E C O N O M Í A TESIS de MAGÍSTER IInstituto N S T I de T Economía U T O D E DOCUMENTO DE TRABAJO 2012 Ventaja Electoral De Incumbentes En Chile: Evidencia Para Elecciones Municipales Cristián Cuevas. www.economia.puc.cl PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE INSTITUTO MAGISTER EN DE ECONOMIA ECONOMIA TESIS DE GRADO MAGISTER EN ECONOMIA Cuevas Valdés, Cristián Gustavo Enero, 2013 PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE INSTITUTO MAGISTER EN DE ECONOMIA ECONOMIA VENTAJA ELECTORAL DE INCUMBENTES EN CHILE: EVIDENCIA PARA ELECCIONES MUNICIPALES Cristián Gustavo Cuevas Valdés Comisión Francisco Gallego Matías Tapia Rolf Lüders Gert Wagner José Díaz Jeanne Lafortune José Tessada Santiago, enero de 2013 Ventaja Electoral de Incumbentes en Chile: Evidencia para Elecciones Municipales Cristián G. Cuevas V.* Resumen Se explota el hecho de que la coalición gobernante en una comuna cambia discontinuamente con el margen de victoria en la elección municipal. Esto permite el uso de un diseño RD para identificar de manera insesgada el efecto del tratamiento “alcalde de la Concertación” sobre outcomes electorales y polı́ticos a nivel municipal, sólo para aquellas comunas donde la elección se definió por estrecho margen. En esas comunas la asignación de la coalición gobernante es cuasialeatoria, lo que permite la identificación de un LATE. En el periodo 2004-2008, se encuentra que la Concertación tiene una ventaja electoral de entre un 37 y un 42 % de mayor probabilidad de ganar, y de entre un 13,5 y un 14,3 % en mayor cantidad de votos, en una comuna en la que es incumbente. Buscando una explicación, se muestra evidencia de que comunas con elecciones reñidas en manos de la Concertación recibieron el doble de porcentaje de fondos fiscales que las de la Alianza en programas de mejoramiento urbano y de servicios sanitarios, proporción que se hace aún más considerable en años electorales. Sin dejar de reconocer los múltiples determinantes que pueden haber detrás de la ventaja electoral encontrada, se plantea el apoyo discrecional del Gobierno como uno de indesmentible relevancia. * Agradezco en primer lugar a José Ignacio Llodrá, por cederme gratuitamente sus derechos de co-autor sobre una versión previa de este trabajo. Agradecer también a todos los profesores de la comisión de Cliometrı́a, y especialmente el tiempo robado a Matı́as Tapia y Francisco Gallego. Fue muy útil también la oportuna conversación con Jaime Bellolio. Cualquier error es exclusiva culpa mı́a. Contacto: [email protected] 1 1. Introducción Por muchos años, el consenso en economı́a polı́tica establecı́a que el efecto del partidismo polı́tico sobre resultados económicos era nulo, o al menos muy limitado (Hotelling, 1929; Downs, 1957). Esta concordancia se sostenı́a principalmente en las conclusiones del teorema del votante mediano (TVM) y la convergencia de polı́ticas. Lo que esta corriente teórica plantea es que las elecciones se deciden de acuerdo a las preferencias del ciudadano que está justo al medio del espectro de electores. Quien consigue su voto, obtiene el “cincuenta más uno”, asumiendo una votación de tipo mayoritaria. Luego, en cualquier escenario electoral en que se enfrentan dos coaliciones o grupos, ambos buscan ofrecer aquella polı́tica que les haga ganar el voto de este individuo. Como consecuencia, ambos candidatos convergen en ofrecer exactamente lo mismo, independiente del color polı́tico, y ambos tienen exactamente la misma probabilidad de ganar una elección. Sin embargo, en los últimos años un creciente cuerpo de evidencia ha mostrado que este resultado no se cumplirı́a en los niveles más amplios de gobierno. La literatura que ha estudiado el caso de EE.UU. muestra que a mayor proporción de congresistas Demócratas en un Estado, mayor es el gasto per cápita en asistencia familiar, y que es la afiliación a un partido polı́tico lo que explica la mayor parte de la variación en las votaciones del Congreso (Besley y Case, 2003; Lee et al., 2004; Albouy, 2009), lo que contradice la teorı́a. Esta nueva evidencia ha surgido al alero de métodos econométricos desarrollados también durante la última década. En efecto, en los últimos años las ciencias sociales han reconocido la importancia fundamental de buscar diseños de investigación que permitan justificar efectos causales. Como consecuencia, gran parte de la literatura se ha movido a estudiar el uso de diseños cuasi-experimentales que aprovechen la existencia de aleatorizaciones en variables causales. En este contexto, ha cobrado gran popularidad el diseño de Regresión Discontinua (RD), que explota situaciones en las cuales unidades son asignadas a un tratamiento por medio de una regla arbitraria. En el ámbito de economı́a polı́tica, esta nueva metodologı́a ha dado el impulso al estudio de la influencia del partidismo polı́tico sobre la conducta electoral de los candidatos y en distintos outcomes de polı́tica sobre elecciones a nivel nacional y regional. Dentro de esta área, se ha identificado en las elecciones decididas por estrecho margen una fuente de aleatorización en la coalición gobernante que permitirı́a identificar efectos causales locales (LATE) sobre resultados electorales. Lee (2001, 2 2008) es el primero en aplicar esta estrategia, usando esta fuente de aleatorización en el contexto de un diseño RD para estimar la mayor probabilidad que tiene un candidato Demócrata que corre por la Casa de Representantes de salir electo, por el sólo hecho de ir a la reelección en su distrito, lo que a lo largo de este trabajo denominaremos como Efecto Incumbencia. La identificación de esta ventaja electoral ha constituido un nuevo cuestionamiento a las conclusiones de la teorı́a presentada más arriba. El interés siguiente se ha situado en estudiar las implicancias del partidismo polı́tico a nivel local (municipal y ciudades), puesto que aquı́ los sistemas eleccionarios serı́an más homogéneos a través de paı́ses, además de que la distribución de preferencias y caracterı́sticas de los ciudadanos (electores) deberı́an ser más comparables. La evidencia se ha concentrado en el estudio de distintos resultados para EE.UU. y algunos paı́ses de Europa pero, como se verá, es muy difı́cil aún extraer conclusiones aplicables de modo general. En este contexto, el objetivo de esta investigación es, a partir de la estimación del mencionado efecto incumbencia a nivel local en Chile, explorar distintas causas que lo expliquen, y que estén relacionadas con el efecto del partidismo polı́tico sobre resultados comunales y la aplicabilidad de la convergencia de polı́ticas a nivel municipal, para las elecciones del 2008. Por medio del uso de la estrategia RD, en efecto, se encuentra, para aquellas municipalidades cuya elección se decidió por pocos votos, que la Concertación tiene entre un 37 y un 42,6 % más de probabilidad de ganar, y obtiene entre un 13,5 y un 14,3 % más de votos en una comuna sólo por el hecho de ser la coalición incumbente. La primera hipótesis que se plantea es que tal vez la Concertación en ese tipo de comunas presenta alcaldes con mejores capacidades que la Alianza. Con este fin, se analiza si una municipalidad en manos de cada una de las coaliciones presenta resultados estadı́sticamente distintos en cuanto a empleo, seguridad, educación municipal y aguinaldos a empleados (variables que en mayor o menor medida dependen de la gestión del alcalde), para el periodo 2004-2008. Si bien algunas de estas variables son sólo proxys de gestión, y quedan fuera otros ámbitos que serı́an de interés, las estimaciones arrojan una completa convergencia de resultados. En un segundo paso, se muestra evidencia de una significativa diferencia en el reparto de fondos por parte del Gobierno Central a las municipalidades en manos de su misma coalición y que se ganaron por escaso margen de victoria. En efecto, para el mismo periodo, estas comunas de la Concertación recibieron el doble de fondos fiscales que las de la Alianza en programas de mejoramiento urbano y de servicios sanitarios, 3 proporción que se hace aún más considerable en años electorales. Estas variables representan sólo un tipo de transferencias del Gobierno, pero tienen la ventaja de ser discrecionales y de tener impacto directo y de corto plazo en la vida de los vecinos. Sin dejar de reconocer los múltiples determinantes que pueden haber detrás de la ventaja electoral encontrada, se plantea el apoyo del Gobierno como uno de indesmentible relevancia. El trabajo se estructura de la siguiente manera. En la próxima sección, en una primera parte se motiva la teorı́a que puede estar detrás de estos resultados, por medio de citar distintos modelos que puedan explicarlos, y luego se revisa la literatura empı́rica pertinente, tanto nacional como internacional. La sección 3 describe los datos y fuentes utilizadas, y la sección 4 muestra los resultados y su discusión. Por último, la sección 5 concluye. 2. Marco de Referencia 2.1. Teorı́a Es importante mencionar previamente que en el caso general donde hay un espacio de polı́ticas multidimensional, el teorema del votante mediano puede no cumplirse. Luego, en un contexto donde estamos analizando un espectro de varias modalidades de transferencias y de variables de gestión de los alcaldes, podemos tener divergencia de polı́ticas y encontrar una primera explicación a nuestros resultados. Sin embargo, si tomamos cada polı́tica individualmente, existen una serie de mecanismos teóricos que permiten explicar la relación entre transferencias fiscales y resultados electorales, que es el fondo de la hipótesis central de este trabajo. En esta subsección se proponen tres modelos, cada uno de los cuales pone el acento en un aspecto distinto del entorno electoral, y que funcionan como marco teórico para el desarrollo empı́rico de esta tesis. El objetivo en lo que sigue es sólo ilustrativo, ya que la metodologı́a empleada no nos permitirá averiguar exactamente cuál de las siguientes teorı́as está detrás de los resultados obtenidos. Acemoglu (2009, Cap. 4) hace un extenso desarrollo de modelos estáticos de votación. La hipótesis de esta tesis calza dentro de lo que este autor plantea como un juego en el cual dos coaliciones ofrecen al mismo tiempo sus polı́ticas, con el fin de maximizar su utilidad esperada de llegar al poder. Si el votante mediano sólo toma en cuenta la utilidad directa que le reportan estas polı́ticas, entonces el equilibrio de Nash de este juego simultáneo será que ambas coaliciones ofrecen exac4 tamente lo mismo, es decir, tenemos convergencia completa en polı́ticas, ya sea en aquella más preferida por el votante mediano, o en aquella preferida por la coalición que esté más cerca de este ciudadano1 . Ahora bien, desde el momento en que el votante mediano introduce nuevos factores a su decisión de por quién votar, este equilibrio puede romperse. Se asume una nueva función de utilidad para los votantes, donde además de la utilidad directa que le proporcionan las polı́ticas ofrecidas, se incluye aditivamente un nuevo elemento cuya realización es desconocida para los partidos. Por lo general se menciona el sesgo ideológico como el más común determinante de la decisión de voto. Ası́, si a los electores no sólo les interesa el actuar del candidato, sino que también les importa la ideologı́a de quien gobierna, entonces en grupos muy ideologizados podemos encontrar divergencia, y distintas probabilidades de ganar para las coaliciones2 . En este marco, las transferencias fiscales a proyectos de infraestructura para las comunas puede ser visto como un nuevo elemento que entra dentro de la decisión de voto del votante mediano. Si suponemos que los ciudadanos pueden conocer quién financió cada bien público, entonces además de la utilidad directa de lo ofrecido por cada candidato, valorarán también el que un alcalde sea afı́n a la coalición de Gobierno. Mientras las coaliciones no conozcan la realización de esta valoración, este nuevo elemento introducirá ruido y podrı́a causar divergencia entre ambas. La Concertación podrı́a diferenciarse por medio de ofrecer implı́citamente su mayor cercanı́a con el Gobierno Central. Alesina (1988) plantea un marco teórico enfatizando nuevos elementos. Su modelo se funda en las nociones de credibilidad de las promesas electorales y la racionalidad de los votantes, que conducen a inconsistencias dinámicas de las coaliciones cuando enfrentan una elección. El desarrollo del modelo es el siguiente: durante las elecciones, los partidos tienen el incentivo a anunciar y ofrecer polı́ticas 1 Cuando las polı́ticas preferidas de cada coalición están en “lados opuestos” respecto a la del votante mediano, siempre tendremos convergencia de polı́ticas en aquella más deseada por este votante, independiente de si existen o no rentas por estar en el poder, puesto que siempre es preferible tener 50 % de posibilidades de ganar que no tener ninguna. Cuando están “del mismo lado” respecto al votante mediano, entonces las polı́ticas de ambas coaliciones coincidirán en aquella del votante mediano si es que existen rentas de llegar al poder; la intuición de este resultado es que sólo con esas rentas los partidos se compensan por desviarse de sus polı́ticas preferidas y ofrecer la preferida del votante mediano. En caso de no haber rentas, los partidos convergen a aquella polı́tica preferida por el que está más cercano al votante mediano. 2 El supuesto fundamental que está detrás de estas conclusiones radica en la forma de la utilidad esperada que maximizan los partidos. En el primer caso, cuando el votante mediano sólo se fija en su utilidad directa, la probabilidad de llegar al poder es discontinua (0 ó 1), entonces lo mejor es ofrecer lo mismo y ası́ tener 50 % de probabilidades de ganar. Cuando se introduce sesgo ideológico, que no es conocido por los partidos, tenemos un escenario de voto probabilı́stico donde se introduce ruido en la decisión, y ahora la probabilidad se suaviza, y sı́ es diferenciable. Cada partido maximizará su utilidad y ofrecerá algo más cercano a su propia preferencia. 5 convergentes, que coincidan con las del votante mediano, pues con esto aumentan su probabilidad de ganar (similar al modelo anterior). Pero una vez electa, la coalición ganadora no necesariamente puede estar comprometida con lo que ofreció. Una vez en el poder el ganador tiene todos los incentivos a aplicar su polı́tica preferida, y no la que prometió en la campaña. Si los votantes son racionales, estarán prevenidos de este incentivo perverso. Luego, en este juego el único equilibrio posible es uno en que la convergencia es imposible, ambas coaliciones se desempeñan de acuerdo a lo que cada una prefiere, y los votantes racionalmente esperan esto3 . Bajo este modelo, la hipótesis planteada en nuestro trabajo puede analizarse de una manera distinta. Los candidatos a alcalde de la Concertación y de la Alianza compiten en una elección, y durante la campaña ofrecen sus polı́ticas. Lo más probable es que ambas coaliciones coincidan en aquellas obras de infraestructura que es necesario llevar a cabo o remodelar en la comuna, pues suponemos que ambas conocen las necesidades de sus electores. Si los votantes son racionales, saben que si bien ambos candidatos les ofrecen los mismos bienes públicos, uno de ellos tiene más facilidad de obtener financiamiento de parte del Gobierno Central. Por mucho que la Alianza prometa lo mismo que la Concertación, una vez en el poder la probabilidad de que esa obra se lleve a cabo es mayor si es que esta última es la que gana. Luego, en un juego de una elección la convergencia no es posible, y habrán distintas probabilidades de ganar. Por último, un tercer mecanismo teórico capaz de explicar la hipótesis de nuestro trabajo es aquel que se centra en los problemas de carácter informacional. Rogoff (1990) desarrolla esta idea mediante un modelo donde los individuos no son capaces de identificar ex-ante el tipo de individuo que es la autoridad, pero pueden luego determinarlo a través de la actuación de la misma. En un contexto dinámico, el manejo presupuestario puede surgir con el fin de señalizar la capacidad de gestión del incumbente, que no es conocida de manera completa por los electores debido a asimetrı́as de información. Quien se presenta a la reelección tiene el incentivo de usar la polı́tica fiscal hacia usos que demuestren su competencia en la administración de los bienes públicos4 . Para los objetivos de esta tesis, este modelo se puede aplicar al esfuerzo de la Concertación por demostrar que sus alcaldes son más capaces que los de la Alianza. Si es que efectivamente hubieran 3 La convergencia de polı́ticas sólo aparecerı́a como un caso extremo donde las coaliciones son completamente indiferentes a la cualidad de las polı́ticas derivadas de la elección. 4 En equilibrio, sin embargo, los votantes pueden deducir la capacidad del incumbente por medio del grado en que distorsiona los impuestos y los gastos. 6 problemas de información, y al momento de la elección los votantes no conocen si el incumbente es mejor opción que el que le compite, entonces la Concertación puede usar recursos del Gobierno Central y destinarlos a proyectos de infraestructura con el fin de convencer a los ciudadanos de la buena gestión de su candidato que va a la reelección. Esto nos permitirı́a explicar las altas tasas de reelección y la considerable ventaja electoral encontrada para esta coalición. Una teorı́a alternativa y parecida a esta última es la de reciprocidad de los votantes, que menciona González (2010) en el contexto de la influencia de la reforma agraria sobre la votación del partido gobernante. De acuerdo a esta teorı́a, no es necesario afectar ninguna variable (ni pasada, presente o futura) y la Concertación recibe más votos en aquellas comunas con más infraestructura y bienes públicos. Los votantes evaluan al incumbente en base a esto puesto que puede ser una señalización de mayor preocupación por los ciudadanos. Pero con el desarrollo empı́rico subsiguiente se podrá ver que este mecanismo puede ser descartado en parte. 2.2. Revisión de la Literatura El debate empı́rico en torno al nivel hasta el que son aplicables las conclusiones de convergencia de polı́ticas y convergencia en probabilidades de ganar es, como ya se mencionó, relativamente reciente. Lee (2001, 2008) es el primero en estimar el efecto incumbencia, y dedica su trabajo exclusivamente a su identificación. Encuentra que el partido Demócrata tiene 38,5 % más de probabilidades de ganar un cupo en la Cámara de Representantes en aquellos distritos en el que es incumbente. Si bien es la primera noción que tenemos de este efecto, el trabajo no provee ninguna explicación a la existencia de esta ventaja electoral, ni teórica ni empı́rica. Uno de los pocos trabajos que ha explorado alguna explicación para la ventaja electoral es Ferraz y Finnan (2008). Estudian los problemas de información como un posible canal que explique un efecto incumbencia, aunque no hagan referencia a él de manera explı́cita. Hacen uso de un programa de auditorı́as aleatorias sobre gobiernos locales en Brasil como variación exógena que afecta la probabilidad de reelección. Encuentran que en aquellas localidades donde se encontró mayor nivel de corrupción, y a la vez habı́a mayor cantidad de lı́neas de radio (que pudieran hacer públicos los resultados de la auditorı́a), la probabilidad de reelección cayó en un no despreciable monto de 32 %. Aparte de este, prácticamente todos los trabajos que buscan una ventaja electoral, la encuentran, ya sea que analicen a nivel parlamentario o municipal, pero lo mencionan dentro de un conjunto 7 más amplio de variables analizadas, siempre con el objetivo de ver hasta qué punto es aplicable la convergencia de polı́ticas (y la consiguiente igualdad de probabilidades de ganar). El problema es que muchas veces el link entre todas estas variables analizadas no es muy claro. Uno de los principales inconvenientes de esta literatura es que los trabajos hasta el momento publicados difieren mucho en niveles de gobierno y en variables utilizadas, lo que dificulta en gran medida las comparaciones entre ellos y la generación de conclusiones generales. Además, no es claro hasta qué punto las caracterı́sticas del sistema polı́tico y electoral de cada paı́s afectan la validez externa de estos hallazgos. Ferreira y Gyourko (2009) analizan diferencias de resultados entre ciudades donde el mayor es Demócrata o Republicano. Usando el mismo diseño RD documentan la existencia de una considerable divergencia en probabilidades de ganar, dado incumbencia (los Demócratas, sólo por ser incumbentes, tienen 32,3 % más de probabilidades de salir electo, ya sea el mismo alcalde que se reelige u otro candidato del partido), pero a la vez encuentran una convergencia completa en polı́ticas ofrecidas: ciudades gobernadas por ambos partidos presentan el mismo tamaño de gobierno, gasto público y tasas de criminalidad, entre aquellas donde el partido Demócrata ganó por estrecho margen y aquellas donde perdió por ese margen. Sin embargo, los autores no establecen ninguna relación entre estos dos resultados. Se limitan a presentarlos como dos hechos estilizados de las elecciones locales en EE.UU., pero por momentos no se ve ninguna explicación teórica de por qué los estiman juntos. A la hora de las conclusiones, sólo toman en cuenta la igualdad de resultados comunales, y afirman que la convergencia de polı́ticas es sólo aplicable a nivel de ciudades, y no a niveles más amplios. Pero no hacen ninguna mención a la divergencia en probabilidades de ganar que presentaron al principio. No es posible encontrar gran cantidad de trabajos que presenten estimaciones del efecto incumbencia. Es un hecho que la literatura se ha movido más a investigar las causas de la convergencia de polı́ticas a nivel local que los determinantes de la ventaja electoral debido a incumbencia propiamente tal. El trabajo de Ferreira y Gyourko (2009) es sólo una muestra de ello. En efecto, entre las explicaciones que testean está la competición a la Tiebout, según lo cual no hay diferencias entre alcaldes de ambos partidos puesto que su gestión está restringida por la posibilidad de que los electores se muden a otra ciudad. Efectivamente eso puede explicar que todas las ciudades tengan el mismo ingreso o la misma tasa de criminalidad, pero no se ve cómo eso puede explicar la ventaja 8 electoral del partido Demócrata que ellos mismos encontraron. Marit Rehavi (2011) sigue este mismo camino. Ya que casi ningún trabajo se ha propuesto encontrar causas que expliquen el efecto incumbencia, la principal pregunta que intenta responder en su trabajo va dirigida hacia por qué tenemos que a nivel parlamentario el partido polı́tico de un congresista sı́ afecta el monto de recursos federales recibidos por el estado al que representa (Albouy 2009), y por otro, tenemos que el partido polı́tico no tiene ninguna influencia sobre la gestión de los alcaldes (Ferreira y Gyourko, 2009) ni de los gobernadores (Leigh, 2008). Marit Rehavi afirma que quienes a partir de esto concluyen que el TVM es aplicable sólo a nivel local y no nacional están equivocados, puesto que los trabajos mencionados no son comparables. Cuando un congresista vota, está determinado por los tratos entre partidos, y su voto no necesariamente refleja sus preferencias. Es un escenario esencialmente distinto al que enfrenta la gestión de un alcalde, donde sı́ se reflejan sus preferencias y las de sus electores. Para desarrollar un ámbito comparable, usa las votaciones de las legislaturas estatales, un estamento intermedio entre el parlamento y las alcaldı́as. En este punto estima el efecto incumbencia para las legislaturas, el que resulta ser de un 50 % de ventaja en probabilidad de ganar. Pero nuevamente no se introduce en explicaciones a esta cifra, sino que sólo lo presenta como un hecho estilizado. Si bien existen más trabajos que se introducen en estos temas, ninguno de ellos nos proporciona una estimación explı́cita del efecto incumbencia ni explora en causas que expliquen sus resultados. Leigh (2008) estudia el grado de convergencia en 34 variables de gestión de los gobernadores en EE.UU. En 26 de ellas no encuentra diferencias entre Demócratas y Republicanos, y sus conclusiones van sólo por el lado de reafirmar que éstos se desempeñan de manera muy poco idelogizada. Pettersson-Lidbom (2008), utilizando el diseño RD, sı́ encuentra que la identidad de los partidos influye en la polı́tica fiscal y económica de las municipalidades en Suecia. También usa la proporción de votos como variable de asignación, y sus datos corresponden a un panel de variables para gobiernos locales en ese paı́s. Sus hallazgos son de una magnitud considerable: partidos de izquierda gastan entre 2 y 3 % más y tienen 7 % menos de desempleo que gobiernos de derecha. Lo que se echa en falta es la exploración a alguna causa de sus resultados. Además, el autor reconoce que en Suecia la cantidad de partidos en competencia es mucho mayor que en EE.UU., y lo que él hace es agruparlos en dos grandes grupos, para llegar a un escenario bipartidista. No sabemos hasta 9 qué punto este hecho afecta su validez externa5 . Para el caso de Chile, hasta el momento no conocemos de ningún trabajo que estime el efecto incumbencia ni efectos de identidad polı́tica para ningún nivel de gobierno, ni tampoco que utilice el diseño RD en este ámbito de la literatura. Sı́ es posible encontrar estudios que buscan identificar empı́ricamente distintos resultados de procesos electorales y sus relaciones con factores polı́ticos y económicos en Chile. Sin embargo, son muy pocos los que se acercan al tema que interesa a esta investigación, y que pasamos a revisar a continuación6 . Tal vez lo más cercano a nuestra pregunta de interés es el trabajo de Núñez (2007). Estudia el impacto del gasto municipal sobre la reelección de un alcalde. Sus resultados indicarı́an la existencia de un efecto positivo y significativo sobre el porcentaje de votación que obtiene un alcalde que se presenta a la reelección. Y lo que es más llamativo aún: entre un 3 % y un 10 % de los alcaldes que efectivamente fueron reelectos, no lo habrı́an conseguido de no aumentar el gasto en su municipalidad. Modela la elección en base a una relación principal-agente. El alcalde serı́a el agente, que posee conocimiento perfecto de sus capacidades, y el electorado serı́a el principal, que no tiene información perfecta sobre la calidad del candidato, por lo que usa el gasto total municipal como herramienta de información. Estima en dos etapas, para corregir la selección (sólo un grupo de alcaldes decide repostularse), y los resultados indican que un aumento de $1.000 en gasto por habitante de la comuna, aumenta el porcentaje de votos del alcalde en un 0,28 %. Sin embargo, la metodologı́a empleada difı́cilmente le permite estimar efectos causales, algo que nuestro uso de RD nos deberı́a permitir encontrar. En efecto, estima el efecto del gasto total municipal por habitante mediante MCO en dos etapas. La justificación para esta metodologı́a reside en que un alcalde que prevé una elección reñida va a gastar más en su comuna. Los instrumentos usados son el gasto comunal por habitante de las otras comunas de la misma región, y la diferencia 5 Bertrand y Kramarz (2002) abordan el tema de una manera muy novedosa para el caso de Francia. En 1973 se aprobó en Francia una ley que dividı́a el rubro del retail en zonas, y todas las empresas del rubro que querı́an construir en esa zona debı́an conseguir el permiso del concejo a cargo de la zona. Estos concejos estaban formados por trabajadores, empresarios y polı́ticos. Los autores usan variables instrumentales para ver el efecto de la identidad de los polı́ticos del concejo sobre el número de permisos concedidos. Sus resultados sı́ muestran diferencias: a mayor representación del Partido Socialista en un concejo, aumenta el número de permisos concedidos. También muestran que esto luego redunda en mayor empleo en la zona. Esto se explicarı́a puesto que los partidos de derecha en Francia suelen recibir el apoyo de los trabajadores autoempleados, y no de los dependientes. 6 Entre los que se relacionan más lejanamente, se encuentran Baland y Robinson (2008) y González (2010). Los primeros estudian el efecto de la introducción del voto secreto en 1958 sobre la votación de los partidos de derecha, y el segundo el efecto de la reforma agraria de la década de los ‘60 sobre la votación del partido gobernante. En ambos casos se encuentran efectos causales significativos. 10 entre los ingresos de la comuna y el ingreso por transferencias recibidas. Pero el problema de estos instrumentos es que las otras comunas de la región también pueden haber enfrentado una elección reñida. De hecho, el autor señala la dificultad de encontrar un buen instrumento, y reconoce que la estimación por OLS es sólo una cota inferior para el efecto sobre votaciones. En un nivel menos local que el nuestro, Cerda y Vergara tienen dos trabajos del año 2005 en que analizan directamente cómo distintas variables económicas (subsidios y desempeño macroeconómico) han afectado las elecciones presidenciales en Chile desde 1989. En el primero de ellos (2005a), los autores estudian el efecto de los subsidios gubernamentales (monetarios y no monetarios) sobre la votación del incumbente en las elecciones presidenciales llevadas a cabo entre 1989-2000. Los autores están al tanto también del posible efecto simultáneo que surge debido a que en elecciones más reñidas se espera que el incumbente gaste más. Su variable dependiente es el porcentaje de votos de la Concertación, y la principal variable de interés es la fracción de población en cada comuna que recibe un subsidio (no habı́a información disponible de montos de subsidio para todas las comunas). Controlan por variables económicas y por caracterı́sticas de la comuna. Estiman un panel de datos incluyendo efectos fijos por comuna y tiempo. Al igual que Núñez (2007), su estrategia de identificación es 2SLS. Para elegir el instrumento adecuado, asumen que las reglas especı́ficas de entrega de subsidios no son afectadas directamente por el alcalde, sino que el alcalde afecta el gasto a partir de ellas. Por lo tanto, los dos instrumentos usados son fracción de la población en los dos primeros deciles y el ingreso promedio de la comuna, puesto que serı́an los que determinarı́an la regla de asignación de los subsidios. Sus resultados indicarı́an que por cada voto, el candidato incumbente debió gastar entre US$ 840 y US$ 960 en subsidios. Sin embargo, no se realiza ningún tipo de test de validez de instrumentos ni mucho menos de instrumentos débiles. En el segundo trabajo (2005b), analizan cómo el desempeño macroeconómico ha afectado las mismas elecciones presidenciales del estudio anterior. Su variable dependiente nuevamente es el porcentaje de votos de la Concertación, y usan un panel de datos para 228 municipalidades para las tres elecciones que hubo en el periodo: 1989, 1993 y 1999. Las principales variables explicativas que les importan son la tasa de desempleo y la brecha de producto, y controlan por caracterı́sticas demográficas de las municipalidades y por “otras variables polı́ticas que pueden influir el voto de la gente”. El procedimiento es similar al estudio anterior, sólo que en vez de usar 2SLS directamente, 11 usan el estimador de Hausman y Taylor. Encuentran un efecto negativo y significativo de la tasa de desempleo, si bien la relación no es lineal. Entre 1989 y 2003 el desempleo promedio fue de un 8 %, y en base a los resultados, estiman que un alza de un 1 % reduce el porcentaje de votos del incumbente en un 0,4 %. Respecto a la brecha de producto, un aumento de un 1 % aumenta el porcentaje de votos en un 0,6 %. En 1993 la brecha era de un 4,7 %, mientras que en 1999 era de un -2 %, y esto explica gran parte de la caı́da de votos de la Concertación en 1999 (cerca de 4 puntos porcentuales). La presente investigación, por lo tanto, pretende ser un aporte a la literatura, al ser la primera en estudiar el efecto de los partidos polı́ticos sobre outcomes económicos y el efecto incumbencia para Chile, proponiendo a la vez distintos marcos teóricos desde donde entender las causas de estos fenómenos y pruebas de validez a las estimaciones. 3. Datos 3.1. Resultados Electorales Los datos de resultados electorales fueron obtenidos del Sitio Histórico Electoral del Ministerio del Interior (www.elecciones.gov.cl), donde se encuentran las votaciones para las elecciones presidenciales, parlamentarias y de alcaldes y concejales desde 1992 hasta la fecha, desagregadas por candidatos y pactos, y por región, distrito y comuna. Nuestra muestra sólo contiene las votaciones de alcaldes de los años 2004 y 2008. Un hecho importante no nos permite hacer uso confiable de las elecciones anteriores. Para aquellas elecciones municipales anteriores al 2004, no habı́a una votación separada entre alcaldes y concejales. Todos los candidatos se presentaban a concejales, y la primera mayorı́a se quedaba con el sillón alcaldicio. Siendo esta la situación, las coaliciones polı́ticas presentaban varios candidatos cada una, lo que hace más difı́cil la interpretación dada la metodologı́a empleada. En efecto, no podrı́amos ser capaces de identificar el efecto del partidismo polı́tico, puesto que cada candidato compite contra individuos de su mismo partido. En este escenario, el margen de victoria (que será nuestra variable de asignación) puede no ser representativa de la situación real de la comuna, y puede estar fuertemente “ensuciada” por comportamientos estratégicos. Para ilustrar este punto puede ser útil un ejemplo. Supongamos que en una comuna la Concertación tiene 80 % de apoyo, pero presenta 8 candidatos. Si la Alianza pone todos sus recursos en apoyar un sólo candidato, gana la elección por el doble de votos que 12 Cuadro 1: Tasas de Reelección de Alcaldes (en %) Repostulan Reelegidos 2004 2008 90,3 79,1 59,8 49,5 Fuente: ver texto sus contrincantes (20 % contra el 10 % del resto de los candidatos). En este caso, queda claro que el margen de victoria (10 % a favor de la Alianza) no es representativo de la tendencia electoral de la comuna. Al final, tenemos resultados electorales para las 345 comunas dentro del paı́s. El Cuadro 1 presenta un resumen con las tasas de repostulación y reelección de alcaldes tomados individualmente. Si bien este trabajo estima el efecto incumbencia de la Concertación, este Cuadro es sugestivo puesto que nos permite suponer que detrás de estas tasas de reelección individual, debe existir una importante tasa de reelección de las coaliciones, que nos permita estimar una ventaja electoral significativa para la Concertación. Si bien se observa una baja para las últimas elecciones, para el periodo que estudia esta tesis casi la mitad de los alcaldes que se repostularon lograron reelegirse (año 2008). Estas cifras son aún más considerables para la elección anterior, donde más del 90 % decidió repostularse y casi el 80 % logró su objetivo. Detrás de la caı́da observada puede estar el hecho de la progresiva pérdida de popularidad de la Concertación que comenzó en esos años, y que pudo desincentivar la repostulación de varios alcaldes7 . Aún ası́, la permanencia promedio de un alcalde en su cargo es de 7,8 años (tomando datos desde 1992), lo que representa casi dos periodos (una reelección). 3.2. Outcomes locales En la búsqueda de posibles mecanismos que expliquen el efecto incumbencia, la primera hipótesis que se plantea es que tal vez los alcaldes de la Concertación se desempeñan significativamente mejor 7 De hecho, al año siguiente perdieron por primera vez la elección presidencial. Para que esta explicación fuera plausible deberı́a ser cierto que la mayorı́a de los alcaldes elegidos el 2004 era de la Concertación, para que ası́ la pérdida de popularidad de esta coalición fuera relevante en explicar las cifras. Esto se confirma ya que en 2004 los alcaldes concertacionistas eran 203 contra 104 de la Alianza. 13 que los de la Alianza. Esta hipótesis está ı́ntimamente relacionada con el análisis de si la identidad polı́tica del alcalde juega algún rol en los resultados que muestran las comunas y la convergencia de polı́ticas ofrecidas. Luego, debemos escoger variables que estén directamente relacionadas con outcomes que afecten a los ciudadanos, y que a la vez estén sujetas a la discrecionalidad directa del alcalde. Se eligieron variables que sean representativas de cuatro ámbitos de la gestión comunal: empleo, seguridad, educación y aguinaldos pagados al personal de la municipaldad. La definición de las variables y sus fuentes se describen a continuación. El Sistema Nacional de Información Municipal (SINIM) es una fuente de información dependiente del Ministerio del Interior que contiene series de datos a nivel comunal para cada año entre 2001 y 2011, para una extensa lista de variables que incluye ingresos y gastos de la municipalidad, recursos humanos, gestión de la educación, salud, datos demográficos, de vivienda, etc. De aquı́ se obtuvieron los datos para dos de nuestros outcomes de interés: proporción de personas enviadas a un empleo, dentro de aquellas inscritas en la municipalidad para encontrar uno; y aguinaldos pagados al personal de la municipalidad, expresados en términos reales (pesos chilenos a 2011). Cada municipalidad desarrolla programas de empleos, donde los habitantes pueden inscribirse y luego se les encuentra y son enviados a un empleo. Dependerá de la gestión de la municipalidad cuántas de estas personas son colocadas en un trabajo. Si bien puede ocurrir que sean enviadas a empleos especialmente creados por el alcalde, nuestros datos se refieren a personas enviadas a trabajos fuera del ámbito de la municipalidad. En cuanto a los aguinaldos, si bien es cierto que muchos aspectos del manejo del personal de la municipalidad están regulados por ley (número de empleados de planta, lı́mites de remuneraciones, y hasta la misma obligación de pagar aguinaldos), el monto de éstos últimos queda sujeto a la discrecionalidad del alcalde. El tercer outcome de interés se refiere a la gestión del alcalde sobre la educación pública, que es la que depende de la municipalidad. Para esto se usa el promedio de puntajes SIMCE para Lenguaje y Matemáticas de este tipo de colegios en cada comuna, durante los años entre 2004 y 2008. Los datos fueron obtenidos de www.simce.cl. La discrecionalidad del alcalde en este ámbito se justifica porque en general las municipalidades transfieren recursos propios a los colegios municipales, además de la subvención que les llega desde el Ministerio de Educación, y los destinan a propósitos concretos de mejoramiento de la gestión de las escuelas. Tanto estos fondos como la gestión misma del alcalde y sus equipos pueden producir cambios significativos en la educación municipal. Desde la reforma de 14 principios de los ’80 que las municipalidades son las encargadas de gestionar las escuelas públicas. También se estudia si es que alcaldes de la Concertación y de la Alianza tienen desempeño distinto en cuanto a seguridad ciudadana. La variable que se estudiará será el número de denuncias de delitos con violencia o intimidación por cada diez mil habitantes, para cada comuna8 . Los datos fueron obtenidos de www.seguridadpublica.gov.cl. Pueden plantearse algunas dudas respecto a cuánta influencia directa puede tener la municipalidad sobre las tasas de criminalidad, puesto que es más común pensar que éstas dependan de la gestión de Carabineros o incluso del gobierno central. Pero sabemos que mediante el programa “Comuna Segura”, por ejemplo, el Ministerio del Interior transfiere anualmente recursos a las municipalidades para que inviertan en seguridad. Dependerá luego del alcalde usar estos recursos en alumbrado público o prevención de drogas, por ejemplo. También se sabe de comunas que tienen planes de contratación de guardias municipales, cuya función es la de prevenir asaltos a casas y locales comerciales. Todos estos son ejemplos que pretenden ilustrar de qué manera un alcalde puede influir directamente en la seguridad de los habitantes de la comuna, y justificar la inclusión de esta variable. No es el propósito de esta tesis cuantificar cuánto se debe al alcalde y cuánto a Carabineros, sino que solamente ver si existen diferencias debidas a la identidad polı́tica del jefe comunal. El Cuadro 2 presenta un cuadro descriptivo que muestra la diferencia de promedios para cada variable entre aquellas comunas en manos de la Concertación y de la Alianza e Independientes (desviación estándar entre paréntesis). Los datos corresponden al periodo bajo estudio (2004-2008). Mediante la estrategia RD, debiéramos ser capaces de identificar el efecto causal de la identidad de la coalición sobre estas diferencias. Este análisis intenta abarcar el mayor número de ámbitos de la gestión municipal, sujeto a la disponibilidad de datos y al requisito de que sean variables que dependan de la gestión del alcalde. Si bien todos los indicadores recién presentados son relevantes para los alcaldes y los habitantes, hay algunos que quedan fuera y que serı́an de interés para el análisis. Ambas restricciones mencionadas tuvieron mucha influencia en esto. Serı́a interesante tener datos que se refieran a la salud pública dentro de la comuna, alcance y calidad de vivienda, ası́ como aspectos culturales y recreacionales (áreas verdes, etc.). Además, algunas de las variables presentadas son sólo proxys de la adecuada 8 Si bien es posible separar conceptualmente denuncias y victimización, y un buen alcalde puede subir la primera y bajar la segunda, sólo se dispone de datos sobre denuncias, por lo que asumiremos que éstas son buenas proxys y siguen uno a uno a las victimizaciones. 15 Cuadro 2: Estadı́sticas descriptivas Empleo Crimen Simce Leng. Simce Mat. Aguinaldos Concertación Alianza e Indptes 0,5322 (0,438) 133,83 (188,35) 250 (10,26) 238,09 (11,74) 7343,17 (9485,7) 0,5613 (0,601) 149,77 (248,21) 252,05 (12,4) 240,53 (16,28) 8742,19 (15223,2) Fuente: Ver texto gestión del alcalde. Por ejemplo, podrı́amos tener una mejor aproximación al manejo presupuestario de la comuna, puesto que los ingresos y gastos son muy variados, e influyen de manera distinta en la existencia de superavits o déficits. Aunque las variables presentadas no son pocas9 , no cabe duda de que todos estos otros indicadores podrı́an enriquecer el análisis. 3.3. Transferencias del Gobierno Central La segunda hipótesis corresponde a testear la posible “intervención” del Gobierno en aquellas municipalidades donde su coalición es incumbente. Se postula que un determinante importante de la reelección de un alcalde puede ser el hecho de aparecer inaugurando obras o consiguiendo recursos para remodelaciones y mejoramiento de la comuna gracias a su cercanı́a con el Gobierno, y que los electores se dan cuenta de que esta es la razón. El Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) es la principal variable bajo la discreción del Gobierno Central para enviar recursos fiscales a las comunas. Los proyectos financiados son presentados principalmente por los municipios, luego se someten a evaluación técnica y económica a cargo de organismos pertinentes (MIDEPLAN y SERPLAC), y luego son votados por el Consejo Regional. Una vez aprobado, los recursos son asignados bajo la coordinación de la Subsecretarı́a de Desarrollo Regional (SUBDERE) y de la Dirección de Presupuestos (DIPRES). 9 En efecto, Ferreira y Gyourko (2009) sólo analizan tres ámbitos. Petterson-Lidbom (2008) y Leigh (2008) poseen un número mucho mayor de variables, pero no todas ellas dependen de la gestión directa del alcalde. 16 Los datos con los que se cuenta son el monto del FNDR destinado a proyectos de los sectores Educación y Salud para cada comuna, para los años 2004 a 2008. En ese periodo, el monto promedio asignado por comuna fue de más de $240.000.000 en educación y $94.000.000 aprox. en salud. Existen además otros dos caminos de asignación de recursos fiscales a las comunas, con grado de discrecionalidad del Gobierno Central, cuyo funcionamiento es similar al ya descrito para el FNDR. Se trata del Programa de Mejoramiento de Barrios (PMB) y el Programa de Mejoramiento Urbano y Equipación Comunal (PMU). El PMB es un programa social creado en 1998, administrado por la SUBDERE, que reparte recursos para la solución sanitaria de la población y la reducción del déficit de cobertura de abastecimiento de agua y disposición segura de aguas servidas. Entre los años 2004 y 2008 se repartió un promedio de más de M$21.400.000 entre todas las municipalidades. El PMU se creó en 1993 con el fin de colaborar en la generación de empleo y en la mejora de la calidad de vida de las comunas. Su objetivo es implementar proyectos de inversión destinados a dotar de infraestructura menor y equipamiento comunitario a las municipalidades del paı́s, y cuya necesidad no está cubierta por otras vı́as de financiamiento por parte del Estado. En los últimos cinco años se han repartido un total de $420 mil millones entre las 345 comunas del paı́s, destinados a la construcción de plazas, multicanchas, veredas, pavimentaciones menores, paraderos de locomoción colectiva y reparación de edificios municipales, entre otros10 . Es claro que estos programas no son los únicos a través de los cuales el Gobierno Central envı́a recursos a las municipalidades. Los distintos ministerios tienen varios mecanismos por los cuales se pueden transferir fondos a las comunas, y que no quedan capturadas por las variables recién presentadas. Existen por ejemplo la construcción de jardines infantiles a partir de 2006, los programas recreativos del SERNAM, la construcción de hospitales públicos, y la construcción y remodelación de estadios, por mencionar sólo algunos. Aunque varias obras de este tipo pueden ser capturadas por las medidas de FNDR (de ahı́ su inclusión), un primer comentario que debe hacerse es que cualquiera de estos otros programas mencionados, para ser relevante en este trabajo, debe cumplir 10 En un dı́ptico entregado por la SUBDERE y publicado en su página web, en mayo de 2011, se describen los dos subprogramas que comprenden el PMU, que son: “1. Tradicional: el 75 % del presupuesto inicial es asignado a cada región por la SUBDERE en proporción al número de desempleados y a las comunas que componen la región. Los Gobiernos Regionales definen e informan a la SUBDERE y las comunas beneficiadas respecto del marco presupuestario asignado mediante certificado del Consejo Regional. Solamente las comunas beneficiadas pueden postular proyectos a este subprograma. 2. Emergencia: el 25 % del presupuesto inicial lo asigna el Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo a petición de los Intendentes. A través de los alcaldes, los municipios podrán elaborar y presentar uno o más proyectos que cumplan con las condiciones establecidas en el marco regulatorio del Programa (Decreto N°946)”. 17 con la restricción de caer bajo la discreción del Gobierno, y no estar regulado externamente (por ley, decreto, etc.). Segundo, el análisis se podrı́a enriquecer si se incluyeran más de este tipo de programas, pero el alcance y la escala de muchos de éstos no permiten aplicar estimaciones econométricas robustas, como en el caso de hospitales o estadios, pero sı́ pueden servir con fines ilustrativos, como se hace en el siguiente apartado11 . En varias de estas obras de gran envergadura pueden pasar varios años entre el anuncio y su inauguración, y no sabemos en qué medida influye cada una de estas etapas. Consideramos que las obras de infraestructura vecinal son de alto impacto para los habitantes de una comuna, y pueden tener influencia directa y de corto plazo en el resultado de una elección. Por lo tanto, tanto el PMU como el PMB deberı́an ser buenas proxys de la preferencia del Estado por apoyar electoralmente a determinadas comunas con proyectos de alta visibilidad para los vecinos. Estadios Bicentenario Como apoyo preliminar a esta hipótesis, se presenta a continuación la asignación de aquellas comunas beneficiadas con la remodelación de sus Estadios de fútbol, llevada a cabo a partir del 2007. Ese año, el Gobierno anunció la construcción de la Red de Estadios Bicentenario, con el objetivo más amplio de fomentar el desarrollo del deporte, y el objetivo más concreto de llevar cabo en Chile el Mundial Femenino Sub-20 de 2008, y preparar a Chile como un candidato competitivo para ser la sede de la Copa América 2015. Se formó una Comisión que debı́a elaborar una propuesta de implementación, lo que incluı́a la elección de las cuatro comunas que saldrı́an beneficiadas. Cuatro años después, y con un cambio de la coalición gobernante en marzo de 2010, en 2011 se anunció el Plan Chilestadios, que en uno de sus programas contempla la remodelación de 7 estadios regionales, dejando dos más para una segunda etapa. Nuevamente la elección de las comunas beneficiadas quedó en manos exclusivas del Gobierno. Si postulamos que el Gobierno tiende a apoyar a comunas en manos de su coalición, este resulta ser un buen ejercicio, puesto que ambos programas coincidentemente se anunciaron en el año previo a las elecciones municipales12 . El Cuadro 3 muestra 11 Respecto a los hospitales públicos, en la edición impresa de El Mercurio, del 20 de diciembre de 2012, en la página C14, se lee: “Tres comunas compiten por albergar nuevo hospital del norte de Santiago. Las municipalidades de Renca, Colina y Lampa ya presentaron al Ministerio de Salud los paños disponibles en sus terrenos para construir el recinto asistencial que apoyará al Hospital San José”. Coincidentemente, estas tres comunas tienen alcaldes de la misma coalición del Gobierno (Alianza). 12 En diciembre de 2008, recién ocurrida la elección municipal bajo estudio (octubre de ese año), se anunció una segunda fase de remodelación de estadios con miras al Bicentenario. De 10 comunas elegidas, 3 de ellas tenı́an un alcalde de la Concertación. De las otras 7, tres correspondı́an a comunas donde la Concertación acababa de perder a su alcalde. Pero, con todo, por la fecha del anuncio y su implementación, no debiera revestir mayor relevancia para 18 Cuadro 3: Asignación de Estadios nuevos Comuna Red de Estadios Bicentenario 2007-2008 Coalición Coquimbo La Florida Chillán Temuco Concertación Alianza Concertación Concertación Plan Chilestadios 2011-2012 Comuna Coalición Antofagasta Calama La Serena Viña del Mar Valparaı́so Rancagua Concepción Independiente Independiente Concertación Alianza Alianza Alianza Alianza Fuente: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile la asignación. Cuando la Concertación estuvo en el gobierno, sólo uno de los estadios de la Red Bicentenario fue para una comuna en manos de la Alianza, y es interesante notar que esta comuna de La Florida es una que siempre se decide por estrecho margen. El 2004 habı́a ganado el candidato a alcalde de la Alianza por un 1,35 % de diferencia en los votos, y de hecho en la elección siguiente, en octubre de 2008, ganó el candidato de la Concertación. En marzo de 2010 la Alianza asumió en el Gobierno Central, y sólo una de las remodelaciones del Plan Chilestadios fue para una comuna en manos de la Concertación. Más de la mitad se asignaron a municipalidades con alcalde de la Alianza13 . Si bien es sólo evidencia preliminar, resulta ser bastante sugerente para la idea que se postula en este trabajo. 4. Análisis Empı́rico 4.1. Estrategia RD El problema fundamental de la identificación insesgada de un efecto de partidos polı́ticos sobre outcomes comunales surge debido a que es probable que el hecho de que una municipalidad esté o no gobernada por la Concertación esté determinado por tratos o caracterı́sticas inobservables para el los efectos de esta tesis. 13 Los dos estadios que quedaron para una segunda etapa (hacia 2013) fueron Puerto Montt (Concertación) y Curicó (Alianza), pero que ya habı́an sido seleccionados por el Gobierno anterior en diciembre de 2008. 19 investigador. Para superar este problema de endogeneidad, comparamos aquellas comunas donde la Concertación apenas ganó, con aquellas donde apenas perdió (y ganó la Alianza o un Independiente). Lee (2001, 2008) demuestra que esta estrategia provee una variación cuasi-aleatoria en el partido ganador, puesto que en elecciones decididas por estrecho margen el partido triunfador es como si se decidiera por pura suerte, mientras haya algún componente impredecible en la decisión del último voto. Es importante remarcar que el efecto causal que se pueda identificar es de carácter muy local. Las conclusiones son sólo aplicables a aquellas comunas alrededor de la discontinuidad, es decir, aquellas donde la elección de decidió por estrecho margen. Como ejemplo ilustrador, podemos citar el caso de Timaukel (XII región), que en la elección del 2008 los dos candidatos a alcalde obtuvieron exactamente la misma votación: 197 votos. Unos dı́as después, y luego de que el reconteo de votos confirmara el resultado, el TRICEL decidió al ganador por medio de lanzar una moneda al aire, que resultó ser el candidato de la Concertación. Este resulta ser un ejemplo extremo de variación aleatoria en la coalición gobernante: podemos inferir que ambos candidatos habrán hecho su campaña, proponı́an polı́ticas y tenı́an caracterı́sticas personales determinadas. Además, como la elección fue cerrada, podemos suponer que el electorado era bastante homogéneo ideológicamente y en sus demandas y preferencias. Al final, ninguno de estos no observables afectó la elección. El único determinante de ésta fue el azar. Este ejemplo ilustra la esencia de nuestra metodologı́a: tomando comunas con estrecho margen de victoria, podremos obtener una estimación insesgada del efecto partido e incumbencia, puesto que se supone que tanto las preferencias ideológicas de los electores como todos aquellos otros determinantes que podrı́an ensuciar nuestra estimación se aleatorizan entre ambos candidatos14 . Para cada outcome (Yi ) bajo estudio, queremos estimar la siguiente relación: Yi = f (Zi ) + i , donde Zi es la variable de asignación (que en nuestro caso corresponde al margen de victoria). Notar 14 No obstante el atractivo del método de usar margen de victoria como variable de asignación y comparar comunas con elecciones cerradas, debido a su sencillez y las relativamente accesibles condiciones bajo las cuales resulta válido, han surgido algunas crı́ticas al uso de esta metodologı́a. Caughey y Sekhon (2011) alegan que elecciones decididas por estrecho margen no son como cualquier otra elección, y que en el fondo los outcomes no se asignan aleatoriamente entre elecciones cerradas. Ponen en duda el que alrededor del corte se produzca una aleatorización, puesto que los actores polı́ticos tienen incentivos a poner más recursos donde el voto marginal es más valioso. Por lo tanto, dicen, aquellos incumbentes que prevén que ganarán por estrecho margen reciben mayor financiamiento desde su partido, por ejemplo. Sus conclusiones están lejos de intentar negar la existencia de un efecto incumbencia o sepultar cualquier uso de la metodologı́a desarrollada por Lee (2008), pero sı́ quieren remarcar la idea de que el uso de elecciones decididas por estrecho margen debe ser cuidadosamente justificado, mostrando la evidencia pertinente de que variables explicativas alternativas no son manipulables en el corte. En ciencia polı́tica, las elecciones cerradas no son aleatorias “por naturaleza”, y el efecto incumbencia y distintos efectos debidos a la identidad polı́tica deben ser identificados sin la presencia de sesgos. 20 que la asignación de la coalición ganadora cambia discontinuamente con el 50 % de los votos, lo que permite el uso del diseño RD. La estimación de f (Zi ) se presentará mediante métodos paramétricos y semi-paramétricos. Para la estimación paramétrica, cuyo uso es el más extendido actualmente, se usa la siguiente función polinómica de quinto grado15 : Sc = β0 +Dc π1 +M Vc β1 +M Vc2 β2 +M Vc3 β3 +...+Dc M Vc β4 +Dc M Vc2 β5 +Dc M Vc3 β6 +...+ηc (1) donde Sc es la variable de resultado en la comuna c, Dc corresponde a una dummy que toma el valor de uno si la Concertación ganó el 2004 (es incumbente en el periodo 2004-2008) en esa comuna, y M Vc es el margen de victoria en la comuna c, definido como la diferencia entre el porcenaje de votos del ganador y el porcentaje de votos del candidato que quedó en el segundo lugar16 . El efecto de partido polı́tico, π1 , se estima controlando por margen de victoria en forma de polinomio de quinto grado, además de interacciones con la variable binaria. Para la estimación semi-paramétrica se utilizará una local linear regression, que vendrı́a a ser una combinación de estimación por polinomio y por kernel17 . La ventaja de este método respecto al anterior es que posee menor sesgo y menor ECM. 4.2. Efecto Incumbencia El Cuadro 4 muestra los resultados de la estimación de este efecto para la Concertación. Se presenta desde dos medidas distintas: ventaja en probabilidad de triunfo, y ventaja en proporción de votos. Las primeras tres columnas muestran la estimación para la primera de ellas, mediante una regresión OLS de la respectiva variable dependiente con una dummy que toma el valor de 1 si la Concertación era incumbente, el polinomio de la ecuación (1), y la local linear regression (LLR), 15 De acuerdo a Ferreira y Gyourko (2009), el debate sobre el grado apropiado del polinomio aún está abierto en la literatura sobre RD. Sin embargo, señalan que de acuerdo a Porter (2003) los polinomios de grado impar tienen mejores propiedades econométricas. 16 En los casos en que habı́a candidatos independientes, el margen de victoria se calculó tomando a éstos como una coalición distinta. Por ejemplo, si el candidato de la Concertación salı́a tercero, el margen de victoria corresponde a la diferencia entre el de la Alianza y el candidato independiente (que eran los dos primeros). 17 En vez de computar la media de Sc alrededor del punto de corte, se estima el coeficiente de una regresión alrededor de ese punto y se repite el ejercicio para todos los puntos. Formalmente, el estimador de f (Zi ) es: P i (x − xi )κ( x−x )yi k ĝ(x) = P x−x i 2 (x − xi ) κ( k ) Se debe escoger un tipo de kernel (κ) y un ancho de banda (k). En este caso, se utiliza un kernel triangular y el bandwith óptimo de Imbens y Kalyanaraman (2009). 21 respectivamente. El primer hecho que se hace notar es la caı́da en magnitud respecto a OLS cuando se estima mediante los otros dos métodos. Dado que la especificación polinómica y la LLR corrigirı́an la endogeneidad, esta diferencia nos dice que todas aquellas variables omitidas de la regresión OLS de la primera columna están correlacionadas positivamente con la probabilidad de ganar: el esfuerzo y despligue de las coaliciones, caracterı́sticas de los candidatos, etc. En cuanto a las columnas (2) y (3), la estimación de menor sesgo debiera ser esta última. Que el polinomio nos reporte un grado de significancia resulta ser una prueba de robustez18 . Un alcalde de la Concertación que va a la reelección tiene 42,6 % más de probabilidad de ganar por el sólo hecho de ser el incumbente en esa comuna. La magnitud de este efecto está ligeramente por sobre lo encontrado por Lee (2001, 2008), de 38,5 %, y por debajo de lo estimado por Lee, Moretti y Butler (2004), de 47,6 %, ambos respecto a la Casa de Representantes del Congreso de EE.UU. Sin embargo, si comparamos con trabajos que analicen un nivel de gobierno similar, esta ventaja está muy por encima de la que encuentran Ferreira y Gyourko (2009), de 32,3 %, para los mayors en las ciudades de EE.UU. Respecto a la segunda medida, vemos que nuevamente la estimación OLS sobreestima el verdadero efecto, y aquı́ la caı́da en magnitud es aún mayor. Las variables omitidas mencionadas están más fuertemente correlacionadas de manera positiva con el porcentaje de votos. En base a las dos últimas columnas, la Concertación obtiene entre 13,5 % y 14,3 % más de votos sólo por el hecho de ser el incumbente. Aquı́ los grados de significancia son mayores que para la probabilidad de ganar, y hay menor diferencia entre ambas estimaciones. Este resultado representa aproximadamente el doble de lo reportado por Lee (2001, 2008), para el que la ventaja en proporción de votos es de entre 7 % y 8 % para los incumbentes en las elecciones parlamentarias. Volveremos sobre este resultado más adelante, pues es el que nos permite mayor refinamiento en nuestras conclusiones, y mayor comparabilidad con otros trabajos que desarrollan hipótesis parecidas a las nuestras. El resultado del Cuadro 4 puede verse gráficamente en la Figura 1. Cada punto corresponde a la probabilidad de que la Concertación gane y al porcentaje de votos obtenido por su candidato, respectivamente, en la elección en t + 1, dado el margen de victoria obtenido por esa coalición en t 18 Considerando el grado de multicolinealidad que puede tener su estimación. 22 Cuadro 4: Efecto Incumbencia (1) OLS Incumbencia Observaciones 19 . Prob. de Ganar (2) (3) Polinomio LLR 0.517*** (0.0351) 345 0.372** (0.108) 0.426** (0.211) (4) OLS Porc. de votos (5) Polinomio (6) LLR 0.447*** (0.00988) 0.135** (0.0587) 0.143*** (0.0451) 345 345 345 345 345 Errores estándar en paréntesis *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 La curva sólida representa el valor predicho por la estimación del Cuadro 420 . La discontinuidad en el punto cero corresponde a la diferencia de probabilidades de victoria y de porcentaje de votos, y el salto observado grafica la ventaja electoral que tiene la Concertación en aquellas comunas donde es incumbente. 4.3. Variables de Gestión Con el fin de buscar explicaciones a la ventaja electoral encontrada, a continuación se plantea la hipótesis de que ésta se deba a que alcaldes de la Concertación desarrollan una gestión significativamente mejor que los alcaldes de la Alianza. El calificativo “mejor” se entiende bajo la evaluación de las cuatro variables descritas en la sección 4.2. Resulta fundamental reconsiderar que estas variables efectivamente representan ámbitos bajo la discrecionalidad del alcalde, y que diferencias en ellas se deben a distinta capacidad de gestión y desempeño. Se desarrolla una metodologı́a similar a la de la sección anterior. Cada una de las cuatro variables bajo estudio se toman como variables dependientes, y para cada una de ellas se realiza un RD con el margen de victoria del 2004 como variable de asignación. El Cuadro 5 muestra los resultados. La primera columna muestra, sólo a modo de referencia, el resultado de una regresión OLS de cada variable dependiente con una dummy que toma el valor de 1 si el alcalde es de la Concertación. Las dos columnas siguientes son similares a la tabla anterior. 19 En las Figuras subsiguientes, se ha preferido presentar las observaciones individualmente, y no agrupadas en local averages como lo hacen otros trabajos. 20 Esta curva representa una local polinomial regression, estimada con grado 1 (lineal), un kernel triangular, y el bandwith óptimo. 23 Figura 1: Efecto Incumbencia Podemos ver a modo general que los alcaldes de ambas coaliciones no se diferencian significativamente en cuanto a su desempeño en el cargo. Sólo la variable empleo parece ser marginalmente significativa. Pero no es posible concluir que la Concertación tenga una ventaja electoral debido a que sus candidatos son más capaces que los de la Alianza, y la gente por eso vote más por ellos. Notar que estos resultados, como añadido, nos introducen en el amplio debate acerca del grado de convergencia de polı́ticas a nivel local. La evidencia del Cuadro 5 nos dice que a nivel municipal en Chile ambas coaliciones ofrecen lo mismo, lo que darı́a cuenta de la fiabilidad de las conclusiones del TVM, lo que está en lı́nea con lo encontrado por la literatura para EE.UU. (Ferreira y Gyourko, 24 Cuadro 5: Estimación RD del Impacto de un Alcalde de la Concertación Empleo Crimen SIMCE Leng SIMCE Mat Aguinaldos (1) OLS (2) Polinomio (3) LLR -0.0291 (0.0574) -15.94 (23.65) -2.043 (1.275) -2.441 (1.520) -1,399 (1,340) -0.0538 (0.225) -157.4 (95.07) 4.449 (4.785) 4.493 (5.806) -7,092 (5,395) 0.159* (0.0859) -106.6 (94.42) 1.607 (3.166) 2.202 (4.175) -5,231 (5,355) Observaciones 345 345 345 Errores estándar en paréntesis *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 2009; Leigh, 2008). Sin embargo, si tenemos que hay convergencia en polı́ticas ofrecidas, entonces debemos buscar otra explicación a la ventaja electoral de la Concertación. 4.4. Variables de Transferencias En esta subsección postulamos nuestra segunda hipótesis, ya introducida en la sección 4.3. En efecto, es posible que los electores prefieran mantener un alcalde de la Concertación no por su desempeño personal, sino que por la afinidad que este tiene con el Gobierno Central, y que le permite conseguir más fondos fiscales y más proyectos de inversión pública que un alcalde de la oposición. Este efecto queda muy bien caracterizado por medio de analizar diferencias significativas en el reparto del FNDR, PMB o PMU. El periodo estudiado resulta adecuado puesto que entre 2004 y 2008 el Estado estuvo en manos de la Concertación. Nuevamente repetimos la metodologı́a anterior: usamos las cuatro variables de transferencias como variable dependiente, y buscamos posibles discontinuidades en la asignación de la coalición incumbente, con el uso de RD. Se utilizan tres medidas distintas para cada variable, como prueba de robustez: transferencia en monto total entregado (en miles de pesos); monto repartido a una comuna como porcentaje del total repartido a nivel nacional; y monto transferido en términos per- 25 Cuadro 6: Estimación RD Efecto Partido sobre Monto Transferido PMB PMU FNDR Educ FNDR Salud Observaciones Promedio ’04-’08 (1) (2) Polinomio LLR Año Electoral (3) (4) Polinomio LLR 44,203 (61,819) 6,890 (85,762) 9,851 (166,182) 140,688 (142,526) 81,391 (89,913) 119,342 (100,983) -172,619 (289,253) 358,908 (348,499) 42,415* (24,332) 66,140*** (24,002) 18,637 (104,546) 78,583 (101,591) 73,993*** (28,690) 183,932*** (57,572) -67,874 (174,487) 283,218 (282,779) 345 345 345 Errores estandar en paréntesis *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 345 cápita. Los tres Cuadros siguientes muestran los resultados usando cada una de estas medidas. Las dos primeras columnas muestran la estimación para el promedio entre los años 2004-2008, y las columnas (3) y (4) la estimación para el año en que ocurrió la elección. Del Cuadro 6 se observa que sı́ hay una diferencia significativa en el reparto de fondos del PMU. Tomando el promedio de todos los años del periodo, las comunas de la Concertación recibieron más de $66 millones más que la Alianza, y esta diferencia prácticamente se triplica si tomamos sólo el año electoral. Para el caso del PMB, su mayor relevancia sólo aparece durante el 2008, cuando la diferencia en montos repartidos fue de casi $74 millones. Las dos variables que tenemos del FNDR no resultan ser significativas en ningún caso. También se observa de este Cuadro que las diferencias entre ambos métodos de estimación están más relacionadas con el tamaño de las desviaciones estándar que con la magnitud de los estimadores. En efecto, se ve que la estimación por polinomio presenta mayor error estándar para cada una de las variables explicativas. Esto es coherente con lo mencionado en la sección 4.1, donde dijimos que este método tenı́a mayor ECM, es decir, mayor sesgo y/o varianza. Por lo tanto, es probable que la nula signifcancia de toda la columna 1, hecho que vuelve a estar presente en los cuadros subsiguientes, se deba a estos mayores errores estándar, que es algo propio del método utilizado. Como también se mencionó, la estimación por LLR reduce estos problemas, por lo que de aquı́ en adelante se le 26 Cuadro 7: Estimación RD Efecto Partido sobre Porcentaje Transferido PMB PMU FNDR Ed FNDR Salud Observaciones Promedio ’04-’08 (1) (2) Polinomio LLR Año Electoral (3) (4) Polinomio LLR 0.00204 (0.00288) 0.000138 (0.00172) 0.000120 (0.00203) 0.00431 (0.00437) 0.00397 (0.00439) 0.00175 (0.00148) -0.00148 (0.00248) 0.0104 (0.0101) 0.00196* (0.00114) 0.00133*** (0.000482) 0.000227 (0.00128) 0.00241 (0.00311) 0.00361*** (0.00140) 0.00270*** (0.000846) -0.000582 (0.00150) 0.00817 (0.00816) 345 345 345 Errores estándar en paréntesis *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 345 prestará una atención mayor. No obstante la importancia del grado de significancia encontrado, medir las transferencias en montos totales no nos da un buen criterio de cuán relevante económicamente son estas diferencias. Con el fin de llegar a parámetros que nos hablen de la relevancia de estas diferencias, el Cuadro 7 muestra la estimación en base a cuánto recibió una comuna como porcentaje del total repartido en el paı́s. Los niveles de significancia se mantienen respecto al Cuadro anterior. Durante todo el periodo estudiado, las comunas de la Concertación recibieron en promedio 0,19 % y 0,13 % más del presupuesto total del PMB y PMU, respectivamente. Nuevamente observamos que las diferencias se acentúan en año electoral, en especial si miramos la asignación de PMU. Para tener una idea aún más precisa, necesitamos saber de qué niveles estamos hablando, puesto que la estimación anterior sólo nos habla de la diferencia entre ambas coaliciones. La Figura 2 nos permite saber en qué proporciones se multiplican ambos niveles de reparto21 . Se puede observar que el PMU repartido a las comunas con alcalde de la Concertación en el periodo casi duplica a las de la Alianza, y en año electoral la diferencia aumenta a más del doble. Para 21 En las Figuras 2 y 3, si bien cada punto representa una comuna, se han reducido el ancho de los ejes horizontal y vertical, para mejorar la representación de la discontinuidad. Esto hace que no se alcancen a ver todas las comunas, pero sı́ la gran mayorı́a de ellas. 27 Figura 2: Efecto del Partido sobre Porcentaje Transferido a la Comuna el PMB de todo el periodo, también se ve que el porcentaje transferido a la Concertación duplica al de la Alianza, y la proporción es aún mayor si tomamos sólo el 2008. En principio parecen ser magnitudes relevantes para la hipótesis planteada en este trabajo. La última medida con que se estima son las transferencias por persona. El Cuadro 8 muestra que el efecto encontrado en el PMU desaparece por completo, no ası́ con el PMB, que a pesar de todo pierde algunos grados de significancia. Las comunas de la Concertación recibirı́an entre $3.500 y $7.400 promedio más por persona en el periodo, y entre $7.300 y $12.600 en años electorales, tomando sólo el PMB. Puede parecer controvertido el que el efecto per-cápita del PMU desaparezca, más aún cuando las comunas en manos de cada una de las coaliciones no presentan una diferencia significativa en términos de población (ver Cuadro 10 más adelante). Sin embargo, es posible justificar que los proyectos financiados por el PMU son todos sobre bienes públicos: veredas, plazas, calles, etc. Luego, el hecho de no encontrar un efecto per-cápita significativo no es indicativo de que no se favorezca a algunas comunas, ya que aún ası́ es posible que aquella gente que sı́ valora el bien público contrarrestre a aquellos a los que no les interesa. Si es cierto que el PMU se va a comunas más pobladas, eso aún ası́ no deja de ser 28 Cuadro 8: Estimación RD Efecto Partido sobre Transferencias Per-Cápita Promedio ’04-’08 (1) (2) Polinomio LLR PMB PMU FNDR Ed FNDR Salud 7.486** (3.408) -0.620 (6.065) -2.519 (11.86) 4.062 (8.844) 3.558* (1.855) 1.477 (4.083) 0.115 (8.309) -0.757 (3.161) Año Electoral (3) (4) Polinomio LLR 12.67** (5.717) 0.568 (13.94) -14.85 (18.17) 9.940 (33.96) Observaciones 345 345 345 Errores estándar en paréntesis *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 7.317* (4.236) 3.821 (9.991) -9.871 (19.90) -1.334 (6.248) 345 relevante para nuestra tesis, puesto que más gente tiene la posibilidad de beneficiarse con los bienes públicos. Nuevamente se presentan los resultados gráficamente con el fin de conocer la escala de los montos de que estamos hablando. La Figura 3 muestra las estimaciones usando la medida de transferencias por persona. Las dos primeras subfiguras refuerzan la nula significancia de la medida de PMU per cápita. También es posible observar que las proporciones entre transferencias de PMB por persona son considerables. En el promedio del periodo, una persona en una comuna de la Concertación recibe aproximadamente cuatro veces más en PMB, y este múltiplo crece a casi el doble en año electoral. Llegados a este punto es posible proveer una prueba directa a favor de los resultados recién presentados. Si es verdad que el efecto incumbencia de la Concertación depende de que ella también está en el gobierno y puede por ello usar recursos fiscales con fines electorales, entonces deberı́a ser cierto que el efecto incumbencia de la Alianza es mucho menor. Estimar un RD para el efecto incumbencia de esta coalición resulta ser una prueba sencilla y directa a favor de nuestra hipótesis. En el Cuadro 9 se replica el Cuadro 4, pero estimando desde el punto de vista de la Alianza. Se comprueba que la ventaja en probabilidad de ganar y en proporción de votos estimada, tanto por polinomio como por LLR, es menor a la encontrada para la Concertación. Para la probabilidad 29 Figura 3: Efecto del Partido sobre Transferencias por Persona de ganar, sólo la columna (3) resulta ser marginalmente significativa, y con una ventaja de casi 10 % menos. En cuanto a la proporción de votos, es notable el hecho de que la estimación por LLR no resulta ser significativa, lo que nos llevarı́a a la conclusión extrema de que la Alianza no obtiene ningún voto extra por el hecho de ser la coalición incumbente en una comuna. Todos estos resultados son coherentes con la hipótesis planteada, y aportan evidencia a favor de ella. Un segundo análisis que ayude a fortalecer nuestra hipótesis puede realizarse por medio de revisar si la magnitud de las estimaciones de los Cuadros 6 a 8 es relevante electoralmente, por medio de compararlos con los montos de gasto electoral de campaña22 . Respecto a los datos de gasto electoral por pacto y por partido polı́tico, para la elección municipal del 2008 el total de gasto por candidato en que incurrieron los partidos fue de $4.918.017,41. Si tomamos sólo a la Concertación, esta coalición presentó 301 candidatos a alcalde (sin contar a los independientes que corrı́an por este pacto), a los cuales apoyó con un gasto total de $1.129.740.600, lo que nos da un gasto de $3.753.291,03 por cada uno. De acuerdo al Cuadro 6, vemos que la transferencia total extra equivale a casi 22 veces esta suma. 22 Se usan los datos de Gasto Electoral para la elección municipal del 2008, disponibles en www.servel.cl. 30 Cuadro 9: Efecto Incumbencia de la Alianza (1) OLS Incumbencia Observaciones Prob. de Ganar (2) (3) Polinomio LLR 0.625*** (0.0475) 345 0.122 (0.164) 0.339* (0.200) (4) OLS Porc. de votos (5) Polinomio (6) LLR 0.481*** (0.0164) 0.107* (0.0551) 0.0685 (0.0540) 345 345 345 345 345 Errores estándar en paréntesis *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 Puede ser útil tomar los datos de gasto electoral por candidato, puesto que no todo este gasto es cubierto por los partidos. En la elección del 2008, sumando a todos los 1.241 candidatos a alcalde (los de cada partido, los independientes dentro de un pacto, y los independientes “puros”), se gastó la suma de $7.975.469.532. Esto nos da un gasto por cada uno de $6.426.647,49. Estamos entonces hablando de que la transferencia total extra que entregarı́a el Gobierno Central a las comunas de la Concertación equivaldrı́a a casi diez campañas promedio. Esto representa evidencia a favor de que las estimaciones RD anteriores no son despreciables, y pueden efectivamente influir en una elección de alcalde23 . La pregunta de fondo aquı́ es por qué votantes racionales permiten que sus expectativas de desempeño de una autoridad estén influenciadas por los manejos de estas transferencias ocurridos antes de la elección. Es necesario reconsiderar los mecanismos teóricos revisados previamente. Lo que puede estar ocurriendo detrás de nuestros resultados es un problema de información acerca de los candidatos, o un problema de credibilidad de lo que promete el candidato de la Alianza en su campaña. O puede ser que todas estas diferencias encontradas se deban simplemente a las caracterı́sticas de las preferencias del votante mediano. Si bien no estamos capacitados aún para concluir cuál de todos estos mecanismos es el más importante, sı́ podemos refinar aún más nuestros resultados. Por medio de darle una nueva mirada 23 Serı́a muy interesante poder realizar un RD sobre gasto electoral de las coaliciones, puesto que si encontráramos discontinuidades en el gasto a favor de la Concertación, entonces podrı́amos identificar un mecanismo a través del cual esta coalición apoya a sus incumbentes. Lamentablemente esto no es posible puesto que los datos del Servicio Electoral no incluyen los gastos de cada coalición por comuna. Sı́ están disponibles los gastos por candidato, pero no se especifica si fue financiado por su bolsillo o por la coalición a la que pertenece, y esta distinción es fundamental para el objetivo mencionado. 31 a los resultados obtenidos en los Cuadros 4 y 8, podemos llegar a una elasticidad voto/transferencia, que no es más que una cuantificación de cuánto influyen los recursos fiscales (antes de la elección) sobre las expectativas de desempeño de un alcalde (después de la elección). En efecto, en esos Cuadros tenemos que ser el incumbente en una municipalidad le da 14,3 % más de votos al candidato de la Concertación. Y luego, si asumimos que toda esta ventaja electoral se debe a transferencias del Estado, tenemos que este efecto incumbencia se consigue con un subsidio en PMB de $3.558 por persona. Se usa el resultado de PMB puesto que es el que da significativo en el Cuadro 8, y tiene menor sesgo que el de la columna 1. Con estos dos números podemos llegar a una elasticidad voto/subsidio: $1 peso más de PMB por persona asignado a una municipalidad antes de la elección se traduce en 0,004 % más de votos para el candidato a alcalde de la Concertación. Es importante considerar que no sabemos durante cuánto tiempo debe el Gobierno transferir recursos para que éstos se transformen en votos. Puede ocurrir que sea necesario enviar el mismo monto durante los cuatro años que dura el periodo del alcalde, aunque exista descuento intertemporal. En este caso la transferencia para el periodo 2004-2008 serı́a de $14.232, en cuyo caso la elasticidad se reduce a obtener 0,001 % de votos por cada peso de PMB por persona enviado durante esos cuatro años. Tomando estas dos medidas llegamos a un rango confiable entre el que se ubicará la elasticidad, dentro del cual lo determinante será, como ya se mencionó, el tiempo requerido para que una transferencia se “transforme” en votos para la coalición del Gobierno. Este tipo de elasticidades ha sido ya estudiado en la literatura, lo que nos permite conocer hasta qué punto los resultados de este trabajo son plausibles y coherentes en magnitud. Sin embargo, no debemos olvidar que estamos realizando un supuesto fuerte: que todo el efecto incumbencia se debe a la transferencia per-cápita en PMB. Se debe reconocer que hay múltiples factores que pueden estar detrás de esta ventaja, por lo que la magnitud y el rango mencionados en el párrafo anterior sólo serán una cota superior para la verdadera elasticidad voto/subsidio. El trabajo de Núñez (2007), ya mencionado en la sección 2, indica que si un alcalde aumenta el gasto de su propia municipalidad en $1.000 por persona, entonces aumenta su votación en 0,28 %, tomando gasto sólo en el año previo a la elección, y no gasto en todo el periodo del alcalde. Tomando nuestra elasticidad y el gasto sólo en un año, tenemos que aumentar en $1.000 la transferencia por persona en PMB aumenta la votación en un 4 %. Esta diferencia es coherente con la noción de que nuestra estimación es un lı́mite superior. Este paper resulta interesante de comparar puesto 32 que analiza el mismo nivel de elecciones (municipales), cuando estas eran bajo el mismo régimen de voto obligatorio. También hay que hacer una serie de salvedades, como que Núñez (2007) utiliza una metodologı́a diferente (variables instrumentales, con todos los comentarios ya hechos en la sección 2), y que no alcanza a tomar la elección de 2008. Probablemente uno de los trabajos más citados en esta materia para el caso de EE.UU. es el de Levitt y Snyder (1997). Si bien ellos utilizan datos de elecciones parlamentarias, tiene la ventaja respecto del anterior de que analiza el efecto de transferencias no-monetarias sobre el resultado electoral. Es decir, no utilizan ni gasto propio del incumbente ni gasto de campaña, si no que gasto federal no en forma de dinero, que se asemeja mucho más a nuestra variable de PMB, lo que hace interesante la comparación. Encuentran que transferir US$100 extra por persona se traduce en un incremento del 2 % en votos. Los autores usan transferencia en un año, y no la suma de lo transferido en todo el periodo. Esto equivaldrı́a a que $1.000 extras reportan 0,057 % más de votos24 . Esta magnitud es aún menor que la de Núñez (2007), si bien usan misma metodologı́a y un instrumento parecido (gasto fuera del distrito pero dentro del mismo estado como instrumento de gasto en el distrito). En una lı́nea similar, Evans (2006) estima este mismo efecto para las elecciones parlamentarias de Canadá, con el propósito explı́cito de servir de prueba de robustez a los hallazgos de Levitt y Snyder (1997). Utilizando el mismo instrumento que este último, encuentra que aumentar el gasto federal en US$100 aumenta la votación de los parlamentarios afines al gobierno entre un 1,5 % y un 2,5 %, idea que se asemeja bastante a la desarrollada en esta tesis, pero que arroja una elasticidad muy similar a la del párrafo anterior y por lo tanto menor en magnitud a la nuestra25 . Por último, es posible representar nuestros resultados en términos de cuánto cuesta un voto, lo que permite comparar con el trabajo de Cerda y Vergara (2005a), quienes asignan un valor de entre US$840 y US$960 en subsidios no monetarios por cada voto, para las elecciones presidenciales26 . 24 Transformando la cifra en dólares a pesos chilenos por medio de usar el tipo de cambio a PPA de acuerdo a los datos del Banco Mundial. 25 Un comentario que puede surgir sobre la comparación con estos trabajos para EE.UU. y Canadá viene del hecho de que en estos paı́ses el voto es voluntario, a diferencia de la elección que nosotros estudiamos, donde era obligatorio. Las estimaciones de transferencias per-cápita que se presentan en el Cuadro 8 utilizan la población total de la comuna, no sólo a los inscritos, puesto que estamos hablando de gasto en bienes públicos. Levitt y Snyder (1997) y Evans (2006) también usan el gasto sobre la población total, ya que al ser el voto voluntario, los candidatos intentan captar a todos los individuos. Luego, los resultados son plenamente comparables. 26 Entre este tipo de subsidios se cuentan las becas de alimentación y libros para estudiantes, la atención médica y dental en escuelas, y los repartos de comida y medicinas en hogares. 33 Según datos del Servicio Electoral, en la elección de alcaldes del 2008 hubo un total de 6.362.130 votos válidamente emitidos. Esto implica un promedio de 18.440,95 votos por comuna. Luego, la ventaja electoral de 14,3 % encontrada significa una ventaja de 2.637,05 votos en promedio para la Concertación en aquellas comunas donde era incumbente. De acuerdo al Cuadro 6, el Gobierno repartió $66.140.000 más en PMU en aquellas comunas con alcalde de la Concertación. Por lo tanto, cada uno de esos votos extras tuvo un costo de $25.081,05. Si comparamos con el costo por voto de Cerda y Vergara (2005a) en pesos chilenos, este serı́a de entre $420.000 y $480.00027 . La diferencia es muy grande, pero aquı́ las diferencias entre los dos trabajos son mayores. Además de la distinta metodologı́a, el trabajo en cuestión analiza elecciones presidenciales, y para un periodo distinto al nuestro, junto con el hecho de que usa una variable explicativa diferente. Aunque si tomáramos la transferencia de los cuatro años del periodo, el costo por voto se elevarı́a a $100.324,2. Como resumen, todo este último análisis implica que nuestro efecto tiene mayor relevancia económica que el de todos los trabajos revisados. Dependiendo del enfoque, se puede decir que de acuerdo a los resultados de esta tesis un mismo monto de transferencias consigue más votos para el incumbente, o que los votos son más baratos. Sin embargo, no pueden dejar de mencionarse las limitantes de este ejercicio, por el hecho de que todos los trabajos al final del dı́a miden cosas distintas, con diferentes variables explicativas (gasto municipal, que depende del alcalde; gasto federal o fiscal de infraestructura, que depende del Gobierno; gasto en subsidios, con mayor regulación por ley). Es probablemente este último hecho el principal responsable de las patentes diferencias entre estimaciones que acabamos de revisar. Pero, con todo, estas eran las comparaciones más cercanas que podı́an hacerse, en relación a la tesis defendida en este trabajo. 4.5. Test de Validez Es posible llevar a cabo una serie de pruebas de validez para asegurar que todos nuestros hallazgos anteriores sobre el efecto del partidismo polı́tico sobre distintas variables de interés son robustos y confiables. Lo principal es testear el supuesto fundamental de la metodologı́a RD, que es que las comunas en las que la Concertación ganó por estrecho margen son similares en promedio a aquellas donde la Alianza ganó por ese margen o, lo que es lo mismo, que la coalición ganadora 27 Asumiendo un tipo de cambio de $500 por dólar. 34 Cuadro 10: Test de Validez Población Pobreza Mujeres Escolaridad Subsidios (1) Polinomio (2) LLR -37,447 (32,831) 1.071 (5.224) -0.0316 (0.0211) -0.147 (0.527) -557.8 (580.8) -14,401 (26,223) 3.799 (2.833) -0.0147 (0.0133) -0.139 (0.363) -339.5 (388.7) Observaciones 345 345 Errores estandar en paréntesis *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1 se asigna aleatoriamente en cada comuna28 . Esto implica que todas las caracterı́sticas subyacentes de aquellas municipalidades deberı́an ser similares. Se confirma que esto es ası́ con las siguientes variables: población, porcentaje de la población en condiciones de pobreza, escolaridad promedio de la comuna, porcentaje de mujeres y subsidios familares entregados29 . El Cuadro 10 muestra el resultado de estas estimaciones: no se revela ninguna diferencia para estas variables alrededor del punto de corte. Con todas estas caracterı́sticas relevantes siendo continuas para elecciones decididas por estrecho margen, es plausible que lo mismo sea verdad respecto a las caracterı́sticas no observables. 28 Otro peligro para la estimación RD es que exista manipulación de la variable de asignación. En nuestro contexto, esto podrı́a llegar a ocurrir por ejemplo si es que las coaliciones adulteraran los resultados electorales con el fin de ganar la elección de una comuna. Si bien McCrary (2008) desarrolla un test para analizar si esto ocurre, ninguno de los trabajos revisados en la sección 2 lo usa como prueba de validez, por lo que no se incluye en el trabajo. Igual este test se llevó a cabo, y fue aprobado. 29 Todos los datos sobre estas variables fueron extraı́dos de SINIM, aunque este Sistema muchas veces los toma de otras fuentes. Las caracterı́sticas demográficas vienen principalmente del INE, y el porcentaje en condiciones de pobreza y escolaridad viene de CASEN. Si el periodo bajo estudio es 2004-2008, se usaron los valores de estas variables correspondientes al periodo anterior (2000-2003), para asegurarnos de que representaran efectivamente caracterı́sticas predeterminadas y no outcomes del alcalde en ejercicio. 35 5. Conclusiones Uno de los aspectos más discutidos en periodos previos a tiempos de elecciones es la alta tasa de reelección y la gran cantidad de años que llevan algunas coaliciones gobernando ciertas comunas. Se encuentra evidencia de que en elecciones municipales en Chile existe una considerable ventaja electoral para la Concertación en aquellas comunas donde era incumbente: entre un 37 y un 42,6 % en términos de probabilidad de ganar, y entre 13,5 y 14,3 % en términos de proporción de votos, para el periodo electoral 2004-2008. Estas estimaciones se situan dentro de los rangos de otros hallazgos para distintos niveles de elecciones de otros paı́ses, principalmente EE.UU. Es importante mencionar aquı́ que esta estimación podrá ser robustecida a medida que vayan sucediéndose nuevas elecciones, ya que sólo estamos usando datos de dos años, dado el poco tiempo desde que se introdujo el cambio en estas elecciones (recién en 2004). Sin embargo, esta tesis representa el primer estudio del efecto de los partidos polı́ticos sobre outcomes electorales y económicos para Chile. Esta ventaja no se explica porque los alcaldes de esa coalición de desempeñen significativamente de mejor manera que los de la Alianza, analizando un set de variables que dependen de la gestión de los ediles. Este resultado además nos permite situar el caso chileno en lı́nea con la literatura para EE.UU., donde se observa una completa convergencia de polı́ticas ofrecidas entre alcaldes de distintas coaliciones. Sı́ se encuentra evidencia de que un factor importante detrás de esta ventaja es la preferencia del Gobierno Central por las comunas en manos de su misma coalición, a la hora de repartir recursos fiscales destinados al financiamiento de proyectos de infraestructura comunal, como plazas, veredas, multicanchas, etc. En el periodo 2004-2008, el Estado dio a comunas de la Concertación el doble en porcentaje que a las comunas de la Alianza, y en un monto total equivalente a diez campañas electorales promedio de un candidato. Para el mismo periodo, la Alianza tuvo una ventaja electoral considerablemente menor, lo que aporta evidencia de que es este comportamiento del Gobierno Central el que está detrás de los resultados obtenidos. Si se supone que todo el efecto incumbencia se debe a esta intervención, se encuentra una cota superior para la elasticidad votos/transferencia, que está justamente por sobre otras elasticidades estimadas para Chile y otros paı́ses en trabajos anteriores. Este hallazgo puede deberse ya sea a la valoración de bienes públicos que tiene el votante 36 mediano, a problemas de credibilidad de las promesas de campaña, o a falta de información sobre las caracterı́sticas de los candidatos que compiten. Como investigación futura quedará dilucidar cuál de estos es el mecanismo que permite a las transferencias fiscales influir sobre la reelección de los alcaldes en Chile. Otro desafı́o futuro lo representa la reciente introducción de la modalidad de voto voluntario, y el estudio de cómo éste afecta la ventaja electoral encontrada bajo voto obligatorio. 37 Referencias [1] Acemoglu, D., “Political Economy. Lecture Notes”, no-publicado, 2009. [2] Albouy, D., “Partisan Representation in Congress and the Geographic Distribution of Federal Funds”, NBER Working Paper Nº 15224, August 2009. [3] Alesina, A., “Credibility and Policy Convergence in a Two-Party System with Rational Voters”, American Economic Review, Vol. 78, No. 4 (Sep. 1988), pp. 796-805. [4] Baland, J. y J. Robinson, “Land and Power: Theory and Evidence from Chile”, American Economic Review, 98 (2008), pp. 1737-1765. [5] Bertrand, M. y F. Kramarz, “Does Entry Regulation Hinder Job Creation? Evidence from the French Retail Industry”, Quarterly Journal of Economics, 117 (2002), 1369-1413. [6] Besley, T. y A. 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