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Platón, Diálogos IV La República

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BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 94
PLATÓ N
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DIÁLOGOS
IV
REPÚBLI C A
INT RODUCCiÓN . TRADUCC iÓN Y SOTM
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CONRA DD W GERS LAN
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EDITORIAL GREDOS
-
Asesor para la sección IIriega:
C.UUlS
G.....ctA GUA.!..
6162 .
Segú n las nor mas de la B. C. O., la trad ucció n de est e volumen ha sido
revisada por AlBERTO D EL P07-O ORTIZ.
:© EDITO RIAL GREDOS. S. A.
Sá nchee Pacheco, 81, Madrid. Es paña. 1988.
mayo de 1986.
1." reimp resión, enero de 1988.
P R1MERA EDI CiÓ N ,
Depósito Legal : M. 525·1 988.
ISBN 84-249- 1027-3.
Imp reso en España . P rin ted in Spain.
Gráficas Có ndur, S. A. , Sánchez Pa checo, 81, Madrid, 1988. -
R EPÚBLICA
LA
R EPUBLlCA.
INTRODUCCIÚN
l. LA COMPOSIC¡ÚN DE
Muy probablemente la República t sea la obra más
importante de Platón . En ella se nos presenta la teoría
t Traducimos por República el titu lo griego Politeill. 1..0 hacernos
no si n e scrúpulos, ya que lo q u e moderna me nte entendemos po r e repUb licu no gu arda p rác ticamente relación a lguna co n lo que Pla tó n
entiende por /K' li te (a. vocablo co n el cual S" ,dicTe prin ci pa lme n te
a un t ipo d e organ i:tación politica que, e n tre ot ra s c a ra ci e rt snc as. pue·
de poseer la de .ser moná rquica. Proc".jemos asi, no o bstan te , porque ,
a l ma rgen de no d ispone r de n ingu na otra ,,:o;presión indiscu tib lem e n te
eq uivalente. en el lector de hab la his pa na está d emas iado a rra iga d a
la tra d ició n dd tit u lo R epUblica p a ra e sta obra de Pla tón , como para
p ro:lo:nd",r modi fic a rl a ahora s in ries go de confus iones . Meno r toler ancia em pe ro gua rd a mos co n ot ra tradición -la de ve rte r la pa lab ra
pól is po r eciud ad s-c-, ya q ue e n tal caso no te nemos q ue vé rnoslas
co n u n t itu lo (po r el m is mo mo tivo no traduci mos, de ntro de la obra,
po litd a po r e repubhc a s ). De por si, e n efecto, res ult a r ta e xtraño q ue
se d escrib iera n la s le ye s y la cons titución pol iti<,:a d e u na c iu da d, ya
q ue se h abl a de ele yes s y <le . co n stit u ciÓn o d e un a e nti d ad polí ti ca
c ua n do es ta e nti d ad fo rma una u n idad a utóno ma , e n tanto qu e h ab itu a lm ent e u na ciudad fo r ma parte de u na entidad supe r ior, a sabe r,
de u n Estado. Claro qu e en es te pu n to se nos recordaré qu e, en el
case de a lgu nos p ue b lo s ant iguos , en tre ellos e l griego, «en el te rr-itorio de ca d a Es ta do exis te só lo una c olon ización u rb an a , que da el no m o
brc al Estado », para decirlo con la s pa labras de H. B ENGS r ON (Griech i·
sche Ge.'·chi,·hle, 3.· e d. , 1965, pág. 77). Pero es to no es cierto respecto
del Estado a teniense , fu nda do so b re la b ase de cuatro ciu dade s
10
1'«"
I
I
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DIÁ LOGOS
,t i"' tl -,
metafí sica de las Idea s en algu nos de sus p r inc ipales
as pec tos, y. por primera vez, estratifica da mediante una
jerarquizaci6n q ue coloc a a laIdea def Bíenen su c úsAlU el
ét ico de su juven tu d y madurez recibe f undamr:ntacrnn rnetaltsica, a t ravés de la mi sma Idea defBien. Allí se --e nunci a por primera ve z e n
Greci a una tcoría de la
q ue , junto con su d es ar rollo por Ari s tót eles, influyó decis ivamen te en la a xiomática e uclidean a. También po r p rimera ve z se formula n allí plantea mientos teológicos (recué rde se qu e la p rimera apari ci ón lite ra ria que conocemos de l vocab lo theclogia es la de Rep. 11 379a) y se bosquej a una preceptiva
esté tica que, como toda s u propues ta polí tica , con ti núa
s iendo mo t ivo de pol émica toda vía a fin es del s iglo xx.
¡E.noe. Maralón. P robálintos y Trtanot osj. y qu e inclu ía ciu da des tan
di s tan tes en tre si 0;010<) Ramnunt e . Es tir'ia, Acamas y Eleusis. ademá<s
de la p ropia Ale na s. Cua ndo Pla tón se ref ie re só lo a la ciudad de Ate·
nas. como a l co m reneo de la R epú blica {1 327b l. emplea má s bien la
pa labra ásl y, no póli s. Y a unq ue e s to a parenteme n t.. só lo va le PAra
Aten a s, import a , po rque Ate na s es la pó/i s viva q ue Plat ó n critic a.
Más aprop iad o se r ia t raduci r politeta por «co n stituc ión. q ue po r
«rep úb lic a •. Asi a vece s la ob ra a rist ot éli ca Potueta alhinuil:m es conocid a como «[a Cons titució n de los ulenietlSes . (aunq ue ta mbi én , aco r·
de con el laun, . la República de lus "'teni enses . ). Pero e l moderno
vocablo econ s utu cin n - la mpoco d a la idea exac ta q ue sugie re e l g rteijO , con la Que <:onge n ia má s la d.,fi n idón de Hegel ; - es tru ctu re c jé u
§ 539). Una estructuració n, por
d el pode r de l Est a do .
lo de más, viva y s uje ta a modifica cione s h istór icas: «la Polite ia de los
ate nienses . de Arh tó tele s ncs pre sen ta lo Que denomina «o nce tra nsform acio ne s. de la orga nización poltr íca de Ate nas. Ta mb ié n la . Po li·
lelll de Plató n •• s i bien co nce n t ra su s esfue rzos e n la descripción & 1
régi men político q ue co ns idera como más próximo al ideal. no deja
d e re trata r som eramen te otros cualro rrgime nes (timocr ad a, a ligar ·
quta, de mocracia y ti ranial. Que son p reslenta oo s como otra s tanta s
fa ses d e s u fa ta l co rrcpc íze. (So b re lo s co nceptos de poiis )' po lil d ll
no s he mo s e xten dido en e1 . En sa yo prelimi na r . a l Cruón, 3. · ed., Bue no s Aires , 1984. y en el aruculo . Aten as y s u co ns tituc ión en la é poca
clastca e, e n Id A, 'UUlriQ de fi/V50fÍll [u ridica )' 50cial 2 [Bu eno s Aires ,
1983].)
INT RODUCCi Ó N
La estrucl f4ra de la obra
11
Allí enc ont ramo s toda una concepción a ntropológ ica de
la c u al ha derivado no sólo uno de los conce p tos acerca
del hombre qu e más a rraigo ha n te nido en Occi dente.
s ino tam bién un pu nto de pa rtida pa ra la evolu ción de
la ps icolog ía . a la cual tambié n a por ta r icos retrat os
psicológicos q ue configu ran los p rimeros in te ntos te óri cos de carac te rología , Y no e n ú lti mo término. ci er tamente, debemos colocar su te o rí a de la educaci ón y su
_ _c once pci ón de la soci edad .
Pién sese, por otra pa rte, que el tratamiento de ta l
mu lt iplicidad temá tica no agota, ni con m ucho, lo que
Pla tó n te ní a pa ra decirnos - ni s iqu ie ra en el momento
mi smo de la composici ón de la ob ra- sobre cada un o
de esos te mas. como lo podemos deduci r de un some ro
examen de lo que en o b ras a nteriores había dicho sobre
esos tó picos, lo c ual está a menudo im plicado en la
República.
Por estos motivos no resulta po sible da r cabida e n
esta Introducci ón a un est ud io que prete ndiera a b a rca roa un mu y sinté ticamente. la tota lidad o s iqui era una
b uena parte de los pu nt os que me recen un a llamada d e
a te nci ón al lect or. pa ra qu e se de ten ga sob re ello s al
enfrent a r el lib ro. De es te modo, nos limitaremos a in cl uir aquí - a demás de algunas cons ide raci ones sobre
la com posición de la obra- ob re ves estu d ios sob re tres
de los principales te mas que surge n e n s u lec tu ra; y a no
tes de esos est ud ios presenta re mo s u na síntesis del conte nido. con el p ro pó s ito de facilita r al lec tor pri ncip ia nte el bue n man ejo de u na ob ra de tales d imens io ne s,
l.
A me nudo ha n s ido d ist in guidas ci nco secciones e n
la composición de la Repú blica: u na integrad a só lo por
el lib ro l . q ue const it uye un verdade ro diálogo socr éñ-
12
DIÁLOGOS
ca cuyo tema es la ju st ici a; otra, com puesta por los lib ros Il al IV, donde se t raza el proyecto político propiamente dicho de Platón; un a te rcera que incl uye los libros V a VII, y que es la sec ción m ás es trictamente filosófica de la obra; una cu a r t a qu e conforman los libros
VIII y I X, en la que se exponen los d ive rs os tipos de
constituciones polític a s posibles, con su probable origen y de senlace, y los tipos cor respond ientes de hombres que suponen; finalmente, la se cción que constituye
el libro X, can una su e r te de a péndice so b re la poesía
y un mito es ca tológic o que corrobora lo dicho ace rca
de las recompens as que reci be el justo.
Aunque la obra tiene unidad, se advierten cambios
de argumentación, in terrupcione s o regresos a pu ntos
ya tra tados, de un modo tal, que sugie ren qu e Platón
ha sentido necesidad de tratar nuevamente algo o de
recomenzar la obra s in s upr imir lo anterior o de interrumpir el t ratamiento de un punto pa ra aclarar otro,
e tc. Entre los casos más ll amativos podemos mencionar
el evidente hiato entre los libros I y 11, tras el cual (con
las palabras «creía haber puesto fin a la conve rsacíón» )
se prosigue un diálogo qu e parecía concluido, pero con
nuevos interlocutores, que continúan en es te papel hasta el final de la obra. Al com ien zo del libro V se produce una interrupción de Adimanto, pe ro, a diferencia de
otras interrupcione s, ésta no hace avanzar l a discusión
ante rior, sino que, a p ropósito de un punto apenas rozado a n te s (la comunidad de mujeres y de niños), constituye una digresión, que sólo cede luga r lu ego a nte la
problemática filosófi ca más im p or ta n te de la obra. El
tema iniciado al final del libro IV (la descripción de los
tipos de organizaciones políticas) queda así relegado hasta que se retoma al com ien zo del lib ro VII I. Finalmente, cu a ndo uno pensaría, al t érm ino del libro I X, que
sólo debe ría esperar a COnti n uaci ón un mi to escetol ógi ca , al com ie nzo del X Platón vuelve sobre la poesí a
INTRODUCC iÓ N
13
- de la que se había ocupado ampliamente en 11-111- ,
en una exposición que no guarda re lación con 10 qu e
ha antecedido ni con lo que le seguirá.
2. La cronología absolu.ta
Para explica r aunque sea parcialmente hechos como
los que acabamos de ejem plifica r, se han elaborado cuando menos t res h ipótesis: 1) ha habido. en vida de Platón, dos ediciones de la República: una que vio la luz
no más tarde del año 390 a. C. y que comprendía el lib ro I íntegro, lo esen ci al de los actuales I1-IV, el comi enzo del V Y algunas páginas relativas a la educación
superior, que hoy tenemos en los libros VI y VII ; Y u na
segu nda edición, alrededor del 370, e n la que el material fue reelaborado. quedando de la mane r a en que lo
cono cemos hoy 'b"; 2) el libro I fue publicado como ob ra
independiente, con el título Trasimaco, al rededor de l 390,
antes qu e el Gorgias, que s ignifi có una reelaboraci ón
Lb i.
En apoyo de esta tesi s se cita n, bás icam ent e: I} u n testimo nio
de AULO GELIO , Noches Alkas XIV 3, donde nos dice que, cn s u Ciroped ia, Je no fonte se o puso a la Rep ública t ras ha ber leído «los a pro xim a da mente d o s libros que fueron d ivulga do s e n pr ime r lugar", y la comproba ció n de J. Hi rme r de qu e. en la edición an tigua d e la Repúb lica.
compuesta d e seis lib ros, lo s dos pr ime ros correspond ían a al go más
de tr es lib ro s de las ed icio nes actuales; 2) el r esu me n que de la Re pública s e crce h allar en las primeras págin as del Timeo, y que co nté ndr ía só lo la re seña de los lib ros II hast a m itad del V; 3) las alusiones
de l Busiris de hóc rates a las mismas pa rt es de la ob ra. Pe ro cabe re plicar a 1): el te stimo n io de Auln Geli o p uede val e r m ejor pa ra avala r
una h ipó tes is com o la qu e n""otros preferimos; a 2}: ya R. HIRZEL (Der
Dia/og, 1, Leipxig. 1895, reimp r. 1963, pá gs. 256·257, no ta) demo st ró
qu e en e l Tímeo no se a lude a la República s ino a una conversación
ficti cia; y C. Ritt cr y A. Riva ud consolidaron est a d emostración; a 3):
para lo tocante al Bu siris, nos remi timos a la refu taci ón q ue ha ce A.
DIÉS {elntroductíon» a la République, Les Belle s Lenres, págs. CXXVII ICXXXIV).
14
DI ÁLOGOS
del tema - mejo r desa r rol lad o-c. por lo cual Plat ón opt ó por integra r el Trasima co en una obra de m ayo re s
alcances. que es la q ue ha llegado ha s ta no sotros; 3) la
Repú blica fue com puesta a lo la rgo de dos déc ada s a
pa rt ir , aproximadamen te. del 390; no necesari am ente la s
pa rt es concl u idas de la obra fueron ed it adas en segu ida
de se r escrit as. y s u o rden ha s ido el m is mo que conocemo s nosotros, con la excepción d e que a parentemen te
los lib ros VIII y IX fu eron compuestos a co nti nuación
de l IV. y só lo más t a rde los V· VII y el X.
Es esta terce ra hi pó tesi s -que fue C. F. Hermano
el pri me ro e n soste ne rl a . e n 1839, a unque no e xactamente e n los m ismos términos en que aca ba mos d e
fo rmu la ri a- la que aqu í acep ta mos, dado q ue nos sirve
para ex plicar la s dificu lt ades que he mo s vis to sin la precariedad de las otras do s. La idea m ás arriesgada que
present a es la de qu e los libros V a VII fuero n re d ac tado s después de los VUI y IX; Y aun no se tr ata de u n a
conjet ura forzosa. Des arrollemos. pues, est a hi pó tesi s.
El lib ro I no debe haber sido co mpues to antes del
año 390: en esto concordamos con las dos hipótesi s que
rech azamos; su es t ruct ura. en efecto, no es la mi sma
qu e la de los primeros diálogos llamados «socrá ricos s:
n i siqu iera puede dec irse q ue sea est rictame nt e a po ré tico , pu es to qu e la refutaci ón de la tes is formulada por
Sócrates a pa rece sólo a l co m ienzo del lib ro 11. en forma
de ob jeci on es. Es d iffc il es ta blece r s i Platón lo co m pu so como int rod ucción a la obra, contando ya con un pla n
pa ra toda e lla , o s i lo escrib ió pe ns ando en ed it arl o in de pendientemen te. Noso tro s nos ind inamos po r una conjetu ra en cierto modo in te r me dia: Platón ha b rí a ten ido
el propósi to, al es cr ibi r este p rim er lib ro, de compo ner
un a obra de una exte ns ión no mayor que el Gorg ías sobre la just ici a, sob re la cual ya ten ía en m ent e, al ter m inar el lib ro 1, ob jeciones como la s qu e al co mienzo de l
11 formulan Glau cón y Adimanto, y rép licas a ést as co -
ef. nota a n te rio r.
INT RODUCCi ÓN
IS
me las que les hace en el lib ro IX, pasan do por una
ca racteri zación de la jus t icia similar a la que traza a l
final del I V (a unque p robab le mente sin la concepción
de un a lma t ri partita. que parece corresponder a a lgú n
mom e nto pos terio r a l Fedón). De es te mod o , los lib ro s
11 al IV ha b r ía n implicad o un a dob le innovaci ón co n
respec to a l plan inicial de la obra: la tes is d el a lma tripart ita, po r un lado. y, sob re to do , la idea de busca r
e n la sociedad u n conce pto de jus t icia vá lido también
pa ra el individuo, idea que perm ite impu lsa r la inda gación acerca del mejor Es tado posi ble, y qu e imp lica fo rja r un proyecto político. Ambas concepciones, po r tanto , surgirían poste riormente al p r imer viaje a Italia y
a Sicilia (388/387) y a la co mpo si ción del Fedo n y d el
Banquet e (ca. 385), unos ci nc o afia s después de esc rito el lib ro I. E stas co njetu ras no implican nece sariame n te una ed ició n sep arada de estas partes de la ob ra ;
au nq ue, si confiáramo s en el
de Aula OeIio 1'", cabría pensa r que, co n lo ya red ac tado, ha podido tener lu ga r, s i no una edici ón en se n tido es t ric to.
si u na difus ión ent re los miembros de la Academ ia y
o tros a migos de Platón sufici ente como para qu e el co ntenido de los libros I-IV fu era ya conoc ido en peq ueño s
ci rc ulas de Aten as. Sobre la ba se de tales conjet u ras
nos a t rever-íamos a decir que . cuando Plat ón escrib ió
los lib ros 11 a IV, mo d ific ó su s ta ncia lmente el plan que
tenía para la ob ra, ya que ésta pasó a propo ner una
ut opia po lí t ica , y segu ramente Platón pe n só ento nces
un desarro llo más allá del lib ro IV, que incl uyera la
descr ipc ión d e la s di versas for ma s de gobie rn o y de los
t ipo s humano s cor res pondientes , y u n final m itológicoescat ológico a la manera en qu e lo ha bía hecho en el
Gorgias y en el Fedón. De est e m od o, la compos ición
d e los lib ro s VIII y IX no hab ría tardado en segu ir a
11.,
16
DIÁLOGOS
la de los U-IV. En cambio, la de los V a VII tiene
que h ab er sido poste r ior a los años 379/377, ya que
- como Wilamuwilz fue el prime ro e n advertir- en VII
540a-b Platón afirma que el filós ofo t iene acceso a la
Idea de l Bien pasados los cincuenta años de edad, afirmación que obviame nt e no habría hecho si él mismo
no estuviera en esa situación. Y esa referencia al conocimiento de la Idea del Bien es im p re sci nd ible no s ólo
para la alegoría de la caverna, sino también pura la del
sol; y sin duda el lib r o V guarda uni dad con los VI-VII,
a l me nos desde el planteamiento de la ex igencia de saber s i la organización polít ica propuesta es posible y
cómo; lo cual conduce a la caracterización del filósofo
y al tema de su educación. Ciertamente, no podemos
calcular los años que han podid o separar a esta parte
de la obra de la s an teriores ya que no nos atrevemos
a proponer fec has p ara la composición de los libros Il
al IV, y por consiguiente tampoco de los libros VIII y
IX. En cambio, po demos afirmar que fue en la década
de los setenta cuando se redactó la parte filosóficam ente más importante de la obra (los libros V al VII), y
seguramen te an tes de finaliza r dicha década se completó la ob ra co n el libro X, en don de se a n tep u so al mito
de El', probablemente ya planeado antes, un nuevo ataque a la po esía. Por las palabras de Pla tón (econsidcro
qu e h emos fundado el Estado de un modo enteramente
correcto al no acepta r de n inguna manera la poesía
imitativa A vosotros os 10 puedo decir, pues no iréis
a acusarme ante los poet as trágicoa») se tiene la im p resió n de que, después de la d ifu sión de los libros I·IV
a que aludiría Aulo Oel ¡o, poetas o intel ec t uale s reaccionaron ante las crít icas que Platón había hecho a la
poesía en los lib r os II-IlI. Platón ha debido percibir, a
través de esas reacciones, deb ili dades en sus argumentos, yeso explícarta que considerara necesario ed ícío-
INTRODUCC IÓN
17
nar más pagmas aún sobre el tema, ahora desde una
perspectiva ontológica .
Por consiguiente, la composición de la República ha
de bi do extenderse a lo largo de un período de quince
o veinte años : a partir ap roximadamente de l 390 a. C.
hasta no mucho antes del 370.
3. La cronología relativa
Mucho más simple para nosotros se presenta el problema de estab lecer la cronología de la República en
relación con otras obras del Corpus Platonicum, porque
al p resente existe casi unanimidad respecto a su ub icación dentro de éste. En efecto, si t oma mos en cuenta
las cronologías propuestas por veinticinco o treinta de
los más importantes platonistas e historiadores de la
filosofía griega, veremos que entre ellos reina unanimidad en co nsiderar, como anteriores a la República. todos los escritos llam ados «juveniles» y algunos de mad urez como el Fed án, y, como posteriores, el Parménides, Teeteto, Sofista, Político, Pílebo, Timeo, Critias y Leyes (aunque difieran en el orden de estos escritos de
vejez). Pa ra la casi totalidad, también el Fedro es posterior; las excepciones a esto son Gomperz (1902), Shorey
(1933) y Guthrie (1975). Pa ra la inm ensa mayoría, el Eutidemo, Crátilo y Banquete (junto con el Fedón) son anteriores : el Crátilo es posterior sólo pa ra Gomperz. Cornford (1927), Shorey y Guthrie (1978), m ientras el Banquete es posterior só lo para Cornford (qu ien es el único
en tener t a m bién por posteriores el Men éxeno y el Eutidemo) y para Cr ombie (1962). Es to muestra que só lo en
los casos del Fedro y de l Crátilo ha y mayor discusión,
y aun así, sólo entre una minoría de in vestigadores. Por
cierto que en esto hablamos de Rep. U-X, ya que en cuanto a la composición, m uy a nterior, del libro I no hay
94. - 2
18
DIÁLOGOS
gias n i Menó ,,)
Diá logos de ju vent ud (incl uy endo el Menéxe no, no Go r-
co nsenso. Noso t ros c reemos qu e és te ha precedido al
Gorg ias y. por cons igu iente, al Me nón y a los di álo go s
de madurez, e n lo c ua l co incidim os co n qu ienes lo conc ibe n como o bra sepa ra da, pero no lo a nte ponemos a
nin gún otro d iálogo juve nil, por la
com posición
a que nos he mos referido. Por cons iguie nte, podríamos
pro pone r un ordenam iento de esta índole:
l .o
5U
pa rticipaci ón en el diálogo
2.° Rep. I
3. 0 Gorgia.s. Menón
4.° Eu tidemo, Crátilo . Ba nque te, Fedó n (no necesa ria me nte en este o rde n)
S,· Rep. U-X
6.° Fed ro
7. 0 Diálogos de vejez.
4. Los per sonajes y
La Repú blica es un d iá logo q ue tiene la pa rt icularidad de no int roduci r d ire ct amente en escena a los personajes que ma nt iene n la conve rsación a lo la rgo de la
ob ra, sino de p re senta r prime ra mente un narrador: Es ta modalida d la compa rte con otr os escritos pla t ónicos,
como Cán n ides, Lisis, Protágoras, Eutidem o, Fedón , Banquete, Teeteto y Parm é nid es. Pero a d iferenci a de los
c ua t ro d iá logo s men ci onados en ú lt imo té rmino, el rela tor es el p ro pio Sócrates, pro tagon ista de la obra. Tarnb i én se d ife renci a del Prot ágoras y Eutidemo e n que.
e n es tos esc ri tos, Sóc rate s comie nza , en un ca so , conve rsa nd o con u n a migo. en el o tro con Crit ón, a qu ienes
se d iri ge lu ego el rela t o. Como e n Cármides y Protágo·
ras, en R ep. I. Sócra tes es in ici alme nte el único personaje , po r lo qu e debe ent e nde r se que diri ge su rela to di rectamente a l lec tor. Este p roc ed im ie nto no ha vuelto
INTRODU CCIÓN
19
a se r u sado por Platón. Los libros JI-X están a n udados
al pr imero , de modo que fo rma n parte del rel a to ini ciado en és te .
A pa r tir del enc uent ro , que narra Sócrates, e nt re éste y Pole ma rca, se s it úa la escen a e n casa del a nciano
Céfalo. pad re de Polemarca. q ue e ra un met eco -o sea,
un ex t ranjero con reside ncia permanente e n Aten as-eque ha bitaba en El Pireo, pu erto de Atenas, dond e se
conce nt ra ba la ma yor pa rte de los me teco s ded icado s
a l come rci o o a la ind ustri a. El t rozo filosÓfic o ini ci a l
de la obra no s lo pre senta conversando co n Sóc ra tes
acerca de la vejez, e n sa broso di ál ogo imitado más tar o
de po r Cice ró n. En el mo mento e n que Sócrates pone
énfasis so b re el concepto de justicia, Céfalo se ret ir a
de escena y es sus ti tu ido como in te rlocutor po r Po leo
marco. Pe ro la man sa aceptación por és t e de las objecione s de Sóc ra t es. qu e lo hacen con tradecirse, desatan
la ira de Tras írnaco, quien ir ru m pe en escena de u na
manera que hace pe n sa r en el momento en qu e, e n el
Gorgias 48 t h , Ca licles de saloja del papel de inte rlocu tor a Polo . Como all¡ Calicl es, Tra stm aco asu me el punto de vis ta de un sofist a olig á rquico q ue ju s tifica la ley
de l má s fue rt e. Presumible mente se tra ta d el maest ro
de orator ia que es crit icado e n el Fed ro. Pronto Tras ímaco es a m a nsado por Sóc rat es y termina re s ignado
a s u derro ta . Al té rmino del libro I desaparece como
in te rlocu tor, a u nque no só lo pe rmanece presente, si no
qu e su punto de vista es tenido e n cuen ta más de u na
vez en las argume nt aciones e n p ro y e n co nt ra (cf . 11
358a-e, 367-368, V 4S0a-b, VI 498c, VIII 545a , IX 590d).
Hay otro pe rsonaje que interviene fu gazment e e n el libro 1, Ch t ofon te , quien lo hace en fa vor de Tr a stmaco.
y que en la vida real ha de sempeñad o un pa pel po lítico
e n At en as, es pe cialme nt e en la r evi sió n co ns titucional
del a ño 411. En el libro 1 son mencionados tambi én Nic érato - h ijo de l general Nicias-c-, Lisias y Eut idemo
20
DIÁ LOGOS
n. RESUMEN DEL CONTENIDO DE LA REPÚBLICA
-c hermenos de Polemarco-c . un discípulo del orado r Is ócrates. Carmántides, y los he rm ano s mayores de Platón, Glaucón y Adimanto; pe ro n ingu no de ellos toma
parte en la convers ación . No obstante, a partir del libro
II Glaucón y Adimanto sé convierten en los únicos interlocutores de Sócrates. Al comienzo de e se libro, la
fuerza de sus arg umen tos y el con siguien te desconcierto ficticio de Sócrates nos recuerdan la s últimas ob jeciones de Simias y Cebes , en Fed án 84c-9Ic . Pero luego
q uedan reducidos al papel de interlocutores que, con
su asentimiento. permiten a la argumentación avanzar
0 , con la manifestación de su incompren sión {eno entiendo, S ócrates»), da n lugar a una aclaración importante. Son notables también algun as int ervenciones su yas en las que Platón, tras decir con so lemnidad algo
rel evante , se va le de ellos para expre sar una ch a plinesca autoironía (p. ej., en VI 509c: «jPor Apolo! [Ou é
elevación demonfaca !»]. A di ferencia de los diálogos juveniles - in cl uyendo ahora ent re ellos R ep . 1- , los interl oc ut ores de Sócrates no quedan confundidos por la
a rgume nt ación de és te , sino que pon en su buena fe en
in te nta r comprender la s enseñ anzas que lo s acercan a
la verdad .
Lrea o
32Sc Discusión preliminar sobre la vejez
Céfa lo: el carác te r , no la vejez, es la ca u sa de los ma les de que se que jan los ancianos: la ri queza pu ede ayudar a l ho mbr e sensato a ser justo .
33 lc
Ceíuío: la justi cia es la devolución de lo qu e se debe
Sócrates: pero se puede devolv er lo que se debe con
ju sti cia o no .
332d
Polemarca.' es el beneficio a amigos y perjuicio a e nem igos
Sócr ates : pero si se perjudica a un caba llo; se le vuelve
pe or respecto de su excelencia (aretl); dado qu e la jus t icia es la exce lenci a del hom b r e, al perj udicar a un homb re se lo vuel ve más injust o, y a s! se ha rta justici a produciendo injust icia.
21
338c
Trasim aco: es lo que conviene al más fuert e
Sócrates: pero as í como un médico dispo ne no 10 qu e
le conviene a él sino lo que co nvie ne al enfermo, el gob ernant e debe d isponer 10 que conviene a los gobern ados. Cada a r te aporta un be neficio pa r ti cu la r: e! de! m é- •
d íco. la sal ud, el del me rcen ario el sa lario. Si el médico
gana di ne ro a l cu r ar, no se ben eficia con el arte m éd ico
sino con el arte del mercenario qu e añ ade al suyo. Así
el que gob ierna no obtiene ningú n beneficio de su arte,
sino de u no a diciona l.
IN TRODUCCIÓ N
348c
Trusímaco: la injustici a es excel encia y sabiduría ,-Sócrates: pe ro en cu alquie r arte el sabio no trata de
aventajar a o tro que lo conoce , sino al qu e lo desconoce .
y el justo no quiere avent ajar al ju sto, sin o al no-justo .
Por lo tan to es el ju sto quien se parece al sabi o y bu eno,
no el in justo.
II
352d La justicia es la exc elencia del alma
Cada cosa tien e una función (érgon) que sólo ella cumple o que e lla es la qu ", la cu m ple mejor. La s fu nci ones
del alma son atender, deliberar, etc., y su e xcelencia e s
la ju sticia, de modo que el alm a justa cum plirá su fun ci ón y vivirá bien, no así el alma injust a .
LIBRO
357a
Glauc ón: la justicia no es vista com o un bien en sí mismo .
Bienes qu e deseamos po r sí mi smos, q ue deseamos
po r sus consecue ncias y que deseamos por a mbas cosas .
La justicia es co locada por la ma yo rí a en la segunda clase, como al go en sí m ismo penoso, y s610 dese able por
su s consecu encias.
22
Glaucón: la ju sticia no es cu ltivada voluntari am ente
DIÁ LOGOS
Cuando los in ju stos so n ricos pueden repa ra r c ua l-
Adimanto: es preferible la injusticia a la jus ticia
pa ra comet er injust icia. Mito de Glges.
cí a consiste en un a cue rdo p ar a no su frir ni co me te r
in justicias. Só lo cultiva la ju st icia el qu e es imp o ten te
Los hombres sufren más al ser víctim as de inju sticias que lo que disfrutan al co meterlas ; po r eso la ju stl-
358e
362d
quie r delito y librarse de los mal es del más a llá. Incluso
se p uede per suad ir a lo s d ioses.
Sóc rates : nacim ien to del Estado sano ....:-:,..
Se bus cará la ju sticia en e l Estado (pólis) prime ra-
372 d
Tránsito hacia el Esta do enferm o
GlaUCÓ n: un a sociedad de cerdos no se rí a di stin ta.
SÓcrates : pues en tonces habrá que añadir cocineros, méd ico s, músicos, mo distas, cte. Se rá un Es tado enfe r mo
o lu joso, cuyo te rrit orio de be agr andarse a costa del vecino : o r igen de la gue r ra y de l ejército . El ejércit o debe
ser profesional.
• 368a
• 374e
Cu alidades qu e debe n tene r los militares
Serán selecc ionados como militares o gua rdianes los
que posean agu de za, rapidez , fue rza y va len tía ; de be n
ser mans os co n sus co mpatriotas y feroces con sus e nemiga s.
me nte, y lueg o en el ind ividuo . E l Es tado n ace cuando
el individuo no se au toabast ec c s ino que nec esita d e otros.
por lo cua l se a socia con los de más, Es tas necesida des
son: 1) de alimentación, 2) de vivienda :Y 3) de vestim en ta . Los expe r tos en cada act ividad produci rá n pa ra todos los demás, reci biendo a ca mb io los produc tos qu e
necesi tan. Se llevará un a vid a au stera .
376c
La edu cación de los guardianes. La m úsica : los tex tos
Hay qu e re cha zar la mayor-ía de los m itos de Homero y Hesíodo, qu e presentan a los dioses co mo c rim in ales o combatiendo entre si.
379a
INT R OD UCCi Ó N
23
Pautas para ha blar de Dios (peri th eologias) en los textos
Hay que r epresenta r a Dio s ta l como es: bue no , y por
ende qu e no pue de se r ca usa del ma l. No h a de pe rmi t irse qu e los poe ta s p resenten a dios es haciendo mal o transo
formán dose : lo exce lente no es suscepti ble de modificación; tampoco mint iendo, pues la verdade ra me n tir a es
odiada por dioses y hombres, y la mentira en pa labras,
que es ú til a los hombres , no se r ía útil pa r a un dio s,
398c
392c
386a
Pau tas para las m elod ías
Comu las armonías han de adapt arse al tex to, no será n que ju mbrosas ni re lajantes: las ú nicas ace ptables son
la doria y la frigia. No se ne ces ita rán in str umentos de
muchos son idos.
Pautas para la dicción de la poesía
La narrac ión pu ede ser si mp le (d it ir am bos), por medio de imit aci ón (tr agedi a, co me dia) o po r ambas co sa s
a la vez (ép ica) . Los guardianes no de ben ha cer imita cio nes, ya qu e cada u no es apto pa ra una sola ta rea , Pero
si imitan, deben imitar sólo ca racteres vali en tes, mod eni dos , piados os , etc . Usará n el t ipo m ixto de narrat iva,
con u na parte breve d e imitación .
Pau tas para hablar de los hombres en los tex tos
Los po etas no deben presentar a los héroe s lamentándose po r la mu erte; ta mpoco como pres as de risa s
o e nsalzan do la buena mesa .
LIHRO IJI
39ge
melodía debe n adecu arse al te xto y no viceversa.
Pauta s para los ritmos
Sólo de ben per mitir se los r-itmos qu e sean p ro p ios
de un modo de vivir o rdena do y valeroso; el pie y la
• 403c
La gim nasia y la medici na
i
Deb e camb iar el ré gimen de vida de los atletas a ct úa- I
les. q ue du ermen demas ia do ; se excluirá el pescado y I
la carne he rvida, pe ro sin estar pendi ente del ré gimen. I
Sólo los ricos, q ue no cum plen una fu nción en la soc¡ e-
I
24
,
DIÁLO GO S
• 4 10b
Pode r ed ucat ivo de la gim nasia y la música
I Ambas ed ucan el al ma: la gim nas ia, su lado fogoso
(lhymoeidésA y si se combina con mú sica, q ue cu hiva
la du lzura, p rod uce, en luga r de la fu e rza b ruta, la
vale ntla.
dad , pu ed en pa sa rse el tiempo con los mé d icos; el a rtesano no t ie ne tie m po pa ra tra tamiento s la r gos.
• 412b
Pruebas de los etmdidatos a gobernantes
Los q ue go b ie rnen se rá n los que tengan la convicción
(dóg ma) de que lo qu e debe n hace r es siempre lo que
má s co nvenga al Es tado. Tre s clases de prueba s : 1) en ca rga r lo s de ta reas que facilite n su o lvido de esa convicción: 2) impone rles t ra bajo s. s ufri mientos y co mpetencias, y 3} lleva rlos a luga re s te r ro r ífico s y luego a otros
p lacenteros.
.4 14 Mito de las clases
Tod os los ciudadanos han sido criados y educados
por la t ierra, que es su madre y nod riza; po r ta nto, todos son he rmano s en tre si . Pero en la co mpos ición de
un os (guard ianes gobe rnantes) en tró el oro, en la de: ot ros
(aux il ia re s) la plata y en la de o tros (lab rad ores y artesano s) el b ro nce y el h ie r ro . Puede darse el cas o de que
un homb re de oro gen ere uno de bronce, y que uno de
hie rro genere :1 uno de oro; e n todos lo s ca sos ha y q ue
llevarlos a l sec tor qu e les corresponde.
. 416a
Comu nidad de los guardianes
Pa ra ser como perros de reba ño, no como lobos q ue
devo re n a las ovej as , los guard ianes no de be n cont a r con
biene s pr ivados, salvo de pr imera nece sidad , y ha rán su s
com idas e n com ú n.
LII' RO IV
419a La feli cidad de /0.
gobe rna nte y la socie dad
Adima nto: los gobernantes, teniendo todo en su rnano pa ra ser dich osos , no podrá n as! d isfrut ar como los
de otros Estados. Sóc rates: no debe mos mi ra r a la feli cidad de los gua rd ia nes , sino a la de tod a la soc iedad.
25
• 421d
La pobreta y la riqueza de los ciu dadanos
No debe haber gente ri ca ni pob re , ya que, si es r ica ,
no se ocupará de su tr a bajo . y si es pob re , no pod rá
realiza rlo b ien . Y s i en una gue r ra se co mba te contra
u n Est ado en q ue ha y r icos y po bres, se les ofrece rá
a éstos la fo rt una de los ricos a ca m bio de su alianza,
ya qu e en este Es tado no in teresa la riq ueza .
INTRODUCC iÓN
• 427d
Las partes de la excelencia en el ESIUdo
Para sa be r si se hall a la jus tici a en el Es tado, bastará con e xa mina r s i es tán pr esentes las o tras tres pa r tes
de la e xcelencia : la sabid u rla (sophia' la moderaci ón
(só ph rosjtle) y la velenua (andreía). El Estado es sa bio
no por el conocim ie nto d e alguna c uestión particular,
sino por el de su totalidad. que es el apropiado para
la vigilancia q ue está pre sente en los guardiane s. El Es"
tado es valiente si lo e s a qu ella parte suy a que va a la
gue rra por su causa. El Estado es moderado cuand o gobernantes y goberna dos coi nci de n en qu ién es deben gobernar: a sl la me jor parte gobi erna a la peor.
432b La ju sticia en el Eüedo biel'! fundado
/
Es lo qu e res ta para que el Estado a lca nce la excelenci a: consiste en que cada u no ha ga lo qu e le co rresponde e n el Es ta do.
436c
El princip io de con t radicción
Una misma cos a no p rod uce ni pad ece efectos COI)rra r íos en e l m ismo se nt ido. co n respecto a lo mismo
y a l mismo tiem po; no debe mos confund irn os c uand o
una cosa pa rece una y res ulta múltiple.
436a Úl S partes del a fm¡¡
¿ Están prese ntes e n e l ind ividu o la s mi sma s cla se s
que en el Estado ? ¿ Ha blamos de géneros d is ti ntos , cua ndo dec imos q ue por med io de u no a prende mos, po r o tro
somos fo goso s y po r otro a nhel a mos place re s ?
437b
/ ' .(, ,1
LDs po nes del olma (continuaci ón)
Si algu ien. t iene sed, es de bido a la pa rt e irracion al '
(O/ógislol1) y apetitiva tepithyme tik án] del alma , pero pu ede
no q ue re r b ebe r a causa del razonam iento tlogism ós]: La
..
)
26
44lc
DIÁ LOGOS
fogosidad (t hymósj pa sa a vece s po r se meja nte a la a pet iti va, pe ro cua nd o u no se en coleriza con tra los pro p ios
deseos se ve q ue n o es a s í; tampo c o se id ent ifi c a con
la parte rac iona l (Iogist ik ónj, ya qu e uno p uede ent us iasma r se ir racionalment e y ser lla mad o a l ord en por la r azó n. Por ta nto, so n t re s géne ros d is tint os .
Funciones dt las partes del almo.
Asl como el Es tado es ju sto cu ando la s tres clases
ha ce n cada u na lo su yo, lo m is mo con el individ uo: al
raciocinio cor re s ponde mandar y a la fogo sidad se r su
serv ido r y a liado . El in dividuo es valiente cu an d o la fogosidad se a lie ne a 10 p res crito por la razón, es sabio
po r la parte ra cional y es mod era do por la a mista d y
451d
Comunidad de mujeres y de ni fios
Ningu na m ujer coha bita rá en p rivado con un h omb re ; las mu je re s serán co mu ne s a 100 0 S los hom b re s .
Por partici par de las misma s t are a s, llega rán a la unión
sexua l; se cele brarán mat rimonios sagrados entre los mejo res gua rdia nes y la s mejo res gua r dian es. Los hijos serán com unes y no sabrán qu iénes son sus pad res; su educación se r á confiada a ma gistrados, se pa rándose a los
mejurt"S.
Natura leza y ta reas de la mujer
En c ua nt o a la natu raleza d ifiere n ent re si un h om b re ca rpintero y otro médico, no un hombre médico y
LUla mujer méd ica: las dotes natu rale s están similarm cnrc
dls t rib uid us en el hom bre y la muj er; sól o difiere n en
qu e la muje r es más déb il. Por lo ta nt o las mu jeres debe n rea liza r la s m isma s ta re a s que los hombres y r eci bir la misma educación ,
co ncordia de estas partes en tr e s t.
• 457e
Car ácter comunitario de la soci edad
U BRO V
. 462a
comunid ad de p la cer y do lor: todos los ci u dadanos de-
El mayo r ma l pa ra el Es ta do es lo que lo d ivid e y
el ma yo r bien lo que lo un e . Po r en de , d ebe habe r u na
'469b
INTRODUCCtóN
27
be n pode r regoc ija rs e y ent ris tecer se po r la s mi smas cosas (po r decir todo s ' m io ' a lo mismo).
La
y las luc has en tre griegos
Los gr iegos nu ha rán escl a vos a otros griegos, sino
só lo a los bá rb aros. En las gue rras ent re griegos no se
de spoja rá a los ca dá veres, e ",ce pto de sus a r ma s, y és tas
no se rán o frendadas e n los te mplos ; no d ep redarán los
ca mpos ni ince nd ia rá n la s c asas de los venci dos.
• 47 lc Glau có n: ¿es posib le que tal orgal'lh acíó" pol ítica exista?
Sóc rates: se ha inda gado qué es la jus t icia y el hom bre jus to p ar a proponerl o s como parad igmas para nuestros ac tos, no pa ra dem ost ra r q ue su exis tencia es pos]b lc. La pr ax is alc a nza siem p re meno s la ver dad q ue la s
pa labras. Má s b ie n ha y que dem ostrar có mo se pu ed e
fu nda r el Estad o más p róx imo al desc rito . La cond ición
e s que los filósofos rei nen e n los Est ados o los gobe rnantes filo sofen .
474b El filó sofo
Los q ue a ma n a lgo lo a ma n en su to tal ida d y no
en u na pa rte; a s! e l 'a mant e de la sabid u ría ' tphilosop /w s) es aqu d que gus ta de lodo estu dio , siu ha rt a rse
nunca. Pero hay que d istingui r el 'verdad ero filó sofo' del
qu e es ' parecido a u n filó sofo '.
4-:;;;:-'ws filó sofos ., las Ideas
Lo Bello, lo Justo. lo Bueno y tod a s (as Idea s son
u na ca da u na, pe ro, a l apa re ce r en comu nión con acciones, cue rpos y u nas con ot ra s, ca da una pa rece múlrip le . Los ve rd ade ro s filó sofo s, a d iferen cia d e los parecídos a filóso fos, no confunden la Id ea con las cosas q ue
de ella pa rti ci pan .
,. _
476J'0 E I ob jeto del conocimiento y el ob je to de la opinión
)
El que co noce , co noce algo que es (ón), no puede conocer lo que no es (m I!
A lo que es co r re spo nde el
conocimie nto cie ntí fico
a lo que 110 es correspo nd e la igno ran cia . 'rembíen el q ue opina debe o pina r
sobre algo y no sobre lo q ue no es , pero la opi nión {d óxa) es algo má s o scu ro qu e e l conocim iento y más claro
•
28
;'1
LIBRO VI
j
OJÁUKO QS
qu e la ignorancia, y po r ende co rres ponde a a lgo ín te rme dio ent re lo qu e es y lo que no es: la multiplicidad ,
son aman tes de la opinión
no filós ofos .
p. ej ., de cosa s bellas e s a lgo in ter me di o entre la esencia
(ousía) y el no ser ( l O mr ei",aij. Los q ue gustan de e lla
49ge
497a
48 7d
El ob jeto del estudio su.premo
posibili dad de pers uadir a la m u l tilud
La multil ud e stá ma l dispue sta con la fil osofla p orque nu nca ha visto un filosóf o como el d escrito, pero
se
pu ede persu a di r de q ue lo dic ho es verdad .
La iu ve ntud y la filosofía
Cu and o los ad ole scen te s abordan la fil oso fía, a l llegar a su parte má s drñcn . la rel ativa a los conceptos
abs tractos (ro pe ri tous Ióg ous). la a ba ndonan. En la a dolescencia hay qu e da r les una educación apropiad a a la
eda d, y, sólo c ua ndo la fue rza co rpora l d ecli na , hace rl os
ocupar se de la filosofía .
Dificultade s del eje rcicio de la ve rdade ra [ilosoíta
Cua ndo las cu a lidades del a lma filosófica [valen tía ,
mode ra ción , e tc.) se nu tren ma l, ar ra nca n a l alma d e la
filosofía . Los que co rrompe n a los filosófos no son los
sofi stas sino los acusadores de éstos, que son los más
gra ndes sofistas: la multi tu d en la asamblea , teatro, e tc.
Los sofis ta s no ense ñan p r ivada me nte o tra co sa que las
co nvicciones que la mu lti t ud se fo rja cu ando se con grega . Son muy pocos lo s qu e tratan dignamente con la filosofía , y, a l no ver nada sano en la política, se alejan
de és ta.
4863 El alma filosófica
E l a lma filosófica susp ira sie mpre po r la tota li da d
Int egra de lo d ivino y de lo humano. Desde temprano
es j usta y mansa , bien dot a da de memo ri a y facilidad
de aprender.
502c
Ha y que pro ba r a los gu ardiane s en la práct ica de
los es tu dios superio res, pa r a ve r si son capac es de ll e-
INTRODUCCtÓN
29
ga r hasta el objet o del estu d io su pre mo, la Idea del Bien,
q ue es algo su pe rior a la just icia.
Al egod a de la línea
Las cosas mú lt iples son vistas , las Idea s pe nsadas.
Lo q ue es el sol e n el á mbito visib le respecto a la vist a
y de lo que se ve, es la Idea de l Bien en el ámbi to inteli gib le (noEtós IÓpos) res pecto del in telect o (nm i s) y de lo
que se intelige, o sea, de la s Idea s. Asl como el sol e po rta a las cosas vis ibles la p ro piedad de se r vista s y tam o
bién su vida , as! la Ide a del Bien confie r e a las Idea s
el pode r de se r conocidas pe ro ad emás el extsnr (IÓ ánaiJ
y la esenci a (ousío.', aunque el la m ism.. no se a esencia
s ino que esté m ás allá de la esencia .
506, Aft!gorla del sol
S09d
de la caverna
Dividid a una linea e n dos se cciones des igua les , y <:0.'
da una de ellas en otra s do s , ten dremos, en la sección
visible. u na s u bsecc ió n de imá genes (somb ra s, renejos)
y o tr a de la cua l en la pri mera h a y imá gen es (seres vi'0'0 $, a rtefact os]. A su vez , en la p rime ra subsecct ón de
la parte inteligib le, el alma se sirve de sup ues tos
rhései5J, sin marchar h as t a u n p r incipio)
s ino hacia la conc lus ión. En la otra sub sccción parte de supues tos , pero ava nza por medi o de Ideas ha sta l lega r a l pri nLa seeclón vis sble
ci pio no su pues to (a")'pó l hetos
se conoc e mediant e la opin ión y, dent ro de ella , la subsección de imágenes po r lá co njetu ra (e;k as(aJ y la o tra
po r la cree ncia (ptstí SÁ' la
inteligib le es con ocida
medi an te la int eli gencia (not4sJ: dent ro d e ella la subsecciÓIl inferio r media nt e el pen sa miento d iscu rsivo (J id·
noí a},
supe r ior po r el intelec to (" ü IlS).
UB'-O VIl
.-/
{¡f;17b', A legor(a
l'
La cave rna e s el á mb ito visib le en que vivimos y el
fue go en e lla es el so l: afuera e stá el ám b ito in teligible,
la s Idea s, y el sol es. la Idea del Bien. El a rte de volve r
el a lma d esd e la s tinieb la s ha cia la luz es la cd u_cadon,
30
gobe rnar.
DIÁLOGOS
, los gobernantes, una vez ed ucados de ese modo , d eben
• 522c
Es
tudios
dcl Jilósofo: 1) uritm érico.
Pa ra escapar a l á mb ito de l de ven ir (génesis) y capaa r
la esenci a el gua rd iá n debe e stud ia r a ri t mética , q ue eleva el a lma y la o bliga a d iscu r rir (dialégesthai) sobre los
Nú me ro s en st.
5) armon ía
• 526c 2) geometr ía plan a
Aunqu e los ge ó me t r-as hab lan de 'c ua drar', 'a plicar',
e tc., como si sus d iscursos ap un ta ran a la p r axis, la geomet r-ía se dir-ige a l co noc im ie nto de lo que es sie mpre.
• 528a 3) estereometria
El estudio de l só lido en si mi smo ha s ido emp rend ido ha sta ahora dé bilmente; el Estado de be promove rlo.
• 52Se 4} astronomla
No hay qu e ocupa rse de ella con la vista , ni au nque
se m ir e haci a arri ba, sino co n la int eli gencia: los a stros
q ue se ven sólo sirve n como ejem plos pa ra el es tud io
de lo s q ue no se ven , en s u veloc ida d, figu ra y re lac io nes
verdadera s.
• 530d
Lo mismo en el caso de la teoría matem át ica de la
m úsica: a part ir de lo s aco rdes q ue se oyen hay que ele .
va r sc a l exa men de los números a rmó nicos y de los q ue
no lo son, lo cual es úti l pa ra la búsq ueda de lo Be llo
y lo Buen o.
La Dialéct ica, estu dio sup rem o
los e studios an teriores só lo so n un pre ludio a la d ialéc tica, que só lo pueden a lca nza r los ca paces de da r y
r ec ibir razón de la esencia . Ta l co mo e l p ri sionero llega
a l t érmino de lo visib le cu an do puede ver el so l, el d ia.
l éctic o a rriba al término de lo inteligible cuand o C OIr
tem pla la Idea del Bien. El mét od o d ial é<: tico e s el ú n ico
qu e ma rc ha ha s ta e lla ca ncel a ndo los su p uestos.
Relamo a la ategoria de la línea:
epistem ológico
El conocimien to rela tivo a las cu at ro subseccioric s
son: ciencia (epis tf!me), pen sami ent o dis cursivo, creencia
G
• 534b
INTRODUCCtÓN
31
y co njetura; a estas dos co n conju nto, o pinión, y a la s
Es ta se
dos p ri mera s en conju nto, int eligenc ia
refi ere a la esencia, y la opi n ión al deveni r. Esencia : deveni r :: inte ligenci a: opin ión , y a su vez ciencia: creencia
:: pen samien to d isc u rsi vo: conjet u ra.
Fo rmación de fes d ialécticos
Estudia rán desde niños . A los veinte año s se elegirá
a lo s más inte lige nte s y du ra n te diez a ños se les hará
tene r UTllI visión en conju nt o (synops ís] de lo q ue en forma di spersa es tu d iaron cuan do níños. A los trei nta an os
se selecc ion a rá a los má s ca paces de p rescind ir de los
sen tidos y de ma rchar hacia lo qu e es e n s i, y se les •
ha rá desce nder a la cave r na pa ra ejercitar se en lod o tipo de t rabajo . A los ci ncuen t a se los forza rá a co ntc mplar la Idea de! Bien, y a , to mán dola como pa ra d igma,
alte rn a rs e du ran te el re sto de sus vidas en e! go biern o
del E sta do .
LIBRO VIII
• 543c
Las ci nco
de consti tu ciones potuícas
El r égime n correcto es el descrito, la aristocracia . Hay
cuatro regím enes (poli teiai¡ deficientes: la timocrucia o
tima rq uía . la o ligarquía. la d emocracia y la tiranía. Y
hay otros tan lo s rtpos de homb res. de cuyo comportami en to nacen aq uéllos.
• 545d Lo. cor rupci ón del m ejor Estado
de las Musas)
Ni s iq u iera los mejore s guard ianes podrá n controla r
por com pleto la fecund idad y est erilidad ajust á ndose al
' núme ro geo mét r ico to ral'; de este modo se proc rea rá
en momen to s no p ropicios y nacerán niño s no favo rcc ldos po r la na t uraleza, qu e se rá n infe riore s a sus pad res,
) cua ndo les toq ue gobe rn a r descu ida rán la mú sica y
la gim nas ia. Así su rge la t imoc ra cia.
• 547d
Lo. tim ocracia
Llega r án a l gob iern o hombre s má s fogosos y má s a ptos para la guerra q ue pa r a la pal o Lo q ue preva lece
•
32
• 548d
5533
DIÁLOGOS
en e ste r égimen, co n la fogos ida d, es el deseo de im poners e y se r vene r ado.
El ho mbre tim ocrát ico
Ajeno a las Musas. a ma el poder y los honore s, d e
jove n de sdeña la riqueza , ma s no de adulto . Es hij o d e
un padre bueno que vive en u n Estado mal organ izado .
y q ue a lienta en é l lo raciona l. Pero su ma d re y cr ia dos
cu lt ivan en él lo a pe tit ivo, pues a nhel an te ner más riqu eza y poder y cr it ica n a s u padre . En es te confl icto
lleg a a u n com pr om iso. y ce de el gobi ern o de si a lo
fogoso .
El hombre oligárquico
Régim en basado en la la sación de fort una s; e n él man o
da n Jos r icos . Surgen porque los homb re s q ue an s iaba n
hono res te rmina n po r volver se a migos de la riqueza y
llevar a los ricos al gobi emo. So n en realidad dos Estado s: uno de los ri co s y uno de los pob re s .
· 550c La o íigarquia
t
555b
La dem ocracia
Su r ge cua ndo los pobres ven que los gobernant e s o ligá rqu ico s no va len nada y que só lo gob iernan por de bilid ad . En e ste rigimen a bu nda la libertad de pa la h ra y
d e hace r ca da un o lo que le da la ga na.
El h ijo del hom b re t imoc rá tico primero im ita a s u pad re , pero, a l verl o lue go procesado y priva do de su fortu na , deja de lad o la am hició n y fogosi dad qu e pr ev a lecian en su a lma y se vuelve h acia el luc ro. Su part e racional só lo mira cómo ac re c entar su riq ueza . Rep r ime
los d esees de p lacer pa ra no gas ta r su fortuna.
- 558<:
El hom bre democ ráti co
Hay desees necesarios, qu e hay que satis facer para
no morir, y de seo s in necesar ios. En el hijo del hombre
o ligárq uico se produc e una pugna e nt re ambos tipo s de
de seos, S i n ingun a de ambos rípos es aux iliado desde
fue ra, el hombre democrát ico vive de un modo que no
e s contra rio a la libe rtad n i a tod a norm a. .
-r--,
/
• 562a
INT ROD UCCi Ó N
33
Lo.
ti
ranía
El d eseo insa ci able de libertad p ierd e a la democ racia (como e! deseo in sacia ble d e ri queza p ie rd e a la oli .
ga rq u ta ). Los ri co s que son des pojados de su fo rtu na
luch a n co nt ra el pue blo; éste po ne a su ca beza un ind ividuo q ue se dese mba ra za viole ntamen te de sus enemigos,
Al pri ncipio, cI tir ano libera de de ud as a los po bres y
les da üc rr a s. pero, c uando se rec onci lia co n a lgu nos
en emi gos y extermi na a los demás, pro mue ve guerras
pa ra most rarse como cond uctor y para qu e los impu cstos empo b rezca n a los ciudadano s y no pu ed a n ocuparse de con sp ira r con tra él. Se llena rá de e nemigos , y será
od ia do po r m uchos.
U lUl.O IX
57 1a El h om bre ti r ánico
E n e l hijo del hombre democ r- átic o ha y de seo s reprim idos, que, a má s de innece sa r ios , son con tr arios a tod a
no r ma; los forjado re s de t ira nos es timulan és tos ; a sila s
op inione-s mo ra les anteriores so n some tidas por otras que,
cua ndo es tá inte rior ment e regido de modo dem oc rá t ico,
só lo se libera ban durante el s ueño; no se a rred rará a nte
crimen alguno.
576b
Primera prueba de la superioridad del justo sobre el injusto
El hom b re ti r án ico es el m ás inju sto y, si llega a goberna r so lo mu cho tiempo, es el más desdichado: es el
que me nos hace lo que q uie re ; es tá forzado a la adul ación y al se rv ilis mo.
580d S egunda pru eba
Seg ún la parte del a lma q ue p re domine, hay t re s tipos de ho mbres: el filósofo. el amb icio so y ti a mante
del luc ro. Su by acente s a cada uoo de estos tipos ha y
t re s clases de pla ce res. El filó so fo es el que mayor e xpe riencia t iene e n estas tre s cla se s. Por lo ta nto, su mod o
de vida es el más agra dab le .
94. - .'
I
j
34
583b
588b
Tercera prueba
DI ÁLOGOS
El es tado en qu e no se .sufre es intermedio en tre el
placer y el do lo r . Pe ro cuan do se ignora el verdadero
plac er se loma po r pla cer la ces ación del do lor. Cu ando
el a lma sigue a la pa rl e filos ó fica , cad a una de la s part es hace lo que le corresponde y obtiene los placeres
q u e le so n propios. El hom bre tirán ico, e n ca m bio, sumet e la pa rle ra ciona l a la ape titiva. Po r ende, el ti r ano
vive del modo más des agradable y el r ey de l más agruda ble. El tiran o está alejado del verdadero placer en una
canti da d que es el t ri ple de l tri ple.
Lo. ju st icia es más ventajosa qu e la injusticia
El que comete inju st icia esclaviza lo mejor de s í, y,
si la ocu lta y no la expía. se vuelve más perverso.
L IBRO X
595a
La poesía imitativa alejada de la verdad
) ,
Hay muchas ca mas, pero u na sola Idea de Ca ma, miran da a la cual el ,ar tesano fabrica las 'ca mas múltiples:
y a su vez el
aun que no una cama real. Hay , pues, tres ca mas: 1) la que exist e en la
na tu raleza y que es crea da por el 'p roduct or de na tur-aleza s' (phytourgós), o sea , Dios; 2) la qu e hace el a rt esano
td érn iou rg ós}, o sea, el ca rpint ero; 3) la que hace el pin o
tor, que es el imitado r. Y no la im ita como es, sino co mo
le par ece según de dónd e la mire . Lo mismo los poe tas:
son imitadores de imágene s de la excelenci a, sin ac ceder a la ve rdad.
6ü2c La poe sía cultiva la parte in fe rio r del alma
Una m isma magnitud pa rece d istinta según de dónde
se la vea, perturbando as! a l a lma . A esta perturbación
se opon e la parte rac ional, que es , por lo ta nto, dist inta
y super-ior a la p ar te perturbad a. En es ta y utras luc has
int eriore s de l alma , la poesía colabora con la pa r te in ferior, que es la p re fer ida po r los poeta s para imitar.
35
6ü8c
La inmo rtalidad de l alma
El ma l de una cosa es lo q ue la cor rom pe . Pero los
males de l alm a (la inju sti cia, la coba rdía , etc.] no la destruyen . Nunca la pe rvers ión de u na cosa des truye a ot ra.
sino sólo la propia perver sión. De modo que si los ma les
propios del alm a no la pue den des tru ir, menos aún podrán los ma les propios del cuerpo, que son ajenos al alma. y si el alma no per ece n i a causa de un ma l p ropio
ni de u no ajeno, es inmortal.
I NT ROOUCCI ÓN
6 12b
Ias recompensas del justo
I
Aunque la ju sticia vale en sí misma y no po r sus consec ue ncias, goza de la m ejor reputación entre los dioses
y hombres; pu es a los dioses no se les escapa qu ién es
I
Lo
qu ién inju sto. Y si e! justo es amado por lus dio I jusessto, leysucede
mislo mejor, en vida o t ras la muerte.
j
.1 me con los h om br es: 'ta rd e o temp ran o reconoce n la juslh t ici a de! ju sto.
6 14b Mito de Er
Tras mo r ir, las a lmas son juzgadas y, según eso, pe san mil añ os de cas tigo b ajo t ierra o. mil d e delei tes en
e! ciclo . Y al preparars e pa ra ren acer, no cs eleg ida ca d a alma por el demonio que guía a su des tino, sino que
ellas m ismas escogen su s de mon ios. Deben elegir ent re
mo dos de vida mu y distinto s, y luego su demonio deb e
conducir su ejecución. En la elección pesan los hábitos
d e la vida an ter ior. En es to s modos de vida no hay nin gú n rasgo del al ma , porque és ta cam bia segú n el mo do
de vida eleg ido: en eso rad ica su r iesgo .
1Il. TRES TEMAS DE LA R EPÚBLlCA
,
1. La teoria de las Ideas y los conceptos universales
Que la teorí a de las Ideas h a surgido a pa r t ir de una
problemática moral de origen socrático, ya fue indica-
I
36
DlÁ.LOGOS
do po r pr imera vez po r Arist óteles, en testimonios, por
lo demá s. dudosos (Met. 1 6, 987 b Y X III 4, 1078 b), pe ro
en ese pun to conf ir mad os por los diálogos juven iles de
Pla tón . En ést os, se des taca, frente ai'-telat ivismo impela
C.: la bú sq ueda -de--un
patrón s up raind ivid ua l Que"pued a dar normas a los' actosrSócr ates simbolizaba este pa trón sup r atnd tvídual
en
que re s pondía a la s con su lt as de ind ivid uo s y de gob ie rnos sob re lo que debía hacerse. En
efecto, la pregunta so bre qu é es la valentta (Laques 19Od),
la moderación (Cánnide s 159a), la pied ad (E u tifrón Sd),
ct c.. que tam bi én Je nofon te pone e n boca de Sóc rates,
aparece como genui name n te s ocrá ti ca, y no remi te a un
u ni versa l abstract o, como lo en tend ió Arist óteles, si no
más bie n a la realidad di vina , e n com unica ción con la
cu al -en el reco noc ím tent o de la propia ignora ncia )'
en el acata mi ento de los ma nd at os d ivinos- se gene ra
la c ua lidad mo ral de nu estros act os, con lo c ua l Dio s
viene a se r la fue nte de la perfecci ón o excelencia (a reu¡ humana.
"
Ciertamente, e n los diálo gos ju veniles, Platón no di ce que se a divina , y muy pl>cas veces que sea rea lidad
tousia: Eut. l l a, Hipias Mayor 3D2c), pero sí in s ist e e n
q ue se tra ta de un patrón sup ra in divid ual. y así no acepta que el interlocuto r con teste con la mera refe rencia
a u na ins tancia part icular como «vale ntía e s pe rrnanecer e n el pu est o e nfre ntándose a l ene m igo, sin huir - (La·
ques 190e), «piadoso es lo qu e aho ra hago » (Eut. Sd},
"bello es una vir gen bell a » (H ip. Ma. 288a). No po r e so
es e n Pla tón u n conce pto u nive r sal, ni siq u ie ra a l el a borar sob re esa ba se la teorí a de las Ideas l .
1 Cf. C. RlY.>S, P/a/a '$ Theory al 1detl5 (2." c:d., Ox fo rn . 19 53), pág ina 225 , y la critica d e R. S. BWCK e n Pla /o s Phaed o (L.mdl"<'"s, 195 5).
Apén d ice VII, pá gs. 174· 181.
"
INT RODUCC iÓ N
37
A no dudarlo, la pregunta por la va lent ía pide deci r
«qué es lo mism o e n to dos esos casos .. (Laq ues 191e,
d. Eut. Sd), o sea, lo co m ún a tod as las in stancias part icu la res a las que damos el nom b re de 'valien tes' . Pero
s i esto se interpreta a la ma nera del univers al a r is to télico , como una característica q ue se halla efec tivamen te
e n cada una de esa s cosas part iculares, se malentiende
el pe nsamiento socrático-platónico, ya que para éste, por
ejem plo, la acción de Eu t ifró n de de nunciar a su pa d re
no es de n ingún mod o p iadosa, por lo c ua l la unive rsalización de ac tos como ése no podr-ía resulta r nunca e n
la piedad . Es probab le qu e, en esa primera e ta pa de: ,
Pla tón , lo piadoso, lo jus to, e rc., fue ra n s im pleme nte ideales ét icos, como dec ía Srenzel v" . Con viene nota r, no
obs ta n te ,' que el inmed ia to a n tecedente de tales pat rone s morale s era el dios socrático, y qu e, en la e ta pa
s igu iente de Plat ón , tales va lores o c ualidades fo rman
el á mbito d e lo d ivin o, por lo c ual cabe dudar de si la
et apa ju venil ha qu eb rado en ese sen tido la cont inuidad.
Si es cor re ct a nue stra interpretación de que el pa trón su pra ind ivid ual para Sócrates era el d ios, al obedecer cuya s prescrip ciones perfecciona mos nuest ra
alma , esta co nce pción hab ía de es tar s ubyacen te e n la
t esis p la tó nica juvenil de la ex ce le nci a o arett - cuyas
caras era n la ju sticia, la piedad , etc.- , s in reflexione s
sob re su status ontológico: por esa fe e n lo a bsoluto se
rac iona liza ba la pa radigma il cid éd renl á" es fe ra éti ca,
no su cond ición onto lóg ica. Y e n ese se ntid o, an áloga mente al d ios soc rático, lo piado so en sí (donde el «e n
s¡ ». auto, su braya el con t raste con las inst ancias part ic u la res) es de a lgú n modo la ca us a de q ue lo s ac tos humanos sean piado so s: éstos t ienden a se r como lo pia-
lh>o
Emwick lung da P/a /on u chen D!alek/ik (2.- ed . re-prod ucida d.. la de 19 3 1, Darmst ad t, 196 1), pág. 15. er. la c ri tica de
BLUCK. oro cit.. Al'. VIII, págs . 184 y 186.
38
DIÁLOGOS
doso en sí, podríamos decir parafraseando una termtnolog¡a posterior en Platón .
Claro que allí opera también otro tipo de ejemplaridad, que tiene q ue ver co n el lenguaje y su poder de nominador. En efecto, Eutifrón dice q ue su acción es
'piadosa', mientras Melero afirma que la conducta de
Sócrate s e s 'impía'; y se tr a ta de pone r co to a este arbitrario uso del le nguaje, que constituye uno de los pilares del relativismo sofista. Por e so dice Platón: «Ens éña m e qué es la forma es pecífica (idéa) misma [de 10
piadoso], a fin de que, dirigiendo la mirada hacia ella
y s ir viéndome de ella como paradigma, pu eda yo decir
que es pi adoso aquello que sea de esa índole en lo que
tú o cualquier o tro hace» (6e). Pues es t á c la r o que ni
Euti frón ni Me leto, a l usar términos com o 'piadoso' e
' im pío' , dirigen su mirada a un patrón supra índivtdual
que fu ncione,..co m o paradigma. ·Y que es to no es una
in stancia genera l a universal ya 10 dice el uso del vocablo 'p a radigma'. Se t rata del paradigma del leng uaje c o,\ rrecto, pe ro es paradigma del le ng u aje porque antes lo
e s de la conducta moral.
Cabe objetar que aquí, de todos modos, e stam os freno
t e a al go universal; pue s no se trata de una universalidad fo rmada a partir de a c tos como los de Eu t ifr ó n ,
pero sí de una formada a partir de ac to s co m o los de
Sócra te s y de todos aquellos - por pocos que sean- que
actúan teniendo lo p iadoso en sí como paradigma. Pero
na turalm ente sólo es pos ib le saber cuáles son lo s actos
realmente piadosos una vez conocido 10 piadoso, y no
al revés . (Y de toda s maneras lo piadoso es s iem pre trascendente a los actos piadosos , ya que no es una in stancia res ultante de e llos sino su modelo.) Hay, pues , un
len guaje corre ct o y un lenguaje íncorrectof El Ienguaje
corre cto es e l que atiende a la realida d {ous ía; e f. Cráti.
"
[o
INTROIJ UCC IÓN
39
Contr a r ia me nte a lo que nosotros e sperarí a m os, s in
emba rg o, al llega r a su te o r ía de las Idea s, en Fedá n
y Rl?:pública, Platón se in clina por una co ncepción m esocrá-tica l del lenguaje: «h ay muchas cosas bellas,
muchas buen a s, y a sí, con cada multiplicidad, decimos
que exist en y las di stingu imos con el lengu aje » (Rep.
VI Sü7b). De e ste modo, Platón s e atiene ahora al uso
com ú n del lenguaje, y mentando una universalidad form a da a pa rtir de cosa s no r ealmente piadosas, justas,
e tc .. sino simplemente cosas a la s cuales damos el nomb re de piadosas, justas , et c., a u nq ue a veces no nos
parezcan pi adosas, ni justas, e tc . ¿A qué se debe e ste
camb io en el pensamiento p latónico? Precisamente "; (
nacimien to de la te o rí a de las Ideas, an u da da a l surgí- .
m ie nto de una p ro bl e mática ,e pis tem ológic a .
¿ Cóm o se conoce 10 piadoso e n sí, lo belló en sí? Si
I la mayoría de la gente co nfu nde lo bello con la s cos as
bellas y 10 piadoso con lo s a ctos pi adosos, es porq ue
la vía cog nosci tiva hacia lo bello y lo piadoso no e s la
) mi sma que la que conduce a la s c osas bellas y pia dosas ,
y sin duda más d ifícil. Pe ro a es t os objetos en sí podem os a cc e der con la inte lige nci a (n'oús), miéñ iras que 10.<;
se nt idós ·Y "'l<Co pi riióii- (d óxa) q ue se basa en e llos só lo.
nos permiten toma r co ntacto con instanci as pa r t icula, res. Aquí sí, en forma explícita, se pl a nt ea la cu es t ión
'\ o nto lóg ico-e xis ten cia l: los objetos del co nocimiento debe n exi stir, pue sto que no es posible conocer lo que no
es; pero no han de tene r la misma ent idad que los sensib les, ya que é s tos se presentan de modo diverso y conti nua mente c a m b ia nte , m ientras aquéllos a pa r ecen como
permanentes e id énticos a s í mi smos. La mayor claridad cognoscitiva de los objetos «inte ligible s » co rres po n-
J E n efecto, Sóc rat e s rese rvaba, p or ejemp lo, el nombre de 'juez'
a quien r ea lmente h acía justi cia , no a tod os los que lo juzga ron (Apolo "
gia 40a, d. 18a).
,
40
DIÁLOG OS
de a una superioridad ontológi ca: son lo q ue es realm ente [to ónMs ón), lo qu e es plename nte (l ó pan tel ós
6n) y. en fin , lo ún ico que merece el no mbre de ..realiLa realida d de los objetos - o pidad . o «ese ncia s
na bles - no es negada, pero !>f dev aluada: se hallan en
un á m bito intermedio e ntre el se r y el no ser, e n tre la
f rea lidad y la nad a: son 10 que se gene ra y lo que deviene
1 (para ambo s casos ro gignó me non), y n unca alc an za n a
. \ se r verdaderamen te, po r lo cual , más qu e el nomb re de
«realid ad .., merecen el de «deven ir » o «génesis . (gén esis). Adem ás. los ob jetos «in tel ig ib les» re ciben la de nominación de . 10 divino e in mo rt al - (nom bres ya de lo
ápeiron de Ana xim anrl ro en 12 B 3). m ientra s los
nables s const ituyen . 10 huma no y morta l - 4.
Es as unto d e d iscusión si Pla tón si t uó a es to s dos
ti pos de ob je tos en mundos di st intos, los opinables en
es te y los in teli gibles en el más allá. Plat ón mi s mo nunca habla de dos mundos distintos a l ref e ri rse a ambos
ti po s de obje tos: e n Rep. VI-VII cont ras ta u n « ám b ito
in teli gib le » ( n o ét ón lópon) con u no ..vis ible - u - opínable ,. ); cierta mente e n el Fed ro 247c mencion a un ..ámb ito su p racclestial » (hy perourimion lópo n) como morada de la «realid ad qu e realmen t e es» , pe ro den t ro de
un mit o. Y de nt r o de ot ro en el Fed ó n 74a-76c dice que
el hom b re h a adqu ir ido el conoci mien to de las Ide as
a nte s de na cer, c ua ndo aún no pe se ta cue r po 6: u na explicación del ca rácter a p rio r i -esto es , ind e pe ndi e n te
• Séanos pcnnitido aq ur mezc lar la diferenciaciÓfl del Fedó" 8Qa·b
ldo nde, en rigor, no se habla de lo 'opina ble' sino de lo 'no-inteligible',
G"Ó<!lon ) con la d e Rep . V 478 a-e.
En re ali da d Platón nun ca hab la d el «á mbit o o pinable », pe ro en
la a lego ria de la linea d ivide és ta e n u na «sección int el igib le . y e n
o lra _opina ble » (VI 510a, VII 5 34cl.
• Hemos intent a do un a de smi to log il.ación d e eso ) pasajes e n
191>8 , en El . Fedó" . de Platón (3. " cd., Buenos Aires, Eudcba, 1983),
p ág s. 63 y si go
41
de la experienci a se ns ibl e- d el conoc imient o intel ectual. a la qu e nun ca más volvi ó a recu rrir. En ca m b io,
e n su p ropia desmitologización de la cav e rna, Platón dice q ue, u na ve z arr ibado el fi lóso fo al ámbito in teligible
y contempla da la Idea del Bie n, se le forza rá a «des ee nde r jun to a los pri s jon e ro s », e n lu ga r de lo qu e a ho ra
ha ce, es to es, qu ed a rse contemplán dol a, «come si ya e n
vida es t uviera resid iendo e n la Is la de los B íena venturados » (Rep. VII 5 17b-5 19d).
Aho ra bien, no se ria ext raño q ue , en es t e giro dad o
a su concepción de la juve n tud , ha ya inen la
fl uido el contac to pro fund o que con la matemát ica ha
te nido pres u mib lemente a t ra vés de Arqu itas e n s u via je a Ita lia . Po rq ue ind uda bleme nte los obje t os rnatemáneo s le ofrecí an tod a una es fe ra extramora l a la qu e
podía tener acceso con -el intelect o, y que no podía de ri va r de la m u lt iplici da d sensible , Cuando pe nsa mo s el
cu ad ra do ma te má t ico , lo pe nsamo s perfecto, de u n modo que no ha llamos en ningún obje to c uad ra do e xis te nte ni e n el mej or cuad rado que d ibujamos; o para dec ir10 con ot ro ejem plo q ue Pla t ón po ne a ntes que el del
c uadrado, el conocim ie nto que tenemos de la igu ald ad
mate mática no provie ne de cosa s conc re t as qu e ve mo s
como igu ales (leños , p ied ras, e tc.] , s ino de lo I gu al en
si, a lo c ual deben aqué llas que se las llame 'iguales ' ,
Las cosas e n s i (o eIdea s » , como se s uel e de nom ina r lo
h v"erdadera realida d pa ra el Plató n madu ro ,
que s igu e u sando los térmi nos id éa y etdos, pe ro no ya
como eforma espec ífic a e] incluyen ahora, pues, objeto s
mate má ticos, además de valo res morales. Pero; u na vez
a m pliado de ese modo su á m b ito, encontrándose en las
cosas e n si lo que se a t iende para de nomi na r a las cosas
conc re ta s, ya res u lta ba inevi ta b le e xte nde r poco a poco
ese mi smo carácte r a todos los obje tos des ignados e n
el lenguaje (med ia nte adje t ivos, sus t a ntivo s o verbos).
Así en el Fed ón se hab la de la Gran deza, la Sa lud , la
¡
42
OI Á LOGO S
Fuerza (65e), la Unid ad y la Dualidad (lOlc ), etc. En Rep.
X 596a·b se añaden Idea s de artefacto s , como la Me sa
y la Cama; y en la revi sión crit ic a del Parm énides se
nos informa que Platón ha tenido dudas en aceptar Ideas
ta les como la s de Hom bre, Fuego y Agua. y ha te ndido
a rec ha za r Idea s de Pel o, Basu r a y Fango ( J30c), pero
que deb ía m archar en esa di re cción.
De a quí re s u lta com prensib le que Pla tón pre ste a hora mayor a tenció n a l le nguaje vu lga r y acepte q ue sea
a partir de éste que se da la referencia hacia Idea s. pueslo que el en sanchamie n to del ámbito de Ide a s se ha o ri ginado en el exame n de l lengu aj e o rdina rio, y ya no responde, co m o antes, a un idea lis m o p ur a mente ét ico.
/ De cua lq u ie r ma nera , la s Id ea s no so n, ta mpoco a hora, co nceptos un ive r sal es h ipos tasiados -co m o c r eyó
Ari st ótel e s-e, resu lt a n tes de una in d ucci ón practicada
e n to das la s cosa s q ue reciben el m ismo nombre. No
se lle ga a la Id e a del Cuad rado busc ando característ icas comun es a todos los cua drad os que vemos, sino, a
la inve r sa, se di buja n c uadr a dos m ira nd o a l Cuad ra do
e n sí, y lo m ismo co n todos los objeto s de la naturale za
y los fa bricados por el hombre 1. E s decir, se confie re
ca rá cter ét ico a todo el deve ni r, que a dqui ere así un
s igno--m a rcadamcn te teleológico. Pa r a ex plicar est o y
p rove er dcuna m ayor unid ad al ámb ito de la s Id ea s,
Platón des taca de e nt r e e llas la del Bie n, q ue ha sta e ntonce s só lo ha b ía tenido ca rácte r moral , y que pasa a
oste nta r una posición m etafí sicamente privilegiada. En
el Ped ón se ha blaba d e . 10 bue no co m ún a toda s la s
cos a s» (98a), •.10 bueno y necesario que e n ve rda d conecta y conse rva todo » (99c). De a q uí se pasa a la Id e a
1 N ótese la d ifere nci a ent re . Ia Ca ma e n
de R ep. X y el Crá nlo 389a-<,. donde aú n eidas e idia s igni fican cca rác te r- o . fo rma especlfic...: el ca rpint ero fa brica una la nza de ra m ir a ndo a _aQud lo Que
pu r na tu raleza s irv e pa ra leje n --es deci r, s u fu nció n- , y asl " a plica
la mis m a forma espec ffica » a todas las
qu e fab ric a.
IN T RO l>UCC l6N
La Dialéct ica en la alegoría de la línea
43
del Bien , q u e en la a legoría del sol provee a la s Ide a s
de su existi r y de s u es e ncia , «a u nq ue el Bien no sea
esenci a (oustat. sino a lgo q ue se e leva má s a llá de la
esencia en cuanto a dignidad y potencia » (V I 509 b). Al
decir Platón q ue e l Bien es tá más a llá de la ousia q u iere
in di car una je r a rquiza ción onto lóg ica, aunqu e e s evidente que la e xpre sión literaria co n q ue la se ña la no le sat isfa ce, ya que e n seguida ha ce u n comen ta r io irón ico
y nu nca m á s toca el pun to .
¿ En qué se nti do e l Bien co nf ie re a las Ideas el ser_.
y la ese ncia? Aqu í nos atrevemos a s uger ir
fu era por la Id e a del Bien, la s Id eas sí sehabr ían con- ;
vertido en universales (como'de h echo pasaron de a lg ún
modo a se rl o. a l supr im irse la Id e a de l Bien e n los di á lo gos de vej e z). La Ide a del Bie n s ignifica fu ente de perfe cci ón de la s de más Idea s . Gracias a e lla, la s Ide a s son1
Idea s , e xiste n co mo ta le s y so n lo pe r fec to e n ca da ca - o
so, aquello a lo cual a spira n la s cosa s part icula r e s.Z
2.
El hec ho de q ue la s al e go rí a s del sol, de la lín ea y
de la caverna sean pre sentada s una inme d ia ta me nte después de la otr a , a sí co m o el q ue la s tres contengan una
com paración del á m b ito . visible con e l á m bito inteligible, conspiran cont r a la percepción de los di stintos e nfoq ues que Pla tón ha ce e n c a da c a so, e ind ucen a sí
a cons idera r la a legoría de la lí nea como o n to lógica, es
dec ir, r eferi da prim o rdialm ente a obje tos o entid ade s
m etafísic a s , a s im il it u d de la del so l, en lu gar de e p iste mológ ica o referi da a forma s del conoc im iento. S in duda
ya en la a legoría del so l h ay un a specto epis temológico,
puesto q ue se d is tingue lo visible y se nsib le en gene ral
de lo intelig ib le. Pe ro el n úcleo de esa alegoría es meta fís ico: el papel de la Idea del Bie n es el de dadora de l
INTRODUCCi Ó N
45
O IÁLO GOS
44
el géner o ínt egro de cos as fa bricadas po r el ho m bre ..
(5 IOa), es decir, de objetos o seres, y 2) el de que el pe nsa m ien to discu rsivo (diánoia). p ro pio de la segu nda s u bse cción, es ca rac te r izad o como «a lgo inte r medio e n tre la
o pi n ión y la in telige ncia .. (5 11d) 8.
Abara bien, el ca rác te r de «inte r med io .. que Pla tón
a s igna a un modo de conocim ie nto como la di áno ía no
pe rm ite de nin gún mod o inferir q ue el obje to re spect ivo sea una ent idad inte rmed ia e nt re los obje tos de los
ot ro dos mod os, sino sólo que configura un e nfoque episte mo lógicamente di st in to. Es c ierto que Plat ón da ejemplos de objetos de co nocimie nto 'de la te rce ra s ubsecció n, a sa ber, los se re s vivos)' lo s a rt efac tos, y los de
la c uarta subsecci ón, las so mbras de los objetos de la
te rcera y sus reflejos , o sea, las «imáge nes•. Pe ro a l pa sa r a la sección inteligible ha bl a de un mod o d istinto :
«en una pa r te lo se a, en la segu nda subsccui ón], el al-':ma, si rviéndose de la s cosas antes imitadas como si fu eran imáge nes , se ve forzada a indaga r .a pa r tir de supu es to s, ma rcha ndo no hast a un principio s ino haci a
un a conclusión; e n la ot ra pa rte [esto es , e n la prim e ra
subseccí ónl, a vanza has ta un p r inci p io no-s upues to part ien do de un su pues to, y sin recurrir a imágenes - a d iferencia del o tro caso-, efec t ua ndo el camino con Ideas
mi sm as y por medi o de Ideas .. (5 IOb). Como no se me nciona n obje to s específ icos de cada s ubsecci ón de la pa rte inte ligib le, el tex to da lu ga r pa ra qu e se int e r p ret e,
con Na torp , q ue las hypothese ís o s up uestos sea n Idea s
y ésta s cor res ponda n por lo tanto a la seg u nd a s ubsección; o b ien, con Kurt van Fr it z, a qu e el pr in ci pio
no-sup uesto sean las Ideas y éstas cor respon da n a la
10'S
I Cf. AJM.M, The Rep u blic, Fl, Apé n dice 1 al Iíbrc VII, págs. 159-163.
Una d iscusión de es te tóp ico se ha lla en H. CHE RNISS, The Riddle 01
,Ile Early ACIldemy, B"rkeley, 1945, pá gs. 75-78. Cf. ta mbién Roes, l'la·
l 'hn ,ry o f ld eas, págs. 59-67, y J . E. R AV EN , PlalO's Thougll1 in th e
Maki>w , Cam b ridge, 1965, págs. 155 y sigs.
se r y de la ese nci a . Sob re los mo dos de co nocer u no
y ot ro á m b ito no se e xt iende all í Plat ón, s ino que le b asla con la ca ra c te r izac ión gene ra l de que la vis ta e n un
caso y el in telec to (noüs) e n el otro son los podere s u
ór ga nos del conoc imiento.
La s it ua ci ón ca m b ia e n la a legoría de la línea . l a
línea es tá d iv id ida e n dos seccio nes y cada un a de éstas
e n dos s ubseccíones. a cada un a de las cu a les correspo nde un mod o de co nocimie nto: inteligencia . pe nsamien to d isc ursivo {d iá no ia], e n el á m b ito inteli gibl e,
c reenci a {pist is] y conjetu ra (ei kasía) en el ámbito v is ible. y e n c uan to a l á m bito in te ligible. oímos ha bla r e n
él de ciencias como la s Ma temá t icas y la Dia léc tica . y
de hec ho e l propó sit o primordial de la alegoría pa rece
se r la delim itaci ón de la Dial éc t ica respec to de las Matemáticas. Est e propósito rea pa rece en la al egoría de
la caverna , aunque all í el motivo central resulta se r pedagógico y pol ít ico.
Las inte rpretaciones ontolog iaantes de la alegoría de
la linea ti e nden a co ns ide ra r a la s dos secci ones y c uatro subsecciones de és tas como po bladas por d istint a s
clases de seres, la segu nda de las c ua les corresponderla
a las «en tid ades matemá t icas inte rm edias» a ludidas por
Ar ist ótel es e n diversos pa sajes, como, po r ejem p lo, M et.
1 6, 987b: «a l iado de las cosas se ns ibles y d e la s Ide a s,
[Plat ón] a firma qu e ex is te n las cosas ma temá t icas (l a m aIht m alikáJ, d ife re nt es , por un lad o, de la s cosa s se ns ibles, e n q ue so n e te r na s e inm óviles , y, po r otro, de las
Idea s, en c uanto son una pluralidad de cosas se mejante s, mien tra s qu e para cada cosa ha y un a so la Idea ».
Esta in te r p ret ación - so ste nida e nt re otros por James
Ada m- no se a poy a, cierta men te, en n ingu na ex presión
pl atón ica referida a la seg unda subsecc ión de la lín e a,
s ino bási came nt e e n dos hech os: 1) el de que e n la tercera s ubs ccción se ha bla de «los animales qu e viven e n
nuest r o de r red o r, as f co mo todo lo qu e c rece, y ta m bién
46
DIÁLOGOS
primera subsección (y los objetos de la segunda serían
imágenes de los de la primera), afirmación qu e por cie rto no hace Platón) 9 ,
Que el "principio no-supuesto» no sea todas las Id eas,
sino só lo una, la del Bien, no 10 di ce so lamente el singular. sino el pasaje e pis te mológ ico de la alegoría de la
caverna, VII 533b·534a, que es el exacto eq u iva len te de
lo dicho e n la de la lín ea, como lo atestiguan los términos usados : «supuestos», " pr inci p io», «Dial éctica», «d ar
cue nta», etc. En cuanto a los «supuestos". el mismo Platón suministra ej em p los : «lo impar y lo par, las figuras
y tres clases de án gulos» (SlOe). Pu es bien, esta s cosas
son para Platón cosas en sí, Ideas, a unque el matemático no se percate ni le interese. El matemático habla del
cuadrado y de la diago nal que dibuja, di ce Platón, pero
piensa en el Cuadrado en sí y la Diagonal en sí (510d- e),
o bi en e n lo s Números en s í (VII 526d); no los piensa,
po r ci erto, como cosas en sí, sino, sin preocuparse por
su statu s ont ológico, por el cuadrado perfec to y la diagonal perfecta, a los cuales el c uadr ado y la diagonal
dibujados imitan defec tuosamente. La palabra nypothesís, «su pues to», indica siempre en Plat ón un ocultamiento , un e nmasca ra mie nto de algo, en es te caso de la Idea,
bien que el ma te mát ico no está ocultándola conscienteme nte . Po r eso dice Platón que el matemát ico no puede
«da r c uenta » de ella, o sea, e xp lica rl a, fundam enta r la.
¿En qu é consiste la expli cación o fundamentación que
Pla tó n reclama ? Se trata de «dar cu ent a » del ser pe r9 P. NnoRP , Platon s l deent chre, 3.· c d ., Darmsta d t, 1961 , páginas
192· 193, K URT VON FRIT]., Platon, Theaeiet un d die antike Mathemati k,
2. ' e d., Da rms tadl, 1969 . págs. SS y sigo Hemos of r eci do u n a discus ió n
má s detallada en el tra bajó «La in flu encia de Pl a tón y Aris t ótele s e n
la axi omática
en Nova Tellus 2, Méxic o (en p rensa).
Sob r e el e r ro r d e in terp reta r lo s obj et o s de la diánoia como im ágenes
de los objetos del noús, d . H. C Il E RN ISS, not a a PLUTARCO. Moralia 1002a
(XlII I, pá gs. 40·4 1 de Loeh), y . Lafr a nce on Do xa», en Dialogue XXII, ,
1983, pá g. 143 Y nota 12.
INTR ODUCC IÓ N
47
fectas estas co sas en s í que el matemát ico ignora. Es to
se logra a la luz de la Idea del Bien, que no es otr a
cosa que el principio de perfe cción de las Id eas. Por
eje m plo, el filósofo examina el cí rc u lo perfecto (es de cir, «par te de un supuesto », 5 1üb) que el matemático
necesita concebir pa ra operar con él, y ha lla una gran
diferencia entre el círculo perfec to y los círculos que
el m atemático dibuja, así como una relación de causalidad entre aquél y éstos: el cí rculo perfecto es aquello
por lo c ual llamamos 'círculos' a los cí rculos que dib ujamos, aquello por 10 cu al éstos son círculos, y por eso
es co ns idera do el Círcu lo en sí, la Idea de Círculo. Es te
proc edim iento se repite a nte los d ive rs os «s upuestos» ,
por lo cual afirma Platón que el a scen so d ia lé ct ico se
practic a «con Ideas mi smas y po r medio de Ideas» (51Ob).
De esta manera «el método d ia léctico ... marcha cancela ndo los s u pues to s » (VII 533c), o sea desenmascarando
éstos, ha sta que finalmente, al arribar al Bien, fuent e
de la perfección de la s Ideas, se tornan «inteli gibles»
jun to a él (VI Sll d); o sea, el filósofo puede dar cuenta
de ellos.
Por cons iguiente, en la se gunda s ubsccció n . el peno
sa mien to discursivo o dián oia se en frenta a las Ideas,
tal como hace el intel ec to o noús en la primera: la di ánoía es un pens amiento menos claro que el nous, y que,
po r lo ta nto, no advie r te que se tra ta de Ideas; por ello
Platón enti ende qu e pa ra la di áno ia las Id eas no so n
Ideas sino «supuestos» . La Dialéctica u sa 'e l nous y accede así al fundamento epist emológico de las Idea s de
obj et os matemáticos. De este mo do, la Dialéctica es la
cie ncia de la s cie ncias , o mejor (dado que en úl tima inst ancia Platón prefiere rese r var el té rmino «ci encia » pa ra la Dia lé cti ca), es la ciencia que fundamenta a la mate má t ica. Natu ralment e, es te pa pel episte m ológico no
es el único que ca be a la Dia léctica, pero es el que Plató n le confiere en la alegoría d e la lín ea .
48
DIÁLOGOS
3, Platón y el totalitarismo
Aunque la parte filosófic amente más importante de
la Repú blica es la qu e versa sobre el filósofo y su educación y sob re la filo sofía y su objeto, las Ideas, se trata de una ob ra básicamente de stinada a presentar u n
proyecto político para una sociedad mejor. E ste proyecto nu nca fue llevado a la práctica, pero ha tenido u na
singu la r fortuna en la h istoria del pen samiento: ha sido
im itado, discutido, el ogiado y com ba ti do, disfrutando
en su s línea s generales de una permanente actualidad
qu e no ha s ido reconoci da a ningún otro filósofo . Es to
se debe. sin du da, a la cons tante búsqueda de for m as
polít ica s q ue ha carac terizado a l hombre a lo largo de
ta n to s siglos. Y esa razón exp lic a, tal vez, que el e xamen de la propuesta pla tónica ha ya sido a menudo efectuado de una manera ah istórica, desgajándola del conte xto hi stórico en qu e fuera fo rjada, y t ransportándola
al del mo mento de dicho e xamen; lo cual es legít im o,
si lo que se trata es d e analizar su ap licabilidad, pe ro
malinterpreta la conce pción platónica en su verdadero
signific ado .
Pro to típi co de esta situación es el lib ro de Karl Poppe r The Open Society an d lt s E ne m ies '0 , publicado
tras la segun da guerra mundial con el conve nci mie n to
de qu e a partir de e n ton ces la ci vilizació n occidenta l
te nia del ante de sí un futuro de progreso y prosperidad, con t al de que su pie ra contra r restar a las fuerzas
tot alita r ias que se op ondrian a ta l avance h istórico, cuyos principales nú menes seria n Pla tón y Ma rx ''. E lliIQ Nos ref",riremos a la 4. ' ed ición de 1962, Lond res. Rou tl edge
& Kega n Pau l (h¡¡y traducció n es paño la: La sociedad abierta y sus ene mig as, Ba rce lona-Bue no s Aires. 1981).
. t Como se ha hecho not a r, en m ás de un p unto la cr-ítica d e Pop o
pe r a Pla tón coinci de con las d e do s d est acad os m a rxist as británico s:
Benj ..m in Farri ngton y Geo rge Thcmso n,
INTRODUCCIÓN
49
bro desa t ó una larga polém ica en el ámbito de los es tudios platóni co s, a pesar de no se r su autor un hel eni st a
ni un es tudioso de la filosofía griega - razón por la cu al
el p r imer volumen de la obra, consagrado a Pla tón, es tá
plagado de errores m etodológicos y de concepto- o La
exp lic aci ón de t al resona ncia pue de estar, más que en
el hecho de que Popper gozara de prest ig io inte rnaci onal e n la espec ialidad de filosofí a de la ciencia, en otro
hecho: el de qu e de a lguna manera parece h aber tocado
tópicos que, dentro de la obra de Platón, puede n suscit a r la du da de lect ores de distintos niv eles y que at añe
a he lenis ta s más a llá de su propia es fera. Es por este
mo tivo por lo que haremos aqu í a lgunas someras reflexion es so bre tres de es os tópicos, prescindiendo de toda referencia a los esquemas y supuestos de que parte
Poppe r " .
a) EL PR IVIL EG IO DE LA CLASE SUPERIOR . - La Rep ública presenta, en realidad, dos utopías: el «Estado sano»
(JI 369a-372 e) y el «Es tado lujoso » o «afie brado » (372e
en adelant e), según se atienda sólo a las necesidades elementales del hombre o se bu sque el placer má s allá de
éstas. En el primero ú nic a mente hay ofi cio s manuales
y comerciales, en el más absolu to igu alitari smo y s in
que siquiera Platón ha b le de gob ierno, porIo cu al sól o
po demos s upone r un orden nat ura l. Con la búsque da
de satis fac ci ón de de seos superfluos se com plica la vida inte rna de la póli s y nace la gu erra, y con ello la
n ecesidad de un gobie r no y de un ejército, y a su vez
de allí la a parición de una clase gobe rnante y de una
clase milit a r. Lo que de cid e esta d ivis ión es el pr inci pio
12 Hemo s ana liza do al gunos de eso s supu estos en Violen eja y es.
In<clums, Bu eno s Aires, Bú squeda, 1970, págs. 78·84 y 87 n. 70. Natural men te, son muc ho s más de tres los tópico s q ue, en ta l sen tid o , pre·
senta Pla tón en la República, po r lo que nu est ra selecci ón pue de peca r
de arbi tr aria.
94. - 4
\
50
DIÁLOGOS
de q ue cada ind ividuo es apto po r natural eza pa ra realiza r u na sola ta rea , que ri ge ta m bié n y sobre lodo pa ra
los ofic ios man ua les y comerci ales, a unque éstos so n
englobados en una única tercera clase. deb ido al esfuerzo
de Platón por hace r coinci d ir las pa r tes de la soc ieda d
con las del al ma. que so n: la raciona l. la fogosa y la
apet it iva . Es to lle va in cl uso a sust itu ir a los «la brad ores y a rtesanos », como integrantes de la te rce ra cl ase.
e n In 4 15a . por los «negocia ntes», e n IV 434c, es deci r.
converti r los e n un a clase no-produc tiva: lo c ual concue rda mu c ho más con la t r ipa n ición del al ma. ya que la
p r im e ra clase gobierna medi ante la razón, y la segunda
combate med iante la fogos idad, mi entra s los la brad ores y a rtesanos no c um plen su función mediante los apetitos, y sí, en ca m bio, los negociantes (ya q ue la apetittvidad de la tercera clase es vista por Platón básicament e como e afá n de luc ro " cf. IX 58 tb-c). De este modo,
la div isión es no toriamente ps icologis ta; pa ra poder h ab la r de «cl ases . en se nt id o mod erno, t endríamos q ue
hall ar, si no grupos socíoecon ómicos como aris tocracia,
bu rguesía y prole taria do, a l menos sec tores de r icos y
pobres, o a l menos de opresores y op r imidos.
Pe ro el caso es que Plat ón excl uye en s u proyecto
político que haya ricos o po b res (IV 42 Id-422a) y ta mbi én que ex ista un a clase privi legiada (IV 420 b, VII 5 19c
ss .), e impone a la cl a se gobe rn a nte un a vida ascé tica
y com u ni ta r ia , s in b ienes privados sa lvo los de p r ime ra
necesidad (11 1 4 16d ss. ). de ma ne ra que, no por cont a r
con la fue rza «se asemeja rán a lobo s e n lu ga r de a perros [gua rd ia nes] ... a a mos sal vaj es en lugar de a asi ste nt es be nefacto res » (I Il 416a-b) ". Mal, pu es , podrían
IJ
Popp er a rg uye que la cla se go bema nte posee el p rivilegi o d e
la ed ucación; pero él mismo reconoce que Plat ón <sólo se inte resa por
lo s goberna n tes » (pág. 47). Pla tó n piens a q ue la multitud d ebe ser pe ro
sua d ida , y puede serlo s i ve a lgu na ver. a un verdad ero filó sofo (VI
49l!d.500b). Por co nsig uien te, l:Tee qu e basta con que se formen autén-
INTRODU CCI Ó N
51
se r es tos filósofos gobe rn a ntes cons ide rados opre so re s,
cua ndo ya de sde el li bro I (342a), y a t ra vés de toda
la obra, se hace vale r e l p rinci pio de que los gobe rn a ntes de be n gobe r na r no en be neficio propio s ino e n c l
de los gobe rn ados.
l o que de tod os modos podría c uestio na rse es el hecho de que, segú n pa rece de s prende r se de 11 374b-376c,
los gober na ntes proceda n de la clase milita r . Es te punlo es t ratado po r Pla tón de u na form a con t radictoria
o c ua ndo me nos a m bigua, ya que el mito de los me ta les
(111 4 15a-c) establece, con forme a l p r inci pio de las d istin ta s aptit udes natu rales pa ra cada act ivid ad, q ue la
com po s ici ón de la natu raleza de los goberna ntes sea
diferent e de la de los militares . En c ua lquier caso, y
a pa rt e de la distancia que abiertamente to ma Pla tón re specto de regímenes e ttmccráttcos - como el de lacedemon ia , el c u al pone en el gobierno hom b res «po r natural eza aptos para la guerra a n tes que pa ra la paz , (VII I
547c), es bi en explicita la corrección que efec túa en VII
536e res pecte de 111 41 2c en cuanto al mom en to de la
vida e n q ue se de be se leccionar los gobe rnantes: ha y
que eleg irlos desde n iños. En tal caso, pierde se nt ido
la s uposici ón de que se los escoge e ntre los milit a res,
y e n la co nt radicci ón o a mbigüedad a nterior se im po ne
la alternat iva ind icad a e n el m ito de los met al es
b) LA ESCLA V ITUD. - Dice Popper: - el pri nci pio de
que cada clase debe ocuparse de lo s uyo s ign ifica, b reo
neos Filósofos pa ra que la soci edad fun cio ne de bédam .. nte . La rec r ta
<le q ue e l p ue blo d ebe se r ed ucado es. como ""bemo s, mo de rna .
l'
I'o ppe r d ice una y o tra vez que no c abe la pos ibil ida d de c ambiar de u na cl ase a o tra, a unque en el mito d.. lo, meta les se indica
h ien clerarneote la neces id ad de d icho ca mb io, cuando co rrespo nd e
(4ISb-c). lnfo rrnad o ac erc a de es te pasaje, insiste : «Pe ro e n 434b·d , e
incluso más claram ente en 547a , est a lic encia es re lirada . (pág. 225
11. 31). Po r c ier to que nada es retira do; sólo se enf ati1.a el p ri ncipio
tie que cada u no d ebe rea liza r la tarea par a la que es natu ra lmente apto.
52
DIALOGOS
ve y llanamen te, que el Estado es justo si el gobernante
go bierna, el trabajador trabaja y el esclavo si rve como
esclavo» (pág. 90, subrayado de Popper). Pe r o ¿en q u é
se basa es ta afi rmación? En 11 369d-371c, Pla tón enumera cu idadosamen te los tipos de individuos que son neces arios en el «Estado sa no »: lab r a do res, albañiles ,
tejedores, zapateros y otro s artesanos que cu idan de vestir el cuerpo, carpinteros , herreros y otros artesanos que
fabrican herramientas, boyeros, pastores y cu idadores
de los diversos tipos de ganado, servidores a cargo de
la importación y exportación de bienes, marinos, m erc a deres, comerc iantes y «asalariados» co n "fuerza COfpora l suficientemente para las tareas pesadas». En el
«Estado en fe r m o " se añaden toda clase de cazadores
e im ita do re s, poetas, r a psodas, actores, bail a rines, em pr esarios. pedagogos, nodrizas, institutrices, modistas,
peluqueros , co nfi ter os, cocineros, médicos y m ili tares
(373b -374c) . En ninguna parte se me ncionan esclavos.
En un im po rta nte e nsayo sobre el tema, Gregory Vlastos declara, frente a una r éplica - sim ila r a la nuestrade J ohn w ild: esto «es fo rmalm ente c ierto: Platón no
habla de esclavos como constituyendo una de las t r es
mere o eidé de la pál is. Pero Wild no cuenta co n la posib ilidad de q ue Platón podría admitir esclavos en la soci e da d sin pensar en ell os como una parte propia de
la polis» 1\ Y luego de analizar a lgu nos p asajes con
q ue Popper (pá g. 47 y pág. 224 n . 29) arguye en favor
del esclavismo en Pla t ón , Vlastos e ncuentra só lo un pasaje que podría ser aducido en tal senti do, aunque haya
s ido pasa do por a lto por los acusadores de Pla tó n, y
sól o ci ta do po r uno de su s abogados, Ronald Lev inson:
el de IV 433d 1": «lo q ue co n su p re senci a hace a l E s13 «Doe s Sla vcry exist in Plaro's Republic?» (Ensayo de 1968 inclu ido en ['Ialunic S tudies, P rinc cton, 1973. pág. 141).
'" Ibid., pág. 145. Aunque. en la 4. ' edici6 n. POPP¡':R h a añad ido
una répli ca extensa co n tra LEV INSO N (qu ien le h ab ía consagrado un Ji-
I NTRODUCC iÓN
53
ta do bue no consis te, tanto en el niño como e n la muje r ,
en el esclavo co mo en el libre y en el artesano, e n e l
gobernante como en el gobernado, en que cada u no h aga lo suyo, sin mezclarse en lo s as untos de los demás» .
Aquí no no s parece cuestión de discutir. como hacen
Le vínson y Vla stos, si Pla tón se «olvi da« de que está
hab la ndo de l Es tado id ea l y se refiere, por un momento, a la soc iedad de su tiempo. A nuestro juicio se trata,
más bien, de si lo que se qu iere saber es si Pla tón incl uyó o no esclavos e n su pr o pues ta polític a , o bien si
Platón era ant i-esclavista. Po rq u e a 10 segundo h ay que
re sponder con una negativa tajante: Pla t ón no fue una
e xce pció n a su tiempo , a l me nos en ese se nti do, aunque
en o tros (p. e., en lo r efe r en te a la mujer) sí lo haya
sido. Pe ro t ambi én lo p r ime ro debe ser co n te s tado nagativa mente: es obvio q ue si Platón hubiera co n templado la exi s tencia de es clavos e n su polis, ha b ría pensado
e n u na act ividad qu e realizaran aunque sól o fu e r a la
de h ace r tareas pesa da s, que descar ga en los «asala riados». En la econom ía de Atenas los es cl a vos desempe ñaban u n im po r t a nt e pape l, evide nte a cu a lquier
a ten iense : ¿por qué prescindió Platón de ellos en la economía de su pólis? Sin duda, po rque no existe una actividad propia por naturaleza de los es clavos (e l «se rvir
como escla vos» es el m odo en q ue Popper elu de el prob lem a o lo ign or a »; y q ue reem pl a zaran a los hombres
lib r es en la s a cti vid ades propias de és to s habría sido
inco mpatible con el ca r ácter racional del proyecto po lít ico platón ico 17).
b ro ente ro , In Deíens e o/ Plato. Cambridge. Mas s., 1953), tampoco en (' lrlces ha a tendi do a l pasaje que cas i viene a concorda r con sus propias p ala b n . s.
17 Por lo de má s. pu esto que la escl avitud existía efe ctivamente en
Grecia. no se ve en q ué se e sta ri a oponiendo Platón a la historia. Del
infec un do «m ovimie nto anti-esclavista _ a l qu e Pop per confie re relevancia, n o tenemos más que ínfimo s te s timon io s de esa ép oca.
54
DlA L.OGOS
e) LA CENSURA DE LA eoesn. - Aunque este punto no
es tra tado por Popper - quien alude a él sólo de paso-,
consideramos de importancia detenemos muy b reveme nte en él, por cuanto const it uye la piedra del escánda lo
p ara muchos de los lectores de la República, y es s in
duda el más d ifícil de los tres a los que aquí pasa mos
revista.
Nuestra exp eriencia moderna de gob iernos t ot alit ari os nos hace proclives a identi fica r la censura sólo allí
don de está instit ucionalizarla, y a pasar por alto, empero, el po der censor en sus fo rmas veladas, como c ua nd o
se no s reco r ta una info r mación o se escamot ea una realidad; formas veladas que, en la s últimas décadas, han
comenzado a ser des enmascaradas por soc iólogos, psicólogos y filósofos en lo que a los mode rn os ma ss-media
concierne. Alguna vez habrá que aplicar ese procedimient o a la historia griega .
Platón, por cierto, gusta de la poesía y lo confie sa ;
pe ro , con mayor cla ri da d aún que Jen ófanes y Heródoto,
sabe que Homero ha educado a toda Greci a, en cuant o
a creencias religiosas y prácticas morales. Probablemente ignora que Homero ha entrado en la historia gr iega
con la rep res ión de la relig ión y de la mitología populare s - y ha callado, esto sí Platón 10 sa be , las referencias
consiguientes a Deméter y a Dioniso -, pero tiene bien
prese nte que Sócrates - y antes que él Anaxágoras. Protágora s y Eu r íp ides- ha caído víctima de una int ole rancia ideológica amparada en Hornero. La extensa sección II 377b-III 402c cons tit uye un mi nucioso exa me n
de los pos ib les eleme ntos que, en Homero y otros poet as la, habrían mot iva do lo qu e Platón entiende com o
13
Extendi do también a ritmos y mel od ía s. Res pecto de la prohibición de in novación en mú sica. VU STOS -san. cít., pág. 145, n. 18señ ala que exist ía una convicción gene ra lizada de que la mo ral a ten iense se había det erioraJo tra s las gue rras Médi cas. y que Platón
INTRODUCCiÓN
55
def or mación religios a y moral de los atenienses . Que
el e xamen sea correc to o no, aquí impor ta poco, porque
lo que querernos de tectar es su actitud, que tiende a
lib erar a los gobe rn antes de su E s tado ideal de las atadu ras ideológica s qu e la t radición poética im pl a nta b a
en la menta lidad de sus contem poráneo s. Na tu ralme nte, no jus tificamos ese t ipo de ce n su ra. Pero, si se tra ta
de llegar a la verdad , re cl amamos equidad: si se juzga
a Platón, que se ha ga lo mis mo con Homero.
NOTA SOBRE LA TRADUCCION
Para la presente traducción no s a tenemos básicament e a las ed ici ones de James Adam y John Bu rnet, a mbas
de 1902. Pr ác ti camente en todas las dive r gencia s que
estas do s ediciones pres entan entre sí, nos h emo s decidido po r la s lec turas de Adam . En las esc as as ocasiones
en qu e nos apartamos de Ada m -c-casi todas en el libro
IV- , de jamos constancia del hecho en no tas al pie de
página .
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56
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,
SÓCRA T ES
1
Ayer bajé al Pi reo, junto a Glauc ón, hijo de Art s t ón. 327"
para hacer una plegaria a la diosa 1, y al m ismo tiempo co n deseos de cont em plar cómo hac ían la fiest a, qu e
ent once s celeb raban por primera vez. Ciertamente, me
pareció hermosa la procesión de los lu gareñ os, aunque
no menor b rillo mostró la que lle varon a cabo los tracios. Tras o rar y cont emp lar el espectá cu lo, march am os b
hacia la ciudad ', Entonces Polema rca, h ijo de Céfa lo,
a l ve r desd e lejos que pa rtí amos a nuest ra casa, orde nó
a su esc lavo que corrie ra y no s ex ho rta ra a es pe ra rlo .
y el escl avo llegó a as irm e el ma nt o por de trás, y dijo :
- Polema rco os exhorta a esp e ra rlo.
Me volv í y le pr egunt é dónde es ta ba su amo.
- AlU a t rás vien e, esp erad lo -c-respo ndió.
- Bue no, lo es pe ra remos - d ijo Glacc ón.
y poco después llegó Polerna rco . y con él Adim anto, e
el hermano de Glaucón , y Níc érato, hijo de Niel as, y
algu nos más, como si vinieran de la proc esión.
1 En 354a se a lude a la d iosa tracia Ben tlis como pa tr ona de la
fie sta; el eseo li" (GREE P'lE 188) afi rma que Bt'nd is es llamada por er res
Artem isa . JENO¡-'ON T E (H e/. 1 4, 11) habl a de un te mplo en el Pirco dedi.
cado a Ar temi sa y Bendis.
l
l a ciudad (ásl y), o se a . Aten;].s, cuyo pu er to era el Pireo.
J2S d
b
e
58
DIÁLOGOS
Entonces Po lemarcod ijo :
- Conje t u ro, Sócrates, que emprendéis la marcha ha cia la d ud ad .
- Pue s no ha s co njetu rado m al -cont esté.
-y b ie n. ¿ no ves c uántos so mo s nosotros ?
- Cla r o qu e si.
- En t al caso, o bi en os volvé is más fue r tes q ue nosot ros, o b ien permaneceréi s aquí.
- S in embargo. resta u na posibilidad - re pliq ué-:
la de q ue o s persuadamos de que es necesa ri o dejamos
ma rchar.
- ¿ Y podría is convencem os, si no os escuchamos ? '
- De ni ngún m od o - res pond ió Glaucón .
- Entonces haceos a la id ea de que no os escuchamos.
A eso añadió Adimanto :
-Pe ro ¿realmen te no sabéis que, a l caer la tarde.
hab rá carrera de a ntorchas a caballo en honor de la
di osa?
- ¿A ca ballo? Eso s i q ue es nuevo -exclamé- . ¿ Los
competidore s mantendrán las a n torch as a ca ballo y se
las pasa rá n unos a ot ros ? ¿A ese modo te refieres ?
- Así es -contest ó Po lemarco- . Y de s pués celebrará n un fest iva l nocturno, que es di gn o de ve rse. Una
vez que ce ne mos. pu es, sa ld re mos y prese nciaremos el
fes t iva l. y a llf nos hemos de re u n ir con m u chos jóvene s
y di aloga remos. Ouedaos y dejad de lad o c ualquier o t ra
cosa.
y Glaucón d ijo :
- Pie nso q ue te nd remos que queda rn os.
- S i eso pie nsa s, conve nd rá que as í lo haga mo s.
Fu imos e ntonces a casa de Polemarca , y all í nos encont ramos con sus h e rmanos Lis ia s y E u tidemo, así como ta m bi é n con Trasím aco de Ca lcedon ia, Carm ánti des
de Pean ia y Clitofonte, hij o de Ar istóno mo . En la casa
es ta ba también Céfa lo, el pa dre de Po lemarca, quien m e
pa reció m uy ave je ntado , pu es hacía mucho ti empo q ue
REPl1HU CA 1
59
no lo vela. Est aba sentado en u n s illó n p rovisto de un a
a lmohada para reclinar la cabeza , en la que lleva ba u na
co rona , da do-que aca ba ba de hace r u n sa c r ificio en el
atrio. Y no sot ro s nos se n tamos a s u lado; ha bía a llí. en
efec to, a lgu no s as ie ntos colocados en círcu lo. E n cua nto Céfalo me vio, me sa ludó co n estas pa la b ras:
- Oh Sócrates , no es frecuente qu e bajes a l Pireo a
vernos. No ob st an te, tend r ía q ue ser frecue nt e. Porq ue
s i yo t uvie ra aún fu erza s como pa ra cam ina r con faci lidad hacia la ciudad. no se ría necesario que vin ie ras hasta
aqu í, s ino q ue nosotros Iría mos a t u casa. Pe ro a hora d
e res tú qu ien de be venir aquí con mayor asidui da d. Y
es b ue no que se pas que. cu a nto má s se es fu man pa ra
m i los place re s del cuerpo. tanto más crecen los dese o s
y placeres en lo q ue ha ce a la conve rsación. No se t rata
de que deje s de reunirte con estos jóvenes. s ino de que
ta mb ién ve ngas aquí co n nosot ro s. como viejos amigo s.
A lo cual repuse :
- Por cie rt o, Céfalo. que me e s grato di al og a r con
los má s a ncianos. pue s me parece necesa rio enterarme f
po r ellos. como gen te q ue ya ha a vanzado po r un cam ino que tambié n nosotros tal vez debamos reco rre r. s i
es un cam ino escab roso y difícil , o bi en fác il y tran si tab le. Y en pa r ti cular me agradaría co noc e r q ué te pa rece
a t i - dado q ue te ha llas en tal edad- lo q ue los poetas
lla man 'um bral de la vejez' J: s i lo decl a ras como la
pa rt e pe no sa de la vida . o de q ué ot ro mod o.
- Por Zeus, Sócra tes - excl a mó C éfalo-e, te d iré cuál 329«
es m i pa rece r. Con fr ecuenci a nos re u nimo s a lguno s qu e
te ne mos práct icame nte la m isma edad. como para prese rva r e l a nt iguo proverbio 4; y al es tar jun tos . la mede nosotro s se la me nta, ec ha nd o de menos los pla-
) cr. ííiada XXI 60, XXIV 487.
• Se gun l ·e y ADAM. es el proverbi o citado e n e l Fedro 240c: _el
q ue ne ne ci e rta ed ad se com pad ece cid q ue tit:n., la m isma eda d •.
60
DIÁLOGOS
ce res de la ju vent ud y re memorando tan to lo s go ces sexuales co mo la s borrache ras y fest ines, y otras cosa s
de índole s imila r, y se ir ri ta n como s i se vieran priv a-
dos de grandes bienes. con los cua les hab ían vivido bien,
m ie nt ras a ho ra ni s iq u ie ra les pa rece que vi ven. Algub nos se quejan también del t ra to ir respe tuoso que, debido a su vejez. reci ben de sus fa miliares, y e n base a
esto declaman contra la vejez como causa de c uanto s
males padece n. Pero a mí , Sócrates. me parece q ue ell os
toman por causa lo q ue no es ca usa ; pues s i ésa fu era
la causa, también yo hab ría padecido po r efecto de la
vejez las m is mas cosas, y del m ismo modo todos c uantos han llegado a esa etapa de la vida. Pu es bien. yo
mismo me he encont rado co n otros para qu ie nes las cos as no so n así . Por ejemplo, cierta vez est a ba junto al
poeta Sófocles cu a ndo al guien le preguntó: _¿Cómo
e eres, Sófocles, en relación con los placeres se xuales ?
¿Eres ca paz aun de acostarte co n una muje r?- Y él respondió: «Cu ida tu lenguaje, hombre; me he liberado de
ello tan agradablemente como s i me hubie ra liberado
de un a mo loco y salvaje. » En ese momento lo que d ijo
me pareció mu y be llo , y ahora más a1ÍIl; pues en lo t oca nt e a esas cosas, e n la vejez se pro duce m ucha paz
y libe rt ad . Cuando los a petitos cesan en su ve heme ncia
y a flojen su te ns ión, se real iza po r com ple to lo que dice
d Sófoc les: no s desembarazamos de m u lt itudes de a mos
e nloquecidos. Pe ro res pecto de t ales q uejas y de lo que
concierne al trato de los fa milia res, ha y u na so la ca usa,
Sóc ra tes, y que no e s la vej ez sino el ca rácte r de lo s
homb re s. En efec to, s i so n mode rados y tolerantes, tam bié n la vejez es u na molest ia mesu rad a; en caso co nt ra rio, Sócrates, ta nt o la vejez como la ju ve ntud resultará n d ifíci les a quien así sea.
y yo, adm irado de l as cosas qu e ha bí a dicho Céfalo,
q uería que con t inuara h ab lando, de modo que lo in ci t é,
d ici é nd ole :
REPÚBLICA I
61
-Céfa lo, creo qu e, cuando hablas, m uc hos no te da- e
rá n s u a p rob ación, si no que conside rarán q ue a t i te
es fáci l sobrellevar la vejez, no e n razón de tu ca rá cter,
s ino en razón de posee r a bu ndan te fo r tuna ; pu es pa ra
los r icos, se dice, ex is ten mu chos mod os de cons o la rs e.
- Lo qu e d ices es cie r to - respond ió--: no da rán su
aprobación. y razón tie nen, a unqu e no ta n ta como c ree n.
Pe ro aq u í vie ne al caso la frase de Tem ts tocles. a qu ie n
inju ri a ba un se r ifio y le decía que no debía su re nom b re B Oa
a sí mismo s ino a su pa tr ia. Te místoc les le re spond ió:
..Ni yo me haría famoso s i fuera de Sén fo. n i tú aunque
fue ras de Atenas s ' . Es ta frase viene bien para aque llos
que no son ri cos y pasan penosamente la vejez, porque
ni e l hombre razonable soportaría con mucha facilidad
una vejez e n la pobreza , ni el insensato se volverí a a
esa edad tolerante por se r rico.
- Dime, Céfalo - le pregunté- : ¿has heredado la mayo r parte de lo que posees o la has ac rec e ntado tú ?
-¿ Qu ie res sabe r, Sócrates, qué es lo qu e he acrece ntado yo ? - d ijo a s u vez Céfalo-. En c uestión de b
hacer d inero he resultado in termedie e nt re m i ab uelo
y mi padre. En efecto, mi abuelo, CU}'O mi s mo nombre
lle vo yo, he re dó una fort una poco más o menos s im ila r
a la q ue po seo actualmente, y au mentó su ca ntidad m uo
c has veces; en camb io, mi pad re, li san ias, la d isminuyó
a una cant idad infe ri o r a la actual. En cuan to a mí, est a ré co nte n to s i no la dejo a mis hijos men o r en cant idad, sino s iqu ie ra un poco ma yo r qu e la que heredé.
- El mo tivo por el c ual te lo pregu nta ba - d ije-,
e s el de q ue me parecía q ue no a mabas de ma siad o
Pa ráf r as is d e lo que cuenta HERÓ llOro e n VIII 125: c ua ndo Te místoclcs re gres ó de Lace dem on ia, Timúdemo de Afidn as prete ndió
insult arl e di cien do que los ho nores q ue habla re cib id o en
n in no e ran para él sino pa ra Atena s. Ternl sl ocles le n "plicó: eTle nes
r azón: si yo h ubiera s id o de Be lbina no se me hab rfa honrado e n lre
lo s es partanos, n i a ti, homb re , au nq ue f ue ras de Atenas •.
62
Ill ÁLOGOS
e las riquezas. y así obran por lo general los qu e no las
han adqu irido por s i m ism os. Los que la s han ad quiri do , en ca mbio. se apegan a e llas dob lem ente que los
de má s. Por u n lado, en efec to. t al como los poe tas a ma n
a s us poe ma s y los pad res a sus h ijos. a ná loga mente
los que se ha n enriquecido po nen su ce lo en las riq uezas, como oh ra de ello s: y por otro lado, como los demá s. por la ut ilidad que les prestan. Son gent e di fíci l
de tratar. por no es tar di spues tos a ha bla r b ien de nada
que no sea el din ero.
- Es ve rdad -dijo Céfalo .
d
-Sin duda - a na dí- . Pero d ime aún algo más: ¿c uál
es el mayor benefi ci o que crees ha be r obtenido de poscer una gran fortuna?
- Algo con lo cual. s i 10 digo. no persuad iré a mucha
gente - re spondió. Pues debes saber, Sóc rates, que, en
aquellos m omentos en que se avecina el pensa miento
de que va a mo ri r, a uno le ent ra miedo y preocupación
por co sas que antes no teni a en me n te. Así, pues, los
mitos q ue se na rran acerca de los que va n al Hades ,
en el sent ido de q ue a llí deb e ex piar su cu lpa el q ue
ha sido injus to aq u l, an tes movían a ri sa , pero ento nces
atormen tan a l al ma con el temor de que sean ci ertos .
y uno mism o, sea po r la debilidad provocada por la ve jez, o bien por hall a rse más próximo al Had es, pe rcibe
mejor los m ito s. En esos momen tos u no se llena de temores y de scon fianzas, y se a boca a reflexiona r y exami na r s i ha comet ido algu na inju st ic ia contra a lgui en .
Así , el que descub re en s i mis mo mucho s actos inju stos,
fr ecuen temente se despi erta de los s ue ños as us tado, como los niños, y vive e n u na des dichada expectati va . En
33111 cam bio, a l q ue sa be qu e no ha hecho nada inju st o le
acompaña siemp re una ag rad ab le es pe ra nza, un a buena
'nod riza de la vejez', co mo d ice Píndaro. Pues en efecto,
Sócrat es, b ell ament e h a dic ho és te que a aquel qu e ha
pa sado la vida ju st a y piadosame n te,
RE PÚBLICA I
10 acompaña, alimentando su cora zón ,
lUl a buena esperanza, nodriza d e la veiei ,
la cua l m e jor guía
el versátil juicio de los m ortales 6 .
63
Algo admira b leme n te bien d icho . Es en este re specto
que cons ide ro de mucho valo r la posesi ón de las riquezas, no para cualqu ie r hombre, s ino pa ra el se nsa to . En b
efecto, la posesión de riqueza s co n tribuye en gra n pa r te
a no engañar n i ment ir in vo luntariamente, así co mo a
no ade udar sacri ficios a un d ios o d inero a un hombre,
y, po r cons igu iente, a no mar charse co n temores haci a
el Hades. Las ri quezas, por supues to, tienen muchas
ot ras ventajas: pero co m paran do u nas con ot ras, Sócrate s, no co ns ideraría a las me nci on ada s como las de menor importancia para que la ri queza sea de máxima u ti Iidad a un h ombre inteligent e.
-H abl a s co n pa labras muy bellas, Céfalo - d ije- o(;
Ahora bien , en cu anto a esto mismo que ha s me ncionado . la ju s tici a. ¿decl a rare mos, como tú, que en todos
los casos cons iste en dec ir la verd ad y en devolver lo
q ue se recibe ? ¿O bien ést as son cosas que a lgunas veces se hacen just a mente y otra s veces injust ament e ? Me
re fie ro a casos como éste : s i algui en rec ib iera a rmas
de un a migo q ue es tá en su sano juicio, pero si és te
enloq ue cie ra y las reclamara, cualquiera esta rl a de
ac uerdo en qu e no se las de be de volver, y q ue aq ue l
qu e las devolviese no sería j us to, n i tampoco s i quis iera
de ci r toda la verdad a qu ie n est uviera e n tal esta do.
d
- Es cierto lo que dices -c-as tnü ó.
- Po r cons igu iente. no se puede defini r la jus tici a
como el d ecir la verdad y devolver lo que se h a reci bido.
- S i q ue se puede , Sóc rates - re plicó s úbit amente
Polcmarco- ; al me nos , si debe m os creer a Sim ónides.
PfNUARO, fr . 2 14 SCHR6 DER (91 de or igen incie rt o, I' UIlCII).
..
_ - - - - --
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DIÁLOG OS
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- Bue no, en tal caso a vosot ros os en trego la argum entaci ón - dijo Céfalo- , po rque yo de bo ocuparme
de la s of rendas sag radas.
- Pu es entonces - preguntó Po lemarca-, ¿ no soy yo
tu he redero ?
- Clar o qu e sí - con testó r iendo su padre-, y se marchó a ha cer las ofrendas.
e
Ent onces in terpelé a Po lemarca:
- Pu esto que eres el heredero de la argumentación,
d i qu é e s lo que Simónides afir ma co r rectamente acerca de la ju s t icia.
- Que es just o devolver a cada uno lo que se le
debe : me p a rece que, al decir esto , hab la muy b ie n
- respon dió .
- Cie r ta men te - d ije-, no es fáci l du da r de lo que
dice Simó nides , pues es un varón sab io y divino. No
obstante, qué es lo que q uiere deci r, tal vez tú lo sepas,
Polema rc a, mas yo lo ignor o. Porque es evide nte que
no se refiere a aquello de que acabamos de hablar: el
caso de devolv er a alguien que, no es ta ndo en su sano
juici o, reclama lo qu e h a e ntregado en depósito. Sin emb argo , eso que se ha deposi tado es algo qu e se de be,
332a ¿ no es así ?
- As í es.
- Pe r o es tá claro que no se deb e devolver a algu ien
qu e lo reclama sin estar en su sano jui cio.
- E s ve rdad .
- En t once s es otr a cosa lo que qu iere deci r Sim ónides , segú n parece, con eso de que lo justo es devo lve r
lo que se debe.
- Otr a cosa, por Zeus -excl am ó-, él pie nsa que los
amigo s de ben obra r b ien con su s am igos , nunca mal.
- Com p re ndo - dije- : el qu e ha de devolver oro al
qu e lo ha depositado, no devuelve lo que debe si la
devolu ción y la recepción se t orna n pe rjud ici ales , y só b
-..-
REPÚB LICA 1
65
lo si son amigos tanto el que reci b e como el que devuel ve. ¿ No es eso lo qu e afirmas que dice Simónides?
- Por ci erto que sí.
- ¿ Pero cómo? ¿A los amigos h a y que devolverles lo
que se les debe?
- A no du da rl o, lo que se les debe - respon dió
Polemarco- . Eso sí, c reo que lo que se debe al e nemigo
es lo que corresponde al e nemigo: algún mal.
- Entonces - rep liqu é- me parece que Simónides
ha bló poéticamente , con enigmas, acerca de lo que es
justo. Pues en te nd ía, según me parece, que lo justo es e
devo lve r a cada uno lo qu e cor responde, y a esto lo denom in ó ' lo que se debe '.
- ¿Y qué otra cos a piensas?
- ¡En no m b re de Zeus ! -cxcl a mé- . Si a lguien le
preguntara: «S im ón id es, el a rte que se lla ma medicina,
¿a quiénes da lo que se de be y corresponde y qué es
lo que da?" ¿Qué c re es que respondería?
- Que es e vide nt e que la medic ina da re medios, alimentos y bebidas a los cuerpos - contestó Po lc marco .
- y el a rte llamado culinario, ¿a quiénes da lo que
se debe y corres ponde y qué es lo que da ?
d
- Da el condimento a la comida.
- Bie n . ¿Y q u é es lo que da el arte que podría llamarse just icia, y a qui énes lo da ?
- Si es ne cesa ri o ser consecuent e con lo dicho antes,
Sócrates, d ire mos que da rá be neficios a los amigos y
pe rju ici os a los enem igos.
- Por cons igu iente, Simó n ide s lla ma justicia al ha ce r bie n a los amigos y m al a los enemigos.
- As! creo.
- ¿Y quién es el má s capaz de hacer bien a los ami ga s enfermos y mal a los enemigos en lo refe re nte a
la enfe r meda d y a la salud ?
- El médico.
94. - 5
66
--_._-_..
DIALOGaS
e
- ¿Y a los navegantes, en lo referen te al peligro del
mar
- E l timonel.
- Veamos ahora el caso del just o; ¿en qué asunto
y en qué función es el má s capaz de beneficiar a los
amigos y p erjudicar a los enem igos?
-En combatir con éstos y aliarse con los otros en
la guerra, cre o.
- Acep témoslo. En cu anto a los que no es tán enfe rmos, el mé dico no es útil, querido Po lemarca.
- Es ci erto.
- y pa ra los que no navegan, el timonel no es út il.
- Así es.
- En t al cas o, p ara los que no están en gu er ra t ampoco es útil el justo.
- Eso no m e parece en absoluto cierto .
31'a
- ¿E s útil la just icia, pues, también en la paz?
- Sí, es ú til.
- Pero ade más en la paz es útil también la agricu ltura . ¿ No es así?
- En efec to .
- ¿En lo concerniente a la provis ión de fr u to s ?
- Sí.
- ¿Y la téc nica de fabricar calzado?
- También es ú t il.
- En lo concern iente a la provisión de sandalias , píen-
' 0.
- Sin du da .
- Veam os ahora; ¿en Jo concerniente a qu é benefi cio o a la provis ión de qué afirmarías qu e la justicia
es útil en la paz ?
- En lo conc er n ien te a los con tra tos , S ócr ate s.
- ¿Llam as 'contratos ' a las asoci aci ones o a qué otra
cosa ?
- A eso precisamente, a las as oci aci ones.
R RPlJB LICA 1
67
- En ta l cas o, asociarse con el justo en la colocación /,
de u na ficha de ju ego es mejor y más út il que con u n
jug ad or 7 .
- No, con un jugador.
- Y en la coloc ación de lad rillos y piedras , ¿asoci arse con el ju s to es más ú til y mejor que con un cons truc tor ?
- De ni ngún modo .
- Pero entonces, si es me jor asociarse con un ·ci t artsta que con u n ju s to respecto de los son idos que pro d uce n las c uerdas de la Jira , ¿respe cto de qu é es mejor
as oci arse con el justo que con el ci taris ta ?
- Respecto del di nero , me p arece.
- Exce pto tal vez , Polemarca, en cuanto se haga uso
del dinero: cuando se deb e com prar o vender en socieda d un ca ballo, es en tonces m ás ú til el entendido en c
caballos , ¿oo es así ?
- Parece qu e sí.
- y cu ando se t rata de un barco, ¿el construc tor de
na víos o el piloto?
- De ac ue rdo.
- Pero si es as í, ¿cuándo se da el cas o de que, s i
se debe u sar en sociedad plata u oro, el justo resulte
más útil que los de más?
- Cu ando se lo de posita pa ra qu e es té segu ro, Sócrate s.
- ¿Cuan do
se lo utiliza para nada , si no que se
lo conserva íntegro, quieres deci r?
-c-Cier-tamente.
- O sea, cu an do el dinero no es útil ¿se da el ca so
d
de que la ju st ici a es út il ?
7 El jueg o de «fichas », pe/Ida o petleuli kt, es dif e renciado en Ir
364c del de dados (DODDS, Ple to's Gorgias, pág. 197). Como d icen J·C
sob re la bas e de VI 487 c, p arec e trata rse de un jucgo en el cual, co n
la coloc ación há bi l de u na ficha , se p ued e bloq uea r el av anc e de l contra ri o.
•
68
- Parece se r 'as í.
I>IÁl.OGO S
_y cuando es nece sario conservar una podadera. tanl O e n com ú n com o privad ame nte. lo útil e s la ju st icia;
pero cuando se la u sa ¿ no es útil la vit ivinicultura ?
-Por cierto.
_ y a s! tam b ié n di r ás que cu a ndo es necesario co nse rvar un escudo y un a li ra y no u tili za rl os par a nada,
¿es lo útil la justicia, en ta nto q ue , c ua nd o se los u sa ,
lo út il será. r espectiva m e nt e. el a r te de la infanterí a o
e l de la m úsica ?
-c-Necesa r-iarnente.
_y acerca de toda s la s dem á s cosas, ¿ la ju st ici a e s
in ú t il du r a nte el uso d e c a da una, y útil c uando no se
las ut il iza?
- Pa rece qu e sí.
f.
- Pue s e n tonce s, m i a m igo, no se r ía la jus t icia algo
muy va lios o, si só lo resulta út il en cua nto a la s cosas
inút ile s. Pe ro ex a m inem os esto: el más há b il para golpea r , se a en e l pugilato o e n c ualquier o tra clase de
lucha, ¿no lo es t am bi é n pa ra es t a r en guardia cont ra
los go lpes?
-Efect ivamente.
- Del mismo modo, aq uel q ue e s háb il para estar e n
guardia c o nt r a una enfermedad, ¿ no es ta m bié n el m ás
capaz de producirla s in q ue o tros la advie r tan?
- A m i m e parece que sí.
- Más a ú n; el que es buen guard iá n de un campam ento militar. e s el mi smo que s ab rá apoderarse de l os
pl ane s m ili tares y otras cosa s del ene m igo.
-c-Cie r-tamente,
- Po r consigu ient e. q u ie n es há bil para guardar a lgo
e s há b il ta m bié n para robarlo.
- As í parece .
-En ese caso , si el justo e s h á b il para gu arda r d inero, también es hábi l pa r a r oba rl o.
RE PUB UCA I
Cí. Odisea XIX 396. Entrecomillamo s só lo la cita text ua l.
69
- Asl a l menos, lo mue stra e l a r gumento -dijo Pole marca.
- Pa rece, pue s, q ue el justo se reve la c o mo una suerte de la d ró n; y me da la impre s ió n de que es o lo has
aprendido de Homero. És t e, en efec to, es tima a Aut6lico, ab ue lo m a te rno de Uli se s , y d ice q ue se ha des- b
tacado e ntre todos los hombres - Pc r e l la t roc in io y el
jurerne n tov ". De es te m od o parec e que. para ti, co m o
para H om e ro y para Si rn ónides, la justicia es un modo
de roba r , b ie n que para provecho de los a m igos y perj uicio de los enem igos. ¿No e s eso lo q ue dices?
- No, ¡por Zeus ! Pe ro ya ni yo mi smo sé lo q ue dije.
De todos modos, s igo creyendo q ue la just ici a consiste
en bene fici a r u los amigos y perjud icar a los enemigos .
- y lo s q ue d ice s que so n a m igos, ¿son los q ue a e
ca da uno pa re cen b uenos, o bi e n aque llos que so n buenos au nque no lo parezcan? Y lo mi smo re specto d e los
injus tos .
- Lo na tura l es a mar.a los que se co ns ide r a buenos.
y odia r a los que se co nsidera malo s.
- Pero ¿ no se eq u ivoca n los ho m br es ace rca de esto,
y a sí le s pare ce q ue muchos so n b ue no s, a u nq ue no lo
se a n, y les s ucede tambi é n -co n m uc ho s lo contr a ri o?
- SI, se eq u ivocan.
- En tal caso, para ellos los buenos so n e ne m igos
y lo s malos, a m igos.
- En efecto.
- No c bstame, para e llos es justo benefi ci ar a los
m a lo s y perjudica r a los buenos .
d
- Así parece.
- S in e m ba rgo, los buenos so n j us to s e inc a paces de
o brar inju s ta mente .
- Es verdad.
3
70
mó n id e s .
mALOGOS
- Se gú n tu argumento . pues, es justo hacer mal a
los que en nada han obrado injust amente.
- De ni ngú n mo do. Sócrates; es el argumento lo que
parece est a r mal.
- En t al caso, es j us to pe rjudica r a los injus tos y
be nefici ar a los j us tos.
- Est o pa rece mejor que lo ot ro.
- En tonces, Po lemarco, sucederá a muc hos - 3 cua ntos se equivocan acerca de los hombres- que para ell os
e se rá ju st o perjud ica r a los am igos, ya que son malo s.
y be nefi ciar a los e ne m igos , pues so n buenos. Y a sí a r-ribamos a lo cont ra r io de lo que decl amas afirma ba S i-
JJ5a
b
- As í sucede. efectivamen te - contestó Polema rco-.
Pero retractémonos; pues es probable que no hayam os
cons ider ad o correc tam ente al am igo y al enemigo.
-¿ y có mo los hemos co ns ide ra do, Po lema rco ?
-Al a mi go , co mo el q ue parece bue no.
- y ahora ¿có mo nos retract are mo s ?
- Cons idera ndo am igo al que parece bueno y lo es,
m ien t ras que al que parece bueno pero no lo es, estima remos que parece amigo sin se rl o. y ha re mos la m isma cons idera ci ón acerc a del enem igo.
- Según ese argum ent o, el b ue no será amigo, par e·
ce, y e l malo ene mi go.
- Sí.
- Propo nes, po r ende , añad ir a lgo a nues tr a primera
co ns ideración de lo ju sto, cuando decl amas que e ra justo hacer b ie n al am igo y mal al en emigo: ahora qu ie res
que , adem ás , di gamo s que es jus to hacer bien al amigo
que es bueno y pe rjudi car a l enem igo que es malo. ¿ Es o
es lo q ue propones ?
- Ciert amen te; así me parece que queda b ien d ich o.
- En tal caso, ¿es p rop io de l hombre jus to pe rjudi ca r a a lgún homb re ?
REPÚBLI CA
71
- Sin duda: hay qu e perjudicar a los malos y ene m igos nuestros.
- Aho ra bien , a l pe rj u dica r a los caballo s ¿se vue lven és tos mejores o peores ?
- Peore s.
- ¿Peores res pe ct o de la exc elencia de los pe rros o
res pe ct o de la de los caball os ?
- Respect o de la de los ca ba llos.
- y al ser perjudicados los p er ros, se vuelven peore s re specto de la exc elenci a de los perros, no re s pe ct o
de la de lo s caba llos.
- Es fo rzoso .
- En cua nto a los homb res, am igo mio, ¿ no diremos,
an áloga me nte , que , si los pe rjudicamos, se volverán pea- e
res respecto de la excelencia de los hombres ?
- Ciertame nte.
-¿ Y no es la ju st ic ia la exce len ci a hum ana ?
- También esto es forzoso .
- Entonces ta mb ié n aq ue llos ho mb res que sean perjudic ados se vo lverán necesariamen te inj us tos.
- Así pare ce.
- Aho ra bi en : ¿puede n los mús icos, por med io de la
mú sica, ha cer a otros ignorant e s en mú sica?
- Impos ib le.
- y los en tend idos en caballo s ¿ pueden, po r med io
del conoc im iento de ca ba llos. ha ce r a otros igno rantes
en caballos ?
- No.
- y por me dio de la ju st ici a, ¿los jus tos pueden hace r injustos a ot ros? En re sumen, ¿ los buenos pueden d
hacer ma lo s a o tros po r medio de la excelencia?
-c-No, im pos ible .
- En efecto, no es fu nci ón del ca lor enfr iar, s ino de
s u co nt ra rio.
- Así pa rece.
e
336<1
72
DIÁLOGOS
- Ni. humed ecer es fun ción de la sequed ad, sino de
lo cont rario de ésta .
- S in duda.
-Po r ta nt o no es fu nción del bueno perjudicar, si no
de su cont ra ri o.
- Pa rece que si.
- ¿Pe ro acaso el jus to no es bueno?
-Claro que sí.
. -c-Bnton ces. no es fu nción de l justo perju di ca r. Polema rco, sea a un ami go o a o tro cua lq uiera, s ino de su
cont rario, el injust o .
- En t odo me parece qu e d ices la verdad . Sócra te s
-repuso él.
- En tal caso, si se dice que es ju st o dar a cada u no
lo que se debe. y con ello se qu iere sign ificar que el
hombre ju s to debe pe rjudicar a los enemigos y ben eficiar a los amigos, diremos que no es sa bio hab lar así,
pu es equ iva le a no decir la verdad, ya que se nos ha
mostrad o que en ni ngún cas o es jus to perjudicar a algu ien.
-Convengo en ello - d ijo Polemarca .
- Por consigu iente. tú y yo co mba tiremos j untos contra cualq uiera que di jera q ue ha n ha blado así Sim óni.
des. Bia nte, PHaco ' o a lgún ot ro de esos va ro nes sa bios y b ienaventura dos.
- En cuanto a mí , es toy di spuesto a par ticipar del
combate.
- Pero ¿sabes de quien me parece que es ese dicho
segú n el cual es jus to benefici ar a los amigos y pe rjudicar a los e nemigos? - le pregu nt e.
• En el Pro/tigoras 341a se menciona n los 'no mb res de Tales, PI·
taco , Bia n te, Solón, Cleo b ulo , Misón )' Ouil6n como lo s d e los sab io s
qu e p ron u nciaban sen tenci as breves (. Iaco nila ba n »), y a los qu e nroGENES LAE RCIO conoce como los «sie tes s abios. (1 40), aunque su stltuyendo el nombre de Mis6 n por el de Periand ro (1 13).
RE POB Ll CA I
73
- ¿De quien ?
- Creo q ue es de Peria nd ro . de Perdl ca s. o bien de
Jerjes o de Is menias el tebano ID , o de a lgún ot ro hombre rico que se cre ía con un gran poder.
- Lo que dice s es muy cierto.
- Pues b ien -c-dije-> , s i se ha mostrado que ni la justicia ni lo ju sto son así , ¿que ot ra cosa pu ede decirse
que sean?
Entonces Tra sím aco -cquien. m ientras dial ogábam os. b
ha bía intent a do varias vec es adue ña rse de la co nversación, pero había si do impedido en ell o por qu ienes estaban sen tados a su lado y querían escuch arl a ín teg rament e- , e n cuanto h icimos una pau sa tras deci r yo
aquell o, no se con tu vo má s, y, agazapándose como una
fiera, se a bala nzó sobre nos otros como si fu era a despedaz arnos. Tanto Polemarco como yo nos estreme ci mos
de pánico, pero Tra stmaco profiri ó gritos en me d io de
todos, clamando:
- ¿ Qué clase de id iotez hace p re sa de voso tros des de e
hace rato. Sócra tes ? ¿Y qué juego de tontos hacéi s uno
con otro co n eso de devolveros c umplidos entre vosotros mis mos ? Si realment e qu ieres sa ber lo que es ju sto, no p regu ntes sola men te n i te envanezcas refuta ndo
cua ndo se te re sponde. sabedo r de q ue es m ás fácil p re guntar que responder, sino responde tú mi smo y di que
es pa ra ti lo ju st o. Pero no me vayas a decir que lo jus to á
es lo necesario, lo provechoso , lo ú til, lo ventajoso y
10 Per tan dr o Iue tira no de Corin to entre el 627 y 586 a. e ., y DIÓGENES LAuClo (1 94· IOOj lo pinta como u n pr....... naje crim ina l. La inva sió n d e Grcc¡e por el rey pe rsa Je rje s e n el 480 a. C. es a d ucida por
C-alicles (e n e l Gorgias 483d ) para respa lda r su tes is -ad én nc a a la
de Trasfma co- de que la just icia es e l p redom inio del má s fue rt e.
Ta mbi<!' n e n e l Gorgias 471a·d, se me nciona a u n rey Pe rd icas de Macedon ia, pad re d e Arquela o , joven de a mhidóll des me d ida y de mayo r
impor lan cia en re a lid ad , en la hi storia de
que s u pad re .
El rebano Ism enla s es mencionado en Merlón 90a co mo un a mbicioso
qu e se aca ha d e hace r rico con poCOS cscr ú p ulos.
337a
74
DI ÁL OGOS
lo conve nie nt e; s ino d ime con cl a ri da d y e xactit ud qué
es lo qu e s ign ifica. p ues yo no he de tolera r que d iva gues de se mej a n te modo.
Al oírl o quedé azorado y Jo conte m plé con pavura;
y c reo q ue si no hubiese s ido que yo lo miré a él ante s
q ue él a m i, habría perdid o el habla . Pe r o e n e l m o me nro e n qu e come nzó a exaspe rarse po r la conversación.
yo ha hí a sido el pri me ro que lo contem p ló. de modo
que luego me fue po sible responderle. y le d ije, no s in
un lige ro tem b lo r:
- No seas duro con nosot ro s, Trashnaco. p ues tan to
Po le marca como yo, s i e rramo s e n el e xa me n de es tas
c ues t io ne s, ha s de sa be r q ue e r ra mos sin q ue re rl o . Pues
s i es tuvié ramos b usca ndo o ro, no c rea s qu e q ue r rí a mo s
hace rn os c um plidos el un o a l ot r o e n la búsqueda,
ec ha ndo a perder s u h a lla zgo; m en os aún, busc a ndo la
ju st ici a, cosa de mucho m ayo r va lor que el oro, no s h a ríamos co nces iones uno al ot ro, in sensatame nte , sin e sfo r za rnos a l m áxi m o en ha ce rl a apa rece r. Cr ée me, a migo. Lo q ue su cede e s q ue no so m os c a paces de hacerla
a pare cer. Así e s mucho m á s p robable q ue sea m os como
padecidos por voso tros , los há bi les , e n lu ga r de s e r
m a lt ratados.
Tra s esc ucha rme, Trasíma co se ec hó a reír co n gra nde s mueca s 11, Y di jo:
-¡Por H é rcule s ! E s ta no es s ino la hab itu a l iron ía
de Sócr a tes, y yo ya pr e d ije a lo s presente s q u e no e st a n a s di spue s to a r es ponde r , y que, s i a lguien te pre gunta ba a lgo, haría s co m o q ue no s abes, o cualq uier otra
cosa, a nt es que responder .
11 El a djetivo ve rbal aqu í usado. j<lTdá'l io 1l, es e xp licad o po r el
esco lias ta (GREENE 129). qui en se remite a Od. XX 301, donde Ulises
elu de un guIpe de Crcsí po y so nde nl'dú niu n. Dice el es co liast a q ue
ha bla u na plan ta de Cer deüa q ue fo rzaba a ha cer una mueca, co mo
de ri sa , al que la cum la.
RE PÚB LICA I
75
- Eres sab io, Tras ímaco -c-r es pondí -c . Bien sa b ía s
q ue, s i pregu ntaba s a a lgu ien cuánto es doc e, y a l pregunta rl e le prev inieras: - No m e va yas a dec ir , a m igo, que b
d oc e e s do s vece s se is ni tre s vece s c uatro ni se is vece s
dos ni cuat ro veces tre s, porque no he de tole rar que
m e d igas ta le s idiotece s », se ría claro pa ra t i, c r eo, que
na di e res ponde r fa a l que inq u iri e ra de ta l m odo. Pe ro
s i te p re gu nta ra : .¿a qué a punta s . Trasím a co? ¿ A q ue
no res ponda ning un a de la s cosas sob re la s que m e has
p reve nido, ni s iq u ie ra s i a lgu na de e llas fu e r a la correcta , ho mbre aso m b roso, s ino que debo deci r a lgu na d isti nta de la cor re ct a ? ¿O a qué o tra cosa te refieres ? ¿Qué c o ntes ta r ía s a e s to ?
e
- ¡E s tá b ueno! -c-excla m ó: ¡como si e s te c as o fuera
sem ej ante a aq u é l!
- No veo por qué no -c-re spo ndí-c-. Pero, a u n cua n do
no fu era se mejante , s i a l inte r roga do le pa rece q ue es
se m ejant e , ¿ pien sa s q ue dejará de r e sponde r lo que le
parece a é l, prohib émoselo nosot ros o no?
_¿ Y a s f ha s de o b r a r tambié n tú ? ¿ Respo nde rá s a lg una de la s cos a s que te he proh ibido ?
- No m e a sombra ría s i, despué s de 'exa m tnarlo. o pinara q ue es as í.
- ¿Y si yo te m ostrara o tra r espuesta , además de d
toda s ésas, ace r ca de la just icia, m ejor q ue e llas? ¿ Qu é
pena m e recerlas?
-¿ Qué o t ra pena que la q ue c o nviene a al guien que
no sa be? Y sin d uda lo q ue co nvie ne a l q ue no sabe
es apre nde r de l q ue sabe. Yo tambié n m e r ece rí a esa
pena.
- E res g racioso; pero ademá s de a pre nder , pa ga rás
tam bi é n d ine ro.
- En c u a nto lo tenga, ci e r tame nte.
- Lo tiene s -dijo Gla ucón- . S i e s po r e l di nero, Tras ímaco. habl a. Todos nosot ro s aportaremos po r Sócrat es.
76
U¡ ,( I.O GOS
pues.
"
- Veo d a ro todo -pro test ó Trastmaco-,- . Lo hacen
pa ra que Sóc rates cons iga lo ha bitual: que él no res ponda. s ino que, a l res ponder otro, to me la pa la bra y lo
refut e.
- ¿ Y có mo podría algu ie n responder. mi excelente
a migo -se ñalé-, c ua ndo, en pr ime r lu gar, uno no sabe, y des pu és, s i piensa algo, u n hombre na d a insi gnifican te le prohíb e que hab le de las cosas que es tá cansí331la de rando? Más natural es q ue ha bles tú; ya qu e dice s
a lgo q ue deci r. No te niegu es.
s ino
sa be r y
hazme el place r d e contestar y no rehú ses e nseñar a
Glaucón, que está aq u í dispuesto. y a los de más.
Una vez que dije es to, t anto Glau cón como los demás le pidi eron que no se ne gase. Y era evidente que
Tras ímaco es taba deseo so de hablar para ganar en prest igio. porque c re ta con ta r con una re spuesta excelent e;
ha c ía como si qui siera lograr que yo fuera el que res.
pendiese, pe ro term in ó por ac ced er . y e n seguida dijo:
b
- Esta es la sab iduría de Sócrates: no estar d is pue sto a e nseña r. sino a aprender de los de más yendo
de un lado a otro. s in s iq uie ra darles las gradas.
- En lo de qu e a prendo de los demás dices verda d
Tra símaco -ccontest é-c. Pe ro e n c ua nto a lo que dice s
qu e no lo agradezco. estás equi vocado, pues re t ri buy o
en la forrna que puedo; y só lo puedo hace rl o en elogios ,
po rque d inero no ten go. Y con c uánto cel o c u m plo con
ello c uando me pa rece que a lgu ie n ha bla b ien, has d e
sa be rlo inm edi ata men te. después de que respondas .
e Cn..'O, e n efecto. q ue habla rá s bien.
.
-c-E sc ucha, pues - di jo Tras fm aco-. Afirmo que lo
jus to no es ot ra cosa que lo que conviene a l más fue rte .
y a hora ¿por qu é no me elogias? Pe ro no, no est ás dis.
puesto a ello.
-Prime rame nt e de bo com prende r qué quieres decir,
pu es a ú n n o lo sé . Afi rmas que justo es lo qu e con.
viene a l m ás fue rte. Y es to, Tras ímaco, ¿qué s igni fica?
h
REP ÚBLIC A [
77
Porque sin du da lo que afir m as no es , por ejem p lo , que
s i Pol idama nte, el pa nc raciasta, es más fu erte qu e nosoIros, y le co nviene -en lo concernie nte a l c ue rpo- la
ca rn e de bu ey, es te a limen to es tambi é n convenie nte y d
j us to pa ra noso tr os, que somos más dé bil es que é l.
- Me repugna s, Sócrates : inte r pre tas la definición del
modo que más pu eda s di s to rsio narla .
- Pe ro , mi e xcel e n te a migo, de ni ngún mod o : e xpresa más claramen te lo q ue q u ieres decir .
-¿ Acaso no sabes que e n alguno s Es tados el gobierno es tirá n ico, e n otros dem oc rá t ico y e n ot ros ari stoc rát ico?
- ¿Cómo no he d e saberlo ?
-¿ y no es el gobierno el que ti en e la fu erza e n cada
Est ado ?
-Sin duda.
- Bien. De este modo, pu es, cada gob ie rno implanta
la s leyes e n vist a de lo que es conveniente para él: la
de moc racia. leyes democráticas; la ti ran ía , leyes t ir ánicas, y así la s demás. Una vez im pl a ntadas ... manifies tan
qu e lo que conviene a los gobernantes es jus to para los
gobernados, y al que se aparta de esto lo castiga n po r
infringir las leyes y obrar in jus ta mente . Esto, m i buen
a migo, es lo q ue qu ie ro decir ; que en todo s los Estados 3394es jus to lo mi sm o: lo que convie ne a l gobie rno est a bleci do, que es sin d uda el q ue tiene la fuerza , de mod o
ta l qu e, para quie n razone co rrectamente , es jus to lo
mi sm o en todo s lados, lo que co nvie ne al más fue rt e.
- Ahora he co mp rendido lo q ue q ue r ía s decir; si es
verdad o no, t rata ré de com prende r lo. En to nces, Tra símaco, t amb ién tú ha s respondi do que 'ju st o' es lo conven iente, au nque a mí m e hab ía s prohibi do que contestara eso; si bi en a lo dicho en ese momento a ñades
a hora qu e lo es para el más fue rte.
b
-Un a ña d ido pr obablemente in signifi ca nt e - d ijo
bu rlonamcntc Trasímaco.
78
DIÁLOGOS
- Toda vía n o está claro si es im portante. Pe ro Jo que
está claro es que hay que exami nar si lo que dices e s
cier to. Porque estoy d e acuer do e n q ue lo j usto es a lgo
- Eso creo yo.
las implantan co rrectamente. ot ras incorrectamen te .
-Po r en d e. c uan do se a boca n a im plantar leye s. u n a s
co nveniente, pe ro tú ha s añadido a esto la afinnaci 6n
de q ue es convenie nte para el más fuert e. y esto lo igno ro, y debo examina rlo.
- Examínalo - res pon dió.
- E so har é. Dime a hora: ¿no a fi rmas t am bié n que
es ju st o ob edecer a los gobernantes?
- Cier tam ent e que lo afi r mo.
e
-c-Veamos, pue s: ¿son in fali bl es los que gob iernan en
cada Estado, o pu eden equivoca rse ?
-No ca be duda de que pue den eq uivoca rse.
d
-Ahora b ien, im pl antarlas correctamen te sig nifica
imp lanta r la s que les convie ne n a ellos mi smos, c inco>
rrect ame nte la s que no les co nvien en. ¿Así lo ent iendes ?
- As í 10 en tiendo.
- Pe ro u na vez imp la ntadas, los gobernados de ben
acatarlas, y eso es lo ju st o.
- ¡Cla ro que sl!
- En t al caso, es jus t o no só lo ha cer lo que conviene
al más fuerte. de acue rdo con tu arg ument o, sino tam bién es jus to lo contrario, hace r lo que no le conviene.
-¿Qué dic es ? - exclamó Tras ímaco.
- lo mi smo qu e tú , me parece. Pero examinémos lo
mejor . Por un lado hemos acordado que, cuando los go>
bernantes o rde nan a los gobern ados qu e hagan ciertas
cosas, a veces se eq u ivocan respecto de lo qu e es mej or
para s í mismos; po r otro lado , hemos concorda do en
q ue es just o que lo s gobern ados haga n lo que les ordenan los gob ernantes. ¿ No hemos conve nido amba s cosas?
- Pienso que s i.
REPÚBLI CA I
#
79
- Piensa tamb ién que has estado de acuerdo en que
es jus to hacer lo que no convien e a los go bernantes
-que so n a la vez los m ás fuer te s- c uando los goberna ntes, s in qu ere r, o rdenan algo malo para sí m ism os;
y dices que para los gobernados es jus to ha cer lo que
los gobe rnantes han o rdenado. Entonces, sapie nt ís imo
Trastrnaco, ¿no result a as í fo rzo samente que es jus to
hacer lo co ntra rio de lo que t ú dices ? En efecto, de lo
que afirmas re sulta, sin duda, que se ordena a los más
dé b iles que ha gan lo que no conviene al má s fu erte.
- Sí, po r Ze us , Sócra t es - excl am ó Polemarco- ; es 340a
cl arís imo.
- Cla rís imo , si t ú lo a te st igu a s - di jo Clitofon te, tomando a su vez la pala b ra.
- ¿Y para qué ha ce falt a u n testi go ? Si el m ismo
Trasím aco est á de acuer do en qu e los gober na ntes a veces o rdenan algo ma lo para sí mi smo s. y que para los
gobernados es j ust o hacer eso q ue les ordenan.
- lo que Tra símaco consideró j ust o, Polema rca . fue
lo qu e los gobe rnantes manda n hace r.
- Sí, pero ta mbién cons ide ró j us to, Clitofont e, lo que
conviene al más fuer-te. Y además de cons iderar ambas "
co sas, est uvo de ac ue rdo en que a veces los m á s fu ertes
orden an que 10 qu e no les convie ne a ellos mi smos sea
hech o por los gobernados, qu e son los más débiles. Y
una vez acord ada s ta les cosas, en nad a sería má s ju st o
lo qu e convie ne al más fue r te que lo qu e no le co nvi ene.
- Pero lo que conv iene al má s fu erte -replicó
Clitofon te- signific aba para Tra s lm aco lo qu e el más
fuer te enten diera que le con viene: esto de be se r hecho
por el más débil, y esto es lo que consideró como lo justo.
- Sin embargo , no fue eso lo q ue d ijo -protes tó Polem arco.
- No impo rt a , Polemarca - d ije entonces yo-; s i aho- e
ra T rasírn aco afirma esto, se lo admitiremos. Dime. pue s,
80
,O
D lÁl.OGOS
Trasírnaco: ¿e ra esto lo que querí as decir a l hablar de
lo justo, a s abe r. aquello qu e a l más fu erte le parezca
que es lo que m á s le convie ne a el. sea Que le convenga
rea lme nte o no ? ¿Esto es lo qu e q u ie res decir?
- En ab so luto diría eso: ¿crees q ue lla m aría m á s fuerle al qu e se equ ivoc a. c ua ndo se equ ivoca ?
-Cie r ta men te, yo pensé qu e que rías deci r eso cuando estuv iste de ac uerdo en que los gobe r n a ntes no era n
d in falibles, sino que tambié n se equivocab a n .
- E res un t ra m po so en tus argumen tos, Sóc ra tes
- cont est ó- o Veamos, po r ejemp lo . ¿lla mas médi co al
que se eq uivoca respec to de los e n fe rmos. en c ua nto se
calc ulador a l que se equ ivoca e n
equ ivoca e n eso?
e l c á lcu lo. e n el momen to e n que se eq uivoc a. e n cuan to
a esa equ ivocaci ón? Cla ro que u samos la expresión 'el
médico se eq uiv ocó' o 'el calcu la dor o el gramático se
equ ivoca n'. Pe ro ca da uno de és tos , en realidad, e n la
med id a q ue es aq uello por lo c ua l 10 de no m ina mos a s í,
e e nt ie ndo q ue jamás se equ ivoca. De este modo, e n se n t ido es tric to - ya q ue qu ie res que ha b le mos estr ic tamen te- n ing ún a r tesa no se equ ivoca, puesto qu e el que
se equ ivoca al ca recer del conocimie nto respectivo se
equivoca en algo e n que nu es a r tesano. Y a s i como el
a rtesano o el ex perto, ningún go be rn an te se equivoca
cuando es gobe r na n te , a unque todos di gan qu e se eq uivocó el médico o se equ ivocó el gobernante. Int e r p re ta
pue s, de esa forma a hora lo que respond í e ntonces. Para decirlo e n el se ntido más est r ic to de los t érrn i341.. no s, el gobernante. en tanto es gobernante; no se equivoca, y al no equivocarse establece 10 mejor para si mismo , y esto es lo qu e d ebe h ace r e l gobernado. De mudo
tal que, co mo afir mé desde un p ri nci p io. decla ro q ue
es justo h ace r lo que conv ie ne a l más fue r te .
- Bue no , Trasímaco - dije- ¿Sigo pa reci éndote un
t ra m po so ?
- Sin la menor duda - respo nd ió.
(;
RE I'ÚB LlCA
81
- ¿Crees. pues, que a l p reg untarte como te pregunté
lo hacía con la mala intención de desprestig ia rte en tu s
argu me ntos?
-Lo sé m uy bien. Pero no ga narás nada. ya q ue quedará al descubie r to qu e qu ie res des pres tigia rme. y. u na
vez puest o al desc u bie rto. no pod rás ejercer vio le ncia b
e n e l a rgumen to.
- Ni lo intentaría, be ndito amigo. Pe ro p ara que no
nos suceda otra vez lo mismo, dete r mina de cuál de esta s dos m ane ras te refieres al qu e gob iern a y que es
más fuerte: si e n la fo rma com ú n de ha blar o si en el
se n tido es tricto de los t érminos, se gú n el c ual aca ba s
de e nuncia rl o. a sa be r. aquel a quien. po r se r el más
fue rte , será justo qu e el m ás débil haga lo que con viene.
- Me refie ro al que gobie rna, en el se nt id o más estricto de los t é rminos. Ur de nuevas t ret as y aprovecha
lo d icho p a ra de s prest igia nne, si pu edes: yo no te 10 he
- de impedir, pero no se rás capaz.
<
- ¿ Acaso c rees que he e nloq uecido a l punt o de intentar ton s ura r un leó n y urdir tretas contra Tras ím aco ?
- Lo acabas de intentar, s in poder est o tampoco.
- Su fici en te, dejemos eso. Dim e a hora: el médico, e n
el se n tido es tricto del término, como acab a s de decir,
¿es un mercade r o el que c u ra a los enfe r mos? Ha bl a
del ve r dade ro médico.
- Es el que c ura a los enfermo s.
- ¿ y el piloto ? El verdade ro pi loto, ¿es u n ma r ine ro
o es el que manda a los marin e ro s ?
- El que ma nd a a los mari neros.
d
- En su caso. pues, no es el hecho de que navega
e n una n a ve lo qu e se toma e n cue nta, y no por eso
de be se r llamado marine ro, dado que no se lo llama p iloto po r na vega r s ino por el a r te de gobe rn a r a lo!'> mar in e ros.
-Es verdad .
<)4 , _
82
DI ÁLOGOS
- Y a cada uno' de es tos t ipo s que he menci ona d o
hay a lgo que le conviene.
- Por su puesto.
_ ¿Y no es acaso e l a r te a pto pa ra buscar y pro vee r
lo q ue convie ne a cada uno ?
-Ap to para eso, efectiva me n te.
- ¿Y a cada un a de las a rtes conviene ot ra cosa que
el se r lo más com ple tas po sible ?
e
- ¿Qué quieres decir con eso ?
- Lo siguien te: si me pregun t aras si al cu er po le bast a
se r como es o si t icne necesid ad de a lgo, y yo te respondi e ra: eS¡n duda . es tá necesi tado; p reci samente po r e so
se ha in ven tad o a ho ra el a r te de la me dicina : po rq ue
el c ue rpo es defi ci ent e y no le b as ta se r como es, ha
sido or gani zado este a r te. de mod o qu e pueda p ro curarle la s cosas que le ccnvienen s, ¿no te pa rece que al hablar as í hab la rl a correct a mente?
342<1
-Correc t a me n te -convino Tras ím aco.
- Vea mos a ho ra , ¿es el arte de la medicina defici ente ? ¿ Ha y algú n a r te qu e tie ne necesid ad de perfecci ón ,
así com o los ojos t ienen necesidad de la vis ta y la s o rejas del oído, para 10 cual se deb e co nta r con algún a r te
que examin e lo qu e es conveniente para ver y pa ra oír
y se lo procure ? ¿Aca so en el arte m ismo hay u na ci e r ta
deficienci a, y cada a r te nece sit a d e otro a r te qu e e xa rn lne lo que es conve nie nte pa ra aq uél. y otro, a su vez,
pa ra q ue atienda a éste, y as¡ has ta el inf in ito ? ¿ D aqué l
b e xa minará q ué es lo qu e le convi ene a sí mismo? ¿ No
será que no tie ne neces idad ni de sí mi smo n i de nin gún
ot ro arte para e xam ina r lo que co nvie ne a su deficienci a , ya que e n n ingú n arte e xis te defi ci e nc ia o nece si dad algu na, y que a un a r te no co r re s ponde b usc a r o tra
cosa que lo q ue convie ne a aquello de lo cua l es a r te,
dado q ue e l arte mi s mo es realme nte inc ól ume e in conta min ado, y, m ie nt ras es a r te, e n se ntido est ri c to, es integramente lo que es ? Exam iné moslo en sentido es t r íeto : ¿es as í o no ?
REPÚBUCA I
83
- Es así.
- En tal caso, la medicina no exa m ina lo que co n- e
viene a la medici na , s ino al c ue r po.
- S I, efectiva me nte.
- Ni el a rt e de la eq uitación ex a m ina lo que conviene a ese a r te s ino lo que convie ne a los caba llos, y ninguna ot ra a r te e xamina lo conve ni ente a s í mi sma , ya
que no es tá necesi t ad a de nada, s ino sólo examina lo
que conviene a aque llo de 10 c ual es a r te.
- Así pa rece.
- Ahor a b ien , Trasím aco, la s a r te s gob ie rn a n y p revalece n sob re aque llas cosas de las cua les son a r tes.
En es to ta m b ié n nos pusimos de acuerdo , b ien que
con bas ta n te fa stidio por par te de Tras ímaco.
-c-Ni ngú n conocimiento arte sana l exa min a n i di s pone lo que convie ne al m ás fuerte s ino lo que conv ie ne
d
a l má s d ébil, a l gobe rnado po r aquél.
Tras ímaco ta m bié n te rminó por reconoce r esto, no
sin a ntes intenta r d is putar la c uest ión. Y c ua ndo lo reconoció, d ije:
- ¿Aca so a lgún médico, en la medida e n que es médic o, e xa mina y d ispone lo <lJ1e convie ne al médico , no
al enfer mo? Hemos quedado de acuerdo , e n ef ect o, e n
que el médico, en se n t ido estricto , es un gob e rn a nte dc
c ue r pos y no u n me rcader. ¿ No lo hemos acordado?
Tras ím aoo as int ió.
-y el piloto, e n se n tido es t ricto , es gobernant e de
marine ro s, y no u n ma rine r o.
e
Tambié n aquf es tuvo de acu e rdo .
- Pe ro ta l pilo to-gobe rn ante a t ende rá y dispondrá lo
que convie ne no al p iloto, s ino al m a ri ne ro-gobe rn ado.
Lo admit ió a dura s penas.
- En tonces, Tras lmaco, e n nin gún tipo d e go bie rn o
aq uel que gobie rna, e n tanto gobern a nte , examina y d ispone lo que le co nviene, s ino lo q ue convien e al gobe rnado y a aquel pa ra el qu e emplea su arte, y, con la
343..
b
84
DI ÁLOG O S
vista e n és te y en lo q ue a éste conviene y se adecua.
dice todo lo q ue d ice y ha ce todo lo que h ace.
Cuando e stába mos en un punto de la d isc usión en
q ue e ra manifie sto para todos que lo que Tra sí m a co h a bí a d icho a ce rca de lo jus to se h abía co nve r ti do e n 10
contra r io, éste, e n lu gar de responder, e xcla mó:
-Dime , S óc rate s : ¿ tienes una nodri za ?
- ¿ Yeso por qué lo d ices ? ¿ No se r ía mej or con te stanne que pre gunta r esas cosas?
- Porque se no ta que te deja co n las narice s moqueand o c ua ndo necesi ta s q ue te la s ha ga sonar; y s i tuvieras
nodriza. el la te ha b rí a e nsenado a reconocer o vejas y
pasto r.
- ¿Cómo es eso?
- Porq ue c rees que los pa sto r e s y los boye ros at ien-
den al bien de las ovejas y las vacas, y las en gordan
y cu idan m irand o a otra cosa que a l bien de los a mos
y al de ellos m ismos; así co mo también e stim a s q ue los
gobernantes de los Es tados - los q ue gobiernan verd ade r ame nt e- p iensa n acerca de los go be rna dos de otro
modo que lo que se ha estab leci d o re specto de la s oveja s. y q ue los atie nde n d ía y noc he de ot ra m a nera que
de aquella que les a provechará a e llos mi smos . Y h a s
e id o tan lejos e n lo concernien te a lo j usto y a la ju stici a , a lo in justo y a la inj usticia. q ue descono ce s q ue
la justici a y lo jus to es un bi e n en realidad ajeno a l q ue
lo p r act ica . ya q ue es lo c o nve n iente pa ra e l m á s fue rte
q ue go bie rna , pe ro un perju icio p r o pio del que obedece
y s irve; y q ue la inju st ici a es lo cont rario y go b ie r na
a los ve rdade ram e nte ingenuos y ju s to s. y q ue lo s goberna dos ha cen lo que co nvie ne a a quel q ue es m á s fuerte . y a l se rv irl e ha cen feli z a é s te , mas de nin gún modo
d a s í m ismos . Es ne ce sario o bserva r , m i muy cánd i do
a m igo Só cr at e s , que e n tod o sen t id o e l ho m b r e justo
tiene m enos que e l inju sto . En pr imer lu gar, en los c ontratos e nt r e uno s y o t ros . allí donde é ste se asocia con
RE PÚBLI CA
85
aquél. a l d isolve r se la asocia ci ón n un ca ha lla rá s que e l
jus to te nga m á s q ue el inju sto. sino me no s . Des pué s ,
e n los a s un to s co nc e rn ien te s a l Es ta do, c uando se e s tablecen im pue stos, a unq ue sus b ienes sean igu a les, e l j usto paga m á s, el injus to m e no s . Pero c ua ndo se t rata de
co b ra nza s, a q uel no re ci be nada. éste cobra m ucho. Y t
c uando cada uno de e llos ocupa un cargo. a l jus to le
toca . a fa lta de o tro perju ic io, vivi r mi se r ablemente por
desc uidar s us a su ntos particu la re s , s in obte ner proveo
c ho a lguno de los a sun tos público s . e n razó n de se r j usto; y a de más de e so. e s abo rre ci d o por s u s pa r iente s
y conoci dos. por no es tar d ispues to a ha cerl e s un se rví cí e a l m a r gen de la ju s ticia. Al in ju sto le s ucede todo
lo contrario . Hablo de a q uel al que ha ce u n momento
m e re fe rí a . que es capaz de alcanzar los más grandes
privilegios. A éste debes o b se rva r , si e!'> que quie re s J44<l
d iscernir cuánto m ás le co nviene pe rsonalme nte se r injusto q ue justo. Pue s bien , lo a prenderá s de l mo do m á s
fáci l s i llega s a la injusticia m á s complet a. la cual ha ce
fe liz a l m á ximo a l q ue ob ra inj ustamente y m á s desd ichados a los q ue padecen injustici a y no e s tá n d ispue stos a se r injustos . E sto es la t iran la. q ue se apodera
de lo ajeno . no poco a poco, s ino de un solo golpe, ta nto
co n eng a ño co m o co n vio lencia. t r á te se de lo sagrad o
o de lo p ia doso, de lo privado o de lo público: c ua nd o b
a lgu ien es de sc u b ierto. t ras o b rar injustame nte e n u no
so lo de esos casos, e s ca stigado y vit uperado. pue s los
q ue co mete n tal e s de lit os parciale s so n lla mados sacr ílegos. secuestra do res. asa lta ntes. e sta fa dore s o la d ro ne s .
Cu a nd o a lgui e n. e n cam b io , a demás de secuest ra r la s
fortuna!'> de lo s ciudadanos, se cuestr a ta m bi én a és tos ,
es cl a vizá n do los . en luga r de aqu ellos denig rantes ca lific a t ivos es llama d o 'feliz ' y 'b ien aven tu r a d o' no só lo por
los ci ud a danos . sino por todos aq uellos que se han en- e
te ra do de toda la in jus ticia que h a come t ido. En efec to,
los que cc nsu r a n la injus tici a la ce nsu r a n no po r temor
86
DIÁLOGO S
a come te r ob ra s injustas. sino po r mi edo a padecerlas.
De este modo. Sócrates, la injus ticia. cuando llega a serlo
s uficie ntem en te. es más fu erte. más libre y de mayor
a u tori dad que la justicia; y ta l como dije desde un comienzo. lo justo es lo qu e conviene al más fu e rt e, y lo
injust o 10 que aprovecha y conviene a sí mi smo.
d
Una vez dichas estas cosas, Traslmaco pen sa ba m archarse. co mo si fuera u n bañero q ue no s hubiera volcado sob re nu estro s oídos un cá nta ro re plet o de sus a rgumentos. Pero los qu e estaban presentes no se lo pe rm iti eron , sino q ue lo ob ligaron a pe rmanecer 'i a re n dir
cue ntas de lo dicho. Yo mi sm o le pe dí con ins istenci a:
- Divino Tras ím aco, ¿ vas a ma rchar te tra s arroja rnos u n d iscurso, an tes de enseñarlo adecuadament e o
de qu e a p re ndamos si es as¡ o de otro modo? ¿Crees
e que es un asunto insignificante e! de in tentar det er-minar el modo de vida que cada u no de nosotro s pod r ía
llevar para vivir una vida más pr ovechosa ?
_¿Y yo acaso pie nso e n o tra cosa que é sa ? - bramó
Tra sfmaco .
- Parecla que s i, o al men os q ue nada te im port a ba
de noso t ro s, ni qu e te preocupaba que fuéramos a vivir
peor o mejor, des conoc ie ndo lo qu e d ices sa be r. Pe ro
a n íma te, mi buen a mi go, a in st ruim os; no se rá para ti
)454 una mala inversión lo qu e hagas en nuestro benefi cio,
s iendo tantos como so mos. En lo qu e a mí toca, te d iré
q ue no es toy conven cido, y que no creo que la injustici a
sea más p rovechosa q ue la just icia, ni aunque aq uélla
sea permit id a y no se le im pida hacer lo q ue quie ra.
Admitamo s, mi a migo, qu e e xis t e e! hombre injus t o y
que pu ede obrar injust a me nt e, sea en form a ocu lt a o
comba tie ndo a ca ra de scubierta . Pero a un a sí no me pero
suado de que es más provechos a qu e la justicia. Y e s to,
b segurame nte , ta m b ié n le ha s uc edido a al gún ot ro de
no sot ros, no sólo a m l. Pe rsu ád enos adec u adamente , mi
biena venturado amigo, de qu e no a rgumen ta mos corree-
REP ÚBLI CA I
87
tame nte c uand o es timamos má s a la justici a que a la
injust icia .
-¿ Y cómo he de pe rsuadirte ? Si con la s cosas qu e
he dicho no te ha s persuadido, ¿qué puedo hace r ccntigo a ún? ¿Acaso llevaré mi argumen to ha sta tu alma haci éndotelo t raga r? u.
- No, ¡por Zeus !, teso no ! Más bien, e n pr im er lu ga r, has de mantene r aque llas cos as qu e di ga s, y s i la s
ca m b ias e n a lgo, cá m b ia la s a b ie rtame nte y no no s engañes. Ahora , Traslmaco -cons ideremos nu evamente e
lo dicho a n tes-, pu ed es ve r que, tras habe r definido
a l verda dero médico, no ha s pe ns ado que e ra ne ce sario
de spués vig ila r con preci sión lo que co ncierne al verdadero pa stor, sino que c rees que és te apacienta a las ove jas, e n t anto pastor, s in mirar a lo qu e es mejor pa ra
las ovej as: como un invitado a un banquet e que está
d ispues to p a ra el fe stín, o como un me rcad er, para vende rlas; pe ro no co mo pastor . Pu es el arte de! pastor d
no c uida s in duda de n inguna ot ra cosa qu e dc aqu ella
con respe ct o a la c ua l está organizada , a fin de procurarl e lo mejor, ya que, e n cuan to a s i mism a, el a r te
del pasto r ya está s uficie ntemen te provist a m ien t ras nada le falte para ser a r te del pas tor. Del mi smo modo
estoy conve ncido de que es forzoso est ar de acuerdo en
que tod o gobierno. en tanto gobierno, no a t ie nde a ninguna otra cosa que a l su mo bien de aq uel que es su
gobe rnado y está a su cuidado, t rátese de l gob ie rn o e
del Estado o de á m bit os pa rt ic ul a res. Pero ¿ tú c rees
acaso que los q ue gob ie r nan los Estad os lo hacen voluntaria me nt e ?
n T ras lmaco re to ma la bu rlo na image n do.' la nod riza, p resenta.
da en 34)a. En e fec to, el ve rbo e...
que trad ucimos ebace r t raga r >, es usado , co mo nota ADA. M, e n relación con la a lime n ta ción d e
los ni ño s pür la no d ri1a , Asl ARISTÓfAN ES , Caballeros 71 6: _Ta mbién.
como la s nodriz a s, lo alimen ta s ma l; despué s de ma st icar el al ime nto .
le haces tra ga r un poco.•
88
DI ÁLOGOS
- No es a lgo que m era men te creo, ¡por Zeu s!, sin o
qu e bien lo sé.
- Pero T rasfm aco - p rosegu í-, ¿ no te pe rcatas de
qu e, e n c uanto a los ot ros tipos de go bie rn o. nadi e está
di spues to vo lu nta r ia me nte a goberna r, s ino que dema nda un salario, por pe nsa r que de l gobe rnar no obtendrá
be neficio para s i mi smo s ino pa ra los gober nados ?
34M En efec to. dime esto: ¿no es carla un a de las a r tes d ist inta de las ot ras po r tener un po der di st into ? Respóndeme . b ienaven t urado a migo, no e n contra de Jo q ue
piens as. pa ra po der prosegu ir.
-¡Claro qu e carla una es di stinta por eso ! - repu so
Trasímaco.
- ¿ y no nos aporta ca rla arte un beneficio particular
-no común a tod as las artes-o tal como la medicina
aporta la salud, el pilotaje la segu ridad al n avega r , 'j
así las demás ?
- De ac ue rdo.
- Yen c u a nto a l a rt e del me rce na ri o, a porta un sab lar¡o, ya que ta l es s u peculiari dad. Ahora ¿lla ma s a
una misma a rte medicina y pil ota je ? O b ien, s i es q ue
qu ie res delimitar co n preci sión los t érminos, como p ro pusi s te, en caso de q ue, al coma ndar un a na ve, u n pilota se sa ne , porque le hace bien na vegar e n el ma r, ¿llama r ás a l p ilotaje ' med ici na ' ?
- De n in gún modo .
- Ni ta m poco a l a rte de l mercenario, c reo, lo lla marás 'med ici na ' porque a lgu ien sa ne mi e nt ras ga na su sala ri o.
- Por ci e rt o qu e no.
- Ni a la me d ici na la lla marás ' a r te del me rcenario' porque el médico ga ne un salario c ua n do cur a a
otro.
e
- Tam poco.
-¿ y acaso no he mos concordado en qu e cada arte
tiene un b eneficio part icu la r ?
RE PÚBLICA 1
89
-,
- Sea .
- En ta l caso, c ua lqu ie ra que se a el benefici o que
a p rovecha a todos los a r tesano s e n com ú n, es pa te nte
q ue lo ob t ienen de algo que en com ún adicionan a l ejercicio de cada a r te.
- Así pa rece.
- Aho ra b ien, d iremos que, a l ga nar un sa la r io, los
artesanos se be ne fici a n con el ejercici o del a rt e del me rce na ri o que adicionan al de cada a r te .
No sin d isgu sto lo admi t ió.
- Pue s e ntonces, no es de su arte particular que cada uno obt iene ese be ne ficio q ue es la recepción de l d
sala r io, sino que , si consideramos las cosas con el ri go r
que corre sponde, la medicina produce la salud, el arte
del mercenario produce un salario, el de la arqui tectura una ca sa; y el del m ercenario que se añade a ca da
una, u n sala r io; y así en toda s la s demás artes, ca da
u na rea liza su función y benefici a a aquello con respecto a lo c ual está organizada. Y s i no se le a ña de sa la ri o,
¿se beneficiará el artesano con s u arte?
- Parece qu e no.
-¿ No produce be neficios, e n tonces, c ua ndo cump le
su fu nci ó n gratui tamente?
- Creo q ue sí.
- Pues bie n, T rasí m aco, a hora es ev idente q ue n ingú n a r te n i gobie rn o or ga niza lo qu e le be nefi ci a a s i
mismo, s ino q ue , como decía mo s a ntes, orga niza y d ispon e lo que be nefici a a l gobe rnado: a tiende a lo qu e
conviene a aquel qu e es el m ás dé bil, no a l qu e es e l
más fuerte . Por eso mismo, que rido 'I'r aslrnaco, decía
hace un mo mento que nadie es tá dispues to vol unt a ri amente a gobe r nar y tomar e n s us mano s y co r reg ir las
defi cie ncia s aj enas , sino que para ello reclama u n salario; porque aq uel q ue va a eje rce r adecuada me n te s u
a r t e ja má s hace o dispone - si dis pone de ac ue rdo con .l 47a
su arte- lo mejor para sí mismo sino para el gobe r na,
¡
,
90
- Eso sí lo sé.
DIÁLOGO S
do ; y pa ra eso es nece sario, segú n parece , as ignar una
r emuneraci ón a los q ue est én p rest os a gobernar. sea
pla ta u ho nores. o un cast igo, si no estuvie ra d ispuesto
a gobe r na r.
-¿Qué q u ieres dec ir co n eso, Sócra tes ? -pregu ntó
Glaucón-. En cu a nt o a los dos t ipos de remuneración ,
lo pe rci bo. pero de qu é ca st igo hablas y có mo lo incluyes en la s cla ses de re m une ra ciones, no lo co mprendo.
- Por que no com prendes la remuneración de los me.
b JOTes - resp ondí-, po r la cual gobi erna n los más a ptos.
c ua ndo está n d ispues tos a gobernar. ¿Acaso no sa bes
que el a mo r a los honores o a la p la ta es con sid e rado
reproba ble. y qu e lo es real mente ?
- Por ta les mot ivos. pues, los hombre s de bien n o
es tá n d is pues tos a go be rn a r con m iras a las r iquezas
ni a los hono res. No q uie ren, en efec to, se r lla m ad o s
me rce na ri os po r exigir a bier ta men t e un sala r io para gobe rn ar, ni se r llamados ladrones por a pode rarse de ri q uezas oc u lt a men te, po r s i m ismos, desde el gobierno.
y tampoco po r caus a d e los honores, pues no a ma n lo s
e honores. Por eso es necesario que se les im ponga co mpuls ión y castigo pa ra que se pres ten a gobern a r; d e
alll es p ro bab le que sea cons ide rado vergonzoso el a van ce volunta rio haci a e l gobie rn o, s in ag ua rda r una compuls ión . Ahora bie n, el ma yo r de los castigos es se r gobernado por a lgu ie n peo r, c ua ndo uno no se pres ta a
gobe rn a r. Y a m i me pa rece que es po r temor a ta l castigo que los más ca pa ces gobie rn a n, cuando gobie rnan .
y entonces ac ud en al go bierno n o con la ide a de qu e
van a logra r a lgú n beneficio para ellos ni con la de qu e
lo pasarán bien a llí, s ino com p ulsiva me nt e, por pe nsar
que, de otro modo, no c ue n ta n con sustitutos mejores
d o sim ilares a ellos pa ra cu m pli r la fun ción. En efecto,
si llegara a ha ber un Es tado de ho m bres de b ien, probab lemente se desat arla un a lu cha por no gobe r nar, tal
RE PÚB LIC A I
91
como la ha y ahora por gobernar, y all í se to rnaría e vidente que el verdade ro gobe rn a nte , por su propia natura le za, no at iende realmen te a lo que le conviene a él,
s ino a l gobern ado; de manera q ue tod o homb re inte lige nte p refe r ir ía se r beneficiado po r otro a ntes que ocu pa rse de be nefic ia r a otro. Por todo es to, de ni ngún mudo est oy de ac ue rdo con Tra st maco e n q ue lo just o es
lo que co nvie ne a l más fue r te. Pe ro est o lo e xa m ina remos e n otra oportunidad. Aho ra me pa rece much o mejo r e xa mina r lo que di ce Trasíma co cua ndo a firma qu e
el modo de vida del injusto vale más que e l del just o.
En lo que loca a ti , Glaucón, ¿c uál de am bos modos
de vid a eliges? ¿Cuál de las dos afirmacion e s te parece
más val ede ra ?
- Creo -dijo-, que el modo de vid a d el justo es más
provechoso.
-¿T ú ha s escuchad o c uántos bienes acaba de e nu - l4S<l
me ra r T r-as fmaco e n el modo de vid a del injust o ?
- Lo he esc uchado, pero no me ha convencido.
-¿ Quie res que lo persuadamos, s i podemos desc ubri r de qué modo hacerlo, de que no d ice la verdad ?
-¿Cómo no he de qu e rerlo ? -excla mó Gla ucón.
- Pues b ie n, si nos cont rapusié ramos a é l. efec tua ndo un rec uento - fren te a l s uyo- de c uá ntos bie nes ofrece el se r jus to, y é l a s u vez rep licara y no so tros a é l.
ha bría q ue enumerar los b iene s y conta r c uán tos mencionamos de cada lado; y por e nde neces ita r ía mo s jue- b
ces qu e decid ieran. Si hace mos el exa men, e n ca mbio,
po nié ndono s de ac ue rdo entre nosotros, como a ntes, noso tros mismo s se remos a la vez jueces y o radores.
- Es muy cierto.
- ¿Cuál de los dos p rocedimientos prefieres ?
- El segundo .
- Pues ento nces - dije-, Tr-a sfmaco, vuelve a l com ienzo, y resp ónde nos : ¿afirma s qu e la completa inj usti ci a es más provechosa que la justici a plena?
92
llI Ál. OGO S
-
<:
- Cla ro que lo afi rmo - rep licó Trasímaco-, y t ambié n he d icho por qué .
- y b ien, vea mo s de qué mod o hablas de esa s do s
cos as: ¿ca lificas a u na de 'e xcele nci a ' y de ' ma logro' la
otra ?
- Si.
- Por ta nto , ¿ca lificas a la jus t ic ia de 'exce lencia' y
a la inj ust icia de ' ma logro'?
-c-Pr oba bleme nte, mi gracioso amigo. pue st o qu e d igo que la inju stici a da provecho y la jus t ici a no .
- Pues e nto nces ¿q ué afinnas ?
- Lo contra r io.
- En tal caso ¿es la jus t icia mal ogro?
d
-c-No, más bi en una genui na ca ndidez.
-¿ y a la injus tici a la llamas mala p redisposición?
-c-Nc, s ino buen se nt ido.
- ¿ y ta mbié n c rees, Tras lrnaco, qu e los in justos so n
inteligentes y bu enos ?
-SI. al men os los que pueden obrar de modo completa mente injust o, y q ue tienen el pode r de some ter
a Est ados y a pu eb los e nteros. Tú piens as, tal vez , que
me refiero a los corta do res de bolsas; in cl uso esto da
provecho, t a m bié n, s i pasa inadve rtido, pe ro lo que es
di gno de me nci ón no es eso, s ino las cosas de qu e aca bo
de ha bla r.
- No, me doy bien cue nta d e lo qu e q uieres decir,
pe ro a ún me asombra qu e co loques a la injus tici a e n
la sección de la excele nci a y de la sa bid ur ía, y a la justicia en la secci ón co nt ra ri a.
- Sin e m ba r go , a sí las coloco, po r cie r to .
- Es to es ahora a lgo más sólido, m i amigo, y ya no
es fácil pode r contestarlo. Si hubies es afirma do , en efect o, que la inj us tici a da provecho , pe r o concor daras con
otros en que es maldad y algo ve rg onzos o, podríamos
replicar ha bla ndo con forme al u so habi tual de estas pa labra s. Pero ahora Ca pate n te que di rás que es una cosa
R EPU BLICA I
93
bella y vigorosa y que le a tribui rás todo lo demá s
qu e a trib uimo s a lo jus to , ya que has ten ido la a uda- J 4Qa
cia de co loca r a la injus tici a e n la sec ci ón de la e xcelenci a y de la sa b idu rí a.
- Ad ivina s pe rfectamente la verdad .
- S in e m ba rgo, no debo vacila r en pro se gu ir el ex ame n del argu mento, al menos m ie ntras suponga q ue lo
q ue di ces es lo que p ie ns as. Pu es me da la im presión.
Trasímaco, de que a hora realm ente no bromeas, s ino
qu e dices lo qu e c rees acerca de la ve rdad de estas cosas.
-¿ y qué d iferenci a te ha ce el q ue lo c rea o no ? Má s
bien refu ta mi a rgumentación.
- No ha y ni nguna diferencia. Pe ro trata d e res po n- b
de r también a esto: ¿te parece que el homb re justo qu iere
su pe ra r e n algo a ot ro ju sto?
- De ni ngún modo, pues en tal caso no se r ía t a n encantador y cá n dido como es.
- ¿ y tampo co est á dis pues to a su pe ra r a la acción
just a ?
- Ta m p oco.
- ¿Cons idera rí a va lioso, en cambio. s upe ra r al injusto, y c ree r ía qu e eso es jus to, o pe n saría qu e no es just o ?
- Cree r la que es jus to s upe rar a l injus to y lo considerarla valioso, pero no lo logra d a .
- Est o últ imo no es lo que pregu nt é, s ino só lo s i el
jus to no co ns ide ra r ía va lioso n i que r r-ía s u pe ra r a l e
j us to, ma s s í a l injus to.
- SI, así es.
- Yen lo que hace a l Injust o , ¿aca so cons ide ra r ía
valioso av entajar al ju sto y a la acción ju st a ?
- ¿ y cómo no . s i preci samente es el qu e con side ra
valioso su pe ra r a tod os?
- Po r cons igu ie nte, el inju sto lucha rá para ave nt aja r al hombre inj us to y a la acción injust a , de mod o
de logra r m uc ho más que todos.
- As! es.
94
DIÁLOG OS
- Afirmemos es to, entonces: el jus to no trata rá de
-ave n taja r a s u se meja nte, s ino a s u cont ra r io; mi en t ra s
d el injust o trata rá de ave ntajar t anto a su se mejan te
como a s u con trario.
- Muy b ie n d icho.
- Aho ra bien. e l injus to e s intelige nt e y bueno; e l ju sto ni un a cosa n i la otra.
- Efec t iva mente.
-Por cons iguien te. el injust o se parece a l inteligente y al bu eno, mi e nt ras el ju sto no se parece a és tos .
- ¿ y cómo no ha de parec érse les aquel que es como
ell os, e n ta n to el otro no ?
- Muy bi en. Po r lo tanto ¿ca da uno de ellos es ta l
como aquello s a quienes se parece ?
-¡ Pero no VL'O d e qu é otro modo podría ser!
- Es tá bi en, Tras ímaco, ¿lla ma s 'm ú sic o' a alguien,
te y a ot ro 'no-m ús ico ' ?
- Sí.
- ¿ Y c uál de ellos dices que es in teligente y a cuál
llamas tonto?
-Por su pues to. d igo que el músico es inteligente y
qu e el no-m úsico es to nto.
- y e n lo que un o es intelige nte es tambié n buen o ,
mi e nt ras q ue en ese se nt ido e l tonto es ma lo.
- As í es.
- y res pec to del médico ha bla remos del m ismo
mod o.
- Del m ismo mod o .
-¿ y te parece, mi e xcel en te a migo, que u n bue n mús ico, al te mpla r la lira, qu iere a ve ntajar a otro músico
en c ua nt o a pone r ten sas la s c ue r das o aflojarlas, y con sidera valioso aventajado e n eso?
- No, claro.
- Pe r o que rrá ave n ta jar, en esa actividad , a qui en
no se a mú s ico .
- Forzosame nte.
REPÚflLl CA I
95
- Y e n cua nto al médico, cu an do prescr ibe un r é- 350a
gime n de com idas y be bidas, ¿ te parece qu e quie re ave ntaj ar a un médico o a la profesión de méd ico ?
-Sin d uda q ue no.
- Pero querrá aventajar en eso a qu ien no sea méd ico.
- Cla ro.
- Mira a hora. respe ct o de cualq uie r conoc im iento a ro
tesa nal o de la ause nc ia del mi smo , s i te pa rece que
el conocedor de u n a r te quie re log rar , en lo que hace
o d ice. má s q ue otro conocedor de ese arte, e n lu ga r
de obtene r lo mis mo que su se mejante e n di cha actividad .
-Parece r ía fo rzo so que sea de la se gunda manera.
-¿ Y el que desconoce el arte? ¿ No tratarla de aveno
t ajar t anto al co nocedor de dicho a rt e como igu almente b
al que lo desconoce ?
- Ta l vez.
- ¿ Y el conocedor es sabio?
- Si.
- ¿ Y el sabio es bue no ?
-Sí.
- En tal caso, el que es bueno y sa bio no qu e r rá aventajar a su se mejante, s ino a su contrario.
- Así pa rece.
- El ma lo e ign ora nte, en cam b io, qu errá a ven tajar
tanto a s u se meja n te como a su contrario.
- Es manifies to.
- Pues bien, T rasímaco , e l inj us to nos pa recía que
que r ía aven tajar tan to a su con t rario co mo a su se mejant e. ¿Aca so no decías eso ?
- Si.
- y vimos que el justo no quiere ave ntajar a su se - e
mejante, s in o a su con tra ri o.
- S í.
- En ta l caso, el justo se parece al sa b io y bu eno.
el injust o al malo e ign ora nte.
96
DI ÁLO GOS
- En efecto. lo hemos acordad o.
- Prob ab lemente.
-Per o nos hemos pues to de acuer do, a dem á s, en que
cada u no de ellos es tal como a q u ellos a lo s q ue cada
uno se pa rece.
- Po r lo tanto, el ju sto se nos h a re vel a do co mo b ueno y sa bio, e n t a nt o el inju sto co m o ignorante y m a lo .
Tr as ímaco con vino e n todo es t o, pe ro no tan fác ild m en te como lo narro ahora. s ino que lo hizo c om pe lido
y a regañad ie nt e s. con gran sudo r , má s aún po r e l calo r
q ue h abí a . En to nce s vi a lgo q ue n unca ha bta visto a no
les: T ras ím aco e n rojecí a. Ahora b ien. de spué s de que
h ubimos co nve nido e n que la ju s t icia es e xce le nci a y
s a bid u r ía y la inj u st ici a , en camb io. m a lo gro e igno rancia, d ije ;
- Bien, demos esto por establecido. Pe ro t ambié n hemas d icho q ue la injust icia es vigo rosa. ¿ Recuerdas, T rasímaco?
- Recuerdo - di jo-. Pe ro no estoy confo r m e co n lo
q ue aca bas de decir, y te nd rí a ba sta nt e q ue ha bl a r de
e e stas co sa s . Claro q ue si 10 h icie r a , bien sé que di r ías
q ue e st oy a r e ngando. De m odo que , o b ien me deja s h ab lar com o quier o, o b ien, si q u ie r e s pregu ntar, pre gunta , y yo te d iré «está bie n » -co m o a la s viejas q ue c uenta n le yenda s-c. a s int ie ndo o d is int ie ndo co n la c abeza.
- Pe r o de modo que, e n ni ngú n caso , se a en con tra
de tu pro pia o pinión.
- Del mo do q ue te p laz ca -d ijo-, pue sto q u e no me
per m ites ha b la r. ¿Qu ieres a lgo más q ue e s o?
-i En no m bre de Zeu s , na da más! Si obras a sí. h a zlo . Yo p re gunt a ré.
-c-Pr egun ta. pue s.
- Te pre gu nt a re lo que te acabo de p reg unta r , a fin
35 \11 de exam ina r la c uest ió n o rde nadame nte : c uá l e s la rela ció n e ntre la jus t icia y la in ju sti cia . H a ce un momen to ha sido d icho que la inj u stici a es m á s poderos a y
/
RE PÚBLIC A 1
97
más fuerte que la ju st ici a. Pe ro a ho ra, a ña d í, s i la ju st tci a es sa bi d u r la y excelenc ia. p ie nso que se m anifie s ta
fác ilmente m á s fu erte que la in j us t icia , pue s to que la
inj us t icia es ignora ncia: nad ie lo desco noc ería. Ma s no
deseo va le rme de a lgo ta n s im ple , Tr a s ím a co; prefiero
exam ina rl o de o tro modo: ¿d ice s que un Estado pu ede
ser inju sto e in ten ta r som e te r injus ta m en te a o tros Es- b
tad os - o habe rl os s om etido ya- , e incluso m a nten e r
som e t idos bajo s í m u chos Estados ?
- ¡Cla r o ! -c-co ntes tó-c-. Y el mejor Es tado, que es el
injus to , lo lleva rá a ca bo a nte s q ue n ingún o tro y del
modo m á s pe rfec to.
- Co m p rend o, porq ue é s ta e ra tu te si s -c-d ije-c-. Pe ro
res pecto de e lla exam ino lo sig u iente: el Es tado que llega a p revalecer so bre o t ro, ¿ ha de mantener ese pode r
sin ju sti cia, o le se r á fo rz os o con ta r co n jus ti cia ?
- S i fuera como tú acabas de d ecir, q ue la jus ticia e
es sabidu rí a, te ndría q ue con ta r con justic ia -e-respond ió- . Pero s i es como yo he d icho, co n in ju stici a .
- Estoy e ncant a do, Tr a slma co - di je yo-, porque no
te limi t a s a a se nt ir y dise nt ir c o n la ca beza . s ino que
t a m bién r e sponde s tan b r ill a ntemente.
- Lo ha go pa ra co m place r te - co nte s tó .
- y lo hac es m uy bi en ; pe ro a hora d ime es to, tamb ién para c o m pla ce r m e: ¿ te pare ce que un E sta d o o un
ejé r ci to, o u na ba nd a de pi r a ta s o de la d ro nes , o cua l.
q uie r o t ro gru po q ue se propus ie ra ha ce r e n com ú n a lgo injusto, podría te ner é xito s i comet ieran inj ust ici as
ent r e sí?
- No, por c ie n o.
d
-y si no la s co me t ie r a n ¿ser ia m á s probable que
tuvie ran é xito?
- Segur a m en te.
-En e fec to , T ra símaco, la injus tici a prod uce e nt re
los hombre s di sco r d ia s , od ios y dispu ta s; la just ici a , e n
c a mb io, conco r dia y a m ista d. ¿N o e s as í?
94. _ ·f
98
DIÁLO GOS
- Aceptémoslo - contes t&--, pa ra no disc u tir contigo.
- Pe ro haces m uy b ien. m i e xcele nte amigo. Y a ho ra
d ime esto: s i la obra de la injustici a es crea r od io all í
donde se e nc ue ntre, a l su rgir e ntre hombres lib res o
bien e ntre escl avos. ¿ no ha rá que se od ien y di sput e n
r e nt re s í, de modo que sean inca paces de hace r ju n tos
algo e n com ú n?
- Sin duda .
_ ¿ Y s i su r ge ent re dos pe r sonas? ¿ No d iscutirá n y
se od iará n y llega rá n a se r tan e ne migo s e nt re s i co mo
lo so n de los ju st os ?
-Si, llega rán a se rlo.
_ ¿ Y es ta pro p iedad la pe rde rá la injusti cia e n caso
de que surja e n u n so lo homb re, adm irab le Trasíma co,
o en nada disminuirá ?
-En na da di sminuirá -respond ió.
-Po r cons iguiente. sea que surja en u n E st ado. en
una fam ilia. en un ejército o en donde sea, aparece siempre contando con la prop ieda d de produci r , primera3'>2<1 mente, la inca pa ci dad de obrar en conjun to, a r aíz de
las dis putas y d iscordi as, y, e n segu ndo lu ga r, la e xiste nci a de u na e ne mistad tanto consigo mi sm o como co n
c ualq u ier ot ro y con el jus to. ¿ No es as í?
- Así es.
_ y c uando se e nc uent ra en u n solo hom b re, pie n so ,
producirá todas las ob ras q ue cor responden a su naturaleza. Pri me ramen te, la incapacid ad para ob rar, po niéndolo e n conflic to y e n desacuerdo consigo m ismo, y, e n
segu ndo lu gar, lo torna rá hosti l t a nto con sigo m is mo
como co n lo s ju sto s. ¿ No es acaso así?
-Sí.
- Ahora bien, t amb ié n los dioses son ju sto s, ¿ no , mi
a migo ?
-Que lo sea n - res pon dió.
b
REPÚB LIC A 1
99
- En tal caso, Tras ímaco, el injusto se rá hostil a los
d ioses, y e l j us to se rá a migo de ello s.
- Dis fr u ta del a rg ume nto si n te mor a mi réplica
- d ijo-. Pues yo no te he de con trade cir, pa ra no volve rme od ioso a t us a migos.
- y b ie n -c-prosegu t-c-, com ple ta lo que qu eda del festi n respo ndiéndome como hasta a hora. Pues los justos
aparecen como más sa bios, mejores y más capaces de
ac t ua r, m ie ntras los inju stos no pu eden hace r nada jun.
tos: y s i decimos que a lgunas veces, a un si e ndo inj u s- e
tos, hace n algo juntos en com ún y con vigor, no di remos
la verda d en ni ngún se nt ido. En efec to, s i fueran completamente inju stos, no se habrían abste n ido de enfrentarse e nt re sí, sino qu e evidentem ente anida ba en ellos
algo de jus ticia, lo qu e les im pe d ía atacarse entre s í
mi ent ras cometían injusti ci as contra ot ro s, y graci as a
ella ha n hecho lo que h a n hecho. Est o es, se han abocado a ob rar inju sta me n te cua ndo es t aban perjudicados
sólo a medi as por la injusti ci a , ya que los qu e es t uvieran com pletame nt e depravados y fuera n complet a me nte inj us tos no hub iesen podido hacer nad a. Qu e estas d
cosas sean así lo com p re ndo, pe r o no como t ú las ex pusis te a l co mie nzo. Ahora debe mos ex a mina r s i los jus-tos vive n mejor que los inj u st os y s i son más felices ,
que es lo q ue a nterio rme nte propu si mos. Por ci e r to, eso
pa rece cl a ro, a l me nos as í lo c reo, a pa rt ir de lo que
hemos estado d ici endo . No obs tan te, ha y qu e e xam ina rlo mej or, p ues no es un te ma c ualquie ra, si no q ue conci e rne a c u ál es el modo e n que se de be vivi r.
- Exa m ína lo, e ntonces -dijo.
- Lo e xam ina ré -c-respo n dí-c-. Dime, ¿ te parece que
hay un a fun ción pr op ia del caball o ?
,
- Me parece qu e sí.
- y lo que admites como fu nci ón del ca ballo, al igu al
que en c ualqu ie r otro caso , ¿ no es lo que sólo aqué l
hace , o lo que él ha ce mejor?
•
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100
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mÁLOGOS
-No co m prendo -a legó.
- Vea mus de es te modo: ¿puedes ver con otra cosa
que con los ojos?
-c-No, por cie rto.
- ¿ Y pued es oír con ot ra cos a que con los oídos?
- De ningún mod o.
- En ta l caso ¿se r ía correcto q ue d ijé ramos que ver
y o ír son funcione s de esos órganos?
- Cie rtame nte.
J 5la
-Ahora b ie n, ¿pod rías co rta r un sarm ien to de u na
vid con un cuc h illo o con un cincel o con ot ras he r ramientas an á loga s?
- ¡Si que podría !
- Sin e m b a rgo, me parece que con n inguna de ellas
s e podarla la vid tan apropiadamente como con un a pod ad era. qu e ha sid o fabricada pa ra ello.
-Es verdad.
- ¿Ad mitiremos. en consecuencia. que podar la vid
es funci ón de la podadera ?
- Adm itá moslo.
- Creo que ahora comprende rás mejor lo que te p regu ntaba hace un mom ento, c uan do inquiría si la fu nc ión de cada cosa es o no lo qu e sólo ell a cu mple o
lo que esa cosa c um p le má s a p ro piadame nte.
- Efec t iva mente, com prendo, y me parece que eso
b e s la fu nci ón de cada cosa.
- Bie n. ¿ Y no te pa rece que ha y una excelenc ia p ara
cada cos a q ue tiene asigna da una fu nci ón ? Pe ro volvamos a lo dicho a nt es: ¿ no decíam o s que los ojos t ienen
u na fu nci ón ?
- Sí, t ienen u na funci ón .
-¿Y no tienen los ojos también una excelencia?
- Ta m bié n.
-Pe r o a demás ¿habla una [unción de lo s oídos ?
I "'"C'-Sí.
.. "').¿ Y por co ns igu ien te, ta m bié n una e xcelenci a ?
-
, :t>
REPÚBLICA 1
101
- Sí, también.
- ¿ Y no s ucede lo mismo respec to de to das la s de más cosas?
- lo mismo .
- y bien, ¿acaso lo s ojos pod rían algu na vez c umplir adec ua da me nte s u fu nción, s i no c ue n ta n con s u
propia excelencia, s ino, e n su luga r, con un a fa le ncia ? e
- ¡Claro que no ! -ccontestó-c-. Ya qu e seguramente
qu ieres de cir que t ie ne n la ceguera en luga r de la
vista.
-Cualquíera que sea su excelencia - repliq ué-, pu es
tod a vía no p re gu nto esto, s ino si las cosa s que t ien en
una función la c um p len bien gracias a la prop ia e xcelencia, pero mal con su malogro.
- Eso es cierto.
- Por cons igu íen te, ta m bié n los oídos, privados de
su excelencia, cum plir á n mal su funci ón .
- Po r cierto.
-¿ Y aplicaremos a tod as la s cosas el mismo argu- d
me nto?
- Me pa rece que sí.
- Bien. Después de eso, debemos examinar lo sigu iente: hay fu ncione s del alma que ninguna otra cosa d ístt nta de ella podría c umplir. Por ejemplo, e l prestar ate nción, el gob e rnar, el deliberar y todo lo de esa índ ole:
¿se rá cor rec to qu e a trib uyamos estas funci ones a otra
cosa que a l al ma y d iremos que son prop ia s de és ta ?
- Las atribuire mos a l al ma.
- y respecto del vivir ¿diremos que es un a función
del alma?
- Cla ro, por en cima de tod o.
-¿El alm a tiene, por ende, un a e xcele ncia?
- Así es.
- ¿Y a lguna vez, Tra símaco, el alma cu m plírá bíe n t
sus funciones si está privada de su propía excele ncia,
o le será im posib le ?
102
- En efecto .
DIÁLOG OS
-Le . se rá imposib le.
-c-For zcso es, por co ns igu ie n te, gobe rn a r y presta r
a tención ma l con un alma mala, y, con un al ma buena.
hace r bie n t odas esas cosas.
- f o rzoso.
_¿ y no ha bfa mo s conven ido q ue la jus ticia es e xcele ncia. y la inju st icia ma logro de aqué lla?
chado. sino al ser feliz.
- El a lma jus ta. po r e nde. el hom bre ju sto. vivirá
bien: el inju sto , e n cam b io. ma l.
-Según t u argumen to - dijo- es manifiesto.
35....
- Pero preci samente q u ien vive b ien es feli z y b ie nave nturado . a l cont rario del que vive mal.
-Asl es.
- Por 10 tanto, el just o es feliz y el injus to de sdi ch ado.
- Adm it á moslo.
- Ahora b ien; no se obtiene p ro vecho al se r de sdi-
b
- ¡Cla ro !
- En tal caso, biena venturado Trastmaco, es más p rovechos a la j usticia qu e la inj u stici a.
-c-Bien, Sócrates -dijo-. ya tienes tu fe st ín para ho nrar a la d iosa Bendis.
-A ti te lo debo, Tra s tmaco -dije-, po r haber s ido
tan a mable conmigo y cesa r de irritarte. S i a pesa r de
eso no lo di sfruto , no es por tu causa , s ino po r la
mí a . En efec to, t al como los glotones e n gu lle n vor azmente cada nu e vo m a nja r que les s irve n, a n tes de sa borear el a nte rior de modo adecuado, así me parece que
yo, a n tes de h allar lo que debía mos e xam inar p ri me ramente, o sea, qu é es lo ju sto, lo he dejado de lad o y
me he a boc ado al e xa me n de s i lo ju sto es ign orancia
o sabid uría y excelenci a : y luego, a l ocur rt r seme la cu est ión de s i la injusticia es más prove chosa que la justici a, no he podido abstenerme de pa sa r del asunto a nte-
RE PÚBLICA l
103
ri or a és te; de modo que el result ado del di álo go es e
que a hora no sé nada. En efect o, pu est o que no sé qué
es lo j us to. mu c ho menos he de sabe r s i es excelencia
o no, ni s i quien lo posee es feliz o in feli z.
11
1574
Después de h a be r d icho estas cosas, c reía yo ha be r
pues to fin a la conve rsación; pero, al parec er, hab ía s ido só lo el prel udio. Glauc ón, en efecto, quien so lía ser
el más val e ro so de tod os, en esta ocasión no consintió
la retirada de Traslmaco y exclamó:
-c-Sócrates: ¿quieres que parezca que hemos que da b do co nvenci dos o que verdaderamen te nos conv enzamos
de que lo ju s to es mej o r que lo inj usto e n tod o se ntido ?
- Yo prefe riría e-contest é-e- conve nceros verdade rame nte, s i de m í dependie ra.
- En ta l caso - in sist ió Glaucó n- . no h aces lo que
qu ieres. Dim e, pu es: ¿ no c rees q ue hay una cl ase de b iene s que no deseamos poseer po r lo que de ell os resu lta .
si no que nos agradan por s í mis mos, tales como el regocijo y aq ue llo s place res inocentes . po r medio de los c uales nad a se p rod uce e n un mo me n to po st erior, sino sólo
el di sfrute de posee rl os?
- Creo que s í - respo nd í.
e
- Pero h a y biene s que a nhe la mos ta n to po r s í rmsma s corno por Jo que d e ello s se genera, tales como la
com pre nsión, la vis ta y la salu d. Esas cosa s, en efecto,
nos agrad an por am b os mot ivos .
- AsI es .
.
- ¿Advie rt es un a terce ra cla se de bienes, en la c ual
se en cue ntra n la práct ica de la gim nas ia, el tra t amiento
II.EPÚIH .lC A It
105
méd ico que reci be un enfe r mo, el ej e rcici o de la med id na y c ua lq u ie r ot ro ' modo de ga na r d ine ro? Pues de es ta s cosas diría mos que son pe nosas pero qu e nos benefici an , y q ue no las deseamos poseer por s í mi smas, J
s ino por los sa la rios y demás bene ficios q ue se gene ran
de ellas.
- Es cierto - repus e-, es un a terce ra clase de b ienes. Pe ro ¿y des pués que ?
-¿ En c uá l de esas t res cl ases - p regun tó- colocas
a la ju s tici a ?
- Pie nso - respondí- que ha b r ía que co loca rl a e n )58<1
la clase má s be lla, l.a de los bienes que a nhela mos tan to
por sí mi smos como por lo qu e de ellos se genera, al
menos para quien se proponga se r feliz .
- Pues la mayoría no opina así - dijo-. s ino que la
col oca en la clase de bienes penosos, que hay que cu ltiva r con mi ras a obtener salarios y a ganarse una buena
reputación, pero que, si fue ra po r sí mismos, habrla que
evitarlos, por ser des agrada b les.
- Ya conozco esa opinión -dije -, y hace rato que,
en base a ella, la justicia es ce nsurada po r T rasímaco
y alabada e n camb io la inju st ici a . Pero yo he sido lerdo
en darme cue nta , según pa rece.
-Escúchame, entonces -dijo Glaucón- , pa ra ver b
s i es tás de acue rd o conmigo; pues T ras lmaco , me parece , se ha re ndido de mas iado p ronto, e ncantado po r t i
como po r u na se r pie n te. Pero aú n no se ha hec ho una
ex posición de una y ot ra a mi gusto. Deseo esc ucha r.
e n efecto. qué e s cada una de e llas y qué poder tien e n
por s i m ismas a l es t ar en el a lma, con indepe nd encia
de los salarios y de las consec ue nc ias que d e r iva n d e
ellas. Es to es lo que haré, si tú estás de acue r do: re tom aré el a rg umen to de T r-asfrn aco, y primeramente te e
di ré qu é es lo que se dic e 'qu e es la just ici a y de dónd e
se ha originado; en segundo luga r , cómo todos los qu e
la c u lt iva n no la cult ivan volunta ri a mente s ino po r ne-
106
de
DIÁLOGOS
ce sldad . pero no por se r para ell os un b ien ; y en te rc er
lu gar. po r qué es natural que ob re n así . ya que dic en
que es mu c ho mejo r el mod o de vivir del inj usto q ue
el del j usto. En lo que a m í conci e rn e. Sócra tes, no s oy
de esa op inió n. pero tengo la d ificult ad de que los oídos
se me at u rden al escuc ha r a Tra símaco y a mu chos otros,
e n ta nt o que de nadie he escuc ha do el argumento q ue
d quisie ra o lr e n fa vor de la just icia y de s u su pe r io ridad
sobre la injusticia. Desea rl a escuc har un elogio de la
ju stici a e n s i m isma y po r s i m ism a; y creo que de ti.
c u alq uie r o t ro, podrí a a prende rlo. Por eso
m ás que
habl aré poni endo tod a s mis energías en defender el modo de vida del inj us to; y después de ello t e mostraré
de qué modo qui sie ra oírte censurando la injust ici a y
al ab an do la jus t icia . Pe ro ahora mi ra si te place lo que
digo.
- Más que cualquier ot ra cosa -c-respcndí-c-. ¿ Hay
e acaso a lgo sobre lo cual alguien con sentido com ún
goza r la más al hablar y esc uchar u na y otra vez?
- Perfectame nte - d ijo Glaucón-; óyeme ha b la r sob re aque llo que afi rm é que lo haría e n pri mer lu gar:
cómo es la jus ticia y de dónde se ha originado. Se di ce,
en efecto. que es po r n a turaleza b ue no el come te r inju stici as, ma lo el padecerla s, y que lo malo del pa decer
injus t icias s upe ra e n muc ho a lo bueno del comete r la s.
De es te modo, c ua ndo los hombres come ten y padecen
inj us t ici as e nt re s í y expe r imenta n a m bas s it ua ciones,
JS9<l aque llos que no puede n ev ita r una y elegir la ot ra
ju zga n ve ntajoso conce r tar ac uerdos e n tre unos hom bres y otros p ara no com ete r injust icias n i sufri rlas.
y a part ir de allí se comie nzan a im planta r leyes y co nvencione s m utua s, y a lo presc rito por la ley se lo lla m a
' legíti mo' y 'justo'. Y éste , d ice n, es el ori ge n y la esencia de la ju st ici a, que es a lgo int e r medio ent re lo m ej or
- que se r ia come te r injusticias impunemente- y lo peor
- no po der desquitarse c ua ndo se padece injusticia-;
R EP ÚB LIC A 11
107
po r ello lo j usto, qu e está e n el med io de a mbas situaciones , es deseado no como un bien, s ino estimado po r b
los que carecen de fue rza para come te r inju st icias; p ues
el q ue pue de hace rl as y es verd aderame nt e hom b re jamá s co ncer taría ac uerdos para no comet er injus ti ci as
ni pad ece rl as, sa lvo que es t uvie ra loco. Ta l es, po r cons igu iente, la natu ra le za de la jus t ici a, Sóc ra tes, y las
s it uaciones a pa r t ir de las c ua les se ha o rig inado, segú n
se c ue nta.
Vea mos a ho ra el segu ndo punto: los q ue c u lt iva n la
jus t ici a no la cultiva n volun ta ri a me nte sino por im pote nci a de come te r injustici as. E s to lo percibiremos mejor si no s imaginamos la s cosas d el sigu iente mod o:
de mo s tanto al jus to como al injusto el po der de hace r e
lo que cada uno de ellos quiere, y a con ti nu ación s lgámos los para observar adónde conduce a cada uno el
deseo. En tonces so rp renderemos a l justo to mando el mismo ca mino q ue el injus to, movido por la codicia, lo qu e
t oda criat ura pe rsigue por natu raleza como u n b ien, pe.
ro q ue por convención es vio len tamente de splaza do hacia el res pe to a la igual dad . El poder del qu e hablo seri a efect ivo a l máximo s i aquellos homb res adqu irieran
un a fuerza tal como la que se d ice que ci e rt a vez tuvo
Giges, e l a nte pasado del lidio. G iges era u n pasto r que d
se r vla al en tonces rey de Lid ia . Un día sob re vino u na
gran tormenta y u n te r remoto q ue rasgó la tie r ra y produjo un a bis mo e n e l lu ga r e n q ue Giges lleva ba el ga nado a pa s torea r. Asombrado al ve r esto ; desce nd ió a l
a b is mo y h all ó, entre otra s ma r avill as que narra n los
mi to s, un ca ballo de b ro nce, hueco y con ventanillas,
a t ra vés de las c uales d ivisó adentro un cadá ve r de tao
m año más gra nde qu e el de u n hombre , segú n parecía,
y que no t en ia nada e xce pto un a nillo de oro en la t
mano. Giges le quit ó el anillo y salió del a bismo: Ahora
b ien, los pas to res hací an su reunión habitua l para da r
108
m ÁI.OG OS
al rey el in fo rme mens ua l conce rn ie nte a la haci enda
cua ndo llegó G iges lle va ndo el an illo. Tras se n tarse e n :
t re los demá s. ca sualme n te volvió el e ngaste del an illo
haci a el inte r ior de su ma no. Al s uceder es to se tornó
360<1 invis ib le pa ra los que esta ba n se ntados a llí. quienes se
pus ie ro n a ha blar de él como s i se hu b ie ra ido . Gige s
se asom bró , y luego. e xam in a ndo el a nillo. dio vuelta
el e nga s te haci a a fue ra y tornó a hace rse visi ble. Al adver t irlo. e xpe ri mentó co n el a nillo pa ra ver s i te nía ta l
propiedad. y co mprobó que así e ra : cuando gira ba el
engas te h aci a adentro, s u dueño se hací a invis ible, y ,
cua ndo lo giraba ha cia a fuera. se hacía visible. En cuanto
se hubo ce rcio ra do de ello, maqu in ó el modo de forma r
parte de los qu e fu e ron a la residencia de l rey como
b Inf orman tes: y una ve z alli se d ujo a la reina, y con
ay u da de ella mató al rey y se a poderó del gobierno.
Por consigu ie nte, s i ex is t iesen dos a nillos de esa índole
y se o to r ga ra uno a un hombre justo y otro a u no injusto, segú n la opin ión co m ún no habría na d ie tan íntegro
qu e perseverara firme me n te en la just icia y sopor ta ra
e l a bst enerse de los bienes ajenos , s in toc a rl os, cuando
po d r ía tanto apode rarse im pune me nte de lo q ue q uis ie e ra del me rcado, como. a l e ntra r e n las casas, acost a rse
con la m uje r q ue prefir ie ra, y ta nto mata r a unos como
lib ra r de las cade na s a otros, segú n s u volun tad, y hace r tod o como s i fue ra igu a l a un d ios ent re los homb res. En es to el homb re jus to no harta na da difere nte
de l injus to, s ino q ue a m bos ma rcha rí an por el mi smo
cam ino. E incluso se d ir ía qu e esto es u na im portante
prue ba de q ue nad ie es ju st o volun ta r ia mente, s ino forzado, po r no co ns ide rarse a la justicia com o un bien
individua l. ya q ue allí do nd e cada uno se c ree capa z
d de come ter inju s tici as , las co mete. En efe ct o , t odo hombre piensa q ue la injus tici a le brin da m uc has más ve nt ajas individua les que la ju s tici a , y es tá en lo ci erto ,
si habl a de acue rdo con es ta teorí a. Y si algui en, do tado
REPÚB LICA II
109
de tal poder, no q u is iese nu nca cometer inju st icia s n i
ec ha r m a no a los bie nes aje nos , seria cons iderado po r
los que lo vieran como el hom b re má s desd ic hado y to nto. a u nq ue lo elogia ra n e n público, e ngañá ndose as í mutuame n te po r te mor a padece r injus t icia . Y es to es todo
sobre es te p un to.
En c ua nto a l ju icio sobre el modo de vid a de los dos
hom b res que hemos descri to, po ndremo s a parte al más
ju sto del más inju sto; de ese modo podremos juzga r cor rectamente. ¿Qué clase de separación efec t ua re mos ?
La s igu ie nte: no quitaremos al inju sto nad a de la injusti ci a, ni a l ju sto nada de la justici a , s ino qu e s upo nd remo s a uno y otro perfectos en lo que hace a l comportamiento que les es propio. E n primer luga r, e l hombre
inju sto ha de actuar como los a rtesanos expertos . El
mejor piloto o el mejor médico. por eje m plo, discrim inan lo que es imposib le de lo qu e es posibl e, en sus
re spectivas artes, para intentar la e m p resa e n el ú lt imo 361"
caso , abandonarla en el pri.m ero. Incluso s i e n a lgún
se nt ido dan un pa so en fa lso. so n ca paces de e nmendarlo. De es te modo, e l hombre inju st o in te ntará come te r
delitos co rrec ta me nte, esto es, s in se r desc ub ie r to, s i
qu ie re ser efec t ivame nte injusto: e n poco es te nido quien
es sor p re nd ido en el acto de delinquir. ya qu e la más
alta inju sti ci a cons is te en pa rece r j us to s in se rl o. Que
se confie ra al que es pe rfect amen te injust o la perfecta
inju st ici a, s in qu ita rle nad a, pe ro a la vez qu e se conceda al q ue come te las mayores injus t ici as la mejo r re put aci ón que, en cu a n to a just icia, se le pueda procu rar.
y s i da un paso e n falso, q ue lo pueda enmenda r y b
se r ca paz de ha blar de mod o que co nve nza de su inoce ncia s i es den u nciado en alguno de sus de litos; o bien
ha cer vio le ncia cuantas veces sea nece sa ri a la vio lencia, por medio de su fuerza y su co raje, o por med io
de sus amigos y de la fo r tuna que se haya p r ocurado.
Una vez supue sto semeja nte hom b re, coloquemos e n teo-
I
110
DIÁLOGOS
rt e. j unto a é l al homb re justo. s im ple y no b le. que no
qu iere. a l deci r de Esqu ilo. parecer bu eno s ino se rl o ' .
hay que quitarle la a pa r ie ncia de ju sPor
e to; pues SI parece que es justo, s u apariencia le repo r tará honores y recom pe n sa s, y luego no queda r á e n cla ro
si es just o con mi ras a lo just o o con mir a s a la s recompe nsas y hon ore s. Des poj émoslo de todo. pues, exce p to
de la j ust icia . y conci bá moslo en la cond ici ó n opues ta
a la del ante rior: que, sin cometer injus tici a, pose a la
mayor reputación de inj usticia. a fin de que, t ra s ha be r
sido pues ta a prueba s u consa gración a la j us tici a en
no ha be rse abla nd ado por caus a de la ma la re pu tación
y de todo lo q ue de és ta se deriva , pe rma nezca inal te ra d b le ha st a la mu e rt e, pareci endo toda la vida injusto a un
s ie ndo justo , De es ta sue rte, lle gado s a mb os al punt o
ex t remo, de la justici a uno, de la injusti cia el otro se
po drá ju zga r cu ál de ellos es el más feliz.
'
- ¡Es maravilloso, que r ido G lau cón -c-ex cla m é-; e l
modo vigo r oso con q ue has pu lido a es tos d os ho mb res
'
como si fu e ran est atuas, para poder juzgarlos!
- Hag o lo mejor que pu edo -respondió-. Y me pa rece que, por se r a mbos de tal índole , no ha y d ific ultad
alguna e n desc ri bir q ué cl ase de vida ag ua rda a cada
e un o. Hable mos, pue s. y si lo que di go result a chocan te
Sócrates, no piens es qu e so y yo quien hab la, sino aq ue 110s qu e alaban a la injus t ici a por sob re la jus ti ci a .
Ellos dirán que el ju st o, tal como lo hemos prese ntado ,
se rá azo ta do y tortura do, pu e s to e n p ri sión, se le q ue3624 rua rán los ojos }', t ra s pad ece r tod a cl a se de cas tigos
empa lad o . y recon oce rá q ue no hay que quere r se :
smo parecerlo. En ese caso lo dicho por E squ ilo
se na m ucho má s correcto s i se refi ri era al inj u sto. En
1
:'>iel e con/ Fa Teba s 592: «pu",s (Anfiaro) no quiere pa recer el mejOr SIOO se rlo _. Pocas line as m ás a bajo, en 36 2a-b, Plat ó n
ella los verso s 593.594.
R EPUB Ll CA It
11 1
efecto, d irán que el inj u sto es el q ue e n rea lid ad se ocupa de lo s u yo a teniéndose a la verdad y no viviendo segú n la a pa r ienci a : no qu ie re pa rece r injusto s ino se rl o,
cosechan do en los su rcos pro fun dos que atraviesan su
[corazón,
de do nde brotan sus nobles propósitos,
b
En pr imer lu ga r. a l pa rece r que es un ju sto , gobie rna
en el Es tado; des pués, se casa a llí don de le plazca, da
sus h ijos en matr imonio a quie nes pref iera, y se asocia
concerta ndo contra tos con quienes de see; y saca ventaja de todo esto, e n c uan to a prove cha el obrar injustamente si n tener esc rú pu los. Cua ndo e nta b la una contienda e n forma privada o pública , predomina y supe ra
a su s adve rs a ri os. y a l obtener ve ntaj a se enrique ce y
puede ben eficia r a s u s a mi gos y pe rju dicar a su s ene - e
m iga s, as í como ta mbién ofrece r sacri ficios a los d ioses, consagrándoles ofre ndas e n forma adecuada y magn ífica, y puede honra r a los di oses y a los hombres q ue
quiera, mucho más que el justo; de modo que, con toda
p rob ab ilid ad, le cor respo nde se r má s amado po r los dioses que e l justo. Así d icen, Sócrates, que el homb re injust o es p ro vis to ta nto por los d ioses como po r los ho mbres pa ra llevar una vida mej o r que la de l ju sto.
Una vez quc Gla uc ón dijo es ta s cosas, me propuse d
responderle, pe ro su hermano Adim anto me pregu ntó:
-¿ Tú no c rees, Sóc ra tes, que el te m a ha q uedado
su ficie nte me nte e xpuesto, verdad ?
-¿ Qué? ¿ Hay algo m ás a ún? -c-exclam é.
- Lo que no h a s ido expue s to es lo que e ra más necesar io e xponer - respo nd ió.
- Pues b ien -dije- , como d ice el p ro ve r bio, q ue el
herma no a yude a l he rmano; de modo que, s i a t u herman o le fa lt a algo , ac ude e n su s oco r ro . Au nque lo e xpues to por él h a s ido su fici e nte p ara abatirme y torna rme incapaz de salir e n auxilio d e la ju sti ci a ,
112
DIÁLOGO S
e
- No es ci e rto lo q ue dices - re plicó Ad ima n to- ,
a ún tie nes q ue oí r mas, pues es necesa ri o que e xam inemos los a rgume ntos o pu es tos a los que e nunció Gla ueón: los de q uie nes a jaba n la j us t icia y ce nsuran la injus t ici a. pa ra que resu lte más cl aro lo que me parece
que re r deci r Glau cón . Los pa dres dice n y e xho r ta n a
363a s us h ijos c uá n necesa ri o es ser j us to -y cuan tos ve la n
por alg u ien-oaunq ue no es po r si mi sma por lo que alaban la jus tici a . s ino por la bu ena repu tación q ue de ella
se de ri va . con el fin de q ue, a l pa rece r q ue se e s ju st o.
se obtenga n ca rgos, casam ie ntos conve nie nt es y todo lo
que Glaucón acaba de desc ri b ir. cosas qu e co r responde n a l jus to por su b ue na reputa ció n. Y en cues ti ón d e
fama. va n m ás lejos en sus a rg umentaci ones. Afirma n ,
en ef ect o, q ue , al gozar de b uena re pu tación a nte lo s
dioses, cuen tan con lo s ab undantes bienes que, según
dic e n, los dioses confie re n a los qu e los reve rencian .
As í el nob le H es íod o ha bl a co mo H ome ro . Hes íod o afi rma que los d iose s hacen, pa ra los ju stos, que los
b
robles
porten bello tas en sus copas y abejas en el medio
y las ove ías est én cargadas de lana 1
y mu chos otros bien es q ue se añ ade n a éstos. Y en fo ro
ma s im ila r se e xp resa Hom ero:
Tal como la glo ria de un rey irreprochable y tem eroso
[d e los dioses,
qu e mantiene recta justicia. la negra tierra le apo rta
e trigo y cebada, m ient ras fas árboles se cargan de frutos,
el ganado pare S ¡'1 cesar y el ma r 10 p rovee de peces l.
¡
HEh fUlJo , Trahaíos y J){a$ 232·234,
1 Od. XIX 109· 113. P]¡.ló n um ite, ,,,, el ver so 110, <q ue im pera s ohre mu cho s y
varones _.
RE PÚB LI CA 11
113
Muse o y su hijo , po r s u parte, conceden a los justos,
de parte de los di oses, bienes má s res pla nd eci e ntes que
los de Ho me ro y H esíodo. Segú n lo que se na rra, e n
efec to, (os lleva n al Had es, coronadas s us cabe zas, le s
p repa ran u n ba nq ue te de sa ntos y les hace n pas a r tod o d
el t iem po e m b r iag ados, con el pe nsamiento de q ue la
ret r ibució n más be lla de la virtud es una borrac hera
e te rn a. Y o tros prolongan más a ún que ello s las recomo
pe nsas con que los d ioses ret ri b uye n: dicen q ue , t ras
el varón p ío y fie l a sus juramentos, quedan h ijos de
s us h ijos y, de allí en adela nte , toda un a es t irpe . Es ta s
y ot ras cosas an á loga s refie ren e n favor de la just ici a.
En c ua nto a los sacrí legos e injustos, en cambi o. lo s
su me r gen en el fango en el Hade s y los obligan a lleva r
agu a en una c r iba ' , h acié nd olos portado res de mala
reputación mient ras vive n y de t od os los cast igos que
Gla ucón de scribió respecto de los justos qu e h an adquirido fa ma de inj u s tos; y estos castigos -y no otrost ie ne n e n c ue nt a al hablar acerca de los injust os. Ta l
es el elog io y ta l la censura de la justicia y dela injust icia.
Cons idera, ade más, Sócrates , otra especie de d iscu rsos res pecto de la just icia y de la injus ticia, d ichos ta nto po r poeta s como por pro fa nos. Todo s a u na voz, en 36<4a
efecto, ca n tan a la sob riedad y a la just ic ia por se r a lgo
be llo, a u nque tambié n di fícil y pe noso; la lnte rnpe ra ncí a y la inj u st icia, e n cambio, son a lgo ag radable y fá ci l
de adqu ir ir , ve rgonzoso sólo para la opin ión y la conven ción. Af irma n que la inju sti cia e s más vent ajosa, po r
lo gen e ral, que lo just o; y que los pe rve rso s son r icos
• Alus ió n, segú n ADAM y el LSJ , al casti go de las Da naid es, q ue
es mencio nado por p ri me ra vez en e l pse udo -pla tón ico Ax{oc n 371e (GIl'
1 H MIE, Uri eo y la religió n griega, trad. J . V AL M AMD , Buenos Aires, 1970,
pág. 192, n. 10). S in la refe re nci a a las hija s d e Dáuao se ha lla ya
e n Gorgias 493b.
94. - 8
114
DIÁ LOG OS
tam bién en abun dancia se puede olcanrar a la pe rve rtsidad
fácilmente; el cam ino es liso )' ella mora muy cerca .
y cuentan con otros poderes, por lo cual est án di spuestos a co ns ide ra rlos felices y a ho n rarlos ines crupu losamen te, t anto e n público como e n privado. y a subest ib mar e ignorar a q uienes son débiles y pobres. aun
cuando reconozcan que és tos son mejores que los ot ros.
Pe ro los re la tos qu e c ue ntan acerca de los d ioses y de
la exce lencia so n los más asombrosos de todos : los d ioses han acordado. a la mayoría de los bu en os, infort unios y una vida desdichada. e n tanto que a los malos
la sue rt e contra r ia. Sacerdotes mend ica ntes y ad ivinos
acuden a las puertas de los ricos. convenciéndol os de
que han sido provistos po r los d ioses d e u n poder de
reparar. mediante sacr ifici os y encantamientos acamo
e pañados de fe stines placenteros. c ualqu ier delit o com etido po r uno mismo o po r sus antepasados; o bien, si
se quiere dañar a al gún ad versario por un precio reducido, trátese de un hombre justo lo mismo que de uno
inju sto, por medio de encantamientos y ligaduras mágicas, ya que -c-según afirman - han persuadido a los d ioses y los ti enen a su se rv ici o. Como testigo s de todas
est as narraciones ponen a los poetas. Unos confieren 1
a la maldad fácil acceso, de mod o que
d
Fren te a la e xce lencia, e n ca m b io, los dioses han im puest o e l sudor ", y un cam ino la rgo y escarpad o.
Ot ro s in voca n a Home ro como te sti go de la persuas ió n
de los dioses por los hombre s, po r que tamb ién él di jo:
1 Aq u l no .. a parta mo s de Adam y segu imos los man uscritos. c on
Bu rne r.
• Traba jas y Dlas 787·789. Au nqu e en el te xto de Hesíodo la t radu cción más co nve ntemc de areN! pa re ce se r la de Pao la víc ncno. «é xi.
to o. seguimo.. la interpretación de Pla tón como «excele ncia •.
R EPÚB LIC A JI
115
los dioses mismos son tam bién accesi bles a los ruegos,
po r m edio de sac rificios y tiernas plega rias,
con libaciones y aroma de sac ri ficios los conmueven e
[los hombres
que imploran, cuando se ha cometido alguna transgresi ón
[o algu na falta r.
Provee n. po r otra pa rt e, u n fárrago de libros de Mu seo
y de Orfeo. descendientes de la luna y de la s Mu sas,
seg ún afirman, y llevan a cabo sacr ifici os de acue rdo
con ta les lib ros. Y persuade n no sólo a individ uos s ino
a Estados de que, por medio de ofrendas y jue go s de
p lace res, se producen tanto absoluciones como pu r ificaciones de c rí mene s, tanto mientras vi ven como in - 36Sa
c1uso tras ha be r muerto: y a es tas co sa s la s llaman ' inici aciones', que nos libran de los males del más a llá . A
los que no han hec ho esos sacrificios, en camb io, agu a rdan cosas te rribles.
Si se cu e nta n todas est as co sas, de talíndole y ta nta
cant idad, ace rca de la excelencia y del mal ogro. as¡
como del modo en que hombres y d ioses la s es t ima n,
mi que r id o Sóc rates -aña d ió Adimanto-, ¿cómo pen o
sa re mos q ue, una vez escuchadas, afec tarán las almas
de jóvenes b ien dot ados y capaces de revolo tear, por
asl decirlo , de u na a otra sob re todas estas leye ndas,
y de in fe ri r de ellas de qu é modo se ha de se r y por h
dónde ha y que e ncami na r la vida para pa sarla lo mejor
po s ible? Pro ba bleme nte, s igu ie ndo a Pínda ro , se dirá a
si mis mo aque llo d e
J En e pa s aje de la ex hortación de Fé nix a Aquil es en ti. IX
497-501, cita d o de memoria a qul o no, gu a rd a algu na s dife re ncias con
los Mss. d e Ho mero. de las cuales la má s not abl e se h a lla en el v.
49 7, don d e el adje tivo Slrepto( (emud a bles de á nim os} es sus t itui do
po r e l extra ñ o voc ablo íistot (trad ucimos . a cces ih les a los rueg os - ).
Es om itido e l v. 498, ele virt ud, la fue r za y la hon ra de e llos es much o
mayor. ,
DIÁLOGOS
¿por cuál de las dos vías ascenderé a la al ta ciudadela,
por la jus ticia o po r las trapace rías to rtuosas ',
Fr . 213
(90 d e origen i n ci ert o, PUECH).
para atrincherarme a lll y as l pa sa r toda la vida ? Pue s
se me dice que. si soy justo re al ment e y no lo parezco .
no obtendré ventaj a algu na. sino penas y cas tigos man ifie stos; en ca mb io. si soy inju st o y me p roveo de u n a
reputación de pract ica r la jus tici a. se d ice que lo q ue
me espera es una vida di gn a de los dioses. Ahora, pue se lo que. segú n muestran los sabios. elparecerpreya lece
sobre la _verdad y de cid e eo cu_a nto a la felicidad, deb o
abocarme por-entei--ü--aeso!i He de trazar a mi derre dor
una fachada -extei' io r-que-forje un a ilusión de virtu d. y
arrastrar t ras de mí al astuto y su til zorro de l sapient ísimo Arqu lloc o. " Pero », dirá algu ie n, «no siemp re es fác il
al ma lo pasar inadvertido », Por nuestra parte re sponderemos que nada de enve rgadu ra es de fác il obtención. No
d obs ta nt e, si hemo s de ser felices. debemos marchar por
el ca mino q ue trazan los pa sos de est os argumentos.
En cuan to a lo de pa sa r inadvert idos, nos reuni rem o s
en liga s sec retas y hermandades: y hay mae stros que
ens eña n a pe rs ua d ir med iante un a sabi du ría adecuada
a las asamb leas po pu lares o a las cortes judi cia les. Co n
estos rec u rsos persuadire mo s en a lgu nos casos. en o tros
eje rceremos la violencia, para p revalece r sin sufrir castigo.• Pero no es posibl e ocultarse de los d iose s ni ha cerles violencia.» Ahora b ien, si los dioses no ex is ten
o no se mezcl an en los hechos human o s, ¿por qué preoc uparse en ocu lta rnos de ellos? Si exis ten y se pre ocupan po r no sotros, no sabe mos de e llos ni h em os oído
nada qu e proceda de a lguna ot ra pa rte qu e de las leyen das }' de los poetas q ue han hec ho su genealogía : lo s
m is mo s poetas que d icen q ue los d ioses so n de tal Indole que se les pu ed e h ace r mu da r de opi ni ón convencién 5
R EPÚ BUCA 11
117
dolos «po r me d io de sac r ificios y ti ern as plegarlas - y
ofre ndas . lI ay q ue c reer a los poe ta s en ambos pun tos
o en ningu no d e e llos. Si hemos d e creerles, debe mos
ob rar inj us ta me nte y hace r sacrificios po r los crí me nes
cometidos . Cie r ta mente. si somos jus tos no sufrire mos
cas tigos de los dio ses, pe ro rechazaremos las ga nancias
de la injus ticia. Si somos injustos, en ca mb io. obt end rema s esas gana ncias y, cuando co meta mos transgresiones o faltas. implorando pe rsuadiremos a los d ioses para evitar se r cas tigados. Se nos di rá : «Pero en el Had es
exp iaremos la cu lpa de los delitos que hem o s come tido
en esta vid a y. si no nosot ros. al m enos los hijos de nuestros híjcs. » «Sin embargo, mi am igo ». responderá haciendo sus cá lcu los , «es mucho lo que pued en las 'iniciaciones' y los dioses absolutorios. seg ún afirman los
Es tados m ás importan tes y los h ijos de dioses, con ve r- b
tidos en poetas y en intérpre tes de los dichos divinos.
quien es h an revelado qu e es tas cos as so n así».
En tal ca so, ¿qué razón no s llevarla aú n a preferi r
la justicia an tes que la máxima injusti cia. si podemos
practicar és ta con un di sf raz .de res pe tabilidad y obrar
a nuestro gusto tanto en lo co nce rn ien te a los dioses
co mo a los hombres. tal como lo afirm a no só lo la mulo
t itud sino ta mbién la éli te ? Pues b ien. Sóc ra tes. u na
vez d ich as es tas co sas . ¿por qué artificio es ta ría di s- e
puesto a venera r a la ju sticia a lgui en que co ntara co n
algún pod er me nt al o físi co, o con riquezas O nob le linaje, en lugar de echarse a reír a l oír que se la elogia ?
Porque incluso si algu ien pudiera demost ra r q ue es fa lso lo que hem os d icho y tuvi ese un co nocim ie nto satísfacro r ío de q ue la ju st icia es lo mejor, rendrta m ucha
indu lgencia con lo s ho mb re s injust os y no se encoler izaría con ellos: sabr ía que sólo por inspiración di vina
a u no le repugna come ter injusti cia. o bi en qu e s e abstiene de ello por haber teni do ac ceso a la ciencia; pero
que, en los dem ás casos, nadie es justo voluntariame nte d
118
DIÁLOGOS
y que sólo por coba rdía. por vejez o por cu alqu ier o t ro
t ipo de debilidad, ce ns u ra la acción inj u sta , al ser incapaz de llevarla a cabo . Que es as l es evidente. ya que
el prim e ro de tal e s censore s q ue acceda al poder será
el primero en cometer injust ici a s tanto cua nto le sea
posible. Y la ca usa de todo es to no es otra que aquello
de lo que partió el argumen to que Gla ucó n, aq uí presente, y también yo, te expo nemos a ti. Sócrates. a sabe r:
. Admi ra b le am igo : entre t od os cuantos recomendáis
e la jus t ici a. comenzan do po r los héroes a nt iguos cuyos
discu rsos se han co nse rvado, has ta los de los hom b re s
de hoy en d ía . jamás a lguno ha cens u rado la inju st ic ia
o ala bad o la jus t ici a po r ot ros mot ivos que la reputación, los hono res y dádivas que de ellas de ri va n . Pero
en cuan to a lo que la ju sti ci a y la injusticia son en sf
mism as , po r su p ropio poder en el interior del alma q u e
lo pose e, oc ulto a diose s y a hombres, nadi e jamás h a
d emost rad o -ni en poe s ía ni en pro sa - que la injustici a es e l má s gra nde de los male s que puede a lberga r
el alma dent ro de si mis ma, ni q ue la just ici a es el
367<1 su pre mo bien . Pu es s i desde un com ienzo hu bi erais
hablado de este mod o y desde n iños hubiésemos s id o
persua d idos po r tod o s vosot ros, no tendríamos que vigila r no s los u nos a los otros pa ra no comete r injus ti ci as , s ino q ue cad a uno de nosot ro s se rí a el pro pio
vigilan te de s i m ismo, temeroso de que, al come te r in ju s tici a , qued a ra conviviendo con el peor de lo s mal es. »
Esta s cosas, Sóc ra te s, y pro ba b lemen te m uchas otras
m ás las podría decir Trasl ma co o cua lquier otro a propós ito de la jus ticia y de la injusticia, in vir t ie ndo grose ra mente, me parece, la propiedad de una y otra. En lo
b qu e a m i re specta, me s ien to ob li gado a no ocult arte
nad a. Si ha bl o co n tod a la vehemencia que me es posible, es porque deseo escuchar de ti lo con t rario. Por
10 tant o, no s6 10 debes demost rar con tu argumento que
la ju st ici a es su pe rior a la injusti ci a, sino qué produc e
\
REP ÚBLICA 11
11 9
'.
- el ma l en un ca so, e l bien en el o t ro - sobre su portador cad a una po r sí so la, despo jad a de s u re pu taci ón,
tal como G la ucón rec lama ba . En efec to, s i no su pr imes
en a mbos casos la re pu tación ve rdade ra y añades en
ca mb io la fa lsa. di remos qu e no el ogias lo ju s to s ino
lo qu e parec e ser j usto, y que no cens u ra s lo q ue es e
inj us to s ino lo que pa rece se r in justo, y que recom iendas se r inj us to ocu lta me n te . Y también , que es tás de
ac uerdo co n Trasímaco en que lo justo es u n b ie n aj en o
para qu ien lo practic a, ven tajoso para el más fu er te;
lo inj ust o, en cambio, es vent aj oso y ú t il en si mis mo,
pero de s vent ajoso par a el más d éb il. Has conven ido en
que la justicia es uno de los. b ienes su premos, o sea,
de tos que merecen ser poseídos por las consecuencias
que de ellos se derivan, pe ro mucho más por s i mismos,
como, por ejemplo, ver, escu char, comprende r, est a r
sano. y to dos aquellos bien es gen u inos por su natu rale- d
z.a y no por lo que se ju zgue d e ellos . Elogia. pues, la
justi ci a por lo que por medio de ella se benefi cia el q ue
la posee - m ient ras se perjud ica por la inj usti cia- , y
deja a o t ros el encom io de hon ores y recompensas. Yo
adm it irl a que ot ros e logiaran la justicia y cens u ra ra n
la injust ici a de ese mo do, así como que a labaran o vitupera ran los ho no re s y recom pen sa s correspo nd ien tes,
pero no qu e lo haga s tú, salvo q ue lo ordenes, ya q ue
has pas ado toda t u vida examin ando só lo es to . No só lo e
debes de most ra r con tu a rg ume nto , po r ende, qu e la
j us t ici a es s upe ri or a la inju s ticia, s ino q ué produce
- el b ien en un caso, el ma l en el o tro- sob re el portador cada una po r si sola, pas e inadve rt ido o no a los
homb res y a los d ioses.
Yo s iempre habla admirado las do tes nat u ral es de
Glau cón y de Adi manto, pero en esta oc as ió n, t ra s escu36 8a
cha rlos, me regocij é m uc ho y exclamé:
- Oh, hijos de aquel varón, con razón el amante de
Gla uc ón os ha di stingu ido a propósito de la ba tall a d: ,.).
120
DIÁLOGOS
Mega ra . c ua ndo dice a l com ie nz o de la eleg ía qu e
com pu so:
hijos de Ari slón, lin aje divino de un varón renom brado.
y es to, mi s amigos. me pa rece b ien d icho. Sin duda habé is e xpe rimen tado a lgo divino. pa ra que no os hayái s
persuadido de q ue la injustici a es mejor q ue la justici a ,
cuando sois ca paces de ha b la r de ta l mod o e n favor d e
esa tesi s. Y me dais la im presión de que rea lme nte no
b est áis persuadidos de e lla. Pe ro el juicio me lo forme
a partir de vuestro modo de se r , ya que, s i me a t uviera
a vues tros argumentos, de be rí a desconfia r de vosotros.
Ahora bien. c ua n to má s confío en vosotros, tanto más
siento la dificultad respe cto de lo que d ebo hace r . Pue s
ya no sé co n qué recur so s c uento, y me parece una tao
rea imposib le. Señal de eso es, pa ra mi, que cuando creía
de mos t ra r, a l ha bla r a Trasímaco, qu e la justicia es mejor qu e la injust icia, no os he sati sfe c ho . Per o tampoco
puedo dejar de ac ud ir e n su defensa, ya que te mo que
se a sac r ílego es ta r presente c ua ndo se injuria a la jusfie cia y re nu nci a r a defenderla mi entras respire y pueda
hace r me o ír. Por elJo lo más valioso es p resta r le a yu da
e n la medida que me se a posible.
En tonces Gla ucó n y los de más me pid ieron q ue apela ra a tod os mi s recu rsos, y que no abandonara la di sc usión s in indaga r previa men te q ué es la ju st ici a, Qué
la inju st ici a, y q ué ha y de cie r to acerca de las ventajas
de cada una de a m bas. Yo dije a continuación lo que
.
opina ba:
- La invest igación que in ten taremo s no es se nc illa,
sino qu e, según me pa rece, req u ie re una m irada pe ned n-a n te. Ahora b ien, p uesto que nosot ros, cr eo, no somos
su ficie nt e men te h áb iles pa ra ello - d ije-, dicha in ves ti gaci ón debe realizarse de es t e modo: si se presc ribie ra
leer desd e lejos le t ras pequeñas a qu ie nes no ti enen un a
vist a m uy agu da, y a lgu ien se pe rcata ra de que las m is -
Rl' PÚB LlCA
J(
12 1
mas le tras se h allan e n un ta maño ma yor e n o t ro lugar
más gra nde , pa recerte un regalo del ciel o el reconoc e r
prime ra mente las le tra s más grandes , pa ra observar de sp ués s i las pequeñas son las mis mas que aq uélla s.
- Muy b ien, Sócra tes -dijo Ad iman to-, pero ¿qué
ha y de s imila r en tre eso y la indagaci ón de la j us t ic ia? e
- Te lo d iré -cconrest é-c-. Hay una j ust icia propia
del indi vid uo; ¿ y no ha y tam bién una jus ticia propia del
Es tado?
- Cla ro q ue sí -respond ió.
- ¿ Y no es el E stado más grande que un individ uo?
-Por cierto que más grande.
-Quizás entonces en lo más grande haya más ju st icia y más fácil de aprehender. Si qu e réis, indaga remos
primeramente cómo es ella e n los Estados; y de spués. 369<1
del mi smo modo, in speccionaremos también e n cada Indivi duo, prest ando a tención a la s imili tu d de lo más
grande en la figu ra de lo más pequeño.
- Me parece que hablas correctamente -eexpresó Adiman to.
- En tal caso - p rose gu í-, si contempláramos en reor-ía u n Estado que nace, ¿no veríamos ta mbién la just icia y la injusticia q ue nacen en él?
- Pro bablemen te - respond ió.
-Una ve z logrado eso, ¿no podremos es pe ra r ver más
fácilmente aq uello que indagamos ?
-Cie rtamente.
b
- ¿O s pa rece q ue es necesa r io in te nta r lle va r a cabo
esta ta rea ? Creo que no es un a t area pe qu e ña; exam inad lo me jor.
- Ya est á examinado -repuso Adimant o- . No hagas de ot ro mo do.
- Pues bien - dije-, segú n est imo, el Es tado nace
cuando cad a uno de n osotros no se autoaba ste ce, s ino
qu e nece sita de much as cos as. ¿O piensas que es otro
el origen de la fu ndaci ón del Estado ?
122
DI ÁLOGOS
-No.
('
-En tal caso, cuando un hom bre se asocia con otro
por una necesidad , con o tro por otra neces ida d, habien do nece si dad de muchas cosas, llega n a co ng regarse en
una sola morada muchos hom bres para asocia rse y aux iliarse. ¿ No daremos a es te a lojam iento com ú n el nomo
bre de ' E st a do'?
- Claro que sí.
- Ahora bien ; cu a ndo alguien in tercam b ia algo co n
ot ro, ya se a dando o lo mando, lo hace pen sa ndo que
es lo mej or para él mi smo .
- Es cierto.
- Va mos, pues - d ije- , y fo rjemos e n teoría el Estado desde su comienzo; a un que, segú n parece, lo fo rj arán nuestras necesidades.
-Sin duda.
d
-En tal caso, la pr ime ra y más importante de nuestras necesid ades es la p rov is ión de alime ntos con vist a
a e xist ir y a vivir.
- Com ple ta mente de acuerdo .
-La segu n da de tales ne ce sidad es es la de viviend a
y la te rce ra es la de vestim enta y cos as de es a índole.
- Así es .
- Veamos ah ora - continué- : ¿cómo sa tisfa rá un Es tado la pro visión de ta le s cosas? Para la primera , ha r á
falta a l menos un la b ra dor; para la segund a, un construc to r; y para la tercera, un tejedor. ¿N o a ñadiremo s
ta m bién un fa brica n te de calza do y c ualqu ier otro d e
los que a si sten en lo concernient e al c uerpo ?
-Ciertamente .
- Por ende, un Estado que sa t isf aga las nec es idade s
m ínim as cons tará de cua t ro o ci nco hombres.
- Es ma nifies to.
-Ahora bien , ¿de be cada uno de ellos contr ib uir con
su propio t rabajo a la com un idad de todos, de modo
que, po r ejempl o, un sol o labrador su r t a de alimento s
REI' UBUCA 11
123
a los cuatro y dedique el cuádruple de t iempo y de e sfuerzo a p rovee r los de grano s, a soc iá ndose co n los demás ? ¿O. po r el contrar io, n o se preocupa rá de ello s
y p roducirá, sólo para s í mi smo, la c uar ta parte del gra- 370"
no en la e n la c ua r ta parte del t ie m po, y pasa rá las ot ras
t res en proveerse de casa, ves t iment a y ca lza do, s in producir cos as que co m pa r t a con los demás sino obrando
por sí sol o en lo que él necesi ta?
y dij o Adim a n to:
- Proba bleme nte, Sócrates, la primera alternativa sea
más fáci l qu e la otra .
-¡Nada insólito. por Zeus, es lo que dices ! -c-e xclamé-. Pues me doy c ue nta, a hora que lo d ices,
de que cada uno no tiene las m is mas dotes natura les
que los de más, sino que es di ferente en cu a nto a su di s- b
posición natural: u no es apto para realizar una tarea,
otro pa ra ot ra. ¿ No te parece ?
-A mí sL
- Entonces, ¿se rá mej or que uno solo ejerci te muc hos ofici os o que ejerci te uno solo?
-Que ej ercite uno so lo.
- Pero e stá cl aro, me parece, que, s i se dej a pa sa r
el momento propicio para una ta rea, la obra se estropea.
- E st á claro, en efe cto.
_ y es, pienso, porque el t rabajo no ha de agua rd ar
el t ie m po libre del t ra baj ador, co mo s i fuera un pasa- e
t iem po, s ino que es forzoso que el t raba jad or se consagre a lo que hace.
-Es forzoso .
- Po r cons igu iente. se pr odu cirá n más cosas y mejor y más fá ci lmente si cada uno trabaja en el momento
oportu no y acorde con sus a pt it udes naturales. liberado de las demás oc upacione s.
- Ab solu t a me nte ci e rto.
- En tal caso, Adimanto, se necesitan má s de cuat ro
ciudada nos pa ra procu rarse las cosas de qu e acab amos
124
DlAlOGOS
de hablar. Pue s el labrador no fabrica rá su arado. al med nos s i quiere que es té bien hech o, ni su azada ni la s de..
más he rramientas que conciernen a la ag ri cu lt u ra: ta mpoco el cons tructor. a quien también le hacen falta
m uc has cos as, ni el tejedor ni el fab ri cante de ca lza do.
-Es verdad.
- He aquí. pues, a carpinteros, herre ro s y mu chos
a r tesanos de esa ín dole que, al conve r t irse e n nues tro s
asocia dos e n el pequeño Es tado. a um e ntarán su pobla ci ón.
-Con segu ri dad.
- Ma s no se rí a m uy grand e in cl uso s i le a ñadiéramo s boyeros, pastores y c u ida do res de los di versos
ti po s de ganado, pa ra q ue el la brador tenga b ueyes para arar, y tam bién para qu e los cons t r uc tores di spo n gan, junto con los labradores, de yu ntas de b ue yes para
el tras la do de ma teri al es, y los tejedores y fa bricantes
de calzado de cueros y la na .
- Pues no se rá un E stado pequeño - re p licó Ad íman to -, s i debe con te ne r a toda es a gen te.
- y además - dije-, se rí a práctica mente im posible
fundar el Estado en un luga r de tal índole que no tu viera neces idad de importar nada.
- Im po s ible.
-En ese ca so requerirá también gente que se ocup e
de traer de los otros Estados lo que h ace falt a .
- La requerirá.
-Pero si el se rv id or e ncarg ado de eso va con la s
man os vacía s, si n portar na da de lo q ue necesitan importar aq uellos Est ados para satisfacer s us p ro pia s
371<1 neces idad es, regresa rá de ell os ta mbién con las mano s
vacías. ¿ No te pa rece ?
-A mí s i.
- Por cons igu ie nte, se debe producir e n el país no
s610 los bienes suficie ntes para la propia gen te, sino tam-
RE PÚ BLICA lJ
12S
b ien del t ip o y cant idad reque ri do s por aque llos con los
cuales se nece sita intercambiar bienes.
- En ef ec to.
- Entonces te nd re m os que aumentar el número de
labradore s y dem ás artesanos del Est ado.
- Aumentémoslo.
-y también el nú me ro de servidores a cargo de la
im po rt aci ón y ex po r tación de bienes. ¿So n come rci a ntes, verdad?
- Si.
- Por lo tanto , ¿ ta m b ié n neces it a mo s comerci a n tes ?
- Po r cierto.
- Y en caso de que este comercio se realice por mar,
ha rá n fa lta mu chos ot ros hombres conoc edores de la s b
t areas ma r íti mas.
- Muchos, sin duda .
- Ahora bi en , en el seno de l Estado mi smo. ¿cómo
inte rcam b ia rá n los ci u da danos aqu ell o qu e cada uno ha
fa b r icado ? Pu e s con vista s a eso c rea mos la sociedad y
fu nd amos un Est ado.
- Es obvio que po r medio de la ve nta y de la com pra.
- De ahí, por ende, su rgirá un mercado y u n sign o
monet ario con miras al inte rca m b io.
- Cla ro.
- Yen caso de qu e "el labrador o cualqui e r ot ro
artesano que lle va a l merca do lo que produce no lle gue e
en el mismo momento q ue los que nece sitan in tercambi ar me rcadería con é l, ¿ no dej a rá de t rabajar en su
p ropio ofi ci o y permanec er á se ntado e n e l me rcado ?
- De nin gún modo - repuso-, porque e xis te n quienes, a l ver es ta s ituación, se asignan a s i mi s mo s es te
servicio. E n los Es tados correctamente ad ministrados
son, e n ge ne ral, los más débiles de c ue r po y menos aptos pa ra eje rci ta r cua lquie r ot ro oficio . Deben permanecer en e l mercado y ad quirir, a ca mb io de p lata, lo d
126
DI ÁLOGOS
que u nos neces it an vender, y ve nder. tamb ié n a ca m bio
de plata , lo que otro s necesi tan com prar.
- Esta necesidad . pues -dije a mi vez-e, da o r ige n
e n e l Estado a los me rcade res. ¿O no lla ma mos 'me rcaderes ' a los que, inst al ados e n el mercado, se e ncargan
de la co mp ra y venta, y 'come rci a n tes ' a los que come rcian viaja ndo de un Es ta do a ot ro?
- ¡Por s u puesto !
e
- Hay aún otros tipos de servidores, que no son m uy
va lio sos pa ra nues t ra s oc iedad e n intelige ncia, pe ro qu e
posee n la fu e rza co rporal su fici e nte para las tareas p es adas. Po rq ue pone n e n venta el u so de s u fu erza y d enomi nan 'sala ri o ' a su precio son llamados 'asala ri ados '.
¿ No es asi ?
-Sí.
- Lo qu e com ple ta el E stado, pues, son, me parece.
los asala riados.
- A mí también me pa rece.
- En tal caso, Adima nto, nue s tro Es ta do ha crecido
ya como para se r pe rfecto.
- Proba blemente.
-¿Có mo se ha lla rá e n él la j u st ici a y la inj us t icia ?
¿ y con c uál de los hom bres q ue hemos cons ide rado sob reviene n ?
- No me doy c ue nta, Sócrates -contestó Adiman to--.
31211 A no se r q ue s obreve nga en el trato de unos con o tros.
- Ta l vez sea correc to lo que d ice s - d ije-, y ha y
que exa mina rl o s in re tr oc eder. Ob servemos, e n p r imer
luga r, de qué modo viven los qu e así se han or ga nizado.
¿Prod uci rá n ot ra cosa que gra nos, vino, vestimenta y
calzado? Una vez co ns t r u idas s us casas, t rabaja rán en
ver an o desnudos y descalzos. En in vie rn o en ca mb io,
b a r ropados y calza dos s ufici e nte mente. Se alim en tarán
con harin a de t r igo o ce bada, tra s amas a rl a y cocerla,
se rv irán ri cas tortas y panes sob re juncos o sobre hojas
lim pias, recosta do s en lechos formados po r hoj as des-
REPÚ BLICA 11
127
pa r ra madas de nue za y m ir to; fe stej a rá n e Uos y sus hijo s be bie ndo vino con la s ca be za s coro nadas y cantando
him nos a los d ioses. E starán a gusto e n co m pañía y no
tend rá n hijos po r e nci ma de sus recursos, pa ra p reca- e
ve rse de la pobre za o de la gu e rra .
Entoces Gla ucón tomó la pal a bra y d ijo:
- Pa rece que les das fes tines con pan seco.
- Es verdad - respondí-; me olvidaba q ue tam b ién
tendrá n cond imen tos. Pe ro es obvio que coc ina rán con
sal, oliva y queso, y h ervirán con cebolla y legu m b res
como la s que se hi erven e n el campo. Y a ma ne ra de
po stre le s serv ire mos hig os, ga rbanzo s y habas, asl
como baya s de m irto y b ello tas que tost arán al fu ego, ti
bebiendo moderadamente. De es te mod o, pasarán la vi.
da en pa z y con salud, y será natural que lleguen a la
vejez y transmitan a su descen denci a una manera de
vivir se meja nte.
y él replicó:
- Si or ga nizaras un Es ta do de cerdos, Sócrates, {les
darlas de comer otras cosas q ue ésas?
- Pe ro e ntonces, ¿qué es necesa ri o hace r Gla ucón ?
- inquiri.
- Lo q ue se acost u m bra -c-re s po nd íó-« qu e la gente
se recues te e n ca ma s, pie nso, pa ra no sufr ir mol es t ias,
y coman sobre mes as ma nja res y po stres como los que t
se di spo ne actua lmen te.
- Ah , ya co mp rendo -c-dije-c-. No se tra t a me ra me nte de ex a m inar cómo nace un E s tado, s ino tamb ién cómo na ce u n Es tado lujoso. Tal vez no es té mal lo q ue
sugie res; pues al es tu dia r un Est ado de esa índole p roba bl eme nt e pe rci ba mos cómo echan ra íces e n los Estado s la just ici a y la inj us ticia. A m i me parece q ue el
verda de ro E stado - el E st ado sa no, por as í deci rl o- es
el que hemos descr ito; pe ro s i vo sotros que réis, es tu d iare mos t am b ién el Es tado afi eb rado; na da lo im pi de. En
ef ecto, pa ra algun os no ba st arán las cosas me ncionada s, 373<1
128
DI ÁLOGO S
segú n parece, ni aquel régi me n de vida. sino que qu er rán añ adir camas, mesas y todos los demás mueble s,
y t amb ién man ja res, perfum es. in ci enso. co r tesa nas y
go losina s. con todas las va r iedades de cada un a de estas cosas. Y no se co ns ide ra rá n ya como necesidad es
sólo las que me nci onamos primera me n te. o sea, la vivie nd a, el vest ido y el ca lzado, s ino que hab r á de ponerse e n juego la pi ntura y el bordado. y ha brá qu e ad quir ir oro, ma rfi l y todo lo demá s. ¿ No es verdad ?
b
- S i -cco ntest ó.
-c-Entcnces, ¿ no se rá necesa ri o ag randar e l Es tado?
Porqu e aq ue l Estado sano no es ya su fici ente, s ino que
debe a umentarse su tamaño y lle na rl o con una m ult itud de gen te que no t ie ne ya en vis ta la s neces id ades
en el Est ado. Por ej emplo, tod a clase de cazadores y
de imitado re s, tanto lo s que se oc u pan de figuras y colores cua n to los oc u pa dos en la música; los poetas y
s us a u xilia res, tales como los ra p sod as, los actores, los
bail arin es, los empresarios: y los artesanos fa bricante s
e de tod a va riedad de a rt íc u los, entre ot ros t ambié n de los
qu e conci e rn en al adorno feme ni no . Pe ro neces ita remos
tamb ién más servidores. ¿O no te pa rece que ha rá n fa lta pedagogos. nod ri zas, ins t itu trices, modis tas, pe luqueros, y a s u vez co nfite ros y cocine r os ? Y a ún necesi ta remos po rq ue rizos. Es to no e xis tía en el Estado a nte ri o r ,
pue s all í no hael a fa lt a nada de eso, pe ro e n éste se rá
necesa r io. Y de be rá habe r ot ros t ipos de ga nado e n gran
ca nt idad pa ra cu b r ir la necesi dad de come r carn e. ¿ Est és de ac ue rd o ?
- ¿Cómo no hab r ía de est a rl o?
d
-y s i lleva mos ese régim en de vida habrá mayo r
necesidad de médicos qu e an tes, ¿ve rda d ?
- Ve rd ad .
- y el te rritorio qu e e ra a nterior me nte sufic iente para alime ntar a la gente no será ya suficiente, s ino peque ño . ¿ No es a sl ?
REP ÚBLI CA J[
129
- Sí, así.
- En tal caso debe remos amput a r el terr ito r io veci no, s i qu e re mos contar co n tie r ra s u fici en te pa ra pas tore a r y c u lt iva r: así co mo nuest ro s veci nos debe rán hace rl o con la nues t ra, e n c u anto se a b a ndone n a un a fá n
ili m ita do de po sesió n d e ri queza s, so b re pa sa ndo el
limite de su s necesidad es.
I!
- Pa rece forzoso, Sócrates -c-respo nd i ó Gla ucón.
- Después de esto. Glauc ón. ¿ ha re mos la guer ra? ¿O
puede se r de otro modo?
- No, a sí .
- Por a hora no diremos -añad í- s i la gue r ra produce perjuicios O benefi ci o s. sino s610 qu e hemos desc ub ie r to el origen de la guerra: es aquello a partir de
lo cual. c uan do surge . se producen las mayo res cala midad es, ta nto privadas como públicas.
-Mu y de ac u e rdo.
- Entonc es el E stado d ebe ser a ú n más grande. pe ro
no añadiéndole algo peque ño. sino todo un ejé rci to que 374<>
pueda ma rc har e n defen sa de toda la r iqueza p ro p ia •
-com ba t ie ndo a los inva s ores- y de aquellos que acabamos de e nu me ra r.
- ¿ Por q ué ? -pregu n tó G laucón- . ¿ No se bast a rá n
ellos mismos ?
- No - res pondí - , a l me nos s i tú y tod os no sotros
he mo s co nve nido correctamente cuando modelamos e l
Estado . Porqu e has de recordar que nos pu simos de
acue rd o e n q ue es im pos ibl e que un a sola persona eje rcite bien m uc has a r tes.
- Es cierto lo que d ic es -co ntestó.
- Pu es b ie n. ¿ no c rees que la lucha bélic a se hace b
con reglas propias de un a rte ?
- Cla r o que sí.
- ¿ y acaso h emos de prest a r ma yor at enci ón 'a l a r te
de fa b r icar calzado que al de la gue r ra?
- De ningú n modo.
'< 4. - 9
130
DIÁLOGOS
- Pe ro e l caso es que al fa brica nte de calza do le h emos prohi bi do q ue in tenta ra a l mismo t iempo se r lab rador o tejedo r o const ruc tor, s ino sólo fa bricante d e
calzado, a fin de que la tarea de fa b r icar calzado fue ra
b ien hecha ; y del mismo modo hemos asignado a cada
u no de los demás una tarea única , res pe cto de la c ual
cada u no es taba dotado na tu ralme nte. y e n la c u a l
e debía t rabajar a lo la rgo de su vida, lib er ado de las
demás tareas, s in deja r pasa r los momentos p ropic ios
para realizarla bie n. Y en el ca so de lo concern iente a
la guerra ¿no se rá de la mayor impor tancia el q ue sea
bien efec tu ada ? ¿O acaso el arte de la gue rra es ta n
fáci l que cu a lqu ie r la b rador puede se r a la vez guerreo
ro, y también el fabricante de calzado y todo aquel que
se ejercite en cu alquie ra de la s otras artes, mientras
que. para se r un die st ro jugador de fichas o dados, se
requiere practicar de sde niño. a un cuando sea tenido
por algo incidental ? ¿O se rá su fici ente haber tomado
ti un escudo u otra c u alquie ra de las a rmas y he r rami entas de com ba te para con vertirse. el mi smo día . en
un com ba t iente de in fa nt e rí a pesada o en c ualquier otro
c ue rp o de com bate? Porque e n lo que concierne a la s
demás he r ramien tas, n inguna de e llas convert irá en at leta o e n artesano a qu ien la to me, ni se rá de u tilidad
a quien no ha ya ad qu ir ido los conoci m ie ntos propios
de cada arte ni se ha ya eje rc itado adec uadame nt e e n
s u man ejo .
- De o t ro modo -d ijo Glaucón-, se da rí a a las h er ram ien t as u n va lor e xcesivo.
- Po r cons iguiente - cont inué-, cua nto más ím po r" ta n te sea la funció n de los gu a rd ia nes, t anta más liberació n de las ot ras tareas ha de requerir, as í com o may or
arte y a plicación.
- Así me pa rece -contestó.
- ¿ y no se nece sit a ta m b ién u na naturaleza ade cuada a la act ivid ad mi sma?
REP ÚBLICA 11
¡ 31
- Por s u puesto .
-Nuest ra ra rea se r ía entonces. según parece; si es
qu e somos capaces de ello , deci dir q ué na tu ra leza s y
de qu é índo le son las a p ro pia das pa ra se r gua rd iá n del
Estado.
-Sin d uda.
- ¡Por Ze us! - e xcl a mé- _ Nada insi gnifi ca nte es el
a sunto del que nos hace mos cargo. No ob s ta nte, no debe mos tit ubear, a l menos en cuanto nues tras fue rzas
)0 pe rmita n.
- No, no t itubearemos.
-Ahora bien, ¿ piensas que, e n cu an to al ser guar- 37500
dí an . difie ren la na t u ral eza de u n cachorro b ien alimentado )' la de un joven de noble c una?
- ¿Ou é es lo que quieres de cir?
-Que ambos, por ejemplo. deben poseer agudeza en
la percepci ón, rapidez en la persecución de lo percibido, y ta m b ié n fuerza, si tiene que luchar con la p re sa.
-En e fec to, deben poseer todas esas cosas.
- Además de valentía. si que re mo s qu e com bat a n
bie n.
- Po r cierto.
- Pe ro ¿lle ga rá a ser va lie nte un caballo o u n perro
o c ua lqu ie r otro a ni mal que no sea fogoso ? ¿O no te has b
percatado de cuán irre s istible e inve nci ble es la fogos idad, me rced a cuy a p re senci a ni n gú n a lma es te me ro sa
o conq uis ta b le ?
- SI, me he pe rca tado.
- Entonces está a la vista cómo de ben ser las cua lidades corpora les qu e debe posee r el guar d iá n.
- S í.
- Yen cuan to a las del a lm a, es ob vio q ue el guard iá n debe se r fogoso.
- Eso ta m b ién.
- Pero s i tal ha de se r s u nat u raleza, Glaucón - p regunté- , ¿ no se com porta rán como sa lvaje s ent re sf y
fr e nte a los de más ci udad anos?
128
DI ÁLOGO S
segú n pa rece, n i aquel régimen de vida. sino que querrán añ ad ir ca mas, mesa s y todos los de má s mueble s,
y t a mb ié n manjares, perfumes, in cie nso. cortesa nas y
golos inas, con todas las variedades de cada una de estas cosas. Y no se cons iderará n ya como necesidades
sólo las que me ncionamos prime rame nte. o sea , la vivienda. el ves tido y el ca lzado. s ino qu e habrá de ponerse e n j ue go la pi ntura y el bordado, y habrá qu e adquirir o ro . ma rfil y todo lo demás. ¿ No es verdad ?
b
- Si -con testó.
-c-Entonces, ¿ no se rá necesa ri o ag randar el Est ado ?
Porque aq ue l Es tado sa no no es ya suficiente. sino que
de be a u ment arse su tamaño }' llenarlo con una m ult it ud de ge nte que no ti ene ya en vis ta las ne ce s idad es
en el Estado. Por eje m plo. toda clase de cazadores y
de imitadores, ta nto los que se ocupan de fig ura s y colo re s cuanto los ocu pa dos en la música; los poetas y
sus a ux iliares, tales como los ra psod as, los actores, los
bailarines, lo s empresarios; y los a r tesanos fabric a ntes
e de tod a va ri edad de a rtlculos, entre otros también de los
que conciernen a l ado rno fe menino. Pero necesita remos
ta m b ién má s se rv idores. ¿O no te pa rece que ha rán falta pedagogos, no d riza s, inst itu t r ices. modistas, pe lu qu eros, y a s u ve z confi teros y cocineros ? Y a ún necesi taremos po rque ri zo s. Es to no ex is t ía en el Es tado a nterior,
pues alll no hacta falta nada de eso, pero en és te se rá
necesa rio . Y deberá ha be r otros t ipo s de ga nado en gra n
ca nt idad pa ra c ub r ir la neces id ad de comer carne. ¿ Est ás de acuerdo ?
-¿Cómo no habría de esta rl o ?
d
- y s i lleva mos ese régimen de vida h ab rá mayor
ne ce s idad de médicos que a n tes . ¿verdad?
- Ve r dad .
- y el terr itori o que era a nteriormente suficiente p ar a alimentar a la gent e no será ya su ficiente. s ino p equeño. ¿No es a sí?
9
REPÚBLICA JI
129
- Sí, a sí.
- En ta l caso debe re mos amput a r el te r ri tori o vecino, s i qu eremos con tar con tierra su ficie nte pa ra past orear y c ult iva r; así como nuestros vecinos de be rán hace rl o con la nu estra , e n cuant o se abandone n a un afá n
ilimitad o de po ses ión de r iquezas, sob repasa ndo el
límite de su s necesidades.
t:
- Pa rece forzoso, Sócrates - respond ió Glau cón .
- Oes p ués de es to, Gla ucón , ¿ ha re mos la gue r ra? ¿O
puede se r de otro modo ?
-No, asl.
- Po r a ho ra no di remos -añadi- s i la gue rra p rod uc e pe rj u ici os o be ne ficios, s ino só lo que hemos desc ub ie r to e l origen de la guerra: es aquello a pa r ti r de
lo cual, cuando su r ge, se p roduce n las mayores ca lam idad es , tanto privadas como públicas.
- Muy de acuerdo.
-En to nce s el Estado debe se r a ún más grande, pe ro
no a ñadié ndole algo pequeño, sino todo un ejérci to que 314<>
pu eda marchar en defensa de toda la ri que za propia
-com ba t ie ndo a los inv asores- y de aque llos que acabamo s de e nume ra r.
- ¿ Po r q ué ? - p reguntó Glaucón - . ¿No se bastarán
ellos mi smos ?
-No - respond í- , al me nos s i tú y todos no sotros
he mos conve nido co rrec ta mente cuando modelamos el
Estado. Porque has de reco rdar qu e no s p usimos de
acuerd o e n que es im posible que u na sol a persona ejerci te b ien muc ha s artes.
- Es cier to lo que d ices -c-contest ó.
- Pues bi en , ¿ no cree s que la lu cha béli ca se hace b
con reglas propias de u n a rte ?
-Cla ro que sí.
-¿ Y aca so hemo s de prestar mayor at en ción al a rte
de fabricar calza do que al de la gu erra ?
- De ningún modo.
<,)4, -
130
DIÁLOGOS
- Pe ro el cas o es que al fabrica nte de calza do le h emo s prohibido que in tentara a l m ismo t iem po se r lab rador o tej edor o const r u ctor, sino sólo fa b r ic an te d e
calzado, a fin de que la tarea de fa bricar calza do fu era
bien hecha; y del mismo mo do hemos as ignado a ca da
uno de los demás una tarea única, respec to de la cu al
cada uno estaba dot ado natural mente, y en la cu al
e debía trabajar a lo largo de s u vida, liberado de las
demás t a reas, sin dej ar pa sar los momentos p ropicios
para realizarla b ien. Y en el ca so de lo conc e rniente a
la guerra ¿oo se rá de la ma yor import ancia el que se a
b ien efectuada ? ¿ O acaso el arte de la guerra es t an
fácil qu e cualquier labrador puede se r a la vez gu err er o, y t am bién el fab r ic an te de calzado y todo aquel que
se ejercite en cualqu ie ra de las ot ras a r tes , mie ntra s
que, para ser un di estr o jugador de fic h as o dado s, se
requ iere practicar desde niño, a un c ua ndo se a tenido
por algo incidental ? ¿O será su ficien te habe r tomad o
d un escudo u ot ra cu alquiera de las a rmas y herramientas de com bate para con ver t irse, el mi smo día, e n
un com ba tiente de in fa nterí a pes ada o en cualquier otro
c uerpo de comb a te? Porque en lo qu e concierne a las
demás herramientas, ning una de ellas convertirá en a tleta o en artesa no a qu ien la tome, ni se rá de utilida d
a qu ien no h aya adquirido los conocimientos propios
de cada arte ni se h aya ejercit a do adecuada me nte e n
su manejo.
- De otro modo - d ijo Glaucó n-,. , se darí a a las h errami ent a s un va lor excesivo.
- Por co nsiguien te -ccon tínué-c-, cuanto más im po re ta nt e sea la funci ón de los gu a rdia nes, t a nta más liberación de las ot ras tareas ha de reque r ir , así como mayor
arte y a plicación.
- Así me pa rece - con test ó.
- ¿ y no se nec esit a también u na na t u rale za adecuada a la act ividad mis m a?
REPÚBLI CA II
131
- Por supuesto.
- Nuest r a tarea sería entonces, se gú n pa rece; s i es
que som os capaces de ello, decidi r qué naturalezas y
de qué indole s on las apropiadas pa ra se r guardián del
E stado.
- Sin duda.
- ¡Por Zeus ! -ce xcla m é-c. Nada in signific ante es el
asunto del que nos ha cemos carg o. No ob stante, no debemos t it ubea r, al menos en c uan to nuestras fuerzas
lo permi tan.
- No, no t itu bearemos.
- Ahora bien, ¿piensas que, e n cu an to al ser gu a r- 375a
dián, difieren la naturalez a de un cachorro bien ali ment ado y la de un joven de noble c una?
- ¿Qué es 10 que quieres de cir?
- Que ambos, por eje m plo, deben posee r agudeza en
la pe rcepción, rapidez en la persecuci ón de lo percibido , y tam b ién fue r za, si ti ene que lu cha r co n la pres a.
- En efec to, deben poseer todas esas cosas.
- Ade má s de valentí a, si queremos que comba tan
bien.
- Por cierto.
- Pe r o ¿llegará a ser vali ente un cab all o o un perro
o cualquier otro animal que no sea fogoso? ¿O no te has b
perca t ado de cuán ir resistible e invenci ble es la fogos id ad , merced a cuya pre sencia ningún alma es temerosa
o conquistab le?
- Sí, me he percatado.
- Ent on ces está a la vista cómo deben ser la s c ualidad es corp orales que debe pos ee r el guardiá n .
- Sí.
- Y en c uanto a las del al ma, es obv io que el gu ardián debe ser fogoso.
- E so también.
- Pe ro s i t al ha de ser su naturaleza, Gla u c ón - p regu nté-, ¿no se comportará n com o salva jes entre sí y
fr ente a los demás ciudadanos ?
132
DIÁLOGOS
- ¡Por Zeus! e-ex cla m ó Glaucón- . Difícilmente no
lo sean .
o:
- Sin embargo, es necesa r io que sea n m an sos con
s us com pa t r iot as y feroces fr e n te a su s e nemigos. De
o t ro modo. no ag ua rda rá n a que otros los de st ruya n,
s ino que ellos m ismos será n lo s prime ro s e n ac tua r.
- Es verdad -contest ó.
- En ese cuso - d ije- , ¿qué haremos? ¿Dón de encont raremos u n carác ter qu e sea no la vez manso y de
gran fog os idad? Porq ue sin duda u na na turaleza fogosa
es opuesta a otra mansa.
- Eso parece.
- Pero s i es tá privado de a lgu na de esas dos cua lídades nunca llega rá a se r u n buen gua rdián. Y parece
d imposib le qu e esté n a m bas. por lo c u al el resultado e s
q ue es imposible qu e ha ya un buen gu a rdiá n .
- Me temo que s í.
Me quedé un momento dudando, y. tras rev isa r e n
s ile nci o lo d icho a n te r io rmente, di je :
- Con razón, a m igo. estábamo s envue lt os en dud a s;
pu es hemos dejad o de lado la comparación que habí amas pr op uesto.
- ¿A qu é te refieres ?
-No nos he mos dado cuen ta de qu e, de h echo, c xtste n na turalezas t ales como las q ue no po día mos conc ebir, que posee n aq uellas c ualidades opuestas.
- ¿ Dónde ?
- Se la s ve también en otros a n ima les. pero a nte todo e n el que nosotro s hemos paran gonado con el gua rd ián . Seguramente ha s advertido el carácter que por
n aturaleza t iene n los perros de raza : éstos son mansi s imas con los que conoce n y a lo s qu e está n habituad o s.
pe ro todo lo cont rario fre nte a lo s desconocid os.
- Aho ra lo veo.
- Se tra ta, pues. de algo p osible -cdeclar é-,-, y nue s.
t ra b úsqueda de un guardián de esa índole no va co ntra
la natu raleza.
REPÚ BLICA 11
133
- No parece ir co nt ra la natural eza.
- Ahora bien. no te parece que, para llegar a se r un
verdadero guard ián . se requi e re a ún algo más que Jo
di c ho: a la fogosidad. añ ad ir el ser filósofo por na t u raleza ?
-¿ Cómo ? - inq uirió Glau có n- . No me doy cue n ta. 376a
- Tam b ié n esto 10 pe r cibirás en los perros: algo digno de admiración e n un an imal.
- ¿Qué cosa ?
-c-Ou e, a l ver un desconocido, au n c uando no ha ya
suf ri do an tes nada malo de pa r te de ést e, se enfu rece
con él; e n cam b io, al ver a un conocido, a unque és te
ja más le ha ya hec ho bien alguno. lo recibe con a legría.
¿ No te has m a ra vill ado nunca de eso?
- Hast a ahora no había prestado mu cha a tenci ón a
eso - respo nd ió Gla uc ón-. pero es patente que ob ra
de esa manera.
- Bie n, ése es un rasgo e xqu is ito de la na tu ra leza
del pe r ro, el de se r ve rd ade ra me nte a man te d el co noc i- b
m iento. o sea, filósofo .
-¿ De qu é mod o ?
- De es te modo : n o di stingu e un as pect o amigo de
un enemigo por n ing ú n otro med io que po r haber co no cldo el prim ero y desconocido el segundo. y b ien . [c ómo no ha brí a de se r a ma nte de a p render quie n delimita
mediante el conocimie nto y el descon oci mie nto lo propio de lo ajeno?
- No puede se r de ninguna o tra man e ra.
- ¿ Y acaso no es lo mi smo - p r ose guí- el se r a man te de aprende r y el se r fil ósofo ? '.
- Es lo m ismo. e n efe cto.
-¿ Adm it iremos confiada men te. en tonces, qu e. ta mb ié n e n e l caso del hombre, s i queremos que a lguien e
• Tra duc imo s ph i íomath és (eam a nt e <.l e aprender e) y tr a nslite ramo s si mple men te philósúphú5 {eamartte de la sabid urt a -).
134
DIÁLOGO S
sea man so frente a lo s fa m iliare s y conoc idos debe se r
por na t u ral eza filósofo y a mante de a p re nder?
- Adm itá mosJo -c-respondió.
- Filósofo, fo goso, rápido y fu e rte, po r consiguiente.
ha de SeI'", por naturaleza . el qu e pue da llegar a ser el
gua r d iá n se ñori al de nuest ro Es ta do .
-Abso lutamente e n todo de acue rdo .
- As f ha de se r po r na tural eza . Aho ra b ie n, ¿de q ué
modo de be mos c r ia r los y educarlos ? Y ¿ no nos se rá útil
d ese exa me n para div is a r aq ue llo e n vista de lo c ual
exa m ina mos todo: cómo n ace n e n el Es tado la jus ticia
y la injust icia ? Lo d igo pa ra no om it ir un concepto im portante ni extendernos más de la cuen ta .
y el hermano de Glaucón in tervino:
- Po r mi parte - d ijo- , espe ro qu e tal examen nos
sea ú t il para ese fin .
- ¡Por Zeus! -c-re pli qu é-c. No de bemos e ntonc e s
a ba ndona rl o, incluso aunque el exa me n resulte más extenso.
- No, por cierto.
- Adelan te , pues, y, como s i es tuvié ramos con ta nd o
m itos, mie ntras te nga mo s tie m po para ello, eduquemo s
e en teoría a nuestros hom b re s.
- Hagá moslo.
- ¿Y qu é cl ase de educación les da remos? ¿ No se r á
difícil hall a r ot ra mej or que la que ha si do descubierta
hace mu ch o tiempo, la gimnást ica para el cuerpo y la
m ú sica para el a lma ?
- Será d ifícil, en efec to.
- Pues bie n, ino come nzaremos por la m ús ica a nte s
que po r la gim nást ica ?
-Ciertame nte.
- ¿ Y e n la m ú sic a in cluyes di scu rsos o no?
- Po r m i pa rte sí.
-Ahora bien, h ay dos clases de di scur so, u no verdadero y otro fa ls o.v
REPÚBLICA 11
135
,
,
- iAs l es!
- ¿ y no h ay que educa rl os por medio de a m bas vn«
cl a ses, y e n p ri me r luga r po r medio de los discu rsos
fa lsos ?
- - No entiendo qué quie res deci r .
-¿ No e nt iendes -pregun té- qu e prime ra mente conta mos a lo s niños mitos, y qué és tos so n e n ge ne ra l fa lsos, a u nque también ha ya en e llos algo de verdad ? y
ames que de la gi m nas ia ha re mos uso de los mitos.
- Es como dices.
- Po r eso dije que de bemo s oc u pa rn os a ntes e n la
m ú s ica qu e e n la gim ná st ica .
-Correcto -respondió Adima n to.
-¿ Y no sa be s que el comienzo es e n toda tarea de
su ma importancia, sobre todo para a lguien que sea h
joven y t ierno? Porqu e, más que en cualqui er otro moes
moldeado y marcad o
el se llo.coi
,
que ASe quiere' estampar a cada u no .
- Así es.
- En tal caso, ¿ he mo s de pe rm it ir que los ni ños escuche n con tanta facilidad mitos c ua lesqu ie ra forjados
por cual esquiera autores, y que e n sus a lmas reciban
opiniones e n su mayor parte opuestas a aque llas que
pensamos debe r ía n tener a l llegar a grande s?
- De ningún modo lo permit iremos.
- Pri meramen t e, pa rece que debemos su pe rv is a r a
los forjadores de mitos, y admitirlos cuando estén bi en e
he chos y rechazarlos en caso contrar io. Y pe rsuad iremos a las ayas y a las madres a que c ue nten a los niños
los mitos que hemos ad mit ido, y con és tos model aremos s us a lmas m ucho más qu e s us c ue rpos con las manos. Respecto a los que se cuenta n ahora, ha brá que
rechazar la ma yoría.
-¿Cu áles son ésto s?
- En los mitos mayores - res po ndí- podre mos observa r también los menores. El se llo, en efec t o, deb e
-',
/
136
l bid. 453.500.
el. Te0!i()'1la 154-182.
I
DIÁLOG OS
ser el mism o. y han de ten e r el mi smo ef ec to tanto los
d ma yores como los menores. ¿ E res de otro parecer?
- No, pe ro no advierto cuáles so n los que denomi nas 'ma yo res ' ,
(
- Aquello s qu e nos c ue n ta n Hesíodo y Homero. y
también ot ros poetas, pu es son ellos quienes han como
pu est o los falsos mi tos que se han narrado y aún se
na rran a los hom bres.
- ¿A q ué mitos te refie res y q ué es lo que censuras
en e llos ?
- Lo que en primer lugar hay que censu rar - y má s
q ue cualqu ie r otra co sa- es sobre todo el caso de la s
I "
J. 1-' - J
.mentiras innobles.
e
- ¿A qué llamas as í ?
- Al caso en qu e se re presentan mal con el lenguaje
los dioses y los héroes. tal como un pintor que no pinta
retratos se mejantes a lo que se ha propuesto pintar'.
- Es e n efecto correcto ce n su ra r tales casos. Pe ro
¿cuá les se ri a n en aq uellos que e stamos e xaminando . .)'
de qué modo ?
- Pr imeramente -exp liqué- , aq uel que dijo la ment ira má s grande respecto de la s cosas más importantes
es el q ue fo rj ó la Inno ble me ntira de que Ur ano obró
del modo que Hesíoi:lo le a tri buye y de cómo 'Creeos
378<> se ve ngó de él 10, En c uanto a las acci ones de Creeos
- - y los pa decim ien tos q ue s u fri ó a ma no s de su hijo " ,
incluso s i fu e ra n cier ta s. no me pa rece que de ba n cont arse con tanta lige reza a los n iños a ún irrefl e xivos. Serí a pre fe rib le gua rdar s ile nci o; pe ro si fu era ne cesario
conta rlos, que unos pocos los oyesen se c re ta me nte, tras
habe r sac r ificado no u n cerdo s in o una víctima más impo r ta nte y di fic il de co nsegu ir, de manera que tuvieran
acceso a la aud ició n la menor ca ntidad po si ble de niños .
1I
10
RE PÚBLICA 1I
137
- En efecto - d ijo- , esos relato s p re sentan d ific u lta des .
_,.)..'
_ y no deben ser narrados e n nues t ro Es tado, Adíma nto, como tampoco ha y que de ci r. a un joven qu e b
nos escuc ha, q ue al cometer lo s del itos más ext remos
no ha ría nada aso m b ro so , o que si su padre delinque
y él lo cast iga de c u alqu ie r modo . sólo haría lo mismo
q ue los d ioses primeros y más im porta ntes.
- ¡No, por Zeus! Tampoco a mi me pa recen cosas
adecuadas para na rrar.
- Ni admitamo s e n a bsolu to que los dioses haga n
la gue rra a dioses, se confabulen o combatan u nos
contra ot ros; pues nada de eso e s cierto: al menos si "
exigimos que los que van a guardar el Es tado co ns ideren co mo lo más vergonzoso el disputar entre sí. Y con
menor razón aún han de narrarse -o representarse en
bo rdados- gigantomaqu ias y m uc hos otros enfrent ami entos de toda cl a se d e d io ses y héroes con su s parientes y pr óji mos. Ant es bien, s i quere mos persuad ir los de que nin gú n ci udadano ha di sputado jamás con
ot ro y de qu e eso habrí a si do un sacri legio, tal es cosas
son las que, tant o los a ncia nos co mo las ancianas,
de berán con ta r a los niños desde la infa nci a; y a u n J
llegados a adu ltos, ha y que forzar a los poeta s a compone r, para éstos, mitos de índole afio a aqué lla . Na r rar
e n ca m b io. los e ncade na mientos de He ra por su hij o o
que Hefesto fue a rrojado fuera del Olimpo por s u padre
c ua ndo intentó im pe d ir que és te go lpeara a s u mad re ,
as í como c ua ntas ba t allas ent re d ioses ha com pue sto
Homero, no lo penniti remos e n nues t ro Es tado, ha yan
s ido com puestos co n sentido al egórico o s in él. El niño,
e n efecto, no es ca paz de discern ir lo que es alegór ico
de lo que no lo es, y las im pres iones qu e a esa edad
recibe n su elen ser la s más di fíciles de borra r y las que e
menos pu eden ser cambia das . Po r ese mo tivo, t al vez.
debe pon e rse el máx imo cuid a do en los prim ero s rel e-
138
1,
1. ' I
Dl Ál.OGOS
to s qu e lo s niñ os o yen , de m odo q ue esc uche n lo s m ilo s
má s be llos q ue se ha yan com puesto en vista a la e xcelenci a.
- Eso es razonab le - repus o Ad imanto--. Pero s i a lgu ien nos p regunta ra a ún, c onc r e ta me nte , q ué cosa so n
ést as y c uá les son los m itos a qu e nos refe r imos, ¿qu é
contes taría mo s ?
y yo le co ntesté:
379<l
- En est e mome nto. ni tú ni yo somos poetas s ino
fu ndadores de un Es ta do . Y a lo s fundador es de un Estado cor responde cono ce r las pautas según las cuales
lo s poeta s d eben forjar los mi tos y de las c ua les no deben a pa r ta rse s us c reaciones; mas no cor responde a d ichos fundadore s com po ner m itos.
-Correcto -cd íjo->, pero p recis amente e n relaci ón
con est e mi smo punto : ¿cu áles se rí a n estas pautas referentes a l modo de habla r sobre los dioses ?
- Aproximadamente éstas: de be rep resentarse si emp re al dios como es realme nte, ya sea e n versos épico s
o líri cos o en la traged ia .
- Eso es necesa ri o.
- Ahora bi e n, ¿ no es el di os realme nte.bueno por s í,
b y de ese mod o debe habla rse de él ?
- ¡Claro !
- Pe ro nad a que se a bueno es perjudicial. ¿O no ?
- Me parece q ue no puede se r perjudici al.
- ¿ Y acaso lo q ue no es pe rjud icial perjudica ?
- De ningú n modo .
- Lo que no pe rjudica ¿ produce algú n mal ?
- Ta m poco .
- y 10 q ue no prod u ce ma l a lgu no ¿ pod r ía ser causa
de un mal ?
- No veo cómo .
- Pue s bien, ¿es benéfi co lo bueno?
- SI.
- ¿ Es, en tonces, ca u sa de un bienestar?
REPÚBLICA 11
139
- Sí.
- En ese caso, lo bu e no no es causa de tod as las cosas; es caus a de las cosas que están bien, no de las malas.
- Abs olu ta mente de acuerdo - exp resó Adimanto. e
-Por cons igu ien te - prosegu í-, dado qu e Dio s es
bu eno, no pod r ta se r ca usa de todo. como d ice la ma yorí a de la ge nte; se r ía sólo cau sa n te de una s po cas cosas
que acontece n a los homb res , pero in ocen te de la mayo r pa rt e de ellas. En efecto, las cosas buenas que nos
sucede n son muchas menos que la s mal a s. y s i de la s
bue nas no d ebe haber ot ra ca usa que el d ios, de las m alas debe bu sca rse otra causa .
- Gra n ve rdad me parecé que d ices.
-Pe ro entonces no de be mos admiti r, ni po r parte
de Home r o ni por parte de ningún ot ro poeta, e rrores
tales ace rca de los di os es como los qu e cometen tont a- d
mente. al d eci r que «dos ton eles ya ce n en el suelo fre nte a Zeus » u, llenos d e sue r tes: p ro pici as en el p rimero , de sdichad as en el ot ro. y qu e aquel a quien Zeu s
ha otorgado u na mezcl a de a m bas 11 - e nc uem ra a veces el bien, a veces el mal » " , pe ro que a aquel a qu ie n
Ze us no le a larga la me zcla s ino los mal es ínmezcfados,
cu na desdichad a mi seria lo hace e m igrar por sob re la
t ierra d ivina . ". Ni a dmit iremos tampoco q ue se d iga r
que zeus es para nosotros di spensad or de bienes y de
males. En cuanto a la violaci ón de los juramentos y pacto s e n qu e ha inc u rrido P ándaro, s i algu ien afi nna que
se ha producido por causa de Pal as Atenea y de Ze u s
no lo a pro baremos, co mo ta m poc o que h aya te nido
11 JI. XXIV 527. Las palabras siguie ntes parafra, ea n el v. 528: ede
do nes que se: distrib uyen, malos en un "aso, bueno s en el ot ro •.
U Parafra sís del v. 529; só lo falt a el epíte to de zcus, «q uien se
delei ta ro n el r ayo•.
1"
¡bid. 530. La frase siguiente es un a paráf ra sis muy libre del
v. 531.
15
¡bid. 532.
380<1
t
140
DIÁ LOG OS
lug a r un a di sc o rdi a y un ju icio de los d iose s por obra
de Temi s y de Zeus l . , Ni debe mos pe rm itir que los j óvenes oiga n cosas como las que di ce Esquilo. a saber, que
u n d ios hace c rece r la cu lpa entre los hombres.
cuando quie re arru inar una casa por completo 17.
l hid. XX 1.74,
fr. 1 5 6
N .\lICk.
y s i algú n poeta ca nta los pad ecimientos de Níob e en
yambos como és tos. o los referirlos a los PeJópidas o
a los troyano s o a lgún otro tema de esa- índole, no le
hemos de pe rmiti r que d iga q ue esos pesares son obra
de un dios. o , s i lo dice. debe idear una explicación como la que no sotros buscamos a ho ra, decl a rand o que el
b d ios ha producido cosas justas y buenas, y
los q ue
jha n sid o ca st iga dos se han benefic iarlo con ell o: Pe ro
a fi rma r qu e so n infortunados los que expían sus delitos
y qu e el autor de su s Infortunios es el di os, no hemos
de perm ítt rselo al poeta. Si dij era , po r el contrario, que
¡ los malos son infortunados porque necesitaban de un
cas t igo, y q ue se han beneficiado po r obra del dios al
eso s í se lo pe rmit iremos . En cua nto
a- qu e Dios: que es bu eno, se h a conve rtido en ca usan te
de males pa ra algu ie n. debemos opone rn os por tod os
los medi os a que sea dicho o escuc ha do e n nuestro Est ado. si pretendemos q ue es té regido po r leyes ad ecuae da s; ni el hombre má s jove n ni el má s ancian o narrarán
ta les mitos, es té n e n verso o en p rosa, pue s to que s e rían rela to s s ac r ilegos , y ni son conven ie ntes pa ra no sotros ni cohe re ntes e ntre s í.
- Sumo mi voto a l tuyo -repu so Adimanto- en Favo r de esta ley: tamb ién a mi me place.
- Est a s er á, pu es, la pr imera dej as leye s y de las
pa u tas qu e concie r ne n a- los di ose s, a la có a] deberán
l.
17
REPÚBLIC A 11
14 1
aj us tarse los d iscursos ace rca de los d ioses, s i se ha bl a,
y los poema s, s i se compone: que el d ios no es ca usa
de tod as la s cosas, s ino sólo de las buenas .
- Y eso basta .
- Vea mos ahora la segu nda: ¿c rees q ue el d ios es d
un hech ice ro capa z de most rars e, por medio de a rtificios, e n momentos d is tintos co n aspectos di s ti nt os, de
manera tal que a veces él mi smo a parece y a ltera s u
propio aspecto de m uc has Form a s, e n tan to o tras veces
nos engañ a , hac ié ndonos creer ta les cosas ace rca de él ?
¿ No c rees, po r el contrar io, que el d ios es s im ple y es,
de todos lo s se res, quien menos puede a ba ndonar su
prop io aspecto?
-Ahora mi smo no podría co nt es tar te.
- Pues dime: ¿no es forzoso que si al guien
su propio aspecto lo haga transformándose po r s i mi smo o por ob ra de otro?
t
- Sí, es forzoso.
-En el caso de que sea por obra de otro halla remos
que las cosas mejores so n las que menos
se r
alteradas o modificada s. Por ejemplo , el c uerpo mas sano Y más robus to es e l q ue me nos puede se r alterado
por obra de a lime ntos. b eb idas y fa tigas, así como la
381a
pla nt a más fue r te es la que menos puede se r
por obra de l ca lo r sol a r, o de los vie ntos y otros accrde ntes s imila res .
- S in duda .
_ ¿ y no es e l alma más vigorosa y má s sa b ia la q.u e
menos puede se r pertur bada o modificad a por c ua lqu ie r
Factor e xte rn o ?
-Sí.
- y tam bién cabe supo ne r qu e, po r la mism a razón ,
to dos los obje tos fabricados: utensilios, edificacione s y
vest imentas, s i han sido bien elaborados y se ha llan e n
bu en es tado, son los que menos pueden ser alte rados
por la acci ón de l tiempo y de las diversas influe nci as.
b
e
d
142
DI ÁLOGOS
-Es. cier to.
-Por cons igu ie nte. todo lo q ue es excele nte, sea p or
natu rale za, s ea por a r te o po r a m bas a la vez, es lo que
meno r modificaci ón adm ite po r obra de otro.
- As! parece.
- Pues bie n . ta nto e l d ios como las c ua lidades propia s del di os e n todo se nt ido so n pe rfecta s.
- Claro que si.
- Por ese motivo. el dio s es quien menos podría adopta r form as múltiples.
dios na da le falta en cua nto a belleza y a perfección.
- En e fec to. nadie pod ria menos que él.
- Pe ro ¿aca so no podrla él mi sm o tran sformarse y
al te ra rse por s i solo?
- Evidenteme nte, si es ci e rto que se altera.
- ¿Se t ran sfonnarfa en lo mejor y más bello o e n
lo peor y má s feo que él mismo ?
- En lo peo r, necesariamente - re spond i&-, siem pre
que sea ci erto qu e se altera . Pues h emos dicho que a l
oc
XV II 485.486.
dioses, sem ejantes a extranjeros de todas las partes,
toma ndo toda clase de apari encia s, visita n las ciu [dades 1S,
- H as hab lad o cor recta mente. Y si es así, Adimanto,
¿ te pa rece qu e algu no de los di ose s o de los hombres
se vo lverla, voluntariamente, pe or en algún sen tido ?
- Es impos ibl e.
- En tal caso, es im po s ible que un di os esté dispuesto a a lte ra r se ; c reo, po r el cont ra ri o, qu e cada uno de
los dioses, por se r el m ás be llo y mejor pos ib le, ha de
pe rmanece r s iem pre s im ple me nte, e n s u prop ia form a.
- Todo eso me parece forzoso.
- Pues en to nces, mi querido a m igo , que ning ún
poeta no s venga a d eci r qu e
IS
REP ÚBLI CA 11
143
Ni que nadie c uen te ment iras acerca de Proteo ,. y de
Tet is " , ni prese n te a Hc ra - en t ragedias u o t ro ti po
de po emas - t ransfomándose e n una s acerdo tis a me no
d iga ndo
para los hijo s - dado res de vida- de [naco, el rey
[de Argos 1'.
Wn
y q ue no no s prete ndan engañar con mu chas ot ra s fal - e
se dade s s im ila res, ni que las madres. convencidas po r
estos poetas , asusten a su s hijos co ntá ndo les ind ebidamente mi tos segú n los c uales ciertos di ose s ro nda n de
noc he , co n a pa ri enci a s semejante s a las de m uchos extran jeros d e las más d iversas regione s. pa ra no blas femar cont ra los dioses y hace r a la vez a sus h ijo s más
coba rdes.
- Debe n evita rl o.
- Pe ro ¿ no podría suc ede r que los d ioses mism o s no
puedan transfo rma rse, y no s hagan cree r que se ma nifiesta n de dive rsos modos , echando mano a e ngaños y
bruje rías ?
- Ta l ve z.
- En ese caso. ¿es ta r ía u n dios dispuest o a menti r. 382a
con pa labras o act os, recurri endo a u na fal sa apa rie ncia ?
- No sé.
_
- ¿ No sabes acaso q ue la verdade ra mentira -s i se
puede hablar asf- es od ia da po r tod os los dioses y
ho m b res ?
- ¿Q ué qu ieres de cir?
- Esto: que nad ie está dis pu e st o a se r e n ga ñado ver
lun t a ri ame nt e en lo que de sí m ismo m ás le importa
19 En Dd. l V se na rr an la s sucesivas tran sfo rmaciones de Prot eo
e n leó n, d ragón , pa n te r a, ja ba lí, agua y á rbo l, pa ra inte nt ar ín útilme nle escapa r de Mcnelao y sus hombres.
10 Las t ran sformacione s de Tct is pa ra es ca pa r a l ma trimo nio co n
11 ESQUll.O. f r. 168 N"UCK.
Pel eo son ca n ta d as por PfNDARO,' Nem eas IV 62 ss. (not a d e ADAM ).
-v
144
DIALOGOS
17j
t. 'lA
ni respecto de las cosas que más le im porta n, sin o que
te m e sobre todo se r engañado en cuanto a eso.
- Aú n no te entien do.
- Lo qu e sucede - dije- es que piensas que m e
b refiero a a lgo maravilloso . Pero lo qu e yo quiero decir
es qu e 10 qu e m enos admit iría cualqu ie r ho mbre es ser
e ngaña do y est a r enga ñado en el a lm a co n res pecto a
la realidad y, sin darse cu enta, aloja allí la m entira y
la retie ne; y q ue esto es 10 q ue es más de t estado.
-Cier tamente.
- y sin duda es lo más correcto de todo llamar a
es o, como lo hic e hace a pe nas u n mom ento, «u na verd adera men tira» : la igno r a nci a en e l alm a de q u ien-está
engaña do. Porque la mentira exp re sad a en pala bras es
sólo una im itació n de la que afe cta a l alma; es una
im agen que surge po st eriormente. pero no un a m entira
absolutam e nte pu ra. ¿No es así ?
- Muy de a cuer do.
- Po r con sig u iente, la men tira real n o es sólo odi osa
-, para lo s dio ses, si no ta m bié n pa r a los ho m bres.
- Así m e parece.
- En cuanto a la m entira expresa da e n palabr as,
¿ cuá ndo y a quién es útil c omo para no m ere cer s er
odiosa ? ¿N o se volverá útil, tal como uiiremcdíc que
se emplea pr eventivamente, frente a los enemigos, y tamb ién cua ndo los llamados a m igos in te nt a n hacer a lg o
malo, por u n arra nq ue de locu r a o de algú n tipo de in sensate z ? Y tamb ién en la compo sición de lo s mitos de
d que ac abamos de hab lar ¿no tornam os a la m entira ú til
c uando , por desconoce r h as ta qué punto son cie r tos los
he chos de la antigüedad, la asimilamos lo más po sible
a la ve r dad ?
- Sin d u da.
- Pe r o ¿ en cuá l de es tos casos la m entira será út il
al dios ? ¿Acaso sería en e l caso de que, por des conocer
,
REPÚB LICA II
145
él có m o han sido los hechos de la a n tig üe da d, asim ilara
la m entir a a la ve r dad?
- No. eso sería ridículo.
- Po r cons iguiente, no pue de h a llarse en Dios un poeta m enti r os o.
- Me parece q ue no.
- ¿Ment irí a , entonces, por te mor a sus enem igos? e
- E so m enos aú n .
- ¿O po r la insensatez () a rranque de locu r a de sus
amigos ?
-·No - d ijo Adiman to - , po rque nin gú n loco o in se nsato es amigo de Dios.
(.,
- En tal caso, no h ay mot ivo al gu no p ara que Dios
mienta.
')
- No lo hay.
1, .J,iM" ,.(
- Po r ende, lo propio de Dio s y lo di vino es en todo
senti do aj eno a la mentira.
- Po r completo .
- Po r lo tanto, el d ios es a bsolutamente s im ple y veraz tan to e n sus he chos como en sus palabras , y é l mi smo n o se tran sfo rma ni engaña a los d emás po r medio
de una aparición o de discur so s o de l envio de s ignos,
se a e n vigi lia o durante el sueño.
383a
- Al dec ir lo t ú, tam bi én m e pa r ece a mí.
- Ento nces est arás de acue rdo co nmigo en cu an to
a la segunda paut a a la qu e ha y que a tenerse para hahl a r y obrar respecto de lo s di os es: q ue no s on hechiceros q ue se transfo rmen a si mi smos ni nos induzcan J
a equivoca r no s de pala b ra o acto.
- E stoy de acuerdo.
- Po r consigu iente , a un cuando a labemos muc has
cosas en Homero, no el og ia r em os el pasaje en qu e se
refier e el m en saje que, m ientras due rme Agamenón, le
e nvía Zeu s 11, ni ta mpoco aquellos ve rsos de Esquilo
II el. Il. JI 1·34.
94. - 10
b
14 6
Ol ÁLOGO S
en los cuales Teti s dice que Apelo, cantando en sus
bodas.
exaltó mi feliz progenie
con vida s extensas, libres de en ferme dades .
y t ras decir todo est o. celebró mi fortuna. cara a
[los dioses,
con un peá n con que deleitó mi corazón.
y yo no imaginaba qu e la boca divina de Febo,
plena del arte de la profecía. fue ra mentirosa.
Pero este m ismo dios qu e ca ntaba. el mismo qu e
[asistió al iesun
en perso na, y que hab ía predicho todo aquello fue
qu ien asesinó a mi hijo ".
<: Cuando un poeta diga cosas de ta l índole acerca de lo s
diose s, nos enc olerizare mos con él y no le facil itaremo s
un coro. Tampoco permitiremos que su obra sea u tili zada para la ed uc ación de los jóvenes; al menos si nos
proponemos que los gua rd ianes respeten a los dioses
y se aproximen a lo divino. en la medida que eso e s
posible para un hom b re .
- En cuanto a mí - re spondió Adimanto-, estoy co mpleta me nte de ac uerd o con estas pau ta s; y, llegado el
caso, la s adopta rla co mo leyes.
II EsQUILO. fr. 350, 1·9. NA UCK . El p rimer verso es acomodado po r
Pla tón a s u propia red acci ó n.
III
- En lo tocante a lo s dioses -c-prosegu t-c-, me parece 38óa
que es ta índole de cos a s es la que d ebemo s permitir
o proh ibir que, ya de sde niños, oiga n quienes hay an de
hon rar a los dioses )1 a sus propios padres, as í como
quien es no vayan a tener en poco la amistad entre sí.
- Tamb ié n a nosotros nos parece, y creo qu e correctamen te.
- Pues vea mo s; si de ben ser va lientes, ¿no convien e
aca so que se les diga cosas que les hagan tem er la muerte lo me nos posib le ? ¿O consideras que algu ien qu e dé b
ca bi da dentro de si a ese temor a lgu na vez llegará a
ser valiente ?
- No. por Zeus, no lo creo.
_ ¿ y te parece q ue el q ue crea que el Hades 1 ex iste y es ter ri bl e no ha de teme r a la mu erte y la p refer irá en el co mbate an tes qu e a la derrot a y a la esclav itud ?
- De ningún mod o .
- Pues en tonces se rá nece sari o, c reo, que s uperv isemos tamb ién a los qu e se pon en a con tar tales clase s
de m ito s, y qu e les p idamos que no desacredi ten tan
absolut am en te lo que co ncierne a l Hades, sin o qu e má s
bien lo elogien ; ya que lo que rela tan ahora no es cierto
ni provec hoso pa ra los qu e vayan a ser com batien tes. <:
1 La mo rada subterrá ne a del d ios Ha des o Plutón.
d
148
éstos:
DIÁLOGOS
Preferiria ser u n labrador que fuera siervo de otro
hombre. el su vez. pob re y de muy poc os bienes,
antes qu e reinar sobre todos los m uertos l.
- Se rá necesario. e n efec to.
- En ta l caso, bo r re mos de nuestra me nte tod as la s
cosas de esa Indo le, co menzando por versos como és tos:
o
[a bo rrece n
J.
que quede a la vista de mortales e inm ortales la
{mo rada
tem ible y tene brosa, a la cual incluso los di oses
para él el ser sabio; las som bras, en cambio, lo
[rodean 6.
aq ue l q ue d ice :
el alma' como imagen , aunque en ella no haya
[men te en ab scluto! »,
¡Ay, por los dioses. es cierro, pue s, que en la m ora [da de Hades existe
y también :
o
y
para Platón, au n cua ndo pe -
[el Ha d es,
Desde los miembros el alma partió volando hacia
os. XI 489·491
1/. XX 64·65.
• Alma . era el signíffcadc de
oa
JI. XXIII 103·104.
X 495,
ra Homero era más bie n el aliente vital cuando se pierde. er. B. S NEL l ,
Die El'lIdecku>1g des &iSleS, 3.. ed., Hambur go, 1955, pág s, 17·42 .
6
!
REPÚBLICA 111
149
lamentan do tal destino y abandonando la iu ven [tu d en pleno vigor 7 .
Tamb ién éstos:
y el alma se march ó bajo tie rra, como sr fuera
[humo,
ían m ndo un chillido 8.
y estos otros:
así com o los mu rciélagos, en el fondo de la gru ta
[sagrada.
revolotean ch illa ndo, cuando alguno d e ellos se
[desp rende
de la fila adherida a la roca, y se aferran un os
[a ot ros,
asi las {almas de los pretendientes} avanzaban ch i[/landa 9 .
337"
Por el lo solici t a re mos a Home ro y a los demás poetas b
q ue no se encolericen si tach amos los ve rsos que hemos
ci tado y todos los que sean de esa índole. no porque
estimemos que no sean poéticos o que no agraden a la
mayoría, s ino, al contrario. porque cuanto más poéttcos. tanto me nos convie ne que los escuc he n niñ os y hombres qu e t iene n que ser libres y te mer más a la esclavítud q ue a la mu e rte.
- De ac ue rd o en todo.
- Debe mo s rec ha za r. además, tod os los nombres ter roríficos y tem ib les que hallamo s e n tales descr ípcl ones. co mo ' los que se la mentan ' IQ, ' las aborrecidas',
l/. XVI 856-857.
, Ihid . XXIII 100-10 1.
Od. XXIV 6·9.
lO E n gr iego kl1kytos , que también sirve de nombre al ríe del Hades cccuc: otro rte. el Ésügc. está empa re nta do al verbo de la expresión siguiente, stugé" «abo rrecer • .
150
-Sí.
DIÁLOGOS
e 'los que es tán en las zonas inferiores ', 'los manes' y
todas a q ue llas den om in a ciones de l mi s m o tipo q ue h ace n est remecer a to do s los q ue los esc uchan. Y ta l ve z
es o co nve ng a e n o tros caso s; pero noso tr os te meremos
qu e, a ra íz de un es tremec imiento de esa índole. los guardia nes se tomen más te mplados y suaves de lo necesa rio.
- y nues t ro s temores estarán fu ndados.
-¿ Su pri m iremos , pues, aque llos no mbres ?
- ¿ No ha b r á que ha bla r y co m po ner poemas segú n
pauta s o puestas a aq ué llas ?
-Eviden temente.
ti
-¿Om iti re mos también las quejas y los lamentos po r
parte de va ro nes de al t a co nsidera ción ?
- Es necesario, al menos si nos atenemos a lo di cho
anteriormen te .
- Exa m ina a ho ra si hemos proc edido co rrec ta mente
en ta les su p res io nes. ¿Afi nnar em os que un hombre razonable no juzgará q ue, para o tro ho mb re razonable del
cual sea c o m pañe ro. la muerte sea te rrible ?
- Lo afirma re mos, en efecto.
- Po r e nde no ha de ha ber la mentos por é l, como
s i le hubiese a contecido a lgo terrib le .
-c-No, ci ertamente.
- Ya e llo debemos añadir q ue el hombre que es d e
ese m odo se rá e l q ue más se baste a s í m ismo para vivi r
" bien ; y q ue se d ife re nci a de los de m ás e n q ue es q u ie n
me nos ne cesi ta de o tro.
- Es ve r dad .
- y pa r a é l, me nos qu e pa r a nadie, se rá terrib le ve r -'
se privado de un h ijo o de un h e r m a no, o b ien de riquezas o de c ua lqu ie r otro b ien .
- Me nos que para nadie. es ci e rto.
- y será también q uien men os se lamente c ua nd o I
le acontezca u na desgracia de esa índole, y el que co n
m a yor moderaci ón la so po r t a rá.
REP ÚBLI CA 1II
151
b
- Na tu r a lmen te.
-En tal caso, será co r recto q u e e lim ine mos los lamentos de los varones de re nom b re , y q ue los r efi ramos a las m uj e res -y no a aque llas qu e so n va liosasy a los hombres viles. de modo qu e. a qu ie nes decimos 3884
q ue hemos de e d uca r para la vigilancia del pats. les desag r a de pa rece r se a éstos.
-Correcto.
- Nuevame nte a Home ro, as í como a los demás poetas , pediremos q ue no presenten a Aquil es, h ijo de u na
diosa.
tendido por momentos de costado, por m omentos
{con el rostro hacia arriba.
por m omentos boca abajo, y tras lev anta rse,
a veces de pie, vagando agitadamente por la ori [l/a del mar
ni tampoco
recogie ndo con ambas manos negra ce niza
y derram ándola sobre su cabe za IJ ,
ni q uejándose y lamentándose de tantas otras cosas como las q ue Home ro 1:1a desc rito. y qu e no p re se nt e a
Prf amo, pr ó xim o a lo s di ose s po r su ge nea logfa,
su plicando y arrojándose en el fango,
llama ndo a cada va ron por su nom b re u.
y m ucho m ás que en estos casos, les ped ire mos q ue no
represe nte n a d ivinid ades la m ent á ndose y excl a m a ndo:
¡Ay, desgra ciada de mí! ¡Ay, desd ichada madre del m ejor e
[de los héroes! 1"
II l/. XX I V 10-12. En el v. 12 Pla tó n sustit uye pa lab ras.
u ¡bid. XX lIl 23·24 .
lJ ¡bid. XXII 4 14,415 .
14 /b id. XVIII 54.
152
DIÁLOGOS
y si as¡ retratan a los dioses, que al menos no se atrevan a presentar al más grande de los dioses tan dis to rsionadamente como para que exclame:
[m is ojos
¡Ay de mí, un hombre que me es querido es el que con
bien:
[zón!
veo perseguido alrededor de la ciudad, y aflige mi cara-
o
le
¡Ay de mi; Sarpedón, el más amado por mí entre los hom. [bres
[elo!
d ha sido des tinado a morir a manos del menecíada Pairo -
lbid. XX II 168-169.
Ibi/;l. XVI 433·434.
En efecto , mi querido Adimanto, si nuestros jóvenes es c ucha ra n seriamente t al es cosas y no se ec hasen a reír
por tratarse de palabras indignas, menos aún un hombre podría considerarlas indignas de sí mismo, y nadie
le reprocharía s i se le ocurriera decir o hacer algo de
es a índole; tal hombre, por el contrario, ante los más
pequeños infortunios, prorrumpiría en una multitud de
quejas y lamentaciones, sin sentir vergüenza ni tener
p aciencia.
e
- Lo que dices es cierto.
- Pe r o no conv iene que ocurra eso, tal como nuest ro
razonamiento acaba de mostrarnos, y a él de be mos atenernos, por lo menos hasta qu e alguien nos convenza
con otro mejor.
- De acuerdo.
- No obstante, no conviene que los guardianes sean
gente pronta para re írse, ya que , por lo común, cu ando
alguien se abandona a una r isa vio len ta, esto provoca
a su vez una reacción violen ta .
1"
RE PÚBLIC A JIl
153
- Me parece que s í.
- Por cons iguiente, es ina cep ta b le que se present e
a homb res de va lía domin ados por la risa. y mucho
menos si se trata de dioses .
- Por cierto.
- En t al caso, tam poco aceptaremos a Home ro cosas como éstas acerca de los dioses:
y una risa interminable brotó entre los dioses bienaven[turados,
cua ndo vieron a Hefesto moverse presurosamente por to[da la casa 17 .
Ibid . 1 599-600.
Cf. sup ra, JI 382e-d.
3S9Q
- De acuerdo con tu argumento, no se puede aceptar est o.
- Mío será si me lo quieres adjudicar -repuse- ; de
todos modos , en efecto , no se puede aceptar.
b
-c-Pero además la verdad dehe ser m uy estimada. Porque s i hace un momento hemos hablado co rrectamente,
y la ment ira es en realida d inútil para los dioses, aunque útil para los hombres b ajo la forma de un remedio la, es evidente que semejante remedio de be ser reservado a Jos médi co s, mi entra s que los profanos no
deben tocarlos.
-Es e vid e nte.
- Si es adecuado que algunos hombres m ientan, éstos serán los que gobiernan el E st ado, y que frente a
sus enemigo s o frente a los ciudadanos mi ent an para
be neficio de l Estado; a to dos los dem ás les estará vedado . Y si u n part icu lar m iente a los gobernantes, d ire - e
mas que su falta es igualo mayor que la del enfemo
al médico o que la del a tle ta a su adiestrador cuando
no les d ice n la ve rdad respecto de las afecciones de su
propio c ue r po; o que la del marinero que no dice al pi17
d
t
154
Dr ÁL OGOS
loto la verdad ace rca de la na ve y su tripulación ni cuál
es su cond ición o la de sus compañe ro s.
- Es mu y cie rto.
- En tonces, s i qu ie n gobie rn a sorpre nde a ot ro mi n-
tiendo en el Estado
[J era s
19,
entre los que son artesan os:
un ad ivino. un m édico de males. u n carpintero en malo cas tiga rá por int roduci r u na práctica capaz de su bve rt ir y arr u inar un Est ado de l m ismo modo que u n a
n ave.
- As! se rá. s iem pre que los hechos se aj usten a nue s-
tra s palab ras.
-Ahora bien. i no necesitarán mode ración nues tros
jóvene s ?
.
-¡Claro que s i!
- Pe r o la moderación. en lo que concierne a la mulo
ti tu d, i no cons is te p ri ncipalmente en obedecer a los que
gob ie rn an y en gobernar uno m ism o a los placeres que '
conciernen a las be b idas. a la s comidas ':f a l sexo?
- Así me pa rece, a l menos.
- Dire mos, e ntonces, que es tá n bie n dichas palabras
como las que Home ro pone e n boc a de Diomedes:
siéntate callado, amigo, y obedece la o rden " ,
y los ve rsos que sigue n a ést e:
los aqueos ava nzaban respirando co n ánimo VIgOroSO,
lenta ment e, temiendo a sus coma nda ntes.",
y los dem ás de esa índole.
19 os. XVII 383.384.
20 11. IV 412,
21 A
de lo anun cíudo por Plat ón, estos vers os no siguen a l
que acaba d e ci ta r, y se hall an en cantos d iferentes ent re si: el prim ero , en III 8, Y el seg un do en IV 431, sie mpre de la l/fuda.
REPÚBLIC A III
- Sí, es tá n b ien dichos .
- Vea mos es te otro:
l 55
aton tado po r el vino, poseedo r de ojos de per ro y de u n
[corazón de cier vo u.
b
¿Están b ie n este ve rs o y los que lo s iguen, así como 39011
todas aquellas otras insol enci as que. e n prosa o en poe.
sía. sea n d ic has po r un ci udadano a los gobe rnantes ?
- No, no es tán b ien.
- En efecto, no c reo que sean cosas adec uadas pa ra
qu e escuc he n los jóven es respecto de la moderación . Cla ro que no ha y que a sombrarse de que les produzcan
alguna cl a se de place r. ¿Cuál es tu op in ión sobre es to ?
- La misma que la tuya .
- Pue s bien; cu ando un poeta hace de ci r al más sab io de los hombres n que lo que le parec e más helio
de todo es el momento cu an do
al lado están las m esas abun da ntes.
en pan y carne. mi entras el escan ciador saca el vino de
Ila crá tera.
lo lleva y lo vierte e n las copas ;M ,
¿c rees que pa ra un jove n es a propia do escucha r tal es
cosas e n c uanto a s u templanza ? ¿ Y acaso pode mo s a firmarlo de aquel verso que d ice q ue
el destino m ás lamentable qu e pu eda tocar en suerte es
[morir de hambre?
¿o b ien na r rar que Ze u s, el únic o de sp ie r to m ient ra s
los demás di o ses dorm ían, t ras olvida r fáci lmente tod a s
JI. I 225.
Ulises .
11
1)
Od. IX 8·10.
[bid. XII 342.
lO
156
m ÁLOGOS
26,
h a y que conte mpla r las y escuc harl as.
- Est oy tota lmente de acuerdo.
-Ni tampoco de bemos pe rmiti r qu e los varones que
educamos sean sobo rnables o apegados a las riquezas.
-De ningú n modo .
- Ni que se les canten ve rsos como el q ue dice:
golpeándose el pecho, increpó a su corazón con es tas
[palab ras:
sopó rtalo, co razón; ya aira vez afrontaste algo más ha[TTi ble 28,
o bien contar qu e Ares y Afr odita fueron encadenados
po r Hefesto po r cosas de esa índole ? u .
- ¡No, po r leus ! No me pa rece que sea apropiado .
-Si se na rra, por el contrario. cómo renombrado s
varones d a n p ruebas de perseve ranci a. de palabra o acto, como é sta:
a escondidas de sus queridos padre s
e las maquina ciones que habla ideado, impulsado por la
pa sión se xua l, al ver a Hera se excitó de modo tal, que
ni siquiera q uiso llega r a s u alcoba. sino que prefiri ó
acosta rse con ella sob re el pi so , a legando que era p resa
de un deseo tal como no lo ha b ía po seido ni s iquie ra
la primera vez que se acost a ro n juntos.
d
"
los presen tes persua den a los dio ses, así como a los
[reyes má s respet ables 19.
JI. XIV 396.
11 Cf. OJ. vm 266.3211.
18 ¡bid. XX 17. 18.
19 Seg ún"¡ antig uo léx ico Suda, este v" roo h a si do at ribuido la r .
d laTnente a Hesíodo . ef. EIJllfl.'UJES , Me dea 964-965: «u n p ro ve rb io dice
qu e lus dones persuaden a Jos dioses, I y el oro va l" para los mo rtale s
m á s qu e mill are s de palehras •.
1
REPÚB LICA 11I
157
Tampoco debe alabarse a Fé nix , el maestro de Aquiles,
como s i hubiese hablado correctamente a l aconsejarle
qu e, s i recibía los done s, acudiera e n a u xilio de los
aqueos, pero que, s i no los recibía, no deja ra s u ira de
lad o JO. Ni ad mit ire mos conside rar a l m ismo Aquiles
apegado a las riqueza s has ta el punto de recibir dones
de Agamenón II y esta r así dispue sto a de volver un cadáver t ra s recib ir u na compensación, pe ro de o tro mo- 391..
do no ",
- Po r cierto -dijo Adimanto- que no hemo s de elogiar ta les rela tos.
_ y dudo, só lo porque se trata de Home ro, e n afirmar que es im pío ha bl a r así de Aquiles y en creer a
los ot ro s que le narran; como también que Aquil es di ce a Apolo:
Me tl1gafil1ste. Apo lo, e l más fu nes to de todos los dio ses;
y, por cierto, te 10 haría paga r si contara con el poder
[para ello u.
En cuanto a que Aquiles obrara desobedeciendo a l Tia , b
s ie ndo éste un di os. y estuvie ra dispuest o a com batirlo ": o qu e, respecto de s us cabellos, con sagrados a
otro r te . el Esperqu eo, di jera
desearía ofrecer m i cabelle ra 111 hé roe patroc ío »,
10 cr. II. IX 5 15-518.
,
II /bid. XIX 278-279, lo s presen tes d e Agamenón 50n cond uc tJ o s a la nave de Aqu iles , pe ro és te vuelve al co mba te no po r es e mo li·
VO , sino pa ra ven ga r la mu erte de Pat roclo.
II Au nq u e, ibid. XXIV 593-594, Aqu iles dice que h a devu e lto el
ca dáv er de Hécto r a su p ad re po r el p ago de u n resca te , pero la ve rd edera razón es la de que m madre Tetis le a conseja qu e as l lo h a ga
pólra 11" irri ta r a los dio se s (XXI V 560·562, d. 133·137).
II /bid . XXII 15 Y 20.
l hid. X XI 314 ss .
{bid. XXIII 151.
JI
l'
,I
(
158
DIÁLOG OS
que e ra ya ca dá ver, y ha ya p roc edido así, no de be ser
c reído . Y a s u vez, e n lo conce r niente a las vu e ltas alrededor de la tumba de Pat roclo. donde e ra arrastrado e l
cadáve r de H éc tor M, y el sac r ificio de ca u tivos vivos
sobre la pira )1 , d ir emos q ue toda s es tas cosas qu e se
han con ta do no son cie r tas. Tampoco pe r mit i re mos que
e se haga cree r a nues tros jóvenes Que Aquil es (hijo d e
un a d iosa y de Peleo - e l má s moderado de lo s hombre s
y descend iente de Zeus en terce r grado-c. así como educado por el sa pien tls imo Qui mo) haya sido p resa de una
confusión tal. que d ie ra cab ida dentro de sí a dos enfermedades o puestas entre si: el servilismo que acompaña
al apego a la s r iquezas. y el meno spreci o tanto respecto
de los dioses como de los homb res.
- Tienes razón .
- Po r consiguiente - pro se gu í- , no debe m os de ja r nos convencer por estas cosas, ni consenti r q ue se afird me qu e Teseo, h ijo de Posidón, y Pirt too, hijo de leus ,
ha ya n emprendido tan terri b les raptos " , o que c ua l qui er otro hé roe o hij o de un d ios se haya a t revido a
come te r obras ho r r ibl es o sac r-ílegas como aquellas de
las que a hora mendazm en te se les acusa. Más bien he mos de obliga r a los poetas a afi nna r que es as ob ras
no ha n s ido come t idas po r aqué llos. o bien q ue aquéllos
no son hijos de di oses; pe ro no decir que a m bas cosas
son cier tas e intenta r persuadtra nues t ros -jóvenes de
q ue los d iose s e nge nd ran a lgo ma lo y de que lo s h éroes
J6
Ibid. XXIV 14.16.
'H lbid . XXIII 175.176.
Se refi e re a la leyend a, según la cual Pirít oo ay udó a r eseo a
raptar a Helena y, en re tri bu c ión, T éseo ay udó a Pirítoo a rap ta r a
Per s éfone, que h a lla mo s en ISÓCRATES, X (_E logio de Hel ena .) 18.20 .
l sóc rates compa ra el más conoci do - pa ra nosot ro s - rap to d e Helena
por Alejan d ro-Pa ri s con el d e Pe rs éfonc por el d io s Hades (d . e l Him .
no «ho m érico - A Dem eter, do nde no se men c ion a para na da a Teseo
n i a Pirltoo).
RE PÚ BLICA III
159
no so n en nada mejores que lo s homb res. Ta les afir maciO"nes,- como acabamos de deci r. so n sac r Hegas y falsas¿ puesto q ue hem os demostrado q;wes ·impos ib le que
se generen ma les a p a rtir de los d io ses.
- Cla ro que s i.
- Ta les af ir maciones. ademá s, son perniciosas para
q u iene s las escuchan. Pues todo hom b re se perdon ará
a s i mi smo t ras obrar mal, si está convencido de que
cosas se mej a ntes hacen y han hecho tambié n
los parientes de los diose s,
más próximos a Zeus. de quienes ha y. en el éter
del m onte Ideo, un a lta r a Zeus paterno,
y en quienes no se ha extinguido aún la sangre divi·
(na JO.
Oc
la tra gedi a Niob e, de
ES QUILO
(fr . 155
O l NDOR F) .
I!
Por es ta razón hay que poner término a semejan te s mi tos, no sea que c reen e n nue st ros jóvenes u na fu e rte 3924
in cli nación h acia la vileza.
- S in du da.
-En tal caso ¿qué clase de di scursos restan pa ra
delimitar aque llos q ue se deben rela tar de aque llos que
no ? Ya ha s ido expue sto. e n efecto. cómo se de be hab la r acerca de los di ose s y acerca de los de mo nio s, as¡
como de los hé roes y de los que ha b itan en el Hades.
- Asl e s.
- y lo que rest a ¿no se rá lo qu e concie rne a los hombres ?
-c- Eviden temen te.
- Pero nos es im po sible ordena r es to, mi querido amigo, al men os por el momento.
- ¿ Por qu é ?
- Porque creo que , a pa r t ir de lo admit ido , hem os
de afirmar que los poetas y narrad ores h abl a nmal
l"
,
h
160
DIAl.OGOS
acerca de .lcs ..bcmbre s en los .temas más importante s.
al "deci r q ue hay m uc hos inj us tos felices y e n ca m b io
just os des di chad os, y q ue cometer inju st ic ias da pr ovecho s i pa s a inadve rt ido. e n ta n to la ju st icia es un b ie n
aje no para e l justo, y lo propio de éste su pe rju icio. ¿ Prohi biremos q ue se diga n tal es cosa s y p rescribire mos q ue
se ca n te n y c ue nten mi tos e n sen tido opue sto a aqu éllas. o no te pa rece ?
- S í, bi en lo sé.
- Y e n caso de q ue estés de ac ue rd o e n que lo que
di go es cierto, ¿ podré a firma r que es tás de acue r do e n
lo que b u scamo s desde un co m ie nzo?
- Lo h as pe nsado correc tamente.
e
- Por lo t an to, d ado que se debe habla r ace rca de
los homb res con discurso s de t al ín dol e. ¿nos pondr emos de acuerdo en eso c ua ndo descubramos qué es la
ju st ici a y cómo ést a, po r s u naturaleza, da provecho al
qu e la posee , ta nto si pa rece o no ser justo ?
- Mu y cierto .
- Finali cemos entonces lo concerniente a los disc ursos; e n cuan lo a s u dicci ón, creo qu e debe se r exa minada a con tinuación, de modo que no s quede perfectame n te
an alizado tanto lo que debe dec irse como el modo e n
q ue de be se r dicho.
Aqul me in te r r um pió Ad imanto:
-No com p re ndo qué es lo qu e qu ie res decir - man ifes tó.
d
- Sin em ba r go - insistí - , de bes com prende rl o; t al
lal vez lo a pre hendas mejor de e sta man era : ¿acaso no
s uce de q ue tod o c u a nto es re la t ado por com po sito res
de mi los o po r po et as es un a na r ración de cosa s que
ha n pa sado , de cosas que pa sa n y cosas que pasarán ?
- ¿ Y de qué ot ro modo po dría ser ?
-c-Pc ro la na r ración qu e lle va n a cabo pue de se r s im ple, o bi en p ro ducida por medio de la im it ación, o p or
a m ba s cosa s a la vez .
RE PÚBLIC A III
16 1
- Esto ta mbién necesito que me lo e nseñe s más clara men te .
- iPa rece que soy un ridículo y osc u ro maest ro !
- e xcl a mé-. Pues e ntonces, tal como los que son incapaces de hace rse e nte nde r. no me referiré al conjunto de
la cues t ión sino q ue, t ra s sep a rar de al li u na parle, e
inte nt aré most rarte e n és ta lo qu e pretendo. Dime: tú
conoces e l comienzo de la llíada, donde el poeta c ue nta
que Cri ses pid ió a Aga me nó n la devoluci ón de s u hija,
y que éste se e ncole r izó, po r lo c ua l Crtses. al ver q ue
no te n ia é xito, im ploró al di os cont ra los aq ueos oo. 39 34
- Po r ciert o,
- Po r lo tan to, sa bes que ha sta esos ve rso s,
y suplicó Q codos los aqueos,
)' en particular a los dos Atridas, caudillos de pueblos ",
habla el poeta mi smo sin tratar de ca m bia r nuest ra id ea
de qu e es él m ismo y no ot ro quien ha bl a. Pe r o después
de los ve rsos citados ha bla como si él m ismo fuera b
Cr tses. e in te nta hace r nos c reer qu e no es Home ro el
que h ab la si no el sacer dot e, que es u n anciano. Y a p roximada me nte as í ha com pues to todo el res to de la narración sobre lo que ha acon tecido en I1ión, en h aca u
y e n la Odisea íntegr a.
-De ac ue r do.
- Pues b ie n, ha y na rración no sól o cua ndo se refie re n los d isc u rsos sosten idos e n cada oca sión, sino ta m bié n c uan do se re la ta lo 'q ue su cede entre lo s disc u rso s.
- Na t u ralme nte.
- Pero c ua ndo se presenta un di sc urso como si fue ra e
ot ro el qu e habla. ¿ no diremos que asemeja lo más po sí -
'U 1/. 1 8-42.
'l / bid . 15.16.
,¡ ll i6n es utru nomb re de Troya: h aca es la is la de la cua l es
rey Ulisc s, y en la qu e t ra nscurr e parle de la Odisea.
Q4. _ 11
I
16 2
D1ÁLOOO S
ble su propia di cción a la de ca da personaje que , según
an t ici pa. ha de habl a r ?
- Lo d ire mo s. en efec to .
-y asemejarse uno m ismo a ot ro en hab la o as pecto i no es imi ta r a aq uel al c ual u no se a semeja ?
- S í.
I - En el caso presente, por 10 t a nto, parece qu e tan to
éste como los dornas poetas compon en la narraci ón m ediante imitaciones.
- Es toy m uy de acu e rdo .
- En camb io. si el poeta nun ca se escond iese/ tod a
S ll poe sía y s u na r raci ón se r ía n producidas s in imit ad ción a lgu na. Pa ra que no me vayas a decir qu e no
com prendes có mo podría suc eder esto, te lo ex plica ré.
Si Home ro . tras decir qu e Cr ises llegó t rayendo el rescate de su hija. como su plic a nte a los aque os pe ro especi almente a los
ha blando no como s i
se h ubiera converti do e n Cr ises s ino como si fu e ra a ú n
Home ro . te pe rca ta rá s de que no ha b ría imitación s ino
narración sim ple. Ha br ía s ido algo a prox imada me nte a sí
(m;;- e xpres;Cn pro sa. pue s no soy poeta): "Al llegar.
e el sacer dote r ogó que los dioses permit iesen a los aqueos
co nqu ist a r Tro ya y con se rva r la vida , y que éstos libera ran a su hija t ras acept a r el resca te. y res petando a l
dios. Cuando él d ijo es tas cosas. los aq ueos lo a prob aron re ve rente men te. pe ro Aga menón se irritó y lo co nminó a pa r tir inmed ia tame nte y no volve r. ya qu e de
nada le valdrían el báculo y las gu irnaldas de l dios. Y
le dijo que. antes de liberar a su h ija. és ta envejecería
e n Ar gos jun to a él; y le orde nó marchar se y qu e no
.J J 944 lo irritase más. s i que r ía regresar a su casa sa no y
salvo. Al escuc ha r est o. el a nciano se a te mori zó y se
ma rchó e n s ile ncio. Pe ro cua ndo se a lejó del cam pame nto rogó ex ten sa men te a Apele , invoc a nd o al di os po r
sus diversos ep ítetos y pidi é n dole que. s i recordaba que
a lguna vez le hab ía n s ido grato s la edi fica ci ón de tem -
RE PÚ BLICA 111
163
p los y los s ac r ificios de vícti mas q ue él había ofreci do .
e n nombre de es o le im plo raba que sus lá grimas fueran
ex piada s por los aq u eos con da rd os de l dios » u . Asf
-concl u í- se crea. m i a migo. una na rraci ón s im ple.
s in imit aci ón .
b
- Ent ie ndo -contestó Adím anto .
- Com pre nde del mi smo modo que se pro duce un
ti po de na rraci ón opu esta a aqu éll a , cu an do se su primen los rel atos que inte rcala el poe ta en tre los d iscu rsos y se deja n só lo los di ál ogos.
- Ta m b ién com pre ndo esto: es lo que s uc ede e n la
t ragedia .
- Has pensado muy co r rect a men te - d ije- , y c reo
qu e a ho ra puedo hace rt e claro aquello qu e ante riormente
no pu de: que ha y. e n primer lu ga r, un tipo de poesía
y com posición de mi tos in le gramente imita t iva -como t:
t ú dices, la t raged ia yla comedie-e: e n segundo lu ga r.
e l que se p rod uce a t ravés de l recita l del poeta , y que
lo ha llarás e n los ditira mb os, má s q ue e n cualquie r o tra
pa rt e; y e n te rce r luga r, el que se c rea po r a mbos p rocedim iento s, lan to e n la poe sí a é pic a como en mu chos
ot ros luga res, si me e ntie nde s.
- Aho ra capto lo que antes querías deci r.
- Rec ue r da que a nt es afirm amos t amb ién que ya había mos ha b lado de lo que se de be decir, pe ro que a ú n
quedaba po r e xam in a r cómo se debe deci r .
- Lo recue r do.
- Pues b ie n , aq ue llo a lo cual me re feria e ra que d
sería nec esario ponemos de acue rdo so b re s i he mos de
pe rmitir que los poe tas nos com po ngan las narraci on es
sólo im itando. o bien im itan do e n pa rt e si, e n pa r te no
-yen cada caso. qu é es lo q ue ím it ará n- . o s i no les
pe rm it ire mos imit a r.
p .42.
01 Lo qu e aqui entreco millamo s es la paráf ra sis que Plat ón hace
del pasaj e d e JI. 1
164
DI ÁLO GO S
-Adi vino lo que es tás proponiendo examina r: si hema s de admit ir o no e n nu es tro Estado la traged ia y
la comedia .
- Ta l vez - contes té-, pe ro ta l vez tambi én algo de
más im po r ta nci a q ue eso, a unq ue yo mi smo no lo sé
aún, sino que a lll ado nde la argumentación. como el vien to, nos lleve, hacia allí debemos ir.
-Dices bi en.
e
- Ahora. Adtmamo. obse rva lo s igu iente: ¿de ben s er
nuest ros gua rd ia nes a p tos para la im itación, o no ? ¿De
lo que he mos d icho a ntes no se s igu e acaso que cada
uno rea liza b ien un solo oficio. no muchos. y que, s i
trat a d e a plicars e a muchos. fracasa en todos s in poder
se r tenido en cu ent a en ninguno?
- No puede se r de otro modo.
- y el mi smo a rg umen to cabe con respect o a la imitación: que un mismo hombre no es capaz de imitar m uchas cosas t a n b ien como lo hace con u na sola.
- Cie r tame nt e.
395<1
- Mucho menos. por e nde, po drá ejercitar oficios d e
alto valor s im ultánea me nte con la im it ación de m uchas
cosas. po r hábil qu e sea al imitar, puesto que in cl uso
los dos ti po s de imitación que parecen se r ta n vecinos
e ntre si -como la comed ia y la tragedi a- no pu eden
se r practic ado s b ien por las mismas personas. ¿O no
lla ma ba s hace un momento imitaciones a estas dos
fo r mas ?
-Sí, y tienes ra zón a l afirma r qu e no puede n ser
los mi smos poet as los que c reen a m bas. .
-Ta mpoco se puede a la vez ser rapsoda y ac tor.
- Sin d uda.
-Ni s iquiera los actores que ac túa n en las comed ias
" son Jos m ismos qu e e n las t ragedias; sin embargo, toda s
éstas son for mas de imitación. ¿No es así?
- E incl uso más que es to, Adímanto: m e parece que
la na tu ral eza human a est á de smenuzada en pa rtes más
R EPÚBLICA 1Il
165
pequeñas aú n, de ma ne ra que es in capaz de imit ar b ien
mu chas cos as, o de hace r la s cosas mismas a las cua les
las im itaci ones se ase mejan.
- Es muy ci erto.
- Por cons igu ien te, s i hemos de mantener nuest ra primera regla , segú n la c ual nue s tros guard ia nes debían
se r re le vad os de todos los de más ofi cios para ser a rtesa nos de la lib ertad del Es tado e n se nt ido est ricto, s in e
ocuparse de nin guna otra cosa que no co ndu zca a ésta ,
no será conveniente q ue hagan o imiten cualquier o tra.
Pero si imitan, correspondería que imi ten ya de sde niño s los tipos que les son a propiados: va liente s. mod e rados, piadoso s, libres y todos los de esa índo le. En camb io, no debe prnctiea r se -n i el servilismo ni el ser hábil
e n imitarlo -como ninguna otra bajeza-e, para que no
suceda que, a raíz de la im it aci ón , se compene t ren con
su realidad. ¿Aca so no has advertido que, c uando las d
imitaciones se llevan a cabo de sde la juventud y durante m ucho tiem po, se ins tauran en los háb ito s y en la
natu raleza m isma de la persona , en cua nt o al cuerpo,
a la voz y a l pe nsamiento ?
-Si, lo he adver tido.
- No tol e raremos pues, que aquell os po r los cuales
debemos p reocupamos, y que se espe ra qu e llegu en a
ser hombres de bien, s i son va ro nes, imiten a una muo
je r, jove n o a nciana, q ue injuria a s u marido o desaña
a los di oses , con la mayor jac ta nci a porque pi en sa que
e s dicho sa, o b ien porque es tá sum ida e n in fo r tu nios,
pe na s y la mentos. Y mucho me nos que represente n a
u na mujer e nfe r m a o enamorada o a punto de dar a luz.
- De ningún modo.
-N i tam poco a escl ava s o a es cl avos, al m en os realizando actos se r vile s.
- Ta m poco.
. - Ni que represen te n a hom b res viles 'i cob a rdes,
que ha gan lo contrario de lo que hemos dicho ya, in sul-
(
166
DIÁLOGOS
tá ndose y ri dicu lizá ndose u no s a ot ro s y d ici e ndo obs396<1 ce nidades, eb r ios o sobr ios, y cuan tas ot ras pala b ras
o accione s de esa índole con que se degradan a sí m ismos y a los ot ros. Creo también que no se los debe acostum brar a imitar, ni en pal ab ras ni en acto s, a los qu e
e nloq uece n .' H a y que conocer, e n ef ecto, a los locos y
a los malvados, hombres o m ujeres, pe ro no se debe
obra r como e llos ni imita rlos.
- Es una gran verdad.
- En cua nto a los he r rero s y a los q ue eje rce n a lgú n
otro oficio. o a los reme ro s que hace n a van zar a un a
na ve, o a qu ie ne s les m arcan el t ie m po a aquéllos, o
b cualqu ie r ot ra cosa de esa índo le, ¿de ben los guardianes imitarlos o no ?
- ¿ Y cómo podría adm it irse eso, si ni siqu ie ra se le s
permitirá prest ar les atenci ón a esos ofici o s ?
- Pues b ien , ¿im itarán acaso los relinc hos de los caba ilas, los m ugid os de los toros, el m u rmullo de los r íos,
el es trépito del mar, los tru enos y otros ruidos s imila res?
- No, ya que no se les pe r miti rá e nloq uecer o q u e
.
Imi te n a los locos.
,;_ - Entonces, s i e ntiendo lo que qu ie res decir, ha y una
___ especie de dicción y na r ra tiva a que recu rre el homb re
e ve rd aderamente va lioso c uando necesita decir a lgo, y
ot ra especie com p letamente d ist in ta , de la que se servirá el hom bre que , po r naturalez a y educación, es lo conIrario de aq ué l.
- ¿ y c uáles son esas especies?
- Me pa rece que, c ua ndo un va rón ca ba l llega , en
la na rraci ón , a a lgu na frase o acc ión pro pias de un hom bre de b ie n , esta rá d is pu es to a inte r p re tar dicho pasa je, s in a verg onzars e de ta l imitación, má xim e s i imita a l
d homb re de b ie n q ue ob ra de mod o fi rme y sa bio ; pe ro
es ta rá menos dis p ues to , y en me nos ocasiones, s i se u-a ta de imitar a a lguien p resa de en fe rmedades. o de a mores, o de e b ri edad o algú n ot ro padeci mien to . y en caso
REP ÚBLICA 111
167
de que el im itado sea ind igno de t a l varón, éste no estará d ispues to a im itar se ri a me nte a a lguien inferior a
él. sa lvo e n las escasas opo rtunidades en que el imitado
haga algo de va lor; y de todos modos se a ve rg onzará,
e n parte por ca rece r de práctica en la imitaci ón de tao
les personaje s, en parte po r sentir re pu ls ión hacia el
a moldars e él mis mo y adaptarse a los t ipo s de b aj a ra- e
lea ; de sde ñará estas cosas, excep to como pasa tiempo.
- Es n a tural.
- Por cons igu ie nte , u sa rá e l t ipo de narrat iva que
desc ri bía mos hace u nos momen tos a propó si to de los
versos de Homero, y s u modo de relata r parti ci pará tanto de ta im itación como de la narraci ón s im p le, pero
la parte de imitación se rá breve dentr o de u n texto exten so . ¿ Ent ie ndes ?
-c-Sf, Y c reo qu e as í ha de se r for zosa men te el prototipo de
-En tal -caso ; el rela tor q ue no sea como és e se r á 397a
ta nto más med iocre, prefe ri rá imit ar todo y no con s íde ra rá na da ind igno de él, de modo que t ra ta rá de im it a r
se r ia me nte y a nte mu c hos tod o lo qu e acabamos de menciona r: t ru enos, ruidos de vientos y granizo, de ejes de
r ue das y po leas, trom pe t as, fla ut as, s iri nga s y sonidos
de todos los instrumentos, a sí como voces de perros,
ovejas y pájaros. Y as í todo s u relato estará formado por im it aciones de sonidos y ge stos, y muy poco h
de narración .
- Fo r zosamente.
- Ta les son, pue s, los dos t ipos de narrativa a los
que me refería .
- Esos son, e n efecto.
-Y e n un caso la s va r iaci on es son peque ñas, y, u na
vez que se as igna n a l texto la a rmanla y el ritmo adec uados, sucede que el que recita correc tame nte sólo ne cesit a recita r segú n la misma cadenci a y en una m isma
armonía - ya que son po cas -la s variaci ones- ,-y-ell-u n""r it me a ná logamente parejo.
168
DIÁLOGOS
- Así es .
Ji t-! f¿ v{., .:' 11,;" «, ,-En el otr o casó' se requ iere lo con t rario: tod as la s
armonías y todos los r it mos, si es que ha de recítarse
de l modo que le es prop io, ya que cue nta con var íedades de toda forma.
-Con toda razón.
-y todos los poetas y los que cuentan algo echan
mano a uno u otro tipo de recitación de los ya menci onados, o bien a al guno que res ulte de la mezcla de
ambos.
- Necesa r iamen te.
d
- Per o ¿qué ha remos? ¿Admiti remos en nuestro Estado todos estos tipos, o bien a lguno de ellos en es tado
puro, o bien u no mezclado con el otro?
- Si m i opinión se impone , admitiremos la imitación
pura de l hombre de bien.
- Mi querido Adimanto, ta m b ién es agradable el tipo mixto; pero mucho más ag rada b le para los ni ño s,
así c omo para sus maest ros y para la mayoría de la muche du m bre, es el opuesto al que tú eliges.
- Cier ta me nte, ese tipo es el que agrada más.
- Con mucha probabilidad, sin em b a rg o, dirás que
ese tipo no se adecua a nuestra organización política,
e porque en n uest r o Estado el hombre no se desdobla ni
se multiplica, ya que cada u no hace una sola cosa.
- No se adecu a, en ef ecto.
- Por esa razón, en nu estro Estado únicamente halla remos al za pa te r o que fabrica calzado sin se r piloto
ad emás de fabricant e, y al la b ri ego que es labriego, per o no juez al mi smo tiempo que la br iego, y al militar
que es militar y no es comerciante además de ser militar, y as í con todo el resto.
-Así es .
- De ese modo, sí arribara a nuestro Estado un hombre cuya de streza lo ca pacit a ra para asumir las más
variadas fo rmas y para imita r todas las co sas ,y se pro39 8a
R gPÚ BLlCA 1II
169
pusiera hacer una exhibición de su s po emas, c reo que
no s proster naríamo s ante él como a nte alguien di gno
de cuita, maravilloso y encantador, pero le diríamos que
en nues tro Es tado no hay hombre al guno como él n i
está permitido qu e llegue a haberlo, y Jo m andaríamos
a otro Est ado, tras derramar mirra sobre su ca be za y
haberla coronado con cí n t ílles de lana. E n cuanto a no sotros, empl earemos un poeta y narrador de mitos más
eusteroyménosagradeble, "pero que nos sea más Pt"> b
vechoso . que imite el modo de hablar del hombre de
bíeri y qu e cuente sus relatos ajustá ndose a aquellas pau·
t as qu e he mos prescri to de sde el com ienzo, c ua ndo nos
di spusimos a educar a los militares .
- Así haríamos, en efec to, si depende de nosotros.
- Me parece, mi querido amigo, que ya h emos dado
com ple tamente térm ino a la descripción de la parte de
la música que concierne a los discursos y mitos, pues
hemos hablado de lo que hay que decir y de cómo hay
que decirlo.
-c-Ta m b i én a mí me parece.
- Desp ués de eso resta lo q ue atañe al ca rác ter de e
los cant os y de la s melodías.
- Es ev id ente.
- Segu ra ment e todos pueden darse cue nt a de lo qu e
hay que decir acerca de ta les asuntos, pa ra concordar
con la s pautas ya mencionadas.
Glaucón se echó a reír :
- En lo q ue a mí t oca , Sócrates - d ijo-, te mo quedar e xcl ui do de esos 'todos ', pue s por el momento no
me es posib le conje tu ra r qué es lo que debemos decir:
no obstante, algo barrunto.
- En to do caso, ha de se r te po sible hab la r de u n d
primer punto: la melodía está compuesta por tres elementos, a saber, te xt o, armonía y ri tmo.
- Eso sí.
170
- Eso es claro.
DIÁLOG OS
-En lo que hace a l te xto e n sí mi smo, no difie re
d el te xto que no sea cantado, e n cua nto a la necesida d
de que se aju ste a las pa utas y modalidades que hemo s
enuncia do a nte riormente.
-c-Cierto.
- Y e n Jo toca nt e a la armonía y al ritmo. deben adec ua rse a l te xto.
es.
- Ahora bien, hemos d icho q ue e n los textos no pe rmitiríamos qu ej a s ni la me ntos.
-Así
e
- ¿ V cuá les son esas a rmonías quej umbrosas ? Dimelo, ya que e res mú s ico.
- La lidi a mixta. la lidia tens a y otras simila res .
- En tonces. és as d eben ser suprim ida s; no son úti-;
les, en efec to. ni s iqu ie ra para mujeres qu e se hagan
acreedoras al respeto; y menos aún para el resto.
- De acue r do.
- Pe ro ta mb ién la embriaguez, la molicie y la pereza
so n por comple to ina p ro plada s pa ra lo s guard iarié's.
-¿ Cómo nega r lo ?
-¿ y c uáles armo nia s son mu ell es y a p tas para canciones de bebedores ?
- Algunas armonías jonias y lidias son considerada s
re lajan tes.
399a
- ¿ Y pod ría e mpleárse la s an te va rones que va n a l a
gue rra ?
- De n ingún mo do ; y me te mo q ue no te quede n ya
más que la dor ia y la fri gia .
- De a r manlas yo no sé nada; pe ro déjanos una co n
la cual se pueda im itar adecuadame nte los tono s y modu laci ones de la voz de u n varón valiente que , part.ici pa ndo de un suceso bé lico o de un acto cualqui era d e
'':, violenci a, no t iene for t una, sea porque sufre he r id as o
cae mu erto o expe ri mente alguna ot ra clase de desgrací a: pero que, e n c ua lq uie ra de esos casos, afronte e l
r-,
" b
REP ÚBLICA III
171
in fort u nio de fo r ma Fi rme y va lie nte. Tam bién pi ens a
en ot ra a r monía con la cual se pueda imit ar a q u ien ,
po r medio de una acción pacífica y no vio lenta sino a tenta de la vo lu nta d de l ot ro , lo inte nta pe rsuadir y le supli ca: co n un a plegaria a u n dios, co n u na e nse ñanza
o una ex hortación a un homb re; o a la in ve rsa, q ue se
somete por s i m ismo a l intento de ot ro de s uplic a rl e,
e nseña rle y persuad ir-le, s in comporta rse co n sobe rb ia
tras habe r obten ido lo que deseaba . s ino que e n todos
esos casos ac túa con mod er aci ón y mes ura. y se sa tisfa ce con los resulrados- La s armonías que de bes dej ar- e
no s, pue s, son la s que mejor imitarán las voc es de los
infortunados y de los afortunados, de los moderados y
de los valientes.
- Pu es las que pides qu e nos queden no son ot ras
que la s que acabo de mencionar.
- En tal caso no nos hará falta. para nu es tras ca nciones y melodías. contar con m uchas cuerdas ni abarcar todas las armon ías.
-Creo qu e no.
-No tend remos que a limentar, por cons igu ie n te,
a artífices de t riá ngulos, pec tides ... y de tod os aq uellos d
ins trume ntos que cue ntan con m uc has c ue rdas y a barca n m ucha s a rmonías.
-No lo necesitaremos, en efe c to.
_ ¿ y adm it irás en nues t ro Es tado a los f laut ist as y
a los fabric antes de fla utas ? ¿No es acaso la flau ta el
instrumento que posee más sonidos, y no son acaso imitaciones de la fla uta los inst rume ntos mi smos que Permite n todas las armo nías?
- Evidenteme n te.
u El otr ia ngu lo o que se m encion a a qu¡ no es el inst rument o de
percu sión q ue ac tualmen te conocemos, sin o m ás bi en una sue rte de
cíta ra tr iang u lar de m uchas cu e rdas y son ido s agudos , en esto sim ilar
al epec tts », dc o rigen lid io.
400a
172
DIÁLOGO S
- Te. qu edan. e ntonces, co mo út iles e n la c íudad "
la lira y la cít a ra; y pa ra los pastores, en el campo,
siring a.
- El argumento lo demues tra.
- Nada nue vo ha remos, mi a migo : escogere mo s a
Apalo y s us inst r um entos a ntes q ue a Ma rsi as y los d e
éste ....
- Al parece r, nada nue vo ha remos, rpor Zeus! -rep lic ó Gla ucón .
- ¡Y por el pe r r o ! <1 -exclamé- . Sin da rn os cue nta hemos estado pu rificand o de nuevo el Es tado q ue hace poco decí amos e ra lujoso .
- y hemos proced ido se nsata me nte.
-c-Bien, purifiquemos lo que queda. Porque a la s armo nías de be segu ir lo relativo a los ritmos: no hay qu e
ir e n pos de ri t mos m uy va riados ni de pasos de toda
índole, sino observar los ri tmos que so n propios de u n
modo de vivir ordenado)' valeroso y, una vez ob servados. será necesario que el pie y la melodía se adecuen
al. lengu aje p ro p io de se mejante hom b re. y no que el
le nguaje se adec ue al pie y a la melodía. Decir cuál e s
son esos rit mos es fu nción q ue debes cum plir tú, tal
como hici st e a l habla r de la s a r monía s.
- Sin e mba rgo . por l eus, no estoy en cond iciones
de decirlo . En efecto. po r lo q ue he vis to . afi nnaría que
•• E n es te c as o co rrespollJe traduci r pólis po r - ctu dad », po r es.
ta r co nl ra puclil a a agrás «c a m po •.
... Dts nnt a s ve rs tones mi tu ló gica li "lÚre n tan a l d io s Apo lo con d
o
Ma n; ia s. La c o nfron tac ió n q ue PLATÓN ti en e p rese a te aqu ( es de Indo!... mu s ical : la p re fe re ncia d ... Apolo po r la lira y la
de Ma rs ia s por la fl a ut a . Cf. Ban'lw:le 215c .
' 7 Má s de . u n a Ve l hallarnos es te juramento en Pla tón; Shore y
p ien sa q ue es ..mpl cad o pa ra no jurar po r lo s d ios es en van o, pero
aqu i se acabu de jurar _en vano . por Zeus. J ·C re miten al eo r¡;ill.5
4 82b : _po r el per ro , el d io s egiprio » (nonDS - Plat o 's Gorgias, p ági .
na 262- pi e nsa q ue e s un a a lusión lúd lca a l dios eg ipci o Anub is ,
caracter iza do con cabeza de perro).
REPÚBLICA III
173
ha y t res cl ase s de pasos." a part ir de los cuales se foro
man co m b inacione s, así como ha y cuatro cl a ses de nolas n de dond e se ge ne ran todas las a r mo nías. Pero no
podría afirma r qu e modo de vida rep resenta cada cl ase.
- En ese caso -c-d ije-c-, con s u ltaremo s a Da món 50 b
sob re que pa sos correspo nde n a la baje za. a la desmesu ra, a la de me nci a y o tros males, y c uáles ritmos ha y
que reserva r pa ra los estados con t rari os a estos. Creo
haber oído h a bla r -no muy c la ramente -e- ace rca de u n
com puesto que el llamaba 'enopli o' $1, así como de un o
dáct ilo y de o tro heroico que orga nizaba no sé cómo,
igu alando los tie mpos no acentuados con lo s ace ntuados 'J. y q ue desemboc aban tanto en u na s ila ba b re ve
... Traduc imos b4seis por wp a sos. (d. LSJ . 1, 1, .,.. GK",o". Gtgen..·a r¡;/:1<á l und Utop ie. p á gs. 2n· 278). no po r wpieu o . me tros.., conce p to s. pa ra lo s cu a les Pla tón emplea e n este pasaje t érm ino s griegos
má s apropiados. • Pa so _ es una un id ad r ítmica q ue contiene un a refere nc ia a la da nu, .,.. s in·e para ex p re sa r una acti tud (p . ej., u n _pa so_
de va ls es di sti nt o de un <paso - de ta ngo).
ft
S e t rata de la s cuatro no tes bas icas por las q ue p ued en e xpre·
sarse lo s int e rva los primarios -segun las relaciones de la lon gitu d
d e la s cu a tro c ue rd a s de un tet ra co rdio CII tre si . pa ta obtene r sl' ndas
notas-e, q ue. e n nu es tra notación mu s ical, pod ría n ser. m i a lt o (oot/l
de la c ue rda infe rior), mi bajo (in te rva lo d e un a oc tava ), la (int erva lo
de u na q ui nta re specto del mi a it o) .,.. si (intervalo u c u na c ua rta).
so Damó n ha si do m ae s t ro de m üs tca . contem po r:lonco d e
Anax á go ra s.
$1 E l wc nup lio., p ues. no es un p ic s ino un ritmo (d. P ROCW , In
Rernpubl. I 61. l·S K RO LI ) prop io uc u na ma rc ha m ilita r. E n Nub cs
6S0. 1. ARISTóFANE s p resen ta a Sóc ra te s exhortando a conocc r «c ua l de
lo s rtnnos es el enoplio. cu á l el d ác t ilo •.
Sl Lite ralment e . igua la ndo arri ba y abajo . (asl t raJ ucc SHOR EY).
Al ma rcar el co mpás m usic al, el go lpe hacia a rrib a ind icaba la pa rle
acentuada u érsis .,.. el go lpe h acia abajo co rrespondía a la
o
parte no a centua da . Ahora b ien, el acen to m us ical recaía en u n a sílaba
la rga y d os sílabas breve s equivalían a un a la rga , cons tando el píe
d áctilo de un a sila b a la rga y dos breves , y el e spon deo de d os la rgas,
po r lo cual se ad vie r te clarame nte po r qué en el r itmo da culíco (o
en el h ero ico ) la dr..is qu ed ab a igualad a con la l/ibis.
174
--
_.
DIÁLOGOS
como en una larga 53, También hablaba, me parece, del
yambo, y llamaba a otro 'troqueo' , asignando a a m bo s
e s ílab as largas y breves 5<, Y a al guno de és tos, c reo,
cen su ra b a o elogiaba en cuanto a los movimientos ss
impreso s al pie mi smo, no menos que a los ritmos en
s í mismos, o b ien a alguna com bi nación de ambos, no
puedo decirlo bi en. Pero como dij e, para eso deb emo s
remitirnos a Damó n; pues discernirlo nos requeriría un
tratamiento e xte ns o. ¿ No te parece?
-Ciertamen te, por Zeu s.
- Pero al menos podrás decidir esto: ¿no depende
la graci a y la falta de gracia del ritmo.perfecto y del
ritmo def ectuoso, respectivamente?
- Por s upuesto.
d
- Ademá s, el ritmo pe rfe cto se ada pt a a la dicción
b ella. aseme jándose a ella ; el ritm o defectuoso, a la dicción op uest a. Del mi smo mo do con lo armonioso yIo
care nte de a rmonía, s i es qu e el r it mo y la armonía s e
ajus t an al texto, como declama s ha ce un mome nto, y
no el texto al r it mo y a la armonía.
- Cla ro que se ajus tarán al texto - respondió Glaueó n.
- y la mane ra de decir, y el text o, ¿no se ad ecuarán
al ca ráct er del alm a?
- Sin duda.
- ¿ y lo demás no sigue a la d icción ?
- S i.
el lenguaj e correcto como el equ ilibrio armonios o, Ia"grac ia yel ritmo perfecto son con -
e
Sl Adam sugie re qu e es to de be de re feri rs e a la posib ilida d de que
el ri tmo d actllico termine con u n dá ctilo (y por ende con una silab a
breve) o con un espondeo (y en tonces con una s ílaba larga).
s.¡
El ya mbc constaba de do s s ílabas. la prime ra breve y la s e·
gunda larga. El troqueo. a la inve rsa.
53 El movimie n to podi a ser ráp ido. lento, e tc. (anál ogamente a
nuestro lempo musica l). lo cual torna rela tiva.la duración de las s ílaba s.
REP ÚBLICA III
175
secuenci a d e la simplic idad del alma; m as no de esa
fa ltade ca r ác te r que por eufemismo llamamos s im plicidad, sino de la di sposi ci ón verdade r amente buena y be-o
11a del ca récte r; y del
"' - -'::-Com p le ta men te' de acuérdo.
- y nuest ro s jóvene s deberá n buscar por doquier tales cualid ades . si han de ha ce r su pa rte.
- Debe n busca rlas.'
- Pues bien, la pintura es tá plena de ellas, y 10 mis- 40\ "
mo toda artesa nía análoga. com o la de tej er o bo rdar
o cons t r u ir casas o fab ricar toda clase de a r te fac tos caseros; y también la naturaleza de los c uerpos de animales y la naturaleza de las diversas plantas. Porque en
tod a s estas cosas hay gracia o falta de graci a. Y la falta
de gracia, de ritmo y armonía se he rmanan con el lenguaje grosero y con el mal carácter, en t a nto que la s
cualid ade s contrarias se hermanan con el ca rácter opuesto, que es bueno y sabio, y al cual representan.
- Per fec ta mente cl aro.
- Por con sigu iente, no sólo a los poet a s hemos de b
su per vis ar y forza r en s us poemas im ágenes de buen
carácter - o, en caso contrario, no pe r miti rl es com poner poemas en nuest ro Estado- , s ino que de be mos super visar también a los demás artesa nos , e im pedi rles
representar, en la s imit aci ones de se res vivos, lo malici oso, lo in temperante, lo se rvil y lo indecente, así como tampoco en las edificaciones o en cualquier ot ro pro ducto a rt esanal. Y al que no sea ca paz de ello no se
le pe rmitirá ejercer su a rte e n nuest ro Es tado, pa r a evi t a r que nue stros gu a r d ianes crezca n ent re im ágenes del
vicio como e ntre hie r bas m alas, que arrancaran día e
t ras día de muchos luga res, y pacieran poco a po co , sin
pe rca t arse de que están acumulando un gran mal en
su s al mas. Por el contrario, hay que busca r los artesanos capaci tados, por sus dotes naturales, pa ra seguir
las huell as de la be llez a y de la graci a. Así los jóv enes,
176
DI.4: l.OGOS
como si fueran hab it a nte s de una regron sana, extraerán p rovecho de todo. all í do nde el fl ujo de las obras
hell as excita s us ojos o s us o ídos como una brisa fresca
d que t rae sa lud de sde luga res sa lu b res . y desde la t ie rna
in fa ncia los conduce in sensi b lemente hacia la afi ni dad,
la amis ta d y la armon ía con la belleza racional.
- Con mucho ése se rí a el mej or modo de ed uc arlo s.
-Ahora bien. Glau cón, la ed uc ación mus ica l es de
s uma importanci a a ca usa de q ue el ritmo y la armon ía
so n lo que más pe ne t ra en el interior del alma y la afecta más vigorosamente. t raye ndo con sigo la gracia. y c rea
gracia s i la persona está debidamente ed uc ada . no s i
e no lo está. Además, aq uel que ha s ido educado m us icalmente como se debe es el q ue percibirá más ag u dame nte la s deficienci as y la falta de be lleza, tanto en las obras
de arte como en las na tu rales. ante las que su re pu gna ncia estará ju st ificada; alabará las cosas he rmosas.
regocijándose con ellas y. acogiéndolas en su al ma, se
nutri rá de ellas ha st a convertirse en un hombre de bie n .
40lQ Por el cont ra rio, rep robará las cosas feas - ta mbién
ju sti fic ada me nte- y las odiará ya desde joven, antes
de se r capaz de a lcanzar la razón de las cosas; pero,
al llega r a la razón, aq uel que se haya educado del modo descrito le dará la b ie nvenida , reconocién dola co mo
a lgo fa mi liar.
- Me parece, e n efec to, qu e la ed uc aci ón mu si cal
a pun ta a eso.
- Por cons igu iente, pa sa de mo do a nálo go al caso
de las le t ras, e n qu e se ntí a mo s reconoce rl as s uf icie nt ement e cu a ndo és tas, por poc as que fue ran, eran de sc u biertas po r no sotros en todas la s combinaciones exi stentes, s in descu idarlas por se r peq ueñas o grandes
¡, - como si por eso no hiciera fa lta pe rcibirlas- , sino
poniendo celo e n di st in guirlas en t odas sus a parici one s,
con el ' pensamiento de que no llega r ía mos a leer b ien
an tes de ob rar as í.
REPÚB LlCA 1II
177
- Es cie r to.
- y s i s uce d iese que en el agua o en es pe jos apa recieran, refl ejadas, imágenes de la s letras, no la s re co noced a mos a n tes de ha be r cono cido la s letra s mi sm as,
pues una cosa y otra corresponden a l m ism o a rte y al
mism o estudio.
-Comple ta me nte de acue rdo.
- Pue s bie n. lo qu e afir mo ¡por los d ioses ! es que
no se re mos m úsi cos , ni nosot ro s ni aque llo s de los que
decimos deben se r ed uc ados, los gu ardianes, a ntes de e
q ue cono zcamos las formas especí fica s de la mod e ración, de la valentía, de la libe ralidad , de la magnan imi dad )' de c u ant as vi rtudes se h e rmana n con e llas, así
como de sus opuestas, en todas la s combi n aciones e n
qu e aparezcan po r doquier, ni a n tes de que pe rci ba mos
su presencia allí donde están presentes -ella s y su s
imágenes-o s in de scuidarlas po rque sean pe queñas o
grandes, si no que pe nsare mos qu e una y otra cosa corres ponden a un mismo arte y a un mis mo es tudio.
-Es forzoso que así sea.
- Po r lo t an to -c-d ije -c-, s i se produce la coinci de ncia J
de que esté n prese ntes e n el a lma bell os rasgos que tamb ién se h all a n e n la figu ra corpo ral y concuerda n y a rmo niza n con aq uéllos. por partici pa r del mi s mo t ipo,
¿ no será éste el más hermoso espec táculo para qu ien
lo pud ie ra conte m plar ?
- Muy ci erto.
-¿ Y lo más he r moso no es lo que más se a ma?
- ¡Cla ro !
- Si es así, el verdade ro mú sico amará má s a los
hombres de esa índole; pero si c a re cie ran de armo n ía,
no los amará .
- No los a m a rá - rep licó Gla ucón- s i la ca re ncia
conci e rn e al alma; si co ncerniera al cuerpo, en cam bio,
los so por tarí a y ha st a es taría d ispues to a da r les la
bienvenida.
'1.\ . _ 12
(
h
r
178
bello .
DlÁ.LOGOS
-Entiendo -crespo nd tc-, po rque amas o has amado
a alguien así; y lo admito. Pe ro di me esto: ¿tiene el place r excesivo algo e n com ún con la mod e raci ón ?
- ¿ y cómo po d ría te ne r lo. s i saca de quicio al hom bre. no meno s que el dolo r ?
- ¿ Y con a lguna otra vir tud tie ne a lgo en com ú n?
- De ningú n modo.
- ¿Y con la de mencia y la int em pe rancia ?
- Con éstas, más que con c ualq uie r otra cosa.
- Veamos: ¿puedes me ncio na r algún place r más fuer te y más vivo qu e e l p lacer sex ual?
-No, n i ta m poco alguno má s próximo a la loc u ra .
- Pe ro el verdad ero a mor consis te po r na tura leza e n
a mar de Forma mod erada y armoniosa lo ordenado y
- Sí.
-En tal caso, no se a di ciona rá al verdadero amor
nada afín a la loc u ra ni a la intempe ran ci a .
-No, ci e rtame nte.
- N i t ampoco se le adici onará aquel placer ya me ncionado, que no debe te ner nada e n com ún con el ama nte y el a ma do que se a man verdaderamen te.
- No, Sócrates, no hay qu e a ñadí rs elo, po r Zcus .
- Si es a sí como parece, en el Es t ado que estamos
fundando p ro m ulgarás una ley segu n la cual u n a mante
debe rá besa r al a mado, estar jun to a él y aca r ici a rlo
como a un h ijo, con un p ropósito noble y s i media con se nt imie nto; pe ro por lo demá s su rel ación con aquel
por el c u al s e preocupa debe ser tal. q ue nunca se c re a
que el t rato ha ido más lejos. En caso contrario, que
afronte el rep roc he de tosquedad y del mal gu sto.
- Así sea.
- ¿Y no te pa rece que ahora ha alca nzad o s u fi n e l
di scu rso acerca de la m úsi ca ? Pues ha terminad o donde deb ía term ina r, ya que conviene que la mú sica termi ne en el amor de lo bello .
RErOOU CA 11I
179
- Es toy de acuerdo.
-Ahora bien, después de la m ú sica los jóvenes de be n se r educados por medio de la gim nasia.
-Es lo que cor res po nde .
- Por lo tan to, ta mb ié n e n ese se nti do ha y qu e educarl os, desde niño s, tod a la vida . Te di ré lo que pie nso d
sob re este asunto, pero examínalo tú ta mb ién. No creo
que, aun cuando el c ue r po es té en cond ici on es óptimas,
su perfección ben efi ci e a l al ma; pe ro en el caso in verso
un a lma buena , po r medio de su excele nci a , ha rá que
el cuerpo sea lo mejor po sib le. ¿ Y tú que opinas ?
- lo mi s mo qu e tú .
- Pues e nto nces, s i hemos a te nd ido sufic ie ntemente
nuest ro espíri tu y le t ransfe r imo s el c u idado más p recio
so de lo que concierne al cuerpo, y nosotr os in dic a mos e
sólo las pautas, para no ex tendernos en discursos, ¿actua remos correctamente?
- S in duda.
- Ya hemo s d icho q ue los guar dia ne s de b ían a bs te ne rs e de embr iaga rse ; po rq ue p ara cualqu ie ra es má s
admisib le qu e pa ra un gu a r diá n la em bri ag ue z y la p ér dida de la noci ón del lu ga r de la ti erra e n que es tá .
- En ef ect o - dijo Glaucón- , se ri a ridículo que un
guardiá n nece s it a ra a su vez de un gua rdiá n.
-¿ Y e n lo qu e a tos alime ntos concie rn e? Pues nu estros hom b res son a t letas q ue toma n pa rte en la competici ón má s impor ta nt e. ¿ No lo c rees ?
- Sí lo c reo.
_ ¿Y será el modo actu al de ejercitarse el adecuado
a ell os?
404<:1
- Tal vez.
- Sin e m bargo, es algo somno liento y pe ligro so para
la salu d. ¿O no ves q ue se pasa n la vida du r mi e nd o .
y, si se alej an u n poco del ré gimen p resc r ito, esto s a tletas padece n grandes y violen tas e nfe rmedades ?
-Sí, lo veo.
180
DIÁLOGOS
- Entonces se necesita un tipo de ejercicio más adec uado a nues tros guerreros at let as, quie nes , como los
perros, debe n es ta r s ie m pre ale r tos y aguza r a l má xim o
ojos y oídos, y aun cu ando s ufran mu chos ca mbios
b du ra nte las cam pa ñas - sea de agu a y dive rs os alimentos, se a de calores sola res y de torme ntas inve r nales -ehan de gozar de una sa lud resis te nte.
- Es toy de acuerdo.
-En ta l caso, ¿la mejor gim nasia no est a rá herma na da con la m úsica que ha ce un mom ento des cribíamos ?
- ¿Qué qu ie res deci r ?
- Pien so e n una gim nas ia sim ple y adec uada especia lme nte en lo qu e concier ne a la gue r ra.
-¿ y c ómo se rá ?
- Eso lo hemos ap re nd ido de Hom ero. Sabes qu e ,
cua ndo sus héroes comen en campa ña, no los alim en ta
e co n pescado, n i au nque es té n j un to al mar o en el
Heles pon to, y ta m poco co n ca rne he r vida, sino só lo asa da, que es la que más fácil pueden procu ra rse los solda dos. Porq ue. como se s uele decir, en todas partes e s má s
fácil provee rse del fu ego solo que dar vuelt as de u n lado a otro llevan do potes.
- Más fácil , en efec to.
- Yen c ua nto a du lces, c reo. Home ro jam ás los men d on a. Y es to es al go que los demás a t le ta s sa ben: s i
ha n de m an te ne r su c ue r po en forma deben a bs tene rse
de to do s los alimen tos de esa Índole.
- No só lo lo sa be n b ie n s ino qu e ef ec tiva me nte se
abs tie ne n de ellos.
d
- y no c reo, mi que rido a m igo, q ue apr uebes la
mesa si racu sana ni la va r iedad de pla tos s icilia nos, s alvo qu e opi nes qu e estas cosas son co r rect as.
-No, no op ino eso .
- En tal caso, ta m bié n cens ura rás a los homb res qu e .
debiendo mante ne r su c ue r po en forma, tengan u na joven corinti a como concu bina.
RE PÚBLI CA. 111
181
- Cla ro qu e s í.
-¿ y las afa mado s delicias de la pa stele ría a te nie nse?
- Nece sa r ia me nte.
- Pien so que ha rí amos una com pa ració n correc t a si
cotej á ramos semej ante alimentación y todo ese rég imen
de vid a con la melodía y con el canto compu esto donde t
cabe n todas las a r monías y todos los r it mos.
-Oc acuerdo.
- Aho ra bien, la va riedad pro duce intemperancia e n
u n caso, en el otro e nfermeda d : e n cambio la si m plicida d en la m ú s ica gene ra mod e raci ón en el a lma, y la
s im p lic ida d e n la gim nasia confiere s alud al c ue r po .
-Es m uy cier to .
- Pe ro si en el Est ado a bunda n la intem p er an ci a
y la s e nfe r medade s, se a b ren muchos tribu nales y ca sas
de a te nción médica, y la a r gucia judicia l y la medici na
son vene radas solem ne me n te cuando incl u so m uc hos
homb res lib res po nen su celo intenso e n e lla s.
- y no puede ser de otro modo.
-Sin d uda , no podrás d a r con una pru e ba mayor
de un a educaci ón púb lica vici osa y ver gonzosa que la
que ofrece la necesi dad de médicos y jueces hábiles, no
só lo por pa r te de gente vu lga r y de los tra bajado re s manua les, s ino t a m bién por q u iene s se jactan de hab e r
si do ed ucados de forma liberal. ¿y no te pa rece ve rg on- b
zoso y una im po rt a nte pru eba de la defi cie n te educació n la necesid ad. por falla de j us tici a y de rec ursos
propios, de apelar a otros e n cali dad de a mo s y juece s ?
- Es lo más ve rgonzoso .
- Pues d ime s i no te pa rece más ve rgonzoso a ú n est o: c uando a lgu ien pa sa la ma yor parte de s u vida en
los t ri bunales, como acus ad o o acu sador, y. lo que es
peor, a ca us a de su ignoranci a de lo valioso. se pe rsuade de que
e no rgu llecerse de su ha bilidad para el
e de lito y de su ca paci dad pa ra dar toda clase de vu eltas, e
recorre r to dos los recovecos y escapa r, doblá ndose co-
182
IJIÁLOG O S
mo un mi m b re. a fin de no afront a r la ju st ic ia . Y esto
po r CO."3 !> d e poco o n ing ún valor, m ie nt ras desconoce
c uánto más bello y mejor es orga nizarse la vida de m odo que no te nga neces idad de un jue z se midor mido.
-Si, me pa rece que esto es más ve rgon zoso a ún.
- Yen lo que conc ie rn e a la neces id ad de la me d ici na -c-prosegu í-c-, no a caus a de he ri das ni de u na de
esas enfe r meda des qu e acome te n a nua lmen te, sin o
d por ob ra de la pere za y del tipo de vida que ya he mo s
desc ri to. se llenan . co mo si fueran estanque s. de co rrie ntes y de vien tos. ob liga ndo a los inge niosos Ascl epíad a s
a po ne r a es tas e nfe r medades nombres como 'c a ta rros'
y 'fl atulencias '. ¿ No te parece t a m bién vergonzoso?
- SI. en realid ad ésos so n nombres de enfennedade s. reci én in ven tados y a bs u rd os.
- A mi ver, nada de eso ha bía en tiem pos de Asclep io. He aqu í la p ru eba: c uando sus hijos estaba n e n
Tr oya y vie ro n a Eurl pilo herido. no ce nsu ra ro n a la
m uje r que le di o a beber vino de Pramno salpicado con
406<1 harina de ce bada y con q ueso fresco rallado. q ue parece se r infla ma to ri o, ni ha n cens urado a Pa troclo por
p roc eder de ese mod o .
- y sin e m ba rgo - d ijo Gla ucón- , era una be bida
absurda pa ra q u ie n est uvie ra e n esas cond icione s.
- No ta n a bs u rda - repuse- s i refle xionas qu e, ano
tiguamente -segú n se dice, a ntes de Her ódico-c-, los As cl e píad as no prac tic aban el a r t e de a te nde r enfe rmeda des, la med ici na ac t ual. Heród ico, q ue era maes tro d e
gim nasia y cayó e nfe rmo. mezcló la gim nasia con la
b med ici na , con lo c ua l se a tormentó prime ramen te y a l
máximo a s í mi smo, y después a muchos otros de su s
su cesores.
-¿ De qué man era ?
- H aciendo que s u muer te f uese lenta . E n ef ecto, al
a te nder cu idados a me nte su e nfe r medad, que e ra m ortal y no pudo cu rar, viv ió toda s u vida s in tie mpo para
REPÚB LIC A III
183
otra cosa qu e no fue ra su tratamiento méd ico. to rt urándo se s i llega ba a apa r ta rse e n a lgo de su régimen
habitual, y así llegó a la vejez. muriendo durame nte a
causa de su sa b idu rí a.
- iBello presente le a por tó s u a r te!
- El q ue es natu ral pa ra quien no sa be qu e Ascl epio e
no mo s t ró a sus descendientes es t a cla se de medicina,
no po r ignoranci a n i inexperiencia . sino po rque sa bía
que pa ra todos los ci u dadanos d e cada Estado b ie n orde na do ha y as ignada una fu nción que necesa r ia mente
deben cumplir. y nadie tendrí a ti empo pa ra enfe rmarse
y pasar toda la vida oc upado en s u tratamie nto médico.
Es algo que , absurdame nte , nosotros adve r t imos cu a ndo se trat a d e los a rtesanos, y lo pa samos po r alto. e n
cam bio. si se trata de gente r ic a y que parece d ichosa.
- ¿ Cómo es eso?
- Cua ndo un carpinte ro est á enfermo, pide al méd i- d
ca q ue le libere de la e nfermedad . sea beb ie ndo a lguna
poc ió n qu e lo ha ga vom ita r o e vac uar e xcremen tos. sea
recu rriendo a un a ca ute r izaci ón o a u n corte con un
c uc h illo. Pe ro si se le presc ribe u n régimen la rgo . haciéndole po nerse e n la cabeza u n gorrito de lana. y tod o
lo que s igue a es to. pronto d irá q ue no t ie ne t ie mpo
pa ra esta r e nfe r mo ni le es p ro vechoso vivir as í. a te nd iendo a s u e nfe rmedad y desc u idando el trabaj o qu e
le co r respo nde . Y después de eso se des ped irá de ese
médico y e m p rende rá s u modo de vida habit ua l, tras
lo cual se sa n a rá y vivirá ejerciendo su oficio; o e n caso
de que su c ue rpo no sea capaz por s í so lo de resi s t ir,
mor ir á y quedará lib e rado de s us preocupacion es.
- Tal parece se r la medicina q ue cor res ponde a plicar a ese ti po de hombre.
- ¿ y ac aso eso no es así po r qu e ti ene una fun ci ón
t al que. s i no la realiza, no le resulta provechoso vivir ? 407a
- Es evi de nte.
184
Di ÁL.OGOS
-El ric o. e n cambio, podemos decir qu e no t iene una
fun ción propia q ue, s i fu er a a a bandona rl a. s u vida ca.
r ecerta de sen tido.
- Podemos decirlo.
-¿No has oído cómo d ice Focílídes q ue, cuando ya
se cue nta con medios de vida , se debe p racticar la
virtud ? ".
- Po r mi pa rt e, opino q ue la debe rí amos prac tica r
tambié n an te s.
- Pero no vamos a pelea rn os por ese pu nto -argüí- ,
s ino, más b ien. a ins truirnos s i eso de practicar la
vi rtud debe ser ocupación p ropia del rico a ta l punto
q ue la vida carezca de sentido pa ra éste si no p uede
b ocuparse de ella. o bien si ese cuidado de las enfermedades que impedía a l carpintero y a los otros artesanos
pensar en su propio oficio no es un obs táculo pa ra cu mplir con la exhortación de Focí li des.
- SI. po r Zeus, probablemente lo que m ás im pi da
cu m plir con e lla es la exagerada a te nc ión del c ue r po
m ás a llá de la gi mnasia común. Es . en e fecto. al go m oles to ta nt o e n la administración d e la casa co m o e n las
expediciones m ilit a res o en e l desem pe ño de cargos sedenta r ios e n la ci udad .
-c-Pero la ma yo r de las dificult ades q ue a ca rrea
- proseguí- concie rne a toda clase de a pre ndizaj es, pen o
e sa m ientos y re fle xio nes acerca de s í m ismo, ya que se
im a gin a siem pre cefaleas y m a reos, y se a c us a a la filosofla de gene ra rlas. De modo q ue a llí do nde ex ista ese
c u idado de las e n fe rm e da des se rá u n o bs tácu lo e n todo
se nti do para q ue la virt ud sea prac ticada y para q u e
sea puesta a p r ueba, pues ha ce q ue la persona crea esta r siem pre enferm a y nunca deje de lamentar se po r
el esta do de su c ue r po.
- Es na tural.
se Cf. Poc ruo ss , fr. 10
REP ÚllLlC A liI
.v le aplica ron
Wl
185
remedio cal[m ante 51.
_ y po d re m os deci r q ue Ascl epio co nocía es tas cosa s, y ha tenido en cuen ta a a q ue llo s q ue m ant iene n
sa nos s us c ue r pos gra ci as a la natu r a lez a y a su régimen de vida , y só lo son afec tados por a lgu na enfe rmedad b ien del im itada, pu es para e llos y e n t a l cond ición d
ha reve la do el a r te de la m ed ic ina y. pa r a no pe rj ud ica r
los asuntos poltticos. les presc rib ió pociones e inci s iones qu e ex pulsa ran las enfe rmedades s in cam b ia r la di eta ha b it ua l. En ca m b io , e n los casos e n qu e lo s c uerpos
es tá n totalmente en f ermes por de n tro, no intentó prolo nga r la desdic ha da vida de lo s e n fe rmos por me d io
de dietas, q ue incluyeran eva cuac iones e infusion es grad uales, ni hacerles procrear hijos semejantes a e llos, probablemente. H a pe nsado, e n efecto, q ue no se deb ía
cu r a r a l que no pue de vivir en u n período e sta bl eci do e
como regular, pues eso no seria pro vechoso para él ni
para el Es tado.
- Hablas de Ascle pio com o si hub iese sido u n es tad ista.
-Es pate nte que lo e r a. Y también su s hijos: ¿ no
ves cómo revela ron su b ra vu ra en la gu erra de T ro ya.
a la vez qu e em p learon la m e di cina de l modo q ue he 40&
desc rito ? Re c ue rda q ue , cu a ndo una Flecha de Pá nda ro
le p rod ujo a Me nel ao u na h e r ida,
chu paron sa ngre de ésta
Pe ro no le pr esc r ibie ron lo q ue des pué s de eso de b ía
be ber o come r --co m o t am poco a Eu rí p ilo- , pe nsando
que ta l remedio e ra su fici ente par a cu r a r a va ro nes qu e,
a n tes de las heridas , habían sido sanos y o r denado s en
su ré gim e n de vida, au nq ue se die ra el ca so de que en /,
ese mom ento es tuvie r a n bebiendo a lgun a m ezcla . Y pen-
57 Mezcl a de l"s versos 21 8 y 219 d e ll íada IV.
\
186
DIÁLOGO S
sa ba n qu e la vid a de a lguien enfe rmizo e in te mp eran te
po r na tural eza no se r ia de provecho ni para s í mismo
n i para los de más. po r lo c ua l no se le de bía a plicar
el a rte de la medicina n i lleva r a ca bo tratamiento alguno, ni a u nq ue fu ese algu ien más rí co que Midas.
- Muy inge n iosos fue ro n los hijos de Ascl epio, según lo que d ices.
-Es lo que co rresponde a la re a lidad, a unqu e lo s
a u tores de traged ias y Pínda ro M no com pa r tan nue st ra opinión y d iga n qu e Asdepio, hij o de Apo lo, Fue
¡; se ducido con oro pa ra que c u rara a un hombre r ico que
estaba por mori r, por lo cu al fue abat ido por un ra yo .
Pero noso t ros, conforme a lo dicho, no les creeremos
ambas cosas a la ve z. En ef ec to. si era hij o de un dios,
no se envilece r ía por ganar di ne ro; y si se envilec ie ra
por ganar dinero, no se r ía hijo de un di os.
- Eso es m uy cie rt o -res pond ió Gla ucón-. Pe r o dime, Sócrates, qué pien sas acerca de es to: ¿no es necesa rio que el Es tado cuente con b ue nos médicos ? Y és tos
han de s e r, s in duda, aq ue llos que ha n t ratado a la
J mayor canti dad de hombres sanos y de hombres enfe rmos; análogamente, buenos jueces se rán los que h a n ten ido que v érsel es con toda clase y na tura leza de hombres.
- ¡Cla ro q ue pienso que de be tene r bue nos méd icos !
Pe r o ¿sabes a qui é nes considero ta les ?
- Sólo s i me lo dices.
- Puedo inte n ta r lo; a unque , con una misma fó rmula , ha s p regu ntad o po r dos c uestiones dis tinta s.
-¿ Cómo es eso?
-Por u n lad o, los médicos q ue lleguen a ser má s
h áb iles se rán aque llos que, junto al ap rendizaje de su
] .e y ADAM, a los efectos de ind ivid ualiza r a "los a u tore s d e
tragedias », I'e mi ten a ESQ UIl_O, Agamenón lO22, y a E UR tPlD ES, Alcesris 3 ,
y en cuanto a PtNilARO, a la Pttica IU 55.
REP ÚBLI CA III
187
a r te , ya de sde n iños ha n ten ido co ntacto con la mayo r
ca nt idad pos ib le de cuerpos en m uy ma la s cond icione s
de sa lud, y ellos m ismos h an p adeci do tod a cla se de t
e nfe rmedades y no son de cons t itució n mu y sa na. No
c reo, e n efecto, q ue al c ue r po se lo c ure con el cuerpo,
ya que, de ser así, no se podrí a permit ir a los
esta r e nfe rmos ni enfe r marse n unca . Pe ro es po r medie
de l a lma q ue c uran a l c ue rpo, y el a lma no puede c urar
nad a s i es e nferma o se e nfe r ma.
- Es co r rec to.
- Po r otro lado, e n cam b io, a migo mío, un j uez gobie rna el a lma por med io de l alma, y no convie ne qu e 409a
su alma se ha ya educado y familia ri zado con almas perversas, ni que haya pasado por toda clase de injust icias,
habi éndolas cometido ell a m isma a fin de probar por
sí m isma las injusticias de los demás , tan perspicazmente
como en el caso del cuerpo enfermo. Por el contrario,
es necesario que carezca de experiencia y de co ntact o
con caracteres viciosos ya desde joven , si ha de se r honest o y discernir sa na mente lo q ue es j usto. Po r ello
los hombres decentes pa recen in gen uos cuando jóvene s,
y son engaña dos con facilidad por los indece n tes: po rque no poseen de ntro de sí mi smo s pa trones s imila res b
e n rasgo s a los de los pe rversos.
- Cie rta me nte, eso es lo qu e s ue le s uceder.
- Po r e llo el bue n juez no debe se r jove n s ino a nciano : algu ien que ha ya apre ndi do después de mu cho tiempo cómo es la inj ust ici a , no po r h aberl a perc ib ido como
reside nte en su propia alma, s ino como a lgo aje no que
h a es t udia do en almas ajenas durante largo t iem po, un
m al cuya na turale za ha lo grado d isc r im inar po r medio
de la cie ncia, sin te ner que recur ri r a la e xperie nc ia e
p ro pia .
-Ese parece ser e l jue z m ás e xcelen te.
188
OIAlOGOS
-Un buen juez, en todo caso, que es lo que qued a s
s a be r; pues el que tiene un al ma buena es bue no . E n
ca m b io. el hombre há b il y p ron to para pensa r ma l d e
los dem á s, siendo él m ismo autor de numerosas inj us ticias y creyendo se r astuto y sabio, c ua ndo trata con ge nt e s imilar a él parece háb il y p reca vid o, pues a tie nde
a los pat rones qu e pos ee de nt ro de s í. Pero c ua nd o
se rel aciona con gen te bue na y de mayor edad res u lta
J es t úp ido, con su desconfia nza in opo rtuna y su inca pacida d de re con ocer el ca rácte r sano, por no tener dentro
de sí los respect ivos pa trones que lo gu íe n. Pe ro co mo
con mayor fr ecue ncia se halla con hombres pe rversos
que con homb res decentes. pasa má s po r sa b io qu e po r
ignoran te a n te los demá s y an te sf m ismo .
-Es muy cierto .
- Ahora bien, el juez qu e de bemos buscar es el bueno y el sabio, no el otro; la mald ad , en efec to, jamá s
se conoce rá a sí mi sm a ni a la vir tud; la vir t ud, e n
'" cambio, con el t ie mpo alcanzará el conocim ien to s im u ltáneo de s i m ism a y de la maldad. Por co nsigu ie nte, el
sa b io será el hombre virtuoso, pienso, y no el m alvado.
- E stoy de ac uerdo cont igo .
-En ta l ca so, cor res ponde qu e se dict e e n nu est ro
Estado un a le y rel a t iva a los méd icos, tal como los he mu s descrito, y otra relativa a lo s jueces, de modo que
los ci udada nos bie n cons tituidos sean atendidos tanto
4 10u en sus cue rpos como e n sus almas. En cu a nto a los otros,
se deja rá morir a aq ue llos que esté n ma l const it u idos
Fís icament e; y a los q ue te ngan un alma perversa po r
na turaleza e in curable s e los condenará a m ue r te.
- Bien ha sido mostrado que est o es 10 mejor, tanto
para los qu e padecen el mal como para el Estado.
-Res pe c to de los jóvenes - proseguí- , es e vide n te
qu e se cu idará n de no tener que enfrenta rse con los jue ce s, pa ra lo c u al se se rvirá n de a quella música sim ple
que decí amos engen dra mode ración .
REPÚB LICA 1Il
189
- Cla ro qu e si.
_ ¿ y no preferi rá el musrc o prac ticar gim na s ia s igu ie ndo los mis mo s pasos, de mo do que no necesite b
e n nada de la medi cina, e xce pto en casos de fue r za
mayor ?
- Me pa rece que s í.
- En c u a nto a la gimn asia m isma y a los esfuerzos
que requie re, los lle va rá a ca bo dirigiendo la
haci a el la do fo goso de su naturaleza , de mo do de es t im ula rlo: y no ha ci a la fuerza físi ca , como hacen los demás atle tas, que ad m in is tra n sus comidas )' ej ercicios
e n vista al vigo r m u sc ular.
- Muv co r rec to.
bie n , Glau cón, los que ha n inst itu ido la educación por medio de la música y de la gim nas ia no "
lo han hecho, como algu nos creen, para cuid a r po r medio de és ta al cuerpo y po r medio de aquéll a al alma .
_ ¿ Y. s i no, pa ra qu é ?
-Es p ro ba ble q ue haya inst itu ido a mba s fo rmas de
educación pa ra c u idar al alma.
-¿ Cómo es eso ?
-¿ No te has pe rcatado de qu e quienes pract ican gimna sia duran t e toda la vida. s in prestar atenci ón a la mú s ica , es tá n d ispu es tos a ní m icarne nte de un modo muy
dis t in to a l de qui enes es tán dispu est os de la for ma inversa ?
-¿A qué te refieres?
d
- A la rude za y rigid ez, po r un lado, y a la mo lici e
y a la dulzu ra, po r otro.
- Por cierto, que los que practican la gim nas ia de
form a exclusiva se tornan má s rudos de lo de bido, y
los que cu lt iva n sólo la música se vuelven m ás blandos
de lo que les convendría_
_ Y, sin embargo -añad í- , la rudeza es produci da
por el lado fog oso de la naturaleza; la cu al, s i es c r iada
correct amente , puede llegar a se r valentía , pero si es
190
DIÁLOGO S
pue sta en te nsión extrema, se convierte natu ralme n te
e n du reza y b rutali da d.
- Así me parece.
e
- Pues b ien ¿no es acaso la du lzura peculia r de la
na turaleza que an s ía sa be r? No hay que dejarl a re laj ar
de modo que se vue lva má s b la nda de lo deb ido , s in o
qu e, educá ndola b ien, se lo gra rá que sea su a ve y ordenada.
- Así es.
-y decl a ma s que los gu a r d ia ne s deben poseer po r
naturaleza a m ba s cos as.
e-Efectivamen te, deben po seerlas.
- ¿ Y no es necesario tam bién q ue armonicen a m ba s
en t re sí?
-¡ Por sup ue s to!
- y el alma del homb re en la cual a rmonicen, ¿ no
se ra u n alm a sabia y va lie nte ?
4 11..
-Ciertamente.
- y la del hombre en que no armon ice n , ¿ no se rá
ruda y coba rde?
- Con segu ridad.
- En tal ca so, c ua ndo alguien se abandon a a la mús ica de modo tal que el so nido d e la flauta he chice su
alma y fluy a a t ra vés de sus oídos como de un e m budo,
pa ra oí r a rmonías como la s que hemos desc rito, dulces ,
s ua ves y plañide ras, y pasa tod a s u vid a ca n turreando
y d isfrutando las ca nci ones, lo prime ro que le oc urre
b es que , si c ue nta con a lguna fogo sidad, és ta se vuelve
d úc til como el hie rro, y de rígida e inserv ible se ha ce
ú ti l. Pe ro si cont inúa sin resist ir al hechi zo. su fogosidad pronto se d isue lve y se fu nd e, ha sta consu mirse ,
como si cor ta ra n los nervios del al ma mi sm a, y el homb re se convie r te e n un guerre ro pus ilá nime.
- Muy ci e rt o.
- Esto se cumple rápida men te si ya desde un comien zo se trata de a lguien desprovist o de fogosidad po r na .
REPUBU CA 11I
191
t u ra le za; si en cam bio t iene fog os idad, se le debilita el
a n imo y lo vu elve inest a ble. de modo que se irrita r ápl - e
dame nte por poca cosa y de la mism a manera es aplacado. De all¡ que tales hombres llegu en a se r disc olos
e irasci b les e n lu gar de fo go sos, por hall arse co lmados
de de sconte n to .
- Sí.
- Ahora , si un ho mbre se ejerci t a con asiduidad en
la gim na sia y se alimenta con fes tines opíparos, dejando de lado la mús ica y la filosofí a , ¿ no suc ede rá primera me nte que el bue n es t ad o corpo ral lo llene de or gu llo
y b uen á nimo y lo hará se r más valie nte de lo que e ra?
- Si n d ud a.
- ¿ Y e n el caso de que no se ocu pe de ningu na otra
cosa }. qu e de ni ngú n modo se relacione con la Mu sa ?
Si existe de ntro de su alma al gún deseo de aprender. ¿no ti
sucede q ue , puesto q ue no gus t a de a prendizajes n i de
in dagaci on e s. ni pa r t icipa de di sc u sion es ni de otras cosas que pertenecen a la Mu s a, ese deseo se debilita , se
e nsor dece y se enceguece. porque no ha s ido despenado n i a lime ntado, e n medio de se nsa ci ones que no ha n
sido purificadas ?
- De acue rd o.
- Tal hombre se co nve r ti rá, c reo, tanto e n un e ne m igo de la razón como e n un extraño a la Mu sa, y no ac os tumbrará a pe rsuad ir po r med io de a r gu me ntos s ino
po r la vio le nci a y la fuerza, co mo un a fie ra, para ce nse - f
gu ir su s pro pó s itos, y vivirá e n la ignoranci a y en la
ine ptitu d pa ra la convivenci a, falto de todo sent ido del
r it mo y de la gracia.
- Así es .
- Creo incl uso po de r decir qu e algú n d io s h a conced ido a los s e res human os est as dos artes. la de la músi ca y la de la gim nas ia, con mira s a estas dos cosas: la
fogosi dad y el an sia de sabe r. Por lo tanto, no con mira s
al cue r po y al alma, exce pto en forma ac cesoria, sino
In
las cuerd as.
Il I ÁI.OGOS
de modo qu e a m bas alca ncen un ajus te a r mo nios o entre
412a si, después de ponerse en tensión adecuada men te j' adecu adame nte rel aja rse, has ta llegar a l p un to m ás conv eniente.
-Efect iva mente.
- En ta l caso, aq uel q ue com b ine la gi m na s ia co n
la m úsi ca más bellame nte y la aplique al alma con m ayor se nt ido de la pro po rci ón se r á el que di gamos co n
jus tici a q ue es el mús ico más pe rfecto y má s a r monioso, con m ucha má s razón que e l que combina e ntre sí
- Es mu y probable, Sócrates .
- Pues b ie n . quer ido Glaucón, ¿ no necesitaremos en
nue st ro Est ado u n s upe rv iso r s iempre atento a es to, s i
queremos preservar la es t ructu ra básica d e dicho Estado?
b
-Ciertamente lo necesitaremos. y que sea lo más capaz posib le.
- Ya te ne mos entonces las pa utas de su cri an za y
educaci ón . ¿ Pa ra qué ha b ri amo s de describ ir las da nzas de los a lu m nos, o la s cace r ías, o las persecu ciones
con perros, o las com pe t iciones h íp icas y gimn ástica s ?
Pues es ev ide nte q ue esas act ividades debe n ajus tarse
a aquella s pa u tas, y por Jo ta nto no es d ifícil descubri r
su modalidad .
-No es di fíci l, proba b leme nte.
- Bien . Y des pué s de esto, ¿qu e se rá Jo que tene mos
que deci d ir ? ¿No de beremos refe r irn os a quié nes - de
los ci ud ada nos ya a lud idos- han de gobe rnar y qu ié nes ha n de se r gobe rn ados ?
e
- Pu es está cl a ro .
- Que los más an cianos debe n gobe rna r y los más
jóven es ser gobe rnados, es paten te.
- Es pa tente , en efec to.
- ¿ y no lo es ta mbién qu e quienes deben gobe rn a r
han de ser los mej ores de aqué llos ?
\3
REPÚBLIC A III
193
- Sí, eso t a mb ién .
- Pe ro los mejores agricultores ¿ no so n acaso los mas
a ptos pa ra la agr icu ltu ra?
-SI.
- Entonc es, s i nu es tros gobe rnantes de ben ser los
mej ores gua rd ia nes, ¿no han de ser acaso los más a ptos
para gua r da r e l Est a do ?
- Efect iva men te.
Y e n ta l caso ¿ no convie ne que, pa ra comenzar, se a n
in te lige ntes, ef icientes y p reocupados por el Es ta do ?
-Sin du da.
d
- y aq ue llo de lo que u no más se p reocupa su ele
se r lo que ama.
- Necesa ri a men te.
- y lo que uno a ma al máximo es aquello a lo cual
considera q ue le conv ienen las mismas cosas que a sI
mi smo, y de lo cual pi en sa que, si lo que le acontec e
es favorab le, lo s..ra p ara él t ambién; y en caso cont rario, no.
- De ac ue r do.
- E n ta l caso, hay que sel ecciona r entre los guardia nes hom bres de índo le t a l qu e, cuando los exa mine mos,
no s parezca n los más inclinados a ha ce r toda la vida
lo que haya n cons iderado que le convie ne a l Estado , y t
que de ni ngún modo est a r ían d ispues tos a ob ra r e n se ntido opu esto .
- Ser ia n los más a propia dos, e n efec to .
- Po r eso me pa rece q ue en tod as las e ta pas de la
vid a se los debe vigila r obse rv an do s i son c ui dadosos
de aqu ella co nvicc i ón y si en al gún momento son e mbrujados y forza dos de modo t al que llega n a expulsar,
como si lo hubieran olvidado , el pe nsamien to de que
se deb e obrar de la manera que sea mejor para el Est ado.
-¿ Qué qu ie res decir al habla r de 'e xpu ls ión' ?
- Te lo diré. Me parece qu e un pe n samiento se va
de nuestra mente, que r i éndol o o no no sot ro s, y qu e que'14 , -
f/ '
194
D1ÁL OCAlS
re mo s que se vaya cu a ndo es un pe ns a m ie nto falso que
4IJa trastorna n ues t ra instrucción , pe ro no queremo s c ua ndo es verdad e ro.
- Com p rendo lo que co nci e r ne a l caso en qu e 'qu ere mos', pero aún ne ce sito que se me instr uya con re specto al ca so en que ' no queremo s' ,
- ¿Cómo. pues ? ¿No con sidera s, como yo, qu e los
homb res son privados de los b ie nes sin qu ererlo. m ie ntras q ue de Jos males . que rién do lo? ¿ Y no es un mal
acaso enga ñ a rse acerca de la verdad y un bi en alcanzar
la verdad ? Y bi en. i no le parece qu e pe nsa r las cosas
como son es alca nzar la ve rdad ?
- Tienes razón , y me pa rece que los hom bres so n
p r ivados de l pe nsam ie nto ve r dade ro sin quererlo.
b
- y est o les sucede media n te robo o embrujo, o por
la violenci a .
- Es to tampoco lo e n tiendo.
- Tal vez m i le nguaje sea p rop io de la tragedia . Pue s
qu iero decir, cua ndo d igo que les s ucede m edia nt e robo , que les hace ca m b iar de idea o b ien olvi darla, porque , en un caso el discurso, en el otro el tiempo , los
despojan sin que lo advie rtan. Ahora entie nde s, supongo.
-Sí.
- En c u a nto a los que, s in q uere rlo, son privados del
pensamiento verdadero por la vio lencia, me est oy refir iendo a aq uellos a los que algu na pena o s ufrim iento
hacen ca mb ia r de opinión .
-Es to también lo com pre nd o, y conc ue rdo cont igo .
C'
-y c u a ndo hab lo de los Que son e m brujados me
re fiero -y tal vez tú pod r ías también decir lo mi smo-a los qu e cam bi a n de op ini ón seducidos por el hechizo
de algún p lacer o pa ralizados por algú n temor.
e-Pa rece, e n efec to, Que todo c ua nto e ng a ña hec hi za .
- Pues b ie n , como decía hace u n mo me nto, neces ita mos bu sca r los mejore s gua rd ia nes de la co nvici ón que
les es in he re nte, y según la cual 10 que se debe ha cer
RE.PÚ B LlCA 11I
195
siem pre es lo que piensa n qu e es lo mejor pa ra el E stado . Los de bemos ob se r va r, pu es, desde la n iñez, enca rgá ndo los de tareas e n la s cua les más fácilme nt e se les
ha ga ol vidar aquella convicci ón y de ja r se eng a ña r . Lue go, he mos de a proba r al que t iene b uena
y
es d ificil de engañar, y desechar a l de la s co ndiciones d
contrar ias a ésas. ¿ De ac uerdo ?
- De acue rdo.
- Tam bié n hab rá que impone rles t rabajos, sufr imientos y competic iones en los cu a je s debe rá ob servar se lo
mi smo.
- Correcto.
_ y hab rá que c rea r una te rce ra espe cie de pr ue ba,
un a prueba de he chi cería, y cont emplarlos en ella. Así
como se lleva a los pot ros adonde hay fue rtes ruidos
y est r ue ndos, para e xa mina r si son as u stadizos , del m ismo mod o se debe conduci r a nu estros jóvene s a luga res
terroríficos, y lu ego tra s ladarlos a luga res p lac e nte ros..
Con ello los pondrfamos a pru eba mu cho más q ue al o ro t
con el fuego, y se pondría de manifiesto si cad a uno
es tá a c ubie r to de los hechizos y es dece nt e e n todas
las oca s io nes, de modo que es bue n guardiá n de s í mismo y de la ins trucci ón e n la s Mu sas qu e ha recibido,
cond uci é ndose sie m p re con el r itmo adecu ado y con la
armonía que c orrespon de, y, e n fin, t al como tendría
que comportarse para se r lo má s útil po si b le,
a
sí mismo como al Es tado. Y a aq ue l que, some tido a
p ru eb a ta nto de ni ño como de ad ol esc e nte y de hombre
maduro, sale airoso, ha y que e r ig irlo en gobernante y 4 14<1
gua rd i án del Est ado, y colm a rl o de honores e n vida; y,
una vez m uer to , confe ri rl e la gloria más grande en funeral es y ot ros ritos recordatorios. Al qu e no salga airoso de tales prue ba s, e n cam b io, ha y q ue rechazarlo . Tal
me pa rece, Glauc ón, que debe se r la sel ecci ón e ins titución de los gobern antes y de los gu a rd ia nes, para dar
la s pautas generales s in entrar e n de t alles.
196
Dl Á.LOGOS
- Tam bié n a mí me parece que así de be se r.
b
- ¿ Y no ser ia lo más correcto de nominar 'gua rd ianes' , en se n tido es tr icto, a quienes cuide n que los enemigas de afuera no pueda n hace r mal ni los a migos d e
ade ntro desee n hace rl o ? A los jóve nes q ue hast a ah o ra
llamába mos 'g uardia nes', en cam bio, será m ás co r rec to
denominarlos 'g ua rdias' )' 'auxili ares' de la a u tor idad
de los gobern an tes.
-Me parece más co r rec to .
- Ahora bien, ¿cómo podríamos inventar. entre esas
menti ras q ue se hace n necesaria s, a la s q ue nos hemo s
e re ferido an tes , un a mentira nobl e, con la que mejorÍ>e-r- -. .
1---'·
suadir ta rnos a los gob ernantes mismos y. s i no, a lo s
y_.. ,.
de más ci u da danos ?
- No sé cómo.
- No se t rata de nada nue vo, s ino de un relato fe n íci o q ue , segú n d icen los poe ta s y ha n pe rsuad ido d e
él a la ge nte, antes de a hora ha acontecido e n m uc has
pa rte s; pe r o e ntre nosotros no ha s uced ido ni creo q ue
suc eda. pu es se nece sita m uc ho poder de pe rsua s ió n
.pa ra llega r a co nvencer.
-Me p a rece que titubeas en conta rl o.
-Después de que lo c ue n te, j uzgarás si no te nía mi s
razon es para t it ubea r .
-Cuén ta lo y no te mas.
d
- Bien , lo contaré; a unque no sé ha st a dónde llega r á
m i audacia ni a qué palabra s recurriré para expresarme y pa r a intentar pe rsu adir. pri me ramente a los gobe rnan tes y a los milita res, y d espués a lo s demás ci udadano s, de mo do qu e c rean que lo qu e les hemos e nseñado y les he mos inculcado por med io de la educación
e ran tod as cosas q ue imagin aba n y q ue les suced ian e n
j,
Refe re nci a a una leyen d a q ue ha lla mo s en div erso s pasa jes d e
la poes ía gri e ga, po r lo me no s has ta Eurl píJes, en la q ue se ha bla
de la fundaci ón de Tebas po r el fenicio ,Cad mo.
REPÚB LICA 111
197
sueños; pero qu e en realidad ha b ía n es tad o en el se no
de la tierra, que los ha bla c riado y moldead o, tan to a
ellos mismos como a su s armas y a todos los demás
e nse res fa b ricados; y, una ve z q ue estuvie r on com ple ta- .,
me nte fo r m ado s, la ti e rra , po r se r su mad re, los d io a
luz. y po r e llo de be n a hora p reocup a rse po r el territorio en el cu a l vive n , como por un a mad re y nodriza,
y defe nd e rlo s i a lguien lo a taca, y cons id e rar a los
demás ciudadanos como hermanos }. como hijos de- la
1
mI•sm a ti•erra . ,,1 I ,
•
- No e ra e n va no q ue te nía s esc rúpu lo e n conta r la
mentira.
_ y e ra muy natural. No ob stante. escucha lo que res- 4 15<1
ta por contar del mi to. Cu an do les narremo s a sus destinatarios la leyenda, les diremos: ..Vosotros, todos cuantos hab it áis e n el Es tado. sois herman os. Pe ro el d ios
que os modeló pus o o ro e n la mezcl a con que se ge ne ra ron cuantos de vosotro s son ca paces de gob e rnar, por
lo c ual son los que má s vale n; pla ta, en camb io. e n la
de los gua r d ias, y h ie rro y bronce e n las de los la b radore s y demás artesanos. Pues to que todos sois congéneres, la mayoría de la s veces enge ndraréis h ijos se mejantes a vosot ros mismo s, pe r o puede darse e l ca so de que
de un ho m b re de oro sea en gen drado un hij o de pl a t a, b
o de u no de p la ta u no de oro , y de mod o a ná logo e nt re
los hom bres divers os. E n pri me r lu ga r y de manera principal. el dios o rdena a los gobernantes que de nada sea n
tan bue nos guard ia ne s y nada ....igilen tan intensamente
como aquel metal q ue se me zcl a e n la compos ición de
las al mas de s us hij os. E incl u so si su s pr opios hi jos
nacen con u na mezcla de bronce o de hierro, de nin gún
mo do tend rá n com pasió n, s ino que, esti mando el valor e
adecuado de sus natu raleza s. los arrojarán entre los a rtesano s o lo s labradores. y s i de éstos, a su velo. nace
algu no co n me zcla de oro o pla ta , tras tasa r su va lo r,
los ascenderán e nt re los guard ia nes o los guardi as, res-
(
198
DI ÁLOGO S
pec t iva me n te, con la idea d e que exis te u n orác u lo se.
gún el c ual el Est ad o s uc um birá cu ando lo custodie un
guar diá n de hie rro o bronce _. Respec to de cómo p ero
suadir/os de es te mito ¿ves a lg ún p rocedimiento ?
d
- Ningu no, m ientras se t rate de ellos m ismos , pero
s í cua ndo se tra te d e s us h ijos. s us s ucesores y demás
hom b res q ue ven gan de spués.
- Pue s ya eso - d ije - se ría bu eno pa ra que se preocuparan más del Es ta do y unos de ai ras; porque c reo
que entiendo lo q ue q u ie res dec ir.
De tod os modos , será
Á-- como la creencia po pu la r decíd á? E n c uanto a nosotros,
t ras armar a es tos h ijo s.oe-Ia-t ierra, hagámoslos a va nzar bajo la conducción de sus jefes . ha st a llega r a la
ci udad, para que mi ren dónde es más adecuado acampa r : un luga r desde el cu al dominar mejor el te r r itor io,
t: si al gu ien no quiere ac a ta r las leyes, y desde el c u a l
defende rse del exte ri or, s i algún enemigo atacara como
un lobo al rebaño. Una ve z acampados y tras hacer los
sacrificios a quienes sea necesario, cons t ruirán sus re.
fu gic s. ¿No te pa rece ?
-Si.
- Y éstos han de se r ta les que los p roteja n e n el i n.
vie rno y les s irva n pa ra el ve rano.
-¡Claro! Pues c reo que te refieres a s us moradas.
-Si. pero morad as de soldados, no de come rcia ntes.
:'-4 16a
-¿ Có mo dife ren ci as e ntre unas y otras?
-Vaya t ra ta r de e xplicá rt el o . La cosa más ve rgonzos a y terr ib le de toda s, para un pastor, se ría alimentar
a pe rros gua rdianes de re ba ño de modo tal que, po r obra
del desen fre no, del hambre o de malos háb ito s, a t aca.
ran y d añara n a la s ovejas y se asem ej aran a lobos e n
lu ga r de a perros.
- Cie r ta men te, se rí a te rrib le.
b
- Pu es entonces de bemos vigilar por tod os los medios que los gu ardias no se com por te n as í frente a los
ciu dadan os , y que, p or el hecho de se r má s fu ertes que
REPÚBLICA III
199
ellos , no vay an a parecerse a a mos salvajes e n vez de
a asi stentes benefac tores.
- Ha y que vigila rlo.
- En ta l se n tido es tarán provist os de la manera más
precavida s i reci ben realm e nte u na buena educaci ón.
- ¿ y acaso no la poseen ya ?
-Eso no se pu ede a firmar con ta nta confianza, m i
querido Gla uc ón. Sólo po demos sos te ne r lo que acabama s de decir, a sa be r, que es necesario q ue lo s gua rd iane s c ue nte n con la educación correcta, cualq u ie ra q ue e
ésta sea , s i han de tener a l má xi mo lo po s ibl e para se r
a mables e nt re s í y con aquellos que est é n a su cu idado.
- Es tás e n lo cierto.
- Ade más de esa educación, un hombre co n se ntido
com ún dirá que es ne cesario que est én provistos de moradas y de bienes tales que no le s impidan se r los mejores guardianes ni les inciten a causar da ños a los de más ciudadanos.
d
- y hablará con ve rdad.
- Mira entonc es si, pa ra que así sea, no les se rá fo rzo so el s iguien te mod o de vid a y s u vivienda . En p rimer
luga r, nad ie posee rá bienes e n p ri vado, salvo los de pr íme ra necesi dad. En segu ndo luga r nadie tendrá una morada ni un depósito al que no pu eda acceder tod o el
que quie ra . Con respec to a las vituallas, pa ra todas las
que neces itan ho mbres sob r ios y vali entes que se e nt rena n pa ra la gue rra , se les as ignará un pago po r s u vi- e
gila nci a, q ue recibirá n de los demás ciudadanos, dc modo ta l que du ra nte el a ño tenga n como pa ra qu e no Ics
sob re ni le s faite nada. Se senta rán jun tos a la mesa,
como soldados en campaña que viven en comú n. Les
diremos qu e, graci as a los dioses, cue nta n s iem pre e n
el a lma con oro y plata divina y que para nada ne ccsitan de la humana, y que sería sa crílego manchar la poses ión de aque l oro d ivino con l a del oro mortal , mezo
I
200
DIÁ LO(j OS
dándolas. ya que m uc hos sac r ilegios han nacido e n
4 17a torno a la mon eda corriente . m ien tras que el o ro q ue
hay e n ello s es pu ro. En el Est ad o, por cons ig u ie n te,
únicame n te a ello s no les estará perm itido ma nipul a r
ni toca r o ro ni pla ta. ni s iqu ie ra cobija rse bajo el m ismo techo que éstos. n i adorn a rse co n ellos. ni beber en
vasos de oro o p lat a. Y de ese mo do se salvará n e llos
y salva rá n a l Estado. Si en cambio po seye ran t ie rra propia, casas y di nero. e n luga r de gua rd ia nes serán ad m inisrradore sy la b rado res. e n luga r de asi sten tes se rá n
dés po tas y e ne m igos de los demá s ci udada nos, odiarán
y se rá n odiados. conspira rán y se conspirará co ntra ello s,
y as í pa sarán toda la vida. tenuendo más bien y mucho
más a lo s e ne m igos de ad ent ro que a los enemib gas de afu e ra , con lo c u al se a pro xima rán rápidamen te
a la des trucción de ello s mismos y del Estado. Es en
vis ta a todo esto que hemos dicho cómo deben estar
provist os los guard ianes respec n, de la vivienda y d e
tod o lo demás. ¿ Legi slaremos a sí o no?
- Así, s in duda - res po ndió Glaucón.
IV
-c
.'
Entonce s Adimanto inte rvino en la conve rsación y 419<1
d ijo:
- ¿De qué modo te defenderías, Sócrates, s i algu ie n
afirmar a que no haces en absoluto feli ces a es tos hombres. y eso por ca us a de s í mismos ? Pues el Estado .es
en realidad de ell os, y sin embargo no disfruta n de run gún bien del país, como los gobernantes de ot ros Es tados. qu e poseen cam pos y constr uyen casas grandes y
be llas a la s que p rov ee n de los enseres adecuados, y
ofrecen a los dioses sacrifici os p ri va do s, alojan a e xtranjeros y son prop ietarios de lo que .t ú acabas de
clona r . o ro y pla ta y tod os aqu ellos b ienes qu e cons tderen que los van a hace r dichosos..Y
que lo s
que
que has desc r ito parecen se r gua rd ias
nada t ie ne n que hacer e n el Es tado salvo CUIda rl o. 42Od.
- S í - con tes té- ; más a ú n , no t rabajan má s qu e para s u sus te nto , sin reci bi r, ade má s de los a lime n tos, un
sala r io como los demá s, de m an era q ue ni s iq uiera se
les per mite h ace r u n viaj e pa r t ic ul a r de p lacer, no se
les conc eden cor tesa nas ni gastar par a d a rse gus tos, tal
como gastan los que pasan por se r más
Es tos
pun tos y varios ot r os más los h as omi t ido en t u
ac usaci ón.
-c-Bien, ¡que figure eso también entre las acusaciones!
b
_ ¿ Y p reguntas cómo me defende rí a ?
202
I)JÁLOC OS
- S i.
-c-Reco r riendo el mismo cam ino que está bamos hacie ndo -dije- e ncon t ra re mos, c reo, lo que de be res-po nderse. Diremos. en efecto. q ue no se ría nada asombroso s i los qu e he mos desc ri to son los más feli c es;
pe ro q ue no funda mos el Es tado con la mirada pu es t a
en que un a so la cl ase fu era exc e pci ona lmen te feli z. si no
en que lo fue ra a l má ximo toda la soc iedad. Porque pensá bamos que e n u n Es tarlo de tal índole se r ía don de
mejor hall a r lamos la j us t icia . y en camb io la injust ici a
e en el peor fu ndado; y tras observa r uno y o tro, pronu nci a rí amos el ju icio sob re Jo q ue hace rato que bu scamo s/¡ Modela mos el Es ta do feli z, no esta b leci endo que
un o s pocos, a los cua les segre gamos, sean fel ices, sino
que lo sea la tot alidad; y en seguida exam inaremos el
Est ado o puesto a aqué l. Sería como si es tu viésemos pintando una es tat ua y, a l acerc arse. al guien nos censu rara declarando quc no a plicamos los más bellos un gü en to s a las pa r te s má s bellas de la fi gu ra, puesto qu e no
pi nt ábam os con pú rpur a los ojos. q ue son lo m ás bello,
sino de negro. En ese caso parecer íamos defendemos
d razo nablement e s i le res pondi éramos: - Asomb roso a m igo, no pienses qu e deb emos pin tar los ojos t an he rmosos qu e no parezcan ojos, y lo m ismo con la s o tra s partes de l cuerpo, s ino consi dera s i. a l a plicar a cada una
lo adecuado, crea mos u n co nj unt o hermoso _jAsí en el
ca so p resen te no me oblig ues a otorg ar a los guardianes un a feli cidad de tal índole q ue haga de ello s cua lqu ier cos a men os gua rd ianes. Nosotros bien sabemo s
e ves t ir a lo s labradores con manto s se ñoriales, rodearlos
con oro y orde na r les que trabajen la tier ra si les p lace,
y también reco star a los al fa reros en ci rcu lo alrededor
del fuego , de modo qu e beban a gu sto y disfruten d e
banq u etes, co n el torno a su disposición pa ra el caso
de que a lgunos descaran hacer su oficio; y análoga m ente hacer dich osos a todos los demá s, para que la sacie.
RE PÚB LIC A IV
203
dad ente ra sea feli z. Pero no no s encargu es eso, porq ue.
s i te ob edece mos, ni el la brador será labrado r, n i el 42 1a
a lfa rero a lfa re ro, ni habrá nadie que integre el esq ue ma con el cu a l nace el Estado. Con todo, con los demás
ci u dad a nos la cu est ión es me no r. Po rq ue s i los fabricantes de ca lzado se pervierten. se co rrompe n y preten den ser lo q ue no son. no es nada terrible pa ra el Es tado. Pero s i los guardiane s del Es ta do y de sus leyes
parecen guardia nes s in se rl o, ves bien claro qu e co rrompen po r co m pleto todo el Estado, y só lo ellos tienen la
oport u nida d de orga niza rlo b ien y hacerlo feli z. Formemos, pu e s, verdadero s gu ardi ane s, hombres q ue puedan
dañar al Est ado lo m enos pos ible; y aquel q ue proponga b
aquello de que los labriegos son feli ces regodeándose
co n banq uet es, como en un fest ival más qu e en un Es tado, habla de al go disti nt o a un E stado. Ha y que exa minar, por con si gui en te, si instituim os los gua rdia nes co n
la mirada pues ta en proporcionarles a ellos la mayor
feli cidad posi ble, o si m ira ndo a tod a la soc ie da d se la
deb e cons idera r de modo que és ta la a lcanc e; pa ra lo
cual estos guard ias y los gua rdiane s deben se r obliga dos o persuadidos a hacer lo q ue los haga se r los e
mej o res a r te sanos de s u p ro pia funci ón, y del mismo
mod o todos los demás. Y as í, al florecer el Est ado en
s u conju nto y en ar mo n iosa organizaci ón , cada una de
las cl ases pod rá participar de la fel ic idad q ue la nat ura leza les ha asignado.
- Me pa rece que e stá b ien lo qu e d ices.
_ ¿ y te parecerá q ue hablo co r rec tame n te en cuan to
a otro t em a emparenta do con éste?
-¿ Cu ál ot ro tema ?
-Cons idera si est a s cosas corrompen a los dem ás d
ar tesanos d e modo t al que se perviertan.
- ¿Pero cuáles co sas ?
- La riqueza y la pobreza.
- ¿De qué modo ?
204
DIÁLOGOS
.- De. éste: s i u n al fa re ro se e nriquece. ¿c rees qu e seguí r á di spues to a oc u pa rse de s u oficio?
- De nin guna mane ra .
-¿ No se torna rá más pere zoso y neg ligente de lo
qu e e ra?
- Muc ho má s.
-¿No se conve rtirá, cons iguie nte me nte. en un peor
a lfare ro ?
-Mucho peor.
- Por e rre lado. s i a raíz de se r po bre no puede p roc ura rse la s he r ra mi e n ta s y cualq uie r otra cosa neces aria para su oficio. fa bricará obras de mal a ca lida d,
" de modo que, s i e nseña a sus hijos y a otros, formará
malos a rtesanos.
- A no duda rlo .
- De ah í que tanto la pobreza como la riqueza son
ambas ca u sas de mal as obras artesanales y de malos
artesa no s.
- Asl parece.
- En ta l caso, según da la im presió n, hemos descub ie rto otros asu nto s que requ ieren la vigil a nci a de los
guardia ne s, pa ra q ue ja más se les int roduzcan in advertidamente e n el Es tado.
- ¿Qué asun tos?
422"
- Pues la riqueza y la pobreza, ya que u na produce
el libe rtin aje, la pere za y el a fá n de novedad es, mientras la ot ra gene ra el ser vilis mo y la vileza, además del
afá n de ca m bios .
- Muy cierto. No obsta nte, Sócrat es, exam ina de q ué
modo nu estro Es tado, si no ha acu m ulado for t una, será
capaz de h ace r la gue rra, so bre todo si est á forzado a
combatir co nt ra otro grande y r ico.
- Ev ide n tem ente será más dificil combatir contra
b un solo E st ad o, pe ro si J ue ra con t ra dos sería más
fácil.
.
- ¿ Qué qu ie res decir ?
REPÚBLICA IV
205
- En p rimer lugar, si ha y que luc ha r, ¿no se rán hc mbres e nt re nados para la gue rra los q ue luc he n cont ra
hombres ri cos ?
- Eso s i.
- Pue s bien, Adimanto, ¿no c rees qu e un solo pú gil
que esté ca pacitado y preparado lo mejor po s ible luc hará fácilmente contra dos hombres r icos y go rdos q ue
no sa be n boxear ?
-Si no es a l mi sm o tiempo, qu izás.
_¿ y e n e l caso de que pu d ie ra re troceder cont in uamente y, dándose vuelta, golpea r al que viene at rá s, y e
re pit ie ra esto varias veces bajo el sol y e n u n ambiente
sofoca nte? ¿No podría entonce s ese ho mbre vence r a
mu chos como ésos?
- No resultaría sorprendente .
_¿ y c rees que los r icos po seen mayor conocimiento
y e xpe rie nci a del arte de la gu erra qu e de l pugilato ?
- No lo c reo.
-En tal caso, muy proba bl eme n te re sulte fáci l para
nues tros hombres, e nt re na dos par a la guerra, combat ir
cont ra enem igos que s ean el doble o el t riple e n número que ellos.
-Estoy de acue rdo, ya que me parece que lo que
d ices es correc to.
- Po r lo demás, se podría e nviar a uno de los dos d
Estados be ligerantes u na e mbajada qu e les dijera la verdad: «Noso t ro s no u samos pa ra nada el oro n i la p la ta,
porque no no s está pe rmit ido usarlo, como a voso t ro s.
Po r lo ta nto , s i os a liá is con nosotros, obte ndréis el o ro
y la plata del o tro Est ado ». ¿ Pie ns as que qu iene s escuc ha ra n es to elegiría n com ba t ir cont ra perros firmes y
flaco s a ntes que junt o a los pe rro s cont ra corde ros t ie rnos y gordos?
e-Pien so qu e no. Pero mi ra s i, en el caso de qu e u n
solo Es tado acumule las ri qu ezas de los dem ás, no s urge peli gro para el qu e no ha enriquecido.
e
206
LllÁLOG OS
- Eres m uy in ge nu o SI Juzga s que merece darse el
no mbre de ' Es ta do' a a lgú n ot ro que aque l que hem os
orga nizado.
-¿ Por qué ?
- A los demás ha y que denomi na r los de un mo do
más a m plio, pues cada uno de esos Es ta do s no es un
Est ado sino m uchos. como e n el juego l . Son dos como
mínimo. con una e ne m is ta d m utua: el Es tado de los po423a bres y el de los ricos. Y e n cada Estado ha y m uchos
Es tados; s i los tra ta s como a u no solo, te equ ivocarás
de cabo a ra bo. S i los t ra ta s como a m ucho s, en ca m .
bio, cediendo a unos la fort u na . e l pode r y la gen te mism a de los ot ro s, asl tendrás sie m p re muchos ali ados
y pocos ene migos. Y m ie ntras se adm inist ra sabia mente el Estado con el or de n descrito. no só lo tendrá fama
de se r muy grande s ino que se rá verdaderamente m uy
gra nde , a u n c ua ndo cuente sólo con un millar de guerreros. En efecto, no hall a rás fáci lme nte un Est ad o m ás
b grande, n i e nt re los griegos ni entre los bárbaros, a u nq ue m uchos pue da n parecer mu cha s vec es má s gra n des
q ue éste . ¿ Piensas de otro modo ?
- No, po r Zeus - respo ndió Adimanto.
-En ta l caso, nu es tros gobe r nantes c ue n tan ya con
el más acer ta do limite qu e debe n fijar al t amañ o del
Es tado y del territ or io a l cual, d e a cue r do con ese t ama ño, ha n de delimita r, re nunciando a c ua lq u ie r ot ro.
- ¿Cu ál es ese lím ite ?
- El siguie nte , pie nso: q ue el Est ado es té e n condici one s de c rece r e n ta nto con se rve su unidad , pe ro que
no c rezca má s de a ll í.
e
-Es tá muy b ien.
- Por tanto, cor respo nde que los gu ardia nes a tíen da n es ta otra p resc r ipción: vigilar po r todos los medi o s
I J.e y AI>" M s igue n a<.¡ ul a l éxic os re la tiva me n te antig uo s, co m o
el de Hes lquio o de S uda , do nde póleis puhchl (<<jugar a los Es tado s _)
figu ra com o u n p rov erb io ref eri do a u n j ue go con pieza s y tabl er o ,
RF.PÚBUCA IV
207
que el E stado no sea pe queño ni grande e n a pa rie ncia,
sino qu e sea u no y su fici ente.
- ¡Lo qu e les e ncarg amos es s in du da ins ignific a n te !
- y más ins ignifica nte a u n que eso es lo que a nteriorrn ente menciona mos c ua ndo di ji mos qu e, e n caso de
que de los gu a r dia nes n azca algún hijo infe ri o r, nece sa ri a mente han de e nvia rlo con los que le sea n a fines,
y. en el ca so cont rar io, si nace de los o tro s uno va lioso, d
e nvia r lo jun to a los gu a r dia nes. E l pro pós ito de es to
es mos t ra r que tam b ié n los demás ciudada nos de be n
e nca rga rse , cada uno, de la función pa ra la c ua l está
na turalmente dotado. De es te modo, a l ocu parse d e lo
único que le es adec u ado, ca da u no llega a se r uno y
no mú lt ipl e, y así el Estado íntegro crece como uno
solo y no m últ iple.
-¡ Pues esto es m ás pequeño aún que lo ot ro!
- y sin e m ba rgo, m i que r ido Adim ant o, tod as es tas
pres cri pc iones que les impone mos, po r mu ch as e im portantes que puedan p a rece r, son todas de po ca mono ,
ta. si se a t iende a la única ' co sa grande ', como se di ce,
o ma s b ien, en luga r de 'gra nde', 's ufi cien te'.
-¿Cuál es ?
- La ed ucaci ón y la ins t rucción. Pues si los hom b re s
es tán ed ucados bien, llegan a ser mesu rad os y a pe rcibi r fáci lm e nte todas e stas cosas y ot ras más que a hora
hemos dejado de lado, como la po sesión de las muje res,
los mat r imonios y la pro c reació n de hij os, cos as q ue,
según e l prove rbio, debe n se r 'tod as com unes' al rnáxi- 424a
roo posib le l .
.-/
- Se rá lo más co rrec to.
- y más a ú n : u na ve z que la o rganización del Es ta do
sc pone en mo vimient o adecuad amen te, a va nza c r-ecie n-
1 Es te pro\'t"rbio , ya ci ta do en el Lis is 20? c (y luego por ARISTÓTE·
LES, St, Nicom. VII I 9, 1159b), es atr ibui do - t" S proba ble que
correct amc ntc - a Pitágoras y a lo s prime ro s pitagó ricos p llT el bis toria do r TIM EO DE TAUKOME NIO (frs . l3 a y 13h J ac onv).
11
b
208
Ol Ál OGO S
do como un cí rcu lo. En efec to. la c rianza y la ed uc ación, debidame nt e ga ra nt izadas. forman bue na s naturalezas. y. a s u vez, la s buena s n a tu ra lezas. as istidas por
semejante ed uc ación. se torn an mejores aún que las precede ntes e n las d istin tas act ividade s y tambié n e n la
proc reaci ón , como s ucede ta m b ién con los otros anima les.
- Probablemente.
- Pa ra dec irl o con poca s pa la b ras. esto de be ser incu lcado fi rmemente e n q uie nes d e ha n guard a r el Estado. de mane ra qu e no s uc eda que inadve rt id ame nte se
corrompan. En lod o ha n de vigilar que no se introdu zcan innova ciones en gim nasia y m ús ica contra lo p rec ri to, te miendo c ua ndo algu ien d ice que
el canto que los hombres más considera n
.es el más reciente que, celebrado por los aedos, surca
[el aire J.
e No sea que a lgu ien c rea que el p oeta no se refie re a
ca ncione s nueva s. sino a un mod o nue vo de cant ar, y
elo gien eso: no hay que e log ia rlo, ni siqu iera concebirlo. Pues hay que po nerse a sa lvo de un ca m bio e n u n
n uevo género mu s ical. y pensar que a sí se pone todo
en peligro. Porq ue los mod os mus icales no son cambia dos nunca s in remove r la s más important es leyes que
ri gen e l Estado, tal co mo d ice Damón , y yo es toy convencido.
-c-Cu én ta m c a m í tamb ién e nt re los co nve nci d os
- d ijo Adima nto .
d
-Allí - p ro segu f-. e n la m úsica, creo qu e debemo s
edifi car la res iden cia de los guardia nes.
- Allí, ci e r tamen te, la ilegalidad se introdu ce de m odo fáci l, s in qu e uno lo ad vie r ta.
} Ud. I 35 ]·352, con algu nas pa lab ra s s us tituida s po r o tras. S obre la no innovación e n m at e ria musical, c L Introducción pág. 55, n. 18.
14
REPUBLICA IV
209
-Sí, e n pa rte ju gu e tcnamente, y como s i no p rod uje ra da ño.
- y no lo produce, salvo que se des lice poco a poco ,
ins tal á ndose suave me n te e n las costumbres y e n las ocupa ciones, de donde c rece ha s ta lo s cont ratos que hacen
unos homb res con o tros. y desde los contratos a vanza haci a la s leyes y la org a n izació n del Estado, Sócrates, con t
la ma yo r desfac hat e z. has ta q ue te r mina por tras tocar
todo, tanto la vida privada como e n la públi ca .
-Bie n - pregu n té-, ¿yeso sucede ast?
- A m i modo de ve r, sí.
-En ta l caso. como hemos d icho desde el princi pio.
debe mos p ro vee r a nuest ro s niños de juegos su je tos a
normas; puesto q ue, si el juego se de se nvuelve s in norma s y los niños también. será impos ible que de éstos 425<1
c rezca n hombres esforzados y con afecto por el orden .
-Claro que s í.
- Po r consig u iente. cuando los niños comienza n deb ida men te. gracias a la música intr odu ce n en sus juegos un afe c to por el orden, y. al con tra r io de lo que
acon tecía con los otros a qu e al udíamos. este afec to por
el o rde n los acom pa ñará a todas pa rt es y ayudará a c recer y a rest a blecer lo que quedaba de l Es tado a nte r io r.
- Es verdad. s in duda al gu na .
- Entonces estos ho mb res desc ubrirán preceptos que,
te nidos po r peque ñe ces. sus predec esores ha b ían de jado com ple ta mente de lado.
- ¿Cuáles?
- Tales como éstos: que los más jóvenes calle n f re no b
te a los más a nciano s c ua ndo corre spon de, les cedan
el asien t o y pe rm ane zca n ello s d e pie; el c u idado de sus
pad re s. el pelo b ien cortado, y lo mismo la r op a, el ca lzad o y el porte del cuerpo en su con junto, et c. ¿ No crees?
-Sí, por cie rto.
- Pero pi en so que sería in gen uo legisla r sob re esta s cos as : e n nin gu na pa r te se h ace, y s i fue ran leg is94 . -
I
I
J
210
DIÁ.LOGOS
ladas. ni la palabra esc r ita ni la oral la s ha rí an p ero
du ra r.
- No ha y mod o.
- Pr oba b lement e su ceda, Adim a nto, que, segú n hacia dónde uno se dirija, partiendo de la educación .
e de ese modo sea lo qu e venga después. ¿O no atrae sie m- e
pre lo se me ja nte a lo se mejan te ?
-Asl es.
-y pod rí a mo s deci r que, a l té rmino de ese p roc eso,
el resultado se rá algo comple to y vigoroso, ya se a bueno, ya lo contra rio.
- No cabe otra alterna tiva.
- Po r ese motivo no me a bocada a la ta rea de legi sla r sobre ese tipo de co sas.
- Lo que dices es razo na ble.
- En cu a nto a los asun tos qu e se t ratan e n el ág o ra
-ya sea con re spect o a los con tra tos que allí hacen unos
d con ot ro s o, s i tú prefieres. acerca de los cont ra tos
con a rresanos-c-, o a las inj urias. asa ltos y de mandas
judiciale s, la elección de jueces y, donde sea el caso,
pagos y exacciones que sean ne cesarios. y e n gene ral
de rechos de com pra y ve nta en el me rcado , o bien e n
lo que toca a la vigila nci a de la s calles o de los puest o s,
e rc., d ime, por los dioses, ¿ nos a t re ve remos a legisla r
sobre asun tos de tal ín dole ?
- No seria dig no apli car tales prescripciones a la gente honest a, pues ésta po r si misma descubrirá f ácilm enI te la mayoría de las cosas sobre la s qu e conv ie ne legi sla r .
- Sí, am igo mí o - repuse-, s ie m pre que Dios les pe rmit a preservar las leyes q ue an teriorment e hemos desc r ito.
-A no se r qu e se pase n la vid a ins tit uye ndo y e nmendando la ca nti dad de c ues tiones a que nos hemo s
refe ri do, co nvenci dos de qu e as ! alcanza rá n la perfecci ón .
RE PÚ BLICA IV
2 11
-Qui e res decir qu e los que ob re n así vivi rán como
los e nfe rmos que. por su intempe ranci a, no q uieren abandona r un régimen pe rjudici al.
- Preci sa me nte.
_ y por cie r to - d ije- pasan una vida e ncantadora. 426<1
En ef ecto, aunque se some ten a l t ratamiento médico,
no logran ningún res u ltado, como no sea el de qu e s us
e nfe rmedades tomen ma yo res proporciones y com plicaci ones, s iem pre con la espe ra nza de que, si se le s receta
un remedio. gracias a éste san a rán.
- Así les suc ede a tales e nfe rmos, por lo com ú n.
- Ha y, ademá s. otra cosa e nca ntadora e n ellos: cons ide ra n como el más odioso de todos los hombres a l
qu e les diga la verdad , a saber, qu e si no dej a n de embriagarse, comer h ast a el h artaz go y e nt regarse desenfrenadamente a los placeres sex uales y al oci o, no habrá
re medios ni cau te rizaciones n i co rtes, como tampoco he- b
chtzos ni a m ule tos ni n inguna o tra cosa s im ilar qu e los
socorra.
-No es t an e nca nt ado ra -rep licó Adim an to - , pues
e nojarse co nt ra el que hab la bien no tiene encanto algu no .
- Pa rece qu e no e res ad mirador de los hombres de
esa índ ol e .
- No, por Zeu s.
- En ese caso, t ampoco elo giarás al Est ado en te r o,
del que hablábamos hace un mo men to, si ob ra de u n
mod o se meja n te. Po rque s in duda has de pensa r que
ob ra n de la mis ma man e ra que aq uellos los Esta dos que,
a un fu ncion a ndo mal como tal es, prohiben a su s ciu da- t:
dan os camb ia r algo en la cons t it ución pol ítica, y que
sufra la pe na de muerte aquel qu e lo in le nte, y que.
por el cont ra r io, q u ien s irv a co n su mo pl ace r a los que
gobie rnan, adulándolo s con ob sequios, y sea há bil pa ra
e nte ra rse de su s deseos y lu ego sa t isface rl os, les pare-
1
d
427<1
REPÚ BUCA IV
2 13
porque se r ía ineficaz y no ay u da r ía en nad a ; e n el segundo, po rque cualquiera podría descubr ir algunas de
ellas, y las ot ras se se gu ir -ía n automáticamente de la s
cos tum b re s a nte r io res.
-Entonc es ¿nos resta aún algo conce rn iente a la "
leg is lación?
-A no sotros no nos resta nada -c-respondí-c-. Pero
a Apolo, d ios de Delfos, corresponden las p ri meras ordena nzas, la s más im po r ta ntes y bellas.
-¿ Y cu á les son?
- La fundación de tem plos, la instituci ón de sac ri fid os y otros servicios a los diose s, a los de monios y a
los hé roes, asl como d e tum bas a los di funtos y cuan tos
honores de ban rendi rse a los de l más allá para que sean
propicios . De tales cosas no sabemos nada al funda r el
Es tado, ni nos dejaremos pe r su adir po r otros, sino que e
no no s serviremos de a iro exégeta que el pa terno; este dios, e n efecto, es exége ta p at e rno pa ra todos los hombres, y, se n tado e n el centro, so b re el ombligo de la
ti err'a, interpreta los asuntos de esa ín dole .
- Muy bie n dicho; as í debe ob ra r-se.
- Pue s b ie n, hijo de Arist ón -dije-, ya tienes fundado e l E s tado . Des pu és de esto indaga en su in t e r ior, d
procurán do te de don de puedas la luz ad ecu ada. y apela
a la ayuda de tu he rman o Gla ucón, as í como de Pol ema rca y lo s otros, pa ra qu e columbremo s dónde exi s te
la ju st ici a y dónde la injustici a, y en qu é se dife re ncia
una de otra, y c uá l de las dos de be adquirir el que ha ya
de se r fe liz, pa se est o inadvertido o no a los dioses y
a los hom b res todos.
DIÁLOGOS
cer á un hom bre excele nte y sabio e n cuestiones importantes, y recibi rá honras po r parte de ellos .
-Tam bié n yo creo que es os E stados ob ran igu al qu e
los hombres que antes desc ribiste. y ta m poco los adm iraré.
y en lo que toca a quie nes están di spuestos a se rv ir
a ta les Estados. a ns iosos por hacerlo. ¿ no admiras su
valentía y su irrefl e xiva com p lace nci a ?
-Si, los admiro - respon dió- , e xce pto en los casos
en qu e ellos mismos se engaña n y c reen que, porque
muchos los elogi an, son verdaderos estadis tas.
- No te entiendo: ¿no vas a d isculpa r a eso s homb res ? Imagínate u n hombre que no sa be med ir se. y a l
q ue m uc ho s otros. que tampoco lo sabe n. le dicen que
tie ne c u a t ro codos de estatura; ¿te parece qu e por sí
solo dejará de creerlo ?
- No, no c reo Que deje de c reerlo.
- Pues entonces no te enoje s con t a l t ipo de ge nt e,
ya que es la más enc a n tado ra de toda , en cu a nto legis lan so bre minucia s como la s que hemos descrito hace
un mo me nt o y la s corr igen continuamente, e n la c reencia de Que puede halla rse un límite a los fraudes Que
se cometen en los con t ra tos y e n las de más cosas que
he mencionado; sin ad vertir que, de hecho, es como s i
se cortaran la s cabezas de la Hid ra ' .
-Es cierto: no hacen otra cosa.
-Po r eso mi smo, yo no pe n sa r ía que el ve rd adero
leg isl ador debiera ocup a rse de leyes o de una organ ización po lític a de se mej a nte especie, ni e n un E stado bien
gobernado n i e n uno ma l go be rn ado. En el primer caso,
s El _c Jit get a. e ra un fu nciona r io o fic ia l qu e ell Ate nas se enca ro
gaba de dilucidar cuestio nes eti co rre lig iosas qu e podian prese ntarse
en la vida cot id ian a, y que «ín te rp re ta ba» la volun ta d d ivina (c r. E U /I ·
frón 4d) . Aqu í, dice
_Apolo e s, ro un se nt ído más el evad o, el
inté rpre te de la relig ión para toda III hu ma ni da d •.
2 12
• E.l luto só lo dice «co rtaran la hid ra •. Se nala de un a a lusió n
a la leye nd a (má s exp lic ita d a en el EWlide >l1 o 426rl -e) según la cu al Hé rcu les, en s u l uch a co nt ra la Hid ra , no b ien co rtaba la cab«i1 del mon struo, ve ía nacer o tra ín me dia ta rne nte, con lo cua l su ta re a se to mab a
intenn ínable; como la que aco meten, vien e a decir Platón . los que q uiere n pone r fin a todos los ma le s median te códigos.
)
2 14
DIÁLOGOS
- Nada de es o - rep licó Glaucón- ; te has co m prome ti do a inda ga rJo tú, con el a rgumen to de q ue se r ia
sacrí lego no ac u d ir e n de fensa de la justici a po r todos
los m e di os q ue te fu era po s ib le .
- Es cierto lo q ue me recuerdas. de modo q ue a s¡
te nd ré q ue ac tuar; pero necesito que cola bo réis conm igo.
- De ac uerdo.
- Es pero descubrir lo de esta m anera. Pienso q ue. si
nu es t ro Estado ha s ido fundado co r recta me nt e, es por
co m ple to bu eno.
- Es forzoso q ue as í sea .
-c-Evidenteme nte, pu es, es sabio. va liente, mode r ado
y jus to.
- Evide nte me n te.
- Aho ra bi e n, si descubrimos e n el Estado a lg una de
42& est as cosas, lo qu e reste será lo que no hemos encon trado.
- Asl es.
- Por ejem plo: s i de cu a t ro cosas cua les quie r a --en
e l asunto que fue re- b usc á r amos una so la, y sucediese
q ue en prim e r luga r r econociéramos ésa, sería s ufici e nte pa r a no sotros. En c a mbio. si e n primer lu ga r r econocié ram os las otras tre s. co n es to m ism o ya r econoceria mas la q ue bu scábamos , pu esto q ue es pate nt e que n o
se ria otra que la que a ú n q ue dara.
- Lo qu e d ices es co rre c to.
- En ta l caso y respec to de a q ue llas cu a lidades. ya
que tambi é n so n c ua tr o, de bem os indagar de l mi sm o
modo.
- Bien está .
- Me parece. pue s, qu e lo prim ero que se ve cl aro
b en es te as u nto es la s ab id u rí a ; a unqu e e n lo tocante a
ella se ve a lgo extra ño.
-¿ Cómo es eso ?
- Ver da de ramen te sa bio m e p are ce el Estado qu e he.
mas descr ito, pues es prudente .
REPÚBLICA IV
21 5
- Si.
_ y es to mi smo, la p ru dencia, es evidenteme n te un
co noci m ie nto, ya qu e e n ningún caso se ob ra prudentemente po r igno ranci a, s ino po r co noc imiento.
- Es e vidente .
- Pe ro e n el Estado ha y mú lt ip les va r iedades de
co noc im ien to.
- Cla ro.
- En ese caso, ¿será por caus a del conocim iento de
los carpinte ros que ha de deci r se q ue el Es tado es sab io
y prude nte ?
- De ningún modo - respondió Gla ucón- ; por ese
cono ci m ien to se d ir á sólo que es h ábil e n car p inte r la.
- Tam poco deberá llamarse sa b io a l E s ta do debido
a l conocimient o relativo a los muebles de m ade r a, s i
delíbera ' sob r e có mo ha ce rl os lo m ejor pos ible .
- No, por cierto.
-Ni po r e l co nocim iento r el a ti vo a los objetos q ue
se ha cen con bronce. ni po r ningún o t ro de esa Inda le.
- En ni ngún caso.
_ y no se dice q ue e l Es ta do es s ab io po r el co nocim ie nto re lativo a la prod ucción de frutos de la tie r ra.
s ino que es há bil e n a gr icultu ra.
- Así m e pare ce.
-Aho r a bien, ¿ hay e n el Es ta do q ue acabamos de
fun da r un ti po de conocim ie nto prese nte e n a lgunos ci uda da no s. por el c ual no se de libere sob re a lguna cues- d
t ió n pa rticula r del Estado sin o so b re és te e n su to tali dad y so b re la modalida d de su s rel aci ones consigo
mi sm o y co n los de m á s Es tados ?
- Si.
-¿Cuil es y en quiénes est á presente ?
/
& Nos apart am os de Adam, que adopta un a conjetura de Hclndc rf
y nos at enemos a los m anus critos, con Burnet .
2 16
DIÁLOGOS
-Es el con ocim ien to a propia do pa ra la vigilancia,
y es tá presen te en aq ue llos gobe rnantes a los que h emos de nom ina do 'gua rd ia nes perfectos'.
- Yen virtud de ese con ocim ie nto ¿que d irás del Esta do ?
-Que e s prude n te y verdaderamente sabio.
- ¿ Y qué c rees, q ue e n nu estro Est ado ha b rá mayo r
t: cant idad de t ra bajadores del bron ce o de es tos verdade ros gua r d ia ne s ?
- Muc ho s más trabaj adores del bronce .
- ¿ y no se rán es to s gua rd ia ne s m uc hos menos en
n úme ro s i los co m pa ra s co n todo s a q ue llos o tros q ue
reciben el no mbre de acue rdo con los conoc imientos que
poseen?
- Muchos menos.
-En es e caso, gracias al grupo humano más pequeño , que es la par te de él mi smo que es tá al fre nt e y
gobierna, u n Estado confo r me a la naturaleza ha de ser
sabio en su tota lidad . Y de este modo, según parece ,
4294 a l sec to r más peq ueño por na turaleza le cor res pon de
el úni co de estos tipos de conoc im ie nto que me rece ser
denominado 'sabid u ría' .
- Dice s la verda d.
- He aq uí qu e hemos descubie r to, no sé de qué modo, una de las c ua tro c ua lida des que busc áb amos 7 , as í
co mo el pu est o que e n el Est ado le corresponde.
- Y a mi mod o de ve r ha sido desc ubierto sat isfac tori amente.
- En c ua nto a la va lent ía y al lu ga r q ue tiene e n el
Estado, por c uya ca u sa el Es tado debe se r llamad o 'v alien te', no es mu y difícil pe rcib ir la.
- ¿D e qué modo ?
-¿ Acaso algu ien d iría qu e un Estado es coba r de o
vali ente, después de ha be r con tem plado otra cos a que
b
1 Cf. 427e.428a.
RE PÚ B LICA IV
2 17
aquella pa rte suya que combate y ma rcha a la guerra
po r s u ca us a?
- No, sól o mirando a ella .
-Por eso c reo que, a unque los demás ci udad anos
se a n cobardes o val ie ntes, no de pe nde de ellos el que
el Es tado po sea u na c ualidad o la ot ra.
- Yo ta m bié n lo c reo.
-En ta l caso, un Es tado es va lie nte gracias a una
pa r te de s í mi smo. po rque con es ta parte t ien e la po si bil idad de co ns e rvar, e n toda ci rcu ns tancia. la opinión e
acerca de las cosas tem ibles, que han de ser las mi smas
y ta l cual el leg is lado r h a dispuest o en su programa edu'cauvo. ¿No lla mas a es to ' va lent ia' ?
- No te he comprendido del todo: dí melo de nuevo.
- Quiero decir que la valentía es , en cierto modo,
cons e rvación.
_ ¿Qué cl ase de cons e rvación ?
-La conse r vaci ón de la opin ión e nge nd rada por la
le y. por medi o de la ed ucación . acerca de cuáles y cómo
son las cos as temibles. Y he d icho que ella ' e ra conse rvaci ón 'e n tod a circ un st ancia ', e n el se ntido de qu e
qu ie n es valien te ha de mantene rl a - y no ex pu lsa rla
del alm a n unc a- tanto en los place res y deseos como d
e n los temores. Y estoy di spues to a rep rese nta r lo que
pie nso por medio de una compa ración, s i qu ieres.
- Cla ro que quie ro.
- Tú sa bes qu e los tintoreros, c ua ndo q u ie re n teñir
de color pú rpu ra la lan a , la esc ogen pr imerame nt e de
la que , e nt re lo s di ve rsos colores, es de un a sola s us ta ncia, b lanca. Después la preparan, t rat á ndo la con mu cho
c uidado, de modo que adqu iera el tono púrpura más
brillante posib le y só lo entonces la sumergen en la tin -
s Po r una vez nos aparta mo s tant o de Adam como de Bu rn ct . si·
gulendc la lecció n de lo s Mss. y d el tex to de Est obco, ya adop lad a
por Sho rcy.
2 18
DIÁLOGOS
t tu ra . Y lo que es te ñid o de esa manera queda con un
color fijo. y e l lavad o. con ja bó n o sin él, no puede h ace r desa pa rece r e l brillo de l colo r . ¿Sabes ta m bién lo
que s ucede s i se tiñ en la na s de ot ro s colo res. o Inclus o
la nas b lancas. s i no se les da ese tratamiento previo ?
-Sé que queda n des teñida s y r id íc ula s.
- Su po n te e ntonces qu e a lgo semejan te hacemos e n
lo posi ble tam b ién nosot ro s, c ua ndo he mos sel eccion ado a lo s mili tares y los hemos educ ado por medio d e
430<1 la mú sica y de la gimnasia. Pien sa que no tenemos o tro
p ro pó si to q ue el de que adquieran lo mejor posib le, al
segu ir nues t ra s leyes. una especie de ti ntura que sea
para ellos -gracias a habe r recibido la n aturaleza y
c r ianza apropiadas- una op inión indeleble acerca de
lo que ha y que temer y de las demás cosas; de manera
tal que esa tintura resis ta a aquellas lejías qu e podría n
bo rrarla: po r ejemplo, el place r. qu e es más poderoso
b para log rarlo que cualquier soda calestrana: o b ien e l
dolo r. el m iedo y el deseo, que p uede n m ás que c ua lquie r ot ro ja bón ' , Pu es bien, al poder de conservación
-en toda ci rc uns tancia- de la o pinión co rrecta y leg ítima lo cons idero 'va len tía', y as í lo denomino , si no
Jo objet as.
- Nada tengo qu e objet a r -contestó Glaucón -, pues
c reo que no cons ide rarás legít ima la opin ión co r rec ta
ace rca de ta les cosas producida s in educaci ón. como la
del a nimal o la del esclavo, e incluso la llamarás con
otro nom b re q ue ' valentía '.
e
- Dices la pu ra ve rdad.
- Ad mito, pues, qu e 'valen tía' es lo que as í ha s denomina do.
- y si a dm ite s, ad e más , qu e es propia del Es tado,
lo h a rás cor rectamen te. Pero en o t ro momento, si qui e-
• Aquf ta m bién no s apa rtamos de Ada m y seg uim os, con Bu rne t ,
los Mss.
REP ÚB LICA IV
219
res, trataremos con m ayor correcci ón lo toca nte a ella ;
a hora, en e fecto, no es esto lo que in daga mos s ino la
jus ticia , y, res pecto de nuest ra indagación sob re la valen t ía , c reo que es su fici ente lo alca nzado.
- Es toy de acuerdo con lo qu e di ces.
-Pues b ie n. res tan todavía dos cosa s que de bemos tl
obser va r e n el Es tado: una. la mode raci ón, y la otra es
aq ue lla con vistas a la cual esta mos indaga ndo todo , la
jus t icia.
- Muy verdad.
-c-r C ómo podrí a mos hacer para descubr ir la ju stici a
p ri mero. para no ocu p a rnos ya m ás de la moderación ?
-Por lo que a mi toca, no lo sé, y no qu errfa que
se hici e ra pate nte en p ri me r lugar la just icia, s i e n t al
caso no hubiéra mos ya de exa minar la mode raci ón . Má s
b ien, si qu ieres com p lace rme, ex a mina a ntes és ta.
-Claro que quie ro; quier o y debo hacerlo.
t
- Haz pues el examen.
- He de hacerlo; desde nuestro punto de vis ta, la mode raci ón se parece a una concordancia y a una a nnonla
más que la s cu alidades exam inadas an te rionnen te .
- Ex plíc a te.
- La mode raci ón es un t ipo d e o rde namiento y de
cont rol de lo s place res y apet it os. como c ua ndo se di ce
que ha y que se r 'due ño de s í mismo' - no sé de qué
mod o-c. o bie n ai ras fr ases del mi smo cuño. ¿ No es asf?
-SI.
- Pe ro eso de se r 'due ño de s í mismo ' ¿ no es r idículo ? Porque quien es due ño de sí m ismo es t ambié n escl avo d e s í mi smo, po r 10 cual el que es esclavo es t a mo
bién du eño. Pu es en todos e st os casos se habla de la O la
mi sma perso na.
- Sin duda .
- Sin e m barg o, a m í me pa rece que lo qu e quie re
decir est a fr a se es que, dent ro del m ismo hombre, e n
lo que conci e rne al al ma hay una pa rte mejor y una
220
DIÁLOG OS
peor, )' qu e, cua ndo la que es mejor po r na turaleza d om ina a la peo r, se d ice qu e es 'due ño de sí mism o ' a
mo do de elogio; pero c ua ndo. de bido a la mala c r ia n za
o com pa ñ ía. lo mejor. que es lo más pequeño, es dominado po r lo pe or, q ue abun da. se le re procha e n to nces
b como deshonroso y se lla ma 'escl a vo de sí mism o' e
'i nmode rado' a quie n se hall a e n esa s ituaci ón .
- Asf pa rece .
-Diri ge a hora tu m irada haci a nue st ro Est ado . y ence n tra r ás p rese nte e n él un a de esas dos si tuaci ones,
pu es tendrás de rec ho a ha bla r de é l calificá ndo lo de 'dueño de sí mi smo ', si es qu e debe u sa rse la calificación
de ' moderado', y 'due ño de si m ismo' allí do nde la pa rte
mejor go bie rna a la peor.
- Al mira rl o. veo que t ienes razón.
- Cla ro que en él se pue de ha lla r una multiplicida d
e de de seos de toda índo le, de pl ace res y de sufrimiento s,
s obre tod o e nt re los niños, la s m ujeres y los sirv ien te s
y en la mult itud de gen te medi ocr e, a unque sean llam ados 'libres'.
- Muy cie rto.
- En lo que hace a los deseos sim p les y mesu ra do s
en ca m bio, qu e son gu iados po r la razón de acuer -do
con la op inión rec ta y sens a ta men te, los halla rás en un os
pocos, los que son mejores po r naturale za y ta m bié n
po r la fo rma e n q ue ha n s ido ed ucados.
- Es verdad.
- Pue s b ien - pro segu l-, ¿no ves es tas cosas tamb ién e n e l E sta do , en e l cua l, so bre los a pe t itos que
d habitan e n la multitud de ge nte mediocre, p revalece n
lo s d ese os y la p r udencia de aquellos qu e son los meno res en núme r o pero los más ca p aces ?
- Si. lo veo .
- En t al caso, si ha de decirse de al gún Es tado qu e
es due ño ta n to -de su s plac eres y a pe ti tos cuanto de s í
mi smo , debe ser d ich o del qu e es t a mos describi endo .
REPÚ BLICA I V
22 1
- Abs o lu ta ment e ci e rto .
_ y de ac uerdo co n todos es os ra sgos. ¿ no co r respo nde deci r que es 'mode rado' ?
- Más que e n c ua lqu ie r otro caso.
_ y s i e n a lgún Es ta do se da el caso de q ue ta n to
los goberna n tes como los goberna dos coinci da n e n la
opinión acerca de q uié nes de be n gobe rnar, t ambién
se rá e n és te e n el que suced a. ¿ No te pa rece?
- Cla ro que sí.
-¿ Yen c uál de ambos sectores de ci udadanos d irás
que , e n una s ituación de esa índole, está p re se nte la mod eración? ¿ En el de los gobernan tes o en el de los
gobe rnados?
-En a m bos, ta l vez.
-¿ Te da s c uent a a ho ra cómo presagia mos co rrect amente h ace u n momento cu a ndo dijimos que la moderación se asemeja a un a especie de a nnonía?
-¿ En qué se nt ido?
- En el se n ti do de que tanto la valent ía como la sab idu ría . a u n residiendo cada u na de ellas e n una parte
del Estado, logran que este sea va liente, en u n ca so , 4324
sabio e n el ot ro ; m ien t ras que no sucede lo p ropio con
la mod e raci ón, sino que ésta se extiende sobre la tota lidad de la oc ta va mu sical . produciendo un cant o unisono de los má s déb ile s. los más fu e rt es y los inte r med ios
---en in teli genci a o e n fuerza o e n cant idad o e n fo r tuna, como te guste-e, de mane ra q ue po d r ía mo s deci r.
con todo derecho, que la moderación es esta concordia
y es ta a rmon ía na tu ral e ntre lo peor y lo mejor en cu anto
a c u ál de los dos debe gobernar, tanto en el E stado
como e n cada ind ividu o.
"
- E stoy de acu e rd o con tig o.
- Bien; hemos ob servado ya t res cualidades e n el Estado; al me nos as í c reo . En cu a nt o a la es pecie que queda pa ra q ue el Es ta do alcance la excele nci a, ¿cuál
podrla se r ? La ju sticia, evidentemente.
222
DIÁLO GOS
- la haré. pero s610 mien tras te sigo.
-e- Evidememen te.
- Por lo ta nto. Glaucó n, e s ne cesar io ahora q ue nosot ros, como cazado res q ue dan vue lta alrededor del esco nd ite del a nim a l, prestemos a tenció n pa ra que no se
nos esca pe la justici a y co ns iga desapa re cer de nu est r a
e vist a. Po rque es manifiesto que de algún modo a nda por
aquí. Mira e ntonces y t r a ta de d ivisarla. por s i la ve s
antes q ue yo y m e la muest r a s .
- ¡Ta n sólo que pudiera ! Mejor me parecería segu i rle y m ira r lo q ue me m ue stras , e n la medida que sea
ca paz, pa ra q ue ha ga s un uso a decuado de m í.
. -c-S igueme, pues, tras haber hecho una plegaria con.
m igo.
-c-Cíertamente, e l lugar par ece sombrío e inaccesible; cuando menos es oscuro y difícil de a tra vesar. No
obstante. ha y que marc har.
d
- Ma r che mos, pues.
- ¡Gla uc ó n ! -exclamé, de pront o, a l po ne r a tención-. Me pa rece q ue conta mos con a lgu na p ista , y ya
no c reo q ue la justici a se nos esfume.
- ¡Buena no t ici a !
- En re a lida d, hemos s ido est ú pidos.
-¿ Por q ué ?
- Hace ra to , y ya desde e l p ri ncipio, que rido a m igo ,
creo que ha e stad o rodand o del an te de nue s t ros pie s ,
pero q ue no la hemo s perci bid o, s ino q ue nos hemo s
e co m portad o r id ícu la mente, c o m o lo s que a ve ce s se
de se spera n b uscand o a lgo que ti enen e n su s manos . As í
nosotros no dirigimos nu e stra vis ta h aci a e lla sino que
la hemos m ir ado de sde lej os, y por ello probablem ente
ha perma necido o culta para nos otros.
- ¿Qué q u iere s decir ?
-Que m e parece que todo e l tiempo hemos es ta do
habla ndo y co nversa ndo sob re la ju st ici a , sin percatar.
nos de q ue es tába m os mencionándola de a lgún modo.
REPÚBLICA IV
°
223
- Es to es ya un la rgo preá mbul o a lo q ue estoy desea nd o q ue m e cue nte s .
-c-Buenc, te lo contaré, para ver si lo q ue pie nso OJo¡
tie ne se nt ido. Lo q ue desd e un co m ie nzo hemos e s ta b leci do q ue debía ha ce rse en toda circunstanci a. c uando
fundamos e l Es ta do, fu e la jus tici a o a lgo de su especie.
Pue s estab lecim os, s i m a l no recue rdo. y varia s vece s
lo hemos re pet id o, que cada uno de b ía ocu pa rse de u na
so la c os a de c uantas concie rn e n a l Estado. aquella pa ra
la cual la na t urale za lo h u bie ra d ot ado m ejor.
-Efect iva mente, lo d ijimos.
_ y q ue la justici a consi s tía e n ha ce r lo que es propio de un o , sin d is persarse en m uchas tareas, es tam o
bi én a lgo que hem os o ído a m uchos otros, y que naso- b
tros he m os dicho con frecuencia.
- En e fec to. lo he m os d icho y repetido.
-En ta l caso, m i amigo, parece q ue la just icia ha
de consistir e n hac er lo que co rresponde a cada uno,
del modo adecuado. ¿Sabes de dónde lo deduzco ?
-No, d ímelo tú .
- Opino q ue lo que resta en el Es ta do, t ra s ha ber
exam inado la mode ra ci ó n, la va le ntía y la sab id uría , es
lo que, con su pr ese ncia, co nfiere a todas es as c ualidades la capacidad (le na cer y - u na vez naci d a s- les per mi te s u co nservaci ó n. Y ya d ij imos q ue, de spué s de que
hallá ra mo s aquellas t re s, la jus t ic ia se r ía lo q ue re sta ra e
de esas c ua t ro c ualidades.
- Es forzoso, en efe ct o.
- Aho ra, s i fu era nec esar io de cidir c uál de esas c uatro cualida des logra ría co n su presencia hacer a l E stado bueno a l máximo, re sult aría difícil juzga r si es que
co nsiste en un a co inci dencia de opini ón e ntre gobe rnant es y go be r na dos, o s i es la que trae a pareja da entre
los m ilit a r es la conserv a ció n de una opinió n paut a da
acerca de lo que debe te m e r se o no,
s i la ex is te nci a
de una inteli gencia vigilante e n los gobernante s; o s i lo d
224
e-Exacto.
DI ÁLOGOS
que con s u presenc ia hace al Es tado bueno al má ximo
cons ist e. ta nto e n el ni ño como e n la mu je r, en el escl ava como en e l libre y e n e l artesano, e n e l gobernan te
como e n el gobernado. e n que ca da uno haga só lo lo
s uyo, s in m ezcl arse e n los asun tos de los demás .
-c-Cíe r ta me m e, resultada d ific il de deci dir.
- Pues e ntonces, y en relación con la excelencia del
Es tado. e l poder de q ue e n é l cada individuo haga lo
suyo puede r ivali za r con la s a bidu r ía del Estado. s u moderaci ón y s u vale n tía.
- As! es.
- Aho ra b ien. lo que puede r ivaliza r con éstas e n
r e lación con la e xcelencia del E s tado, ¿no e s lo q u e
denomi na rl a s 'j ustici a ' ?
-Exam ina ta m bién esto y dame tu op inión: ¿ no les
encomendarás a los gobernantes la conducción de los
procesos judiciales del Estado?
-Si, cl aro.
- y c ua ndo j uzgu e n, ¿ tendrán en vis ta otra cosa antes que és t a, a sa be r. que cada uno no se a podere d e
lo ajeno ni sea p r ivado de lo prop io?
- Ningu na otra cosa.
- Po rque eso es lo jus to.
- SI.
- Y e n ese se nt ido habrí a que convenir que la j us t ic ia con siste tan to e n te ner cada uno lo p ropio como e n
hacer lo suy o.
- Así es.
- Mira a hora s i estás de acue r do conmigo. Si un ca rpinte ro inte nta realiza r la labor de un zapatero, o un
zapatero la de un ca rp inter o, intercambiando en tre ello s
la s herramient as y la s ret r ibuciones, o si una mi sma
persona t rat a de hace r ambas cosas, mezclán dose t od o
lo dem ás, ¿ te pa rece qu e eso produciría un grave dañ o
al Estado?
REPÚBLICA IV
225
- No m ucho.
- Pero c ua ndo un a rtesano o al guien q ue por na tural eza es a lec to a los negoc ios. induci do po r el d inero b
o po r la mu chedumb re o por la fu erza o cualq u ier ot ra
cosa de esa índ ole, in tenta ing resar e n la cl ase de los
guerreros, o algu no de los gue r re ros procura e ntra r e n
la cl ase de los con sejeros y guar d ia nes. si n me recer lo,
in te rcamb ia ndo sus he rramienta s y re t ribuciones, o bie n
c ua ndo la mi sm a persona trata d e hacer tod as estas cosas a la ve z, este in te rcambio y e s ta di spe rs ió n e n múl ti ples ta rea s, c reo, serán la perdición del Es tado. ¿ No
piensas tamb ién tú lo mismo?
- Por ci e r to que sí.
- En tal caso, la di spersión de las t res clases exis tentes en múltiples tareas y el intercambio de una por la e
ot ra es la mayor injuria contra el Est ado y lo más correct o se ría conside rarlo como la mayor villanía.
- As! es.
_ y la peor villanía contra el propio Es t ado. no dirás que es 'injusticia ' ?
-Cla ro.
- Por cons iguien te, la injust ici a es eso. A la inversa ,
conven ga mo s en que la rea lización de la propia labor
po r pa r le de la clase de los negociant es, de los au xiliares y de los gua rd ia nes, de modo tal que cada uno haga
lo s uyo en el Es tado - al contrar io de lo a ntes desc ri to-e,
es la just ici a, que convie rte e n jus to a l Es tado.
- No me parece que puede se r de otro mod o .
d
- Pe ro no lo d igamos a ú n con e xcesi va confia nza, s ino qu e ap lique mos la noción a cada indi viduo, y si est amo s de acuerdo e n que allí t amb ién eso es jus tici a, lo
conc ede remos, pues ¿qué podría ob jetarse ? Si no estuviéramos de ac ue rdo, ha bría que e xam inarlo de ot ro modo. Por a hora Ilcvemos a t ér m ino el exame n tal como
lo hemos co nc ebido, o sea, que s i dábamos con a lgo de
mayor tamaño que poseyera la ju st icia y procuráb amos
'14, _ 15
226
DIÁ LOGOS
con templa rla allí . luego seria más fáci l divis a rl a e n u n
e solo ho mbre . Y no s ha parecido qu e es te 'algo' es el
Estado. po r lo cual lo hemos fundado lo mejor q ue hemos podido, sa be dores de que la just ic ia estaría en el
Estado mejor fund ado. Ahora bien, lo que alJi se nos
ha puesto e n evide nc ia refi rá rnos lo al indi viduo. y si co ncu erda lo de all¡ con lo de aquí quiere deci r que marcha
b ien . Si en ca mb io apa rece en el individuo a lgo diferen4354 te, retorna remos al Es ta do para verificarlo a llí. Puede
se r que, e n to nces, al ha ce r el e xamen fro tándo los uno
co n el otro. co mo dos as till as de la s que se enci ende
el fuego. h ici éramos a pa rece r la jus tici a. y al t ornar se
manifiest a la verificar/a mos en nosot ros mi smos.
- Lo que dic es es un método -<lijo- co n el cual conviene que p roceda mos.
- Bien; c ua ndo se afinna qu e a lgo de m ayor t amañ o
es lo m ismo q ue ot ra cosa má s pequ e ña, ¿ resu lta dí s tmil o s imilar a es ta otra e n el se n tido que se di ce que
es lo mi smo ?
-Sim ilar.
-Tampoco un hombre ju sto d ife ri rá de un Estado
b justo e n cuan to a la noci ón de la justic ia mi sma, sino
qu e se rá s imila r.
- S im ila r, e n efect o.
-Por otro lado, el Estado nos pareció jus to c ua nd o
los géneros de na tura lezas e n él presentes hacían cad a
c ua l lo s uyo, y a su vez nos pareció mod e rado, va liente
y sa b io en ra zó n de afeccione s y estados de esos m is mos gé ne ros.
- Es ve rdad .
- Por co ns iguiente , amigo mío, estimaremos qu e e l
e in di viduo que cue nte en su alma con est os mis mos t re s
géne ros, en cuant o te nga n las m ism as afeccion es que
aq ué llo s, con to do derecho se h ace acreed or a los mi s mos calific a t ivos qu e se confie ren al Es tado.
- De toda ne ce sidad.
RE PÚB LICA IV
227
- Pues esta vez, admirable amigo, hemos ven ido a
e nf re n ta rnos con una c ues tión insi gnificante rela ti va al
alma: s i és ta conti ene o no aquell os t res gé neros.
- A mí no me parece ins ign ificante. En efec to, Sócra tes, ta l vez sea verdade ro el p rove r b io de que las cos as bella s son d ifícil es.
-Asl pa rece. y pa ra que te enteres, Glaucón, lo q ue
pienso es que nunca aprehenderemos exact ame nte esta d
cuest ión con método s como los q ue hemos u sad o en
nu estros a rg umentos: e l camino que conduce a e lla es
más la rgo y com plejo. No obs ta n te, conserva su val or
lo que hemos di cho y examinado h asta ahora.
_¿ y no debemos conten tarn os con eso ? Al menos
a mi me res u lt a sufici en te por el. mo mento .
- Pues e ntonc es -dije-, a mí tamb ién me bast a rá
en sumo grado.
- En ese caso no te de sanimes, y prosigue el examen.
_ . No nos será aca so enteramente necesa rio conve- I!
n ir que en cada uno de nosotros h abitan los mism o géne ros y com po rtamien tos que e n el E st ado ? Pu es éstos
no llegan a l Est ado procedentes de n ing ún ot ro lad o.
En efec to se ri a ridículo pensa r qu e la índole fogosa qu e
se imputa a Estados como los de Traci a y Escit ia y a
las regiones no rteñas e n general - así como el
de a prender que se atribuye a nuestro país, o la .a h clón 436a
al comerc io de lo s fe nicios y de los que ha b ita n e n
Egip to- no se gene ra ra en los Es tados a pa rti r dc los
ind ividuos que ha y e n ellos.
-Muy cierto.
- Qu e esto es así no ha y d ific u lta d e n reconoce rlo.
-No s in duda.
-s-En cambio, resu lta difíci l darse cue nta s i en todos
los casos act uamos po r medio d e un mismo géne ro, o
bien si , por ser tres los género s, e n un caso obramos
por medio de u no de ellos, en a tro par medi o de otro.
Por eje mplo : por me d io de u no de estos géneros que
228
DI ÁLOG OS
ha y e n nosotros ap rendernos. por medio de otro somos
fogosos y. a s u ve z, po r el tercero de seamos los pla ce re s
rel a tivos a la a lim entación , a la p roc rea ción y tod os los
b similares a e llos . ¿ D es acaso por medio del alma ín tegra que procedemos en cada uno de esos casos, cua nd o
nos po ne mos e n acción ? Es tas son la s cuestiones d ifíci les de de lim itar conven ientemente.
-Yo tam bién creo q ue es así.
-Inlentemos delim ita r de esta ma nera S I las cosas
so n la s mi smas entre s i o distintas.
- ¿De que ma nera ?
-Es evidente q ue una m isma co sa nunca producirá
ni pa dece rá efectos contrarios e n el mismo sentido . con
respecto a lo m ism o y al mismo t iempo. De modo que,
si hallamos que sucede eso en la misma cosa,
e sabremos que no era una mi sma cosa sino más de una.
- Bien .
- Exam in enos ah ora esto.
- Te escuc ho.
- ¿E s posible que la mi sma cosa es té quieta y se m ueva al mi sm o ti em po y en el mis mo sen t ido ?
- De n ingú n mod o .
-Pon gámonos de ac uerdo con mayo r preci si ón a ú n ,
pa ra qu e no nos cont radiga mos al proceder. Por ejemplo, s i se dice qu e un hombre está quieto pe ro que mueve las manos y la cabeza, no debe rí a mos a firmar que
a l mismo tiempo e l mism o hombre es tá quie to y se m ue .
d ve , me parece, s ino qu e un a p a rl e de él está quiet a y
otra se m u eve . ¿No e s as!?
- Así es.
-y s i el qu e declara t ales cos as añadiera otras sut ilezas y, para hacer alarde de su ingen io, aseverara qu e
10 5 trompos est án a l m is mo tie mpo detenidos y en mo vim iento cu ando permanecen en el mismo punto -donde
se fija su pú a-, a lre d edor del c u al gira; y lo m ismo
respecto de c ua lqu ie r otro ob jeto qu e se m ue ve circu-
RE PÚBLICA IV
229
la rme nte en un mi sm o lu gar, no lo a pr oba ríamos, puesto que no so n las m ismas partes de ta les obje tos la s
qu e pe rman ecen y la s que se mue ven. Má s bien di r ía- e
ma s qu e esos objetos tienen u na línea rect a y una circunfe re ncia, y que est án qu ie tos e n c uanto a la rec ta
- ya qu e po r nin gú n lado se ind ina n- , pero que se mu even circularmente en c uanto a la circunferenci a . Pero
cuando la pe r pe ndicu lar se in clina hacia la de rec ha
o hacia la izquierda, o haci a ad elante o haci a a trás, al
mismo tie m po que gi ra, no está qu ieta e n n ingú n sent ido.
- y sería la respuesta correcta.
- Por consiguiente , ninguna de tales afirmaciones no s
pe rturbará ni nos con vence rá de que alguna vez lo qu e
al mismo tiempo es lo mismo en el mi smo se nt ido y
respecto de lo mismo producirá. será o padecerá cosas 417"
contrarias.
-A mí al menos no me conve nce rá .
- No obstante. y pa ra q ue no nos veamos fo rzados
a prolongar en fo r ma tedi osa el examen de todas estas
objeciones ni a demostrar que son falsas , partamos de
la base de que lo d icho es así , y a va nce mos. conviniendo en que, s i se nos apa rece.algo di s tinto, todas las concl usiones que de all í ext raiga mos ca recerán de vali de z.
-Se rá necesario procede r de ese modo .
- Ahora bien, el asentir y e l d isentir, el te nde r haci a b
a lgo y el repeler-lo, el atraer algo hacia s í y el rechazarlo: ¿ no tendrás tod as estas cosas como contra r ia s e nt re
s í (trá tese de acciones o de pa decimientos, ya q ue e n
eso na da difieren)?
- Si, son con tra rias.
- Pues bi en , la sed y el hambre y los ap e t it os e n gene ral, el deseo y la voluntad, ¿no los ubicarás en las
clases de que acabamos de h ab la r ? ¿No dirás, por ejem- e
plo, que el alma de aquel qu e a petece ti ende hacia aquello que ape tece, o que atrae haci a s í aquello qu e quiere
d
t:
438..
230
DI ÁLOGOS
consegu ir, o b ien que, e n la medida que desea procurar .
se a lgo, se hace a s í mi sma un s igno de asen tim iento ,
como s i a lgu ien la inte r roga ra. s us pira ndo por logra r lo ?
- Si. por ci erto.
- Vea mos a ho ra: el no-q uerer y no-desear ni apetecer, ¿ no es lo mi smo que rechazar y alejar del alma,
y no de beríamos te ne r todas estas cosas por contrarias
a las primeras ?
-Sin duda .
-Si es a st, ¿no diremos q ue hay una especie consti t uida por tales a pet ito s, y que los q ue de éstos salt a n
m ás a la vista son el q ue llamamo s ' sed ' y el que deno mi namos 'h a m bre' ?
-De acuerdo.
- Uno es el deseo d e bebida, otro el de comida. ¿No
es asf?
- Si .
- Pues bi en. la sed en tanto tal exis te e n el alma como un a pe t ito de a lgo más qu e lo que hemos di cho. Por
ejem plo. la se d es se d de un a bebida caliente o de u na
fria . una se d de mucha o poca bebida, o de talo cu al
be bida. S i se a ña de a la sed un ci erto calor, esto trae rá
aparejado e l deseo de lo fria, mi e nt ra s q ue. si a la sed
se a ña de u n cierto fr ia, el de seo será de bebe r algo calie nt e. Y por la prese ncia de la abundancia, se se ntirá
sed de muc ha be bida, y por la de lo poco se rá de poca
be bi da. Pe ro la se d e n s í m is ma ja más se convert irá e n
otra cosa q ue e n un a pet ito de lo que le cor responde ,
la bebida en si mi sma, y a su ve z el ha m b re es u n apetit o de a limento.
- Asl es ; cada apetito, e n s í m ismo, lo es sólo de lo
qu e por naturaleza le corresponde, y no de talo cu al
cosa qu e se le afiada .
- H ay qu e esjar aler ta, pues - pro seguí- , de modo
que no suceda que, por no h ab er reflex ionado sobre el
RE PÚB LICA IV
231
tema, nos de sconcierte alguien que alegue que nadie a petece beb ida sino una b uena beb id a, n i un a com ida s ino
un a buena comida. En ef ect o, todos a petecen cosas buena s; po r lo tanto, si la sed es un apetito, ha de se rlo
respec to de algo bue no , sea be bi da u otra cosa, e igua lmente e n los demás casos.
- Probable me nte quien ha bl a a s! pa rece rl a de ci r al go de importancia.
- De tod os modos, hay ciertas cosas qu e es tán referí- b
das a o tras, y que so n, c reo, de una índole u otra, pero
cada una de e llas, en sí misma, se refie re só lo a cada
una de la s otras en sí mismas.
- No com prendo.
- ¿N o com prendes que lo mayor es de tal índole po r·
que es ma yor que otra cosa ?
- Es o si .
-¿ Y qu e lo es res pect o de lo menor?
- SI.
-¿ Y lo que es mucho m ayor lo es respecto de a lgo
mucho menor?
-c-Tamb ién.
- ¿Y lo q ue e n cierto momen to e ra mayor lo e ra respecto de lo que e ntonces e ra me nor, y lo que ha de ser
mayor lo se rá respecto de a lgo que ha de se r menor ?
- i Cla ro !
- y lo má s re spec to de lo menos, el dob le respec to e
de la mit ad, y tod o lo de esa índole: y a su ve z lo má s
pe sa do re specto de 10 m ás liviano, lo má s rá pi do respecto de 10 más len to, así como lo ca lien te re specto de
lo frío, y con todas las cosas simi la res a éstas pa sa as l.
- Por sup uesto.
-Yen lo concernie nte a las ciencias, ¿no oc urre 10
mi smo? La cie ncia e n cuanto tal es ci enci a de lo que
se aprend e en ta nto t al, o b ien de esto o aque llo que
debe ser refe r ido a la cie nci a. Pe ro un a cie ncia determina da lo es de algo de te rminado . Quiero decir lo siguiente:
232
- Así es.
DIÁl. OGO S
d cua ndo. se ha gene rad o u na cie nci a de la construcción
de casas, esta se ha d is t ing ui do de las demás ci encia s
y ha de b ido se r lla mada 'arquitec tu ra '.
- Cie rta men te.
-¿ V es to no oc u r re po r ser de una índo le de term inada. d istint a a tod as las demás ?
- S í.
- Y cuando se ha ge ne rado de una índole determina da. ¿ no ha s ido por s e r cie ncia de a lgo determinado ?
¿ Y no es as í con la s demás a rt es y cienci a s ?
- Dime a hora si has com p re nd ido lo que quería deci r hace un mo me nto: tod as la s co sas qu e es tán refe r- ídas a otras, si lo es tá n sólo e n s í mi smas, es tá n ref er-idas s610 a e sas otra s cosa s e n s í m ism as; en ca m b io ,
e s i es tán refe ri d as a ot ras cosas dete r m ina das, ella s
m ismas es tán determin ad a s. y con es to no qu ie ro de cir
que, ta l co mo sea n esas otras cosas, así se an aq uella s
a la s cu ales la s o tras está n refe r ida s, por eje m p lo, qu e
la ci e ncia de la salud y de la e n fermedad sea sa na y
e nfe rma, o que la de los mal es y de los b ie nes sea ma la
y bu e na. Lo que qu iero deci r es q ue , c ua ndo un a cien .
ci a llega a se r cienci a no de l objeto de la ciencia en
s í misma s ino de algo de te rminado -eccmo es la salud
y la e nfe rmedad-e, sucede qu e ella misma llega a se r
dete rmi nada, y es to im p ide de sd e entonces lla m ar la simplem ente 'ci encia ', sin o q ue h ay q ue a ñad irle el nom b re
del a lgo de tenninado a l q ue está refe r ida, y lla ma rl a
as í 'cie nci a médi ca '.
- Ahora he com p re nd ido, y c reo q ue es como d ices .
4l9<l
- E n cuanto a la sed ¿ no la col oc a rás e ntre las cosas
qu e se refieren a otra ? Porque s in duda es sed de a lgo .
- Sí, de la bebida.
- y dado que hay beb id a de tal o cu al índole, ha b rá
ta m b ién sed de talo c ual índo le. Ahora b ien, la se d en
tanto tal no es sed de m uch a o po ca bebida, n i de be bí-
REP ÚBLI CA IV
233
das de buena o mal a cl ase, e n u na pa labra, una sed determinada, s ino que la se d en t a n to tal es po r na tu ra leza sólo se d de la beb ida en cuanto tal.
- En u n tod o de acue rdo.
- Por consigu ien te, el al ma del sed ie nto, e n la medida que tie ne se d, no q u iere otra cosa que bebe r, y es
a est o a lo que aspira y a lo c ual d irige su ím pe t u. b
- Evidente me nte.
- En ta l caso, si e n ese momento algo impulsa al
alm a sedienta e n otra d ire cci ón , ha b r ía e n e lla algo di stint o de lo qu e le h ace tener sed y que la lle va a beber
como u na fiera. Pu es ya dijimos q ue la mi sma cosa no
ob r a ría en fo rm a cont r a r ia a la misma pa rt e de s í mi sma, respe c to de s í m is ma y al mismo ti empo.
- No, en ef ec to.
- Dc\ m ismo modo, creo que no se ría correc to decir
qu e la s ma nos del m ismo a rquero rech azan y a la vez
a t raen haci a si el arco, sino que un a es la ma no que
lo recha za y la ot ra la que lo a t rae haci a si.
-Con toda segu ri dad .
e
- Pe ro pode mos d eci r que ha y a lgu no s que t iene n
sed y no q u ieren be be r.
- S í, a menudo y mucha ge nte.
_¿ Y qu é cabría deci r ace rca de ella ? ¿ No se rá qu e
en su alma ha y algo que la insta a beber y que hay t a mb ién a lgo qu e se opone, algo distinto a lo primero y que
pre val ece sob re aque llo'?
- As! me parece a m í tam bié n .
- Pues b ie n, lo que se opo ne a tales cosas es gene rado. cada vez que se ge ne ra, po r el razona mi ento, m ien- d
t ras que lo s impu lsos e ímpetus so b revie nen por obra
de las a fecci one s y de las enfermedad es.
- Pa rece que si.
- Pues no se rí a infundada men te que la s juzga r ía mos
como dos cos as distintas e ntre sí. Aqu ell a po r la cual
el alma razona la denominaremos 'racioci nio ', mientras
"
234
DIÁLOG OS
que aq ue lla po r la q ue el a lma a m a, tiene hambre y sed
y es excitada po r todos los demás a pe t itos es la irracional y a pet it iva . amiga de a lgu nas sa t isfacciones sensua -
les y de los placeres en gene ral.
, - Se r ia natu ral, por e l cont rario, q ue la s juzgáramos
a S I.
de la s otras dos?
-Tengamos, pu es, por de limi tadas es tas dos especies q ue ha bitan en e l a lm a. En c uanto a la fogosida d .
aquello po r lo c ual nos e nardece mos ¿ es una tercera
es pecie. o bien es semeja nte por na turaleza a a lguna
-Ta l ve z sea semejante a la apetitiva.
- Sin em ba rgo. yo c reo e n a lgo que he escuchado
cierta vez; Leonc ío, hi jo d e Aglay ón, subía del Pi reo bajo la parte e xterna del muro boreal, cu a ndo percibi ó
unos cadáveres que ya cían j unto a l verdugo público. Experimentó e l de se o de mirarlos. pero a la vez sint ió una
r epugna nci a q ue lo apartaba de a llí, y durante unos m omentos se deba tió interiormente y se cubrió e l rostro.
440<1 Fina lmente. ve nci do por su deseo. con los ojos desmecorrió ha ci a los cadáver es y gri to: _Mi ra d. m al d itos, sa tis fa ceos con tan be llo espectá c ulo...
-También yo lo he oí do contar.
- Este re lato sign ifica que a veces la cóle r a combate
co nt ra los deseos, mostrándose co mo do s cosa s di sti nt as.
- Eso es lo q ue s ig nif ica , e n e fec to.
- Y en m uchas o tra s ocasio ne s hemos a dve rtido que,
cu a ndo los deseos viole n ta n a un hombre cont ra su rah c loc tn to, se insu lt a a s í mi smo y se e nardece co nt ra 10
qu e, dentro de sí mi sm o, ha ce viol enci a, de modo que,
como en un a lu ch a e n tre dos facc iones, la fogosidad se
convie rte e n a liado de la r azón de ese ho m b r e. No creo
en cam bio q ue pueda s decir - po r haberlo visto en ti
m ismo ? en cualq u ie r o tro- q ue la fogosi dad ha ga cau.
sa comun co n los dese os a ct uando co nt r a lo q ue la razón deci de.
R EPÚBLICA IV
235
-No, po r Zeus.
- Vea m os aho r a e l caso en que a lguien c ree obra r e
injust ame nt e: c uan to m ás noble es. t a nt o m e nos pu e de
encolc r iza rse, a unque s ufra hambre. fria o cualq u ier o t ro
pa decim ien to de esa ín dole por causa de a q uel
- sc gú n p iensa- act úa justamente. Por e llo, como d ije ,
su fogos id a d no consentirá en desperta r c o nt r a éste.
-Es ve r dad .
-Por el co nt ra ri o, en el caso de algu ien que se co ns ide re víc t ima dc inj us ticia, su fogosidad hi e rve e n él.
se irrita y co mba te po r lo q ue ti ene por ju sto, y su frc hamb re, frío y pa deci m iento s sim ilares, soporta ndo- d
los h asta que triu nfe, no cesando en su noblc s propósitos hasta que lo s c u m ple por co m ple to, o b ien hast a
que perece o se ca lm a al ser llamado por la razón como
el pe rro por su pastor.
-Muy a ce r t ada es la com pa r a ci ón que hace s ---dijo
Glaucó n-. sobre todo porque habíamos di spuest o que
en nu estro Estado los auxiliar es s irv ie ran a los gobernant es. q ue son c o mo pastores dcl Estado .
- En tie ndcs m uy bien 10 q ue q u iero decir. Pe ro ¿ no
ha b rá que conside rar algo m ás ?
,
- ¿Qué cosa?
- Qu e lo q uc se manifiesta r es pecto de lo fogoso es
lo cont rar io de lo que creí a m os hace un m omento. Pues
e nto nces c reíam os q u e e r a a lgo a pe t itivo, mi en tras q ue
ahora, muy lejos de eso, debemos deci r qu e. e n e l c o n fli cto inte ri or del a lma, toma sus armas en fa vo r de la
r a zón.
_Enteram c nte d e acuerdo.
_ ¿ Y es a lgo d ist int o de la razón, o b ie n es una especie r acion a l, de modo que en e l alma no habría tres especies sino do s, la racional y la apetitiva ? O bie n , as i
co mo en el Est ado había tres géneros que lo co m po n ía n,
el de los ne gociantes, el de los auxiliares y el de los 441a
co nseje r os , ¿ del m ismo modo h ab rí a en el a lma un a te r -
b
236
DIÁLOGOS
ce ra es pecie, la fogosa , qu e ve ndr ía a ser como el a ux iliar de la na tura leza raciona l, salvo que se corrompiera
po r obra de u na ma la instrucción ?
- Fo r zosa mente se ri a una tercera es pe ci e.
-c-Sí. s iem pre q ue s e nos manifies te di st inta a l racioci nio, tal como se no s manifest ó di s tinta de lo a petitivo .
-Eso no es di fícil de ser mos t rado - rep licó Glaueón-o Ya e n los ni ños se puede advert ir que , ta n pronto como nacen , est án llenos de fogos idad. mientra s
que , en lo que hace al raci ocinio. a lgunos jamás al eanzan a tene rl o. me pa rece , y la mayoría lo alcanza mucho tie m po después.
-Por Zeus, lo que di ces es muy cierto -c-ccntest é-c-.
Incl uso en las fieras se ve c u á n correctamente es lo que
ha s afirmado. Y además con ta m os con el te stirnono de
Home ro qu e hemos ci tado m ás arriba l&:
golpeándose el pecho, inc repó a su corazón con estas
[palabras.
m
390d . AIII se ci tó Od. XX 17·18;
cita s610 el v. 17.
Allí Home ro ha presentado claramente una especi e del
e alma ce ns u ran do a otra : lo que reflex io na ace rca de lo
mejor y de lo peor ce ns u ra nd o a lo que se e na rdece
irracionalmente .
-Hab las de u n mod o enterame nte co r rec to.
- Por cons iguiente, y a unque con d ificultades, he mo s
c ruzado a nado es tas agua s, y hemos conve nido ad ecua dament e qu e en el a lma de cada ind ivid uo h a y las mi s mas clases -e idé nt ica s e n cant id ad- que en el Estado.
- As! es.
- Por lo tan to , es necesario que, por la m is ma caus a
que el Estado es sa bio . sea sab io el ci udadano particular y de la m isma manera.
-S in duda .
10 En
En ll1 411e--4 12a.
RE P ÚBLICA LV
¡el
237
_ y q ue por (a m isma cau sa que el ci udadano pa rt ic u la r es va lie nte y de la m ism a ma ne ra, tambié n el Es- J
tado se a va lie nte. y así con todo lo demás q ue conci e rne a la exce lencia: debe va ler de l m is mo modo pa ra
a m bos.
-Es forzoso .
- Yen lo tocante al hom b re just o, Gla ucón, c reo que
ta m b ié n d iremos q ue lo es del mi smo modo po r el cua l
co ns ide ra mos que un Est ado era justo.
- También esto es nece sa rio .
Es tado
- Pe ro en ni ngún sentido olvidaremos que
es j us to por el hecho de que las t res clases que e xisten
e n é l hacen ca da una lo suyo.
- No c reo que lo hayamos olvidado.
- Debe m os re cordar entonces que ca da uno de nosotros se rá justo en tanto cada una de la s especies que
h ay e n él haga lo suyo, y en cuanto uno mi smo haga
lo su yo.
-Sin duda debemos recordar lo.
_ y al raciocinio correspo nde mand a r, por se r s ab io
y te ne r a s u c u idado el al ma en te ra , y a la fogos idad
le co r respo nde ser servidor y aliado de aq uél.
- Cie r ta me nte.
_¿ Y no se rá, como decíamos ", un a comb inación
de mú s ica y gi m nasia lo que las hará concordar, poniendo a u na e n tensión y a limentándol a con palabras
y e nseñanzas bella s, y, en cambio , relajando y apec l- 442 a
gu an do la otra, aqu ietándola por medio de la a r monía
y del r itmo ?
-Claro que sí.
- y estas do s es pe ci es, cr iadas de ese m od o y t ras
ha ber ap rendid o lo suy o y haber s ido educadas verdade ra men te, gob erna rán sob re lo a pe t itiv o, que es lo que
más abund a en ca da a lma y que es, por su na tu ral e za ,
11
238
cr.
428e .
D1ÁWGOS
insaciableme nte ávido de ri que zas . Y de be vigilarse esta especie apetitiva. para que no suceda que, por col.
marse de los denomi nados placeres rel ativos a l c uerpo.
crezca y se fo rt a le zca. dejando de hace r lo suyo e inb te nta ndo, a n tes bien, esclavizar y gobernar aque llas
cosas que no correspo nde n a su cl ase y trast orne p or
com ple to la vida de tod os.
- Con toda segu ri dad.
- ¿ y no serán estas do s mi sm as especies las qu e mejor pongan e n gua rd ia al alma ín tegra y al cu e r po con.
t ra los enemigos de afue ra. una deliberando. el otro co mba ti en do en obe d iencia al que manda. y c um p liendo co n
va len tía con sus resoluci ones?
- Si.
-c-Va liente, precisamente, creo, llama remos a cada
e individuo por esta se gunda pa rt e , cuando su fogosi da d
p reserva, a t ravés de placeres y penas, lo prescrito por
la razón e n c ua nto a lo que ha y que temer y lo que n o.
- Correcto.
-y sabio se le ha de llamar por aq ueJla peq ueña
parte 12 que ma nd ab a en su int e r ior pres crib iendo t ales cosas, poseyend o en si m ism a, a su vez , el conocimi ento de lo qu e es provechoso pa ra cada una y pa ra
la com u nid ad que int egr an las tres.
- De ac ue r do.
- y mod erado' será po r obra de la amis ta d y concord d ia de es tas mi smas partes, c uando lo que manda y lo
que es mandado están de acuerdo e n que es el raciocinio lo qu e debe mandar y no se querellan contra él.
- Pues eso y no otra cosa es la moderación, ta nto
e n lo qu e hace al Es tado como en lo tocante a l ind ividuo .
- y se rá asim ismo justo por c umplir con lo qu e tant as veces he mo s d ic ho -añadi.
-Necesariamen te.
11
REP ÚBLI CA I V
239
-¿ Y co n esto no quedará la justicia de sdibujada de
modo tal que pa re7.ca d istin ta de como se mostró en
el Estado?
- No creo.
- De todas man e ra s, si algo e n nuestra alma controvie r te t al n oci ón de just icia, la consolida re mos del e
todo añadiéndole algu nas ideas vulgares.
-¿ Cu áles ?
- Por ejem pl o: si, acerca de aquel Es tado y del varón se meja nt e a él por naturale za y po r su educación,
nos fue ra preciso llegar a u n acuerdo sobre s i ta l hombre, tras recibi r un depósi to de o ro o de plata, se negara a devolve r lo , ¿quién c rees que pe nsada q ue él ha rí a
eso antes que cuantos son de índole d iferente a la s uya ? 443a
- Nadie lo pensaría.
- y ese mismo hombre, ¿no estarfa lejos de profanar tem plos o de ro bar o de t raicionar a a migos e n la
vida pri va da y a l Estado en la vida pública ?
- Bie n lejos.
- y de ningú n mod o se ria in fiel a sus ju rame n tos
ni a otro t ipo de ob ligaciones.
- ¡Cla ro !
- Ta mb ién los adu lte ri os y la negligenci a respect o
de los pa dres y del cu lto a los dioses convendrí a n a cu alq u ier otro me nos a l hom bre de q ue h ab lamos.
- A c ualq u ie r otro, por cie rt o.
_ y la causa de todo esto es la de que cada una de b
las clases que hay e n él h acen lo s uyo, tanto e n 10 qu e
hace a mandar como en lo rel a t ivo al ser mandado.
- E sa es la cau sa , y ninguna otra.
- En tal caso, ¿ bu sc as aún o t ra cosa que la ju stici a
como lo que provee de ese poder a tales varones y a l
Es tado?
- No, por Zeus.
- Por consi guiente , se h a cu m p lido pe rfectamente
nuest ro sueño, po r el c u al, dec ía mos. presentíamo s que,
240
- Es claro.
DIÁLOGOS
ta n p ronto co mo come nzáramos a fund a r el Estado. co nfo rme a a lgu na d ivi n idad , d a rí amo s con un p rinc ip io y
e u n mo lde de la jus ti ci a.
-Com ple tamen te de ac uerdo.
- Contába mos e nt onces, Glaucón. con una cier ta image n de la just icia . q ue nos ha s ido de provecho pa ra
te ner por recto qu e q uie n es por na t u raleza fa b r icante
de calzado no haga otra cosa que fabr icar ca lzado. y
que el ca r pinte ro no haga otra cosa que obras de carpintería . y as í con lo s demás de esa índole.
J
444 a
- y la justici a e ra e n realidad. se gún p arece, algo
de esa índol e. mas no respec to del quehacer exte rior
de lo suyo, si no respecto del quehacer interno, qu e es
el qu e verdaderame nte concierne a sí mi smo y a lo suyo, al no permiti r a las espec ies que ha y de ntro de l alma ha cer lo aj e no ni int erferi r una en las ta reas de la
otra. Tal hombre ha de di sponer bien lo que es suyo
pro pio, en se nt ido estricto, y se autogobe m a rá. po n iéndose en o rd en a s í m ism o con a mor y armonizando s u s
t res es peci es s im ple mente como los t res términos de la
escala mu sic a l: el más bajo, el más alto y el medio.
y s i llega a ha be r otros t érmino s inte rmedios. los un irá
a todos; y se ge nera rá as í, a par tir de la m u lti plicidad ,
la un idad a bsolu ta , mode rada y a rm ónica. Qu ien obre
e n ta les condiciones, ya sea e n la adq uisición de r iq uezas o e n el cui da do del c ue rp o, ya en los a su ntos del
Est ad o o en las transacciones pr ivadas, en todos estos
cas os te nd r á po r jus ta y bella - y as í la de nominará la acción que p reserve este es tado de alm a y coady uv e
a s u producción, y por sab ia la ciencia que supervise
dic ha acción. Por el cont ra ri o, considera rá injusta la ac·
ci ón que disuelva dicho es tado an ímico y lla ma r á ' ignoran te' a la opinió n que la haya p residi do .
- E n tod o sentido di ces la verdad.
REPÚ BLICA IV
24 1
- o sea, s i afirmá ramos que hem os des cu bi erto a l
ho mbre jus to y al Es ta do jus to y lo que es la justici a
que se e ncue nt ra e n ello s, no pensaríamo s e r rónea me nte.
- No, ¡por Zeu s!
-¿ Lo afirmaremos. entonces?
- Lo afi r maremo s
-Sea; c reo que, después de esto, debemos exa m ina r
la inj us t icia.
-Es evide nt e.
- ¿No ha de consis t ir e n u na disp uta in terna e ntre
la s t res parte s, en u na in t rom is ión de un a en lo q ue "
corres ponde a otras y en una sublevación de una de las
pa r tes cont ra el conjunto del a lma, para gobe rn ar en
ella, a u n cuando est o no sea lo que le correspo nde, ya
que es de na tu r aleza tal que lo que le es a dec uado es
se rv ir al géne ro que realmente de be gobernar? Piens o
que diremos que cosas de esa índole, y el d eso rden y
el funcionamiento e rrático de estas partes es lo que cons tituye la inju s ticia, la inmode ració n, la cobard ía , la ignoranci a y. en resume n , todos lo s mal es de l a lma.
- Así es es to.
- Por co ns igu ie nte, tanto el obrar injustam en te y e l e
ser injus to como el actuar ju st amente, tod o es to se nos
re vela cl aramente, s i ya se nos ha re velado cl a ramen te
la j ust icia y la injust ici a .
- ¿ De qué mod o ?
- Tal como las cosas sanas y las malsa na s, de la s
q ue e n nada d ifieren, pues lo que és tas son en el cuerpo
aq uélla s lo son e n el al ma.
- ¿ En qué sen tido ?
- En el de que las cos as sanas producen la sa lud
y las malsanas la en fe rmedad.
- Sí.
- De m a ne ra análoga, el obrar just amente produce
la justici a, m ient ras el actuar in justamente e nge nd ra
la injusticia.
d
94. -1 6
242
DIÁLOGOS
- E s forzoso.
- Pues bi en. prod uc ir la salud eq uiva le a ins ta urar
el p redo mi n io de algu nas pa rtes del cue rpo so b re ot ras
que son some t ida s. conforme a la na turaleza; e n cambio. la enfer meda d su rg e cuando el predomin io de una s
y el somet imie nto de ot ra s es co nt rar io a la natu raleza .
-Sin duda.
- En tal cas o, parece que la e xcelenci a es algo com o
e la salud. la bell eza y la buena d isposició n del á nimo;
mie ntras que e l malogr o es com o una enferm edad, fcal dad y flaqueza .
- Así es.
- y las empresas bellas cond ucen a la adquis ición
de la excelencia. en tan to q ue las des hon es ta s llevan al
malogro .
- Necesa r ia m e nte.
- Lo q ue nos resta exam ina r es, creo, qué es m á s
445<J ventajoso. s i ac tua r con ju st icia. e m prende r asuntos b e110 5 y ser ju sto - a u n c ua ndo pase ina dve rtido el que
se sea de tal tnd ole-c. o si ob rar inju sta mente y se r injust o, aun en e! caso de quedar impune y no pode r m ejorar por ob ra de un castigo.
-Per o Sócrat es, - pro testó Glau cón- , me pa rece que
ese exa men se vuelve ridículo. S i en el caso de que el
c uerpo est é arruin ad o fí sic amente se piensa que no es
po sib le vivir, ni aunque se cue nte con tod a cl ase de a hme ntas y de bebida s y con todo tipo de riqueza y d e
pode r, men os aún se rá po s ible vivi r en e l caso de q ue
b esté pe rturb ad a y corrom p ida la na turaleza de aq ue llo
gracias a lo cual vivimos, por más que h aga t odo lo que
le plazca . Sa lvo q ue se a pa r te de! mal y de la inju sti ci a ,
y se ad qu iera, en ca m b io, la jus tici a y la excelenci a. Pue s
cada una de estas cosas ha rev e la do ser t al co mo la
h abíamos desc r ito .
- En efecto, ser ía ridículo -c-res pondí-c-. No ob st a n .
te, pue sto qu e hem os llegado a un p un to desde el c ua l
REPÚBLICA IV
243
podemos divis ar con la mayo r claridad que las cosas
son as í, no de bemos desfallece r.
- ¡Por Zeus ! De n ingún mod o debemos desfallece r. e
-Ven a hora, pa ra m irar cuá ntas cl ases h a y de malogro , que, en mi opinión, va le la pe na observar.
-Yo te s igo ; a t i sólo te toca ha bl a r.
_y b ien - dije-, ya que hemos asce ndido hast a u n
s it io que es como a t alaya de la a r gu mentación, me parece que ha y una sola especie de e xcele nci a e incontables de m alogro, a u nqu e só lo cua tro de ellas son di gna s
de me nci ón .
-¿ Qué qu ieres deci r ?
-Que po r cua ntos modos de gobie rno cu ente n con
formas especi fica s. p robab leme nte ha ya tantos modos
de alm a.
_¿ y c uántos ha y ?
tl
-Cinco modos de gob ierno y ci nc o modos de alma.
- Dime cuáles.
- Digo que el mod o de gob ierno que hemos descrito
es uno, pero qu e pod r ía lla ma rse con do s no mb res. Así,
si e ntre los gobe rnan te s su rge u no qu e se de staca de
los demás, lo lla ma remos 'mona rquía ', mientras qu e, en
caso de que se a n varios , 'aristocraci a' .
- E s ci e r to.
-Por eso , en tonces, afirmo que es u na especie ú nica ; pu es n i a unque sea n va r ios, ni a unque su rja uno
so lo, cam bia rá n las leyes de l Es ta do e n forma notable, f
si es qu e se han c r iado y educado del mod o que hemos
desc ri t o.
- No pa rece proba bl e.
v
44'Hl
-A semej ante Est ado y a semejante forma de gobierno llamo buena y recta, lo mismo que al hombre
correspond iente; pero a la s otras las t engo por malas
y erróneas, tanto en lo relativo a la administración d el
Estadu, como a la organización del carácter del alma
individual. y su mald ad exi s te en cuatro clases.
- ¿Cuáles ?
y yo iba a de scribirla s una t ras otra , tal como m e
b parecía que cada u na de ellas se t ransformaba en las
de más; pero Polema rca -qu ien estaba sentado a po ca
dist a nci a de Adimanto-. exte nd iendo su mano, as ió por
a rriba el manto de éste. del lado de l hom br o, y lo hi zo
girar haci a si e, incl inándose hacia él. le susu rró a lg unas palab ras, de las c uales nada p udimos ente nder. salva esto:
- ¿Qué hare mos ? ¿ lo dej a re mos segui r?
-De n ingú n modo - re pu so Adi man to, habla ndo ya
en voz alta.
-¿ Qué es lo que no deja réis segu ir? -c-p r egun té .
- A t i.
e
- Pe r o ¿ po r qué?
- Po rque nos da s la impresión de se r indolent e y esca mo te a r t od a una parte de la di scusión, y no la m ás
insi gnifican te, para no tomarte e l t rab ajo d e e nt rar en
REP ÚBLI CA V
245
detalles; y pa rece r ía q ue has c reíd o q ue pa sa rí as inadvertido al deci r a la lige ra, en lo ref eren te a las m ujeres
y niños, que es evide nte pa ra cu a lqu iera q ue tod as las
cosas son com unes a los am igos.
- ¿ Y no es eso co rrecto, Ad imanto ?
- SI, pe r o lo cor rec to de esto, como en los de más
casos, requie re u na argu me ntación respecto de cómo es
tal com un idad, ya q ue puede haber muc hos modos. No
o mitas, pues, lo que tienes en me n te . Pues nosotros hace rato que estamos ag uardando lo q ue creíamos di r ías d
ace rca de cómo se p rocrea rán los n iños y, luego de p roc reados, cómo se educarán, y todo lo que e n tie nd es al
hablar de comunida d de m ujeres y niños. Pen sa mo s, en
efec to. que para el Estado es de suma importancia que
eso se produzc a de modo correcto o in correcto. Por eso
ahora, cuando ib as a abordar la exposición de otro regi o
men polltico a nte s de haber definido esas cosas su ficie n temente, hemos resue lto lo que has oído: no dejarte
p rose gu ir a nt es de que haya s expuest o todas est a s 450a
cosas, como has hec ho con las demás.
- Pues tam b ién a m í - dijo Gla ucón- cons ide rad mc
asociado a vuestro voto.
-¡Sin la menor du da! --excla mó Trasímaco-. Esa
re so lución la comp artimos tod os; puedes c ree r lo , Sócrales.
-¿Qué es lo que hacéi s, atacá nd ome a sí? - me
quejé- o [T ama ña di scusi ón pro movéis acerca de nuest ra or ga ni zación políti ca , como si est uv iéramos al com ie nzo ! Po rq ue yo me regocijab a de ha be r concl u ido
ya la desc r ipci ón, e ncan tad o de q u e se la di e ra por adm it ida t a l como había sido exp u es ta . No sabéis vosot ros, al recl am arla ahora, el enja m bre de argumen ta - /)
cíones que suscit a ré is. Ya en aquel mom ento lo soslay é
preci sa me n te por advertirl o, pa ra no provoca r se mejante perturbación.
246
DIÁLOGOS
- ¿Y qu é ? -prorrumpió Tr as ím a co-. ¿Acaso píensas que hemos ve nid o aq u i para buscar a lgú n teso r o,
en lugar de asi stir a a rgumentaciones?
-SI - rep liqué-. pe ro argumentacione s con me-
dida.
- Bie n, Sócra tes -dijo Glaucó n-, m as la med ida de
argumentaciones como éstas es, pa ra la gen te inte lige nte, la vida en te ra . Pero no te preocu pe s po r nosotros;
por ningún motivo de be s tit ubea r e n ex pone r tu pa rece r
e ace rca de lo qu e te p regun ta mos: e n qué cons istirá esta
com u nidad d e mujeres y niños para nues tros gua rdianes, y e n qué la c r ia nza de los ni ños cuand o au n s on
pequeños. e n el período in te rmedio ent re el n acimiento
y la educ aci ón, qu e p a re ce se r lo más es p in oso. Tr a ta
de de cirnos de q ué m odo debe desa rrollarse .
- No es fá cil expone r tal tem a, be ndito amigo - co n·
test é- , pu es a r r oja much as m ás dudas a ún de lo que
hem os descrito hast a ahor a. En efecto , se du dar á de q ue
lo dicho se a po sible, e in cl u so e n e l ca so de que lo fu eó r a . cabrá la d uda de q ue eso sea lo mejor, y de ese m o.do. Po r e llo vaci lo en t ra ta r estos asuntos, ya q ue la
expos ición pue de pa re ce r una ex p resión de deseos, queri do mi o.
- No va ciles. porq ue los qu e t e escuc han no son desconsiderados. ni incrédulos n i hostiles.
-c-Exce le nte am igo, sin duda me ha bl as de ese modo
porque q uie res darme ánimo.
-SI, por ci erto.
- Pues b ie n, produces el e fec to con tr a rio . En efec to ,
s i yo es tuv iera co nfiado e n s a ber aque llo de lo cua l debo ha bl a r, s e r ia e xcel ente tu m a ne r a de da r me á n imo,
ya q ue, quien c onozca la ve r dad. pue de h ablar con seg ur idad y a udacia sob re los te m a s más caros e im pa r.
, tantes en m edio d e perso na s int elige ntes y qu e ri d as.
Pe r o e xpone r teorías cuando aun se du da de e llas y se
las in vestiga, t al como debo h a cer yo, es t em ib le y pelí45 1a
REP ÚBLI CA V
247
groso; y no po r incita r a la r isa . ya que eso se r ía puer il;
e l pe ligro cons ist iría m ás bien en q ue. a l fra casar respecto de la verda d. no sólo caiga yo sino que a rra stre
en m i caida también a m is a migos en r e la ció n con las
cosas en que menos conviene errar. Imploro la gracia
de Ad r ast ea 1, Glaucón, por lo q ue vaya decir. Conside ro. e n efecto, q ue llega r involu ntaria mente a se r a ses ino de a lgu ien es un a fa lta m enor q ue la de e ngañarlo
respect o de las in sti tuci ones no b les. buena s y ju stas. Y
va le m ás la pe na co r rer es te rie sgo co n los e ne m igos
qu e con los a m igos . de m odo q ue no ha ces bien e n dar- b
m e ánimo.
- Que r ido Sócra t es -repu so Gl a ucón, ec há ndose a
r e ír - , si suf r im os a lgún perjuicio por causa de tu argumento. te a b so lve re mos como s i se trat ara de un homir-id¡o, y te de c lararem os limpio de
m ancha y de
todo in te nt o de engaño. De m a nera qu e habla con confianza.
- Est á b ie n -c-a se nt f-c-, ya que , co mo dice la ley 1,
el a bs ue lto e n ta l caso J qu eda limpio. Y es natura l q ue
lo q ue va lga pa ra ta l caso valga pa r a e l cas o presente 4.
- Por es o m ismo. pues. h a bla .
- y pa r a ha blar debemos a ho ra retornar a lo q ue.
e n a q ue l m o m en to. le correspondía el turno en nu es t r a
exposición. Pe ro ta l vez sea co rrecto proceder así: q ue, e
un a vez completada la actuación masculina, se cumpla
a su ve z la feme nina. máxime dada tu exho r ta ción a ello.
Porqu e, en m i opin ión , no ha y, para hom b res nacidos
1
La pri mera menci ón de Ad ras tea en la literat ura griega conser·
vad a se ha lla e n e l verso 936 d e P ro m eleQ encQdetlaó" de EsooI LO: - Los
s a bios se ind ina n a nte Adra stea _ (es el m ismo ve rbo que aqu i: po r
d conte xto , t rad ucimos _implo ro_ ). Un escolio a ese vu so acl a ra ba:
«u na diosa que ca sti ga ba a lo s o r gullo sos •.
2 Ad a m re m ite aqu l a Uyes 86ge y a OE MOSnNf.S, XXX VII 58·59.
l
O sea. e n el c aso de q ue el hum icidi o se a involunta rio.
• O sea, en el caso dc los presu n to s errore s a que p uede ind ucir
la a rgume nt a ción d e Sóc rates.
\,'
248
OIÁI.OGOS
y ed ucado s de la mane ra que hemos desc ri to, ot ro modo rect o de posesión y tra to de sus hijo s y m ujeres q ue
el de seg ui r en co nfo rmidad co n el impulso que origi nar iamen te le hemos imprimid o. Y en nues t r o di scurso
nos he mos esforzado e n est ab lece r a estos hombre s como gu a rd ia nes de ganado .
-A sí es.
d
- Sigamos con la com pa ración, e nto nce s, y démos le s
la ge ne ración y la cria nza de modo s imila r, y e xami ne mo s s i nos conviene o no.
- ¿En qué se ntido ?
- En és te : ¿c reemos que las he m bras de los perrosgua rd ia nes de ben partici pa r e n la vigilancia junto con
los machos, y caza r y hace r todo lo dem ás junto con
éstos , o bie n ellas qu edarse en ca sa, como s i estuvie ra n
inca paci tada s por obra del parto y crianza de los cachorros, mi entras ellos cargan con todo el trab aj o y todo
el cu ida do de l rebaño?
- De be n hacer todo en com ún. e xce pto q ue las t ratee mas a ella s como más dé bil es y a ellos como más fue rtes.
-Pero ¿se puede e m p lea r a un a nima l en la s mi s ma s tarea s que otro, s i no se le ha brindado el m ismo
a limento y la misma ed ucación ?
- No, no se puede.
- Pu es enton ce s, si hemos de em plear a la s m uj eres
e n las mi sm as tareas q ue a los hombres , debe e n se ñarse le s la s mismas cosa s.
-Sí.
- Y tenemos que a los hombres se les ha brindado
la e nse ña nza tanto de la música como de la gim nas ia.
- Así es.
- Por consiguien te, ta m bié n a las mu jeres de be ot rec érs cles la ense ña nza d e amba s a r te s, as í como las que
concie r ne n a la gu er ra, y debe tratá rselas del mismo
modo qu e a los hombres.
RE PÚ B LI CA V
249
- Por lo qu e dices, es probable.
- Cla ro que ta l vez m ucha s de la s cosas q ue, co nt ra
10 acost umbrado, e xponemos parezcan r id ícu la s si se
la s pone e n práctica .
- Si , por ci erto.
- Pe ro ¿qu é es lo má s ridículo que ves e n ella s ? ¿ No
es obviamente el hec ho de que la s mujeres haga n gimnasia de snudas e n la palestra ju nt o a los hombres, b
y no sólo la s jóvenes sino ta m b ién las más ancianas,
como esos viejos que se eje rcitan e n los gimnasios cuan do están ya a rrugados, y gus tan de la gim nasia, au nque
presenten u n a specto desagradable?
-Si , ¡por Zeus! Parecer ía ri dículo, a l menos en la s
ac t ual es circ uns tancias.
- Con todo, puesto que nos hem os propuesto h a bla r,
no debem os temer las pu llas de los gracio sos, digan
c uanto digan y lo qu e di gan sobre tu l transformación
referente a la gim na sia y a la música, y no menos al e
man ej o de armas y a la equitación.
- Tie nes ra zón.
- Má s b ien, dado que he mos come nza do nu es tra exposición, hay que av a nzar hacia e l a spec to áspe ro de
la ley en c ue s tió n, y les rogaremo s a aque llos graciosos
que dejen de la do s u s bromas, y que se pon ga n serios
y recuerde n que no h ace mucho tie mpo a los griegos
-como a hora a la mayor ía de los bárbaro s- les parecía que e ra vergonzoso y ridículo mirar a hombres desnudos. Sólo cu a ndo comenza ro n a hace r eje rcici os gimnásticos ' los c re te n ses pr ime rame nt e, y después los d
lacede monios. les fue posib le a los c his tosos de entonces rid iculizar tod as esas cosas. ¿ No lo crees ?
-Sí.
s La t raducción de gym nasia po r - ej e rcicics g imná sticos > no
muestra el mati z de desnude z (gymn ós = «dc snudo») que implica el
vocab lo g riego.
250
D14l OGOS
- Pe ro despu és de que la e xperie ncia reveló a los
hom bres q ue e ra mejor des nuda rs e que c ub r ir todo el
cuerpo ", pie nso. lo qu e parec ía ri dículo a los ojos se
desva neció po r obra de lo que, a la luz de la ra zón , se
most ró co mo excelente. Y esto ha pu es to de manifiesto
que es un ton to aq ue l que considera r idíc u lo otra cosa
q ue el ma l, y qu ien t rata de move r a ri sa mi rando como
e ridículo cua lqu ie r otro espect ácu lo que el de la locu ra
y el de la mald ad , y que. a su vez, se propone y pe rsigue
se r ia me nte otro mod elo de be lleza que el de l bie n.
-Por entero de acuerdo .
- Lo pri me ro e n que debemos ponemos de acue rdo
es sobre si estas propue st as so n po sib le s o no . Y debemo s abrir el de ba te. para quien quiera discuti r -sea
451.. en broma o en serio-c. si la na tu raleza humana femeni na es ca pa z de co mparti r co n la mascu lina todas las
tarea s o ningu na , o si u na s sí y otras no , y s i entre las
que pueden compartir- est án o no las referen tes a la guerra . Si co me nzamos ta n bie n, ¿no es natural q ue también concl uyamo s de la mejor m an e ra ?
- Por cier to .
-¿ Quie res q ue de batam os la cuest ión cont ra nosotros mismos, en nombre de los de más, para q ue la pa rle de l argu me nto cont ra rio no su cu mba al asedio por
fa lta de defensa ?
b
- Nad a lo im pide.
-Hablemos. pu es, e n nombre de ello s: «No es neceo
se rio, oh Só cra tes y Gla ucón, qu e ot ros os di scutan. Pues
vosot ro s m ismos, al co me nzar la fu ndaci ón de vues t ro
Estado , h ab éi s conven ido en que ca da uno de bía 'realiza r una sola tarea, acorde a su nat ura leza - ". Nosotros
lo hab íamos convenido, cre o, de modo que no pod ría-
JI 369a-370c.
Lit eralmente serta : «Pe ro desp ués de que, a quienes hic ieron la
e xperi<: ncia, el desn udars e se re veló com o mejo r que el c ub ri r todas
la s cos as de es a ¡minI e,.
, cr.
RE PÚBLIC A V
25 1
ma s negarlo. «¿Y acaso no h ay una gran d iferenci a
entre la natu ra leza de la mujer y la del h omb re ?" Pr egu nta a la que ten dría mo s que respo nd e r a fir ma tivamen te. eE n ta l cas o , cor res po nde asigna r a cada uno
una ta rea d is tint a , seg ún su p rop ia na turaleza ". A lo e
cual de be ría mos asent ir. «¿Cómo nega r, por ende, que
aho ra os eq u ivocáis y os co nt ra decís a vosotros m is mos,
a l afi rmar q ue los hombres y las mujeres de be n rea liza r la s m is mas tareas, aun cua ndo cue nte n co n na tu ralezas tan d is ti ntas ?" ¿ Pu edes a leg ar algo, m i ad mira b le
am igo Gla uc ón. fre nt e a ta les objecion es ?
- As!, repenti na mente, no es fáci l. Pe ro yo te roga ré,
te ruego aho ra m ismo q ue expongas nu estro propio
a rgumento, cu alquiera que sea.
- Hace rat o, Glaucón , qu e yo preveí a es tas cue s tiones y muchas otras de la misma índole. y por eso te m ía d
y titubea b a en tocar la ley con ce rniente a la po se si ón
y educación de las m uj eres y niños.
-Y en efecto, ¡po r Zeu s !, no parece fácil.
- No, pero hay que te ner en cue nt a es to: t anto s i
algu ie n se cae en u na pequ eñ a p iscina co mo s i cae e n
el ma r más grande, debe ponerse a nadar.
- Por su p uesto.
- As l ta mbién nosotro s de bemos nadar e inten tar pone rnos a sa lvo de la d iscus ión, se a con la es pe ra nza de
que a lgú n delfín nos pe r mita mon t arnos sob re su
o b ien con alg una otra for ma desesperada de salvación .
e
- Pa rece que s í.
- Veamos, pu es, si hall amos de alg ún modo la sa lida . Hemos convenido, e n efecto , que a cad a nat ural eza
le co rresponde un a ocupaci ón, y que la de la mujer es
d iferente a la del homb re . Pero ahora afi rmamo s que
a es ta s n atu ralezas diferentes corresponden las mi smas
oc u paci on es. ¿Es esto lo qu e se nos re proch a ? l .
Nos ap a rt amos de Ad a m y, con Bu rnct, segu imo s la lección del
VindobrHlensi s 55.
25 2
DI,( LOGO S
- Preci sa me nte.
-¡ Cuán excelente, Glau cón, es el poder del arte d e
la d isputa !
- ¿ Por qué?
- Porque me parece que m uc hos van a parar a di cho
arte incluso s in q uere rl o. ya q ue no creen contende r
sino a rg umentar, a ca usa de s u inca pacidad para exa.
mina r lo q ue se dice dis ti ngui e ndo especie s; pe rs igu en
la cont rad icci ón de lo que ha s ido di cho, a ntes a te ntos
meramente a las palabras, rec u r r ie ndo a a rguci as, no
a a rgumen tos.
. . - Es to, en efec to, s ucede a m uc ha gent e; pero ¿ ta mo
bien nos alc a nza a noso tros en este momento ?
b
-Sin ninguna duda. Y corremos el riesgo de compromet ernos, a pesa r nuestro, e n una cont ien da verb al.
-¿ De qu é modo?
- Ate ntos me ramente a las pa la bras, m uy virilme nte
y al modo e r ís tico, perse guimos la tesi s de que a quienes no poseen la mi sma na tura leza no corresponde n la s
mis mas ocupa ciones, s in que de n in gún mo do haya mos
exam ina do la especie de la dife renci a o de la ide n tidad
de la na tu raleza, ni a qué apuntá bamos al dis t ing u irlas,
c ua ndo atrib uía mos dife ren tes ocupacione s a dife renles natu ralezas, y las m is mas ocupaciones a las m is mas
naturalezas .
-En efecto, no lo hemos examinado.
e
- Por lo tanto, según da la imp re sión, no e s licito
pregu ntarno s s i la naturaleza de los calvos y la de los
pe ludo s es la mi sma o si es contraria, y, s i convenimos
e n que es con t ra r ia, e n caso de qu e los calvos sea n zapateros, no permitir que lo sean los pe ludos, y a la in ver sa.
- Pe ro eso ser ía ri d ículo - re plicó Gla ucón .
-¿ Y ac aso sería ri d íc ulo po r a lgú n otro motivo que
porque ento nces no p lanteáb amos la iden tidad y la d iferenci a de naturaleza e n todo se n tido , s ino sólo aquella
es pecie d e d iver si dad y de sim il itu d rela tiva a las ocud
RE P ÚBLIC A V
253
pacione s e n s i mismas ? Qu eríamos deci r, pur ejem plo,
que un méd ico y una médica q ue cu entan con un a lma
de médico t ienen la misma na tu ra leza ' . ¿O no piensas
así ?
-Sí, por ci erto.
-En ca m b io, u n médico y un ca r pintero tíenen disti n ta na tu ral eza, ¿no?
- Por com p leto.
- Y e n e l caso del sexo masculi no y de l fe me nino,
s i aparece q ue sob resa len e n cuanto a un a rte o a otro
ti po de ocu pación, di re mos que se ha de acorda r a cada
uno lo s uyo, pero si pa rece que la d iferencia consi ste
en q ue la hembra a lu mb ra y el macho procrea, m ás
bie n afirma remos que aún no ha quedado demostrado
que la mujer difiere del hom b re en aquello de 10 que
es tábamos hab lando, sino que seguiremos pensando que
los guardia nes y sus es posas deben ocuparse de las mismas cosas.
- Lo a fi rm a remos correcta me nte.
-c-Des pués de eso ¿no e xho rta remo s a nu est ro objetor
a q ue nos e nseñe respecto de 'q u é arte o de qué oc upaci ón de las rela t iva s a la organización del Estado la n at u raleza de la m ujer no es la misma qu e la del hombre,
sino di st inta ?
- Pues eso es jus to.
- Tal ve z enton ces algún ot ro diría lo que t ú h ace
poco ''': que ha b lar sa tis factor ia mente no es fá cil, pero
tras ha be r refle xionado no es di fícil.
- Pod ría decirlo.
- ¿Quieres q ue pidamo s a nu est ro contend ien te que
nos siga, a ver si le demost ramo s que no hay ocu pación b
Pasaje de re dacci ón oscura. Adoptamos, con Bu mc l, la lec ció n
de la ma yor ía de los códices, bie n que dejando el pa rti ci pio ónta qu e
figura en és tos.
10 En 453<: .
I
1
254
DIÁLOG OS
a lguna excl u siva de la m ujer en lo que toca a la adm ini st raci ón del Es ta do ?
- ¡Cla r o q ue si!
- Va mos . pues , le d iremos nosot ro s, responde: ¿ no
dec ías q ue el homb re bie n dotado pa ra algo difie re del
poco dotado e n que el p rimero a prend e fácilme nte, e l
ot ro co n d ificu ltad, y e n que uno , tras b re ve a prend izaje, se toma capaz de desc ubrir mu cho más de 10 que
ha aprendido, mientras el otro, con u na ins trucc ión larga y m ucho estudio. no puede re tener lo q ue se le ha
enseñado. y en que, en tanto que los miembros de l cuerpo del p ri mero son se rv idores adecuados de su espíritu ,
e los del seg undo lo contraría n? ¿ Es por estas cosa s o
po r otras por lo que di stingufas al hombre bien dotado
para algo del poco dotado ?
- Na die di rá otras cosas.
- Ahora bien. ¿conoces algu na de las actividades que
practican los se res humano s donde el se xo masculino
no sobresalga en tod o se nt ido sobre el femen ino ? ¿O
no s e xte nderemos ha bla ndo del tejido y del c u idado de
los pa st e les y pu cheros, cos as en la s cua les el sexo fe d me nino parece s ignif ica r a lgo y e n la que el se r su pe rado sería lo más ridfcu lo de todo ?
- Dices ve rdad e-co ntes t ó Glaucón- , pue s po dr ía decirse que un se xo es com ple ta mente aven ta jado por e l
otro en lod o. Claro q ue muc has mujeres son mejores
q ue m uc ho s homb res e n m ucha s cosas; pe ro en gene ra l
es como tu di ces.
- Por cons iguiente, q ue r ido mí o, no hay n inguna ocu paci ón e ntre la s conce rn ien tes a l gobierno del Es tado
qu e sea de la m ujer po r se r muje r ni del ho mbre en
tanto homb re , s ino qu e las do tes naturales es tán sim io
la rmente d ist ri bu idas entre a m bos se res vivos, por lo
cu al la m u je r pa rt ici pa , por na t uraleza, de todas las
la mujer es más dé b il qu e el hombre.
e oc upaciones, lo m ismo que el homb re; sólo q ue en todas
REP ÚBLIC A V
255
-Complet amente de acuerdo.
-¿ He mo s de as ign a r entonce s todas las tarea s a los
homb res y ninguna a las mujeres ?
-No veo cómo ha b rí a mos de hace rl o.
- Creo q ue, más b ie n, di re mos q ue un a muje r es a pta para la med ici na y otra no, un a a pta po r na tu ra leza
para la mú si ca y otra no.
-Sin duda.
-¿ Y aca so no hay mujeres a ptas para la gi m nasia 4 S6a
y para la gu erra, mientra s otras serán incapaces de combatir y no gusta rá n de la gim nasia ?
- lo c reo.
_ ¿ Y no se rá una amante de la sa bid uría y ot ra e nemiga de és ta? ¿Y una fogo sa y otra de sangre de bo rc ha ta?
-As! es.
- Po r ende, una m ujer es apta pa ra ser guardia na
y o t ra no ; ¿ no es por tener una naturaleza de ta l lndo le
po r lo qu e hemos eleg ido guardianes a los hombre s ?
-De tal Indole, en efec to.
- ¿ Hay, por lo ta nto, una m isma naturaleza en la
m ujer y e n el hom bre en relaci ón oo n e l c uida do de l
Est ado, e xce p to en que en ella es más d éb il y en él más
Fuerte ?
- Parece que s í.
-Elegire mo s, e ntonces, mu je res de esa índole pa ra b
convivir y c u id a r el Est ado en com ú n con los hom b res
de esa índole, pues to que son capaces de ello y a fin es
e n na tura le za a los hombres.
- De ac ue rdo.
_ ¿Y no de bemos as ignar a la s mismas naturalezas
las m is mas ocupaciones?
- Las mi s mas.
- Tra s un rodeo , pues, volvemos a lo a n te s d icho,
y conven im os en qu e no es contra natu raleza as ignar
a las m uje res de los gu a rdianes la m ú sica y la gim nasia .
256
llIÁLO GO S
- Absol uta me nte cierto.
- No h icimos. pu es, leyes imposi bles o q ue fue ran
e me ras ex p resione s d e deseos, pues to que impla n ta m o s
la ley confo rme a la na tu ra leza : sino que más b ien lo
que se hace hoy en d ía es hec ho con tra na turaleza . se.
gú n parece.
-c- Parecc. e n efecto.
- ¿V no declamos qu e nuest ro exa me n d eb ía versa r
sob re s i esas no r ma s e ra n posibles y además las mejores?
- Deb ía ' versar so bre eso.
- Ahora. que eran posib les. hemos estado de ac uerdo.
- S í.
-Lo que entonces de be mos acordar después de es o
es que so n las mejores.
- Evide n te mente.
- Ahora bien, con re specto al proceso en que se llega a se r m uje r guardia na. no hay una educación para
d el hombre y otra pa ra la m ujer, ya que e s la mism a
natura leza la que la recibe.
- No es d isti nt a .
- Pues bien , ¿c uá l es t u opin ión sobre esto?
- ¿Sob re qué ?
e-Sobre el conceb ir de t u pa r te a unos hom bres me jores y a ot ro s peore s; ¿o t ienes a tod os por simila res?
- De nin gú n mod o .
- En el Est ado qu e hemo s fu ndado, ¿q u ié nes c rees
qu e se rán los mej ore s homb res: los guardia nes q ue hemos formado con la educación q ue desc r ib imo s, o los
zapa te ros que ha n sido ins t ru ido s e n el a r te de fa b r ic ar
cal zado?
- Es r idícu lo lo que pregun tas.
-Com p re ndo -c-dije-c- . Y b ien, ¿ no son és tos los mer jores e nt re todos los ci u dadanos ?
- y con m ucho.
-¿ Y su s es posas no se rá n las mej ores de las muje re s ?
RE PÚBLICA V
257
PtNl>ARO. fr. 209 SCtlRODbll (86 de origen incie r to . POECH).
- Ta mb ién con mucho.
_¿ y ha y algo mejor pa ra un Es tado qu e e l que se
ge ne re n e n él los mejo res hombres y m ujere s po si b les ?
- No lo ha y.
_ y es to lo logra rán la m ús ica y la gim nas ia llev adas a ca bo de l mod o descrito.
457..
-No puede se r de otro modo.
- Por consigu iente, la prescripc ió n que estab leci mos
no sólo es po s ible s ino tam b ién la mej or.
- As í es.
- De be rá e ntonces desvestirse a las muje res de los
guard ia ne s, de modo qu e se cubran con la excelencia
e n luga r de ro pa, y participarán de la gu e rra y de la s
demás ta re as re lativas a la vigila ncia de l Estado, y no
h arán ot ra cosa , pero las más livianas de estas t a reas
han de confi a rse más a las mujeres que a los hombres,
dada la debilida d de su sexo. E n cua nt o al varón que b
se ría por la desnudez de las mujeres, que se eje rci t a n
en vista a lo mejor, ..arranca a n tes de que madure el
fruto s 11 de la ri sa, y de sconoce por qué ríe y lo q ue
hace. Porque lo mejor que se d ice y que se rá dicho es
que lo p ro vechoso es bell o y que lo pe rnicioso feo.
- Com p le ta me n te de acuerdo.
- En esto, pu es, he mos esqu ivado a lgo as ! como u na
ola , al habla r de la ley sobre las m uj e res, de modo qu e
no hemos s ido com ple ta me nt e in un dados por ella , p resc ri b ie ndo q ue tan to nues t ro s gu a rd ia nes como nuest ras
guard ia nas debe n ejercer e n com ún tod as sus
nes; incl u so de a lgún mo do el argu mento ha conve nido C'
cons igo mi sm o en que d ice cosas posibles y pr ovech os as.
_ y por ci erto, n o es pequeña la ol a que esquiva st e.
- Pe ro dirá s que no es gra nde cua ndo veas la qu e
vien e desp ués.
- Habla sob re ella , para qu e la vea .
11
<) 4. _ 17
258
DIÁLOGOS
-De es t o y de la s de más cosas precedentes - d ije-,
e n m i opi nió n. se sigue es ta ley.
- ¿Cuál ?
- Que tod as es ta s mujeres debe n se r com unes atod dos es tos ho m bres, ninguna cohabita rá en priva do con
n ingú n hom b re ; los hijos. a s u vez, serán com unes, y
ni el pad re conocerá a s u h ijo ni el h ijo a l pa d re.
- Esto d es pertará mu c ha mayor desconf ia nza que lo
otro , ta nto e n c ua nto a s u pos ibilidad como a su u tili dad.
- Re specto de su ut ilidad no c reo que se di scuta que
el tener las muje re s e n comú n y e n com ún los hi jos es
el bie n s u p re mo, si es que e s pos ib le; pero pienso que
la di sputa sob re s i es posible o no, será grande .
- Es sobre ambas co sas que se di sputará.
-Lo que mencionas es una alianza de objeciones;
yo pensaba que escaparía a una de ell as, de modo que,
si opinabas que e ra a lgo útil, me queda r ía sólo la d e
s i era po s ib le o no.
- Intentando escapar te, s in embargo, no h as pasad o
ina dve rtido, sino q ue has de dar cuenta de ambos.
-Me someto al castigo -c- respondí-c-. Pe ro h azme el
45& s igu ien te favo r: penníte me q ue me tome asueto tal c omo la gen te de espíri tu oc ioso acostu mbra, homenajeá ndose a s i m isma , c ua ndo cami na so la. Pues s in d ud a
sabes que tal es pe rsona s, a ntes de de sc ub r ir de qué m odo se rea liza rá lo que des ea n, om ite n la cuest ión , para
no fat iga rse deli be ran do acerc a de si es po sib le o n o:
conside rando lo qu e quie ren como algo ya rea l. d ispone n el rest o y se del eitan pasando revis ta a lo que h arán una vez cum plido su deseo, volviendo además a su a lb ma, ya pe rezosa, m ás pe re zosa aún. T ambié n yo a hora
me a ba ndon o a la floje ra, y deseo po sponer pa r a de spués el e xa men de si lo qu e p ro pong o es po sibl e; por
a ho ra, si me lo permites, cons ide rándolo como siendo
po sible, examina ré có mo los gob e rn a ntes lo dispondrán
una vez alca nzada s u realización , y cómo ha de ser, t ra s
REPÚBLICA V
259
ser llevado a la práctica, lo má s conve n ien te de todo
para el Estado y para los gua rd ia ne s. Es to es lo que
intentaré primera men te indaga r j unto con t igo; despué s
lo otro, s i t ú lo pe r m ites.
- Es tá b ien, lo pe r mit o; haz el e xamen.
- Pie nso q ue, s i los gobe rn a nt es son d ign os de tal e
nom b re , y lo mi smo qu e ellos los a uxilia res. es ta rá n d ispuest os unos a hacer lo que se les ordene y otros a oro
de na r, obedeciendo las leyes e imitándolas e n cuantas
prescripciones les encomendamos que hagan .
-Es na t u ral.
- Aho ra bie n: tú, que e res su legislado r, ta l como
se lecci onas te a los homb re s, as í has de seleccionar a
la s mujeres, y se la s d arás, tanto cuan to sea po sible,
de na tu raleza similar. Y ellos , al tene r ca sa en com ún
y co mida en común, sin poseer privadamente nada de
esa índole, vivirán juntos, entremezcl ados un os con otros d
en los gi m nas ios y e n el resto de su educación, y por
una necesidad natural, pienso, serán conducido s hacia
la uni ón sexual. ¿ O no te parece que di go co sas necesari a s ?
- Pe ro no neces ida des geo métricas sino eróticas, que
puede n se r más agu das que aq uélla s respecto del pero
suad ir y atraer a la ma yo rí a de la gente .
- Asi es. Pe ro des pu és de eso, G la ucón, que se unan
ir regula r men te u nos co n ot ros o hagan c ua lq u ier o tra
cosa, se r ia sacr lleg o en un Es tado de biena ve nt urad o s,
y no lo pe rm it irán los gobern antes.
-No se ria ju sto. e n efec to .
- Es pa t ente, pues, qu e conformaremos matrimonios
sagrados e n cuant o sea posib le. Y se rán sag ra dos los
más be neficiosos.
- En te ra men te de acu erdo.
- Pe ro ¿cóm o han de se r los más beneficioso s ? Dl- 459"
melo , Gla uc ón. pues veo en tu casa perros de caza y
gra n número de ave s de r aza : ¿ ha s prest ado a te nción,
260
DI ÁLOGOS
por Zeus, a a lgo e n ,s u s a pareami e n tos y procreacione s ?
- ¿A q ué te refiere s ?
e-Pri me ra mente, en t re ellos mi smos, aun cuando sean
de ra za ¿ no hay acaso a lgunos qu e llegan a se r mejore s ?
- Los ha y.
-¿ Y haces p rocrea r a lo dos de l mi smo mod o, o pones ce lo e n qu e procreen los mejores ?
-Para qu e p roc reen los mejores.
b
- y b ien: ¿ pre fie res los m á s jóvenes, los más viejo s
o los que está n e n la flor de la vida?
- los que está n en la flor d e la vida.
- y s i no se procrean así, ¿c re e s que degene r a r á mu-
cho la raza de las aves y la de los perros?
En III 389h .
-Sí, por ci erto.
- Yen cuanto a los ca ba llos y a los demás animale s ,
¿ pi e nsas que sucede rá de otro modo ?
- No, se ri a insólito.
- ¡Válga me Dios! ¡Cuá n necesa rio se rá que conte mo s
con gobe rn antes sobresalientes, s i ése es t ambién el
caso res pecto del género h umano !
e
- ¡Es tambi én e l caso! Pe ro ¿por qué lo dice s ?
-Porq ue les se r á ne cesa rio echar m ano a m uchos
re medios; c reemos que incluso un m édi co medi ocre basta pa ra cuerpos q ue no req uie ren re med ios s ino que está n d is pue s tos a so me te rs e a un régimen. Pero c uand o
se de be adm in istrar m edicamentos , sa bemos q ue hac e
falta un m éd ico m á s a udaz.
- Es ve rdad, pero ¿ res pecto de q u é lo d ice s ?
- Re specto de es to: parece que los gobernante s deben hac er uso de la ment ira y el e ngaño en buena c a nt id dad par a be nefi ci o de lo s gobernados ; en algún m omento dijimos 11 que toda s la s cosas de esa índole s on ú tile s en co ncepto de remedios.
11
RE PÚBLIC A V
261
- y era co rrecto lo que d ijimos.
- Pue s entonce s en los matrimonios y e n la s p rocre aciones esto que e s co r r ec to no se r á in s ignific ante.
-¿ Có m o ?
- En vi sta de lo que ha s id o co nveni do, es nece sa r io
q ue los mej o r es hombre s se unan se xualmente a la s m ejores muje re s la m a yor parte de la s vece s; y lo cont rar io , los m á s malos co n las m á s m a la s ; y hay q ue c r iar
a los hi jos de los primeros , no a los de los se gu ndos , s i el rebaño ha de se r so bresalien te . Y s ie m pre que
s uce da n estas cosas pennanece r á n oc uItas ex cepto a los
gobernan te s m ism os , s i, a su vez, la m a nada de los gu a rdianes ha d e estar, lo más posible , libre de disensiones.
- Es muy correcto.
- Por lo tanto, inst ituirem os festivales en los cu ales
acoplaremos a la s novias co n los novio s, a sí como sac r tñc los. y nuestros poetas deberán componer hlmnos aeo;
adecuados a las bodas que se lleva n a cabo. En cuanto
a l número de m a t rimon ios, lo encomendaremo s a los
. gobe r na ntes , para que preserven al máx imo posible la
mi sma c a n tidad de hombres, ha b ida cuenta de la s guerras, e nfermedades y toda s la s cosas de esa ín dole, de
modo que. e n c uanto sea posible , nues tro Estado no se
a gr a nde ni se ach iq ue.
- Bien.
- Debe r á n ha cerse inge ni oso s so rteos , pa ra que el
m edi ocre cu lpe a l azar de c ada cópula, y no a los go be rna nt es .
- S í.
- Y a lo s jóvene s qu e so n buenos e n la gu e r r a o e n b
a lgu na o t ra cosa debe dotárselos d e honores y ot ros premi os , y e n especi al de u na más p lena li bertad para acost a r se co n la s mujeres, pa r a qu e, al mismo tiempo, sirva
de pretexto para q ue de ellos se procree la mayor cantida d pos ib le de ni ños.
-c-Corrccto.
262
[)JÁ LOGOS
- Y.cada vez que nazca n hijos. de ellos se e ncargarán los magis trados asigna dos, sea n éstos hombres o
m ujeres o a m bos a la vez; pue s las magistratu ras son
sin duda comunes a las mujere s y a los hombres .
- Sí.
4:
-En lo que ha ce a los hijos de los mej ores. creo,
se rá n lle vad os a una guarder ía j un to a inst itut r ices que
ha b itarán e n a lguna part e del pa ls se pa rada me nte del
resto . En c ua nto a los de los peores, y a c u alqu ie ra d e
los ot ros que nazca defect uoso, se rá n escond idos e n un
luga r no menci on ad o n i manifies to. co mo co rres po nde .
- As í se pr ocede rá, si ha de ser pu ra la cl a se de lo s
gua rd ianes .
- Es tos magis trados ta m b ié n se e ncarga rán de la
cr ianza, y de condu ci r a las madres a la gu a rde rí a cuand do es té n con los pec hos hench idos, po nien do el má xi m o
ingenio pa ra que ni nguna perciba que es su hijo; y s i
ellas no tienen su ficient e leche, la prov eerán ot ras qu e
sf la te ng a n, y de éstas mism as c uida rá n de modo que
a mamanten un pe r íodo razona b le de t ie m po; y e n c uan to a las vigi lia s y otras pe nurias, las tran sfe rirán a la s
nodriza s e inst it u trices.
- ¡Gra n des facilidades para la c rianza da s a las esposas de los guard ia nes !
- Es lo que conviene - res po nd í-; pero prosigamos
con lo que no s hemos propuesto. H emos d icho que se
debe engendrar los h ijos en la flo r de la vida.
- Es verdad.
e
-¿ Y no com pa rtes m i opinión de q ue el período razone ble de tiempo de este floreci mi ento es de veint e a ños
en la muje r y treinta e n el ho mbre ?
-¿ y c u á ndo ubi ca s esos añ os?
- l a mu jer, a partir de los ve int e a ños y has ta lo s
cuaren ta , pa rirá pa ra el Est ad o; y el hombre procrea r á
pa ra el Es t ado después de pas a r la cu lmi nación d e s u
velocidad e n la ca rre ra hast a los ci nc uenta y cinco años.
REP ÚBLICA V
263
- Po r cier to q ue pa ra a mbos es el floreci mie nto e n 46 1"
cu a n to al cuerpo y e n cua nto a la in teligencia.
- y s i algu ien de mayor o menor edad que ésa interfiere en la s procreaciones e n común, diremos que su
transgresión es una profanación y una injusticia, ya qu e
está engendrando para el Estado un niño q ue, s i pasa
inadvertido, se generará si n los sac r ifici os y las plegar ias que para tod os los matrimon ios ce lebra n tanto sace rdotes como sacerdo t isas y el Est ado In tegro para
q ue s iem pre nazcan de padres bu e nos h ijos mejores , y
de pad re s ú t iles hijos más útiles a ún . Este niño, por b
el con tra r io, ha b rá n acido en la oscu r ida d y tras u na
te rrib le in continencia.
- Bien.
- l a ley es la mi sma si algun o de los que a ún procrean toca a una m ujer en edad debi da s in que un gobernante los ha ya acop lado; bas ta rdo, ilegít imo y sac rí lego d ire mo s q ue es el hijo que ha im puest o al E stado .
-Sumamen te correcto .
- Pe ro c ua ndo las m ujeres y los hombres a ba ndone n la edad de procrear, pienso, los dejaremos lib res
de uni rse co n quien qu ieran, excepto a l varón con s u e
hija y su madre, las h ija s de su s hijos y las ascendientes
de su mad re, y tamb ién a la muje r e xce pto con su hijo
y con su padre y con s u s descendientes y a scendien tes;
no sin a nt es exhor ta rl os a poner gran celo en que nada
de lo que hayan conce bido, si así ha suc ed ido. vea la
lu z, y, si escapa a su s p reca ucione s, plan tea rse q ue se mej a n te n iño no será alime ntado.
- Dices es tas cosas razona bleme nte -dijo Glaucón- ;
pe ro ¿cómo d ist ing u irá n e nt re s í los padres, las hij as d
y t odo lo q ue acabas de deci r ?
- De n ing un a ma nera; pe ro des de el d ía e n que se
con vi r tió en novio, a tod a criatura que nazca e n el déci mo m es o e n el sé pti mo después la lla mará 'h ijo' s i es
macho, 'hi ja' s i es hembra, y és tas a aq uél ' padre'; del
264
DI ÁLOGO S
mi smo mod o los h ijos de es tos serán llamados 'nietos'
y és tos los lla mará n 'a buelo' y ' a b uela '; y los
en aque l t ie m po e n que s us madres y sus padres proe crearon se lla ma rá n unos a ot ros 'he rma nos ' y 'herm a.
nas ', por lo c ua l, como acabo de decir, no se tocarán
e ntre sí. Pe ro la ley pe rmit ir á que hermanos y he rmanas coha biten, s i el sor teo así lo de ci de y la Pitia lo
a prueba.
- Muy jus to.
c-Esta es,
Glaucón, la com unidad de las muje res y de los nmos con los gua rd ianes de tu Estado. Ahora, .q,ue es consec ue nt e con e l res to de la o rganización
y que es con. mu c ho lo mejor, es lo qu e en
se gu ida debemo s conf ir mar po r la argumentación . ¿O
ha remos de otro modo ?
4ó2Q
-As í. por Zeu s.
- ¿ y no es acaso el p rincipio del acuerdo el siguien te: p:egunta rn os a nosotros mi smos c uál es el má s grande
que podemos mencionar en c ua n to a la organizac í ón de l Es tado, que el legisl ador ti en e en vist a al ess us leyes. y c uál es el más grande m al. y a contí nuací on examinar s i las cosas que a ho ra he descrito
se nos ad ecuan a la huell a .del b ien . y no se adecuan
a la del mal ?
-Más qu e c ua lqu ie r ot ra cosa .
- ¿Y p uede ha be r pa ra u n Es tado un mal mayor qu e
b aquel q ue lo de sped aza y lo convie r te e n múl tiple en
lug a r de uno ?
-No pu ede habe r un ma l m a yo r.
- ¿ No es e ntonces la com un idad de place r y dolor
lo que une, a sa ber, c u a ndo todos los ciudadanos se re o se e nt ristecen por los m ismos casos de gananeras o de pé rdidas ?
- Abs olu ta men te de acuerdo.
- ¿Y no es la par t icu la ri zaci ón de est os estados de
á nimo lo que disuel ve, cua ndo, ante las mism as afeccio-
REPÚB LIC A V
265
nes del Es ta do, o de los ciu dada nos, unos se pone n muy e
aflig ido s y ot ros muy conte n tos?
-Sin du da.
_ . y no se produce esto porqu e no se pro nunci a n
al
e n el Es tado palab ras ta les como lo ' mio '
y lo ' no m ío' , y lo mis mo res pecto de lo ' aj e no ' ?
- Asl preci samen te.
- Por lo tanto, el Es tad o mejor go be rnado es aquel
e n q ue más ge nte di ce lo 'm ío ' y lo 'no m io ' refe ridas
a las mis mas cosas y del m ismo modo .
-y con m ucho.
_ ¿ y no se rá éste el que posea mayor si mi lit ud con
el ho mbre individual ? Por ejemplo , c uando un o de noso t ros se golpea un dedo, toda la com u nidad de l c ue r po
se vuelve hacia el alma en busca de la or ga nización uníta r ia de lo que manda en ella, y toda ella s ie nte y d
sufre a un t iem po , a unque sea u na parte la que pad ec e,
y es as ¡ como decimos que 'al hom bre le duele e,l dedo'.
y el mi smo argumento cabe res pecto a cu a lqu ie r ot ra
parte del hombre, en cuan to al dol or po r la parte que
padece y el pl ace r por el alivio de s u dolor.
-El mi smo. e n ef ecto -repuso Glaucón- . En c ua nto a lo que preguntas, el E st ado mejor organ izado polítícame nte es el más si mila r a ta l hombre.
- S i a u no solo de los ci udadanos, pues, le afecta
algo bueno o malo, pie ns o que se mejante Es tado di rá , e
con e l má xim o de in te nsi da d , que es suyo lo que padece, yen s u totalidad pa r ticipará del regocijo o de la pena.
- Es fo rzo so, si está bi en legis lado .
- E s ho ra -pr osegu í- de re torna r a nu estro Estado para obse rva r en él si lo aco rdado en nuestro
men to lo contie ne nuestro E st ado m ás qu e cu alqu ie r
ot r o.
- Es nec esario.
- Bie n; ¿ex isten e n los de má s Estados gobern antes y 46 .10
pu eblo, como exis ten en ést e ?
266
DIÁLOGO S
- Sí, existe n.
- ¿ Y todos se llam an 'ciud ad an os ' los unos a lo s
ot ro s ?
-¿ Cómo po d rí a se r de o tra man era ?
- Pero ade más de ' ci udada no s ', ¿cómo denom in a el
pueblo de 011'"05 Es tados a s us gobe rnantes ?
- En mu chos de ellos 'amos', pe ro e n los Es tados
democrá t ico s se les da est e mi smo nombre de 'gob e r nantes'.
-¿ Y e l pueblo de l nues tro? Además de que son ci u dada nos, ¿q ué di rá de s us gob e rnan tes?
b
-Que son sa lva dores y a ux ilia res IJ.
- y éstos ¿qué dirán del pu eblo?
- Que so n quienes les dan s u salario y su sustento.
- i.Y cómo lla m an a su s pueblos los go be rnantes de
otros Estado s ?
- Siervos.
- ¿Y los gobe rnantes unos a otros ?
-c-Co-gobernames.
- ¿ V los nu estros ?
-c-Co-guard ia nes.
-¿ Puedes decirme si a lguno de los go be rnantes de
otros Es tados puede d iri girse a u no de los co-gobe madores como famili a r, a ot ro co mo ext ra ño ?
-Sí, en much os casos.
-¿ Y hab la de u n fa m ilia r co mo ten iéndolo por sue yo, y de un ex t ra ño como no s uyo?
-Asi es.
- ¿Y e n cu a nto a tu s guard ianes? ¿Habrá algu no de
ellos que se dirija a sus co-gua r dí a nes ten ién do los por
ext raños ?
- De ni ngún modo - res pond ió Gla ucón- ; pu es sea
qu ien sea co n el qu e se enc uent re , lo tend rá po r su herII Como seña la Adam , aqu¡ la pal abr a «a u xilia res » no designa la
segunda clase del Estado, s ino la p ri mera (no co mo de no mina ció n, entonces, sino como ca lifica ti vo , como ea u xllla res del p ueb lo » .
RE PÚBLICA V
267
m ano o su hermana, po r su pad re o su mad re, po r su
hi jo o su hija, po r su descen di ent e o su ascendiente.
- Hab las perfect ament e -c-ase nt t-c. Pero dime aún
es to: de esta fam ilia ridad ¿legis la rás sólo los nom b re s,
o ta mb ién tod as las accione s h an de realizarse co nfor- d
me a ta les nomb res, y, re specto de los padres, cuanto
la ley exige acerca del re speto a los padres y del cuidado y obe die ncia a los p rogenitores, au nque no haya luego algo mejor pa ra ellos de la pa rte de los d ioses y de
los homb re s, ya qu e ser ía inju sto y sacri lego que ob ra ran de otro modo? ¿Se rán éstas o di sti nt a s las voces
oraculares qu e deb en ser repetidas u na y ot ra vez por
tod os los ciudadan os en los oídos de los niño s ya desde
tem prano, respecto d e aqu ellos que se les presenta
co mo pad res, y respecto de los de más parient es ?
-c-Bstas. Pues seria ridículo limi ta rse a pronunciar t
con la boca esos nom b re s de famili ares, sin los ac tos
correspondien tes.
- Por consiguie nte, en este Es tado más que en c ua lq u ier o t ro , lo s ci udadano s coincid irán, cuando a u n ciudadan o le va b ien o le va mal. en habla r del modo que
hace u n mom ento me ncionábamos: ' lo mío va b ie n' o
' lo mio va mal'
- Muy cie rt o .
_y a es ta convicción y a este modo de habla r ¿no 41'4<1
dij imos que seg u ía la comunidad de p laceres y do lores ?
- y lo d ijimos co rrectamente.
_¿ y nu est ros ci udadan os no pa rt iciparán más que
en cua lquier otro lado de alg o en com ún que deno minará n 'm ío'? Y por parti ci par de est o, ¿no tend rán a l
máximo una com unidad del dolor y de la a legría?
- S in du da.
_ y la causa de es to ¿no es, además del resto de la
cons tit ución, la comu n idad de las m ujere s y -dc los
niños con los gua rd ianes?
- Más que cualqu ier otra cos a.
268
DIÁLO GO S
b
- Ahora b ien, hemos co nve nido que és te es el b ie n
su premo pa ra el Es tado. a l compara r un E st ado b ien
fu nd ad o con la act itud de un c ue r po hacia un a pa rte
s uya res pe c to de u n dolo r o de un placer.
-y lo convenimo s recia me nte.
- As í, la ca us a de l más grande bie n e n el Estado s e
nos aparece como la co mun idad de mujeres y ni ños entre los auxiliares.
- Cierta mente .
- y ta mbién en esto co ncorda mos co n lo dicho ant er io rme nte; pues dij imos qu e los guardianes no debía n
e tener privadamente casas ni t ie r ra ni propiedad algu na; s ino. t ra s recibir de los demás ci u dada nos sustento como com pe ns ación de se r guardianes. hacer su gasto todos en com ú n, s i había n de ser realmente guardianes.
- y lo de cí amo s correc t a me n te.
- ¿ No e s, enton ces, como digo, cuando las cosas antes d ich as y las q ue deci mos a hora las realizan más a ún
co mo verdaderos guard ianes y les im pid en des pedazar
el Es ta do, a l de nom ina r ' lo m ío ' no a la misma cosa
sino a otra, arrastrando uno hacia s u propia casa lo qu e
ha podido adqu irir se pa rada men te de los demás, o tro
d hacia un a casa di s t inta , lla ma ndo ' míos ' a mu je res y
niñ os dis t in tos qu e, po r ser pr ivados, producen dolo res
y p lace res p ri vados ? ¿No te nde rán , po r el con t ra rio, todos a un mis mo fin, con u na sola cree nci a respe c to d e
lo fa m ilia r, ). se rá n sim ila rme nte afec ta dos po r el placer y la pena ?
- Cla r o q ue sí.
- y los ple ito s y acusaciones ent re e llos, ¿no se esfu ma rá n po r asi decirlo, e nt re los gua rdianes, eri razón
de no posee r nada privadamente excepto el cue rpo, y
todo el rest o e n com ún ? De a llí que les co rresponda
estar exen tos de las di sens iones que, por ri q uezas. hijos y pa ri e ntes, se pa ran a los hombres .
e
REP ÚBLICA V
269
- Es fo rzoso que se desembaracen de eso.
_ y tam poc o po r vio le ncias o u lt raj es habrá e nt re
ello s razó n pa ra que h aya plei tos; pues d ir e mo s q ue es
digno y justo que u n ca ma rada se de fie nda de sus camaradas 1', im po nié ndole s la obligación de ma ntene r el
c uerpo e n bue n estado.
-Correcto
e-Ta mbién d icha le y a po rta este otro aspecto corree- 46 5..
to: s i a lgu ie n se enardeciera, un a vez sati sfecha s u ira
de se mejan te mod o, menos p robable será q ue vaya a
parar a qu erell as m ayores.
- Sin duda.
-Por lo demás, al hom bre más anciano se le prescribirá mandar y ca s tiga r a todos los más jóvenes.
- Cla r o.
-Ya su vez el más jov en, com o es natural. no ínt en tará ha ce r viole nci a al que es mayor, golpeándolo, salvo
qu e se lo o rdenen los gobernantes; ni lo de shonrará, creo.
de ningún otro modo; pue s son s uficientes pa ra im pe dí rselo do s guardia nes , el te mor y el respeto; el respeto,
que lo aparta de po ner la mano sobre qu ien es pueden b
se r sus padres; y e l te mo r de que vay a n o tros e n ay uda
de l a fec ta do , u nos como hijos, ot ros como he r man os,
ot ro s co mo padres.
- Ha de ocurri r eso, e n efecto.
- En c ualq u ie r caso, los hom b res ma nte nd rán la paL
ent re s i gracias a las le yes.
- Una g ra n paz.
- y pues to qu e ent re ellos no ha y lucha s intest ina s,
no h ay pe ligro de que a lgu na vez el res to del Estado
e nt re en q ue rella con t ra ellos o entre sf.
- No, no ha y peligro .
Il
Tra ducimos pa r <ca m a rad a. el voc ablo !zlli x. cu ya trad ucci ón
lite ra l seria ..de la m isma ge nera ció n . (pad res con pad re s. hijo s con
hijos).
27 0
DI ÁLOGO S
\
e
- De los más pequeños males d e los c u ales se dese m baraza rán. t itubeo e n hab la r, po r no parecerme de.
coroso: la ad u lación de los ri co s. siendo po bre s; las di fi c ultades y pe nu r ia s que preval ece n e n la educación de
los n iños y e n la neces idad de hace r dinero pa ra la ind ispensable m anutención de los se rv ido re s. llegando a
pe d ir prestado o a nega r la deuda, procurándose de todo y e nt regá ndolo como depós ito a esposas o serv idores
pa ra que lo administ re n; y c uantas cosa s. querido mí o ,
padece n e n. to m o a eso, que son eviden tes. inn ob les y
no es d ign o de menci ona r.
d
-Evidentes incl us ive pa ra u n ciego.
-Pues de todas e sas cosas se de se mbarazarán y lleva rá n u na vida d ichos a, más d ichosa que la de los ven ce dores en los juegos olímpicos.
-¿Cómo?
-Es que és to s son lla mados felices en vi r t ud de una
pequeña pa rt e de lo que co r res po nde a los guardi anes ;
la vic to ria de éstos es más be lla, y má s com p le to el s ustento qu e reciben del e rari o púb lic o, ya que la vict ori a
q ue obt ie ne n cons is te e n la salvaci ón del Estado en te ro ;
y e n luga r de corona son provis tos de a lim e nto y cu a ntas cos as se necesi ta n para vivir ellos y sus hijos; mien., t ras vive n, reci ben hon o re s por pa r te del Est ado, y, t ras
morir , un di gn o en tie r ro.
- Dices algo m uy be llo.
- ¿ Rec ue rda s a hora -dije- q ue a lgu ie n - no sé
q uié n- nos s ac ud ió con el argu me nto de que no hací a4600 mas fel ices a los guar dia nes , y que pudi e ndo po seer todo lo d e los ciudada nos, no po seía n nada ? IS. Nosot r os
co ntest amos que, s i se dab a el ca so, ya volveríamos sobre el tema, pero que po r el mo mento estábamos h acie ndo guardia ne s a los guardia nes y al Es tado como
IS Adim a nt o, e n IV 4 19 a s .
REP ÚBLICA V
27 1
tal lo más feliz po sib le , plasmándolo sin d iri gir la m ir ada hacia la felici dad de una so la clase.
- Rec ue rdo.
- y ahora que la vida de nuestro s a ux iliares a parece
como mejo r y más be lla que la de los vencedo res o límp icos, ¿se ma n ifiest a t al como la vida de los za pa te ro s b
y de los demás a rtesa nos y la b radores ?
- No me pa rece.
-Con todo, es j us to repetir aqu í lo que d ije alll: que
s i un guard iá n intenta se r feli z. de un modo tal que deja
de se r guardián, no se cont ent a rá con este mod o de vid a mesurado y se gu ro que según lo qu e deci mos, es el
mejor, sino que lo so rpre nderá una opinión insensata
e in fa ntil acerca de la felici dad y lo e m pujará a apropia rs e. por poder hacerlo, de todo lo que hay e n el e
Estado; lle gará a da rse cuent a de que Hesíod o era realmente sabio c uando decía que, e n ciert o modo, la mi tad
era má s qu e el tod o 16.
- si acep ta m i co nsejo -c-dijo Gla ucón - , queda rá en
aq uel prime r modo d e vida.
- ¿ Es tá s de acue rdo conm igo , e ntonce s, e n la com un idad de las muje res con los hombres q ue he descrito,
respec to de la ed ucación de los niños y del c uidado de
los demá s ci uda da nos ? ¿ y estás de ac ue r do e n q ue las
m uje res, ya sea que pe r mane zca n e n el país o q ue ma rc he n a la gue r ra, debe n com par tir con los hombres
la vigila nci a y la caza , como los pe rros, viviendo e n d
lo po si b le tod o e n com un ión y en todo se n tido, pu es
obrando así h a rán lo mejor que ca be obrar y no e n contra de la na tu ral eza de la hembra en relación con la
del macho, po r la cual correspo n de na tura lmente a uno
com ulga r con la ot ra ?
- Estoy de acuerdo.
Tm bfljns y lJÚg 40 .
272
DI Á L OGOS
-As!, [o qu e qu eda por deci d ir es si es posible que
se ge ne re esta com un idad ent re los hom b res. corno e ntre los demás a ni males. y de q ué modo es pos ib le.
- Te ha s a nt ici pa do. a l ha bl ar de lo que me estaba
movie nd o a int e rrumpirte.
e
-c-Po rque, en lo concern iente a la gue rra , es evide nte
el modo e n q ue combatirán.
- ¿Cómo ?
- Emprenderán la gue rra juntos. y conduci rá n a ella
a sus hijos cu a ndo estén c reci dos, pa ra que, como lo s
h ijos de los demás artesano s, contemplen los trabajo s
467" qu e deberán hacer una vez a d ult os; y, además de contempla rlos, pre sta r sus se rvicios y s u as istencia en todo
lo referente a la guerra, y auxiliar a sus padre s y mad res. ¿O no te ha s perca tado de lo que sucede en las
distintas art es, donde, por ejemplo. los hijos de los alfare ros pa san la r go tiempo observa ndo y ayudando antes
de poner sus ma nos e n la ce rám ica ?
-Si.
-¿ Y ha n de ocuparse éstos de ins truir a sus hijo s
po r me dio de la e xpe r ienci a y de la observación de la s
cosa s res pect ivas más que los guardianes ?
- Seri a ri dí culo. cier tamente.
- Además, todo a ni mal combate de modo más sobreb s alie nte cuando están p re sentes sus hijos .
- Así es, Sócra tes: Pe ro no es peque ño el peligro d e
qu e en caso de caer. cosa u sua l e n la guerra, al mor ir
con e llos su s hijos, se haga imposi b le al res to del Est ad o rec upera rse.
- Dice s la verdad - re pli qué-; pe ro , e n prime r [u ga r. ¿cons ide ras que só lo se ha de pr oc ur a r no correr
ja más peli gro alguno ?
- De nin gu na ma ne ra.
- y s i a lguna vez han de correr peli gr o, ¿no se r á
c ua ndo, al te ner é xito , llega n a se r mejores?
- Evide n te me nte.
REPÚBLtCA V
273
- ¿Y pie n sa s que tie ne poca import an ci a, y q ue no e
va le la pena corre r el r iesgo, el que ob se rve n lo refere nte a la gue r r a los ni ño s que, cuando se a n homb re s, harán la guer ra?
- No; t iene gran importan ci a con respecto a lo que
dices.
- Debe mos come nzar. po r co ns igu iente, po r hace r a
los ni ños observadores de la gu erra, pe ro ta m bién p roc u ra r les seguridad , y esto esta rá b ien. ¿ no ?
- Si.
- ¿ y no se rán sus padres conocedores de las campañas mili tares y , en cuanto eso cabe a homb re s, q u ien es
podrán juzga r c uáles de éstas en traña n peligros y cuá- d
les no ?
- Es p r ob a ble.
- En ese caso los conducirán a unas y tomarán precaucione s en las otras.
- Cor rec to.
-y no les asignarán, pa ra comanda r-los, gente medi oc re, sino jefes y pedagogos capaces, por su edad y
por su exper ienc ia.
' - Es lo qu e corresponde.
-Pero aú n podremos deci r q ue much as cosas s ucede n a m ucha ge nte e n contra de lo esperado.
-Si , m uchas.
- Pa ra p reven ir tal es cosas, que r ido ami go, es necesario da r a las a los n iñ os de sde te m pran o, de mod o q ue
puedan escapa r vol a ndo cu a ndo sea p reci so.
- ¿Q ué qu ie res decir ?
- Ha y qu e montarlos a ca ballo desde mu y niño s y,
una ve z en se ñados, se los conducirá cabalgando para
que obs e rve n, pero no sob re caballo s de gue r ra ni fogosos , sino lo más veloces y mansos pos ib le; así observará n del modo má s b ello y seguro la t area qu e les es
p ropia y, s i es ne cesario, se po ndrá n a salvo s iguie ndo
a jefes m ayores que ellos.
94. - IR
I
!
274
DI ÁLOG O S
- Creo que hablas co r rec ta mente -dijo Gla ucón.
461la
-Ahora b ien. e n Jo re lativo a la guerra, ¿cómo se
com po r ta rá n los milita res entre s i y fren te a los e nemigas ? ¿ Te parece que es correcto lo que opino ?
- Dime qué es lo que op inas.
'
-El que de ellos abandone s u puesto o a rroje sus
armas ¿ no será conve rt ido, por cau sa de esa vileza. e n
a rtes ano o la b ra dor?
-Com pletame n te de acuerdo.
- y el que es apresado vivo por el ene migo, ¿ no se rá
obse quiado a sus cap tore s como un presente, para que
hagan con s u presa lo que qu ieran ?
b
- Por com p le to ,
- y al qu e se di stinga y sobresalg a por su valent ía.
¿no te parece a t i que deberán co rona rlo durante la campa ña, a ntes que nadie, cada uno de su s camarada s de
armas, jóve ne s y ni ño s, por turno ?
- A m i si.
-¿ Y no le e st recharán la di estra ?
- Ta m bié n eso.
- Pe ro lo que sigue, pie nso, no te pa rece rá ya b ie n .
- ¿Q ué cosa?
- Que bese a cada uno y sea besado por cada uno
de ellos.
- Eso más que to do lo demá s -c-replic ó Glaucón- .
e y a la le y añ ado que, en tanto permanezcan en campaña, nadie se podrá rehusar a que él lo bese, si q uiere;
a fin de que, si por casualidad ama a alg uno, varón o
mu je r, po nga más cel o e n obtener el premio a la valeruta.
- Muy b ien - ase nt í-o Y ya hemos d icho que, para
el bu en guardiá n, se tend rán dispues tas ma yor nú me ro
de bodas que para los de más, y q ue la s ele cci ones d e
és tas se rá n m ás frec ue nte s para con él que pa ra los
demás, pa r a que de él sea de qu ien se enge n dren má s
hij os.
- Lo hemo s dicho.
I
REPUBUCA V
275
%9<1
- Pe ro, ade más, de a cuerdo con Ho me ro, hon raremos
a cuantos de los jóvenes se an buenos, en la s formas d
sig uie ntes. Pu es c ue nta Home ro que, ha biéndose dist inguido Ayante por su val entí a en la guerra lo homenajearon con un lomo en tero de res, en el pensamiento de
que. ése era el homenaj e a propia do para un hombre valiente y en la flor de la vida; con lo cual lo hon raba n
y a la vez acrecentaba n s u fu e r za 11.
-Sumame nte correc to es lo que dices.
- Obedeceremos a Homero, e ntonces, al menos en
esto. Así, p ues, e n los sacr ific ios y e n tod o lo demás,
honrare mos a los buenos guardian es, en la medida que
revelen se r bu enos, co n hi mn os y la s ot ras cos as que
acabamos de menciona r y, ad emás, con s itia les de honor,
carnes y copas llena s 18; pa ra que, a la vez que los ho- e
me najeamos. en trenemos co rporalm ente a los homb res
y mujeres buenos.
-Es lo mej or .
-Sea; y de los que mueren en com bate, aquel que
a l morir sobresa le po r su vale ntía . ¿ no d iremos en prime r luga r que es de la raza de o ro ? 19 .
- Más que cualq uier otro.
-y haremos caso a H esí od o en eso de que, cuando
m ueren hombres de esta raza.
(VOl
se vu elven demonios puros, terrestres,
buenos, apart adores del m al. gua rdianes de hombres de
articulada. " ,
-Sin duda le ha remos caso.
17 cr. ti. VII 32 1·322.
la c r. ¡bid. VIII 16 1·162.
19 Cf. sup ra 11I 41Sa.
;ro Trabaios y txas 122·123. Al cita r de memo ria , Platón sustit uye
el fin al del v. 123, . [gua rd ia nes) de hombres rnortules », por el de los
verso s 109 y 143, «hombres de vor. ar ticulad a •.
'/
276
DIÁLOGOS
- No pod ríamo s hacer de otra ma nera. :
-Inquiriremos a l d ios. pues, s ob re cóm o y con qu é
dist inci ón debe se pulta rse a es tos hombres demoníaco s
v di vinos, y los se pu ltare mos del modo que indiq ue e l
exéget a.
h
- y desde a llí en adela nte cu ida re mos y ve neraremos
sus tu mbas como s i fueran de demonios. Y ob servaremos las mi smas práct ica s cua ndo a lguie n muera de veje z o de c ua lq u ie r otro modo. con c ua n tos e n vida hayan sido juzgados como sobrema ne ra hue no s.
- Es ju sto.
- Ahora bie n; con respe ct o a los enemigos, ¿ qué harán lo s sold ado s?
-¿ En qué a spec to ?
- En pri me r luga r . en lo que co nci e rn e a la es cl av itud. ¿parece justo que los gr iegos escla vice n a Estado s
griegos, o no deberían permitirlo incluso a ningún otr o
e Estad o, y acostu mb rar los a respe tar la r aza griega ,
previni éndose de se r escla viza dos por los bárbaro s ?
- E n tod o senti do im po r ta qu e la respe te n .
-Por consigu iente, no adqu ir irá n ello s mi smos esclavos gr iegos, y acon sejarán a lo s otros griegos procede r así.
- Com pleta me nte de acue rdo - d ijo Gla ucón- . Má s
bien, debe r ían volverse cont ra los bárba ros, y a bs tene r se de com ba t ir e nt re s i.
- ¿Y aca so está bien despoja r a los m uerto s des pué s
d del triunfo, como no se a de las a rm as? ¿ No es para
los cob a rdes un prete xto para no ir al combate, como
s i es tuvi e ran haci endo a lgo nec esario, quedándose e nco rva dos sob re el cad á ve r? Por lo d emás, m uchos ejé rcitos han suc u mb ido por ca u sa de semeja nte rapacidad,
- Asl es.
- ¿ y no c rees que es propio de una cod ici a servi l
el pillaje de un ca dáve r, y qu e e s propio de u na ment e
me zquina y afe m ina da cons ide ra r co mo adversario a l
REP ÚBLICA V
Noso tro s diríamos «gue rra civil».
277
c ue rp o del mue r to, cuando el verdadero e nem igo se ha
vo lado de él y lo q ue ha quedado es sólo aque llo por
medi o de lo cua l com ba tía ? ¿O c rees que los que hace n
esto actúan de modo dife rente a los perros que se e nCurecen co nt ra las piedras que les so n arrojada s, pe ro s in
toca r a q u ie n las lanza ?
- No ha y ni una pequeña d ife renc ia.
- Debe te rmina rs e, e ntonces, con e l des pojo de cadáv eres y con los impedimentos para que éstos sea n rescatados.
- Debe te rmin a rs e , por Ze us .
- Ta m poco he mos de llev ar a los templos la s armas
d e los e ne migos como ofren das vo tívas, sobre tod o las
de lo s ¡,;r jegos, si es que en algo no s p reocupa es tar 470a
en bu en as relacione s con los demás griegos; más bien te meremos qu e sea u na ominosa mácu la llev a r al templo
despoj os de pa ri entes, sa lvo que el dios diga ot ra cosa.
- Es lo más correcto.
- En cua nto al asola m iento de los campos griegos
y del in cend io de sus casas, ¿cómo obrarán los soldados respecto de sus enemigos ?
- Si me revelas tu opini ón , la oiré gu s tosa me nte .
- Pues yo c reo qu e no se deb e hace r ni un a cosa n i
la a ira , sino sólo quita rles la cosecha del año. ¿Quie res ¡,
q ue te di ga qu é es lo que tengo e n vista?
- Cla r o que s í.
- Me pa rece que, a sí como hay dos nom b res para
des ignar, po r un la do, a la gue rra , y, po r ot ro , a la di spu ta in testina, ha y a llí también dos cosas , se gún a spectos diferent es. Las do s cosas a que me re fiero so n, por
una pa rt e, lo familiar y congénere, y, po r otra, lo ajeno
y lo extra nje ro , A la hostilidad con lo familiar se le llama 'dis pu t a intestina ' 21, a la hostilidad con lo ajeno
'g ue r ra' ,
21
T
278
DIÁLOGO S
- No es nad a in a propia do lo que d ice s.
e
- Mira a hora s i es a propiado lo que sig ue. Afi rmo,
en efecto que la raza gr iega es fa milia r y congénere respec to de s i m isma. aj e na y ext ranjera respecto de la
raza bá rbara.
CL III 414e.
- Muy a pro piado.
- Entonces, s i los gr iegos combaten contra los bárbaros y los bá rb aros contra los griegos, di remos qu e
po r nat u ra leza son ene migos, y a esa hos t ilidad la llama remos 'g ue rra' , En ca m b io. cu a ndo combate n griegos contra gr iegos, habrá que decir que por naturalez a
son amigo s y que Grecia e n es te caso est á e nferm a y
ti con di sen siones inte rn a s. y a es a hostilidad la den ominaremos 'd is puta in testina',
- Es toy de acuerdo en conside rarl o as í.
- Ob se rv a a hora. c ua ndo oc urre a lgo de esta ín do le
que he mos convenido en llamar 'd is pu t a intestina', en
la qu e el Es tado se divide en facciones, y cada una d e
és tas devast a los cam pos de la otra e incendia s u s casas, cómo la d ispu ta in test ina parece abominable y n in gu na de las facciones pa t riotas; s i no, no ha b rí a n sometido a su madre y nod riza 12 a ta les es tragos. lo que
e pa rece ra zo nable es que los vencedores q uite n los fr u tos a los ve nci dos, de mod o que pued a pen sa rse qu e
se reconciliarán y no es ta rán combat iendo s iem pre .
- y esa act itud se rá más nobl e que la otra.
- Bien; ¿ no es un Es tado griego el qu e fund as ?
- Necesa ria mente.
-Entonces, ¿los s uyos serán hombres b uenos y
no b les ?
- Por ci erto que si.
- ¿ y no serán hel enófilos, q ue conside rarán co mo
propi a la H élade , y no compar t irán el culto reli gioso
con los demá s griegos?
11
RE PÚB LI CA V
279
-Sin duda .
- Po r lo tan to, cu ando ten gan una de sav en encia co n 411a
griegos , po r se r és tos familiares suyos, la conside rarán
como una di s puta intes t ina y no le darán el nomb re de
'gue r ra'.
-No, en efecto.
- Cons igu ientemen te, liti ga rán co mo quienes ha n de
reco nci liarse.
- Cla ro.
- Ento nc es los enmendarán amis tosament e, s in llega r a cas t iga rlos con la esclavitud o con el exte nninio,
ya que son enmendadores, no en emigos.
-De ese modo, en efecto.
-Por ser gri egos, no dep redarán la H élade ni pren derán fu ego a la s casa s, y no aceptarán que , en c ual qui er Est ado, todos, hombres, muj eres y niños. sea n sus
enemigos, sino qu e sólo son sus enemigos los cu lpab les de la d esa venencia, que siempre son pocos. De ahi b
que no es tarán d ispuestos a asola r territorios do nde la
mayorla son a mi gos, n i a arruinar sus ca sa s, s ino que
llevarán la co nt ie nda ha sta que los cu lpa bles sean forzados a expiar su de lito po r los inocentes qu e s ufre n .
- Es toy de ac uerdo - dijo Glaucón- en que a sí debe n t ra ta r nu estros ci udadanos a sus adversarios, y a
los bárbaros como hoy los griegos se tratan unos a ot ro s.
_ ¿ Estableceremos por esta ley. ento nces, que los
gua rd ianes no deb en asola r los terri tori os ni incendiare
la s cas as ?
- Lo est a blece rem os, y damo s es ta ley po r buena ,
ta l como en los casos anteriores. Pero creo, Sócrates,
que si se te permite segu ir h ab la ndo de estas cosas, jamás te acorda rás de lo que anteriormen te hiciste a un
lado para h ab la r de todo esto: s i es posib le que llegue
a exis t ir ta l org anización po lítica y de qué mod o es po s ible. Por cierto que, s i llegase a exis tir, el Es tado contarí a con to das es as bondades. Y menciono otra s que
"
280
DIA LOGOS
d has omitido: combatirían como lo s mejores contra los
enemigos, y, menos que nadi e, se abandonar ían los unos
a los otros, al recon oce rse y darse los nombres de herman os, padres e hijos ; y, si el sexo femenino se añadiese en las expediciones militares , ya fu era e n la pri me ra
fila o bien ordenado m ás atrás, con el fin de inf und ir
temor al en em igo y de se rvir de r ese rva si es prec iso,
b ien sé que en ese sentido se rían por comple to irresistibles. y veo que ha s om it ido aquellas bondades de que
e dis frutan en paz. Pero yo admito todas ell as y mil ot ras,
s i esa or gan ización po lí tic a llega a e xist ir, por lo qu e
no hables ya más de és ta, sino in tentemos convencernos nos ot ros mi smos de que es posible y cómo es posible, y de spid á mon os del resto.
472 a
- Re pe nt ina me nte - dije- has asaltado mi exposición, s in pe rdonarme qu e di vagar a. Ta l ve z no te da s
c uenta de que, c ua ndo apenas he esquivado las do s pr-imer as olas, ahora me conduces fren te a la te rcera, qu e
es la más gra nde y la más pe ligrosa. Después de que
la hayas vis to y oído, serás más indulgen te conm igo,
po rq ue con razón yo titubeaba y temía exponer e intentar el exa men de un argum ento t an paradój ico .
-Cua ntas más cosas de es a índole digas - replicó
b Glaucón-, menos te librarás de e xponernos de qué
modo es pos ibl e que aquella organ ización política e xista. Habla, pu es, y no pie rdas t iempo.
- Pues bien, an te t odo cab e recordar que llegamos
a este punto indagando qué es la justicia y la inju st ici a.
-cCab e. en efecto, pe r o ¿por qué lo dic es ?
- Por nada. Pe ro , s i descub r imos qué es la ju st ici a,
¿cons ide raremos que en nada debe diferir el varón juse to de ella , sino ser en todo sen t ido de la misma índole
que la justicia , o b ie n nos con te nt a re mos con que" se
ap roxime al máxi mo posib le y participe de ella más que
los demás?
- Con es to nos contentaremos .
R HPÚBLl CA V
281
- Con miras a un paradigma, pues, buscábamos la
justicia misma, y el hombre perfectamen te justo, si podía existir, y lo mismo con la in justicia y el hombre
comp let amen te injusto, para qu e, d iri gien do la mirada
hacia éstos, se nos revel a ran en lo que hace a la felicidad y a la des gracia y nos viéramos con st reñid os a convenir, respecto de no sotros mismos, qu e qu ie n sea más d
se me ja nte a ellos tendr á un destino semejant e al suyo.
No con mi ras a demos trar que es pos ible que lleguen
a existir.
- En est o dices verdad.
- ¿Piens as, acaso, que un pint or que h a re tra tado
como paradigma al hombre más hermoso, habi endo traducido en el cuadro t odos sus rasgos adecuadamente,
es menos bueno porque no puede demostrar qu e semejante homb re pueda ex istir?
- ¡Por Ze us qu e no!
- ¿ y no diremos qu e también nosotros hemos pr oducido en palabras un paradi gma del buen E st ado? e
- Cie r ta m ent e.
- Pu es entonces , ¿p iensas qu e nues tras palabras sobre es to no es tán ta n bien dichas, si no podemos de mo strar que es posible fu ndar un Estado tal como el
que decimos?
- Cla ro que no.
- Por consigu iente, eso es lo cierto; ahora, si, para
compla certe, debo poner celo en demost rar de qué modo y en qu é senti do es pos ib le al máximo, respecto de
tal demostración me has de concede r lo mismo.
- ¿Qué ?
-¿ Se puede poner en prác t ica algo ta l como se di- 473a
ce? ¿O no es acaso que la p raxis, por naturaleza, alc a nza la verdad menos qu e las palabras? Podría parecer
que no, pe ro tú ¿lo concedes o no?
- Lo concedo.
282
DIÁI.OGOS
-No me obligues. e nt once s, a q ue m uestre cómo lo
que desc ri bo con el di sc urso debe realiza rse e n los he c ho s co m p letame nte; pe ro s i lle gamos a se r capaces de
de scubrir cómo se podría fun da r el Estado má s p r óxib moa lo que hemos d icho. debes decir que hemos descu bie rt o 10 que de ma n das: que tale s cosas pued en llega r
a ex istir. ¿ No te conte ntarás s i a rribamos a es o? Po r
mi pa rte me confo rm a ría.
-Yo tamb ién - respo nd ió Glaucón.
- Desp ués de est o , me pa n.-cc q ue hemos de inte ntar
ind a gar y mos trar q ué es lo que ac t ualme n te se hace
m al e n lo s Estados. po r 10 c ual no están gobe rn ados
del modo qu e el nuestro, y con qu é camb ios - los mí ni mo s po s ibles - llega rí a un Estado a est e mo do de c r ganización po lítica: prefe ri bl emen t e con un solo camb io ,
s i no con dos, y, si tampoco así, con el menor número
de ca m bios de menor sign ific ació n.
e
- Com ple tame n te de ac ue rdo .
- Con un solo cambio, c reo, podría most rarse que
se prod uce la tran sform aci ón , a unq ue no sea un ca m bio pequeño ni fáci l, pero pos ible.
-¿ Cuál es?
- He arr iba do a lo que hemos com pa rado con la m ás
grande ola. Sin embargo h ab laré, a u nque , co mo u na o la
de carcajadas, me sumerja sin m ás e n el r id ícu lo y en
el despreci o. Exa min a lo que vaya deci r.
- Habla .
d
- A menos qu e los filósofos reine n e n lo s Est ados ,
o los que a hora son llamados reyes y gobernant es fil osofe n de mod o genu ino y adecuad o, y que coinci da n e n
un a mi sma persona el po de r político y la filo sofía, y
que se p ro híba r igu ro samente q ue ma rchen se pa rada mente por cada uno de est os do s caminos las múlti ple s
natu ral ezas que actualmente h ace n así. no habrá, que ri do Gla u có n, fin de lo s mal es pa ra los Estados ni t a m o
po co, c reo, pa ra el géne ro hum an o; tampoco antes de
REPÚBLICA V
283
eso se p ro duci rá, e n la medida de lo pos ib le, ni verá
la luz del so l. la o rga n ización polít ica q ue a hora aca bamos de des c ri b ir verba lmente . Es to es lo q ue desde hace rato ti tubeo e n decir, po rque veía que e ra un modo
de h abl a r pa radójico; y es difíc il adverti r q ue no hay
otra ma nera de se r feliz, tanto en la vida privada como
e n la pública.
Glaucón e xcl a mó:
\
- iQué pal abras, Sócrate s, qué d iscu rso has dej ado
escapa r ! Des pu és de hablar así , t ienes que pe n sar que
se ha n de ec ha r sobre ti m uc hos hom bre s nada insi gni ñcantes . se quitará n su s ma ntos, por así dec ir lo, y, despojados de ést os, coge rán la pr im era a rma que tengan
a mano, di spuest os a h ace r cualquie r barba ri dad ; de modo que, si no te defie n des con tu a rg umento o esqu ivas
los golpe s, verdaderame nte expiarás t u falta convirtié ndo te e n objet o de burl a.
_ ¿ Y acaso no e res t ú el cu lpab le q,e es t o? - me
qu ejé .
- S í, e hi ce bien. Pero no. te he de abandona r, sino
que te defe nd e ré tanto como pued a ; y lo que puedo es
po ne r buena voluntad y alen ta rte; y ta l vez yo sea más
complacien te que otros pa ra re sponde rt e . Ahora, pue s, b
que es tás provis to de se meja n te ay u da , trata de demostrar a los in c rédu los que es como tú dices.
-Lo he de trata r, puesto que t ú me ofreces una alianza t an import ante. Pu es bien, c reo que se hace nec esario, s i hemos de esqu iva r de algún mod o a los que h as
menci on ado, de termi na r a qu é filó sofos alud imo s c ua ndo nos a t re vi mos a afirma r- que e llos de be n gobe rn a r ,
de mod o que, d ist ingu ié ndolos, pod a mos defendernos,
most ra ndo que a unos corresponde por naturaleza a pli- e
carse a la fllosofía y a l gobie rn o del Est ado , en t a nto
a los demás de jar in cólume la filo sofí a y obedecer al
que mand a .
-Es la hora de de termina rl o.
284
DI ÁLOGO S
-Vamos e ntonc es, s fgueme. si es que de un modo
u otro soy u n gu ía adecu a d o .
--Guíame.
-¿ Debo recorda r le yo o te ac ue rd as tú de que , cuando afinnamos qu e al gu ien ama a lguna cosa, s i hablamos co r rectame n te, de be quedar bie n e n cl a ro qu e no
es tá a ma ndo un a pa rte s í, otra parle no, de s u objeto,
sino que está qu e ri éndolo ín tegro ?
J
- Pa rece qu e me Jo tendrás que recordar, pu es yo
no me doy cue n ta en a bs olu to.
-A otro , no a ti , co nve nd rí a. Gla ucón , deci r lo que
dices. Porque a un varón a mo roso no le conviene olví dar que todos los q ue están e n la flo r de la juven tud
de algú n m od o aguijonean y excitan al amante de los
jóvenes, y parecen tod os dignos de su s c u idados y de
s u ef us ivid ad . ¿O es que obrái s de otro modo con lo s
jóvenes bellos ? S i uno es de nariz c ha ta, es elogiado
por vosotros y llama do 'graci oso '; s i otro es de nariz
e agu ileña, decí s que es 'rea l'; y del q ue la tiene in te rmedi a e n tre la s ot ra s, q ue es ' m uy proporcionada '; que
los morenos se ven 'viriles' y los bla ncos 'h ijos de los
dioses '. ¿Y piensas que esa expresión, 'amaril lo co mo
la miel', es otra cosa que una invenci ón eufemí st ica de
u n a mante qu e disimu la la pali de z de su amado, si éste
es tá e n la flo r de la juventud ? En un a pa la b ra, alegá is
475.1 tod os los prete xtos y e m itís todos los son idos para no
solta r a ninguno de los que est á n e n la pr im avera de
la vida.
- S i qu ieres decir que los amantes ob ran así , tornandome por ejemplo, estoy de acue rdo, e n beneficio del
a rg ume nto .
- y los qu e a ma n el vino, ¿no ves que obran del m ismo modo, saluda ndo todo tipo de vino con cualqu ie r
pretex to?
-Es ci erto.
RE PÚ BLICA V
285
- En cuanto a los que aman los honores, pienso que
percibes que, s i no pueden lle gar a se r generales, son
capita nes . Y s i no son honra dos por los hom b res m ás
gra ndes y más so lem nes, se conte ntan con que los hcn- b
ren hombres más peque ños e in si gnificantes, porq ue de
c ualqu ie r modo de sean q ue se los honre.
- Muy cierto.
- Afir ma ah ora es to , o niégalo: c ua ndo decimos que
una persona es tá ansios a de al go, ¿declara remos que
lo ans ía en forma In te gra? ¿O acaso u na parte sí , una
parte no ?
-En forma Integra.
-y de l aman te de la s a bid uría o fil ósofo , ¿diremos
que no a nhela la sa bi du ri a en parte s i, e n pa rte no, s ino
íntegramen te?
- Es verdad.
- y de aquel que no le gusta estudiar, sobre todo
m ientras es jove n y no c ue nta aún con razón para deci - e
d ir s i eso es ú til o no , no direm os q ue es a mante del
es tudio o q ue es filósofo ", como tampoco del que s ie nte avers ión por los alimentos he mos de decir que tie ne
hambre o que desea a lime nt os, ni q ue es voraz, si no que
es in apetente.
- y hablaremos co r rec ta men t e.
-En c uanto a aque l que e stá rápidame nte d ispuest o
a gus ta r de tod o est ud io y marcha r con alegr ía a apre nde r, s in darse nu nca po r harto, a éste con jus t ici a lo
lla ma remos 'filósofo' .
- Pues en ese caso te ndrás mucha gen te de esa índo- d
le y muy extraña -dijo Glaucón-; en efecto, tod os los
que aman los es pec tácul os con regocijo por aprehen-
21 Nos penn il imos d u plica r la pa la bra ph ilóso phos e l! la traducci ó n, para la mejo r com pr e nsión de s u se nt ido en el co ntexto . En los
demás cas os de palab ras que comie nzan co n phi/o tradu cimos «a ma nte
de-•.
286
Dl Á.LOGO S
de r . me parece a mí , son de es a índole; y aún m ás ins ólitos so n tos que a ma n las a ud iciones. al meno s para
ubicarlos ent re los filósofos , ya que no es tarí an d ispuestos a partici pa r vo lun ta r ia men te de un a d isc u sió n o de
un es tud io serio ; a ntes b ien. co mo si hubiesen a rrenda do s us oídos. recorren las fie stas d ionisiacas para oír
tod os los coros, sin pe r de rse u no , se a e n las ci ud ades.
se a en la s a ldeas. A todos estos a prend ices y ot ro s se( e mejantes. Incluso de artes menore s, ¿llamará s 'filósofos'?
- De n ing ún modo -c- re spondt-e. más b ien ' pa recidos a filósofos ',
- En tonces, ¿a quiéne s llamas 'verdaderamente filósofos' ?
- A quienes am.m el espectáculo de la ver da d .
Bien. pero ¿qué quieres decir con eso?
-De nin gún modo se r ia fácil con otro, pero p ienso
que tú va s a es tar de acue rdo conmigo en es to.
- ¿Qué cosa?
- Que. pues to que lo Be llo e s contrar io de 10 - Feo .
son dos cosas.
1>. '
476<>
- ¡Cla ro !
-y qu e. pu est o q ue son dos. cada uno es ¡uno.
- Ta mb ién eso está claro.
- y el m ismo disc u rso acerca de lo Jus to y de lo
Injus to. de lo Bu eno y de lo Malo y tod a s las Idea s: cada una en s i mi sm a es un a. pero, al prese nta rse por
doqui e r e n co m un ión con las acciones, con los cuer pos
y u na s con otras, cada una a pa rece como múltiple.
- Ha b las co rrec ta mente.
- En es te se n tido. p reci same n te, hago la di stinción,
a pa r tando a aqu ell os qu e acabas de mencionar. am a ntes de es pec tá c u los y de la s a rtes y ho mb res de acci ón ,
b de aq ue llos so b re lo s cuales versa mi di sc urso, que so n
los ún ico s a qu ien es cabri a de nominar correcta men te
'filósofos ' .
- ¿Qué qu ie res decir ?
\
J
c.
,
<., f>
.
... REPUBLICA
-V
287
-Aque llos qu e a man las aud icione s y lo s espec táculos se delei ta n con sonidos be llo s o con colores y figu ras be lla s. y con todo lo que se fa b ri ca co n cosas de
esa indol e; pero su pe nsa miento es in ca paz de d ivisa r
la natu ra le za de lo Bello e n sí y de de le ita r se co n ella .
- Asi es. e n efec to.
-En cam b io. aque llos qu e so n ca paces de avanza r
has ta lo Bello e n s i y contem p la rlo po r sí mi smo. ¿ no
son ra ro s ?
t
- Cie r ta mente.
- Pues b ien; el que cree que hay cosas bellas. pero
no c ree en la Be lleza en si ni es capaz de seguir a l que
conduc e haci a su conocimiento. ¿ te pa rece qu e vive soñando . o de spierto? Exa mina . ¿No consiste el soña r e n
que, ya sea m ientras se duerme o bien cuando se ha
d espertado. se toma lo semeja nt e a algo, no por semejante. sino como aquello a lo cual se asemeja?
-En efec to. yo diría qu e soñar es a lgo de esa índole.
- Vea mo s a hora el caso cont rario: aq ue l q ue est ima ;:-=¡
que hay a lgo Bell o e n s í, y es capaz de m ira r lo ta ntq d
como las cosas que pa rt icipan de él. s in confu ndirlo con
las cosas que pa rticipan de él. n i a él }Xlr es tas cosas
part ici pantes. ¿ te parece que v ive despie r to o so ña ndo?
- Des pie r to, con m ucho.
- ¿ No de no m inare mos correc ta mente a l pe nsamiento de és te, en c ua nto conoce, 'conoc imie nto ', mie ntra s
a l del o t ro . e n c uanto opina , 'o pin ión' ?
-Co mp letamente d e acue rdo.
-¿ y s i a quel de l q ue afirmamos que opina se e ncoler iza co nt ra nu so t ro s y a rguy e que no deci mos la verda d ? ¿No te ndremos q ue apaci gu a rlo y convencerlo de e
que se calme, ocu ltán dole q ue no está sano?
e-Convend r á que así lo hagamos.
- Va mos, pu es, exam ina qué hemos de responde rl e.
¿ O prefie res que lo inte rroguemos ; di ci é ndole qu e, s i
sa be algo, no le t endre mos env idia, sino que no s regocl-
288
DI ÁLOGOS
jarem os de ver que sabe algo? ..Pero dino s: ¿e l que conoce , conoc e a lgo o no co noce nada ? Re spóndeme en lu ga rs uyo.
- Responde ré qu e conoce algo .
477a
-¿ Algo que e s o a lgo q ue no es ?
- Que es; pues, ¿cómo Se podría conoce r lo que no es ?
- Por lo ta nto, tenemos segu r idad e n esto, desde cualqu ier pu nto de vis ta que ob se rvemos: lo que es p le name nte es plena me nte cog nosci ble. m ien tras que lo que
no es no es cognosci b le e n n ingún sentido.
- Con la mayo r segu r idad.
- Sea. Y s i algo se com po r ta de modo t al que es y
no es . ¿ no se si t ua rá ent remedias de Jo que es en form a
pura y de lo qu e no es de ningú n mod o ?
- Ent remed ia s.
-Por co ns iguie nt e, s i el conocim ien to se refiere a
lo q ue es y la ignoran ci a a lo q ue no es, debe rá indagarse qué co sa int e nnedia e ntre el conocim ie nto ci entífico
b y la ignora nci a se refiere a es to in te rmed io, s i es que
hay algo a sí .
- De acuerdo en es to.
- Aho ra b ien , ¿llamamo s a a lgo 'op inión ' ?
- ¡Cla ro!
-¿Es un pod er dist int o que el de l conoc im iento cien tífico, o e l m is mo ?
- Distin to.
- Así pues, la opinión corres ponde a u na cosa y el
co noc im ie n to cient ífico a otra .
- Así es.
- y a l corresponde r por na tu raleza el conoc im ie nto
cient ífic o a lo q ue e s 24, ¿ no conoce cómo es el e nte ?
2'
en general /o ÓI1 por . 10 que es . (r eserv amo s .el
ser. pa ra el ín ll nl tlvo s us tantivado fo d tl tl i). Sólo en f rase s co mo la
que s igue Inm edia tamen te ve rtimos ec l enl e •. pa ra que no pa rezca u n
ju ego d e pa lab ras.
19
REP ÚBLI CA V
28 9
Pero a ntes me pa rece, m ás bien, que de bemos dist ingu ir a lgo.
- ¿Qué?
- Afir ma mos que los pod e res son un gé ne ro de co- e
sas graci as a la s cuales podemos lo q ue pod emos nosotro s y cua lqu ier otra cosa que puede. Por ejem plo, c ue nto
e nt re los pod eres la vis ta y el oído. s i es q ue com pre ndes la especie a que quie r o refe r irme.
-c-St. com prendo.
- Esc u c ha lo que, con respect o a ellos, me pa rece.
No veo e n los podere s, en efe c to , ni colo r ni figu ra ni
na da de esa índole que Ih alla mos e n muchas otras cosas, di r igiendo la m irada a las c uales pu edo dis t in guir
por mi mismo unas de 'otras. En un poder m iro sólo J
a aquello a lo cual está referido y aquello que produce ,
y de ese mo do denomino' a cada uno de ellos 'pode r',
y del que está asignado a lo mismo y produce lo m is mo
cons id ero que es el m ismo pode r, y d istinto el que es tá
a signa do a o tra cosa y produce otra cosa. Y tú ¿cómo
proc edes ?
- Del mi sm o mo do.
- Vo lva mo s atrás, enton ces, m i excelente a migo. ¿ Dices que el conoci m ie nto ci entífico es un pode r. o e n qué
gé ne ro lo ub icas ?
- En ése : es el más vigo ro so de lod os los poderes.
- ¿ Y la o pi n ión es un pod er o la t ra ns fe r iremos a e
otra espe cie?
- De nin gún modo. po rque aquello con lo c ua l po demos op ina r es la opin ió n.
- Pe ro hace apenas u n momento conv ini ste en que
el co noc imi e nto científico y la op in ión no son lo mi smo.
- ¿ y cómo un hom b re e n su sano juici o adm it irí a
que es lo m ismo lo falib le y lo in fa lib le?
- Muy bien - asen tí- o E s manifiest o qu e es ta mos
de ac ue rdo e n que la opinión es distinta del conocimiento 4711u
cie n tl fico .
94. -
h
290
D14.LOGOS
- Sí, d is t inta. .
- Por cons igu ie nte . cada una de es tas cosas, po r te ne r un poder d ist into, está as ignada po r n at u ral eza a
a lgo di stinto.
- Necesariamen te.
- y t al vez el conocimiento ci entífico está por natura leza a sign ado al en te , de modo q ue conozca cómo es .
-Sí.
-La opin ión. en ca mbio. de cimos que o pina .
-Así es.
-¿ y conoce lo mi s mo que el conocim iento cie n lifica? ¿Y lo m is mo será co gnosci b le y opin able , o es im posib le es to ?
- Es im posible -respo ndió Gla ucón - , dado lo q ue
hem os conve nido. Si un distin to poder corres ponde por
n aturaleza a u n objeto distinto, y ambos. opinión y cona ci miento ci ent ífico. son poderes, pero cada u no disti nto del otro, c om o deci mos. de a Jli re su lta que no ha y
luga r a qu e lo cogno scible y lo opinable se a n lo mi sm u .
- Po r lo tanto, si lo que es es cogno scible , 10 op inable será al go distinto de lo qu e es.
- Dis t into, e n efecto.
-¿Se op ina e ntonc es sob re lo que no es, o e s im posib le op in a r sobre lo que no es ? Refl e xiona: aq uel q ue
opina tiene una opinión sob re algo. ¿O acaso es po sibl e
op ina r sin opina r so bre nad a?
- No, es impos ibl e .
-¿No es, más b ie n , que el que opina opina sob re
u na cosa?
- Sí.
- Pero lo que no es no es a lgo, sino nada, si habl a mos rec ta mente.
- Ente ra me nte de acuerdo.
- A lo que no es hemos asignado necesa r ia me nte la
igno ranci a, y a lo qu e es el conoci mie n to .
- y hemos procedido correc ta men te.
En 477a-b.
REPÚBUCA V
291
- En tal caso, no se opina sobre lo qu e es ni sobre
lo q ue no es.
- No, por cierto.
- Por en de , la op inión no es ignorancia ni conocimiento.
- As! pa r ece.
-¿ Es tá e n tonces más allá de a m bos, sobrepasando
a l conocimie nto e n clar idad y a la ignoranci a e n
osc u ridad ?
- Ni u na cosa ni la otra.
- ¿O te parece que la opini ón es más osc ura que el
conoc imi e nto y más cla ra que la igno rancia ?
- Eso s í.
-¿ Yace ent re a m bos ?
d
- SI.
-¿ La opin ión es , pues, inter medi a e ntre uno y otro?
-c.Exac tamente.
-¿ y no di jimos a nte r iormente 2' que, s i se no s aparecia algo que a la vez fuese y no fue se, una cosa de
t al índo le yace ría en tre medio de lo que purame nte es
y d e lo qu e por comp leto no es , y ni le correspondería
el conoci mie nto científico ni la ig norancia, s ino, como
decim os, a lgo q ue parece int ermed io ent re la ignoranci a y el conocim iento científico ?
-c-Correoto.
-Pero se ha mos trado que lo que llamamos 'o pini ón '
es int ermedio entre el los.
- Ha s ido mo st rado.
-Nos queda r ía e n to nc es por descubri r aquello q ue ,
según pa rece, pa rti ci pa de a m bo s, tanto del ser co mo
de l no se r. y a lo que no podemos deno m inar rec t ame nte ni como un o ni co mo otro e n forma pura; de mod o
que, s i a parece, d igamos con ju s tici a q ue es op ina-
JI
292
DIÁ LOG O S
blc , y a signe mos las zo nas e xt re m as a los poderes ex tr emos y las tn rerm cdics a lo inte r me d io. ¿No e s así?
- S í.
479..
- Ad m it id o esto, pod ré deci r q ue me hable y r es po nda aqu e l va liente que no c ree que haya a lgo Be llo e n
sí, ni una Idea de la Be lle za e n s í que se co mporta sie m pre
del m ismo mod o. sino muc has cosas bellas; aquel amante
de es pect á culos que d e ni ng ú n m odo tole ra que se le
d iga que existe lo Be llo ú nic o. Jo Jus to, etc. «Excel e nte
am igo-, le d ire mo s, «de estas múlt iples cos as be llas. ¿ha y
a lgu na que no te pare zca fe a en algú n se nt ido? ¿ Y de
la s ju sta s . a lguna q ue no te pa re zca in justa. y de la s
sa ntas una q ue no te parez ca p ro fana? .
b
- No. nece sariamente las cosas bella s h a n de pa rece r en algún se nt ido fea s. y a sí co mo c ua lq u ier o t ra de
la s que preguntas .
_ ¿ Y la s múlt ip les cosas dobles? ¿Pa re ce n menos la
mitad que e l doble ?
-No .
- y de la s c osas grande s y la s pequeñas, la s liviana s
y las pesa d a s , ¿ las de nomina remos con e stos nombres
que e nu nciam os m á s q ue c on lo s cont ra rios?
- No, ca da u na co nt ie ne siem pre a ambos opue stos .
_ ¿Y cada u na de e stas mu lt iplici dades es lo que se
di ce que es má s b ien que no es? u.
-Esto -seña ló Glaucó n- se pa r ece a los juegos de
palabras co n doble sen ti do q ue se hace n e n lo s b anquee te s, y a la a divina nza in fa nt il del e unuco y de l t iro a l
mu rci é la go, en q ue se da a a div in a r co n q u é le ti ra y
sobre q ué e stá po sando 11. Es tas cosa s tamb ién se pue1. Segu imos a Sborey e n la licencia de subra ya r el - cs . (y el «no
cs . ) de la oración princip al pa ra ayud a r allector a evitar la co nfusión
co n el «eso de la oración de re lat ivo.
17 Según el esc olia sta (GRI!I'.NE;, 235) la adivina nza respectiva pu·
dría ser ést a: «adivina nza: un hombre q ue no e ra hom brel vio y no
viu a un páj aro que no e ra pájll roJ po sado en un leño qu e no era lei\o J
R EPÚBLICA V
293
de n inte rp r e ta r e n dob le se ntido, y no e s pos ib le concebirl a s con fi rme za co rno siendo ni co mo no s iendo, ni
a m bas a la vez o ninguna de ell as.
-¿ Sa be s entonces qué ha ce r c o n ta les cosas - p re ·
gu nt é-, o la s u bi c ará s e n u n s it io mejor q ue e nt re la
realidad y e l no se r ? En efecto, n i a pa recerán s in duda
m á s o sc uras q ue e l no ser como para no se r
m enos aú n, ni má s lu m inosa s que el se r como pa ra ser d
más a ú n.
- Es m uy cierto.
-Por co ns iguie n te , hemos descubie r to q ue la s múlt iples c r ee nci as d e la m ultitud ac erca de lo bello y dem á s cosa s están como rodando en un terre no intermed io entre lo q ue no e s y 10 que es en forma pura .
- lo hemos descubierto.
h cmos
a nte riormente en que, s i a pare cta algo de e sa ín dole, no se debe rí a de c ir que es cognosci b le sino opina b le y, va gand o en territorio intermedi o, e s detectab le por el pode r int erme dio.
-Lo hemos co nve nido.
-En t al caso, de aquellos q ue contem p la n la s mú lt i- e
p ies cosa s b ell a s, pero no ven lo Be llo e n s i ni so n ca paces de segu ir a otro q ue los conduzca ha ci a é l, o ve n
m ú lti ple s c osas justa s pero no lo Jus to e n s i, y a si co n
todo, diremos que opina n acerca de tod o pe ro no co nocen nada de aquello sob re lo q ue op inan.
- Ne ces a ri a m e nte.
- ¿Qué d iremos , e n c ambio, de los que co ntem pla n
la s co sas e n sí y q ue se co m por t a n siem pre de l m ismo
modo, sino que co nocen, y que no opinan?
- Ta m b ié n es necesar io esto.
le arrojó y no le al roj ó una piedra qu e no er a pledra-. Las pa labras
cla ves son <eu nuco », «m urciélago ». «ca na ., «pied ra
con las
q ue J:C reco nst ruye n la so luci ón: «un eu nuc o vio imp e rfe ctament e un
posado en un a caña y le a r roj ó. sin acertarle. un a pi ed ra
pe r nea ».
294
lHÁL OG OS
- ¿ y no añadiremos que éstos dan la b ienv e nida y
4S0a aman aquellas cosas de la s cuales ha y co noci m ie nto y
aquéllos las cosas de las que hay opini ón ? ¿0 no nos
acordamos de que decíamos que tales hombres aman
y contemplan bellos so nidos , colores, e tc. pe ro no toleran qu e se considere como ex istente lo Bello en sí?
- Sí, lo reco r daremos.
- ¿ y comete re m os una ofe nsa si los de nomina mo s
'amantes de la opi ni ón ' m ás bien qu e 'filós ofos '? ¿Y se
encolerizarán m uc ho con no so t r os s i habla mos así ?
- No, al menos si me h acen caso; pu est o que no es
licito encole ri zarse con la verdad.
- En ton ces ha de llamarse 'filó sofos ' a los que dan
la bienve nida a cada una de las cosas que son e n sí,
y no 'ama ntes de la opinión ' ,
- Com p le ta men te de acu erdo .
VI
- Qué son los filós ofos y qu é los n o-filósofos 484"
- pro segu í- : esto es , Glaucón, lo que se nos ha mo st rado a través de la desc ripción efec tuada en un d iscurso
ex te ns o y de algu na m an e ra fatigoso.
- Tal vez no habría sido fácil a t ra vés de uno b re ve.
- Pa rece que no; y c reo que s e nos h a brí a revelado
mejor a ún si hubiésemos te n id o que ha bla r acerca de
eso sólo, y n o t ener que entrar a det alla r la s muchas
cosas qu e quedan p ara advertir en qu é se diferencia la
b
vid a del ju s to de la de l injusto.
- ¿Qué es, pues, lo que viene desp ués de eso?
-c-Ningu na ot r a cosa sino la que le sigue en or de n:
puesto que so n filósofos los qu e pueden alcanzar lo que
se compo r ta siempre e idé nticamente del mismo modo,
mientras no son filósofos los in c ap aces de eso, que, en
cambio, deambu la n en la multiplicidad abigarrada,
¿qu iénes de ellos deben ser jefes de E st ado ?
- ¿Cómo podrí amos responder algo razonabl e ?
- A los que de ellos se revelan ca paces de vigila r la s
le yes y costumbres del Estado, a és os ins titu iremos
como guardianes.
e
- Cor recto .
- He aquí al go qu e es cl a ro: si el guardiá n que cus todi a lo qu e sea debe ser ciego o de vista ag ud a.
296
Dl Ál. OGOS
- ¿ y cómo no ha de se r cla ro?
- Pues b ien. ¿crees que d ifieren e n al go de los ciegos los que están rea lm en te p riv ad os del conocimiento
de lo que es ca rla cosa, y no ti enen en el alma un parad igm a ma n ifies to, ni so n ca paces, co mo un pintor . de
d iri gir la mi rada haci a lo más verdadero y. rerniti éndod se a e llo s in cesar, co ntemp la do con la mayor pre cis ión
po s ible, de modo de im pla nta r tam b ién aq uí las regla s
conc ern ien tes a lo bello , a lo ju sto. a lo b ue no, s i ha y
aún que im pla nta rl a s. o , s i ya están estableci das. prese rva rlas con s u vig ila ncia?
- ¡Por Ze u s que no difiere n e n mucho!
- ¿Ins titu iremo s a éstos como guar d ia nes más bien
q ue a aquellos que, co noc ien do lo que es ca da cosa , no
les falt a en c ua nt o a experiencia nada re specto de éstos, ni ta m poco les van a la za ga en cuant o a la excele ncia e n ni nguno de su s aspe ctos ?
- Se ri a a bsurdo - dijo Gla ucón- escoge r a otros, s i
no les fa lt a nada en las resta n tes cosas, ya qu e los
sobrepasan e n c ua nto a lo que es prác ti ca me nte m ás
Im po rtante , como el conocim iento de lo que es cada
cos a.
485..
- y lo que t en e mos q ue decir a ho ra es de q ué mod o
po d rá n alcanzar las res tantes cosas a la vez que la
pr inc ipal.
-c-Com pleta rne nte de ac ue rdo .
- Como decía mo s a l come nza r esta a rgume n ta ción,
e n pr ime r lu ga r es necesa rio a p re he nde r su na t u ra leza ;
y pien so que, s i nos ponemos de acue rdo suficien te me nte sob re ell a, conco rda re mos tamb ién en que tajes hombre s pued en alcanzar es as cosas , y e n que no deb en se r
ot ro s que éstos los jef es de Est ado.
-¿ De qu é mo do ?
- H emos de conveni r - afi rm é- , con respecto a las
b natura lezas de los filósofos, que siem pre a man aq u el
es tudio qu e les hace paten te la reali dad siem pr e ex is -
REPÚB LIC A VI
297
te nte y q ue no deambula someti da a la gene ración y
a la corrupción.
- Co nve ngá mos lo.
_ y además que la aman ínt egra, s in rec haza r pa r te
a lguna de ella , se a pequeña o gra nde, má s hon ora ble
o más desprecia ble, tul como ant erio rmente desc ri bimos
re s pec to de los que am a n los hono res y de los e na mo rados.
- Uablas cor rec t a me nte.
-c-Des pué s de eso examina s i los que ha n de se r e
tal como decimos c ue ntan en su natu raleza con algo
má s.
-¿ Qué cosa?
- La veracidad y la no admis ió n volu nt aria de la Ialseda d, el odio a és ta y la inclinación a la verdad.
- Probablemen te.
- No sólo es probable, querido a m igo, sino tambié n
com ple ta mente necesario que qu ien es a mo roso po r na turaleza a me a todo lo que es con géne re y empa re ntado
con las cosas qu e a m a.
- Cor recto.
- Pues bi en : ¿ha lla rás algo má s e m pa re n tado con la
sa b idu r ía que la ver da d ?
- Cla ro que no.
- En ta l caso, ¿puede una m is ma na turaleza filosofar y a mar a la falsedad ?
d
- De nin gún modo.
- Por cons iguien te, es nece sa ri o que el que a ma ve rdad e rame nt e a pre nder aspire desd e m uy te m prano a la
ve rd ad Inte gra.
- Abs olu t ame nte.
- Pe ro a demás sabe mos que, c uando a al guien lo
a rras t ran fu e rtemen te los dese os haci a una sola cosa,
se le tornan más débiles la s demá s, como un a corriente
que es ca nalizada hacia alli.
- Es cierto.
298
DIÁLOGO S
- Y e n aque l e n qu e ha n flu id o los dese os haci a el
conoci mie nto, y haci a todo lo d e es a índo le, éstos concierne n al pla ce r de l a lma mi sm a y po r s í m isma y a bane don a n los place res cor po rales. s i es q ue ha de se r filósofo ve rd ade rame nt e y no de modo a rt ifici al.
- Com ple ta me nte necesario.
-Un hom b re semejante se rá mo derado y de ningú n
modo a man te de las r ique za s, p ues las cosas por las
c uales se po ne ce lo e n conseguir las r iq ue zas. con tod o
su derroc he. hace n qu e a él me no s que a n ingún otro
conve nga esforza rse en ob te ne rl as .
- Así es.
486a
- y aún hay qu e examinar lo s iguien te. si va s a
disce rnir" la naturaleza de l fil ósofo de la de l que no
lo es.
- ¿Qué cosa?
-Que no se te oculte nad a q ue tenga parte en lo
se rvi l: porque la mezquindad es, s in du da , lo más opuesto a u n a lma que haya de su sp ira r sie m pre por la totalí d ad integra de lo d ivi no y lo hu mano.
- Una gran verd ad.
- y aquel espíritu al qu e cor respo nde la contem pla ció n sublime del tiempo todo y de tod a la realidad. ¿piensas qu e puede c ree r q ue la vida humana es gra n cosa?
- Es impos ible.
b
- ¿Y acaso se mej a nte hom b re cons ide rará qu e la
mu e r te es a lgo temib le ?
- N i e n lo más rntnimo.
-c-En to nce s, a u na n atu ra le za coba rde y se rv il no le
cor responde lomar pa rte, segú n p a rece, en una ve rd a .
de ra filosofía .
-Creo que no.
- En cuanto al var ón ordenado qu e no a ma las r ique xas y no e s se rv il n i jactancios o n i cobar de , ¿pue de
llega r a ser dific il de tra t a r o in ju sto ?
- No.
RE PÚBLI CA VI
299
- Ta m b ién es to: al ob se rva r el a lma de l filósofo y
la del que no lo es. e xam ina si ya desde te m pra no es
jus ta y ma ns a, o insoc ia ble y s a lvaje.
-c-Com ple t ame nte de ac uerdo.
e- Pe ro pie nso qu e ta m poco dejarás de lado lo s i- e
guie nt e.
- ¿Qué cosa ?
- Si a prende fácilmente o con d ific ultad . ¿O espe ras
qu e alguna vez a lgu ien pu ede q uerer como es deb ido
lo que hace , s i al h ace rlo se mo rtifica y pe nosame n te
a lcanza ma gros re su lt ados ?
-No.
-y s i no pud iera retener nada de lo que a prend ió,
olvid á ndose de todo, ¿serí a po sible que no quedara
vacío de co noc im ien tos?
- No se ri a posible .
_y si t rabaj a en vano. ¿no piensas que necesa r-iamente term ina r é po r odiarse a sí mism o y a se mejan te
t rab ajo ?
-¡Cla ro!
- Por cons igu ie nte. no debe mos adm itir el alma d
olvidad iza ent re las debi da me nte fi losóficas. s ino que
hemos de b u scar una dotada de b uena me mor ia .
e-Com p let a me nte de ac ue rdo .
_ ¿ Y no d iríamos menos que la nat u ra leza que es
ext ra ña a la Musa y a la buena forma no em puja ha cia
ningun a ot ra parte q ue a la desmesu ra ?
- Sin d uda .
-¿ Pero la ve rd ad es con gé ne re de la desm esura o
de la m es u ra ?
- De la mesu ra.
- Busca remos, por cons igu iente, un esp íritu que, adem ás de las ot ras cua lidades , es té na t ura lmente dot ado
de mesu ra y gracia y qu e, por su propia nat u raleza, se
deje gu iar fáci lmente h acia el aspecto de lo que es cada
cosa.
300
D IÁ LOGOS
-No podr ía ser de ot ro mod o .
e
- Bien. ¿ Y no c rees que estas cualidade s q ue he mos
desc rito son necesarias y se sigu e n una de otra para
el a lma que va a aprehender de modo s uficien teme nte
perfec to lo que es ?
487"
- Sí. son necesarias al máximo .
- ¿ Has de censu rar entonce s a una ocupación que
no se puede pract icar como es deb ido si no se est á por
na turaleza dotado de memoria, faci lidad pa ra a prender.
grandeza de esp íritu y de gracia y no se es am igo y co ngénere de la verdad. de la justici a, de la va le ntía y de
la mo de ración?
- No, n i Momo ' cens u ra ría algo por el estilo.
-¿ y no es sólo a estos hombres, una vez perfecci onados po r la educación y por la edad, que encome ndarás el Es ta rlo ?
b
En ese pu nto intervino Adimanto.
-c-Nad ¡e, oh Sócrates - d ijo-, po dría contradecirte.
Pe ro a lo s que esc uchan en cada ocasión lo que dices
les pasan cosas como és ta: es ti man q ue es por su in experiencia e n interrogar y res po nder po r lo q ue son de svia do s un poco po r ob ra del a rgumento en cada pregunta, y. a l ac u m u la rse al fina l de la d iscusión es tos pequeño s de svíos, el error llega a se r gra nde y a parece contradiciendo lo primero que se d ijo. y así como en el
juego de fichas los expertos t erminan por bloquear
1; a los inexpertos. que no tiene n d ón de moverse
así tarnellos aca ba n po r quedar b loqueados. s in ;ener qué
decir. por obra de este ot ro juego de fichas que no se
juega con gu ija rros sino con pal abras, au nq ue la ve rdad no gane más de ese mod o ' . Digo es to mirando a l
caso presen te; pues ahora podr ía deci rse q ue de pa la.
bra no se puede contradeci r te en cada cosa q ue p regunMomo era el dio s de l reproche, la censura y la bur la.
ef . not a 7 a l lib ro L
REPÚ BLIC A VI
30 1
tasopero qu e en los hec hos se ve que cuantos se abocan
a la fi losofía, no adh ir iéndose s impleme nte a ella con
miras a estar educados comple ta mente y a bandonándo la sien do aún jóvenes. sino prosiguiendo e n su ejer- d
cicio largo t iempo, en su mayoría se convie r te n e n individuos ex traños, por no decir de p ra vados, y los que pa rece n má s to le rab les. no obstante, por ob ra de esta
ocupación que tú elogias, se vue lven inútiles para los
Es tados.
y una vez que lo escuché, di je:
- ¿ Y pie nsas q ue los que habla n as í m iente n ?
-No sé, pe ro con gus to oiría tu oprr uon.
- O irí as, pues, q ue me parece q ue dicen la ve rdad .
-¿ Cómo, e ntonces, ha de es t ar bien di cho qu e no e
ce sa rá n los m ales para los Estados antes de qu e e n ellos
gob iernen los fi lós ofos. c ua ndo venimos a reconocer que
les son inútiles ?
- Para contesta r la pregunt a que haces nece sito de
u na comp a ración.
- ¡Y cl aro. tú no acostu m bras. c reo. a ha b la r con
im ágenes!
- Bue no, te burl as t ras ha be rme a rrojado e n un asunto dificil de de mostrar . Escucha a hora la im age n, para 4880
qu e pueda s ver cu á nto me cues ta hacer un a com pa r ación. Tan c ru el es el trato que los Estados infligen a
los hombres más razonab les. que no ha y ni ngú n otro
individuo que padezca algo se mej a nte. Por eso, para poder com pararlos y defende rl os, d eben reunirse m uchas
cosas. a la manera e n que los p intores me zclan pa ra
re t ra ta r cie rvos-cab r íos y otros de esa índole. Im agín ate qu e respecto de muc has naves o bien de una sola
sucede es to: hay un pa t ró n, más a lto y más fuerte que
todos los que es tá n en ella, pe ro algo sordo, del mismo b
modo cor t o de vist a y ot ro tan to de con oci mientos náuticos, mie ntras los mar ineros es tán en di sputa sob re el
gobierno de la nave, cada uno pensando qu e debe pilotar
302
D IÁLO GOS
él, au nqu e jamás haya a p re ndido el a r te del timonel y
no pu eda mos tr a r cu á l fue s u maest ro ni el tiempo en
que lo a pre nd ió; declara ndo. además, que no es un a rte
qu e pueda e nseñarse, e in cl uso está n dis pues tos a des e c ua rt iza r a l q ue d iga qu e se puede e ns eñar; s e a montonan s iem p re e n de r redor del patrón de la na ve, rog á ndole y ha ciendo todo lo po s ib le pa ra que les ce da el timón . Y en ocasiones. s i no lo persuaden e llos y ot ros
s i, mat a n a és tos y los a r rojan po r la borda. e n c ua n to
al nob le pat rón , 10 e ncade na n por medio de la ma nd rá go ra, de la e m br iag uez o cualqu ier o tra cosa y se pon e n
a goberna r la na ve. ec ha ndo ma no a todo lo que ha y
en ella y. tras beber y cel e brar. na vegan del modo q ue
es p ro ba ble ha gan semejantes individuos; y además de
d eso a laban y denominan ' na vegador ', ' piloto'y 'entendí do en náu tica' al que sea hábil para ayu darlos a gobernar la nave. pe rsuadiendo u obliga ndo al patrón en t an to que al q ue no sea há bil pa ra eso lo ce ns u ran como
in útil. No pe rciben que el verdadero piloto 'necesariamen te p res ta a tención al momento de l a ño. a las e sta ci on es. al cielo. a los astros. a los vientos y a c ua ntas
cosas concie rn e n a s u a r te, s i es que real me nt e ha de
se r sob e rano de su na ve ; y, respecto de cómo p ilot a ." con el consentim ient o de ot ros o s in él. pie ns a n que no
es posible adqu irir el a rte del ti mo nel ni e n cuanto a
conoci m ie ntos téc nico s ni e n c ua nto a la prác tica. S i
s ucede n tal es cosas e n la nave. ¿no est imas qu e el ve rdade ro pilot o se rá lla mad o 'o bse rv ador de las cosas que
489 a están e n lo alto ', 'c harla tá n' e ' inú til ' por los t r ipulantes de un a na ve en tal est ado ?
- Cie r ta mente -crespo ndió Adimanto .
- y no pienso que debas e sc rutar m uc ho la compa rac ión para ver que t al pa rece se r la di sposición de los
Es tados haci a los ve rd ade ro s filó sofos , ya qu e en t iendes 10 que di go.
- Así es .
KE PÚHUCA V I
303
- Por lo ta nto, ha s de ens eñar la im agen a aquel que
se asombraba de qu e los filósofos no sean hon rad os e n
los Es tados, e in te n ta convence rlo de qu e mu c ho más b
asombroso se ri a que los honrasen.
- Se la e nseña ré.
_ y ta m b ién convé ncelo de que d ice la verdad al afi rma r q ue los filósofos más razonab les son inú t iles a la
m uc hedu mbre, pe ro cx hó rta lo a qu e eche la c u lpa de
eso no a los hom bres razo nables si no a q u ienes no rec urre n a ellos. Porque no es acor de a la na turaleza que
e l pilot o ruegue a los mari neros que se deje n goberna r
po r él, n i q ue los sabio s acu dan a las pue r tas de los
r icos. Miente aquel q ue id ee t al in geniosi dad . Lo que
ve rdaderamente corresponde por naturaleza al enfermo
-sea rico O po bre- es que vaya a las puertas de los e
médicos, y a todo el que t iene necesidad de ser gobernad o ir a las puertas del que es capaz de gobe rn ar. no
que el que gob ie rna ruegue a los gobe rnados para pode r gobernar. si su go bie rno es ve r dade ramen te provec hoso. Pero s i compa ras a los politi cos que actualme nte
gob ie rnan con los ma r ine ro s de qu e acab a mos de habla r. y a los que aquéllos decía n 'inú t iles ' y 'cha rl a ta nes
de las cosa s que está n e n lo alto' con los ver dade ros
p ilo tos, no te equ ivoca r ás.
- Cor recto.
- De aqu l y e n estas circuns ta ncia s no es fáci l que
la oc u pa ci ó n más e xcel e nte sea te n ida e n a lta es t ima
por los q ue se ejercita n en se nt ido con t rario; pe ro la d
ma yo r ca lu m n ia y la más violen t a haci a la m asona sobreviene por obra de qu ienes dicen ocupa r se de ella,
y que, según lo que a fir mas , hacen decir al qu e acu sa
a la filo sofia que la m ay oría de los qu e se oc upa n de
ella son depra vados, y que los m ás razon ab les son inú tiles, cosa e n que yo convine cont igo que e ra verdade ra .
- Sí.
304
DIÁLOG OS
-¿ He mos expu est o ento nces la causa d e la inu tili da d de los filós o fos razonables ?
- Por cie rto que si.
- ¿Qu ie res que , a cont in uación de esto, e xpongamo s
que es forzos a la pe r ve rs i ón de la ma yo r parte de ello s .
y que t ra te mos de most rar, e n c u a nto nos sea po s ible.
., qu e la cu lpa no es de la fllo soña ?
- Com p le ta men te de acuerdo.
- Ahora hable mos y oiga mos recordando aquel pun to e n qu e desc r ibíamos cómo de be se r neces aria me nte
la nat u raleza del q ue va a se r u n homb re de real va lía.
-l9Oa Si lo recue rdas, e n primer lu gar, de bía se r conducido
por la verdad, a la c u al te nía que buscar po r todo s la dos y e n tod o se n t ido. sa lvo que fue ra un impostor que
no tuviera parte al guna e n la ve r dade ra fi losofía.
- Asl era, en ef ect o. lo que decíamos.
- ¿ y no es es o com ple ta men te contrario a la opinión
qu e generalme nte se t iene de el?
-Sin duda .
- ¿ y no no s defende re mos razon ab lemente s i deci mos que el que a ma realmente a prender es a pto por
e nat uraleza para asp irar a accede r a lo que es, y no se
queda en cada multi plicidad de cosas de la s que se opina que son, s ino q ue a va nza s in de sfa llecer ni de sist ir
de su a mor a nt es de alca nz a r la natura le za de lo qu e
es cada co sa , alca nzá ndola con la pa rt e de l a lma que .
correspon de a esto (y es la pa rt e a fín la q ue co r respo nde ),
po r medio de la c ual se a p ro xim a a lo qu e rea lmente
es )' se fu nde co n esto , e ngendrando inteli genci a y
ve rd ad, y ob t iene co noci m iento, nu t r ición y ver da dera vida, cesa ndo entonces sus do lo res de pa rto, no
antes ?
-Sería la defen sa m ás ra zon a ble.
- Bie n; ¿y será parte de s u naturaleza amar la menti ra , o, tod o 10 cont ra r io, od ia rla ?
- Odia r la .
e
R EP ÚB LICA VI
305
- Pe r o s i la ver d ad es la qu e lo cond uce, pie nso , no
pod re mos deci r que la sigue un coro de males.
- ¡Cla ro q ue no !
- Más bi en dire mos que la s igue un ca rá c te r sa no
y just o, al c ual se acop la también la mode raci ón .
- y lo d iremos correctame nte.
-¿ Qué nece sidad ha y e n to nces de po ne r e n el orden
fo rzo so . nue va me nte desde el principi o, el re s to del coro correspondien te a un a lma filo sófica ? Recue rda q ue
e ncont ramos que le co nve nía la va lentía , la fa cilidad de
a pre nde r, la memoria; y c uanto ob jetas te que cualquie ra
se ve ría Forzado a estar de acuerdo e n lo q ue decíamos, d
pero que, s i dejáb amos de lado las pa lab ras y dirigí amo s la mi rada a la gente sobre la que versaba el di sc urso, podría decirse que se ve qu e de ellos u nos son inúti le s }' la mayoría pe rve rsos de toda perversión ; hemos
a rribado ahora, en el examen de la causa de esta calumnia , a la pregu nta de por qué la ma yorí a sao perversos; y es en vista a eso que retomamos nu evamen te la
t a rea de delimita r la naturaleza de los ve rdaderos fil ósofos.
- Así es.
e
- Debe mos e ntonc es observa r la corrupcron de semejante na tu rale za ta l como se p roduce e n la mayo rí a,
y a la qu e esc a pan pocos, los c uale s no son lla mados
'pe r versos' sino ' in ú til es '; y, después de eso, ob se r var
c uá l es la natu raleza de la s a lmas q ue im itan la na turale za filosófica )' se abocan a tal oc u paci ón, a r r ib a ndo 49 1a
a u na ocu pació n que las s ob re pasa y de la qu e no so n
d ignas, po r lo c u al comete n eq ui voc aciones por doquier
y as í por doq u ie r y e ntre tod os los de más hom b res endosan a la filosofía la repu taci ón de la qu e ha blas.
-¿ A qu é cl ase de cor rupción te refi ere s ?
- Tra t a ré de ex plic árte lo, s i soy capaz de ello, Pien so que todos estarán de acuerdo en est e punto: una na tura leza de ta l índole, do tada de to do cu a nto acaba mos
94. _ 20
306
DIÁLOGOS
b de p rescri bir a qu ie n haya de co nve r tirse completame nte en un filósofo, su rg e pocas vec es entre los hombres
y en pequeño número. ¿N o p iensas as í ?
- ¡Cla r o que s í!
- Exa m ina ahora c u án t as cosas y de qué magni t ud
llevan a es tos pocos a su pe rdic ión.
- ¿Cu áles ?
- Lo más a somb roso de escuchar es que cada u na
de las cu alidades que he mos elog ia do en su naturaleza
corro mp en al alma filo sófica que las po se e y la arrancan de la fi¡osa fía. Me refiero a la va lentía, a la moderación y todo lo demás que hemos des cri to.
- Resu lt a insólito al oírlo.
- Má s aú n ; to do s los llamados 'b ienes' co rrompen
e
al alma y la arrancan de la filosofía: la belleza, la riqueza, la fu er za corpora l, las conex ione s políticas influy entes y todo lo afín a es tas cosas. Ya cuen t as con un a
pauta de aquello a lo que me r efiero.
- Sí, aunque con gusto esc uc harí a una exposi ci ón
más minucios a .
- Ap re hé nde lo ent onces correctame nte de modo gene ral, y te re sultará luminoso y dejarán de parecerte
insóli tas las cosas que he dicho.
- No entiendo qué es 10 qu e me pides.
d
- Toda se milla ve getal o retoñ o anima l, si no encuentra el alimento, la estación y el lu ga r que conviene en
cada caso , sabemos que, cu a nt o má s fuerte, ta nto más
sufr e la falta de 10 que requie re: pues sin du da lo malo
es má s opu es to a lo bueno que a lo no bueno.
- ¿Cóm o no habría de se r así?
- H ay razón, e nto nc es , p ien so, en que la m ejor natu raleza, some tida a una nutrición que no le co rresponde ,
salga peor pa rada que una medioc re .
- Sí, hay razón en ello.
- Diga mos, por consigu ien te, Adimanto, qu e la s a lmas bien dotadas, si tropiezan con una mala educación,
e
REPÚBLICA VI
307
se vuelven es pecialmen te mala s. ¿O pien sa s acaso que
los mayores delitos y la más ex trema malda d provienen
de una natural eza mediocre, y n o de una vigorosa que
ha s ido corrom pida por la nu tri ción, y q ue la na tu raleza débil es alguna vez ca usa de gra ndes bienes o grandes males ?
- No; es así como dices.
- En conse cuenci a, si la na turaleza filosóf ica que no - 492a
sotros planteáb amos se enc ue nt ra con la e nseñanza ad ecuada es nec es ario que crezca ha sta accede r ín tegramente a la excelencia; pero si t ras se r sembrada y p la ntada
crece en un s it io inadecuado, será todo lo contrario,
a menos que algún dios acuda en su a uxilio. ¿O tú crees
lo que la mayoría, a saber, que hay algunos jóv enes cor romp idos por sofis t as y algunos sofist as que cor rompe n privadamente de mod o d igno de menc ión, y no que
quien es d ice n t ale s cos as son ellos m ismos los m ás
grandes sofi s tas, qu e educan de la manera más comple- b
ta y conf or man a su a ntojo ta nt o a jóvene s como a a nci anos, a h ombres como a m uj eres?
- ¿ y cuándo su cede eso ?
- Cua n do la m ulti tud se sienta junt a, ap i ñada e n la
asamb lea, en los tribunales, en los te a tro s y cam pamentos o e n c u al qu ier otra reuni ón públic a, y tum ultuosamente ce n su ra algun as pa labras o hechos y elogia otras,
excediéndose en cada caso y da ndo gritos y a plau diendo.
de lo cual h acen eco las pie dras y el luga r en que se e
hall a n, du pli cando el fr agor de la censura y del elogio.
En semejan te caso, ¿cuál p iensas que se rá su án imo.
por así decirlo? ¿Q ué educación privada re s istirá a ello
sin cae r a nonadada po r se mejante censura o elogio y
sin ser a r rastrada por la corrient e hasta donde és ta la
lleve, de mod o que term ine d ici endo que son bellas o
feas , las mismas cosas qu e aq uéllos dicen, así corno ocupá ndose de lo mismo que ellos y s iendo de su misma
índol e?
308
DIÁLOG OS
d
- Es de toda necesi dad , Sócra tes.
- Pe r o no hem os hab lad o a ún de la ma yor coacción.
-¿Cuál es ?
- Aqu e lla q ue im po ne n estos educado res y sofistas
s i no pue de n persuad ir con pala b ras. ¿O no sabes que
al que no puede n conven cer lo cas t iga n con pr ivación
de de recho s po líticos. m ultas y pe na de m uer te ?
- ¡Cla ro que lo sé !
- ¿Y qu é otro sofis ta y qu é discursos p rivados opu estos a ello s piensas que podrán aspirar a p re va lecer?
..
- Pienso que ninguno.
-e-Cíe r ta mc m e qu e no, ya que el inte nta r lo es pura
locura. Pu es no hay ni ha habido ni ha brá un carácter
d iferente en cuanto a excelencia que haya sido educado
con una educaci ón d iferente a la de ellos. Ha b lo de un
ca rác ter humano, amigo mio, ya que del divino hay que
descartar la mención, como dice e l proverbio. Debes sabe r b ien, e n efec to, q ue , si a lgo se salva y llega a se r
49l.:1 como se debe , en la act ual co nstituci ón de la organización polít ica, no ha b la rás mal s i dices que se salva po r
una intervención d ivin a .
- Creo que no es de otro modo.
- J uzga a ú n, ade más de esas cosas, la s igu ien te.
-¿ Qué cosa?
- Cada uno de los q ue po r u n sa lario ed ucan privada me nte ', a lo s c ua les aq uéllos llaman 's ofistas' y t ienen po r s us com pe t ido res, no e nse ña n o tra cosa que las
convicciones qu e la mult it ud se forja cua ndo se congrega, y a lo cual los so fis tas denominan 's a b idu rí a'. Es
como s i al gu ien, pues to a cria r a una besti a grande y
1 Es d ifld l ofrece r una t rad ucció n que dé la idea exacta de lo que
Platón tien e en me nte co n esta expresión. No c rit ica. cie rt a mente, la
educac ión pr ivada, ya q ue la Acad em ia m isma e ra pri vada; má s bien
ha y aq uí un a co ntra posició n lmplicita e ntre beneficio privad o y bien
común, e n la cua l lo pri me ro es equ ipa rado al luc ro .
REPÚB LICA VI
309
fue rte, conocie ra sus im pulsos y deseos, cómo de bería b
acerc ársele y cómo toca rl a, c u á ndo y po r qu é se vue lve
má s fero z o más mansa , q ué son id os aco st um bra a e mit ir e n qué o casiones y cuáles son idos e mitidos por o t ro ,
a su vez, la tornan ma nsa o salvaje; y tras a prende r todas estas cosas dura n te largo tie m po e n su com pa ñia ,
diera a esto el nombre de 'sabid u rí a ', lo s is te matizara
como a rt e y se a bocara a su e nseña nza , s in saber ve rdaderamente nad a de lo que en esta s conv icciones y apet itos es bell o o feo o bueno o ma lo o jus to o inj us to; y e
a p lica ra todos es tos t érminos a la s opiniones del gra n
a n imal. denomin a ndo 'buenas' a la s cosas q ue a éste
regocijan y 'malas ' a las que lo opr imen, a unque no pu diese da r c uenta de ellas, sino que llamara 'bella s' y
' jus tas' a las cosas necesa rias, s in adv e rti r en cuán to
difiere real mente la natural eza de lo necesario de la de
lo bueno, ni ser capaz de mostra rlo. ¿No te parece, por
Zeus, que se meja nt e educador e s insólito?
- A mí s í me pa rece.
- ¿ y acaso te parece que difie re e n algo de ést e aquel
que t iene po r sa b iduría la apre hensión de los impulso s y d
gus tos de la a biga r rada mult it ud re u nida, ya sea re specto de pi nt u ra , ya de m úsi ca, ya ciertamente de po lítica ? Porque, e n efec to, s i algu ien se di ri ge a ello s para
some te rles a ju ici o u na poes ía o c ualqu ier o t ra obra de
a rt e o se rv icio pú blico, convi r t ien do a la m uc he dumbre
en a utoridad para sí m ismo m ás allá de lo necesario,
la llamad a nec es ida d de Diomedes ' lo forza rá a hace r
• El escolias ta (G RE!'.N!'., 239) c uenta una leyenda según la cual Diomedes evi tó una muerte segura a ma nos de Ulis es e-c uand o a mbos
regre saba n al eam pame nto tras robar en T ro ya una est a tua de Pal as
Atenea-e, y, a tá ndo le las m an os, lo obligó a ca m inar delan te de H
l -C y AOAM menci o na n ta mbién una e:o;p [icación dada en un escolio
a Ecc/uiaz usQI" 1029 de ARISr 6FANES, qu e hab la de ot ro Oiom edes, el
tr ac to, qui en, teniendo escl avas prost itu tas. ob ligó a un os ell't ra nje ros
q ue pasaban a forn icar co n ellas.
3 10
DIÁLOGOS
lo que aquélla apruebe. En cuanto a que es tas cosas
son ve rdaderame nte buenas y be lla s, ¿ has oído que a lgu na vez di era n cue nta de ellas de un modo no ridícu lo ?
t
- No, y pie nso q ue tampoco lo oiré.
- Te nie ndo todo esto en me nte , recue rda lo a n terio r:
¿hay mo do de qu e la m uchedumbre sopor te o adm ita
que ex iste lo Bell o en sí, no la multiplicidad de co 494" sas bella s, y cada cosa en sí, no cada m u lti plicidad ?
- N i en lo má s mínimo.
-¿ Es im po sib le, en tonces, que la m ultitud sea
filósofa ?
- Imposible.
- Po r consiguiente es fo rzoso q ue los q u e filo so fa n
sean c ri ticados po r e lla.
e- Forzoso.
- y también por aquellos ind ividuos q ue se asoc ian
con la masa y a nhelan com p lacerl a .
- Es e vide nte.
-A pa r ti r de lo di c ho ¿ ves a lg una sa lvaci ón para el
a lma filo sófica, de mod o que perm an ezca e n s u q uehab ce r has ta alcan za r la mela ? Recapaci ta so bre lo a nter io r, pues hemos co nve nido en qu e son propias del filósofo la facil idad para a p re n de r, la mem o ria, la va lent ía
y la gran deza de es pír it u .
-Sí.
- Un ho m bre así será ya desd e ni ño el prime ro e nt re todos, especi almente s i el c ue r po c rece de mod o
s im ila r al alm a.
- Sin duda.
- En ese caso, p ie n so, cu a ndo llegue a se r mayor,
s us pa rientes y co nci udada nos que r rán e m ple a rl o pa ra
s us propios asu ntos.
- ¡Cla ro qu e s i!
e
- Y se p ondrá n a s u d is pos ici ón, rogánd ole y ho nrá ndolo, tratand o de conqu ist a rl o de a ntem a no y ad ulando anticipa damente el poder qu e va a tene r.
REPÚ BLICA VI
3 11
-E s lo que sucede habitualm ent e.
-¿Qué piensas que hará semejant e hom b re e n semej an tes c irc unsta ncias, sobre todo s i se da el caso de
que pe rte nece a u n Es ta do im port a nte, y e n é l es r ico
y nob le, y a de más bue n mozo y esbe lto? ¿N o se colma rá
de es pe ra nzas va nas, es liman do qu e va a se r ca paz de
gob e rna r a griegos y a bá r baros, y ade más exaltándo se
a si m ismo e n su a r roga ncia, lleno de ínfulas y de vací a
e insensa ta va nidad ?
-Segu ramente.
- y si al qu e es tá a sí di spuesto se acerca gen ulmc nte algu ie n y le d ice la ve rdad, a sabe r, q ue no tie ne in teligencia sino que ésta le falta, y que no la po drá adqu iri r s in t rabajar como u n esclavo por su po sesi ón, ¿piensas que le será fáci l prest ar oídos en medio de tamaños
males ?
-Ni con mu cho.
-Incluso s i un in dividuo, en razón de s u bue n natura l y s u a fi nidad con tal es pa la b ras, de algú n modo la s
capta y se vuelve y de ja a rras tra r haci a la filosofía, ¿q ué
pe nsa re mos que ha rán aquéllos al es ti ma r que pierden
su s se rv icios y su amis tad ? No ha b rá acci ón que no realicen ni palab ras qu e no le di gan pa ra que no se deje
persuad ir; y en c ua nto al que inte nt a persuadi r-le , trat ará n de que no sea ca pa z de ello, cons pira ndo p ri vada me nte contra él e inici á ndo le proceso s judicia les e n
púb lico.
- Es forzoso.
-¿ Pu ede semejante hom b re filosofa r?
- No. po r ci e rto.
- ¿ Ves a ho ra que no hablá bamo s ma l c uando decíamos q ue aq uellas cua lidades de las q ue se com po ne la
natu raleza fil osófica, s í se n ut ren e n el mal, so n de a lgún modo causa del deterioro de su ocu paci ón, y as!
pasa con los llamados 'b ienes ', la s riquezas 'j todos los
recursos con q ue est á provisto ?
d
495<1
3 12
DIÁLOGOS
-c-Nc, ha blábamos correctamente .
-De tal índole y d e tal d ime nsió n, mi adm irable amib go , es la ru ina y corrupci ón de la mejor natura leza respecto de la ocupación más excelente, s iendo por lo de más rara tal nat u raleza. segú n he mos dicho . Y de es to s
homb res procede n lo s que cau san los peores males a
los Es tad o s y a los pa rt ic ula res, y tambi én los q ue les
hacen los má s grandes b ienes, s i la co rrie nte los favorece . En ca m bio, ja más u na naturaleza peq ue ña hace
a lgo grande a nadi e. sea a un Es tado o a un pa rti c ula r.
- Es la pu ra verdad.
- Por consigu ien te. a l fr acas a r ast aquello s a los
" c uales co nviene al máximo, dej an a la filosofía solita ria
y solt era, y ellos m ismos viven u na vida que no es conven ie nte ni verda de ra, mient ras la filosofía, como unu
h ué rfa na s in pa ri ente s, es as alt ada por gente indi gn a
que la desho n ra y le formula re p r och es com o los que
dices le hace n los que decl aran que, de quienes toman
contacto co n e lla, un os no va len n ada y ot ro s son merecedo res de m uc hos ma les.
- Precisa mente eso es lo que se dice.
- y se d ice razona blemen te. Pues al ve r otros petid met re s que la plaza ha quedado vacante pe ro colmada
de be llas palabras y apa r ie nci as, t al co mo los que huyendo de la cárcel se refugian en un te m plo, también
és tos escapan desde las t écnicas h aci a la filosof ía. y sue.
len se r los más há b iles e n ésas s us tecníc tllas. Porque
la filosofía, incl u so hall án dose as í malt ratada. re tiene
u na repu tación gran diosa en com paración con las ot ras
técn icas, y a esto aspira m ucha ge nte dotada de naturalezas incompl et as; la cual, tal como t iene el c ue r po
a rru ina do por las técn icas a r tesa nales , así t ambién
e se hall a con el al ma e m bot ada y ene rvada po r los tra bejos manuales. ¿ No es est o forzos o ?
- ¡Cla ro que sí!
REPÚBUCA VI
313
-¿ Y te parece que se ven d ifere ntes e n al go de un
he r rero baj o y calvo que ha hech o d ine ro y, reci é n lib erada de s us cade nas, se la va e n el baño y se pone un
ma nto nue vo , p resentándose como novio para desposar
a la h ija de su a mo deb ido a la pobreza y soledad de
és ta ?
- No d ifieren e n na da .
496..
- ¿ Y qué clase de descendencia te ndrá semejante mat ri monio? ¿ No será bast arda y de ba ja estofa?
- Es de toda nece sidad que asl sea.
- y c ua ndo hombres indign os de se r educ ados se
ace rcan a la filosofía y t ra tan con ella de un modo no
acorde con s u di gnidad. ¿qué cl ase de concep tos y de
opinion es di remos que procrean ? ¿No se rá n lo que po demos e nte nder por ' sofisma s' , carentes de nobleza y
de inteligenci a verdadera?
- Tot alme n te de acuerdo.
- Quedan e ntonces, Adim an to, muy pocos qu e pue- b
dan t rat a r co n la filo sofía de ma nera digna: algu no fogueado e n el e xilio. de ca rácte r noble y bie n educado.
que, a fa lta de q u ienes lo pe r vie rt an , pe rman ece en la
fil osofia ; o b ien u n a lma grande que nace e n un Est ado
pequeño y despreci a. t en iéndolos e n menos, los asu ntos
po liti cos; o b ien algunos pocos bien dot ados na turalme nte qu e con jus t icia desdeñan los de má s ofici os y se acercan a la filosofía. También el freno de nue st ro a migo
T éages " pue de retener a o t ros de ntro de la fil osofía, ya que, d ánd o se todas las demá s co nd ici ones ca- e
mo para que dese rta ra de ella , a T éages lo r-e tuvo el
cu idado de su c uerpo enfe rmo, que lo ma ntuvo a partado de la po lít ica. En cuanto a mi signo demon íaco, no
, T éagee era u n jov<'n am igo de Sóc rat es q ue es cir adc en Apolog{a 33e:
(e:;lá p resen te) Pá ral o s - hijo de Dcmódoc o- , de
q u ie n era he rm ano T éages ». El pasa do . er a. pe rmite su po ner que Teages ha bí a m u er to por en to nce s. Un d iál ogo pseud o-plat ónico tie ne su
no mbre.
314
llIÁr.OGOS
vale la pe na ha b la r. pu es an tes de mí a penas ha ha b ido
algún caso, o ni ngu no. Y los q ue ha n s ido de estos pocus que he mos e nume rado y han gustado el regocijo y
la Fel ic idad de ta l po ses ión, pu eden pe rci b ir suficie n temen te la loc ura de la m uc hed um bre. a sí como q ue
no hay na da sa no - po r as í decirlo- en la act ividad
d po lítica. y q ue no c ue nt a n con n ingún ali ado con el c ua l
pue dan acud ir e n socorro de la s ca usas ju s tas y conserva r la vida , s ino que, como un ho mbre qu e ha ca ído
e nt re fiera s. no es tá n d ispuest os a unír seles e n el da ño
ni son capaces de ha cer fre nte a su fu ria salvaje. y que,
antes de p resta r a lgú n se rv icio a l Es tado o a los a m igos , han de perecer si n res ultar de provecho para s í
mi smos o para los de más. Qui en reflex io na sobre todas
estas cos as se queda q uieto y se oc upa tan só lo de sus
propias cosas, como a lgu ien que se co loca junto a un
muro en m edio de u na tormenta pa ra pr o teger se del
polvo y de la lluvia q ue trae el viento; y, mirando a los
demás desbordados por la inmoralida d, se d a por contento con que de algú n mod o él pueda estar limpio de
.. inj ust icia y s ac r ilegios a t ravés de su vida a qu í a bajo
y aband ona rla fa vo rableme nte d is pue sto y alegre y con
una be lla esperanza.
497"
- Si as í se des e mb araza de ella - d ijo Adimantono se rá insi gn ifica nte lo qu e ha logrado.
- Pe r o t ampoco muy importante - re puse yo- , a l
no halla r la o rga ni zaci ón polí tica adecuada, pues en u na
a propiada c recerá más y se po ndrá a sa lvo a s í mi smo
particu la rmente y a l E s tado e n com ú n. Pero e n lo qu e
h ace a la fil osofí a, me parece qu e hemos habla do razonablem ente sobre los mot ivos de que se la calumnie
y sobre qu e est o es injusto, si no tienes ot r a cosa qu e
deci r.
- Nada acerca de I;:SO , pero ¿c uál de las organizaciones política s act uales di rías que es adecua da p a ra la
filosofía?
cr. 111 412(1.
RE PÚ BLICA VI
3 15
- Ninguna, )" yo me quejo de qu e nin gun a de las cons- h
ti tuci ones pollt ica s de hoy en dí a se a d igna d e la naturaleza filos ófica : por eso se desví a y se altera; ta l co mo
una se m illa exót ica se mbrada en ti e r ra e xtra ña se desna tu ra liza , some t ida por ésta, y s uel e ad a pt a rse a las
es pecies ve rnácu las, así tam poco esta índ ol e Filosó fica
conserva su poder, s ino que degene ra e n un ca rá c te r
ex traño. Pe ro s i da con la mejor organización política.
acorde con que é l m ismo es el mej or, resulta rá ma nifiest a qu e e ra algo realmente d ivin o, mie ntras tod o lo
demá s -naturaleza y ocupacion es - , humano . Pe ro, des pués de e sto, es obvio que pregu nt a rá s c uál es esta organ ización política mejo r.
- Te equ ivoca s, pues no iba a preguntarte eso, sino
s i es esta la que h em os descrito al fundar nuestro E stado, u otra.
-En otros sen t idos es és ta; per o queda un punto al
cual nos hemos refe rido ya ': que de be rí a haber s iempre e n el Estado al guien que tuviera la mi sma fórmul a d
de la organización política que ha s ten ido tú, el legisl ada r, al implanta r las leyes.
-Nos hemos refe rido a eso, e n efecto.
- Pe ro no quedó s ufici ente me nte escl a recido por el
temor a vuest ros a taques, c ua ndo mo st ra st e is que la demos t raci ón de eso e ra la rg a y di fícil ; ap arte de que lo
que re staba expone r no e ra e n a bsolu to fáci l.
- ¿ De q ué se trata ?
- Del mod o en que un Est ado ha de t ra ta r a la Filoso fía pa ra no s uc um b ir; pues todas la s cosas gra ndes
son a r r iesgadas, y las h e rmosa s realmente di fíci les, como se dice.
- No ob s ta nte, debe s comp letar la demostración ecla- f
rando este punto.
6
4911<1
b
316
DIÁLOGOS
- No me lo im pedirá el no que rerlo, sino el no pode r. Pero t ú, qu e es tás pre se nte, ve rás al meno s mi
cel o. Ob serva e ntonces cuá n a rdi e nte me nte y de q ué modo m ás a vent urado voy a deci r un a ve z más q ue el Estado de be abor da r la prá c tica de la filo sofía de una manera opue sta a la a c tua l.
-¿Cómo?
- En la act ua lidad la abordan a doles centes que a penas han sa lid o de la niñe z. y que , en e l in terval o a nte ri o r a l cu idado de la casa y de los negocio s, c uando a penas se han aproximado a la pa rte más d ifíci l de la fil osofía - la concernie nte a los co ncep tos abstractos- J .
la dej an de la do. pasando por fil ósofos he chos : de a hí
en a dela nte e st á n dis puestos a co nve r t ir se e n oyen tes
de otros q ue sea n a ctivos en fil osofía , c uan do so n inv it a dos, con lo c ua l c reen hacer gran cosa. pensa ndo q ue
deben p r a cticarla como a lgo accesor io. Y a excepció n
d e unos pocos. cerca de la vejez se apagan m ucho m á s
que el so l de He ráclito, por c u a n to no se encienden
nuevame nte ' .
- ¿Y q ué debe ha c e r se ?
- Todo lo co nt ra ri o; c uando so n niños y adole scentes. ha de a d m in ist r á rseles una educa ción y una filo sofía propia s de la ni ñe z y de la adolescenc ia. y, mi e ntr a s
sus c ue r pos se desar ro llan para a lca nza r la virilida d.
de be n cui da rl os b ien. procura nd o a s í que pre sten un
1 Aña d imos «a bs t rac tos •. CHIIMD ...Y y PIIBÓN-F. GIIUANO trad ucen
e sta e xpresión uo peri loils lógous) po r «díaléct tca », pero este conce p to
se explicita por pr ime ra ve z e n SI lb, den tro de la a lego ría d e la lí nea .
3 cr. H EI<4cl lTO, fr. 30 DltilS -K u .. z: • .•. fuego sie m p rev ivo, q ue S"
enci end e co n med ida y se ap aga co n me dida ». No obs tan te , ALEJAN ORO
DE AFRO Dlsr... u sa p a lab ras s im ilares a las de Pla tó n -al oo m e n ta r el f r .
6 (.el sol es nuevo cada dí a .: ver tCx tos en Los filósofos p' esoná tícos,
Mad r id, 1978 , vo l. l, págs. 331-334). Conl<J el fue go de H EIlÁCl lTO ha
sido co nce b ido a image n y semeja nza d el sol (d. f r. 16), n" es d if[cil
qu e a n te s de la s palab r a s citndus e n e l fr. 30 f igu rara n térm ino s s imilares refer idos a l sol,
REPÚBLICA
VI
3 17
serVICIO a la fil osofl a. y al c r ece r e n ed a d, cuand o e l
a lma co m ie nza a alca nzar la m adu re z. hay q ue int en si fica r los eje rcicios que co r re s ponde n a é s ta; y. c ua ndo
cede la fu e rz a cor poral y co n ello qued an ex cl u id os de
las tareas pclt ucas )' m ilitares . d ejarlos pac er libre mente e
y no ocu pa rse de o tra cosa q ue de la fi losofía, a no ser
de forma acceso ria . s i e s q ue han de viv ir d ic hosamente
y. t ras mo rir, han de coro nar a llá la vida q ue han vivid o
co n u n a decuado d e s tino .
- Es verdad, Sócrates, c reo que ha bl a s c o n ardor ;
pi e nso. sin e mb a rgo. q ue muchos de los q ue te escuchan, comenza ndo por Tr a síma co, se rán m á s a r dorosos
a ú n a l opon érsete y no se dejarán pe r sua d ir en lo más
ml nimo.
- No nos indis pongas a mi y a Tras ím a co. cuando
aca bamos de ha ce rnos a m igos. s in h aber s ido a nte s d
e ne m igos ; pu e s no hem os de de scu idar ningú n esfue rz o
ha st a que lo pers uada mos a é l y a los dem á s . o les s irva mos e n a lgo e n otra vida. s i. a l volve r a na ce r. se
e nc ue nt ran e n co nve rsacio nes de e s ta Indo le.
-¡Estás ha bla ndo de un breve la pso de t ie m po!
- No es nada. a l m enos si se lo co m para con la tola Iidad de los tiempos . De todos m odos . que la m u ltitud
no se deje pe r suadir por lo que d ecim os no es na da so rpr e nde nte. pues ja más ha visto q ue se ha ya ge ne rado
lo que ahora hemos ex p r esa do, s ino m á s bi en ha o id o t
ciertas fr a se s haciendo c o nsona ncia entre s í a propósito, no ac ci de n ta lm ente. como m e a c aba de oc u r ri r. Pero
e n c ua nto a ve r a lgún homb re q ue se halle e n equ ilibrio
y co nso na nci a co n la exc e lenci a , d e palabra y ac to, tan
pe rfe ctamen te como sea posib le, gober nando e n un Es- 499 0
ta d o de su mi sma índole, nunca ha vi st o uno ni mucho s. ¿ O pi ensa s que si ?
- De n ingún modo,
- Ta m poco esa m u lt it ud ha p restado suficiente mente o ídos, bienaventurado amigo. a d iscu sio ne s be lla s y
3 18
m ÁLOGOS
se ñor ia les e n la s cuale s se b usq ue se r ia men te la ve rd ad
por todos los medi os con el fin de conoce rl a. y en las
c uales se salude de sde lejos esas sut ilezas y a rgucias
capc iosas que no tienden a otra cosa que a ganarse una
repu tación y a promover di scordi a en los tribunales y
en la s convers aciones par t iculares,"
- Ta m poco eso, efectivamente.
-Fue es to lo que te nía mos a la vis ta y preveí a mos
b c ua ndo di jimo s. a unque no s in temor y fo rzados por la
verdad. qu e n ingún Es tado. n ingu na cons t ituc ió n política, ni s iqu ie ra un ho m b re. pue de n a lguna vez llega r a
ser pe rfec tos, a ntes de que es to s poc os fil ósofos, q ue
a hora son conside rados no ma lvados pe ro s í in útiles,
po r u n go lpe de fort un a sean ob liga dos, quiéranlo o no,
a e ncargarse del Es tado, y el Es tado ob ligado a obed ece rles; o bie n antes de que u n verda dero a mor por la
e verdade ra fil osofía se e ncienda, po r a lgu na in sp iración
di vina, en los hijos de los Que a ho ra gob iern an o en éstos mi smos. Que la realiza ción de un a de estas dos
cosas, o de las dos, sea im po s ible , a firmo q ue no hay
razón pa ra s u pone rlo; pues si fue ra así, estaríamo s haci e ndo justamente el r id ícu lo, por est a r construye ndo
cas tillos e n el aire. ¿ No es así ?
-Sí.
- Por cons igu iente, si se ha d ado el caso de que algu na necesidad haya obligado a lo s más vali oso s filósofo s, en la in fin itud del tie mpo pa sa do, a ocuparse del
Es tado, o el caso d e Que se los ob ligue ac tua lmente e n
J alg una re gió n bá r bara lejos de nuestra vis ta, o el de
que se los o blig ue más adelante, estoy dispues to a soste ner con mi a rgumen to Que la orga nización po lít ica desc rita ha ex is ti do, ex is te y llegará a ex ist ir t oda vez Que
esta Musa tome el co nt rol de l Es ta do . Pues no es a lgo
im pos ibl e que suc eda, n i habl amos de cos as im posibles;
e n cu an to a que son diflci les, lo reconocem os.
-Tamb ié n a mí m e pa rece ast.
REPÚ BLICA VI
3 19
- Pe ro dirás qu e a la m uchedu m bre no le parece lo
mi s mo, ¿ ve rdad?
-c-Pro ba ble mente.
- Mi dichoso a mi go, no conde nes de tal modo a la
muchedumbre. Ella cam bia rá de opinión si, e n lu gar de e
d iscutirl e con a rg ucias, la exhortas a deponer su falsa
image n re spe ct o del a mor al saber, mo st rán dole cómo
son los que d ices Que son filó sofos y definiéndole, como 500<.1
hace u n momento, la natu raleza de ello s y s u ocupación, para que no c rean Que les hab las de los que to man
por filósofos. y si los con te m p lan de ese modo, podrás
decir que h a n ado pta do otra opinión y que res ponden
en for ma d istin ta. ¿O pie nsas Que se irrita n'¡ cont ra algu ien que no se irrita o será ma liciosa co n qui en nada
mali ci a, cuando ella m is ma es mansa y nada maliciosa ?
Como veo lo qu e vas a deci r, decl aro que una naturale za t a n díñ ctl. p ienso, se h alla en algunos pocos, no e n
la multitud .
-No te preocu pes, que doy m i asentimie nto.
- Ta m bié n dará s t u asen ti miento a esto: que, si la b
mult itud está mal disp uesta con la filosofía , los c ulpables son aq uellos int rusos que han irrum pido en ella
de modo de sorde na do e indebido , vih pcndi ánd ose y enemi stándose u nos con otros y reduciendo s iem pre su s
di scursos a c uesti ones pe rsonale s, compor tándose de l
modo menos aco rde con la fil osofía.
-Efectivamente.
- Sin duda, Adiman to, cuando se tie ne verdaderamente d iri gid o e l pensamiento hacia las cosas que so n, no
queda tie m po pa ra desce nd e r la mirada hacia los asuntos human os y po ne rse e n ellos a pelear, colmado de e
envidi a y hos tili dad ; s ino Que , mira nd o y contempla ndo
las cosas Que es tá n bien di spuest as y se compor tan siempre del mismo modo, s in su fr ir ni come te r inj usticia
u nas a otras, conse r vá ndose toda s en orden y conforme
a la razón, tal hombre las im ita y se asemeja a ellas
320
DIÁLO GO S
al máx imo. ¿O piensas que hay algú n mecanismo po r
el cua l aq uel q ue convive con lo q ue admira no lo imit e?
-Es imposible.
-Entonc es, e n cuanto el filósofo convive con lo que
es divino y ordenado se vue lve él mis mo or dena do
d y d ivino, e n la medid a que esto es posible al hombre .
Pe ro la calu m nia abunda po r doquier.
- Del todo de acuerdo.
- Por cons iguie nte. s i al go lo fuerza a oc u pa rse de
im plan ta r e n las cost umbre s pr iva das y públicas de los
homb res lo qu e él observa a llá, e n lugar d e limi ta rse
a fo rma rs e a s í m ism o. ¿p ie ns as que se conve rtirá e n
un ma l artesano de la moderaci ón, de la justici a y de
la excelencia cí vic a en general ?
- Oc ningún modo.
- Per o si la muchedumbre percibe qu e le decimos
e la
¿coriTfñUar áTrd tán.
' close con t ra ellos y desconfia nd o -de Ji'ósot ro s cuando dec.!..J!l0s que
Estado de
.. modo
_ve z, a no se r q ue s u pla no es té d ise ñad o por los dibujames que recurren al.modele ..d ivino ?
501<1 ' lope rcibe , cesará de
modo e nt ie ndes ese plano ?
- Toma rá n- éf -E sta dó y los ra sgos ac t ua les de lo s
hombre s como u na tab let a pi ntada , y pr im e ramente la
borrarán, lo c ual no es fáci l. En todo caso, sabes que
ya e n esto dife rirá n d e los demá s legisladores , pues no
estarán di spues tos a tocar al Es tado o a un particula r
ni a p rom u lgar leyes, s i no los recibe n a n tes limpio s
o los han lim piado a ntes e llos mi smos.
- y harán bie n.
- Despu és de eso, ¿ no piensa s que bosquej a rán e l
esquema de la organización po lítica ?
- Cla ro que sí.
b
- y luego , pienso, realiza rán la obra dirigiendo a menu do la mirada en cada una de a m bas direcciones: ha -
R EPÚBLICA V I
32 1
cia lo que por natura leza es Jus to, Bell o, Mode rado y
todo lo de esa índole. y. a su vez, haci a aque llo qu e produ cen e n lo s hom bres, com b ina ndo y mezclando di st in tas ocu paciones pa ra ob tene r lo propio d e los homb res ", e n lo cu al t omarán como muest ra a quello que.
c u ando a parece en los hombres, Homero lo llama 'div ino' y ' p ro p io de los d ioses'. / /
- Co rrec to.
- y tan to borrarán como vo lve r án a pint ar, p iens o,
has ta que ha yan hecho los rasgos human os a grada bles c
a los diose s, e n la medida de lo po si ble.
- Una p int u ra as! llega r la a se r hermos ísima.
-Pues bien; e n cuanto a aque llos que decías 10 qu e
se pondrían e n orde n de combate pa ra avanza r sob re
nosotros, ¿ no los persu adiremos de algún modo de que
semejante pi ntor de or gan izaci ones politica s es el filósofo qu e les ala bábamos en tonces, cuando los irrit aba
que pusiéramos en S llS manos el Estado ? ¿ No se a mansa rán, más bi en, al esc uc har no s ahora ?
- S in la me nor dud a; al me nos, s i est á n e n s u sa no
ju ici o.
- En tonces, ¿qué es lo qu e podrán discutirnos ? ¿Aca· d
so que los fi lósofos no está n e na morados de lo qu e es
y de la verdad ?
- Eso se r ía insólito.
-¿ O qu e su na tura leza , tal como la he mo s de scrito,
no es prop ia de lo mejor ?
- Ta mpoco eso.
9
Lite ra lme nte «de co lo r enc arna do •• q ue es el q ue ti pintor trala de obte ne r med ian te la me zcla d e vario s co lor es (d . Crátilo 424e).
T ra du cirno s, empe ro , . p ro pio de los hom b res- para ma nt e ne r la contraposi ció n del te xto griego con la exp re sió n «p ro pio de [os d io ses _
(qu e es e l ep iteto de Aquiles, p . ej.. e n 11. I 131), quc a pa rece dos lí neas
más abajo.
la En V 47411, au nq ue era Glaucón, no Ad imanto , q uie n lo deda.
(1--\ _ 2 1
,
322
DIÁI.OGOS
_¿"( qué ot ra cosa? ¿Que semejante n at uraleza, si
da con las oc upaciones ad ecuadas. no lle gará a ser per fectamen te buena y filosófica, si es qu e a lguna pue de
serlo? ¿O dirá n que más b ien llegarán a serlo aquellos
que nosotros hemos exclu ido?
e
- ¡Cla r o que no !
- ¿ Se enfurecerán todavía al oírn os decir que, an te s
que la raza de los filó sofos obtenga el cont ro l del E stado, no cesarán los males para el Estado y pa ra los ci u da danos, ni alcanzará su realización e n los hechos aq uella or ga nización políti ca que mít icame nte he mos id eado
en palabras?
- Probab le me nt e menos .
502a
- E n lu gar de decir 'menos ', ¿no pr efi eres que lo s
de mos po r abs olu tamente ama nsados y pe rs uadidos , pa ra que, avergo nzados, si no por otra cosa, es té n de ac ue rdo'?
- Con m uc ho lo prefiero.
- Te ngá moslos, por consiguiente, por persuadidos.
¿ y se podrá discutir alegando que no puede dar se el
caso de que nazcan h ijos de reyes o de gobern an tes que
sean filósofos po r naturaleza?
- Nad ie lo ha r ía .
_ ¿ y a lguie n podrá decir que, a unque nazcan así,
es forzoso que se corrompan? Que es difi ci l sa lva rse,
¡, lo he mos ac ordado. Pe r o qu e e n la t ota lidad de Jos
t iempos no haya uno solo que se sa lve ¿lo discu tiría
alguien?
- ¿Cómo po drí a discutirlo ?
- Pues bien, sería suficiente que hubie ra uno solo
que contara con un Es tado qu e lo ob edeci ese, pa ra qu e
se llevara a la realida d todo lo que actualme nte result a
inc reible.
- Se rá suficie nte, en efecto.
- y si se da el caso de que un gobe r na nte implant e
las leyes e in stit uciones que he mos des crit o, sin dud a
REPÚ BLICA VI
323
no será im posib le que los ciudadanos estén dis puestos
a hace r su pa r t e.
- En ningún respecto será im posible.
- y lo que a nosotr os nos parece ¿será asombroso
e imp osib le qu e les pa rezca tam b ién a otros ?
- Por m i parte no 10 creo.
- Por lo de más, q ue estas cosas, en caso de que sean
pos ib les , son las mejores, pie nso qu e ya lo he mos mostrado su ficientement e en los argumentos precedentes .
- Sufici e n te men te, en efecto.
- De all í se sigu e ahora, según me pa rece, que lo
que decimos respecto de la legislación, si es reali zabl e,
es 10 mejor , y es difici l de realizarse, pero a l menos no
im posib le.
- Se s igue eso, efecti vamente.
- Una vez arriba dos pen osamente a esta meta , qu eda por de ci r, a continuación , de qué mod o contaremos
con los que preserven la organización po lítica, por
medio de qué estudios y ocup aci on es se formarán y a d
qué edad se a plicarán a cada uno de ellos.
-c-Digám oslo, e nto nces.
- No me ha resultado as tuto en na da, pue s, ha be r
dej ado a nte r io rmente de lado dificultades como la de
la posesión de las mujeres y de la proc reaci ón , así como la de l establecimiento de los goberna ntes, co nsciente como estaba de lo odioso y difícil qu e sería la ver da d
total IL; pero no por eso ha llegado menos la hora de
ha bl a r de ellas. E s cier to que e n lo co nc erniente a las e
m ujeres y a los niños hemos conclui do, pero en cuanto
a los gob ernantes, es preciso ret omar la cosa p rácticamen te desde el comienzo. Decí amo s 11, si recuerdas, S0 3a
que debían mostrar su am or al Estado, ponién dose a
prueb a t a nto e n los placeres como en los dolo res, s in
12
En III 4I 2d Y ss.
11 En V 449 c-d .
324
DIÁ LOGOS
rechazar est a- convicción 1J en medio de fat igas, temores o cualqu ier otra circunst ancia. Antes bien. aquel que
se mu estre in capaz de ello debe ser excluido, mientras
que quien e me rj a puro en todo sentido, como oro probado con el fuego, se rá e rigido gobernante y colm ado
de dones y p remios tanto durante la vida como tras la
muerte. Aproximadamente esto es lo que había sido di cho en momentos en que el argume nto se desvió y se
b cubrió de u n velo, en e l temor de vérnosias con lo que
ahora se presenta.
- Gra n verdad; ahora lo rec ue rdo.
- En efecto, ami go mío, yo t it ubeab a en avent ur a rme a hacer la s audaces decl araci ones que acabo de hacer; pero ahora he mos de ser más audaces y decir que
es necesario que los gu a r dia nes perfectos sean filó sofos.
- Seám oslo.
- Ahora bien, debes pensar c u án pocos es probable
que sean . Porque las partes de la naturaleza que he mos
dicho que tienen que es tar presente s en ellos pocas veces confluyen en un mismo individuo, sino que la mayoría de las veces c recen di spersas .
e
- ¿Qué quieres deci r ?
- La facil idad de aprender, la memoria . la sagacidad, la viv acidad y cuantas cosas sigu en a éstas, el vigor mental y la grandeza de espíritu, no suelen c rece r,
hien lo sabes, junto con una disposición a vivir de una
manera ordenada, con calma y constancia; sino qu e quienes las poseen son llevados azarosamente por su vivacidad y se les es ca pa todo lo constante.
- Dices verdad.
- Por su parte, aquellos caracteres constantes y poco volubl es , en los cuales uno depositaría más su confianza y q ue en la guerra difícilme nt e son movidos por
d
Il
La de que se debe hacer siempre lo que sea mejor pa ra el Es·
tado. el. III 413c.
En III 413c-d.
En IV 43óa.
En 43Sd.
RE PÚBLICA VI
325
los temores, fren te a los estudios les sucede lo m ismo:
se mueven difícilmente y son duros de aprende r, como
aletargados, y se entregan a l sueno y al bos tezo cuando
se les ex ige que tra bajen e n ese ámbito.
- Así es .
- Pero afirmábamos que deb en pa rticipar del modo
más perfecto de ambos tipos de c ualidades, sin 10 cual
no tendrán parte en la educación más perfecta ni en
los honores y el gobierno.
- Cor recto .
- ¿ y no piensas que esa doble part icipación será
rara?
- Cla r o que s í.
- Por con s igu ien te, hay que probarlos en la forma e
en que decíamos en su momento 14, o sea, a través de
fatigas. temores y placeres, y a lgo más que entonc es pasam os por alto pero que ahora decimos : que es necesar io q ue se ejerciten en muchos estudios, para examina r
si son ca pa ces de llega r a los estu dios superiores o bien
si se acobardan como aquello s a los que les pasa eso SÜ4a
en las competiciones atlé ticas.
-c-Cíer ta mc nte, ese exa men conviene. Pero ¿cuáles son
los es tudios superiores a que te refie res ?
- Sin duda rec uerdas que, tras haber dividido el al ma en t res géneros IS, exa minam os qué es la justicia,
la moderación, la valentí a y la sabiduría, lo qu e es cada
una de ellas.
-Si no me acordase de eso, no sería jus to que escuchara el resto.
- ¿ y lo dicho antes de eso ?
- ¿Qué cosa ?
- Decí amos 16 que para contemplarlas 10 mejor posi- b
b le necesitaríamos de u n circuito más la r go, tras rcco14
n
16
326
DIÁLOGOS
rrer el cual se nos aparece rían cla ras. a unque ta mbién
podría a plicarse u na demo st ración q ue se acopla ra a
lo ya dicho; vosot ros habéis d icho que bastaba. y las
cosas que e ntonce s d ije carecie r on de precisión , segú n
me pareció, pero s i os ag radó os toca decirlo "a vosotros.
- A m í me pareci ó medidamente razon a ble; y t a mbién a los demás.
e
- Pe ro , m i ami go, una medida de estas cosas que
a ba ndona en al go lo rcu l no llega a se r medida merne,
pu es nada imperfecto es me dida de a lgo. Sin embargo,
a veces a a lgunos les pa rece qu e ha n alca nzado lo s uficiente y qu e no neces itan ind aga r más a llá.
- S í, con frecue nc ia les pa sa eso a mu chos por indolen ci a.
-Pues precisamente eso es lo que menos conviene
q ue suc eda a un guard ián de l Est a do y de s us leye s.
-Na tu ralmente.
- Entonces, am igo mio, es e l ci rc u ito más la r go el
d qu e de be recorrer, y no debe esfo rzarse menos e n estud ia r que e n practica r gim nasia ; s i no, como acaba mos
de decir, jamás alc anzará la me ta del es tud io sup remo,
que es el qu e más le conviene .
-c-Pe r o ¿aca so - p regunt ó Adi ma nt o- no son la just ici a y lo demás que hemos de scrito lo su p remo, s ino
q ue ha y a lgo tod a vía ma yor ?
-Mayor, ci ertamente - respo nd l-. Y de esa s cosas
mi smas no debe mos conte m pla r, como hasta a hora. u n
bosquejo, s ino no paramos ha st a ten er un cuad ro acabada. ¿N o se ría ridículo ac aso que pusi ésemos tod os
e nuest ros esfu erzos e n otras cosas de escaso valor, de
modo de alca nzar en e llas la mayo r preci s ió n y pureza
posibles , y q ue no cons ide rára mos d ignas de la má xima
p reci sió n justame nt e a las cosas su pre mas?
- Efect iva mente; pe ro en c ua nto a lo que lla mas 'e l
es tud io sup remo' y en cuan to a Jo que trata, ¿t e pa re ce
que podemos deja r p as ar sin preguntarle qué es ?
REPÚB UCA VI
327
- Por cierto que no , pero también tú pu edes preguntal'. Por lo de más, me has o ído hablar d e eso no pocas
vece s 17; y a hora, o bien no recue rdas, o b ien te propones plantear c uest io nes pa ra pert urbarme . Es es to más 505.0:
b ie n lo que creo, po rque co n fr ecuen ci a me ha s esc ucha do decir que la Idea del Bie n es el objeto del estud io
su premo, a partir de la cua l las cosas just as y todas
las demás se vu el ven útiles y vali osas. Y b ien sabes que
estoy po r h ab la r de ello y, ad e m ás, que no lo conocemo s su fici en te me nte. Pero también sabes que, si no lo
co noce mo s, po r má s que conocié ramos tod as las demás
cosas , s in aquello nada nos se ria de valo r, asl como s i
posee mos algo si n el Bien. ¿O crees q ue da vent aja po- b
seer cual quier cosa s i no es b uena, y com p re nder todas
las demás cosas s in el Bie n JI y s in com p re nde r nad a
bello y b ue no?
- ¡Po r leus qu e me parece que no !
- En t od o caso sabes que a la mayo ría le pa rece que
el Bien es el place r, mi e n tras a los má s e xqu is itos la
inteligencia.
- Sin d uda.
-y además, qu e ri do mío, los que piens a n es to último no pueden most rar qué clase de in teli genci a, y se
ven fo rz ados a te rminar por deci r que es la inteli ge nci a
del b ien .
- Cierto, y re su lta r id ícu lo.
-c-Cla ro, sobre todo s i nos reprochan que no conoce- e
mas el bien y ha blan como si a su vez lo supiesen; pu es
dicen qu e es la in te ligencia de l bie n, como si com prend iéramos qué q u ieren decir c uando pronuncia n la pa lab ra 'bie n '.
17 S i es ta refe re nci a no es ficticia, ha de a lud ir a conversacion es
o ellposicion e,. orales en la Aca de m ia .
11 A pa r tir de "G u l ma rcam os la refe re ncia al Bien COmo 'Idea J el
Bien <::o n m ay úscula, para dif erenciarla de los usos no met afísicos del
vocablo - bten •.
d
328
DI ÁLOGO S
- Es muy verdad.
- ¿ y los qu e define n el b ien como el p lacer ? ¿Acaso
incurren menos en error que los otros ? ¿ No se ven forzarlos a reconcer que h ay place res malos ?
-Es forzoso .
- Pero en ese caso, pienso. le s sucede que deben reconoce r q ue la s mi smas cosa s so n bue nas y majas. ¿ No
es asl?
- S1.
- Ta m bié n es ma nifies to que ha y m uc ha s y gra ndes
disp utas en to rno a esto.
- Sin d uda .
- Ahora bien, es patente qu e, res pecto de las cosas
just as y be lla s, m uchos se atienen a las apari e ncias y.
aunque no sean justas ni bell a s, actúan y la s ad quie ren
como s i lo fueran; respecto de las cosas buenas, e n cambio, nadie se confo rma con po seer ap a r ienci a s, sino que
bu scan cos as reales y rech azan las que só lo parece n
buena s.
- Asf es.
- Vea mos. Lo que toda a lma persi gue y por lo c ual
e hace lodo. a divina ndo que e xis te . pe ro sum ida en d iffcuhades frente a eso y sin pod er captar suficientemen te
qué es . ni recu rrir a una sólida c re enci a corno sucede
re spec to de otras cos as - qu e es lo que hace perder lo
S06<I que pu ede ha ber e n ell as de ve nta joso-; algo de es ta Indale y magnitud, ¿d iremos que debe pe rma necer en un ieb las para aquellos que son los mejore s e n el Estado y
con los c ua les hemos de llevar a ca bo nue stros in te n tos ?
- Ni en lo más mín imo .
-c-Píe nso. e n todo caso. que. s i se desconoce en qué
se nt ido las cosas justa s y bell a s del Es tado s on buenas,
no sirve de mucho tener u n gua rdián que igno re es to
en ella s; y presie nto que nadie co noce rá adecuadamente las cos as jus tas y bell as an tes d e conocer en qu é se ntido son b ue nas.
REPÚ B UCA VI
329
-c-Presie n tes b ien.
-Pues en tonces nuestro Est ad o estará pe rfect a me nte organizad o. s i el gu ardián qu e lo vigila es algu ie n b
que po see e l conoc im ie nto de es tas cosas.
- Fo rzos a men te. Pero tú . Sóc rates, ¿qué dices que
es el bie n ? ¿Ciencia, p lacer o alg una otra cosa ?
- ¡Ho m bre ! Ya veo bien cl a ro qu e no te conte nta rá s
con lo que opi nen otros acerca de eso.
- Es q ue no me pa rece cor recto. Sóc ra tes. que ha ya
que at e nerse a la s op inio ne s de otro s y no a las de u no.
Iras ha be rse ocu pado tanto tie m po de esas cos as. ' e
- Pe ro ¿es que acas o te pa rece cor re c to decir acerca
de ellas, como s i se s upiese, a lgo que no se sabe?
- Como s i se su p ie ra. de ningún modo, pero si co mo
quien es tá dis puest o a expone r, como su pe ns a mien to,
aquello que p iensa.
- Pues bi en - dije- o¿No pe rcibes que la s opiniones
sin ci encia son todas la mentable s ? En el mejor de los
ca sos, ciega s. ¿O t e parece que lo s cí egos qu e ha cen co-r rectamente s u ca mino se d ife re ncian e n a lgo de los que
tien en opin iones verdadera s s in inteli gen ci a ?
- En nada .
-¿Qu ie res aca so contemplar cosa s la me ntables. ci egas y tortuosas. e n lugar de oírlas de otros cl a ras y d
bell as ?
- ¡Por Ze u s! - excla mó Glaucón - . No te retires, Sóc rates, como s i ya es tuvieras a l fina l. Pue s no sotros
esta re mos sa t isfec hos si, del modo en q ue di scurri ste
acerca de la j us t ici a , la mode raci ón y lo demás. así di sc u r res ace rca del b ien.
- Por mi parte, yo también es ta ré más que sa tisfec ho . Pero me temo qu e no sea ca paz y qu e. po r en t us ias marme. me desacredite y haga el rid iculo. Pero
deje mos por a hora, d ichosos a migos, lo que es en sí mi smo el Bien; pues me parece demasi ado como pa ra que
el presente impul so permita en este mo me nto alcanzar
/
330
PIÁLOGOS
lo que j uzgo de él. En c uant o a lo que parece u n vástago
del B ien y lo q ue más se le as e me ja, e n ca m b io, es toy
d ispue sto a hablar, si os p lac e a vo sot ro s; si no, dejamos la cuest ió n.
-c-Ha b la. en tonces, y nos debes pa ra otra oportunidad e l re la to acerc a de l padre.
S07<l
- Ojalá que yo pu eda pagarlo y vosot ro s recibirlo;
y no sólo lo s inte re ses. como ahora; por ahora recibid
est a c r ia tura y vást ago del Bien e n sí. Cuidaos que
no os e ngañe involuntariamente de al gún modo. ri ndi éndoos cue nta fraud u le nta del in terés.
- Nos c u ida remo s c uanto podamos; pe ro tú lim íta te
a hablar.
- Para eso debo es tar de ac uerdo con vosotros y
recordaros lo que he d icho a n te s y a menudo hemos
hablado e n otras cpo rtunídade s " .
b
-¿Sobre qué ?
- Que ha y m ucha s cosas be llas, m uchas buenas, y
así, con cada m u ltiplicidad , decimos qu e existe y la di st ingu imos co n el lengu aje.
- lo decimos, e n efecto.
- Ta mb ién afi nnamos qu e hay algo Bello en sí y Bueno e n s i y, a ná logamente, res pecto de todas aquellas cosas que po stuláb amos co mo m útiples: a la inversa, a
su vez po stul amos cada mult iplici dad como s ie ndo una
un idad , de ac ue rdo con una Idea ún ica, y denominamos
a cada un a ' lo q ue es'.
19
J uego de pa labra s co n lókos. que s ignifica ta n to 'cria tura', como , e n plural, ' intereses'.
ro El e a ntcs s p ued e re fe rirse a V 476a , pe ro el «a menud o s, etc.,
no puede r..mitir a la Rep,ib/ico, 5ino tal vez a u n diálogo ante rio r,
9ge·lOOd.}' Banq uete 2 1Oc·212a . Refe como el f ed ón 66d SS.,
renci as si mila re s en dialogns anteriores (lf ipias Mayor 286c-d , 288a y
289c·e. E I/lit ron 5d ). éd-e, y Crllrilu 389:'·39 0b} ca re cen, a nu est ro enten de r, de sen tido oruoló gtcc-me tu físico, y por ello sólo son an ticip os
de la coocc pc ión de la s Id eas. Sólo mis hac en dudar los c asos del Euridmw 300c·30 Ia , y cae ·BOa·h. er, Introd ucc ión, pá gs. 35 y sigs .
RE PUB UCA VI
33 1
¡-
-Así es.
_ y d e aq uella s cosas decimos que son vista s pe ro
no pensa das, mi e ntras que, por su parte, la s Ideas so n
pe nsa das, mas no vis tas.
_ Indudablement e.
- Aho ra bien, ¿ po r medio de qué vem os las cosas e
visibles ?
- Po r medio de la vista.
- En efec to, y por medio del oído las a ud ibles, y po r
medio de las de más pe rce pc ion es todas las cosas pe ro
cepnbles. ¿ No es asl?
-Sí.
- Pues b ien, ¿ has advertido que el artesano l ' de la s
percepciones modeló mucho más pe rfectamente la fa cultad de ve r y de se r vis to?
-En realidad , no .
-Examina lo sigu ien te: ¿hay algo de otro género que
el oído neces ita para oír y la voz pa ra se r oída, de modo
qu e, s i est e te rcer gé ne r o no se hace presen te, uno no d
oirá y la otra no se oirá ?
-No, nada .
-Tampoco necesita n de algo d e esa índole mu chos
otros poderes, pienso. por no deci r n in guno . ,O pu edes
decir alguno ?
- No, por cierto.
- Pe ro, a l po de r de ver y de se r visto, ¿ no pie nsas
que le fa lta algo ?
-¿ Oué cosa?
- Si la vista es tá p resente e n los ojos y lis ta para
qu e se u se de ella, y el color está prese nte e n los objeto s, pero n o se añade un tercer género qu e ha y por t
natura leza específicamente para ello, bien sa bes qu e la
vista no verá na da y los colores serán invi sibles.
II
Ha sta el mito del artesano (demiourgó$) divi no del Tim eo no
se hace exp lici ta esta concepción de Dios como artesano. per o el pcn samle n tc ya es tá presente aqu L
r
I
332
ble.
I
mÁLOGOS
- ¿A qu é te refieres?
- A lo que tú lla ma s 'luz '.
- Dices la verdad.
- Por cons ig uiente, el sentido de la vista y e l pod er
de ser visto se h all a n ligados por un vínc ulo de una
5081especie nada pequeña , de mayor est ima que la s dem ás
ligazones de los sentidos, sa lvo que la luz no sea es ti ma - E stá m uy lejo s de no se r e stimable .
- Pues b ien, ¿a cuál de los di oses que hay en el cielo
a tribuy es la aut orí a de aqu ell o por lo cual la lu z hace
que la vista vea y qu e las más he r mosas cosas vis ibl es
sean vis tas ?
- Al mi smo que tú y que cu a lqu ier a de los demás ,
ya que es eviden te que preguntas por el s ol.
- y la vista, ¿ no es por natu raleza en relaci ón a est e
dios lo sig uiente?
- ¿Cóm o ?
- Ni la vist a m isma. ni aquello en lo cual se produ ce
b - 10 que llama mos 'ojo'- son el sol.
- Cla r o qu e no .
- Pe r o es el más afín al so l, p ienso, de los ór ganos
que concie rn en a los senti dos.
- Con m ucho.
- y la fac u ltad que posee, ¿no es algo así como un
fluído que le es dispensado por el so l?
- Cie r t a men te.
- En ta l caso, el sol no es la vist a pe ro, al ser su
causa, es visto por ella misma.
- Así es .
-c-Entonces ya podéis decir qué e nten día yo po r el
vás tago del Bien, al que el Bien ha e ngendrad o an ál ogo
e a sí mi smo. De este modo , lo que en el ámbito inteli gib le es el Bien respecto de la inteligencia y de lo que
-7" se intel ige, esto es el sol en el ámbito visibl e respecto
\ de la vis ta y de lo que se ve.
REP ÚBLI CA VI
333
- ¿Cóm o ? Explícate.
- Bien sabes que los oj os, c uando se lo s vuel ve sobre objetos cuyos co lores no están ya iluminados por
la luz de l día sino por el resplandor de la luna, ven débilme nte, como si no t uvie ra n cl a ridad en la vis ta.
- Efect iva men te.
- Pe ro cua ndo el so l b r illa so bre ellos, ve n n ít ida- d
m ent e, y pa rece como si ' estos m ismos ojos t uv ieran la
cl a r idad .
- Sin duda.
- Del m ismo modo p iensa así lo que corresponde al \
alma: cu a ndo fija su mirada e n objetos so bre los cuales
br illa la verdad y lo que es , intelige. co noce y parece
tener inteligencia; pero cuando se vue lve h aci a lo sumergid o en la oscuridad, que nace y perece, entonces
op ina y percibe déb ilmente con op iniones que la hacen
ir de aquí pa ra allá , y da la impresión de no tener
in teligenci a.
-Eso parece, en efecto.
- En tonces, 10 que aporta la verdad a las cosas cog - e
nosci bles y otor ga al qu e conoce el poder de conocer,
puedes deci r que es la Idea del Bien. Y por se r causa
de la cie ncia y de la ver dad, concfbela como cog noscib le; y a un siendo bellos tanto el conocimiento como la
ver dad , si estimamos cor rectamente el asunto, tendremos a la I dea del Bien por algo distinto y más bello por
ellas. Y así como dijimos que era correcto tomar a la S09a
luz y a la vista po r afines al sol pe r o que sería erróneo
creer que so n el so l, análogamente ahora es correcto
pensar que ambas cosas, la verdad y la cie ncia, son afi nes al Bien, pero sería equivocado creer que u na u ot ra
fue ran el B ien, ya que la condición del Bien es mucho
más dign a de estima.
- Ha b la s de u na b ell eza extraordinaria, puest o que
produce la ciencia y la verdad, y además es tá por enc i-
(
I
334
D1ÁUlGOS
ma de e llas e n cuanto a he r mosu ra . Sin duda, no te refie res al place r.
- ¡Dios no s lib re ! Má s b ie n p rosigue exa m inand o
nuest ra comparación.
b
-¿ De qué mod o ?
- Pien so qu e puedes deci r q ue el sol no sólo a po r ta
a lo que se ve la propiedad de se r visto, s ino ta m bién
la génesis, el crecim ien to y la nut rición. s in ser el mi s mo gé nesis.
-Cla ro q ue no.
- y así dirás que a las cosas cognosci b les les vie ne
de l Bie n no sólo el ser conocidas, si no tamb ién de é l
les llega el e xis ti r y la esenci a 12, a unque el Bien no sea
esencia, sin o algo qu e se eleva m ás allá de la ese ncia
en c ua nto a dignidad y a pote nci a.
, y Gla ucón se echó a reír:
- ¡Por Apelo'. e xc lamó. ¡Qu é elevaci ón demon íaca !
- Tú eres c u lpab le -repliqué- , pues m e h as forz a do a decir lo q ue pe nsaba sobre ello.
- Es tá b ien ; de ni ngú n mo do te de tengas, s ino pro si gue e xpli ca ndo la s im ilitud re specto de l so l, s i es que
te qu eda a lgo po r decir.
- Bueno. es mucho lo qu e queda.
-Entonces no dejes de lado n i lo más mimmo.
- Me temo qu e va y a dejar mucho de lado; no obstanteo no omitiré lo que en es te momen to me se a posib le.
- No, por favor.
- Pie ns a en tonces, como decíamos, c uáles son lo s
dos q ue reinan: uno , el del gé ne ro y á mb ito in telig ibles;
d
21 Tra d uci mo s aq u í ousía por - esenc ta - (sin p ro pósito de con tr astarla con /0 tina; . el
pe ro co n scie nt es d e qu e es u na tm d uc(.ión deficien te. Otra alte rna tiva pod rla s er • realidad », pero, co mo se
ve rá e n el li bro V II . la pal a bra OUSÚl lícne e n tal co nte xto u na f ue rt e
indlcacío n de pers i8te nci a ontológica (que indu cirá a Aristótele s a foro
je r. e n ba se a ella, el concepto d e . s u st an cia. ). que se contra pone a
la gélll',fis o «devenir».
RE PÚBLICA VI
335
ot ro. e l de l visible, y no digo 'el del ci elo' para que no
c reas que h ago juego de palabras. ¿Captas e s tas dos.especies. la vis ible y la .Jnteligibl e ?
- Las ca p to.
- Toma a hora una línea dividida e n do s partes de s igua les; divi de nuevamente ca da secc ión segú n la misma
p ro po rció n . la del género de lo que se ve y otra la del
qu e se in tel ige, y tend rás d is ti nta osc u r idad y claridad
re lativas; así te ne mo s prime ra me nt e, e n el gé ne ro de lo
qu e se ve, una secci ón de im áge nes. Lla mo ' imágen es ' e n
p rime r lu ga r a las somb ras, lu ego a los reflejos en e l 5 111..
agu a y e n tod a s las cos as que. po r su const it ución, son
densas, lisas y bri llantes. y a todo lo de esa índ ole. ¿Te
das cuenta ?
- Me doy c ue nta.
- Pon a hora la otra sección de la que ésta ofrece imágenes, a la qu e corres ponde n los a n imales que viven en
nu est r o de rred or, así como todo lo qu e c rece, y tamo
bi én e l géne ro ín tegro de co sa s fab r icada s po r el hombre.
- Po ngámoslo.
-¿ Es tás d ispuesto a decla ra r qu e la linea ha quedado d ividi da . en c ua nto a s u verdad y no ve rdad. de modo ta l que lo opinab le es a lo cognosci b le como la copia
es a aq uello de lo que es copiado?
b
- E stoy mu y dispuesto.
- Ahora exam ina si no hay que d ividi r también la
sección d e lo intel igib le.
- ¿ De qué modo?
- De éste. Por un lado. en la pr ime ra pa rt e de ella,
el al ma. s irv ié ndose de las cosas a ntes imi t adas como
s i fu era n imágenes, se ve fo rzada a indagar a parti r de
s u puestos, ma rch ando no hast a u n principio s ino ha cia
u na conclusión. Por otro lado. en la seg un da par te, avanza hast a u n pr inci pio n o supue s to, pa rti e ndo de un s upu est o y s in recurrir a imágenes -a d ife re ncia del otro
..
336
m ÁLOGOS
caso-, ef ect u an do el ca mino con Id ea s mismas y po r
med io de Id eas.
- No he apre he nd ido su ficie nte me nte esto que dices.
e
- Pues veamo s nu ev ame nte; se rá más fáci l que e nt ie ndas s i te di go esto a ntes. Cre o que sabes qu e los
q ue se oc up an de geometría y de cálc ulo s u pone n lo
im par y lo pa r, la s figuras y t re s clases de á ngu los y
cosas afines, segu n lo q ue inves t iga n e n cada caso. Como s i la s conociera n, las adoptan como supues tos, y d e
ah í en adela nte no est ima n que deban d ar c ue nta d e
d ellas ni a si m ism os n i a otros, como s i fueran ev identes
a c ualq u ie ra; a ntes b ie n. pa rtiendo de ella s a t ravies a n
el resto de modo consecue nte, pa ra concl uir en aque llo
que pro ponían al examen.
- Sí, es to 10 sé.
-c-Sabes, po r cons iguiente. que se sirven de figu ras
vis ibles y hacen d isc ursos ace rca de ellas , aunque n o
pe nsando en és tas s ino e n aq ue llas cosas a las cuales
és tas se parecen, di scurriendo en vis ta al Cuadrado en
sí y a la D iagon al e n s i, y no e n vist a de la q ue d ibuja n,
y así con lo demás. De las cosas mismas que configu ran
y d ib ujan ha y som bras e imáge nes e n e l agua , y de e sta s cosas qu e d ibujan se s irven como imágene s, busca n511a do di visar aq ue llas cosas en s i que no po d r ian divisar
de o tro mo do que con el pensa mi ento.
- Dices ve rdad .
- A es to m e rcferla co mo la especie inteligib le. Pe r o
e n es ta su p r im e ra sec ción, el a lma se ve forzad a a se rvirs e de su puestos e n su bú sq ueda , si n av anzar- hacia
un principio, por no pod er remont a rse más allá de lo s
supuestos. Y para es o u sa como imágenes a los objetos
que a bajo e r a n imitados. y que ha b ía n s ido conje tu rado s y est imado s como cla r os re sp ec to de los que e ran
sus im it aci ones.
- Comprendo que te refie res a la geome t rí a y a la s
artes afi ne s.
h
22
RE PÚBLIC A VI
337
-Compren de e n tonces la ot r a sec cro n de lo inte ligible, cu a ndo afi r mo que en ella la razón m is ma a p rehe nde, por med io de la facu ltad dia léc t ica , y hace de
los s upues tos no p ri ncipios si no rea lmente s upuestos ,
que son como peld a ños y trampolines has ta el princi pio
del tod o, qu e es no s up uesto, y, t ras a fe rrarse a él. a tenié ndose a las cosas qu e de él de pe nden, de sci e nde hasta una concl us ión, sin servirse pa ra nada de lo se ns ible, e
sino de Ide as, a t ra vés de Idea s y e n direcci ón a Ideas,
ha sta concl u ir e n Ideas.
- Compre ndo, a u nq ue no s u ficie nte me nte , ya que
c reo que t ie nes en men te una tarea e norme: q uieres di stin gui r lo q ue d e lo rea l e in t eligib le es est ud iado por
la ciencia dialéct ica, estableciendo que es más claro que
lo es tud iado por las lla madas ' a r tes', para las cuales
los supues tos son pri ncip ios. Y los que los estudia n se
ven forzado s a est ud iarlos po r m edio del pe nsam iento
d isc ursivo, a u nqu e no po r los se nt idos. Pero a raíz de
no hace r el exame n ava nzando hacia un princi pio sino d
a parti r de su pues tos, te parece qu e no poseen tnt elige nci a acerca de ellos, a unque sean inteli gib les ju nIo
a un pri nci pi o. Y creo que llamas 'pensamiento discu rs ivo' al estado menta l de los ge ómetras y s im ila re s, pero no 'intelig encia'; como si el ' pe nsa m ien to d isc u rsi vo '
fue ra a lgo intermed io e ntre la op in ión y la in te ligenci a .
- Ent e nd iste pe rfecta me nte. Y a hora a plica a las cua tro seccio nes es tas c uatro afecci o nes que se gene ran e n
e l al ma; int el ige nci a, a la suprema ; pe nsa m ie n to d iscu rs ivo, a la segunda; a la terce ra a signa la c reencia y a
la c ua r t a la conje t ur a; y ordé na la s p ro porcíonada me nte , con side ra ndo q ue cua nto má s pa r tici pen de la verda d t a nto más participan de la cl ari dad .
-Ent ien do , y es t oy de ac uerdo e n orden arlas como
di ces.
94 , -
I
il
VII
5 14..
-Después de eso - p roseguí- com pa ra nu es tra natural e za respecto de s u educación y de su falta de ed ucación con una expe r iencia como ésta. Repres énra t e
hombres en una morada subterránea en fonn a de ceverna. que tiene la entrada abier ta . e n toda su e xte ns ión. a la luz. En ella están desde ni ños con la s p ierna s
y e l cuello e ncade nados. de modo q ue de be n pe rma ne ce r a llí y mirar sólo delante de ellos, porq ue las cede...
b nas les im piden gi rar en de rredor la cabeza. Má s a rriba
y mas lejos se halla la luz de un fuego qu e br il la det rá s
de ellos; y entre el fuego y Jos prisioneros hay u n cam ino m ás alto, junto a l cual imagínate un tabique co ns t ruido de lado a lado, como el b iombo que los titiriteros le va n ta n del a nte del público pa ra mo stra r, po r e nci ma del biombo, los m uñecos.
- Me lo im agino.
- Im agína te a hora que , del otro lado del t ab ique , pae sa n sombras que llevan tod a clase de utensilios y fi gu ri 515.. lIas d e hom bre s y ot ros a n imale s, hech o s en p iedra y
mad e ra y de d ive rs as clases: y entre los que pa sa n unos
hablan y ot ro s callan.
-c-Extrana com pa raci ón haces, y ex traños son esos
p ris ione ros .
- Per o s on como nosotros. Pues e n pri me r lug a r,
¿crees que han visto de sí mi s mos, o unos de los otros,
REP UB UCA VII
339
otra cosa que las sombras proyectadas por el fu ego en
la parte d e la ca ve r na q ue uene n frente a sí?
- Cla ro que no, s i tod a su vida es tán fo rzados a no b
mover las cabezas.
- ¿ y no s uc ede lo mi smo con los objetos que lle va n
los que pa sa n del otro lado del ta bique ?
- Ind uda ble me nte .
- Pues e ntonces , s i dialogara n en tre sí, ¿ no te parece que entenderían es t a r nombrando a los objetos que
pa san y que ellos ven ? l .
-Necesar ia me nte.
- y s i la prisión conta ra con un eco desde la pared
que ti enen fre nte a s t, y a lguno de los qu e pa san del
ot ro lado del tabique hab la ra, ¿ no piensas qu e creería n
que lo que oyen proviene de la som b ra que pasa de lante
de ellos?
- iPor Zeus que s i!
- ¿Y q ue los p r is io ne ros no te nd ri a n por rea l o t ra e
cosa q ue las som b ras de los objetos a rt ifici ales transpo r tados?
- Es de t oda necesidad .
- Exa min a a hor a el caso de un a liberación de sus
cade n as y de un a cu r aci ón de s u ignora ncia , qué pasarla s i natu ralmente 1 les ocurriese es to : que uno de
e llos fuera libe rado y fo rzado a leva ntarse de repente ,
volve r el c uello y marcha r mira ndo a la luz y. a l hace r
todo esto, su friera y a causa del encandila m iento fu e ra
incapaz de pe rcibi r aquellas cosa s cuyas so m b ras había
vist o antes. ¿Qué piensas que responde rla si se le dijese d
que lo que había visto antes eran f ru slerías y que a ho-
1 o sea. los objetos tran s portado s del o lro lad o del ta bique, c uyas so mbras, proyectad as so b re el fondo d e la ca verna. ven los p risf oneros.
2
No se tr ata de q ue lo que les s uce d iese fUe ra natu ral - t'I mismo Pla tón di ce que o h rarlan «fo rza dos __ , sino acorde co n la nat urahu man a .
1c1-11
340
DIÁLOGOS
ra, en ca m b io, es tá más próximo a lo real, vu elto haci a
cosa s más reale s y que mira correc tament e ? y si se le
mo strara cada uno de los ob jetos qu e pasa n del otro
lado de t a biqu e y se le obligara a contestar preguntas
sobre lo que son, ¿no piensas qu e se sentirá en dificu lt ades y que considera rá qu e las cosas que antes
ve ía eran más ve rdaderas que la s que se le muestran
ahora?
- Mucho más verdaderas.
e
- y s i se le forza ra a mirar hacia la luz misma, ¿no
le do lería n "los ojo s y trataría de eludirla, volviéndose
hacia aquellas cosas que podía percibir , por considerar
que és tas son rcalm en te más claras que las qu e se le
muest ran?
- Así es .
- y si a la fu e r za se lo arrast ra ra por u na escarpada
y em pin ada cuesta, s in solt a rl o ant es de llegar hasta
516« la lu z del so l, ¿ no sufr ir ía acaso y se irritarí a por ser
a r rastrado y, tras llegar a la luz, tendría los ojo s llenos
de ful gores que le im pe diría n ve r uno solo de los obj etos que ahora decimos que son los verdaderos?
- Por cierto, al m enos inmediatamen te.
- Neces it a rí a acost umbrarse, pa ra po der llega r a mirar las cosas de arriba. En prime r lu ga r miraría con
mayor facilidad las som br as, y de spués las figuras de
los ho mbres y de los otros objetos reflejados en el agua,
luego los hombres y los objetos mi smos. A continuación
contem p laría de no che lo que hay en el cielo y el cielo
b m ismo, mirando la lu z de los ast ros y la lun a más fá cilmente que, durante el día, el sol y la lu z del sol.
- Sin duda.
- Fin alme nte, pienso, podría pe rc ib ir el sol, no ya
en imágenes en el agua o en otros lugares que le son
e xtra ños . sino contemplarlo cómo es e n sí y por sí, en
su propio ámbito.
- Nece sa r iame nte .
i
REP ÚBLICA Vll
341
- Desp ués de lo cu al concluiría, con respecto al sol,
que es lo que produ ce la s es taciones y los anos y qu e
gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo e
es cau sa de las cos as qu e ello s habían vis to.
- E s e viden te que, desp ués de todo es to, arribaría
a t ales conclusiones .
,-y si se aco rdara de su prim era mo r ada, del ti po
de sabiduría existen te allí y de sus en tonc e s campaneros de cau t ive r io, ¿no piensas que se se nti rí a feliz del
cambio y que los com padece rí a ?
- Por cierto .
- Resp ec to de los honores y elogios que se tributaban unos a otros, y de las recompensas para aquel que
con mayor agudeza divisara la s sombras de los ob jetos
que pasaban detrás del ta b ique , y para el que mejor
se acordase de cu áles habían des fila do hab itualmente
a ntes y cuále s de spués, y para aquel de ellos q ue fu ese d
capaz de adivinar lo que iba a pasar, ¿te p a rece que
estaría de seoso de todo eso y que envidia ría a los m ás
honrados y poderosos entre aquéllos ? ¿O má s bien no
le pa sarí a como al Aqui le s de Homero, y «p re fi r ir ía ser
un la brador que fuera s ie rvo de un hombre pob re » 3 o
sopor tar cualqu ier otra cosa, ante s qu e volve r a su anterior mo do de opinar y a aquella vida?
- Así creo tamb ién yo, que padecería c ualq u ier cosa e
a n tes qu e soportar aquella vida.
- Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio as iento, ¿ no t endría ofuscados los ojos
por las tinieblas, al llega r re pen tin amen te del so l?
- Sin duda.
- y si tuviera que discriminar de nuevo aquella s sombras, en ardua competencia con aquellos que han co nservado en todo mo mento las cadenas, y viera confusamen te hasta que sus ojos se reacomodaran a es e 517<1
3 En Od. XI 489-490.
(
342
D1ÁI.OGOS
estadoy se acostumbrara n e n un t iempo nada bre ve.
¿ no se expondría a l ri dículo y a que se d ije ra de él qu e,
por haber s u bido has to lo alto. se había es t ro peado los
ojos , y qu e ni siqu ie ra valdría In pena intentar marchar
hacia a rriba? Y s i in tentase desat arlos y conduci rl os hada la lu z, ¿ no lo mata r ían, s i pu d iera n tene rlo en su s
man os y ma tarlo ?
-c-Segu ra men te.
- Pues bi en , querido Glau cón, debemos ap licar in teh gra esta eJegoría a lo que anteriormente ha sido dich o.
com parando la región qu e se manifies ta por med io de
la vista con la mo rad a-pr is ión . y la luz del fuego qu e
ha y e n ella con"el pode r del sol; com pa ro, por ot ro lado,
el ascenso y contem plación de las cos as de arriba con
el cam ino del alm a had a el á mb ito inteli gi ble, y no te
equi vocará s en cuanto a lo qu e estoy esperando, y que
es lo q ue deseas oír. Dio s sa be s i e sto es realmen te ci erto; e n todo ca so, lo q.rea m í"iñe'i)arece es qu e lo qu e 'e ne u-o de lo cognoscib le se ve al fin al, )' con dificultad ,
es la Idea de l Bie n. Una ve z percib ida, ha de concluirse
qu e es la causa de tod as la s cosas rec tas y be llas, qu e
en el ámbito vis ible ha e nge nd ra do la luz y al se ño r de
ésta , y qu e e n el ámb ito inteli gible es se ño ra y producto ra de la verdad y de la in teligenci a, y que es necesario
te ne rl a en vis ta para poder obrar con sabidu rí a tanto
en lo p rivado como en lo pú b lico.
-Comparto tu pe ns a miento, en la medida qu e me
es po s ib le.
- Mira ta mbi én s i lo com pa r tes en esto: no ha y que
asom brarse de que qu ienes han llegad o a ll¡ no est én di spuestos a ocuparse de los as untos huma nos, sino que sus
ti almas asp iran a pasar e l t iempo arrib a; lo c ua l es na tura l, si la a lego ría de scri ta es co r recta tamb ién e n es to.
-Muy na tu ral.
-c-Ta m poco se r ía ex traño que alguien que, de co ntem pla r las cosas di vinas, pas a ra a las huma nas, se com-
REPÚBLI CA. VII
343
po rt ase des rna ñad a me nte y qu edara e n r idíc u lo po r ve r
de modo confuso y. no acost um brado aú n en forma suficie nt e a las t inie b las circu nd an tes, se viera Forzado,
en los t r ib unales o e n cualquie r otra pa r t e, a di sputa r
so b re som br as de just ici a o sobre la s figu r ill as de las
cuales ha y sombras, y a reñir sobre es to del mo do en e
que es to es discutido por qu ien es jamás han vist o la
J us t ici a e n sí.
- De ninguna manera sería e xt ra ño.
- Pe ro si a lguien ti ene sent ido común, recue rd a que 518<1
los ojos pu ede n ver confu sa me nte por dos t ipos de pe rtu r ba ci ones: un o al trasladarse d e la lu z a la t inie bla,
y ot ro de la ti nie bla a la luz; y al considera r que esto
es lo qu e le sucede a l alma, en l uga r de reí rse irracionalm ente cu ando la ve pe r tu rbada e incapacitada de m irar algo, habrá de e xa min a r cuá l de los dos casos es:
s i es q ue al s alir de una vida luminosa ve con fus a mente
por fa lta de há bito , o s i, vin iendo de u na mayor ignoranci a hacia lo m ás lu minoso. es obnubilada po r el resplan dor. Asi, e n un caso se fel ici t ará de lo qu e le s ucede b
y de la vida a q ue acced e; mie ntras e n el o tro se a piadará, y, s i se quiere re ír de ella. s u ri sa se rá me nos a bs urda que si s e descarga sob re el a lma que de sci e nde de sde la luz .
- Lo que dices es razona b le.
- Debe mos consid e rar e nton ces, si esto es verdad,
que la educación no es como la p ro claman algunos , Afirma n qu e, c ua ndo la c ie nc ia no está e n el a lma, e llos e
la pone n, como si se pus ie ra la vista e n ojos ciegos.
-Afinnan eso, e n efec to.
- Pues b ie n, el pre sente argu mento indica que e n el
alma de cada uno ha y el pode r de a pre nde r y el órga no
pa ra ello. y que. as í como el ojo no pue de vo lve rse hacia la luz y de jar las tinieblas s i no gira todo el c ue r po.
del mi smo modo ha y que vol verse des de lo que t iene
géne sis con toda el alm a, ha st a que llegu e a se r capaz
344
DI ÁL OGOS
de soporta r la contemplación de lo que es , y lo más lud m in o so de lo q ue es, que es 10 que llamamos el B ie n.
¿No es así?
- S í.
- Por consiguiente, la educación sería el a r te de volver este órgano del alma del modo más fácil y eficaz
en que puede se r vuelto, mas no como si le infundiera
la vista, puesto qu e ya la Posee. sino, en caso de que
se lo h aya girado inco rre ct am ent e y no mire adonde
debe, posibilitando la corrección .
- Así parece, en efecto.
- Cie rt a m ente, las otras denominadas 'e xcelencias'
del alma parecen estar cerca de las del CUer p o, ya qu e ,
e si no se hallan presentes previamente, pueden después
ser implantadas por el hábito y el ejercicio; pero la excelencia del comprender da la impresión de corresponder
más bien a algo más divino, que nunca pierde su 'pode r, y
que según hacia dónde sea dirigid a es útil y p rovech osa ,
5 19a o bien inútil y perjudicial. ¿O acaso no te has percatado
de que esos que son considerados malvados, aunque en
realidad son astutos, poseen un alm a que m ira penet rantemente y ve con agudeza aquellas cosas a la s que
se d ir ige, po rq ue no tiene la vista débil sino que está
fo r zada a servir al mal , de modo que, cuanto más agudamente mira, ta n to más mal produce ?
- ¡Cla ro qu e sí!
- No ob stante, si desde la infancia se trabajara pob dando en ta l naturalez a lo que, con su pe so plomífero
y su afinidad con lo que tiene gé nes is y adhe r ido por
medio de la glotonería, lujur ia y placeres de esa índole ,
incl ina hacia ab ajo la vista de l alma; entonces, desembarazada ésta de ese peso, se volvería hacia lo verdader o, y con este mismo poder en los mi smos hombres
vería del modo penetrante con que ve las cosas a las
cuales es tá ahora vuelta.
- Es probable.
REPÚ BLICA VII
345
- ¿ y no es también probable , e incluso necesa r io a
pa r tir de lo ya dicho, que n i los hombres sin educación n i experiencia de la verdad puedan gobernar adc- e
cuadamente alguna vez el Estado, n i tampoco aquellos
a los que se permita pasar todo su tiempo en el estudio,
los prime ros por no tener a la vista en la vid a la única
meta'; a que es necesario apuntar al hacer cuanto se
hace privada o públicamente, los segundos por no querer actuar, cons iderándose como si ya en vida estuviesen residien do en la Isla de los Bi enaventurados? l .
- Ver dad .
- Por cierto que es una tarea de nosotro s, los fun dado res de este Estado, la de obligar a los hombres de
naturaleza mejor do tada a em p re nder el estudio que hemo s dicho a ntes que era el supremo, contemplar el Bien
y llevar a c abo aquel asce nso y, tras haber ascendido d
y contemplado suficientemente, no permitirles lo que
ahora se les permite.
- ¿A' qu é te refie res?
- Queda rse allí y no estar dispuestos a des cende r
jun to a aquellos prisioneros, ni participar en sus trabajos y recom pen sas, sean éstas insignifican tes o va liosas.
- Pe ro en tonces - dijo Glaucón- ¿seremos injustos
con ellos y les haremos vivir mal cuando pueden hace rlo mejor?
- Te olvidas nuevament e \ am igo mío, que nuestra e
ley no atiende a que una sola clase lo pase excepciunalmente bien en el Estado, sino que se las compone para
que esto su ceda en todo el Estado, armonizándose los
ciudadanos por la pe rsuasión o por la fu erza, haciendo
que unos a otros se presten los beneficios que cada uno 5Z0a
4 La Id e a del Bien.
j
Desde PfNDARO (Olímp . 1I 70 -72) la Is la de los Bienaventu rados
es el luga r de lo s jus to s tr as la muerte. ef. Gc rgias 423a-b.
6 el. Adimanto en IV 4 19a .
346
D I Á LOG O S
sea ca paz d e p res tar a la com un ida d . Po rque s i se forj a
a tale s h o m b re s e n el Es ta do, no es pa ra per m it ir q u e
cada u no se vuelva haci a do nd e le da la ga na , sino pa ra
u tiliza rl os para la co nso lidaci ón del Estad o.
- Es ve rdad ; lo habla olvidado, en efec to.
-cObserva a ho ra. Gla ucón, que no se remos inj us tos
co n los filósofos que h a n su rg ido entre no sotros, s in o
que les ha b la re mos en just icia, al forza rlos a ocupars e
b y cuidar de los de más . les diremo s, e n efec to, que e s
na tural qu e los que ha n llega do a se r fil ósofos e n ot ros
Est ados no partici pen en los trabajos de es tos, porque
se ha n c riado por si solos , al margen de la volu ntad
del régimen político respectivo; y aquel que se ha criado solo y si n deber alimento a nadie, en buena ju sti ci a
no tie ne po r qué po ner celo en co m pen sa r su crianza
a nadie . • Pe r o a vosotro s os hemos formado tanto para
vosotros mi smos como pa ra el resto del Es t ado, pa ra
se r conductores y re yes de los e njam b res. os he mo s edu cado mejor y más com plet a me n te que a los otros, y más
e capaces de part icipar ta nt o en la filosofia como e n la
, po lítica, Ca da uno a s u t u rno, por cons igu iente, de bé is
descende r haci a la mo rada común de los de más y ha b ituaros a conte m pla r la s tiniebla s: pu es, u na vez ha b ituados, ve ré is mil veces mejor las cosas de allí y conoce ré is cada u na de las imágenes y de qu é son imáge nes,
ya q ue vosot ros habré is visto an tes la verdad en lo qu e
concierne a la s cosas bell as, jus t as y bue nas. Y así el
Est ado ha b it a rá e n la vigilia para nosotros y p a ra vosot ros, no e n el s ue ño, como pasa ac tualmente e n la mayoría de los Es tados, donde compiten ent re sí corno
d entre so m bras y d ispu ta n e n to rn o al gob ierno, com o
si fuera a lgo de gran valor. Pero lo ci erto es que el E stado en el que menos a nhelan gobe rn a r qu ie nes han de
hacerlo es forzosa me nte el mejo r y el m ás alejado de
dise ns iones, y lo co ntrari o cabe dec ir del que ten ga lo s
gobe rnan tes co nt rar ios a es t o».
J
REPÚ BLICA VII
347
- Es mu y cierto .
_ ¿ y pie nsas qu e los q ue he mo s for mad o, al oír' esto, se nega rá n y no es tarán d ispuestos a co mpar tir los
tra bajos del Estado, cada uno en su tu rno, quedándose
a re s id ir la ma yor pa r te de l ti e mpo unos con otros en
el á mb it o de lo p uro ?
- Im pos ib le, pue s estam os o rdenando a los jus tos e
cosas jus ta s. Pero ade más cada un o ha de go bernar po r
una im po s ici ón, al rev és de lo que sucede a los q ue gobi e rn an a ho ra e n cada Es ta do ,
- As í es, a m igo mío: si has hallado pa ra lo s que van
a gobern ar un mod o de vid a mejor que el gobe rnar. 52 10.
podrás contar con un Es tad o bien gobernado; pues só lo
en él gobiernan los que son realmente ricos, no en oro.
sino e n la riqueza que hace la felicidad: una vida ví r tuosa y sabia. No, en cambio, donde los po rdioseros y n eo
cesi ta dos de bienes p rivados marchan so bre lo s a sunto s
públ icos, co nve nci dos de que all í han de apoderarse del
b ien; pu es cua ndo el gobierno se convierte e n obje to
de d isputas, se meja nte guerra doméstica e intest ina acaba con e llos y con el res to del Est ad o.
- No ha y cosa más cierta.
_ ¿Y s abes acaso de algú n ot ro mo do
vida , que b
el de la ve rdadera filo sofía, que lle ve a de spreciar el
man do político?
- No, por zeus.
-Es necesa r io e nto nces q ue no tenga n acceso a l gobierno los que están enamorados de éste : si no, habrá
adve rsa r ios que los comba tan.
- Sin duda .
-E n t a l ca so, ¿im pond rás la vigil a nci a del Estado
a o tros que a qui enes, ade más de ser los má s lntellgc ntes en lo q ue conci e rn e al gobie r no del E st ado, prefi ere n ot ros honores y u n modo de vida mejor que el de l
go be rnante del Estado ?
- No, a nin gú n ot ro.
r
I
I
1
1,
e
348
DI ÁLO GO S
- ¿Quieres a ho ra que exam ine m os de qué modo se
form ará n tales hombres. y có mo se lo s ascenderá ha c ia
la luz, tal como dicen que algunos han ascendido desde
e l Hades ha sta lo s d io ses ?
-¿Cómo no habr ía de q uere rl o ?
- Pe ro es to, me parece, no es co m o un vo leo de con c ha 7, s ino un vol verse del al ma desde un dí a noc tu r no has ta uno verdadero; o sea, de un camino de ascenso
hacia lo q ue es , cam ino al qu e co r recta me nte llamamo s
'filosofía '.
- Efec t iva me nte.
- Habrá e nt o nces q ue exami nar qué est udios t ienen
d este poder.
-Cla ro está .
- ¿ y qué estudio. Glauc ón, se r á el que arranque a l
alma desde lo que d evi ene hacia lo que es? Al deci rl o .
pienso a la vez es to: ¿ no hemos dicho q ue ta les ho m bres de bía n ha berse ejercitado ya e n la guerra?
-Lo he mos d icho, en efecto.
-Po r co nsi gu ie nte , el estud io q ue buscamos debe
añad ir otra cosa a és ta.
- ¿ Cu ál ?
- No ser inút il a los ho m bres que combaten.
-As! debe se r, s i es qu e eso es po sible.
- Aho ra bi en, a n te r io rmen te " los e d ucábam os por
" me dio de la gim na s ia y de la m ús ica .
- Efec t iva m e nte.
1 La ex p res ión re m ite a u n jue go in fa ntil, que Ad am interpret a
s igu ien do a Gra sbe rgcr: se a r roja ba a l aire una con cha. neg ra de un
la do y blanca del ot ro , y [05 juga dores, div id idos en d os bandos, gritaba n . IJ<K; he » o . d la » (de ahl d e edía noc t u rn o » a cd ta verdade ro », en
la frase sig uien te, seg ú n Pors tcr, c itad o por Adam). Según d e qu e la d o
ca ja, u n ba ndo echaba a co rre r y el otro lo pe rs eguía. Plat ón qui ere
dedr -interp re ta Adum, si guie nd o a Sch le iennacher- que la ed uca dón no es algo ta n in tra sce ndente co mo d icho juego .
a En 11 376e.
REPÚBLICA VII
349
- y la gimnasia de a lgún modo se oc upa de lo q ue
se ge ne ra y pe rec e, ya que supervis a e l creci mien to y
la co r r upci ó n del c ue rpo.
- As í pa rece.
- No es éste, pues , e l es tudio qu e bu scamos.
522a
- No, e n efec to.
-¿Será a ca so la música tal co mo la he mos desc rito
a nt erio rmen te ?
-No, po rque has de r ecorda r qu e la música e r a la
pa rt e cor relativa de la gimnasia: a través de há bitos ed ucaba a los gu a r d ia nes, in cu lcándoles no conocimie ntos
cientificos s ino acordes armoniosos y m o vim ie ntos rírmicos; en cuanto a la s palabr a s, las dotaba de háb itos
afi nes a aquéllos, tratárans e de p a labr as m íticas o m ás
verdaderas, pero no hab ía en ella nada de un estudio
qu e co nd uje r a hacia a lgo co mo lo que buscas ahora . b
- Me haces recordar con la mayor precisión; en efec to, no hab ía e n e lla na d a de es to. Pero, divino Glaucón ,
¿c uá l será entonces semejante estudio? Po r q ue ya hemos vis to que las arte s son todas in di gnas.
- Sin duda, pero ¿q ué otro es t ud io q ue da, s i ha cem os a un la do la música, la gi m na sia y las artes?
- Bien , s i no po demos toma r nada fu era de e llas, tomemos a lgo qu e se pueda e xt ende r sob re todas e lla s.
- ¿ Co m o qué ?
- Po r ejemplo, eso com ú n q ue s irve a todas las ar- e
te s , o perac io nes in tel ectuale s y ci e nci as , y qu e hay q ue
a prender de sd e e l princ ipio.
- ¿ A q ué te r efier es ?
- A esa fru slería po r la qu e se di sci erne e l uno, el
dos y el t res , en una palabra, a lo que concierne a l núm e ro y a l cálcu lo: ¿no su ce de de modo tal qu e todo a r te
y to da cie ncia deben participar de ello ?
- Es cie r t o.
-¿ Incl us ive e l arte de la guerra?
- Ne cesa r ia m ent e.
r
J
350
IJI ÁLO GOS
d
- Pues Pal a med es. cada vez qu e a pa rece en las trugedi as, hace de Aga me nón u n ge neral bien r id íc ulo ".
¿O no te ha s dado c ue n ta de que afirma que , med iante
la inven ci ón de l número, orde nó la s filas del ejérc ito
de Troya, n ume ro las na ves y todo lo dem ás -como
si a nte s nada hu biese sido conta do-, m ie nt ras Agamen ón, al parece r, ni s iq u iera sab ía c uá ntos pies te nía, ya
qu e no sabía contar? ¿Qué piensa s de se meja nte gene ral ?
-Que e ra muy ex traño, s i eso fu ese cie r to.
te
- Por consigu ient e, ¿im pond re mos corno estudio in di spensab le para u n va rón guer rero el qu e le pe rmita
contar y calcular?
-Más q ue cualqu ier ot ra cosa, s i ha de e ntender de
estrategia o, más bien, si es que va a ser u n hombre .
- ¿Percibes lo mismo que yo en es te estudio?
- ¿Qué co sa?
S23<1
-Pa rece q ue , a u nq ue es de aq ue llo s estudios que
buscamos po rq ue por na tu raleza conducen a la in tel ec ción, nad ie lo u sa cor rec ta men te, pero es algo q ue por
eje m plo atrae haci a la esencia.
- ¿Qué q u iere s deci r ?
- Intenta ré most rarte lo qu e me parece q ue es. Cons ide ra junto conm igo la s cosas q ue d istingo como cond ucen tes o no hacia donde d eci mos, dand o tu asenlimie nto o re husando, de modo que podamos ve r más
claramente s i es como pre s ie nto ,
-Mué strame lo.
I(- Te mos t ra ré, s i miras bie n , qu e a lgu nos de los ohb jéi os de la s pe rce pci ones no inci tan a la intel igencia a l
exame n, po r ha be r s ido juzg ados sufici e n temen te por
la pe rcepci ón, mi entras ot ros s in du da la estim u la n a
ex a minar, a l no ofrece r la perce pci ón nada digno de
confia nza ,
9 Dice Ad;lm q ue , a juzga r por lo s fragm en to s d e obra s perd ida s
de Esqu ilo , S ófocles y Eud p ides, és tos han co mp uesto tra ged ias s obre
Palamede s.
RE PÚBLICA VlI
351
I
- Es cl aro - d ijo Glau cón- que ha bl as de las cosas
q ue a pa rece n a lo lejos y a la s pin tura s sombreadasl !
- No - re p liqué- , no has da do con lo que qu iero
deci r.
- ¿Qué qu ie res decir en tonces ?
- Los objetos q ue no inci ta n so n los q ue no s usci ta n
a la vez dos pe rce pcio nes cont rarias. A los que si la s e
suscitan los cons ide ro como es t im u la ntes, p uest o qu e
la percepc ió n no m ues tra más esto que lo cont rario, sea
qu e venga de cerca u de lejos. Te lo diré de un mod o
más claro: ést os decimos que son tres dedos, el meñiqu e, el a nu la r y el ma yor.
- Dc acuerdo.
- Piensa a ho ra que habl o como vié nd olos de ce rca.
Después obs érvelos conm igo de este modo.
- ¿ De qué modo?
-Cada uno de ellos a pa rece igualmente como un
de do , y en ese se ntido no im po rt a si se lo \ 'C en el medi o d
o e n el extremo, bla nco o negro , grueso o delgado, y
así todo lo de esa índo le. En todos estos cas os el alma
de la ma yo rí a de los homb res no se ve fo rzada a pregu nta r a la int eligenci a q ué es u n dedo, po rque de ningú n modo la vis ta le ha dado a e n te nde r que el de do
sea a la vez lo contra ri o de un dedo.
- Sin d u da .
- Es na tural, e ntonc es, que se meja n te pe rcepció n no
es t im u le n i de spier te a la in telige nci a.
"
- Es n at ural.
- Pues bie n, en c uanto a la grandeza y a la peq ue ñez
de los dedos, ¿ percib e la vista suficie nte m en te, y le es
ind ife re nte que u no de ellos es té e n el me di o o e n el
ext remo, y del m ismo modo el tac t o con lo gr ues o y
lo d elga do, con lo b la ndo y lo duro? y los de más se nt idos ¿ no se mu es t ran defectuosos e n casos se me ja nt es?
¿O m ás bien cada uno de ellos procede de mo do qu e, 524a
primerame nte, el sent ido asignado a lo duro ha sido fo r-
I
352
-Si.
DIÁLOGOS
zado a .10 b la ndo , y tra n smi te a l al ma que h a pe rci b ido
una mi sma cosa como d ura y como bla nda ?
- Así es.
- Pero ¿no es fo rzo so q ue e n t ales casos e l alma s ie nta la di ficultad con respecto a qué s ign ific a esta sensación si nos d ice que a lgo es ' du ro', cuando de lo mismo
dice q ue es ' bla ndo'? ¿ Y tamb ién respecto de qué qu iere s ignificar la se nsación de lo livia no y lo pe sado co n
' livia no' o ' pe sado ', c uando d ice que lo pesado es ' liviano' y lo livian o ' pe sado'?
b
-En efecto. so n ex trañas com unicaci ones para el
alma. que reclaman u n exame n.
-Es na tura l que en tal es casos el a lma apele al razonamie nto y a la inte lige ncia pa ra intentar examinar.
primeramen te . si cada cosa que se le tran smite es una
o dos.
-Sin duda .
- y si pa recen dos. cada una parecerá una y di stinta
de la otra.
- Si.
_y si cada una de ellas es una y ambas son dos,
e pensa rá qu e son dos s i están se pa radas; pu es s i no e stá n se pa radas, no pen s ará que son dos si no un a.
-Cor rect o.
- Pe ro de ci mos que la vist a ha vis to lo grande y p equeño no se paradame nte. s ino confund idos, ¿ no es asl ?
_ y pa ra acl a rar esto la intel igenci a ha s ido forzad a
a ver lo gra nde y lo pe que ño, no confundié ndolos s ino
di s tingu ién dol os.
- Es ve rdad ,
- ¿ No es acaso a raíz de eso que se nos ocurre preguntar pri me ra me nte qué es lo grande y qué lo pe queño ?
- Sin duda.
_y de este modo e ra como hablábamos de lo inte ligi ble , por un la do, y de lo vis ib le , por otro.
REPÚB LICA VII
353
- Completamente cierto.
d
- Y es to es 10 que intenta ba de ci r hace u n mome nto,
c ua nd o a fi rma ba que algunos objetos est im u la n el peno
s a mi en tc )' otros no, e n lo c ual definía como est im ulantes aq ue llos que producían se ns acion es co n tra r ias a la
vez. mi entras los o tro s no e xcita ban a la int eligenci a.
- Com pre ndo, y también a mí me parece as í.
- Pues b ien, ¿e n c uál de las dos clases te parece qu e
es tá n el número y la u nidad ?
- No me doy c ue nta.
-Razona a partir de lo di ch o. En efecto, s i la uni dad es vista suficientemente por s í m is ma o apre he ndí da por c ualquier otro se nti do, no a traerá hacia la esenc ía. como d ecí amos en el caso del dedo. Pe ro si se la
ve en a lguna contradicción, de modo que no parezca más
unidad que lo contrario, se necesitará de u n jue z, y el
a lma forzosame nte estará en di ficultades e indagará, excitando en sí misma el pensamiento, y se preg untará
qué es e n s í la u nid ad; de este mod o el a pre nd izaje
conce rn iente a la unidad p ue de estar e nt re los que S25<J
gu ia ñ y vu elve n el alma hacia la conte m plación de lo
que es.
- Por ci e rto - d ijo Gla ucón-. así pa sa con la vis ió n
de la uni d ad y no de modo mínimo. ya qu e vemos una
cosa como una y a la vez como in fin itamen te mú ltiple.
-Si esto es así con lo u no, ¿no pasará lo m ism o con
todo número ?
- Sin duda .
- Pe ro el a r te de ca lcula r y la aritmé t ica tratan de l
núme ro .
-Así es.
-Entonces parece que conducen ha cia la verdad. b
- En fo r ma maravillosa.
- Se ha lla n, por en de, ent re los est udios qu e bu s camo s; pue s a l guerrero , pa r a ordenar su ejército, le ha ce
falta aprender es tas cos as; en cuanto a l filósofo, para
94. - 23
J
e
354
DIÁLOGOS
esc apar del ámbito de la génesis. debe captar la esenc ia, s in lo c ua l jamás llegará a ser un buen calculador.
-Así es .
- Pe ro resulta q ue nuestro gu a rd iá n es a la ve z gu errero y filósofo.
- ¡Cla ro es tá !
- Se ri a conveniente, Gla ucón, establec er p or leyeste es t udio y pe rsuadi r a los que va n a participar de los
más alt os cargos de l E stado a que se a plique n a l ar te
de ] cálculo, pero no como aficionados. sino hasta llega r
a la contem plación de la natura leza de los núm ero s por
medio de la in teli ge nci a; y tampo co para hacerl o se rv ir
e n com pras y ventas, como hacen Jos comerciantes y
mercaderes. s ino co n miras a la gu erra y a faci lit a r la
conversión del al ma de sde la génes is hacia la verdad
y la esencia .
-Es muy be llo lo que d ice s.
d
-Además pienso aho ra. tras lo d icho sobre el estud io
concerniente a los cálcu los, qué ag udo y útil nos es e n
mu c hos aspec tos respecto de lo q ue qu eremos, con t a l
de que se em p lee pa ra conocer y no para comerciar,
- ¿De qué mo do?
-Así: este es tud io del qu e estamos hablando eleva
no t ablemen te el alm a y la obliga a disc u rrir ace rca de
los Nú meros en sí, si n pe r m iti r jamá s que a lgu ien d isc urra proponiendo núme ro s que c ue nta n con c ue r pos
vis ibles o tangib le s. En efecto, sa bes sin d uda qu e los
e xpertos en es t as cosas, si alguien intenta seccionar
la unidad en su di scurso, se rten y no lo aceptan, y si
tú la fracciona s ello s a su vez la multiplican, c u ida ndo
que jamás lo un o aparezca no como s ie ndo uno, s i no
como cont e nie ndo muc ha s pa r les.
-Es verdad lo qu e d ices .
526<1
- y si se les p regu nta: «ho m b res asom brosos , ¿acero
ca de qué núm e ros di scurrí s, e n los cua les la un idad
se halla tal co mo vosot ros la conside ráis , siend o en to-
RE PÚB UCA VII
355
do igua l a cualquie r otra unid ad sin dife ri r en lo más
mfnimo ni conte niendo en sí m ism a parte alguna ? ; ¿qué
crees. Gla ucón, que responderán ?
- Pie nso qu e es to: que los números acerca de los cuales habla n só lo es po sible pensarlos, y no se les pu ede
manipu la r de ningún modo.
-Tú ves entonces, m i am igo, q ue este es t udio ha de
resu lta r nos realmente forzo so, puest o que parece ob li- b
gar al alm a a servirse de la in teligencia mi sm a para
alcanzar la verdad misma.
- Si n duda q ue así proced e.
-¿y no has observado qu e los calcu ladores por naturaleza son rápidos, por así decirlo, en tod os los estud ios, en t a nto que los lentos. c u a ndo son educados y
ejercitados en este es t udi o, aunque no obtengan ningú n
otro provecho. mejoran. al men os. volviéndose más rápidos que a ntes ?
- As í es.
- y no ha llarás fáci lmente. segun pie nso, muchos es- e
ludi os que req u iera n más es fue r-zo para a prender y
practicar.
-No, e n ef ecto.
- Por todos es tos m oti vos no h ay que de s cui da r es te
est u dio, sino que los mejores deb en educar sus na turale zas en él.
-Estoy de ac ue rdo.
-Quede e n tonces establec ido para nosot ros un primer es tud io; a hora bie n, examinaremos u n segundo q ue
le sigue. pa ra ve r s i nos conviene.
-¿ Cuá l? ¿Aca so te refieres a la geomet ría?
- A ella. preci samente.
- En cuanto se e xt ie nde so bre los asuntos dé gue- d
rra, es e vidente q ue conv iene. Porque en lo que concierne a ec a m pa míentos. oc upación de zonas, concen traci ones y despliegues de t ropas, y cuantas formas asuman
los ej ércitos en las batallas m isma s y e n la s ma rchas,
356
DIÁLOGOS
es mu y diferente que el gua rd iá n mi smo sea geómetra
y que no lo sea.
- De esas cosas. s in em bargo - re pliqué-. es poco
de geome trí a y de cá lcu los lo que b ast a . Ava nza ndo mue c ho más lejos qu e eso, de be mos e xa mina r si ti ende a
hace r divi sar más fácil me nt e la Idea del Bie n. Y a eso
tiende. deci mos. todo aquello que fu e rza al alma a girar
haci a el lu ga r e n el c ua l se halla lo más d ichoso de lo
que es, que debe ver a toda costa.
- Hab las cor rec ta men te.
- En esecaso. s i la geometría ob liga a con te mplar la
ese ncia. convie ne; s i e n camb io ob lig a a co ntempla r
el deven tr, no co nv iene .
- De ac ue rdo e n que afi rmemos eso.
.527a
-En es to ha y algo qu e no nos discut irán cuanto s
se a n si quiera u n poco expe r tos en geo metr ía, a sabe r,
que es ta cienci a es tod o lo contrario de lo que d icen
eo sus pa labras los que tra tan con ella.
- ¿Cómo es eso?
- Ha b la n de u n modo ridícu lo a unque forzoso, como
si estuvie ra n ob rando o como s i tod os s us discurso s
apunta ran a la acción: hab lan de 'c uad rar', 'a plica r', 'a ñad ir' y de más palabras de esa índ ole . cuando e n realib dad tod o es te es tudio es c u lt ivado apuntan do al conoc imie nto .
-Com p letame nt e de ac ue rd o.
- ¿ No hab remos de conven ir algo má s ?
- ¿Qué ?
- Que se la c u lt iva apuntando a l con ocimiento de Lo
qu e es s iem pre, no de a lgo que e n a lgú n momento nace
y en a lgú n mo men to pe rece .
-Eso es fáci l de conven ir , pues la geometría es el
conocim ien to de 10 qu e s iem p re es.
- Se tra ta entonces , noble a m igo, de algo que atra e
al alm a haci a la ve rd ad y que produce que el pensa-
REPÚB U CA VI(
357
mi e nt o de l filósofo di rija hacia arri ba lo que e n e l p rese nte dirige inde bidamente hacia abajo.
- Es capaz de eso a l máxi mo .
- Pues s i es tan capa z, has de p resc ribi r a l má ximo e
a los hombres de t u bello Est ado que de nin gún mod o
descuiden la geome tría : pues incl uso sus productos accesorios no son peque ños.
- ¿A q ué te refieres ?
- Lo que tú ha s menci onado: lo concern ient e a la
guerra: pe ro ta m bié n con respec to a todos los demás
estud ios , cómo comprende rl os mejor, ya qu e bien sabemos q ue ha y una enorme diferenci a e ntre quien ha estudiad o geometría y quien no .
- ¡Eno nne, por Zeus!
- ¿Implantamos enton ces esto como un segu ndo estudio pa ra nuest ros jóvenes ?
-Im pl antémoslo.
- y ahora ¿pondremos en terce r lugar la as t ron omía ? d
¿O no te pa rece ?
- A mí si - dijo Glaucón- . En efec to, tener bue na
percepción de las estacion es corresponde no sólo a la
agr ic ult ura y a la na vegación, s ino tamb ié n no menos
a l oficio de jefe milit ar.
- Me hace gracia - rep liqué- , porque da s la im p res ión de te me r qu e a la muchedumbre le parezca que
es tá s est a blecie ndo es tud ios inú tiles . Pero en realid ad
se t rata d e a lgo no insign ificante pero d ifici l d e c reer:
q ue graci as a es tos estudios el ó r gano del alma de cada
ho mbre se purifica y re sucita c uando es tá agoni zante e
y cegado por las dem ás ocupaciones, s ien do un ó rga no
q ue va le m ás con serv a rl o que a d iez mil ojos, ya que
só lo co n él se ve la verdad. Aquell os que es tán de acu e rdo en est o convend rá n conti go sin difi cultad, mientras
que los que nunca 10 ha yan percibido en nada estimarán , natura lmente, lo que digas, porque no ven otra ventaj a e n estos es tudios di gna de se r tenida en cue nt a ,
358
DIÁLOGO S
528<:1 Examina en tonce s desde a hora con quié nes dialogas; o
bi en, si no ha bl as ni a unos ni a otros, haz los d iscursos
princi p almente con vist as a ti mismo, s in tener recelo de
qu e algú n otro pu eda sa car provecho de ellos.
- Eso es lo qu e escojo: ha b la r princi pa lmente con vistas a m í mismo, ta nt o al p reguntar como al responde r .
-Da entonce s un p aso a trás, p ues no he mos tocado
cor rectame nte el es t ud io qu e viene a cont inuación de
la geome tr ía.
-¿ Cómo h em os he cho eso ?
- Des pu és de la su pe rfici e he mos tomado el sólido
b qu e est á en movimiento , antes de captarlo e n s í m ismo;
pe ro lo co r recto es qu e, a cont in uación de la segund a
d ime nsión, se trate la te rcera, o sea lo q ue co ncie rn e
a la dimens ión de los cubos y c u a nto pa rticipa de la
profund idad 10.
- Es ci erto, Sócrates, pe ro me parece qu e eso a ún
no ha s ido de sc ubierto.
- En ef ec to, y son do s las caus as de ello : la prime ra,
qu e ni ngú n Est ad o le d ispen sa mucha es t ima y, po r se r
difícil, se la invest iga débilmente; la se gu nda , que quie ne s in ves t igan necesita n u n s upe rv isor. s in lo cual n o
podrí an de scubrir mucho. y en p rime r lugar es d ificil
que ha ya alguno , y, en segundo lu ga r, si 10 h ub ie ra , ta l
r; como está n la s cosas, no se po dría pers uad ir a q uienes
inves tigan es to, po r se r s uma men te a r ro ga ntes. Pe ro s i
el Es tado íntegro co la bora e n la s upervis ión gui ándolos
con la debida estima, aq uéllos se persuadi rían, y un a
inves t igaci ón cont inua da y vigorosa llega rí a a acl a ra r
cómo es el a sunto, puesto q ue in cluso a ho ra mi smo , e n
que éste es subestimado y mutilado po r muchos, in cl usive por invest igadores qu e no se da n cuent a de su util i-
10 La geo met ría de los sólido s o 'este reome trta' es nom brada comO tal po r vez primera en el pseu do- pla t ónico Ep{no mis 990d y e n
lo s Arla/, Pos/o 1 13, 78b de ANISTÓTELFS.
kEPÚB U C A VII
359
da d, a pe sar de tod o es to flo re ce vigo rosame nte e n s u
propio e ncanto, de mod o que no sería asombro so q ue
se h icie ra manifies to.
- y sin d uda posee un encan to di s tin t ivo. Pero ex pli- d
carne más cl ara ment e lo que decí as; en efecto, pos tu labas de algú n mod o la geome tr ía con el trata m ie nto de
la superficie.
- Sí -ase ntí.
- A cont inuación la as t ro nom ía, inmediatament e despu és de la geome tría, pero lue go volvist e a trás.
- Es q ue en m i urgencia -cxpliqué- expuse todo
ta n rápi do que me he demorado ; porque, de acuerdo
con el método. a cont inuaci ón venia la d ime nsión de
la pro fu nd idad, pero en razón de l estado ri d ículo de la
investigación pasé de la geomet rí a a la astro nomía, que
im p lica movim iento de sólidos.
- Co r re cto.
- Ponga mos en tonce s como cu a rto es t ud io la ast ronomía, e n el pensa mi ento de que el Estado podrá C O lltar con el es tudio qu e ah ora dejamos de lado, c uando
quie ra oc uparse de él.
- Proba ble me nte . En cuan to a mí. Sócra tes, da do que
me has re prochado que ala ba ra la ast ronomía de un modo vu lgar, a hora la elogiaré de un a form a que tú compa rt irás. Me pa rece, e n efec to, que es e vide nte pa ra cua l- 529<1
qu iera que la ast ronomía obli ga a l a lma a mira r haci a
arr iba y la conduce desde las cosas de aq uí a las de
a llí en lo alt o.
- Ta l vez sea evide nte pa ra c u alqu ie ra, e xce pt o pa ra
mí; porque yo no creo q ue sea as í.
- Pero ¿cómo?
- Del modo que la t ratan los que hoy pr oc uran eleva m os haci a la ñlosoffa, hace m ir ar hacia abajo.
- ¿Qué qu ie res de cir ?
- Que me pa rece q ue no es innob le el mod o de aprehender, d e tu parte, lo qu e es el es tudio de la s cosas
b
360
DIÁLOGOS
gu ie n levantara la cabeza para conte m plar lo s bo r d a-
de lo alto; pues das la impresión de cree r qu e, si al-
dos del techo, al observarl os es tarí a cons ide rándo lo co n
la in teligencia, no co n los ojos . Tal vez tú pienses bi en
y yo tontamente; pues por mi parte no pue do co nc eb ir
otro estudi o que haga que el alma mi re hacia ar riba
que aquel q ue t ra t a con lo que es y lo inv is ib le. Pero
s i alguien in ten ta instruirse acerca de cosas se ns ibles,
ya sea mirando hacia arri ba con la b oca a bierta o haci a
a bajo con la boca cerrada, afi r mo que no ha de ap re n .
e dc r nad a , pues no obtendrá ciencia de es as cosas, y el
alma no mirará hacia arriba si no ha cia a bajo, a unque
se estudie n adan do de espaldas, en tierra o en mar.
- Haya ju st ici a - dijo Gla uc ón- , tu reproche es correcto. Pero ¿de qué modo d ices , en luga r del actual,
que se debe aprende r as t ro nomía, si es que estudiarla
nos ha de ser ventajoso con respecto a lo que decimos?
- De est e modo. Estos bordad os qu e h ay en el cielo
están bor dados e n lo visible, y a unque sean los más b ed 110s y pe rfect os de su índole, le s fa lta m ucho en rel ació n
co n los verdaderos, así como de los movimientos con
que, según el ver dade r o número y las verdade ras fig uras, se mue ven la rapide z real y la lent itud real, en relación un a con ot ra, y movi endo lo qu e h a y en ellas;
movimi entos qu e son aprehensibles po r la razón y por
el pe nsamie nto, mas no por la vis ta. ¿O piensas otra
cosa?
- De ningún mo do.
- Es necesario, en tonces, se r virse de los bordados
que h ay e n el ci elo como ejemplos para el estudio de
e los otros, en cie r to m odo como si se hallaran dibujos
q ue sobresalieran po r lo exce le ntemente trazad os y b ien
trab ajado s por Déda lo o algún otro a r te sano o pi ntor:
al verlos, un ex pe rto en geometría cons ide raría que son
sin duda m uy bellos en cuanto a su ejecución, pe ro que
se ría ri d ículo exami narlos con u n es fue rzo se rio p ar a
Cf. no ta 21 al
lU1PÚ1H.ICA V JI
libro VI.
361
captar en ellos la verdad de lo igual, de lo doble y de 530<l
cualquier otra relaci ón.
- Cie r t a me nt e sería ri dículo.
- ¿Y no crees que el verda dero astrónomo se a tendrá a lo m ismo al observar los m ovimientos de los astros ? Considerará qu e el artesano 11 de l cielo y de
c uanto hay en él ha di spuest o todo co n la máxima belleza con qu e es posi ble constituir tales obras. Pero en
c uanto a la s relacione s del día con la noche, de l día y
la noche con el mes , y del mes con el año, y de los de m ás astros respecto de estas cosas y entre sí, ¿no te b
parece que cons iderará a bs urdo creer qu e tran scurren
siempre del mismo modo s in variar nunca, aun cuando
posean cuerpo y sean visib les, y tratar de e ncontrar en
ellos por todos los medios la verda d?
- Así me pa rece, ahora que te escucho.
- Entonces nos se r viremos de problemas en astronomía, como lo hici mos en geometría, pe ro abandonare mos el cielo estrellado, si qu e re mo s tratar a la astro nomía de modo de volver, de inútil, ú til, lo qu e de e
intelige nte hay por naturaleza e n el alma.
- Es una t a rea muchas veces mayor que la de l que
ahora practica astrono m ía la que le prescribes.
- Pu es p ienso que en t odos los de más estudios deb emo s presc ribir de l mi smo mo do, si es qu e he mos de ser
legisladores provechoso s. Y a hora ¿puedes sugerir algú n otro estu dio que se a convenie nte?
- Por el mo mento no.
- Pu es b ien, el mo vimiento no ofrece una forma ú nica s ino mu cha s, creo. Qu izás un sabio podría mencio- d
nar tod a s; pero que nos se an m anifiestas también a n osotros, dos.
- ¿Cuá les ?
- Ade m ás del qu e es tu dia la astronomía , el que es
su co ntra parti da.
11
362
DIÁLOGOS
es ?
- Da la impres ión de qu e, así como los ojos han s id o
provistos para la a s tronomí a, los oidos h an s ido provistos para el movimi e nto a rm ónico, y que se t ra ta de cienci as he rma nas e nt re s i, como dice n los pitagóricos. y
no sotros, Gla ucón , esta re mos de acuerdo . ¿O cómo
pr ocede r em os ?
- Asi.
• - Co mo se trata de un a ta rea de aliento. lo s se gu iremo s a ellos pa ra ve r q ué dicen ac e rca de estas cosas
y de c ua lqu ier o t ra qu e a ñad a n; pero e n todo esto vig ila remos lo que nos conci e rne.
- ¿Y qué es esto ?
-V igilar que aquellos a los que ed ucamos no em prenda n nu nca el estu dio de algo im pe rfecto o qu e le s
im pid a llegar al p u nto al que deben arribar todos lo s
es t ud ios. como ac a ba mos de de ci r acerca de la ast rono'm .. mí a. ¿O no sabes que con la a rmonía hace n algo sim io
lar ? En ef ect o, se pa sa n escuchando acordes y mi di e ndo son idos e ntre s i, con lo cu al. como los a st rónumos,
trabajan inúltime nte.
- y de modo bien r id ículo, ipor los di oses! Cuando
ha blan de 'dos int e rva los de un cuarto de tono cada
u no ' u, y paran s us o rejas como s i trataran de "ca pta r
murmu llos de vec ino s. Unos afi rma n que pueden pe rcibir un son ido e n med io de ot ros dos, que da así el in te rval o más peque ño. m ie n t ras otros replican que e se
11 Trad uzc o tra ta ndo de recoger lo qu e dicen B. EINARSON·P. (lE
U CY e n
ne ta a l pu a je 1135b d e la edición Locb de PLUTARCO, De
tet raco rd io. que compren de el in te rvalo d e una cu a rta. es tá
M Ul'ica:
di vid ido en tr e s ín te rv elos. liga dos por cua tro nulas. Cuando los d os
Inte rvalo s más peque ños. su ma do s ent re si, son má s peq ueños qu e d
in te rva lo rest a nte. so n llamados un pyknó'l o 'c o ndensació n' • . O bie n,
com o ya
defi nía el pybtó n [tal co mo ADAM pa ra frase a e l
lexlO d e Il an nrmica 24, 10 ss. MAROUARD): «cua lqu ie r com binación d e
dos
q ue en co nju n to SO" me n us que el intervalo q uc resta
en la c ua rla c uan do el pyblón es su.' t m ido de és ta • .
REPÚBLICA Vil
363
son ido es s imila r a los otros; pero unos y ot ro s a nt e po- b
nen los o íd o s a la intel igencia.
- Te refieres - dije yo- a esos vali ent es m úsicos que
provoca n tormentos a las c ue r da s y las to rturan esu r ándo las sob re la s clavijas. Pero te rm ino con es ta imagen, pa ra no a la rga r esta com pa ración con los gol pe s
que Ics dan a las cuerdas con e l plec tro, ac usándola s
de s u negativa a emit ir un sonido o de su facilidad pa ra
da rlo. En realidad, no es de ellos de quie nes ha blo, s ino
de aque llos a los c uales decía qu e debíamos interrogar
acerca de la a rmo n ía IJ. Pues é stos h acen lo mi smo e n
la arm o nía q ue los otros en la a stronomía, pu es b usca n e
números en lo s acordes que se oyen . pero no se ele va n
a los prob lemas ni exa mina n c uá les son los núme ro s
a rmónicos y cuáles no, y por qué en cada caso.
- Hablas de u na ta rea digna de los dioses .
- Más b ien dt rt a que es una tarea ú t il para la b úsqu eda de lo Bello 'i de lo Bueno, e in ú til s i se pe rsigue
de otro modo.
-Es probable.
- Aho ra bien, p ie nso que, s i el cam ino a t ravés de
tod os es t os est udios que he mos descrito pe rmite a r r i- d
ba r a un a relación y parentes co de u no s con otros, y
a de mo st rar la afin idad q ue ha y ent re ello s, lle va remos
el as un to hacia el pun to q ue quere mo s y no trabaj aremos inút ilme nte; de otro mo do, se rá e n va no .
- Presie n to que es as í. Sócrates; pero la ta rea de qu e
hablas es e no r me.
- ¿ La q ue con cierne al preludio, o c uál o t ra? ¿O no
sa bes que tod o esto no es m ás que un prelud io a la me-
1)
Ada m , sigu ie ndo a Mon ro , pie ns a qu e Plat ón d ir ige s u crit ica
a la escuel a pit agórica o m atem ática de mú sica, «quie nes identifica ban ca d a int e rvalo con una YIlllo., pe ro que Glaucón ha creído err ónea men te q ue al ud ia a una escuela riva l (1a
«que medi a
tud" .. los int e rva los como mú lt iplos o fracdon" s d" l ton o • .
4
e
I
364
mÁ !.o {;OS
lo d ía q ue se d ebe a pr end e r? ¿ O ac aso c rees que los
ver sa dos e n aque llo s es t ud ios so n di al écticos ?
- No, ¡po r Zeus ! Con excepc ión de a lgu nos pocos que
he e nco nt r ado ca s ua lmente.
e-Pe ro e n ta l caso, los que no se a n capaces de dar
razón y re cibi rl a. ¿sa brán a lgu na vez lo que de cimo s
que se debe sa ber?
- Una vez má s no.
53211
- Veamos, Glauc ón: ¿ no es és ta la melodía que ejecuta la d ia léctica ? Aun que sea inteligib le. es im it ada por
el poder de la vist a cuando. como hem o s dicho . en saya
mi rar p rimeramen te a los seres vivos y lu ego a los ast ros, y por fin a l sol m is mo. Del m ismo m o do, cuando
se in tenta por la d ia lé c t ica lle gar a lo que es en sí c ada
cosa, sin sensación a lgu na y por me d io de la razón, y
b sin detenerse a ntes de captar por la intel igen cia mi sm a
lo que es el Bie n m ism o, llega al t érmino de lo in te ligible co mo aquel pri sion ero al té rmino de lo vis ible.
-Enterame nte de acuerdo.
-¿ Y b ie n ? ¿No es esta marcha lo que denominas
'd ia léc t ica ' ?
-Sin d uda .
(1 - Pues bi e n; la libe r aci ón de los pri sioneros de sus
r
ca de nas, e l vo lve r se desde la s so m br a s hacia la s figurilla s )' la luz, su asce nso de sde la morada s u bter r á nea
ha cia e l so l, su p rimer momento de incapacidad de mirar allJ a lo s a nim a le s y p la nt a s y a la luz del sol,
" pe ro s u capaci dad de m ira r los d ivino s reflejos en las
a guas y la s so m b ras de las c osas reales , y no ya so mbras de figurilla s proyect a da s por o tra luz q ue r especto
del so l e ra co mo un a im agen: todo este tratamiento por
J medio de la s arte s q ue hemos descrito tien e el mi smo
•
pode r de eleva r 10 m ejor q ue ha y e n el a lma h a sta la
con te m p lación del mejo r de todo s los ente s, tal co mo
en nue st r a a leg o ría se el evab a el órgano más penetran -
REPÚBLICA VII
365
te de l c ue rpo h acia la contemplación de lo m á s br ill an te
d el á m b ito vis ib le y de la ín dole del cue rpo. 11
d
-Lo a d m ito, aunque s in duda es a lgo difícil de a dm itir , pero por o tro la do es d if íci l no ad m iti rl o. No obsta nte -y puesto que no sólo e n e s te momento presente
he mos de d is cut irlo, s ino que q uedan mucha s o por tu nt dade s pa ra vo lve r sob re él-, dé moslo por a hora como
a d m it id o, y vaya mos hacia la mel odía para d esc ri b irl a
c o mo he mos hec ho co n su preludio. Dim e cuál es e l
modo de l poder d ia lé ctico, en qué cl a se s se div id e y cu á- e
le s son s us c a m inos. Pu es me pa rec e q ue se tra ta de
cam inos que cond uc en hacia e l punto llegados a l cual
es taremos, como a l fin de la trave sía , e n r e poso .
- Es que ya no serás capa z de seg uirme, mi querido 5) 3<>
Glaucó n. No es que yo deje de m i parte nada de buena
voluntad, pero no sería ya una a legoría como a ntes lo
q ue verías, sino la ve rda d misma, o al me no s lo q ue
me pare ce se r ést a. S i e s re a lmente asi o no, no creo
ya q ue poda mo s afirmar lo co n fiadamen te. pero sí pode mos a rriesgam os a afirmar que h ay a lgo se mejante que
se puede ver. ¿No es así?
-Cla ro que s í.
-¿ Y podemos afirma r tambié n que e l poder d ial éct ico só lo se re vel ará a aq uel que sea e xperto e n los est udi os q ue hemos descrito, y que cualq uie r o tro es incapaz?
- S í, eso se pue de a firma r co n seg u r idad.
-En todo caso, nadie nos d iscu tir á esto: que ha y b
o t ro método de aprehender e n cada caso, s iste má t ic ame nte y so b re todo, lo que es ca d a cosa. To da s la s de m á s a rtes , o bien se ocupan de la s opinione s y deseos
de [os hombre s, o bi en de la c reación y fa b ri ca ción de
obje tos, o bie n del cuidado de la s cos as cre a das naturalmente o fabricadas artificialment e. En cuanto a la s
r e sta ntes , que dijimos captan al go de lo que C S , co m o
la geomet rí a y la s q ue en es e sentido la acompa ña n, nos
ha cen ver lo q ue es como en sueños, pero es imposi ble e
r
d
e
366
DIÁLOGOS
ver con ellas en estado de vi gilia; mi entra s se s irve n
de supuestos, dej ándolos inamovib les, no pueden dar
cue nta de ellos. Pues bi en, si no conoc en e l p r incipio
y a nudan la conclusión y los pa so s inter medios a algo
que no conoce n , ¿qué arti ficio co nve rtirá semejante en cadena mi ento en ciencia ?
- N ingu no.
- Po r co ns iguien t e, el m étodo dial éctico es el único
que m a r c ha, ca nce la ndo los supuestos, ha st a el princi p io m ismo. a fin de consolidarse a llí. Y dicho m étodo
e m puja poco a poco alojo de l a lm a, cuando e st á sumergid o realmente e n el fango de la ig no r ancia , y lo ele va
a las altur as, utilizando co mo asistentes y auxili ares p ar a es ta con versión a las artes que he mo s des c r ito. A éstas m uchas vece s las he m os llama do 'cie ncias ', por co stum bre, pero habría que darles un nombre más cl a r o
q ue el de 'opinió n ' pero más oscuro que el de 'ciencia'.
En 10 dicho ante r io r mente l . 10 hemos dife r enciado camo 'p en sa m ie nto di sc u r sivo' , pero no es cosa de disput ar acerca del nombre en materias tales como las que
se p resentan a exa m en .
- No, en efecto.
- E nto nces estaremos satisfec hos, c omo a ntes, con
llam a r a la primera par te 'c ie ncia ', a la segunda 'pens am iento di sc u rsivo' , a la terce ra 'cr ee nc ia ' y a la cuarta
'conjetura ', y estas dos últim a s en conjunto 'o pinió n ',
m ien tras qu e a las dos p ri m eras en conj unto 'inte lige ncia ', la o pinión referi da a l deven ir y la int eli ge nci a a
la es encia. Y 10 que es la esenc ia respecto de l devenir lo es la in te ligencia respec to de la op inió n; y lo
que es la cienci a r esp e cto de la creencia lo es e l pensam iento d isc u rsivo respecto de la c on jetura. En cuanto
a la proporci ón en tre sí y a la di vis ión e n do s de cada
14 En VI 511d .
15 génesis. Cf no te 22 al lib ro VI.
RE PÚBl.I CA VII
367
uno de los ámbitos co r res pondien tes, o sea, lo opinable
y lo inteli gible, dej ém os Jo, Glaucón, para que no te ngamos qu e v ér no slas con di scursos m ucho m á s la r gos q ue
los pronu nci ados an te r iorme nte.
- Po r mi parte , e stoy de acuerdo , en la medida en b
q ue pue do segu irte.
- y lla m as también 'd ialéctico' a l q ue alcanza la razón de la esencia; en cuanto al que no puede dar razón
a s í mi sm o y a los demás , en esa m edida dirás que no
tie ne intelig encia de estas cosas .
- ¿ Cóm o no habrí a de decirlo ?
- y del m ismo modo con r es pecto a l Bien: aquel que
no pue da disti ng uir la Id ea del B ien con la razón, a bst rayéndola de las demás , y no pueda atravesar to das
las dif iculta des como en medio de la bat all a, ni aplicar. e
se a est a búsque da - no según la apariencia s in o según
la esenci a - y tampoco ha ce r la m archa por todos es tos
lugares con un razonam ie nt o q ue no dec a iga , no dir ás
que semejan te hombre posee el conocimiento del Bien
e n si n i de ninguna otra cosa bue na; sino que, si a lc anza
u na im a gen de éste, se rá por la opinión, no por la cienc ia ; y que en su vi da actual est á soñando y durmiendo,
y q ue bajará a l Hades a ntes de po der desp er t ar a quí,
pa r a acabar durmiendo perfectamente a llá.
d
- ¡Po r Zeus ! Diré lo mismo que tú.
- Per o si algu na vez ti enes que educar en la práct ica
a estos niños que a ho r a e n teorí a e d ucas y fo rmas , no
pe r m itir ás que los gobernantes del Es tado y la s auto r idades e n las cosas supremas sean irracio nales, com o
líneas ir r a ci on ale s.
- Po r cierto qu e n o.
- ¿ y les presc r ibi r ás q ue part ic ipen a l máximo de
la educaci ó n que los capacite para preg untar y res po nder de l m odo m á s versado?
- Lo p rescribiré junto co nt igo .
e
368
DIÁLO GOS
- ¿ y no te parece qu e la dialéctica es el co ronamiento supremo de los estudios . y que p or e nci ma de éste
no ca be ya colocar co rrectamen te ningún otro, s in o
535 u da r po r te rminado lo que corresponde a los estudios?
- De acuerdo.
- Te res ta aú n la distribuc ió n de es tos est ud ios: a
quiénes los asignarás y de qué modo.
- Eviden teme nte.
- ¿Recu e rdas la primera selección de los gobernantes que escogimos?
- ¿Cómo no he de recordarlo?
- Pien sa entonces q ue también en los de m ás aspectos de ben e legirse aq uellas natu r al ezas, pues hay que
pr efe ri r las más estables , las m ás valien tes y en lo
b posible las m ás agraciadas; pero además de esto, cab e
buscar n o só lo los caracteres no b les y vir iles, sino que
posea n también los done s n aturales que convienen a tal
educación .
- ¿Cuáles son los que distingues?
- H an d e contar, b ienave nturado amigo, con la penetración r espect o de los es tudios y la capacidad d e
aprender sin dificultad; pu es las almas se arredran m ucho más ante los estudios ardu os que ante los ejercicios
gimnásticos, porque sient en más como propia una fatiga que les es privat iva y no ti enen en com ún con el
cuerpo.
- Es ci erto.
e -Y ha y que b us carlos ta mbién con buena memoria,
perseverantes y amantes en todo sentido del trabajo. ¿O
de qué modo p iensas que estarán dispues to s a cu ltivar
el cue r po y a la vez cu mplir co n sem ejante es t udio y
ejercicio?
- De n ingú n modo, s i no est án bien dot ados en todo
sentido.
- Por cons iguiente, el e r r or y el descrédito q ue se
abaten ac tual me nte sobre la filosofí a se deb e, como ya
REPÚBLICA VII
369
he d icho a ntes, a que no se la cu lt iva digna ment e. En
efec to , no deben cu lt iva rl a los bastardos sino los b ien
nacidos.
- ¿ En qué se nt ido lo dices ?
- En primer luga r, quien vaya a cultivarla no debe
ser cojo en el amor al trab ajo, con una mitad di spuesta
al trabajo y otra m it ad pe re zos a . E sto suce de cu a ndo
alg uien ama la gim nas ia y la caz a y todo t ipo de fatigas
co rp orales, pe r o no a ma el es t u dio ni es dado al di álogo
y a la indaga ción, s in o que tiene ave rsión por los trab ajos de es ta índole; y es coj o ta m bién aqu el cuyo amor
al trabaj o m archa en sentido contrario.
- Dices una gran ver dad.
- y lo m ismo respecto de la verdad, dec la ra remos
que un alma es tá mu tilada cuando, por una p a r te, odia
la mentira voluntaria y la sop or ta difí ci lmente en ella
mi sma y se irrita sob re mane ra si son otro s los que m iente n, pe r o, por otra pa rte, admite fácil mente la mentira
involu nt a ri a, y no se irrita s i alg una ve z es sorprendida
en la ignor a nci a. s ino que se rev uelca a gu sto en ella
como u n a nimal de la especi e porcina.
- Por entero de ac u e rd o.
- Ta mb ién con respecto.a la mod eración, a la val entia, a la grandeza de es píri tu y toda s las pa rtes de la
excelencia. hay qu e vigilar, y no menos, para di s tinguir
al ba stardo de ! bien naci do . Pu es cu a ndo un pa rticula r
o un Es tado no saben e xamina r las cosas de tal índ ole,
se sirven inadv ertid am ente de co jos y bas tar do s para
el propós ito que se p rese nte . sea como amigos, sea como gobe r nantes.
- y así pa sa, en efecto .
- Por t anto, debemos tene r cu idado con tod as las
cosas de est a ín do le; ya que, si son pe rsonas san as de
cuer po y alma las que educ a mos , con du cié ndolas a tal
estudio y a tal eje rcici o, la J u s tici a mis ma no nos ce nsu rará y p reservaremos el Es tado y su organizaci ón po 94 . - 24
d
e
536a
b
a
370
cr. m '412c.
DI ÁLO GOS
lític a ; pero s i gu ia mos haci a ta les estud ios a pe r so n as
de otra índole, hare mos tod o lo co nt rar io y derramar ema s más ri dículo aún sobre la filosofía .
-Es verdaderamente vergonzoso.
-Por entero de acue rdo. e nto nces. Pe ro ' yo tamb ién
creo qu e en es te mome nto me sucede algo di gno de r isa.
-¿ Qué cosa?
e
- Me o lvidé de que j ugábamos. y ha blé m ás b ie n e n
te ns ión; po rq ue a la vez que hablaba miré a la fílosoña
y, al verla tratada t an injuri osame nt e. me irrité y. como
e ncole ri zad o c o nt ra los c ulpa b les , 'd ije con m ayo r se r-iedad las cosas qu e dije.
- No, ¡por zeus! Al menos pa ra mi, que e ra qu ie n
es cuchaba.
- Pero si para m í, que soy el qu e h abla . Con todo,
no olvid emos qu e en la prime r a selecci ón elegíamos
d ancia nos " , m ientras que e n és ta eso no es po s ib le.
pues no hemos de c reer a Sal ón c u ando dice que , al
envejecer, se es capaz de a p re nder mu c ha s cosas, sino
qu e se se rá menos capaz de a prende r que de cor rer;
pues a los jóve ne s cor res po nde n tod os los t ra bajos esfo rzados y mú lt ip les.
-c-Neces a r ia m en te.
- Por cons igu ie nte , tanto los cálcu los como la geomet r Ja y todos los es tu dios p re lim inares que deben enseñarse an tes qu e la d ialéc t ica ha y qu e proponé rselos
d esd e niños, pero s in hace r com puls iva la for ma de la
instrucci ón .
- y esto ¿ por qué?
e
- Porq ue e l hombre li bre no debe a pre n de r ninguna
disci plin a a la manea del escl a vo ; pu es los t rabajos corpo ral es qu e se prac tic an bajo coe rci ón no pr oduce n d año al cu erpo, en ta nt o que e n e l alma no pe rma nece
nada que se a pre nda coerciriva me nte.
16
RE P ÚBLICA VII
371
-Es verdad .
- E ntonces, excelen te a migo, no ob ligues po r la fuerza a los niños en s u a pre nd izaje, sino edúcalos ju ga ndo,
para que también se as más capaz de divisar aq uello
pa ra lo cual cada un o es natu ralmente a pto.
- Tienes razón en lo que d ice s.
-¿ No recuerdas que decí amos 11 que ha y que co nducir los n iños a la guerra, como observado res montados a ca ba llo, y qu e , e n caso de que no fue ra pe ligroso ,
ha bía qu e acerca rlos y gus ta r la sa ngre, como cachor ros?
- Recue rdo.
- Pues a aq uel que sie m p re, e n tod os est os trab ajos,
es tudios y temores, se mu estre co mo e l más ág il, hay
que admi tirlo den tro de un nú mero sel ec to.
En
V
467e.
53iQ
h
- En el mom en to en que dejan la gim nas ia oblígater ia : pues e n ese ti empo, sean do s o tres lo s años qu e
tran scu r ran , no se puede h acer ot ra cosa, ya que la fa tiga y el sueño son ene m igos del es t ud io. y al m ismo tiempo , és ta es un a de la s prue bas, y no la me no r, la de
cómo se mu estra cada u no e n los ejercicios gimnást icos.
- iCla ro qu e s i!
- Des pués de ese tie mpo, se escogerá e nt re los jóvenes de vei nte a ños, y los es cogidos se lleva rán mayores
hono re s que los demás , y deben cond uci rse los estu- e
dios a pre nd idos en fo rma disper sa du rante ia niñez a
una visión s inópt ica de las afinidades de los es tudios
ent re sí y de la na t u rale za de lo que es.
-En tod o caso, se meja nte ins t ru cción es la ún ica fi rme en aquell os e n qu e se p rodu ce.
- y es la más grande pru eba de la natura leza dia léct ica y de la qu e no es dialéctica ; pu es e l d ia léc tico es
sinó ptico, no as í el qu e no lo e s.
- Com pa r to tu pensamiento.
17
d
372
mÁLO GOS
-c-Es necesa rio, e nt onc es, que exa mines estas cosas,
y qu e, a aq ue llos que so bresal ga n ent re los que so n
constante s e n los est ud ios. e n la gu erra y e n la s demá s
cosas prescritas. un a ve z qu e hayan pa sado los trein ta
añ os, a éstos a su ve z los se lec ci ones e n tre los a ntes
escogidos. instituyéndo les honore s mayores y exam ina ndo . a l proba rlos media nt e el poder di aléc tico. quié n e s
capaz de presc ind ir de los ojos y de Jos de más sentidos
y marcha r. acompaña do de la ve rdad . hacia lo que es
en sí . Y s in e m ba rgo aq uí tenemos una tarea que requie re de mu cha p recaución, a migo mío.
- ¿Por qué ?
t
- ¿N o le percatas de cuán grande llega a ser el mal
relativo a la d ialéctic a en la actualidad?
- ¿Cu á l mal ?
-De al gún modo está co lmarla de ilegalidad.
-Muy cierto.
- ¿Pie n sa s que es algo asombroso lo que les suced e,
y no los exc usas?
-¿ En qu e sen t ido?
-Es como s i u n h ijo pu ta ti vo fuera c ri ado e n medio
538<1 de abu nda ntes ri quezas. e n una familia muy numeros a
y e nt re muc hos aduladores, y al llega r a adult o se d iera
cuenta de que no es h ijo de los qu e afi rman se r sus
padres, pe ro no pudie se ha lla r a sus ve rdade ro s progeni to re s. ¿ Puedes pre se nti r c uá l se ria su d is po s ici ón re spe c to de los adu ladore s y de su s s upuestos padres e n
el tiempo e n qu e ign ora ba lo concern ien te a la s us t it ución y a su ve z e n el t iempo e n que lo su pie ra ? ¿O qu ieres esc uchar cómo lo pres iento yo ?
-Qui e ro es to últ im o.
- Pues bien, p res iento qu e honrará más a los que
b toma por su p ad re, su madre y parientes qu e a los adu.
lad ores. pe r mitirá menos que les fa lte alg o, obrará y
habla rá d e mo do me nos indebido fr ente a ello s y lo s
REP ÚBLICA VII
373
de sobedecerá e n la s cos as import antes menos que a los
ad ula do res, e n el tiem po e n que igno re la ve r da d.
- Es probable.
- Mas una vez pe rc a tado de la realidad, presum o que
s u es t ima y s u c u ida do se relajarí a res pec to de aquéllos
e ir ía e n a umento respec to de los adu la dores. y obedeced a a éstos de mod o m ás destacado que antes, y vivi- e
Tia acorde co n és to s, asociá nd ose a ello s s in tapujos,
no c u ida nd o ya de su padre n i de los demás s upuestos
pa r iente s, sa lvo que tuviera u na naturaleza pa r t icula rme n te bondadosa.
- Tod o eso q ue d ices suc ederá tal c ual; pe ro ¿e n qué
se re laciona esta comparación con los que se dedican
a la d ia léctica?
- En esto. Sin duda tenemos de sde niños conviccione s acerc a de las cosas jus tas y ho norables, por las cuales hemos sido c ri ados como po r padres. obedeciéndola s y honrándola s.
- Efec t iva men te.
- Pe ro hay t ambién otras p rácticas contrari as a ésas. d
po rtado ras de plac eres, que adu lan nues tra alma y la
a t raen haci a ella s. pero los homb re s razon ables no les
hace n caso , s ino que honra n la s e nse ña nza s pa ternas
y la s obedecen.
- Así es.
- Pues b ie n; s i a un hombre en tal s ituaci ón se le
fo rmu la la pregunta '¿q ué es lo hono ra ble?', y a l re spon de r aq uél lo que ha oí do del legislad or se le refu ta,
re pit ié ndo se un a y mil veces la refut aci ón, hast a que
se le lleva a la opi n ión de q ue eso no e ra má s ho norab le e
que deshoncrable. y de l mi smo modo con lo ju st o, lo
bueno y con las cosas por las cu a les t iene más estima,
¿qué es lo que piensas que, des pués de esto, ha rá e n
lo concern ien te a la r everencia y su misión respec to de
ellas?
374
OIÁLOGOS
- Forzosamen te, ya no la s re ve renci a rá ni acatará
de l mismo modo.
- y c ua ndo no las tenga ya por va lios as ni po r p roS39a pias de él, pero no ha lle las verdaderas. ¿a qué otro mo do
de vida qu e al del adula dor es probab le que se aboq u e ?
- A ningún ot ro .
-c-Entonces, pie nso. de respet uoso d e las leyes que
e ra, parece rá qu e se ha con ve rtido e n rebelde .
-Necesariamente .
- ¿No te parece natural , en tal caso, lo que les suc ede a q uie nes se aplican de ese modo a la dialéct ica , )'
muy excusable ?
- Es pa ra ap ia da rse.
- y p á ra que tus hombres de t rein ta años no infu ndan piedad , hay que tomar tod o tipo de preca uci on es
al abor da r la di aléc tic a.
- Seg urame nte.
b
- y un a im porta nte precauci ón cons is te en no deja rles gusta r de ella cua ndo son jóve nes; pie nso. en efect o,
qu e no se te ha b rá escapado que los joven citos. cuando
gustan po r pr im era vez las discusio nes , las pract ic a n
in debidame n te convirt iéndolas e n juegos. e im ita ndo a
los qu e los han refut ado a ell os refutan a otros, gozando como cac hor ros en ti ro near y da r de nt elladas con
a rgumentos a los qu e e n cu alq u ier mo men to se les
acercan .
- Gozan sob re ma nera.
- Así es que, c ua ndo refutan a m uchos y po r m uc hos so n re fu tados, ráp idame nte se p rec ipita n e n el esce pt ici smo respe ct o de lo que a ntes cre ían. y la consec ue ncia es q ue tanto ellos m ismos como la filosofía en
su conj unto caen e n el descrédito a nte los demás.
- Es una gran ve rd ad.
- A u na mayor edad, e n ca mbio, u n ho mb re no estará di spuesto a participa r e n semej an te desenfreno, sino
qu e im itará al qu e es té dispuesto a bus car la verdad
RE PUBUCA. VII
375
más b ie n que a l que hace de la cont radicción u n juego
d ive rt ido, y será él mis mo más mesurado y ha rá de
su ocupación a lgo res peta ble e n lugar de desd e ña bl e. d
-Co r rec to.
- y lo qu e dijimos a ntes fue d ic ho por precau ció n,
a sa be r, que es a las nat u raleza s orden ad a s y est a bles
a las que ha y que darles acceso a la s discu s ion es y no,
como se hace a hora , a l p ri me ro q ue pasa , a u n c ua ndo
no sea en na da apropia do para a plic a rse a ellas.
- Ente ra me nte de acue rdo.
-c-Bastar á, enton ces, con qu e pe rmanezcan a plicados
a la dia léc tic a de modo ser io y pe rseve ra nte. no haci e ndo ningu na ot ra cosa , ejercitándose de l modo e n que
antes se practica ron los ej erci ci os corpo ra les , pe ro el
dob le de ti empo.
-¿ Qu ie res deci r seis a ños o cua tr o ?
- No impor ta , ponle cinco. Despu és .de eso debes
hacerlos descende r nuevamente a la cave rn a, y ob lig a rlos a manda r en lo tocante a la gue r ra )' a desempe ña r
cuantos cargos convienen a los jóvenes . para que tampoco en experiencia queden a trás d e los demás. Además, e n esos cargos debe n se r pro bados pa ra ver s i
pe rm a necen fi rmes, c ua ndo desde todas d irecci ones se S4O<l
los qu ie re atra e r, o bien si se m ue ven.
-¿ Y cu án to tie m po estableces pa ra est o ?
- Qu ince año s. Y una vez llegados a los ci ncuen ta
de edad, ha y que cond uci r ha st a el fin al a los que hayan
sa lido a iro sos de las prue ba s y se ha ya n ac red itado como los mejo res e n tod o sen t ido, ta nto en los hechos como en las disciplinas ci e nt íficas, y se les de be forzar
a elevar el ojo de l a lma para m irar ha cia lo qu e proporci ona luz a tod as las cosas; y, tra s ver el Bien e n s f
s ir viéndose de éste como pa radigm a, o rganizar du ran te b
el rest o de s us vidas e-cada uno a s u tumo- el Estado.
los pa rt icu la res y a s i mismos, pasa ndo la ma yo r parte
del ti em po con la filos ofía pe r o, cua ndo el tu r no llega
376
DIÁLOG OS
a cada uno, af rontando el pe so de los asun tos po lític os
y gobe rnando po r el bi en del Es tado , cons ide ra ndo es to
no como a lgo elega nte sino como a lgo necesario. Y a sí,
des pu és de hab e r educado s ie m p re a otros se mejantes
para dejarlos e n su luga r como guard ia ne s de l Es tado,
se marchará n a la Is la de Jos Bien a ventu rados, pa ra hae h itar e n ella . El Es tad o les ins t it uirá monumentos y
sac r ifici os públicos como a di vinidad es. si la Pitia lo
a p ru e ba; s i no, como a hombre s bienaventu rados y d ivi nos.
- ¡Has hecho com ple ta me nt e he rmosos a los goberna ntes , Sócrates, co mo s i fue ras escultor!
-Y a las gobernantes, Glaucón; pues no pienses que
lo qu e he dicho va le pa ra los hombres má s que para
las mujeres , al menos c ua nt as de ell as su rj an como capaces por s u s natura lezas.
-cCor rec to. si es que ha n de com pa rtir t od o de igu al
modo con los ho mbres.
d
-c-Pues bi en; convenid enton ces qu e lo dicho sobre
el Es tad o y s u con stituci ón po lítica no son en a bs olu to
casti llos e n el a ire. s ino cosas difíci les pero posib les de
un modo qu e no es o tro qu e e l me ncionado: cu a ndo en
el Estado llegu en a se r gobe rn a ntes los ve rdaderos fil ósofos. sean m uchos o uno solo, qu e. desde ña ndo los h onores act ua les por te ne rlos po r ind ignos de ho m bres
e lib re s y de n ingún va lor. valore n más lo recto y los
hon ores que de él proviene n . considerando que lo jus to
es la cosa su pre ma y má s necesa ri a, sirv ie ndo y ac rece nt a ndo la c ual ha n de or gan iza r su p ro pio Es tado.
- ¿ De qu é modo ?
- A tod os aqu ellos hab itantes m ayores de d iez a ño s
54la que ha ya en el Es tado los enviarán al cam po, se h a r án
ca r go de su s hijos, alejándo los de las cost um b res actuales que ta m bié n comparten s us padres , y los educarán
en sus propios háb it os y leyes. los cuale s son como los
he mos desc rito en su mo men to. ¿ No es és te el mo do
REPÚ BLI CA V il
377
más rá pido y más fácil de es ta b lece r el Estado y la oro
ga niza ció n política de que ha blamos, pa ra que e l Est ado sea fe liz y be neficie al pue blo e n el c ua l s u rja?
- Con m ucho; y me parece, Sócrates. q ue has d icho
muy bi en cómo se ge ne rará tal E st ado. si es que alg una b
vez ha de ge ne ra rs e.
-¿ Y no hay ya ba stan te con nuest ros d isc u rsos sobre semejante Estado y sob re el hombre s imila r a él?
Pues de a lgún modo es pa te nte cómo di remos que ha
de ser éste.
-Es pate nte ; y en cuanto a lo que pregu ntas. c reo
que hemo s llegado al fin .
VIII
S43a
- Bie n. He mos conven ido. Glau cón, qu e el Est ad o
que haya de a lca nza r la más eleva da fo nna de gob ierno
debe co ntar con la com unidad de las mujeres, la com unid ad de los hijos, y la educación íntegra de be ser com ún, del m ismo mod o que las ocupaciones en com ún,
tanto en la guerra como e n la paz, y sus reyes han de
se r los q ue se ha ya n ac redi tado como los mejores res pec to de la m a sarla y respecto de la gu erra.
-lo hemo s convenido.
h
- También q ue damos de ac ue rdo en que , una ve z
puest os e n fun cion es lo s gobe rn a n tes, conduc irán a lo s
soldados y los ins ta lará n en moradas ta les como las q ue
hemos desc r ito, no te n ie nd o nad a en pri vado, s ino tod o
e n com ún. Y ade más d e lo referen te a las mora da s, convini mos e n c ua nto a la s propieda des, s i recuerdas, c uá les cl ases de ellas po drá n tener .
- Claro que lo recuerdo; pens ábamos, al m enos, qu e
no de be r ía n po see r nad a de lo que pos ee n a hora los demás gobernantes. sino que , co mo a t letas de la gue r ra
y gua rd ia ne s. reci b irá n de los d emás , a modo de s ala ri o
e por s u se rvicio como gu a r dia nes. el aliment o que para
ello req u iere n a nua lme nte, de bien do ocuparse de s í mismos y del res to del Estado,
- Lo que d ices es co r recto . Pe ro a hora adela nte,
puest o qu e hemos concl uido con eso, y recordemos el
RE PÚBLICA VIll
379
punto e n que nos desvia mo s ha cia aquí , para re tomar
el mism o ca mino '.
- Es o no es difíci l --contestó Gla ucón - . Casi al igua l
qu e ahora, d isc ur rías da ndo po r de sc ri to el Es tado, señal an do q ue po s tu la bas como bu e no un E stado tal como el que ha b ías desc rito, y b ue no el hombre s im ila r d
a aqué l, y, segú n parece, que podía s habla r de u n Es- 5«4
tado y de u n hombre mejores a ún. Pe ro los o t ro s Estados, afi rma bas, deb ía n ser defici e ntes, s i éste e ra
correc to; e n cuanto a las res ta ntes cons ti t ucione s declara ba s. se gú n recue rdo, q ue e ran c uatro las es pecies dign as de me nci ón , y que había que obse rvar sus defectos
y los hom b res semeja n tes a cada una de ellas, a fi n de
que, tras obs erva r todo ell o y po ne rn os de ac u e rdo en
c uál sería el ho mbre mejor y cuál el pe or. exa m ináramos si el m ejor es el más feliz y el peor el má s de sdic ha do , o b ien sí sucede de otro mo do. Y cuando te pregu nté a qué cu a t ro co ns ti t uci ones t e re fería s, nos in- b
te r rumpie ron Pol em a rca y Ad ima n to, y as í tomaste tú
la pal a b ra hasta llegar aquí.
- lo recue r das cor rec rís ima mente -dije - o
- Pues e nton ces ofréce me la misma toma, como un
lu c hado r J , y cua ndo yo te p re gu n te lo mismo, inte nta
tú deci rme lo qu e e n ese momento es ta ba s a pu nt o de
deci r.
- Siem pre que pueda.
- En lo que hace a mí, a nh el o esc uc harte cuá les son
esos c ua t ro regíme nes a que te refe r ía s.
-N o se rá d ifícil que lo esc uc hes. En efe c to, aqueo e
110.:;; a los q ue me refiero tiene n ta m bién su nombre: aquel
1 Cf. v 449a·b.
1 Dice u n esc o lio (GREENE, 255): «e ntre lu chado res exis tfu la coso
tu mb rc d e q ue, si ca lan ju nt os, d e m odo tal que n ingun o cayera sob re
e l a dvers a rio , al leva n ta rse nuevame n te d ebían vo lver a u na posición
s im ila r de comba te, a la cu al [Pla tón] lla ma 'la m isma to ma' •.
d
e
545 a
380
DIÁLOGOS
que es elogiado por muchos, el de Cr eta y Lacedemonia \ después el segu ndo en recibir elogios , la llam a da oligarquía, régimen ca r ga do de abundantes males;
en divergencia con ést e le sigue la de mocracia , y la 'noble ' tiranía, que sobrepasa a todos éstos, y qu e es la
cuar ta y última enfe r m edad del Es tado. ¿O hallas alguna otra forma de organización polít ica que es té s it uad a
e n una es pecie distinta ? Pues las mo narquías heredit a rias y la s qu e se ven den al mejor postor, y otras organizaci one s pol ít icas del t al índole . son sin duda intermedias entre aquélla s, y no se las ha lla en menor número
entre los bárbaros qu e entre los gr iegos."
- Se habla de mucha s y muy extrañas, en efec to.
- ¿Sa bes qu e hay necesariamente tantas especies de
ca racteres humanos como de re gímenes políticos? ¿O
p iensas que los reg ímenes na cen de una encina o de pied ras . y no del com porta mie nto de aq uellos ciudadanos
qu e, al incl ina r se haci a un lado, arrastran a llí a todo s
los demás ?
- De ni ng u na otra pa r te que de ese com porta mien to .
- Por consiguiente, si las clases de Es tado s son cinco, también han de s e r cinco la s modalidades de las
almas de los indi vid uos .
- Sin duda.
- Ah ora bien, al hombre sim ilar a la a ristocracia '
ya lo hemos descrito, y dijimos que e ra bueno y jus to .
- Lo hemos descrito.
- Después de él , debemos pasar revis ta a los hombres inferiores, a l a mante del t r iu nfo y de l honor, conforme a la const it uci ón espartana , lue go al oligárquico,
al democ rático y al ti ránico, a fin de qu e, tras m irar
l La timocracia, com o se \'erá en seguida.
4
Nü la a ris tocracia hi stór ic a , sino , e ti mo ló gicam en te . aristokratia , o sea «go b ie rne de los m",jores •. qu e Pla tón di sti ngu e clara me nte
d e la oligarchía o «gobiern o d e poc o s •. En IV 445d se h a diferenciado
la monarq u ía de la aris to cracia po r el número de gobernantes.
REP ÚB LICA VlII
38 1
a l más injusto, lo cont rapongamos al más ju sto, y sea
com ple to nuestro exa men de cómo ha de ser la justicia
e xtrem a en relación con la ext rem a inju sti ci a respecto
de la felicidad y desdicha de quien las alcanza, de modo
que, h aci e nd o caso a Trasímaco, persigamos la injus- b
tic ia, o, se gún lo qu e a hora el argumento no s hace manifiesto, la ju s tici a.
- Com plet am ente de acuerdo en que debemos obrar
así.
- Pues bien; tal como comenzamos por examinar los
comportam ien tos en la organiz ación del E s tado antes
que en los particulares, po r ser a s í más claro, también
ahora hay que exa m ina r en primer luga r el régimen po lítico basado en el amor al honor - no conozco ot ro nomb re qu e se le dé ; lo llama re mos 'timocracia' o 'timarquía'-, e inspeccionaremo s a l hombre de esa índole e
en relación con él ; después la oligarquía y el hombre
oligárqu ico y, a su vez, dirigiendo la mirada a la democ racia, contempla remos el ho mbre democ rático; y en
cu a rto lugar, tras marchar hacia el Es tado tiránico y
h ab erlo mirado, d iri gir la m irada es t a vez al al ma tiránica, tratando de conve r tirnos en jueces idóneo s de la
cuestión que hemos propuesto.
- Al menos así se llegará . conforme a razón, a la cont em placi ón y al vered icto.
- Vam os, en tonc es , y t ra t emos de deci r de qué modo la timocracia nace a pa rtir de la aris toc raci a. ¿O no
es un hecho muy sim ple el qu e todo régimen político d
se transf orma a partir de los qu e de tenta n el pode r,
cuando e n tre ellos m is mos se produce la disensión, y
que mi entras están en a r m onía , por pocos que sean, es
imposible que cam bie al go?
- As í es , efecti va mente .
- ¿De qué modo, Glaucón , se rá pe r tu rbado nues tro
Es tado? ¿Cómo e nt ra rán en di scordia los gobernantes
y los a uxilia res u nos con otros y cons igo mi smos ? ¿Guie-
t
S4ód
382
[H ÁLOGO S
re s que im ploremos a las Musa s, como Homero, par a
q ue nos d igan e c ómo se pro dujo po r prim era vez » s la
d iscordia, y nosot ros na rremos que ellas, con a ir e d e
t ragedia y como s i estuvieran ha blando se riamente,
po nen u n tono solem ne en la voz, cuando en realida d
están jugan do y d ivi r ti éndose con nosot ros co mo co n
n iño s ?
-¿ De qué mane ra ?
- Más o menos de esta man era ": es di fícil que u n
Estado as! co ns tit u ido sea perturb ad o; pe ro, dado que
, Cf. IL XVI 112. Las Musa s ha cen _n,..;o rda n a Ho me ro lo s dt...
talle, de 10 acontec ido : a qu í ha cen • recorda r » a Sóc rates un
imagina rio.
• El pa sa je q ue sigile, a veces conocido como ed iscu r so de las Mu·
sas. o también . e1 número n upci a l•. presenta d ificu ltades insalv able s
e n el text o g riego q ue só lo penn ilc n in terpre tac ion es conjeturale s y
qu e C'n nuest ra t raducción im plica n la adk lófl de mu chas palab ras q ue
la haga n mín imament e in telig iblc. Se trata de construIr el . nú m e ro
geomét r-ico to la! " que . a l decir d e AD""". _es la cxp.-nión de la ley
d e de ge neración inevitable a la cu al es tá n su jeto s el un h c rso y toda s
sus pa rte s. , La mayo r ía di: 185 inte rpre tad o ne s sostienen que dicho
nú me ro es el 11.9bO.OOO. aunqu e, dada su d ificulta d para pensa rl o como una re fe rencia al con trol de lo s ea sa rmemos, Adam of rece ot ro
n ú me ro, el 2 16 (p ro d uc to de la suma de los cu bos d e 3. 4 Y 5), Co mo
conrspo nd icn le al d e l _peri od o de la gest ación h u mana., b u sca n d o
e sta . como mi c roco sl1Kls , }' ce! nernpo de v ida de l
u na conu i6 n
mac rocosmos del universo •. KO"'RJll> G AlSEJl (eDil.' Re dO' de r Musen ü be r
de n Grü nd von Ord nun g u nd Uno rd nu n g: Pla tons Po liteirJ 54 5d· 547a _,
Herm ann Gundert. Amste rda m, 197 4,
en Smdw P/rJtOl1ica. f eslsch rifl
pá gs. 49-85) llega po r su parte a la s ci f ra s d e 10.000 y 7.500 q ue ser-ían
lo s d ias de ed ad (27 1/2 a ños y 20 1/2, re sp ec tiva meme ). q ue co rresponde r lan a la edad ap ro pi ad a para q ue homb res y mu jere s se casa ra n.
r o r nu e st ra p arle , no s a d he ri mos a la te s is del n úme ro 12.960 .000 so bre la ba se de lo s a rgull ,,'nlos dad o s pu r A. Dl b (Le
nuplial
de Pluw11, Par ís. 19 33) y sob re lodo po r M. D EK INC l; R (. Le nom bre d e
Pla tun e t la lo¡ des d i.s¡>usi ti fs de M. Dies . , Revue des Et udes G re c·
ques 68 [1 955J, 38·76). Con tra Gaise r, p en Rm os que se tra ta de u n p as aje de to no p rcd c mln a nt eme nt .. lúd ico, c omo enco nt ra mos también
c n I X 587e ss., en e l caso del «n úmero del ríra no-. o b ien en Le yes
V 73 7e ss" e n 1;'1d e
5040 prop ieta ri o s, número qu e pe rmit e 59 divis io nes p ara d isti nt o s u so s. Ya t' 1J la invoc ació n a la s Mu s a s, pre via
RE PÚBLI CA VIII
383
todo lo generado es corrupti ble, est a const itu ción no dura rá la tot a lidad del ti empo, sin o que se d isolverá. Y
la d isolución se produ cir á de es ta forma: no sólo en el
caso de las p la nt as q ue viven en la tie rra, s ino tambi én
en el de los seres vivos que se mueven sobre la t ie r ra ,
hay fecu nd idad e infecundidad de almas y de cuer pos,
cua ndo la s rot aci ones co m ple tan los movimientos circula res pa ra cada una de la s es pe ci es; los mov imientos
ci rcu la res de co rt o reco r rido pa ra las es pecies de corta
vida, y los opuestos para las especies opue s tas. Aho ra
b ien, dice n las Mu sa s, een cu anto a vuest ra raza humana, aquellos que habéis ed ucado como co nduc tores"
de l Es tado, aun cu ando sean sa bios, t am poco lograrán
cont rolar la fecu ndi dad y la esterilidad por med io del
cálculo acompa ñado de pe rcepc ión se nsi ble, s ino que
les pasará n ina dvertidas , y procrearán en mom en tos
no prop ici os. Pa ra una cri a tu ra d ivina hay u n períod o
co mp rendid o por el número perfecto ' ; pa ra u na cr tatu ra humana, en ca mbio, el núm ero es el pri mero en
el cual se produce n crec im ien tos, a l ele varse a l cua.
d rado y a ume nta r esta po t en ci a " comp rend iendo tres
in tervalos y cuat ro térm inos dentro de p roporciones numéricas ' que son s im ilares o no s imilares, que aume n-
a l d isc u rso de é sta s, lee mo s q ue lo que se va a pon e r e n boca de la s
Musa s es a lgo q ue éstas fi nge n de(:ir so lem neme nte, «co n a ire de t ra ged ia. , pero q ue en re a lid a d es u n jue go y una dive rsi ón, lo qu e ya
a le rt a so b re e l lono h um o rí st ico d el pa sa je.
1 En el Timt'o la ce ria tu ra d ivin a _ po r antono masi a es e l u n jver .,
so : en Tim. 39d . eI núme ro perfectos es el «Gran Afio . , e n q ue (.'(,incide n
todos lo s as tros fi jos y erra n tes e n e l pu nto de pa rtid a , cu ya d u ració n
e ra d... 36000 a ños. Si tene mos en cu en ta q ue e l afio tr a pe nsa do po r
Platón co mo co nst an do de 360 dlas (ef. I..eyes VI 758b), el Gran Afio
tend ría 12.960.000 día s.
ji
Modo sofist icado de deci r q ue se va más a llá de la seg un da po ten cia , e s
se e leva a l c ubo.
• Por 1" q ue sig ue. pa rec er te que es to s cua tro tér mino s so n:
60:3600: :216000 :12.960 .000
384
DIÁLOGOS
tan y disminuyen y ponen de manifiesto que todas las
e cosas se corresponden entre sí y son racionales. La
base mínima de estos números proporcionales es la re lación del cuatro al tres, conjugada con el cinco 10, la
cual, tras haber c reci do tres veces 11, produce dos armonías. Una , que re sulta de factores iguales 1" multiplicada por cien cu a nt as veces sea menester; la otra
armonía. en camb io. puede de scomponerse en alguna
medida en fac tores iguales, pero oblonga en conjunto,
por resultar de factores desiguales, a saber, de cien números, de diagonales racionales de cu adrados de lado
S, disminuido en 1 en cada caso, o de diagonales irracionales de cuad rados de lado 5, disminuido cada número en 2 '', Y de cien cu bos de tres '' .
Ahora bien, est e número geométrico total tiene t al
poder re specto de que los nacimientos sean mejore s o
d peores , que, cuando 10 desconozcan, vuestros guardia"
nes casarán a las doncellas con mancebos en mom entos
\O
E st o es 3 x 4 x 5 = 60, que es e l té rm ino mt n imo de la pr opo rción.
11 O sea , e l 60 se m ulti plic a tres vece s por s i mi smo:
60 X 60 x 60 X 60 '" 12.960.000
12 E s decir, d e un núme ro mult iplicad o por sí mi 5rno: si e st e nú mero es 36, m ultiplicad o por 100 y luego por sI m i5mo , te nd ríamo s:
3.600 X 3.600 '" 12.960.000; la <o tr a armonía » procede «de fa cto res
de sigu ale s ", o 5ea , es oblonga o rectan gu lar , y SU5 lado s, co mo se ve r á,
son 4800 y 2700.
1.1 Según el teorema de Pit ágor a s, un cuadrado d e lad o 5 tien e un a
diagonal \'SO, ya q ue, en e l triángu lo re ct án gulo cu ya h ipo tenus a e s
la diagon a l, el cuadrado de é st a e s igu a l a la suma d e lo s cu ad rados
d e los la dos (52 + 52}. Pe ro co mo V'SO se rta un núme ro con decimale s
y po r co ns igu ie nte irracional, Platón busca e l va lor racional má s ap ro¡¡imado , que es 7, el c ua l, una vez elevado al cu a drado, de be ser di smi n u ido en 1: 7 l - 1 '" 48; o bi en, d isminuyendo en 2 el valor de la
dia gon a l sin nece sidad d e racion a lizarlo: 50 - 2 '" 48. Mu lt iplicado
p or 100 , 48 da 41\00, que e s un lado de la figura men cionada e n la
n ota an ter io r .
14 Es to e s 27 x 100 '" 2700 , el otro la do de la figu r a rectangula r.
JI. VI 211.
REPÚBLI CA VIII
385
no p ropici os, y nacerán niños no fav oreci dos po r la naturaleza ni por la fortuna . Los mejo res de ellos serán
de signados po r sus predecesores; no ob stante, dad a su
fa lta de mérito, una vez que hayan a lca nzado los poderes de sus padres, com enza rá n , a un siendo guardianes,
por descuidarnos a nosotra s, la s Mu sas; primeramente,
al est imar m enos de lo que se deb e la música, en seg undo lugar, la gimnasia. De ahí que vuest ros jóvenes se
tornarán más incultos, y los hombres que sean d es ignados gobernantes no se rán muy a pro piados para la co ndición de gu ar dia ne s resp ect o de la di scrimi nación de e
las ra zas de Hesíodo y la s que hay entre vos ot ros: la 547Q
de o ro , la de plata, la de bronce y la de hierro. Y si
se mezcla a la de hi erro con la de p la ta y a la de b ro nce
con la de oro se generará una desem ej anza y una anomalía inarm ónica, lo cual, allí do nde surge, procre a siemp re guerra y odio. «Ta l es la genealog ía 1I de la d iscordia -c-h ay qu e decirl o- do n dequiera se p roduce.»
-c-Dire mos qu e ellas han hablado cor rectame nt e.
-c-Fc rzosamente, pue sto que son Mu sa s.
- y después de eso, ¿qué dic en las Musas?
b
-c-Una vez su sci tada la disc ordia , cada una de las ra zas empujaba: la de hierro y b ron ce h aci a el lucro y
la adquisi ción de t ierra y cas as de oro y plata, mient ra s
las raza s de oro y p lata, que n o eran por naturaleza
pobres sino ricas en sus alma s, inducí an hacia la excelenci a y ha cia la antigua cons tituci ón . Pero t ras ha cer se
viole ncia y luchar en tre sí. ar ribar on a un compromiso
por el cu al, apropiá nd ose t ie r ra y casas , se las repa r- e
ti eron, y, a los anterior me n te cu id ados por ellos como
amigos lib res y proveed ores de a limento, los escl avizaron, tenié ndolos por dep endiente s y sirvientes, ocupándose ellos mismos de la gu erra y de la vigilancia de
aq uéllos.
1\
94. - 25
d
386
DIÁLOGOS
- Cre o que es a pa r ti r de a llí que se p roduce el
ca m bio.
_ y es te régime n po lítico, ¿ no es in te rmedio e nt re
la a ri stocraci a y la o liga rquía?
- Sin d uda.
- El t rán s ito se produ ci rá de ese modo; mas después
del ca mb io. ¿cómo se rá gobe rn ado e l Est ado? ¿ No está
cla r o qu e , por ser u n ré gime n inter medi o. im itará e n
pa rt e al a n terior. e n parte a la o liga rq uía , pe ro poseerá
a lgo pec ulia r ?
- Así será.
- Pu es bie n; e n lo conce rn iente a l honor de bido a
los gobe rnantes y la a bstención de la cl ase gu e rrera respe ct o de la ag r icu lt u ra. la s a r tes ma nual es y de la s lucra t ivas en gene ral, así como e n c uanto a la disposi ció n
de comidas e n co mú n y a la dedic aci ón a la gimnasia
y a las prácticas milit a res: en tod os es tos casos, ¿ no
im it a rá n al régi me n a nterio r?
-Si.
• - Pe ro e n lo q ue res pec ta a te me r lle va r homb res
sa b ios a la s funci on es guberna me ntales, por no conta r
ya con ho mbres de tal índ ol e, sim ples e infl exib les, s ino
m ixtos, e incl ina rse haci a ot ro s fogosos y más s im ples,
por nat ural e za a ptos pa ra la gue rra a ntes que para
Hila la paz, y ten e r e n mu cho los co r respond ie ntes e ngaño s
y est ratagemas y pasa r s iem p re el tiempo gue r reando,
¿ no se rá n p ropios de ta l régime n , a s u vez, la mayo rí a
de los rasgo s de esa índole ?
-Efec t iva me n te.
- Ta les hombres, e ntonces, est a rá n sed ie ntos de
riquezas, como e n la s oliga rq uía s, y reve renci a rá n sa lva jemente el oro y la p lata a esco ndida s, por se r po see dores de cá maras y teso ros pa r ti c u lares, donde manten drán ocu lto lo qu e depositen , y tendrán reside nci as
ce r radas por mu ro s, verdaderamente ni dos p ri vados en
REPÚBLICA VIII
387
q ue mal gas ta rá n gran canti dad de di nero e n m ujeres "
y a i ra s cosas qu e les plazca.
- Mu}' cie rto,
- Se rá n también avaros. pu es to que re ve re nci a n el
di ne ro y lo po seen oc u lta me nte, au nque pr ód igos con
las r ique za s ajenas para co lma r s us a pe ti tos, y di sfrutará n s us place res e n sec re to, escapa ndo de la ley co mo
niño s de s u s padres, po r no haber sido educados med ia nte la pe rsuas ión si no la fue r za , e n razó n de ha be r
desc u id ado la verdadera Mu sa, la que se a com pa ña de
argumentos y de filosofía , y por habe r acor dado ma yo r e
d ignidad a la gimnasia que a la mú sica.
- Por ci e rto, habl as de un régimen po lítico e n que
el mal y e l bien se halla n mezclados.
- Mu y mezcl ados, en efect o. Pero 10 má s manifies to
en él es una sola cosa, debida a la preval ece ncia de la
fogos idad: el deseo de im po ne rse y ser vene rado .
- ¡Y con m uc ho!
- De tal índole. pu es, es es te régime n polít ico, y a sí
se ha o rig inado, e n la medi da e n qu e bosqueja mos con
pal abra s el esque ma de una const it ució n, s in com ple- d
tarlo con preci s ión, po r se r su ficie nte para d ivisar, incl us o a pa r t ir de u n bosquejo, al hom b re más justo y
a l má s inj u sto; y se r ía u na ta rea lm prac t íca blcmc n te
la r ga desc ribir todos los regíme nes y todos los ca racteres, sin om it ir nad a.
- y es correct o.
- Pues b ien, ¿cuá l es el homb re acorde a este régime n ? ¿Cómo se ha origínado y cu ál es su índole ?
-e-Pie nso - d ijo Adimanto- que ha de e sta r próximo
a Gla ucón en cu a nto a las an si as de sob resalir.
- Tal vez, pero m e parece que su na tu raleza es d¡ s- t
t int a e n estos as pectos.
- ¿Cuá les ?
- Hu de ser m ás obst inado y a lgo más aje no a las
Mu sa s, aunque las ame y t amb ién gu stará oí r conversa.
388
DIÁLOGOS
549a clones. pero de ningún modo se r-á un retórico. Semejan.
te hombre será feroz con los esclavos, po r no sentirse
superior a ellos, como el que ha s ido suficientemente
educado; gentil con los hombres libres y muy sumiso
con los gobernantes, amará e l poder y los honores, no
basando su pretensión de mando en su elocuencia ni
en nada de tal índole , sino en las acciones guerreras
y en las cosas relativas a éstas; gus tará de la gimnasia
y de la caza.
- Ese es , en efecto, el carácter que corresponde a
aquel régimen.
/>
- y desdeña r á las riquezas m ientras sea joven, per o
c ua nto m ás edad tenga me jor les da rá la bienvenida,
por participar de la na t u raleza del codicioso y no estar
inconta mi nado respecto de la excelencia, a raíz de faltarle el mejor guardián.
- ¿Qu ién es éste?
- La razón , que se mezcla co n la m úsica. y que es
lo único que. allí donde aparece. reside p res erva ndo de
por vida la excelencia.
- Dice s bien.
- Aquél, pues, es el jove n timocrático. s im ilar al E stado qu e le corresponde.
e
-Completamente de acuerdo.
- y este homb re se fo r ma del modo siguiente. En
ocasiones, es hi jo de un padre bueno. que vive en un
Es tado mal organizado y h uye .de los hon ores, cargos .
procesos y de to dos los embrollos de esa ín dole, y que
es tá dispuesto a su frir men oscab o con tal de no tener
prob lemas.
- Bien , pero ¿de qué modo se forma?
- Cu a ndo pr ime r ame nte oye a su madre quejarse de
que el padre no se cuen ta en tre los gobernantes, por
d lo cual se ve dismin uida ante las demás mujeres, así
com o porque ella ve que no se esfuerza intensamente
po r consegu ir r iquezas, ni pel ea . recu r ri endo a injur ias,
REPÚ BLICA VIII
389
en los tribunales, privadamente o en público, sino que
t oma todo esto a la ligera, y s ie nte que pone s iempre
su pe nsamie nto en si m ismo, pero que a ella no la a precia m ucho n i la desprecia; quejándose de t odas estas
cosas, dice que el padre es sumamente descuidado y que
no es un verdadero marid o. y cuan tas otras cosas de
es a índole les encanta a las m ujeres repet ir u na y otra e
vez acerca de esto.
-c-Efect ivamente - d ijo Adimanto-, m uch as y simila res cosas so n propias de ellas .
- Tú sabes que a veces también de esa manera hab la n a los h ijos los servidores de aquéllos. a hurtadillas, aunque pase n por se r leales; y s i ven a algún deudor O alguno que h aya perjudicado al padre y éste no
p roc ede contra él, aconsejan al h ijo para que, cuando
llegu e a adulto, castigue a todos esos y sea más hom bre
que el padre . Y cuando el hijo sale a la calle oye otras 550"
cosas por el estilo, y ve que los qu e en el Estado se
ocup an de sus propios asuntos son llamados 'tontos' y
tenid os en poca estima. m ientras que los que se ocupan
de los asuntos de los otros son reverenciados y elogiados. Ent onces el joven que oye y ve todo es to, pero a
su vez oye las palab ras de su padre y ve sus preocupaciones de cerca y la s compara con las de los demás,
es arrastrado e n am bas direcci ones, por su padre, que b
irriga y hace crecer 10 que de racional hay en su alma,
y por los demás, que cultivan lo apetitivo y lo fogoso;
y en razón de no ser mal ho m bre por naturaleza sino
de andar e n malas compañías, al ser arrastrado en ambas direcciones. llega a un compromiso, y ofrece el gobierno de s í mismo a l principio int ermedio ambicioso
y fogo so . y se convierte e n u n ho m bre altanero y amante de los hono res .
- Me parece que has descrito exactamen te la for mación de es te hombre .
&
390
- Los tenernos.
DIÁLOGOS
e -Tene mos ya, por cons iguie nte, e l se gu ndo régimen
po lit ice y e l se gu ndo hombre.
-¿ No d ir e mos. de spués de es to, co n Esq uilo: «ve amos o tro homb re coloca do a nte o tro Estado » ", o, más
bien. de acue rdo co n nues tra p ropue s ta, e n prime r lu .
ga r el Es tado ?
- Oe ac uerdo.
-Desp ués de aq ue l ré gim e n po lít ico, pienso. vend r ía
la oliga rq u ía .
-¿ A c uál cons t itución lla ma s 'oliga rq u ía' ?
- Al régime n basado en la tasación de la fortuna.
d en el c ua l mandan los ri co s. y lo s pobres no partic ipan
del gob ie rno.
-Comprendo .
- ¿ No debemos de ci r en p rimer lu gar cómo se p rodu ce el t rá nsito desde la ti m a rq u ía hasta la o ligarquía ?
- Si.
- Bueno; h as ta para un ciego es evide nte cómo se
prod uce.
. - ¿De qué mod o ?
- Aq ue lla cámara q ue cada uno te nía re p let a de o ro
es lo que p ierde a aq uel r égime n polít ico. Pr im e ramente, po rq ue desc u bre n a i ras maneras de gas tar e l dinero,
y corro mpen pa ra eso las leyes, desa ca tándolas ta n to
e llo s com o s us es posas.
- Es na t u ra l.
e
e-Despu és. a l m ira r ca da uno a l otro y pone r se a
im itarlo , logran qu e la mayoría de e llos se an de l mi smo
m odo.
- Proba ble me nte.
- A partir de ese momen to , a l a vanza r en bu sca de
más r iq ueza s , cuan to m ás es t im a n eso, m ás m enosp r e16 Va riad ón jug uc luna dcl vc rsu 47 1 de Los siete contra Tebas de
Esc un.c, <habla de utru homb re a signado a o tras pu e rtas >, con probablc co nta mi nación del v. 570, «co loc ado Homo lois ante las pue rtas . ,
REPÚBLICA V IIl
39 1
c ie n la exce lenci a. ¿O no se oponen la riqueza y la c xcclenc¡a de modo ta l q ue, co mo coloc a da cada un a e n u no
de los p la t illos de la ba la nza , se inclina n s ie m p re e n
di rec ci ó n o pue sta ?
- Po r cí erto. .
- Por e nde, c ua nto más se vene r an e n un Estado SSla
la s riq ue zas y los ho mbres r icos , en me nos se tie ne la
exce le ncia y los ho m bres buenos.
- Es cl a ro.
- Aho ra bien, se c ult iva lo q ue s iem p re se vene ra,
se descuid a lo que se tiene en menos.
- Asi es.
- Por co n siguiente, de hom bres que ansiaban im ponerse y recibir hono re s , termina n po r conve rtirse en amigas de la r iq ueza y de l acrecentamiento de ésta; al aban
a l r ico, lo a dmiran y lo llevan a l go b ierno, de spr eci a ndo
a l pobre.
- De ac uer do.
- Entonces implantan por ley los limi tes de l régime n
oligárq uico, fija ndo una cant ida d de di nero, m a yo r do n- b
de la o liga rqu ia se impone m ás, meno r do nde se impone me nos, prohibi endo part ici pa r del gob ierno a a q ue llos c uya fo rt una no llegue a la ta saci ó n esti pulada . Y
esto lo ha cen cu mp lir me dia nte la fue rza a r mada. o bien,
a ntes de lle ga r a eso, in stitu ye n ta l const ituci ón me diante
e l temor. ¿No es así ?
- Así, seg uram en te.
- Pod r íamos decir q ue és ta es la constit ución .
- Sí - d ijo Adimanto- , Pero ¿ cuál es e l carácte r de
este ré gim en ? ¿ Y cuáles so n los defect os q ue d ec imos C'
q ue t ien e?
- En prim er lu ga r , es el mi smo limite q ue se le ha
impues to. Mir a qué p asa r ía si se procedie r a así con lo s
pi lo to s de naves , en base a la t asa ci ón de su fortuna,
y se impid iese timonear al pobre, aun cua nd o fu e r a mejor pilo to.
392
DIÁLOGOS
-cSerta una n avegación pé sima la qu e ten drí a lugar.
- ¿ y no suce de rí a lo m ismo con cualquier o t ro tip o
de mando?
- Pienso q ue sí.
- ¿ Excep to en e l c aso del Es t ado?; ¿o también respec to del Es tado ?
- Más que en cu al qu ie r ot ro caso, por cuanto es el
gob ierno más dificil y más importante .
d
- Por cons igu ie nte , de tal tamaño es ese defecto en
la ol igarquía.
- Así parece.
-¿Y este otro? ¿Te pa rece que es me nor ?
- ¿Cu á l ?
- El de que necesa riamente sem eja nte Es tado sea dobl e, no únic o: el Esta do de los pobres y el de los r ico s,
que con vive n en el mism o lugar y co nspiran siempre
unos contra otros.
- ¡Por Zcus que es te de fec t o no es menor!
- y tampoco es al go po s it ivo la probabl e incapacidad de llevar a cabo guerra alguna, a r a íz de verse
e com pe lidos a servirse de la mult itu d armada, a la cual
se tem e más q ue a los e nem igos , o, en caso de no servirse de e lla , m os t rarse en la misma batall a co mo re a lm en te son , 'oligarca s'; aparte de qu e, por ser amant e s
de la ri qu e za, no est a r án di spuestos a co n tribuir a la
guerra con di nero.
- No es pos iti vo .
- Bien; en cuan to a lo q ue an tes censurábamos , el
ocuparse de muchas cos as, po r eje m plo, que las m isSS2a mas perso nas a l mismo t iem po labren , haga n negoci o s
y gu erreen, en se me jante r égi m en polític o, ¿te par ece
que es correct o?
- ¡N i por asomo!
- Mir a aho ra si el s igu iente no es el más grande de
todos los males , y si este régimen no es el primero e n
a dmit irlo en sí m ism o .
REPÚBLICA VIII
393
- ¿Cuá l ?
- El de permitir a uno vende r todo lo suyo y a ot ro
a dq u ir irlo, y al q ue ha vendido vivi r en el E st a do s in
pe r tenecer a nin gú n sec t or del E st ado, no s iendo negocian te ni a rtesano, caballero ni h opli ta, a s imple título
de pobre e indigente.
- Cier tam en te, es e l prime r r égimen a l q ue le su- b
cede eso.
- Pe ro es q ue en los Es tados oligárquicos na da im pide a lgo de esa índole; de o tro modo no serían unos
excesivamente ri co s y o t ros absolu tamente 'pob res.
- Co r r e cto.
- Aho r a observa es to: cuando semej ante hombr e,
siendo rico, derrocha ba su dine ro, ¿resultaba ú til al
Es ta do en a lgo r esp ect o a lo q ue hace un momento decíamos? ¿O no suc ed ía a ca so q ue , pasando por se r uno
de los goberna ntes, en realidad no era gobernante n i
se rvidor del Es tado, s ino só lo de rrochador de lo qu e
tenía ?
- As í es: pasa ba por se r es o, pe ro no e ra na da m ás e
que un de r rochador.
- ¡Quie r es que digamos , ento n ces, que, así co m o el
zángano nace en su ce ldilla, como aflicción del enjam bre, así tam b ién ta l homb re na ce en su ca sa c om o zánga no , aflicció n del E st ado?
- Ab solu ta m ente cierto, Sóc rates.
- ¿Y no suced e, Ad im a nto, qu e a todos los zánganos
con al as e l dios los h a hecho desprov ist os de ag u ijó n,
a los zánganos co n patas los ha he cho a un os desprovisto s de aguijón pero a otros c on agu ijones formid abl es ?
¿ y qu e los desprovistos de a guijón concluyen en la veje z co m o m endigos, en t an to los que cuentan con a guí- d
jón son c u a nto s so n llama do s m a lh echores ?
- Una gra n verdad.
- E s entonces manifies t o qu e, a llí donde ves m en di gos e n un Es tado, si n d u da e n e l m ismo lug ar es tán es-
394
DIÁLOGOS
condidos ladrones , salteadores, p r ofanadores y a rtífices
de todos lo s males de es a Ín dole.
- E s manifies to.
- Pues b ien, ¿no ves que en los E stados oligárquicos
h ay mendigo s ?
- Casi t odos, a excepción de los que gobie rnan.
e
- ¿No pensa r em os, ent onces , qu e ta m bié n hay en
t ales Estados muchos malhechores qu e cue ntan con agu ijón, y a qu ie nes los magistrados se preocupan de contener por la fue r za ?
- iCla ro que lo pen sa remos!
- ¿ y no dire m os que es por fa lt a de educación, por
m al a crianza y por la constitución del régime n po líti co
por lo que allí su rge n tales hom bres?
- Lo di remos.
- De es ta índole , pues, se rá el Esta do olig árqu ico y
aq uellos males que con tiene, aunque probablemente h a y
m ás.
- Pode m os supone rlo .
553"
- Demos entonces por comp leto el trazado de este
régimen lla mado 'oliga rquía', cuyos gobernantes se consti t uyen a par tir de la t asación de las fortunas. Después
de esto examinemos a l homb re que le es similar, para
ve r cóm o se ori gina y cómo es una vez originado .
- De acuer do.
- ¿ No es de este modo como sobre todo se produce
el t rá ns ito desd e el homb re ti m ocrático haci a el oligá rquico?
-¿ De cuál mod o ?
- Cua ndo de l hombre t imo c rá tico ha nacido un hij o.
éste primeramente im it a a su pa dre y s igue sus hue llas,
b pe ro de spués lo ve t ropeza r contra el Es tado como cont ra una roca y, tras reducirse a escomb ros sus b ienes
y él mismo a l frente de un ejé rcit o o desempeñan do
algún otro cargo importante, va a parar a los tribunal es perju dicado por sicofantes, o es ejecut ado o des-
RE PÚB LICA VIII
395
te r rado o se lo priva de derechos cív icos y pier de tod a
la fo r tuna.
- Es lógico.
- y al ve r esto, y sufrir y perder los b ie nes, el hi jo,
pi enso, se a te moriza y pr onto arroja de cabeza, del t ro no que hay en su alma, a la a m bición y la fogosi dad, e
y, humillado po r la pobreza, se vu elve haci a el lu c ro
y, cuidadosamente, a ho r rando poco a p oco y t rabaja ndo, amontona dinero. ¿N o pie nsas que semejan te homb re e ntronizará su parte codici osa y amante de la s riquezas, h aci éndola rey dent ro de sí m ismo, con tiara,
colla r y cim itarra ceñida ?
-c-St, por cier to.
- En cuanto a la parte raci onal y a la fogosa, pien- d
so , las hará agach arse sobre el sue lo a ambos lados de
aquel trono, y las esclavizará, no dejando a una reflexionar n i examin a r algo qu e no sea de dó nde h a rá que
su riqueza se acreciente, ni a la otra en tusia sma r se y
venerar otra cosa que el dinero y los ricos, ni ambicionar otra cosa qu e la po sesión de r iquezas y lo que lleve
haci a ello,
- No ha y otro tránsito m ás rápido y vigo roso desde
u n joven ambici oso has ta uno aman te de las riquezas.
- ¿ No es est e homb re ya uno oligár quico ? Pues el e
cam b io ti ene luga r a partir de un homb re similar al régimen po lítico a partir del c ual se co ns tit uyó la oligarquía. Ex aminemos entonces si es similar a ésta.
- Exa minémos lo.
SS4a
- En primer luga r, ¿ no es similar a ella po r la gran
es t ima que ti ene por la s r iquezas ?
- ¡Cla ro que sí!
- y t ambién po r se r a ho rrador y lab orioso; sólo sat isfa ce los a pe titos necesari os , sin produci r otros gastos, sino manteniendo en esclavit u d a los otros ap etitos,
como superfluos.
- De acuerdo.
396
DIÁI.OGO S
-Es un hombre escuá lido . que e n tod o bu sca hacer
gana ncia. y atesorador, como los que la mu lt itud dob gia. ¿No es este ho mbre sim ila r a la consti tución d e
la ín do le de scrita ?
-A mí me parece que s í. pues para alguien de esa
índole . como para el Est ado res pec ti vo, la r iqueza es
lo de mayor estima.
-En efec to, p ie nso que se meja nte hombre no ha pa rado mi e nt es e n la ed ucac ión .
-Creo q ue no - dijo Ad im a nt o- ; de otro mod o no
ha b rfa pues to a un c iego 11 como conduct or de l coro y
como lo de mayor est ima.
- Bie n - p ro segu í-; exami na a ho ra esto: ¿ no diremos qu e la fa lt a de e d uc ación ha hec ho su r gir en é l a peo
titos de la índole de l zá nga no, u nos de l tipo de lo s
e men digos, otros del de los ma lhe chores. a los cuales
repr ime vio lent ame nte la a tenció n de otros in te reses?
-Sí, por ciert o.
- ¿ y sa bes adó nde de be s d ir igir la mirada pa ra ad ve r tir la maldad de e stos hom bres ?
- ¿Adónde ?
- Haci a la tutel a de hu é rfa nos y cua lqu ie r otra cosa
s im ila r q ue caiga e n s us manos y les dé plena libert a d
para obrar injusta me n te.
-Es verdad .
- ¿ y no es evi dente con ello que semej a nt e hombre.
cu a ndo se halla en reunio nes e n las qu e s u buena repu taci ón le hace pa recer just o. por una razona ble
d vio lencia que se ha ce a sí m ismo rep ri me otros malos
apeti tos que ha y e n él. s in pe rsuadirl os de q ue no so n
lo mejo r n i d ulc ificando el razonamien to, s ino med ia nte la coerc ión y el mi edo, tembl an do por el res to d e
su fo r t un a ?
- S in duda a lguna.
11 PIUlU. dio s de la ri queza, es descritu a me nu do como ciego.
RE P ÚBLICA VIII
397
-y tpo r Zeus!, quer ido mío. q ue desc ubr ir ás. c uando sea necesa rio ga star lo aje no. qu e e n la ma yo rí a de
ellos ha y de seos afine s a los de l zángano.
- Con tod a seguridad.
-Por cons igu ie nte. tal hombre no carece rá de disensiones en su Int erior. por no se r un solo hombre sino
dos; pe ro en la mayoría de 10 5 casos prevalecerán los e
mejores deseos sob re los peore s.
-As í es.
- Po r eso, pie nso, parecerá más respetab le que muchos otros; pe ro la verdade ra excelencia de un alma concord e y a rmón ica hui rá lejos de él.
- Creo q ue sf.
- y da da su a va r ici a, no se rá ri val de cu idad o en 555"
el Esta do pa ra obte ner u na victori a pe rs on al o para amb iciona r ot ros honores: no es t ará dis pu esto a gasta r d ine ro en vis ta a alcanzar ren om b re en tales com pe te ncias, te me ro so d e despertar su s deseos de dispe nd io y
de invit a rl os a se r s us alia dos en la luc ha por el t r iunfo;
combate a sí, a la man era oligárq u ica, ga s ta ndo poco de
sí mismo, con lo c ua l las más de las vece s es derrota do
pe ro se hace rico.
- Es cierto.
-¿ Puede quedar aú n alguna duda de que este hombre ava ro y afa noso de riquezas co r re spon de al Es tado
regido oli gárqu icamente, por s er su semejante?
b
- Dc n in gún modo.
-Ahora b ien, parece q ue a conti nua ción debe mos
exam inar la democ raci a. de q ué mo do se ge ne ra y cómo
es una vez que se genera, para que , des pués de conocer
el carácte r del homb re s im ila r a ella , los co loq ue mos
uno al lad o del o t ro para s u jui cio .
- Así procedería mos de un a ma ne ra s im ila r a la de
ha st a a ho ra.
- Vea mos, entonces, si el t rá nsito de la oliga rqu ía
h acia la de moc raci a n o tien e lu ga r del sigu ie nte modo:
398
DIÁLOGOS
por la codici a insaciab le de lo que se h a propuesto como bien, a saber, llegar a ser lo m ás r ico posible.
- ¿Cómo ?
e
- Dado que los gobernantes del Estado oligárquic o
so n gobernan tes po r poseer cuantiosos bienes, no estarán dispues tos a po ne r fr eno mediante ley a los jóvenes
que se vu elva n licenci osos y prohibirles que gasten s u
patrimonio y se arr u ine n, s ino que les comprarán sus
prop iedad es y les p restarán a in te rés p a ra llega r así a
ser más ricos y tenidos en más.
- Más que cualquier ot ra cosa.
- Per o ¿ no resu lta patente que es impos ib le qu e en
el Es tado los ciu dadanos veneren la ri queza y posean
d al mism o ti empo la debi da moderación , sino que necesariamen te han de descuida r a una o a la otra ?
- Resu lt a bien patente .
- Al ser entonc es negligentes, e n la oliga rqu ia, y toler an tes con la lic encios idad, fu e r za n a se r po bres, a
veces, a hombres no desp ro vistos de noble za.
- Sin d uda .
- y éstos a ndan en el país sin hace r na da, prov is to s
de aguijón y bien a r mados , un os cargados de deudas,
otros priva dos de de recho s polít ic os, otros de las dos
co sas ; y odia n y conspiran contra los qu e poseen patrie rnonio propio y contra los demás , an he lando una revoluc ión .
- As í es .
- Por su pa r t e, los negocian tes camina n aga ch ad os,
h aci endo como que n o los ven, hieren con el aguijón
de su dinero a cu al qu iera de los demás que se les ofrece, y recogen, multipli cados, los inte reses qu e h a p ro 556a creado el capital. y así ha ce n que abunde e n el Estado
tanto el zángano como el m endi go.
- ¿Cómo no habian de abundar?
- y no es tá n d ispuest os a a pagar el mal qu e ha s ido
encendido, n i im pidiendo qu e cada uno se vu elva hacía
RE P ÚB LIC A VllI
399
lo suyo como le da la gana, ni por medi o de otra ley
que terminaría con este t ipo de cos as.
- ¿Qué ot ra ley?
- La que viene en segu ndo luga r , después de aquélla, y que obliga a los cíu dadanos a prestar atención
a la exce lencia. Pu es si se dis pu sie ra que la mayor par- b
te de los contratos vol untarios corrieran por cuenta y
ri esgo del contratista, en el Estado se enr iquecerían de
modo menos desvergonzado y c recerían me nos en él males tales como los que acabamos de describ ir.
- Much o menos.
- En la actualidad, en ca mbio, por toda s estas cosas
los gobern a n tes disponen de tal mane ra a los gobernados. Y en lo que h ac e a ellos mismos y a los suyos, de
modo tal qu e los jóvenes vive n luj osamente y pe rezos os
ta n to respecto de los trabajos del cuerpo como de los e
del a lma, así como b landos pa ra resis tir al placer y al
dolor, y oci osos.
- Sin duda.
- y tamb ién de modo t al, que ellos m ismos de scuidan todo e xcepto el hacer dinero, y no pone n m ás a tencíón qu e los pob res e n lo tocan te a la excelencia .
- No, e n efecto.
- Est ando as¡ dispuestos, entonces, cuando se encuentran e nt re s í los goberna ntes y los gobernad os duran te
una traves ía o en algú n ot ro ti po de reuni ón, en una
peregrinaci ón relig ios a o e n una expe dición milit a r, sea
como campaneros de nave o ca m a radas de gue rra, o b ien
al con temp la rse unos a ot ros e n los mismos peligros, d
de ni ngún modo son los pob res quienes serán menos preciados po r los ricos; al con trario, co n fr ecuencia será u n hombre po b re, enjuto y as oleado, al es tar a post ado en la batalla al lad o de un ri co, criado a la somb ra
y cargado de carnes superfluas, q uie n lo vea sin ali e nto
y lleno de di ficultades . ¿ No p iensas que, si esto sucede,
el pobre co ns iderará qu e tales hombres enriquecen de-
s
5')7<1
b
4DO
DIÁLOGOS
b irlo a la coba rd ía de los pobre s, y que, cu a ndo se re úna co n és tos en priva do, se transmi ti rán u nos a otros:
«es tos hom bres so n nu es t ros, pue s no son de va lía a lgu na-?
- Sé m uy bie n que ob ra n a sí.
- Pues as! co mo u n c ue r po e nferm izo neces ita sólo
u n peq ueño estí m u lo ex tern o para volcarse h aci a la enferm edad. y a veces incl uso s in 10 externo estalla u na
revue lta en s u Interio r. así t amb ié n e l Estado que se
hall e igu al que aqué l, mie nt ras invocan unos la alianza
con un Es tado oligárq uico. otros con un Est ado democ rático. al menor p ret exto e nfe rma y a rde en lu cha in le m a, a u nq ue a veces esta revue lta esta lla también si n
necesidad de nada exterior.
-Segu ra me nte es as í.
- En to nce s la de mocra cia surge, p ienso. cuando los
po bres. tras lograr la victoria, m at a n a uno s, des ti erran
a otros, y hacen part ícipes a los demá s d el gob ierno y
la s magis t raturas, las c uales la m a yor pa rt e de la s '....eces se es tablecen e n este tip o de régime n po r sorteo.
-En efect o - d ijo Adim anto-, así es como se inst ituye la democraci a, tanto s i procede po r medio de las
armas o porque los otros, por mi edo, se ba ta n e n retir ada .
-¿ Y de qué modo -pregu nté yo- se ri ge n, y cóm o
es se mejan te orga n ización polít ica ? Porque es e vide nte
que el ho mb re qu e se a s imila r a él se revel a r á com o
ho m b re de mocrát ico.
- Es ev ide n te.
-¿ No s ucede qu e so n primer amen te lib res los c iudada nos, y q ue e n el Estado a bunda la libe r tad, part icula rmen te la libe r tad de pa la bra y la lib er ta d de hace r
en el Estado lo que a cada uno le da la gana?
- Es lo qu e se d ice , a l menos.
- y do nd e ha y tal libertad es cl a r o que cada u no
im pulsa rá la organ ización pa rticular de su mod o de vida tal como le gu ste.
RE PÚBLICA VIll
40\
- Es cl a ro .
- En ese caso, pienso que lo s hom b re s qu e se des- e
arro llen en es te régim en político se rán de tod a va riedad, más q ue en c ua lquie r ot ro .
- ¿Cómo no. he brta n de serlo?
- Puede ser que éste sea el más bello de tod os los
regímenes. Tal como u n ma nto m ult ico lor con tod a s la s
flores bo rdadas, también este régi me n con todos los caracte res bordado s pod rí a pa recer el más bello. Y probablemente, t al como los niñ os y la s m uje res que contemplan objetos po lícromos, m uc hos lo juzgarían el má s
be llo.
- Con toda segu ri dad.
-Además, bienave nt ura do a migo, est e régimen es d
muy a propiado para in daga r dent ro de él u na organ iza ción po lltica.
-¿ Po r qué ?
- Po rque c ue nta con todo géne ro de cons ti tucion e s,
debido a la libertad; }' e s posib le que qu ie n quie ra o r ga·
niza r un Est ado , como nosotros acabamos de hacer, deba d ir igirs e a un Estado democrático, }' allí, como s i
hubiese llegado a u n bazar de constituciones, escoger
el tipo que más le agrade , y, u na vez escogido, procede r
a su fu nd ación.
- Probab lemente no est a rá e n apuros por fa lta de
modelos.
- Así, pues: no tene r obli ga ció n alg una de gober nar
e n este Estado , ni a un cuando seas ca paz de hace rl o,
ni de obedece r s i no qu ieres, ni entra r e n gue r ra cuando los de más es t án e n gue rra, ni guardar la pa z c uando
los de más la guardan, si no la deseas; a su vez, a un c uando u na le y te prohíb a gobernar y se r j uez, no por eso
de jar de gobernar y se r juez , s i se te ocurre, ¿no es
éste un modo de pasar el t iempo d ivin o y deli cioso, aunque sea de momento ?
- De momento tal vez.
94 . - 26
;
402
DIÁLOGOS
- B jen ; ¿Il O es exquisita la tra nq u ilidad de a lguno s
hombr es t r as haber si do juzgados ? ¿O no ha s vi sto aún
en un r égimen de esa ín do le a hombres co ndena dos a
muerte o a l exilio, que no por eso deja n de que darse
y dar vueltas e n medio de la gente, y que , como si nadie
se preoc upara po r e llos o siquie r a los viese, se pasean
com o si fueran héroes?
- Sí qu e he vis to, y muchos.
b
- ¡Es ta to leranci a que exi st e en la de m oc r acia, esta
des preocup ación por nuest ras minucias, ese desdén ha cia los principios qu e pronunciamos solemnemente cua ndo fund amos el E sta do, como el de que, sa lvo q ue un
hombr e cuente con una natura leza ex cepciona l, ja m ás
lle ga r á a ser bueno si desde la ti e rna in fa ncia no ha
ju gado co n cosas valiosa s ni se ha ocupado con todo
lo de es a índole; la soberbia con que se pisot ea n todos
es os principios , si n preocu parse po r cuá les estudios s e
encam ina un hom b re hacia la po lítica, sino ri n dien do
e honores a al guien con só lo que diga que es amigo del
pueblo!
- j Es ése un noble régimen !
- Es tas y otras afines son las c ualidades de la dem ocracia, que pa rece ser una organizació n polít ica ag rada ble, anárquica y policrom a, que asigna igual da d sim ilarme nte a la s cos as igu al es y a las desigu al es.
- Po r ci erto q ue es to q ue dices es bien con ocido.
- Ob se rva aho ra a l indi viduo r esp ectiv o. ¿ No hay que
examinar, en prime r lu ga r , ta l co m o h icimos co n su régime n po lí ti co , de q ué modo se genera ?
- Sí.
- ¿ No se r á de es te m odo ? Aq uel hombre oligá r q uico
d y avaro, pienso, tendrá un h ijo , q ue se r á educado por
aquél co n sus h ábit os .
- Segu r a me nte.
- Ta m bié n és te dominará lo s dese os de pla ce r que
hay en él, e n cuanto propen de n a l gasto y n o a l lucro ,
y qu e so n llamados 'i nnecesarios' .
°
REPÚ BLICA
vm
403
-Es cl aro.
- ¿Qu ie r es que, par a que la co nve rsació n no resu lte
oscur a, delimitemos p r im e ramente los a pe titos ne cesar ios de lo s que no lo so n?
- Qu ie r o.
- ¿No es justo denomin ar 'necesa rios' a aque llo s que
no podemos re primir y que, a l ser sati sfec hos, no s be- e
nefician? Pu es estas do s clases de a petitos so n in c it ado s necesariamente por nuestra natura leza. ¿ No es
verdad?
- Sí, po r ci e rt o.
- Co n j ustici a, e ntonces, direm os respe ct o de ellos S59 a
la pa labr a 'neces a r io '.
- Co n ju st icia.
- y re spe ct o de aquellos de lo s cuales uno pod ría
desemba raza r se si se h a adies trado desde la juventud,
y que en nada benefici an al in d ividu o cuando están p r esentes en é l, si decimos qu e todo s és tos so n innecesari os, ¿no hablaremos co rrectamente ?
- Cor re c ta m en te, en e fecto.
- ¿Sel e cci ona m os un eje m pl o de cada una de es tas
dos clases, para que contemos co n una pau ta de ellas?
- Se ha ce nece sario.
- ¿ No es e l de seo de co mer, ya se a un a limento s im ple
un condimento, en cu a nto co nvie ne a la sa lu d
y el b iene star, un deseo necesario?
b
- Pien so q ue s í.
- El des eo del a limento es , pues, de a lgú n modo ne o
cesar io, po r dos motivos: po r que es benefic ioso y porq ue , si no es satisfe cho, pue de po ner fi n a la vid a .
- Sí.
- El del condim ento también, en cuan to ofrezc a a lgú n ben efi cio pa r a el est ado gener a l de l cuerpo .
- Co m p le ta m en te de a cu erdo.
- y a l qu e va más allá de éstos, el de seo de co m idas
di s tinta s a las a ludidas, del cual la m ayo rí a puede de-
404
m ,( LOGOS
sembarazarse si lo reprime y educa de sde jove n, que
es pe rju d ici al al c uerpo y perj udicia l a l a lm a, t anto Tese pec to de la sab tdu r fa como de la mod eración , ¿no lo
llama re mos correcta me nte ' innecesario' ?
- Más co rrec tame nte im po si ble.
- ¿ No diremo s qu e és tos son deseo s despilfarra dores, mient ras Jos prime ro s son productivos en razó n de
se r ú til es pa ra la activi da d?
-Sin duda.
- ¿ y no diremos lo mi s mo de los a petitos sex uales
y de los demás ?
- Lo m ismo .
- ¿ y no de c ía mos ha ce un momento que aquel al
q ue llamam os 'zángano' está co lmarlo de tal es placeres
d y apetitos y es gobernado por los deseos innecesarios,
mien tras el homb re ava ro y oligá rqu ico po r los necesarios ?
- ¿Qué otra co sa ca be ?
-c-Reg resemos. pu es, a nuestro hombre. y digamos
cómo. de o ligárquico, pa sa a se r democrátic o. Me pa rece que la m ayor parte de las vece s sucede de este modo.
- ¿De c uál modo ?
-Cuando u n jov en que se ha c r iado. como hace un
mome nto decíamos. s in c u lt u ra y con avaric ia . gu st a la
m iel de los zá nganos y con vive con estas fe roces y te r r ib les be stias. ca paces de p roveer toda varie dad de placeres. de mú ltiples co lores y especies, e ntonces puedes pen e sa r qu e den t ro de él se opera el t rá nsito desde la oli garq uía haci a la demo craci a.
- Necesa r ia men te.
-En ese caso, así como el Es tado se trans fo rma al
se r a uxiliado u no de los partidos por un aliado externo
que es simi la r a él, as í tambié n el joven se t ransfo rma
al ser auxiliada desde afuera u na de las es pecies de apetitos qu e h a y en él po r al go simil a r y congéne re a ella.
- En todo de acue rdo.
RF.PÚBLlCA
vnt
405
- y s i corre a s u vez algún aliado pa ra re scata r a
su parte oli gá rquica . p ienso. sea s u pad re o los demás
parie nt es que ac uden a a mo nestarlo y reprocha rle, se
produce e ntonces e n él una revuelta y u na contrarre- seo,
vu elta y un com ba te cons igo m ismo.
-Sin duda.
- y pie nso que alguna vez la parte democ rática puede cede r a la oligárqu ica. y algunos deseos son ex tirpados, ot ros desterrados. en razón de ha be rse s us ci ta do
un ci erto pudor en el alma del joven, y ésta recupera
s u ordenam iento.
- Algun as veces sucede.
-Y a su vez . c reo. una vez expulsados aque llos de seos, a ra iz de la impericia de la educaci ón pate rna, b
crecen en exceso ot r os de indole s imilar . y se m u lt iplican y fortalece n.
-Asi su ele ocurrir.
- y lo a rrast ra n hacia la s mismas compa ñías. y. en
secrete cópula , engen dran una m ultitud .
- Sin duda.
- Ade más opino que terminan por apoderarse de la
ac ró polis del alm a del joven, al pe rcibir qu e está vacía
de conocimie ntos y p reocupaciones rec tas y de di scursos verdaderos. qu e son los mejores cent ine las y gu aro
d ianes que puede ha ber e n el e spír it u de los hom bres
amad os por los d ioses.
- Con m ucho.
e
- y. e n vez de ello s, co r re n a l as a lto di s curso s y opin ione s fa ls as y petulan tes. que oc upan s u lu ga r.
- Cie r tament e.
- y e ntonces retorna a aque llos Lotófagos 1I y habit a abier tamente con ellos; y si de su parentela ac ude
l' O sea «que le hace n o lvida r su hog ar, como a lo s ma rin eros
de Ulises . , d. Dri. IX 83-84. Con est e nuevo ap odo. Plat ó n se re fiere
aq u! a los qu e antes ha llam ado 'zá nganos' .
406
DI ÁLOGOS
algu ien en auxili o de la parte ava ra de su alma. aquellos di scurso s petulantes cierran la s puertas d e la forr aleza real a m e é l, y no permite n e l acceso al aliado. n i
admi ten las palabras que, como embajadores, le di r ige n
d priv ada mente pe rsonas mayo res. Dichos discur sos son
los que prevalecen en el com ba te ; denominan ' id iote z'
a l pudor y lo a r rojan afuera, convir tié ndolo en fu git ivo
deshonorab le: al control de sí mismo lo llaman 'fa lta
de virilidad', lo injurian y lo desti er ra n, y lo conv ence n
de que la mode raci ón y la mesu ra en los gastos son ' r ust ic idad' y 'se r vilis mo' , y. e n a lia nza con muchos a pet itos noci vos. las echa n po r la borda .
- Efec tivame nte.
-Vacían y purifican de es ta s cosas el alma del joe ven poseído po r ellos, a la que inician así en los gra nde s mi sterios, de spué s de lo c u al rei nt r od uce n la de smesura, la a na rqu ía, la p rodiga lidad y la im pudici a,
res plan decientes, coro nadas y acompañada s por un gran
coro ; las elogian, y lla ma n e ufemís tica mente ' cu lt u ra '
a la desm esura, ' libera lidad' a la a na rquía , 'grandeza
56 la de es pír it u' a la prodiga lidad y 'viri lidad ' a la im pudicia , ¿No es de es te mo do como en el joven se p ro du ce
el t ráns ito desde que fuera educado en la sat is facción
de los a peti tos necesarios hast a que libera y relaja los
deseos innece sa rio s )' los placeres perjud iciales?
-Está m uy claro q ue as í es.
-Después de ello, pienso, semej a nte homb re vive sin
gastar más di ne ro, es fue rzos y ti empo en los pl ace res
necesarios que en los innecesarios. En caso de tener la
fortuna de qu e su fr enes í no sea exce s ivo y de que con
b el cor re r de los a ño s pase el tu multo , vuelve a acoger
u na pa r te de los ex iliados, no se entrega del tod o a los
int r usos y pone los p laceres e n p ie de igu aldad; vive
as í t ransfiriendo s in cesa r el ma nd o de sí mismo al q ue
caiga a su lado, como si fu era cuestión de azar, hast a
R EP UBLl CA VIII
407
que se sacia, y lue go se vuelve haci a ot r o, s in desdeñar
a ningun o, s ino aliment a ndo a lodos por igual.
- Com p let a mente de acue r do .
-En c uanto al disc urso ve rdadero, no lo acoge ni
le pe rmi te el acceso a s u ci udade la. Si alguie n le d ice
que ha y placeres proven ientes de de seos noble s y buenos e
y otros de de seos perversos y que debe cu lt ivar y hon rar un os pe ro reprim ir y some ter a los otros, en todos
estos casos sacu de la ca beza y decla ra que tod os son
se mejan tes y que hay que honra rlos por igual.
- Con toda segu ri d ad q ue el q ue se ha lla e n tal d ispo s ición p ro cede a s í.
- y de este modo vive, día tras d ía, sa t isfacie ndo cada apetito que le sob re viene, a lgu nas veces embriagá ndose y abandonándose al encant o de la flaut a, ot ras
be b iendo agua y adelgazando, tanto practicando gtmna- d
s la como ho lgazan ea ndo y descu id a ndo todas las cosas,
o bien como s i se dedicara a la filo sofía. Con frecuenci a
ac túa e n po lít ica , lan zán dose a decir y hacer 10 qu e le
sa lga. Algu na vez adm ira a (os gu erre ros y se in cl ina
haci a ese lado, o bien a negocia ntes, y se inclina hacia
allí: no hay orden ni obligación a lguna e n su vid a, sino
que, te n ien do es te modo de vida por lib re y dichoso,
lo lleva a fon do.
- Has desc r ito pe rfectame nte el mo do de vida del va - t
ron pa rti e ndo de la igualdad.
-Al menos, p ienso, e l de un hombre di vers ificado
y ple no de m ú lt iples ca rac te res y que, como aquel Estado, es bello y co lorido. Muchos homb res y muchas m uo
jeres envidian este modo de vida, que c ue nta en su se no
con nume rosos mod elos de constitucione s y caracteres.
- Así es, efec t iva men te.
- Asig ne mos este hombre a la democ racia , da do q ue 562<l
es correc to denomin arlo 'democrático'
-c-Asign émosto.
408
DIÁLOGOS
- Lo que res ta decribir a ho ra es el má s bello régimen pclü ico y el más bello ho m b r e: la t iranía y el tirano .
-Ni má s n i menos.
- Vamos a ver ahora. querido amigo. con qu é carac ter surge la tiranía; pues es bastante claro que surge
por un t ráns ito a pa rt ir de la democ ra cia .
-c-Sufic ie nremenre c laro .
- ¿ y no s urge del mism o mod o la t ir anía de la
b democraci a que la de mocracia de la o ligarqu ía ?
- ¿ De c uá l modo ?
- E l bi en que se propo n ía la o liga rqu ía. y por el cua l
és ta fue ins ti tu ida. ¿n o era acaso la riqueza en exceso ?
- 51.
- Y el de seo insaci a ble de r iqu eza, y el descuido de
to do lo demás por lu cra r, es lo que la ha perdido.
- Verd ad.
-¿ y n o es a su vez el deseo in saciable de aque llo
qu e la democracia define co mo su bi en lo qu e ha ce
sucumbir a ésta ?
- ¿Y qué es lo que di ces que defin e como su bien ?
1;
- La libe r tad; pu es en un Estado democrático oirás ,
segu ra mente, que es ten ida por lo más be llo, y que, pa ra q uien sea libre por natu ra le za , es el ú nico Es tad o
digno de vivir en él.
-En efecto, es una frase que se dice mucho.
- Po r lo tanto, como iba a deci r ahora, el de seo in saciab le de la libertad y el descu ido por las ot ras cosas
es lo que a ltera este régimen polit ico y lo predispone
pa ra nece sitar de la ti ranía.
-¿ De qué modo ?
- Cua ndo un Est arlo democ rático sedie n to de líbe rd tad llega a tene r co mo jefes ma los esc anci ado res, y se
embriaga má s de la cu enta co n ese vino pu ro, ento nces ,
pienso, ca st iga a los gobernan tes que no son muy fle xibles ni p roporcionan libertad en ab undanci a, y los acu sa de cr im in ales y oli gá rqu icos.
RE PÚB LICA VIII
409
- Asl p ro cede, en e fec to .
_ y a los que son s umisos con los gobe rnantes los
injur ia, como a escl avos voluntarios y gente s in valor;
a los gober na ntes que son sim ila res a gobe rnados, y a
los gobernados que son similare s a gobe rnan tes es a
quien es se ala ba y ri n de ho nores en público y en privado . ¿ No es fo rzoso que en semejante Estado la libertad e
avance en todas direcciones ?
- No podría se r de otro mod o .
- Si esto es as í, amigo m ío, la ana rqu ía se des liza
inclu so dentro de las casas particula res, y co ncl uye int roduci éndose ha sta en los animales.
- ¿Qué es lo que qu ie res decir con es to ?
- Por ej emplo, que el pa dre se acost umbra a que el
niño sea su semejan te, y a te me r a los h ijos, y el hijo
a ser semejant e al padre yana respet ar ni te mer a sus
progenitores, a fin de ser efecti vamen te libr e; el mete co
es igualado a l ciudadano, el ciudadano al me teco 19, Sid a
y de l mismo modo el extranjero.
- As í s ucede, en e fecto.
- S ucede eso y ot ras men uden ci as como las s igu ientes: en se mejan te Est ado el ma est ro teme y adu la a los
alumno s y los alumnos hacen ca s o omiso de los mae st ros, a sí como de s u prece ptores; y en gene ra l los jóvenes hacen lo mismo qu e los adu ltos y rivaliza n co n ell os
en pa lab ras y acciones; y los ma yores, para comp lacerlo s, re bo san de jocos ida d y afán de h acer broma s, irni- b
tanda a los jóvenes, para no parecer ant ipá t icos y
mandon es.
-En todo de ac ue rdo .
- y e l mo me n to culminan te de esta libertad de la s
mayorí as se pro duce en ta l Es tado cuando los ho mbres
y mujeres qu e han s ido co mprados no so n me nos libres
19 El «meteco» era el extra nje ro con res idencia permane nte en
Aten as.
410
DI ÁLOGOS
q ue qu ienes los ha n adq uir ido. y po r po co nos olv id amos de deci r cuánta l ibe r tad e igu aldad a nte la le y e xlste a lli e n la re lació n de hom b res con m ujere s y de m uj eres con homb res.
e
- ¿Acaso. con Esqu ilo. no «di remos lo q ue ahora no s
viene a la boca s ?
-Por cie rto. es lo que yo di go . Y que los a nima les
s uje tos a l hom b re son a ll¡ más libres que e n c ualqu ie r
otra parte, no lo c ree rl a a lguien que no hu bie ra te nid o
la expe ri e nci a : pu es, ta l como dice el proverbio. realmente «Ias perras llegan a se r como sus a mas »: y a s í
también los caba llo s y lo s asn os se acostu mbran a a n dar con toda libertad y solem nida d . a tro pe llando a quien
les salga al paso, s i no se hace a un la do ; y del m ismo
d modo todo lo de más se halla pletórico de libert ad .
- Lo que desc ri be s es m i propi o s ue no; pues con fr ecu encia me suc ede eso c uando m a rc ho a l cam po .
- ¿ Y no te perca ta s q ue. como result ado de la ac u mula ción de tod as estas cosas, el alma de los ciu dadanos se torna ta n delicada que, s i a lgu ie n le proporcion a
s iqu ie ra una pi zca de esclavitud, se irrit a y no lo sopo ria ? Pues bie n sa bes qu e de alg ún modo terminan por
no pres ta r a te nción ni siq uie ra a las leyes orales o e scr-itas, pa ra que de n ingún mo do te nga n a mo a lguno.
- Por cier to q ue lo sé bi e n.
- Pues éste es, segú n me pa rece , el bello y vigoroso
pr inci pio de dond e nace la t iran ía .
- Vigo ro so, ci ertamen te, pe ro ¿qué le s igu e des pués ?
- La m is ma enfer medad que, al decla ra rs e en la o liga rqu ía, entrañ a la pe rdi ci ón de ésta, en mayor grad e
y con ma yor fuerza, debi do a la libertad, esclavizada
a la democ raci a . Y e n verda d el e xceso e n el obrar suele
revertir e n un ca m b io en se n t ido op uesto, t an to en la s
564a es ta ciones como en las pla ntas y en los cuerpo s y ,
no en ú lti mo término, en las organizacione s polí ti ca s.
- Pro ba b lemen te.
RE PÚBLICA VIII
411
- Por lo tan to, la libe r tad e n exce so parece que no
de ri va e n o tra cosa que e n la escla vi tud en e xce so para
el indi vid uo y pa ra e l Est ado.
- Eso t ambié n es razonab le.
- Es razo nable, en to nces, q ue la t ira nía no se es tab lezca a part ir de otro régimen polí t ico que la democraci a, y qu e sea a pa r t ir de la libe r t ad e xt rema qu e su rja
la mayor y más salvaje esclavitud.
-Es lógico.
- Pe ro no es eso lo que preguntas, c reo, si no c uál
es esa e nfe nncdad que, siendo la m isma e n la a ligar- b
qu ía que e n la democracia, escl a viza a és ta.
- Dices la ve rd ad .
- Pues me refe r ía a aquella raza de hombres haraganes y despilfarradores, los más vi r iles de los c ua les conduc e n y los menos vir ile s los s igu en, y que com pa rábamos con zá ng a nos, de los qu e cuentan con aguijón en
el primer ca so y de los que no lo ti ene n, e n el segu ndo.
- Y lo h ací amos correctame nt e.
- Yen c ua lquie r régimen e n q ue nazca n producen
u na pe rtu rb ación análoga a la de la flema)' la bi lis e n
el c uerpo; cont ra esto ú lt imo el bu en méd ico y legis la- e
dar del E stado deben p recave rse con mu cho tie m po, no
me no s que el a p icu h or háb il, tratando a l máx imo q ue
no a pa re zcan, pe ro , s i llegan a a parece r , eliminá ndolos
juntos con los pa na les m ismos.
- Sí, po r Zeu s, absolutame nte de ac ue rdo.
- Haga mos ah o ra lo sigu ie nte , pa ra ver con mayo r
clarida d lo que que re mos.
-¿ De qué mo do?
- Divid a mos en t eorí a el Estado democrático en tres
parte s, ta l como ellas se da n . Una es ta l va aque l g énc- d
ro que su r ge e n él por cau sa de la lice nci a, no menos
que en el Es ta do olig árquico.
- As! es.
-Pero con m u ch a ma yor ferocida d aqu í que allí.
t:
S65<l
41 2
- Es probable.
DI ÁLOGO S
- ¿Cómo es eso ?
- Allí. e n razón de no reci bir honores y es tar alejado
de los cargos, no se ejerci taba y no llega ba a se r vigo roso; en la democracia, en cam b io. marcha a la cabeza
del Es tado, con pocas excepcione s. y es su sector más
fe roz el que ha bla y actúa, mi e ntras el res to zu mba
se ntado cerca de la tribuna . y no to le ra que se di ga ot r a
cosa, de mod o q ue , e n un régim e n de ta l índole. todo
es adm inist rado por es te tipo de ge nte, salvo con tados
casos.
- Así e s.
- y hay otro gr upo s im ila r qu e en todo mome n to
se se pa ra de la m uchedumbre.
-¿Cu ál ?
- Al ten e r to dos afá n de luc r o, los má s orden ado s
po r nat u ra leza lle ga n a se r con m uch o los más ri cos.
- Pienso que de allí sacan los zánganos la mayor ca nt id ad d e mi el y d el modo más fáci l.
-¿ Có mo habr ía n de saca rl a de los que t ie ne n poco
o nada ?
- y los ricos de esta especie son los lla mados 'pas t o
de los zá nganos ', creo.
- Po r cierto qu e sí.
- El tercer género se rá el de l puebl o, o sea, cuantos
trabajan pa ra sí mismos y no ocupan ca rgos público s,
poseyendo pocos bienes; es e l género más numeroso y
co n ma yor a u to r idad que ha y e n la de mocracia cu a nd o
se congrega.
-En e fecto -dijo Adiman to- , pero con frec ue nci a
no está d is puesto a hacerlo, a menos que pa rticipe en
a lgo de la m ie l.
- y pa rtic ipa s iem p re en la m ed ida que les es po s ib le a los que es tá n a su cabeza, c ua ndo a los q ue tie nen
fo r tuna se la quita n y la dist r ib uyen al pu e blo, conse rva ndo ellos la mayor pa rte.
-c- Bxac tamente.
R EPÚ BLICA VIIl
4 13
- Así es como pa rt icipa, efectivamente.
b
-Enton ces aq ue llos a quienes se qu ita la fo r t una se
ven fo rz ados a def en de rse, piens o, hablan do al pueblo
y haciendo cuanto pueden.
- ¿Cómo no h ab rán de hace rl o ?
- Y, aunque no deseen int roduci r novedad alguna,
reciben de los otro s la ac us ación de q ue co ns pira n contra el pueblo y son o ligárquicos.
- S in duda.
- y des pués de ve r al pue blo t rata ndo de hacerles
mal, no volu ntar ia me nte sino por igno ra nci a y por habe r si do e ngaña do po r los di fa madores, e nt onces, qui é- e
ranlo O no, te rmina n por conve rtirse e n oligá rqu icos de
ve ras, no voluntari amente, sino qu e aquel zán ga no produce este m al picándo los .
- y en tonces se pro d ucen den u ncias, juici os y accione s lega le s de unos cont ra otros .
- Así es.
- Ahora b ien, ¿no acos t umbra s ie m pre el pueblo a
po ner a su ca be za prefe rente mente a un individo. y a
a limen ta rlo y hacerle c recer e n grandeza?
- Acost umbra a eso, en efect o .
-Por lo tan to, es ev idente q ue , dond equi e ra a pa re- d
ce un ti r ano, es de la raíz del liderazgo de donde brota ,
y no de ot ra parte .
- Mu y e vide nte.
- ¿ Y c uá l e s e l comie nzo de es te t rá ns ito de u n líder
hacia un ti ra no ? ¿ No es pa te nte que c ua ndo el líde r com ie nza a hace r lo que se narra en el mito respec to del
te mplo de Ze us Liceo en Arcadia ?
-¿ Y qué es lo q ue se na rra ?
- Que cua nd o a lguien gu sta de e ntra ñas humanas
desc ua rt iza das e nt re ot ra s de otra s víc t imas, necesariamente se h a de co nve r t ir en lobo. ¿O no has escuchado e
el rela to ?
.
414
DIÁLOGO S
- Sí, por ci erto.
- Asi t ambi én cuando el que está a la cabeza del pueb lo rec ibe u na masa obediente y no se ab stiene de sangre tribal. sino que , con injus tas acu saciones - tal c omo s ue le pasar- lleva a la ge nte a los tribunale s y la
ases ina. poniendo fin a vida s humanas y gu stando con
leng u a y boca sac r ílega s sa ngre familiar, y así mata y
566G dest ie r ra. y su gie re a bolici ón de de udas y partición de
t ie rra s. ¿ no es después de es to fo rzosa me n te fa ta l que
se meja nte individuo perezca a man o s de s us adve rs ari os o que se haga tira no y de hom b re se convierta e n
lobo ?
- Es de toda nec esidad .
-Así llega a ser el que hace e stalla r la revuelta contra los qu e ti en en fortun a .
- Agi, efect iva me n te .
-y c uan do tras haber sido des ter rado regresa a pes a r de su s enemigos, ¿ su ret orno no se rá el de un t irano
cons umado?
- Es ev ide nte .
b
- y s i no pueden h acerlo deste r rar ni ma tarlo t ras
despresti giarlo en el Es tad o , con s pira n para ases inar lo
violenta mente a escond idas.
-Es 10 que s uele suceder.
- De ahí qu e todos los que han llegado a este punto
recurren a aquella de m an da del t ir an o de la que ta nto
se ha hab lado, por la q ue se pid e a l pue blo u na c us todi a pe rs o nal pa ra preserva rle s a l defe n so r d el pu eb lo 10.
-¡ Cla ro qu e pas a eso!
- y se la dan, pienso, po r temer por é l y est a r co nfiado e n lo qu e re spec ta a s i mism o.
- Así es.
e
10 Cla ra a lu sió n a Pis lslralo , cr. H EIlÓDOTO, 1 59 , Y AIlISTÓTF. (.¡¡S,
Constuucí án de los ateni enses XI V l.
REPÚBL.lC A VIII
4 15
- y cua ndo ve esto el va ró n que po see riqueza s y
que, conforme a sus r iquezas, reci be la acusaci ón del
'e nem igo del pue blo' , e ntonces, a migo mi o, de acu erdo
con el orác ulo qu e se le hizo a Creso,
huye ju n to al Herm a rico en guijarros,
no se queda ni tiene ve rgüenza de ser coba rde 1' .
Orác u lo citad o po r HIIIlÓIl., 1 55 .
Ccbrió n, m ue r to por Héctor , en 11. XVI 77 6.
- S i fue ra de otro mod o, no podría a vergonzarse u na
segu nda vez .
- Pie nso qu e a l que es ca pt u rado le da n muerte .
- Es forzoso.
- En c ua nto a aq uel ca udill o, es e vidente que no yace «majest uosa me nte con su gra n cue rpo» 11, s ino que , d
t ras de stronar a muc hos otros, se es ta b lece e n 'el carro
del Es tado, perfeccionando la t ra ns for mación de líd e r
en ti rano.
- ¿Cóm o no h a de se r as í?
- Desc r iba mos a hora la felici da d de ese hombre y
la del Est ado e n qu e se ha gene rado un mort a l semeja nte.
- De acue rd o, desc r ibámoslo.
- ¿ No pa sa qu e durante los p ri meros días y el primer momen to sonr íe y sa luda a todo aq uel que e ncuent ra, d ice no ser ti rano, promete muchas cosas en p r iva- "
do y público , libe ra de deuda s y repa r te tierras e ntre
el pue blo y los de su séquito, y trata de pas a r por tene r
mod ales a mable s y suaves con to dos ?
- Necesariamente .
- Pero c uando se reconcilia co n a lgunos de sus e nemigos de fue ra. mie n tras q ue a o t ro s los exte r mina , y
que po r ese lad o tie ne tranquilidad, pienso que p romueve an te todo al gu nas gue rras, pa ra que el pu eblo te nga
nece sid ad de un conduc tor.
21
22
j
/
b
e
4 16
- Es proba ble.
Ul Á LO GOS
- Y ta m bién para q ue e l pa go de los im pu e s to s d e
gue rra ha ga pobre s a los ci uda danos y los obligue a dedi carse a los cu idados de cada dí a. de modo,que cons piren menos contra é l.
- Es ev iden te.
- y se me oc u r re que, s i sospecha que a lgu nos t ienen pensa m ie n to s libe ral es de m odo ta l q ue no co n fía n
e n su m a nd o. co n cua lq u ie r pre te xto los ha r á perece r
po n ié ndolo s e n m a nos de l e ne m igo; en vis ta a todas e sta s cosas, el t irano est a rá sie m p re forzado a su sci t a r
la guerra.
- Es tará forzado .
- Hacie ndo tales cosas, l no qued a ex puesto a se r
odiado por los ciuda danos?
- ¡Claro que sí!
- En tonces al gu nos de los que ha n cola borado para
es ta blecerlo '!i que t ie ne n pode r ha bla n fra ncamente co n
él o en t re sí, ce ns u ra ndo lo qu e s ucede, al m enos los
q ue se da el caso de q ue son lo s m ás vir iles.
- E s p ro ba b le.
- Po r cons igui en te , e l ti ra no debe elim inar a todos
ésto s , s i es q ue va a gobe rnar, has ta q ue no q uede nad ie
de va lo r e ntre s us a m igos y e nemigos.
e-Evide nte.
- Ha de m ira r e nto nces co n a gudeza q u ién es va liente, q u ié n de g ra nd e za de esplr it u , qu ién sa b io , q u ié n
rico ; y e l g rado de s u fe lici dad es ta l q ue , q u ié ralo o
no , le se rá necesa r io co m bat ir y co n spira r co nt ra todos ,
ha st a purifica r el Es t a do.
- ¡Be lla purifica ci ó n !
- SI, la o pu est a a la qu e p ract ican los m éd ico s con
los cue r pos , ya que éstos su pri m e n lo peor y co nserva n
lo m ejo r , m ien tra s a q ué l a la inve rsa .
-c-Pues pa re ce q ue neces it an hacerlo, si ha n de go·
bernar.
RE PÚBLI CA Vil!
4 17
- ¡Es e n ta l caso u na bi enaventurada neces ida d la d
qu e lo oblig a, qu e le prescribe vivir e n co m pa ñia de mu c hos hombr es de baja estofa, y se r odiado po r e llos, o
no vivir !
- De t al índole es su neces ida d .
- ¿No s ucederá e ntonces q ue, c ua nto má s se a odia do po r los ci uda danos a l hace r es ta s cosas, ne ces ita rá
de un a c us todia ta nto m a yor y m ás d ign a de co nfia nza?
- ¡Cla ro q ue s í!
- ¿ Y quié nes se rán esos ho m b res con fia bles ? ¿ Y
a dó nde los m a nd a r á buscar?
- Po r s i solos ve nd rán muchos volando , si se les da
s u paga.
- ¡Po r e l pe rro! - exclam é- . Pa r ece q ue te estás
r e fir iendo nu evame nte a ciert o tipo de záng an os . pe r o
és tos ex t ranj eros y p r ocede n tes de todas part es.
- y lo q ue te parece es verdad - respondió Adímanto.
- ¿Y a los del país no lo s quer rí a ?
- ¿ Y có m o ?
-Despoj a ndo ·de los esclavos a los ciudada no s, liber ándolos e integrá ndolos a s u custodia .
- COIl seg urida d. pues to q u e e llo s se rí a n los m ás
fe lic es.
- ¡Ha blas de a lgo d ichoso para e l t ir a no. s i re c u rre
a ta les a migos y hombr es de confianza t ras ha ce r pcre- Sbil<l
cer a los a nte rio res!
- Pues en e fec to, a e llos re c u r re.
- y es to s a m igos so n los q ue lo adm iran y conviven
co n é l co m o nu e vos c iu dadano s, m ient ras lo s q ue so n
ho nest os lo odian y le hu ye n.
-¿Cóm o no ha bí a n de hacerlo ?
- No en va no la tr a gedia en ge ne r a l pare ce se r al go
sab io, de s tacándo se Eu r íp ides e n ella .
- ¿ Po r q ué?
-Porq ue por co n t a r con una m ente per spic a z pronunció aq uello de que «los tiranos son sabios po r la co m- b
94. - 27
4 18
DIÁLOGO S
Ada m afirm a qu e este ve rso pe rtenece a Sófoc les , en tan to q ue
pa ñía de los sa b ios » 21. Pues es man ifies to que los sa o
bia s qu e acam panan a l ti rano son de la índ ole q ue he mo s descrito .
-Sí. elog ia a la tiran ía d ici e nd o que h ace «igua l a
los dioses .. 2' , y muchas ot ras cosas, no só lo él. sino
también los de más poeta s.
- Por lo mi smo que los poetas trágicos son sabio s.
han de pe rdonam os a noso t ro s y a cuantos gobiern e n
e n consona ncia con nosot ro s, po rqu e no los adm ita mo s
en nues tro Estado, po r canta r elog ios a la ti ra nía.
- Pie ns o que al menos lo s má s sut iles de ellos nos
pe rdonarán.
- De to dos modos, creo que va n d e gira po r los ot ro s
E stados , cong rega ndo a las masas y contratan do actores de voces be llas, poten tes y pe rsuasiv as, que em pujan a la s o rgan izaci on es polit ica s hacia la t iranía y la
democ racia.
- Po r cie r to.
- Ade má s de es to reci be n bu ena paga y honores, sobre tod o. como es na tu ral. por parte de los ti ranos y.
e n segu nd o lug ar. de la de mo c raci a; pe ro c uant o má s
d a r ri ba ma rch an hacia la ci ma de las cons tituciones. ta nto
más cede su honra. como s i no pudie ra n a ndar por la
fa lta de a lie nto.
- Completamente de ac uerdo.
- Pe ro esto e ra una digre s ió n . Regresemos a aq u el
be llo. numeroso. m ult icolor y. camb ia nt e ejército d el
t irano . para ver de qué se ali menta.
- Es evide nte - respondi ó Adim an to- que, s i ha y e n
el Estado tesoros sac ros. los gas tará e n la medida qu e
duren, asl como los b iene s de aq ue llos a los qu e ha a n i-
lJ
1. EURfp lllES , Troyanas 1169,
otros , co mo w tlemowtrz. lo a dju dica n a Eu rip ides.
,
REPl)O l.lCA VIII
4 19
q uilado, ne cesitando me nos, consigu ie nte ment e, cargar
con im pu est o s a l pu eblo.
e-Pero ¿y c uando fa lt en estos recursos ? - pregu nté.
- Es claro que se nutr ir á d el patrimonio pat erno, y
no só lo él s ino. ta m b ién su s comensales. a migos y
queridas.
-Compre núo: el p ueb lo qu e h a e ngendrado al t irano lo alime nt a a él y a su sé qu ito.
-c-Le se rá m uy necesario .
-¿ Y qué di rás e n caso de q ue el pueblo se irrite
y di ga q ue no es ju sto que u n hi jo e n la flo r de la edad
sea a limen ta do por su padre sino al con trario, el padre
po r su hijo, y qu e su padre no lo e ngen dró y es tab leció 569a
pa ra que, una vez que llegara a gra nde, debiera éste,
como escl a vo de sus propios escl avos, alime nt a rl o a él
y a sus esclavos, con todo el rest o de su com pa r sa; sino
para que el pue b lo fuera libe rado, con él a su ca be za,
de los r icos y de los denomi nad os 'ho mb re s de bien' ?
¿Qué d irá s s i e ntonces le ordena marc ha rse del Estado
con s u sé q u ito, t al como el padre ec ha de In casa a l
hijo con su s comensa les ino po rt u no s ?
-c-En to nces tpo r Zeus! e l p ue b lo se da rá c ue nta de
qué criatura ha e ngen d rado . aca ri ci ado y hec ho c rece r,
y a la que t ra ta de expulsa r cuan do él es má s débil y b
ella más fuerte.
- ¿Qué qu ie re s decir ? ¿Se a treverá el t ira no a hacer
violencia a s u padre, Y. si no lo persuade, a golpe a rlo?
- Si, t ras habe rle qu itado las armas.
-Quieres deci r, pue s. que el tira no es pa r r ici da y
u n te m ib le c u ida do r de la vej e z; y. según parece, esto
es lo qu e ac t ua lme nte se ad mit e qu e es la t ira n ía; y el
pu eblo , a l hu ir del h u mo -e-como se dt cc-, de In sum i- e
síón a ho m b res lib re s, va a pa rar al fu ego JeI despoti smo de los es cl a vos ; y en lu gar de aq uella lib e rt ad ah u ndante e intempestiva se viste con la escl a vitud más
du ra y má s amarga, la de los esc lavos.
(
r
420
DIÁLOGO S
-c-Cícrtame nte. es le qu e ocu r re.
- Bie n, e ntonces ¿ no hablaremos armon iosa mente si
de ci mos que hemos descrito de modo sufici e nte el transi to de la democracia a la t ir a nía . y cómo es ést a, un a
vez ge ne rada?
- Más que su ficie n te me nte.
IX
- Resla por exam inar al hombre tirán ico m ismo. có- 571<1
mo se transforma a partir del democrático, y, una vez
nacido , cóm o es y de qué mod o vive . desdichado o
di choso.
- En efecto, aún resta este hombre .
-¿ Sabe s qué es lo que todavía me falta ?
- ¿Qué ?
- Me pa rece que no hemos descrito su ficie n te mente
lo qu e concierne a los deseos. c uá les y c uántos son. Y
m ie nt ra s tengamos esa carencia, la bú squ eda que em- b
prendemo s se rá menos cl a ra.
-¿ Y no estamo s ya a t iempo de hace r lo ?
- Po r cierto que s i; y e xamina lo que qu ie ro observa r e n ello s, qu e es lo s igu ien te: de los placeres y
deseos inneces arios , creo que a lgu nos son cont rar ios a
tod a norma; proba blemente se produce n en tod os nosot ros, pe ro re pri midos por la s le yes y por los deseos mejores, jun to a la razón , e n al gu nos hombres son ex t ir pa dos po r com pleto, o reduc idos a poc os y débiles, en ot ro s e
hombres so n más fuertes y más numerosos.
\ -¿ A qu é de seos te refi eres ?
- A los que se despiertan durante el sueño, cua ndo
due r me la p a r te racional, dulce y dominant e del alma ,
y la pa r t e be st ia l y salvaje. llena de alimento s y de vin o,
rech aza el s ue ño, salta y t ra t a de abrirse pa so y sa ü s f'a-
I
d
e
b
422
mÁLOGOS
cer sus insti ntos 1. Sa bes que en es te cas o el alma se
atreve 'a todo, corno si estuviera liberad a y desem ba razada de tod a vergü enza y prudenci a, y no t it ubea en
in tentar e n su imaginación acost a rse co n su m ad re ,
así como con cualq u ie r otro de los hombres , dioses o
fieras, o comet er el crimen que sea, o e n no abstene rse
de ningún al imento; en una palabra, no carece en ab solu to de loc ura ni de desverg üenza .
- Dic es una gran ver dad .
- Pienso, por otra parte, que, cuando uno cuen ta con
salu d y moderación y se echa a do rmir tras despe rtar
la parte r acion al de su alma y banquetearla con bello s
di sc ur sos y consideraci ones , cuan do ha llegad o a meditar
so bre sí mi smo s in perm itir qu e los ape t it os se hallen
en necesi dad o en hartazgo, p a ra que se adorm ezcan
y no perturben a la p arte mejor con su regocijo o su
desazón, sin o que perm itan a ést a ex am ina r po r s í sola
y pu r a, y esforzarse e n pe rcibir, lo q ue no sab e en las
cosas que han s ucedido , en las que suc ede n y en las
que est á n por suceder; cuando del mi smo mo do sos iega
a la parte im petuosa y se duerm e sin t ene r el ánimo
ex cit ado por un a r reb a to de cól era co ntra nadie, s ino
qu e, tras tranquilizar a estas dos par tes del alma, la
t ercera, en la cual se e nc uentra la sab idu ría, se po ne
en mo vimi ento, y así puede dars e el repos o; sabe s que
es e n es te estado cuando m ejor p ue de alc an zarse la ver dad y menos se presentan las visi on es p rohib idas de los
su eñ os.
- Est oy a bsolu t amente de acuerdo en que es así.
- Con es t o ya nos hemos dejado llevar de masia do
lejos; pero lo que queremos dar po r conocido es qu e
en t odo in di viduo hay una especie terr ible, salvaje y sa -
I
En la traducción de es ta pal ab ra seguimos un a sugere nci a de
S horey.
En VIII 559d.562a.
RE PÚBLICA
rx
423
crílc ga de apetitos , inclus ive en algunos de nosotros que
pasa n p or m e surado s: e sto se to r n a mani fi esto e n lo s
sueños. Mira si te pa rece qu e lo q ue di go ti ene peso
y si estás de acuerdo.
- Pues esto y de ac ue rdo.
- Ahora bi en, recue rd a cómo dijim os 2 que e ra el
hombre de m ocrático: qu e había c recido a través de la e
educación qu e le di e ra un padre t acañ o, que sólo conc edí a es ti ma a los deseos de r iquezas, mas de sdeñab a los
deseos innecesari os, que tienen en vista el entrete ni miento y la os tentación. ¿No es así?
- Sí.
- Per o qu e, al esta r en compañía de varon es más refinados y colmados de a petitos como los que ac aba mos
de describir, se arroja a t odo t ipo de desmesur a y a
esa índol e de deseos, p or aversi ón a la a usteridad de
su pa dre; pero, por poseer una n at u rale za me jor que la
de sus corrup tore s, emp ujado en amb as direcciones, que- d
da en el medio de esas dos formas de vid a. y, disf rutando de cada una de ellas mesuradame nte en su criterio,
vive de un modo que no es contrario a la libe r tad ni
a toda norma, con lo cual ha c umplido el tráns ito desde
hombre oli gá rquico a hombre d emocrático.
- Tal e r a Y es, en efec to , nuestra op inión sob re él.
- Supont e entonce s qu e a su vez este ho m b re, cu ando ya ha c recido en ed ad, ti en e un hijo al qu e h a educado en t ales hábitos.
- Lo sup ongo.
- Sup ón también que le sucede lo mismo que a su
padre, y es lle va do haci a una anomi a tot al qu e quíe- e
nes lo lleva n denomin a n ' libertad total', y qu e su padre
y demás parien tes acuden en a uxilio de estos deseos ubi o
cados en el medio, en tan to otros apoya n a los deseos
opuestos: c ua ndo est os terribles magos y forjadores de
1
r
424
D1,(LO GOS
t irano s no es pera n poses ionarse del joven de otro modo. maquina n pa ra engend ra r en él un amor que se oponsn" ga a la cabe za de los deseos ociosos y di spensad ore s
de sus b ie nes. como u n gra n zá nga no a lado; ¿o c ree s
que es ot ra cosa el a mor de ta les individuos ?
- No, só lo es o.
- Por consiguiente, c ua nd o zu m ba n a lrededor de ese
a mo r los otros deseos. colmados de inciens o, perfumes.
gui rn a ldas. vin os y place re s libe rad os e n ta les com pañía s, y h acen crecer y nu t ri r al zánga no has ta el paroxis mo. impla ntando e n él el ag u ijón de la pasi ón insa b tisfecha J, e ntonces este cau dillo del alm a . c us todiado
ahora por la loc u ra, e nfurece y. s i cog e alg un as op iniones o deseos de los co ns iderados positivos. los aniquila
y arroja fuera de él, ha st a quedar purificado de moderación y p leno de esa locura q ue ha sido auxiliada de s de el exte rior.
- Descri be s perfec ta mente la génesis del va ró n tiránico .
- ¿ y no se rá po r este mot ivo por lo que desde hace
muc ho se d ice qu e Eros es ttrano z ' .
- Es p roba b le.
- y bie n, m i a migo, ¿no c ue nta el homb re e m bria .
e gado con u n es pír it u t ir á nico?
- Sí que cue nta co n él.
- y aq uel qu e ha e nloq uecido y es tá alienado, no sólo a los hom b res. s ino ta mb ié n a los dioses in tenta gobe rn a r y s upo ne qu e es capa z de ello.
-c-Cie r tame nte.
-c-Bn tonces, divino amigo, un homb re llega a se r pe rfect amente t irá nico cu a ndo, po r n aturalez a o po r h áhi 1 Como se ha d icho e n VIII 552c, el zángano a lado no tiene aguijón, Se guimo s a Sho rey en la in terpreta ción de q ue
tra ta d e un
«a n helo insa t tsfcc ho «.
• Cf. E UR fPWIlS, Hip álit c 532 .
RE PÚBLICA. I X
425
to s o po r ambas cosa s a la vez, se torna borra ch o. e ró t ico o lun á t ico .
- Tota lme nte de ac uerdo.
- As i, pues, se gene ra es te hombre. Pe ro ¿cómo es
su vida ?
- Como se di ce e n la s bromas: est o ' tú también lo d
di rás ' s.
- Lo di go. pues. Después de eso, pienso, se s ucede n
las cele braci ones, los holgori os. los fes t ines, las qu eridas y todas la s cosas de est a índole en los hombres en
c uyo in terior vive Eros t irano, y cuya alma Integra gobierna.
-Necesariamente.
-¿ Y no brotan cada día y cada noc he mult it ud de
terribl es deseo s que e xigen cantidade s de co sa s?
-Mu lt itu d, sin du da.
- En ese caso, s i ha y al gunos ingresos, se ga stan rápidamen te.
-iClaro q ue si!
-y como co nsecu enci a de e llo . préstamos y rebanamí e nros ' de la fortuna.
- Sin d uda.
- y c ua ndo todos los recu rsos le fa lta n, ¿ no es forroso q ue los deseos con tin uos y viole ntos que ha e mpollad o de ntro de s í gr it en , al ser u rgido. como po r agu ijones. por los deseos y espe ci almen te por el a mo r mi smo, qu e conduc e a tod os los demás deseos como a sus
custodios, y se en fu rezca y examine q uién tie ne a lgo
de lo q ue pueda de spojarlo, sea median te el engaño o
574<1
media n te la fuerz a ?
-Si , por cierto.
l EKplica el escolias ta (G REENE, 26 7) que és te es u n ' dicho' : -cuendo a a lgultn se le pregunta por algo que e l que in ter roga co noce y
en ca mbio el in te r roga do desc onoce, éste respond e: 'tú ta mbién lo
di rá s ' •.
b
AOAM; «pa ra ha cer fren te a los recl amo s de los
•.
I
426
DI ÁLOGO S
- En ese caso será necesario que consiga dinero de
donde sea, o bien se rá oprimi do p or la s mayores angustias y tormentos.
-c-Se r á necesario.
- y tal como los nue vos place res que le s obrevie nen
prevalecen so bre los antiguos y los despoja n de lo suyo , as í t a m bi én él, aun siendo má s joven , pretenderá
prevalec er sobre su padre y su madre y despojarl os y.
u na vez dilapidada su parte, se apropiará de los bienes
paternos.
- Sin la" menor duda .
1,
- y s i ellos no se lo pe r mi t ie ra n ¿no in ten ta rá a nte
todo robar y engañar a sus proge nitores?
- En todo de acuerdo .
- Y e n caso de que no pudiera, ¿ no se a pode raría
de sus bienes medi a nte la fuerza?
e-Pien se que sí.
- y si el anciano y la anciana res isten y luchan, admira b le amigo, ¿se guardará y dejará de ha ce r alguno
de los actos propios del tirano?
e-Por mi parte, no teng o much a confianza en 10 que
se refie re a los pad res de semejante individ uo.
- Pero Adima nto, ¡por Zeus! ¿ te parece que por una
amiga reci ente, querida innecesar iamente, va a golpear
e a su amiga de s iempre, su madre necesaria, y lo mi s mo
co n su anciano padre sin vigor y necesario, el más antigu o de los amigos, por un am igo qu e acaba de hacer,
en la flor de la edad e innecesario, y que con vert irá a
sus padres en esclavos de aqué llos, si los llevara a vivir
a la m is ma casa ?
- Sí, po r Zeus.
-c-Te r r ibleme nre d ichoso parece en tonces ser el que
ha p r oc read o un hij o ti rá nic o.
- De ac uerdo.
- y cuando a un h om bre de esa ín dole le faltan su
padre y su madre, y el enjambre de deseo s que se ha
d
,
HEP ú a U CA IX
427
aglome rado dentro de él es m uy grande, ¿no viole ntará
el muro de algun a casa o echa rá m a no al man to de cualquie r caminante, avanzada la noche, y después de eso
s aqueará algún templo? y en to do s es tos casos, las antiguas op in io nes que te nía desde niño so bre la s cosas
dignas y las indign as, opinion e s que eran tenidas por
just as, se rá n somet idas po r otras qu e escoltarán al amor,
y que anterior mente, cuando - aún baj o el control e
de la s leyes y de su padre- e n su in te ri or es tab a regido
democráticame nte , sólo se liberaban dura nte el sueño.
Pe ro una vez tiranizado por Eros, lle va rá a cabo continuamente durante la vigilia 10 que pocas veces h ací a
en sueños, s in arredrarse a nte crimen a lguno, por t e r rible que sea, ni ante ni ngún alimento ni ninguna acción ,
s ino que el amor que vive tirá nic a ment e en él, en com- 575a
pleta anarquía y anemia, al gob ernar por sí solo, in du ci rá al que lo albe r ga, como un ti rano a un Es tado, a
todo tipo de audacias, para alimentarse a sí mismo y
a su tum ult u oso cortejo, que h a s ido en pa r te in t rodu cido des de afuera a raíz de la s malas compañías. en pa r te
relajado y liberado desde de n tro po r los propios háb itos. ¿No es éste el m odo de vida de semeja nte indi viduo ?
- En ef ect o, es é ste .
- Ahora bien, s i los hombres de es ta índole son pocos en el país y el rest o de la gente sobr ia, habrán de b
march ar se para formar la custodia de algún ot ro tirano
o para se r vi r com o mercenarios allí do nde hay a gue r ra;
pe ro si aparece n en ti empos de paz y de tranqu ilidad,
pe rmanecerán en su pa ís cometie ndo multitud de delitos menores .
- ¿A qué te refieres ?
- A que, por ej emplo, r oba n, vio lentan casas, hurta n
bolsas, despojan de ropas. profanan te mplos , vende n como esclavos a homb res libres, actúan como delatores
428
OIÁLOG OS
públ icos, si s on cap aces de ha bla r bie n, testimonia n e n
fal so y acepta n sobornos.
e
- Menores son los de litos que enu me ras, siem pre q ue
se a n pocos los que los cometa n .
-Es que los delitos meno re s son menores en rel aci ón con los ma yores; y todos e llos. en com pa ración c on
la perversid ad y de sd icha con q ue afl ige el tirano al Estado. no an da n s iqu ie ra ce rca, co mo s uele decirse. Pues
c ua ndo e n el Es tado llega n a se r mu ch os los hom b res
de es ta ín dole y s us segu idores. y se pe rca ta n de s u n úme ro , entonces son éstos los qu e, junto con la inse ns ate z del pu eb lo, engend ran a l tira no, que s erá aq ue l
d qu e e ntre ellos cuente en su a lma co n el más gra n de
y más exacerbado tira no.
- Pr ob ab le men te, ya que él ha de ser el homb re m á s
ti ran o de todos.
- L u ego, un a cosa se rá s i la ge nte se so mete volun.
t a ri am en te; pe ro si el Estado no lo permite , entonce s,
a s í como ante s cast igó a su mad re y a su padre, a su
vez así cast iga rá a la pa tria , in t roduci rá nue vos amigo s
q ue escl a viza rá n a la a nte ri orme nt e ta n que ri d a pat ri a,
o 'mar ri a', como lo d icen los cre te nses, y a sí la mantend rá . Y de ese modo alc anza rán su me ta los deseos de
ta l hombre.
-Así es, sin lu gar a dudas.
- Pu es b ien, a ntes de goberna r, en la vida privada
de és tos sucede lo sigu iente : p ri meramente, aquellos con
quienes viven los acompa ñan adu lá ndo los, ya d ts puestos a se rvirl es e n todo, ya , s i los neces itan e n a lgo,
576<1 e llos mi smo s se arrast ran a s us pies, atreviéndose a
adopta r tod as la s figuras, como si fue ran sus pa r ie nte s,
pero nuev a mente ext ra ños u na vez que han conse guido
sus fin es.
- Segu ra men te.
--Por cons igu iente, ja más e n to da su vida son a m igo s de nadie, s iempre esclavizan do o esclavizados a
R EP ÚBLICA IX
429
otros: de la libe r tad y de la am is tad ve rdade ras nunc a
gu st a la na tu raleza t iráni ca .
-Com p letame nte de acuerdo.
-¿ No se dirá con razón que ta les hom bres son
infiele s ?
-¿ Cóm o no habr ía de decir se ?
- E injust os e n grado su mo, si es qu e e n lo an te rior b
he mos conve nido correc tamen te sob re lo que es la
ju st ici a .
- Co r rec tame nte, sin d uda .
- Reca p itu le mos e ntonces lo que concier ne al peor
de los homb res: es el que despierto res ult a sim ila r de
algún modo a l q ue hemos desc ri to durmiendo .
-Comple tamente de ac uerdo.
- y ése resu lta el que por natu ral eza es más t iránico y gob ierna solo; y cuan to más ti em po pa se su vid a
en la ti ra n ía t an to más se rá d e es a índole.
- Nece saria ment e -dij o Glaucón, tomando la pal abra .
- y el que se mani fiesta como el má s perve rso ¿ no
se manifes tará ta m b ién como e l más desd ichado ? Y e l e
qu e sea ti ra no al máximo y por el máximo de tiem po,
¿no ha b rá llegado a se r verdaderamente el más desdichado al máx imo y por el má xim o de t iempo ? Pero la
multitud t iene m uc ha s opin ione s al respecto.
- Es for zoso que sea como d ices.
-¿ y acaso es de otro modo que éste, que el hom b re
t irá n ico es el refle jo d el Estado t iránico, e l homb re de moc rát ico del Estado de mocrá tico, y asl con los demás ?
- De es te mod o.
-¿ y q ue la rel ació n ent re Estado y Es tado e n cu anto a excele ncia y a feli ci dad es la m isma qu e e nt re homb re y homb re ?
- ¡Claro que s í!
d
- ¿ Y la relación en c uanto a excele nci a en tre el Estado t irán ic o y el Estado real?
(
430
D1ÁLOfiO S
- La de se r tod o lo co nt rario, ya que és te es el mejor
y aq ué l el peor.
- No te p reg unta ré a c uál conside r as el m ejor y a
c uál e l peo r, po rq ue eso es e viden te; pe ro re s pecto d e
s u feli cidad y de su des dic ha , ¿j uzgas del mismo modo
o de fo r ma di s t int a ? Y no no s ofus quemos m ira ndo al
tiran o. qu e es só lo uno , n i a a lgu nos pocos acólitos s ul: yos, si no q ue , pues to q ue es necesa ri o que considere.
mos y penet r emos e n el Esta do ínt eg ro. no hem os de
revelar nuest ra opinió n an tes de s u mer girn os e n s u conjunto y con tem pla rlo .
- Lo q u e p ro pones es c o rrec to, y para cualqu ie ra e s
evidente que no hay Es ta do más desdic hado qu e el ti r ánico ni m ás feli z que el real.
sn o.
- y s i eso es correc to, ¿ no lo sería p roponer lo mismo en Jo que toca a los ho m bres, requ iriendo que aquel
q ue juzgue sobre ellos se a capaz de pe netr a r y d is t¡nguir con la inte lige nci a e l c a r ác t e r de un hombr e , y no
se ofusque, a l m irar desde afuera, como u n niño, por
la externa d ign idad que asu me a nte los demás, s ino q ue
d ist inga de b idame nte? ¿ Y si pensara q ue todos noso t ros
de be ríamos escuc har a a q uel q ue fu e r a capaz de j uzgar,
q ue h ubie ra convi vido co n el t irano en la m isma c asa,
y ha estad o prese nt e e n la s ci rc unstanci as de su hoga r,
en sus relacio nes con c a da un o de s us familia re s, ca sos
b e n los cu a les se lo habría pod id o ver co m ple ta mente
desn ud o de su ropaje te a t ra l, así, co mo e n los pe lig ros de la vida pública ? ¿ Y s i a l que vie ra todas e s ta s
cosa s lo e xho r táramos a in formar sob re la felicidad y
la de sdicha del t irano e n rel a c ión con los demá s hombres?
- Tu e xho r ta ción se ría sumame nte justa.
- ¿Quie r es a hora que hagamos com o si noso tros mi smos fu ér a mos de aquellos que so n capaces de juzga r ,
y que a demás no s hub iése mos enco ntrad o con los ti r a -
-c-Necesart em erue.
RE PÚ BLIC A IX
43 1
t
no s, para que co nte m os con a lgu ien que r e spond a a lo
que pre guntam os?
- De a cue r do.
- Va m os, e n to nces, exam ina e s to . Re cordando la e
se meja nza e nt re e l Estado y el hombre , o bserva a
cada uno por tumo y d im e lo que ex pe ri m en ta cada
c ua l.
- ¿Qué ex pe r ime nt a n?
- Pa ra ha bl ar p ri meramente de l Estado, ¿ d irás que
e l gober nado ti rán icam ente e s libre o que es esclavo ?
- Escl a vo, co mo e l q ue m á s .
-No o b stante, ves en él amos y ho m br e s li b re s.
- S i, e n pequeño número; pero puede decirse que el
conjunto, incluyendo la mejor parte, e stá a llí sometido
a la e scl av itud de m odo desho nroso y de sdich a do.
- Aho ra bie n, si el hombre es similar a l Estado, ¿no d
se da r á forzosam e nte en é l la m isma di sposici ó n ? ¿ No
c o lm a rá su a lm a de escl a vuud en a bunda ncia y falta
de libertad ? ¿ No estar án e scla vizadas la s m ejo re s par tes del a lma, mi.e nt ra s un a pa rt e pequeña. la peor y má s
e nloq ueci d a , eje rce el se ño rí o?
-¿ Y qué di rás que e s se meja n te a lma? ¿ Esclava o
li b re ?
- Esclava, s in luga r a duda s .
- y un Es ta do es cl a vo y tiran izado ¿ no e s el que menos hace lo que q u ie re ?
-Cie r ta me nte.
- Po r co ns ig uien te , e l a lma t iranizada se rá la que
m enos ha ce lo que quiere; me refie ro a l al ma co m o tod o: a r ras trad a s in ce sar por la pa sión en fo rma viole nta , e st ará llena de turbación y remordim ie nt o.
- No podría ser de otro modo .
- ¿ Y qué es forzoso que sea el E st a do tiran izado,
rico o pobre?
- Pob r e.
432
D1Ál.lXiOS
-c-Ta m bi én es forzo so que el al ma t iranizada est é
57!l<>
neces it ada e insatisfecha .
- Así es.
- ¿ y no es ne ces ario q ue ta l Estado y ta l ho mbre
es tén lle nos de temo r ?
- Muy nece sa ri o.
- ¿Y pi en sas q ue ha lla r á s en otro Esta do más qu ejas, gemidos, lam en taciones y su frim ientos que en és te?
- De ningún mod o .
- ¿ y estim a s q ue puedes encont rar esto m ás e n a lgú n ot ro hom b re que en quien , como tirano. es en loque...
ciclo po r sus deseos y a mores ?
- No veo cómo .
b
- Po r lo ta nto, ha sido mira ndo a todas es tas cosas,
y a o tras d e la m isma índo le, que has juzgado que este
Estado es el más desdíchdo de los Estados.
- ¿ Y n o ha s ido acaso co rrectame n te ?
-Sí. por cierto. Y res pec to del homb re tiránico, ¿qué
d ices a l mira r estas mi sm as co sas?
-Que es m ucho m ás desdic h ado que todos los dem ás hom bres.
- En esto ya no h ablas corr e c ta mente.
- ¿Cómo?
- No es ést e aún e l qu e puede ser m á s desdic hado .
- ¿Quié n , entonce s ?
- Ta l vez éste te pa re zca a un má s de sdi cha do.
-¿ Cuá l?
-Aq ue l q ue, s ie ndo t iránico, no vi ve un a vida pu ramente privada , s ino que tiene la mala fo rtuna de que,
por alguna de sgraciada ci rcuns tancia, sea provi sto de
lo necesa ri o para llegar a ser t ir ano .
- De lo dicho a nteriorme nte co ncluyo q ue dices la
verda d .
-Sí, pero es neces ario no lim ita r se a o pinar so bre
es to , sino e xa mi na r lo bi en con e l argumen to sigui e nte.
RE:P OB Ll CA IX
433
Pe ro nuestro examen corresponde a lo más importante :
el modo de vivir bien y de vivir mal.
- Comple tame nte co rrec to.
-Exa mina entonces s i digo a lgo de va lo r. m e pare ce
q ue se debe concebir a l ti ra no e xam inándolo a pa r tir de d
los sigu ien tes eje mplos.
- ¿A pa r ti r de q ué ejemplos ?
- Del de cada u no de los pa rti cul ar es r ic os que e n
los Estados posee n m uc hos escl a vos. Pues éstos gua ro
dan es ta si m ilit ud co n los t ir anos: mandan a muchos ,
d ifi rie ndo del caso de los ti ra n os sólo en e l m a yor
nume ro .
- Es lo ún ico e n q ue difie r e n .
-Sabes que estos particulare s viven si n m iedo y no
temen a su s servidores.
- ¿Qué podrían te mer ?
-Nada; pe ro ¿ te das cue nta de la causa?
- Sí: que todo e l Estado va e n a u xilio de ca da uno
de estos particula res.
- Hab las co rrectam e nte. Ahora bi en, si a lgun o de e
los dioses sacara de l Est ado a uno solo de esos hom bres que po seen ci ncue nta esclavos o m ás , co n su m uje r e hij os, y lo pu s iese con e l resto de su patrimo ni o
y de los sirv ientes en un desie rto donde ningún hombre
lib re pudiera ac ud ir e n s u auxilio, ¿c uá l p ien sas qu e
seria el temor que lo asa lta se. y c uán g ra nde. de que
é l, sus hijos y su mujer perecieran a manos de los esclavo s?
- E l más g rande, opino.
-¿ No se vería forzado entonces a adular a algunos de 579.0
los esclavos, a h acerles m uc has pr omes as, y a liberta rlos s in tene r o b ligación, Y. e n fi n, a re velarse él m is mo
co mo a d u la dor de s us se rv idores?
-De toda necesidad , ya que la a lte rnati va es pe re ce r.
- ¿Y si el di os es ta ble cie se a mucho s vecinos a su
a lre de do r , dispuestos a no toler a r qu e uno pretendió94. - 28
434
DI ÁLOG O S
se esclav izar a otro, sin o que, en caso de sorprender
a alguien que lo intentase, lo castigara n con penas ex tremas?
b
- Pien so que su s itu ación sería peor aún e n todo senti do , vigilado en derredor s uyo po r enemigos.
- ¿ No es una prisió n de esta índole donde está eneade n ado el t ira no al poseer una n aturaleza como la que
hemos descrito? es ta r col mado de los más va riados te mores y pa sion es ? Por curioso que él se a , es el único
en el E stado a quien le está vedado viajar adon de sea
y contemplar cu a nto s es pec tác ulos gustan contemplar
los de más hombres libres ; la mayor parte de l tiempo
e vive reclu id o e n s u casa como una mujer, envidia ndo
a los demás ciudadanos cu a ndo alguno de ellos viaja
al exteri or y ve algo valioso.
- Com p le ta ment e de acue r do .
-c-H as ta es e punto se acrecientan los malos frutos
qu e cosec h a el hombre ti rán ico, que está m al gobernado en su int erior - y a l que juzgaste como el más desdichado de todos-c. cuan do no vive una vid a exclus ivamente privada sino que, po r algún aza r, se ve obligado
a ser tirano, e in tentar gobernar a otros cuando no se
domina a sí mismo; como s i fue ra a lgu ien qu e, con el
cue rp o en fe r mo e im potent e para domin a rse a sí misd mo, en lu gar de re traerse a su vida p r ivad a, fuese obligado a pas ar la vida e n com pe tenci a atlética con otr as
personas.
- E l sím il que pr opones es u na gran ve rdad .
- ¿No es en tonces su expe r ienci a com pletament e desdichada. Glaucón, y el que es tirano vive d e un modo
m ás du ro aún qu e el que tú juzgaste como el más duro
de todos?
-Cie r tamente .
- Por co nsi gui ente, aunque a algunos no les parezca, es en realid ad el verdade ro tirano un verdadero
esclavo, for zado a la mayor adulación y servilismo,
REPÚBLICA IX
435
lisonjero de los hombres más perversos; alguien que no e
sa ti sface su s deseos en medida al guna sino que está ne cesitado de la mayor parte de l as cosas, resulta realmente pobre para quien se pa contemplar su alma ín tegra; a lo largo de su vida está lle no de temores, así como de convulsiones y dolores, si es que su condición
se asemeja a la del Estado al que gobierna. Pues se asemeja a ella, ¿no es cierto?
-Cla ro que es cierto.
- Ade más de esto, ¿no hemos de atribuir a ta l hombre 580a
lo que anteriormente hemos mencionado: que es necesariamente - y por ca u sa de l poder llega r a serlo m ás
aún- envidioso, desleal, injusto, ca rente de amigos, sacrílego, anfitrión y nutridor de toda maldad; y, a consecuencia de todo esto, es infortunado al máximo y torna
de esa índole a cuantos hombres se le aproxim an?
- Ningún hombre con sentido com ún te contradirá.
- Vea mos ahora; ta l como decide el juez de última
instancia, decide tú también quién es el primero en cua n- b
to a felicidad, e n tu opinión, quién el se gu ndo, y a sí
juzga en orden a los cinco hombre s: el real, el t imoc rático, el oligárquico, el democrático y el tir á nico .
- La decisión es fác il, pues los juzgo según como ha n
entrado a escena, como los coros , respecto de la excelencia y el malogro, la felicidad y su con trario.
- Con tratemos un heraldo, pu es . ¿o proc lamo yo mismo que el hijo de Ar is tón ' ha de cidido que el mejor
y más ju sto es el más feliz, y que éste e s el hombre e
de carácter más real y que reina sobre s í mismo, en
tanto que el peor y más injusto es el más de sdi chado,
y que éste resulta ser el de carácter más tiránico, que
tiraniza al máximo al Es tado y a sí mismo?
- Proclám alo.
7 Glauc ón es hijo de Ar-istó n, c on cuyo nom b re Platón ju ega en
rel ación con áristos _el m ejor ».
(
436
-Añádelo.
DIÁLO GO S
- ¿ Añad iré a lo dicho que esto es así, pase inadve rt ido o no a todos los hom b res y dioses?
ti
e-Bien: ésta es la primera demostración. Mira ahora
la segu nda. a ver s i te parece s ignifica tiva.
- ¿Cuál es?
- Puesto que, así como el Estado se div ide en tre s
sec to res, ta m b ién el a lma de cada ind ivid uo se divi de
triplc men te , cabe también, me parece , o t ra d e mo s t ra ción.
- ¿ En qué consis te ?
-En es to: s i hay tres, me pa rece que t a mbién ha y
t res tip os de placeres, uno pec u lia r a cada una , y del
mi smo modo los a pet itos y los pu est os de mando.
- ¿ Qué qu ie res deci r ?
- Con u na pa r te decimos que el homb re a p re nde, con
ot ra se a pa s iona; en c u a nto a la terce ra, a ca u sa de su
mu lt iplici da d de aspec tos, no hemos hallado u n nom e brc pec u lia r que ap licarle, s ino que la hemos designado por lo q ue p redo mina e n e lla con mayor f uerza:
la he mos deno m ina do, e n efecto, la pa r te 'a pe tit iva ', e n
razón de la inte ns idad de los deseos concernientes a l a
comida , a la be b ida , al se xo y cuantos otros los acom pañan; y tamb ién 'amante de la s r iquezas', po rque es pri n cipalmente po r medio de las r iquezas como satisf ace
5814 los apetitos de esa índole .
-y he mos procedido co rrecta me nte.
- S i decimos, además, que el pla cer y el a mor son
placer y a mo r a l lucro, es ta r ia mos apoyándonos ín te gra me nte en u n pu nto im po r ta nt e de nuest ro a rgumento, de mod o que la cosa sería cl ara pa ra nos ot ro s c ua ndo ha b lá ra mos de esta pa r te del a lma; y así, al lla ma rla
'a ma nte de las ri quezas ' y 'del lucro' es ta r ía mos lla mán do la jus t ificadame nte .
- As! me pa rece a mí.
REPÚ BLICA IX
437
- En cu a nto a la parte im pe t uosa, ¿no decimos que
es tá s iempre íntegramente lan zada haci a el p redom inio.
la victoria y el re no mbre?
- Efec t iva men te.
b
- Si por cons igu ie nte la denomináramos 'a m b iciosa '
y 'a ma nte de los hon ores ', ¿ no se ri a armoniosamente?
- Muy annon iosamente.
- Finalmente, en lo que toca a aq ue llo por lo c ual
a prende mos, es e vide nte a c ua lq uiera q ue s ie m p re ti e nde tota lmente a conocer cómo es la verda d , y que ni
e n lo más mín imo se p reocupa po r las riq uezas y la
reputación .
- Muy de acue r do.
- Si la llam a mo s 'a ma nte del a p render' y ' filósofa',
¿la lla ma remos de b idamen te ?
- ¿Có m o podr-ía ser de ot ra man e ra?
- ¿ y no es es to lo que gobierna en las a lmas de alg unos hom bres, y en otros, segú n se d a el caso, una de las e
dos re sta n tes pa r tes ?
-As í es.
-¿ No es por este motivo po r lo que deci mos q ue
los tres pri ncipa le s gé ne ros de hombre son el filósofo,
el ambicioso y el amante de l lu c ro ?
- Exac ta me nte.
- ¿Y hay t res especies de placeres. ca da una subyacente a un géne ro de hom bres ?
- Sin d u da.
- Ahora bien: sabes que, s i p reguntas po r tu rn o a
estos tres homb res c uál de esos mod o s de vida es el
más ag ra da ble, cada uno elog iará al máximo el s uyo.
El ho m b re dedicado a los negocios respon derá q ue , e n ./
comparación con el lucro, el placer de recibir ho no res
y el de a prender no val en nada , sa lve) q ue p rod uzcan
dinero.
- Ve r da d.
438
DI ÁLOGO S
-¿ Y el a mb icioso ? ¿ No co ns idera que el placer p roced e n te d e la s ri q ue za s es vu lga r , y q u e el q u e proviene
del conoc im ient o es hu mo y fut ileza. s i el co nocimien to
no acarrea hono res ?
- Así es.
e
-En c uanto a l filósofo, ¿cómo pe nsa re mos qu e considera a Jos de má s p lacere s en relaci ón co n el de co nocer lo ve rdadero y de vivir e n ello aprend iendo siempre ? ¿No cons ide rará que está n m uy lejos del ve rdadero placer y los lla ma rá ' rea lme nte ne cesarios', dado que
no recu r ri rá a e llos s i no le fue ra im pre sci ndib le ?
- Podemos estar seguros de que es así.
-Cuando lo que se discu te son los placeres de cada
especie y e l mo do de vida mismo, y no en cuanto a vivir
de modo más decente o vergonzoso, ni mejor o peor.
Sll2<l sino en cuan to a cuál es más agradable y menos doloroso, ¿cómo sabremos quién de ellos dice la ma yor verdad ?
- Po r mi pa rt e, no puedo responder.
- Examin a esto, entonce s. ¿ Por qu é medio ha de j uzgarse pa ra que sea juzgado b ien ? ¿No es por m edio de
la ex pe riencia, la intelige nci a y el razon a m iento? ¿Cuentas co n un mod o de juzga r mejor que con és tos ?
- ¿Cóm o po dría hacerlo ?
- Pros igamos el examen . De estos t res hombres, ¿c uál
es el que t ie ne ma yor e xpe r ie ncia de los place res qu e
he mos me nci onado ? ¿C uá l de los dos te pa rece q ue es
b el más experime nt ado, el a ma n te de l lucro e n el place r
ex t raído del saber, al pone rse ' a a prende r cómo es la
verdad mis ma , o e l filó sofo e n el p lace r p rocedente del
lu cra r ?
- Hay much a dife re ncia - re pu so Gla uc ón- ; pu esto
qu e necesaria mente e l filósofo h a comenzado a gus t ar
de los ot ro s placeres de s de la inf a nci a; en el caso del
am ante del luc r o, en cam b io, cuando ap re nde cómo son
la s cosa s po r natural eza, no es for zoso que gu ste de la
dulzu ra de este place r n i q ue 'se vuel va ex pe r to e n él;
RE PÚ B LI CA IX
439
an tes bien, y a un cua n do ponga celo en ello, no le se rá
fáci l.
- En t al ca so - dije yo- el filósofo sob resale e n mu cho res pecto del ama nte del lucro, en experiencia de
ambos t ipo s de pl aceres.
e
- En mucho, po r cier to.
-¿ Yen c ua nto al a mante de los hono re s ? ¿T ie ne el
filósofo me nos e xpe ri e nc ia de l pl ace r de reci bi r honores que és te del de com p re nder?
- No, porque el ho no r a lcanza a tod os s i ha n re al idaza aq ue llo a lo cua l se han la nzado, pue s el r ico es
honrad o por m uc hos, y ta m b ién el va lie nte y e l sabio,
de modo que todos tiene n experiencia de cómo es el pla ce r que procede de recibir honores. Con qué placer c uc nta la contemplaci ón de lo que es , en cambio , es im po s ible que haya sido gustado por ot ro que no sea el filósofo.
- Por co nsigu ie nte, éste es de los hombres que él d
juzga me jor en cuanto a experiencia.
- Y con mucho.
- Ade más - p rosegu í- es el único cuya experie ncia
esta rá acompañada de intelige nci a .
-Sin d uda.
- Por lo demás, el in st rume nto con el c ua l es necesar io juzgar no corresponde ni al a mante del lucro n i
al de los honores, sino a l fi lósofo.
-¿ Cuál inst rume n to ?
-¿No hemos dicho que se debe juzga r po r med io
de razonam ie ntos ?
-SI.
_ y los ra zona mien tos son p r in ci palme nte el instru me nto del fi lósofo.
- ¡Cla r o que sí!
- Pues bien , si lo que se juz ga se juzga ra mejor con
el dine r o y el lu cr o, lo que el am a nte del lu cr o alab a ra .
y ce ns u ra r a se ri a necesar ia mente lo más cierto .
- Dc toda ne cesidad.
' /
5834
440
DIÁLOGOS
- y s i se juzg ase m ejor con e l honor, la victori a y
la val ent ía, ¿ no lo seria lo que a la ba ra y ce n su ra ra el
a mante de los hon ores y ambici oso ?
- Es ev ide nte.
-¿ Pe ro puest o que se juzga mejo r con "la exp erienci a, la inte lige nci a y el razona m iento ?
-Necesariame n te la s cosas má s ve rdade ras son las
que elog ia el filósofo y a man te del razonami en to.
- S i son e ntonce s t res los placeres, el placer de aquella pa rt e del a lma con la q ue a pre nde mos será el más
agradable , y aq ue l de noso t ros e n q ue esa parle gobierne será el de modo de vida más agradab le.
- ¿Cómo no va a se rl o? El sa bio que a laba su propio
modo de vida es el a la bad or co n a utor ida d .
- ¿ Y a qué mod o de vid a y a qué plac e r as ignará
el ju ez el segundo lu gar ?
- Es ev iden te que al place r del gue r rero y am an te
de los hono res, pu es está más próxi mo de él que el del
negoci an te.
- Por lo ta n to el últ im o será el del a man te del lu cro,
pa rece .
- Sin duda.
b
- De est e mod o tenemos ya do s de mostraci ones suces ivas, y el jus to ha t r iunfado por dos veces. En c uanto a la te rce ra , ded iquémosl a, a la man era o lím pica, al
Zeus sa lvador y olím pico. Mira q ue el placer de c ualqu ier o tr o que no sea el sab io no es a bsoluta me nte rea l
comQ._u n<i. p.o..t ura
c reo h abe r o ído a alguno de . lo s s a bios; y por cie r to és ta
la más gra nde , Y. deci s iva d errota.
.
.
rñ1J¿ho la más grande , pero ¿qué es lo que quieres decir?
e
- Lo enc ontra ré , s i c ua ndo indago tú me respondes.
- Pregun ta e ntonces .
- Dime, pues: ¿ no deci mos que el dolor es con tra ri o
al pla cer ?
REP ÚBLI CA IX
441
- Por cie r to que s í.
-¿ Y que hay un esta do e n qu e no se goza ni se su fre?
- Lo ha y.
-¿No está ubicado e n el ce nt ro , intermedio e n tre
a m bos, como
sue r te de reposo del a lma res pe c to
de ellos ? ¿ No piensas q ue es as í ?
-Sí, as í.
- ¿ Rec uerdas a ho ra las cosas que d ice n los q ue está n e nfe rmos?
-¿Qué cosas?
- Que no ha y nada más agrad a b le qu e es tar sa no ,
a u n c ua ndo antes de e n fe rma rse no ha bía n advert ido d
que eso e ra grato.
- Recuerd o.
-¿ Y ha s oí do deci r , a quienes padecen u n gran dolo r, que nada ha y más agradable que cesar de sufr ir?
-Sí, lo he oído.
- Yen m uchos otros casos d e es ta índo le, creo, te
das cue nta de que a los hombres que sufren les sucede
que a p lauden como grato no el disfr u te, s ino el cese
del do lor y el reposo respec to de és te.
-Es que e ntonc es el de scanso resulta probableme nte gra to y desea ble.
-y c ua ndo cesa el gozo, e l desca nso del p lacer te
es penoso.
- Pro ba b le me nte.
- Po r cons iguie nte, es te reposo , del q ue di ji mos que
e ra in te r med io e nt ra m bos, vie ne a se r a veces a m ba s
cosas, dolor y placer.
- Asl parece.
- S in em ba rg o, no siendo ni uno ni otro ¿es ca paz
de conve r ti rs e en ambos?
- No creo.
- Por lo de más, cu a ndo surgen e n el alma lo p lace nte ro y lo dol oroso, ambos son una s uer te de movimleutoo ¿O no ?
442
- Si .
DIÁLOGOS
- ¿ Y no se acaba de mostrar que el esta do qu e no es
doloroso ni placentero es un rcposo que es t á en el medio de ambos?
-c-S í, se mo s tró.
- ¿ E s entonce s correcto cons iderar ag radable el no
su fr ir y penoso el no gozar?
- De ning ún modo.
- Por consiguien te, el reposo no es , en realidad, si no
parece ag rada ble al la do de lo doloroso, y doloroso a l
lado de lo agradable, y e n es ta s apariencias no hay nada adecuado e n relación con el verdadero placer, sino
que son como un encantamiento.
- Así lo m uest ra el a rgumento.
n -Fíja t e pue s en los placeres que no proceden de
dolores, y seguramente no has de pensar, e n el caso presente, que po r naturaleza el pla ce r es el cese del do lor
y el dolo r el del placer.
- ¿ Dón de de bo fija rme y a qué pla ceres t e refieres ?
- Ha y muchos y muy diversos; pero, si es tás dispuesto a notarlo, principalm ente los p laceres re lativos al olfa to. És tos, e n efecto, sin que se ha ya sentido antes dolor alguno, se presentan súbi tamente, extraordinarios
en magn itud, y, cua ndo ce sa n, no dejan tras de sí dolo r
alguno .
- Es m uy cie rto.
e
- Por consiguiente, no nos creamos que la liberación
de l dolor es un placer pu ro, ni la de l placer un puro
do lo r.
- No, en efecto .
- Sin embargo. los lla mados 'p la ceres' que alcanza n
el alma a t ravés del c ue r po, podríamos deci r los más
nume r osos y mejores, son de esa ín dole: una liberación
de dolores.
- Lo son .
REP ÚBU CA IX
443
- ¿y no p asa lo mismo con los goc es y penas anticipados, los que proce den de la e xpecta t iva de los goces y
penas que van a ven ir ?
- Si, lo mismo.
- ¿Sab es cómo son y a qu é se asemejan más?
d
- ¿A qu é ?
- ¿ No c rees que e n la naturaleza hay un arri ba, abajo y e n el medio?
- Sí, por cierto.
- Cua nd o se lleva a algu ien desde abajo hasta el me dio, ¿p ien sas qu e creerá que es llevado a ot ro lu ga r que
haci a a rriba ? Y una vez est ac ion ado en el medio, y tras
mirar el lugar de donde fue t raído , ¿considerará es tar
en otro lado que arriba, po r no haber vis to el verdadero
arriba ?
- Por Zeus, no creo que algu ien que se halle en ta l
s itu aci ón p iense de ot ra manera.
- y s i se lo llevara nuevamente haci a a bajo, creería e
h abe r s ido llevado hacia abajo, e n lo cual pensaría
correctamente.
- No podría ser d e ot ro modo.
- ¿ y no le pasaría t odo es to a causa de no tener experi enci a de lo que es verdad e ra mente arriba, abajo y
en el medio?
- E s evidente.
- ¿Te asombraría, en tonces, s i los que no tienen experiencia d e la verdad no poseyeran op inio nes sensatas
ac erca de muchas otras cosas, de modo qu e est án e n
la misma di sposici ón re specto de l p lac er, el do lor y lo
in termedio en tre éstos? Cuando son t ransportados h a- 585 a
cia lo penoso cree n ve rd ad era mente sufrir, y en realidad sufren; pero cuando pasan de l dolor a un estado
intermedi o, c ree n por comple to habe r llegado al súm m um del placer; tal como si, por falt a de expe r ien cia del bla nco, compararan el gri s con el ne gro, así
también, po r falt a de experiencia del plac er, com paran
444
DIÁLOGOS
la ause ncia del dolor con el dolor. en lo c ual se engañan.
e-Por Zeus, no me asombrarla de eso; más bien. me
asombraría de que no fuera ast .
1 - Reflexiona. pues, sobre esto: ¿ no son el ha mb re
b y la sed -y lo sim ilar a és tas- algo así com o vac íes
en los. há bit os de l cuerpo?
-Sin duda.
- ¿ V no forma n la in se nsatez y la loc ura como un
vado en los há b itos del alma ?
e-Cie r tame nte.
-¿ No se llenan esos vacíos tomando a lim ento. en
un caso, co nta ndo con la razón, en el otro?
-¿Cómo no había de ser asl ?
- y la plenitud má s verdadera. ¿la prod uce lo que
es menos rea l o lo que es más real ?
- Lo que es m ás real.
- Aho ra b ien, ¿c ua l de es tos dos géneros pie nsas que
participa más de la realidad pura : el del pan, la bebida
y el alimento en general. o el de la opinión ve rdade ra.
e el conocimiento científico, en una pa labra, el de toda
excelencia? J uzga las cosas de este mod o ' : ¿es más
real lo qu e se adhiere a lo que es siem p re semeja nte,
a lo in mortal y a la ve rdad, s ie ndo por su pa r te de la
misma índol e que esto y generándose en algo d e tal í ndale, o bien es má s rea l lo que se adhiere a lo q ue j amás es se mejante, a lo mortal, s iendo a s u ve z de la
misma índole que es to y gen erándose e n al go d e ta l índo le ?
I
Dice Av"_",, «La s se nte nc ia s si gu ient es so n d e las m á s e mbrolla d a s en teda la República, o incl u so po r cierto en el co nju nto de
los escri tos de Plat ón », de sde el pu nto de vis ta d el le 410 gri ego . Acep·
ta mo s no só lo la s en m ie ndas d e Adam sino ta mbié n s u in te rpre tac ión:
IIn grnero, e l "pis le mológico , "., ad hie re a la verd ad pe rmanen te y
por lo ta nto más u a l Que d o lro gén e ro, el gast ro nó mico , Que se adhie re a lo pe r«ed cro.
REP ÚBLI CA IX
445
- Con m ucho es preferib le lo que se adhiere a lo q ue
es s iem p re semejante.
per- Po r co nsiguie nte, ¿la rea lidad de lo qu e
manece se meja nte participa más de la esenc ia qu e el
conocimi e nto d e ntífico?
- De ningú n modo.
-ri: y de la ve rdad ?
- Ta m poco.
. ,
_ y si participa menos de la ve rdad , ¿pa r tlclpa rá me-
nos de la esencia ?
_ Neces a ri ame nte.
,
-Por consi gu ie nte, los géne ro s de cosas con cerrncn- d
t es al serv icio del c uerpo participan menos de la
y de la realidad qu e los gé neros conce rnien tes al se rvrcio del alma.
- Muy de acuerdo.
_¿Y no piensas que al cuerpo le sucede lo mi smo
en rel aci ón con el alma?
- Sí, por cierto.
- En tal caso , aque llo qu e se s a tisface con cosas má s
reales y que es en s í m ismo más real , ¿no se sa t isfnce
más realmente que lo que se sa t is fa ce con cosa s menos
reales y que es en si mi smo me nos real ?
-Claro que s í.
- Por cons igu iente, si sa t isface r se con lo que es
naturaleza a pro pia do es ag rada b le, aquello qu e se sa tisface m ás realmente y con cosas más reales disfru ta má " I
real y ve rdaderamente del verdadero placer, en
que lo que participa de co sas meno s
sc sntlslUl'l'
menos ve rdadera y sólidamente, y parnc rpa de un plu
ce r menos ve rdadero y confiab le .
- De toda necesi dad,
- Por lo ta nto, aquello s que carecen de cX lw rit' nd u
d e la sa bid uría y de la excel e ncia y qu e pa san todu M I
vida e n fe s t ines y cosas de esa Indoíc son l nlll l'rortmlll'"
hacia abajo y lu ego nuev a mente haci a clmcdto. y dc.uu
446
DI ÁLOGO S
-
_--_.-
bu lan toda s u vid a hacia u no y ot ro lado; jamás h an
ido más allá de esto, ni se ha n elevado para mi rar haci a
Jo verdad era mente alto. ni se ha n sat isfec ho realmen te
con lo real, ni han disfrutado de un p lacer sólido y puro , sino que , como si fu eran a n imales . mi ran siem pre
pa ra abajo. incl iná ndose so b re la ti erra, y devo ran sob bre las mesa s, comie ndo y copu land ó: y e n su codici a
po r es tas cosas se pa tean y cor nean u nos a otros con
c uernos y pezuñas de h ierro. y debido a s u voracidad
insaci a b le se ma t a n, da do qu e no sat isface n con cosas
rea les la irrea l parte de sí mismos qu e la s recibe .
- Co mo un oráculo, Sóc rates - dijo Glaucón- , de sc ri bes el modo de vida de la mayoría.
por
er.
est én mezclados con p enas y que se an como im ágene s
.. ....
e y p inturas
del verdade r o..
a las otras".d e. me do ta l
yot ras parecen
e1ace.
res procrean en los inse nsa tos a mores enloquecedores
ta l
c ue n ta
que
" sécom bat ía e n Troya por el fantasm a de Hel en a 9, po r
__verdad .
- Es de toda necesidad q ue eso se a así.
-¿ y no hay ne cesidad t ambién de qu e sea as í lo q ue
concie rne a la pa rte im petuosa, s i algu ien co n sigue satisface rl a - la sed de h on ores por medio de la envidia,
la a m bición por la vio lenci a y e l d isgu s to por la
d c óle ra-e, t rata ndo de colma rse de hon or. victoria y cóle ra irrefl e xiva e inse n satamente ?
- Ta m b ié n ha y neces idad de q ue es to sea de es ta
ma ne ra .
- En ese caso, di remos confia da me nte q ue, cuanto s
deseos hay conce rn ie n tes incluso a l a fá n de lucro y de
E lec lra 1282-1283.
9 Segú n una leye nda, la verd ad e ra Hel ena esta ba en Egi pto.
RE PÚB LICA IX
447
vic tor ia, cuando so n acom pa ñados por el conoci mie nto
y la razón y a lca nzan junto con és tos los place res que
la sab iduría les d ict a, dad o que sigue n a la ve rdad , lle - e
ga rán a los pl aceres má s ve rdade ros, e n la medida que
es to les es posib le, además de los place res que le s son
apro piado s, s i es que lo mejor p a ra cada cosa es ta mb ié n lo más a propiado .
- Por ci e rto q ue es lo más a propiado.
- Po r cons igu ie n te, c ua ndo el a lma int egra s igue a
la pa r te filosóf ica s in di se nsio nes inte rn as, s ucede que
cad a una de las partes hace e n t od o se nti do lo qu e le
correspon de y q ue es jus t o, y ta m bié n qu e cada u na recoge como fru tos los placeres que le son propios, que son
los mejores y, en c ua nto es posib le, los má s verdaderos. S87a
-c- Exactame nte .
- Pe r o cu a ndo es a lguna de las otra s pa rt es del al ma la qu e prevalece, le sucede que no halla el place r
que le es propio, y fuerza a las otras a perse guir un
pla cer qu e les es aj e no y que ademá s no es ve rdadero .
- Así es.
_ y cu a nto más se aleje algo de la Filcsofta y de la
razón, tant o más producirá ta les efec tos.
- De ac ue rdo.
- y lo que más se aleja de la razón . ¿no se a leja de
la ley y del orden?
-Claro que s í.
- ¿ Y no se mo s tró q ue lo que más se aleja de la
razón son los a pet itos eróticos y tirá nicos ?
b
-Sin d uda .
- y los que se alejan meno s, ¿ no so n los rea les y
ordenado s ?
- Sí.
- Po r lo tanto, el tira no estar á má s al ej ado del place r que le es p rop io y verdadero, mi entras el rey será
quien esté más ce rca.
- Neces a ri a me n te.
448
m ÁLO GO S
-De toda necesidad.
- Po r e nde el tiran o vivirá de l modo más de sagrad ab le y el rey del mod o más placen tero.
-¿ Sabe s tú c uánto me nos p la centerame nt e vive el
tira no que el rey ?
- lo sa b ré s i me lo d ices.
- Al parecer, existen só lo tres place res. uno solo de
<: los c ua les es genu ino y los otros dos bas tardos; pe ro
el t irano, al hu ir de la ley y la razón, va más a llá a ún
de los bastardos y co nvive con una c u st od ia de p lace re s
serviles. Deci r en cu ánt o es infe ri or a l reyes difícil, excep to , quizá, de este modo.
- ¿De q ué mod o ?
- A partir del hom b re oligárquico el tirano está situado en tercer término. y el democrático est á en el medio de ambo s.
-Sí.
-y si lo dicho an te ri or me nte es cierto. el tirano convive con un fa ntasma de l placer, tres veces más lejos
de la verdad que el hombre oligárqu ico.
-As! es.
- Ya su vez éste está s it uado en terce r t érmino a
d partir del hom bre real 10, si iden tificamos el real con
el a ristocrát ico.
- Te rcero, e n efec to .
- En ese caso, el t ir a no está al ejado del verda de ro
place r por un a cant ida d que es tr iple de l t r iple.
.
- Asf parece.
- A lo q ue parece , e ntonces, de ac uerdo con el n úmero de la longitud , el fa n ta sm a de l p lace r t irá nico se
expresa po r un núm ero p lano.
- Muy de ac ue rdo.
- Está claro, por co nsigu iente, que la dis ta n cia que
lo aleja del rey se ge nera seg ún el cuadrado y el cu bo.
Al ho mbre timoc rá tico co rres ponde el segundo luga r.
REPÚB LICA t X
449
b
- Cla ro p ara un ar itmético.
- y si se quiere decir. a la in ve rsa, a qué d ist a nci a
esta e l rey del ti rano. en cuanto a la realidad del placer, ,
se hall a rá, una vez termina das la s mult ip licacio nes, que
e l re y vive se tec ie ntas ve in tinueve veces más agrad a b leme nte, y q :Je e n la mis ma proporc ión el ti ran o es más
desdicha do ' '.
- Prodigioso es el cálc ulo con que nos has a brumado sobre la diferencia e nt re ambo s hombres, e l just o y 588<J
el injus to. res pe c to del place r y del dolor.
- Sin embargo, el núme ro es cieno y adecuado a su s
vidas, s i es que a e llas corresponde n dí as. noches, meses y años .
- Claro qu e corresponden.
-Pues b ien, si por tal cantidad el hombre bueno y
justo supera al malo e inj usto en cuanto a placer, ¿no
será extraordinaria la cantidad po r la que lo su pe re respecto a la gracia, be lleza y exce le nc ia de su vida ?
-c-Extraord ina ria, po r Zeus.
-Sea; pero a hora qu e hemos llegado a es te pu nto de
la di scusión ret omemos lo dicho e n primer luga r, por
lo cual hemos a r ribado aqu í. Pues creo que se decla u
que para el hombre injust o cometer inj ustici a era ven tajaso, s iem p re que pas a ra por just o . ¿O no fue d icho a s í?
11 Co mo produc to de 3 X 3 ten e mos un núme ro plano, 9 , q ue cor re sponde más bien a u n - Ia m asrna- q ue a la realidad: porque só lo
si elevamos es te n úmero al cu bo -oo n lo cual tenemos 129-, podemos med ir la pro fu nd idad de la m ise ria del ti ra no, propo ne n J·C. y,
a la in versa. la solide:. de la felici da d de l rey . CoRNI'ORD (The Republi c
o( Plato, pág. 308 n. 2) to ma en cue nta un dato de CENSORl NO ( = 44A22),
según el cual Filo lao ca lcula ba el a ño en 364 112 día s, o sea -conla ndo
J [as y noches- 729. Pero la rderencia pue de tene r valid ez sólo en
la medida en que el testimonio sea fidedigno y en qu e quepa ver en
es te pasaje platónico alguna a lusión a Filo lao; porque de otro modo
no se expllca rfa q ue se hiciese un cálculo de día s dis tinto al q ue hace
([_eyes VI 758b) en bas e a los de su tiem po .
En 11 360e .
12
PI .ATÓN
94, _ 29
450
D IÁLOGOS
-Así, cier tame nte. Dial oguemos ahora co n el que lo
dijo 1\ ya q ue no s he mos pue sto de acuerdo respec to
de) poder que tien e. en un caso, el cometer injus t ici as
y, en el ot ro , el obra r just amente .
-¿ De qué modo?
-Mod el ando con e l di sc urso un a imagen de l alma.
para que nu es t ro interlocutor vea lo que dijo.
e
- ¿ Qué clase de ima gen ?
-La de un a de aque llos caracteres que nos na rran
los m itos desd e antiguo. co mo Quimera, Escila, Cerbero ,. y numero sa s ot ras c r ia tu ras que se cuenta que
reunían muchas figuras en una sola .
-En efecto, se c ue nta eso.
- Modela. e ntonc es , una única figu ra de una be stia
polícroma y pol íc éfala . que posea tanto cab ezas de animales mansos como de animales feroc es. di stribuidas
en círcu lo. y que sea capaz de transformarse y de hacer
su rgi r de sí mism a todas ellas.
d
-Un hábil esc ultor requiere tal obra; no obstant e, dado que el d isc urso es más mol deable que la cera y análogos, dala por plasmad a.
-c-Plasrna aho ra un a fig ura de león y otra de homb re , y ha z q ue la p rimera sea la m ás gran de y la segunda la que le s iga.
-c- Bst a s son más fáci les; ya están pla smada s.
- Comb ina en tonces estas tres figuras en u na sola,
de modo que se re ú na n ent re sí.
l.I Qui en lo dij o fu e el mismo Glauron. pe ro co n la acl a ración .,"'.
p resa. e n 11 35!1c·d . de q ue no com part ía tal tes is. y que sólo lo d ecía
para profund iza r la d iscus ión.
14 El eSUlliasta (GRf.IlNll. 270) cita la de sc ripción de HOMERO (en
JI. VI l B1) de la Qu imera: «león por ad e lante, dragón po r atrás y cab ra
e n el cen tro », es dec ir , c abe za de león , cu erpo de cabra y cola de d ra gón. De Esci la d ice que «posee ro st ro y pechos de mu jer, y desde lo s
costa dos seis ca beza s y do ce pa tas de perro •. Finalmen te, ha bla as!
de Cerber o: «se dice qu e es el perro del Hades; tiene t re s cabezas de
perro. cula d e d ra gó n y sob re el lumo ca bezas de di stintas serpien te s• .
REPÚ:BLlCA IX
45\
- Ya es t án combina da s.
- En to rno s uyo model a desde afuera la imagen de
un solo se r, el hom b re, de manera que, a qu ien no pueda pe rcib ir el in terior sino só lo la fu nda exte rn a, le ,
parezca un ú nico an imal , el hombre.
- Ya es tá mo ldeada .
- Pues b ien ; a aquel que afirma que come ter inj us ti cia es provechoso pa ra el hombre y que obrar just a mente no produce ventaja a lguna, re p liqué mos le que no
es tá dici endo otra cosa que pa ra ese hom bre es de p rovec ho a limentar y fort al ecer la bestia polí fac étlce.
as í co mo a l león y lo q ue pe rtenece a l león, y de bilitar 5t1Q"
en cambio y matar de hambre al hom b re, de modo que
és te sea a rras trado hacia donde ca da u na de las otras
dos panes 10 lleve, y que, en lu gar de acostumbrarlas
a convivir am igablemente una con otra, se les permita
que, luch an do en t re sí. se muerdan y devoren mutuamen te.
- Ni una pal abra más ni una menos di rí a qu ien al aba la inju st icia.
- Po r su par te, quie n af inna que 10 j us to es de p rovecho dirá que se debe obrar y hab la r de mod o tal q ue
sea e l homb re inte rio r el que pre valezca sob re e l hom - b
bre total y que vigile a la c riatura po lifacét ica ; ta l como
el la brador a liment a y domest ica las plan tas ino fe nsi vas pe ro impide que las salvajes c rezcan, el hombre toma rá co mo aliada la natura leza del león y cu idará de
la s ot ra s partes, ha ci éndolas am igas ent re s í, y as l la s
criará.
- Exac tame nte eso afir ma el que ala ba lo ju sto .
-En todo se n ti do, pues , el que elogia lo ju sto d ice
la verdad mi entras que quien elogia la inju sticia mient e. e
Sea que lo con sideremos en r elación con el placer, co n
la buena fam a o con la u t ilidad, el qu e en salza la ju sticia es t á en la verdad, y el que la ce ns ura no dice na da
se ns at o, y ni s iquiera h a conoci do aq ue llo que cen sura,
" .
.
s
d
S9O<I
452
DIÁLOGO S
- Tamb ién a mi m e pa rece que no.
-Persu adámoslo dulcem en te, ya q ue no se equivoca
a p ropósito, pr egunt ándole: 'Oh, bi en aven tu rado, ¿no decimos que, acorde con los preceptos legale s, las cosas
son con sideradas hon e sta s o ve rgon zosas po r el hecho
de que, en las honestas, la parte bestial de la naturaleza
se subord ina a la humana. mejo r d icho, a la di vina. en
ta nto qu e , en las vergo nzosas, la porción mansa es escla víza da por la salvaje ?' ¿Da rá s u asentimiento nue stro interlocutor?
- S í, si me hace caso.
- ' Po r con sigu iente, y partir d e este razonamiento,
¿es be ne ficioso para algu ien apode rarse injustament e
de oro. si le acontece qu e, al mismo t iempo que se apode ra de l oro. esc lav iza 10 mej or d e sí mi smo a lo más
del eznable ? Pues si algu ien que, t ras recibir oro, en t regase a su h ijo o a su hija en e sclavit ud a manos de
hom b res ma lo s y sa lvajes, no se benificiaría co n eso ni
aunq ue recibie ra el oro en gran can ti dad, ¿no será desdich ado el q ue so meta sin misericordi a lo más div ino
de sí mismo a lo más ateo y abominab le? Al recibir el oro
co mo sobo rn o. ¿no se rá la suya una ruina más terrible
aún que la de Erifila " cuando acep tó u n collar po r la
vida de su mari do ?'
- Muc ho más - contes tó Glau cón - ; ya q ue te respo ndo e n su luga r.
-¿ y no crees q ue cuando se cens u ra de sde ant iguo
la falt a de mod e ra ción en el vivir es po rq ue co n e llo
se de sata más de la cuenta la ter rib le best ia , la cria tu ra
enorme y mu lt iforme ?
- ¡Cla ro !
I! Segú n la leye nda (cuyo s ecos rec oge HOMERO en Od. Xl 326) ,
Po linice sobornó a Eri fila pa ra que pers uad iera a su espo so Anfla rao
a que int egra se el c uerpo de siete caud illos q ue a tac a ro n
y
perecie ro n e n la emp resa. Eri flla pe reció a r uanos de A!cmeo n, qme n
a s¡ vengó a sU pad re.
En l 3 43 b-d .
R EPÚ El Ll CA I X
453
- ¿ y no se ce nsura la prepotencia y la irri tab ilida d
cua ndo hacen crecer e int en si fican des proporcion ada- b
men te lo qu e en el hombre hay de la índole de l león
y de la se rp iente?
- De ac uerdo.
-¿ y no son censurados el lujo y la mo licie por la
floje da d y relaja m ient o de esa m isma part e, cua ndo hace n su rg ir la co ba rd ía? - S in duda .
- y la adulación y el se rvilis mo, ¿no son vit u perados cuando es ta pa rte impetu osa es some tida a la be st ia turbu lenta y, po r ca us a de las riquezas y de la in saciab le codicia d e la be stia, mortif ica desde la juventud
a aquélla , co nvirtiéndola en mon o en lugar de león ?
- Muy cierto.
e
- y la artesanía y el t rabajo manual, ¿por qué piensas qu e com po r ta n reproche ? ¿Dire mos que por algún
ot ro motivo que po rque se cu en ta entonces co n la pa rt e
mejor del a lma debili tada po r na tu raleza, de modo qu e
no puede gobern ar a las fie ras qu e hay en ella sino que
las sirve y só lo es capaz de aprender a adu la rlas?
- As! parece.
- y pa ra que semejante hombre sea gob ern ado po r
a lgo semejan te a aquello que go bierna a l mejor, ¿ no d iremos que aq ué l debe ser esclavo de es te mejor, qu e ti
posee en su interior lo divino que gob ie rna ? Y no lo
di rem os pe nsando que ha de gobe rnarse al esclavo en
perju icio de és te, co mo cre ía Trasí maco de los gobern ados ", sino con la idea de que p ara cu alqu iera es mejo r ser go bern ado por lo sab io y d ivino, sob re todo contenién dolo en su interior como propio, pero si no, dándole órdenes desde afue ra. De est e modo todos, bajo el mismo gob ierno, se remos semejant es y am igos en lo posib le.
- Hablas con rectitud.
"
454
DIÁLOGOS
e
- ¿Y la ley no paten t iza qu e quiere preci sa mente es to, en cuanto es ali ada de todos cuantos viven en el Es tado? Tamb ién ti e ne esto en vis ta nuest ro gobierno de
los n iñ os, e n cuanto no les perm itimos ser libres hast a
haber implantado e n ellos una or gan ización política t al
59 1a como e n el Es tado; y después de alimentar lo me jor que
hay e n ell os con lo que en nos otros es de esa ín dole,
y t ras dejar, en lug a r de esto último, un guardián y gobernante se mejante en cada uno, sólo e ntonces los pon dremos en lib ertad.
- Lo patentiz a, en efecto.
- ¿De qué modo, entonces, Gla ucó n, y por qu é razón
diremos qu e es ú til cometer in justi cia, vivi r sin mode ración y hacer algo vergonzoso , cosas que h arán al hombre más malvado, por más riquezas y ot ro s medios de
pode r que h aya adqu iri do ?
- De n ing ún modo.
- ¿ y de qu é modo diremos que es útil al que comete injusti ci a no ser descubi e rto n i expiar la falta?
b ¿O no sucede que el que pasa inadvertido se vuelve aún
más pe r verso, mientras qu e e n quien es descub ierto y
castigado la parte besti al se adormece y domes tica, mient ras la pa r te dulce qu eda libe rada ? Y en este último
caso el alma ín tegra , restablecida e n su mejor naturaleza, alcanza una condición más valiosa - a l adq u ir ir la
moderación y la jus ticia junto con la sabi duría-, que
el cuerpo qu e ob t iene fue r za y be lleza jun to con salud,
t an to cuanto más vali osa es el a lma qu e el cuerpo.
- Com p le t a mente de acuerdo.
e
- El hom bre pro vist o de int elige ncia, por ende. vivirá intensificando tod os sus esfu e rzos h aci a ese fin, es t imando , en p r im e r lu gar, los estudios que lo gre n que su
alma sea de tal ín dole, y despreciando lo demás.
- E s evidente.
- Despu és, en cuanto a la condición y alime nto de l
cuerpo, no los co nfiará al placer bestial e irraci on al n i
RE P ÚBLICA IX
455
vivir á vuelto hacia allí, ni siquiera asignará mayor va lo r al se r fuerte , sa no o bello, a m enos qu e a p artir de d
estas cosas llegue a mo derarse; a n tes bi en, sie m pre a parece rá afinando la armonía del c u e r po en vista al acorde del alma.
- Ab solu ta men te así ha de se r , si es que va a ser
m ú sic o de ve r dad .
- i.y no se rá lo m ismo en c u an to al ordenamiento
y armon ía en la adqu isición de riqueza s? ¿O bien, deslumbrado por las fe lici taciones de la muchedumbre,
aumentará ha st a el infinito la masa de su fortun a, para
t ene r males infini tos ?
- No creo esto.
- Más bien dirigirá su mi rada haci a la organi zación e
po lítica que tiene dentro de sí, vigilando que no lo pertu r be allí lo abunda nte o lo escaso de su for tu na; y,
gobe rnándose de ese modo, acrecenta rá su fortuna o la
ga stará, en la medid a que le sea posible.
- De ese mo do , p reci s a mente.
- En lo concerniente a los honores, mirará en el mi s- 592a
mo se ntido; pa r t ici pa rá y gustará vol un t ariamente de
aque llos que considere qu e pueden mejo rarlo, pe ro en
cuan to a aq uellos que disuelvan el e stado habitual de
su a lma, los rehuir á en público y en privado.
- Por consiguiente - d ijo Glaucón-, y al menos si
pres ta atención a eso, no est ará dis puesto a actuar en
política.
- Eso si, ¡por el perro ! -cexclam é-c-. Ciertamente en
su prop io Estado act uará, a un cuando no en su patria,
sal vo que sc presente algún azar divino.
-c-Com p rendo: h abl as del Es tado cuya fu ndación
acabamos de describir, y que se halla sólo e n las pala b ra s, ya que no creo qu e exista en ningún lugar de la b
ti erra.
- Pe ro tal vez resida e n el cielo un parad igma pa ra
quien qu ie ra verlo y, tras verlo, fundar un Estado en
456
DIÁLOGOS
su interior. En na da hace d ife rencia si dicho E stad o exis'te o va a ex is t ir e n algún lad o, pues él actuará só lo e n
esa polí tica, y e n ninguna otra.
- Es probable.
x
_ y es po r much as otras razones po r lo qu e con s lde- 595<1
ro que hemo s fundado el Es tado de u n modo e nteramente correcto, y puedo decir que esto OCU Tre so b re
tod o con lo dis currido ace rca d e la poesía.' .
- ¿A qué te refiere s ?
- Al no ace ptar de n ingún modo la poesía imita t iva ;
en efecto. según me p are ce, ahora re sulta a bsolutamente cl aro que no deb e ser admiti d a, visto qu e hemos d isce rn ido las partes del al m a 1.
b
- ¿Qu é quieres sig nific a r con eso?
- A voso t ro s os lo puedo decir, pues no iré is a acusa rme a nte los poetas t rágico s y tod os lo s que hace n
imitaci ones: da la im presión de que tod a s la s obra s de
de. quienes las
escuc ha n.
__
el sabe r
acerca de cómc cscn.
-¿Qué tienes e n me n te al hablar as í?
- Te lo d íre. a u nq ue u n cier to a mor y re speto que
ten go d esde niño por Homero se opone a que hab le. Parece, en efec to, que éste se h a conve rtido en el primer e
maest ro y guí a de tod os estos nob le s poetas trágicos.
Per o como no se debe h onra r m ás a un ho mbre que a
la verdad. entonces pienso que de bo decír telo.
Cf. III 394d.
Cf. IV 435b ss .
458
D1Á1.0 GOS
cr. VI S07b Y neta 20 al libro VI.
- De ac ue rd o.
- Esc uc ha, pues; 0, más bie n, re spo nde .
- Pregú n ta me.
- ¿Pudrlas decirm e e n lín eas ge ne ra les qu e es la im ita ción ? Po rque yo mi smo no com pre ndo bien a qué ap unta es ta pal a b ra .
- ¿ Y acaso crees que yo lo com p re nde ré ?
- No se r ía insó lito, po rq ue muc has vece s los qu e t ie 5%<1 ne n la vis ta menos cl ara pe rc iben an te s q ue los de
m irada más ag uda.
- Así se rá -re plicó Glaucón-; pe ro , est a ndo tú prese n te, no me a nimo a de ci r n i s iqu ie ra lo que re su lt a
manifiesto; mira entonce s tu m ismo.
-En ese caso, ¿qu ieres que come ncemos examinando esto po r medio del método acostumbrado? Pues creo
que acostumbrábamo s a po stu lar u na Idea ú nica para
ca da multiplicidad d e cosas a las que damos el mismo
nombre ' . ¿O no me ent ien des?
- S i. le ent ie ndo.
- Tomemos a ho ra la m ultiplicidad que prefie ras. Por
b ejemp lo, si te pa rece b ie n, hay m uc has ca ma s y mesa s.
- Cla ro que s I.
- Pe ro Ideas de es tos mu e b le s hay dos: u na de la
ca ma y o tra de la mesa.
- Sí.
-¿ Y no acostum b ra mos ta m b ié n a deci r que el a r tesa no d iri ge la mi ra da haci a la Idea c uando h ace las camas o la s mesa s de la s c ua le s nos se rv imos, y tod a s
las de más cosas d e la misma man era ? '. Pues n ingún
a r tesa no po dr ía Fa brica r la Idea e n sí. O ¿d e qué modo
po drla?
1
• Cf. Crátilv 389a ss.: a u nq ue all! el mo delo del ca rpinte ro que
h ace la la nz ade ra no eS una Idea tra scenden te: aq u í si lo es , y p or
Ve.. prfm er a . ya q ue anterlornn-nte no ha n s ido menc iona d as Idea s de
ob jetos fa bricados por e l hom bre.
REP ÚBLI CA X
459
- De n ingún modo podría.
_ Mira a hora qué nombre darás a es te a rtesa no .
-¿ A q ué a r tesano?
e
- Al q ue p rodu ce todas aq uella s cosas que hace cada uno de los t rabajad ores ma nual es.
- Ha b las de u n h omb re háb il y sor prendente .
- Es pe ra, y pro nto d irás más q ue eso. Pues es te m ismo a r te sano es capaz, no sólo de hace r todos los mu eb le s, sino t a m bié n de p roducir todas la s pla ntas, todo s
los a nimales y a él m ismo; y además de éstos, fabrica
la t ierra y el cielo, los d ioses y c ua nto hay e n el ciclo
y e n el H ades bajo t ie rra.
-¡ H ablas de un maest ro m a ravilloso !
d
-¿ Du das de lo que digo ? Dime : ¿t e parece que no
existe u n artesano de esa índole. o bien que se puede
llegar a se r creador de estas cosas de un cierto modo,
y de ot ro modo no? ¿No te percatas de que tu también
eres capaz de hacer tod as estas cosas de un cierto modo?
- ¿Y cu ál es este mo do ?
-No es d ificil, si no que es hech o por a r te sanos rápidamen te y en todas pa r tes; incl usi ve con el má xim o de
rapidez. si qu ie re s toma r un espejo y hace rlo gi rar
haci a lodos lados: pronto harás el sol y lo q ue hay e n
e l ci elo, pronto la tie r ra, pronto a t i mismo y a todos
los an imale s. pl an ta s y a rt efac tos, y tod a s las cosas de
que acabo de ha bl ar.
- Si. en su a pa r ie ncia. pe ro no e n lo que ro n verdaderamente.
- Bie n; y vienes en a yuda de l a rg umento e n el momento requ e rido. Uno de es to s a rte sano s es e l pint or,
en "O. ¿ O no ?
- Cla ro qu e sí.
- Pienso que dirás que lo que hace no es real. a unque de algú n modo el pi ntor hace la ca ma. ¿No es
ve r dad ?
- S i, pero también es to e n apa r ienci a.
597a
"
e
460
DIÁLOGOS
- No nos aso mbrare mos .
- ¿ y el fa brica nt e de ca mas ? Pues hace un momento
decí as que no hace la Idea - aquello por lo cual deci mo s qu e la cama es ca ma- si no una cama particular.
- Lo de cía. e n efe c to.
- Po r lo ta nto, s i no fa b r ica lo que realmente es, no
fa b rica lo real sino a lgo qu e es se mej a nte a lo real mas
no es rea l. De modo qu e, s i a lgu ien d ije ra que la obra
del fabric ante de ca mas o de cua lq uier otro trabajador
manual es com p letamen te real, cor re rí a e l r iesgo de no
decir la verdad.
- Al menos así les parecería a aque llo s que man eja n
es to s argumentos.
- Po r cons igu ie nte. no hemos de aso m b ra mos si tal
obra resu lta a lgo oscuro e n rel ación con la verdad.
-¿ Quieres ahora que, en ba se a estos ejemplos, inves t iguemos qué cosa es la imitación ?
- S i te parece.
,/¡l-¿ No son tres la s camas que se nos aparecen, de
una de la s cuales de cimos que e xis te en la naturaleza
y que, según p ienso, ha sido fabricada por Dios ? ¿O po r
qu ié n más podría ha be rlo s ido?
- Por nadie más, creo.
- Ot ra, la que hace el ca r pi n te r o.
-Si.
- y la te rce ra, la que hace el pin tor. ¿ No es as í?
- Sea.
- Entonces el pintor, el car p in tero, Dios, estos tres
p re side n t res tipos de ca ma s.
- Tres, efectiva mente.
- En lo que toca a Dio s, ya se a po rqu e no qu iso, ya
se a porque alguna nece sid ad pendió so bre él para que
no hi cie r a. más que u na ú nica cama en la naturaleza,
el caso es qu e hizo só lo una, la Cama que es en sí mi sma. Dos o más ca mas de tal índole, en cam bio, no han
sido ni serán producidas por Dio s.
REPÚBLICA X
461
-¿ Y esto có mo?
- Porq ue s i h iciera sólo do s, n ueva men te aparecer te
u na , de la c ual aque llas dos com pa rtir ía n la Idea ; y és ta
se ri a la Ca ma que es, no la s otras dos.
- Co r recto.
- Pie nso q ue es to e ra sabido por Dios, quien, que- d
riendo se r realmente creador de una ca m a realmente
e xistente y no un fabricante pa n icula r de un a cama part icu la r, produjo u na sola por na tu raleza .
-As l pa rece.
_ ¿Qui eres entonces q ue demos a éste el nombre de
'p rod uc to r d e n aturalezas' respecto de la cama, o a lgún
otro se mejante?
- Es justo, ya que ha producido en la naturaleza tanto
este obje to como todos los demás.
- ¿Y en cua nto al ca rpinte ro ? ¿ No diremos que es
a r tesano de una ca m a?
-SI.
¡I - ¿Acaso diremos que también el pintor es a rte sano
y productor de una cama?
- De n inguna manera.
- Pero, ¿qué d irá s de éste e n relación con la ca m a ?
-A mi me parece que la man era más razonable de t
desi gnarlo es ' imitado r ' de aq ue llo de lo cual los otros
son a rtesa nos.#
- Sea; ¿ lIa rhas consigu ie nte mente ' imita dor' al a u to r
del tercer p roducto contando a p a rtir de la nat uraleza?
- De ac uerdo.
-Entonce s también el poeta t rágico, si es imitador,
se rá el tercero co nt ando a pa r tir d el re y ' y de la ve r-
, Dice ADAM: _Cua ndo nos dice que Dios construye la. Idea. de Ca·
ma, qu ie re deci r que la Idea del Bien es la fuen te de esa Idea... y qu e
la Idea del Bien es rey del mundo de la s Ideas... pero es bas ta nte posible qu e la expresión m is ma fuera proverbial e n tiempos de Plató n,
y se ref iri era originariamente a la pe rsona que era sub sig uien te en
el o rden de suce sió n al trono pe rsa.»
46 2
DIÁ LOGOS
da d po r na tura le za. y Jo mi sm o con todo s lo s d emás
imitadores.
- Así parece.
l/- Est a mos de acue rdo e n c uanto a l im itador. Dime
59lla a ho ra lo s iguie nte con res pec to a l pi ntor: ¿qué es lo que
c rees que int e nta rá imita r, lo que en cada caso está e n
la na tu raleza o las obras de los arte sa no s ?
- La s obras de los a r tesa nos.
-¿Tal como son o ta l como a parecen ? Delimita m ás
a ún esto.
-¿ Qué quieres decir ?
- Es to: s i conte m pla s u na cama de costado o de frente o de cu a lquie r otro mod o. ¿d ifi ere en algo de sí m isma, o no d ifiere en na da. au nque parece diversa? Y lo
mi smo con lo demás.
- Pa rece d ife ri r. pero no difiere e n nada.
b
- Examina a hora esto: ¿qué es lo que pers igue la pintura con respecto a cada obje to. imita r a lo que es tal
como es o a lo que a pa rece tal como aparece ? O sea,
¿es im itació n de la realidad o de la a pa ri e ncia ?
- De la apa r ie ncia.
- En ta l caso el a rt e mi mético está sin duda lej os
dela ve rdad. se gúi1'Pa rece; y
la s
cosas pero toca apenas un po co de cada un a , y este poco es una ima ge n. Po r ejemplo , el pintor, d iga mos. ret rata rá a un za pa tero, a un carpinte ro y a todos los demás a rt es a nos, au nque no te nga n in gu na experiencia en
e estas arte s. No ob s ta n te. s i es buen p into r, al re tr a tar
a un ca r pin te r o y mos trar su cuadro de lejos, enga ña rá
a niños y a hombres inse nsa tos, haci én do le s cree r q ue
es un car p in tero de ve r dad.
- Sin duda/)
-c-Ple nso e nto nces , amigo m ío, que respe cto de todas
est as cosas hemos de pen sa r lo s igu iente: si alg uie n viene a a visarnos que ha hall ado a un hom b re entendido
e n todos los ofici os y e n todas aquellas cosas que cada
REPÚBLICA X
463
uno conoce, y que no hay nada en que él no sea en te n- d
dldo con ma yor precis ión que c ua lqu ie r ot ro, es necesar io replica r a tal persona qu e es muy cá ndid a y que ,
a l pa recer, ha d ad o con a lgún hec hicero o imit ador qu e
lo ha e ngañado; de modo que, s i le ha pa reci do q ue era
a lgu ien omn isa p iente , ha s ido po r no se r ca paz de dl s. .
ce rn ir la ciencia de la ignoranci a y de la imi taci ón .
- Gra n ver da d.
- Despué s de esto debemos ex a m ina r la t raged ia y
a su ada lid, Home ro, p uesto que hemos oí do a algunos e
deci r que ést os conocen tod as las a r tes. todos los as untos huma nos en re lación con la excelencia y el malogro
e incluso los as u ntos divinos. Po rque dicen que es neceo
sa r ío qu e un bu en poeta, si va a com po ne r debidamente
lo que com po ne . com ponga con conocim ien to; de ot ro
modo no se rá cap az de com po ne r. Hay que examinar,
pues, s i estos comen ta ri s tas , al encontrarse con se mejant es imitadores, no han sido e nga ñado s, y a l ver s us
obras no se percatan de q ue están a lejadas en tres ve- 59'Ja
ces de lo rea l. y de q ue es fáci l componer c ua ndo no
se conoce la verdad; pue s es tos poetas compone n cosas
apa rentes e ir reales. O b ien, s i tie ne a lgo de pe so lo que
afirma n ta les come nta r istas, los bue nos poetas conoc e n
rea lmente las cosas q ue a la mayor ía le pa rece qu e di cen b ien .
- En efecto, debe indaga r se eso.
- ¿ Pie ns as entonces que, si al guien fu era ca paz de
c rea r ta nto el objeto que es im itado como su imagen,
po ndria su celo en entrega rse a la a r tesa nía de las im áge nes, y que e n s u vida antepondría es to a lo demá s, h
co mo siendo lo mej or ?
- No, por cie r to.
- Pie nso, a ntes bien , qu e, si fu era e n tend ido vc rdaderamc nte e n aquellas cosas qu e im ita, se es fo rzaría po r
las cosas ef ect ivas m ucho m ás que po r sus imitaciones,
e inten ta rl a dejar t ras de sf muc has obras bella s como
464
DIÁ l.OGOS
recuerdo suyo y an hela d a más se r ce leb rado que se r
el que ce leb ra a o t ro s.
- Creo que si. pue s se ri a n b ien di stintos el honor
y el provecho.
- De otras cosas no pe d iremos c ue n tas a Homero
e ni a nin gún otro de los poetas, preguntándoles s i alguno de ellos e ra méd ico o s610 imitad or de los d iscursos
de los médicos. ni preguntare mos a quién e s se dice qu e
cualq u iera de lo s poetas a ntigu os o recientes ha sanado. co mo Asdepio. o q ué d iscí p u los en medicina ha de jado tras de si. como éste dejó a su s descend ientes. ni
los in terrogaremos en lo tocante a la s otras artes; dejémoslo pa sar. Pero en c u anto a los as untos más be llos
e importantes de los que Home ro se p ro po ne hablar,
lo relativo a la guerra y al oficio del general, al gobierno de los Estados y a la educación del hom b re. tal vez
ti sea justo preguntarle inquisitivamente: eOueri do Homero, si no es cierto que respecto a
ex cel encia seas
el te rcero co nta ndo a partir de la verdad, ni que seas
u n artesano de imáge nes como el que hemos defi nido
como imitador, s ino q ue e res segu ndo y capaz de conocer cu áles oc u paciones tornan mejores a los hombre s
y c uáles peo res e n privado y en pú blic o, d inos: ¿c uál
jt. Est ado fu e mejor gobernado gracias a ti, como Lacedemonia gracias a Licurgo , y, gracias a mu chos otros, nu e merc sos Es tados grande s y peque ños ? ¿Qué Estado te
a t r ibuye se r bu en legisl ador e n s u beneficio, como
lo a t r ibuyen It ali a y Sici lia a Ca rond as y nosotros
a Solón? ¿Y a ti cuá l Es tado? ¿ Puedes m enci onar
uno?
- No c reo - d ijo Gla ucón-, pues ni siqu ie ra Jo meno
cion an los devotos de H om ero .
600a
- ¿ Y qu é guerra se re cuerda del ti empo de Homero
que ha ya sido bien conduc ida bajo su mando o siguiendo su cons ejo?
-Ninguna.
REPÚ BLICA X
465
<l Igo IIs1
- ¿ Pero se c ue ntan de él obras pr op ias de un sab io.
ta les como in ven ciones in geniosas múltipl es pa ra las
artes o para al gú n ot r o tipo de ac tividad. del mi sm o
modo q ue se c uenta n respect o de Tales de Mileto y
Anacars is el esc ita ?
- Nada de esa ín dole.
- Pe ro s i no se puede de ci r nada de é l e n lo púb lico,
¿sí e n lo privado ? ¿Se cue nt a qu e Home ro mi smo , mie nt ras vivía, ha d iri gid o la ed ucación de algunos qu e lo
ha n a mado por s u t rato y que han legado a su s suce- b
so res a lgu na vla ho mérica de vida, tal como Pitá goras
fue a mado e xce pci onal m ent e po r esto, al punto que sus
suce sores aun hoy denominan ' pit agórico ' un modo de
vida por el c ual resultan distintos de lo s demás hombres ?
-c-Nc , na da de eso se cu en ta. Pu es en c uan to a Creófil o. el di sclpulo de Home ro . Sócra tes. ta l vez parezca
más ri dícu lo por su educación que por su nombre ", s i
es cieno lo qu e se cue nta acerca de Home r o; pue s se
cu ent a que éste padeció en vida un gran des cuido por e
parte de aquél.
- En efecto, se cuen ta eso. Pe r o ¿ p ie nsas, Glauc ón .
q ue, s i Home ro hub ies e sido realme nt e ca paz de ed uca r
a los hom bres y hace rl os mejora r, no ha b rí a hec ho nu me rosos di sclpulos que lo honraran y ama ra n ? Sin e mba rgo , el caso es que Protágoras de Abde ra, Pród ico de
Ceas y mu c hos otros. e n su s lecciones pr ivadas, podía n
in cu lcar en s u s conte mporáneos la idea de q ue no se - ti
rí a n capaces de ad min is trar n i su casa ni su Estado s i
ello s no su pe rvis a ba n s u educación, y por es ta sabíd ur ía e ran amados ha st a t al pu nto qu e por poco su s d iscí pu los no los paseaba n sobre sus homb r os; lo s conte m poráneos de Home ro , po r el contrario, si és te hub iera
podido ay udar a los hombres respecto a la e xcele nci a,
6 Po r su co mp os ició n eti mológi ca , «Creó filo»
como edc la tri bu de la carne ».
\14. -30
466
ll lÁlOGO S
¿le hab r ía n pe nnit ido a este y a Hesíodo ir recita n do
S Uf, poe mas de un lad o a ot ro? Ma s bien ¿ no se ha b rían
afe rrado a e llo s más que a l or o y los habría n obli gado
a vivi r cons igo e n sus ca sas y. e n caso de no persuadirlos. no los ha b ría n segu ido po r c ua lquie r lado po r don de
fue ran, has ta sac a r s u fic iente pa r t ido de su e nse ña nza?
- Croo , Sócra tes . q ue dices absol u ta me nte la verda d .
, - Dejamos esta b leci do. po r lo t a nto , que todos los
poetas, comenza ndo por Homero, son im itadores de imágenes de la e xce le nci a y de las or ras cosas que c re an ,
s in te ner nu nca acceso a la ve rd ad : antes bien , como
60 1.. acabamos de deci r. el p intor. a l no esta r ve rsado en
el a rte de la za pa te r-ía, ha rá lo q ue parezca un zapatero
a lo s pro fanos en d icho a rte, que juzga n só lo en ba se
a colores y a figuras.
- De acuerdo.
-Así ta m b ién, se me oc u rre, podemos deci r que el
poeta colo rea cada un a de la s arte s con palabras y fr ases, aunque él mis mo sólo es tá versado e n el imit ar,
de modo qu e a los que juzga n só lo e n ba se a pa lab ras
les parezca que se e xp re sa m uy bie n, cu a ndo. con el
debido me t ro, ritmo y armo nía , h abla acerca del a rt e
de la za pa te rí a o acerca del arte del militar o respecto
b de c ualqu ier otro; ta n poderoso es el hechizo que p rod uce n es tas cosas. Po rq ue si se desnuda n las ob ras de
los poeta s del co lo r ido m usic al y se la s redu ce a lo que
d ice n e n sí mi smas, c reo que sa bes el pap el que hace n,
pues ya lo ha b rás obse rvado .
- Sí, por ci erto. (¡
- Se pa rece n a esos ros t ro s q ue son jóve n es pero no
bellos, tal co mo se los ve c uando h a n dej ado at r ás la
flor de la juven tud .
-Ab sol ut amente de ac u e r do.
- Ven a hora y ob serva esto. Decimos que el creador
de imágenes, el imitador, no es tá versado pa ra nada en
e lo que es s ino e n lo que parece. ¿N o es a sí?
REPÚB LICA X
467
- Sí.
- Pe r o no dejemos a med ias lo dicho . sino mir é ma slo debida men te .
- Ha bla.
- El p in tor, deci mos, pin ta la s r ie ndas y el freno.
-SI.
- Pero son el t al a ba rt e ro y el herre ro quie nes las
hacen.
- De ac ue rdo.
- Aho ra bien, ¿es e l pi ntor qu ien s a be cómo deben
se r las r ie ndas y el freno ? ¿O no es ta mpoco e l que las
hace, el he r re ro y el tala bartero, s ino q ue qu ie n sa be
es só lo aq uel que sa be se rvi rse de tales cos as, el jine te?
- Muy ci erto .
- ¿ y no d iremos que eso es así acerca de todas la s
cosas?
-¿ De qué modo ?
-Con respecto a cada cosa h a y tres a r te s: el del que d
la us a, el de l que la hace y el de l que la imit a .
- S í.
- y la excelencia, be llez a y rect it ud de cada ins t ru me nt o, se r vivie nte o acció n. ¿están referídas a otra cosa qu e a l uso que les co rrespo nde por na tu raleza o qu e
fue te nido e n c ue nta al fa b r ica rl as ?
-A ni nguna o t ra cosa.
- Es de toda necesidad, po r co ns iguie nte, que el q ue
u sa u na cosa se a el más experime ntado en e lla, y que
pu eda infor mar a l fa b r icante lo s efectos bue nos o malos que se produ ce n en su u so. Por ejem p lo, el flau tist a
info rma a l fab r icante de flaut a s so bre las flau ta s q ue r
s irve n pa ra tocar, le ord en ará cómo debe hace rl a s, y
aqué l cumpli rá sus órdenes.
-Claro que si.
- De este mo do, el en te nd ido in fo r ma so bre-cuales
son las fl a ut as buenas y malas, y el ot ro , confia ndo en
él, las fab rica.
46 8
Dl ÁI.O GO S
- Pa rece que no.
- ¡Pues e nc a n ta do r es e l im itado r poé t ico e n c ua nt o
a sa bid u ría de las cosas q ue hace !
- No p re ci sam en te e nc a n ta do r.
-No o b stante, aunque no sepa s i cada cosa es buena o m al a , imita rá de todos modos: só lo que, a lo q ue
parece, ha de im itar lo qu e pasa po r bello para la m u lt itud ignorante.
-No podría se r de otro m odo.
l '- Ento nces parece que estam os razonablemente de
ac ue rdo en q ue el im ita do r no co noce nada di gno de
mención en lo toca nte a aq ue llo q ue im ita , s ino qu e la
im ita ci ó n es co m o un juego q ue no debe se r tomado
e n se ri o; y los q ue se aboca n a la poes ía t r ágica , se a
e n yernbos o e n me t ro é pico, so n todos im itadores
co mo los q ue m ás.
- Muy de ac ue r do .
- ¡Po r Zeus ! ¿No es est a im itació n a lgo s it uado en
e l te rce r lug a r a pa rtir de la ve rdad?
bo ndad o maldad.
- Sí.
- Respec to del m is m o in strumen to , po r con si gui e nte, el fab rica nte poseer á un a recta opin ión en lo toc a nte
a su bondad y malda d, debido a su relación con el enecz.. te nd ido. y al verse obligado a atende r al entendi do , en
tanto q ue éste. q ue es q u ien usa el objeto. es el q ue
po se e el conoc im iento.
- Oe ac ue rdo.
- En c ua nto a l im ita do r. i a parti r del u so se r á que
po see co noci m ie nto a cerc a de s i lo q ue pinta es bello
y rec to o no ? ,Oacaso tend rá u na op inión correcta deb ido a la re lación fo rzosa con el e nte nd ido y por habe r
sido instruido por él sobre có mo p int a r ?
- Ni u na cosa ni la ot ra .
- El im it ador, po r ende, no te nd r á c onocim ien to n i
opin ión recta de la s cosas que imit a, en c u an to a su
b
e
- Si.
R EPÚB LICA X
469
-¿ y res pec to de q ué pa rte del ho mbre pose e el po-
I
der q ue posee ?
- ¿A cuál parte te refie res ?
- A és ta : una m isma m agn it ud, segú n la veamos de
ce rca o de lej os. no nos parece igua l.
- No , e n efec to.
- y las mi sm as cosas par ece n c u r vas o rectas se g un
se las con te m p le de nt ro de l a gua o fu era de és ta, o có ncavas y co nvexas po r el e r ror de la vist a e n lo relativo
a los colo res, y es pa tente qu e se p rod u ce todo es te d
t ipo de pe rtur bació n en nues tra a lm a . Y es a esta dole ncia de la na tur al eza q ue se di ri ge la pin tura sombr eada
- a la q ue no le falta nada para el embr-ujamie n to-c-,'
la pres tidigit aci ón y todos los demás artificio s de esa
in dole.j
- Es c iert o.
- y e l m e di r, el con ta r y el pesa r se han ac r ed it a do
co m o los m ás ag raciados a u xiliar es pa ra evita r est o. de
m odo que no im pe re en nosot r os lo q ue pa rece mayo r
y m enor, m ás nu m eroso o m ás pesado, si no lo que ca lc u la, mi de y pe sa.
- Cla ro.
- Pe ro ¿no es esto fu nción de l a lma razona da?
- De és ta, e n efecto.
- Y a ésta , tras haber m edido y decl a r ado que ciert as cosa s so n ma yo r es o m eno r es q ue o t ras o iguales
a ést a s, con frecuencia las m ismas cosas a pa rece n como co nt rarias a l m ismo tiem po.
- Sí.
- Pero ¿ no hemos dicho q ue es im pos ible para la mism a parte del a lm a e m it ir a la ve z o pinio nes cont rar ia s
sobr e lo mi s mo ?
- S í, y lo dijimos cor re c ta men te.
- Po r co ns ig u ien te, la p arte que o pina a l margen 603"
de la med ición no pue de ser la mi sm a qu e la q ue opi na
seg ú n la m ed ici ón.
470
DI ÁLOGOS
- No, en efec to.
- Ah ora bi e n, la p a r te q ue co nfía en la med ició n y
e n el cá lcu lo ha de se r la mejor del al ma.
- Sin d ud a.
- Po r lo ta n lo, lo que se le opo ne es a lgo correspond iente a nu estras pa r tes inferiores.
r Necesa ri a rnc n te .
.
( - Pue s fue qu e ri e ndo llega r a un acue rdo sobre esto
que d ije que la pintura y en gencrai
rea li7.3 's u obra' lejos- dc· la ver di d. y que se asOCia'-Con
a quel la pa rt e de nosotTo s qüe
de la s abi(luría
b-Y--que es 'su qucrida-yamiga sin apiiñTaranada-sano
ve rdadero .
- - - Absoluta mente de acue rdo.
cl-arte'mtm éuco es algo inferior
que, 'conVivien do con algo inferior, engendra algo inferlor.
----- - Así pa rece. !/
= ¿Y e s to lo decimos sólo de la imitación que concierne a la vis ta , o tambié n de la que conc ie rne al oí do,
a la qu e lla mamos ' poes ía ' ?
- Probable me n te ta m b ién de es ta.
-Pe ro no nos con fie mos ta n sól o e n la an a log ía con
la pintura, s ino ma rchemo s ha s ta la parte del espíritu
e co n la que t rat a la poes ía imit a tiva y vea mos s i es inferior o val iosa .
- Ha y q ue hace rlo.
-Pro po ngamos la c uestión a sl: la poes ía Imita t iva
imita, diga mos, a ho mbres que llevan a cab o acci on e s
volu nta rias o for zada s, y qu e, a consecu en ci a de es te
actuar, se c ree n fe lices o desdic ha dos; y qu e en tod os
es tos cas os se lamentan o se regoci jan. ¿Que da algo ap a ro
te de est o ?
- No, nada .
- Pues bi en, en toda s es t as situacion es, ¿s e manti enc el hombre de acue rdo cons igo mi smo ? ¿O b ien,
d
REPUBLlC A X
47 1
como suced ía con la vis ta, en tra en d iscordi a interior
y sost ie ne opiniones cont ra rias al mis mo tie m po res pec to
de los mismos ob jetos y se h alla así , ta mbién en s us
actos, e n disensión y e n luc ha cont ra sí m ismo ? Pe ro
recue rdo a lgo qu e ha ce q ue no sea ne ce sario que conve ngamos e n este pu nto; pues e n nuest ra a rgu mentación preced ente 7 he mos est ado suficie n teme nte de
ac uerdo en q ue nues t ra alma es tá colmada de mil es de
contradiccione s de esta índole, q ue se suscitan a l m ismo tíe mpo.
- y hemos estado de acue rd o correctamente.
- Co r rec ta ment e, en efecto; pero entonce s pa samos
por alto algo que ahora me parece ind ispensable e x- ,
poner.
- ¿Qué cosa?
-Decíamos entonces I que un hombre razonab le
que sufra una de sgracia tal como la pérdida de un hijo
o de cu alqu ie r ot ra cosa qu e estime en m uc ho la sob re..
lleva rá con mayor fac ilidad que los de m ás.
-De ac uerdo.
- Examinemos a hora si no sie nte n ingú n agobio, o
bien, si, s iendo est o im posible, de algú n modo modera
s u dolo r.
- Más b ien es es to lo cie r to.
- Dime toda vía esto: ¿c uándo pie nsas q ue comba- 604<l
rirá más el su fr im ien to y lo re si s t ir á, cuando es vis to
po r sus se meja n tes o c ua ndo se queda en la sol edad solo cons igo mi smo ?
- Cua ndo es visto por otros; y la di ferencia es grande,
- Al es tar sol o, e n cambio, c reo que se atreverá a
p ro ferir m uchos gr itos q ue le da rí a ve rgüe nza que ulgu ien los escuc ha ra, y ha rá muchas cosas qu e no conse nt irí a qu e algu ien le vie ra hacerla s.
7 En IV 439b.
En lIT 387<1.
b
472
- Es verdad.
m Ál OGOS
- A !iÍ es.
- ¿ y no es la razón y la ley las que 10 inducen a
resist ir, m ie ntras qu e es su afección la que lo arrastra
hacia el sufrim iento ?
- Pe r o c uan do se s uscitan e n el hombre al mismo
tiem po dos mo vimientos op uestos respect o de lo mismo, decimo s que necesa riamente hay en él do s partes .
- Sin du da .
- y que un a de ellas es tá dis puesta a ob ed ecer la
ley en lo que és ta le dic ta.
- ¿Cóm o ?
- De algún mo do la ley dice que lo más posit ivo es
guardar al m áximo la ca lma en los infortunios y no ir ritarse, dad o que no es tá claro qué ha y de bu eno y de
malo en tales sucesos , que no se adelanta nada e n
" afron tarl os colé rica me nte y qu e además nin gu no de
los asu ntos humanos es digno de gran inquie tud; y que
la aflicción se torna u n ob st ác u lo pa ra lo que de be ría sob re venir rá pidam en te en nuestra ayu d a en tales
casos .
- ¿A qué te re fie res?
- A la r eflexión sobre lo que h a acontecido. Com o
cu ando se ec han los dados , frente a la su e rte ec hada
hay que dispon er los prop ios asuntos del modo que la
razón escoja como el mejor; y no hacer com o niños, que,
t ras haberse golp eado, se agarran la pa r te a fec tada y
p asan el t iem po da ndo gritos , sino ac os tum brar al al m a
d a darse a la curación rá pi damente y a levan t a r la parte
caíd a y last imada, suprimien do la lamen taci ón con el
rem edio.
- Sin duda es éste el modo más co rrec to de comportarse ante los infortunios .
- Por lo ta nto, decimos que la mejor parte de nosot ros es la que es tá dispues t a a obedecer este razonam iento.
REPÚBLICA X
473
- E s evident e.
- En cambio, la pa r te que conduce al recuerdo de
lo acon tecido y a las quej as, s ie ndo inconsol ab le, ¿no
diremos que es la parte ir raci onal. pe rezosa y a miga
de la cobardía?
- Lo diremos, por cierto.
- y es la pa r te ir r it a b le la que cuenta co n ím ít acío - e
nes abundan tes y va riadas, en t an to que el ca rácter sabio y calmo, sie m pre se mejan te a sí m ismo, n o es fá cil
de imi ta r , ni de ap rehe nder cuando es imitado, sobre
todo por los ho mbres de t oda índol e cong regados en el
te a tro p ara un festival ; por que la imi taci ón estaría presenta ndo u n caráct er que les es ajeno .
- Ab solu t ame nt e de acue rdo.
60S a
- Por lo demás, es patente que el poe t a im it a tivo no
está relacionado po r na t u ral e za con la me jor part e de l
alma, ni su h ab ilidad es tá inclin ada a ag radarla, si qu iere
ser popular en t re el gentío , si no que po r natu raleza se
rela ciona con el carácter irritable y va ri ad o, de b ido a
que és te es fáci l de imita r.
- Es evide n te.
- Por lo ta nt o, es ju sto que lo a t aque mos y que lo
pongamos como correlato de l p in to r; pues se le asemeja en que produce cosas infe riore s en relación con la
ve rdad, y ta m bién se le parece en cu a nto tr a ta con la b
pa r te inferi or de l alma y no con la mejor. Y as í t ambién
es en j usticia que no lo admitiremos en u n Es t ado que
va ya a ser bien legisl ado, porque desp ierta a dicha parte del alm a , la a lime nta y fortalece, m ientras ec ha a perder a la pa rte racion al, tal como el que h ace preval ecer
polític ame nte a los malvados y les entrega el Es tado,
haciendo suc um b ir a los más d istinguidos. Del mismo
modo di re mos que e l poe ta imitativo implanta e n el alma particular de cada uno un mal gob ierno, congraciándo se con la parte insensata de ella, que no diferencia e
lo mayor de lo meno r y que considera a las mismas co-
d
e
606a
474
D IÁLOGOS
sas ta n to grandes como pequeñas, que fa bri ca imágenes y se m an tiene a gran dis tancia de la verdad.
- De ac ue rdo.
- Per o aún no hemos formu lado la mayor acusac ión
contra la poesía; pues lu más terri b le es su capacidad
de dañar incl u so a los hom b res d e b ien, co n e xcepción
de unos pocos.
- ¿Cóm o no va a ser lo más te rrible, si hace eso?
- Escu ch a y ex a min a. Cuando los mejores de nosotros oímos a Homer o o a alguno de los poe tas t rágicos
que imitan a algún héroe en medio de una aflicción, ext endié ndose durante la r ga s frases en la ment os, cantando y go lpeándose el pe cho, b ien sabes que nos regoci jamos y, a bandonándonos nosotros mismos, los seguimos
con simpatí a y elogiamos calurosamente com o buen p oeta al que h asta t al punto nos pone en esa disposición.
- ¡Cla ro que lo sé bi en !
- Pe r o cuando se suscita un pe sar en no sotros mi smos, date cuenta de qu e nos enor gu lle cemos de 10 cont rario, a sabe r, de po de r guardar calm a y aguantarnos,
en el pensamiento de que esto es 10 que corresponde
a un varón, y que lo qu e a ntes ala bábamos co rrespon de
a una muje r .
- Me do y cuenta.
- ¿ Pero es correcto este elogio, cuan do al ver un homb re de tal Índole que nosotros m ismos no aceptaríamos
ser, sino que no s evergonzartamos. no sentimos abominación si no que nos regocija mo s y lo alabamos?
- No, por Zeus , eso no parece razonab le.
- Cla ro es tá, al menos si lo examinas de este modo .
- ¿ De qué modo?
- Te n e n cuent a que la p arte del alma que en tonces
reprim ía mos po r la fuerza en las desgracias personales,
la que es taba hambrie nt a de lá grimas y de quej id os y
bu scaba satis face rse a dec uadamente - pues es tá e n su
natu raleza el desea r tales cosas- , ésa es la parte a la
RE PÚB LIC A X
475
que los po et as satisfacen y deleitan ; en tan t o que lo que
es por natu raleza lo mej or de nosotros, dado q ue no
h a si do suficientemente educ ado ni por la razón n¡ por
la costum bre, afloja la vigilancia de la parte qucju m- /)
brasa, en cu a nto que 10 que conte mpla son aflic ciones
ajenas, y no ve nada ve rgonzoso en elogiar y compudccer a otro q ue, diciénd ose hombre de b ien . se lamen ta
de mo do inopor tun o, s ino que esti ma qu e ex t rae de allí
un beneficio. el placer, y no ac eptar ía ve rse privado dl'
él po r hab er desdeña do el poema e n su conj u nto . Pien'so, en efecto , que pocos pued en comparti r la refle xión
de que lo que experimentamos de las afli cciones ajenas
revierte sobre nosotros m ismos, pues después de ha be r
nu trido y fo r talecido la conmiseración respec to de o tros,
no es fáci l reprimirla en nuestros propios pad ecimie ntos .
- Es muy ci erto.
- ¿ y no ri ge el mismo argume nto respecto de lo rid ículo ? Porque cuando escuch as en la comed ia (J e n la
conve rsación pri vada payasadas que a t i mi smo te uve ro
gonzaría decir, y lo gozas in tens a me nte en lugar de de
testarlo como perversidad, ¿no haces lo mismo qu e cu
el caso de lo paté t ico? En efecto, esta dispo sici ón a hacer reír qu e repr im ías, en t i mismo , po r medi o de 1,1
razón , por temor a la repu t aci ón de pa yaso, a hora la
liberas; y tras haber fortal eci do es te impul so juvenil.
con frecuencia te dejas arras trar in advertidamente ha sta el pu nto de conv erti r te en un come dia nte en la cb arla habitual.
- Por cie rto qu e sí.
- Y e n cuanto a las pas iones sexuales y a la cók' l'a "
y a cua ntos a petitos hay e n el a lm a, dolorosos () ugradub ies, de los cuales podemos decir que acompnuuu a 10 das nues tras acciones, ¿n o prod uce la imiuu-ión POI"tira
los mismo s efectos? Pues ali me nta y rtc ga
l·o s a s.
cuando deb erían se carse, y la s ins tit uye en g ll IWJ'lla ll ll' s
de no sotros, cua ndo debe rían obedecer para que- 1111 S VIII ·,
476
DIÁLOGOS
va mo s mejores y más d ichosos e n lugar de peores y m ás
desdichados.
- No puedo dec ir que sea de otro modo.
t
- Por lo tanto. Gla u cón , cu ando enc u en tres a qu ien es ala ban a H ornero diciendo que este poeta ha educa.
do a la H élad e, y qu e con respe c to a la admin istración
y educaci ón de los as un tos humano s es d igno de que
se le tome pa ra estudia r, y qu e hay q ue d is poner tod a
nuestra vida de acuerdo con lo q ue p resc ribe di c ho poe6U1a la, debemo s amarlos y saludarl os co mo a la s mej o res
pe rson as qu e se a po sible e ncont ra r, y convenir con ellos
e n que Home ro es el m ás g ra nde poe ta y el primero
de los trá gicos, pero hay q ue sabe r también que , en cuanto a poesía. sólo deben admiti rse en nuestro Estado los
hi m nos a los dioses y la s al ab an zas a los hom b res bu enos. Si en ca m bio recibes a la Mus a dulzona, se a e n
ve rsos líricos o é p icos , el place r y el dolor reinarán e n
tu E sta do en lu gar de la le y y de la ra zón que la com unidad juzgue sie m pre la mej or.
- Es u na gra n verdad.
e . - Es to es lo q ue quería deci r como d isculpa, al relomar a la poe sí a, po r ha be rl a d este rrado del Es tado,
po r ser ella de l a índole q ue es: la razón nos lo ha e xígid,?.: y di gamos le,"ade más, paraq ue no nos acuse de du- ros y torpe s, qu e la desa vene nci a e nt re la filosoffa y
la poesía viene de antiguo. leemos, por ejemp lo, . Ia
perra gruñon a que la d ra a s u a me» 9 , «im por ta nte en
la c ha r la vacía de lo s tontos ». ela mult itud de la s cabezas exces iva mente sabias - '0, - Jos pensadores sut ile s
9 AllAM , ad l oe., y WU.AMOWITZ (P/a /o>l, 11, Bl:' r1ln. 19 19. pág. 385)
co m pa ra n es ta cita con la de
XII 967h, d und l:' se díce que los
poe ta s «co mpa ra n a los filósofos co n pe rros qu e acost umb ran a lad r a r
de balde». Se e ntleude en to nc.,s que la pe r ra es la nJo.sofía. Todas estas fra ses alusivas a la ñiosof fu
a poe tas que no ha sido
posi ble idcn tificar.
10 Reco rdamos a l lect or q ue seg uimos el text o de Adam.
REPÚBLICA X
I
477
po rq ue son pobres », y mil otras señales de este aniegonis mo , No obstante , quede di cho que . s i la poesía imitat iva y d irigida al placer puede alegar al gu na razón por
la que es ne ces ario que exista e n u n Est ad o bien gobernado, la admitiremos complacidos, con sci en tes como estamos de se r hec hizados por ell a . Pe ro se d a sacrílego
renun cia r a lo qu e c ree mos verdadero. Dime, a migo mío,
¿ no te deja s emb ru ja r t ú tambié n po r la poes ía , so bre d
todo cua ndo la conte m plas a t ra vés de Home ro?
- Sí, m ucho.
- ¿Será j us to, en tonces, pe rmiti rl e regres ar a nuesu-o Esta do , u na vez hecha su defensa e n verso lírico
o en c ua lq u ie r ot ro ti po de met ro ?
- De acue rdo.
-c-Conce deremos también a su s pr ot ect ores - aquellos
que no so n poetas s ino a ma ntes de la po esía - que, en
prosa, a leg ue n a su favor que no só lo es agra dab le s ino
ta mb ié n beneficiosa tanto respecto de la orga n iza ción
po líti ca com o d e la vida huma na, y los escuc ha remo s
gu stosamente: pues seguramen te ganar íamos si se re ve- e
la se r no só lo agrada b le s ino ta m bié n be nefi ciosa .
- ¿ y cómo no he mos de ganar?
- Pero s i no pu ede n ale gar nad a, m i querido a migo ,
haremos como los que ha n es tad o enamorados y lu ego
consideran que ese amor no es provechoso y, aunque
les duela, lo dejan; as í ta mbién no sotros, llevados por
el a mor que hacia esta poesía ha engendrado la educación de nues t ra s be llas inst itucio nes pol ít ica s, esta re- 6084
mas com placidos en que se acred ite con el má ximo de
bondad y ve rda d; pero, ha st a ta nto no se a capaz de de fende rse. la oiremos re pi tiéndonos e l mi sm o a rg umento
qu e hemos e nunciado. como un enca ntam iento, pa ra p reca ver nos de volve r a cae r e n el a mo r infa nt il, que es
el de la mu ltl tud : la oiremo s, po r co nsigu ie nte, con el
pensamient o de que no ca be tomar en serio a la poesía
de tal índole, como si fu era se ria y adhe ri da a la verdad,
;
478
D1Ár.OGOS
b Y de qu e el oyen te debe es ta r en guard ia contra ella,
te m iendo por s u go bie rno inte r io r , y de que h a de c reer
lo q ue he mo s dicho sob re la poe sí a .
e-Conven go por com p le to contigo.
-Gra nde, en efecto. es la cont ienda , mi qu erido Glau eón, m uc ho m á s g ra nde de lo que pa rece , e nt re llega r
a se r b ueno o ma lo; de mo do que n i atraídos por e l honor o por la s r-iqueza s el por ni ngú n ca r go, ni siquiera
por la pue sta . va le la pe na de scui dar la j ust ic ia o el resto de la e xcelenci a.
-c-Convengo contig o e n vis ta de lo expue s to, y pienso
que cu alqu ie ra tambié n conve nd rá.
e
- Con todo. no hemos e xpuesto las mayores retribuciones _de la e xcele nci a y los pre mios propuestos.
de a lgo ex trao rd in a r ia mente gra nde. si es
qu e ex iste o t ra cosa más grande que las ya mencionadas .
- Pe ro ¿qué pod r ía llegar a ser grande en un tiempo
ta n pequ eño ? Pu es todo e l ti em po que transcurre desde
la niñez hast a la vej ez es poco e n com pa ración con la
totalidad del t iem po .
- Desde luego no es nad a .
d
- Ahora bien, ¿ pie ns as qu e una cosa inmo r ta l ha de .
es forzarse e n lo toca nte a este bre ve t ie m po, pe ro no
e n 10 toca n te a la to ta lidad ?
- No lo p ienso , pero ¿q ué q u ieres de cir con eso?
-¿ No le pe rcatas de que nuest ra al ma es inmort a l
y jamás perece ?
y Gla uc ón. mirá ndome sorprend ido, excla mó:
- No, ¡por Zeus! Pe ro ¿puedes decir eso?
- De bo es ta rl o, y pie nso que t ú tambi é n, pu es no es
na da d iñe¡ l.
- Pa ra m i s í, pe ro con gu sto oiría de t i eso que no
es difíc il.
........Es cucha.
- Ha bla.
- ¿Lla ma s a algo 'bue no' y a algo 'malo' ?
RE PÚB LIC A X
479
- Si.
-¿ Y 10 piensas como yo?
e
- ¿De q ué mo do?
- Todo lo q ue corro m pe y destruye es lo mal o, lo
qu e preserva y beneficia es lo b ueno.
- De acuerdo.
_ ¿ y dices que pa ra cada cosa ha y a lgo malo y a lgo
bue no? Por eje m plo, la ofta lmía para los ojos, la e n- 609 "
fe rmcdad para el cuerpo entero, el nu b lo para e l t r igo,
la putrefa cción para la made ra, cl a r ín pa ra el b ronce
y el hierro, y, como d igo, prácti camente para todas y
cada un a de la s cosas, un mal y una enfermedad que
le corre sponden por naturaleza.
- Así es.
_ y cu ando algu no de estos m ales sobre viene a una
cosa, ¿no hace aca so perversa a la cosa a la que so breviene, termina ndo por di solverla y d estrui rl a ?
- Cla ro que s í.
- Po r cons igu iente , el mal que por na turaleza co r respo nde a ca da cosa y la pe rversión la des truyen; y, s i
no la dest r uye el mal, ningu na otra cosa podrá ya
co r ro m pe rl a . En efec t o, e l b ien j amás la des t ru ir á, ni b
ta mpoco lo que no es ni mal o n i bueno .
- S in lu ga r a du da s.
- Por lo t a nto, s i descubrimos a lgún se r e n el c ua l
haya un ma l que lo e nvi lece pero que no puede dísolverlo ni dest ru irlo, ¿no sa bre mo s con eso qu e u n se r
de tal natural eza no puede pe recer?
- Pro b a b le me nte.
- Pues b ie n, ¿no hay para el alma a lgo que la hace
mala ?
- Po r cie r to que s í, to das la s cosas que he mos enume rado, como la injusticia, la inmode ración , la coba r- e
día y la ign orancia.
_ ¿ y aca so alguno de es tos m a les la di suelve o dest r uye? Mira que no no s engañemos creyendo que el hom-
480
Ill ÁLOGOS
bre inj usto e inse nsato que es sorprendido delinq uie ndo perece entonces a caus a de la injus t ic ia , que es el
mal de esa a lma. Más b ie n pi énsa lo as í: de l mi smo mo do qu e la e nfe r me dad, que es la perversión del cuerpo,
co r r ompe y des t ru ye a és te y lo cond uce a no se r s iquiera c ue r po, también tod as la s cosas qu e acabamo s
d de menci ona r, por ca usa de la mal dad prop ia de ellas.
que se les adhiere y resi de en ella s, se co rrom pe n hast a
desemboc ar e n el no se r. ¿ No es cierto ?
-Sí.
- Ven, pues, y exam ina el a lma de la misma manera:
la inju stici a íns ita e n ella . así como los de m ás male s
que se ad hieren y residen e n ella, ¿ la co rrom pe n y e xterminan h ast a llevarl a a la m uerte, se pa rada del
cuerpo?
- Eso de ningú n modo.
- Po r ot ra pa rte, seria irraci onal pe nsa r qu e la pe r versión de u na cosa dest ruye a ot ra, m ientras que no
lo logra la pe rve rsió n p ro pia de esta.
-Comple tame nte irracional .
" . - Mira. Glaucón , qu e no es por causa de la pe rve rsió n qu e se ha lla e n los alimentos que pensamos que
el c ue r po debe perecer. sea po rq ue est én rancios o podridos o lo q ue fu ere; más b ie n es cuando la perve r s ión
de los a limentos e ngend ra e n el c ue rpo la ma ld ad p ropia de éste, qu e decimos que el c ue rpo ha suc um b ido
debido a estos a limen tos, pero poi' cau sa de s u p r opio
mal, que es la e nferme dad. Dad o que los a limentos so n
una cosa y el c ue r po ot ra , jamás debe mo s estimar que
6 10<1 el c ue r po pe re zca por la perve rs ión de los alimen to s,
o sea, por un mal aj e no, hast a tanto és te no int roduzca
en el cuerpo el mal que es propio de és te.
-H ab las mu y cor rec ta ment e .
- De ac uerdo con el m ismo razona m ien to, mi entras
la pe rve r si ón del cu e r po no introduzca en el alma la
perversi ón de ésta, nunca estimaremos que el alm a pe 31
REP ÚBLICA X
481
rece por causa de un m al aj e no sin la perv e rs ión peculiar de l al ma, y que así una cosa pe rezca po r e l mal
de otra .
- Tie ne s razón.
- De most remos, e n tonces. que es to que deci mos es
erróneo. o b ie n. mi ent ras no se a refutado, no di ga mos b
nun ca que e l a lma perece po r cau sa de la fiebre o de
c ua lqu ie r ot ra e nfermeda d o po r ca usa de un asesinato,
ni a u nq ue se cor ta ra todo el c ue r po en pe da citos. Am es
de eso te nd r ía que de most rarse que, po r causa de los
pad ecimi entos del c ue r po , el alm a se torna más inju sta
y sacr ílega. No pe rmit ire mo s que se d iga que, po r ob ra
del surgimiento de un mal ajeno a una cosa. si no se
le añade el mal peculiar de ella, el a lma o c ua lq uier e
otra cosa va ya a perecer.
- Sin duda al guna. na die demostra rá qu e la s a lmas
de los moribundos se vuelven má s injust as po r efec to
de la muer te .
- Pe ro s i algu ie n se atreve a atacar nu estros ra zonami entos. s i para no verse forz ado a convenir que las
almas son inmorta les. dice que el moribund o se vu elve
más malvado e injust o, consideraremos q ue , s i d ice ve rdad qu ien afi rma tal cosa, la injus tici a es mortal . no
me nos que la e nfe rmedad, para quien la posee. y tamb ién q ue po r ob ra de este ma l, a ses ino po r su propia d
natural e za . mue ren quienes lo reciben , más rá pida mente q u ienes lo reciben e n ma yor cant ida d, más le nt a mente los ot ro s; y no como a ho ra , que lo s inju stos mu e ren
a caus a de la pe na que les in fli ge n otros.
- Por Zeus, que no parecería en ton ce s la injustici a
algo demas iado terri b le, si es mor tal pa ra qu ien la asu me, pues as í se desembaraza ría de sus males. Más bien
pien so que se revela co mo todo lo contrar io, que ma ta
a los dem ás cuando puede, y e n camb io a l que la asume e
lo torna bien vivo, y además de vi vo, despie rto; t an lejos de la mue r te, parece, vive la injustici a.
94 . -
2
48'
DIÁLOGOS
- Hablas bien c--re spondl-c-. Porque cuando la pc rversión propia de.l alma y s u mal p ro pio no son ca paces
de matarla y dest ruirla. di fícil m e nte e l m a l asigna do para la de strucción de otro objeto ha rá suc u m bi r al a lma
o a cualquier otra cosa, excepto aquel la a la c ual es tá
as ig na do.
- Diflci lmc n te. e n verdad .
- En cambio. cuando al go no pe rece a ca us a de un
6 11.. ma l ni propio ni ajeno . es evide nte que forzos ame nte
ha de ex isti r s iempre, y. si e xiste s iem p re . q ue es inmorta l.
- Es forzoso.
-c-Tc ngarnos esto como s iendo as í; y s i es así , a dv ie rte que exis ten siempre las mi sm as almas, pues to qu e,
al no perecer ning u na , no pue de n llegar a ser menos
ni tam poco más . En efecto, si se acrecentara el núm e ro
de los se res in mortales, este ac recentamien to Prevendría, como te das cuenta, de lo mo rt al, y to das la s co sa s
conc lu ir ían pur se r inmorta les.
- Dices la ve rdad.
- Pero eso no lo he mos de pe nsar , pues la razón no
b lo cons ie nte, así como tam po co que el a lma, en su
naturaleza más ve rdadera. sea de tal índule que esté plena de va riedad. de semej an za y d ife rencia con respecto
a s i misma.
-¿Qué qu ieres deci r ?
-No es fáci l que sea e te rno a lgo com pues t o de muchas partes y necesitado de un a com po sición que no es
la má s bella, tal como se nos h a most rado el a lm a.
-No es p robable , e n efecto .
- Que e l a lma es inmo r tal. e l a rgu mento qu e aca bamos de d a r, con los de má s a rgumentos, nos fuerzan a
e adrn itt r lo . Pe ro para sabe r cómo es en verdad, de bemos
contem pla rl a no como la vemos a hora , es t rope ada por
la asociaci ón con el cuer po y po r otros males, sino que
hay que conte m pla rl a suficiente mente con el razona -
RE PÚB LICA X
483
Glau co, o rig inari a me nte un pescador, se con virtió e n dios del
m iento, ta l cual es c u ando llega a se r pu ra . En ton ces
se la hallará mu cho más be lla y se percibirá más d a r amente la ju st icia y la inj ust ic ia y todo lo qu e acabamos
de describir . Lo qu e decimos ahora respecto de ella es
cierto en lo que toca a su apariencia presente; y la hemos contempla do e n u na condic ión tal como la del dios d
del mar Gla uco 11, c uya naturaleza primiti va, al verlo,
no es fácil d is ti ngui r ya' que, de las partes a nti guas de
su c uerpo , una s ha n s ido desgarradas, o t ra s est rujadas
y est ro pe adas com plet a me nte po r las o las, e n ta nto se
ha n a ña dido a su naturaleza otras po r aglo meración de
conchas, a lgas y p ied ras, de modo q ue se asemej a más
a una besti a q ue a 10 que es por na t uraleza . Y es así
como conte mplamos el alma, afect ada en su condici ón
natural po r miles de males . Pe ro a hora deb emos mirar
hacia a llí, Glaucón .
- ¿ Hacia dónde?
e-H ac ia su a mo r po r la sabid uría; y de bernos adver- e
ti r a qu é objetos a lcanza .Y a qué compañía apunta, dada su a fin idad con lo d ivino , inmort a l y siem p re ex iste nte. así co mo qué llega r ía a ser si s igui ese a a lgo de
ta l ín dol e y fuera lle vada por este im pu lso fuera de l
mar e n el que a ho ra está, desnudándose de las piedras
y conchas que ac t ualme n te la c u bren -porque hace 612a
sus fes ti nes e n la t ierra- .Y que crecen a su a lr ededor,
co mo abundancia terrosa y pé trea, a ca usa de es tos fe stines que son llamad os 'b ienave n tu rados'. Ento nces se
verá su ve rdade ra na tural e za , y si es compues ta o sim ple en su fo r ma, qué es ella y cómo es. Pienso que por
el momento hem os desc rito razonablemen te s us a feccione s y fo rmas durante la vida human a .
- Co m p leta men te de acue rdo.
11
mar.
•
484
[>IÁLOG OS
- Pues b ien; he mo s a lejarlo las di ficultades que se
b habían s us ci tado e n la a rg ume ntación ", s in pone r e n
j uego las recompe nsas de la justicia ni su re pu taci ón ,
tal como vosotros decí s que lo hace n Home r o y Hesíodo, y hemos desc ubie r to que la jus t icia es en s í m isma
lo mejor para el al ma en si mi sma . y que és ta de be ha ce r lo jus to cuente o no con el a nillo de Giges 1) y, además de se mej an te an illo. el yelmo de Hades 14,
- Dices u na gra n ver dad .
- Pues entonces, G laucón , ¿qué re proche ca be a hora
e s i as ignamos a la just icia)' el resto de la excelencia cua nta s recom pe nsas a po rtan a l a lma de ma nos de los hom bres y de los di ose s. tanto mie ntras el hombre vive
co mo después de mue rt o ?
- Absolut a mente ningu no.
-¿ Me podéis devo lve r ah ora lo que os presté en el
argument o ?
- ¿A qué te refi eres ?
- Yo os he conced ido que el justo po día parecer in justo y el inj ust o jus to, pues vosotros est imabais IS que ,
si bien no e ra po sible que es to pa sara inad ve rtido a los
d ioses n i a los hom b res, no ob st a n te de b ía ser conced ido e n fa vor del a rgu mento, para que hubie r a u na decí s ión entre la jus ticia en s i m ism a y la inju sti ci a en
a sí m ism a . ¿O no rec ue rdas ?
-Ser ia injus to q ue no lo recorda ra .
- Aho ra , pues. que la cosa est á deci d ida. os reclamo
nuevame n te en no m b re de la just ici a. q ue conve ngáis
conm igo re specto de la re pu tación que t iene en tre los
d ioses y los homb res, a fin de h ace r suyos los prem ios
que gana por su a parien ci a y que con fiere a quie nes
l2 cr. 1I 363b.
u cr. 1I 359d -e,
14 En JI. V 845 Aten ea se pon e el yelm o de Had es para to rna rse
in visible unt e Ares.
lj
Refe re ncia im p recisa, t¡11 ve z a JI 361a·d ,
R EPÚB LICA X
485
la poseen. ya que ha sido pues to de manifi es to qu e concede las bonda des p rocedentes de la rea lid ad. y que no
e ngaña a quie nes la ob ti enen ve rdadera me nte.
- Tu recl a mo es j us to.
t'
- Co nceded me, a nte todo, q ue a los diose s no se les
escapa cómo son el hom b re justo y el inj ust o.
-Lo concedemos.
- y s i no les escapa , u no se rá a mado de los d ioses
y ot ro od iado por los d ioses. ta l como hem os co nven ido
e n un com ie nzo.
- Así es.
-¿ y no conven d remos en que para el amado de los
d ios es todo c ua n to procede de éstos resulta del mejor 6t3<l
modo, salvo que le corresponda un ma l necesario proced en te de una fa lt a anterior ? '6.
- Oc ac uer do.
-Cabe s upone r, por consiguiente, respecto del var ón ju st o. q ue. a unque viva en la pobreza o con enfe rmedades o con algú n ot ro de los que son te nid os po r
mal es, esto terminar á para él e n b ie n . du rante la vida
o después de ha be r muerto. Pues no es desc uid ado por
los di oses el que pone su celo en se r just o y pract ica
la vir tud. a se mejándose a Dios e n la med ida q ue es b
posible pa ra u n hombre .
-Es nat ural que un hombre de ta l índole no sea de scuida do po r lo qu e le es se meja nte.
- y respecto de l hombre injus to , ¿ no es necesario
pensa r lo contrari o?
-Sin la me no r duda.
- Po r consiguien te, t ales son los prem ios que tocan
al jus to de pa r te de los dios es.
-c-Tamb í én en mi op in ión.
- y de parte de los ho mbres, ¿ no será de este mo do,
si planteamos las cosas como son ? ¿ No so n los hom-
16 Es deci r. co rne lid a e n otra exi"tencia.
,
•
486
En
En
[J
11
362b.c.
361c,
DIÁLOGOS
Gla ucó n las refcr fa al homb re ju s to .
bres a st utos e injus tos como aqu ellos corredo res que
co rren bien a l part ir pe ro no c ua ndo se ace rca n a la
e mela ? Sa llan rápidamente al com ienzo, pe ro termina n
por ha cer el ridículo. escapándose sin corona alguna )'
con las orejas caídas sobre los hombros: los 've rdade ros
corredores. en camb io , llegan a la mel a, obtie ne n lo s
premios y son coronados. ¿No s ucede así a me nudo con
los just os ? Hacia el final de cada acción. de la relación
con los dem ás y de la vid a go zan de buena reputación
y se lle van los prem ios que les oto rga n los hom bres .
- Así es:
-¿ Tolerarás entonces que yo afirm e ace rc a de lo s
d jus tos lo que tú de cí as 17 acerca de jo s inju st os ? Pue s
afi rma ré que los just os, una vez a va nzados e n edad, dete nt an el mando en s u s Es tados , s i quieren, se ca san
con hij as de la s famil ias que prefiere n y da n a su s hijos
e n ma t rimon io con quienes les p lace; y cu antas cosas
afirmab as lú de los in jus tos las d igo yo de los justos.
y res pe c to de los inju st o s d ir é q ue la mayo r ía de e llos,
a u nque se ocu lt en mie nt ra s son jóve nes, hacia el fina l
de la carre ra son a prehend idos y qu edan e n r id íc ulo,
y a l e nvej ec er se convierten e n mi se rables ultrajado s
t: tanto po r extranje ros como por sus conci uda danos,
recibiendo azotes y c uantas cosas ten ías por rudas 111,
en lo cua l decías verdad. Imagína t e que me oy es enumerar tod o lo qu e sufr en . Mir a si ha s de to lerar lo que
d igo.
-Claro que sí , pues lo q ue d ices es j us to .
- Tales son los premios, recompensas y presentes que
614<1 llega n al j us to, du ran te su vida, de pa rt e de los d iose s
y hom bres, ademá s de aq ue llo s bie nes que le procuraba
la ju stici a e n sí m isma .
- Son p re m ios bellos y sólidos.
)1
lA
REP ÚBLICA X
487
- Pe ro no so n nada. ni en ca nt id ad ni en magnit ud,
e n comparación con aquellos q ue aguar da n a cada u no
tras ha ber m ue rto. Es necesario escuchar cómo son éso
tos, a fin de qu e cada cual tome del di scurso lo que
debe escuchar.
-c-Ha bl a, entonce s, porque no son muchas las cosas b
que escucha ría con ma yor agrado. ...l
- No es preci same nte un rel ato de Alcí noo lo que
te vaya conta r, s ino el rela to de un bra vo varón 19, E l'
el a rme n io, de la t ri b u pa n fili a. Habiendo mue rto en
la gu e r ra, c ua ndo al décimo d ía fue ro n recogidos los
cad áveres put ref ac tos , él fue hallado en buen es tado;
introducido e n su casa para enterrarlo, yacía sobre la
pira cuando volvió a la vida y, re suci t ad o, contó lo q ue
ha bía vist o a llá. Dijo que, c uando s u alma hab ía dejado
el cuerpo, se puso e n camino jun to co n muchas ot ras e
alm as, y llega ron a un lu ga r ma ra víllese, donde había
e n la tierra dos ab e rturas, u na tren te a la otra, y arriba ,
en el cielo, otras dos opues tas a la s prime ras. En t re ellas
había jueces sentados q ue, u na vez pronunciada su sente ncia , orde na ba n a los jus tos que caminaran a la de recha y hacia a rriba, colgándoles por delante le t re ros indi cativos de cómo habían sido juzgados. y a los injus tos
los hadan ma rcha r a la izquierda y haci a abajo, portando por at rás letreros indicativos de lo que ha bían hecho.
Al aproximarse E l'. le di jeron que debía convertirse en d
mensajero de la s cosas de allá para los hombres. y le
reco mendaron que escuchara y co nte mpla ra cuanto suced ía e n es e luga r. Miró entonces cómo las al mas, una
vez j uzgadas. pa sa ba n por una de la s a be r t u ras del c ielo y de la t ie r ra, mien t ras po r u na de las ot ra s dos subían desde a ba jo de la tie rra a lmas lle nas de suciedad
19 J uego de pala bras entre Alcínllo y dlkim05 «bravo •. La alu si ón
es a lo s relatos q ue hace Ulises al rey A1cl noo en OJ. IX·XTI y que
e n la ant igüedad fue ro n titula dos «rel a tos de Ald noo •.
a
488
DIÁLOGOS
y de po lvo, e n ta nt o por la restante descen día n desde
e el ciclo otras, limpi as. Y las que lleg aban pa recí a n volve r de un la r go viaj e; marchaban gozosas a ac a mp a r
en el prado, como e n un fes ti va l, y se salu da ban entre
sí cuantas se conocían, y la s qu e venían de la ti e rra in quirí an a la s otras so bre lo qu e pasa ba e n el cielo, y
las que p roc ed ían del ciel o sobre lo que sucedía en la
6 15a tie rra; y hací a n sus re la t os unas a o tras, un as con la·
mentos y que jidos, recordando cuantas cosas hab ían padecido y visto e n su marcha bajo t ierra - que duraba
mil a ño s-, mi ent ras la s p rocedentes del ciel o narraban
sus goces y es pect ácu los de inconm ensurable bell eza .
Tomaría m ucho tiempo, Gluucó n, referir sus múltiples
rela tos, pe r o lo prlnclpal
siguie nte: cu an tas injusticia s había comet ido cad a u na, con tra algu ien, t odas era n e xpiadas po r turno, die z vece s po r cada una, a
¡, razón de cien a ños en cada caso - por se r ésta la duración de la vid a humana-e, a fi n de que se pa ga ra d iez
veces cada injust ici a. Por ejem plo, s i algunas eran responsables de m uc has m ue rtes, fuera por traici on ar a
Es tados o a ejé rci tos, reduciéndo los a la esclavitud, o
por haber s ido partícipes de al guna otra malda d, recibían por cada delito un castigo diez vece s m ayor; por
su pa rte, las que había n realizado actos buenos y hablan sid o ju sta s y pi adosas, recibía n en la mi sma pro e po rción s u recompensa. En cu a nto a los n iño s que h abía n muerto en seg uida de nacer u que h abían vivido
pu co ti empo, Er contó otras cosas qu e no vale la pena
recordar. y narrab a que eran mayores aún las ret ri bucione s po r la p iedad e impiedad respecto de los dioses
y de los padres, as í co-mo po r haber cometi do asesinatoscon su pro pia mano.
Con tó qu e ha bía es tado junto a al guien que pregu nt aba a otro dónde es taba Ardico el Gr a nde. Aho ra bi en ,
es te Ardieo había llegado a se r tirano en alg ún Est ado
de Pa nfilia mil años antes de ese momento, y había
REPÚB LiCA X
1
489
matado a su padre anciano y a su hermano mayor y, d
segú n se de cí a, h abía cometido muchos otros sacrilegios. Dijo Er que el hombre in t e r r og ado res po ndió:
ha venido ni es probable que venga. En efecto, entre
otros es pec tácu los terribles hemos contem p lado és te:
cuando estábamos cerca de la abertura e íb amos a
as cender, t ras padece r todas estas cos as, de pronto
divi samos a Ardieo y con él a otros que en su ma yor
parte habían sido ,t irá nos: t a mb ié n ha bía a lgunos que
h ab ían sido simples" p articu la re s qu e habían cometído grandes c r ímenes. Cua ndo pensaban qu e subi r ían, e
la abe r tura no se lo pe r mitía, sino que mugí a c uando
intentaba as cender alguno de estos sujet os incurablemente adheridos a l malo que no habían pa gado debidamente su falt a. Allí había unos hombres sa lvajes y de
aspecto ígn eo -contó- qu e estaba n al e rta, y qu e, al
oír el mugido, se apode raron de unos y los llevaron; en
cu an to a Ardieo y a los demás, les e nc aden aron los 616 a
pies, las manos y la ca beza . los d erribaron y, apalea ndolos viole nt a me nte, los arrastra ron a l cos tado del cami no y los de sgarraron sobre espinas, e xplican do a los
que pasaban la causa por la que les hacía n eso, y qu e
los llevab an para a r rojarl os al Tá rtaro.",Allí - dijo Er - ,
de los muchos y variados te mores que había n experimentado, éste e xce d ía a los demás: el de qu e cada u no
oiría el mugido c uan do ascendiera, y si és te callaba subí an regocijados, De t al índole eran las penas y los
castigos , y las recompensas e ran correlativas ; y de spués b
de qu e pa saban s iete días en el prado, al oc tavo se les
requerí a que se levanta ran y se pusieran en marcha.
Cua t ro dí as des pués lle garon a u n lug ar desde donde
podía divisarse, extendida desde lo alto a t ra vés del cie10 íntegro y de la tie rra , una lu z recta como una columna, muy si mil a r al arco iri s pero más brilla nte y m ás
pura, h asta la cual arrib a r on de spués de h acer un dí a
de ca minata; y en el ce n tro de la luz vieron los e xtremos e
d
e
617a
490
DIÁLOGOS
de las cadenas, extendidos desde el cielo; p ues la luz
e ra el ci nturón de l cielo, algo así como las sogas de la s
trirremes, y de es te modo sujetaba la bóveda en ro tación . Desde los ex.tremos se extendía el huso de la Necesidad, a través de l cual giraban las esferas ; su vara y
su gancho eran de adamanto, en tanto que su tortera
e ra de una aleación de adamanto y otras cl ases de metales. La naturaleza de la tortera era de la sig uiente mane ra. Su estructura era como la de las torteras de aquí,
pero Er dijo que h abía que co ncebirla como s i en una
gran tortera, hueca y vací a por completo, se hubiera
inse r t ad o con justeza otra más peq ue ña -c-como vasijas
que encajan u nas en otras-, luego una tercera, una cuarta y cuatro más. Eran, en efecto, en total ocho las
torte ras, inserta das u nas en otras . mostrando en lo a lto
bor des circulares y conformando la superficie con ti n ua
de una to rtera única a lrededor de la vara que pasaba
a través de l centro de la octava. La primera torte ra, que
era la más exterior, tenía el borde circula r más a ncho;
en seg undo lugar la sexta, en t er ce r lugar la cu a r ta , en
cuarto lugar la oct a va, en quinto lugar la sépti ma, en
se xto lu ga r la quinta, en séptimo luga r la tercera y en
octavo luga r la segunda ". El círculo de la to r te ra más
grande era est rellado, el de la sé ptim a el más brillante, el
de la octava ten ía su col or del respl a ndor de la sépt ima ,
el de la segunda y el de la qu inta eran semejan tes entre
sí y más amari llos que los otros , el te rce ro te nía el color más blanco, el cuarto era ro jizo, el sexto era segundo en blan cura. El hu so entero giraba circularmente con
el mismo movimiento, pe ro , dent ro del conjunto que roac PROCLO, In Rem Pubticam 218·219 KROLL, presenta las s igu ie nles eq uiva lencias de las torte ra s con los as tros: 1 _ Estrel las fijas {l. a):
2 _ Venus (6.a): 3· Ma rt e (4.' ); 4 _ Lu na (8.a); 5 _Sol (7. a); 6 - Mercu rio
(5.') : 7 - J ú pite r (3.' ); 8 - Saturno {2.') . El ancho de los bordes darla
la idea que Platón se hacia de las distancias entre los astros. e f. J.e.
REPÚB LICA X
491
á
taba, los s iete círculos in teriores daban vuelt a lentamente en sentido contra rio ni del conjunto . El que de éstos
marchaba más r ápido era el octavo; en segundo lugar,
y simultáneamen te entre sí, el séptimo, el sexto y el b
quinto; en tercer lu ga r , les pa recía, es taba el cuarto,
qu e marchaba circularmente en sentido inverso; en cuarto lugar el tercer o y en qu int o luga r el seg un do. En cuant o al huso m ismo, giraba sobre las r odi llas de la Necesidad; en lo alto de cada uno de los círculos es ta ba una
s ir ena que giraba junto con el círculo y em itía un solo
so nido de u n so lo tono, de manera qu e tod as la s voces,
que eran ocho, concordaban en una armonía ún ica. y
había t res mujeres sentadas en cí rc ulo a int ervalos igu a- e
les, cada una en su t rono; eran las Pa rcas , hijas de la
Necesid ad, vestidas de blanco y co n guirnaldas en la
cabeza, a saber, Láquesis, Cloto y Atropo, y cantaban
e n armonía con las si renas: Léqu esi s las cosas p asadas,
Cloto las prese ntes y Atropo las futuras. Tocando el huso co n la mano derec ha, en forma in ter m it ent e, elato
ayudaba a que girara la circunferencia exterior; del mism o mo do Atropo, con la mano izquie rda, la inte r ior ; e n
cuanto a Léquesls, tocaba alterna damente con una u otra
man o y ay udaba a girar aiter nadamente el círculo exter ior y los interiores. Un a vez que los hombres llegab a n
debían marchar inmediatamente h ast a L áquesi s. Un profeta primeramente los colocaba en fila , despu és tomaba
lotes y modelos de vida que había sobre la s ro dillas de
L áque si s, y tras subir a u na alta trib una, dijo: "Pal ab ra
de la virgen L éque si s, hija de la Necesidad ; al ma s efímeras, éste es el comienzo, para vu est ro género mor tal,
de otro ciclo anudado a la m ue rte . No os escogerá un e
de monio
sino que vosotros escogeréis un demonio.
21 E. R. DODIlS, The Greeb and thc hraliona/ (Berkcley -Los An geles, 1959), págs. 40-42, d istingue tres tipo s de demonios en Grecia
antigua , el tercero de los cuales "es as ignado a un ind ividuo partic u-
s
492
IlI ÁLOG O S
Que el que resulte po r so r te o el prime ro el ij a un mod o
de vida. a l cual queda rá neces a riame nte asociado . En
c ua n to a la excel enci a. no tiene dueñ o, sino q ue cada
uno tend rá mayor o me nor parte de ella según la honre
o la desprecie; la re sponsab ilidad es del que elige,
Dios está e xe n to de cul pa ». Tras decir es to, a rrojó los
lotes e nt re todos, y cada uno escog ió el que le ha bía
ca ldo a l lado. con e xce pc ión de Er, a quien no le fuc
pe r m itido. A cada un o se le hizo e n to nces cl a ro e l orden
618" en q ue deb ía escoger . Des pu és de esto, el p rofet a co locó
e n t ie rra, d elante de ellos, los mod elos de vid a. en n ú me ro mayor qu e el de los p rese ntes, y de gra n va ri edad .
Ha bla toda clase de vid as a n ima le s y hu man a s: t ir an ías
de por vida , o bi en inte rrum pida s por la mitad, y que
t erm inab an e n pobreza, e xilio o me ndici dad ; habí a vidas de hombres céle bre s por la he rmosura de su cuer.
" po o por su fu erza en la luc ha, o bien po r su cun a y
por las vir t u des de sus a nt epasado s; tam bién las ha bía
de hombre s oscu ro s y, a nálo ga me nte, de m uj e res. Pe ro
no ha bía e n estas vidas ning ún rasgo del al m a, po rque
ésta se vo lvía inexora b le me n te dis tinta segú n e l mod o
de vida que eleg ía; ma s tod o lo de más es taba mezclado
en t re s¡ y con la riqueza o co n la pobre za , con la enfermedad o co n la salud, o con estados inte r medios e ntre
és tas. Según pa rec e, all í esta ba tod o el ri esgo para el
e homb re, querido Gla ucón. Por este motivo se debe n
desa te nd e r los otros est udios y preocuparse al máximo
só lo de és te, pa ra in vestigar y conocer s i se puede des.
cu b r ir y a p re nde r q u ién lo ha rá ca paz y enten dido pa ra
dis ti ngui r el mod o de vida va lio so del pe rve rso, y elegir
s ie m p re y e n todas pa r tes 10 mejor e n ta nto sea po s ib le,
te niendo e n c uen ta la s cosas que hemos d ic ho, e n relaci ón con la e xce le ncia de s u vid a , sea que se las to me
lar, usua lmente d esd e el na cirnie n tu, y d e ter mina tot a l o pa rcialme nte
su desti no ind ivid ua L.,
R EP ÚB LICA X
493
e n conj unto o se parada men te. H a de sa be r cómo la
he rm os u ra . mezcl ada con la pobreza o la riqueza o con d
algú n esta rlo del alma, produce el ma lo el bien, y qué
efec tos tendrá el nacimient o noble y plebeyo, la pe nnane ncia en lo p rivado o el ejerci ci o de cargos públicos,
la fu er za y la debilidad , la fa cilid a d y la dificultad de
a prender y todas las de más cosa s que, com binándose
e n tre s í, ex is te n po r na tu ral e za e n e l a lma o que és ta
adquiere; de mo do que, a pa rt ir de toda s ellas, sea ca pa z de escoger razona nd o el mod o de vida mej or o el
peor, m ira nd o a la na tu raleza del a lma, den omina ndo e
'el peor' a l q ue la vuelva más inju s ta, y 'mejo r' al que
la vuel va má s j us ta, re nu nciando a tod o lo demás, ya
qu e hemos vis to que es la elec ción que má s importa,
t anto en vid a co mo t ras h ab er mu erto, Y ha y que tener
es ta opin ión de modo fi rme, como el adaman t o, al mar- 619"
chal' al H ades, para se r all í im pe r tu r ba ble a nte la s ri qu ezas y mal es se meja ntes, y para no cae r en ti ran ías
y e n ot ras acciones de esa ín do le co n que se p roducen
m uc hos ma les e incurab les y u no m ism o su fre más a ún;
s ino q ue ha y que sa be r s ie m pre elegir el modo de vida
inte rmed io e nt re éstos y evitar los e xcesos en uno u ot ro
sen tido, e n lo posib le, tanto en es t a vida como e n cualquie r otra que venga después; p ue s es de este mod o
b
como el hombre llega a ser más feliz.
y e ntonces el me n saje ro del más allá narró que el
profeta ha bló de este modo: e l nclu sc para el qu e llegue
último , s i elige con in teligencia y vive seria me nte, h ay
una vida con la c ua l ha de esta r con te nt o, po rq ue no
es ma la , De mod o que no se de scuide qu ien elij a primero ni se desco razone qu ien resulte u lt imo •. y contó qu e,
despué s de es ta s pal abras, aqu el a qu ie n hahía toca do
ser el p ri mero Fue de recho a escoge r la más gra nde tiranía , y po r in se nsa tez y codi cia nu exami nó s uficie n temente la el ecci ón, por lo cu a l 110 adv ir t ió {IUl' incl u la ;
2
d
e
620ft
494
DIÁLOG OS
el destino de devora rse a sus hi jos y otras des gracias ;
pero cuando la ob servó con m ás tiempo. se golpeó el
pecho, la m ent á ndose de su elecc ión , po r h aber dejado
de lado las advertencias del p ro fe ta; pues no se culpó
a sí mi smo de las des gracias, sino al azar , a su demonio
y a cualqu ier ot ra cosa menos a él mi smo. Era uno de
los qu e habían lle gado de sde el cielo y que en su vida
ante r ior había vivido e n un régim en político b ien organizado , hab iendo tom ado parte en la excelencia, pero
po r há bit o y sin filosofía . Y po dría de cirse que entre
los sorprendido s en ta les circunstancias no eran los rne no s los que ha bían ven ido del cielo, por cuanto no se
habían ejer ci ta d o en los sufrimientos . Pero la mayoría
de los que procedían de bajo tie rra, po r haber sufri do
ellos m ismos y haber vis to su fri r a otros, no actuaban
ir reflex ivamente al el egir. Por es te motivo, a dem ás de
po r el azar del sor teo, e ra por lo que se producía pa ra
la mayoría de la s almas el t r ueq ue de males y bienes.
Porque si cada uno, cada vez que llega ra a la vida de
aquí, f ilosofara sanamente y no le tocara en s ue r t e
ser de los últimos, de acu erdo con lo que se relataba
acerca del más allá probablemente no serí a sólo feliz
aquí sin o que tambié n h aría el trayec to de acá pa ra allá
y el regreso de allá pa ra acá no por un sende ro áspe ro
y subterráneo, sino por otro liso y ce lestial. Dijo E l',
pue s, que era un es pectácu lo digno de verse, el de
ca da alma escogiendo modos de vida, ya que insp iraba
piedad, ri sa y asom bro, por que en la mayoría de los
casos se el egía de acuerdo con los hábitos de la vida
ante r ior. Contó que h a bía vis to a l alma que había sido
de Or feo eligie ndo la vida de un cisne, po r ser tal su
odio al sexo femenino, a raíz de haber muerto a manos
suyas, que no consen tía en nacer p rocreada e n u na mujer; y qu e había vis to también el alma de Tá mi ras escogiendo la vida de un ruiseñor, y, a su vez, a un cisne
REPÚBLICA X
495
que , e n su elecci ón , t ro ca ba su modo de vida por uno
hu ma no, y de l mismo modo con ot r os a nimales cantores. Al al m a qu e le tocó en suerte se r la vigés ima la b
vio eligie n do la vida de un león : e ra la de Ayante Tel amonio, que, recordando el ju ici o de las armas ", no
quería renacer como hombre . A ésta seguía la de Agam en ón, también en confl icto con la raza hu ma na debido a sus padecimientos, que se intercambiaba con una
vida de águ ila. Al alma de Atalanta le tocó en suerte
uno de los pu estos intermedios , y, lu ego de ver los grandes honores rendidos a un atlet a, ya no pudo seguir de
la rgo sino qu e los cogió. Después de és ta vio la de Epeo , c
hijo de Pa nopeo. que pasaba a la na turaleza de una m uje r arte sana; y lejos, e n los últimos puestos, d ivisó el
alma del hazme rreír Tersites, que se reves tía con u n
c ue r po de mono; y la de Ultses. a quien por azar le tocab a se r la últ ima de todas, que av anzaba para hacer su
elección y, con la a mb ición abatida por el recuerdo de
la s fa t igas pasada s, b u scaba el modo de vida de un par ·
ticula r ajeno a los cargos públicos, da ndo vueltas m uc ho tie mpo; no si n dificultad halló una que quedaba en
algú n lu ga r, menospreciada por los dem ás , y, tras ve rla, d
dijo que habría ob rado de l m ismo modo si le hubie ra
tocado en sue r te ser la p r imera , y la eligió gozosa, Análogamen te, los a n imales pas aban a hom b re s o a ot ros
animales, transformándo se los inj u stos en sa lvajes y los
ju st os en mansos; y se efec tu a ba todo t ipo de m ezcl as,
Una vez que todas la s al ma s escogieron su modo de vida, se ace rcab an a Láquesis en el orden qu e les ha b ía
I
O"
...... "'a
11 eL en Od , XI 543-547 1;.5 pal ab ras de Ulise s: .,ólo la p., ycht!
de Ayanle Telamonio pe rmanecí a a d isla ncül, enoja da por mi vic to ria
en el ju icio que Se celeb ró cerca d e las naves, por las almas de Aqu iles; e! c ual fue d ispuesto po r la divi na madre de! héroe y ta lla do po r
los h ijos de lo s troya nos y po r Pa las Atenea ", (Cf. R.
The Greek
:.l ylhs, 2, 165, págs. 321 y stgs.)
t,tU "'''-
",
1 "" \\ll :rY
2
496
DIÁLOGOS
tocado. Láques is hizo q ue a ca da una la a co m pañ a r a
eel de monio qu e hab la escogido, como gua r diá n de s u
vida y ejec u to r de ·s u elec ción. Ca da demonio cond ujo
a su a lma has ta Clo to , po nié ndola bajo sus m a no s y bajo la rota ci ón del huso q ue e lato ha cí a girar , r atifican.
do as! el destino que, de a c ue rdo co n e l sort eo, e l a lma
hab ía escog ido.. Des pués de haber toc ad o el h uso. el d em onio la cond u jo hacia la tra ma de At ropo , para que
10 que había s ido hilado por Cloro se hic ie ra ina lterabl e.
6 21.. y de allt , y sin vo lve r a trás, hasta por debajo de l trono
de la Neces idad, pasando a l otro la do de éste . Despué s
de q ue pasaron tamb ié n la s demás. marcharon todos
hacia la pla nici e del Olvido . a través de u n calo r terr-i ble y sofoc a n te. En efec to. la pl anicie estaba des ie r t a
de á rboles y d e c ua nt o c rece de la tierra. Llegada Ia
tarde. acamparon a la orilla de l rí o de la
c uyas ag uas ninguna vasija pue de retene r las. Toda s las
al mas es taba n o bliga das a bebe r una medida de agua.
pero a algu nas no las prese rvaba su sa bi d u ría de beber
m ás a llá de la m ed ida . y a s í. tras beber. se olvidaba n
b de todo. l uego se du rmier on, y en m ed io de la noche
hu bo un t rueno y u n te r remot o, y bruscamen te las alm as fueron la nzadas desde a llí -unas a un la do, otras
a o t ro- haci a a rriba . co mo es t rellas fugaces. para s u
naci m ie nto. A Er se le impidi ó be be r el a gua; po r dónde
y cómo re gresó a su c uerpo, no lo supo. s ino que sú bita me nt e leva ntó la vist a y. a l alba, se vio te nd ido sob re
la pi r a.
De es te modo , Gla ucón, se sa lvó el re la to y no se
e perdió , y t ambién pod rá sa lva rnos a no so t ros. s i le hace mos ca so, de mod o de a travesar el río del Olvido manten iendo inmac u la da nu est r a a lma. Y si m e c reé is a mí,
te n iendo a l a lma por inm ort al y c a paz de mantene r s e
fir m e ante todos los m a les y todos los bienes, no s a te ndremos s iem pre a l ca m ino que va ha ci a arriba y practicarem os en to do senti do la justic ia acompañada de sa-
REP ÚE U C A X
497
b idu r¡a, pa r a que seamos a m igo s e nt re nosot ros y con
los di oses , m ientras pe rm a nezca mos aq u í y c ua ndo no..
llevem os lo s prem ios de la justic ia , tal co mo los r ecoge n los vencedores. Y, t an to aq u í como e n e l via je de d
m il anos q ue he mos desc r ito, se remos d icho sos.
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La estruct ura de la obra
La cro nologí a ab so lu ta
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La cronología relativa
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Los pe rsonaj es y su participaci ón en el diá,.
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Plat ón y el totalitarismo
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VI
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Lib ro X
DIÁLOGO S
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