Aspiramos

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“Aspiramos a que todos nuestros
embajadores sean de carrera”
El nuevo presidente nacional de la Asociación de Diplomáticos de Carrera asegura que
sería un retroceso si en la Subsecretaría de Relaciones Exteriores se nombra a un político.
Artículo | 3 Marzo 2013 - 1:08pm | Por Eleazar Garviso G.
Reconoce que cuando su profesor de inglés en la enseñanza media le dijo que tenía
condiciones para la diplomacia, Carlos Gajardo (39) no tenía idea de lo que le estaba
hablando. Pero le terminó haciendo caso. Luego de sacar un título universitario postuló a la
Academia Diplomática. Hoy lleva 10 años vinculado a la Cancillería. Los últimos 5 estuvo
como Cónsul en Finlandia. Pero hay más. Fue elegido presidente nacional de la Asociación
de Diplomáticos de Carrera (ADICA). Estará dos años en el cargo. Reconoce que fue un
triunfo personal, pero también del regionalismo. Esto porque nació y creció en Coquimbo.
Incluso se declara un regionalista. “Vivo y respiro por mi región”, puntualiza.
A su título de Periodista de la Universidad Católica del Norte, suma un Magister en Política
Exterior y un postgrado en Praga. Admite que la presidencia de ADICA “como que me
puso en el mapa”.
La entidad existe desde 1990. Recuerda que en aquel entonces, los diplomáticos,
“conscientes de las necesidades de nuestro sector, superaba lo que representaba la
asociación de trabajadores del Ministerio de Relaciones Exteriores como un todo y
decidieron crear una corporación y en 1995 se transformó en la Asociación de
Diplomáticos de Carrera, dadas las particularidades de nuestra profesión”.
En entrevista con diario El Día sostiene que por la naturaleza del trabajo de sus asociados
se hizo necesario contar con una asociación más concentrada en otras materias “y
representar nuestras inquietudes y aportes”.
Una vez que salió electo presidente se concentró en los alcances del proyecto de Ley de
Modernización de la Cancillería y que se viene discutiendo desde 1990 “y no se ha
concretado”.
También sus temas de campaña apuntaron a lograr un mejoramiento de la seguridad de las
embajadas, “donde por uno u otro motivo sus funcionarios están expuestos a hechos
vandálicos. Casi todos los años hay algún tipo de incidente”, explica.
100% profesional
Pero sin duda uno de los temas que más le apasiona es colaborar fuertemente en la
profesionalización de la diplomacia. “Hoy tenemos un porcentaje de participación en el
grado de embajador de políticos y de embajadores de carrera. Obviamente, si queremos
hablar de una Cancillería moderna es que todos nuestros embajadores debieran ser de la
carrera diplomática”.
-¿Lamenta que se instale como embajadores a personas de acuerdo al cuoteo político
de cada gobierno?
“Sí, nosotros pensamos que eso no es coincidente con una Cancillería moderna y
profesional, que es lo que todas las autoridades quieren”.
-¿Sería desconfianza de los gobiernos de turno hacia los funcionarios de carrera?
“La comunidad ve esto como clientelismo político. No dudo de que haya algunos políticos
que tienen buenas habilidades y que eventualmente han hecho buenas embajadas, pero me
atrevería a decir que no es la mayoría. No podemos comparar a un embajador de carrera
que ha tenido 30 años de servicio, que pasó por la Academia Diplomática, por su
experiencia, con alguien que por x motivo las autoridades lo nombran en el cargo de
embajador en algún lugar. Esa persona podrá ser bien intencionada, dominar idiomas, pero
no posee la expertise diplomática que se adquiere sólo con la experiencia”.
-¿Afirma que podrían llegar a cometer errores si no se nombra a gente con
experiencia?
“Indudablemente, estamos hablando de que hay aspectos de la diplomacia que se adquieren
sólo con experiencia. Discusiones, negociaciones, tratar ciertos temas y atender la urgencia
de ciertas materias. Hay muchas cosas que no están en libros, la experiencia de años no
puede negarse”.
-Por la experiencia acumulada, ¿la apuesta de un diplomático es terminar en
canciller?
“Para nosotros sería la culminación del reconocimiento a la sociedad chilena de tener una
Cancillería moderna y profesional. Entendemos que por un realismo político puede ser una
persona de confianza y elegida por el Presidente, según sus facultades constitucionales,
pero lo que hay que reconocerle a esta administración es que el subsecretario de Relaciones
Exteriores es de carrera, este y el anterior. Eso no se había dado en los últimos 40 años, eso
es un avance”.
-Se entiende como un reconocimiento a su labor...
“Es un reconocimiento y no puede haber un retroceso en eso. Si las futuras
administraciones llegan a nombrar subsecretarios que no son de carrera y son políticos, lo
veríamos como un retroceso. Pero sí aspiramos a que todos nuestros embajadores sean
todos de carrera, como el subsecretario y directores, tiene que ser así”.
Demandas propias
-Desde el punto de vista de la diplomacia ¿cómo llegarían a manifestar el descontento
si no nombran a funcionarios de carrera? ¿Una paralización, una protesta?
“No ha habido movimientos sindicales como recurrir a una paralización, a no ser que
estemos enfrentados a un escenario apocalíptico. Nosotros tenemos nuestras demandas,
pero poseemos un buen motivo, somos profesionales. Hay muchos diplomáticos que hacen
un trabajo académico, poseen postgrados y siguen perfeccionándose”.
-¿No teme que al elegir funcionarios de carrera se desatará una carrera interna por
los puestos más altos?
“La facultad para nombrar embajadores es del Presidente de la República y él podrá recibir
una propuesta, además que somos una carrera jerarquizada. Por ejemplo, los ministros
consejeros ya están listos para enfrentar el desafío de embajador”.
-¿Es un mito que hay embajadas VIP y que son apetecidas?
“Es así, hay embajadas que políticamente son más importantes y por motivos comerciales
tienen mucha importancia, pero al final una embajada la hace un embajador. Si tienes un
muy buen embajador y a lo mejor está en la periferia del mundo y por la dinámica se puede
tener la certeza que puede hacer maravillas”.
-¿Cuál es la misión concreta de un embajador?
“Su función primeramente es política, representa al Presidente de la República. El
mandatario está llamado a dirigir la política exterior del país y el embajador es quien aplica
la política exterior que determina el Presidente de la República. Los embajadores pueden
proponer también”.
No en todos los países Chile tiene embajadores. Gajardo admite que por algún motivo, la
Cancillería “está cada año restringida a un presupuesto que no refleja la realidad de nuestro
país y el Chile de hoy y de los 15 mil dólares per cápita. Cada año, la Cancillería tiene
menos presupuesto y no poseemos la representatividad que nosotros quisiéramos. En todo
caso, siempre está la idea de aumentar la representación diplomática de Chile”.
Falta de comprensión
-¿Cuáles serán los planes concretos en su gestión gremial?
“Primero está el proyecto de ley de la modernización de la Cancillería que está en
discusión. Con un grupo estamos analizando la propuesta y mejorándola y de aquí a unos
meses le entregaremos a las autoridades nuestros aportes”.
-¿Su visión es que han sido postergados?
“De alguna forma no se ha entendido en toda su dimensión cuál es la labor y el aporte del
diplomático de carrera. Se ha tendido a hablar mucho de las relaciones políticas
internacionales. Un colega decía que somos más fenicios que romanos y hoy hay mucho de
eso. Las prioridades tienden a darse desde una perspectiva comercial, si no tiene ese
componente, ya no tiene esa prioridad. Se ha dejado de lado el elemento político y
pensamos que eso no debiera ser así. Mientras nuestras autoridades no entiendan bien eso,
es difícil que el servicio exterior de la República, que somos los diplomáticos de carrera,
pueda llegar a entregar todo lo que puedan”.
-¿Su sensación es que se colocaría una piedra de tope a los funcionarios de carrera y
se desincentivaría a quienes desean seguir esta carrera?
“Es muy probable, hay gente que también ve que la participación de políticos en instancias
que debieran ser de carrera puede ser un des aliciente”.
-¿O cuando cancilleres se han querido transformar en Presidente?
“No sólo cancilleres, en todos los cargos de alta política poseen un proyecto país y al cual
tienen derecho hacerlo. Pero los jóvenes con interés de ingresar al cuerpo diplomático
chileno no serán internamente postergados, la tendencia actual demuestra lo contrario.
Vamos a una real profesionalización de la Cancillería, quizás no a la velocidad que
quisiéramos, pero necesitamos más jóvenes profesionales con vocación que se integren a
esto. En mi caso tengo una mentalidad regional mucho más amplia que mis colegas de
Santiago y me gustaría ver más diplomáticos de regiones y seríamos un aporte a la
descentralización de Chile. La visión de los profesionales de regiones es distinta”.
Vía - Diario el Día
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