (Edició e'pnnyoln: Anagrama. Bnn:elona, 19\12) pia o ajena. sino espacios de fomento y mismo, en términos económicos, consarticulación de la creación, educación y truir algo hermoso que algo feo. Pero si es hermoso. es mucho más probable que difusión artística. los ciudadanos se lo hagan suyo y, por tanto, que tenga menos problemas de LA FlEBRE DEL DISEÑO. conservación y mantenimiento. LA CIUDAD COMO OBRA DE ARTE. ~Cada i!dijicro rm monumento. cada espacio príblico wr teatroH Ricardo Bofill Una de las críticas -o, por lo menos, de las reservas- m ~s frec uentemenle formuladas en relación a la renovación urbana de Barcelona, y en especial a los plUycctu~ d~arrollados alrededor de los Juegos Olímpicos del 92, es la del estcticismo que impregna el cor~unto de intervenciones arquitectónicas y ttrbanfsticas y, en especial, las realizadas por la administracrón pública. Muchos problemas de fondo de la ciudad, dicen algunos, habríanquedado arrinconados en berrcficio de operaciones puramente cosméticas, de imagen. Aunque es indudable que la ciudad sigue teniendo serios problemas -en lo relativo, por ejemplo a la caresúa de la vivienda- creo que en general la crrtica yerra el tiro. En primer lugar, porque una parte muy importante de la operación "Barcelona '92'' está constituida por actuaciones poco vistosas e incluso «invisibles»: así, porejemplo, la renovación y mnpliaciónde la red de alcantarillado, los siste· 1\"M\t' ~ lo.'Oiq,\W:t\.."'1\T._T ~ •1(,"'\\ Q,) ;."VtJ\U\\U\l "'tJj las nuevas redes de telecomunicaciones o la protección del frente litoral. 700 La crílica, en todo caso, pone de relieve un hecho real: la extraordinaria imponanciaotorgada en Barcelona a los aspectos formales y estéticos en todas las intervenciones urbanas, incluidas las más estrictamente funcionales. ''Barcelona ingresa en los años noventa obsesionada por el diseño.(...) En qué otra ciudad encontraríamos, si no, una guía bilingüe donde sus bares, discotecas y restaurantes aparecen reseñados no scgtin la calidad de la comida o del servicio. sinó única yexclusivamente en función de la atmósfera de su diseño?'', observa un agudo comentarista.• De hecho, se trata de una obsesión que viene de lejos y que año tras año se manifiesta, por ejemplo, enintensas discusiones públicas sobre la conveniencia o no, la legitimidad estélica o no, de continuar las obras de la Sagrada Familia, molivo por el que se Uegan a organizar manifestaciones y concursos de chistes. Nada extraño en una ciudad en la que, con ocasión de cada campaña elecroral municipal, las polémicas sobre el diseño de las plazas y espacios públicos ocupa un lugar relevante. Una ciudad que ha hecho del mobiliario urbano una de sus principales imágenes de marca y un knmv-irow de expona..,,v.T. Una obsesión, en fin, que como tantas otras cosas probablemenre tenga Por otro lado, es muy dudoso que el mucho que ver con la modestia y la peargumento olímpico haya absorbido re- queña escala de las obras públicas y pricursos que podrían haberse destinado a vadas realizadas en la ciudad durante los otros proyectos. Más bien puede afrr- dos últimos siglos. A falta de grandes marse que el proyecto olímpico fue for- poderes polfticos y económicos que enzado hasta sus límites para abordar mu- cargasen grandes obras, la moderna trachos proyectos que no tenían nada que dición arquitecrónica barcelonesa y caver con la celebración de los Juegos. talana se había especializado, a lo largo de todo el siglo XX, en proyectos de Finalmente. cuesta prácticamente lo carácter doméstico, en el interiorismo, en el diseño de los acabados y del detalle. MONUMENTALIZAR LA CIUDAD La historia reciente, en cambio. ha • Todos estos p;rlos Situados por roda permitido pasar de la pequeña a la gran la ciudad e11 ltiteas rectas, escala, así como del ámbito privado al arrm esando rrñas yjardinef, 1/el'lm el público. En los dos casos se ha manimiedo al alma de mue/ras personas festado la mencionada obsesión por el imeresadas que no ii?IIOI'llll qu1•. para diseño. hasta convertirse en una autenpoder tra:ar calles sin cun ·as, habrá tica fiebre. qru! rerorrer más de 1111 fJI.'ICite;:w• Anónimo romano del ~ig l o XVI Con todo, a pesar de la visibilidad y del protagonismo mediático de la arquiEn efecto, el. tratamicnt<l forma l de tectura y el urbanismo. sería extrema- los espacios públicos se ha convertido damente simpl isw reducir el proceso de en uno de los temas y problemas centransformación de Barcelona a una ~ucs­ trales no sólo del urbanismo contempotión de arquitectura. urbanismo)' dise- ráneo sino del fenómeno mismo de la ño urbano. Lo ~aracterístico de Barce- urbanidad. fenóme no que .:xige ~ic m ­ lona es que las transfonnacioncs físicas pre la materialiwción y la vi ualiLación responden a una cierta visión y a una en el espacio urbano de unos valore> y cierta voluntad polftica. encarnada muy unos refereme> colectivo> que IJvorezespecialmente en los dos alcalde que can unos sentimiento> de cohe,tón e in han regido la ciudad desde 1979: Narcís legración colectiva. En la tradición ocSerra ( 1979-1982) y, sobretodo, Pasqual cidental, ello se ha re~uelto durante ~i­ Maragall (1982-1997). Se trata, en tér- glos mediante C>pacio~ y conMrucciominos muy generales, de una vistón que nes de fuerte contenido >imbólico y reentiende la ciudad como un attcfacto presentanvo - templos. palacios. aveniextremadamcmc complejo en qué los das. plazas públicas ...- constntidos seproyectos de transformación deben te- gún unos cánones de larga duración y ner en cuenta func iones y dimensiones con la implantación pnraleln de rcpremuy d iversa~; y de una voluntad poHti- scnwc ion~> figurativas o A l egó rica ~ de ca que quiere que estas transformacio- personajes o historias - ya sea pcrtenes articulen soluciones de sinte is y ccnccientes a la mitología dási<.:a o a las equilibrio entre intereses sociales igttal- historias bíblicas. a la fundaci ón de la mente diversos, a menudo contrapues- :\ación o a aconteci mientO> bé lico portadores de una fuerte carga expresitos. va, que vinculan idealmente el presente Es desde esta preocupación por la con el pasado y lo proyectan hacia un ciudad como estructura social comple- cierto ruturo. ja desde la que puede entenderse la preEn nuestros días. sin embargo. cuanocupación por la calidad formal de la arquitectura y los espacios públicos, do el único valor permanente es el campreocupación que rcncja la voluntad de bio y la renovación. y cuando además que los proyectos urbanos respondanno nos encontramos en un contexto demosólo al objetivo de resolver unos deter- CI'lítico carente de una tradición gloriominados problemas func ionales -de sa, en una situación sin valores absolutránsito. de comunicación, de eficien- tos ni héroes indiscutibles -o. por lo cia económica...- sino también al de menos, indiscutidos-, ¿sobre que base potcnci<tr los espacios público' como estructurar unos espacios públicos de elemento básico de vertebración colec- carácter monumental, p011adorc> tic igtiva, como referente comunitario carga- nifi cación colecti va? do de significación. Una tarea que hoy ¿Cómo conseguir que los cspados y resulta especialmente difícil. las piedras de la ciudad reflejen y favo- 701 '" KOSTOF. Spiro.Tht• ciry aosembl~d. p~g. 1~1 " BOFIL L. Ricardo. Design Book /989. cllado po r Spiro rezcan v;~ ores y referentes compartidos y, por tanto, un cieno sentimiento de imcgración colectiva? l<~ •·iet•\ Kostof. Tl1t Cit} Slurped. pi•g. 226 Nada extraño que, ante la ausencia de otros referentes, se rienda hoy a poner en primer plano la innovación y la calidad forma l. teóricamente valiosas en ellas mismas. no repre;entativas de otro valor que el de un concepto abstracto de belleza. ¿Quién decide, sin embargo. sobre cue tienes de estética? ¿Quién garantiza la belleza? Los expertos, claro, y en el caso del espacio público, los arquitectos y urbanistas. Así. ocurre con harta frecuencia que ''los esfuerzos para dotar las plazas y los espacios públicos de signi ficado ponen el énfasis en tratar el espacio público como si fuese la tela de un artista. Se nos ofrecen diseños firmados por artist a~ . arquitectos o paisajistas urbanos, cada uno de ellos con su visión única, personal y creativa. En vez de la clase de experiencia social que era (tradicionalmenre) la plaza pública - la libre interacción entre ciudadanos- se nos da la posibilidad de consumir una experiencia estética. Las actuales plazas de diseño rechazan el carácter tradicional de espacios neutros al ;ervicio de la arquitectura. los monumentos cívicos y la gente: hoy e el mismo espacio el que exige ser interpretado, admirado, gozado, como si fuese un parque temático.''' 0 702 como un campo de experimentación en el cual la sensibilidad y la expresión subjetiva del artista - el arquitectodiseñador, en este caso- pasen a dominar sobre cualquier otra consideración. Es un peligro porque en estructuras social, cultural y funciona~nente tan complejas como son las ciudades. todos los monografismos son empobrecedores. El de subordinar la estructura, la forma y la vida urbana a la circulación automovilística, por ejemplo. como ocurre en muchas ciudades norteamericanas, es terrible. Pero también lo es, finalmente. el reduccionismo fom1alista y esteticista. El resultado no es una ciudad bella. sino una ciudad-museo, o una ciudadKur~ tshalle, una galeria de exposición de arquitecturas y espacios de autor. Y por aquí asoma el problema y el peligro de fondo. Si no es <<contaminada» por otras variables, por otros criterios, la lógica arquitectónica más vanguardista y más comprometida puede acabar conduciendo al mero dccorativismo, más o menos culto e ilustrado. La abstracción form al ista y escenográfica de la ciudad -"Cada edificio un monumento, cada espacio püblico un teatro" 11- puede dar lugar a una ciudadespectáculo más o menos interesante, quizás, para el turista culto, pero muy poco, seguro, para sus habitantes. Sería inadecuado decir. creo, que la Barcelona'92 ha sucumbido a este peligro pero en el conjunto del proceso de renovación de la ciudad hay por lo menos dos gran des proyectos que lo Un parque temático o, más a menu- ejemplifican y que, aún sin caer plenau'o :urn, por fo menos en muclios espa- mente en er, se Sitúan en el 11 nute: la cios urbanos '·de diseño'', una galería de llamada Anilla Olúnpica de Montjulc y arte contemporáneo, con todos sus va- el área residencial de la Villa Olímpica. lores. todas sus contradicciones y todas sus dificultades para sintonizar con las En el primer caso, la yuxtaposición sensibilidades colectivas. de algunas reconstrucciones historicistas como el Estadio y el Palacio Nacional Más alhí de la a menudo absurda dis- de Montju'ic, con un puñado de grandes cusión sobre las "plazas duras". esta ten- obras de autor - lsozaki, Bofil l, Caladencia del espacio público al formalis- trava...- dan lugar a un museo algo kitsmo plantea algunos problemas serios. ch de !'arquitectura contemporánea. Expresado de forma esquemática, el peli gro del "urbanismo artístico" es el En el caso de la Villa Olímpica, rede concebir reductivamcntc la ciudad sulta difícil sustraerse a la impresión que el nuevo barrio produce como muestrario artístico-mercantil del krww-how arquitectónico barcelonés ) de su repertorio estilístico. Por otro lado, los dos rascacielos junto al mar no parecen tener otra justificación que la de llenar un vacío en la tipologia edificatoria barcelonesa. vacío que alguno~ parecen haber considerado imperdonable en una ciudad moderna. pero que también cabe considerar como especialmente interesante y significativo. La identidad y la significación se construyen no solo con afirmaciones y prc~cncias, sino también con silencios, ucgacioncs y ausencias. La tónic<t general, sin embargo, de la reciente experiencia barcelonesa ha sido la de no retorcer ningún pescuezo en nombre de la belleza o la eficacia -y. cuando se ha forzado alguna situación o se han tocado algunos intereses particulares. han sido más bien los de sectores sociales privilegiado~. ~ decir, la preocupación por la calidad formal no ha estado reñida con el diálogo ciudadano. Es más, a menudo se ha dejado "contaminar·· por una dialéctica social intensa, y a veces abiertamente connictiva, entre la administración, los profesionales y los ciudadanos-vecinos-usuarios linaJes. Ningún ejemplo mejor que el diseño de las ·'Rondas". un anillo de circunvalación que podría haber sido, como ha ocurrido en ta tt to~ lugares, una enorme herida t¡ue :unputasc y cmpobreci~e el tejido urbano y que. al contrario. se ha realizado de tal manera que mejorase la articulación entre los barrios que atrav1esa y su dotación de espacios y equipamientos públicos. estructurarse desde dentro. de una autoafirmación de urbanidad. condudda y ejecutada por fuerzas locale~ y que mediante una acumulación de cambiO> parciales. a vec~ de muy pequeña e~­ cala. acaba dando Jugar a cambio-. profundos) sustanciaJe<;. E por ello por Jo que no me parece e~;tgerado hablar del proceso de renovación de B;trce lon:l como de la reim·ención de 1111a Clltdad. Más allá. pues. de los pos ib le~ errores, de los "'excesos de diseJio'', la c:-.periencin de Barcelona pone de relieve que es po~ ib l c luchar con éxito contra algunos de los grandes maJe:, que atenazan la vida urbana conto.:mporánca. Que sigue siendo posible rei11ve111ar la ciudad cuando. a pesar de la heterogeneidad social y cultural, y de la:. di ·crcpanci:lS polític:lS. IJ S diferentes fueJ7:U. sociales se ponen de acuerdo en unoo mínimos comunes. Una reinvencicín en la cual la necesidad de funcionalidad) eficacia no impide. ; ino todo lo contrario. mcjumr la articulación entre las dtferentes partes -físicas y socialc'- de la ciudad y, entre otro> mucho~ a'pectos, desarrollar estrategias de revitalización de los espacios públicos. Una reinvención, por lo t<mto. que implica una voluntad de reencuentro de los ciudadanos y de apropiación de In ciudad física como espacio de con viH:ncia. Una reinvención. en fin. que no' revela. >i era necesario, que los factores strnbóli cos e iucluso puéticm ~on tan importantes para la •ida de una comunidad como las condiciones maten a les inme diatas. Es en proyectos como el de las Ron- BffiLIOGRAFÍA das donde se revela una de las caracte· rísticas esenciales y diferenciales de la Aj untament de Ba rce lo na. Pla de experiencia barcelonesa de li na Je~ del Museus. Barcelona, Ajumament de s.X:X, a saber. que el proceso de renoBarcelona. 1985. 169 págs. vación urbana no ha sido el resultado de la actuación de fue rzas ciegas, exte- Area de Cultura (Ajuntament de Barcelona). La gesrió cultural al servei riores a la ciudad. sino de una voluntad deis ó utadans de Barcelona i de In consciente, organi7..adn, en un contexto político de asentmnicnto democrático, capitalitat de la cultu ra entalona. Memoria de I'Area de Culrum, 1987sin ningún poder especialmente fuette. No es la expresión de una estrategia de 1991, Barcelona, Aju ntament de Estado, sino de un repensarse y un r•'· ·lona, 1991. 78 págs. 703 Baudrillard, Jean. el al. Ciroyenneté el urbanité. París. Ed. Esprit, 1991. l75 págs. Boyer, M. Ch. The City of Collective Memory. 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