Fallo: Res Gar Automotores S.R.L. c/ Bustos Roque Alberto y otros s/ rec. apel. exp. civil - recurso de casación Córdoba, 13 de noviembre de dos mil trece.VISTO:El recurso de casación interpuesto por los Dres. Federico Javier Bossi y Carla Fernanda Simón, por derecho propio, en estos autos: "RES GAR AUTOMOTORES SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA c/ BUSTOS, ROQUE ALBERTO Y OTROS - REC. APEL. EXP. CIVIL -RECURSO DE CASACIÓN" (Expte. Letra "R", 30/11), en contra del Auto Interlocutorio Nro. 334 del 05 de agosto de 2011, dictado por la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Tercera Nominación de esta ciudad, con fundamento en la causal prevista en el inc. 3° del art. 383, C.P.C.C.Corrido traslado a la contraria por el término de ley (art. 386 del C.P.C.), lo evacua la parte actora Res Gar Automotores S.R.L., a través de apoderado -Dr. Marcelo A. Bossi-, a fs. 442/442 vta. de los presentes.El recurso es concedido por la Cámara de juicio mediante Auto Interlocutorio N° 577 de fecha 14 de diciembre de 2011 (fs. 444).Elevadas las actuaciones a esta sede, dictado, firme y consentido el decreto de autos (fs. 449 vta.), quedó la causa en condiciones de ser resuelta. Y CONSIDERANDO: I. El escrito de casación, en lo que atañe al asunto que se trae a conocimiento, admite el siguiente compendio: Los recurrentes afirman que la resolución criticada se contrapone con la interpretación que de idénticas normas sustanciales efectuara la Cámara Séptima de Apelaciones en lo Civil y Comercial de esta ciudad, in re: "Fracchia, Roberto Oscar c/ Simone, María Virginia - Ordinarios - Otros" (Expte. Nº 812785/36) (Auto Nro. 42 de fecha 24/02/10, cuya copia acompañan debidamente juramentada a fs. 424/427 vta.de autos). Expresan que en el fallo que se trae como antípoda, el Tribunal interviniente, por mayoría, estimó que la base regulatoria en un juicio de reivindicación o casos similares, debía ser actualizada a la fecha de la estimación de los estipendios de los profesionales del derecho. Manifiestan que del cotejo de ambos fallos, se aprecia la existencia de doctrinas legales contradictorias en torno a la interpretación de las normas arancelarias que determinan la base regulatoria de un pleito en el que no se reclama una suma de dinero, sino que tiene por objeto un bien raíz, existiendo identidad entre los casos juzgados.- Enfatizan que mientras la resolución en crisis niega que correspondiera en el caso aditar intereses al valor del bien fijado en la pericia, en el precedente arrimado en confrontación se estimó correcta su inclusión a la base regulatoria, desde la fecha de la pericia que determinó el valor del bien objeto del pleito, hasta la fecha en que se dictó la regulación de honorarios.II.Sentado lo anterior y avocados al análisis del recurso, como primera medida, ha menester inspeccionar la corrección del juicio de admisibilidad formal concretado por el tribunal de Mérito.Esto así, desde que la habilitación de la competencia extraordinaria no obliga a este Tribunal Superior de Justicia, al que resta la facultad de pronunciarse en última instancia acerca de la viabilidad formal de las impugnaciones sometidas a su conocimiento. Y bien, en ejercicio de esta potestad cabe precisar que la jurisprudencia reiterada de esta Sala ha especificado los recaudos del motivo casatorio invocado (divergente interpretación de la ley), enunciando entre ellos que los temperamentos interpretativos eventualmente contradictorios hayan sido fijados en relación a la misma regla de derecho y sobre bases fácticas análogas, como así también que el mantenimiento de esos criterios antagónicos haya sido, en ambos casos, causal y dirimente a la disparidad de soluciones impuestas en una y otra ocasión. Cuando se alude a la misma regla de derecho, lo verdaderamente trascendente a los fines de la uniformación jurisprudencial, es que los fallos confrontados hayan dado una solución jurídica diversa a las mismas situaciones fácticas sometidas a juzgamiento, en desmedro de la seguridad jurídica y la igualdad ante la ley. En la especie, el requisito de la analogía fáctica se aprecia suficientemente satisfecho, puesto que en ambas ocasiones se trataba de dilucidar si, a los fines de determinar la base regulatoria en procesos que, por no reconocer como objeto sumas de dinero, remiten al valor actual de los bienes involucrados, corresponde que la tasación realizada por el perito sea "actualizada" exofficio por el juez al momento de practicar la regulación (sea por aplicación de índices, de tasas bancarias o de cualquier otro método) o si, diversamente, la eventual revisión de los valores informados por el experto sólo procede a pedido expreso de parte interesada, previa alegación y prueba de que los mismos han perdido actualidad. Ese fue, puntualmente, el aspecto litigioso que mereciera respuestas dispares, fundadas en la postulación de criterios hermenéuticos opuestos, sin que la única disparidad verificable entre las pretensiones que se ventilaran en una y otra causa (reivindicación en el caso citado a cotejo, y simulación en el presente) haya sido especialmente considerada por los Tribunales como determinante de la tendencia asignada a los respectivos desenlaces. Así, nótese que, mientras la Cámara a-quo entendiera que la circunstancia de que el juez no actualizara la tasación pericial al practicar la regulación, no configura una contravención a lo estatuido en el art. 31, ley 8226, ".si no se ha demostrado que el monto considerado como valor del inmueble no se corresponda con los valores vigentes en plaza a la fecha en que se dictó" (fs. 420); en el precedente citado a cotejo se postuló: ".el ‘a quo’, al disponer no aplicar intereses sobre la base regulatoria fijada por este Tribunal, de conformidad al valor del inmueble, determinado por el perito oficial, no ha actualizado aquella base a la fecha de la regulación (.), ni podemos decir que se hayan calculado los honorarios, sobre el precio real y actual del bien, al momento de procederse a la regulación." (fs. 425 vta.).Por todo lo expuesto, el recurso de casación fundado en la existencia de sentencias contradictorias resulta formalmente admisible y ha sido, en esos términos, bien concedido, correspondiendo entonces que este Cuerpo ejerza su función uniformadora, a fin de superar el antagonismo jurisprudencial alertado. III. Aclaración previa. Previo a abordar el tratamiento de la cuestión sometida a decisión de este Tribunal Superior, se estima necesario formular una prevención liminar, cual es que no nos pasa inadvertido que el nuevo Código Arancelario para Abogados y Procuradores de la Provincia de Córdoba, ley 9459 (B.O. 17/01/2008) innova en la materia que aquí se debate, al incluir una previsión especial que no contemplaba su predecesora, ley 8226. Nos referimos al art. 33, ley 9459, que dispone:"La base regulatoria incluirá la Tasa Pasiva Promedio nominal mensual publicada por el Banco Central de la República Argentina, con más el interés que tenga fijado el Tribunal Superior de Justicia para las liquidaciones judiciales, desde la fecha a la que remitan los actos jurídicos que contengan la indicación de los valores económicos de la causa, conforme a la legislación de fondo vigente".Sin embargo, nos apresuramos a aclarar que dicha norma no habrá de ser objeto de comentario alguno en el presente pronunciamiento, dado que, no habiendo sido su inteligencia -ni su eventual incidencia sobre el caso que aquí nos convoca- objeto de proposición y debate, la disposición en ella contenida ha venido a quedar ab initio sustraída al ámbito de competencia material ejercible por esta Sala, la cual -vale recordar- le ha sido habilitada con exclusividad, para el conocimiento y superación de la divergencia interpretativa denunciada por el motivo del inc. 3º del art. 383, C.P.C.C. IV. El thema decidendum:De lo extractado supra se colige con nitidez que el núcleo del presente capítulo radica en establecer si a los fines de determinar la base regulatoria en procesos que, por no reconocer como objeto sumas de dinero, remiten al valor "actualizado" de los bienes involucrados, corresponde que dicha actualización sea practicada de oficio por el tribunal, o la misma -por el contrario- sólo procede a pedido de parte, pesando sobre la interesada la carga de alegar y probar que la tasación del bien raíz no se ajusta al valor actual de cotización del bien objeto del pleito, debido al tiempo transcurrido entre la fecha de la pericia, y la de emisión de la resolución regulatoria.V.La posición de este Alto Cuerpo: V.1.- Ingresando al examen sobre la procedencia sustancial del remedio impetrado, considero oportuno apuntar que este Tribunal Superior tiene dicho que cuando el objeto del litigio no está conformado por una suma de dinero, sino que remite al valor de un bien (tal como acontece en el sublite), la base regulatoria debe establecerse del modo previsto en el art. 30, Lp. 8226, no correspondiendo computar interés alguno, desde que tal adicional no ha integrado la litis. Así, esta Sala, con diferente integración y en ejercicio de la función de nomofilaquia, sostuvo: "(.) dentro del marco de la ley 7269, existía un régimen diferenciado en lo que hace a la determinación de la base regulatoria en pleitos en los que se ha reclamado una suma de dinero, respecto de aquellos juicios en los que no se ha efectuado un reclamo de ese tipo, pero el objeto del juicio es susceptible de apreciación pecuniaria. Así, en lo que refiere a la primera clase de litigios, regía el art. 29, ley cit., el que disponía que: ‘.la base de la regulación es el valor del crédito o de los bienes motivo de la demanda, actualizado conforme a las pautas establecidas en la ley´. Aclarando luego que por monto del juicio debía entenderse ´.la totalidad de los derechos, bienes o créditos en litigio, y sus intereses,.´. En cambio, para los juicios en los que no se reclama una suma de dinero pero el objeto del juicio es susceptible de apreciación pecuniaria, regía el art. 30, el cual en su inciso b), dete rminaba que la base regulatoria de litigios en los que se discutía un derecho relacionado con un inmueble, la constituía el valor del inmueble en cuestión, sin que se especificara el cálculo de intereses sobre dicho valor" (A.I. Nº 76 del 31/3/2000, in re "Suc. de Juan Feliciano Manubens Calvet c/ Modesto Bringas - Reinvindicación - Inc. de Reg. de Hon. del Dr. Luis A. Quiroga - Rec.de Revisión"); doctrina que -por cierto- fue luego reeditada por la Sala, en su actual integración, in re "Inc. de Regulación de Honorarios del Dr. Ubaldo O. Aspitia en Autos: Morero Mario A. C/ Juan Rocco - Prohibición de Innovar - Apelación - Recurso de Casación" (A.I. Nº 272 14/09/2009).Sin embargo, nos apresuramos a prevenir que la doctrina plasmada en los precedentes que se acaban de evocar, no brinda soporte motivacional suficiente para despejar la inquietud suscitada en las presentes actuaciones, dado que la misma, ceñida a declarar improcedente la inclusión de "intereses" a la base regulatoria cuando dicho parámetro económico debe ser establecido -como en el caso- por remisión al "valor" actual de un inmueble, no contiene prejuzgamiento específico acerca de la factibilidad de disponer, en ese mismo supuesto, la "actualización" de la tasación pericial del bien objeto del juicio, siendo ésta la cuestión para cuya dilucidación fuera convocada la intervención de la Sala en esta ocasión.V.2.- Con tal prevención y abordando de lleno el tratamiento del remedio impugnativo bajo análisis, anticipamos criterio en sentido adverso a su procedencia, puesto que, compartiendo el temperamento que propugnara el Tribunal A-quo, entendemos que el valor del bien que sirve como referencia a los fines de determinar la base regulatoria del pleito, no debe ser actualizado ex-officio por el magistrado, sino sólo a pedido de parte, debiendo el interesado en hacer valer esa situación, alegar y probar en el proceso que la cifra nominal consignada en la pericia como ‘valor del inmueble’ ha perdido actualidad.V.3.- En efecto, ciñéndonos estrictamente a la dicotomía planteada al comienzo, en nuestra opinión no corresponde actualizar (vgr.: mediante la aplicación de tasas de uso judicial) oficiosamente el monto informado por el perito como valor real del inmueble, que la ley impone adoptar como base regulatoria del pleito.Es que el argumento que sustenta la tesis contraria, tal que el tiempo transcurrido entre la peritación y la regulación generaría per se lanecesidad de añadir un "plus" por ese período, no halla correlato fáctico ni jurídico alguno que lo avale, en tanto, debiendo asumirse que la tasación pericial se erige en el medio más idóneo para establecer el valor real y actual de los bienes que constituyen el objeto del juicio, no cabe más que conceder que, en miras a establecer la entidad económica de la base regulatoria, corresponde por regla general -y, en especial, en ausencia de prueba que habilite a adoptar una actitud diversa- estar a lo informado por el experto, sin que la mera circunstancia de que la regulación vaya a practicarse a una data distante de la de realización de la pericia, habilite -al menos, en su exclusiva virtud-, a predicar una suerte de "desactualización automática" de los valores nominales estimados por el idóneo.Tal conclusión se revela francamente ilevantable, a poco que se comprenda que, ciertamente -y a diferencia de lo que acontece cuando el juicio tiene por objeto obligaciones de dar sumas de dinero-, ese lapso puede jugar tanto en favor como en perjuicio de los intereses del titular de los derechos arancelarios en juego, desde que, conforme elementales reglas de la experiencia común, sabido es que, tratándose de inmuebles, su valor se halla expuesto a experimentar fluctuaciones sea en más, como en menos- que lejos están de reconocer como única o principal causa generadora los procesos inflacionarios o la eventual depreciación del signo monetario -lo cual sí afecta a las deudas dinerarias-.Y tal peculiaridad obedece a que el precio de las propiedades exhibe un particular grado de sensibilidad a otras variables específicas que inciden sobre él de modo determinante, tales como las coyunturales alteraciones en la situación del mercado inmobiliario, e incluso, el desarrollo o la depreciación del sector donde se ubica la propiedad de que se trate. V.4.- La cabal comprensión de ese dato de la realidad sugiere inequívoco que la eventual actualización de los guarismos consignados por el perito tasador como "valor" de los bienes enjuego, requiere como inexcusable presupuesto de procedencia, en estricta e inexcusable observancia del principio dispositivo que rige en el ámbito del proceso civil, que la parte interesada alegue y pruebe que se ha producido, en el caso concreto, la pérdida de actualidad de los montos informados en la pericia, individualizando a tal fin los extremos que reputa generadores de esa situación y su incidencia económica real y efectiva sobre la cotización efectuada del bien en cuestión. En la inteligencia aquí auspiciada, carece de todo asidero insinuar -siquiera- que esa "actualización" de los valores de cambio fijados en la pericia deba ser practicada de oficio por el Tribunal al momento de regular, desde que -como se explicó supra- el mero transcurso del tiempo transcurrido desde el acto de tasación no se erige -per se- en factor de necesaria e inexorable depreciación del monto que allí se informara como ‘valor real y actual del inmueble’.- Y ello es así, por cuanto -insistimos- durante ese segmento temporal, los valores consignados quedan expuestos a eventuales oscilaciones (sea en más o -incluso- en menos) causalmente signadas por numerosos factores económicos propios del tráfico inmobiliario y con potencial virtualidad para incidir de manera determinante sobre el precio de adquisición de las propiedades en un tiempo determinado, todo lo cual veda de plano predicar causa generadora necesaria ni menos aún- exclusiva de tales variaciones, a los avatares estrictamente monetarios que afectan a las deudas dinerarias (procesos inflacionarios, devaluación, etc.). V.5.- A mérito de las reflexiones expuestas hasta aquí y en tanto el temperamento que preside el fallo en crisis se ajusta a la doctrina impuesta en el presente decisorio, tal que, debiendo fijarse la base regulatoria por remisión al valor real y actual de un inmueble, no corresponde actualizar exofficio la tasación pericial que de dicho bien se efectuara, corresponde rechazar el recurso de casación fundado en la causal del inc. 3º del art. 383, C.P.C.C., lo que así dejamos decidido.VI.No corresponde imponer costas en esta instancia extraordinaria, a mérito de la naturaleza estrictamente arancelaria de la cuestión debatida (arg. art. 112 de la ley 9459).Por ello, SE RESUELVE:Rechazar el recurso de casación deducido por Dres. Federico Javier Bossi y Carla Fernanda Simón, fundado en la causal que prevé el inc. 3° del art. 383 del C.P.C.C.- Sin costas.Protocolícese e incorpórese copia.Firmantes: Andruet (h), García Allocco, Sesín.