SEÑOR JUEZ ........................ DE PARTIDO EN MATERIA CIVILCOMERCIAL DE LA CAPITAL. Conclusiones.- .................................................. e ..........................................., dentro del ordinario de usucapión que seguimos en contra de .................................. Vda. de ................; respetuosos, decimos: I.- DEMANDA.- A fs. ...... interponemos demanda de usucapión, fundando la misma en el hecho que desde el año 1981 a la fecha nos encontramos en posesión pacífica e ininterrumpida de 236,00 metro cuadrados de superficie, dominio que ejercimos desde esa fecha inclusive construyendo una pequeña casa que consta de dos cuartos, una cocina y un corral, sin que persona alguna nos haya privado de dicha posesión. Sobre la base de lo dicho y en previsión a lo dispuesto por el Art. 138 del Código Civil instauramos demanda, pidiendo sea admitida la misma y en sentencia sea declarada probada y en virtud a ello, se nos extienda los títulos de propiedad a favor de nuestras personas del terreno señalado como J-8; demanda que para ser admitida su probidad ordena que con carácter previo se presente la escritura que acredita que la demandada es propietaria, más el informe sobre el derecho propietario y alodial de dicho inmueble. II.- RESPUESTA.Citada mediante cédula responde a fs. ...... a ...... de obrados, rechazando y negando todo lo expresado en la demanda; al mismo tiempo, opone la excepción perentoria de falta de acción y derecho. III.- RELACIÓN PROCESAL Y CALIFICACIÓN DEL PROCESO.Respondida la demanda queda establecida la relación procesal. Por auto de fs. ..... vlta. de obrados, calificado el proceso en ordinario de hecho, sujetándose al término probatorio de 50 días común a las partes, en cuya vigencia la parte actora deberá justificar: 1) A qué título posee y ocupa el inmueble (lote de 236 m2 de superficie) sito es “.....................” ex fundo “.............................” actualmente ........................... de esta ciudad. 2) A partir de cuando está poseyendo y ocupado el referido inmueble. 3) Que su posesión fue continua, pacífica e ininterrumpida, por más de 20 años atrás y sin reclamo alguno. 4) El derecho a demandar la usucapión decenal o extraordinaria en las condiciones y con los requisitos exigidos por el Art. 138 del Código Civil. Mientras que la demandada la excepción perentoria de falta de acción y de derecho opuesta a fs. ...... IV.- PRUEBA DE LAS PARTES.- Las partes producen la prueba siguiente: A) PRUEBA DE CARGO: l) Literal: consistente en la que corre de fs. ...... a ......, que acredita que los terrenos que a la fecha están poseyendo los demandantes en forma pacífica e interrumpida por más de 10 años era de propiedad de la Sra. ................................... vda. de ................... 2) Testifical: Consistentes en las atestaciones de: .................................., ................................... y .............................., las que manifiesta la plena posesión sobre el inmueble ya descritos. B) PRUEBA DE DESCARGO: l) Literal: Toda la presentada de fs. ...... a ...... como la que corre de fs. ...... a ...... al igual que la de fs. ...... no tiene valor legal alguno, la que corre a fs. ...... y ...... es ajena a la tramitación del presente proceso, la de fs. ...... que evidencia que la construcción de la casa de los demandantes se encuentra tanto en el lote J-7 y J-8. La presentada de fs. ...... a ......, acredita que los demandantes poseen el inmueble desde hace más de 20 años y que incluso existe una sentencia de usucapión al respecto que es clara y que la casa construida por los demandantes se encuentra tanto en el lote J-7 como en el lote J-8. La de fs. ...... a ...... no merece consideración alguna al no haber cumplido la presentante con lo dispuesto en el proveído de fs. ...... vlta. 2)Testifical: Consistentes en las atestaciones de fs. ...... a ...... vlta. de obrados de los señores:: .........................................., ....................................... y .........................................., quienes no justifican la excepción perentoria de falta de acción y derecho en los demandantes. 3). Inspección judicial: consistente en la que corre a fs. ...... que evidencia sin ubicación alguna que la casa construida por los demandantes se encuentra en los lotes de terreno marcado con la letra J7 y J-8. CONCLUSIÓN.- La prueba enristrada por nuestra parte, más la de fs. ......, de fs. ....... a ......, de fs. ...... a ...... vlta. y la de fs. ...... del cuaderno procesal presentada por la demandada, evidencia plenamente que nos encontramos en pacífica posesión de 236 metros cuadrados de superficie en el inmueble sito en ..........................., ex-fundo .........................., actual barrio de ............................... de esta ciudad, ininterrumpidamente desde el año 1981 a la fecha; consecuentemente, probamos plenamente nuestra demanda ordinaria de usucapión decenal o extraordinaria, motivo por el que sin mayores abundamientos al respecto al ser bastante claros, nos conducen a pedir en justicia a su probidad pronuncie sentencia definitiva declarando probada nuestra demanda e improbada la excepción perentoria de falta de acción y derecho opuesta de contrario, con la imposición de costas a la demandada. Justicia Sucre, ....... de ...................... de .......... GARANTE CON MENCION EXPRESA DE FIANZA DE SUS BIENES SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0445/2013-L Sucre, 5 de junio de 2013 SALA LIQUIDADORA TRANSITORIA Magistrado Relator: Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales Acción de amparo constitucional Expediente: 2011-24251-49-AAC Departamento: Santa Cruz En revisión la Resolución 52 de 8 de julio de 2011, cursante de fs. 643 vta., a 647, pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Lidia Bazoberry Méndez representada por José Barnadas Jordan, contra Adhemar Fernández Ripalda, Edgar Molina Aponte y Samuel Saucedo Iriarte, Presidente y Vocales de la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Santa Cruz. I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA I.1. Contenido de la demanda La accionante mediante su representante, por memorial presentado el 25 de marzo de 2011, que cursa de fs. 593 a 613 vta., manifestó que: I.1.1. Hechos que motivan la acción Otorgó a Carlos Edwin Bruckner, un poder para ofrecer en garantía hipotecaria el inmueble de su propiedad ubicado en la ciudad de Cochabamba, con cuyo documento el último de los mencionados, suscribió la Escritura Pública 967/95 de 16 de octubre de 1995, con el Banco Internacional de Desarrollo S.A. (BIDESA) por la que adquirió y renovó un crédito, procediéndose a la hipoteca del inmueble referido. Ante la falta de pago de la obligación, el Banco acreedor inició proceso ejecutivo ante el Juzgado Cuarto de Partido en lo Civil contra Carlos Edwin Bruckner, como deudor y como garantes hipotecarios a Conrad Brukner Roca, Isabel Rocas Ascimani y Lidia Bazoberry Méndez, representados mediante poder 117/92 por Carlos Bruckner Bazoberry. Refirió que, el poder otorgado a Carlos Edwin Bruckner, no le facultaba a constituir hipotecas, por lo que la hipoteca constituida sobre el inmueble fue sin conocimiento y consentimiento de sus representados. Asimismo, indicó que una vez admitida la demanda ejecutiva, se dispuso la citación del demandado y garantes, con el memorial de demanda y auto intimatorio por lo que el oficial de diligencias del Juzgado, emitió un informe en el cual se mencionaba que los ejecutados no fueron encontrados y que en el domicilio señalado sólo vivía la esposa de Carlos Edwin Bruckner y no así los demás ejecutados. Informe que fue complementado por otro, en el que se estableció que el inmueble indicado en la demanda ejecutiva no le correspondería, circunstancia que habría determinado se solicite por el Banco ejecutante la citación de la demanda y auto intimatorio de pago, mediante edictos. Realizándose las publicaciones correspondientes, se dictó la Sentencia 330/2000 de 29 de julio, notificándose con dicha resolución también vía edictos a través de un periódico de circulación únicamente en la ciudad de La Paz. El año 2008, su representada recién tomó conocimiento de la demanda debido a que vecinos e inquilinos le habrían señalado que funcionarios judiciales pretendieron embargar su inmueble, por lo que apersonándose ante el juzgado interpuso incidente de nulidad de citación de la demanda y auto intimatorio de pago. Incidente que a través del Auto 41/2010 de 18 de febrero, fue declarado probado, disponiéndose la nulidad de obrados hasta fs. 201 del expediente principal así como la legal notificación con la sentencia en el domicilio real ubicado en la calle Paccieri 601, entre av. Oquendo y Crisóstomo Carillo, zona central, acera oeste de la ciudad de Cochabamba, salvando el embargo, Auto que fue apelado por ambas partes. En el recurso de apelación interpuesto por la ahora representada del accionante, se basó en que la nulidad debió haber sido hasta la citación con la demanda y no sólo hasta la notificación con la sentencia. El BIDESA por su parte denunció que la sentencia estaba ejecutoriada y por lo tanto era inatacable, que Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, ya planteó un incidente de nulidad y que por lo tanto ninguna de las partes tenía derecho a plantear otro y que la excepción de anulabilidad no está permitida en juicios ejecutivos. Radicado dicho recurso ante la Sala Civil Primera de la entonces Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz, ésta pronunció el Auto de Vista 170 de 22 de septiembre de 2010, mismo que revocó el Auto de 41/2010, dejando sin efecto la nulidad de obrados, dispuesta por el Juez a quo, resolución que fue dictada sin la debida fundamentación, conculcando los derechos de su mandante. El Auto de Vista mencionado, se habría fundado en el argumento, arbitrario y equivocado, de que el apellido común entre Lidia Bazoberry Méndez y el primero de los nombrados Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, se constituiría en prueba suficiente de que su representada conocía el proceso llevado adelante por el BIDESA. I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados La accionante considera que se lesionó sus derechos al debido proceso, a la defensa y a la “seguridad jurídica”, citando los efecto los arts. 115.I y II; y, 17 de la Constitución Política del Estado (CPE). I.1.3. Petitorio Solicita se conceda la tutela y se disponga el reconocimiento de la titularidad de los derechos invocados de tutela, la revocatoria del Auto de Vista 170, así como la nulidad de los obrados cursantes dentro del juicio ejecutivo seguido por el ex BIDESA contra Carlos Bruckner Bazoberry, Conrad Bruckner Roca e Isabel Roca Ascimani, hasta que la accionante sea legalmente citada con la demanda. I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías Celebrada la audiencia pública el 8 de julio de 2011, según consta en el acta cursante de fs. 629 a 643 vta., se produjeron los siguientes actuados: I.2.1. Ratificación de la acción El representante de la accionante ratificó inextenso la acción tutelar presentada y ampliándola solicitó la nulidad del instrumento poder que fue otorgado a favor de Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, para la constitución de la garantía hipotecaria. I.2.2. Informe de las autoridades demandadas Las autoridades demandadas no se hicieron presentes en audiencia y tampoco presentaron informe alguno, pese a su legal citación, como se acredita de la diligencia cursante a fs. 616. I.2.3. Intervención del tercero interesado Carolina Genoveva Carrasco Pedriel, interventora del BIDESA, mediante memorial cursante de fs. 627 a 628 vta., manifestó que: La recurrente y todos sus familiares beneficiados con el préstamo de dinero vinieron haciendo uso y abuso de todos los recursos ordinarios dentro del trámite ejecutivo. El mandato observado de insuficiente en el recurso, de manera expresa faculta otorgar el bien inmueble en garantía hipotecaria. Asimismo, indicó que respecto a las notificaciones durante el trámite del proceso ejecutivo se citó y notificó a todos los ejecutados en sus domicilios conocidos a través de edictos. I.2.4. Resolución La Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Santa Cruz, constituida en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 52 de 8 de julio de 2011, cursante de fs. 643 vta., a 647, por la que concedió la acción de amparo constitucional, disponiendo la anulación de obrados, hasta que se proceda a la legal notificación con la sentencia de la “representada de la accionante” y denegó la tutela referente al poder 1172, toda vez que no es de competencia del Tribunal de garantías entrar en cuestiones que sólo pueden ser observados por la justicia ordinaria, bajo los siguientes fundamentos: a) Respecto al hecho mencionado que se habría notificado con la demanda e intimación de pago en un domicilio que no habría consignado, por lo que el oficial de diligencias al advertir que la ejecutada, no vivía en ese lugar, se procedió a su citación vía edictos, sobre este particular no se vulneró derecho alguno; y, b) Con relación a la notificación con la sentencia, si bien se la realizó también a través de edictos, fue a través de un medio que ningún ciudadano común lo obtiene, como es una Gaceta Jurídica, publicado en la ciudad de La Paz, lejos del domicilio de la hoy accionante, de ahí que se violó el derecho a la defensa de ésta. I.3. Consideraciones de Sala Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías, hasta el 31 de diciembre de 2011, modificada por la Disposición Transitoria Segunda del Código Procesal Constitucional vigente desde el 6 de agosto de 2012. Con la referida competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose la Resolución dentro de plazo. II. CONCLUSIONES Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones siguientes: II.1. De fs. 16 a 29, el BIDESA y Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, suscribieron Escritura 967/95 de 16 de octubre de 1995, por el cual se procedió a la Conversión de línea de crédito en cuenta corriente a préstamo de dinero en moneda extranjera, fusión, novación, renovación y consiguiente ampliación de plazo, en su cláusula décima séptima el prestatario garantizó el cumplimiento del contrato entre otros bienes el inmueble ubicado en la zona Nor Este, sobre la av. Oquendo y calle Paccieri de la ciudad de Cochabamba, de Lidia Bazoberry Méndez -ahora accionantes-. En la misma se encuentra transcrito el Poder otorgado por la accionante a favor del primero de los nombrados, para que pueda ofrecer en garantía hipotecaria un inmueble ubicado en la calle Crisóstomo Carrillo esquina Paccieri 601, facultándole a recibir dineros en efectivo y/o cheques en moneda nacional o extranjera, apersonarse ante autoridades judiciales, bancarias administrativas y de todo tipo, instituciones públicas y/o privadas.”En suma realizar todo acto o acción necesaria conducente al éxito del presente mandato, sin que por falta de cláusula expresa alguna deje de surtir sus efectos…” (sic). II.2. El 22 de septiembre de 1997, el BIDESA interpuso demanda ejecutiva contra Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, Conrad Bruckner Roca e Isabel Roca Ascimani, ante el incumplimiento de la Escritura Pública antes mencionada (fs. 31 a 32 vta.). II.3. Mediante Auto de 26 de septiembre de 1997, el Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial de Santa Cruz, dispuso la intimación de pago de los ejecutados precedentemente citados así como el embargo sus bienes (fs. 35). II.4. El Oficial de Diligencias del Juzgado Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial de Santa Cruz, mediante informe de 9 de febrero de 2000, señaló que habiéndose constituido en el domicilio de Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, ubicado en la calle Los Pinos 7, al momento de llamar a la puerta, no respondió nadie y preguntando a los vecinos y al sereno le dijeron que allí sólo vivía la esposa y que al parecer el ejecutado se habría mudado a otro lado (fs. 75). Siendo Complementado dicho informe a través del suscrito le 28 del mismo mes y año, en el cual menciona que por error involuntario no incluyó a los demás demandados “…que son los señores Conrad Brukner Roca, Isabel Roca Ascimani y Lidia Bazoberry Méndez, que también tienen sus domicilios señalados en el mismo lugar” (sic) (fs. 78). II.5. Mediante acta de 10 de mayo de 2000, Hugo Adolfo Lang Konig, representante del BIDESA, quien juró no conocer ni el paradero ni el domicilio de los ejecutados anteriormente citados (fs. 81). II.6. Por acta de embargo de 29 de marzo de 2000, el oficial de diligencias procedió al embargo del bien inmueble de la accionante ubicado en la zona Nor Este, sobre la av. Oquendo y calle Paccieri de la ciudad de Cochabamba (fs. 90). II.7. Cursa edictos de prensa, publicados en el diario “La Estrella del Oriente”, por el cual se notificó a Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, Conrad Bruckner Roca e Isabel Roca Ascimani, con la demanda ejecutiva instaurada por el BIDESA (fs. 92 a 94). II.8. Por memorial de 6 de septiembre de 2000, Axel Bruckner Ojopi en representación de Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, interpuso nulidad procesal por indebida citación con la demanda y auto de intimación de pago, así como la falta de notificación con actuados procesales e intimación de pago al Banco ejecutante y la nulidad en cuanto a las medidas precautorias contra Lidia Bazoberry Méndez e Isabel Roca Ascimani (fs. 106 a 108). Siendo rechazado por Auto de 18 de octubre del citado año, pronunciada por el Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial de Santa Cruz, con el argumento de que estaría en suplencia legal, y al existir una sentencia firme no sería posible entrar en otras consideraciones (fs. 120 vta.). II.9. La Sentencia 330/2000 de 29 de julio, declaró probada la demanda ejecutiva seguida por el BIDESA contra Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, Conrad Bruckner Roca, e Isabel Roca Ascimani, confirmándose la ejecución ordenada y el embargo decretado (fs. 99 a 101 vta.). II.10. Mediante memorial representado el 7 de mayo de 2001, Hugo Adolfo Lang Konig en representación del BIDESA, presentó publicación de edicto, en la Gaceta Jurídica de la ciudad de La Paz, mediante la cual se notificó a los ejecutados Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, Lidia Bazoberry Mendez, Conrad Bruckner Roca, e Isabel Roca Ascimani con la sentencia (fs. 125 a 128). II.11. Por memorial de 19 de diciembre de 2008, la accionante mediante su representante, solicitó la nulidad de obrados de la demanda ejecutiva instaurada por el BIDESA en ese momento en liquidación, aduciendo indebida citación con la misma así como indebida notificación con la sentencia (fs. 383 a 387 vta.). II.12. El Auto 41/2010 de 18 de febrero, pronunciado por el Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial de Santa Cruz, declaró probado en parte el incidente de nulidad de obrados, disponiendo la legal notificación con la sentencia a la accionante (fs. 421 a 422 vta.). II.13. Por memorial de 5 de marzo de 2010, José Meruvia Villarroel, como Interventor Liquidador del BIDESA, apeló el Auto 41/2010 (fs. 426 a 427 vta.). II.14. Por Auto de Vista 170 de 22 de septiembre de 2010, la Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, Revocó parcialmente el Auto 41/2010, disponiendo quede firme la declaratoria que estableció improbado el incidente de falta de capacidad contractual para ofrecer y constituir hipoteca del inmueble de propiedad de la accionante y se revocó la nulidad de obrados dispuesta por el Juez a quo, debiendo proseguirse la causa, sin costas bajo los fundamentos siguientes: 1) Que la accionantes, por los apellidos que lleva podría deducirse que sería familiar cercano del ejecutado principal, “…si es que no resulta ser su madre, por lo que resulta imposible que no haya tenido conocimiento del proceso” (sic); 2) Todos los ejecutados habrían sido legalmente citados con la demanda en el domicilio especial y posteriormente por edictos de prensa; 3) El hecho de que la accionante tenga su domicilio procesal en la ciudad de Cochabamba, no fue impugnado en su momento; y, 4) En base al principio de verdad material, existirían elementos razonables, para determinar que ésta, sí conocía del proceso ejecutivo (fs. 475 a 477 vta.). II.15. Cursa notificación de 28 de septiembre de 2010 al representante de la accionante con el Auto de Vista antes referido (fs. 478). III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO En la presente acción tutelar la accionante a través de su representante denunció la vulneración de sus derechos al debido proceso y a la defensa, en atención a que las autoridades demandadas emitieron el Auto de Vista 170, sin fundamento y motivación y por el cual dispusieron se revoque el Auto 41/2010, librado por el Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial de Santa Cruz, mismo que declaró probado en parte el incidente de nulidad de obrados, por el que se dispuso la legal notificación con la sentencia, debido a que dicha diligencia fue realizada a través de una gaceta jurídica y no de un diario de circulación nacional. En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales argumentos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada. III.1. De la acción de amparo constitucional, y su naturaleza jurídica Esta acción de defensa dirigida justamente a la protección de derechos y garantías establecidas en la Constitución Política del Estado, y a su vez de aquellos pactos y tratados reconocidos por ésta, mismos que forman parte del denominado bloque de constitucionalidad, por otro lado esta acción cuenta como principios informadores la inmediatez y subsidiariedad, su inobservancia deriva en causales de improcedencia in límine. Asimismo, este Tribunal Constitucional Plurinacional a través de diferentes Sentencias ha establecido la naturaleza de la presente acción, entre ellas tenemos a la SCP 0335/2012 de 18 de junio, que mencionó: ”La acción de amparo constitucional consagrada por el art. 128 de la CPE, se instituye por la Norma Suprema (art. 410.II de la CPE), como una acción tutelar de defensa contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la misma Constitución Política del Estado y la ley'. Es así que el Tribunal Constitucional en su SC 1785/2011-R de 7 de noviembre, refirió: 'De conformidad a la disposición constitucional citada y en aplicación y vigencia de la CPE, la acción de amparo constitucional es una acción de defensa de todos los derechos fundamentales y garantías previstas en la Ley Fundamental y en los Pactos y Tratados sobre derechos humanos ratificados por nuestro Estado Plurinacional (art. 410 de la CPE), salvo los derechos a la libertad y a la vida -cuando éste se encuentre vinculado a la libertad-, que está bajo la protección de una acción especifica cómo es acción de libertad. En este sentido la acción de amparo constitucional tiene carácter extraordinario, una tramitación especial y sumaria; la inmediatez en la protección y no reconoce ningún fuero, privilegio ni inmunidad con relación a las autoridades o personas accionadas'. Por su parte la SC 1673/2011-R de 21 de octubre, estableció que: “Como medio de defensa de carácter jurisdiccional, esta acción tutelar tiene por finalidad la protección de derechos fundamentales y garantías constitucionales contra los actos u omisiones ilegales o indebidas de funcionarios públicos o personas particulares que amenacen o restrinjan dichos derechos y garantías. Se rige por la aplicación de los principios de subsidiariedad e inmediatez; el primero, significa el agotamiento previo de los medios ordinarios judiciales y administrativos, idóneos para el restablecimiento inmediato de aquellos derechos vulnerados. El segundo, se caracteriza por contener una doble dimensión; una positiva, que consiste en que el amparo es la vía tutelar idónea para la protección inmediata de derechos fundamentales y garantías constitucionales restringidos o suprimidos indebida o ilegalmente. Y otra negativa, relativa a que la acción debe ser planteada en el término de seis meses, plazo razonable para una efectiva tutela constitucional del derecho o garantías conculcados, en consideración a que un pronunciamiento tardío carecería de eficacia jurídica; plazo computable a partir de la comisión del acto ilegal u omisión indebida del servidor público o del particular, o, de notificado con la última decisión judicial o administrativa”. Por su parte el art. 128 de la CPE, señala que: “La Acción de Amparo Constitucional tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley”. En ese sentido el art. 51 del Código procesal Constitucional (CPCo) menciona que: “La Acción de Amparo Constitucional tiene el objeto de garantizar los derechos de toda persona natural o jurídica reconocidos por la Constitución Política del Estado y la Ley, contra los actos ilegales o las omisiones indebidas de las y los servidores públicos o particulares que los restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir”. III.2. Los incidentes de nulidad en ejecución de sentencia Los incidentes de nulidad, como mecanismos procesales en la vía ordinaria conducentes a la reparación en especial de los derechos al debido proceso y a la defensa, mismos que pueden ser interpuestos en cualquier etapa del proceso aún cuando éste ya cuente con sentencia ejecutoriada con la posibilidad de apelar la resolución y con ello agotar las instancias intra procesales para que se active la jurisdicción constitucional a través de la acción de amparo constitucional. Razonamiento acorde a la SCP 0450/2012 de 29 de junio, en la que se indicó: ”En esa comprensión, 'es posible y hasta una obligación procesal de quien considere que dentro de un proceso judicial, así esté ejecutoriado, se han lesionado las normas de orden público, y por tanto, sus derechos fundamentales previstos como garantías judiciales, como es el debido proceso y el derecho a la defensa, interponga el incidente de nulidad, demostrando en el mismo su indefensión y por ende lesión de derechos fundamentales, y una vez agotada la vía incidental y en su caso la apelación, de persistir la supuesta ilegalidad, puede acudir a la jurisdicción constitucional a través de la acción de amparo constitucional' (SC 0788/2010-R de 2 de agosto). En conclusión, el incidente de nulidad se activa en presupuestos excepcionales, previo cumplimiento de los requisitos contenidos en la jurisprudencia constitucional; pudiendo ser interpuesto en cualquier etapa del proceso, inclusive en la fase posterior a la ejecutoria del fallo, ante la autoridad donde se produjo la irregularidad; y en caso de considerar que las lesiones alegadas persisten, corresponderá plantear contra dicha resolución, el recurso de apelación o de alzada, agotando de esa manera las vías idóneas de impugnación intraprocesal, y en caso de no obtener una resolución favorable que repare sus derechos vulnerados, entonces recién quedará expedita la jurisdicción constitucional; empero, una vez agotados los mecanismos de reclamación en la vía ordinaria; como se señaló, la cosa juzgada pierde su valor cuando fue el resultado de vulneración de derechos y garantías”. III.3. El debido proceso y las diligencias de citación y notificación La demanda a través de la doctrina procesal se viene a constituir como aquel acto de iniciación procesal, donde se reclama una sentencia de fondo que venga a dirimir un conflicto planteado. Tomás Tudela Tapia, en su libro Práctica Forense Civil, mencionando a Alsina, respecto a la demanda refirió que es “el primer acto procesal por el cual el actor ejercita una acción solicitando al tribunal la protección, la declaración o la constitución de una situación jurídica. Según sea, en efecto, la naturaleza de la acción deducida, la demanda será de condena, declarativa o constitutiva”. Actuación que va cobrando relevancia en principio con su admisión y su posterior citación al demandado, para que éste pueda obtener conocimiento y asumir defensa de los hechos alegados en su contra a través de la demanda. Por su parte la sentencia, misma que “proviene de la voz latina 'sentiendo', que significa juzgando, opinando”, pues el juez al pronunciar la sentencia declara el derecho dando su opinión de acuerdo a lo demandado y a los datos que arroja el proceso organizado como consecuencia de una litis o controversia”. (Tomás Tudela Tapia, Práctica Forense Civil, pag.139). En ese orden, al ser estos dos actuados de vital importancia dentro del desarrollo de cualquier proceso, pues con uno comienza y con el otro finaliza la litis, por lo que en coherencia al principio de publicidad establecido en el art. 180 de la CPE, las diligencias de citación y notificación de estos actuados deben ser realizados de forma personal, la contravención a estas normas de orden público, genera la vulneración del debido proceso, como garantía y paralelamente el derecho a la defensa. Así entonces tenemos que la mencionada SCP 0450/2012, al respecto refirió que: ”'La primera parte del art. 115.II de la CPE establece que el Estado está obligado a garantizar el ejercicio del debido proceso; el cual, como garantía, encuentra su consagración en el art. 117.I de la Ley Fundamental, al señalar que: 'Ninguna persona puede ser condenada sin haber sido oída y juzgada previamente en un debido proceso'. Al respecto, la SC 0788/2010-R de 2 de agosto, estableció que: '…el debido proceso, es entendido como el derecho de toda persona a un proceso justo, oportuno, gratuito, sin dilaciones y equitativo, en el que entre otros aspectos, se garantice al justiciable el conocimiento o notificación oportuna de la sindicación para que pueda estructurar eficazmente su defensa, el derecho a ser escuchado, presentar pruebas, impugnar, el derecho a la doble instancia, en suma, se le dé la posibilidad de defenderse adecuadamente de cualquier tipo de acto emanado del Estado, donde se encuentren en riesgo sus derechos, por cuanto esta garantía no sólo es aplicable en el ámbito judicial, sino también administrativo'. El debido proceso se encuentra integrado por varios elementos, entre ellos, el derecho a la defensa; consagrado de manera autónoma en el ya citado art. 115.II de la CPE. Sobre el mismo, la SC 1842/2003-R de 12 de diciembre, identificó dos connotaciones: '…La primera es el derecho que tienen las personas, cuando se encuentran sometidas a un proceso con formalidades específicas, a tener una persona idónea que pueda patrocinarle y defenderle oportunamente, mientras que la segunda es el derecho que precautela a las personas para que en los procesos que se les inicia, tengan conocimiento y acceso de los actuados e impugnen los mismos con igualdad de condiciones conforme a procedimiento preestablecido y por ello mismo es inviolable por las personas o autoridad que impidan o restrinjan su ejercicio…'. La segunda característica de las anotadas, guarda estrecha relación con las actuaciones comunicacionales, dado que la finalidad de estas últimas es asegurar el ejercicio del derecho a la defensa de manera amplia e irrestricta, en ese sentido; respecto a éstas y a sus exigencias legales, la SC 0427/2006-R de 5 de mayo, estableció: '«...los emplazamientos, citaciones y notificaciones (notificaciones en sentido genérico), que son las modalidades más usuales que se utilizan para hacer conocer a las partes o terceros interesados las providencias y resoluciones de los órganos jurisdiccionales o administrativos, para tener validez, deben ser realizados de tal forma que se asegure su recepción por parte del destinatario; pues la notificación, no está dirigida a cumplir una formalidad procesal en sí misma, sino a asegurar que la determinación judicial objeto de la misma sea conocida efectivamente por el destinatario (así SC 0757/2003-R de 4 de junio); dado que sólo el conocimiento real y efectivo de la comunicación asegura que no se provoque indefensión en la tramitación y resolución en toda clase de procesos; pues no se llenan las exigencias constitucionales del debido proceso, cuando en la tramitación de la causa se provocó indefensión (art. 16.II y IV de la CPE); sin embargo, en coherencia con este entendimiento, toda notificación por defectuosa que sea en su forma, que cumpla con su finalidad (hacer conocer la comunicación en cuestión), es válida» (SC 1845/2004-R, de 30 de noviembre)”' (las negrillas nos corresponden). III.4. De la fundamentación y motivación de las Resoluciones emitidas por Tribunales de última instancia La SC 1064/2010-R de 23 de agosto, indicó: “En el entendido que la motivación de las resoluciones es un elemento del derecho-garantía-principio al debido proceso, la jurisprudencia de este Tribunal ha sido reiterada y uniforme al señalar que las resoluciones de las autoridades judiciales deben exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas que sustentan la parte dispositiva de aquellas, precisando que tal exigencia es mayor en los casos en los que los jueces o tribunales resuelven en apelación o casación las resoluciones pronunciadas por las autoridades inferiores (entre otras la SSCC 1369/2001-R, 0752/2002-R, 0577/2004-R, 1365/2005-R y 0937/2006-R). Al respecto, la SC 0937/2006-R de 25 de septiembre, señaló que: '…las resoluciones que emiten las autoridades judiciales, deben exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas que sustentan la parte dispositiva de esas resoluciones, exigencia que se torna aún más relevante cuando el Juez o Tribunal debe resolver en apelación o casación la impugnación de las resoluciones pronunciadas por las autoridades inferiores. Este deber de fundamentación de las resoluciones judiciales, se vincula tanto con la garantía del debido proceso como con el derecho a la seguridad jurídica. Así la SC 0752/2002-R de 25 de junio, recogiendo el entendimiento contenido en la SC 1369/2001-R de 19 de diciembre, señaló que toda Resolución «….debe imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas que sustenta la parte dispositiva de la misma. Que, consecuentemente cuando un Juez omite la motivación de una Resolución, no sólo suprime una parte estructural de la misma, sino también en los hechos toma una decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera flagrante el citado derecho (debido proceso) que permite a las partes conocer cuáles son las razones para que se declare en tal o cual sentido; o lo que es lo mismo cuál es la ratio decidendi que llevó al Juez a tomar la decisión»'. En sentido similar, pero refiriéndose de manera específica a las resoluciones emitidas respecto a impugnaciones efectuadas, la SC 0577/2004-R de 15 de abril, ya había indicado: 'Esta exigencia de fundamentar las decisiones, se torna aún más relevante cuando el Juez o Tribunal debe resolver en apelación la impugnación de las resoluciones pronunciadas por las autoridades de primera instancia; (…), es imprescindible que dichas Resoluciones sean suficientemente motivadas y expongan con claridad las razones y fundamentos legales que las sustentan y que permitan concluir, que la determinación sobre la existencia o inexistencia del agravio sufrido fue el resultado de una correcta y objetiva valoración de las pruebas, del mismo modo que se exige al apelante cumplir con la obligación de fundamentar los agravios; por cuanto, en la medida en que las resoluciones contengan, los fundamentos de hecho y de derecho, el demandado tendrá la certeza de que la decisión adoptada es justa; por lo que no le esta permito a un Juez o Tribunal, reemplazar la fundamentación por la relación de antecedentes, la mención de los requerimientos de las partes o hacer alusión de que el Juez de instancia obró conforme a derecho, (…); con mayor razón, si se tiene en cuenta que al contar con una Resolución debidamente fundamentada y motivada es un derecho fundamental de la persona y forma parte del debido proceso'. Siguiendo esa línea, es preciso recordar que -respecto a las consecuencias de la falta de motivación- la SC 1365/2005-R de 31 de octubre, determinó que cuando las resoluciones no están motivadas '…y se emite únicamente la conclusión a la que ha arribado el juzgador, son razonables las dudas del justiciable en sentido de que lo hechos no fueron juzgados conforme a los principios y valores supremos, vale decir, no se le convence que ha actuado con apego a la justicia, por lo mismo se le abren los canales que la Ley Fundamental le otorga para que en búsqueda de la justicia, acuda a este Tribunal como contralor de la misma, a fin de que dentro del proceso se observen sus derechos y garantías fundamentales, y así pueda obtener una resolución que ordene la restitución de dichos derechos y garantías, entre los cuales, se encuentra la garantía del debido proceso, que faculta a todo justiciable a exigir del órgano jurisdiccional a cargo del juzgamiento una resolución debidamente fundamentada, (…) Finalmente, cabe señalar que la motivación no implicará la exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que exige una estructura de forma y de fondo. En cuanto a esta segunda, la motivación puede ser concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos demandados, debiendo expresar el Juez sus convicciones determinativas que justifiquen razonablemente su decisión en cuyo caso las normas del debido proceso se tendrán por fielmente cumplidas. En sentido contrario, cuando la resolución aún siendo extensa no traduce las razones o motivos por los cuales toma una decisión, dichas normas se tendrán por vulneradas”'. III.5. Análisis del caso concreto La accionante manifiesta que las autoridades demandadas le conculcaron sus derechos al debido proceso y defensa al librar el Auto de Vista 170, por el cual sin fundamento ni motivación alguno, revocaron el Auto 41/2010, librado por el Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial de Santa Cruz, que declaró probado en parte el incidente de nulidad de obrados, interpuesto por su representada, dentro del fenecido juicio ejecutivo seguido por el BIDESA en su contra. De antecedentes cursantes en el expediente se pudo evidenciar lo siguiente: como emergencia de un proceso ejecutivo seguido por el BIDESA contra Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, la accionante, Conrad Bruckner Roca e Isabel Roca Ascimani, ante el incumplimiento de la obligación contraída por el primero de los nombrados con la entidad crediticia, como se tiene expresado en la Conclusión II.2 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, el Juez de la causa libró el Auto de 26 de septiembre de 1997, disponiendo la intimación de pago de los acreedores así como el embargo de los bienes de los ejecutados, situación referida en las Conclusiones II.3 y II.4 del presente fallo, se evidencia que el oficial de diligencias se constituyó en el domicilio señalado por el ejecutado principal en calle Los Pinos 7, domicilio en el cual no encontró a nadie y a información de los vecinos se tendría que en el domicilio fijado, sólo viviría la esposa y no así Carlos Edwin Bruckner Bazaberry. Sin embargo el referido informe fue complementado por otro de 28 de febrero de 2000, en el que menciona que por error involuntario no incluyó a los demás demandados señalando entre ellos a la ahora representada del accionante. Con este antecedente, el representante legal del BIDESA, prestó juramento de desconocimiento de domicilio, procediéndose a librar los edictos de prensa, en el diario “La Estrella del Oriente”, citándose a través de dicho diario con la demanda como se tiene referido en las Conclusiones II.5 y II.7 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional. Por su parte el ejecutado Carlos Edwin Bruckner Bazoberry, interpuso incidente de nulidad procesal por indebida citación con la demanda y auto de intimación de pago, solicitando además la nulidad de las medidas precautorias impuestas contra la accionante e Isabel Roca Ascimani, siendo este incidente rechazado por existir sentencia firme (Conclusiones II.8.). Con cuyos actuados se procedió a librar la Sentencia 330/2000, misma que declaró probada la demanda ejecutiva, confirmándose la ejecución ordenada y el embargo decretado, Resolución que le fue notificada vía edictos a través de la Gaceta Jurídica de la ciudad de La Paz, como se tiene de las Conclusiones II.9 y II.10 del presente fallo. Por lo que el 19 de diciembre de 2008, su abogado apoderado, planteó incidente de nulidad de obrados, por haberse procedido una indebida citación con la demanda y notificación con la sentencia, como se menciona en la Conclusión II.11 de este fallo, incidente que fue declarado probado en parte, disponiéndose la legal notificación de la sentencia a la accionante, siendo apelado este fallo por el interventor liquidador del BIDESA y que mereció el Auto de Vista 170, revocando la nulidad de obrados dispuesta por el Juez a quo, así se tiene evidenciado de las Conclusiones II.12, II.13 y II.14 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional. En ese orden, del análisis de los antecedentes, es correcto afirmar que las autoridades ahora demandadas, omitieron la motivación en su resolución, puesto que obviaron precisar, las razones legales por las cuales decidieron alejarse del ordenamiento jurídico al aceptar que dentro del proceso ejecutivo seguido por el BIDESA, en contra de Carlos Erwin Bruckner Bazoberry y la accionante se haya procedido a la notificación de la sentencia a través de un suplemento informativo denominado Gaceta Jurídica. Por otro lado en los razonamientos expresados en el Auto de Vista 170, que dispuso se revoque la nulidad de obrados dispuesta por el Juez a quo, no son expuestos con claridad las razones y fundamentos legales que sustenten la determinación asumida, mas al contrario se evidencia que en su razonamiento se sujetaron a consideraciones de orden general y hasta subjetivas como es el hecho de mencionar que al existir similitud de apellidos, daría lugar a que la garante ahora representada del accionante, sí conocía del juicio ejecutivo del cual solicita la nulidad de obrados, situación que no hace más que evidenciar la falta de fundamentación, exigida por la jurisprudencia constitucional como se advierte del Fundamento Jurídico III.5 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional. Finalmente, se hace necesario puntualizar dos hechos, el primero respecto al petitorio del accionante cuando solicitó la nulidad de obrados cursantes dentro del proceso ejecutivo, hasta que su representada sea legalmente citada con la demanda, cuándo de todo lo manifestado en su acción hace referencia a la falta de motivación y fundamentación en la que habría incurrido los vocales ahora demandados al emitir el Auto de Vista 170 de 22 de septiembre de 2010, situación ésta que generó que el Tribunal de garantías, haya dispuesto la nulidad de obrados hasta que se la notifique con la sentencia, actuación incorrecta, pues ese Tribunal resolvió la problemática cual si se tratara de un Tribunal de alzada, cuando sólo le correspondía únicamente pronunciarse sobre si el Auto de Vista se encontraba o no debidamente fundamentado, por lo que corresponderá se modulen los efectos de este fallo y dimensionar respecto a la determinación con la notificación de la Sentencia, pues al ser obligatorio e inmediato, su cumplimiento, con seguridad se dio cumplimiento al fallo de dicho Tribunal de garantías. En consecuencia, la situación planteada se encuentra dentro de las previsiones del art. 128 de la CPE, por lo que el Tribunal de garantías, al conceder la acción de amparo constitucional ha dado una parcial aplicación al citado precepto constitucional. POR TANTO El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Liquidadora Transitoria, en virtud de lo previsto en el art. 20.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; en revisión, resuelve: 1° CONFIRMAR en parte la Resolución 52 de 8 de julio de 2011, cursante de fs. 643 vta., a 647, pronunciada por la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Santa Cruz; y, en consecuencia, CONCEDER la tutela impetrada, sólo con relación al debido proceso. 2° Asimismo y modulando los efectos de esta Sentencia Constitucional Plurinacional, se dispone únicamente, anular el Auto de Vista 170 de 22 de septiembre de 2010, debiendo las autoridades demandadas, dictar uno nuevo, de acuerdo a los fundamentos expuestos en el presente fallo. 3° En aplicación de los principios de seguridad jurídica y armonía social, establecidos por el art. 178 de la CPE y considerando que las resoluciones de los jueces y/o Tribunales de garantías son de cumplimiento obligatorio e inmediato, por el tiempo transcurrido entre la emisión de la resolución, hasta el pronunciamiento del presente fallo, se tienen por válidos los actos realizados como efecto del cumplimiento de la resolución del Tribunal de garantías Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional. Se hace constar que no interviene la Magistrada Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi, por encontrase declarada en comisión. Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chávez MAGISTRADO Fdo. Dra. Carmen Silvana Sandoval Landivar MAGISTRADA Fdo. Dra. Edith Vilma Oroz Carrasco MAGISTRADA Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales MAGISTRADO OTRA DEMANA PROBADA POR NOVACION SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0781/2013 Sucre, 10 de junio de 2013 SALA TERCERA Magistrada Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez Acción de amparo constitucional Expediente: 02812-2013-06-AAC Departamento: Tarija En revisión la Resolución 07/2013 de 5 de febrero, cursante de fs. 36 vta. a 40 vta., pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Yehudy Zubieta Godoy contra Horacio Paredes Carranza, Juez Sexto de Partido en lo Civil y Comercial; y, Jorge Ahmed Julio Alé, Juez Tercero de Instrucción en lo Civil ambos del departamento de Tarija. I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA I.1. Contenido de la demanda Por memorial presentado el 28 de enero de 2013, cursante de fs. 18 a 24, el accionante manifestó lo siguiente: I.1.1. Hechos que motivan la acción El 3 de agosto de 2002, firmó un contrato de préstamo con la Cooperativa Integral Campesina (COINCA Ltda.), otorgando su patrimonio en calidad de depósito en la suma de $us7 000.- (siete mil dólares estadounidenses), para que luego de cuatro meses sea devuelto; empero, al no ocurrir tal situación, el 29 de mayo de 2003, inició un proceso ejecutivo, radicado ante el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil del departamento de Tarija, Jorge Ahmed Julio Alé, -ahora codemandado- procediendo al embargo de dos bienes inmuebles de COINCA Ltda., sin que los demandados hayan presentado excepciones dentro del plazo de ley (cinco días una vez citado con la intimación de pago) el 23 de septiembre de ese año, se dictó una Sentencia a su favor, que cobró ejecutoria, por lo que solicitó medidas previas al remate el 17 de noviembre del citado año, las que fueron respondidas mediante providencia emitida por la Jueza María Ximena Echeverría Araoz. El 5 de abril de 2010, los ejecutados pidieron desarchivo de obrados y posteriormente el 9 de septiembre del mismo año, solicitaron la caducidad de anotación preventiva, desembargo y cumplimiento de documento posterior, en virtud a ello, presentó una solicitud de medidas previas, que no ha merecido respuesta hasta la fecha de presentación de ésta acción. Continuando el relato de las actuaciones procesales, refirió que por Resolución de 9 de mayo de 2012, el Juez, Jorge Ahmed Julio Alé, aprobó en parte el incidente planteado, respecto a la aplicabilidad del nuevo contrato de obligación, disponiendo la extinción de la obligación inicial por novación de una nueva obligación, Resolución ante la que se presentó recurso de reposición bajo alternativa de apelación el 16 de mayo de 2012, mismo que fue resuelto señalando no ha lugar a considerar la reposición manteniéndose firme en todas sus partes y concediendo el recurso de apelación en efecto devolutivo. En ese sentido argumenta que el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil, habría hecho caso omiso a las normas procedimentales civiles y a la jurisprudencia constitucional; es decir, estima que sus derechos fueron vulnerados con los siguientes actos: a) COINCA Ltda., después de haber sido citado con el Auto intimatorio, debió apersonarse al proceso y oponer las excepciones debidamente nominadas en el plazo de cinco días, según lo establece el art. 509 del Código de Procedimiento Civil (CPC); sin embargo, no lo hizo; b) Ante la Sentencia ejecutoriada de 23 de septiembre de 2003, la entidad ejecutada COINCA Ltda., no hizo uso de recurso alguno, siendo que tenía seis meses para ordinarizar, por lo que su derecho precluyó, según lo previsto por el art. 490 del CPC, sustituido por el art. 28 de la Ley 1760 de 28 de febrero de 1997, considerando esta actitud como una renuncia tácita a los recursos que la ley le franquea, por lo que la Sentencia dictada tiene calidad de cosa juzgada material en la que ya tenía ordenada las medidas previas al remate con informe de Derechos Reales (DDRR) y Catastro Municipal c) El Juez debió continuar con la ejecución de la sentencia materializada conforme lo establecido en los arts. 514, 515 y 517 del CPC, frente a esta omisión considera vulnerado el debido proceso en su elemento congruencia; y, d) Asimismo, debió cumplir con la Sentencia ejecutoriada que tuvo calidad de cosa juzgada material; sin embargo, al no pronunciarse sobre las medidas previas al remate ha vulnerado su derecho de petición, el principio de seguridad jurídica y al debido proceso en su elemento congruencia, al fallar más de lo peticionado pues incurrió en un fallo ultra petita. En cuanto a la reposición bajo alternativa de apelación, fue formulada señalando que el Juez inferior declaró sin lugar la caducidad formulada por el representante legal de COINCA Ltda., manteniendo el embargo ejecutivo de los inmuebles embargados; es decir, hasta que el acreedor recupere lo que le pertenece, pero contrariamente manifestó en la misma Resolución la existencia de novación contractual, otorgándole esa calidad al documento presentado por COINCA Ltda. sin haberse peticionado. Asimismo refirió que no fue interpretada a cabalidad la personería y capacidad procesal del ejecutado. Finalmente, el Juez Sexto de Partido en lo Civil y Comercial, -ahora codemandadomediante Auto de Vista 12/2012 de 3 de agosto, resolvió: “…confirmando parcialmente el Auto interlocutorio, con la modificación de que la obligación asumida en el primer documento privado de préstamo, no queda extinguida por novación sino que ante el desistimiento tácito a la ejecución de sentencia por la suscripción del documento privado, corresponde decretar el archivo de obrados de la presente causa ejecutiva, con el correspondiente levantamiento y/o cancelación de los embargos ejecutivos ordenados…”, con ello la parte ejecutada ha solicitado la entrega de mandamiento de embargo. En ese contexto, señala que los argumentos referidos en la reposición, debieron ser resueltos por el superior en grado; sin embargo, resolvió sobre puntos que no han sido objeto de apelación y confirmó la Resolución dando al documento la calidad de renovación por renuncia tácita a la ejecución de la Sentencia por la suscripción del documento privado, toda vez que según lo previsto por el art. 236 del CPC, que manda a fallar sobre los puntos que fueron objeto de apelación. Asimismo sostiene que los Jueces que conocieron el proceso debieron dar cumplimiento a la Sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada en su versión material ya que al ser formal y no haberse ordinarisado en el tiempo establecido por ley (seis meses) tiene la calidad de cosa juzgada material, conforme lo determina el art. 490 del mismo cuerpo normativo, sustituido por el art. 28 de la Ley 1760. I.1.2. Derechos y principios supuestamente vulnerados El accionante considera vulnerados sus derechos al debido proceso en su elemento congruencia, de petición, de acceso a la justicia y los principios de seguridad jurídica, de autonomía del proceso ejecutivo, de preclusión, dispositivo y de legalidad, citando al efecto los arts. 24, 115.II, 117.I, 123, 178.I y 410 de la Constitución Política del Estado (CPE), 8 del Pacto de San José de Costa Rica y 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. I.1.3. Petitorio Solicita se conceda la tutela impetrada, ordenando la inmediata restitución de sus derechos y garantías constitucionales, debiendo retrotraerse el trámite hasta el acto ilegal (Resolución de 9 de mayo de 2012). Con la imposición de daños, perjuicios y costas procesales. I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías Celebrada la audiencia pública el 5 de febrero de 2013, según consta en el acta cursante de fs. 34 a 36 vta., se produjeron los siguientes actuados: I.2.1. Ratificación de la acción El abogado de la parte accionante se ratificó in extenso, en los términos expuestos en su memorial de interposición de la acción de amparo constitucional. I.2.2. Informe de las autoridades demandadas Jorge Ahmed Julio Alé, Juez Tercero de Instrucción en lo Civil del departamento de Tarija, mediante informe cursante de fs. 27 a 28, refirió: 1) La Sentencia data de 23 de septiembre de 2003, luego de ejecutoriada la misma, el ejecutante ahora accionante solicitó las medidas previas al remate el 17 de noviembre de igual año, a la Jueza de aquel entonces, mismas que le fueron concedidas ordenándose los informes pertinentes de DD.RR. y Catastro Urbano Municipal, los cuales fueron emitidos el 26 de diciembre de 2003 (conforme consta de fs. 44 a 47 del expediente original); excepto el informe del Catastro Urbano Municipal, que no fue remitido por negligencia de la parte interesada quien no se apersonó a cancelar los valorados de ley para su emisión (así lo señala la nota a fs. 48 de 1 de diciembre de 2004, de ello se tiene que el proceso estuvo abandonado en esa repartición municipal casi un año); 2) Posterior a dichas actuaciones no existe otra intervención del accionante, se evidencia la remisión del proceso al archivo judicial luego de más de un año de inactividad, quedándose así por más de siete años; 3) En abril de 2010, la parte ejecutada instó el desarchivo para plantear caducidad de anotación preventiva y desembargo de uno de los bienes, en función del documento privado de reconocimiento de deuda de 14 de mayo de 2008 -posterior a la sentencia-; 4) El acreedor sólo se apersonó al proceso por efecto del incidente planteado por los deudores, ratificándose en las medidas previas al remate y en ningún momento pidió actualización de las mismas; 5) El accionante refirió que fueron diferentes peticiones; sin embargo, el mencionado memorial fue el único presentado sobre medidas previas al remate; 6) No se dio la tramitación de la ejecución de Sentencia por la dejadez del accionante y luego del desarchivo, se cumplió con la tramitación y resolución del incidente planteado en cuya resolución se respeta el nuevo documento posterior a la Sentencia, el cual extingue al actual proceso ejecutivo con las disposiciones que son motivo de la presente acción; y, 7) No se puede alegar la emisión de una Resolución ultra petita cuando el nuevo documento establece cláusulas que se constituyen en “ley entre las partes” pues sólo se dispuso el cumplimiento de dichas cláusulas. Horacio Paredes Carranza, Juez Sexto de Partido en lo Civil y Comercial del departamento de Tarija, a través de informe cursante de fs. 32 a 33 vta., manifestó: i) Dentro del proceso ejecutivo la Sentencia de 23 de septiembre de 2003, cobró ejecutoria por no haberse opuesto ningún medio de impugnación en su contra, por lo que la parte ejecutante pidió medidas previas al remate el 17 de noviembre de ese año; ii) Las medidas previas al remate no fueron realizadas en su debido momento por la parte ejecutante demostrando de esta manera su negligencia en la ejecución de un fallo a su favor; iii) Esa supuesta negligencia por más de siete años, tal vez fue un plazo de espera acordado con la parte ejecutada, habida cuenta que se presentó al proceso el 2010 y posteriormente a la solicitud de desarchivo, presentó un documento privado suscrito entre las partes, el accionante y el representante legal de COINCA Ltda., por el cual se concedió un nuevo plazo para el cumplimiento de la obligación que se exigía ejecutivamente y en tal mérito instó al ejecutado se cumpla con este documento posterior, que es el que exime de ejecución al fallo emitido en primera instancia; iv) El documento posterior nunca fue desconocido por el accionante, por tanto debe ser reconocido y aplicado, más aun cuando su inaplicación puede causar agravio a alguna de las partes; v) Es impertinente lo argumentado por el accionante, al indicar que ese documento posterior, la parte ejecutada debía hacer valer a través de un proceso ordinario, toda vez que tenía un plazo de seis meses computados desde la ejecutoria de la Sentencia del juicio ejecutivo; vi) La ejecución de la Sentencia emitida dentro del proceso ejecutivo no fue llevada a cabo por la existencia de un documento posterior firmado por las partes del proceso y que fue puesto en consideración del juez para su cumplimiento; y, vii) Para el Juez de primera instancia el documento posterior, operó una novación y para el suscrito juzgador lo que operó fue una renovación del plazo. I.2.3. Intervención del tercero interesado Andrés Policarpio Vega, Presidente de COINCA Ltda., a pesar de su legal notificación no asistió a la audiencia y tampoco presentó informe alguno. I.2.4. Resolución La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, constituida en Tribunal de garantías, mediante Resolución 07/2013 de 5 de febrero, cursante de fs. 36 vta. a 40 vta., denegó la tutela impetrada, en base a los siguientes fundamentos: a) Luego de las medidas previas al remate ordenadas por la Jueza de aquel entonces, María Ximena Echeverría Araoz, no se continuó con la ejecución de la Sentencia materializada, porque según los antecedentes señala que el 14 de mayo de 2008, se firmó un documento entre las partes del proceso ejecutivo, que manifiesta expresamente la voluntad del accionante, quien en la cláusula cuarta establece que los deudores al cumplimiento del plazo están obligados únicamente a la devolución del capital y el acreedor renuncia al cobro de cualquier interés legal o convencional, además en la cláusula quinta se comprometió a no iniciar ni proseguir ningún proceso judicial contra la Cooperativa, mientras no se cumpla el plazo establecido en el presente documento o sea que el vencimiento sería el 14 de mayo de 2013; b) Esta manifestación fue sopesada por los Jueces demandados, por lo que el hecho de no haber continuado con la ejecución de la sentencia, no obedece a una decisión arbitraria o ilegal de los mismos,, sino a una voluntad expresa por parte del accionante que la suscribió en el contrato referido anteriormente; c) Legalmente no puede dar curso a una ejecución donde la parte ejecutante pacta otra forma de cumplimiento diferente a la prevista en la ley, bajo el principio de libertad contractual, resulta irrelevante calificar como atentatorio al derecho de petición, el hecho de no haberse pronunciado acerca de las medidas previas de remate solicitadas, ya que existe un contrato donde el propio accionante por su propia voluntad, modificó la ejecución de la sentencia; d) Refiriendo jurisprudencia constitucional en cuanto a los requisitos para que la jurisdicción constitucional pueda ejercer el control de legalidad ordinaria, señaló que el accionante no demostró el accionar arbitrario e ilegal de los Jueces demandados; y, e) La Resolución del Juez Tercero de Instrucción en lo Civil ha sido objetada e impugnada válidamente ante el Juez Sexto de Partido en lo Civil y Comercial, quien resolvió el conflicto sin vulnerar derechos ni garantías, por cuanto subsiste la deuda de la que es titular, pero no se puede revivir un proceso ejecutivo que en ejecución de sentencia por voluntad del propio accionante pospuso su cobro firmando un nuevo documento con vigencia a mayo de 2013. I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional Al no haber encontrado consenso en Sala, de conformidad al art. 30.I.6 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), se procedió a convocar al Presidente del Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia a fin de dirimir con su voto el caso en análisis. II. CONCLUSIONES De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece lo siguiente: II.1. Por Resolución de 23 de septiembre de 2003, la Jueza Tercera de Instrucción en lo Civil del departamento de Tarija, María Ximena Echeverría Aráoz, declaró con lugar la demanda del proceso ejecutivo contra COINCA Ltda., disponiendo la continuación de los procedimientos ejecutivos hasta tanto la demandada Cooperativa no haya cumplido el pago a la actora del capital adeudado ($us7 000.-), más intereses convenidos. Con dicha Sentencia se notificó a los ejecutados el 30 de igual mes y año (fs. 34, 35 y 36 del anexo). II.2. A través de memorial de 15 de octubre de 2003, Yehudy Zubieta Godoy -ahora accionante-, solicitó en calidad de medidas previas al remate, ordene a la Jueza Registradora de DD.RR. se sirva certificar sobre las hipotecas y gravámenes que pesaren sobre los bienes embargados. Asimismo ordene a Catastro Urbano e ingresos del Municipio, certificar sobre los impuestos de los inmuebles embargados. Reiteró dicha petición el 17 de noviembre de ese año, y el 22 de noviembre de 2011 (fs. 37, 44 y 70 del anexo). II.3. Mediante memorial presentado por 5 de abril de 2010, por Andrés Policarpio Vega Vásquez en representación de COINCA Ltda., solicitó desarchivo de obrados (fs. 53 del anexo). II.4. Documento privado firmado el 14 de mayo de 2008, suscrito entre el accionante y los representantes legales de COINCA Ltda., en su calidad de deudores, entre otros, pactaron en la cláusula segunda que el deudor se comprometía a cancelar la suma de $us7 000.-, en el plazo de cinco años a partir de la suscripción de dicho documento; en la cláusula cuarta en cuanto a los intereses, por acuerdo mutuo entre partes, señaló que los deudores al cumplimiento del plazo estarían obligados únicamente a la devolución del capital y el acreedor renunció al cobro de cualquier tipo de interés legal o convencional; asimismo en la cláusula quinta estableció que el acreedor se comprometió a no iniciar ningún proceso judicial contra la Cooperativa para la recuperación de su crédito mientras no se cumpla el plazo establecido en el presente documento (fs. 57 y vta. del anexo). II.5. Mediante memorial presentado el 9 de septiembre de 2010, Andrés Policarpio Vega Vásquez, Presidente de la Cooperativa COINCA Ltda., ante el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil, solicitó la caducidad de anotación preventiva del embargo, el desembargo correspondiente y cumplimiento a la cláusula tercera del documento posterior. En consecuencia por providencia de 15 del citado mes y año, dispuso el traslado a las partes, siendo notificadas el 21 del mismo mes y año (fs. 58 a 61 del anexo). II.6. Por Auto de 9 de mayo de 2012, el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil del departamento de Tarija ahora codemandado, resolvió: “…DECLARAR PROBADO EN PARTE el incidente planteado respecto a la aplicabilidad del nuevo contrato de obligación, disponiendo la extinción de la obligación inicial por novación de una nueva obligación, y sea con los efectos que prevé el Art. 354 del Cód. Civil, por el cual subsistirá la garantía real señalada en la cláusula tercera del citado documento; quedando extinguida las demás garantías que se hayan obtenido en el curso de la presente causa…” (fs. 86 y vta. del anexo). II.7. A través de memorial presentado el 16 de mayo de 2012, el accionante, planteó recurso de reposición bajo alternativa de apelación, considerando que la Resolución sería incongruente porque resolvió no ha lugar a la caducidad manteniendo el embargo ejecutivo de los inmuebles embargados; es decir, hasta que el acreedor recupere lo que le pertenece, contrariamente a la misma resolución manifestó la existencia de novación contractual por cuanto dispuso la extinción de la obligación inicial por novación de una nueva obligación; por lo que señala que se dictó una resolución ultra petita, considerando que el documento privado de reconocimiento expreso de la deuda y compromiso de pago difiere de la novación. En consecuencia, mediante Auto de 12 de junio del citado año, el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil del departamento de Tarija, declaró no haber lugar a la consideración de la reposición planteada, manteniéndose firme en todas sus partes y concedió el recurso de apelación en el efecto devolutivo (fs. 107 a 109 vta.; y, 116 vta. del anexo). II.9. Por Auto de Vista 12/2012 de 3 de agosto, Horacio Paredes Carranza, Juez Sexto de Partido en lo Civil y Comercial del departamento de Tarija -ahora codemandado-, “…confirmó parcialmente el auto interlocutorio de fs. 85 -85 Vta. de obrados, con la modificación de que la obligación asumida en el primer documento privado de préstamo de fs. 1-2 no queda extinguida por novación, sino que ante el desistimiento tácito a la ejecución de sentencia por la suscripción del documento privado de Fs. 55-56, corresponde decretar el Archivo de obrados de la presente causa ejecutiva, con el correspondiente levantamiento y/o cancelación de los embargos ejecutivos ordenados y dejando expresa constancia que el acreedor podrá accionar nuevamente en la vía ejecutiva para exigir el cumplimiento de la obligación original cuando el plazo contractual estipulado y convenido en el segundo documento se encuentre vencido (14/05/13)” (fs. 131 a 133 vta. del anexo). III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO El accionante considera que se ha vulnerado sus derechos al debido proceso en su elemento congruencia, de petición, de acceso a la justicia y los principios de seguridad jurídica, de autonomía del proceso ejecutivo, de preclusión, dispositivo y de legalidad; ya que dentro del proceso ejecutivo seguido por su persona contra COINCA Ltda., el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil, incurrió en actos ilegales al: 1) No haber dado continuidad a la ejecución de la sentencia ejecutoriada; 2) Tampoco se pronunció sobre las medidas previas al remate haciendo que se prolongue el proceso de ejecución; y, 3) Emitió una Resolución ultra petita que carece de congruencia. Posteriormente resolviendo la apelación planteada, el Juez Sexto de Partido en lo Civil y Comercial, dictó también una Resolución incongruente. En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada. III.1. Naturaleza jurídica de la acción de amparo constitucional El amparo constitucional es una acción de defensa de los derechos fundamentales y de las garantías constitucionales, se activa contra actos u omisiones ilegales o indebidas de los servidores públicos, o de particulares, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos fundamentales reconocidos por la Constitución; su ámbito de protección no alcanza a los derechos que se encuentran protegidos por las otras acciones de defensa previstas constitucionalmente. Esta garantía jurisdiccional se encuentra reconocida en el art. 128 de la CPE, que señala: “La Acción de Amparo Constitucional tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley”, también se encuentra reconocida en instrumentos internacionales de Derechos Humanos, como el art. 8 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), que establece: “Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley”. El art. 2.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), señala que: “Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a garantizar que: a) Toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente Pacto hayan sido violados podrá interponer un recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera sido cometida por personas que actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales; b) La autoridad competente, judicial, administrativa o legislativa, o cualquiera otra autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado, decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso, y desarrollará las posibilidades de recurso judicial; c) Las autoridades competentes cumplirán toda decisión en que se haya estimado procedente el recurso”. En el mismo sentido el art. 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH), señala que: “1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales. 2. Los Estados Partes se comprometen: a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso; b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial; y, c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión en que se haya estimado procedente el recurso”. Del marco normativo representado, se puede señalar que la acción de amparo constitucional es una garantía jurisdiccional subsidiaria, sumaria y efectiva que ampara a quienes han sufrido vulneración o se encuentran amenazados de sufrir restricción de sus derechos fundamentales y/o garantías constitucionales, a causa de actos lesivos (acto, omisión o amenaza). La vigencia y aplicabilidad de esta acción se encuentra firmemente vinculada con la garantía de goce efectivo de los derechos fundamentales, la cual tiene una doble dimensión, de un lado la protección de los derechos en su vertiente subjetiva; y del otro, la protección de los derechos como ordenamiento objetivo (orden objetivo de valores) del Estado Plurinacional de Bolivia, en cuanto a que los derechos fundamentales constituyen un marco de convivencia humana justa y pacífica, en busca de la construcción de una sociedad en la que, como expresa el segundo párrafo del Preámbulo de la Constitución Política del Estado, existe “…igualdad entre todos, con principios de soberanía, dignidad, complementariedad, solidaridad, armonía y equidad en la distribución y redistribución del producto social, donde predomine la búsqueda del vivir bien; con respeto a la pluralidad económica, social, jurídica, política y cultural de los habitantes de esta tierra; en convivencia colectiva con acceso al agua, trabajo, educación, salud y vivienda para todos”. Por ende, se puede caracterizar esta acción tutelar como un mecanismo procesal de tutela inmediata de derechos y garantías constitucionales, público, sumario, subsidiario, ágil en la protección que brinda, de ejecución inmediata y que no reconoce fueros, privilegios, inmunidad, ni prerrogativa alguna. III.2. La revisión de la actividad interpretativa - valorativa de otras jurisdicciones a través de la acción de amparo constitucional La activación de la acción de amparo constitucional para proceder a revisar la actividad interpretativa de otros tribunales requiere que la justicia constitucional pueda abrir su jurisdicción a la revisión hermenéutica de otros órganos jurisdiccionales, para ello es imprescindible recordar que la justicia constitucional no es una instancia de revisión casacional de la labor de los otros tribunales en el ejercicio de la jurisdicción que la Constitución y la ley les han atribuido; sin embargo, la tradición jurisprudencial boliviana ha establecido claramente que la revisión de la actividad hermenéutica y valorativa de otros tribunales es excepcional y obedece a la evidencia de la lesión de derechos fundamentales y garantías constitucionales. En ese marco, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional Plrunacional, ha establecido que no puede analizar la interpretación de la legalidad efectuada por jueces y tribunales ordinarios, sino cuando se evidencie que esa labor interpretativa resultare insuficientemente motivada, arbitraria, incongruente, absurda e ilógica o con error evidente, identificando, en su caso, las reglas de interpretación que fueron omitidas por el órgano judicial o administrativo, además se precise los derechos o garantías constitucionales lesionados por el intérprete, estableciendo el nexo de causalidad entre éstos y la interpretación impugnada; en ese sentido, la SC 1846/2004-R de 30 de noviembre, señaló el deber de los administradores de justicia de no quebrantar los principios constitucionales informadores del ordenamiento jurídico, refiriendo: “Si bien la interpretación de la legalidad ordinaria debe ser labor de la jurisdicción común, corresponde a la justicia constitucional verificar si en esa labor interpretativa no se han quebrantado los principios constitucionales informadores del ordenamiento jurídico, entre ellos, los de legalidad, seguridad jurídica, igualdad, proporcionalidad, jerarquía normativa y debido proceso; principios a los que se hallan vinculados todos los operadores jurídicos de la nación; dado que compete a la jurisdicción constitucional otorgar la protección requerida, a través de las acciones de tutela establecidas en los arts. 18 y 19 de la Constitución, ante violaciones a los derechos y garantías constitucionales, ocasionadas por una interpretación que tenga su origen en la jurisdicción ordinaria, que vulnere principios y valores constitucionales. Esto significa que los órganos de la jurisdicción ordinaria deben sujetar su labor interpretativa a las reglas admitidas por el derecho, con plena vigencia en el derecho positivo, que exige que tal labor se la realice partiendo de una 'interpretación al tenor de la norma (interpretación gramatical), con base en el contexto (interpretación sistemática), con base en su finalidad (interpretación teleológica) y los estudios preparatorios de la ley y la historia de formación de la ley (interpretación histórica)' (Cfr. Cincuenta años de jurisprudencia del Tribunal Constitucional Alemán , pág. 2); reglas o métodos de interpretación que en algunas legislaciones, han sido incorporados al ordenamiento jurídico positivo (así, art. 3.1 del Código civil español). Las reglas de la interpretación aludidas, operan como barreras de contención o controles, destinadas a precautelar que a través de una interpretación defectuosa o arbitraria, se quebranten los principio constitucionales aludidos; de modo que debe ser previsible, tanto en relación a los medios empleados cuanto en relación al resultado alcanzado; pues la interpretación de una norma no puede conducir a la creación de una norma distinta de la interpretada. En este orden, conviene precisar que la interpretación sistemática o contextualizada, puede extenderse, según los casos, al artículo del cual forma parte el párrafo o inciso analizado; al capítulo o título al que pertenece; al sector del ordenamiento con el que se vincula o pertenece; o al ordenamiento en su conjunto; y finalmente, de manera inexcusable, con las normas, principios y valores de la Constitución, dado que de todas las interpretaciones posibles que admita una norma, debe prevalecer siempre aquella que mejor concuerde con la Constitución”. Sobre la carga argumentativa para activar esta interpretación la SCP 0615/2012 de 23 de julio, citando a la SC 1587/2011-R de 11 de octubre, señaló que: “…el accionante no debe limitarse a hacer un relato de los hechos, sino que debe explicar no sólo por qué considera que la interpretación no es razonable, sino también cómo esa labor interpretativa vulneró sus derechos y garantías. Este entendimiento ha sido adoptado por la SC 0083/2010-R de 4 de mayo, al señalar que '… la interpretación de la legalidad ordinaria corresponde a la jurisdicción común y que si bien a la jurisdicción constitucional le corresponde verificar si en esa labor interpretativa no se han quebrantado los principios constitucionales informadores del ordenamiento jurídico, entre ellos, los de legalidad, seguridad jurídica, igualdad, proporcionalidad, jerarquía normativa y debido proceso; no es menos cierto que el demandante o accionante debe invocar y fundamentar cuáles fueron las infracciones a las reglas de la interpretación admitidas por el derecho; (…) pues no ha expresado con precisión las razones que sustentan su posición, ni identificó con claridad qué criterios o principios interpretativos no fueron empleados o fueron desconocidos por las autoridades judiciales demandadas'. En el mismo sentido el Tribunal Constitucional Alemán, estableció que si en el marco de una interpretación conforme con la Constitución de una norma del derecho ordinario, el Tribunal Constitucional considera que ciertas interpretaciones posibles de una norma no son compatibles con la Constitución, los demás tribunales no podrán considerar constitucionales esas posibles interpretaciones (Sentencia de 10 de junio de 1975, BvR 1018/74). Por su parte, el Tribunal Constitucional de España ha establecido que la interpretación de la legalidad ordinaria no puede ser analizada por la jurisdicción constitucional, salvo que la misma se funde en una interpretación arbitraria o manifiestamente irrazonable (STC 133/2000, de 16 de mayo), cuando esa interpretación carezca de la debida motivación (SSTC 214/1988 de 14 de noviembre, 63/1992 de 29 de abril), se apoye en una causa legal inexistente (SSTC 69/1984 de 11 de junio, 57/1988, de 5 de abril), o sea el resultado de un error patente (SSTC 295/2000, de 11 de diciembre). 'En consecuencia, excepcionalmente puede analizarse la interpretación efectuada por los jueces y tribunales ordinarios; empero, es necesario que el accionante a tiempo de cuestionar la interpretación de la legalidad ordinaria cumpla ciertas exigencias, a objeto de que la situación planteada adquiera relevancia constitucional, como ser: 1) Explique por qué la labor interpretativa impugnada resulta insuficientemente motivada, arbitraria, incongruente, absurda o ilógica o con error evidente, identificando, en su caso, las reglas de interpretación que fueron omitidas por el órgano judicial o administrativo, 2) Precise los derechos o garantías constitucionales que fueron lesionados por el intérprete, con dicha interpretación, y 3) Establezca el nexo de causalidad entre la ausencia de motivación, arbitrariedad u otra situación absurda, por no aplicar la interpretación que considera debió efectuarse, y los derechos y/o garantías que conforman el bloque de constitucionalidad, y que han sido lesionados con dicha interpretación, explicando sí el resultado, cuál la relevancia constitucional'( SC 1718/2011-R de 7 de noviembre). Deduciéndose que la labor interpretativa de la Ley corresponde a la jurisdicción ordinaria, salvo ciertas excepciones que importen lesión a derechos fundamentales, mismos que deben ser acreditados, por lo que la jurisdicción constitucional mediante la acción de amparo constitucional no puede dejar de lado esa atribución, ya que de hacerlo ocasionaría un desequilibrio entre jurisdicciones”. Sobre la valoración de la prueba la SC 0939/2011-R de 22 de junio, sostuvo: “La jurisprudencia del Tribunal Constitucional señaló que cuando se impugnen actos y resoluciones de los jueces y tribunales ordinarios, la jurisdicción constitucional no puede ingresar a valorar la prueba producida durante el proceso, por cuanto esa labor corresponde exclusivamente a las autoridades jurisdiccionales ordinarias y no así al Tribunal Constitucional dada su finalidad protectora de derechos fundamentales y no de instancia de apelación o casación. Consecuentemente, la acción de amparo constitucional no puede constituirse en una instancia más de revisión de resoluciones, a menos que dentro de esa valoración exista apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y equidad previsible para decidir o cuando se haya omitido arbitrariamente valorar la prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de derechos fundamentales y garantías constitucionales. Entendimiento asumido en la SC 0083/2010-R de 4 de mayo, que en lo pertinente señaló que: existe línea jurisprudencial en sentido de que: “'…la facultad de valoración de la prueba aportada corresponde privativamente a los órganos jurisdiccionales ordinarios, por lo que el Tribunal Constitucional no puede pronunciarse sobre cuestiones que son de exclusiva competencia de los jueces y tribunales ordinarios, y menos atribuirse la facultad de revisar la valoración de la prueba que hubieran efectuado las autoridades judiciales competentes' SSCC 577/2002-R y 0977/2003-R, entre otras…'”. En conclusión, la jurisprudencia vigente determina que para lograr una revisión de la actividad interpretativa hermenéutica de los tribunales y jueces ordinarios, que involucre analizar la coherencia, la fundamentación y la aplicación del Derecho, en el caso concreto debe existir una argumentación jurídica, por parte de la acción de amparo constitucional planteada; asimismo, ser clara y contundente, destinada a generar convicción en la justicia constitucional que resulte procedente revisar a la luz de los derechos y garantías fundamentales una sentencia emitida por un tribunal o juez de otra jurisdicción, en el mismo sentido la valoración de la prueba sólo puede ser sometida a revisión en el caso que sea manifiesta y evidente la lesión de derechos a partir de un apartamiento absoluto por parte del juzgador ordinario de los criterios de razonabilidad, para ello es también imprescindible que el accionante sea claro y contundente en la argumentación que desarrolla para que a través de la acción de defensa se pueda evidenciar si la situación planteada resulta lesiva de los derechos y garantías fundamentales. III.3. Análisis del caso concreto En el presente caso, el accionante alega que dentro del proceso ejecutivo seguido contra COINCA Ltda., el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil emitió una Resolución ultra petita que carece de congruencia al no otorgar la continuidad a la ejecución de la sentencia materializada y menos pronunciarse sobre las medidas previas al remate solicitadas. Asimismo refiere que el Juez Sexto de Partido en lo Civil y Comercial, también dictó una resolución incongruente con relación al recurso de apelación interpuesto. Sin embargo, analizado minuciosamente el memorial de acción de amparo constitucional, se evidencia que el accionante no cumplió con el estándar argumentativo destinado a activar la jurisdicción constitucional pues el accionante al cuestionar las Resoluciones judiciales impugnadas pretende activar la jurisdicción constitucional cual si fuere una instancia más del proceso, haciendo una expresión de agravios sin hacer una debida y minuciosa relación de causalidad con la lesión de los derechos fundamentales alegados como vulnerados, incidiendo en los criterios hermenéuticos utilizados por las autoridades judiciales, pues en la demanda se citaron los derechos supuestamente conculcados sin hacer una precisión a cabalidad en cada caso de cómo el actuar interpretativo de los demandados llegó a lesionar los derechos fundamentales invocados, ya que no basta realizar afirmaciones genéricas citando normativa y a continuación señalar que se vulneraron derechos fundamentales. La carga argumentativa mínimamente exigible a quien pretende activar el mecanismo del amparo constitucional para “revisar” la actividad de la jurisdicción ordinaria debe apuntar a indicar precisamente los criterios interpretativos que se usaron irrazonablemente y el nexo especifico y puntal con la lesión de los derechos fundamentales, lo contrario sería pretender constituir a la acción de amparo constitucional en un recurso casacional lo que provoca se proceda a denegar al presente demanda de acción de amparo constitucional. En consecuencia, el Tribunal de garantías al denegar la tutela solicitada, obró correctamente. POR TANTO El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión resuelve: CONFIRMAR la Resolución 07/2013 de 5 de febrero, cursante de fs. 36 vta. a 40 vta., pronunciada por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija; y, en consecuencia DENEGAR la tutela solicitada, aclarándose que no se ingresó al fondo de la problemática planteada. Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional. Se hace constar que no interviene la Magistrada Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños, por ser de voto disidente. Fdo. Dr. Ruddy José Flores Monterrey PRESIDENTE Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez MAGISTRADA Demanda probada por novacion SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0814/2013-L Sucre, 9 de agosto de 2013 SALA LIQUIDADORA TRANSITORIA Magistrado Relator: Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales Acción de amparo constitucional Expediente: 2011-24627-50-AAC Departamento: Cochabamba En revisión la Resolución de 28 de octubre 2011, cursante de fs. 235 a 238, pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Varinia Ameller Badani en representación del Banco Unión S.A., contra José Eddy Mejía Montaño, Presidente; y, Jimy Rudy Siles Melgar, Vocal; ambos de la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Cochabamba. I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA I.1. Contenido de la demanda La representante, por memorial presentado el 26 de mayo de 2011, cursante de fs. 191 a 195 vta., y memorial de subsanación de fs. 210 y vta., manifestó que: I.1.1. Hechos que motivan la acción Como consecuencia de un proceso ordinario seguido por Teresa Issa Cheade de Manzur, contra el Banco Unión S.A., sobre extinción judicial de fianza, en vía de la acción oblicua, pretendió la entrega del mutuo no desembolsado de $us76 000.- (setenta y seis mil dólares estadounidenses), por subrogación legal, y “por cuerda separada” (sic), demandó pago de daños y perjuicios como consecuencia del gravamen indebido de sus bienes y del falso reporte de morosidad y ejecución al sistema financiero que le habría causado daños morales, civiles y comerciales consistentes en $us76 000.- a partir del 1 de septiembre de 1997, fecha en la que se debió extinguir la obligación de su fianza, hasta el momento de levantar los gravámenes sobre sus bienes y el reporte de morosidad en el sistema. Este proceso, en primera instancia mereció sentencia el 2 de agosto de 2001, declarando probada en parte la demanda respecto a la novación de contrato, mas no con referencia a la acción oblicua. Contra esa sentencia Teresa Issa Cheade de Manzur, interpuso recurso de apelación, el mismo que a través de Auto de Vista de 3 de febrero de 2005, la confirmó parcialmente, con la modificación de “sin costas en ambas instancias” (sic). Habiendo sido este Auto sujeto de recurso de casación, interpuesto por la referida demandante, de cuyo efecto se casó el Auto de Vista recurrido y deliberando en el fondo declaró probada en parte la demanda, disponiendo el pago de daños y perjuicios a favor de la actora, averiguables en ejecución de sentencia, manteniéndose incólume la sentencia de primer grado sin responsabilidad por ser excusable. Si bien el Auto Supremo de 4 de octubre de 2007, casó el Auto de Vista declarando probada la demanda de daños y perjuicios la parte considerativa del referido Auto de Vista sostuvo que “no es posible contabilizar el pago de daños y perjuicios, en el pago del 19% de interés anual del monto que hubiera podido obtener como préstamo la actora ($us.77.650,32), la misma constituye una pretensión unilateral que deberá demostrarse en ejecución de sentencia…” (sic), sin embargo, el Juez de primera instancia pese a ello y de no haberse demostrado en ejecución de sentencia los supuestos daños y perjuicios, fijó el monto por esos daños en virtud al porcentaje, antes indicado violentando con ello lo referido por el Auto Supremo antes mencionado. En ejecución de sentencia, la demandante solicitó apertura de plazo probatorio para la averiguación de daños y perjuicios, solicitud que fue deferida por Auto de 17 de enero de 2008, en ese ínterin, solicitó la regulación de los honorarios profesionales, que también fue deferida por Auto de 18 de septiembre de igual año, fijando el monto por ese concepto en $us11 400.- (once mil cuatrocientos solares estadounidenses), estableciendo como referente para su cálculo la cuantía del monto demandado en la acción oblicua -que fue declarada improbada- mismo que fue objeto de apelación. Concluido el plazo probatorio, sin haberse producido prueba idónea para acreditar los supuestos daños y perjuicios y por ende su valor monetario cuantificable, el Juez de la causa pronunció Auto definitivo de 24 de abril de 2009, fijando como daños y perjuicios la suma de Bs15 000.- (quince mil bolivianos) y $us62 537,16.- (sesenta y dos mil quinientos treinta y siete 16/100 dólares estadounidenses). Contra esta última determinación el Banco Unión S.A., formuló recurso de apelación. Una vez radicado este recurso en la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Cochabamba, donde se acumularon los demás recursos de apelación de regulación de honorarios profesionales y otro sobre negativa de admitirse la fianza de resultas, se dictó el Auto de Vista de 2 de octubre de 2010 y Auto de enmienda de 12 de noviembre del mismo año, de manera incongruente, ya que este Tribunal ad quem, habría omitido y aplicado indebidamente el Código de Procedimiento Civil, ya que no se consideró que la demanda, sólo fue declarada probada en parte. De acuerdo al contenido de la demanda, se pretendió el pago de daños y perjuicios como consecuencia del gravamen de los bienes de la demandante, empero dicha petición se la dedujo por “cuerda separada”, lo que vendría a significar que fue una primera petición directa de la demanda, por lo tanto su calificación y averiguación correspondía hacerlo dentro de lo principal y no en ejecución de sentencia. Asimismo, el juez de primera instancia pese a no haberse demostrado en ejecución de sentencia los supuestos daños y perjuicios, por no haberse levantado el reporte de morosidad, fijó el monto de daños y perjuicios en el 19%, como pretendía la demandante, violándose de esta manera el Auto Supremo de 4 de octubre de 2007. Refiere que el Banco Unión S.A., no podía haber sido condenado en costas, por cuanto éste no fue declarado contumaz o rebelde, por lo que el a quo y el tribunal ad quem, pronunciaron resoluciones en franca violación a la garantía del debido proceso y a la Ley 004 de 31 de marzo de 2010. Por lo que interpone la presente acción tutelar en contra del Auto de Vista de 2 de octubre de 2010 y Auto de enmienda y complementación de 12 de noviembre del mismo año. Asimismo, en su memorial de subsanación manifiesta que la presente acción tutelar fue presentada el 28 de abril de 2011 y que dando cumplimiento al Auto de 4 de mayo de 2011, la presente acción de amparo constitucional, fue replanteada dentro de término. I.1.2. Derecho y garantía supuestamente vulnerados La representante de la entidad bancaria accionante considera que se lesionaron el derecho y garantía del debido proceso, citando al efecto el art. 115 de la Constitución Política del Estado (CPE). I.1.3. Petitorio Solicita se conceda la tutela y se disponga: a) No haber lugar a la calificación de daños y perjuicios en ejecución de sentencia y en su caso al no haberse acreditado la misma bajo los alcances del Auto Supremo de 4 de octubre de 2007, se declare en ejecución de sentencia improbada la solicitud de pago de daños y perjuicios; y, b) Que el Banco Unión S.A., no está obligado al pago de costas procesales, así como se ordene que a tercero día se haga devolución del pago efectuado por el citado Banco. I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías Celebrada la audiencia pública el 28 de octubre de 2011, según consta en el acta cursante de fs. 233 a 234 vta., se produjeron los siguientes actuados: I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción La representante de la entidad bancaria accionante, ratificó in extenso en la acción tutelar presentada. I.2.2. Informe de las autoridades demandadas José Eddy Mejía Montaño y Jimy Rudy Siles Melgar, mediante informe cursante de fs. 231 a 232, manifestaron que: a tiempo de emitir el Auto de Vista objetado a través de la presente acción tutelar, se procedió conforme a derecho, por lo que no existe nada que discutir sobre el particular, y lo que busca la accionante es revisar, regularizar o anular actuaciones procesales, equiparando la acción de amparo constitucional al recurso de casación. I.2.3. Intervención de la tercera interesada Teresa Issa Cheade de Manzur, en audiencia manifestó que: la accionante a través de su memorial de demanda, indicó que no se valoró adecuadamente la prueba, cuando el Tribunal de amparo constitucional, no es la institución que va a revisar si un Juez o los Vocales, valoraron o no la prueba por lo que parece que se está atacando el fondo y no la forma. Indica que debió haberse interpuesto esta acción tutelar en contra del Auto Supremo de 4 de octubre de 2007, que ordenaba al Juez de Primera instancia averiguar el tema de daños y perjuicios y no contra el Auto de Vista de 2 de octubre de 2010. Refieren que también debió haberse notificado en calidad de tercero interesado al abogado que cobró sus honorarios profesionales. I.2.4. Resolución La Sala Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Cochabamba, constituida en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución de 28 de octubre de 2011, cursante de fs. 235 a 238, por la que concedió la acción de amparo constitucional, dejando sin efecto el Auto de Vista de 2 de octubre de 2010 y su complementario de 12 de noviembre del mismo año, disponiendo que los demandados emitan nuevo Auto de Vista. Bajo el siguiente fundamento: De la lectura del contenido de la resolución cuestionada, se puede advertir que evidentemente la misma incumple con el deber de motivar suficientemente la resolución asumida, toda vez que hace una extensa relación de hechos, con la descripción de los actos procesales que informan el caso, empero no justifica ni motiva suficientemente el porqué asume la decisión que consta en la parte resolutiva, que afecta ciertamente el debido proceso, por lo que se conculcó y restringió el derecho al debido proceso de la parte accionante. I.3. Consideraciones de Sala Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías, hasta el 31 de diciembre de 2011, modificada por la Disposición Transitoria Segunda del Código Procesal Constitucional vigente desde el 6 de agosto de 2012. Con la referida competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose la Resolución dentro de plazo. II. CONCLUSIONES Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes, se llega a las conclusiones siguientes: II.1. Mediante memorial de 5 mayo de 1999, Teresa Issa Cheade de Manzur, interpuso demanda ordinaria ante el Juez de Partido de turno en lo Civil, solicitando se declare extinguida judicialmente la fianza prestada a favor de su hermano Carlos Issa Cheade, ante el Banco Unión S.A., señalando en el punto 4.2, de su demanda que alternativamente por cuerda separada y sin excluir ni desvirtuar la demanda en vía de acción oblicua, demandó el importe convenido en el mutuo, que no fue desembolsado, incumpliendo el contrato, más intereses bancarios y penales. Asimismo, por cuerda separada demandó al Banco antes referido pago de daños y perjuicios, además de daños morales, civiles y comerciales y se pague los intereses de $us76 000.- y sea en proporción del 19%, estipulado en el Testimonio 1376/96, más intereses penales, a partir del 1 de septiembre de 1997, fecha en la que se debió extinguir la obligación y fianza, hasta el momento de levantamiento de gravámenes sobre sus bienes, desistimiento del proceso que sigue en su contra y levantamiento del falso reporte de morosidad en todo el sistema financiero (fs. 17 a 19). II.2. Siendo declarada probada en parte la demanda mediante Sentencia de 2 de agosto de 2001, respecto de la novación del contrato de escritura pública 1376/96, más no referencia a la acción oblicua, por la que se pretende la entrega del importe del mutuo no desembolsado, más los intereses pactados en ésta, tampoco con relación al pago de daños y perjuicios morales, civiles y comerciales, en razón a que estos no estarían acreditados, por lo que declaró extinguida la fianza prestada por Teresa Issa Cheade de Manzur. Con costas (fs. 24 a 27 vta.). II.3. Cursa Auto de Vista de 3 de febrero de 2005, por el que confirmó la sentencia antes referida (fs. 32 y vta.). II.4. El Auto Supremo 410 de 4 de octubre de 2007, casó el Auto de Vista recurrido y deliberando en el fondo, declaró probada en parte la demanda, disponiendo el pago de daños y perjuicios a favor de la actora, averiguables en ejecución de sentencia, manteniendo incólume en lo demás, la sentencia de primer grado. Indicando que no es posible contabilizar el pago de daños y perjuicios en el pago del 19% de interés anual del monto que hubiera podido obtener como préstamo la actora ($us77.650,32.-), ya que la misma constituye una pretensión unilateral que deberá demostrase en ejecución de sentencia (fs. 34 a 36). II.5. Mediante Auto de 18 de septiembre de 2008, el Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial, reguló el honorario del abogado en la suma de $us11 400.-, que el Banco Unión S.A., debía pagar a favor de la actora a tercero día (fs. 51 vta.). Por memorial de 20 de octubre de 2008, se señala que el referido Auto fue apelado y concedido mediante Auto de 13 de octubre de 2008, sin adjuntar estos obrados (fs. 89). II.6. El Auto de 24 de abril de 2009, librado por el Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial, declaró probada en parte la demanda formulada en ejecución de sentencia, para el pago de daños y perjuicios disponiéndose que el Banco Unión S.A., cancele a favor de la actora Teresa Issa Cheade de Manzur, las sumas de Bs15 000.- y $us62 537,16.-, en el plazo de diez días, bajo conminatoria de ley (fs. 105 a 107). II.7. Siendo apelado este Auto por el Banco Unión S.A., mediante memorial de 14 de mayo de 2009, indicando que no se consideró la prueba aportada por el Banco donde se demostró que la actora sólo fue reportada a la central de riesgos de junio del 2000 a diciembre del 2001, por concepto de gastos judiciales, por lo que no correspondería el pago de daños y perjuicios o en su caso determinar únicamente desde la fecha de reporte junio del 2000 a diciembre de 2001 y no sobre el monto de la novación del 19% y el interés bancario en contradicción con el Auto Supremo 410 de 4 de octubre de 2007 (fs. 111 a 115 vta.). Corriéndose en traslado esta apelación mediante providencia de 14 de junio de 2009 (fs. 116). II.8. Por Auto de 30 de mayo de 2009, el mismo juez, ordenó el pago de la suma de $us11 400.- a favor de los abogados de la demandante, ordenándose la notificación con esa disposición al departamento de finanzas del Tribunal Departamental de Justicia (fs. 128 vta.). Ante ello el Banco demandado solicitó mediante memorial de 6 de junio de 2009, que previo al pago de este honorario se preste fianza de resultas (fs. 130 a 132). Por otro lado el Banco antes referido apeló del Auto de 30 de mayo antes señalado, mediante memorial de 12 de junio de 2009 (fs. 134 a 136). II.9. El Auto de 27 de junio de 2009, que resolvió la solicitud a la parte demandante, ofrecimiento de fianza de resultas planteado por el Banco Unión S.A., el cual dispuso “No ha lugar” (sic) el ofrecimiento de dicha fianza (fs.139). Siendo apelado, por el Banco Unión S.A., mediante memorial de 30 de julio de 2009 (145 a 147 vta.). II.10. Mediante Auto de Vista REG/S.CII/RR/AINT.220/02.10.10 de 2 de octubre de 2010, la Sala Civil Segunda de la Corte Superior de Justicia de Cochabamba, Revocó los Autos de 18 de septiembre de 2008, de 13 de mayo de 2009, de 30 de mayo de 2009, proveído de 15 de junio de 2009 y Auto de 27 de julio de 2009, disponiendo se pague por honorario profesional la suma de Bs1000.- (mil bolivianos) más $us5000.- (cinco mil dólares estadounidenses), que debe pagar el Banco Unión S.A., en el plazo de tercero día bajo conminatoria de ley y confirmó el Auto de 24 de abril de 2009, con la modificación de que el cómputo para la calificación de daños y perjuicios corre a partir del 1 de septiembre de 1997, hasta diciembre de 2001, totalizando cincuenta y un meses de perjuicio, traduciéndose en la suma de $us61 369,83.- (sesenta y un mil trescientos sesenta y nueve 83/100 dólares estadounidenses), que deberá pagar el Banco demandado en el plazo de diez días, previa fianza de resultas, dejando sin efecto la orden de notificarse a la Supervisión del Sistema Financiero y en caso de haberse procedido a dicha notificación, ésta queda sin efecto (fs. 172 a 174). Siendo notificado el Banco Unión S.A.; con este Auto el Vista el 8 de noviembre de 2010 (fs. 175). II.11. Consta Auto complementario de 12 de noviembre de 2010, con el que fue notificado, la accionante el 16 de noviembre de 2010 (fs. 176). II.12. También se tiene que el Auto de 4 de mayo de 2011, librado por la Sala Social y Administrativa de la Corte Superior de Justicia, en el que señala que mediante proveído de 29 de abril de 2011, ese tribunal advertido que la prueba literal cursante es simple fotocopia, con carácter previo se solicitó a la accionante, acompañe original o fotocopia legalizada de la literal referida, y al haberse comprobado que la parte accionante incumplió lo ordenado, rechazó la acción de amparo constitucional (fs. 199). III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO La representante de la entidad bancaria accionante, denuncia la vulneración del derecho y garantía al debido proceso por los Vocales de la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Cochabamba, quienes a emitieron el Auto de Vista REG/S.CII/RR/AINT.220/02.10.10 de 2 de octubre de 2010, sin fundamentación y de forma incongruente, revocando los Autos de 18 de septiembre de 2008, de 13, 30 de mayo de 2009, y proveído de 15 de junio y Auto de 27 de julio de 2009, pese a ello de forma contradictoria dispusieron que el Banco Unión S.A., cancele por honorario profesional la suma de Bs1000.- más $us5000.-, a tercero día de su legal notificación y por otro lado confirmó el Auto de 24 de abril de 2009, disponiendo que el Juez a quo ordene al Banco demandado pague la suma de Bs15 000.-, más $us61 369,83.-, en el plazo de diez días previa fianza de resultas, en contraposición al Auto Supremo 410 de 4 de octubre de 2007, que mantuvo incólume la sentencia de primera instancia y donde no consideraron que no era posible contabilizar el pago de estos daños y perjuicios con el 19% de interés anual. En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales argumentos son evidentes a fin de otorgar o denegar la tutela solicitada. III.1. De la acción de amparo constitucional y su naturaleza La SCP 0598/2012 de 20 de julio, indicó que: ”La acción de amparo constitucional prevista por el art. 128 y ss., de la CPE, fue instituida como una acción tutelar, medio de defensa y de tramite especial y sumarísimo, que tiene por objeto restablecer y restituir el goce efectivo de derechos fundamentales y garantías constitucionales de las personas con carácter preventivo y correctivo, protegiendo amenazas, restricciones o supresiones ilegales, arbitrarias, decisión, acción u omisión provenientes no solo de los servidoras y servidores públicos sino también de personas particulares o colectivas que contravengan el orden constitucional. Asimismo la jurisprudencia constitucional establecida en la SCP 0002/2012 de 13 de marzo, ha determinado que: 'El orden constitucional boliviano, dentro de las acciones de defensa, instituye en el art. 128 la acción de amparo constitucional como un mecanismo de defensa que tendrá lugar contra los «actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley». Del contenido del texto constitucional de referencia, puede inferirse que la acción de amparo constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de protección se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías, que no se encuentran resguardados por los otros mecanismos de protección especializada que el mismo orden constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de libertad, de protección de privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos provenientes no sólo de los servidores públicos sino también de las personas individuales o colectivas que restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección. En este contexto, el amparo constitucional boliviano en su dimensión procesal, se encuentra concebido como una acción que otorga a la persona la facultad de activar la justicia constitucional en defensa de sus derechos fundamentales y garantías constitucionales. El término de acción no debe ser entendido como un simple cambio de nomenclatura, que no incide en su naturaleza jurídica, pues se trata de una verdadera acción de defensa inmediata, oportuna y eficaz para la reparación y restablecimiento de los derechos y garantías fundamentales, y dada su configuración, el amparo constitucional se constituye en un proceso constitucional, de carácter autónomo e independiente con partes procesales diferentes a las del proceso ordinario o por lo menos con una postura procesal distinta, con un objeto específico y diferente, cual es la protección y restitución de derechos fundamentales con una causa distinta a la proveniente del proceso ordinario, esto es, la vulneración concreta o inminente de derechos fundamentales a raíz de actos y omisiones ilegales o indebidos con un régimen jurídico procesal propio'”. III.2. La motivación insuficiente de las resoluciones se constituye en expresiones de arbitrariedad de las autoridades judiciales La SCP 2233/2012 de 8 de noviembre, que refiere a su vez a la SCP 2221/2012 de 8 de noviembre, indicó que : “sobre el contenido esencial del derecho a una resolución motivada, que el mismo está dado por sus finalidades, éstas son: 1) El sometimiento de la resolución a la Constitución; 2) Lograr el convencimiento de las partes que la resolución en cuestión no es arbitraria; 3) Garantizar la posibilidad de control de la resolución en cuestión por los tribunales superiores que conozcan los correspondientes recursos o medios de impugnación; y, 4) Permitir el control de la actividad jurisdiccional o la actividad decisoria garantizando la publicidad de las resoluciones. En cuanto a la segunda finalidad de este derecho la referida SCP 2221/2012, señaló: Entonces, cuando todo órgano o persona, sea de carácter público o privado que tenga a su cargo el decidir, pretende hacer uso de facultades discrecionales o arbitrarias alejadas de la razonabilidad (principio de razonabilidad), éste se convierte en una directriz valiosa estrechamente relacionada a la justicia (valor justicia), porque se manifiesta como un mecanismo de control y barra de contención de la arbitrariedad (principio de interdicción de la arbitrariedad), cuya comprensión es multidimensional: a) Por una parte, la arbitrariedad, es contraria al Estado de derecho (Estado Constitucional de Derecho) y a la justicia (valor justicia art. 8.II de la CPE). En efecto, en el Estado de Derecho, o 'Estado bajo el régimen de derecho' con el contenido asumido por la Constitución bajo la configuración de 'Estado Constitucional de Derecho', cuya base ideológica es 'un gobierno de leyes y no de hombres', existe expresa proscripción que las facultades que ejercite todo órgano o persona, sea de carácter público o privado que tenga a su cargo el decidir sean arbitrarias y, por el contrario, existe plena afirmación de que el ejercicio de esas facultades deben estar en total sumisión a la Constitución y a la ley visualizando, con ello, claramente el reverso del ya sepultado 'Estado bajo el régimen de la fuerza'. En ese sentido, Pedro Talavera señala: '...la justificación de las decisiones judiciales constituye uno de los pilares del Estado de Derecho frente a las arbitrariedades del Antiguo Régimen'. Del mismo modo, Horacio Andaluz Vegacenteno, sostiene: 'La justificación de las decisiones judiciales es una exigencia del Estado de Derecho, no un elemento lógico del sistema jurídico. Sólo en el Estado de Derecho se considera que una decisión no está suficientemente justificada por el solo hecho de haber sido dictada por una autoridad competente'. b) En correspondencia con lo anterior, la arbitrariedad puede estar expresada en: b.1) Una 'decisión sin motivación', o extiendo esta es b.2) Una 'motivación arbitraria'; o en su caso, b.3) Una 'motivación insuficiente'. b.1) Por ejemplo, cuando una resolución en sentido general (judicial, administrativa, etc.), no da razones (justificaciones) que sustenten su decisión, traducido en las razones de hecho y de derecho, estamos ante la verificación de una 'decisión sin motivación', debido a que 'decidir no es motivar'. La 'justificación conlleva formular juicios evaluativos (formales o materiales) sobre el derecho y los hechos sub iudice [asunto pendiente de decisión]'. b.2) Del mismo modo, verbigracia, cuando una resolución en sentido general (judicial, administrativa, etc.) sustenta su decisión con fundamentos y consideraciones meramente retóricas, basadas en conjeturas que carecen de todo sustento probatorio o jurídico alguno, y alejadas de la sumisión a la Constitución y la ley, se está ante una 'motivación arbitraria'. Al respecto el art. 30.11 de la Ley del Órgano Judicial -Ley 025- 'Obliga a las autoridades a fundamentar sus resoluciones con la prueba relativa sólo a los hechos y circunstancias, tal como ocurrieron, es escrito cumplimiento de las garantías procesales'. En efecto, un supuesto de 'motivación arbitraria' es cuando una decisión coincide o deviene de la valoración arbitraria, irrazonable de la prueba o, en su caso, de la omisión en la valoración de la prueba aportada en el proceso (SC 0965/2006-R de 2 de octubre), que influye, en ambos casos, en la confiabilidad de las hipótesis fácticas (hechos probados) capaces de incidir en el sentido, en los fundamentos de la decisión. Es decir, existe dependencia en cómo cada elemento probatorio fue valorado o no fue valorado, para que se fortalezca o debilite las distintas hipótesis (premisas) sobre los hechos y, por ende, la fundamentación jurídica que sostenga la decisión. En este sentido, la SC 0802/2007-R de 2 de octubre, dentro de un proceso administrativo sancionador señaló: 'Consiguientemente, aplicando los principios informadores del derecho sancionador, las resoluciones pronunciadas por el sumariante y demás autoridades competentes deberán estar fundamentadas en debida forma, expresando lo motivos de hecho y de derecho en que basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios de prueba. Fundamentación que no podrá ser reemplazada por la simple relación de los documentos y presentación de pruebas o los criterios expuestos por las partes, y en los casos en los que existan co procesados, resulta primordial la individualización de los hechos, las pruebas, la calificación legal de la conducta y la sanción correspondiente a cada uno de ellos en concordancia con su grado de participación o actuación en el hecho acusado'. b.3)De otro lado, cuando una resolución no justifica las razones por las cuales omite o se abstiene de pronunciar sobre ciertos temas o problemas jurídicos planteados por las partes, se está ante una “motivación insuficiente'” (las negrillas nos corresponden). III.3. De la congruencia de las resoluciones judiciales La SCP 2080/2012 de 8 de noviembre, refiriéndose a este esencial elemento de una resolución señaló que:”Toda resolución que sea emitida en una demanda judicial, necesariamente deben contener una adecuada motivación y fundamentación respecto a los hechos en los que se base, a las pruebas que se aportaron y a las disposiciones legales en las que se sustente su decisión, puesto que el relacionamiento de estas con los hechos que le dieron origen, constituye la fundamentación y motivación a la que el debido proceso se refiere. En sentido, la jurisprudencia constitucional señaló: '…las resoluciones que emiten las autoridades judiciales, deben exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas que sustentan la parte dispositiva de esas resoluciones, exigencia que se torna aún más relevante cuando el Juez o Tribunal debe resolver en apelación o casación la impugnación de las resoluciones pronunciadas por las autoridades inferiores. Este deber de fundamentación de las resoluciones judiciales, se vincula tanto con la garantía del debido proceso como con el derecho a la seguridad jurídica (SC 0248/2007-R de 10 de abril). Así la SC 0752/2002-R de 25 de junio, recogiendo el entendimiento contenido en la SC 1369/2001-R, de 19 de diciembre, señaló que toda resolución «(…) debe imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas que sustenta la parte dispositiva de la misma. (...) Que, consecuentemente cuando un Juez omite la motivación de una Resolución, no sólo suprime una parte estructural de la misma, sino también en los hechos toma una decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera flagrante el citado derecho [debido proceso] que permite a las partes conocer cuáles son las razones para que se declare en tal o cual sentido; o lo que es lo mismo cuál es la ratio decidendi que llevó al Juez a tomar la decisión»' (SC 0618/2007-R de 17 de julio, citado a su vez por la SCP 0270/2012 de 4 de junio). La congruencia por su parte, responde a la estructura misma de una resolución, por cuanto expuestas las pretensiones de las partes traducidas en los puntos en los que centra una acción o recurso, la autoridad competente para resolver el mismo está obligada de contestar y absolver cada una de las alegaciones presentadas y además de ello, debe existir una armonía lógico-jurídica entre la fundamentación y valoración efectuadas por el juzgador y la decisión que asume. En ese contexto la jurisprudencia constitucional señaló: '…la congruencia abarca dos ámbitos, el primero referido a la unidad del proceso; es decir, la coherencia y vínculo que debe existir entre una resolución y otra dentro de un mismo proceso, y el segundo en cuanto a la consideración y resolución de todos los puntos puestos a consideración del juzgador, lo que significa que también debe existir coherencia y unidad de criterio dentro de una misma resolución, dado que la misma debe guardar correspondencia con todo lo expuesto a lo largo de su contenido, caso contrario carecería de consecuencia, siendo inviable que luego de analizar determinados hechos se llegue a resultados distintos, vulnerando la construcción jurídica que toda resolución debe tener en aplicación y resguardo del debido proceso' (SSCC 1009/2003-R y 0639/2011R, citado a su vez por la SCP 0099/2012 de 23 de abril)” (las negrillas nos corresponden). III.4. Análisis del caso concreto La representante de la entidad bancaria accionante refiere que dentro del proceso ordinario seguido por Teresa Issa Cheade de Manzur, en contra de la institución bancaria a la que representa, en ejecución de sentencia los Vocales de la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Cochabamba, a través del Auto de Vista REG/S.CII/RR/AINT.220/02.10.10, revocó los Autos de 18 de septiembre de 2008, de 13, 30 de mayo de 2009, proveído de 15 de junio y Auto de 27 de julio de 2009, pese a ello, dispuso que el Banco Unión S.A., pague por honorario profesional Bs1000.- más $us5000.-, además de Bs15 000.-, más $us61 369,83.-, en el plazo de diez días, confirmando con ello el Auto de 24 de abril de 2009, todo esto de forma incongruente y sin considerar que el Auto Supremo 410 de 4 de octubre de 2007, mantuvo incólume la sentencia de primera instancia, por lo que no correspondía se aplique el porcentaje del 19% de una demanda de entrega de mutuo declarada a través de este Auto improbada. De obrados se tiene que Teresa Issa Cheade de Manzur, demandó, por la vía ordinaria, la extinción de la fianza prestada a favor de su hermano ante el Banco Unión S.A., indicando en el mismo memorial de demanda, que por cuerda separada, demandaba en la vía de la acción oblicua, que se le haga entrega del importe convenio en un contrato de mutuo que no se habría cumplido, más intereses bancarios y penales. Por otro lado demandó el pago de daños y perjuicios, daños morales, civiles y comerciales, como consecuencia de habérsela mantenido registrada en la central de riesgos de la Superintendencia de Bancos así como un indebido gravamen de sus bienes, por lo que en virtud a ello solicitó se calcule estos daños y perjuicios conforme a los intereses que debió haber devengado el contrato de mutuo, mismo que según dicho contrato sería al 19%, como se estipulaba en el Testimonio 1376/96, del mutuo antes referido, más intereses penales, demanda que mereció la sentencia de 2 de agosto de 2001, que declaró probada en parte la misma, respecto de la novación del contrato de escritura pública 1376/96, más no referencia a la acción oblicua, por la que se pretendía la entrega del importe del mutuo no desembolsado, más los intereses pactados en ésta, tampoco con relación al pago de daños y perjuicios morales, civiles y comerciales, en razón a que estos no estarían acreditados, como se señala en la Conclusión II.2 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional. Posteriormente esa sentencia fue confirmada por el Auto de Vista de 3 de febrero de 2005 (Conclusión II.3), siendo casada después por el Auto Supremo 410 de 4 de octubre de 2007, este último que declaró probada en parte la demanda, disponiendo el pago de daños y perjuicios a favor de la actora, manteniendo incólume en lo demás la sentencia de primer grado, así se tiene expresado en la Conclusión II.4 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional. Asimismo, consta en la Conclusión II.5, que el Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial, mediante Auto de 18 de septiembre de 2008, reguló el honorario del abogado en la suma de $us11 400.-, Auto que fue apelado por el Banco ahora accionante. Por otro lado de antecedentes se tiene que mediante Auto de 24 de abril de 2009, librado por el Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial, se declaró probada en parte la demanda de pago de daños y perjuicios y se dispuso que el Banco Unión S.A., pague a favor de Teresa Issa Cheade de Manzur, las sumas de Bs15 000.- y $us62 537,16.-, en el plazo de diez días, así señala en la Conclusión II.6 del presente fallo. Auto que también fue apelado por la entidad bancaria, mediante memorial de 14 de mayo de 2009, así se tiene en la Conclusión II.7. Antes de resolverse la última apelación mencionada, el Juez de la causa, mediante Auto de 30 de mayo de 2009, ordenó por una parte al Banco demandado, que pague $us11 400.- por concepto de honorarios profesionales y por otra mediante Auto de 27 de junio de 2009, dispuso “no ha lugar” a la solicitud de ofrecimiento de resultas solicitada por el Banco demandado, Auto que motivó que este último interponga recursos de apelación, mediante memoriales de 12 de junio y 30 de julio de 2009, respectivamente (Conclusiones II.8 y II.9). Todos estos recursos fueron diferidos en su resolución, siendo resueltos a través del Auto de Vista REG/S.CII/RR/AINT.220/02.10.10 de 2 de octubre de 2010, que resolvió revocando los Autos de 18 de septiembre de 2008, de 13, 30 de mayo de 2009, proveído de 15 de junio de 2009 y Auto de 27 de julio de 2009, como refiere la Conclusión II.10 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional; empero de manera contradictoria dispuso que el Banco Unión S.A., pague por honorario profesional la suma de Bs1000.- más $us5000.-, a tercero día de su legal notificación bajo conminatoria de ley y confirmó el Auto de 24 de abril de 2009, con la modificación de que el cómputo para la calificación de daños y perjuicios corre a partir del 1 de septiembre de 1997, hasta diciembre de 2001, totalizando cincuenta y un meses de perjuicio, traduciéndose en la suma de $us61 369,83.-, que dispuso pague el Banco demandado en el plazo de diez días, previa fianza de resultas. Ahora bien, conforme a lo manifestado por el accionante en su memorial de demanda, se pudo establecer que las autoridades demandas al emitir Auto de Vista REG/S.CII/RR/AINT.220/02.10.10 de 2 de octubre de 2010, ingresó en falta de consideraciones e incongruencias, toda vez que por una parte los demandados, al momento de confirmar el Auto de 24 de abril de 2009, fundamentaron su decisión en que: “Analizados los datos procesales, se tiene que el juez a-quo a momento de pronunciar la resolución de 24 de abril de 2009 ha valorado adecuadamente las pruebas aportadas al proceso así como los informes periciales correspondiente; consecuentemente corresponde aplicar lo dispuesto por el art. 237.I.1 del Código de Procedimiento Civil, con la única modificación de que se debe computar la calificación de daños y perjuicios a partir del 01 de septiembre de 2007, conforme a la confesión espontánea efectuada por la propia actora en el punto 4.3. de la demanda” (sic). Conforme a ello se pudo establecer que esta decisión carece de fundamentación y motivación, limitándose a mencionar que las pruebas aportadas fueron debidamente valoradas por el juez a quo, sin hacer una disquisición de las pruebas presentadas por las partes, si estas fueron debidamente tasadas o si se aplicó a ellas el prudente arbitrio y sana crítica del juzgador, incurriendo con ello en conculcación al derecho del debido proceso, como denuncia la entidad bancaria accionante en su acción tutelar. Tampoco se fundamentó ni consideró el agravio señalado por el Banco ahora accionante, respecto a que en el monto de dinero que se tendría que pagar por daños y perjuicios se estaría considerando el 19% del contrato de mútuo o préstamo, cuando a decir del Banco no correspondía, como lo habría dispuesto el Auto Supremo 410, -de donde devenía esta demanda-. Más al contrario, señala que la suma total a pagar sería de $us61 369,83.correspondiendo ésta a los meses de perjuicio que habría sufrido la demandante principal, entendiéndose que aplica los criterios del juez a quo, en cuanto al porcentaje observado a través del recurso de apelación interpuesto por el Banco accionante. Por otro lado el Auto de Vista objeto de la presente acción tutelar, evidentemente y como señaló la entidad accionante se tornó en incongruente, ya que si bien por una parte revocó los Autos de 18 de septiembre de 2008 y de 30 de mayo de 2009, que regulaban y disponían el pago del honorario del abogado, entendiéndose con esta revocatoria que este pago quedaba suspendido; empero de igual manera el Auto de Vista antes referido, dispuso su pago de acuerdo a las consideraciones contenidas en el Arancel Mínimo de Honorarios Profesionales, regulando el mismo en la suma de Bs1000.- más $us5000.-, pese a que dicho pago por efecto de la revocatoria se encontraba suspendido, actitud incongruente que vulnera efectivamente el derecho al debido proceso de la entidad accionante. En función a los supuestos disgregados precedentemente así como de la jurisprudencia glosada en los Fundamentos Jurídicos III.2 y III.3 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, se evidencia que las autoridades demandas evidentemente vulneraron el derecho al debido proceso del Banco Unión S.A., ahora accionante en su elemento de congruencia y fundamentación; situación ésta que determina en el caso concreto que se deba otorgar la tutela solicitada. En consecuencia, la situación planteada se encuentra dentro de las previsiones del art. 128 de la CPE, por lo que el Tribunal de garantías, al conceder la tutela en el presente caso, efectuó una adecuada compulsa de los antecedentes procesales y dio correcta aplicación al citado precepto constitucional. POR TANTO El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Liquidadora Transitoria, en virtud de lo previsto en el art. 20.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución de 28 de octubre de 2011, cursante de fs. 235 a 238, pronunciada por la Sala Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Cochabamba; y, en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada y disponer que las autoridades demandadas emitan nueva resolución debidamente fundamentada, motivada y de forma congruente. Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional. Fdo. Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi MAGISTRADA Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chávez MAGISTRADO Fdo. Dra. Carmen Silvana Sandoval Landivar MAGISTRADA Fdo. Dra. Edith Vilma Oroz Carrasco MAGISTRADA Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales MAGISTRADO <otro contrato de novacion SENTENCIA CONSTITUCIONAL 0220/2010-R Sucre, 31 de mayo de 2010 Expediente: 2006-14790-30-RAC Distrito: Chuquisaca Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños En revisión la Resolución 469/2006 de 18 de octubre, cursante a fs. 482 a 483 vta., pronunciada por la Sala Social y Administrativa de la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca, dentro del recurso de amparo constitucional, ahora acción de amparo constitucional, interpuesto por Julio Peñaranda Calvimontes y William Herrera Añez en representación de Industrias La Bélgica S.A. contra Emilse Ardaya Gutiérrez, Julio Ortiz Linares, Ministros de la Sala Civil Primera; Juan José González Osio, Ministro de la Sala Social y Administrativa, todos de la Corte Suprema de Justicia; Adolfo Gandarilla Suárez, Hernán Cortés Castillo y Juana Molina Paz de Paz, Vocales de la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz, alegando la vulneración de la garantía al debido proceso, la obligación de fundamentación e inaplicabilidad de normas derogadas, citando al efecto los arts. 16.IV, 33 y 81 de la Constitución Política del Estado abrogada (CPEabrg). I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA I.1. Contenido del recurso I.1.1. Hechos que motivan el recurso Por memorial presentado el 5 de octubre de 2006, cursante de fs. 404 a 410, los recurrentes, representados por Julio Peñaranda Calvimontes y William Herrera Añez, aseveran que el 14 de mayo de 2004, Industrias La Bélgica S.A. representada por Mary Demetry Barrios en vía ordinaria demanda la nulidad de un contrato de novación contra el Banco de Cochabamba en liquidación, admitida la demanda, el 2 de junio de ese año, el Intendente Especial del Banco de Cochabamba en liquidación opone excepciones previas de incompetencia, oscuridad e imprecisión en la demanda así como la prescripción; a su vez, el 6 de julio de 2004 interpone excepción de falta de acción y derecho, contesta y reconviene a la demanda; el 6 del mismo mes y año, Industrias La Bélgica S.A. absuelve al traslado corrido y solicita se declare improbada la excepción de incompetencia formulada por el demandado. Mediante Auto de 10 de julio de 2004, el Juez Quinto de Partido en lo Civil y Comercial, declara improbada la excepción de prescripción planteada por Fabian Henrry Mendieta Alanis, en su condición de Intendente Especial del Banco de Cochabamba en liquidación, complementada por Auto 736/2004 de 12 julio, declarando improbada la excepción de incompetencia o declinatoria de competencia y oscuridad e imprecisión en la demanda por lo que el Intendente Especial del referido Banco formula recurso ordinario de apelación contra los Autos dictados el 10 y 12 de julio de 2004, a lo que la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz, mediante Auto de Vista 173 de 11 de abril de 2005, revoca en parte las resoluciones apeladas, declara probada la excepción de incompetencia del Juez y confirma la declaratoria de improbadas las excepciones de oscuridad e imprecisión en la demanda y la prescripción, haciendo notar los recurrentes, que los Vocales de la Sala Civil Primera, declaran probada la excepción de incompetencia, basándose en una norma derogada; refiriéndose al art. 126 de la Ley de Bancos y Entidades Financieras (LBEF), solicitando complementación y enmienda del Auto dictado, por lo que la Sala Civil Primera declara no ha lugar a la misma. Consecuentemente, interponen recurso de casación en el fondo contra el Auto de Vista de 11 de abril de 2005, haciendo notar la errónea aplicación de normas derogadas en la fundamentación como el artículo citado de la ya mencionada ley. La Sala Civil Primera de la Corte Suprema de Justicia, por Auto Supremo 158 de 19 de agosto de 2006, declaró infundado el recurso de casación interpuesto por Industrias La Bélgica S.A. cometiendo la misma arbitrariedad e ilegalidad que la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz, refiriendo además que el art. 126 de la LBEF, fue dejado sin efecto por disposición del art. 13 de la Ley de Fortalecimiento de la Normativa y Supervisión Financiera. Los recurrentes, fundamentan su solicitud señalando que, su demanda de nulidad de contrato de novación ingresó el 14 de mayo de 2004, tres años después de que se habría publicado y entrado en vigencia la Ley de Fortalecimiento de la Normativa y Supervisión Financiera; que, sin embargo, el Auto Supremo 158, no realiza ninguna consideración sobre la exposición y fundamentación a lo expuesto por Industrias La Bélgica S.A., señalando que no pueden alegar desconocimiento sobre la existencia de dicha Ley y aplicar el derogado art. 126 de la LBEF. I.1.2. Garantía supuestamente vulnerada Los recurrentes, en representación de Industrias La Bélgica S.A., alegan la vulneración de la garantía al debido proceso, obligación de fundamentación e inaplicabilidad de normas derogadas, citando al efecto los arts. 16.IV, 33 y 81 de la CPEabrg. I.1.3. Autoridades recurridas y petitorio De acuerdo a lo expuesto, interponen recurso de amparo constitucional contra Emilse Ardaya Gutiérrez, Julio Ortiz Linares, ambos Ministros de la Sala Civil Primera; Juan José González Osio, Ministro de la Sala Social y Administrativa, todos de la Corte Suprema de Justicia; Adolfo Gandarilla Suárez, Hernán Cortés Castillo y Juana Molina Paz de Paz, Vocales de la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz; solicitando se conceda la tutela y se deje sin efecto el Auto Supremo 158 de 19 de agosto de 2006 y Auto de Vista 173 de 11 de abril de 2005. I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías Efectuada la audiencia pública el 18 de octubre de 2006, con la presencia de los abogados y apoderados de la parte recurrente; presente el abogado y apoderado de los terceros interesados, ausentes las autoridades recurridas y el representante del Ministerio Público, conforme consta en el acta cursante de fs. 479 y 481 vta., se produjeron los siguientes actuados: I.2.1. Ratificación y ampliación del recurso Los recurrentes, a su turno, ratificaron los términos de la demanda y añadiendo señalaron: a) El informe de las autoridades recurridas confirma los puntos demandados; primero, que la Sala Civil Primera de la Corte Suprema de Justicia ha aplicado una norma derogada, señalando que la nueva norma les estaría reconociendo una vigencia en el tiempo y la Ley de Fortalecimiento de la Normativa y Supervisión Financiera, en ningún momento prorroga la vigencia de la norma derogada, aplicando una ley inexistente en el ámbito jurídico para el momento en que fue planteada la demanda ordinaria, pese a la presentación del memorial de apersonamiento y que al no pronunciarse al respecto, ha violado la garantía del debido proceso y "seguridad jurídica"; y, b) Los arts. 6 y 13 y las disposiciones transitorias en su art. 29 de la LFNSF, modifica la Ley de Bancos y Entidades Financieras, los arts. 2, 3 y 6 sustituyen los artículos contenidos en el Capítulo III de dicha Ley, modifica sus sistemas de aplicación y determina su aplicación preferente. I.2.2. Informe de las autoridades recurridas Emilse Ardaya Gutiérrez, Julio Ortiz Linares y Juan José González Osio, Ministros de la Sala Civil Primera y Sala Social y Administrativa, respectivamente de la Corte Suprema de Justicia, presentaron informe escrito que cursa de fs. 438 a 439 vta., señalando lo siguiente: 1) Se acusa a la Sala Civil Primera de la Corte Suprema de Justicia, al haber pronunciado el Auto Supremo 158 de 19 de agosto de 2006, de haber violado los arts. 33 y 81 de la CPEabrg, al desconocer la existencia de la Ley 2297 de 20 de diciembre de 2001, y aplicar el derogado art. 126 de la LBEF, violentando de esta manera el debido proceso; 2) Se acusa la falta de consideración de los fundamentos alegados por la parte recurrente, Industrias La Bélgica en sentido de que el citado art. 126 de la LBEF, no se encuentra en vigencia, violentando el derecho a la fundamentación; 3) En el proceso ordinario de nulidad, surge un conflicto del presupuesto o elemento competencia existiendo dos tribunales, uno ordinario o común frente a la disposición del art. 126, tercer acápite de la referida Ley, de corte especial y aplicación preferente, cuestión que deberá resolverse conforme los arts. 228 de la CPEabrg y 5 de la Ley de Organización Judicial (LOJ), asimismo refieren que, el precepto legal de aplicación preferente, art. 126 de la LBEF, como se tiene explicado en el Auto Supremo, establece que cuando una entidad financiera se encuentra en liquidación, desde el momento de esa declaratoria, ningún juez o tribunal ordinario podrá abocar el conocimiento de causa alguna contra la entidad en quiebra, debiendo ser enviado al juez que conozca la liquidación, primero por la fecha de suscripción del contrato y segundo por cuanto la entidad ya se encontraba en proceso de liquidación. En el referido Auto Supremo 158, se ha fundamentado que el art. 1631 del Código de Comercio (Ccom), norma legal que obliga presentar en el proceso, las acciones que se interpongan, ello por la universalidad que le caracteriza y que exige a conocer todas las acciones o pretensiones que puede afectar el patrimonio de la entidad en ejecución; consiguientemente, habiendo resuelto el problema de competencia para conocer la demanda ordinaria de nulidad de contrato de novación por el juez llamado por ley, concluyendo que debido al ordenamiento legal imperativo que se expuso, no se vulnero ningún derecho de la empresa representada por los recurrentes, menos atentado contra el debido proceso, determinando únicamente enviar la causa al juez universal, cuya aplicación es imperativa por mandato del art. 228 de la CPEabrg y 5 de la LOJ. 4) Señalan además, en cuanto a la supuesta falta de fundamentación y motivación del Auto Supremo, que de la lectura del mismo, se evidencia que responde a los principios que debe contener todo fallo, las razones fundamentadas y motivadas de la decisión, las que se encuentran respaldada por las normas jurídicas acusadas de infringidas y que si bien, en el Auto Supremo no se fundamentó lo alegado en cuanto a la vigencia del art. 126 de la LBEF, en relación a la Ley de Fortalecimiento de la Normativa y Supervisión Financiera, es porque en ninguna parte del recurso la acusaron como infringida. No consta en antecedentes informe alguno de las demás autoridades correcurridas, pese a su legal notificación. I.2.3. Intervención del tercero interesado El abogado y apoderado de los terceros interesados, Superintendencia de Bancos y Banco de Cochabamba en liquidación refiere que: i) La parte recurrente consintió en el Auto de Vista la aplicación de la norma que se dice estaba derogada, en vista de que en el recurso de casación, dejó que se aplique el art. 126 de la LBEF y que el fallo del recurso debe circunscribirse a los puntos recurridos; ii) Notificado con el Auto Supremo, no solicitó la explicación, enmienda y complementación prevista en el ordenamiento jurídico; y, iii) El Auto Supremo solo dispone la acumulación del proceso a la causa principal de liquidación, que no se está terminando con la demanda, ni impidiendo que se tramite ese proceso. I.2.4. Resolución Por Resolución 469/2006 de 18 de octubre, cursante de fs. 482 a 483 vta., pronunciada por la Sala Social y Administrativa de la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca, se deniega la tutela solicitada, con costas y multa a la parte recurrente que se calificarán en ejecución de Sentencia, en base a los siguientes argumentos: a) El contrato de novación, suscrito entre Industrias La Bélgica S.A. y el Banco de Cochabamba en liquidación el 23 de noviembre de 1994, constituye una ley especial, razón por la cual de conformidad al art. 1562 del Código Civil (CC), correspondía aplicarla, aún después de haber sido derogado ese artículo por otra norma expresada en el art. 13 de la Ley de Fortalecimiento de la Normativa y Supervisión Financiera, rigiéndose dicha normativa por el principio de ultractividad de la ley. b) En la formulación del recurso de casación, el art. 126 de la LBEF, no fue citado expresamente como parte de las leyes acusadas de haber sido conculcadas y no fue incluido en la expresión de agravios, consignando tan solo un memorial posterior de apersonamiento ante el Tribunal de casación, sin observarse el requisito procedimental previsto en el art. 258 inc. 2) del Código de Procedimiento Civil (CPC); concluyendo que no se ha incurrido en ningún acto ilegal y menos se hubiese lesionado las garantías constitucionales invocadas, toda vez que, no se ha revocado ninguna resolución con calidad de cosa juzgada, pronunciada dentro de un debido proceso. I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional En virtud a la renuncia de todos los Magistrados del Tribunal Constitucional, éste se quedó sin quórum que le permita la normal resolución de causas, que conforme a lo dispuesto por la Ley 003 de 13 de febrero de 2010, denominada Ley de Necesidad de Transición a los Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público, se designa a nuevos Magistrados, disponiéndose la reanudación de labores jurisdiccionales, mediante Acuerdo Jurisdiccional 001/2010 de 8 de marzo; en el caso presente, el sorteo se efectuó el 5 de abril de 2010, por lo que la presente Resolución es pronunciada dentro de plazo. II. CONCLUSIONES De lo expuesto en el memorial del recurso y de la Resolución que se revisa, se establecen las conclusiones siguientes: II.1. Mediante memorial presentado el 14 de mayo de 2004, la empresa industrial La Bélgica S.A., representada legalmente por Mary Demetry Barrios, en la vía ordinaria demanda la nulidad del contrato de novación, contra el Banco de Cochabamba en liquidación. (fs. 91 a 96) II.2. Fabian Henrry Mendieta Alanis, Intendente Especial del Banco de Cochabamba S.A. en liquidación, el 2 de junio de 2004, opone excepciones previas de incompetencia, oscuridad e imprecisión en la demanda y prescripción, solicitando se pronuncie sobre las excepciones formuladas y en primer término se pronuncie sobre la declinatoria de competencia (fs. 109 a 113 vta.) II.3. El 26 de julio de 2004, Fabian Henrry Mendieta Alanis, interpone excepción de falta de acción y derecho, contestando y reconviniendo a la demanda (fs. 226 a 229 vta.). II.4. Mediante Auto de 10 de julio de 2004, el Juez de Partido en lo Civil y Comercial del Distrito Judicial de Santa Cruz, declara improbada la excepción de prescripción planteada por Fabián Henrry Mendieta Alanis, fundamentando su Resolución en los términos siguientes: 1) Que el suscrito Juez es competente para la tramitación de la causa, 2) El art. 126 de la LBEF, señala que no se dará curso a acciones judiciales o administrativas que se entablen con posterioridad, no decretaran embargos o medidas precautorias por obligaciones contraídas con anterioridad a la resolución de liquidación y mientras tal situación se mantenga en vigor; que no fue probada la excepción de oscuridad e imprecisión; que, el art. 552 del CCl, nos enseña que "La acción de nulidad es imprescriptible" (fs. 191 y vta.). II.5. El 12 de julio de 2004, por Auto 736/2004, el Juez de Partido en lo Civil y Comercial del Distrito Judicial de Santa Cruz, complementa el Auto de 10 de julio del mismo año, declarando improbada la excepción de prescripción planteada, siendo que también no fueron probadas por parte del excepcionista la declinatoria de competencia o excepción de incompetencia y la de oscuridad e imprecisión de la demanda (fs. 192). II.6. Fabian Henrry Mendieta Alanis, el 26 de julio de 2004, formula recurso de apelación contra los Autos de 10 y 12 de julio de 2004, dictados por el Juez de Partido en lo Civil y Comercial del Distritito Judicial de Santa Cruz (fs. 196 a 201). II.7. Mediante Auto de Vista 173 de 11 de abril de 2005, la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz, revoca en parte las Resoluciones apeladas, declara probada la excepción de incompetencia del Juez y confirma la declaratoria de improbadas las excepciones de oscuridad e imprecisión en la demanda y la prescripción (fs. 270 a 272 vta.). II.8. El 23 de abril de 2005, Mary Demetry Barrios, por Industrias La Bélgica S.A., por memorial cursante a fs. 275, solicita la explicación y complementación al Auto de 11 de abril de 2005; declarando el Tribunal de apelación, mediante Auto de 23 del mismo mes y año, sin lugar a lo solicitado (fs. 276 y vta). II.9. Por memorial presentado de 29 de abril de 2005, Mary Demetry Barrios por Industrias La Bélgica S.A., recurre de casación en el fondo contra el Auto de Vista de 11 de abril de 2005, por haber apreciado las pruebas incurriendo en error de derecho y hecho.(292 a 294 vta.). II.10. El 24 de mayo de 2005, Fabian Henrry Mendieta Alanis, Intendente Especial del Banco de Cochabamba en liquidación, recurre de casación en la forma.(fs. 302 a 308 vta.). II.11. Por memorial presentado el 20 de septiembre de 2005, Mary Demetry Barrios por Industrias La Bélgica S.A., se apersona y solicita se considere la errónea aplicación de normas derogadas, la interpretación y aplicación indebida con respecto al art. 126 de la LBEF (fs. 312 a 314). II.12. El Auto Supremo 158 de 19 de agosto de 2006, pronunciado por la Sala Civil Primera de la Corte Suprema de Justicia, declaro infundado el recurso de casación interpuesto por Industrias La Bélgica S.A. y casa parcialmente el Auto de Vista de 11 de abril de 2005, únicamente en cuanto a la parte que confirma las excepciones de oscuridad y prescripción. (fs. 318 a 319 vta.). III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO Los recurrentes, ahora accionantes, manifiestan que las autoridades recurridas hoy demandadas, vulneraron la garantía al debido proceso, de fundamentación e inaplicabilidad de normas derogadas, de la Empresa a la que representan, toda vez que, dentro del proceso ordinario de nulidad de contrato de novación seguida a instancia de los accionantes contra el Banco de Cochabamba en liquidación, opuesta que fuere la excepción de incompetencia por la parte demandada, ésta fue declarada improbada por el Juez a quo, que en apelación ante el superior en grado, quien mediante Auto de Vista 173 de 11 de abril de 2005, revocó la Resolución apelada; en consecuencia, probada la excepción de incompetencia formulada, citando el art. 126 de la LBEF, que a decir de la parte accionante dicho artículo se encontraba derogado por el art. 13 de la Ley de Fortalecimiento de la Normativa y Supervisión Financiera, Resolución que elevada en casación fue declara infundada por la Corte Suprema de Justicia, por lo que las autoridades demandadas habrían incurrido en la misma arbitrariedad e ilegalidad con respecto a la aplicación del ya citado art. 126 de la LBEF abrogado. Corresponde considerar, en revisión, si tales extremos son ciertos y si ameritan o no la protección que brinda la presente acción tutelar. III.1. Sujeción de la actuación del Tribunal Constitucional a la Política del Estado vigente desde el 7 de febrero de 2009 Constitución Cuando una Constitución es reformada o sustituida por una nueva, la Constitución en sí, mantiene su naturaleza jurídica, toda vez que ontológicamente sigue siendo la misma norma -fundamental y suprema dentro de un Estado- y, precisamente por su especial y exclusiva naturaleza jurídica, su operatividad en el tiempo no es igual que de las normas ordinarias, de manera que la Constitución Política del Estado y sus disposiciones, a partir de su promulgación el 7 de febrero de 2009, se constituye en la Ley Fundamental y fundamentadora del ordenamiento jurídico del nuevo Estado boliviano, acogiendo en su contexto valores y principios propios de la realidad sobre la cual se cimienta la convivencia social en un Estado Social y Democrático de Derecho, en consecuencia, todas las normas inferiores deben adecuarse a lo prescrito por ella (art. 410.II de la Constitución Política del Estado vigente [CPE]), pudiendo inclusive, operar hacia el pasado, por cuanto su ubicación en la cúspide del ordenamiento jurídico implica que es éste el que tiene que adecuarse a aquélla, pues sus preceptos deben ser aplicados en forma inmediata, salvo que la propia Constitución disponga otra cosa, en resguardo de una aplicación ordenada y de los principios constitucionales. En este sentido, el art. 410.II de la CPE, establece la supremacía de la Constitución Política del Estado y el art. 6 de la Ley 003 de 13 de febrero de 2010, denominada Ley de Necesidad de Transición a los Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público, (PRIMACÍA DE LA CONSTITUCIÓN Y VIGENCIA DE LAS LEYES), determina: "Las competencias y funciones de la Corte Suprema de Justicia, del Tribunal Constitucional, del Consejo de la Judicatura, del Tribunal Agrario Nacional y del Ministerio Público se regirán por la Constitución Política del Estado y por las leyes respectivas…". Por consiguiente, considerando que la nueva Constitución, ha abrogado la Constitución Política del Estado de 1967 y sus reformas posteriores, y que la Disposición Final de la misma establece: "Esta Constitución aprobada en referéndum por el pueblo boliviano entrará en vigencia el día de su publicación en la Gaceta Oficial", tomando en cuenta la primacía de la Constitución, la presente Sentencia, pronunciada en vigencia de la nueva Ley Suprema, resuelve el caso concreto a la luz de las normas constitucionales actuales, sin dejar de mencionar las invocadas por el accionante al momento de plantear el recurso. III.2. Términos en la presente acción tutelar La Constitución Política del Estado vigente dentro de las acciones de defensa de derechos fundamentales, en el art. 128 prevé la acción de amparo constitucional, en cuyo procedimiento en el art. 129.III establece que: "La autoridad o persona demandada será citada en la forma prevista para la Acción de Libertad….", luego en el parágrafo IV añade que: "La resolución final se pronunciará en audiencia pública inmediatamente recibida la información de la autoridad o persona demandada y, a falta de ésta, lo hará sobre la base de la prueba que ofrezca la persona accionante. La autoridad judicial examinará la competencia de la servidora pública o del servidor público o de la persona demandada y, en caso de encontrar cierta y efectiva la demanda, concederá el amparo solicitado…" (las negrillas y el subrayado son nuestros). Por su parte, la Ley del Tribunal Constitucional si bien en el art. 97.I y II refiriéndose a la personería de quien interpone esta acción tutelar lo señala como "recurrente", y contra quien se dirige lo denomina parte "recurrida"; empero, es coincidente en lo referente a la forma de resolución, cuando en el art. 102.I establece que: "La resolución concederá o denegará el amparo…" (las negrillas y el subrayado nos pertenecen). En consecuencia, la terminología a utilizarse para referirse a la persona que interpone esta acción tutelar será "accionante" y con relación a la autoridad o persona contra quien se dirige esta acción corresponderá el término "demandado (a)". Asimismo, en cuanto a la terminología con referencia la parte dispositiva, en caso de otorgar la tutela se utilizará el término "conceder" y en caso contrario "denegar" la tutela. En los casos en que no se ingresa al análisis de fondo, cabe señalar que si bien de conformidad a lo establecido por la SC 0505/2005-R y AC 0107/2006-RCA, la Comisión de Admisión revisa las acciones de amparo que hubiesen sido declaradas "improcedentes" o "rechazadas" por los tribunales de garantías, existen casos en los que pese a ser admitida la acción tutelar, haberse llevado a cabo la audiencia y emitido resolución, una vez elevada la causa, en revisión ante este Tribunal, en forma posterior al sorteo, el Pleno advierte que no es posible ingresar al análisis de fondo, sea por una de las causales previstas por el art. 96 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC), incumplimiento evidente al principio de subsidiariedad, extemporaneidad de la acción, u otro motivo, como el incumplimiento de los requisitos de admisión previstos por el art. 97 del mismo cuerpo legal. Al respecto, este Tribunal en las SSCC 0494/2001-R y 0652/2004-R, entre otras, hasta la SC 0820/2007-R inclusive; indicó que en estos casos corresponde declarar "improcedente" el recurso. No obstante, en resguardo de la previsión constitucional y a objeto de guardar armonía y no generar confusión con el uso de la terminología propia de la fase de admisión, corresponde en estos casos, "denegar" la tutela solicitada con la aclaración de que "no se ingresó al análisis de fondo de la problemática planteada", dado que el accionante puede nuevamente interponer la acción tutelar, siempre y cuando, cumpla con los requisitos de admisibilidad. A fin de unificar y armonizar criterios de orden procesal, se deja constancia, que a partir de la SC 0096/2010-R de 4 de mayo, corresponde utilizar la terminología precedentemente explicada, la cual será de carácter vinculante conforme disponen los arts. 4 y 44.I de la LTC, para todas autoridades judiciales que actúen como tribunal de garantías constitucionales, como para este Tribunal. III.3. Análisis del caso III.3.1. En cuanto al debido proceso Cabe puntualizar con relación al debido proceso, consagrado como garantía constitucional por el art. 16 de la CPEabrg, y como un derecho humano en los arts. 8 del Pacto de San José de Costa Rica y 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), este Tribunal ha entendido, en su uniforme jurisprudencia, como: "el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo en el que sus derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se hallen en una situación similar (…) comprende el conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales, a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos" (SSCC 0418/2000-R y 1276/2001-R). Asimismo, en la SC 0119/2003-R de 28 de enero, ha señalado que: "se entiende que el derecho al debido proceso es de aplicación inmediata, vinculada a todas las autoridades judiciales o administrativas y constituye una garantía de legalidad procesal que ha previsto el Constituyente para proteger la libertad, la seguridad jurídica y la fundamentación y motivación de las resoluciones judiciales…". En el caso presente, del análisis de la problemática planteada, se concluye que las autoridades demandadas obraron en estricta observancia a las normas procesales que rigen la materia, tramitándose de ésta forma en igualdad procesal, pronunciada las Resoluciones respectivas de conformidad a ley. III.4. El principio de ultractividad con respecto a la inaplicabilidad de normas derogadas La orientación contenida en la "SC C- 763/2002 de 17 de septiembre de 2002" (Corte Constitucional de Bogota-Colombia), determina que, la ultractividad de la ley es un problema de aplicación de ésta en el tiempo e íntimamente ligada al principio de que todo hecho, acto o negocio jurídico se rige por la ley vigente al momento de su ocurrencia, realización o celebración. Dentro de la Teoría General del Derecho, es clara la aplicación del principio "Tempus regit actus", que se traduce en que la norma vigente al momento de sucederse los hechos por ella prevista, es la que se aplica a esos hechos, aunque la norma haya sido derogada después. Esto es lo que explica la Teoría del Derecho, la denominada ultractividad de las normas, que son normas derogadas, que se siguen aplicando a los hechos ocurridos durante su vigencia. Este fenómeno se presenta en relación con todas las normas jurídicas, cualquiera que sea su naturaleza: civil, comercial, penal, etc. El Legislador bien podrá ordenar también que ciertas disposiciones legales formalmente derogadas, continúen produciendo efectos en torno a determinada hipótesis, dada la favorabilidad que ellas puedan reportar a sus destinatarios. Poniéndose de relieve una coexistencia material de reglas sobre un mismo punto, de suerte que mientras la nueva ley se enerva bajo la figura de la inaplicación, por su parte la antigua ley prolonga su existencia al tenor de la ultractividad, que es, ni más ni menos, que la metaexistencia jurídica de una norma derogada, por expresa voluntad del legislador, siempre y cuando lo haga en consonancia con los parámetros constitucionales dentro de los cuales militan el debido proceso y el derecho a la igualdad. Al respecto, los accionantes acusan además la obligación de fundamentación e inaplicabilidad de normas procesales; dentro del proceso ordinario de nulidad del contrato de novación seguido por industrias La Bélgica S.A. en el caso en concreto, se habría formulado la excepción previa de incompetencia la que fue declarada improbada por el Juez a quo, que fue resuelta en apelación por Auto de Vista 173 de 11 de abril de 2005, declarando probada la misma con cita del art. 126 de la LBEF, que elevado en recurso de casación, la Sala Civil Primera de la Corte Suprema de Justicia, declara infundado el mismo. De antecedentes se establece que, cuando se realizó la suscripción del contrato de novación entre Industrias La Bélgica S.A. con el Banco de Cochabamba, el 23 de noviembre de 1994, se encontraba plenamente vigente el art. 126 de la LBEF, ley especial que correspondía aplicarla; la Ley de Fortalecimiento de la Normativa y Supervisión Financiera recién fue promulgada en diciembre del 2001, no siendo aplicable en mérito al principio de ultractividad que, como ya se dijo, se traduce en que la norma vigente al momento de sucederse los hechos por ella prevista, es la que se aplica a esos hechos, aunque la norma haya sido derogada después, aspectos que fueron debidamente observados por el Tribunal de amparo . III.5. Con relación a la labor interpretativa y el carácter tutelar Siendo competencia de la jurisdicción constitucional, verificar si en la labor interpretativa desarrollada por la jurisdicción ordinaria se cumplieron o no con los requisitos de interpretación admitidos por el derecho y si el juez o tribunal intérprete se sujetaron al sistema de valores y principios que sustentan el orden constitucional boliviano; conforme lo estableció la SC 0718/2005-R de 28 de junio: "…la parte procesal, que se considera agraviada con los resultados de la interpretación porque lesionan sus derechos fundamentales, exprese de manera adecuada y precisa los fundamentos jurídicos que sustenten su posición, fundamentos en los que deberá exponer con claridad y precisión los principios o criterios interpretativos que no fueron cumplidos o fueron desconocidos por el juez o tribunal que realizó la interpretación y consiguiente aplicación de la norma interpretada; asimismo, exponer qué principios fundamentales o valores supremos no fueron tomados en cuenta o fueron desconocidos por el intérprete al momento de desarrollar la labor interpretativa y asumir la decisión impugnada; pues resulta insuficiente la mera relación de hechos o la sola enumeración de las normas legales supuestamente infringidas; porque sólo en la medida en que el recurrente expresa adecuada y suficientemente sus fundamentos jurídicos la jurisdicción constitucional podrá realizar la labor de contrastación entre la interpretación legal realizada por la jurisdicción ordinaria y los fundamentos que sustentan la interpretación y las conclusiones a las que arribó, con los fundamentos y pretensiones expuestos por el recurrente del amparo constitucional". En el caso que se examina, en cuanto a la denuncia de que las autoridades demandadas hubieran pronunciado sus fallos sin ninguna fundamentación, se determina con claridad que tal afirmación no es cierta, toda vez que, existe una motivación razonable tanto en el Auto de Vista, pronunciado por la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz y el Auto Supremo pronunciado por la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en correcta observancia del art. 236 del CPC, concluyendo, de lo expuesto que las autoridades demandadas, al momento de pronunciar sus resoluciones, lo hicieron conforme a derecho, de manera fundamentada y sin cometer ningún acto ilegal u omisión indebida que amerite otorgar la tutela solicitada. Por consiguiente, el Tribunal de garantías al haber denegado el recurso, ha hecho una correcta evaluación del caso en análisis así como de los alcances del art. 128 de la CPE. POR TANTO El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción y competencia que le confieren los arts. 4 y 6 de la Ley 003 de 13 de febrero de 2010, denominada Ley de Necesidad de Transición a los Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público; 7 inc. 8) y 102.V de la LTC, en revisión, resuelve APROBAR la Resolución 469/2006 de 18 de octubre, cursante de fs. 482 a 483 vta., pronunciada por la Sala Social y Administrativa de la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca, así como la imposición de costas y multa impuestas, averiguables en ejecución de sentencia; y en consecuencia DENIEGA la tutela solicitada. Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Fdo. Dr. Juan Lanchipa Ponce PRESIDENTE Fdo. Dr. Abigael Burgoa Ordóñez DECANO Fdo. Dr. Ernesto Félix Mur MAGISTRADO Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños MAGISTRADA Fdo. Dr. Marco Antonio Baldivieso Jinés MAGISTRADO Contrato de novaacion SENTENCIA CONSTITUCIONAL 1564/2010-R Sucre, 11 de octubre de 2010 Expediente: 2008-17368-35-RAC Distrito: Cochabamba Magistrado Relator: Dr. Juan Lanchipa Ponce En revisión la Resolución 04/08 de 24 de enero de 2008, cursante de fs. 320 a 324, pronunciada por la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba, dentro del recurso de amparo constitucional, ahora acción de amparo constitucional, interpuesto por Walter Néstor Orellana Chavare, en representación de Mario Remberto Terrazas Hidalgo y María Verónica García Escalera contra Raúl Pablo Brañez Galindo y Ángel Montero Montecinos, Vocales de la Sala Civil Primera del mismo Distrito Judicial; alegando la vulneración de sus derechos a la seguridad jurídica, igualdad y el debido proceso, previstos en al art. 7 incs. d), h) e i) de la Constitución Política del Estado abrogada (CPEabrg). I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA I.1. Contenido del recurso I.1.1. Hechos que motivan el recurso En el memorial presentado el 27 de diciembre de 2007, cursante de fs. 236 a 240 vta., el recurrente manifiesta que dentro el proceso ejecutivo seguido por el Banco Los Andes Procredit S.A. contra sus representados, el Juez Tercero de Partido en lo Civil y Comercial del Distrito Comercial de Cochabamba declaro en Sentencia probadas las excepciones opuestas de falta de fuerza ejecutiva e inhabilidad del título, la misma que apelada por el Banco ejecutante, es resuelto por Auto de Vista de 9 de octubre de 2007, -que hoy impugna- emitida por la Sala Civil Primera de la Corte Superior del mismo Distrito Judicial, que revoca la Sentencia y declara probada la demanda ejecutiva. Relata, que el Banco ejecutante les inició a sus representados una demanda ejecutiva, reclamando el pago de $us92 142,45 (noventa y dos mil, ciento cuarenta y dos, 45/100 dólares estadounidenses), sobre la base de dos documentos de crédito: a) Contrato de mutuo o préstamo, testimonio 1234/2002 de 1 de noviembre; y, b) contrato de aclaración y enmienda de tipo de contrato, testimonio 169/2004 de 17 de febrero, que transforma la operación bancaria pactada inicialmente de préstamo o mutuo a contrato de apertura de línea de crédito rotativo; que, el contrato de préstamo o mutuo y el contrato de apertura de línea de crédito rotativo, son operaciones bancarias incompatibles, antagónicos y excluyentes, que no admiten la posibilidad de coexistir a momento de instrumentar una operación financiera provocando se desnaturalice y pierda eficacia jurídica como título de ejecución, ya que, el préstamo o mutuo es una operación de índole y naturaleza unilateral, convirtiéndose en una obligación bilateral como es la apertura de línea de crédito y donde existe una obligación de disponibilidad de los recursos que recae sobre el Banco respecto del acreditado, no pudiendo ser alterado por determinación expresa del art. 454.II del Código Civil (CC), estando la libertad contractual subordinada a los límites impuestos por la Ley. Indica que, el testimonio 169/2004, ha producido una conversión atípica, antagónica y excluyente de la operación crediticia, sin que la misma pueda reputarse como un contrato de apertura de línea de crédito rotativa y a la vez un contrato de préstamo o mutuo, provocando de esa manera la inhabilidad y falta de fuerza ejecutiva; no consignándose en el segundo contrato las condiciones, plazo, forma de pago y exigibilidad del crédito bancario; falseando, que mediante escritura pública 1234/2002, se habría pactado una línea de crédito cuando esta documentación corresponde al contrato de préstamo o mutuo. Finalmente indica, que los vocales recurridos han realizado una incorrecta valoración de la normativa comercial referente a los documentos base de la acción ejecutiva señalando, “luego sobre la base del documento anterior, por escritura pública Nº 169/2004 fs. 63-65, se modifica solo en la calidad de operación bancaria, o sea, en vez de préstamo directo de dinero, se lo convierte en línea de crédito por igual suma de $us100 000.- y por el mismo plazo o saldo de plazo del primer contrato ratificándose todas las demás cláusulas del contrato original” (sic), aparándose de los principios y caracteres legales de los dos tipos de contrato, que para conservar la eficacia como título crediticio debía haberse realizado mediante contrato de novación conforme al art. 352 del CC, vulnerando los derechos de sus representados a la seguridad jurídica, al debido proceso y a la igualdad. I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados El recurrente estima lesionados sus derechos de sus representados a la seguridad jurídica, al debido proceso y a la igualdad, previsto en el art. 7 incs. d), h), e i) de la CPEabrg. I.1.3. Autoridades recurridas y petitorio Con esos antecedentes, plantea recurso de amparo constitucional contra Raúl Pablo Brañez Galindo y Ángel Montero Montecinos, Vocales de la Sala Civil Primera de la Corte Superior de Justicia del Distrito Judicial de Cochabamba, solicitando se declare “procedente” el recurso y en su mérito se anule el Auto de Vista de 9 de octubre de 2007, y subsistente y firme la Sentencia de 17 de julio de 2006, con costas y daños y perjuicios. I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de amparo constitucional Efectuada la audiencia pública el 24 de enero de 2008, según consta en el acta cursante a fs. 326 a 327 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados: I.2.1. Ratificación del recurso El recurrente se ratificó el tenor íntegro de su demanda, ampliando en cuanto a la diferencia que existe entre un contrato de préstamo y un contrato de apertura de línea de crédito, regulada por los arts. 972 y 1330 del Código de Comercio (CCom). I.2.2. Informe de las autoridades recurridas Raúl Pablo Brañez Galindo y Ángel Montero Montecinos, Vocales de la Sala Civil Primera de la Corte Superior de Justicia del Distrito Judicial de Cochabamba, presentaron informe escrito a fs. 271, manifestando: 1) El Auto de Vista impugnado esta fundamentado en derecho, los títulos coactivos, normas mercantiles y bancarias son inherentes al caso, pudiendo acudir a la vía ordinaria para modificar o anular el mismo conforme al art. 50.III de la Ley de Abreviación Procesal Civil y Asistencia Familiar (LAPCAF), no se agotaron los medios de defensa; y, 2) El justificativo de no haber analizado o valorado debidamente los documentos del coactivo es impertinente ya que esa labor es competencia exclusiva de los jueces ordinarios, no siendo posible revaluar o revisar con el amparo. I.2.3. Intervención del tercero interesado Los abogados del Banco Los Andes Procredit S.A., mediante memorial de fs 307 a 310 vta., han manifestado: i) La SC 0462/2001-R de 17 de mayo, con relación a la seguridad jurídica ha establecido “De igual forma la Constitución ha prescrito el derecho a la seguridad jurídica como un derecho fundamental, entendiéndose aquél como exención de peligro o daño, certeza plena, firme convicción, DE MANERA QUE CUANDO SE TRATA DE CONTRATOS DICHO DERECHO OTORGA A LA PARTES LA CONFIANZA DE QUE DICHO ACTO SE CUMPLIRÁ EN LA FORMA PACTADA Y SOLO SERÁ RESUELTA EN LOS CASOS QUE PREVE LA LEY” (sic), de tal manera que se puede concluir que la supuesta vulneración no existe, ya que el fallo se encuentra fundada en derecho y en sujeción a normas en vigencia; ii) Los recurrentes han hecho uso de los recursos que les franquea la Ley, su derecho a la defensa fue garantizado y no señalan cómo fue restringido el mismo, o que norma o disposición jurídica de carácter adjetivo o sustantivo no fue cumplida por el órgano jurisdiccional; iii) No señalan cómo se habría vulnerado la igualdad de las partes, la parcialidad en el Auto de Vista; y, iv) No agotaron los recursos, para invocar la excepción a la subsidiaridad, los recurrentes deben establecer el daño irreparable o irremediable o demostrar el peligro que les pueda acarrear, conforme establecen las SSCC 1089/2003R, 0552/2003-R, 0106/2003-R y 0374/2002-R . I.2.4. Resolución A través de la Resolución 04/08, cursante de fs. 320 a 324, la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba constituido en Tribunal de garantías, concedió en parte el recurso de amparo constitucional, disponiendo que la Sala Civil Primera dicte un nuevo Auto de Vista, debidamente fundamentado. Los fundamentos empleados son los siguientes: a) Hay excepción a la subsidiaridad; b) El Auto de Vista impugnado no esta debidamente fundamentado, conforme a las SSCC “505/06” y “1369/01”, que señalan que las resoluciones deben estar debidamente motivadas y fundamentadas, con lo que se han vulnerado los derechos a la “seguridad jurídica” y al debido proceso; y, c) Las autoridades recurridas no obraron conforme al Código de Comercio, Código Civil y Código de Procedimiento Civil, sobre la base objetiva del ordenamiento jurídico. I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Habiéndose designado magistrados del Tribunal Constitucional en el marco de la Ley 003 de 13 de febrero de 2010, denominada Ley de Necesidad de Transición a los Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público, en las personas de quienes suscriben el presente fallo, por Acuerdo Jurisdiccional 001/2010 de 8 de marzo, se dispuso la reanudación del sorteo de causas y la nulidad de los sorteos anteriores. En tal virtud, la presente causa ha sido sorteada el 24 de agosto de 2010, por lo que esta Sentencia es pronunciada en el plazo establecido. II. CONCLUSIONES De la revisión de antecedentes, se concluye lo siguiente: II.1. Memorial de demanda ejecutiva de 29 de julio de 2005, interpuesta por el Banco Los Andes Procredit S.A. contra María Verónica García Escalera y Mario Remberto Terrazas Hidalgo, sobre la base de las escrituras públicas 1234/2002 y 169/2004 (fs. 71 a 72 vta.). II.2. Memorial de excepciones de falta de fuerza ejecutiva e inhabilidad del título (fs. 87 a 88 vta.). Memorial de respuesta (fs. 100 a 102). II.3. Sentencia que declara probadas las excepciones de falta de fuerza ejecutiva e inhabilidad del título, e improbada la demanda (fs. 179 a 180 vta.). II.4. Memorial de apelación del Banco Los Andes Procredit S.A., de la Sentencia, de 29 de julio de 2007 (fs. 184 a 186 vta.). Memorial de respuesta (fs. 188 a 190 vta.). II.5. Auto de Vista de 9 de octubre de 2007, emitido por la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba, revocó la Sentencia, declarando probada la demanda ejecutiva e improbadas las excepciones (fs. 209 a 210). III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO El recurrente, ahora accionante, alega como quebrantados los derechos de sus representados a la seguridad jurídica, a la igualdad y al debido proceso, aduciendo que los Vocales de la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba, al emitir el Auto de Vista impugnado, han realizado una incorrecta valoración de la normativa comercial de los documentos base de la acción ejecutiva, del contrato de préstamo o mutuo y del contrato de apertura de línea de crédito rotativo, apartándose por completo de los principios y caracteres legales que hacen a cada uno de los dos tipos de contrato. Correspondiendo analizar, en revisión, si lo demandado se encuentra dentro de los alcances de la acción de amparo constitucional prevista en el art. 128 de la Constitución Política del Estado vigente (CPE). III.1. Consideraciones previas. Aplicación de la Constitución Política del y uso de terminología adecuada en la acción de amparo constitucional Estado “De conformidad a lo establecido en el art. 410 de la Constitución Política del Estado vigente (CPE), al ser la Constitución la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano y gozar de primacía frente a cualquier otra disposición normativa, a objeto de cumplir el mandato y las funciones establecidas por los arts. 1 y 7 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC), 4 de la Ley 003, Ley de Necesidad de Transición a los Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público, mediante la SC 0011/2010R de 6 de abril éste Tribunal determinó que toda su actuación será acorde al nuevo orden constitucional en observancia y coherencia con los Tratados y Convenios Internacionales en materia de Derechos Humanos ratificados por el país y que forman parte del bloque de constitucionalidad. Asimismo, en el orden procesal en lo atinente a la terminología de esta acción tutelar, luego de un análisis normativo a través de la SC 0071/2010-R de 3 de mayo, se unificó criterios y se estableció que para referirse a la persona física o jurídica que interponga esta acción tutelar será 'accionante', y con relación a la autoridad, funcionario, o persona contra quien se dirige esta acción corresponderá el término 'demandado (a)'. De igual manera, en cuanto a la terminología con referencia a la parte dispositiva, en caso de otorgar la tutela se utilizará el término 'conceder' y en caso contrario 'denegar' la tutela. En los casos en que no sea posible ingresar al análisis de fondo de la problemática planteada, se mantendrá la denegatoria, haciéndose constar tal situación, dado que el accionante puede nuevamente interponer la acción tutelar, siempre y cuando, cumpla con los requisitos de admisibilidad. Resoluciones que en virtud a los arts. 4 y 44 de la LTC, son de carácter vinculante para todas las autoridades judiciales que actúen como tribunal de garantías constitucionales, como para este Tribunal” (SC 0119/2010-R de 10 de mayo) (las negrillas nos corresponden). III.2. Jurisprudencia aplicable al caso III.2.1.Del carácter subsidiario de la acción de amparo constitucional El art. 129.I de la CPE, antes establecida en el art. 19 de la CPEabrg., ha instituido la acción de amparo constitucional, como un mecanismo extraordinario de protección inmediata contra actos ilegales y omisiones indebidas de las autoridades o particulares que restrinjan, supriman o amenacen con restringir o suprimir derechos y garantías fundamentales reconocidas por la Constitución Política del Estado y las leyes, de los derechos y garantías vulnerados; es decir, que antes de recurrir al amparo constitucional, se deben interponer y agotar todos los recursos y procedimientos legales ordinarios establecidos en relación con el hecho o el acto que da lugar a la ahora acción; en este sentido, la jurisprudencia constitucional ratificada en la SC 0642/2010-R de 19 de julio, a establecido: “…el recurso de amparo constitucional se constituye en un instrumento subsidiario y supletorio en la protección de los derechos fundamentales, subsidiario porque no es posible utilizarlo si es que previamente no se agotó la vía ordinaria de defensa y supletorio porque viene a reparar y reponer las deficiencias de esa vía ordinaria. Atendiendo la naturaleza subsidiaria del recurso de amparo constitucional, este Tribunal ha establecido de manera uniforme que para pretender la protección que otorga el recurso planteado, el agraviado o quien lo represente, deberá necesariamente agotar todos los medios ordinarios o administrativos ante la autoridad que considere lesionó su derecho o derechos fundamentales, y para el caso de subsistir el acto ilegal u omisión indebida, deberá acudir a las instancias superiores que tengan facultad para hacer cesar la amenaza, restricción o supresión de los derechos y garantías, de modo que sólo cuando se agote dichos medios podrá acudirse a esta jurisdicción en busca de protección, de no ser así, ésta jurisdicción no puede operar como recurso sustitutivo, tampoco puede suplir las omisiones en el no uso oportuno de los mismos, ni se constituye en una instancia más dentro de los procesos ordinarios o administrativos previstos por el ordenamiento jurídico” (las negrillas son nuestras). III.2.2. Sobre los medios ordinarios de defensa Para resolver la problemática planteada, nos remitimos a lo señalado por la jurisprudencia constitucional, respecto a los medios ordinarios de defensa tratándose de resoluciones dictadas en procesos ejecutivos. Así, en la SC 0496/2010-R de 5 de julio, se señala lo siguiente: '…el ejecutado tenía expedita la vía del proceso ordinario posterior prevista en el art. 490 del CPC modificado por el art. 28 de la LAPCAF que señala que lo resuelto en un proceso ejecutivo podrá ser modificado en proceso ejecutivo posterior, el cual deberá ser promovido en el plazo de seis meses de ejecutoriada la sentencia…' (SC 0941/2004-R de 15 de junio). Doctrina basada en la SC 1062/2003-R de 29 de julio, en la que éste Tribunal ya señaló que: '…si el recurrente considera que se dieron irregularidades en el proceso ejecutivo (…), o que el documento de crédito que lo originó tuvo vicios de nulidad, u otras omisiones en las que pudieron haber incurrido las autoridades demandadas, podrá él acudir a la vía ordinaria prevista por el art. 490 del CPC, modificado por el art. 28 de la Ley de Abreviación Procesal Civil y de Asistencia Familiar (LAPCAF), y que permite la modificación del proceso ejecutivo en juicio ordinario posterior…'”. (Negrillas agregadas). Así mismo, este Tribunal en la SC 0569/2004-R de 15 de abril, ha establecido que: ”Son presupuestos del proceso ejecutivo la necesaria existencia de un título ejecutivo nulla executio sine- pues no hay proceso ejecutivo válido si no existe el título base de la ejecución que contenga la obligación en mora cuyo cumplimiento puede exigirse por esa vía; la existencia del acreedor o titular de la obligación; y, la existencia del deudor, u obligado a pagar, responder o hacer. La finalidad última del proceso ejecutivo es obtener la satisfacción plena de la obligación, es decir, lograr el pago o cancelación total de la deuda, o la entrega de la cosa, dependiendo de lo que establezca el título ejecutivo. Entonces, en el proceso ejecutivo no se discuten derechos dudosos o contradictorios, y la ejecución está subordinada a lo que conste en el documento base de la ejecución, pudiendo esgrimirse en defensa del deudor, únicamente las excepciones permitidas por la ley”. La misma Sentencia Constitucional, con relación a los procesos ordinarios o de conocimiento aclara lo siguiente: "…el proceso de cognición o denominado también de conocimiento hace referencia a la tramitación del juicio en el que se persigue obtener del juez o tribunal una declaración de voluntad de la que se derivan consecuencias jurídicas a favor o en contra de las partes litigantes. Se llama proceso de cognición como término de diferenciación del proceso ejecutivo, en el cual de lo que se trata es de dar efectividad a la obligación contenida en el título ejecutivo, en el juicio de conocimiento, se pretende llegar a la verdad sobre un acto jurídico, determinar su validez o invalidez, su legalidad o ilegalidad, y así establecer los derechos -u obligaciones- de las partes". III.3. Análisis del caso Antes de ingresar al análisis del caso, llama la atención a este Tribunal, que el Tribunal de garantías que resolvió el caso, tenga que basar su decisión en la fundamentación de un hecho que no ha sido invocado por la ahora parte accionante, es decir, que el mencionado Tribunal actuó en forma ultrapetita, ya que, jamás fue observada la falta de fundamentación del Auto de Vista impugnado; sino, que invocaron la vulneración de otros derechos, y en el caso de la vulneración del derecho al debido proceso no se mencionó este elemento; por lo que, a fin de evitar susceptibilidades se recomienda que en el futuro, las autoridades recurridas ahora demandadas se ciñan estrictamente al análisis de la problemática planteada e invocada y no a otro para conceder o no la tutela solicitada. En el presente caso, se evidencia que en el proceso ejecutivo se ha dictado el Auto de Vista de 9 de octubre de 2007, por el que adquiere la calidad de cosa juzgada formal, ya que, el proceso ejecutivo no admite el recurso de casación, pudiendo ser modificado en proceso ordinario posterior, que debe promoverse dentro de los seis meses de ejecutoriado el mismo, conforme a la previsión contenida por el art. 490 del Código de Procedimiento Civil (CPC), modificado por el art. 28 de la LAPCAF. En atención al principio de subsidiariedad, los representados debieron acudir al proceso de conocimiento, instancia en la que con plenitud de jurisdicción y competencia podrían dilucidar si los contratos base de la acción ejecutiva, carecen o no de fuerza ejecutiva; por lo que, habiendo tenido expedito este medio legal para modificar el Auto de Vista impugnado, el amparo constitucional resulta improcedente, dado que esta acción por su carácter subsidiario, no es sustitutivo de los medios ordinarios de protección, siendo de aplicación al presente caso, la previsión del art. 96.3 de la Ley del Tribunal Constitucional, que establece la improcedencia del amparo contra las resoluciones judiciales que por cualquier otro recurso puedan ser modificadas o suprimidas aún cuando no se haya hecho uso oportuno de dicho recurso, circunstancia que, además impide ingresar al análisis de fondo del asunto. III.4. Dimensión de los alcances de la parte resolutiva de la presente Sentencia El art. 48.4 de la LTC, permite dimensionar los efectos de las resoluciones constitucionales, como también en base al principio de previsibilidad, toda vez que el Tribunal de garantías -Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba-, a través de la Resolución 04/08, elevada en revisión, concedió en parte la tutela demandada y dispuso que la Sala Civil Primera de esa Corte Superior dicte nuevo Auto de Vista, debidamente fundamentado, como corresponde. En ese sentido, y en mérito a una interpretación previsora a la que está sujeta la jurisdicción constitucional y en resguardo de la seguridad jurídica, corresponde disponer la subsistencia y validez de todas las resoluciones que en su caso se hubieran dictado dentro del mencionado proceso ejecutivo como consecuencia del cumplimiento de la Resolución 04/08 dic tada el 24 de enero de 2008 por el Tribunal de garantías constitucionales, ello para evitar que los efectos de la presente Sentencia repercutan negativamente en los derechos de las personas, máxime si se tiene en cuenta que desde la interposición del amparo a la fecha, transcurrieron más de dos años, sin que el presente caso sea resuelto por razones no imputables a las partes ni a este Tribunal. Por lo expuesto, el Tribunal de garantías, al conceder en parte la tutela solicitada, no ha efectuado una adecuada compulsa de los antecedentes del caso ni dado una correcta aplicación de la norma prevista en el art. 128 de la CPE. POR TANTO El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción y competencia que le confiere los arts. 4 y 6 de la Ley 003 de 13 de febrero de 2010 denominada Ley de Necesidad de Transición a los Nuevos Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público; 7 inc. 8) y 102.V de la LTC, en revisión, resuelve, REVOCAR la Resolución 04/08 de 24 de enero de 2008, cursante de fs. 320 a 324, pronunciada por la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba; y en consecuencia, DENIEGA la tutela solicitada, con la aclaración de que no se ingreso al análisis de fondo de la problemática planteada en los términos expuestos; con la modulación del efecto de la presente Sentencia Constitucional, tal cual se tiene explicado en el Fundamento Jurídico III.4. de esta Resolución. Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional. No interviene el Magistrado, Dr. Marco Antonio Baldivieso Jinés, por haber sido declarado en comisión. Fdo. Dr. Juan Lanchipa Ponce PRESIDENTE Fdo. Dr. Abigael Burgoa Ordóñez DECANO Fdo. Dr. Ernesto Félix Mur MAGISTRADO Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños MAGISTRADA CONTRATO DE NOVACION SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0453/2012 Sucre, 4 de julio de 2012 SALA LIQUIDADORA TRANSITORIA Magistrada Relatora: Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi Acción de amparo constitucional Expediente: 2010-21571-44-AAC Departamento: La Paz En revisión la Resolución 3/10 de 24 de marzo de 2010, cursante de fs. 428 a 430, pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Doris Cinthya Conde Ordoñez en representación de Bolivian Oíl Services (BOLSER) Ltda. contra Gabriel Loza Tellería, Presidente a.i. del Banco Central de Bolivia (BCB). I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA I.1. Contenido de la demanda Por memorial presentado el 10 de marzo de 2010, cursante de fs. 191 a 196 vta. de obrados, la accionante expone lo siguiente: I.1.1. Hechos que motivan la acción Refiere que el 6 de junio 2007, la empresa BOLSER Ltda. inició ante la Superintendencia de Empresas un proceso de reestructuración, con el fin de lograr un acuerdo entre el deudor y los acreedores; emergente de dicha petición se emitió la Resolución Administrativa (RA) 0059/2007 de 19 de junio, por la que admite la solicitud de reestructuración ordenando convocar a sus acreedores para que en el plazo de siete días hábiles se realice el registro de sus créditos y se oficie a las autoridades jurisdiccionales y administrativas, para que suspendan los procesos y se suspenda el pago de intereses, así como registrar la referida resolución en el registro de comercio. Por RA 104/2008 de 13 de junio, se registraron todas las acreencias de la entidad a la que representa, en la que se encuentra la deuda con el BCB por el monto de Bs17 347 417,24.- (diecisiete millones trescientos cuarenta y siete mil cuatrocientos diecisiete 24/100 bolivianos), monto que fue aprobado en bolivianos por decisión de la junta de acreedores incluyendo los intereses; por lo que, si el BCB consideraba que dicho monto era erróneo, pudo impugnar vía recurso de revocatoria y jerárquico e incluso a través del contencioso administrativo, y al no hacerlo dio su consentimiento tácito al monto de capital e intereses determinado en la referida resolución. Agrega que, suscrito el acuerdo transaccional entre el deudor y los acreedores, se procedió a homologar el mismo mediante RA SEMP 262/2008 de 25 de septiembre, y su posterior inscripción en el Registro de Comercio, procediéndose a publicar los mismos en un periódico de circulación nacional adquiriendo la calidad de cosa juzgada y oponibilidad frente a terceros, conforme establece el art. 17 de la Ley 2495 de 4 de agosto de 2003, que una vez homologado y publicado el acuerdo de transacción constituye una novación que tiene efectos de cosa juzgada así como textualmente señala que “una vez homologado el acuerdo de transacción ningún acreedor incluyendo el Estado podrá modificar por ningún motivo la cuantía de sus acreencias”; sin embargo, el BCB envía notas aclaratorias, elevando los montos y solicitando una serie de requisitos no establecidos en el acuerdo transaccional ni en el Decreto Supremo (DS) 27384 de 20 de febrero de 2004, oponiéndose a firmar el contrato de novación, arguyendo que no está claro el alcance de su acreencia, la transacción debe realizarse en dólares estadounidenses y no así en bolivianos y se deben adicionar montos que no están insertos en el documento. Finaliza, expresando que BOLSER Ltda., ha sido afectada y agraviada por el BCB debido al incumplimiento de un acuerdo transaccional, además de que se adoptaron medidas de hecho al haberse reportado a la central de riesgos de la Autoridad del Sistema Financiero (ASFI) una deuda de cartera en dación de pago por Bs13 814 532,82.- (trece millones ochocientos catorce mil quinientos treinta y dos 82/100 bolivianos), a pesar de la existencia del citado acuerdo que concluye todas las controversias anteriores a la novación. I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados Señalan como vulnerados los derechos de la entidad a la que representa a la “seguridad jurídica”, al debido proceso, al trabajo, a la industria y comercio, consagrados en los arts. 23, 46, 47, 115.II y 178 de la Constitución Política del Estado (CPE). I.1.3. Petitorio Solicita se conceda la tutela y se disponga a la entidad demandada: a) El cumplimiento del acuerdo transaccional, sin modificar ni alterar su contenido; b) Se proceda a la firma inmediata del contrato de novación con la empresa ahora representada, sin tomar en cuenta los intereses que no están previstos en el documento transaccional; y, c) Una vez firmado el documento se retire a BOLSER Ltda. de la central de riesgos de ASFI, sea con imposición de costas y pago de daños y perjuicios. I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías Celebrada la audiencia pública el 24 de marzo de 2010, según consta en el acta cursante de fs. 421 a 427, se produjeron los siguientes actuados: I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción Jorge Omar Mostajo Barrios, abogado de la parte accionante -en audiencia-, ratificó el tenor íntegro de la demanda y añadió: 1) El BCB a través de cartas y no de actos administrativos expuso su discrepancia respecto al acuerdo transaccional, exigiendo nuevos requisitos y cambiando la suma de Bs17 000 000.- (diecisiete millones de bolivianos) a $us2 173 000.- (dos millones ciento setenta y tres mil dólares estadounidenses); 2) El 6 de octubre de 2009, la entidad demandada intimó a BOLSER Ltda. el pago de una deuda que es superior al establecido en una Resolución Administrativa y un acuerdo transaccional, desconociendo que es un documento que tiene la calidad de cosa juzgada; y, 3) Se está vulnerando el derecho al trabajo, a la industria y comercio de la entidad que patrocina porque remitieron antecedentes a la central de riesgos de la ASFI, no pudiendo así contratar con ninguna empresa. A su vez, la hoy accionante, puntualizó que el BCB debe acatar las determinaciones de la junta de acreedores y dejar trabajar a la empresa, pues beneficia de manera directa a cuatrocientas familias y de manera indirecta a mil quinientas. Por lo que piden se conceda la tutela y se cumpla el acuerdo transaccional homologado. I.2.2. Informe de la entidad demandada Carlos Zubieta Aguilar, Luís Vásquez Paredes y Marcela Carrasco Villarpando, apoderados del BCB por memorial presentado el 17 de marzo de 2010 cursante de fs. 255 a 260 vta. de obrados manifestaron: i) Mediante escritura pública 145/2003 de 6 de marzo, el ente emisor otorgó al accionante la reprogramación de sus obligaciones, capitalización de intereses, modificación de tasa de interés, ratificación de garantías y constitución de nuevas cauciones a favor del BCB por $us2 161 180,70.- (dos millones ciento sesenta y un mil ciento ochenta 70/100 dólares estadounidenses), estipulándose las condiciones del pago, previniendo en caso de incumplimiento que el deudor quedará constituido en mora sin necesidad de requerimiento o intimación judicial, independientemente de haberse suscrito o no convenio; ii) A pesar de los significativos beneficios concedidos, el ahora accionante ingresó en mora, optando luego al procedimiento de reestructuración voluntaria previsto por la Ley 2495, luego de ser admitido, concluyó con la RA SEMP 262/2008, emitida por la Superintendencia de Empresas que homologó el acuerdo transaccional de reestructuración voluntaria presentada por el accionante; iii) El BCB no intervino en el proceso de reestructuración -solamente los acreedores privados- tomando conocimiento recién el 14 de octubre de 2008, mediante nota “SEMP/DGE/N° 741/2008”, cuando remitieron fotocopias simples e incompletas de los testimonios 344/2008 y 499/2008, situación que fue reclamada a la ex Superintendencia de Empresas; iv) Por nota de 19 de noviembre de 2008, pidieron aclaración a la entonces Superintendencia de Empresas sobre el pago de los intereses a favor del BCB generados mientras duró el procedimiento de reestructuración, mereciendo como respuesta que en razón a que no fue registrada dentro del trámite de reestructuración no está sujeta a las “quitas” establecidas en el acuerdo transaccional, debiendo ser determinado entre partes; v) El BCB solo pide el pago de los intereses que quedaron en suspenso durante el período de reestructuración, no pretende alterar el acuerdo transaccional, menos imponer condiciones diferentes al pago de la deuda; vi) Pasaron reiteradas notas al hoy accionante pidiendo les proporcione los documentos necesarios para implementar la firma del contrato de novación, pero sin resultado alguno; vii) De acuerdo al art. 13 de la Ley 2495, los funcionarios públicos no pueden participar en la junta de acreedores porque no pueden consentir en condonaciones de las acreencias estatales y por ende, estaban imposibilitados de plantear recurso de revocatoria y jerárquico; viii) La acción de amparo constitucional no puede ser utilizada para dirimir derechos sobre la pertinencia o no, del pago de intereses en suspenso; y, ix) Se debió acudir a la junta de acreedores que es la máxima instancia de decisión en cuanto al cumplimiento del acuerdo transaccional. En audiencia, ratificaron el citado memorial y resaltaron que el BCB no vulneró ningún derecho del accionante y que la acción de amparo constitucional no define derechos, ni dirime los temas que se reclama. En base a ello, pidieron se deniegue la presente acción. I.2.3. Intervención del tercero interesado Oscar Guido Cámara Amaya, Director Ejecutivo de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas (AEMP) -ex Superintendencia de Empresas-, acreditando su representación mediante memorial cursante de fs. 264 a 267 vta. a tiempo de apersonarse, hizo una relación de antecedentes del proceso de reestructuración voluntaria iniciado por el ahora accionante, añadiendo que su función es la de vigilar el cumplimiento de los procedimientos de reestructuración homologados por su antecesora, pero no cuenta con la facultad de modificar actos administrativos válidos y eficaces. I.2.4. Intervención del Ministerio Público El representante del Ministerio Público pese a su legal notificación de 15 de marzo de 2010, no se hizo presente en audiencia (fs. 200). I.2.5. Resolución La Sala Social y Administrativa Tercera de la Corte Superior del Distrito Judicial ahora Tribunal Departamental de Justicia- de La Paz, constituida en Tribunal de garantías, mediante Resolución 3/10 de 24 de marzo de 2010, cursante de fs. 428 a 430, concedió en parte la acción planteada, disponiendo el cumplimiento del acuerdo transaccional suscrito por la junta de acreedores, homologado por la ex Superintendencia de Empresas e instruyó la firma del contrato de novación entre el BCB y la empresa ahora representada, sin modificación ni adición en el plazo de tres días, bajo el siguiente argumento: a) No existe otra instancia para exigir el cumplimiento del acuerdo transaccional suscrito por la junta de acreedores; b) Las consultas realizadas por el BCB sobre el pago de los intereses no contemplados en el mencionado documento transaccional fueron absueltos mediante simples notas u oficios; c) El acuerdo transaccional de reestructuración empresarial, homologado por autoridad competente, tiene la calidad de cosa juzgada desde el 25 de septiembre de 2008, por ende, su cumplimiento es obligatorio incluido para el Estado; d) La negativa del BCB de firmar el contrato de novación vulnera el derecho a la “seguridad jurídica” ya que incumple la cosa juzgada y perjudica el desarrollo de la industria y comercio del ahora representado, que se ve impedido de pagar sus acreencias incluido al BCB; e) Finalizado la reestructuración de la empresa, no existe vulneración al debido proceso porque no hay proceso pendiente; y, f) Sobre el pago de intereses durante el periodo de reestructuración de la empresa, expresó que el Tribunal de garantías se encuentra impedido de dilucidar la contienda, pues su función es comprobar la vulneración de derechos fundamentales sobre cuya titularidad no tenga controversia. Habiendo presentado la entidad demandada, en audiencia, complementación y enmienda sobre la ampliación del plazo para la presentación de documentos y firma del contrato, se dispuso que una vez que el accionante presente los requisitos, el Banco tiene tres días para la suscripción del contrato de novación. I.3. Consideraciones de Sala Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo. II. CONCLUSIONES De la revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes conclusiones: II.1. Cursan fotocopias legalizadas de testimonio 13/1975, de 5 de febrero de 2004, sobre escritura de constitución de la sociedad de responsabilidad BOLSER Ltda., conferido en la Notaría de Fe Pública 30 de La Paz, que en la parte superior de la última hoja evidencia su registro e inscripción en la Fundación para el Desarrollo Empresarial (FUNDEMPRESA) bajo la matrícula de comercio 6664 (fs. 1 a 3). II.2. Testimonio de poder especial 1536/2009 de 29 de diciembre, otorgado en la Notaría de Fe Pública 97 de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, extendido por Arturo Ramiro Cabrera Vildoso, representante legal de BOLSER Ltda. a favor de Doris Cinthya Conde Ordoñez; y, certificado de registro de mandato en FUNDEMPRESA (fs. 4 a 7). II.3. Fotostática legalizada de la RA SEMP 59/2007 de 19 de junio, emitida por la ex superintendencia -hoy Autoridad de Fiscalización y Control Social- de empresas que determina entre otros, admitir la solicitud de la ahora empresa representada de acogerse al proceso de reestructuración voluntaria prevista por la Ley 2495, instruyendo publicar la nómina de acreedores presentada por BOLSER Ltda. para que en el plazo de siete días hábiles procedan a la inscripción de sus créditos ante el síndico de reestructuración, suspendiéndose los procesos en los que sea demandante o demandado; decisión que fue inscrita en FUNDEMPRESA (fs. 41 a 58). II.4. Fotocopia legalizada de la RA SEMP 48/2008 de 1 de abril, emitida por la ex Superintendencia de Empresas que dispone entre otros, ampliar el plazo extraordinario complementario de siete días hábiles y convocar nuevamente a los acreedores de BOLSER Ltda. para que inscriban sus créditos ante el síndico de reestructuración (fs. 64 a 75). II.5. Fotostáticas legalizadas de la RA SEMP 104/2008 de 13 de junio, librado por la ex Superintendencia de Empresas que resuelve registrar las acreencias contenidas en el proceso de reestructuración de BOLSER Ltda., asignando porcentaje de voto para la participación de la junta de acreedores, instruyendo el registro de las acreencias públicas, pasivos laborales y deudas con la administradora de fondos de pensiones, quienes no tienen derecho a participar en la junta de acreedores, constatándose en el anexo II que forma parte de la mencionada resolución, el préstamo al BCB según el deudor de Bs17 347 417,24.- (fs. 76 a 86 y 270 a 280). II.6. Cursa RA SEMP 262/2008 de 25 de septiembre, de la ex Superintendencia de Empresas que resuelve homologar el acuerdo transaccional suscrito por el representante de BOLSER Ltda. y los acreedores que conforman la junta de acreedores de la mencionada empresa y adenda, contenido en los testimonios 344/2008 y 499/2008, decisión que fue inscrita en el registro de comercio el 8 de octubre de 2008 (fs. 87 a 94 y 281 a 288). II.7. Fotocopia legalizada de testimonio 344/08 de 1 de julio de 2008, conferido en la Notaría de Fe Pública 97 de Santa Cruz de la Sierra, de acuerdo transaccional de reestructuración voluntaria de empresas suscrito por BOLSER Ltda. y sus acreedores entre ellos: Servicio de transporte Molina Asociados S.R.L., sindicato de transporte pesado Villamontes, “Ro-Parts” “Ferretería Universal Ltda.”, “Trans Montaño S.R.L.”, “Empresa de Servicio y transporte equipo pesado San Roque”, “Telcruz”, “Monelco S.R.L.”, “Impresiones Asahi”, “Ind & Com Litoral”, “Servicio de transporte Roca”, “Uniservice S.R.L.”, Sudamericana de ingeniería e inversiones S.R.L. y “Empresa de Catering de Servicios Generales” que evidencia que estipularon la forma de pago de las deudas, acreencias del Estado -entre ellas al BCB-, conformación de la junta de acreedores que como órgano soberano representa la voluntad del conjunto de acreedores y fiscaliza el cumplimiento del acuerdo (fs. 95 a 158). II.8. Certificación de 12 de enero de 2009, emitida por la ex Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras -ahora Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero- que señala que al 30 de noviembre de 2008, la empresa hoy representada se encuentra reportado en la Central de Información de riesgo crediticio por el BCB (cartera en dación de pago BBA) con una deuda directa de ejecución por Bs13 814 532,82.- (fs. 201). III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO La apoderada de la empresa accionante arguye la vulneración de los derechos de su mandante a la “seguridad jurídica”, al debido proceso, al trabajo, a la industria y comercio, por cuanto el BCB se niega a cumplir el acuerdo transaccional que fue homologado por la ex Superintendencia de Empresas, pretendiendo adicionar montos que no están insertos en el documento. Precisado el problema jurídico planteado, corresponde verificar si existe una causal que impida ingresar al fondo de la problemática planteada y en su caso determinar si existió vulneración de los derechos fundamentales y garantías constitucionales invocadas. III.1.La acción de amparo constitucional y el principio de subsidiariedad El art. 129.I in fine de la CPE resalta el principio de subsidiariedad de la acción de amparo constitucional al establecer que podrá interponerse siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados, situación que también fue desarrollado por la jurisprudencia constitucional, que señala: “no podrá ser interpuesta esta acción extraordinaria, mientras no se haya hecho uso de los recursos ordinarios o administrativos y, en caso de haber utilizado los mismos deberán ser agotados dentro de ese proceso o vía legal, sea judicial o administrativa, salvo que la restricción o supresión de los derechos y garantías constitucionales ocasione perjuicio irremediable e irreparable”. (SC 1698/2011-R de 21 de octubre). La SC 0863/2011-R de 6 de junio, refiriéndose a la subsidiariedad mencionó las siguientes sub reglas, cuando: “1) Las autoridades judiciales o administrativas no han tenido la posibilidad de pronunciarse sobre un asunto porque la parte no ha utilizado un medio de defensa ni ha planteado recurso alguno, así a) Cuando en su oportunidad y en plazo legal no se planteó un recurso o medio de impugnación; y b) Cuando no se utilizó un medio de defensa previsto en el ordenamiento jurídico; y, 2) Las autoridades judiciales o administrativas pudieron haber tenido o tienen la posibilidad de pronunciarse, porque la parte utilizó recursos y medios de defensa, así: a) Cuando se planteó el recurso pero de manera incorrecta, que se daría en casos de planteamientos extemporáneos o equivocados; y, b) Cuando se utilizó un medio de defensa útil y procedente para la defensa de un derecho, pero en su trámite el mismo no se agotó, estando al momento de la interposición y tramitación del amparo, pendiente de resolución. Ambos casos, se excluyen de la excepción al principio de subsidiariedad, que se da cuando la restricción o supresión de los derechos y garantías constitucionales denunciados, ocasionen perjuicio irremediable e irreparable, en cuya situación y de manera excepcional, procede la tutela demandada, aún existan otros medios de defensa y recursos pendientes de resolución” (las negrillas son nuestras). III.2. Reestructuración voluntaria de empresas y tutela administrativa A efectos de resolver adecuadamente la problemática planteada por la entidad representada, resulta necesario primeramente referirse a la reestructuración voluntaria de empresas y la tutela administrativa; en ese sentido, cabe mencionar que ante la inminente quiebra de una empresa inscrita en el registro de comercio que no esté sujeta a la ex Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras -hoy Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero-, la Ley 2495, junto al DS 27384, -modificado por el DS 29535 de 30 de abril de 2008-, establecieron el marco jurídico alternativo al Código de Comercio para que el deudor y sus acreedores, convengan su reestructuración o liquidación voluntaria mediante la suscripción y ejecución de un acuerdo transaccional; facultándose al deudor solicitar a la Superintendencia -hoy Autoridad de Fiscalización y Control Social- de Empresas el inicio del procedimiento para la firma del citado documento acompañando entre otros, el plan de reestructuración, balance general de la última gestión, nómina de los acreedores, acreencias estatales y detalle de los procesos judiciales, arbitrales o administrativos que existieren (art. 5 de la mencionada Ley y arts. 4 y 5 del DS 27384). De ello se infiere que, admitida la petición por la Superintendencia, publicada la misma, designado el síndico, registrado los créditos, determinado el porcentaje de participación de los acreedores, conformada la junta de acreedores y suscrito el acuerdo transaccional con el deudor, ésta es homologada por la ex Superintendencia de Empresas para su registro y cumplimiento, con lo que adquiere la calidad de cosa juzgada que impide cualquier pronunciamiento judicial posterior referido a los términos y condiciones pactados conforme señalan los arts. 8, 10, 12, 17 de la Ley antes indicada. III.2.1. El acuerdo transaccional homologado y su coercibilidad Es necesario señalar que si bien la propia normativa y el acuerdo transaccional homologado no mencionan expresamente quién es la autoridad o entidad encargada de velar por su cumplimiento; sin embargo, la problemática será resuelta velando por la finalidad de la tutela administrativa, siendo necesario recurrir a la doctrina cuando puntualiza que en el derecho privado la tutela se establece en interés de la persona tutelada; empero, en el derecho administrativo se da no en el interés del ente tutelado, sino en función de los intereses públicos, donde la protección administrativa es una forma de control ejercido por el ente público mayor sobre los entes públicos autónomos, semiautónomos o descentralizados (interpretación asumida por Jinesta Ernesto). III.3. La jurisdicción constitucional no es un ejecutor de acuerdos transaccionales por reestructuración voluntaria de empresas, homologados por autoridad competente La uniforme jurisprudencia constitucional estableció que la acción de amparo constitucional como instrumento tutelar de los derechos y garantías fundamentales de las personas no es un mecanismo que coacciona el cumplimiento de resoluciones administrativas o judiciales. Al respecto, es oportuno indicar que a través de la SCP 0162/2012 de 14 de mayo, se ha sentado el precedente señalando que: “…al Tribunal Constitucional, en el ámbito de las competencias asignadas por las normas previstas por el art. 120 de la CPE y la Ley del Tribunal Constitucional, no le está fijada la atribución de hacer cumplir las resoluciones firmes de otros órganos jurisdiccionales de la jurisdicción común, o las que emerjan de un procedimiento administrativo, sino que son estos los que tienen que hacerlas cumplir, así como resolver los incidentes que se presenten en su ejecución. Consiguientemente, una vez agotada la vía administrativa, los recurrentes deben acudir ante el órgano competente para que, en ejecución de esos fallos, haga cumplir los mismos, no siendo el recurso de amparo constitucional la vía idónea para ese fin, habida cuenta que se activa solamente ante la vulneración clara y efectiva de un derecho fundamental; así, se ha establecido una línea jurisprudencial en los casos en que se solicitó la ejecución de sentencias pasadas con autoridad de cosa juzgada, en el sentido de que el carácter subsidiario del recurso de amparo constitucional, impide conocer un asunto en el que se impetre la ejecución de una sentencia, resolución o fallo, pues esa labor le corresponde al órgano que lo emitió; razonamiento aplicable también para la ejecución de resoluciones administrativas, pues es al propio órgano emisor de la resolución administrativa al que le corresponde ejecutar sus resoluciones, y sólo si el órgano omite cumplir su deber de manera reiterada y ostensible, y se han agotado los medios legales para que tal órgano cumpla con su deber, se abrirá la jurisdicción constitucional, no para ejecutar las resoluciones, sino para reparar una lesión al debido proceso o a otros derechos fundamentales, dado que la eficacia de las resoluciones se constituye en un derecho que emerge de la garantías del debido proceso, y la no ejecución lesiona tal derecho” (las negrillas son agregadas). Conforme al desarrollo jurisprudencial, se tiene que no es atribución del Tribunal Constitucional Plurinacional hacer cumplir las resoluciones firmes de otros órganos jurisdiccionales de la jurisdicción común, o las que emerjan de un procedimiento administrativo, que en el caso de autos, se solicita el cumplimiento de un acuerdo transaccional homologado, en ese sentido, el art. 41 del DS 71 de 9 de abril de 2009, prevé que la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas fiscaliza, controla y regula las actividades de las empresas en lo relativo a su reestructuración; y, que el acuerdo de reestructuración voluntaria de empresas suscrito por la empresa ahora representada con sus acreedores, homologado por RA SEMP 262/2008, también atribuye a la Junta de Acreedores la función de fiscalizar el cumplimiento del acuerdo; sin embargo, es necesario determinar en base a los fines de la Ley 2495, quién es la autoridad encargada de exigir el cumplimiento de los términos pactados. En ese entendido, y bajo el principio de una tutela administrativa efectiva, los alcances de la Ley 2495, su Reglamento y la Ley del Procedimiento Administrativo, se tiene que en esencia esta Ley de Reestructuración Voluntaria busca prevenir la quiebra inminente de una empresa dándole la oportunidad al deudor de celebrar un acuerdo transaccional con sus acreedores, fijando condiciones y procedimientos que son supervisados y controlados por la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas, entidad que no sólo tiene la potestad de darle la calidad de cosa juzgada a los términos pactados, sino que también bajo el principio de la fuerza ejecutiva de las resoluciones administrativas está facultada para exigir su cumplimiento como entidad jerárquica al que se sometieron tanto la entidad ahora representada como los acreedores privados y estatales. En efecto, la Ley 2495, al establecer el procedimiento administrativo para la reestructuración de empresas, que concluye con la homologación del acuerdo transaccional por parte de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas, guardó armonía con los principios generales previstos en la Ley del Procedimiento Administrativo que en su art. 55.III, establece que la administración pública ejecutará por sí misma sus propios actos administrativos; ahora bien, desde una interpretación teleológica de la Ley de Restructuración Voluntaria, se tiene que el legislador, decidió otorgar un instrumento jurídico alternativo al dispuesto en el Código de Comercio para que deudores y sus acreedores acuerden la reestructuración o liquidación voluntaria de empresas, sean estas personas naturales o jurídicas, a través de la suscripción y ejecución de un acuerdo de transacción, este Tribunal Constitucional Plurinacional concluye que la Autoridad de Fiscalización y Control Social de las Empresas, al ser la encargada de controlar y supervisar desde el inicio todo el procedimiento de reestructuración voluntaria de empresas, tiene también potestad para exigir a la entidad demandada, el cumplimiento del acuerdo transaccional suscrito por el representante de BOLSER Ltda. y los acreedores que conforman la Junta de Acreedores de la mencionada empresa y adenda, ya que sólo así se podrá alcanzar los fines previstos por las tantas veces citada Ley 2495. III.4. Aplicación al caso de autos En el presente caso, la apoderada de la entidad accionante sostiene la vulneración de los derechos de su mandante a la “seguridad jurídica”, al debido proceso, al trabajo, a la industria y comercio, en razón a que el BCB se niega a cumplir el acuerdo transaccional que fue homologado por la ex Superintendencia de Empresas, que trata de adicionar sumas que no están insertas en el documento. Por la documentación aparejada al expediente, se evidencia que la entidad accionante y sus acreedores privados y estatales, sujetaron sus actuaciones al procedimiento de reestructuración voluntaria de empresas previsto en la Ley 2495 y el DS 27384, modificado por los DDSS 27759, 28577 y 29535, por tanto estuvieron bajo la tuición y control de la ex Superintendencia -hoy Autoridad de Fiscalización y Control Social- de Empresas que como entidad jerárquica esta facultada para exigir el cumplimiento de sus propias determinaciones para alcanzar los fines previstos en la Ley de Restructuración Voluntaria, más aún cuando el acuerdo transaccional del que hoy se pide su cumplimiento tiene la calidad de cosa juzgada conforme establece el art. 17 de la citada Ley. Dentro de ese contexto jurisprudencial y legal desarrollado en los Fundamentos Jurídicos III.3.y en base a la interpretación teleológica de la Ley 2495 al servicio de un fin colectivo y siendo necesaria su materialización, se establece que corresponde a la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas exigir a la entidad demandada el cumplimiento del acuerdo transaccional suscrito por el representante de BOLSER Ltda. y los acreedores que conforman la Junta de Acreedores de la mencionada empresa y adenda, debido a que la justicia constitucional como institución que vela por los derechos y garantías fundamentales de las personas, no es un ente ejecutor de resoluciones administrativas, judiciales y acuerdos transaccionales homologados por autoridad competente, es decir, que la uniforme jurisprudencia constitucional estableció que no corresponde a este Tribunal Constitucional Plurinacional, hacer cumplir las determinaciones de otros órganos jurisdiccionales o las que emerjan de un procedimiento administrativo, sino que son estos los que tienen que hacerlas cumplir y resolver las solicitudes accesorias que se presenten en su ejecución. Consecuentemente, el Tribunal de garantías, al conceder en parte la acción tutelar únicamente sobre el derecho a la “seguridad jurídica”, no ha actuado correctamente. POR TANTO El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Liquidadora Transitoria, en virtud de lo previsto en el art. 20.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011; en revisión, resuelve: REVOCAR la Resolución 3/10 de 24 de marzo de 2010, cursante de fs. 428 a 430, pronunciada por la Sala Social y Administrativa Tercera de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de La Paz, y en consecuencia, DENEGAR la tutela solicitada, con la aclaración de que no se ingresó al análisis de fondo de los derechos denunciados, por las razones expuestas en el presente fallo. Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional. Fdo. Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi MAGISTRADA Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chávez MAGISTRADO Fdo. Dra. Carmen Silvana Sandoval Landivar MAGISTRADA Fdo. Dra. Edith Vilma Oroz Carrasco MAGISTRADA Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales MAGISTRADO SENTENCIA CONSTITUCIONAL 0312/2007-R Sucre, 24 de abril de 2007 Expediente: 2006-13922-28-RAC Distrito: Santa Cruz Magistrada Relatora: Dra. Elizabeth Iñiguez de Salinas En revisión la Sentencia 28 de 5 de mayo de 2006, cursante de fs. 168 a 171 vta. pronunciada por la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz, dentro del recurso de amparo constitucional interpuesto por Jesús Ronald Méndez Capobianco contra Juana Molina Paz de Paz, Adolfo Gandarilla Suárez, Hernán Cortés Castillo, Vocales de la Sala Civil Primera, Roberto Pierini de Paulis, Juez Octavo de Partido en lo Civil y Comercial, todos del Distrito Judicial de Santa Cruz; y Alex Justiniano Schwarm y Hugo Harriague Hoyos, Presidente de la Comisión Liquidadora de la Financiera de Desarrollo Santa Cruz (Findesa S.A.M.) y Administrador General de dicha Sociedad, respectivamente, señalando la vulneración de sus derechos a la seguridad jurídica, a la defensa y de la garantía del debido proceso, previstos en los arts. 7 inc. a) y 16.II y IV de la Constitución Política del Estado (CPE). I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURIDICA I.1. Contenido del recurso I.1.1. Hechos que motivan el recurso En el memorial presentado el 9 de febrero de 2006 (fs. 127 a 131), el recurrente arguye que dentro del proceso ejecutivo seguido contra su persona, como garante personal de "Findesa S.A.M.", Ezequiel Romero Peralta y otros, a consecuencia de un contrato de préstamo de 22 de agosto de 1996 por el pago de $us18 224,66.- (dieciocho mil doscientos veinticuatro dólares estadounidenses con sesenta y seis centavos) más intereses legales y penales, gastos judiciales y honorarios profesionales; se dictó Sentencia por el Juez correcurrido el 19 de junio de 2000, declarando probada la demanda. Expresa que, como consecuencia de la Sentencia 290 de 19 de junio de 2000 dictada por el Juez correcurrido, que declaró probada la demanda ejecutiva seguida por "Findesa S.A.M." en liquidación contra Ezequiel Romero Peralta y su esposa, disponiendo se prosiga a cubrir la obligación perseguida, más intereses ordinarios, penales, gastos y costas con el remate de los bienes embargados o por embargarse; sin exigirse la exhibición de todos los bienes que garantizaban el cumplimiento de ese contrato de préstamo 275/96 de 22 de agosto de 1996, en el que su persona actuó como garante, embargándose el fundo rústico de su propiedad, denominado "Toco Hediondo", ignorando el jeep marca Suzuki, modelo Vitara SE416/JGLMTX, con placa de control SJK-165, que en la cláusula novena del citado contrato se otorgó como garantía "personal prendaria sin desplazamiento" (sic), constando en el acta que no fue embargado dicho jeep por no encontrarse en el inmueble donde se practicó el secuestro y que por voluntad de la parte demandada y aceptación de la parte demandante se entregaron los artefactos electrónicos al abogado y familiar Rodolfo Brunner Díaz, que en la misma cláusula se detallaban. Expresa que, reclamó esta irregularidad ante "Findesa S.A.M.", quien le explicó que de acuerdo a la cláusula décima segunda del contrato, se autorizaba a dicha entidad y a los prestatarios a suscribir contratos complementarios convenientes para recuperar lo adeudado, referidos entre otros a la sustitución de garantías sin intervención de fiadores. Por lo que ese ente sustituyó la garantía del jeep Suzuki por una impresora, mediante testimonio 557/1997 de 30 de octubre, actuando con dolo y mala fe, al no haberse presentado dicho instrumento en todo el proceso ejecutivo y ser desconocido por el Juez y su parte, embargándose el fundo mencionado. Manifiesta que, interpuso incidente de nulidad ante el Juez de la causa, que fue declarado improbado por considerarlo inoportuno, habiendo los Vocales correcurridos confirmado en apelación la Resolución del Juez a quo, el 10 de agosto de 2005 sin pronunciarse sobre la mala fe del ejecutante y sin aplicar el art. 3 inc. 3) del Código de Procedimiento Civil (CPC). I.1.2. Derechos y garantía supuestamente vulnerados El recurrente considera que se vulneraron sus derechos a la seguridad jurídica, a la defensa y la garantía del debido proceso, previstos en los arts. 7 inc. a) y 16.II y IV de la CPE. I.1.3. Autoridades recurridas y petitorio De acuerdo a lo relatado plantea recurso de amparo constitucional contra Juana Molina Paz de Paz, Adolfo Gandarilla Suárez, Hernán Cortés Castillo, Vocales de la Sala Civil Primera, Roberto Pierini de Paulis, Juez Octavo de Partido en lo Civil y Comercial, todos del Distrito Judicial de Santa Cruz; y Alex Justiniano Schwarm y Hugo Harriague Hoyos, Presidente de la Comisión Liquidadora de "Findesa S.A.M." y Administrador General de dicha Sociedad, respectivamente, solicitando sea declarado "procedente", se anule el proceso ejecutivo hasta el momento de presentar la demanda, exigiendo a "Findesa S.A.M." que adjunte la escritura 557/97, como ordena el art. 330 del CPC. I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de amparo constitucional En la audiencia pública celebrada el 5 de mayo de 2006, cuya acta cursa de fs. 164 a 168, se suscitaron las siguientes actuaciones: I.2.1. Ratificación y ampliación del recurso El recurrente a través de su abogado ratificó y reiteró los términos de su demanda. Con la réplica sostuvo que había agotado la vía administrativa de reclamo, y que no podía contrarrestar el acto ilegal del recurrido con una demanda ordinaria, pues el recurso de amparo constitucional tenía que reparar necesariamente el daño que se le estaba ocasionando. I.2.2. Informe de las autoridades recurridas El Juez correcurrido en el informe que cursa de fs. 139 a 140, manifestó que el incidente de extinción de obligación por novación de contrato, su exclusión del proceso, la liberación de garantía y archivo de obrados que interpuso el recurrente, fue debidamente tramitado y resuelto por su autoridad, sin que se haya incurrido en acto u omisión indebida. Los Vocales correcurridos no asistieron a la audiencia, ni presentaron informe alguno, pese a estar debidamente notificados (fs. 138). Los personeros de "Findesa S.A.M." correcurridos en el informe cursante de fs. 161 a 163 sostuvieron que: 1) El recurrente consintió libre y expresamente lo señalado en la cláusula décima segunda del contrato de préstamo, referida a liberaciones o sustituciones de garantías, que ahora pretende impugnar, de modo que conforme al art. 96.2 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC) su recurso es improcedente; 2) Los juicios ejecutivos no causan ejecutoria por su propia naturaleza, pues pueden ordinarizarse en el término de seis meses, por violaciones al debido proceso o hechos que se consideren gravosos a las partes, lo que no aconteció en el presente caso, ameritando la improcedencia establecida por el art. 96.3 de la LTC. I.2.3. Resolución Mediante Sentencia 28 de 5 de mayo de 2006, cursante de fs. 168 a 171 vta., pronunciada por la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz, se denegó el recurso, con multa de Bs300.- (trescientos bolivianos); con los siguientes fundamentos: a) El recurrente pudo ordinarizar el proceso por el no cumplimiento de la cláusula que ahora impugna, de acuerdo al art. 490 del CPC modificado por el art. 28 de la Ley de Abreviación Procesal Civil y Asistencia Familiar (LAPCAF); b) También podía exigir la prelación en el embargo de bienes conforme al art. 1471 del Código Civil (CC), a fin de que se embarguen y rematen sus bienes sólo en caso necesario para cubrir la obligación; c) El recurrente consintió los actos que ahora reclama, pues en la cláusula décima segunda del contrato se facultó al acreedor a realizar modificaciones al contrato pendiente a beneficiar el cobro; d) El incumplimiento del contrato debe demandarse en la vía ordinaria y no en la jurisdicción constitucional. II. CONCLUSIONES Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes, se llega a las conclusiones que se señalan seguidamente: II.1. A través del testimonio 275/96 de 22 de agosto de 1996 (fs. 34 a 39 vta.) se protocolizó un contrato de préstamo con "garantía personal y prendaria" por $us20 000.(veinte mil dólares estadounidenses) suscrito por la ahora correcurrida sociedad "Findesa S.A.M.", Ezequiel Romero Peralta y otros, figurando como fiador el hoy recurrente, en cuya cláusula décima segunda (fs. 38 vta. a 39) cursa autorización expresa "anticipada e irrevocable" (sic) de los fiadores para que "Findesa S.A.M" pueda suscribir con los prestatarios, contratos complementarios referentes entre otros a liberaciones o sustituciones de garantías, sin la intervención de los fiadores, cuando sea conveniente a "Findesa S.A.M." para la recuperación de lo adeudado. II.2. Mediante testimonio 557/97 de 18 de noviembre de 1997 (fs. 84 a 86 vta.) "Findesa S.A.M." sustituyó la garantía del jeep Suzuki placa SJK-165, que figuraba en la cláusula novena (fs. 37 vta. a 38) del mencionado contrato, por una impresora offsett, marca Multhigraphis, manteniendo la vigencia de todas y cada una de las cláusulas del contrato principal. II.3. El 14 de diciembre de 1998 (fs. 41 a 42) "Findesa S.A.M." interpuso proceso ejecutivo contra los citados prestatarios por la suma de $us18 224,66.- (dieciocho mil doscientos veinticuatro dólares estadounidenses con sesenta y seis centavos), intereses penales y legales estipulados en el referido contrato. El Juez Octavo de Partido en lo Civil y Comercial, por Auto de 16 de diciembre de 1998, intimó a los prestatarios a pagar al tercer día la suma demandada, más intereses legales, gastos y costas (fs. 42 vta.). Por Sentencia 290 de 19 de julio de 2000 (fs. 57 a 58) el Juez correcurrido declaró probada la demanda, disponiendo la prosecución del trámite de la causa hasta el estado de remate de los bienes embargados o por embargarse para que con su producto se cubra la obligación perseguida. Fallo que fue ejecutoriado por providencia de 30 de agosto de 2000 (fs. 60 vta.). II.4. Por acta de embargo de 12 de junio de 2001 (fs. 68) el Oficial de Diligencias del Juzgado Octavo de Partido en lo Civil y Comercial, embargó el fundo rústico denominado "Toco Hediondo" de propiedad del coejecutado y hoy recurrente, ubicado en el cantón "Palmar del Oratorio", provincia Andrés Ibáñez del departamento de Santa Cruz. II.5. A través del memorial presentado el 23 de julio de 2004 (fs. 87 a 89), el recurrente solicitó al Juez correcurrido en la vía incidental, extinción de la obligación por novación de contrato, exclusión del proceso, liberación de garantía y archivo de obrados, señalando que "Findesa S.A.M." sorprendió la buena fe de dicho Juez, presentando en su demanda ejecutiva el documento inicial y no así el de sustitución de garantía, que en su entender lo libera de toda obligación. Por Auto motivado de 1 de febrero de 2005 (fs. 102 a 103) el Juez correcurrido declaró improbado el incidente argumentando que con la sustitución parcial de una de las garantías prendarias que reclama el recurrente, no se operó modificación o reemplazo alguno en la obligación misma, por lo que no existió novación, ni podía operarse la extinción impetrada por el recurrente. El recurrente apeló de esta determinación por memorial presentado el 28 de febrero de 2005 (fs. 106 a 109), reiterando sus alegatos. Los Vocales correcurridos por Auto de Vista de 10 de agosto de 2005 (fs. 123 a 124), confirmaron la Resolución apelada, con costas, ratificando y avalando la actuación del Juez a quo. III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO El recurrente señala vulneración a sus derechos a la seguridad jurídica, a la defensa y la garantía del debido proceso, por cuanto considera que no obstante que reclamó el ilegal embargo del fundo rústico de su propiedad, denominado "Toco Hediondo" a "Findesa S.A.M.", dentro del fenecido proceso ejecutivo seguido por esta entidad contra Ezequiel Romero Peralta y otros, en el que su persona actuó como garante, pues correspondía embargar previamente el jeep marca Suzuki, modelo Vitara, con placa de control SJK165, que en la cláusula novena del contrato de préstamo se otorgó como "garantía personal prendaria" sin desplazamiento, y pese a que el testimonio 557/1997 -por el que "Findesa S.A.M." sustituyó la garantía de dicho jeep por una impresora- no fue conocido por el Juez correcurrido y su parte; el incidente de nulidad que opuso ante el Juez fue declarado improcedente por considerarlo inoportuno, confirmando, esa determinación en apelación los Vocales correcurridos, sin pronunciarse sobre la mala fe del ejecutante y sin aplicar el art. 330 del CPC. Por tanto corresponde, en revisión, analizar si en este caso se debe otorgar la tutela buscada. III.1. Subsidiariedad del amparo dentro de la vía legal donde se acusa la vulneración Conforme lo ha señalado este Tribunal a partir de la SC 0374/2002-R de 2 de abril: "(…) la subsidiariedad del amparo constitucional debe ser entendida como el agotamiento de todas las instancias dentro del proceso o vía legal, sea administrativa o judicial, donde se acusa la vulneración, dado que donde se deben reparar los derechos fundamentales lesionados es en el mismo proceso, o en la instancia donde han sido conculcados, y cuando esto no ocurre queda abierta la protección que brinda el Amparo Constitucional… ". Con lo cual, quedan desvirtuados los argumentos de los correcurridos personeros de "Findesa S.A.M." y de la Corte de amparo, con relación al hecho de que el recurrente debió acudir a la ordinarización del proceso y exigir la prelación en el embargo de bienes. Por lo que corresponde, ingresar al análisis de fondo de la presente problemática. III.2. Normativa y jurisprudencia aplicables El art. 330 del CPC referido a la prueba documental que deberá presentarse con la demanda, señala: "Con la demanda, reconvención, y contestación de ambas, deberá acompañarse la prueba documental que estuviere en poder de las partes. Si no la tuvieren a su disposición, la individualizarán indicando el contenido, lugar, archivo y oficina pública o persona en poder de quien se encontrare". A su turno el art. 331 del CPC que continúa, indica: "(Documentos posteriores o anteriores desconocidos) Después de interpuesta la demanda, sólo se admiten documentos de fecha posterior, o, siendo anteriores, bajo juramento de no haber tenido antes conocimiento de ellos (…)". Estos artículos tienen su justificación en que el demandado no solamente ha de conocer con la demanda, los hechos en que el recurrente funda su pretensión, sino también la prueba de que intenta valerse, porque no hay objeto de mantenerla oculta, cuando éste ya no se encuentre en condiciones de contrarrestarla. Facilita la abreviación del proceso y supone la ventaja de que puede, así, evitarse muchos litigios, porque el demandado en conocimiento de la prueba documental del actor, puede avenirse a un allanamiento más beneficioso para todos, si no dispone a su vez, de medios eficaces para destruirla. Mantener reservadas y ocultas las pruebas por las que el demandante intenta valerse para defender su derecho, demuestra una de dos cosas, cuando no ambas a la vez, temor de que estas pruebas puedan ser rechazadas por el adversario victoriosamente o deseo de sorprender a éste imposibilitando su defensa. En ambos casos se evidencia mala fe y son, por consiguiente, reprochables. De las disposiciones citadas, se colige que toda la prueba documental, demostrativa del derecho o justificativa de la demanda, debe presentarse juntamente con ésta, relacionada en la exposición de hechos, en la fundamentación de derecho o en un otrosí. La omisión de este requisito particular de la demanda, está sancionada por el art. 331 del CPC, que después, de interpuesta ésta, sólo admite la presentación de documentos de fecha posterior (a la demanda ha de entenderse) o si son anteriores, bajo juramento de no haber sido conocidos antes por el actor. En cuanto a la normativa que rige al fiador simple, se cuenta con el art. 508 del CPC que expresa: "El fiador simple podrá oponer como excepción previa el beneficio de excusión, orden, o división, si no la hubiere renunciado." Y de acuerdo a lo expresado por la SC 0136/2003-R de 6 de febrero, se tiene que: "(…) el fiador simple o personal, garantiza la obligación con sus bienes, cuando éste (el deudor) no satisfaga la obligación afianzada (…)" (las negrillas son nuestras). En este contexto normativo y jurisprudencial, corresponde ingresar al fondo de la presente problemática. III.3. Caso analizado En la especie, el recurrente efectúa su reclamo a través de este recurso, por la sustitución de la garantía prendaria del jeep Suzuki que figuraba en la claúsula novena del contrato de préstamo que "Findesa S.A.M." otorgó a los ejecutados, sustitución que se efectivizó mediante el testimonio 557/1997, en "desconocimiento" (sic) de su persona -que actuó como fiador en ese contrato- y del Juez correcurrido, añadiendo que no obstante haber interpuso incidente de nulidad ante dicho Juez y apeló de la Resolución desestimatoria del mismo ante los Vocales correcurridos, éstos confirmaron tal determinación sin pronunciarse sobre la mala fe del ejecutante y sin aplicar el art. 330 del CPC; y en el petitorio de su demanda, en forma expresa y puntual, solicita se anule el proceso ejecutivo hasta el momento de presentar la demanda, exigiendo a "Findesa S.A.M." que adjunte dicho testimonio. De la atenta y pormenorizada revisión de los antecedentes que informan el cuaderno procesal del recurso de amparo constitucional, y que no fue desvirtuado por el ejecutante, se tiene plena constancia que, el testimonio 557/97 de 18 de noviembre de 1997 (fs. 84 a 86), sustituyó la garantía del jeep Suzuki placa SJK-165, -que figuraba en la cláusula novena del contrato de préstamo del que emergió el proceso ejecutivo en cuestión, por una impresora offestt marca Multhigraphics-, no fue adjuntado a la demanda ejecutiva y menos fue puesto en conocimiento del recurrente fiador personal de dicho contrato, no obstante que en la cláusula décima segunda del contrato, cursa autorización expresa "anticipada e irrevocable" (sic) de los fiadores para que "Findesa S.A.M." pueda suscribir con los prestatarios, contratos complementarios referentes entre otros a liberaciones o sustituciones de garantías, sin la intervención de los fiadores, cuando sea conveniente a "Findesa S.A.M." para la recuperación de lo adeudado (fs. 38 vta. a 39); puesto que de acuerdo a la normativa y jurisprudencia citadas en el Fundamento Jurídico III.2, se infiere que el ejecutante está impelido a adjuntar a su demanda toda la prueba documental que estuviere en su poder, y si no la tuviere a su disposición, la individualizará indicando el contenido, lugar, archivo y oficina pública o persona en poder de quien se encontrare, más aún si en el caso de autos, al omitir la presentación o indicación del citado testimonio y al haber avalado el Juez -quién como director del proceso, tenía la obligación de garantizar la igualdad jurídica de las partes en todas las instancias de la litis, conforme lo prevé el art. 3.1 y 3 del CPC- y los Vocales correcurridos, lesionaron los derechos y garantía invocados por el recurrente, en su condición de fiador personal, pues se le embargó el fundo rústico denominado "Toco Hediondo" de su propiedad, sin permitirle asumir defensa y sometiéndolo a un proceso irregular frente a la emisión del tantas veces citado testimonio de sustitución de garantía que afecta su condición de fiador porque se reemplazó una garantía de mayor valor como era el jeep Suzuki referido -que satisfacía en mejor medida la deuda afianzada- por otra garantía de menor cuantía como era la impresora citada. Con lo que se evidencia que los personeros de "Findesa S.A.M." en liquidación y las autoridades jurisdiccionales correcurridas actuaron indebida e ilegalmente, pues no aplicaron objetivamente la ley, ni permitieron que el recurrente asuma defensa irrestricta, y no le garantizaron el acceso a un proceso justo y equitativo en el que sus derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se hallen en una situación similar. Todo lo que amerita conceder la tutela impetrada. Finalmente, en el caso que se revisa, el Tribunal del recurso ha utilizado inadecuadamente la terminología que rige para la resolución de los recursos de amparo constitucional, al haber denegado la tutela sin ingresar al análisis de fondo del recurso, cuando lo que correspondía era declarar su improcedencia, conforme lo ha señalado la SC 0505/2005-R de 10 de mayo. Por lo expuesto, el Tribunal de amparo al haber denegado el recurso, no ha efectuado una adecuada compulsa de los antecedentes procesales ni dado correcta aplicación al art. 19 de la CPE. POR TANTO El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción y competencia que ejerce por mandato de los arts. 19.IV y 120.7ª de la CPE; arts. 7 inc. 8) y 102.V de la LTC, con los fundamentos expuestos, en revisión: 1.- REVOCA la Sentencia 28 de 5 de mayo de 2006, cursante de fs. 168 a 171 vta., pronunciada por la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz; 2.- CONCEDE el recurso de amparo constitucional, y; 3.- ANULA el proceso ejecutivo hasta el momento de presentar la demanda, exigiendo a "Findesa S.A.M." que adjunte el testimonio 557/97 de 18 de noviembre de 1997. Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional. No interviene la Decana, Dra. Martha Rojas Álvarez, por encontrarse haciendo uso de su vacación anual. Fdo. Dra. Elizabeth Iñiguez de Salinas PRESIDENTA Fdo. Dr. Artemio Arias Romano MAGISTRADO Fdo. Dra. Silvia Salame Farjat MAGISTRADA Fdo. Dr. Walter Raña Arana MAGISTRADO SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0674/2013 Sucre, 3 de junio de 2013 SALA PRIMERA ESPECIALIZADA Magistrado Relator: Efren Choque Capuma Acción de amparo constitucional Expediente: 02723-2013-06-AAC Departamento: Tarija En revisión la Resolución 06/2013 de 30 de enero, cursante de fs. 80 a 85 vta., pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Ivar Zubieta Bejarano y Juana Florinda Godoy León de Zubieta contra Mabel Rocha Vera, Jueza Cuarta de Partido en lo Civil y Comercial, Susana Ruiz Pantoja, y Jorge Ahmed Julio Ale, Jueces Segundo y Tercero de Instrucción en lo Civil respectivamente, todos del departamento de Tarija. I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA I.1. Contenido de la demanda Por memoriales presentados el 18 de enero de 2013, cursante de fs. 17 a 28, de subsanación de 24 del mismo mes y año, a fs. 31 vta., los accionantes exponen los siguientes fundamentos: I.1.1. Fundamentos que motivan la acción En la gestión 2002, suscribieron documentos privados de préstamos de dinero con la Cooperativa Integral Campesina COINCA Ltda., -formando parte del primer documento ambos accionantes y del segundo sólo la accionante-, entregando su patrimonio económico en calidad de depósito, los cuales no han sido devueltos por lo que iniciaron procesos ejecutivos. Recayendo la primera demanda ante el Juzgado Segundo de Instrucción en lo Civil, donde se procedió a embargar tres inmuebles de propiedad de “COINCA Ltda.”, y en la gestión 2003 se emitió resolución, misma que cobró ejecutoria debido a que la parte deudora no apeló la referida, en ejecución de sentencia solicitaron medidas previas al remate, habiendo la autoridad jurisdiccional dispuesto la notificación a Derechos Reales (DD.RR.), Catastro Urbano y a la Dirección de ingresos. El 26 de junio de 2010, COINCA Ltda. mediante escrito solicitó al Juez de la causa, caducidad de anotación preventiva, desembargo y “cumplimiento de documento posterior” (sic), por su parte, Aurora Antelo Aparicio sin ser parte del proceso se apersonó y solicitó extinción de obligación por novación, peticiones que fueron rechazados, así como el pretendido apersonamiento, la señalada Cooperativa en uso de su derecho, apeló aquella determinación, misma que fue confirmada por el tribunal de alzada. El 24 de octubre de 2011, solicitaron nuevamente medidas previas al remate, petición que fue resuelta por decreto de 25 del referido mes y año, donde el Juez de la causa dispuso la actualización de las medidas ordenadas anteriormente. El 29 de septiembre de 2012, COINCA Ltda. Interpuso incidente de extinción de la acción por prescripción, mismo que fue declarado improbado, resolución que fue confirmada por el tribunal ad quem. El 19 de abril de 2012, reiteraron su solicitud respecto a la ejecución de sentencia; sin embargo, la Jueza Segunda de Instrucción en lo Civil ahora codemandada, de manera sorpresiva dispuso que previamente debían pronunciarse sobre el documento de reconocimiento de deuda y compromiso de pago que había presentado COINCA Ltda., habiendo dispuesto la señalada que no podía continuarse con la ejecución de sentencia, debido al nuevo documento que adjuntó esa Cooperativa que modificó el documento de préstamo sobre el cual se dictó el fallo. Ante ésta determinación, se interpuso recurso de reposición bajo alternativa de apelación, misma que fue negado concediéndose la apelación, habiendo sido resuelta por la Jueza Cuarta de Partido en lo Civil y Comercial ahora demandada, quien revocó en parte aquella determinación, favoreciendo a la accionante con el 50% de la suma adeudada, ordenando continuar con la ejecución de las medidas previas al remate. La Jueza codemandada, mediante decreto ordenó de ofició se remita los informes respectivos de las medidas previas al remate; no obstante, el 24 de octubre de 2012, los representantes de COINCA Ltda. presentaron recurso de reposición bajo alternativa de apelación contra aquella disposición; sin embargo, la Jueza codemandada no consideró la existencia del fallo ejecutoriado debido a que los ejecutados no hicieron uso de ningún recurso y tampoco ordinarizaron el proceso, por lo mismo precluyó los derechos de dicha Cooperativa, por lo mismo, dicha autoridad debió continuar con la ejecución de sentencia y no resolver otras cuestiones que sólo tienen el fin de entorpecer la ejecución de la sentencia, vulnerándose de ésta forma el derecho al debido proceso. Con relación al segundo proceso ejecutivo, se sustanció ante el Juzgado Tercero de Instrucción en lo Civil, donde se embargó tres inmuebles de propiedad de COINCA Ltda., obteniendo el 1 de diciembre de 2003, Resolución a favor de la hoy accionante que cobró ejecutoría, el 17 de febrero de 2004 solicitando medidas previas al remate las cuales fueron ordenadas; no obstante, el actual Juez codemandado “no cumplió con el remate”, pese a la existencia de fallo ejecutoriado, por el contrario resolvió solicitudes interpuestas por la Cooperativa negándose de esta forma en ejecución de sentencia efectivizar las medidas previas solicitadas, accionar que vulnera el derecho al debido proceso. I.1.2. Derechos y garantía supuestamente vulnerados Alega lesionados los derechos, al debido proceso, a la defensa, “seguridad jurídica, legalidad, congruencia e igualdad” (sic), citando para el efecto los arts. 115.II, 117.I de la Constitución Política del Estado (CPE). I.1.3. Petitorio Se conceda la tutela solicitada, “debiendo retrotraerse el trámite hasta fs. 350 del proceso que sustancia el Juzgado Segundo de Instrucción en lo Civil y a fs. 112 del expediente del Juzgado Tercero de Instrucción en lo Civil” (sic). I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías Celebrada la audiencia pública el 30 de enero de 2013, según consta las actas cursantes de fs. 78 a 79 vta., se produjeron los siguientes actuados: I.2.1. Ratificación de la demanda El abogado de los accionantes ratificó los fundamentos de la acción de amparo constitucional. I.2.2. Informe de las autoridades judiciales demandadas Mabel Rocha Vera, Jueza Cuarta de Partido en lo Civil y Comercial, presentó informe, cursante a fs. 77 vta., manifestando que se ratifica en las resoluciones que emitió. Silvia Susana Ruiz Pantoja, Jueza Segundo de Instrucción en lo Civil, presentó informe, cursante de fs. 34 a 37, manifestando: a) El 30 de julio de 2002, “COINCA Ltda.” suscribió documento de préstamo de dinero con los ahora accionantes, ante el incumplimiento de la obligación asumida, se presentó demanda ejecutiva, misma que concluyó con resolución a favor de los accionantes; b) El 12 de mayo de 2008, representantes de la señalada Cooperativa suscribieron documento de reconocimiento de deuda y compromiso de pago con el ahora accionante, donde el último de los nombrados renunció al cobro de intereses y se compromete a no proseguir con el proceso civil; c) Pese a existir este documento, ambos accionantes pretenden hacer efectiva la referida sentencia, con total falta de lealtad procesal, buscando el cobro de la suma total adeudada más intereses; y, d) Advertido de aquella actitud, se determinó solo el cobro del 50% de la deuda más intereses a favor de la accionante quien no firmó el documento de reconocimiento de deuda y compromiso de pago, por lo mismo, no se podía ejecutar el fallo referido como ambos accionantes pretenden, pese a tener conocimiento de dicho documento, ambos accionantes siguen actuando de mala fé al presentar esta acción de amparo constitucional, buscando efectivizar la ejecución de la sentencia que emergió del proceso ejecutivo. Jorge Ahmed Julio Ale, Juez Tercero de Instrucción en lo Civil, no asistió a la audiencia y tampoco presentó informe escrito, pese a su notificación (fs. 33 vta.). I.2.3. Informe del tercero interesado Andrés Policarpio Vega, Presidente de COINCA Ltda., no asistió a la audiencia y tampoco presentó informe escrito, pese a su notificación (fs. 33 vta.). I.2.4. Resolución La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, constituida en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 06/2013 de 30 de enero, cursante de fs. 80 a 85 vta., por la que denegó la tutela solicitada, con los siguientes fundamentos; 1) Los accionantes, tenían una resolución ejecutiva favorable que data de la gestión 2003, que no fue ejecutada por los mismos; 2) Ante una novación expresa que se materializa con el documento de 12 de mayo de 2008 suscrito por ambos accionantes con su deudor “COINCA Ltda.”, donde se renunció al cobro de los intereses y al proceso civil respecto al cobro de la acreencia en contra de dicha Cooperativa; y, 3) Los acuerdos voluntarios constituyen ley entre las partes, son los accionantes quienes no ejecutaron el fallo del proceso ejecutivo y cambiaron sus efectos con la suscripción del documento señalado. II. CONCLUSIONES Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes conclusiones: II.1. El 30 de julio de 2002, COINCA Ltda. representado por Hilarión Cuellar Romero y Esteban Fernández suscribió contrato privado de préstamo de dinero con Ivar Zubieta Bejarano y Juana Florinda Godoy León de Zubieta ahora accionantes, consistente en la suma de $us2000.- (dos mil dólares estadounidenses), documento reconocido ante la Notaria de Fe Pública de Primera Clase 8 (fs. 1 a 2 del anexo). II.2. El 12 de agosto de 2003, dentro la demanda ejecutiva seguida por ambos accionantes contra COINCA Ltda., la Jueza Segunda de Instrucción en lo Civil, emitió fallo, declarando probada la demanda interpuesta y condenando a dicha Cooperativa, cancelar la suma de $us2000.- más intereses convenidos, bajo conminatoria de procederse al remate de los bienes embargados o por embargarse (fs. 29 vta. del anexo). II.3. El 12 de mayo de 2008, Andrés Policarpo Vega Vásquez y Raúl Alcoba Romero en representación de COINCA Ltda. , suscribieron documento privado de reconocimiento de deuda y compromiso de pago con Ivar Zubieta Bejarano -acciónate-, donde los primeros nombrados reconocen la deuda de $us2000.- a favor del accionante y, se comprometen a cancelar dicho monto el plazo de cinco años a partir de la suscripción de dicho documento; por otra parte, el accionante renuncia al cobro de cualquier tipo de interés legal o convencional, comprometiéndose además a no iniciar o proseguir ningún proceso contra “COINCA Ltda.”, documento reconocido ante la Notaria de Fe Pública N 8 (fs. 282 a 283 vta. del anexo). II.4. Por Resolución de 10 de agosto de 2012, la Jueza codemandada resolvió la excepción de prescripción interpuesta por Andrés Policarpio Vega en representación de COINCA Ltda. contra Juana Florinda Godoy León de Zubieta -accionante-, declarando probada la misma y extinguida la obligación capital de la suma de $us1000.- (mil dólares estadounidenses) más intereses adeudada a la accionante, disponiendo el archivo de obrados (fs. 430 vta. a 432 del anexo). II.5. El 20 de agosto de igual año, ambos accionantes interpusieron recurso de reposición contra la Resolución de 10 del señalado mes y año bajo alternativa de apelación, misma que fue resuelta mediante Resolución de 31 de igual mes y año, donde la Jueza de la causa confirmó en todas sus partes el fallo impugnado, concediéndoles el recurso de apelación (fs. 446 a 448 y 457 a 458 del anexo). II.6. El 14 de septiembre de 2012, el tribunal de alzada mediante Auto de Vista, resolvió revocar totalmente la resolución apelada y declaró improbada la extinción de la acción por prescripción (fs. 467 a 470 del anexo). II.7. El 11 de octubre de igual año, los accionantes solicitaron a la Jueza codemandada fotocopias legalizadas del expediente, petición que fue resuelta por providencia de 12 de igual mes y año, en el que se da curso a aquella solicitud, disponiéndose además, por secretaria se de cumplimiento a las medidas previas al remate ordenando remitir oficios a las instituciones correspondientes (fs. 495 vta. del anexo). II.8. El 16 de noviembre de 2012, Andrés Policarpio Vega Vásquez en representación de COINCA Ltda., adjuntando planilla de liquidación del capital e intereses pactados en el documento inicial de 30 de julio de 2002 así como un recibo de pago parcial de 13 de noviembre de 2009, realizado con Juana Florinda Godoy León de Zubieta -accionante-, presentó memorial ante la Jueza codemandada, a quien solicitó extender formulario de depósito en la suma de la planilla adjunta, escrito que mereció el decreto de 19 de noviembre de 2012, donde la Jueza codemandada dispuso poner en conocimiento de los accionantes los antecedentes así como los documentos adjuntos, para que en el plazo de tres días se pronuncien al respecto (fs. 509 a 510 del anexo). II.9. El 28 de diciembre de 2012, Andrés Policarpio Vega Vásquez en representación de COINCA Ltda., mediante escrito se dirigió a la Jueza codemandada, a quien le solicitó que por Secretaría se extienda en su favor certificado de depósito según la planilla presentada a efectos de cancelar la obligación adeudada, bajo el argumento de que los accionantes no realizaron ninguna observación a la planilla señalada (fs. 511 del anexo). II.10.Por decreto de 31 de diciembre de 2012, la Jueza codemandada decreto: “Como hasta la fecha la demandante no se ha pronunciado sobre la planilla (…) que ha sido presentada por el demandado, se declara ejecutoriada en todas sus partes en relación a la acreencia de la demandante Florinda Godoy León de Zubieta. Por actuaria extiéndase el certificado de depósito judicial a favor del demandado, una vez ejecutoriada la presente resolución judicial” (sic) (fs. 511 del anexo). II.11.Con relación al segundo proceso ejecutivo; el 30 de julio de 2002, la Cooperativa Integral Campesina “COINCA Ltda.” representado por Hilarión Cuellar Romero y Esteban Fernández suscribió contrato privado de préstamo de dinero con Juana Florinda Godoy León de Zubieta ahora accionante por la suma de $us6000.- (seis mil dólares estadounidenses) documento reconocido ante la Notaria de Fe Pública de Primera Clase Nº8 (fs. 513 a 514 del anexo). II.12.El 1 de diciembre de 2003, dentro la demanda ejecutiva seguida por la accionante contra COINCA Ltda., la Jueza Tercera de Instrucción en lo Civil emitió Sentencia, declarando probada la demanda interpuesta condenado a dicha Cooperativa., cancelar la suma adeudada mas intereses convenidos (fs. 552 a 553 del anexo). II.13.El 17 de febrero de 2004, la accionante mediante escrito solicito ante el Juez de la causa, medidas previas el remate, misma que fue resuelta por decreto de 18 de igual mes y año, en el que se dispuso la notificación a DD.RR., Catastro Urbano, entre otros (fs. 564 y vta. del anexo). II.14.El 14 de mayo de 2008, Andrés Policarpo Vega Vásquez y Raúl Alcoba Romero en representación de COINCA Ltda., suscribieron documento privado de reconocimiento de deuda y compromiso de pago con Juana Florinda Godoy León de Zubieta -accionante- donde los primeros nombrados reconocen ser deudores de $us6000.- a favor de la accionante, comprometiéndose a cancelar dicho monto en el plazo de cinco años a partir de la suscripción de dicho documento; por otra parte, la accionante renunció al cobro de cualquier tipo de interés legal o convencional, comprometiéndose a no iniciar o proseguir ningún proceso contra contra la referida Cooperativa., documento reconocido ante la Notaria de Fe Pública 8 (fs. 579 a 580 vta. del anexo). II.15.Por Resolución de 8 de junio de 2012, el Juez codemandado resolvió el incidente de caducidad de anotación preventiva, desembargo y “cumplimiento de documento posterior” (sic) interpuesto por Andrés Policarpio Vega Vásquez en representación de COINCA Ltda., declarando improbado el incidente de caducidad de anotación preventiva y probado el incidente de “cumplimiento del nuevo contrato y desembargo correspondiente” (sic) disponiendo la extinción de la obligación inicial por “novación de una nueva obligación contractual” (sic) (fs. 624 y vta. del anexo). II.16.El 18 de junio de 2012, la accionante interpuso recurso de reposición bajo alternativa de apelación contra la Resolución de 8 del referido mes y año, la misma que fue resuelta por Resolución de 11 de julio de igual año, donde el Juez de la causa declaro “no haber lugar” la reposición planteada concediendo a la accionante la apelación en el efecto devolutivo; recurso de apelación, que fue resuelto mediante Auto de Vista de 25 de julio de 2012 donde el tribunal de alzada argumentando que en ejecución de sentencia solo es procedente el recurso de apelación en el efecto devolutivo contra cualquier resolución, decretos o providencias de mero trámite, dejó sin efecto la concesión del recurso de revocatoria bajo alternativa de apelación, y en consecuencia, declaró ejecutoriado la Resolución de 8 de junio de 2012 (fs. 664 a 667 vta. y 673 y 679 a 680 del anexo). III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO Los accionantes, denuncian la vulneración de los derechos al debido proceso, a la defensa, “seguridad jurídica, legalidad, congruencia e igualdad” (sic), toda vez que los jueces demandados, “debieron cumplir y efectivizar” (sic) las medidas previas al remate que fueron ordenadas, y no así resolver los incidentes promovidos por COINCA Ltda., debido a que precluyó aquellos derechos por encontrase en la etapa de ejecución de sentencia. Consiguientemente, corresponde a este Tribunal analizar en revisión, si los hechos denunciados son evidentes y sí en el caso concreto se vulneraron los derechos de los accionantes. III.1. Sobre los principios ético morales de la sociedad plural y los valores que sustenta el Estado boliviano Antes de entrar a la consideración sobre la resolución y antecedentes de la presente acción tutelar elevada en revisión, es pertinente, señalar algunos aspectos de la Constitución Política del Estado promulgada el 7 de febrero de 2009, donde se señala el horizonte en el que habrá de erigirse el nuevo Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, fundado en la pluralidad y pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país. En ese contexto esta dicho que la nueva institucionalidad del Estado Plurinacional debe superar con creces la estructura colonial y debe, en base al esfuerzo individual y colectivo, en cada estructura organizacional y en todos los órganos e instituciones del poder público, concretar un Estado como el proclamado, principalmente en el Órgano Judicial que a través de sus jurisdicciones y en la función judicial ejercida por sus autoridades en las naciones y pueblos indígena originario campesinos, se considerará los valores que sustenta el Estado como unidad, igualdad, inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien, como señala el art. 8.II de la CPE. Por otra parte, refiriéndose a la nueva institucionalidad del Estado Plurinacional, cabe mencionar que el art. 8.I de la CPE, alude a los principios ético morales de la sociedad plural que el Estado asume y promueve son: suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble), así como ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), estos últimos, mandatos de restricción que pudiendo ser de orden imperativo para cada individuo, en cada hogar de las bolivianas y bolivianos, es también esencia de un pensamiento colectivo enraizado en las naciones y pueblos. Se ha dicho y reiterado en la jurisprudencia constitucional que conforme al mandato de los arts. 178 y 179 de la CPE, la justicia es única; en tanto que la potestad de impartir emana del pueblo boliviano y se sustenta en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad, participación ciudadana, armonía social y respeto a los derechos, entre otros. En ese mismo orden, respecto a los principios procesales que rige la justicia están, también entre otros, la verdad material y el debido proceso. En torno a la administración de justicia, o dicho desde una perspectiva, respecto a impartir justicia, no puede soslayarse el hecho que ésta debe sustentar las decisiones en el análisis e interpretación, no sólo limitada a la aplicación de formas y ritualismos establecidos en la norma sino como el hacer prevalecer principios y valores que permitan alcanzar una justicia cierta, accesible que este a lado del estado y la población, con miras al vivir bien. III.2. Naturaleza jurídica de la acción de amparo constitucional La acción de amparo constitucional, instituida por el art. 128 de la Ley Fundamental, define su naturaleza jurídica como una acción de defensa que tiene por finalidad restablecer derechos fundamentales reconocidos por la Constitución Política del Estado y la ley, que fueren restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o supresión por actos ilegales y omisiones indebidas por parte de servidores públicos, o de persona individual o colectiva. En el mismo sentido, el art. 51 de la Ley del Código Procesal Constitucional (CPCo), refiriéndose al objeto del mismo, señala que: “La Acción de Amparo Constitucional, tiene el objeto de garantizar los derechos de toda persona natural o jurídica, reconocidos por la Constitución Política del Estado y la Ley, contra los actos ilegales o las omisiones indebidas de las y los servidores públicos o particulares que los restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir”. A su vez el art. 129.I de la CPE, resalta que: “La Acción de Amparo Constitucional se interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados”. La acción de amparo constitucional, en consecuencia, es un mecanismo constitucional por el que la Ley Fundamental del ordenamiento jurídico establece un procedimiento de protección, cuyo objeto es el restablecimiento inmediato y efectivo de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados, a través de un procedimiento judicial sencillo, rápido y expedito, frente a situaciones de lesión provenientes de la acción u omisión de servidores públicos o particulares; siempre que el ordenamiento jurídico ordinario no prevea un medio idóneo y expedito para reparar la lesión producida. III.3. Sobre la cosa juzgada y el derecho a la eficacia de los fallos Forma parte de la garantía del debido proceso y de la tutela judicial efectiva el derecho a la eficacia de los fallos que adquieren la calidad de cosa juzgada formal y material, situación en la cual no es posible alteración alguna respecto de aquella resolución que adquiere dichas características. Al respecto la SCP 0080/2013 de 14 de enero, citando la SC 0554/2003-R de 29 de abril, señaló lo siguiente: “'[...] los efectos de la cosa juzgada se manifiestan bajo una doble perspectiva: formal y material. Así, la característica o efecto de la cosa juzgada formal es la de su inimpugnabilidad o firmeza. Producen este efecto cualquier resolución firme o lo que es lo mismo, cuando frente a ella no exista ningún otro recurso previsto en la ley (la excepción sólo se presenta cuando existe de por medio una lesión al contenido esencial de un derecho fundamental), hayan transcurrido los plazos para recurrirla o se haya desistido del mismo; (…) empero, al efecto negativo aludido se tiene otro de naturaleza positiva, que se expresa en el deber jurídico que tiene el órgano encargado de su ejecución de hacer efectiva la decisión contenida en el fallo en los términos establecidos en ella. Desde su vertiente material, la cosa juzgada despliega su eficacia frente a los otros órganos judiciales o administrativos, que lleva un mandato implícito de no conocer lo ya resuelto, impidiendo con ello la apertura de otros procesos nuevos sobre el mismo asunto (este efecto sólo la producen las decisiones firmes sobre el fondo); como único medio de alcanzar la paz jurídica, evitando, de un lado, que la contienda se prolongue indefinidamente y de otro, que sobre la misma cuestión puedan recaer resoluciones contradictorias, lesionando la seguridad jurídica procesal'. (Así, SSCC 29/2002, 944/2001-R, 1230/2001-R, entre otros)” (las negrillas son nuestras). III.4. La acción amparo constitucional y la solicitud de cumplimiento de decisiones jurisdiccionales Es imperante también determinar que en relación a solicitudes de cumplimiento de decisiones jurisdiccionales, la acción de amparo constitucional no es una vía para exigir el cumplimiento de estas resoluciones. En virtud de su naturaleza y finalidad no puede exigirse el cumplimiento de resoluciones jurisdiccionales, ya que ésta es una atribución específica de las autoridades jurisdiccionales, teniendo para este efecto las partes, mecanismos idóneos para lograr el cumplimiento de los fallos, entendimiento asumido de manera uniforme por la jurisprudencia constitucional a través de las SSCC 1016/2002-R, 1526/2002-R, 1005/2003-R, 1198/2003-R, 1326/2003-R, 1548/2003-R, 0026/2004 y 0732/2004-R entre otras. III.5. Análisis del caso concreto De la documentación que informa los antecedentes, se evidencia que el 30 de julio de 2002, COINCA Ltda. representado por Hilarión Cuellar Romero y Esteban Fernández suscribió contrato privado de préstamo de dinero con Ivar Zubieta Bejarano y Juana Florinda Godoy León de Zubieta ahora accionantes, posteriormente el 30 de julio de 2002, la misma cooperativa suscribió otro documento de las mismas características con Juana Florinda Godoy León de Zubieta -accionante-, ante el incumplimiento de la obligación asumida por la referida Cooperativa., los accionantes presentaron dos demandas ejecutivas, participando del primero ambos accionantes y del segundo solo la accionante, procesos que fueron sustanciados ante el Juzgado Segundo y Tercero de Instrucción en lo Civil respectivamente, obteniéndose en la gestión 2003, fallo en ambas demandas, mismas que cobraron ejecutoria. El 12 de mayo de 2008, COINCA Ltda. representado por Andrés Policarpo Vega Vásquez y Raúl Alcoba Romero, suscribieron documento privado de reconocimiento de deuda y compromiso de pago con Ivar Zubieta Bejarano y Juana Florinda Godoy León de Zubieta, donde reconocen ser deudores de la suma de $us2000.- y se comprometen a cancelar dicho monto el plazo de cinco años a partir de la suscripción de dicho documento, por su parte, ambos accionantes renuncian al cobro de cualquier tipo de interés legal o convencional, comprometiéndose demás a no iniciar o proseguir ningún proceso contra COINCA Ltda., documento reconocido ante autoridad competente. El 14 de mayo de 2008, los representantes señalados de dicha Cooperativa, suscribieron documento privado de reconocimiento de deuda y compromiso de pago con Juana Florinda Godoy León de Zubieta, reconociendo la deuda de $us6000.- y se comprometen a cancelar dicho monto el plazo de cinco años a partir de la suscripción de dicho documento, por su parte, la accionante renunció al cobro del interés legal, comprometiéndose demás a no iniciar o proseguir ningún proceso contra “COINCA Ltda.”, documento reconocido ante autoridad competente. En base a dichos documentos “COINCA Ltda.” interpuso incidentes en ambos procesos ejecutivos, los mismos que fueron resueltos por los jueces demandados, conforme se precisó en las Conclusiones del presente fallo. Ahora bien, los accionantes pretenden que a través de esta jurisdicción, se ordene el cumplimiento de las medidas previas al remate que hubiesen sido dispuestas por las autoridades jurisdiccionales en ambos procesos ejecutivos, “debiendo retrotraerse el trámite hasta fs. 350 del proceso que sustancia el Juzgado Segundo de Instrucción en lo Civil y fs. 112 del expediente del Juzgado Tercero de Instrucción en lo Civil” (sic), que a juicio de los accionantes, debieron ser cumplidas por los Jueces demandados y no así resolver incidentes que fueron promovidos por sus deudores. Al respecto, conforme se señaló en el Fundamento Jurídico III.4 de ese fallo, la acción de amparo constitucional no puede ser activada para la obtención del cumplimiento de fallos jurisdiccionales, porque el ordenamiento jurídico vigente establece los medios coercitivos dentro del proceso judicial para lograr el cumplimiento de las decisiones judiciales, en ese sentido la jurisprudencia constitucional se ha pronunciado al señalar que:“…el amparo constitucional como acción de defensa de derechos fundamentales es una garantía constitucional, y no un mecanismo coactivo de cumplimiento de resoluciones o decisiones de autoridades públicas…” (SC 1526/2010-R de 11 de octubre). En ese sentido, no es conducente con la naturaleza de la acción de amparo constitucional pretender como en el caso de análisis ocurre, mediante la presente acción de defensa lograr el cumplimiento de resoluciones jurisdiccionales -actos previos al remate-, sino que corresponde a la jurisdicción ordinaria resolver y hacer cumplir aquellas pretensiones, máxime como en el caso de análisis ocurre, que la supuesta cosa juzgada alegada por los accionantes se encuentra controvertida por las suscripciones de “documentos de reconocimiento de deuda y compromiso de pago” con sus deudores, que ocasionó que emerjan resoluciones posteriores a los decretos que dispuso los actos previos al remate en ambos procesos ejecutivos. En consecuencia, el Tribunal de garantías, al haber denegado la tutela invocada, actuó correctamente. Por tanto El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada; en virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la LTCP; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución 06/2013 de 30 de enero, cursante de fs. 80 a 85 vta., pronunciada por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija; y, en consecuencia DENEGAR la tutela solicitada. Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional. Fdo. Efren Choque Capuma MAGISTRADO Fdo. Soraida Rosario Chánez Chire MAGISTRADA