28 de julio de 1956 – 18 de julio de 1962 Aspecto económico y financiero[editar] Prado tuvo desde el principio afrontar una difícil situación económica, pues el anterior gobierno (el de Odría), poco antes de finalizar, había elevado demagógicamente los sueldos y salarios, sobre la base de rentas comprometidas por el término de 5 años y no debidamente financiadas.1 Ello, obviamente, debilitó seriamente la economía nacional. A ello se sumó la recesión o declinación de los negocios que los Estados Unidos sufrieron desde 1957. Ello originó que los precios de los productos de exportación del Perú bajaran, y por lo tanto, los dólares o divisas empezaron a escasear. Consiguientemente, la moneda nacional (el sol de oro) fue perdiendo valor frente al dólar, pero el gobierno, en vez de proceder a la devaluación en frío y a tiempo, fue manteniendo artificialmente la cotización del dólar en 19 soles, entre 1956 y 1958, hasta que se agotaron las reservas del Banco Central. Para enfrentar esta situación, Prado nombró, como ya hemos visto, a Pedro G. Beltrán como ministro de Hacienda y presidente del Consejo de Ministros. La misión de Beltrán era poner en orden las finanzas, equilibrar el presupuesto y estabilizar la moneda, lo que se logró, no sin antes adoptar medidas antipopulares como el alza de la gasolina, el recorte de los subsidios a los alimentos y el aumento moderado de la carga tributaria. La moneda peruana se fortaleció y estabilizó frente al dólar, a la tasa de 27 soles por dólar. El Banco Central de Reserva del Perú reconstituyó sus fondos disponibles en oro y en monedas fuertes. A partir de 1960 el presupuesto dejó de ser deficitario y tuvo superavit. El Banco Central reconstruyó sus fondos disponibles en oro y en monedas fuertes. En cambio, no se pudo reducir los gastos fiscales. Entre los años de 1959 a 1961 se produjo una considerable recuperación económica, no solo como consecuencia de la política liberal aplicada por Beltrán, sino por la mayor demanda de algunos productos de exportación, tales como los derivados de la pesca, el algodón, el azúcar, el petróleo crudo, el cobre el plomo y otros minerales. Las exportaciones, que en 1959 llegaba a 314 millones de dólares, pasaron en 1960 a 540 millones. En particular, la industria pesquera tuvo un repunte espectacular, por obra de un empresario peruano, Luis Banchero Rossi. Los servicios de las deudas interna y externa consolidada fueron pagándose con regularidad. Aspecto social[editar] En esos años se desarrollaron mucho las migraciones de la sierra y se incrementaron las barriadas en torno a Lima, al punto de hablarse del “cinturón de miseria” que empezaba a rodear la capital. En general, Prado no hizo mucho por mejorar la situación y condición de las mayorías nacionales que continuaron viviendo en pésimas condiciones. Al aproximarse el final del gobierno, el descontento popular era innegable. Menudearon las huelgas y se hicieron protestas bulliciosas y hasta violentas en las calles. Además de la política económica, se criticaba la propia personalidad del presidente, de tendencia pomposa y frívola en momentos difíciles. Aspecto internacional[editar] Se hizo una enérgica defensa de los derechos del Perú ante la campaña desatada por el Ecuador en América para desconocer el Protocolo de Río de Janeiro de 1942. Se rompieron las relaciones diplomáticas con Cuba tras el triunfo de la revolución castrista y su orientación hacia el bloque soviético. El Perú se integró a la Alianza para el progreso que el entonces presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy propició como medio para el desarrollo de América Latina. Se firmó un convenio con Bolivia para el aprovechamiento de las aguas del Lago Titicaca para obras de irrigación en áreas aledañas y comunes a ambos países. El Perú recibió la visita oficial del vicepresidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, la del presidente electo de la Argentina, Arturo Frondizi, la del presidente de HondurasRamón Villeda Morales, la del príncipe japonés Takahito Mikasa, la del Presidente de México Adolfo López Mateos y la del de Cuba Oswaldo Dorticós. Obras importantes[editar] Fomento y obras públicas[editar] Se creó el Fondo Nacional de Desarrollo Económico en cada departamento para la ejecución de obras públicas como una manifestación de descentralismo administrativo. Se otorgó toda clase de estímulos a las mutuales de vivienda para la construcción de casas. Se iniciaron carreteras de penetración, como en la zona del Apurímac, para el objetivo de conquistar la ceja de Montaña. Se entregó al tránsito la vía que une la costa con Chachapoyas, y se amplió la autopista Lima-Chosica y Balsas-Laymebamba. Se trazó un ambicioso plan de electrificación para el país, tanto para dotar de energía eléctrica a los pueblos, como para fines industriales. Se puso en servicio 57 hidroeléctricas en varios pueblos y se planearon otras obras eléctricas en diversos departamentos. Se inició la construcción de la Central Hidroeléctrica de Machu-Picchu. Hubo un gran desarrollo de la minería. En los años finales del gobierno se dio un apreciable aumento en la producción de cobre y hierro, debido, sobre todo, a la explotación de los yacimientos de Acarí y Toquepala. En cuanto a la producción petrolera, en los primeros años del gobierno esta cubría en un 70% el consumo nacional, destinándose el 30% para la exportación. En lo concerniente a las irrigaciones, se concluyeron las obras de construcción de la represa de San Lorenzo, en la irrigación del Quiroz; la de El Frayle, primera etapa de la irrigación de La Joya; la derivación de las lagunas de Orcococha y Choclococha al río Ica; las de Churcampa en Huancavelica y de las pampas de Sicaya y Orcotuna. Entraron en funcionamiento los hoteles de turistas de Cajamarca, parte del Albergue de los Baños del Inca en la misma ciudad y la Avenida de La Marina en Lima. El 2 de julio de 1961 se realizó un Censo Nacional, que registró para el Perú una población de 10’420,357 habitantes. Desarrollo industrial[editar] Se dio la Ley de Promoción Industrial, que impulsó el aun incipiente desarrollo industrial del país. Se implantó la televisión en el Perú, amparada por la Ley de Promoción Industrial (1958). Poco después surgieron las primeras estaciones televisivas. Se instaló una planta siderúrgica en el puerto de Chimbote, con la que el país pretendía emular los esfuerzos de industrialización de otras naciones latinoamericanas. Chimbote además era ya el puerto pesquero más importante y su crecimiento explosivo fue uno de los fenómenos sociales más saltantes de esa época. Empezó el despegue de la industria de la harina de pescado, hasta convertir al Perú en la primera potencia pesquera del planeta, mérito que se debió a un talentoso empresario peruano: Luis Banchero Rossi. Política agropecuaria[editar] Durante el verano de 1958-59 la región de Puno fue escenario de una desastrosa sequía que hizo estragos en la población. Para superar esta crisis, se nombró una comisión para la ayuda de los pueblos afectados con la contribución del gobierno de los Estados Unidos, que donó alimentos y se formó la Corporación Nacional de Alimentos con el fin de facilitar su conservación y comercialización. Para fomentar el desarrollo de la ganadería se eliminó los precios topes a la carne, declarándose el comercio libre, y con el mismo propósito se elaboró el «Plan Regional del Sur», entidad encargada del estudio de la aplicación de la ayuda financiera proporcionada por el fondo especial de las Naciones Unidas. Se trazó un vasto plan para el desarrollo de la agricultura. En la selva se desarrolló un vasto programa de fomento agropecuario y de colonización. La ganadería se intensificó con la importación de sementales vacunos Holstein y Brown Swiss Para estimular el comercio de la lana se dio la Ley 12817, que estableció la vigencia de la tasa única a la exportación de este producto. Ante la demanda campesina de una reforma agraria, el gobierno se limitó a la creación de un Instituto de Reforma Agraria y Colonización (IRAC), con el «fin inmediato de estudiar, proponer y en lo posible, poner en práctica las medidas necesarios para aumentar la superficie cultivada colonizando la selva, difundiendo la pequeña y mediana propiedad y procurando preferencialmente el establecimiento de granjas familiares», cuyos estudios fueron retomados por los gobiernos siguientes. Defensa nacional[editar] Se adquirieron los nuevos cruceros BAP Almirante Grau y BAP Coronel Bolognesi que vinieron a reemplazar a los primeros cruceros de nombres similares que habían sido adquiridos hacía 50 años atrás, en el primer gobierno de José Pardo y Barreda. Prestarían servicios hasta inicios de los años 1980. Se adquirieron diversas unidades auxiliares para la marina de guerra: el remolcador Guardián Ríos, el destroyer Almirante Villar, las corbetas Gálvez y Diez Canseco. Se construyeron el Ilo, el Atico, el Lomas, el Paita y el Zorritos, en los astilleros del Servicio Industrial de la Marina (SIMA). Se creó el Comando Conjunto de la Fuerza Armada, institución que agrupa los comandos de las tres armas defensivas de la República: Ejército, Marina y Aviación. Los servicios de aeronáutica fueron ampliados y se dio considerable impulso al desarrollo de la aviación civil. Entró en funcionamiento la primera Escuela de Aviación Civil, en Collique. Se dotó a la Escuela de Paracaidistas de los medios necesarios para el cumplimiento de sus fines. Política educacional[editar] Como primer paso para dar solución práctica a los problemas del sector de Educación, fue reorganizado el Ministerio de Educación y se realizó un censo de la realidad educativa del país. En aras de la descentralización administrativa en el ramo se crearon las sedes regionales de Piura, La Libertad, Tacna y Cuzco. El presupuesto asignado al ramo aumentó considerablemente, pues de 559'000000 de soles del año de 1956, subió a 2,266'000,000 en 1962. Se hizo una reforma de la educación secundaria, que se dividió en Letras y Ciencias a partir del cuarto año. Se fundaron las escuelas normales de Chachapoyas, Piura, Chiclayo, Huancavelica, Huaraz, Tacna, Arequipa y Urubamba. La Escuela Normal Superior Enrique Guzmán y Valle pasó a depender del Ministerio de Educación Pública. En lo concerniente a la enseñanza superior, fue reorganizada la Escuela de Bellas Artes, y se crearon las universidades nacionales de la Amazonía Peruana, San Luis Gonzaga de Ica, Técnica de Piura, Técnica del Altiplano en Puno, Nacional del Centro en Huancayo, Técnica de Cajamarca, Nacional de Lambayeque y las privadas Cayetano Heredia, Lima y San Martín de Porras en Lima y Santa María en Arequipa. La Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga fue restablecida después de muchos años de estar clausurada. Se aprobó el “pasaje universitario”, que permitía a los estudiantes universitarios pagar la mitad de la tarifa en los autobuses del servicio público.