Una cuestión de moralidad 1 Una cuestión de moralidad Por Gustavo Lázaro Lipkin Introducción: Muy probablemente en las grandilocuentes afirmaciones cotidianas, en las intuiciones mas universalizadas, en aquellos miedos sin razón, en las pequeñas y simples afirmaciones, encontremos la clave para verificar al lenguaje normativo y todos los problemas que encierra en su interpelación con los grupos de personas. Es muy común que una persona le replique a otra con una serie de calificativos, rótulos o estigmas, tal cual sea la intención de los interlocutores.De allí que haya que desentrañar de las afirmaciones cotidianas, su verdadera significación teórica para poder afirmar así que en realidad se dijo lo que se quiso declarar o proclamar.Palabras y argumentos en el sentido de afirmar, "Lo que Usted dijo, lleva a un régimen de persecución en las opciones privadas"; "Usted es un conservador"; "Usted es un fascista"; "Les pido disculpas, lo que dije fue en broma"; "Aquel que propone un problema relacionado a minorías marginadas, no se da cuenta que mañana pueden hablar de él, en el mismo sentido discriminatorio"; "Es incompatible con la política liberal atacar minorías, ya que eso es lo que hizo Hitler"; "La homosexualidad, es natural, algo así como un diferente tipo de sexo"; "Es censura prohibir una programación en la televisión abierta o cerrada". Por supuesto, parece simple de comprender que afirmaciones tales como "Es censura prohibir una programación en la televisión abierta o cerrada", no afecta la sensibilidad moral de cualquier padre de familia, en especial frente a aquellas con escenas de violencia o erotismo extremo y antes de un horario determinado (por ejemplo diez u once de la noche), ya que la censura en ese caso sería correctamente interpretada como el ejercicio regular de un derecho o, inclusive o evaluar con mérito a quien cuida a los menores de ese tipo de programación.- Una cuestión de moralidad 2 Sería inapropiado llamar a cualquier ciudadano promedio “censor” o “intolerante” cuando pretende no consumir películas o muestras con alto contenido erótico (no pornográficas) y pretender que sean transmitidas en canales especiales o cines acondicionados sólo para ello, ya de lo contrario podría tomarse desprevenido al televidente o a quien concurre a una sala y, a su vez no está dispuesto a tolerar esa estética, ya sea por sensibilidad o, porque la considera impropias o desagradables1. Como podemos observar, admitir o rechazar a la censura sin más es una argumentación metaética muy ligada al objetivismo moral, ya que sólo se puede defender adoptando posturas perfeccionistas o paternalistas.En cambio, tomar su rechazo como un principio relativo, es admisible, desde mi punto de vista, a través de la división liberal entre planes de vida públicos y privados, es decir, se la puede la ejercer si ésta es compatible con la libre elección de planes de vida privados.Por lo visto, se busca un equilibrio para evitar incumplir con el deber impuesto por la tolerancia, que se verifica, en el ejemplo, en una práctica lingüística que se expresa aproximadamente así, "Aquel que no permita sin razón suficiente ver una muestra escénica o programación televisiva será pasible de sanción social, consistente en un insulto u ostracismo moral". Tal cosa es así, porque las argumentaciones en favor o en contra de presenciar una determinada programación o película, por un lado no se encuentran sometidas a una evaluación estética determinada y por la otra, si las trabas que para ello se imponen son muchas, sostenidas y sin razón suficiente, la libertad de criterio de los sujetos con Este es el caso de quien considera a la pornografía como una práctica de explotación humana, el sujeto considera profundamente desagradable que se filmen películas de ese tipo y, para remediarlo, dentro de la tolerancia, decide no consumirlas y, se queja por su difusión pública directa insistiendo en la codificación completa y absoluta o, en salas cinematográficas especiales, la protección que desea es para sí y no para menores. Un desarrollo acerca de la tolerancia se puede ver en Walzer, Michael, “Tratado sobre la Tolerancia”, Editorial Piados, 1º edición 1998, pág 92, 93 y 94 de la edición castellana.1 Una cuestión de moralidad 3 aptitud de decisión se vuelve trivial y ello es considerado como incorrecta desde un punto de vista social.Estos puntos de vista, que parecen enfrentados, están justificados en serios argumentos que se hallan sujetos a reglas.Este, será el punto de partida para analizar una polémica que encierra una dialéctica normativa que nos reconduce a un problema acerca de la ontología de las reglas.Trataré de exponer el tema en forma global, ya que la polémica en sí carece, cuando menos para mí, de importancia si la ponemos en forma literal, prefiero hacer de ella una fábula. No hace mucho, en un país, el líder de la religión más difundida y sostenida por el estado, persona que ocupa en dicha tierra influencia moral y por que no política, argumentó en la televisión acerca de la homosexualidad. En esa ocasión dijo que: "se tolera al pecador, pero se enfrenta al pecado, de tal modo que un homosexual que viene al seno de la congregación debe saber que su plan de vida se encuentra muy lejos de la buena y recta razón.”, para tan luego agregar, “Los homosexuales, si quieren imponer sus práctica habituales como modelo alternativo social, lo que deberían hacer es fundar un estado nuevo, donde el presidente lo sea y la mayoría de las ciudadanos la practiquen". Inmediatamente, una comunidad organizada de homosexuales amenazó al líder religioso con acciones legales, ya que a su criterio el clérigo había incumplido con el deber -legal- de no discriminar, que a todo esto es una tibia y programática ley de ese estado. Pero, además, atacaron al religioso con calificativos tales como "nazi", "fascista", "intolerante", "para la mano hermano, te equivocaste", "la homosexualidad es algo natural, las normas y tipo de pensamiento del predicador, es antigua, cuando no hipócrita ya que lo único que hace es ocultarse bajo la tierra, tal como el avestruz y no Una cuestión de moralidad 4 darse cuenta que cada vez hay más cantidad de 'gays', lo que impera hoy en día es el contacto sexual libre, ya que sexo no es sinónimo de apareamiento -reproducción- sino de coito -placer-“. Evidentemente, encontramos dos posiciones enfrentadas frente a un mismo problema, con niveles argumentativos de diferentes. CAPITULO PRIMERO EL PRIMER NIVEL ARGUMENTATIVO: El soberano tras su legislatura.Así, dentro del contexto de nuestro modelo, argumentos y contraargumentos como "se tolera al pecador, pero se enfrenta al pecado..." y "..las normas y tipo de pensamiento del predicador, son antiguas....", evidencian la presencia de reglas ya que ésta dialéctica pretende contraponer la justificación de una presunta falta y, la apreciación que de ella se efectúa en su entorno social, la crítica no está dirigida a la pauta en sí, sino a su validez en el tiempo.La réplica a la forma de pensar del predicador, supone que las reglas del tipo que se utilizan deben cambiar con el tiempo o, su interpretación debe adecuarse al contexto social, cayendo en un error común a muchos pensadores que olvidan que la existencia de cualquier norma social sólo puede ser entendida dentro del marco en que éstas se desenvuelven o, lo que es lo mismo, tomar en cuenta el tipo pauta de que se trate.Ahora, bien, el predicador utiliza para la justificación de la crítica pautas de tipo religioso, que en cualquier caso es fácil comprender que para los que las aceptan, creen que ellas dimanan de un único legislador, de modo tal que salvo que éste cambie de opinión y las modifique, veo oscuro el argumento de la réplica, en cuanto a que trata a la reglas de antiguas.La comunidad de homosexuales lejos de atacar el argumento del clérigo están ratificándolo, en tanto que éste sólo se limita a repetir un dogma o pautas de conductas Una cuestión de moralidad 5 obligatorias para la congregación y, en realidad su disidencia es más con la fuente misma de legislación, en este caso una deidad determinada. Así, en la figura del predicador se puede ver aplicadas sus dos reglas por excelencia, por un lado la caridad, argumento que impone cierto grado de tolerancia por aquel que no forma parte del grupo o, de los criterios de conducta y, por el otro, regular específicamente cuáles conductas son incompatibles con el modelo de vida establecido. CAPITULO SEGUNDO SEGUNDO NIVEL DEL DISCURSO: Sobre la normas.-I.- Introducción: El segundo nivel de discurso, más complicado que el primero de resolver, se verifica cuando las partes afirman enfáticamente: "...de tal modo que un homosexual que viene al seno de la congregación debe saber que tal plan de vida se encuentra muy lejos de la buena y recta razón...."; "...la homosexualidad es algo natural....tipo de pensamiento del predicador, es la tierra, tal como lo hace el avestruz y, no darse cuenta que cada vez hay más cantidad de 'gays', lo que impera hoy en día es el contacto sexual libre, ya que sexo no es sinónimo de apareamiento -reproducción- sino de coito placer-".Estas dos argumentaciones tienen en su formulación varias hipótesis interesantes en analizar, por una lado, la ya casi folklórica distinción entre normatividad y sociedad, naturaleza y cultura, tan para el pensamiento positivista, tesis por lo menos hasta que se demuestre una mejor adhiero y, por el otro, la ontología de las normas, la razón o naturaleza de la moral y, en definitiva, en cuanto a éste último punto, ¿cuándo se considera que una pauta es moral?, ¿tiene derecho una sociedad de dejar al plano de lo estrictamente privado a aquellas prácticas que considera peligrosas, desagradables o, intuitivamente peligrosas?.- Una cuestión de moralidad 6 II.- Las normas y las causas naturales: La distinción entre normas y causas naturales se fundamenta en aquella tesis que sostiene que una cosa es una formulación de hecho, tal como que dado un antecedente digamos A tiene que seguirse B, y otra, muy diferente, que es un enunciado normativo.La formulación normativa sostiene que dado la realización de H1, que es una conducta legislada, se debe seguir una consecuencia C1, que también se encuentra contenida en la norma que se trate, de modo tal que o bien puede ser la sanción para la conducta o un tipo de retribución para un grupo de conductas. 2 A grandes rasgos, la descripción normativa del párrafo anterior, es compatible con la tesis neo-realista de H.L.A. Hart, ya que es un lenguaje sometido a reglas, que sólo puede explicarse si lo hacemos con referencia a un conjunto de normas, como por ejemplo palabras tales como: "..que tal plan de vida se encuentra muy lejos de la buena y recta razón....", presuponen necesariamente una concepción previa que responda a la pregunta sobre ¿qué es tal cosa como la buena y recta razón?. Por otro lado, una buena descripción del fenómeno normativo es utilizada por Bentham y que se denomina "Actos circunstancias"3. Los "Actos Circunstancias", se evidencian en cuanto a que los razonamientos y tipo de vocabulario normativos se dirigen en el sentido que alguna acción deba hacerse o sea correcto realizarla así, de modo tal que su omisión o acción en contrario, es una buena razón para la crítica4. "Teoría Pura del Derecho" segunda edición, autor Hans Kelsen, 1960, Traducción debida a Roberto J. Vernengo, U.N.A.M., 1979 2 "El concepto de Sistema Jurídico" por Joseph Raz, Universidad Nacional Autónoma de México, Traducción debida a Rolando Tamayo y Salmorán. México 1986. 72 y ss";"Essays on Bentham. Jurisprudence and Political Theory" Por Herbert Hart, Oxford University Press, año de edición 1982. No existe traducción Castellana .La tesis del Acto circunstancia es equiparable al siguiente ejemplo: tomemos un punto en el universo aislado, tal cosa es un dejar hacer , un acto circunstancia es un punto que sólo puede ser entendido como uno dentro de un círculo, tal cosa es una norma jurídica o moral.3 Con El Concepto de Derecho (The Concept of Law) autor Herber L A Hart- Traducción castellana, Trad. por Genaro R Carrió - Abeledo Perrot 1982 cap. IV.4 Una cuestión de moralidad 7 Las reglas, se presentan ante nuestros ojos como prescripciones o directrices, que encierran un cierto tipo de crítica y se presentan como una buena razón para su formulación. Además difieren de un conjunto de conductas convergentes donde los Hombres se manejan conforme la pauta, si y sólo si, ante el incumplimiento del deber se le enlaza como condición una determinada consecuencia que se nos aparece como sumamente -o por lo menos lo suficientemente- desagradable. Si esta última postura es lo suficientemente descriptiva, puede darnos la clave para la formulación del presente trabajo y responder a la siguiente pregunta, ¿Cuándo se encuentra justificado que una determinada comunidad rechace una determinada práctica?, o de otro modo, ¿tiene derecho a protegerse una determinada comunidad de prácticas que considera peligrosas, sin que ello implique ser una sociedad conservadora?. Este es el tema que tratare en un tercer nivel del discurso. III.- Sobre los sistemas normativos. Una somera caracterización de los sistemas legales: Cuando me pregunté sobre los lenguajes y su virtualidad de ser la clave a partir de la cual puede reconocerse que estamos frente a reglas5, me encontré que una rama del pensamiento filosófico relacionado con ellas está íntimamente ligado a la idea que entiende que ellas existen "sii" son válidas y, por tanto, en algún sentido son también obligatorias.6 En definitiva la existencia de normas está ligada al hecho de que por alguna razón, que no importa demasiado precisar, las persona se abstienen de realizar conductas, que de otro modo llevarían a cabo, como por el contrario, realizan aquellas 5 En otro trabajo intento demostrar que los jueces en sus formulaciones encierran un determinado conjuntos de principios normativos, que se evidencian en sus decisiones, que se identifican por una serie de criterios de grupo o lo que es lo mismo un tipo de práctica social que se evidencia en un tipo determinado de lenguaje ( normativo ). Una cuestión de moralidad 8 que no desean, todo fundado en la creencia que para el caso de incumplir podrán sufrir un mal al cual no están dispuestos7. De lo dicho se sigue que existe una razón por la cual los sujetos se comportan conforme a la norma y, ella es la descripta aunque sea en segundo grado, es decir una cuestión de razones y motivos para acción8. Si deseamos describir el conjunto de normas que forman parte de un sistema, por ejemplo moral o jurídico 9 , hablamos de su "identidad", en este punto considera Hart que las reglas cumplen en principio con dos roles diferenciados, desde el punto de vista del ciudadano, como razones estándares para la acción y, desde el punto de vista del funcionario, como guía de conducta y justificación de la sanción, aunque tales roles no se dan siempre de este modo. 6 Es decir, una cuestión de razones y motivos para la acción.- Conf. Hart. H.L.A., “Commands and authoritative legal reasons”, en Essays en Bentham”, Clarendon Press, Oxford 1982. De este capítulo hay traducción en la revista Isonomía Nº 6 de abril de 1977, “Mandatos y Razones Jurídicas dotadas de autoridad” con traducción de José Luis Pérez Triviño.7 9 Ver, S.I. Benn y R. S. Peters, "Social Principles and The Democratic State", hay traducción castellana "Los principios sociales y el estado democrático", editorial EUDEBA , 1984, traducción debida a Roberto J. Vernengo, de la primera edición en 1959, "Cuando hablamos de "moralidad" puede suceder que estemos empleando ese término de una manera muy general para referirnos a un sistema de normas que no son jurídicas, pero que sin embargo, reciben una amplia aplicación en nuestra conducta. Inclusive algunos moralistas hablan de una " moral consuetudinaria " . O bien podemos utilizar el término en un sentido más específico para indicar que esas reglas no constituyen simplemente una costumbre, sino reglas sujetas a ciertos criterios especiales propios..." , " Aquí nos ocuparemos de la moralidad sólo en el segundo y más específico sentido del término; esto es, de la moralidad como cosa distinta de la costumbre. Nuestro problema radica en proponer criterios a cuya luz quepa considerar que una regla se convierte en un principio moral." ; " La idea misma de una búsqueda de la verdad implica como válido, entonces, un principio de imparcialidad, conforme con el cual las discrepancias deben resolverse según criterios relevantes....." (Confrontar Pág. 31 a 33). De lo dicho se sigue que debe haber un criterio específico de identificación del sistema ético, en este sentido, en vista a su estricto sentido crítico de las instituciones, parece de perogrullo ofrecer un simple criterio de diferenciación de la moral tanto con otro ordenes normativos, ya que si ésta forma parte de aquellos, la crítica que ofrece sería más una autocrítica, ¿ cómo puedo criticar a una costumbre de inmoral, si la moral forma parte de ella?, ¿ cómo puedo decir que el derecho es injusto, si el derecho depende de la moral?.Precisado el problema, cabe distinguir diferentes criterios de imparcialidad (regla identificatoria del sistema ético), Confrontar Farrell, Martín Diego, "Métodos de la Ética", editorial Abeledo Perrot, Buenos Aires 1994. Una cuestión de moralidad 9 Hart puso el acento en la falta de coacción en las reglas tales como aquellas que otorgan competencias y facultades y de allí logró, a mi criterio, un parámetro donde la coerción no se constituye en una clave para su conceptualización reduciéndola a una mera característica propia de algún tipo específico de ellas, ya que ¿Dónde esta la sanción para el Juez a quien le revocan la sentencia o para quienes le anulan un determinado acto jurídico?. En cambio, los ciudadanos adecuarán su conducta al deber siempre y cuando la conducta contraria, (es decir cometer un hecho ilícito o delito) traiga consecuencias lo suficientemente desagradables como para no realizarla. Estas razones utilitarias, distrajeron la atención de los científicos, de tal modo tal que muchos de ellos afirmaron que un sistema jurídico existe si y sólo si se aplican las sanciones frente a las ofensas, de tal modo que se logre que por lo menos una gran mayoría de sus ciudadanos lo obedezcan frente a la predicción del castigo. En el caso de tesis como la que postulan Alf Ross o John Austin, hablar que un orden jurídico existe por su eficacia no tiene mayores problemas, sin embargo en la tesis de Kelsen, puede traer una serie de problemas interpretativos. La eficacia es un razonamiento sociológico, externo, al cual debe adherir toda tesis donde una norma es conceptualizada por la predicción o por la sanción, que se verifica cuando una persona que comete una ofensa a un deber o al sistema, probablemente será castigada. Como elemento de hecho, la eficacia, cumple un rol tendiente a verificar estadísticamente si un sistema perdura, y ello sucede cuando la primer constitución sigua siendo aquella que confiere facultades a los funcionarios, a su vez, éstos utilicen el conjunto de normas jurídicas que forman parte de la identidad del sistema para castigar a los ciudadanos de modo tal que puedan predecir y saber que para el caso de realizar un Una cuestión de moralidad 10 acto (u omisión) previsto en una prescripción existe una gran posibilidad de ser sancionados, que es lo mismo, que su conducta sea evaluada negativamente. Sin embargo, los razonamientos esbozados soslayan una serie de elementos que hacen a la existencia de un sistema normativo. Un sistema de normas existe cuando una persona o minoría con poder suficiente, o primer minoría, o mayoría simple, 1. se comporte/n de determinada manera; 2. considere/n que efectuar juicios críticos a razón de dicha norma es una actitud correcta; 3. utilice/n a dichos comportamientos correctos como buenas guías de conducta para sus relaciones intersubjetivas y, 4. exista una minoría lo suficientemente corpórea que transgreda dichas guías de conducta.Esta última presentación coloca en segundo plano a la existencia de una determinada constitución escrita o de un soberano 10 cuando menos para justificar la perdurabilidad de un sistema, siempre que cualquier regla del mismo podrá establecer los procedimientos y competencias. El elemento que utilizo es diferente al de la efectividad.El derecho, a diferencia de la moral, está únicamente dirigido a establecer pautas motivadas de comportamientos en grupos secundarios11. 10 11 Una deidad, por ejemplo.- Kingsley Davis, Human Society, The MacMillan Company New York 1948/9, hay traducción castellana "La Sociedad Humana", traducida por Floreal Mazia, revisión técnica Mireya Reilly de Fayard 1965, editorial E.U.D.E.B.A. S.E.M., 1978, Tomo 1. Davis conceptualiza a los grupos secundarios como lo contrario a los primarios. Esta clasificación es "..una de las distinciones mas amplias y fundamentales....." ( pág 275 del Tomo 1 ), siguiendo a Cooley un grupo primario es aquel donde las relaciones se dan cara a cara, estas relaciones se dan en grupos concretos, es decir no se refiere a relaciones entre desconocidos, por ejemplo debe tratarse de un grupo social tal como el de un vecindario - en comunidades pequeñas agregaría -, de juego y principalmente el familiar. En un grupo primero necesariamente se deben dar una serie de datos importantes tales como una identificación, simpatías mutuas, " ...En general se admite que todos los grupos tienden en Una cuestión de moralidad 11 En todo grupo primario debe existir necesariamente identidad en los fines, Davis pone el acento que dicha identidad pocas veces es completa, lo que implica decir que ciertos grados de envidia y resentimientos son parte de ellos. Tal situación es verificable, en relaciones tales como entre madres e hijas, padres e hijos donde puede llegar a existir un altísimo grado de resentimiento, en menor grado envidias, o tensiones generacionales, pero aún así, por tratarse de un grupo primario, existe algún grado de identificación en los fines, un sentimiento de pertenencia y cierta fusión de la personalidad del sujeto con sus miembros. La identidad en los fines es requisito para la existencia de un sentimiento de "nosotros", que es constitutiva de todo grupo primario12. Una nación o sociedad organizada es el grupo secundario por excelencia siempre que las relaciones entre sus miembros no son personales, inclusivas, espontáneas. Las mismas, para el caso de que se dieran cara a cara, son de tipo transitorio, carecen de la intimidad e identificación, inclusive los sentimientos recíprocos no son los mismos, la envidia moderada puede llegar a ser una pauta de motivación, a diferencia de los primarios donde siempre es destructiva y autodestructiva13. A pesar de las diferencias apuntadas, entre los grupos existe un elemento constitutivo, sin el cual no se lo puede considerar como tal, “la identificación”, que se verifica de un cierto numero de personas utilizaren como vocabulario propio a frases alguna medida a poseer un consenso a engendrar un sentimiento de " nosotros " en sus miembros ....Sin sentimiento de " nosotros ", los grupos grandes no pueden mantener su cohesión." ( op citada pág 276 ). Todo grupo social primario debe tener una proximidad física cercana puesto que se puede dar que una familia desunida no necesariamente tienden a crear entre sus miembros sentimientos de grupo e identidad entre las personas. Otro elemento es la pequeñez del grupo primario, siempre que tanto más pequeño mas intimo y se logra una mayor identidad. Con respecto a la duración de las relaciones " Una asociación repetida con frecuencia, como cualquier otra experiencia, se convierte en parte del modo de vida de uno.." ( op citada en pág 279 ), de este modo es la mejor manera de mantener o crear una relación de intimidad.12 Conf Davis, pág 280/281. Conf. J. Rawls, Teoría de la Justicia, 1971, edición castellana del Económica 1978).13 Fondo de Cultura Una cuestión de moralidad 12 como "nosotros somos miembros de.....", o "en nuestra sociedad no aceptamos....", “si es parte del grupo nunca será una minoría....”. Sostiene Davis, que en cierta medida, "...empero, una nación debe ser personalizada, simbolizada, representada y dirigida si se quiere que funcione como grupo"14, de manera tal que la nación o grupo secundario es el conjunto de los grupos primarios que la componen. A pesar de ser el conjunto de grupos primarios, uno secundario tiene formas de control y de medición de las relaciones entre sus miembros en forma absolutamente diferenciadas de aquellos. En los grupos grandes es insuficiente el contacto cara a cara para mantener la cohesión e identidad en los fines. El tipo de control que se utiliza es el de la comunicación indirecta, impersonal, de difícil comprensión a simple vista, aún y por momentos contraintuitivo: el derecho y la economía 15 . Tanto más el derecho, ya que siempre que las pautas económicas del conjunto son, en muchos casos, impuestas por la coacción legal. En el grupo primario, el derecho y la economía, son en principio herramientas innecesarias o secundarias de control. Las relaciones de control de los aludidos grupos primarios se fundan en un código moral que se transmite de generación en generación y que se comparte como algo importante y hasta constitutivo. Es principalmente en los grupos primarios donde se aprehenden las reglas de moralidad que son constitutivas de la sociedad, de allí su importancia superior frente a otras reglas y su vital diferencia, ninguna otra regla puede serle equiparable siempre que ella y solo ella es susceptible de tal función. 14 15 Davis,...op citada pág 287.Davis,...op citada pág 289 Una cuestión de moralidad 13 Las pautas de etiqueta, lenguaje y legales son muchas veces desconocidas por los sujetos, pero las de moralidad y, en menor medida, las de tradición no lo son. En el grupo primario, y en sus relaciones internas, las reglas de derecho son irrelevantes e ineficaces, de lo que se sigue que si existen lo serán por otro tipo de identificación diferente de las de moralidad. Una sociedad existe cuando se verifican una serie de reglas legales y morales, las cuales es importante, pero no necesario, que coincidan en su contenido. Esta falta de coincidencia, puede que sea improbable de hecho, pero verificable e ineludible desde un punto de vista conceptual y lógico. La norma jurídica impone una serie de comportamientos que se evalúan públicamente. Así, la legalidad puede estar destinada a promover un determinado plan de vida "público" y dejar el privado al libre albedrío. Sin embargo, tal cosa puede (y de hecho sucede) no verificarse, por ejemplo, si dentro de una sociedad determinada un grupo pequeño tiene el poder político y militar e impone un plan de vida privado permitido y otros prohibidos, se mantiene en el poder por un largo tiempo y gastan un gran porcentaje de sus ingresos en socializar por intermedio de agresivos planes educativos en tal sentido hasta que ese plan se hace aceptable. En un caso o en otro, donde se permitan o se establezcan planes de vida, los sujetos se encuentran en una comunidad en la cual existe un sistema de normas jurídicas, y ello sucede porque hay una regla social que dispone "es incorrecto ....", lo que equivale a dice "nosotros vemos como malo.....". Esta identificación, se evidencia a través de una regla social, que existe, en alguna medida obliga y puesto que hay un sistema en funcionamiento, se constituye en el medio de control del grupo secundario. Una cuestión de moralidad 14 Debe existir una gran probabilidad que los sujetos incumplan dicha regla para que el sistema exista, por ende debe haber una heterogeneidad de intereses que represente una tensión entre aquello que los sujetos quieren hacer, pero que legal o moralmente, deben abstenerse de realizar. En los grupos secundarios las pautas de moralidad son muchas pero su virtualidad de evaluar conductas del modo, "..es incorrecto mentir y aquellos que lo hacen criticados..", son relativas, ya que algunos las desconocen involuntariamente, otros deliberadamente o, lo que es más probable, no puede precisarse a ciencia cierta que no lo hagan por acción de otros medios de control social (otras razones para actuar). Los miembros de la sociedad se comportan como las reglas legales estipulan, ya sea porque o le temen a las represalias o creen que es útil hacerlo así (o por cualquier otro motivo, el cual no interesa precisar). Sin embargo, un grupo corpóreo -o bien una mayoría dentro de él- debe utilizar la regla e identificarse con ella como guía de conducta si se quiere que el sistema exista puesto que de otro modo, puede suceder que sus miembros se comporten de otra manera diferente a la estipulada, es decir, identifique otra forma de control social. Que cambie el sistema jurídico no implica que cambie la sociedad, simplemente cambian las formas de relacionarse intersubjetivamente, empero, si no existe cohesión de intereses no existe grupo alguno, los que nos lleva a afirmar que en un grupo siempre debe existir -por lo menos- un sistema de reglas de comportamiento, sea cual fuere su contenido. Esta identificación es en cierto sentido un elemento importante para la existencia del sistema jurídico porque explica cuando en el contexto de una sociedad sus miembros se relacionan de tal modo y, además, resulta correcto para ellos hacerlo así. Obedecen a las reglas jurídicas porque tienen la obligación -en el caso de leyes donde existe una presión grave e insistente- y, además, se sienten con el deber. Una cuestión de moralidad 15 El reconocimiento de las formas de relacionarse intersubjetivamente y la moralidad pueden coincidir en contenidos y, hasta es útil que sean intercambiables, pero de ello no se sigue que existe una necesidad en identificar, del mismo modo que no se puede saltar del plano descriptivo al valorativo y de éste al prescriptivo. Tampoco, por la misma causa, resulta indispensable una continuidad entre la descripción de contenidos sociales y normativos. Para el caso que la sinonimia marcada en el párrafo anterior suceda, la existencia del sistema jurídico no dependerá de las reglas morales del conjunto de grupos primarios, es decir, de las formas de reconocimiento morales sino de la propia del sistema social como grupo secundario.De hecho, no es intercambiable la moral ideal o social de un grupo determinado con la identificación de sus intereses, puesto que ellos pueden ser profundamente inmorales (desde una moral crítica o ideal) y, sin embargo, ser un grupo secundario aunque plagado de sujetos culpables. La función de la moral ideal y, la del reconocimiento son profundamente diferentes, siempre que la primera cumple la función de criticar a las instituciones públicas mientras que la segunda resulta ser su razón creadora. Si así no fuera y la moral cumpliera también la función de autoridad jurídica, no pudiese cumplir con su función evaluativo de aquella institución, siempre que no es lógicamente posible, como así tampoco funcional "autodiscutirse" o "autoevaluarse". Visto desde la postura del reconocimiento normativo, moral o jurídico, es importante la desvinculación de la imperatividad como herramienta conceptual para explicar el fenómeno de los deberes, puesto que si bien ella es una importante herramienta descriptiva, no es la pauta justificatoria para hablar de la existencia de un sistema.- Una cuestión de moralidad 16 Esta alternativa teórica es adecuada para dar una respuesta al tema de la obediencia y del fenómeno de los sistemas normativos en cuanto a su contenido e identidad.La identidad de un sistema normativo, es el conjunto de razones estándares para actuar dirigidas a los ciudadanos en cuanto a su existencia y, a sus funcionarios en cuanto competencia y aplicación, ya que a estos últimos y en tanto en el ejercicio de su función, utilizan a las reglas como de guías de conducta y justificación de la sanción16.Todo lo dicho, hasta ahora, forma parte de un estudio sobre las características generales de las normas y las conductas normativas, entre las cuales opté por describir las legales, pero que es lo suficientemente explicativo para lo que se pretende en este segundo nivel del discurso de nuestros héroes.- IV.- Sobre la existencia de los sistemas: Tal como lo sostuviera más arriba, considero que la existencia de un sistema normativo, como lo es el moral, depende de una serie de circunstancias que evidencia la presencia de una "regla de identificación del sistema"17. De las cuatro pautas que entiendo necesarias para los sistemas ya vistas más arriba18, aún queda por explicar la cuarta.- Hart, "El Concepto de Derecho", especialmente los Cap 1, 5 (La idea de obligación) y 6 (Nuevas preguntas).16 La denominación "regla de identificación" , es un forma de interpretación sobre la tesis de la regla de reconocimiento, sustentada por el Profesor Herbert Hart. De este modo me inclino por la postura general que la normas morales constituyen un sistema normativo y para ser tal requiere para ser descripto, de un punto de partida que es también normativo, y que es el punto de vista interno del sistema.17 18 " Un sistema de normas existe, cuando: 1. una persona o minoría con poder suficiente, o primer minoría, o mayoría simple, se comporte de determinada manera; 2. considere correcto hacerlo así; Una cuestión de moralidad 17 Para ello habrá que hacer una distinción que considero imprescindible. Así como sostengo que una norma se encuentra vigente cuando es aplicada, que es una razón para la acción de los ciudadanos de una sociedad dada, es decir es utilizada por ellos, podemos encontrar que un sistema existe también cuando es aplicado en sus principales y más importantes prescripciones o, por lo menos, en la mayoría de sus normas.La afirmación del párrafo anterior merece ser precisada con mayor detalle, puesto que nos reconduce a una confusión muy común en la descripción de los sistemas sociales.Un sistema existe cuando se da una identificación de los sujetos con las prescripciones que forman parte de él, de modo tal que sus miembros realizan sus críticas con base en el sistema, o dicho de otro modo, justifican sus evaluaciones conforme a sus pautas y normas.Una de las características de los sistemas normativos19 es la creación de conductas obligatorias, es decir, no optativas. Dicho de otro modo: establece una conducta que no se puede realizar (o compele a efectuarla) sin una consecuencia.Una norma forma parte de un sistema social de normas, si y sólo si, las mismas se pueden tornar en actos circunstancias."Las circunstancias" implican precisamente que una conducta deba ser o un hecho deba producirse, es decir, las consecuencias del acto.- 3. utilice a dichos comportamientos como buenas guías de conducta para sus relaciones intersubjetivas y, 4. exista una minoría lo suficientemente corpórea que transgreda dichas guías de conducta.5. 19 Me inclino a pensar que la palabra "deber" es aplicable a cualquier conducta no optativa. Sin embargo en materia moral, estos fenómenos normativos son enfocados de mejor manera si utilizamos la palabra "obligación" , mientras en que derecho es aplicable " deber " .- Una cuestión de moralidad 18 El acto se conceptualiza por sus circunstancias. Así por ejemplo el acto de contratar tendrá su circunstancia en la nulidad del mismo. Dicha acción es normativa y actúa como un facultamiento o permisión de hacer sólo cuando se le enlaza como consecuencia una nulidad determinada20. La identidad de los sistema sociales se fundamenta cuando lo que se trata es de verificar el acto circunstancia, ya no de una norma aislada sino de la regla que da fundamentación al "sistema", es decir, cuál es la consecuencia determinada que se constituya en el aspecto de la "regla de identificación".Esta regla de identificación tiene una doble función, ya que da lugar a una serie de normas que se dirigen a los ciudadanos en primer lugar como razones evaluativas para la acción por un lado y, por el otro, a los funcionarios como guías de conducta y como una buena razón para el fundamento del castigo de quien adecue su conducta a la pauta sistémica y por ende desobedezca un deber.Pero si hablamos con relación al aspecto interno de las reglas sometidas a sistemas sociales es necesario que sea desobedecido para ser viable. Imaginemos un conjunto de normas que no sirva de razón para la acción ya que intuitivamente los ciudadanos obedecen, en ese caso, evidentemente nadie realizaría juicios críticos tales como "es incorrecto ......". Si bien considero que los sistemas sociales dirigen prescripciones (conductas obligatorias) hacia los ciudadanos, también es cierto que por lo menos algunos de sus Lo dicho sobre los actos circunstancias, significa que un acto adquiere una significación normativa, sólo en tanto y en cuanto una consecuencia se le enlace, dicha consecuencia no sólo representa la razón para que los sujetos se comporten y realicen el acto de esa manera, sino que además tiene una virtualidad conceptualizadora, ya que dicho acto se representa y existe en tanto que la misma exista.Así de este modo, una norma que otorga un facultamiento de hacer o no hacer una determinada conducta, existe sólo en tanto y en cuanto, dicho acto ( hacer o no ) tenga una consecuencia debida.Dicha consecuencia debida, contrariamente a lo que pensaba la tesis imperativa, no necesariamente debe ser una pena frente a un ofensa, sino que puede de otro tipo.La regla de identificación que establece la existencia de un sistema, también debe tener una consecuencia, para ser norma y no hecho social.20 Una cuestión de moralidad 19 miembros se constituya en un trasgresor o subversivo, ya que esto le posibilitará a otro efectuar juicios críticos utilizando las normas.El utilizar la norma es suficiente para que su identidad sea conceptualizada ya no como presagio que algo deba ser o producirse en algún sentido, sino como un elemento de su normatividad.La identidad, por tanto, implica que los ciudadanos comunes subordinan sus juicios críticos a un criterio que, en el plano jurídico implica que el sistema está vigente y existe21, pero desde el moral, seguir la regla o comportarse como es regla, da la idea de pertenencia a una estructura social y de sistema social y, visto de este modo es lo mismo que afirmar que de ser de otra forma implica que no lo habría y posiblemente ese grupo no exista22.Como la identidad –y, por cierto la individuación-, 23 Así la regla de identificación de un sistema normativo, cualquiera sea que estemos hablando, nace con lo que Hart, denomina "patología"24.- A diferencia de Raz, no encuentro diferencias entre el criterio de individuación y el de existencia, a tal punto que considero que aquel forma parte de éste. Raz enfatiza tal diferencia en “La autoridad del derecho, ensayos de derecho y Moral, U.N.A.M......., op citada a pág 109 de la versión castellana.21 22 Algunas pautas morales son constitutivas de la sociedad, de tal modo que de ser cambiadas ésta sería otra o que aún siendo la misma su identidad e individuación ya no sería la misma, más adelante desarrollaré la tesis con más cuidado.Sobre el criterio de individuación ver, Raz Joseph, “El concepto de Sistema Jurídico”, U.N.A.M. 1986, página 95/119, 139/150, 173/175, 259/273 todo de la edición Castellana, con traducción de Rolando Tamayo y Salmorán; Tamayo y Salmorán, “El derecho y la ciencia del derecho” U.N.A.M. 1984, paginas 143/150; Honoré A.M.. en “Real Laws” en “Laws, Morality an Societu. Essays in Honor of. H.L.A. Hart. Oxford University Press, 1977: proporciona muchos de ejemplos: enunciados de responsabilidad civil o penal ( "cualquiera que...sea responsable.."; " cualquiera que ...sea culpable de un delito" ); enunciados de autorizaci'on ( "...puede.." ) y enunciados de condiciones para realizar un cambio jurídico ( e.g. " ningún testamento que afecte la totalidad del patrimonio podrá ser valido excepto por.." ) son frecuentemente empleadas en reglas que individúan, i.e. que aplican el operador de individuación.", citado por Raz pág 260, además ver Raz "Derecho y valor en la decisión judicial " en " La Autoridad del Derecho " Ensayos sobre derecho y moral, pág 227 y ss.) Farrell, traduce de Raz, individualización, mientras que Tamayo y Salmorán individuación, Conf. "Utilitarismo, Ética y Política ", Martín Diego Farrell, Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, julio de 1983, pág.119: " Pero Raz no aprecia únicamente semejanzas. El primer y mas importante principio de individuación de Bentham, expresa, es el de que toda ley es una 23 Una cuestión de moralidad 20 Desde el punto de vista de la ingeniería social, la patología significa que un sistema normativo dejó de existir o, ésta se encuentra tan comprometida que implica que ese grupo está utilizando otras pautas en su reemplazo25.Imaginemos una sociedad que se identifica con un sistema determinado de reglas sociales y, por alguna razón que no interesa desentrañar deja de hacerlo, ello tiene cuando menos dos interpretaciones posibles, ora, la sociedad ya no es la misma, ora, se guía por otros juicios normativos y, es por ello, que dejó de usar las anteriores.En el caso que la sociedad no sea la misma, igualmente el nuevo grupo utilizará nuevas reglas, es decir, un nuevo sistema social.Si lo dicho es verdadero, implica que así como un sistema deja de existir cuando cambia el criterio de existencia (regla de identificación), implica también que nace otro sistema, que es lo mismo que decir, que el hecho que exista una tensión entre el grupo que se identifica con la pauta y otro que sea subversivo a la misma, implica afirmar que la regla de identificación tiene una razón de ser, ya que mientras la misma funcione como guía de conducta y sea una buena justificación para la crítica, implica que existe.Sólo basta que un miembro del grupo con suficiente poder la utilice, para poder afirmar que existe.Esta práctica compleja nos deja ver una de las características más importantes en la identificación de sistemas normativos, que los mismos existen y sus pautas se dirigen con relación a una regla y no a pautas extra normativas.norma y una prescripción, y es rechazado por Kelsen en favor de un principio diferente: que toda ley es una norma y una permision, esto es que toda ley otorga una permision." 24 Hart,... op. cit. pág 146 a 149.- Una patología es un fenómeno normativo que se evidencia según Hart en tres situaciones posibles a saber: la ocupación enemiga, una revolución, quiebra del control jurídico, ver “El concepto de derecho” páginas 146/153 de la edición castellana y, Lipkin, “Patologías y Sistemas”.25 Una cuestión de moralidad 21 El hecho que por ejemplo en grupo, digamos "A" disponga una determinada conducta pública es condición suficiente como para presionar a sus miembros para que, por lo menos en apariencia la cumplan e implica que deber haber otro sector "B" que pugne para su cambio, ya que de otro modo la misma carece de razón de ser.La regla exige por lo menos en potencia que alguien esté en condiciones de incumplirla o criticarla26.Este fenómeno llamado patología evidencia en sus estadios posibles a la regla de identificación, ya qua a través de ese fenómeno lingüístico se verifica cuando el sistema logra su inicio, su máxima vigencia y su irremediable final o muerte y sustitución por otra que cumplirá el mismo ciclo.La tesis de las patologías establece una interesante hipótesis descriptiva de los sistemas, ya que si una norma de identificación tiene la posibilidad de aplicarse en un tiempo y circunstancia posible de realización, debe ser que los sujetos (o por lo menos una parte representativa de dicha sociedad) realizan sus juicios lingüísticos críticos normativos en ese sentido, de lo que se sigue que la misma existe.No se trata de afirmar que es el comportamiento de los sujetos lo que nos da la pauta de la normatividad, sino que dicha conducta es relevante porque existe la norma27. Imaginemos una orden de un jefe de una tribu indígena que disponga que todos deben adora al Rey Sol y, que dicha deidad sea la fuente última de todas las disposiciones, los sujetos requieren para identificar que por lo menos alguien en potencia ponga en duda dicha autoridad.Supongamos que un profesor le ordene a su alumno predilecto "debes cerrar la puerta" , cuando la misma siempre se encuentra cerrada.26 27 Confrontar Ross, Alf " Hacia una ciencia realista del derecho " , editorial Abeledo Perrot, Buenos Aires 1961, pág 56 a 85.En este sentido, si afirmamos que son las conductas las que evidencian normas, nos enfrentamos a las antinomias descriptas por Ross, ya que dichas conductas lo son sólo en el sentido que hay una norma que las pone en evidencia o en su defecto afirmar otra cosa, si la efectividad es la clave del poder de un soberano o de una primera constitución, lo cierto que su existencia depende del pronóstico, que consiste en que el sistema creado, debe ser Una cuestión de moralidad 22 Dicha regla social de identificación se hallaría en principio dirigida a todos los ciudadanos (incluido el sector oficial) que efectúen juicios críticos en torno a dicha norma.Solo basta saber cuáles normas son constitutivas de los juicios críticos para saber hasta que punto los ciudadanos se identifican con ella.Aquí en éste punto encuentro quizás la principal diferencia entre las reglas morales y las normas jurídicas (o de cualquier otra clase), que es precisamente la importancia que los miembros le dan a la misma.Esta importancia se evidencia principalmente sobre los grupos primarios donde la legalidad no actúa en las relaciones íntimas.La conducta del grupo que se comporta en forma subversiva no será vivida, en materia moral, como una puja de poder, sino como un ataque mismo a la existencia del grupo social primario y por añadidura al secundario, mientras que en el caso de grupos antagónicos que operan en contra de un sistema jurídico, un reglamento de juegos, una pauta de etiqueta, serán tenidos como un mero como un cambio estructural que a diferencia de aquella no se tendrá la sensación de cambio en el trasfondo social28.- CAPITULO TERCERO Sobre el tercer nivel del lenguaje efectivamente aplicado, y lo es en tanto y en cuanto los funcionarios apliquen las sanciones o autoricen a hacer, y que además de hecho se lo haga.El mismo análisis pero enfocado desde el punto de vista del sistema jurídico se puede ver en otro trabajo "Patología y Sistema", publicado en WWW.ELDIAL.COM, en fecha 30/4/2002.28 Una cuestión de moralidad 23 Desentrañado el sentido utilizado de "sistemas sociales normativos morales", nos enfrentamos con una serie de cuestiones puestas de manifiesto en nuestra discusión.Recordemos que nuestros héroes dijeron que: "Los homosexuales, si quieren imponer sus prácticas habituales como modelo alternativo social, lo que deberían hacer es fundar un estado nuevo, donde el presidente lo sea y la mayoría de las ciudadanos lo practique”; "Lo que Usted dijo, lleva a un régimen de persecución en las opciones privadas"; "Usted es un conservador"; "Usted es un fascista"; "Aquel que propone un problema relacionado a minorías marginadas, no se da cuenta que mañana pueden hablar de él, en el mismo sentido discriminatorio"; "Es incompatible con la política liberal atacar minorías, ya que eso es lo que hizo Hitler"; "nazi", "intolerante". Cuando se trató el tema relacionado con la ontología de las reglas morales se hizo referencia a "la importancia" como elemento relacionado con los deberes y las razones para la acción.Si examinamos las reglas morales la tensión puesta de manifiesto entre el grupo que pretende mantenerlas y los que desean eliminarlas es el indicio de un fenómeno social y normativo que evidencia una de las características de la obligación que es la “importancia"29. Muchos podrían verse tentados a sostener que la "importancia", se verifica siempre y cuando exista una suficiente razón fundada en la prudencia de seguir cierta práctica, tales como no discriminar a mujeres, minorías étnicas, etc, creyendo de este modo que en cada cuestión institucional hay cierto grado un enfoque moral.La prudencia en éste contexto sería sólo un cálculo en virtud del cual los sujetos se abstienen de realizar cierta conducta en tanto y en cuanto no desean un Conf. Hart, H.L.A., Obligación Jurídica y obligación moral, Tr. Javier Esquivel y L. Alfonso Ortiz, Cuadernos de Crítica Nº 3, México, UNAM; “El positivismo jurídico y la separación entre el Derecho y Moral”, en “Derecho y Moral., Contribución a su análisis”, Ed. Depalma, Buenos Aires, 1963, Tr. Genaro Carrió. 29 Una cuestión de moralidad 24 reenvío en su contra, o bien, desde la acción la realizan para que haya un retorno que se les presenta como beneficioso o útil.Sin embargo, las reglas de moralidad tienen una importancia tal que a los sujetos no les interesa ni el miedo al reenvío ni los efectos de la aplicación del principio en la sociedad o desde el punto de vista práctico, quien lo sostiene realiza la conducta conforme a la regla y se justifican en ella frente a sus efectos negativos, la crítica aparecerá sólo en tanto y en cuanto la opción realizada no se ajuste a lo prescripto.El sujeto, en cuestiones de moralidad, se puede ver tentado a actuar aun en contra de su propia ventaja, sin importarle los beneficios que la acción (u omisión), contraria a la pauta moral, puedan generarle.La prudencia, como tipo de razón para fundamentar una práctica que intuitivamente se considera incorrecta (o correcta), no es por ende una buena base teórica en nuestro análisis.Los sujetos pueden creer que algunas conductas son meramente imprudentes, quizás lo sea en la mayoría de los casos, pero creo firmemente que una cuestión de principios morales se identifica en tanto y en cuanto éstos actúan aun en contra de la prudencia y, el criterio de utilidad no será una mera expectativa de retorno o reenvío sino que englobará otros modos de medir la utilidad y, aún otro tipo de concepto de racionalidad.Existen numerosos casos en los cuales una misma práctica se considera imprudente e inmoral a la vez. Tal cosa sucede cuando se juzga una discriminación a un grupo determinado. Cualquiera podría afirmar que no es prudente discriminar ya que ello potenciado n veces al infinito, podría volverse en su propia contra o, en su defecto, nadie sabe con certeza si en el futuro no será el próximo.Otro diría que si bien es cierto que la discriminación es en un cierto sentido una cuestión de imprudencia, también puede darse que lo sea de principio moral, ya que Una cuestión de moralidad 25 cualquiera juzgaría como injustificada y mala a una actitud discriminatoria y muchas personas no la realizarían, aun en el caso de ofrecer una gran ventaja.¿Qué falta en nuestro análisis para poder clarificar la situación?. Nuestro planteo tiene hasta la pretensión de evitar cuestiones de metafísica moral y de tentarnos de utilizar dudosas argumentación de construcciones basadas en intuicionismos o cuestiones últimas, pero el error (y el defecto) en que se incurre es evidente, medimos tanto la prudencia como la pauta general de conducta por sus efectos y no por su identificación.Esta "identificación" se evidencia en la "importancia" ya que las pautas morales serían aquellas donde la sociedad ejerce una presión grave e insistente sobre tópicos en las que hay una creencia generalizada sobre sus contenidos, de modo tal que los sujetos no se están dispuestos a negociarlos, cederlos o cambiarlos, la sociedad los considera en tal forma que sus juicios se presentan como cuestiones donde se encuentra comprometida su propia existencia, problemas de principio, en los cuales sólo otro (de mayor especificidad) podría sustituirlo.Estos tópicos, problemáticas, cuestiones o situaciones, encuentran soluciones en criterios o pautas generales de conducta que se transmiten por intermedio de la socialización primaria, no están dirigidas al grupo secundario sino a preservar los primarios.Las cuestiones de prudencia pueden ser vistas como complemento o, en su defecto, como una aplicación más dirigida a las prácticas sociales grupales, propias de estructuras secundarias o superestructuras, que las individuales.Cuando se trata de "estándares"30 morales (o cuestiones de principio) se establece una tensión mucho mayor entre los que desean realizar conductas contrarias Considero que todo ordenamiento normativo es más que un conjunto de normas válidas es un conjunto de pautas o criterios de conductas, siendo las primeras el producto de las segundas, tal que al individualizar las sanciones los principios actúan en la interpretación de 30 Una cuestión de moralidad 26 (en el sentido de realizar actos prohibidos) y los que desean que se cumplan con los deberes establecidos, ya que unos lo viven como un cambio plausible y los otros como una subversión de valores constitutivos o que ponen en peligro su existencia.Esta situación que evidencia la existencia fáctica de un sistema normativo causó una confusión conceptual, la creencia que las pautas morales por su "importancia" influencian en otros ordenamientos normativos, deformando la descripción sistémica de los otros sistemas de normas con elementos mágicos.Esta otra deformación, más grave que aquella que sólo se interesa por las consecuencias, sostiene que desde una perspectiva escéptica no es posible canalizar y conceptualizar intuiciones, tales como aquellas referidas a la homosexualidad, que vivencian los individuos y sus instituciones públicas, es decir que no habría razones independientes desde una afirmación escéptica, para que un grupo opte por un determinado modelo de vida sobre otro u otros.Esta situación, llevó a éstos pensadores, a creer que los criterios de moral y los principios de justicia actúan como derechos naturales31 y que su existencia no puede, sin caer en una deformación descriptiva, ser obviados y se encuentran deseosos en afirmar y gritar al mundo la intersección conceptual entre moral y derecho y a su vez con la economía, política, estética, etc.Legisladores, jueces, funcionarios y particulares, hacen sus decisiones sobre la base de esos "derechos naturales" a los que consideran básicos, que operan desde un punto de vista epistemológico como de causa a efecto en cuanto a que las instituciones las primeras, sin embargo la distinción sólo apunta a una mejor y más extensa descripción, ya que dichos " estándares " también debe ser válidos para existir.Un análisis similar es el que efectúa Dworkin en los derechos en serio, capítulo VI de la edición castellana, Ariel, “ Tomando Los derechos en serio”.31 Una cuestión de moralidad 27 "tienen" que aceptar, ya que si así no lo hacen las mismas se hallan trágicamente condenadas al fracaso32.Esta concepción fantástica del universo comete graves errores y, en lo que a nuestro análisis respecta, el primero es creer que en toda decisión importante se sigue un planteo de moralidad, es decir cometen el mismo error que aquellos que creen que las reglas se miden sólo por sus consecuencias.Sostienen que los principios de justicia, tales como una discriminación a favor de los que están peor posicionados en una sociedad es como y por tanto ignorarlo conllevará, tal como si un automovilista chocara contra una pared.En primer lugar, aun cuando le asista la razón, ¿porqué una institución torpe, injusta, inmoral, etc, pierde su carácter de tal por no ajustarse al derecho natural?, no me parece razonable afirmar que no es una norma, institución o práctica moral, sino que estamos frente a un caso donde es posible criticar la práctica desde una perspectiva moral ideal, ya que de otro modo ¿qué criterio de evaluación utilizaremos?. Pero la confusión es tan grande que aún que midamos nuestra evaluación con una forma de crítica más simple y difundida que la moral ideal son los ya mencionados principios de “prudencia”, cuando existe una adecuación entre nuestras prácticas y ellos, tenemos una sensación de naturalidad y tanto es así que los vemos como hechos dotados con absoluta naturalidad y pretendemos así evaluarlos incorporando la creencia que toda nuestra crítica está en relación con hechos morales que están conforme a la naturaleza de las cosas.Sin embargo y, después de precisar algunos desajustes que se pueden generar en nuestros juicios lingüísticos, nada hemos dicho sobre la "importancia". 32 Un claro ejemplo es la obra de j. Habermas “Facticidad y Validez”.- Una cuestión de moralidad 28 Para comenzar ésta característica no debe ser catalogada algo como "per se" de las obligaciones morales, sino de un hecho empíricamente verificable y reducido a muy pocas pautas o criterios de conducta.La verificación empírica se evidencia en la divergencia entre grupos, algunos que se guían con la pauta social, mientras que otros, subversivos, la desconocen, no la utilizan e ignoran su existencia.Dentro del grupo de subversivos, habrá quienes obedezcan al sistema legal con el único fin de evitar el castigo, pero no obstante, observan el sistema como terceros expectantes pero con el ánimo psicológico que otra pauta rija sus vidas, son abolicionistas natos del orden existente. Los que se guían con la norma de identificación primero ejercerán una grave presión social, tienen el poder, se comportan de esa manera y por último no están dispuestos a ceder, salvo que otro elemento más importante esté en juego.Esta presión entre aquellos que utilizan la práctica y los que la niegan, cuando existen la creencia compartida que se encuentra en juego la propia existencia del grupo primario evidencia una importancia tal que, aun cuando fuere prudente olvidar la cuestión, en cambio harán todo lo posible por a enfatizarla sin importar las consecuencias de ese acto.El fenómeno que se pone de manifiesto frente a la "importancia", es la propia existencia del sistema moral.De esta manera, dejamos atrás una de las argumentaciones en contra del clérigo, ya que si bien volveré sobre el tema, su grupo entiende como central la heterosexualidad como ideal de vida y, en ese contexto ven una obligación en seguirlo.- Una cuestión de moralidad 29 En 1958, lord Devlin 33 pronunció la segunda conferencia Macabea en la Academia Británica. El título de la conferencia fue "la imposición moral". Dicha conferencia trató la temática sobre la posición y el castigo frente a los homosexuales.Siguiendo el análisis de Dworkin en "Libertad y Moralismo", dos son los argumentos expuestos por Devlin en su conferencia, el primero se funda en el derecho de toda sociedad a proteger su propia existencia y el segundo el derecho de toda mayoría a seguir sus propias convicciones morales.El primer argumento está relacionado con el concepto de sociedad y de importancia, ya que "El profesor H.L.A. Hart, criticando el núcleo de la conferencia Macabea, pensó que se fundamentaba en una concepción confusa de lo que es una sociedad. Si uno sostiene una noción aproximadamente convencional de una sociedad, decía, es absurdo sugerir que cada práctica que la sociedad considere profundamente inmoral y repugnante amenace su supervivencia"34. La postura de Devlin, adolece del mismo defecto que el argumento de nuestro clérigo, quienes afirman sin precisar demasiado porqué la práctica homosexual es atentatoria de la sociedad y por el otro presuponen que existe una necesaria conexión entre lo legal y lo moral consideran a su vez a esa práctica profundamente inmoral y, por tanto, infieren que tiene que existir alguna norma penal que la haga punible.A su vez la argumentación del eclesiástico, puede estar dirigida rescatando el sentimiento medio de cualquier persona, que en forma desapasionada tenga una postura razonada sobre que cierta práctica es perjudicial y, en tanto ello estimen necesario Dworkin, Ronald, "Tomando los derecho en serio", en lo que sigue trataré el ensayo titulado " Libertad y Moralismo " Pág 350 de la edición castellana.Sobre la polémica Devlin - Hart, ver Utilitarismo, Ética y Política, Martín D. Farrell, Cap. III,Ed Abeledo Perrot, ed 1983.33 34 Dworkin.. op. cit a pág. 353 de la edición castellana.- Una cuestión de moralidad 30 efectuar una presión grave e insistente para que por lo menos la misma se restrinja a mayores que prestan su consentimiento.De éste modo nos reconducimos nuevamente a la "importancia" de las reglas morales, que a diferencia de las legales, tienen en éste elemento la razón de su obligatoriedad.No vasta con afirmar que los criterios de moralidad nos reconducen a temas donde la sociedad no está dispuesta a someterse a juicios de prudencia, sino que es necesario precisar más el tema.Generalmente, el discurso moral transcurre entre la sexualidad admitida en una sociedad y el ámbito donde esta se desarrolla.No parece estar en el plan sexual de una sociedad heterosexual, que sus prácticas sean públicas, o bien que las prácticas irregulares sean consideradas malas si las mismas son privadas y entre mayores que prestan su consentimiento.¿Qué se quiere significar entonces cuando se habla de moralidad?, la respuesta es reiterativa, un sistema normativo determinado, que sólo es posible de existir en un contexto social en el cual discurre y que se encuentra dirigido a los ciudadanos en cuanto razones para la acción y es una herramienta conceptual de evaluación de conductas.Las pautas morales solo pueden ser verificadas en los hechos, pero esta fenomenología se simboliza normativamente es la exteriorización fáctica de un fenómeno normativo, en cuanto a guía de las conductas de los sujetos involucrados, quienes efectúan reproches a la conducta de los otros y, justifican sus criticas con base a ella. En definitiva los actores sociales se subordinan normativa o, regla de reconocimiento moral.- a una identificación Una cuestión de moralidad 31 En el ámbito sistémico, dicha regla de identificación, se verifica cuando existen patologías, ya que esta posibilita la circunstancia y tiempo posible de aplicación de esa regla maestra y, ello sucede cuando se evidencia su "importancia". A menudo sucede que una sociedad, admite practicas privadas, entre mayores que consienten, pero la reprueban cuando la misma quiere ser universalizada y llevada a los planes de vida públicos.La delicada diferenciación entre moral pública y privada, lejos de ser una esquizofrenia moral basada en un concepto equivocado de la tolerancia liberal35, tiene su fuente en los fenómenos que se evidencian a partir de la "importancia" y de la "patología". Hablar en este nivel de "importancia y patología" significa referirse en definitiva a la historia cultural de la sociedad y a su eticidad como normatividad36. La "importancia" que se exterioriza en la tensión entre los sujetos incumplidores del deber y quienes ejercen presión para que adecuen su conducta, se evidencia en el caso de resolver ¿qué conductas son vividas por la sociedad como inapropiadas o en el peor de los casos como contraintuitivas?.Estas "vivencias" son transmitidas por el grupo primario, entre padres e hijos, madres e hijas y, se representan en la sociedad a partir de los planes de enseñanza públicos o acciones de la comunidad.Se reconocen por sus miembros cuando los mismos se excusan frente a desaguisados y, por tanto, aceptan la regla frente a la falta.- conf. Ética privada e igualitarismo político. Ronald Dworkin, pág 53/55, Edit Paidós/U.A.B. Hay artículo introductorio de Fernando Vallespín.35 conf. Art. Introductorio a Ética privada e igualitarismo político, por Fernando Vallespin, op citada a pág 23/25.36 Una cuestión de moralidad 32 El plan de vida público, una moralidad liberal pública, se funda precisamente en éstas " vivencias " y en la " importancia " que representan y se simbolizan a partir de una significación que detenta su status solo frente a una regla de identificación37.Desde una perspectiva liberal, considero que es posible mantener un plan de vida público que descarte ciertas prácticas sexuales, tales como la homosexualidad, si ellas son incompatibles con las prácticas sociales reconocidas en ese grupo social.Una moralidad liberal y los principios sobre cómo son tratados clases de individuos, pierde su magia, su causalidad física, para interpretarse como una cuestión normativa.Cada sociedad liberal, tendrá sus propios juicios acerca del plan de vida público y, éstos, podrán ser mantenidos en el tiempo hasta que sean suplantados por otros, pero con la advertencia de que, en cuestiones de principio, un cambio en su estructura pública de educación puede provocar un cambio de paradigma social.No encuentro sociedades sin reglas ni deberes. De ellas surgen idealizaciones héroes, santos, honestos-, pero dichas normas morales pueden cambiar y ello acarrear un cambio en la sociedad de tal magnitud que se trate de otro grupo, donde los subversivos pasen a ser sector oficial y los recalcitrantes se conviertan en nostálgicos.La construcción teórica esbozada hasta ahora desvincula la cuestión de cualquier interpretación intuicionista, como así también de deontologismos, dudosas tesis sobre procedimentalismos, la naturaleza de las cosas, pero lo más importante de todo tipo de objetivismo ético.Muchos verán en las pautas culturales algún resabio de puntos que por su obviedad reconducen a derechos naturales, tal como si la propia naturaleza los prescribiera.- Conf. H.L.A. Hart, op citadas pág 208/223; " Obligación jurídica y obligación moral", trad. Javier Esquivel y L. Alfonso Ortiz, cuadernos de crítica 3, U.N.A.M. 1977.37 Una cuestión de moralidad 33 Si bien puede haber algún tipo de igualdad de contenido entre dichas "obviedades" y la normatividad, la una no se reconduce a la otra, toda vez que las sociedades pueden cambiar su cultura de muchas formas y no garantiza su contenido38.El contenido mínimo de derecho natural puede estar o no presente en la regla de identificación moral o jurídica, aunque es mucho más íntima su relación con la primera que con la segunda39.La mayor especificidad del principio aplicable, en el caso de la tolerancia hacia prácticas sexuales de las minorías o su prohibición, depende entonces de los principios de justicia inspirados en las normas reconocidas por los individuos y no en oscuros argumentos dogmáticos y/o naturales.CAPITULO CUARTO CONCLUSIÓN Sucede a menudo una tendencia consistente en equiparar en contenidos a las pautas naturales con las normativas.Ello no es propio de concepciones de la naturaleza cosmológicas donde las conductas que transgredían a la ley natural "tenían" que ser reparadas causalmente, también se verifica en modernas presentaciones éticas, tales como aquellas que afirman que existe una intuición general sobre criterios y pautas morales o aquellas que postulan las mejores respuestas posibles, etc.Esta tendencia "inmanentista" confunde el entorno de los sistemas normativos con una de exteriorizaciones del criterio de existencia del sistema moral.- Podría pensarse que más que dos reglas de identificación, existe una que cumple con varias funciones de reconocimiento. Sin embargo, algunas diferencias caben hacer. La moral data de más "importancia social" que la segunda. Es transmitida en el grupo primario, mientras que la otra en el secundario. El cambio de la segunda es más dinámico y dependiente de voluntades políticas - piénsese en una constitución que es diseñada para el cambio económico de un país -, ésta tiene como característica una consecuencia, la efectividad del sistema, en cambio la coacción dela moral depende de reglas sociales, etc.39 Una cuestión de moralidad 34 Hasta ahora sostuvimos una concepción ética sociológica, de base escéptica, basada en la autopreservación del grupo primario.Los miembros del grupo social en sus relaciones reconocen la existencia del deber moral mediante una manifestación que es el "arrepentimiento" frente a los posibles quebrantos de las prescripciones moral.En efecto cuando cometemos una falta moral, por ejemplo maltrato a los animales y además nos comenzamos a sentir culpables y constreñidos a no repetir dicha conducta, probablemente en el futuro reprochemos la misma actitud. Este fenómeno fáctico implica que existe una regla que hemos transgredido y ello se produce, en materia moral, cuando reconocemos que ella existe. El arrepentimiento, solo se puede dar frente a una conducta que reconocemos como "mala", el hecho de afirmar ".. yo no quise hacer ello..", "..que mal actué..", "...perdóneme he pecado..", implica fácticamente un manejo de la culpa, pero normativamente el reconocimiento de una regla que prohíbe realizar dicha acción. Nadie se arrepiente de una conducta que considera inocua.Ello quizás, tenga en el agente una vez reconocida la pauta, una sensación de tranquilidad, sosiego, calma, paz, como si fuera "natural", como si ello debiera ser el contenido de todo nuestro universo posible de situaciones similares.Cuando se afirma, "...es una cuestión natural..." y, lo hacemos en materia ética, en realidad nos referimos a un sistema de normas bien definidas, que existe y rigen y representan aspectos que coinciden –asombrosamente- en el plano fenomenológico con nuestra concepción acerca de la naturaleza40.- En Freud, Sigmund se denota claramente esta dicotomía entre cultura y naturaleza, veamos que “en el malestar de la cultura” y, en “Moisés y la religión Monoteísta”, ed. Amorrortu, el autor en clara referencia a la práctica del incesto considera que en el supuesto analítico de la horda primitiva era una práctica natural, el padre tenía su grupo de mujeres entre sus hermanas e hijas y desplazaba a los hijos fuera del grupo hasta que éstos, frente al desgaste físico de jefe de la manada – su progenitor- era asesinado, su cuerpo consumido y su sangre era bebida. El incesto, interpretando a Freud, aparece como una regla moral frente a las tendencias naturales del ser humano. Ese fenómeno cultural, que impide el incesto quedara en latencia, tal como en los niños queda hasta la pubertad sus experiencias vividas en relación a su padre.40 Una cuestión de moralidad 35 Cuándo me refiero al límite de la tolerancia posiblemente lo hacemos respecto de cuestiones de hecho a verificar, en el caso, ¿qué prácticas no admitiremos en la educación básica de nuestros hijos como naturales?, ¿ Qué conductas no universalizamos y dejamos reservadas a la nuestra intimidad y hasta en secreto, solo tratadas en horarios especiales y entre adultos que les comprende o que las consienten?.Toda sociedad tiene el permiso de protegerse de aquello que considera peligroso, siempre y cuando ello sea efectivamente así. Algunas sociedades entendieron como peligroso una determinada posición ideológica frente a la propiedad de los bienes, raza, religión, sexo. Ello, posible en una ética axiomática de formulación simple, pero siendo así puede refutarse simplemente con la formulación que efectuamos al principio de nuestro análisis, ello no constituye materia moral ni normativa. Quien sostenga que pertenecer a un grupo racial o religioso o bien, que no proponer un determinado estilo religioso de vida, pone en peligro a los grupos primarios deberá acreditar si sus premisas arrojan el resultado propuesto. Se debe establecer cuales principios y criterios de conducta dicha sociedad no está dispuesta a renunciar aún si haciéndolo tuviese mejores resultados y, que ellos, además, se ven afectados por una educación laica o una minoría racial o religiosa. Estas prácticas están más ligadas a postura éticas que pretenden mantener un status quo determinado, es decir mantener una ideología reinante, que una tesis de ética analítica. También las teorías de base objetivista deberán pasar, si son bien intencionadas, por el test del reconocimiento y así tener sustento normativo ya que ¿quién garantiza que los axiomas de los que parten son correctos o bien seleccionados para dar cuenta de una realidad compatible con aquella que le gustaría que fuera a aquel que la formula?. Una cuestión de moralidad 36 El error del polemista del clérigo es confundir el plano de "lo natural" con lo normativo, el del religioso, en cambio, cuando enfoca el problema con sutil precisión ¿lo hizo con conciencia que la única forma de hacerlo es a partir de una teoría escéptica?.