Ventaja Electoral de Incumbentes en Chile

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E C O N O M Í A
TESIS de MAGÍSTER
IInstituto
N S T I de
T Economía
U T O
D E
DOCUMENTO
DE TRABAJO
2012
Ventaja Electoral De Incumbentes En Chile:
Evidencia Para Elecciones Municipales
Cristián Cuevas.
www.economia.puc.cl
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE
INSTITUTO
MAGISTER EN
DE
ECONOMIA
ECONOMIA
TESIS DE GRADO
MAGISTER EN ECONOMIA
Cuevas Valdés, Cristián Gustavo
Enero, 2013
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE
INSTITUTO
MAGISTER EN
DE
ECONOMIA
ECONOMIA
VENTAJA ELECTORAL DE INCUMBENTES EN CHILE:
EVIDENCIA PARA ELECCIONES MUNICIPALES
Cristián Gustavo Cuevas Valdés
Comisión
Francisco Gallego
Matías Tapia
Rolf Lüders
Gert Wagner
José Díaz
Jeanne Lafortune
José Tessada
Santiago, enero de 2013
Ventaja Electoral de Incumbentes en Chile: Evidencia para
Elecciones Municipales
Cristián G. Cuevas V.*
Resumen
Se explota el hecho de que la coalición gobernante en una comuna cambia discontinuamente
con el margen de victoria en la elección municipal. Esto permite el uso de un diseño RD para
identificar de manera insesgada el efecto del tratamiento “alcalde de la Concertación” sobre
outcomes electorales y polı́ticos a nivel municipal, sólo para aquellas comunas donde la elección
se definió por estrecho margen. En esas comunas la asignación de la coalición gobernante es cuasialeatoria, lo que permite la identificación de un LATE. En el periodo 2004-2008, se encuentra
que la Concertación tiene una ventaja electoral de entre un 37 y un 42 % de mayor probabilidad
de ganar, y de entre un 13,5 y un 14,3 % en mayor cantidad de votos, en una comuna en la que
es incumbente. Buscando una explicación, se muestra evidencia de que comunas con elecciones
reñidas en manos de la Concertación recibieron el doble de porcentaje de fondos fiscales que las
de la Alianza en programas de mejoramiento urbano y de servicios sanitarios, proporción que se
hace aún más considerable en años electorales. Sin dejar de reconocer los múltiples determinantes
que pueden haber detrás de la ventaja electoral encontrada, se plantea el apoyo discrecional del
Gobierno como uno de indesmentible relevancia.
*
Agradezco en primer lugar a José Ignacio Llodrá, por cederme gratuitamente sus derechos de co-autor sobre una
versión previa de este trabajo. Agradecer también a todos los profesores de la comisión de Cliometrı́a, y especialmente
el tiempo robado a Matı́as Tapia y Francisco Gallego. Fue muy útil también la oportuna conversación con Jaime
Bellolio. Cualquier error es exclusiva culpa mı́a. Contacto: [email protected]
1
1.
Introducción
Por muchos años, el consenso en economı́a polı́tica establecı́a que el efecto del partidismo polı́tico
sobre resultados económicos era nulo, o al menos muy limitado (Hotelling, 1929; Downs, 1957). Esta
concordancia se sostenı́a principalmente en las conclusiones del teorema del votante mediano (TVM)
y la convergencia de polı́ticas. Lo que esta corriente teórica plantea es que las elecciones se deciden
de acuerdo a las preferencias del ciudadano que está justo al medio del espectro de electores. Quien
consigue su voto, obtiene el “cincuenta más uno”, asumiendo una votación de tipo mayoritaria.
Luego, en cualquier escenario electoral en que se enfrentan dos coaliciones o grupos, ambos buscan
ofrecer aquella polı́tica que les haga ganar el voto de este individuo. Como consecuencia, ambos
candidatos convergen en ofrecer exactamente lo mismo, independiente del color polı́tico, y ambos
tienen exactamente la misma probabilidad de ganar una elección.
Sin embargo, en los últimos años un creciente cuerpo de evidencia ha mostrado que este resultado
no se cumplirı́a en los niveles más amplios de gobierno. La literatura que ha estudiado el caso de
EE.UU. muestra que a mayor proporción de congresistas Demócratas en un Estado, mayor es el
gasto per cápita en asistencia familiar, y que es la afiliación a un partido polı́tico lo que explica la
mayor parte de la variación en las votaciones del Congreso (Besley y Case, 2003; Lee et al., 2004;
Albouy, 2009), lo que contradice la teorı́a.
Esta nueva evidencia ha surgido al alero de métodos econométricos desarrollados también durante la última década. En efecto, en los últimos años las ciencias sociales han reconocido la importancia
fundamental de buscar diseños de investigación que permitan justificar efectos causales. Como consecuencia, gran parte de la literatura se ha movido a estudiar el uso de diseños cuasi-experimentales
que aprovechen la existencia de aleatorizaciones en variables causales. En este contexto, ha cobrado
gran popularidad el diseño de Regresión Discontinua (RD), que explota situaciones en las cuales
unidades son asignadas a un tratamiento por medio de una regla arbitraria.
En el ámbito de economı́a polı́tica, esta nueva metodologı́a ha dado el impulso al estudio de la
influencia del partidismo polı́tico sobre la conducta electoral de los candidatos y en distintos outcomes de polı́tica sobre elecciones a nivel nacional y regional. Dentro de esta área, se ha identificado en
las elecciones decididas por estrecho margen una fuente de aleatorización en la coalición gobernante
que permitirı́a identificar efectos causales locales (LATE) sobre resultados electorales. Lee (2001,
2
2008) es el primero en aplicar esta estrategia, usando esta fuente de aleatorización en el contexto
de un diseño RD para estimar la mayor probabilidad que tiene un candidato Demócrata que corre
por la Casa de Representantes de salir electo, por el sólo hecho de ir a la reelección en su distrito, lo
que a lo largo de este trabajo denominaremos como Efecto Incumbencia. La identificación de esta
ventaja electoral ha constituido un nuevo cuestionamiento a las conclusiones de la teorı́a presentada
más arriba.
El interés siguiente se ha situado en estudiar las implicancias del partidismo polı́tico a nivel
local (municipal y ciudades), puesto que aquı́ los sistemas eleccionarios serı́an más homogéneos a
través de paı́ses, además de que la distribución de preferencias y caracterı́sticas de los ciudadanos
(electores) deberı́an ser más comparables. La evidencia se ha concentrado en el estudio de distintos
resultados para EE.UU. y algunos paı́ses de Europa pero, como se verá, es muy difı́cil aún extraer
conclusiones aplicables de modo general.
En este contexto, el objetivo de esta investigación es, a partir de la estimación del mencionado
efecto incumbencia a nivel local en Chile, explorar distintas causas que lo expliquen, y que estén
relacionadas con el efecto del partidismo polı́tico sobre resultados comunales y la aplicabilidad de
la convergencia de polı́ticas a nivel municipal, para las elecciones del 2008. Por medio del uso de la
estrategia RD, en efecto, se encuentra, para aquellas municipalidades cuya elección se decidió por
pocos votos, que la Concertación tiene entre un 37 y un 42,6 % más de probabilidad de ganar,
y obtiene entre un 13,5 y un 14,3 % más de votos en una comuna sólo por el hecho de ser la
coalición incumbente. La primera hipótesis que se plantea es que tal vez la Concertación en ese tipo
de comunas presenta alcaldes con mejores capacidades que la Alianza. Con este fin, se analiza si
una municipalidad en manos de cada una de las coaliciones presenta resultados estadı́sticamente
distintos en cuanto a empleo, seguridad, educación municipal y aguinaldos a empleados (variables
que en mayor o menor medida dependen de la gestión del alcalde), para el periodo 2004-2008. Si
bien algunas de estas variables son sólo proxys de gestión, y quedan fuera otros ámbitos que serı́an
de interés, las estimaciones arrojan una completa convergencia de resultados. En un segundo paso,
se muestra evidencia de una significativa diferencia en el reparto de fondos por parte del Gobierno
Central a las municipalidades en manos de su misma coalición y que se ganaron por escaso margen de
victoria. En efecto, para el mismo periodo, estas comunas de la Concertación recibieron el doble de
fondos fiscales que las de la Alianza en programas de mejoramiento urbano y de servicios sanitarios,
3
proporción que se hace aún más considerable en años electorales. Estas variables representan sólo un
tipo de transferencias del Gobierno, pero tienen la ventaja de ser discrecionales y de tener impacto
directo y de corto plazo en la vida de los vecinos. Sin dejar de reconocer los múltiples determinantes
que pueden haber detrás de la ventaja electoral encontrada, se plantea el apoyo del Gobierno como
uno de indesmentible relevancia.
El trabajo se estructura de la siguiente manera. En la próxima sección, en una primera parte se
motiva la teorı́a que puede estar detrás de estos resultados, por medio de citar distintos modelos que
puedan explicarlos, y luego se revisa la literatura empı́rica pertinente, tanto nacional como internacional. La sección 3 describe los datos y fuentes utilizadas, y la sección 4 muestra los resultados y
su discusión. Por último, la sección 5 concluye.
2.
Marco de Referencia
2.1.
Teorı́a
Es importante mencionar previamente que en el caso general donde hay un espacio de polı́ticas
multidimensional, el teorema del votante mediano puede no cumplirse. Luego, en un contexto donde
estamos analizando un espectro de varias modalidades de transferencias y de variables de gestión de
los alcaldes, podemos tener divergencia de polı́ticas y encontrar una primera explicación a nuestros
resultados. Sin embargo, si tomamos cada polı́tica individualmente, existen una serie de mecanismos
teóricos que permiten explicar la relación entre transferencias fiscales y resultados electorales, que
es el fondo de la hipótesis central de este trabajo. En esta subsección se proponen tres modelos,
cada uno de los cuales pone el acento en un aspecto distinto del entorno electoral, y que funcionan
como marco teórico para el desarrollo empı́rico de esta tesis. El objetivo en lo que sigue es sólo
ilustrativo, ya que la metodologı́a empleada no nos permitirá averiguar exactamente cuál de las
siguientes teorı́as está detrás de los resultados obtenidos.
Acemoglu (2009, Cap. 4) hace un extenso desarrollo de modelos estáticos de votación. La hipótesis de esta tesis calza dentro de lo que este autor plantea como un juego en el cual dos coaliciones
ofrecen al mismo tiempo sus polı́ticas, con el fin de maximizar su utilidad esperada de llegar al
poder. Si el votante mediano sólo toma en cuenta la utilidad directa que le reportan estas polı́ticas,
entonces el equilibrio de Nash de este juego simultáneo será que ambas coaliciones ofrecen exac4
tamente lo mismo, es decir, tenemos convergencia completa en polı́ticas, ya sea en aquella más
preferida por el votante mediano, o en aquella preferida por la coalición que esté más cerca de este
ciudadano1 .
Ahora bien, desde el momento en que el votante mediano introduce nuevos factores a su decisión
de por quién votar, este equilibrio puede romperse. Se asume una nueva función de utilidad para los
votantes, donde además de la utilidad directa que le proporcionan las polı́ticas ofrecidas, se incluye
aditivamente un nuevo elemento cuya realización es desconocida para los partidos. Por lo general se
menciona el sesgo ideológico como el más común determinante de la decisión de voto. Ası́, si a los
electores no sólo les interesa el actuar del candidato, sino que también les importa la ideologı́a de
quien gobierna, entonces en grupos muy ideologizados podemos encontrar divergencia, y distintas
probabilidades de ganar para las coaliciones2 .
En este marco, las transferencias fiscales a proyectos de infraestructura para las comunas puede
ser visto como un nuevo elemento que entra dentro de la decisión de voto del votante mediano. Si
suponemos que los ciudadanos pueden conocer quién financió cada bien público, entonces además de
la utilidad directa de lo ofrecido por cada candidato, valorarán también el que un alcalde sea afı́n a
la coalición de Gobierno. Mientras las coaliciones no conozcan la realización de esta valoración, este
nuevo elemento introducirá ruido y podrı́a causar divergencia entre ambas. La Concertación podrı́a
diferenciarse por medio de ofrecer implı́citamente su mayor cercanı́a con el Gobierno Central.
Alesina (1988) plantea un marco teórico enfatizando nuevos elementos. Su modelo se funda en las
nociones de credibilidad de las promesas electorales y la racionalidad de los votantes, que conducen a
inconsistencias dinámicas de las coaliciones cuando enfrentan una elección. El desarrollo del modelo
es el siguiente: durante las elecciones, los partidos tienen el incentivo a anunciar y ofrecer polı́ticas
1
Cuando las polı́ticas preferidas de cada coalición están en “lados opuestos” respecto a la del votante mediano,
siempre tendremos convergencia de polı́ticas en aquella más deseada por este votante, independiente de si existen o
no rentas por estar en el poder, puesto que siempre es preferible tener 50 % de posibilidades de ganar que no tener
ninguna. Cuando están “del mismo lado” respecto al votante mediano, entonces las polı́ticas de ambas coaliciones
coincidirán en aquella del votante mediano si es que existen rentas de llegar al poder; la intuición de este resultado es
que sólo con esas rentas los partidos se compensan por desviarse de sus polı́ticas preferidas y ofrecer la preferida del
votante mediano. En caso de no haber rentas, los partidos convergen a aquella polı́tica preferida por el que está más
cercano al votante mediano.
2
El supuesto fundamental que está detrás de estas conclusiones radica en la forma de la utilidad esperada que
maximizan los partidos. En el primer caso, cuando el votante mediano sólo se fija en su utilidad directa, la probabilidad
de llegar al poder es discontinua (0 ó 1), entonces lo mejor es ofrecer lo mismo y ası́ tener 50 % de probabilidades
de ganar. Cuando se introduce sesgo ideológico, que no es conocido por los partidos, tenemos un escenario de voto
probabilı́stico donde se introduce ruido en la decisión, y ahora la probabilidad se suaviza, y sı́ es diferenciable. Cada
partido maximizará su utilidad y ofrecerá algo más cercano a su propia preferencia.
5
convergentes, que coincidan con las del votante mediano, pues con esto aumentan su probabilidad
de ganar (similar al modelo anterior). Pero una vez electa, la coalición ganadora no necesariamente
puede estar comprometida con lo que ofreció. Una vez en el poder el ganador tiene todos los
incentivos a aplicar su polı́tica preferida, y no la que prometió en la campaña. Si los votantes son
racionales, estarán prevenidos de este incentivo perverso. Luego, en este juego el único equilibrio
posible es uno en que la convergencia es imposible, ambas coaliciones se desempeñan de acuerdo a
lo que cada una prefiere, y los votantes racionalmente esperan esto3 .
Bajo este modelo, la hipótesis planteada en nuestro trabajo puede analizarse de una manera
distinta. Los candidatos a alcalde de la Concertación y de la Alianza compiten en una elección, y
durante la campaña ofrecen sus polı́ticas. Lo más probable es que ambas coaliciones coincidan en
aquellas obras de infraestructura que es necesario llevar a cabo o remodelar en la comuna, pues
suponemos que ambas conocen las necesidades de sus electores. Si los votantes son racionales, saben
que si bien ambos candidatos les ofrecen los mismos bienes públicos, uno de ellos tiene más facilidad
de obtener financiamiento de parte del Gobierno Central. Por mucho que la Alianza prometa lo
mismo que la Concertación, una vez en el poder la probabilidad de que esa obra se lleve a cabo es
mayor si es que esta última es la que gana. Luego, en un juego de una elección la convergencia no
es posible, y habrán distintas probabilidades de ganar.
Por último, un tercer mecanismo teórico capaz de explicar la hipótesis de nuestro trabajo es
aquel que se centra en los problemas de carácter informacional. Rogoff (1990) desarrolla esta idea
mediante un modelo donde los individuos no son capaces de identificar ex-ante el tipo de individuo
que es la autoridad, pero pueden luego determinarlo a través de la actuación de la misma. En un
contexto dinámico, el manejo presupuestario puede surgir con el fin de señalizar la capacidad de
gestión del incumbente, que no es conocida de manera completa por los electores debido a asimetrı́as
de información. Quien se presenta a la reelección tiene el incentivo de usar la polı́tica fiscal hacia
usos que demuestren su competencia en la administración de los bienes públicos4 .
Para los objetivos de esta tesis, este modelo se puede aplicar al esfuerzo de la Concertación por
demostrar que sus alcaldes son más capaces que los de la Alianza. Si es que efectivamente hubieran
3
La convergencia de polı́ticas sólo aparecerı́a como un caso extremo donde las coaliciones son completamente
indiferentes a la cualidad de las polı́ticas derivadas de la elección.
4
En equilibrio, sin embargo, los votantes pueden deducir la capacidad del incumbente por medio del grado en que
distorsiona los impuestos y los gastos.
6
problemas de información, y al momento de la elección los votantes no conocen si el incumbente
es mejor opción que el que le compite, entonces la Concertación puede usar recursos del Gobierno
Central y destinarlos a proyectos de infraestructura con el fin de convencer a los ciudadanos de la
buena gestión de su candidato que va a la reelección. Esto nos permitirı́a explicar las altas tasas de
reelección y la considerable ventaja electoral encontrada para esta coalición.
Una teorı́a alternativa y parecida a esta última es la de reciprocidad de los votantes, que menciona
González (2010) en el contexto de la influencia de la reforma agraria sobre la votación del partido
gobernante. De acuerdo a esta teorı́a, no es necesario afectar ninguna variable (ni pasada, presente
o futura) y la Concertación recibe más votos en aquellas comunas con más infraestructura y bienes
públicos. Los votantes evaluan al incumbente en base a esto puesto que puede ser una señalización
de mayor preocupación por los ciudadanos. Pero con el desarrollo empı́rico subsiguiente se podrá ver
que este mecanismo puede ser descartado en parte.
2.2.
Revisión de la Literatura
El debate empı́rico en torno al nivel hasta el que son aplicables las conclusiones de convergencia de polı́ticas y convergencia en probabilidades de ganar es, como ya se mencionó, relativamente
reciente. Lee (2001, 2008) es el primero en estimar el efecto incumbencia, y dedica su trabajo exclusivamente a su identificación. Encuentra que el partido Demócrata tiene 38,5 % más de probabilidades
de ganar un cupo en la Cámara de Representantes en aquellos distritos en el que es incumbente. Si
bien es la primera noción que tenemos de este efecto, el trabajo no provee ninguna explicación a la
existencia de esta ventaja electoral, ni teórica ni empı́rica.
Uno de los pocos trabajos que ha explorado alguna explicación para la ventaja electoral es Ferraz
y Finnan (2008). Estudian los problemas de información como un posible canal que explique un
efecto incumbencia, aunque no hagan referencia a él de manera explı́cita. Hacen uso de un programa
de auditorı́as aleatorias sobre gobiernos locales en Brasil como variación exógena que afecta la
probabilidad de reelección. Encuentran que en aquellas localidades donde se encontró mayor nivel
de corrupción, y a la vez habı́a mayor cantidad de lı́neas de radio (que pudieran hacer públicos los
resultados de la auditorı́a), la probabilidad de reelección cayó en un no despreciable monto de 32 %.
Aparte de este, prácticamente todos los trabajos que buscan una ventaja electoral, la encuentran,
ya sea que analicen a nivel parlamentario o municipal, pero lo mencionan dentro de un conjunto
7
más amplio de variables analizadas, siempre con el objetivo de ver hasta qué punto es aplicable la
convergencia de polı́ticas (y la consiguiente igualdad de probabilidades de ganar). El problema es que
muchas veces el link entre todas estas variables analizadas no es muy claro. Uno de los principales
inconvenientes de esta literatura es que los trabajos hasta el momento publicados difieren mucho
en niveles de gobierno y en variables utilizadas, lo que dificulta en gran medida las comparaciones
entre ellos y la generación de conclusiones generales. Además, no es claro hasta qué punto las
caracterı́sticas del sistema polı́tico y electoral de cada paı́s afectan la validez externa de estos
hallazgos.
Ferreira y Gyourko (2009) analizan diferencias de resultados entre ciudades donde el mayor es
Demócrata o Republicano. Usando el mismo diseño RD documentan la existencia de una considerable divergencia en probabilidades de ganar, dado incumbencia (los Demócratas, sólo por ser
incumbentes, tienen 32,3 % más de probabilidades de salir electo, ya sea el mismo alcalde que se
reelige u otro candidato del partido), pero a la vez encuentran una convergencia completa en polı́ticas ofrecidas: ciudades gobernadas por ambos partidos presentan el mismo tamaño de gobierno,
gasto público y tasas de criminalidad, entre aquellas donde el partido Demócrata ganó por estrecho
margen y aquellas donde perdió por ese margen. Sin embargo, los autores no establecen ninguna
relación entre estos dos resultados. Se limitan a presentarlos como dos hechos estilizados de las elecciones locales en EE.UU., pero por momentos no se ve ninguna explicación teórica de por qué los
estiman juntos. A la hora de las conclusiones, sólo toman en cuenta la igualdad de resultados comunales, y afirman que la convergencia de polı́ticas es sólo aplicable a nivel de ciudades, y no a
niveles más amplios. Pero no hacen ninguna mención a la divergencia en probabilidades de ganar
que presentaron al principio.
No es posible encontrar gran cantidad de trabajos que presenten estimaciones del efecto incumbencia. Es un hecho que la literatura se ha movido más a investigar las causas de la convergencia
de polı́ticas a nivel local que los determinantes de la ventaja electoral debido a incumbencia propiamente tal. El trabajo de Ferreira y Gyourko (2009) es sólo una muestra de ello. En efecto, entre
las explicaciones que testean está la competición a la Tiebout, según lo cual no hay diferencias
entre alcaldes de ambos partidos puesto que su gestión está restringida por la posibilidad de que los
electores se muden a otra ciudad. Efectivamente eso puede explicar que todas las ciudades tengan
el mismo ingreso o la misma tasa de criminalidad, pero no se ve cómo eso puede explicar la ventaja
8
electoral del partido Demócrata que ellos mismos encontraron.
Marit Rehavi (2011) sigue este mismo camino. Ya que casi ningún trabajo se ha propuesto
encontrar causas que expliquen el efecto incumbencia, la principal pregunta que intenta responder
en su trabajo va dirigida hacia por qué tenemos que a nivel parlamentario el partido polı́tico de un
congresista sı́ afecta el monto de recursos federales recibidos por el estado al que representa (Albouy
2009), y por otro, tenemos que el partido polı́tico no tiene ninguna influencia sobre la gestión de los
alcaldes (Ferreira y Gyourko, 2009) ni de los gobernadores (Leigh, 2008). Marit Rehavi afirma que
quienes a partir de esto concluyen que el TVM es aplicable sólo a nivel local y no nacional están
equivocados, puesto que los trabajos mencionados no son comparables. Cuando un congresista vota,
está determinado por los tratos entre partidos, y su voto no necesariamente refleja sus preferencias.
Es un escenario esencialmente distinto al que enfrenta la gestión de un alcalde, donde sı́ se reflejan
sus preferencias y las de sus electores. Para desarrollar un ámbito comparable, usa las votaciones
de las legislaturas estatales, un estamento intermedio entre el parlamento y las alcaldı́as. En este
punto estima el efecto incumbencia para las legislaturas, el que resulta ser de un 50 % de ventaja
en probabilidad de ganar. Pero nuevamente no se introduce en explicaciones a esta cifra, sino que
sólo lo presenta como un hecho estilizado.
Si bien existen más trabajos que se introducen en estos temas, ninguno de ellos nos proporciona
una estimación explı́cita del efecto incumbencia ni explora en causas que expliquen sus resultados.
Leigh (2008) estudia el grado de convergencia en 34 variables de gestión de los gobernadores en
EE.UU. En 26 de ellas no encuentra diferencias entre Demócratas y Republicanos, y sus conclusiones van sólo por el lado de reafirmar que éstos se desempeñan de manera muy poco idelogizada.
Pettersson-Lidbom (2008), utilizando el diseño RD, sı́ encuentra que la identidad de los partidos
influye en la polı́tica fiscal y económica de las municipalidades en Suecia. También usa la proporción de votos como variable de asignación, y sus datos corresponden a un panel de variables para
gobiernos locales en ese paı́s. Sus hallazgos son de una magnitud considerable: partidos de izquierda
gastan entre 2 y 3 % más y tienen 7 % menos de desempleo que gobiernos de derecha. Lo que se
echa en falta es la exploración a alguna causa de sus resultados. Además, el autor reconoce que en
Suecia la cantidad de partidos en competencia es mucho mayor que en EE.UU., y lo que él hace
es agruparlos en dos grandes grupos, para llegar a un escenario bipartidista. No sabemos hasta
9
qué punto este hecho afecta su validez externa5 .
Para el caso de Chile, hasta el momento no conocemos de ningún trabajo que estime el efecto
incumbencia ni efectos de identidad polı́tica para ningún nivel de gobierno, ni tampoco que utilice
el diseño RD en este ámbito de la literatura. Sı́ es posible encontrar estudios que buscan identificar
empı́ricamente distintos resultados de procesos electorales y sus relaciones con factores polı́ticos y
económicos en Chile. Sin embargo, son muy pocos los que se acercan al tema que interesa a esta
investigación, y que pasamos a revisar a continuación6 .
Tal vez lo más cercano a nuestra pregunta de interés es el trabajo de Núñez (2007). Estudia
el impacto del gasto municipal sobre la reelección de un alcalde. Sus resultados indicarı́an la existencia de un efecto positivo y significativo sobre el porcentaje de votación que obtiene un alcalde
que se presenta a la reelección. Y lo que es más llamativo aún: entre un 3 % y un 10 % de los
alcaldes que efectivamente fueron reelectos, no lo habrı́an conseguido de no aumentar el gasto en
su municipalidad. Modela la elección en base a una relación principal-agente. El alcalde serı́a el
agente, que posee conocimiento perfecto de sus capacidades, y el electorado serı́a el principal, que
no tiene información perfecta sobre la calidad del candidato, por lo que usa el gasto total municipal
como herramienta de información. Estima en dos etapas, para corregir la selección (sólo un grupo
de alcaldes decide repostularse), y los resultados indican que un aumento de $1.000 en gasto por
habitante de la comuna, aumenta el porcentaje de votos del alcalde en un 0,28 %.
Sin embargo, la metodologı́a empleada difı́cilmente le permite estimar efectos causales, algo
que nuestro uso de RD nos deberı́a permitir encontrar. En efecto, estima el efecto del gasto total
municipal por habitante mediante MCO en dos etapas. La justificación para esta metodologı́a reside
en que un alcalde que prevé una elección reñida va a gastar más en su comuna. Los instrumentos
usados son el gasto comunal por habitante de las otras comunas de la misma región, y la diferencia
5
Bertrand y Kramarz (2002) abordan el tema de una manera muy novedosa para el caso de Francia. En 1973
se aprobó en Francia una ley que dividı́a el rubro del retail en zonas, y todas las empresas del rubro que querı́an
construir en esa zona debı́an conseguir el permiso del concejo a cargo de la zona. Estos concejos estaban formados
por trabajadores, empresarios y polı́ticos. Los autores usan variables instrumentales para ver el efecto de la identidad
de los polı́ticos del concejo sobre el número de permisos concedidos. Sus resultados sı́ muestran diferencias: a mayor
representación del Partido Socialista en un concejo, aumenta el número de permisos concedidos. También muestran
que esto luego redunda en mayor empleo en la zona. Esto se explicarı́a puesto que los partidos de derecha en Francia
suelen recibir el apoyo de los trabajadores autoempleados, y no de los dependientes.
6
Entre los que se relacionan más lejanamente, se encuentran Baland y Robinson (2008) y González (2010). Los
primeros estudian el efecto de la introducción del voto secreto en 1958 sobre la votación de los partidos de derecha, y
el segundo el efecto de la reforma agraria de la década de los ‘60 sobre la votación del partido gobernante. En ambos
casos se encuentran efectos causales significativos.
10
entre los ingresos de la comuna y el ingreso por transferencias recibidas. Pero el problema de estos
instrumentos es que las otras comunas de la región también pueden haber enfrentado una elección
reñida. De hecho, el autor señala la dificultad de encontrar un buen instrumento, y reconoce que la
estimación por OLS es sólo una cota inferior para el efecto sobre votaciones.
En un nivel menos local que el nuestro, Cerda y Vergara tienen dos trabajos del año 2005 en que
analizan directamente cómo distintas variables económicas (subsidios y desempeño macroeconómico) han afectado las elecciones presidenciales en Chile desde 1989. En el primero de ellos (2005a),
los autores estudian el efecto de los subsidios gubernamentales (monetarios y no monetarios) sobre
la votación del incumbente en las elecciones presidenciales llevadas a cabo entre 1989-2000. Los
autores están al tanto también del posible efecto simultáneo que surge debido a que en elecciones
más reñidas se espera que el incumbente gaste más.
Su variable dependiente es el porcentaje de votos de la Concertación, y la principal variable de
interés es la fracción de población en cada comuna que recibe un subsidio (no habı́a información
disponible de montos de subsidio para todas las comunas). Controlan por variables económicas y
por caracterı́sticas de la comuna. Estiman un panel de datos incluyendo efectos fijos por comuna y
tiempo. Al igual que Núñez (2007), su estrategia de identificación es 2SLS. Para elegir el instrumento
adecuado, asumen que las reglas especı́ficas de entrega de subsidios no son afectadas directamente
por el alcalde, sino que el alcalde afecta el gasto a partir de ellas. Por lo tanto, los dos instrumentos
usados son fracción de la población en los dos primeros deciles y el ingreso promedio de la comuna,
puesto que serı́an los que determinarı́an la regla de asignación de los subsidios. Sus resultados
indicarı́an que por cada voto, el candidato incumbente debió gastar entre US$ 840 y US$ 960 en
subsidios. Sin embargo, no se realiza ningún tipo de test de validez de instrumentos ni mucho menos
de instrumentos débiles.
En el segundo trabajo (2005b), analizan cómo el desempeño macroeconómico ha afectado las
mismas elecciones presidenciales del estudio anterior. Su variable dependiente nuevamente es el
porcentaje de votos de la Concertación, y usan un panel de datos para 228 municipalidades para
las tres elecciones que hubo en el periodo: 1989, 1993 y 1999. Las principales variables explicativas
que les importan son la tasa de desempleo y la brecha de producto, y controlan por caracterı́sticas
demográficas de las municipalidades y por “otras variables polı́ticas que pueden influir el voto de la
gente”. El procedimiento es similar al estudio anterior, sólo que en vez de usar 2SLS directamente,
11
usan el estimador de Hausman y Taylor. Encuentran un efecto negativo y significativo de la tasa de
desempleo, si bien la relación no es lineal. Entre 1989 y 2003 el desempleo promedio fue de un 8 %, y
en base a los resultados, estiman que un alza de un 1 % reduce el porcentaje de votos del incumbente
en un 0,4 %. Respecto a la brecha de producto, un aumento de un 1 % aumenta el porcentaje de
votos en un 0,6 %. En 1993 la brecha era de un 4,7 %, mientras que en 1999 era de un -2 %, y esto
explica gran parte de la caı́da de votos de la Concertación en 1999 (cerca de 4 puntos porcentuales).
La presente investigación, por lo tanto, pretende ser un aporte a la literatura, al ser la primera
en estudiar el efecto de los partidos polı́ticos sobre outcomes económicos y el efecto incumbencia
para Chile, proponiendo a la vez distintos marcos teóricos desde donde entender las causas de estos
fenómenos y pruebas de validez a las estimaciones.
3.
Datos
3.1.
Resultados Electorales
Los datos de resultados electorales fueron obtenidos del Sitio Histórico Electoral del Ministerio
del Interior (www.elecciones.gov.cl), donde se encuentran las votaciones para las elecciones presidenciales, parlamentarias y de alcaldes y concejales desde 1992 hasta la fecha, desagregadas por
candidatos y pactos, y por región, distrito y comuna.
Nuestra muestra sólo contiene las votaciones de alcaldes de los años 2004 y 2008. Un hecho
importante no nos permite hacer uso confiable de las elecciones anteriores. Para aquellas elecciones
municipales anteriores al 2004, no habı́a una votación separada entre alcaldes y concejales. Todos
los candidatos se presentaban a concejales, y la primera mayorı́a se quedaba con el sillón alcaldicio.
Siendo esta la situación, las coaliciones polı́ticas presentaban varios candidatos cada una, lo que hace
más difı́cil la interpretación dada la metodologı́a empleada. En efecto, no podrı́amos ser capaces de
identificar el efecto del partidismo polı́tico, puesto que cada candidato compite contra individuos de
su mismo partido. En este escenario, el margen de victoria (que será nuestra variable de asignación)
puede no ser representativa de la situación real de la comuna, y puede estar fuertemente “ensuciada”
por comportamientos estratégicos. Para ilustrar este punto puede ser útil un ejemplo. Supongamos
que en una comuna la Concertación tiene 80 % de apoyo, pero presenta 8 candidatos. Si la Alianza
pone todos sus recursos en apoyar un sólo candidato, gana la elección por el doble de votos que
12
Cuadro 1: Tasas de Reelección de Alcaldes (en %)
Repostulan
Reelegidos
2004
2008
90,3
79,1
59,8
49,5
Fuente: ver texto
sus contrincantes (20 % contra el 10 % del resto de los candidatos). En este caso, queda claro que el
margen de victoria (10 % a favor de la Alianza) no es representativo de la tendencia electoral de la
comuna.
Al final, tenemos resultados electorales para las 345 comunas dentro del paı́s. El Cuadro 1
presenta un resumen con las tasas de repostulación y reelección de alcaldes tomados individualmente.
Si bien este trabajo estima el efecto incumbencia de la Concertación, este Cuadro es sugestivo
puesto que nos permite suponer que detrás de estas tasas de reelección individual, debe existir
una importante tasa de reelección de las coaliciones, que nos permita estimar una ventaja electoral
significativa para la Concertación.
Si bien se observa una baja para las últimas elecciones, para el periodo que estudia esta tesis casi
la mitad de los alcaldes que se repostularon lograron reelegirse (año 2008). Estas cifras son aún más
considerables para la elección anterior, donde más del 90 % decidió repostularse y casi el 80 % logró su
objetivo. Detrás de la caı́da observada puede estar el hecho de la progresiva pérdida de popularidad
de la Concertación que comenzó en esos años, y que pudo desincentivar la repostulación de varios
alcaldes7 . Aún ası́, la permanencia promedio de un alcalde en su cargo es de 7,8 años (tomando
datos desde 1992), lo que representa casi dos periodos (una reelección).
3.2.
Outcomes locales
En la búsqueda de posibles mecanismos que expliquen el efecto incumbencia, la primera hipótesis
que se plantea es que tal vez los alcaldes de la Concertación se desempeñan significativamente mejor
7
De hecho, al año siguiente perdieron por primera vez la elección presidencial. Para que esta explicación fuera
plausible deberı́a ser cierto que la mayorı́a de los alcaldes elegidos el 2004 era de la Concertación, para que ası́ la
pérdida de popularidad de esta coalición fuera relevante en explicar las cifras. Esto se confirma ya que en 2004 los
alcaldes concertacionistas eran 203 contra 104 de la Alianza.
13
que los de la Alianza. Esta hipótesis está ı́ntimamente relacionada con el análisis de si la identidad
polı́tica del alcalde juega algún rol en los resultados que muestran las comunas y la convergencia
de polı́ticas ofrecidas. Luego, debemos escoger variables que estén directamente relacionadas con
outcomes que afecten a los ciudadanos, y que a la vez estén sujetas a la discrecionalidad directa
del alcalde. Se eligieron variables que sean representativas de cuatro ámbitos de la gestión comunal:
empleo, seguridad, educación y aguinaldos pagados al personal de la municipaldad. La definición
de las variables y sus fuentes se describen a continuación.
El Sistema Nacional de Información Municipal (SINIM) es una fuente de información dependiente del Ministerio del Interior que contiene series de datos a nivel comunal para cada año entre
2001 y 2011, para una extensa lista de variables que incluye ingresos y gastos de la municipalidad,
recursos humanos, gestión de la educación, salud, datos demográficos, de vivienda, etc. De aquı́ se
obtuvieron los datos para dos de nuestros outcomes de interés: proporción de personas enviadas a un
empleo, dentro de aquellas inscritas en la municipalidad para encontrar uno; y aguinaldos pagados
al personal de la municipalidad, expresados en términos reales (pesos chilenos a 2011).
Cada municipalidad desarrolla programas de empleos, donde los habitantes pueden inscribirse
y luego se les encuentra y son enviados a un empleo. Dependerá de la gestión de la municipalidad
cuántas de estas personas son colocadas en un trabajo. Si bien puede ocurrir que sean enviadas
a empleos especialmente creados por el alcalde, nuestros datos se refieren a personas enviadas a
trabajos fuera del ámbito de la municipalidad. En cuanto a los aguinaldos, si bien es cierto que
muchos aspectos del manejo del personal de la municipalidad están regulados por ley (número de
empleados de planta, lı́mites de remuneraciones, y hasta la misma obligación de pagar aguinaldos),
el monto de éstos últimos queda sujeto a la discrecionalidad del alcalde.
El tercer outcome de interés se refiere a la gestión del alcalde sobre la educación pública, que es la
que depende de la municipalidad. Para esto se usa el promedio de puntajes SIMCE para Lenguaje y
Matemáticas de este tipo de colegios en cada comuna, durante los años entre 2004 y 2008. Los datos
fueron obtenidos de www.simce.cl. La discrecionalidad del alcalde en este ámbito se justifica porque
en general las municipalidades transfieren recursos propios a los colegios municipales, además de la
subvención que les llega desde el Ministerio de Educación, y los destinan a propósitos concretos de
mejoramiento de la gestión de las escuelas. Tanto estos fondos como la gestión misma del alcalde y
sus equipos pueden producir cambios significativos en la educación municipal. Desde la reforma de
14
principios de los ’80 que las municipalidades son las encargadas de gestionar las escuelas públicas.
También se estudia si es que alcaldes de la Concertación y de la Alianza tienen desempeño distinto en cuanto a seguridad ciudadana. La variable que se estudiará será el número de denuncias de
delitos con violencia o intimidación por cada diez mil habitantes, para cada comuna8 . Los datos fueron obtenidos de www.seguridadpublica.gov.cl. Pueden plantearse algunas dudas respecto a cuánta
influencia directa puede tener la municipalidad sobre las tasas de criminalidad, puesto que es más
común pensar que éstas dependan de la gestión de Carabineros o incluso del gobierno central. Pero
sabemos que mediante el programa “Comuna Segura”, por ejemplo, el Ministerio del Interior transfiere anualmente recursos a las municipalidades para que inviertan en seguridad. Dependerá luego
del alcalde usar estos recursos en alumbrado público o prevención de drogas, por ejemplo. También
se sabe de comunas que tienen planes de contratación de guardias municipales, cuya función es la
de prevenir asaltos a casas y locales comerciales. Todos estos son ejemplos que pretenden ilustrar de
qué manera un alcalde puede influir directamente en la seguridad de los habitantes de la comuna, y
justificar la inclusión de esta variable. No es el propósito de esta tesis cuantificar cuánto se debe al
alcalde y cuánto a Carabineros, sino que solamente ver si existen diferencias debidas a la identidad
polı́tica del jefe comunal.
El Cuadro 2 presenta un cuadro descriptivo que muestra la diferencia de promedios para cada
variable entre aquellas comunas en manos de la Concertación y de la Alianza e Independientes
(desviación estándar entre paréntesis). Los datos corresponden al periodo bajo estudio (2004-2008).
Mediante la estrategia RD, debiéramos ser capaces de identificar el efecto causal de la identidad de
la coalición sobre estas diferencias.
Este análisis intenta abarcar el mayor número de ámbitos de la gestión municipal, sujeto a la
disponibilidad de datos y al requisito de que sean variables que dependan de la gestión del alcalde.
Si bien todos los indicadores recién presentados son relevantes para los alcaldes y los habitantes, hay
algunos que quedan fuera y que serı́an de interés para el análisis. Ambas restricciones mencionadas
tuvieron mucha influencia en esto. Serı́a interesante tener datos que se refieran a la salud pública
dentro de la comuna, alcance y calidad de vivienda, ası́ como aspectos culturales y recreacionales
(áreas verdes, etc.). Además, algunas de las variables presentadas son sólo proxys de la adecuada
8
Si bien es posible separar conceptualmente denuncias y victimización, y un buen alcalde puede subir la primera
y bajar la segunda, sólo se dispone de datos sobre denuncias, por lo que asumiremos que éstas son buenas proxys y
siguen uno a uno a las victimizaciones.
15
Cuadro 2: Estadı́sticas descriptivas
Empleo
Crimen
Simce Leng.
Simce Mat.
Aguinaldos
Concertación
Alianza e Indptes
0,5322
(0,438)
133,83
(188,35)
250
(10,26)
238,09
(11,74)
7343,17
(9485,7)
0,5613
(0,601)
149,77
(248,21)
252,05
(12,4)
240,53
(16,28)
8742,19
(15223,2)
Fuente: Ver texto
gestión del alcalde. Por ejemplo, podrı́amos tener una mejor aproximación al manejo presupuestario
de la comuna, puesto que los ingresos y gastos son muy variados, e influyen de manera distinta en
la existencia de superavits o déficits. Aunque las variables presentadas no son pocas9 , no cabe duda
de que todos estos otros indicadores podrı́an enriquecer el análisis.
3.3.
Transferencias del Gobierno Central
La segunda hipótesis corresponde a testear la posible “intervención” del Gobierno en aquellas
municipalidades donde su coalición es incumbente. Se postula que un determinante importante de
la reelección de un alcalde puede ser el hecho de aparecer inaugurando obras o consiguiendo recursos
para remodelaciones y mejoramiento de la comuna gracias a su cercanı́a con el Gobierno, y que los
electores se dan cuenta de que esta es la razón.
El Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) es la principal variable bajo la discreción
del Gobierno Central para enviar recursos fiscales a las comunas. Los proyectos financiados son
presentados principalmente por los municipios, luego se someten a evaluación técnica y económica
a cargo de organismos pertinentes (MIDEPLAN y SERPLAC), y luego son votados por el Consejo
Regional. Una vez aprobado, los recursos son asignados bajo la coordinación de la Subsecretarı́a de
Desarrollo Regional (SUBDERE) y de la Dirección de Presupuestos (DIPRES).
9
En efecto, Ferreira y Gyourko (2009) sólo analizan tres ámbitos. Petterson-Lidbom (2008) y Leigh (2008) poseen
un número mucho mayor de variables, pero no todas ellas dependen de la gestión directa del alcalde.
16
Los datos con los que se cuenta son el monto del FNDR destinado a proyectos de los sectores
Educación y Salud para cada comuna, para los años 2004 a 2008. En ese periodo, el monto promedio
asignado por comuna fue de más de $240.000.000 en educación y $94.000.000 aprox. en salud.
Existen además otros dos caminos de asignación de recursos fiscales a las comunas, con grado de
discrecionalidad del Gobierno Central, cuyo funcionamiento es similar al ya descrito para el FNDR.
Se trata del Programa de Mejoramiento de Barrios (PMB) y el Programa de Mejoramiento Urbano
y Equipación Comunal (PMU). El PMB es un programa social creado en 1998, administrado por la
SUBDERE, que reparte recursos para la solución sanitaria de la población y la reducción del déficit
de cobertura de abastecimiento de agua y disposición segura de aguas servidas. Entre los años 2004
y 2008 se repartió un promedio de más de M$21.400.000 entre todas las municipalidades.
El PMU se creó en 1993 con el fin de colaborar en la generación de empleo y en la mejora de
la calidad de vida de las comunas. Su objetivo es implementar proyectos de inversión destinados a
dotar de infraestructura menor y equipamiento comunitario a las municipalidades del paı́s, y cuya
necesidad no está cubierta por otras vı́as de financiamiento por parte del Estado. En los últimos cinco
años se han repartido un total de $420 mil millones entre las 345 comunas del paı́s, destinados a la
construcción de plazas, multicanchas, veredas, pavimentaciones menores, paraderos de locomoción
colectiva y reparación de edificios municipales, entre otros10 .
Es claro que estos programas no son los únicos a través de los cuales el Gobierno Central envı́a
recursos a las municipalidades. Los distintos ministerios tienen varios mecanismos por los cuales se
pueden transferir fondos a las comunas, y que no quedan capturadas por las variables recién presentadas. Existen por ejemplo la construcción de jardines infantiles a partir de 2006, los programas
recreativos del SERNAM, la construcción de hospitales públicos, y la construcción y remodelación
de estadios, por mencionar sólo algunos. Aunque varias obras de este tipo pueden ser capturadas
por las medidas de FNDR (de ahı́ su inclusión), un primer comentario que debe hacerse es que
cualquiera de estos otros programas mencionados, para ser relevante en este trabajo, debe cumplir
10
En un dı́ptico entregado por la SUBDERE y publicado en su página web, en mayo de 2011, se describen los dos
subprogramas que comprenden el PMU, que son: “1. Tradicional: el 75 % del presupuesto inicial es asignado a cada
región por la SUBDERE en proporción al número de desempleados y a las comunas que componen la región. Los
Gobiernos Regionales definen e informan a la SUBDERE y las comunas beneficiadas respecto del marco presupuestario
asignado mediante certificado del Consejo Regional. Solamente las comunas beneficiadas pueden postular proyectos
a este subprograma. 2. Emergencia: el 25 % del presupuesto inicial lo asigna el Subsecretario de Desarrollo Regional
y Administrativo a petición de los Intendentes. A través de los alcaldes, los municipios podrán elaborar y presentar
uno o más proyectos que cumplan con las condiciones establecidas en el marco regulatorio del Programa (Decreto
N°946)”.
17
con la restricción de caer bajo la discreción del Gobierno, y no estar regulado externamente (por ley,
decreto, etc.). Segundo, el análisis se podrı́a enriquecer si se incluyeran más de este tipo de programas, pero el alcance y la escala de muchos de éstos no permiten aplicar estimaciones econométricas
robustas, como en el caso de hospitales o estadios, pero sı́ pueden servir con fines ilustrativos, como
se hace en el siguiente apartado11 . En varias de estas obras de gran envergadura pueden pasar varios
años entre el anuncio y su inauguración, y no sabemos en qué medida influye cada una de estas etapas. Consideramos que las obras de infraestructura vecinal son de alto impacto para los habitantes
de una comuna, y pueden tener influencia directa y de corto plazo en el resultado de una elección.
Por lo tanto, tanto el PMU como el PMB deberı́an ser buenas proxys de la preferencia del Estado
por apoyar electoralmente a determinadas comunas con proyectos de alta visibilidad para los vecinos.
Estadios Bicentenario
Como apoyo preliminar a esta hipótesis, se presenta a continuación la asignación de aquellas comunas beneficiadas con la remodelación de sus Estadios de fútbol, llevada a cabo a partir del 2007.
Ese año, el Gobierno anunció la construcción de la Red de Estadios Bicentenario, con el objetivo
más amplio de fomentar el desarrollo del deporte, y el objetivo más concreto de llevar cabo en Chile
el Mundial Femenino Sub-20 de 2008, y preparar a Chile como un candidato competitivo para ser
la sede de la Copa América 2015. Se formó una Comisión que debı́a elaborar una propuesta de
implementación, lo que incluı́a la elección de las cuatro comunas que saldrı́an beneficiadas.
Cuatro años después, y con un cambio de la coalición gobernante en marzo de 2010, en 2011
se anunció el Plan Chilestadios, que en uno de sus programas contempla la remodelación de 7
estadios regionales, dejando dos más para una segunda etapa. Nuevamente la elección de las comunas
beneficiadas quedó en manos exclusivas del Gobierno. Si postulamos que el Gobierno tiende a apoyar
a comunas en manos de su coalición, este resulta ser un buen ejercicio, puesto que ambos programas
coincidentemente se anunciaron en el año previo a las elecciones municipales12 . El Cuadro 3 muestra
11
Respecto a los hospitales públicos, en la edición impresa de El Mercurio, del 20 de diciembre de 2012, en la
página C14, se lee: “Tres comunas compiten por albergar nuevo hospital del norte de Santiago. Las municipalidades
de Renca, Colina y Lampa ya presentaron al Ministerio de Salud los paños disponibles en sus terrenos para construir
el recinto asistencial que apoyará al Hospital San José”. Coincidentemente, estas tres comunas tienen alcaldes de la
misma coalición del Gobierno (Alianza).
12
En diciembre de 2008, recién ocurrida la elección municipal bajo estudio (octubre de ese año), se anunció una
segunda fase de remodelación de estadios con miras al Bicentenario. De 10 comunas elegidas, 3 de ellas tenı́an un
alcalde de la Concertación. De las otras 7, tres correspondı́an a comunas donde la Concertación acababa de perder a
su alcalde. Pero, con todo, por la fecha del anuncio y su implementación, no debiera revestir mayor relevancia para
18
Cuadro 3: Asignación de Estadios nuevos
Comuna
Red de Estadios Bicentenario
2007-2008
Coalición
Coquimbo
La Florida
Chillán
Temuco
Concertación
Alianza
Concertación
Concertación
Plan Chilestadios
2011-2012
Comuna
Coalición
Antofagasta
Calama
La Serena
Viña del Mar
Valparaı́so
Rancagua
Concepción
Independiente
Independiente
Concertación
Alianza
Alianza
Alianza
Alianza
Fuente: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
la asignación.
Cuando la Concertación estuvo en el gobierno, sólo uno de los estadios de la Red Bicentenario
fue para una comuna en manos de la Alianza, y es interesante notar que esta comuna de La Florida
es una que siempre se decide por estrecho margen. El 2004 habı́a ganado el candidato a alcalde de
la Alianza por un 1,35 % de diferencia en los votos, y de hecho en la elección siguiente, en octubre
de 2008, ganó el candidato de la Concertación.
En marzo de 2010 la Alianza asumió en el Gobierno Central, y sólo una de las remodelaciones del
Plan Chilestadios fue para una comuna en manos de la Concertación. Más de la mitad se asignaron a
municipalidades con alcalde de la Alianza13 . Si bien es sólo evidencia preliminar, resulta ser bastante
sugerente para la idea que se postula en este trabajo.
4.
Análisis Empı́rico
4.1.
Estrategia RD
El problema fundamental de la identificación insesgada de un efecto de partidos polı́ticos sobre
outcomes comunales surge debido a que es probable que el hecho de que una municipalidad esté o no
gobernada por la Concertación esté determinado por tratos o caracterı́sticas inobservables para el
los efectos de esta tesis.
13
Los dos estadios que quedaron para una segunda etapa (hacia 2013) fueron Puerto Montt (Concertación) y
Curicó (Alianza), pero que ya habı́an sido seleccionados por el Gobierno anterior en diciembre de 2008.
19
investigador. Para superar este problema de endogeneidad, comparamos aquellas comunas donde la
Concertación apenas ganó, con aquellas donde apenas perdió (y ganó la Alianza o un Independiente).
Lee (2001, 2008) demuestra que esta estrategia provee una variación cuasi-aleatoria en el partido
ganador, puesto que en elecciones decididas por estrecho margen el partido triunfador es como si se
decidiera por pura suerte, mientras haya algún componente impredecible en la decisión del último
voto. Es importante remarcar que el efecto causal que se pueda identificar es de carácter muy local.
Las conclusiones son sólo aplicables a aquellas comunas alrededor de la discontinuidad, es decir,
aquellas donde la elección de decidió por estrecho margen.
Como ejemplo ilustrador, podemos citar el caso de Timaukel (XII región), que en la elección
del 2008 los dos candidatos a alcalde obtuvieron exactamente la misma votación: 197 votos. Unos
dı́as después, y luego de que el reconteo de votos confirmara el resultado, el TRICEL decidió al
ganador por medio de lanzar una moneda al aire, que resultó ser el candidato de la Concertación.
Este resulta ser un ejemplo extremo de variación aleatoria en la coalición gobernante: podemos
inferir que ambos candidatos habrán hecho su campaña, proponı́an polı́ticas y tenı́an caracterı́sticas
personales determinadas. Además, como la elección fue cerrada, podemos suponer que el electorado
era bastante homogéneo ideológicamente y en sus demandas y preferencias. Al final, ninguno de estos
no observables afectó la elección. El único determinante de ésta fue el azar. Este ejemplo ilustra
la esencia de nuestra metodologı́a: tomando comunas con estrecho margen de victoria, podremos
obtener una estimación insesgada del efecto partido e incumbencia, puesto que se supone que tanto
las preferencias ideológicas de los electores como todos aquellos otros determinantes que podrı́an
ensuciar nuestra estimación se aleatorizan entre ambos candidatos14 .
Para cada outcome (Yi ) bajo estudio, queremos estimar la siguiente relación: Yi = f (Zi ) + i ,
donde Zi es la variable de asignación (que en nuestro caso corresponde al margen de victoria). Notar
14
No obstante el atractivo del método de usar margen de victoria como variable de asignación y comparar comunas
con elecciones cerradas, debido a su sencillez y las relativamente accesibles condiciones bajo las cuales resulta válido,
han surgido algunas crı́ticas al uso de esta metodologı́a. Caughey y Sekhon (2011) alegan que elecciones decididas por
estrecho margen no son como cualquier otra elección, y que en el fondo los outcomes no se asignan aleatoriamente
entre elecciones cerradas. Ponen en duda el que alrededor del corte se produzca una aleatorización, puesto que los
actores polı́ticos tienen incentivos a poner más recursos donde el voto marginal es más valioso. Por lo tanto, dicen,
aquellos incumbentes que prevén que ganarán por estrecho margen reciben mayor financiamiento desde su partido,
por ejemplo. Sus conclusiones están lejos de intentar negar la existencia de un efecto incumbencia o sepultar cualquier
uso de la metodologı́a desarrollada por Lee (2008), pero sı́ quieren remarcar la idea de que el uso de elecciones
decididas por estrecho margen debe ser cuidadosamente justificado, mostrando la evidencia pertinente de que variables
explicativas alternativas no son manipulables en el corte. En ciencia polı́tica, las elecciones cerradas no son aleatorias
“por naturaleza”, y el efecto incumbencia y distintos efectos debidos a la identidad polı́tica deben ser identificados
sin la presencia de sesgos.
20
que la asignación de la coalición ganadora cambia discontinuamente con el 50 % de los votos, lo que
permite el uso del diseño RD. La estimación de f (Zi ) se presentará mediante métodos paramétricos
y semi-paramétricos. Para la estimación paramétrica, cuyo uso es el más extendido actualmente, se
usa la siguiente función polinómica de quinto grado15 :
Sc = β0 +Dc π1 +M Vc β1 +M Vc2 β2 +M Vc3 β3 +...+Dc M Vc β4 +Dc M Vc2 β5 +Dc M Vc3 β6 +...+ηc (1)
donde Sc es la variable de resultado en la comuna c, Dc corresponde a una dummy que toma el valor
de uno si la Concertación ganó el 2004 (es incumbente en el periodo 2004-2008) en esa comuna, y
M Vc es el margen de victoria en la comuna c, definido como la diferencia entre el porcenaje de votos
del ganador y el porcentaje de votos del candidato que quedó en el segundo lugar16 . El efecto de
partido polı́tico, π1 , se estima controlando por margen de victoria en forma de polinomio de quinto
grado, además de interacciones con la variable binaria.
Para la estimación semi-paramétrica se utilizará una local linear regression, que vendrı́a a ser
una combinación de estimación por polinomio y por kernel17 . La ventaja de este método respecto
al anterior es que posee menor sesgo y menor ECM.
4.2.
Efecto Incumbencia
El Cuadro 4 muestra los resultados de la estimación de este efecto para la Concertación. Se
presenta desde dos medidas distintas: ventaja en probabilidad de triunfo, y ventaja en proporción
de votos. Las primeras tres columnas muestran la estimación para la primera de ellas, mediante
una regresión OLS de la respectiva variable dependiente con una dummy que toma el valor de 1 si
la Concertación era incumbente, el polinomio de la ecuación (1), y la local linear regression (LLR),
15
De acuerdo a Ferreira y Gyourko (2009), el debate sobre el grado apropiado del polinomio aún está abierto en
la literatura sobre RD. Sin embargo, señalan que de acuerdo a Porter (2003) los polinomios de grado impar tienen
mejores propiedades econométricas.
16
En los casos en que habı́a candidatos independientes, el margen de victoria se calculó tomando a éstos como una
coalición distinta. Por ejemplo, si el candidato de la Concertación salı́a tercero, el margen de victoria corresponde a
la diferencia entre el de la Alianza y el candidato independiente (que eran los dos primeros).
17
En vez de computar la media de Sc alrededor del punto de corte, se estima el coeficiente de una regresión alrededor
de ese punto y se repite el ejercicio para todos los puntos. Formalmente, el estimador de f (Zi ) es:
P
i
(x − xi )κ( x−x
)yi
k
ĝ(x) = P
x−x
i
2
(x − xi ) κ(
k
)
Se debe escoger un tipo de kernel (κ) y un ancho de banda (k). En este caso, se utiliza un kernel triangular y el
bandwith óptimo de Imbens y Kalyanaraman (2009).
21
respectivamente. El primer hecho que se hace notar es la caı́da en magnitud respecto a OLS cuando
se estima mediante los otros dos métodos. Dado que la especificación polinómica y la LLR corrigirı́an
la endogeneidad, esta diferencia nos dice que todas aquellas variables omitidas de la regresión OLS
de la primera columna están correlacionadas positivamente con la probabilidad de ganar: el esfuerzo
y despligue de las coaliciones, caracterı́sticas de los candidatos, etc.
En cuanto a las columnas (2) y (3), la estimación de menor sesgo debiera ser esta última. Que
el polinomio nos reporte un grado de significancia resulta ser una prueba de robustez18 . Un alcalde
de la Concertación que va a la reelección tiene 42,6 % más de probabilidad de ganar por el sólo
hecho de ser el incumbente en esa comuna. La magnitud de este efecto está ligeramente por sobre
lo encontrado por Lee (2001, 2008), de 38,5 %, y por debajo de lo estimado por Lee, Moretti y
Butler (2004), de 47,6 %, ambos respecto a la Casa de Representantes del Congreso de EE.UU.
Sin embargo, si comparamos con trabajos que analicen un nivel de gobierno similar, esta ventaja
está muy por encima de la que encuentran Ferreira y Gyourko (2009), de 32,3 %, para los mayors
en las ciudades de EE.UU.
Respecto a la segunda medida, vemos que nuevamente la estimación OLS sobreestima el verdadero efecto, y aquı́ la caı́da en magnitud es aún mayor. Las variables omitidas mencionadas están
más fuertemente correlacionadas de manera positiva con el porcentaje de votos. En base a las dos
últimas columnas, la Concertación obtiene entre 13,5 % y 14,3 % más de votos sólo por el hecho de
ser el incumbente. Aquı́ los grados de significancia son mayores que para la probabilidad de ganar,
y hay menor diferencia entre ambas estimaciones. Este resultado representa aproximadamente el
doble de lo reportado por Lee (2001, 2008), para el que la ventaja en proporción de votos es de entre
7 % y 8 % para los incumbentes en las elecciones parlamentarias. Volveremos sobre este resultado
más adelante, pues es el que nos permite mayor refinamiento en nuestras conclusiones, y mayor
comparabilidad con otros trabajos que desarrollan hipótesis parecidas a las nuestras.
El resultado del Cuadro 4 puede verse gráficamente en la Figura 1. Cada punto corresponde a
la probabilidad de que la Concertación gane y al porcentaje de votos obtenido por su candidato,
respectivamente, en la elección en t + 1, dado el margen de victoria obtenido por esa coalición en t
18
Considerando el grado de multicolinealidad que puede tener su estimación.
22
Cuadro 4: Efecto Incumbencia
(1)
OLS
Incumbencia
Observaciones
19 .
Prob. de Ganar
(2)
(3)
Polinomio
LLR
0.517***
(0.0351)
345
0.372**
(0.108)
0.426**
(0.211)
(4)
OLS
Porc. de votos
(5)
Polinomio
(6)
LLR
0.447***
(0.00988)
0.135**
(0.0587)
0.143***
(0.0451)
345
345
345
345
345
Errores estándar en paréntesis
*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
La curva sólida representa el valor predicho por la estimación del Cuadro 420 . La discontinuidad
en el punto cero corresponde a la diferencia de probabilidades de victoria y de porcentaje de votos, y
el salto observado grafica la ventaja electoral que tiene la Concertación en aquellas comunas donde
es incumbente.
4.3.
Variables de Gestión
Con el fin de buscar explicaciones a la ventaja electoral encontrada, a continuación se plantea la
hipótesis de que ésta se deba a que alcaldes de la Concertación desarrollan una gestión significativamente mejor que los alcaldes de la Alianza. El calificativo “mejor” se entiende bajo la evaluación de
las cuatro variables descritas en la sección 4.2. Resulta fundamental reconsiderar que estas variables
efectivamente representan ámbitos bajo la discrecionalidad del alcalde, y que diferencias en ellas se
deben a distinta capacidad de gestión y desempeño.
Se desarrolla una metodologı́a similar a la de la sección anterior. Cada una de las cuatro variables
bajo estudio se toman como variables dependientes, y para cada una de ellas se realiza un RD con
el margen de victoria del 2004 como variable de asignación. El Cuadro 5 muestra los resultados. La
primera columna muestra, sólo a modo de referencia, el resultado de una regresión OLS de cada
variable dependiente con una dummy que toma el valor de 1 si el alcalde es de la Concertación. Las
dos columnas siguientes son similares a la tabla anterior.
19
En las Figuras subsiguientes, se ha preferido presentar las observaciones individualmente, y no agrupadas en local
averages como lo hacen otros trabajos.
20
Esta curva representa una local polinomial regression, estimada con grado 1 (lineal), un kernel triangular, y el
bandwith óptimo.
23
Figura 1: Efecto Incumbencia
Podemos ver a modo general que los alcaldes de ambas coaliciones no se diferencian significativamente en cuanto a su desempeño en el cargo. Sólo la variable empleo parece ser marginalmente
significativa. Pero no es posible concluir que la Concertación tenga una ventaja electoral debido a
que sus candidatos son más capaces que los de la Alianza, y la gente por eso vote más por ellos.
Notar que estos resultados, como añadido, nos introducen en el amplio debate acerca del grado
de convergencia de polı́ticas a nivel local. La evidencia del Cuadro 5 nos dice que a nivel municipal
en Chile ambas coaliciones ofrecen lo mismo, lo que darı́a cuenta de la fiabilidad de las conclusiones
del TVM, lo que está en lı́nea con lo encontrado por la literatura para EE.UU. (Ferreira y Gyourko,
24
Cuadro 5: Estimación RD del Impacto de un Alcalde de la Concertación
Empleo
Crimen
SIMCE Leng
SIMCE Mat
Aguinaldos
(1)
OLS
(2)
Polinomio
(3)
LLR
-0.0291
(0.0574)
-15.94
(23.65)
-2.043
(1.275)
-2.441
(1.520)
-1,399
(1,340)
-0.0538
(0.225)
-157.4
(95.07)
4.449
(4.785)
4.493
(5.806)
-7,092
(5,395)
0.159*
(0.0859)
-106.6
(94.42)
1.607
(3.166)
2.202
(4.175)
-5,231
(5,355)
Observaciones
345
345
345
Errores estándar en paréntesis
*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
2009; Leigh, 2008). Sin embargo, si tenemos que hay convergencia en polı́ticas ofrecidas, entonces
debemos buscar otra explicación a la ventaja electoral de la Concertación.
4.4.
Variables de Transferencias
En esta subsección postulamos nuestra segunda hipótesis, ya introducida en la sección 4.3. En
efecto, es posible que los electores prefieran mantener un alcalde de la Concertación no por su
desempeño personal, sino que por la afinidad que este tiene con el Gobierno Central, y que le
permite conseguir más fondos fiscales y más proyectos de inversión pública que un alcalde de la
oposición. Este efecto queda muy bien caracterizado por medio de analizar diferencias significativas
en el reparto del FNDR, PMB o PMU. El periodo estudiado resulta adecuado puesto que entre
2004 y 2008 el Estado estuvo en manos de la Concertación.
Nuevamente repetimos la metodologı́a anterior: usamos las cuatro variables de transferencias
como variable dependiente, y buscamos posibles discontinuidades en la asignación de la coalición
incumbente, con el uso de RD. Se utilizan tres medidas distintas para cada variable, como prueba
de robustez: transferencia en monto total entregado (en miles de pesos); monto repartido a una
comuna como porcentaje del total repartido a nivel nacional; y monto transferido en términos per-
25
Cuadro 6: Estimación RD Efecto Partido sobre Monto Transferido
PMB
PMU
FNDR Educ
FNDR Salud
Observaciones
Promedio ’04-’08
(1)
(2)
Polinomio
LLR
Año Electoral
(3)
(4)
Polinomio
LLR
44,203
(61,819)
6,890
(85,762)
9,851
(166,182)
140,688
(142,526)
81,391
(89,913)
119,342
(100,983)
-172,619
(289,253)
358,908
(348,499)
42,415*
(24,332)
66,140***
(24,002)
18,637
(104,546)
78,583
(101,591)
73,993***
(28,690)
183,932***
(57,572)
-67,874
(174,487)
283,218
(282,779)
345
345
345
Errores estandar en paréntesis
*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
345
cápita. Los tres Cuadros siguientes muestran los resultados usando cada una de estas medidas. Las
dos primeras columnas muestran la estimación para el promedio entre los años 2004-2008, y las
columnas (3) y (4) la estimación para el año en que ocurrió la elección.
Del Cuadro 6 se observa que sı́ hay una diferencia significativa en el reparto de fondos del PMU.
Tomando el promedio de todos los años del periodo, las comunas de la Concertación recibieron más
de $66 millones más que la Alianza, y esta diferencia prácticamente se triplica si tomamos sólo el
año electoral. Para el caso del PMB, su mayor relevancia sólo aparece durante el 2008, cuando la
diferencia en montos repartidos fue de casi $74 millones. Las dos variables que tenemos del FNDR
no resultan ser significativas en ningún caso.
También se observa de este Cuadro que las diferencias entre ambos métodos de estimación están
más relacionadas con el tamaño de las desviaciones estándar que con la magnitud de los estimadores.
En efecto, se ve que la estimación por polinomio presenta mayor error estándar para cada una de las
variables explicativas. Esto es coherente con lo mencionado en la sección 4.1, donde dijimos que este
método tenı́a mayor ECM, es decir, mayor sesgo y/o varianza. Por lo tanto, es probable que la nula
signifcancia de toda la columna 1, hecho que vuelve a estar presente en los cuadros subsiguientes,
se deba a estos mayores errores estándar, que es algo propio del método utilizado. Como también
se mencionó, la estimación por LLR reduce estos problemas, por lo que de aquı́ en adelante se le
26
Cuadro 7: Estimación RD Efecto Partido sobre Porcentaje Transferido
PMB
PMU
FNDR Ed
FNDR Salud
Observaciones
Promedio ’04-’08
(1)
(2)
Polinomio
LLR
Año Electoral
(3)
(4)
Polinomio
LLR
0.00204
(0.00288)
0.000138
(0.00172)
0.000120
(0.00203)
0.00431
(0.00437)
0.00397
(0.00439)
0.00175
(0.00148)
-0.00148
(0.00248)
0.0104
(0.0101)
0.00196*
(0.00114)
0.00133***
(0.000482)
0.000227
(0.00128)
0.00241
(0.00311)
0.00361***
(0.00140)
0.00270***
(0.000846)
-0.000582
(0.00150)
0.00817
(0.00816)
345
345
345
Errores estándar en paréntesis
*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
345
prestará una atención mayor.
No obstante la importancia del grado de significancia encontrado, medir las transferencias en
montos totales no nos da un buen criterio de cuán relevante económicamente son estas diferencias.
Con el fin de llegar a parámetros que nos hablen de la relevancia de estas diferencias, el Cuadro 7
muestra la estimación en base a cuánto recibió una comuna como porcentaje del total repartido en
el paı́s.
Los niveles de significancia se mantienen respecto al Cuadro anterior. Durante todo el periodo
estudiado, las comunas de la Concertación recibieron en promedio 0,19 % y 0,13 % más del presupuesto total del PMB y PMU, respectivamente. Nuevamente observamos que las diferencias se
acentúan en año electoral, en especial si miramos la asignación de PMU.
Para tener una idea aún más precisa, necesitamos saber de qué niveles estamos hablando, puesto
que la estimación anterior sólo nos habla de la diferencia entre ambas coaliciones. La Figura 2 nos
permite saber en qué proporciones se multiplican ambos niveles de reparto21 .
Se puede observar que el PMU repartido a las comunas con alcalde de la Concertación en el
periodo casi duplica a las de la Alianza, y en año electoral la diferencia aumenta a más del doble. Para
21
En las Figuras 2 y 3, si bien cada punto representa una comuna, se han reducido el ancho de los ejes horizontal y
vertical, para mejorar la representación de la discontinuidad. Esto hace que no se alcancen a ver todas las comunas,
pero sı́ la gran mayorı́a de ellas.
27
Figura 2: Efecto del Partido sobre Porcentaje Transferido a la Comuna
el PMB de todo el periodo, también se ve que el porcentaje transferido a la Concertación duplica
al de la Alianza, y la proporción es aún mayor si tomamos sólo el 2008. En principio parecen ser
magnitudes relevantes para la hipótesis planteada en este trabajo.
La última medida con que se estima son las transferencias por persona. El Cuadro 8 muestra
que el efecto encontrado en el PMU desaparece por completo, no ası́ con el PMB, que a pesar de
todo pierde algunos grados de significancia.
Las comunas de la Concertación recibirı́an entre $3.500 y $7.400 promedio más por persona en
el periodo, y entre $7.300 y $12.600 en años electorales, tomando sólo el PMB. Puede parecer controvertido el que el efecto per-cápita del PMU desaparezca, más aún cuando las comunas en manos
de cada una de las coaliciones no presentan una diferencia significativa en términos de población
(ver Cuadro 10 más adelante). Sin embargo, es posible justificar que los proyectos financiados por el
PMU son todos sobre bienes públicos: veredas, plazas, calles, etc. Luego, el hecho de no encontrar
un efecto per-cápita significativo no es indicativo de que no se favorezca a algunas comunas, ya que
aún ası́ es posible que aquella gente que sı́ valora el bien público contrarrestre a aquellos a los que
no les interesa. Si es cierto que el PMU se va a comunas más pobladas, eso aún ası́ no deja de ser
28
Cuadro 8: Estimación RD Efecto Partido sobre Transferencias Per-Cápita
Promedio ’04-’08
(1)
(2)
Polinomio
LLR
PMB
PMU
FNDR Ed
FNDR Salud
7.486**
(3.408)
-0.620
(6.065)
-2.519
(11.86)
4.062
(8.844)
3.558*
(1.855)
1.477
(4.083)
0.115
(8.309)
-0.757
(3.161)
Año Electoral
(3)
(4)
Polinomio
LLR
12.67**
(5.717)
0.568
(13.94)
-14.85
(18.17)
9.940
(33.96)
Observaciones
345
345
345
Errores estándar en paréntesis
*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
7.317*
(4.236)
3.821
(9.991)
-9.871
(19.90)
-1.334
(6.248)
345
relevante para nuestra tesis, puesto que más gente tiene la posibilidad de beneficiarse con los bienes
públicos.
Nuevamente se presentan los resultados gráficamente con el fin de conocer la escala de los montos
de que estamos hablando. La Figura 3 muestra las estimaciones usando la medida de transferencias
por persona.
Las dos primeras subfiguras refuerzan la nula significancia de la medida de PMU per cápita.
También es posible observar que las proporciones entre transferencias de PMB por persona son
considerables. En el promedio del periodo, una persona en una comuna de la Concertación recibe
aproximadamente cuatro veces más en PMB, y este múltiplo crece a casi el doble en año electoral.
Llegados a este punto es posible proveer una prueba directa a favor de los resultados recién
presentados. Si es verdad que el efecto incumbencia de la Concertación depende de que ella también
está en el gobierno y puede por ello usar recursos fiscales con fines electorales, entonces deberı́a
ser cierto que el efecto incumbencia de la Alianza es mucho menor. Estimar un RD para el efecto
incumbencia de esta coalición resulta ser una prueba sencilla y directa a favor de nuestra hipótesis.
En el Cuadro 9 se replica el Cuadro 4, pero estimando desde el punto de vista de la Alianza.
Se comprueba que la ventaja en probabilidad de ganar y en proporción de votos estimada, tanto
por polinomio como por LLR, es menor a la encontrada para la Concertación. Para la probabilidad
29
Figura 3: Efecto del Partido sobre Transferencias por Persona
de ganar, sólo la columna (3) resulta ser marginalmente significativa, y con una ventaja de casi 10 %
menos. En cuanto a la proporción de votos, es notable el hecho de que la estimación por LLR no
resulta ser significativa, lo que nos llevarı́a a la conclusión extrema de que la Alianza no obtiene
ningún voto extra por el hecho de ser la coalición incumbente en una comuna. Todos estos resultados
son coherentes con la hipótesis planteada, y aportan evidencia a favor de ella.
Un segundo análisis que ayude a fortalecer nuestra hipótesis puede realizarse por medio de
revisar si la magnitud de las estimaciones de los Cuadros 6 a 8 es relevante electoralmente, por
medio de compararlos con los montos de gasto electoral de campaña22 . Respecto a los datos de
gasto electoral por pacto y por partido polı́tico, para la elección municipal del 2008 el total de
gasto por candidato en que incurrieron los partidos fue de $4.918.017,41. Si tomamos sólo a la
Concertación, esta coalición presentó 301 candidatos a alcalde (sin contar a los independientes que
corrı́an por este pacto), a los cuales apoyó con un gasto total de $1.129.740.600, lo que nos da un
gasto de $3.753.291,03 por cada uno. De acuerdo al Cuadro 6, vemos que la transferencia total extra
equivale a casi 22 veces esta suma.
22
Se usan los datos de Gasto Electoral para la elección municipal del 2008, disponibles en www.servel.cl.
30
Cuadro 9: Efecto Incumbencia de la Alianza
(1)
OLS
Incumbencia
Observaciones
Prob. de Ganar
(2)
(3)
Polinomio
LLR
0.625***
(0.0475)
345
0.122
(0.164)
0.339*
(0.200)
(4)
OLS
Porc. de votos
(5)
Polinomio
(6)
LLR
0.481***
(0.0164)
0.107*
(0.0551)
0.0685
(0.0540)
345
345
345
345
345
Errores estándar en paréntesis
*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
Puede ser útil tomar los datos de gasto electoral por candidato, puesto que no todo este gasto es
cubierto por los partidos. En la elección del 2008, sumando a todos los 1.241 candidatos a alcalde (los
de cada partido, los independientes dentro de un pacto, y los independientes “puros”), se gastó la
suma de $7.975.469.532. Esto nos da un gasto por cada uno de $6.426.647,49. Estamos entonces
hablando de que la transferencia total extra que entregarı́a el Gobierno Central a las comunas de la
Concertación equivaldrı́a a casi diez campañas promedio. Esto representa evidencia a favor de que
las estimaciones RD anteriores no son despreciables, y pueden efectivamente influir en una elección
de alcalde23 .
La pregunta de fondo aquı́ es por qué votantes racionales permiten que sus expectativas de
desempeño de una autoridad estén influenciadas por los manejos de estas transferencias ocurridos
antes de la elección. Es necesario reconsiderar los mecanismos teóricos revisados previamente. Lo
que puede estar ocurriendo detrás de nuestros resultados es un problema de información acerca
de los candidatos, o un problema de credibilidad de lo que promete el candidato de la Alianza
en su campaña. O puede ser que todas estas diferencias encontradas se deban simplemente a las
caracterı́sticas de las preferencias del votante mediano.
Si bien no estamos capacitados aún para concluir cuál de todos estos mecanismos es el más
importante, sı́ podemos refinar aún más nuestros resultados. Por medio de darle una nueva mirada
23
Serı́a muy interesante poder realizar un RD sobre gasto electoral de las coaliciones, puesto que si encontráramos
discontinuidades en el gasto a favor de la Concertación, entonces podrı́amos identificar un mecanismo a través del
cual esta coalición apoya a sus incumbentes. Lamentablemente esto no es posible puesto que los datos del Servicio
Electoral no incluyen los gastos de cada coalición por comuna. Sı́ están disponibles los gastos por candidato, pero no
se especifica si fue financiado por su bolsillo o por la coalición a la que pertenece, y esta distinción es fundamental
para el objetivo mencionado.
31
a los resultados obtenidos en los Cuadros 4 y 8, podemos llegar a una elasticidad voto/transferencia,
que no es más que una cuantificación de cuánto influyen los recursos fiscales (antes de la elección)
sobre las expectativas de desempeño de un alcalde (después de la elección). En efecto, en esos
Cuadros tenemos que ser el incumbente en una municipalidad le da 14,3 % más de votos al candidato
de la Concertación. Y luego, si asumimos que toda esta ventaja electoral se debe a transferencias
del Estado, tenemos que este efecto incumbencia se consigue con un subsidio en PMB de $3.558
por persona. Se usa el resultado de PMB puesto que es el que da significativo en el Cuadro 8, y
tiene menor sesgo que el de la columna 1. Con estos dos números podemos llegar a una elasticidad
voto/subsidio: $1 peso más de PMB por persona asignado a una municipalidad antes de la elección
se traduce en 0,004 % más de votos para el candidato a alcalde de la Concertación. Es importante
considerar que no sabemos durante cuánto tiempo debe el Gobierno transferir recursos para que
éstos se transformen en votos. Puede ocurrir que sea necesario enviar el mismo monto durante los
cuatro años que dura el periodo del alcalde, aunque exista descuento intertemporal. En este caso
la transferencia para el periodo 2004-2008 serı́a de $14.232, en cuyo caso la elasticidad se reduce
a obtener 0,001 % de votos por cada peso de PMB por persona enviado durante esos cuatro años.
Tomando estas dos medidas llegamos a un rango confiable entre el que se ubicará la elasticidad,
dentro del cual lo determinante será, como ya se mencionó, el tiempo requerido para que una
transferencia se “transforme” en votos para la coalición del Gobierno.
Este tipo de elasticidades ha sido ya estudiado en la literatura, lo que nos permite conocer hasta
qué punto los resultados de este trabajo son plausibles y coherentes en magnitud. Sin embargo, no
debemos olvidar que estamos realizando un supuesto fuerte: que todo el efecto incumbencia se debe
a la transferencia per-cápita en PMB. Se debe reconocer que hay múltiples factores que pueden
estar detrás de esta ventaja, por lo que la magnitud y el rango mencionados en el párrafo anterior
sólo serán una cota superior para la verdadera elasticidad voto/subsidio.
El trabajo de Núñez (2007), ya mencionado en la sección 2, indica que si un alcalde aumenta el
gasto de su propia municipalidad en $1.000 por persona, entonces aumenta su votación en 0,28 %,
tomando gasto sólo en el año previo a la elección, y no gasto en todo el periodo del alcalde. Tomando
nuestra elasticidad y el gasto sólo en un año, tenemos que aumentar en $1.000 la transferencia por
persona en PMB aumenta la votación en un 4 %. Esta diferencia es coherente con la noción de
que nuestra estimación es un lı́mite superior. Este paper resulta interesante de comparar puesto
32
que analiza el mismo nivel de elecciones (municipales), cuando estas eran bajo el mismo régimen de
voto obligatorio. También hay que hacer una serie de salvedades, como que Núñez (2007) utiliza una
metodologı́a diferente (variables instrumentales, con todos los comentarios ya hechos en la sección
2), y que no alcanza a tomar la elección de 2008.
Probablemente uno de los trabajos más citados en esta materia para el caso de EE.UU. es el
de Levitt y Snyder (1997). Si bien ellos utilizan datos de elecciones parlamentarias, tiene la ventaja
respecto del anterior de que analiza el efecto de transferencias no-monetarias sobre el resultado
electoral. Es decir, no utilizan ni gasto propio del incumbente ni gasto de campaña, si no que
gasto federal no en forma de dinero, que se asemeja mucho más a nuestra variable de PMB, lo que
hace interesante la comparación. Encuentran que transferir US$100 extra por persona se traduce
en un incremento del 2 % en votos. Los autores usan transferencia en un año, y no la suma de
lo transferido en todo el periodo. Esto equivaldrı́a a que $1.000 extras reportan 0,057 % más de
votos24 . Esta magnitud es aún menor que la de Núñez (2007), si bien usan misma metodologı́a y
un instrumento parecido (gasto fuera del distrito pero dentro del mismo estado como instrumento
de gasto en el distrito).
En una lı́nea similar, Evans (2006) estima este mismo efecto para las elecciones parlamentarias
de Canadá, con el propósito explı́cito de servir de prueba de robustez a los hallazgos de Levitt y
Snyder (1997). Utilizando el mismo instrumento que este último, encuentra que aumentar el gasto
federal en US$100 aumenta la votación de los parlamentarios afines al gobierno entre un 1,5 % y un
2,5 %, idea que se asemeja bastante a la desarrollada en esta tesis, pero que arroja una elasticidad
muy similar a la del párrafo anterior y por lo tanto menor en magnitud a la nuestra25 .
Por último, es posible representar nuestros resultados en términos de cuánto cuesta un voto, lo
que permite comparar con el trabajo de Cerda y Vergara (2005a), quienes asignan un valor de entre
US$840 y US$960 en subsidios no monetarios por cada voto, para las elecciones presidenciales26 .
24
Transformando la cifra en dólares a pesos chilenos por medio de usar el tipo de cambio a PPA de acuerdo a los
datos del Banco Mundial.
25
Un comentario que puede surgir sobre la comparación con estos trabajos para EE.UU. y Canadá viene del hecho
de que en estos paı́ses el voto es voluntario, a diferencia de la elección que nosotros estudiamos, donde era obligatorio.
Las estimaciones de transferencias per-cápita que se presentan en el Cuadro 8 utilizan la población total de la comuna,
no sólo a los inscritos, puesto que estamos hablando de gasto en bienes públicos. Levitt y Snyder (1997) y Evans (2006)
también usan el gasto sobre la población total, ya que al ser el voto voluntario, los candidatos intentan captar a todos
los individuos. Luego, los resultados son plenamente comparables.
26
Entre este tipo de subsidios se cuentan las becas de alimentación y libros para estudiantes, la atención médica y
dental en escuelas, y los repartos de comida y medicinas en hogares.
33
Según datos del Servicio Electoral, en la elección de alcaldes del 2008 hubo un total de 6.362.130
votos válidamente emitidos. Esto implica un promedio de 18.440,95 votos por comuna. Luego, la
ventaja electoral de 14,3 % encontrada significa una ventaja de 2.637,05 votos en promedio para
la Concertación en aquellas comunas donde era incumbente. De acuerdo al Cuadro 6, el Gobierno
repartió $66.140.000 más en PMU en aquellas comunas con alcalde de la Concertación. Por lo tanto,
cada uno de esos votos extras tuvo un costo de $25.081,05. Si comparamos con el costo por voto de
Cerda y Vergara (2005a) en pesos chilenos, este serı́a de entre $420.000 y $480.00027 . La diferencia
es muy grande, pero aquı́ las diferencias entre los dos trabajos son mayores. Además de la distinta
metodologı́a, el trabajo en cuestión analiza elecciones presidenciales, y para un periodo distinto al
nuestro, junto con el hecho de que usa una variable explicativa diferente. Aunque si tomáramos la
transferencia de los cuatro años del periodo, el costo por voto se elevarı́a a $100.324,2.
Como resumen, todo este último análisis implica que nuestro efecto tiene mayor relevancia
económica que el de todos los trabajos revisados. Dependiendo del enfoque, se puede decir que de
acuerdo a los resultados de esta tesis un mismo monto de transferencias consigue más votos para
el incumbente, o que los votos son más baratos. Sin embargo, no pueden dejar de mencionarse las
limitantes de este ejercicio, por el hecho de que todos los trabajos al final del dı́a miden cosas distintas, con diferentes variables explicativas (gasto municipal, que depende del alcalde; gasto federal
o fiscal de infraestructura, que depende del Gobierno; gasto en subsidios, con mayor regulación por
ley). Es probablemente este último hecho el principal responsable de las patentes diferencias entre
estimaciones que acabamos de revisar. Pero, con todo, estas eran las comparaciones más cercanas
que podı́an hacerse, en relación a la tesis defendida en este trabajo.
4.5.
Test de Validez
Es posible llevar a cabo una serie de pruebas de validez para asegurar que todos nuestros
hallazgos anteriores sobre el efecto del partidismo polı́tico sobre distintas variables de interés son
robustos y confiables. Lo principal es testear el supuesto fundamental de la metodologı́a RD, que
es que las comunas en las que la Concertación ganó por estrecho margen son similares en promedio
a aquellas donde la Alianza ganó por ese margen o, lo que es lo mismo, que la coalición ganadora
27
Asumiendo un tipo de cambio de $500 por dólar.
34
Cuadro 10: Test de Validez
Población
Pobreza
Mujeres
Escolaridad
Subsidios
(1)
Polinomio
(2)
LLR
-37,447
(32,831)
1.071
(5.224)
-0.0316
(0.0211)
-0.147
(0.527)
-557.8
(580.8)
-14,401
(26,223)
3.799
(2.833)
-0.0147
(0.0133)
-0.139
(0.363)
-339.5
(388.7)
Observaciones
345
345
Errores estandar en paréntesis
*** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
se asigna aleatoriamente en cada comuna28 . Esto implica que todas las caracterı́sticas subyacentes
de aquellas municipalidades deberı́an ser similares. Se confirma que esto es ası́ con las siguientes
variables: población, porcentaje de la población en condiciones de pobreza, escolaridad promedio
de la comuna, porcentaje de mujeres y subsidios familares entregados29 . El Cuadro 10 muestra el
resultado de estas estimaciones: no se revela ninguna diferencia para estas variables alrededor del
punto de corte.
Con todas estas caracterı́sticas relevantes siendo continuas para elecciones decididas por estrecho
margen, es plausible que lo mismo sea verdad respecto a las caracterı́sticas no observables.
28
Otro peligro para la estimación RD es que exista manipulación de la variable de asignación. En nuestro contexto,
esto podrı́a llegar a ocurrir por ejemplo si es que las coaliciones adulteraran los resultados electorales con el fin de
ganar la elección de una comuna. Si bien McCrary (2008) desarrolla un test para analizar si esto ocurre, ninguno de
los trabajos revisados en la sección 2 lo usa como prueba de validez, por lo que no se incluye en el trabajo. Igual este
test se llevó a cabo, y fue aprobado.
29
Todos los datos sobre estas variables fueron extraı́dos de SINIM, aunque este Sistema muchas veces los toma
de otras fuentes. Las caracterı́sticas demográficas vienen principalmente del INE, y el porcentaje en condiciones de
pobreza y escolaridad viene de CASEN. Si el periodo bajo estudio es 2004-2008, se usaron los valores de estas variables
correspondientes al periodo anterior (2000-2003), para asegurarnos de que representaran efectivamente caracterı́sticas
predeterminadas y no outcomes del alcalde en ejercicio.
35
5.
Conclusiones
Uno de los aspectos más discutidos en periodos previos a tiempos de elecciones es la alta tasa
de reelección y la gran cantidad de años que llevan algunas coaliciones gobernando ciertas comunas.
Se encuentra evidencia de que en elecciones municipales en Chile existe una considerable ventaja
electoral para la Concertación en aquellas comunas donde era incumbente: entre un 37 y un 42,6 %
en términos de probabilidad de ganar, y entre 13,5 y 14,3 % en términos de proporción de votos, para
el periodo electoral 2004-2008. Estas estimaciones se situan dentro de los rangos de otros hallazgos
para distintos niveles de elecciones de otros paı́ses, principalmente EE.UU. Es importante mencionar
aquı́ que esta estimación podrá ser robustecida a medida que vayan sucediéndose nuevas elecciones,
ya que sólo estamos usando datos de dos años, dado el poco tiempo desde que se introdujo el cambio
en estas elecciones (recién en 2004). Sin embargo, esta tesis representa el primer estudio del efecto
de los partidos polı́ticos sobre outcomes electorales y económicos para Chile.
Esta ventaja no se explica porque los alcaldes de esa coalición de desempeñen significativamente
de mejor manera que los de la Alianza, analizando un set de variables que dependen de la gestión
de los ediles. Este resultado además nos permite situar el caso chileno en lı́nea con la literatura
para EE.UU., donde se observa una completa convergencia de polı́ticas ofrecidas entre alcaldes de
distintas coaliciones.
Sı́ se encuentra evidencia de que un factor importante detrás de esta ventaja es la preferencia del
Gobierno Central por las comunas en manos de su misma coalición, a la hora de repartir recursos
fiscales destinados al financiamiento de proyectos de infraestructura comunal, como plazas, veredas,
multicanchas, etc. En el periodo 2004-2008, el Estado dio a comunas de la Concertación el doble
en porcentaje que a las comunas de la Alianza, y en un monto total equivalente a diez campañas
electorales promedio de un candidato. Para el mismo periodo, la Alianza tuvo una ventaja electoral
considerablemente menor, lo que aporta evidencia de que es este comportamiento del Gobierno
Central el que está detrás de los resultados obtenidos. Si se supone que todo el efecto incumbencia
se debe a esta intervención, se encuentra una cota superior para la elasticidad votos/transferencia,
que está justamente por sobre otras elasticidades estimadas para Chile y otros paı́ses en trabajos
anteriores.
Este hallazgo puede deberse ya sea a la valoración de bienes públicos que tiene el votante
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mediano, a problemas de credibilidad de las promesas de campaña, o a falta de información sobre
las caracterı́sticas de los candidatos que compiten. Como investigación futura quedará dilucidar cuál
de estos es el mecanismo que permite a las transferencias fiscales influir sobre la reelección de los
alcaldes en Chile. Otro desafı́o futuro lo representa la reciente introducción de la modalidad de voto
voluntario, y el estudio de cómo éste afecta la ventaja electoral encontrada bajo voto obligatorio.
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