37.- Otro modelo para la agricultura

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OTRO MODELO PARA LA AGRICULTURA
Jacques Berthelot
Le Monde Diplomatique Abril 2001
RESUMEN
Como consecuencia de la crisis, la mayoría de los ciudadanos europeos esperan una
reforma profunda de la PAC.
Debe debatirse el contenido de esta reforma para que no quede condicionado
exclusivamente por las negociaciones en la OMC (Conferencia ministerial noviembre 2001
QUATAR), bajo las presiones para una apertura total de los mercados mundiales. Debe fijarse
un mandato preciso a la CE que hablará en nombre de los quince.
En la OMC, las discusiones sobre el nuevo acuerdo agrícola han entrado en su fase activa. La
CE pretende utilizar las concesiones europeas sobre la PAC como moneda de cambio para el
relanzamiento de un Ciclo del Milenio completo (superando el fiasco de Seattle), durante la
Conferencia Ministerial que se reunirá en noviembre de 2001 en Quatar. Su objetivo: abrir los
mercados mundiales a las actividades que realmente cuentan para el PIB europeo. Los
primeros interesados en la liberación de la Pac son las grandes empresas y los grandes
distribuidores.
Por otro lado, la Comisión negocia actualmente unos acuerdos bilaterales de libre cambio con
muchos países del sur (Mercosur y Chile, países mediterráneos, países ACP) después de la
decisión “todo excepto las armas” adoptada el 16-12-01 a favor de los PMA. A esto se añaden
las negociaciones de ampliación a los PECOS.
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Hay amplio consenso sobre los objetivos de la nueva PAC:
Mayor garantía Seguridad Alimentaria
Multifuncionalidad ( diversas funciones de la agricultura: conservación del medio ambiente,
mantenimiento del empleo rural, aprovechamiento del territorio, bienestar animal)
Desarrollo sostenible
Sin embargo, hay grandes diferencias sobre los medios para alcanzar estos objetivos.
Tres estrategias según las fuerzas sociales implicadas:
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Mantenimiento de statu quo
Global-ecologista
Campesino-ciudadana
Estrategia de mantenimiento del statu quo.
Corresponde a los acuerdos de Berlín de marzo 99 (Agenda 2000)
Es defendida por la Comisión Europea ante la OMC, con el aval de los sindicatos mayoritarios
y otros sectores del complejo agroindustrial.
Pretende preservar un “modelo agrícola europeo” y defiende (en teoría) la multifuncionalidad de
la agricultura.
Sin embargo, pretende (es una contradicción) mantener la “vocación exportadora” de la
agricultura europea.
En las negociaciones de la OMC la postura de la Comisión es la siguiente:
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Ofrece una reducción de la protección a las importaciones y una reducción de las
restituciones a la exportación
A cambio pide una reducción paralela de las ayudas encubiertas a la exportación en otros
países
Ofrece una reducción de la ayudas “emparejadas” (una mejor traducción es “acopladas”, para seguir
con la terminología al uso) (vinculadas al nivel de producción o de los precios) que tienen un
efecto directo sobre la producción.
Exige a cambio el mantenimiento hasta más allá del 2003 de las ayudas directas
parcialmente acopladas (vinculadas a niveles pasados de producción, pero que necesitan
una producción actual para percibirlas) que está incluso dispuesta a aumentar, exigiendo
que los agricultores produzcan más para cobrarlas.
Se considera que esto será aceptado por los Estados Unidos porque éstos han triplicado sus
ayudas acopladas (emparejadas)
La Comisión considera que los acuerdos de Berlín presentan un margen de maniobra para
reorientar las ayudas hacia una agricultura menos intensiva (ecocondicionalidad), así como
para distribuirlas mejor (modulación).
Sin embargo, hasta ahora, la ecocondicionalidad apenas ha sido aplicada y la modulación
según el tamaño de las explotaciones ha sido aplicada muy tímidamente (sólo en Francia y en
RU).
Si fuese necesario, la Comisión propondrá modificar los Reglamentos del acuerdo de Berlín
para transferir una parte de las ayudas a las grandes explotaciones hacia el Desarrollo Rural
que sólo percibe el 10% del presupuesto agrícola. (fuerte oposición del FNSEA francés, que no
acepta la modulación).
Sigue siendo un modelo muy productivista y sólo acepta un poco de “Agricultura Razonada” (se
refiere a lo que en España se llama Agricultura Integrada”) que reducirá los efectos negativos
sobre el medio ambiente.
Cuenta con el dumping encubierto de las ayudas directas para seguir accediendo a los
mercados internacionales.
Objetivo a largo plazo de la Comisión Europea: “Puesto que sólo las explotaciones que alcancen un grado mínimo de
competitividad internacional sobrevivirán... en los mercados liberalizados a largo plazo... un objetivo clave de la PAC
debería ser contribuir a la competitividad internacional de un núcleo de explotaciones comerciales en las zonas más
adaptadas de Europa” (Comisión Europea Febrero 2000), es decir, algunas docenas de megaexplotaciones altamente
tecnificadas, empleando una centena de miles de activos frente a los 7 millones actuales.
Estrategia del mundial-ecologismo o global-ecologismo
Se trata de una estrategia Hiperliberal, en la medida en que pretende alinear los precios
agrícolas interiores con los precios internacionales, si bien es verdad que propone también una
intervención pública para remunerar las atenciones de los agricultores esperadas por la
sociedad, especialmente en materia de medio ambiente.
Se corresponde en todos sus puntos con el objetivo a largo plazo de la Comisión que hemos
citado.
Conforme a los deseos de los Estados unidos, del grupo de Cairns (reúne a 15 países exportadores
netos sin subvenciones, entre ellos Canadá, Australia y Nueva Zelanda) y de las instituciones internacionales,
esta estrategia es defendida por las grandes compañías agroalimentarias y por la Oficina
Europea de Uniones de Consumidores.
Esta estrategia se caracteriza por:
• Fuerte crítica al productivismo de la PAC y a su fuerte impacto sobre el medio ambiente
• Se manifiesta en contra de la concentración de ayudas en las grandes explotaciones
• Eliminación rápida de los derechos de aduanas y de las restituciones a la exportación.
• Las ayudas deben desligarse de la producción y deben pagarse por la prestación de
servicios, eventualmente por no agricultores: paisaje sin campesinos.
• Alineamiento de los precios interiores con los mundiales (esto facilitará las negociaciones
internacionales)
• No son necesarias políticas de control de la oferta (cuotas) porque los bajos precios
mundiales se encargan de la tarea. Se renuncia a cualquier tipo de control directo de la
producción
Esta estrategia tiene pocos apoyos entre los sindicatos mayoritarios.
Esta estrategia arrastra graves errores. El peor de ellos es el alineamiento de los precios
interiores con los mundiales, considerados como una norma intangible (el “valor real”), con dos
corolarios también discutibles:
• Se podría combatir la volatilidad de estos precios con los mercados de ventas a plazo y las
ayudas a las aseguradoras agrícolas
•
La renta de los agricultores, de base fluctuante a merced de los precios mundiales, se
aseguraría mediante un sistema estable de “ayuda personal, vitalicia y condicionada a
trabajos de interés público para el espacio rural” de manera que asegure una renta
suficiente a los productores.
Más allá de la condena del dumping por las subvenciones a las exportaciones, esta estrategia
no se preocupa apenas de las consecuencias de la PAC sobre el resto del mundo.
Esta estrategia parece apoyada por los grupos verdes del PE (excepto franceses y belgas).
Algunas ONGs, por desconocimiento del alcance real de los conceptos de protección, de
distorsión y de desacoplamiento, y en nombre de una solidaridad norte-sur mal evaluada
(entendida), aceptan suprimir las protecciones de la UE a las importaciones provenientes del
sur. Una actitud incoherente con los circuitos cortos que preconizan para reducir el uso de
combustibles y para garantizar el seguimiento de los productos.
Estrategia de la Agricultura campesina
• Agricultura campesina y ciudadana
• Agricultura multifuncional
• Agricultura social
• Agricultura sostenible
Esta estrategia está preconizada especialmente por la Coordinación Campesina Europea
(CPE) (en el caso de Francia CP). Su principio básico es reconocer el derecho de cada país a
la soberanía alimentaria, y especialmente a la autosuficiencia para los productos básicos, de
los que forman parte los alimentos para el ganado.
La protección de las importaciones es la modalidad más solidaria de apoyo a las agriculturas:
es efectivamente la única accesible para los países pobres, mientras que las ayudas internas
suponen un dumping todavía más perverso que las subvenciones a la exportación, puesto que
son totalmente opacas para los países terceros e inatacables ante la OMC.
Esta estrategia permite romper también con la “funcionarización” creciente de los agricultores
(las ayudas directas representan en Francia el 94% de la renta neta en cultivos herbáceos y el
95% en carne de vacuno; en el año 2003 supondrán el 126% y el 129% (al margen de las
vacas locas)) y rehabilitar los precios como la base de la renta. Sin embargo, los precios deben
ser los interiores de la UE y no los del mercado mundial. Y ello por varias razones:
• La extremada volatilidad de los precios internacionales paralizaría la inversión agrícola
y desestabilizaría el sector agroalimentario. Los mercados de ventas a plazo no pueden
estabilizar los precios más que unos meses y las aseguradoras subvencionadas
cuestan muy caro a los contribuyentes norteamericanos. Los llamados precios
mundiales corresponden a menos del 10% de la producción mundial de productos de
base. Se trata, por otra parte, de precios de dumping, sea explícito o implícito (ayudas
directas de UE y de EEUU).
• Las firmas agroalimentarias, cada vez más concentradas, los manipulan a su antojo.
• Los monopolios comerciales públicos continúan siendo muy numerosos, especialmente
entre los “liberales” del grupo Cairns y la propia UE diferencia sus subvenciones, y por
tanto los precios mundiales, según los países de destino.
Los precios internos estarían asegurados por descuentos variables a la importación (y no por
derechos de aduana fijos) y para un porcentaje importante de la producción de productos
básicos.
Varias medidas permitirían evitar la acumulación de stocks y la intensificación. El control y el
reparto de las producciones, sin ayudas explícitas (al ser suprimidas las subvenciones) o
implícitas. Se limitaría la extensión de las explotaciones para no frenar la instalación de
jóvenes, incluidos los de origen no agrícola, de los que se tiene cada vez más necesidad.
Además se impondrían medidas de desintensificación a todas las explotaciones, vinculando la
cría del ganado al suelo (por tanto con el abandono progresivo de la cría intensiva de ganado y
de abonos (piensos?) de origen químico) y cesando inmediatamente de subvencionar los
abonos de origen químico que sean fuente de contaminación (entre ellas la irrigación en zonas
lluviosas) y aplicando estrictamente el principio de que quien contamina paga.
Si a pesar de esas medidas de control de la oferta, se hundieran los precios internos, se
aplicaría un precio de forma selectiva sólo para las explotaciones campesinas. En cambio, las
ayudas de estímulo, se pagarían por activo agrario y supondrían de media un porcentaje bajo
dela renta neta, y se pagarían en función de la capacidad de las explotaciones para crear
empleo (y por tanto valor añadido). Se diferenciarían según las dificultades agroclimáticas (más
elevadas en regiones con rendimientos inferiores), al contrario de lo que sucede con las ayudas
actuales y se favorecería la gestión colectiva.
Para evitar una desconexión total entre los precios interiores y los precios mundiales y para
regularizar las fluctuaciones, los principales exportadores negociarían sus cuotas de mercado y
coordinarían sus niveles de stocks, hasta la reducción de tierras de cultivo si fuera necesario.
El establecimiento de la estrategia campesino-ciudadana, la única acorde con las esperanzas
de la sociedad europea y, al mismo tiempo, solidaria con el resto del mundo, tropieza con una
poderosa coalición de intereses.
Agricultura ciudadana:
La agricultura es una actividad demasiado seria y que ocupa demasiadas funciones para que
se reserve su cogestión a un sector del sindicalismo mayoritario (en Francia la FNSEA) bajo la
presión de las firmas agroalimentarias. Es imperativo asociarla a las asociaciones de defensa
del medioambiente, de solidaridad internacional, de consumidores, de parados y de otros
representantes locales, en resumen hacer una agricultura ciudadana. El Tratado de Niza ha
rechazado colocar la PAC en el terreno de la codecisión del PE con el Consejo.
OMC
La política agraria tiene necesidad de una regulación internacional, aunque sólo fuera para
combatir el dumping. Pero bajo su forma actual, la OMC no es la instancia adecuada, porque
su objetivo no es en absoluto asegurar una alimentación suficiente en cantidad y calidad para
los humanos, especialmente para los 830 millones que pasan hambre, sino obtener
“reducciones progresivas sustanciales de ayuda y de protección” de los agricultores en el
mundo entero.
Acuerdo: “Todo menos las armas”
26 de febrero 2001: acuerdo de los quince para eliminar a partir del 05-03-01, los derechos de
aduana y las restricciones cuantitativas para todas las exportaciones (salvo las armas) de los
49 países menos avanzados (PMA) (con algunos años de aplazamiento para el azúcar, el arroz
y las bananas). Este acuerdo alegró mucho a algunas ONGs (estas ONGs (Oxfam del RU, Solagral en
FRA, ) se alinean con las reivindicaciones unánimes de los gobiernos del sur en la OMC para una desprotección
unilateral de los países del norte para las importaciones. En cambio, Vía Campesina (en la que participan el
Movimiento de los SinTierra brasileño y la Coordinadora Campesina Europea en la UE) considera que la protección de
las importaciones de productos alimentarios básicos, vale también para el Norte y permite al Sur asegurar mejor su
autosuficiencia alimentaria). No obstante, el primer aspecto salta a la vista: la UE quiere pode3r
contar con los votos de los 49 PMA para relanzar el Ciclo del Milenio en la OMC, con el fin de
abrir los mercados a sus productos industriales y a sus servicios. Se trata de la misma lógica
que la impulsada por EEUU con su proyecto de Zona de Librecambio de las Américas.
El efecto en los PMA es también claro: el incremento de las exportaciones sólo beneficiará a
las multinacionales a costa del pequeños campesinado y de la autosuficiencia alimenticia. Los
intercambios agroalimentarios de los PMA son fuertemente deficitarios (2,6 millardos de $ en
1998), lo que debería comprometerles a dar prioridad a la satisfacción de las necesidades
alimenticias de su población, antes que a las exportaciones.
Con el “todo excepto las armas”, las exportaciones hacia los quince se harían a precio mundial,
que, para el azúcar, es inferior como media, al coste de producción de todos los países. Los
beneficiarios de la diferencia de precios, serán las empresas azucareras importadoras.
Un librecambio agrícola con Mercosur, tendría efectos catastróficos tanto para la agricultura
europea como para el pequeño campesinado y los consumidores locales. Una medida
realmente benéfica para los países del sur (pero que apenas afectaría a los PMA), sería poner
fin a la escalada arancelaria sobre los productos tropicales transformados con el fin de dejar a
sus economías el valor añadido en las escasas industrias en las que puedan tener una ventaja
comparativa.
Documento de trabajo CPE para una nueva PAC (PAC nº 3), Marzo 2001
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