La bruja bella y el solitario; Ana María del Río LA BRUJA BELLA Y EL SOLITARIO (Ana Maria del Río) LA BRUJA BELLA En Santiago, en un antiguo barrio (Gorbea con Av. España), en un castillo muy limpio y ordenado, vivía una bruja muy bella y malvada, de melena morada. Brujerías conocidas, Chasqueó los dedos y el Mapocho se llenó de ranas azules, arriscó la nariz y llovió tinta china y un miércoles se robó una campana y al sonarla tres veces las sillas de los colegios salieron por la ventana y aterrizaron en el parque forestal, formando una torre y nadie tuvo más clases. EL CASTILLO PERFECTO Se posaba en su ventana a pensar en sus maldades, pero no podía pensar si había el más mínimo desorden en el castillo. EL SOLITARIO En el mismo barrio vivía un solitario, tímido, frágil, pelo castaño y poca estatura, no sabía manejar, cambiar tapones, destapar lavatorios, cambiar balones de gas.(Gorbea con República), sin amigos excepto Send su paloma mensajera. Cada día a las 5 cruzaba al almacén La Toyita a comprar pan, lechuga y mortadela. LA FORTALEZA DEL SOLITARIO Su fortaleza estaba en su habilidad para escribir, contaba aventuras de piratas y de selva e historias de amor. LA BRUJA DESDE LA VENTANA Un día el solitario la vio en la ventana y se acercó a verla mientras se peinaba, nunca vio una mujer tan bella. No se atrevió a entrar y salió corriendo dejando su paquete y su boina negra en la vereda (Blas Alone) EL SOLITARIO SUEÑA Sólo soñaba con ella y la veía por todos lados. No podía ni escribir, y entonces se le ocurrió : escribirle cartas. LOS MENSAJES DE AMOR Había escrito 4 altos de cartas, pero cómo mandarlas. Send las llevaría. Pero no veía a la bruja que se hacía invisible. Dejó la carta bajo la puerta. ANONIMOS INUNDAN EL CASTILLO LOS Ella los consideraba anónimos y los botaba. Se empezó a ensuciar su castillo con tantos papeles, lo que la enojaba mucho. Quemaba las cartas en el patio y su pelo olía a humo. LA REUNION DE BRUJAS No pudo atender a sus amigas porque tenía desorden, ellas se alegraron de que se estuviera poniendo delgada y fea. Ella subió y vio a Send con una carta, la atrapó y le amarró una pata con un hilo invisile, la siguió hasta la casa del solitario, lo vió tan frágil que le dio pena y luego su corazón se ensanchó. EL ENCUENTRO Llegó ella hasta su puerta y le preguntó por qué le escribía, él no podía hablar, ella le reclamó la cantidad de papel, él la llevó a su escritorio para leerle las cartas. EL AMOR Le leyó 178 anónimos, ella se enamoró y le besó sus manos, ella lo abrazó también. Se fueron caminando al almacén y compraron dos marraquetas en vez de una y palta y huevos.