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LA ACCIÓN DEL JUICIO DE AMPARO

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LA ACCIÓN DE AMPARO
2. LA ACCIÓN COMO DERECHO SUBJETIVO PÚBLICO
Se dice que la acción es un derecho, porque el mismo se encuentra establecido en la ley, e impone
como obligación correlativa del órgano estatal, al cual se dirige, al de resolver afirmativa o
negativamente lo que se le plantea; igualmente, se dice que tal derecho es subjetivo, porque constituye
una facultad potestativa (no obligatoria), conferida al gobernado por el derecho objetivo para reclamar
al gobierno la prestación de servicio público a que está obligado; y por último, la acción es pública,
porque significa una facultad del gobernado frente al Estado como entidad de derecho público y porque
el contenido del objeto que se persigue es de carácter público.
2.1 Concepto de la acción amparo

Que es un derecho, que es subjetivo y además público, para lo cual respecto a estos tres
conceptos nos remitimos a lo señalado líneas atrás.

Que tal derecho es potestativo; es decir, que corresponde a la persona que se sienta agraviada
en sus garantías individuales decidir si lo promueve o no (no es obligatorio).

Que cualquier persona, latu sensu, ya fuere física o moral, nacional o extranjera, organismo
privado o público, puede acceder al mismo si se siente vulnerado en su esquema jurídico de
derechos constitucionales.

Que como facultad potestativa del gobernado, emerge una correlativa obligación del Estado de
atender la misma, para lo cual corresponde en competencia originaria conocer de la misma al
Poder Judicial Federal.

Que el juicio de amparo sólo procede concretamente contra actos de autoridad en el ejercicio
de sus funciones; y ahora en virtud de la reforma operada a la ley de la materia publicadas en el
Diario Oficial de la Federación del dos de abril del 2013, de manera expresa se reconoce
también la posibilidad de promover esta acción contra actos de particulares en la forma y
términos que prevea la misma legislación, cuando éstos realicen actos equivalentes a los de
autoridad que afecten derechos en los términos de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y la propia Ley de Amparo.
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
Que el objetivo final que persigue el promotor de la acción (quejoso directo) es lograr que en
caso de existir violación a sus garantías constitucionales se le restituya en el pleno goce de las
mismas.
2.2 Sujetos de la acción de amparo
Sujeto activo; sujeto pasivo; causa; objeto y autoridad que conoce del juicio.
Al respecto de lo anterior, hemos de establecer que el sujeto activo se ve identificado con la
persona (física o moral, nacional o extranjera), que estima se le han vulnerado sus garantías; es
decir aquel que considera haber resentido un agravio con motivo del acto de autoridad o
particular que vulnera su esfera de derechos constitucionales y/o fundamentales.
La causa que se identifica con el derecho de acción o de pedir, misma que a su vez se subdivide
en remota, la situación jurídica concreta de que se deriva; y próxima o pretendi, que lo
constituye la finalidad última del promotor de amparo, que es la del lograr la declaratoria de la
autoridad Judicial Federal sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto autoritario
reclamado; el objeto, que lo constituye el lograr la prestación del servicio público jurisdiccional;
y la autoridad ante quien se pide, lo es lógicamente por disposición constitucional (art 103) el
Poder Judicial Federal.
2.3 Partes en el juicio de amparo
Ahora bien, dentro del juicio de amparo es el artículo 5 de la ley de la materia, la que establece
expresamente quiénes pueden ser considerados como parte dentro del procedimiento,
señalando que son partes:
1. El quejoso,
2. La(s)autoridad(es) responsable(s),
3. El tercero interesado,
4. El Ministerio Público Federal,
2.3.1 Quejoso (anteriormente denominado agraviado)
Parte fundamental del juicio de amparo, lo viene a constituir precisamente el incitador de su iniciación;
es decir, aquella persona que estima se le han violentado por parte de una autoridad o un particular, sus
garantías constitucionales y/o derechos fundamentales.
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Estimamos que es pertinente aclarar que conceptualmente hablando no es lo mismo agraviado que
quejoso, ya que indiscutiblemente no podemos hablar del segundo sin la previa existencia del primero.
Veamos, para que exista un quejoso desde el punto de vista de nuestra materia, primeramente,
debemos reconocer la preexistencia de una persona(s), latu sensu, que creyere haber resentido un
agravio o menoscabo en el cúmulo de sus derechos ya fuere constitucionales y/o fundamentales por
parte de un acto proveniente de autoridad en el ejercicio de sus funciones; o de un particular, actuando
éste en paralelo a un verdadero acto autoritario. Por el contrario, ese agraviado simple se torna como
quejoso, cuando ejercita su acción constitucional y ésta le es admitida, formal y materialmente, por
parte de la autoridad competente, cualidad denominativa la cual conserva durante todas las fases
procesales del juicio.

Tipos de quejoso
Existen dos tipos de personas reconocidas legal y teóricamente, siendo éstas las personas físicas; y las
personas morales (privadas u oficiales).
a) Persona Física
Se entiende por persona física a aquel ser que desde el momento de la concepción adquiere
vida; y deja de serlo, al perder la existencia declarada legalmente. Dentro de este rubro, juega
vital importancia la institución procesal relativa a la capacidad, entendida ésta, como la facultad
de ser susceptible de derechos y obligaciones, dividiéndose de ello en capacidad de goce y
capacidad de ejercicio; la primera se adquiere en la concepción y se pierde con la muerte legal;
y la segunda se adquiere con la mayoría de edad o la emancipación y se pierde con la muerte
legal o el Estado de interdicción declarado legalmente.
Por regla general, dichas personas, debido a que tienen restringido su capacidad de ejercicio,
pueden acceder a la acción de amparo por medio de sus representantes legales, que lo vienen a
ser aquellas personas que ejercen sobre los mismos la patria potestad, o cualquiera de las
formas derivadas de ésta, sin embargo, tal exigencia legal de acceder al juicio de amparo por los
mismos a través de sus representantes legales tiene conforme a la ley de la materia las
siguientes previsiones:

Cuando el representante legal del menor esté ausente para efectos de comparecer a juicio, y
aunque en la ley no se diga expresamente podemos establecerla como tal; y

Cuando el representante legal del menor se halle impedido para actuar.
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El juzgador de amparo tiene la obligación de suplir la deficiencia en caso de violación o agravios
realizados al menor, incapaz; o, mayor en estado de interdicción directamente quejoso en contra del
acto reclamado en cualquier materia.
Por otro lado, las personas físicas mayores de edad y emancipadas con motivo de su matrimonio,
pueden acceder libremente al ejercicio del juicio de amparo conforme lo dispone el artículo 6 de la Ley
de Amparo, ya fuere de manera directa o por medio de sus legítimos representantes (apoderados,
defensores en causas penales) e incluso por cualquier persona en los casos expresamente autorizados
por la misma Ley de Amparo.
b) Personas morales de derecho privado y derecho público.
Sobre el punto de las personas morales de derecho privado, es viable destacar que las mismas
también tienen la cualidad de gobernados desde el momento en que las mismas son legalmente
constituidas en escritura pública, autorizadas por la Secretaría de Economía y con domicilio en la
República Mexicana, debe decirse que la representaciones de tales entes jurídicos está en
manos de los denominados representantes legales de los mismos, calidad que debe ser
demostrada al momento de la presentación de demanda de amparo, ello mediante el
acompañamiento del poder o mandato respectivo que acredite tal carácter.
Por otro lado, debe entenderse por los entes morales oficiales aquellas dependencias
gubernamentales que en determinado momento, fungen como gobernados frente a algunos
actos de autoridad, y que en virtud de tales actuaciones puedan sufrir un perjuicio en su esfera
jurídica estrictamente patrimonial, teniendo entonces la posibilidad de presentar la acción de
amparo por conducto del funcionario que según determine la Ley Orgánica respectiva.
c) El ofendido por el delito
Iniciaremos por establecer que la persona denominada víctima u ofendida por un delito, es aquélla que
ha resentido en su persona, bienes, propiedades, posesiones o derechos un quebranto o menoscabo
con motivo de una conducta criminal; de ello, puede decirse que los mismos tienen la legitimación
activa para exigir, en primera instancia y ante el juez de lo penal respectivo, lo denominado
técnicamente como reparación del daño causado con motivo de la conducta delictiva, reparación, que
de no ser garantizada o satisfecha por la autoridad judicial criminal, permitiría a tal ofendido, acceder a
la acción de amparo.
d) Extranjeros
Debemos referir que por disposición expresa del artículo 1 de nuestra Constitución, todo extranjero por
el sólo hecho de entrar a territorio nacional o tener propiedades, posesiones, o derechos en el mismo,
gozará de las garantías y prerrogativas que dicho ordenamiento legal o tratados internacionales en vigor
conforme al derecho positivo mexicano, se otorgue a sus nacionales; precisamente de tal principio
rector, es válido determinar que también las personas morales extrajeras, al estar en alguno de los
supuestos arriba referidos; y, sufrir algún menoscabo en sus garantías constitucionales con motivo de un
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acto de autoridad en el ejercicio de sus funciones; o de un particular actuando paralelamente como ente
de autoridad se le reconoce su derecho de acudir en demanda de amparo.
2.3.2 LA AUTORIDAD RESPONSABLE
Se ve identificada como la parte demandada en el procedimiento constitucional; lo pueden ser
autoridades propiamente dichas, independientemente de su aspecto formal, así como también
particulares cuyas funciones estén determinadas por una norma general.
Al respecto de este punto, Ignacio Burgoa refiere que por autoridad responsable para los efectos del
amparo se debe entender a “aquel órgano estatal investido de facultades de decisión y ejecución, cuyo
desempeño, conjunto o separado, produce la creación, modificación o extinción de situaciones
generales o especiales, jurídicas o fácticas, dadas dentro del estado, o su alteración o afectación, todo
ello en forma imperativa”.
El acto de autoridad para que sea tal y factible de reclamación a través del juicio de amparo debe ser
unilateral, al no requerir para su existencia y eficacia jurídicas el concurso de la voluntad o
consentimiento de su destinatario; igualmente, debe ser imperativo, es decir, que exista la obligación
del destinatario de acatarlo; y, por último, que ha de ser coercitivo, lo cual implica la capacidad del
estado de hacer valer sus determinaciones aún contra la voluntad del particular.
Emana la existencia dos tipos de autoridades responsables propiamente dichas para los efectos de
nuestro juicio de amparo, a saber:
1. La autoridad responsable ordenadora; y
2. La autoridad responsable ejecutora.
De lo último mencionado, podemos colegir de nuestra parte que por autoridad responsable debe
entenderse a: aquel ente, físico o colegiado, ya fuere formal y/o materialmente considerado como
autoridad; y/o un particular actuando como aquel con base al cumplimiento de una norma de carácter
general, que actuando frente a un gobernado en el ejercicio de las tareas del gobierno impone un acto
de manera unilateral, el cual merma o puede mermar las garantías constitucionales o derechos
fundamentales del mismo.
Una autoridad para los efectos del juicio constitucional de amparo es alguien que emite u omite un acto
con las características de unilateralidad u obligatoriedad con que deben estar investidos las actuaciones
propias de un ente autoritario.

También a los organismos descentralizados se les considera como autoridades responsables
para los efectos del juicio de amparo.
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2.3.3
EL TERCERO INTERESADO COMO PARTE DEL JUICIO DE AMPARO
El tercero interesado es la persona que ha visto favorecida con el acto de autoridad (ley,
acto u omisión), que reclama el quejoso en el juicio constitucional y de ahí que tenga interés
en que subsista para todo efecto legal el mismo, volviéndose, por ende, colitigante de la
autoridad responsable para los efectos del juicio constitucional.
Al respecto del tercero interesado, el artículo 5, fracción III de la Ley de Amparo
conceptualiza cinco hipótesis, señalando que con tal carácter pueden intervenir en el
procedimiento constitucional los siguientes:
1. La persona que haya gestionado el acto reclamado o tenga interés jurídico en que
subsista.
2. La contraparte del quejoso cuando el acto reclamado emane de un juicio o controversia
del orden judicial, administrativo, agrario o del trabajo; o tratándose de persona extraña
al procedimiento, la que tenga interés contrario al del quejoso.
3. La víctima del delito u ofendido; o quien tenga derecho a la reparación del daño, o a
reclamar la responsabilidad civil cuando el acto reclamado emane de un juicio del orden
penal y afecte de manera directa esa reparación o responsabilidad.
4. El indiciado o procesado cuando el acto reclamado sea el no ejercicio o el desistimiento
de la acción penal por el Ministerio Público.
5. El Ministerio Público que haya intervenido en el procedimiento penal del cual derive el
acto reclamado, siempre y cuando no tenga el carácter de autoridad responsable.
2.3.5 EL MINISTERIO PÚBLICO FEDERAL COMO PARTE DEL JUICIO DE AMPARO
Al nacimiento del juicio de amparo se le añadió la se ser el garante de que el procedimiento
constitucional se iniciara, continuara y resolviera conforme a la legislación aplicable, velando por que su
resolución fuera estrictamente apegada a derecho.
La función que en la actualidad tiene el Ministerio Público Federal es el curso del trámite del juicio de
amparo es realmente poco activa y de menor trascendencia para el resultado del litigio, tanto en lo
principal como en los incidentes.
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