Evaluación de calidad de vida

Anuncio
~QUIATRIA
Vol. V. Núm. 6. 1993
Evaluación
de calidad de vida
P. González, M. Bousoño,
M. González-(juirús,
C. Pérez de Albéniz
y J. Bobes
Se considera (Bech. 1987) que el interés por la investigación
en calidad de vida fue estimulado
por
Lyndon B. Johnson (Presidente EE.UU .. 1963-1969).
En un mitin político realizado en el Madison Square
Garden el 31 de Octubre de 1964. el presidente señaló: « ... goals cannot be measured in the size of our
bank balance. They can only be measured in the qualit y of life that our people leads ... ». haciendo referencia a que los objetivos no debían ser medidos en términos económicos.
sino en términos de calidad de
vida o bienestar alcanzado por las gentes. Sin embargo, ya en 1958, Galbraith había señalado la necesidad
de medir los resultados del sistema de salud en términos de calidad de vida.
A la hora de evaluar la calidad de vida de los individuos el principal problema con el que nos encontramos reside en definir lo que se va a medir.
Desde los primeros intentos de medición, centrados
fundamentalmente
en aspectos sociales objetivos. hasta la actualidad ha existido una profunda transformación en la definición de qué es lo que se debe medir.
En el momento actual (Ruiz Ros, 1992) existe un
cierto acuerdo por parte de la literatura uni versal al
admitir que la calidad de vida se puede describir como
el conjunto de cuatro factores dominantes:
•
•
•
•
Función física.
Estado psicológico.
Sociabilidad.
Somatización.
Ferrans ( 1985) señala que si bien se ha producido
un considerable avance en la medición de la calidad
de vida con la delimitación de estos factores o dimensiones, la satisfacción con cada uno de ellos y la importancia que les atribuye cada individuo es variable.
no ejerciendo, por tanto. cada uno de los factores el
mismo impacto sobre la calidad de vida global del sujeto.
Fletcher ( 1987) complejiza aún más la situación. ya
que llama la atención sobre la existencia de unos factores moduladores
(edad. sexo, tipo de enfermedad.
gravedad de la misma ..... ) que actuarían sobre las dimensiones anteriormente señaladas. La intensidad. dirección y forma en que actúan estos factores es otra
fuente de ambigüedad en la medida.
Todo ello conduce a que se desconozcan los pesos
de cada una de las dimensiones y factores en la resultante final de calidad de vida, así como a que tampoco
se conozca qué factores son los más afectados en una
enfermedad o situación determinada.
Ruiz-Ros (1992) señala que mientras que para unos
autores los problemas físicos son los que correlacionan más fuertemente con la calidad de vida. para otros
autores tanto los factores psicológicos como los somáticos afectan a la calidad de vida por la estrecha rela-
20
EV ALUACION DE CALIDAD DE VIDA
P. González. M. Bousoño, M. González- Quiros, C. Pérez de Albéniz y J. Bobes
ción de ambos con la falta de satisfacción con la vida,
considerándose esta última como el factor más importante. La dimensión social tendría menor influencia
sobre el estado de salud. siendo. sin embargo, un factor importante en la calidad de vida global del sujeto.
PERSPECTIVA
PSICOSOCIAL
La preocupación por una aceptable calidad de vida
de las personas. desde una perspectiva social y política. se ha materializado en un incremento del número
de trabajos que intentan medir la calidad de vida. Esta
expansión se ha alimentado de un primer interés en el
uso de indicadores sociales objetivos como forma de
monitorización
social (Bauer, 1966), y un posterior
abordaje
del significado
subjetivo
del término
«Calidad de Vida» (Cantril, 1966).
Los indicadores objetivos intentan delimitar los aspectos de la vida material que se consideran necesarios desde una perspectiva social, frente a los indicadores subjetivos, tan importantes una vez cubiertas las
necesidades básicas.
A. Indicadores
sociales objetivos
Una asunción implícita de la aproximación objetiva
a la calidad de vida es que la salud. el medio ambiente
físico, la calidad de la vivienda y otras circunstancias
materiales
son indicadores
válidos de la misma
(Najman y Levine. 1981).
A pesar de la aparente objetividad de estas medidas
y de la simplicidad para identificar a aquellos con escasos recursos. los indicadores sociales no han sido
útiles en el marco de la política social.
Najman y Levine (1981) señalan cuatro aspectos de
los indicadores sociales objetivos que han restringido
su utilidad:
l. Conceptualización
vaga de las dimensiones básicas constitutivas de calidad de vida.
2. Desacuerdo acerca de cuáles son los indicadores
relevantes.
3. Escasa capacidad para relacionar los inputs con
los resultados.
4. Escasa comprensión
de la asociación entre las
condiciones
objetivas y la percepción
subjetiva de
esas condiciones.
Estos autores señalan la diferencia entre un grupo
de autores que a priori imponen una serie de indicadores en base a su validez aparente (Terleckyj,
1977;
Kuz, 1978; Liu, 1978; Flanagan, 1978). Y un segundo
grupo que intenta identificar los aspectos sociales más
importantes.
buscando un cierto consenso universal
acerca de qué indicadores tiene mayor o menor impor-
tancia (ONU, 1966; Drewnoski, 1974; OCDE. 1976).
Flanagan (1978) detalla los elementos primordiales
en la evaluación de la calidad de vida de un sujeto. Su
sistema contiene las siguientes áreas: bienestar físico y
material; relaciones interpersonales; actividades sociales. cívicas y en la comunidad; desarrollo personal y
realización, y ocio.
El segundo grupo de autores concede prioridad a
aquellos aspectos que son percibidos como más importantes o relevantes por la población estudiada, así
la OCDE señala: «La forma en que los individuos y
los grupos perciben los aspectos fundamentales de su
bienestar es un elemento necesario e importante del
programa de los indicadores sociales.»
El Instituto de Investigaciones
de las Naciones
Unidas para el Desarrollo Social (UNRISD) elaboró
en 1966 un informe sobre la composición general del
Indice de Nivel de Vida de la Naciones Unidas. En este informe se diferencian tres tipos de necesidades, integradas cada una de ellas por una serie de componentes:
Composición del/ndice de ni\'el de Vida de las Naciones Unidas
Necesidad
Físim
Cultura
Superior
Componentes
Nutrición
Vivienda
Sanidad
Educación
Tiempo libre y
esparcimiento
Seguridad
Excedente renta
FUl'lIle:
De\'elopmenl
United Naliolls Organization.
Research InstitulC for Social
(1966). The Le"els of Li"ing Index. Reporl N° 4. Gene"a.
Sin embargo. el intento más consistente y prometedor de generar cierto acuerdo conceptual acerca de los
indicadores objetivos que deben ser medidos, procede
de los investigadores de la OCDE ( 1973), que definen
la calidad de vida en términos de situación del individuo en relación a una serie de aspectos sociales nucleares. Estos aspectos señalados por la OCDE incluyen:
A) Salud
l. Probabilidad de una vida sana a lo largo de todas
las etapas de la vida.
2. Impacto de los impedimentos de salud en los individuos.
B) Desarrollo individua/mediante
/a educación:
l. Adquisición por los niños de los conocimientos
básicos, habilidades y valores necesarios para su desarrollo individual y su funcionamiento
adecuado como
ciudadanos en su sociedad.
2. Oportunidades para continuar el autodesarrollo y
propensión de los individuos a utilizarlas.
3. Mantenimiento
y desarrollo por los individuos
del conocimiento,
habilidades y flexibilidad precisas
21
Monográfias de Psiquiatría
para lograr su potencial económico y para poder integrarse ellos mismos en el proceso económico si lo desean.
4. Satisfacción individual con el proceso de desarrollo individual durante el proceso educativo.
5. Mantenimiento y desarrollo de la herencia cultural relativa a la contribución positiva al bienestar de
los miembros de los diversos grupos sociales.
C) Empleo y calidad de vida laboral
l. Disponibilidad de disponer de empleo remunerado para aquellos que lo desean.
2. Calidad de la vida laboral.
3. Satisfacción individual en la vida laboral.
D) Tiempo y ocio
l. Posibilidad de elegir el uso del tiempo.
E) Bienes
y
servicios
1. Disponibilidad personal de bienes y servicios.
2. Número de individuos que sufren privación material.
3. Extensión de la equidad en la distribución del
control sobre bienes y servicios.
4. Calidad, alcance de la elección y accesibilidad de
los bienes y servicios privados y públicos.
5. Protección de individuos y familias contra riesgos económicos.
F) Entornofísico
1. Condiciones de la vivienda.
2. Exposición de la población por el uso y gestión
del entorno físico.
G. Seguridad personal y administración de justicia
1. Violencia, daños y persecución sistemática sufrida por los individuos.
2. Equidad y humanidad de la administración de
justicia.
3. Extensión de la confianza en la administración de
justicia.
H) Oportunidad social
y
participación
1. Grado de desigualdad social.
2. Extensión de la oportunidad para participar en la
vida comunitaria y en las instituciones, así como para
la toma de decisiones.
El Departamento Americano de Comercio (1976),
en su publicación «Indicadores Sociales 1976» desarrolla una serie similar de aspectos sociales.
Como señala Lleó de la Viña (1980), pese a la di22
versidad de enfoques que se puede observar en los índices y criterios objetivos de bienestar, se deduce que
existe un acuerdo general respecto a la importancia de
niveles adecuados de nutrición, vestido, vivienda, sanida~ y demás elementos fisiológicos para la supervivencia.
A estas necesidades básicas, la mayor parte de las
sociedades añaden la educación, seguridad y ocio, juntamente con aspectos cualitativos de los entorno s físico, social, político y económico. Un paso más a tener
en cuenta es el excedente de renta, una vez satisfechas
las necesidades materiales y culturales básicas, que se
considera necesario para el consumo de otros bienes y
servicios disponibles en el mercado.
Desde
otra perspectiva,
la Oficina
de
Administración y Presupuesto, en 1977, identifica tres
tipos de indicadores sociales, cada uno de ellos con
distintos niveles de relevancia política.
El primer grupo lo constituyen los indicadores descriptivos, que son aquellos utilizados en la mayoría de
los casos, y que simplemente proveen detalles acerca
del bienestar implícito de grupos de población concretos.
Los indicadores analíticos son aquellos que relacionan variables independientes con las medidas de bienestar, y los indicadores programáticos que están diseñados para evaluar y monitorizar
políticas o
programas específicos.
Mientras que estas listas de indicadores sociales objetivos representan las áreas de la vida usualmente relacionadas con el concepto de calidad de vida, es claro
que el peso y la prioridad asignados a cualquiera de
ellos es en cierta medida arbitrario.
Palmore y Luikart (1972); Larson (1978);
Wilkening y McGranahan (1978) demostraron que las
condiciones objetivas de vida (por ejemplo ingresos,
educación y otras características sociodemográficas)
estaban sólo marginalmente relacionadas con la experiencia subjetiva de una mejor calidad de vida.
Levi y Andersson (1980) ofrecen una exposición
muy clara de la inexistencia de concordancia entre
unas buenas condiciones objetivas de vida y la experiencia subjetiva de una mejor calidad de vida. «La razón fundamental de esta falta de concordancia, aparentemente paradójica, es que por encima de cierto
nivel mínimo de vida, el determinante fundamental de
la calidad de vida individual es el «ajuste» o la «coincidencia» entre las características de la situación (de
exigencias y oportunidades) y las expectativas, capacidades y necesidades del individuo tal y como las percibe él mismo».
Por ello, sin una comprensión de los valores y creencias de la población implicada, aserciones acerca de
una mayor o menor calidad de vida en determinados
grupos son poco convincentes (Najman y Levine,
1981).
En definitiva, estos autores señalan que los estudios
EV ALUACION DE CALIDAD DE VIDA
P. González, M. Bousoño, M. González- Quiros, C. Pérez de Albéniz y J. Bobes
que únicamente utilizan indicadores objetivos contribuyen escasamente a la comprensión de la experiencia
de calidad de vida.
B. Indicadores sociales subjetivos
Si bien no se puede dudar de la importancia de los
componentes objetivos del bienestar, también es necesario tener presente que las necesidades del hombre no
son solamente materiales. A medida que las necesidades básicas o inferiores se van cubriendo, van surgiendo otras necesidades superiores (Lleó de la Viña,
1980).
Maslow ( 1968) establece una jerarquia de las necesidades humanas. Para este autor, el nivel inferior es el
de la subsistencia: alimentación, vestido, vivienda. El
segundo nivel es la seguridad, que incluye la del medio ambiente y la protección frente al riesgo físico y a
la catástrofe. En el tercer nivel se sitúa la pertenencia
y el amor: necesidad de afecto, satisfacción en las relaciones interpersonales, conformidad a las normas del
grupo, etc. En el cuarto lugar se encuentran la estima
o necesidad de reconocimiento, status, prestigio y dominación. Por último, está la autorrealización como
expresión del propio potencial de llegar a ser lo que
cada uno es capaz de ser.
Para Aggemaes (1988) calidad de vida es, de acuerdo
con el modelo de necesidades básicas, el grado de satisfacción de las necesidades humanas básicas. Este autor
enumera las siguientes necesidades como básicas:
l. Necesidades biológicas elementales, incluyendo
en ellas la necesidad de no sufrir demasiado dolor.
2. Necesidad de contactos humanos cálidos.
3. Necesidad de actividades.
4. Necesidad de una vida variada y en cierto grado
excitante, o una necesidad de no aburrimiento.
Considera que estas necesidades son fundamentales
en el sentido de que han sido encontradas en todos los
seres humanos en las distintas culturas, y que todos
los seres humanos sufren si alguna de estas necesidades está totalmente insatisfecha.
Los indicadores subjetivos de calidad de vida incluyen una serie de términos relacionados tales como felicidad, satisfacción con la vida y bienestar general
(Najman y Levine, 1981).
Cuando se habla de felicidad, se suele pensar en las
condiciones de la felicidad más que en lo que ella misma pueda ser. Se la identifica con un repertorio de
condiciones o se piensa en los medios de conseguirla
o conservarla, omitiendo con ello algo fundamental: la
felicidad tiene que ser mía (Marías, 1989).
Es cierto que, como señala Cuervo-Arango (1990),
es difícil obtener una medida fiable del bienestar o de
la calidad de vida de los individuos a través de indica-
dores subjetivos, pero no por ello se ha abandonado
esta idea y, por el contrario, se han realizado intentos,
cada vez más numerosos, para identificar los mejores
predictores de felicidad o satisfacción con la vida.
Diversos
autores, como Campbell
(1976);
Wilkening y McGranahan (1978); Weaver (1978),
mostraron que descripciones positivas de la situación
matrimonial y familiar eran buenos, sino los mejores,
predictores de felicidad o satisfacción con la vida.
Kennedy (1978) señala la amistad; Robinson (1973) el
compromiso con los demás; Palmore y Luikart (1972)
la participación en organizaciones; y Hadaway (1978)
la religión, siendo todos ellos factores asociados a un
mayor nivel de satisfacción y/o bienestar.
Los estudios de Rodgers (1977); Near (1978): y
Orden y Blackbum (1968) sugieren que la estabilidad
y conformidad con las expectativas sociales contribuirían a una mayor felicidad y calidad de vida. Es más,
existen evidencias directas e indirectas que sugieren
que la felicidad, en gran parte, es una consecuencia de
la distancia entre las propias expectativas y los logros
alcanzados (Najman y Levine, 1981).
La evidencia indirecta se centra en la relativamente
débil relación positiva que existe entre el status objetivo o el índice económico y la expresión subjetiva de
satisfacción con determinadas áreas de la vida relevantes.
La evidencia directa proviene de estudios que comparan las aspiraciones o logros y los niveles de satisfacción.
En suma, los determinantes más importantes de un
elevado nivel subjetivo de calidad de vida parecen ser:
l. Relaciones sociales positivas, estables e íntimas.
2. Ausencia de distancia entre las expectativas y los
logros alcanzados;
aspectos ambos que identifican las variables más
importantes relacionadas con los índices subjetivos de
calidad de vida.
Si bien los indicadores subjetivos de calidad de vida
obtienen hallazgos relativamente estables y consistentes, sin embargo, resulta difícil aceptar una serie de indicadores que varían al cambiar las expectativas personales. Parece de poco sentido afirmar que personas
pobres o enfermas tienen una elevada (subjetiva) calidad de vida a pesar de sus objetivamente inferiores
circunstancias. En definitiva, no es posible aceptar ingenuamente los relatos personales acerca de la propia
felicidad o calidad de vida como valores de hecho
(Najman y Levine, 1981).
PERSPECTIVA
SANITARIA
En medicina, la preocupación por valorar las repercusiones que la enfermedad y su terapéutica producían
23
Monográfias de Psiquiatría
en la vida de los pacientes
dio lugar en 1949 a la
Escala de Incapacidad de Karnofsky que evaluaba el
impacto de la quimioterapia
sobre la vida de los pacientes cancerosos.
Desde la oncología el interés por medir la calidad
de vida de los pacientes se extendió rápidamente
a
otros campos de la medicina,
como cardiología
(Wengwe, 1984; Fletcher, 1987; Mayou, 1987, 1990),
reumatología (Hunt, 1981), Y más recientemente
nefrología (unidades de diálisis) (Kalman, 1983; Evans,
1985; Soskolne, 1987; Wolcott, 1988; Koch, 1990),
medicina psicosomática (Bech, 1987, 1990), psicogeriatría y psiquiatría
(Dupuy, 1978; Hodges, 1981;
Lester, 1986, 1988; Reynolds,
1988; Hunt, 1989;
Wells, 1989; Bech, 1990; Moak, 1990), neurología
(Hunt, 1980).
Baca (1991) establece una cronología en cuanto al
desarrollo de la calidad de vida en las distintas áreas
de la medicina. Diferencia entre áreas clásicas y áreas
en desarrollo.
Entre las áreas clásicas se encontrarían: oncología,
enfermedades respiratorias crónicas, enfermedades hemato lógicas, cirugía cardíaca y digestiva, hipertensión, nefropatías, y patologías cerebrovasculares.
En las áreas en desarrollo se encuentran según este
autor: rehabilitación, dolor crónico, geriatría, demencia, depresión, insomnio y SIDA.
Este mismo autor señala los grandes retos de las
medidas de calidad de vida, destacando entre ellos los
pacientes agudos sin conciencia de enfermedad (manía), los pacientes esquizofrénicos y las demencias.
Con el tiempo, no sólo se extendió la preocupación
y la medición de la calidad de vida a la mayor parte de
los campos de la medicina asistencia!, sino que se perfeccionó lo que se medía y los instrumentos con que
se medía.
Spitzer (1981) Y Dracup y Raffin ( 1989) resumen
las características fundamentales que deben reunir los
instrumentos de medida:
l. Deben ser instrumentos simples, fáciles de entender, recordar, administrar y registrar.
2. Deben incluir todo el intervalo de dimensiones de
la calidad de vida.
3. Su contenido debe ser compatible con la perspectiva de la comunidad, y las dimensiones deben surgir
de las opiniones de los pacientes, de la población sana
y de los profesionales de la salud.
4. Deben ser cuantitativos.
5. Deben ser aplicables a la mayoría de las situaciones y poco influenciables por factores como edad, sexo, ocupación o tipo de enfermedad.
6. Deben ser fácilmente aceptados por aquellos que
evalúan y aquellos evaluados.
7. Deben ser sensibles a los cambios en la situación
clínica de la persona evaluada.
8. Deben ser discriminantes
entre grupos de perso-
24
nas con diferentes niveles apreciables
de calidad de
vida.
9. Los resultados deben ser consistentes
con otras
medidas de salud, situación clínica o etapa vital.
10. Deben ser formalmente validados antes de recomendarse para uso amplio y general.
Guyatt y Jaeschke (1990), diferencian dos tipos de
medidas de calidad de vida: índices genéricos, e índices específicos.
Ambos tipos de medidas presentan
una serie de
ventajas e inconvenientes señaladas por Baca ( 1991),
y que se recogen en el siguiente cuadro:
Genéricos
VeII/aja.1
IIlCOIll'Cllicll/cs
Instrumentos únicos.
Validez y fiabilidad
establecidos.
o Detectan efectos
diferenciales.
o Establecen comparaciones
entre intervenciones.
o Familiaridad alta.
o Alta comprensibilidad.
o
Calidad vida
representada
numéricamente.
o
No comparan.
Límites (población.
intervención ).
o
o
Específicos
o
o
Son más sensibles.
Concordancia clínica.
o
Dentro de los índices genéricos, Guyatt y Jaeschke
(1990) diferencian entre perfiles de salud y medidas
de utilidad.
Entre los perfiles de salud cabe destacar el Sickness
Impact Profile (Bergner,
1976), y el Nottinghan
Health Profile (Hunt, 1981).
Bergner (1976) describe como el Perfil de Impacto
de la Enfermedad fue concebido como una medida del
status de salud percibido por el sujeto que proveería
un perfil descriptivo de los cambios en el comportamiento de una persona debidos a la enfermedad.
Gilson (1975) subraya el significado de «Sickness»,
que sería interpretado
como la experiencia personal
del individuo acerca de la enfermedad, percibida a través de los efectos de la enfermedad en las actividades
cotidianas, sentimientos y actitudes. En este sentido,
«Sickness» contrastaría con el sentido médico de la
enfermedad basado en la observación clínica.
Hunt (1981) establece
las diferencias
entre el
Sickness
Impact Profile y el Nottingham
Health
Profile, señalando que este último pregunta directamente acerca de sentimientos y estados emocionales,
y no indirectamente
a través de modificaciones
comportamentales como el Sikness Impact Profile.
Entre las medidas de utilidad se encuentra la Matriz
de Rosser
(Rosser.
1980), el Time Trade-off
(Torrance, 1972), y los QALYs (Kaplan, 1989).
Los QALYs son la expresión
matemática
del
EV ALUACION DE CALIDAD DE VIDA
P. González. M. Bousoño, M. González- Quiros. C. Pérez de Albéniz
Modelo de Política General de Salud (GHPM) desarrollado
por un grupo de investigadores
de la
Universidad de San Diego (California). Este modelo
es utilizado fundamentalmente
en la evaluación de los
programas de salud y en los estudios coste-eficacia de
las intervenciones médicas.
Kaplan y Anderson ( 1988) subrayan las dos importantes consecuencias
que poseen la enfermedad y la
discapacidad.
En primer lugar. la enfermedad puede
producir un acortamiento de la esperanza de vida. En
segundo lugar. la enfermedad puede hacer la vida menos deseable. esto es la «calidad de vida relacionada
con la salud» estaría disminuida.
Kaplan y Atkins (1989) señalan que se trata de un
modelo que puede ayudar a los pacientes a tomar sus
propias decisiones sobre las distintas intervenciones
médicas posibles. Con el fin de ayudar a los pacientes
a comprender los resultados de salud. es necesario suministrarles un modelo comprehensivo de los estados
de salud que tenga en cuenta los distintos resultados
posibles.
Como señala Kaplan ( 1991) el modelo propuesto
por su equipo investigador de la Universidad de San
Diego. conceptual iza el estado de salud en distintos
componentes:
• Esperanza de vida (mortalidad).
• Funcionalismo y sintomatología (morbilidad).
• Preferencia por determinados estados funcionales.
(utilidad).
• Duración de la permanencia en el estado de salud
(pronóstico ).
Los QALYs integran los distintos componentes del
modelo con el fin de expresar los resultados en una
unidad de medida común. Utilizando
información
acerca del actual funcionamiento
y duración del mismo. es posible expresar resultados de salud en términos de «equivalentes
de buenos años de vida» o. lo
que es lo mismo, Años de Vida Ajustados a Calidad
(QALY. acrónimo en inglés).
Por ejemplo, si hipotéticamente consideramos a una
persona que necesita un bastón o un andador para desplazarse como con un estado de funcionamiento
de
0.50 en una escala que va de O al, y esa persona permanece en ese estado durante un año. ese individuo
habrá perdido el equivalente a medio buen-año de vida, es decir medio QALY.
Ahora bien, si por el contrario consideramos a una
persona aquejada de una gripe de tres días de duración, que hipotéticamente también puntúe en la escala
de funcionamiento 0,50, el total de buenos-años de vida o QALYs perdidos por esa persona sería de 3/365 x
0.50= 0,004 QALY.
Las dos principales ventajas, señaladas por Kaplan
(1991) del GHPM sobre las aproximaciones
tradicionales a la medida de los resultados de salud son:
y
1. Bobes
• la existencia de una unidad común (QALY) para
expresar los beneficios y las consecuencias
de la salud, y
• el énfasis en la duración y pronóstico de la enfermedad. más que en sus efectos en un único punto en el
tiempo.
Los índices específicos serían aquellos dirigidos a
enfermedades, funciones, poblaciones. condiciones o
problemas concretos.
En el área del bienestar psicológico,
McDowell y
Newell (1987) señalan que en la actualidad se dispone
de un gran número de instrumentos para medir salud
psicológica. o «bienestar subjetivo».
Campbell (1976) clasifica los métodos de medida
del bienestar psicológico en tres grupos en función de
su desarrollo cronológico:
• Bienestar psicológico como proceso cognitivo: el
individuo compara sus aspiraciones con la propia percepción de su situación actual. Evalúan el bienestar en
términos de satisfacción con la vida. Son las primeras
medidas desarrolladas en el tiempo, y como intrumento de evaluación cabe destacar Life Satisfaction.
• Una segunda categoría estaría representada por las
escalas que registran las respuestas afectivas frente a
la experiencia diaria: Estados emocionales inspirados
por la vida cotidiana. Una escala perteneciente a este
grupo sería: Bradburn's Scale.
• La tercera aproximación estaría representada por
los elementos de screening de Distrés Psicológico .
Representan una orientación más clínica, aunque no
realizan clasificaciones
diagnósticas. únicamente detectan signos de distrés psicológico general. Estas escalas evalúan bienestar psicológico por exclusión, inferiéndolo
a partir de la ausencia de síntomas de
distrés. A este grupo pertenece
el General Health
Questionnaire y el General Well-Being Schedule.
Existen dos tipos de instrumentos
para la evaluación del bienestar psicológico que serían:
a) Symptom Checklists, o listado de síntomas. que
incluyen síntomas comportamentales
y somáticos de
distrés. Pertenecen
a este grupo el Health Opinion
Survey (McMillan,
1951) y la Langner's
Scale
(Langner, 1962);
b) Las aproximaciones a través de preguntas que interrogan directamente acerca de síntomas positivos y
negativos de bienestar.
Dentro de este grupo cabe
mencionar la Bradburn's Affect Scale.
McDowell y Newell (1987) establecen las diferencias entre una y otra aproximación
señalando como
los listados de síntomas son más objetivos y disimulan
mejor la intención de medir, hecho favorable si se tiene en cuenta que un gran número de sujetos se mues25
EV ALUACION DE CALIDAD DE VIDA
P. González, M. Bousoño, M. González- Quiros, C. Pérez de Albéniz y J. Bobes
tra reticente a expresar sus verdaderos sentimientos.
Por el contrario. estas listas presentan como inconvenientes la posibilidad de que trastornos físicos sean
clasificados como trastornos psicológicos. y que sólo
son capaces de detectar las formas más severas del
trastorno.
Estos mismo autores señalan la aparición en los últimos años de escalas híbridas constituidas por los mejores aspectos de las listas de síntomas y de las preguntas directas. Representantes de este nuevo modelo
de aproximación al bienestar psicológico son el
General Health Questionnaire (Goldberg, 1970) y el
General Well-Being Schedule (Dupuy, 1977).
De entre las numerosas escalas de calidad de vida
existentes. merece destacar por su elevado nivel de
aplicación en el área francófona, el Functional Status
Questionnaire (FSQ). Este instrumento recientemente
se erigió en un componente principal en la evaluación
médica, ya que proporciona una medida comprehensiva y global del impacto de diversas enfermedades y
tratamientos sobre la satisfacción del paciente.
El FSQ se diseñó para evaluar el funcionamiento
del individuo en seis áreas principales, tal como se recoje en el siguiente cuadro (Souetre y cols., 1993).
F.S.Q.
FUNCTIONAL STATUS QUESTIONNAIRE
Actividades hásicas de la
Funcionamiento
~~ísico
vida diaria
Actividades intermedias de
la vida diaria
Funcionamiento
Psicológico
Salud Mental
Frecuencia
contactos
Calidad de las interacdoncs
Relacciones
sexuales
Días de
discapacidad
Sentimientos acerca
de la Salud
La tabla que a continuación se adjunta representa un
intento de delimitar el ámbito y definir los objetivos
de las distintas. y cada vez más numerosas, escalas de
calidad de vida.
INSTRUMENTOS
COMPUTERIZADOS
El Quality of Life Questionnaire (QLQ) (Evans. D
y Cope. W, 1989) es un instrumento de autoevaluación
que consta de 129 ítems que evalúan 15 áreas específicas de la vida y que contiene además una escala de deseabilidad social.
Se trata de un cuestionario sencillo, de fácil comprensión, cuyo tiempo de administración es aproximadamente treinta minutos, existiendo una versión computarizada para su corrección e interpretación, y que a
juicio de los autores resulta paradigmático por su grado de utilización y extensión en el mundo angloparlante.
El QLQ se creó con la intención de evaluar de forma directa la calidad de la vida de un sujeto en un amplio espectro de áreas específicas de la vida.
Esta aproximación a la calidad de vida contrasta
con otros esfuerzos de medir calidad de vida como es
el caso de los indicadores
sociales (Gitter y
Mostofsky, 1973) Ylas medidas de satisfacción con la
vida (Andrews y Withey, 1976; Campbell, Converse y
Rodgers, 1976;Zautra, 1983).
La aproximación del QLQ se basa en la asunción de
que ciertas acciones o conductas de un individuo en
respuesta a unas áreas específicas de la vida pueden
ser consideradas como representativas de una buena
calidad de vida.
De acuerdo con el cuerpo teórico del QLQ se procedió a la revisión de la literatura para determinar cuáles
eran las áreas que el cuestionario debería evaluar.
Blau (1977) hace referencia a aspectos de la vida
como son trabajo, ocio, contacto social, familiar, amor
y autoaceptación.
Flanagan (1978) da una relación más detallada de
los elementos importantes en la evaluación de la calidad de vida de un sujeto. Este autor propone las siguientes áreas: bienestar físico y material; relaciones
con los demás; actividades sociales, cívicas y en la comunidad; desarrollo personal y realización, y ocio.
En base a un análisis preciso de los sistemas anteriormente indicados y de otros (Gitter y Mostofsky,
1973; Campbell, Converse y Rodgers. 1976; Zautra,
Beier y Cappel, 1977), Evans y Cope conceptual izaron una estructura de calidad de vida compuesta por
cinco áreas principales.
Cada área, a su vez, estaba constituida por una serie
de subáreas, siendo finalmente 15 áreas las necesarias
para evaluar la calidad de vida de un sujeto. Además,
se incluyó una escala de deseabilidad social para per27
Monográfias de Psiquiatría
Arcas de Calidad de Vida (Emns y Cope, /(89)
Arcas principales
SI/bóreas
Bienestar
Bienestar material
Bienestar físico
Desarrollo personal
general
Relaciones
interpersonales
Participación
Actividad
en organizaciones
laboral
Ocio y actividades
Relaciones
Relaciones
Relaciones
Relaciones
maritales
filiales
familiares
sociales
Altruismo
Política
Características
trabajo
Relaciones en el trabajo
Satisfacción con trabajo
recreativas
Actividad creativa
Actividad deportiva
Vacaciones
Evans, D. y COpl:. \V. En: Quality of Lik Queslionnaire.
Health SySh:ms. frlt.:. 198Y.
Fue/lle:
28
Manual. 1\1ulti-
mitir valorar la influencia de la deseabilidad social en
las respuestas de los sujetos.
El QLQ se confirma. pues. como un nuevo instrumento válido para evaluar calidad de vida. así como el
impacto de los programas comunitarios de salud general y mental sobre la calidad de vida.
~QUIATRIA
Vol. V. Núm. 6. 1993
BIBLIOGRAFIA
Aggernaes A: The Connection between the Concepts of Quality of
Life. Health. Needs. Emotions
and Reason
(manuscrito).
Aarhus. junio 1988.
Alonso
1. Antó JM y Moreno
C: Spanish
Version
of the
Notlingham
Health Profile:
Translation
and Preliminary
Validity. Am J Public Health. 1990.80:704-708.
Andrews FM y Withey. SB: Sociallndicators
o(Wel/-Being.
New
York. Plenum Press. 1976.
Argyle M: La Psicología
de la Felicidad.
Madrid.
Alianza
Editorial. 1992.
Baca-Baldomero
E: Symposium
Internacional
sobre Calidad de
Vida. Roma. 1990.
Baca-Baldomero
E: Calidad de Vida. Ponencia
presentada
a la
XVI Reunión Nacional de la Sociedad Española de Psiquiatría
Biológica. Vitoria. 1991.
Bachrach
LL: Deinstitlltionali~ation:
An Analrtic
Reriell" al/(I
Sociological
Perspecti\·e.
Md. National Institute ol' Mental
Health. Rockville. 1976.
Baker F y Intagliata
J: Quality
of Life in the Evaluation
ol'
Community
Support
Systems.
Eralllation
and Progralll
Pl1II1IIing. 1982.5:69-79.
Barcia D. Ruiz ME. Borgoños E. Salorio P y Morcillo L.: Calidad
de vida del paciente Esquizol'rénico.
Picopatología
(Madrid l.
12 (3): 96-104.1992
Bech P: Quality
of Life in Psychosomatic
Research.
A
Psychometric Model. Psychoparhologr
1987.20: 169-179.
Bech P : Measurement
of Psychological
Distress and Well-Being.
P.\\"chother P.I'\"c1IOS01ll1990.54:77-89.
Bech 'P: Problems
in Measurement
Quality
of Life in
Schizophrenia.
Nort Psrkiarr Tid.ukr 1990.44:77-79.
Bech P: Health-Related
Quality of Life: Psychometric
Validity
(manuscrito). PB\gb-a.junio
199111I.
Bech P: Sexto Congreso
Europeo de la Asociación
Europea de
Psiquiatría. Barcelona. noviembre 1992.
Bergner
M y cols.: The Sickness
Impact Profile:
Conceptual
Formulation
and Methodology
fOl' the Development
ol' a
Health Status Measure. Int J Health Se1'\" 1976. 6:393-415.
Bestuzhev-Lada
1: Way of Life and Related Concepts as Parts of a
System ol' Sociallndicators.
En: Szalai. A. y Andrews.
F.
(eds.). The QlIalin' of"Lif"e: C01llpa/'{/til'e Stlldies. Beberly Hills.
Sa"e 1980
Bigell~w·DA.
Brodsky G. Steward L y cols.: The Concept and
Measurement
01' Quality
of Life as a Dependent
Variable in
Evaluation
of Mental Health Services. En: Stahler GJ. Tash
WR (eds.).
lnno\'arire
Approaches
to Mental
Health
E\'{/llIarion. New York. Academic Press. 1982.
Bigelow DA. Brodsky G. Steward L y cols.: Quality of Life ol'
Community
Mental Health Program
Clients:
Validating
a
Mesure. COllllllllllÍt\· Mental Health .lolll'lwl 1991. n( 1):43-55.
lIlejoBirdwood G: Calidad"de Vida: iCólIlo se pllede emlllar
rar? Prohlelllas Vasclllares en la PrlÍctica Diaria. Barcelona.
Ciba-Geigy.1988.
Blanco-Abarca
A: La Calidad de Vida: Supuestos Psicosociales.
En: Morales
JF. Blanco-Abarca
A. Huici Casal C y
Fernández
JM (eds.). Psicología
Social Aplicada.
Bilbao.
Desclée de Brouwer. 1985.
Blanco-Abarca
A y Chacón F: La Evaluación
de la Calidad de
Vida. En: Morales JF. Blanco-Aharca
A. Huici Casal
C y
Fernández
JM (eds.). Psicología
Social Aplicada.
Bilhao.
Desclée de Brouwer. 1985.
Bohes 1: Salud Mental y Calidad
de Vida en Estudiantes
de
Medicina y Enfermería
de la Universidad
de Oviedo. INTUS
Córdoba.
1991. 3(2):43-66.
Borgoñó Martínez E: Estudio de Calidad de Vida en Pacientes esquizofrénicos.
[Tesis Doctoral]. Universidad de Murcia. 1993.
Bradhurn
NM: The Structure
of Psychological
Well-Being.
Chicago. Aldine. 1969.
Calman KC: Definitions
and Dimensions
of Quality ol' Life. En:
Aaronson-Beckman
(ed.). The QlIalir.\' ot Lité of Cancel'
Patimts. New York. Raven Press. 1987.
r
29
Monográfias de Psiquiatría
Campbell A. Converse PE y Rodgers WL: The Quali!.\' o/
Americall Li(e, New York. Russell Sage Foundation. 1976.
Cantril H: The Pattel'll o( HUlllall COlleel'lls. New Brunswick. Nl.
Rutgers Univ. Press:1965,
Chubon R: Development of Quality of Life Rating Scales for Use in
Health-Care Evaluations. Eml Health Prof 1987. 10:186-200.
Cohen CL y Sokolovsky l: Schizophrenia and Social Networks:
Ex-Patients in the lnner City. Sehi;.ophrellia Bul/etin 1978.
4:546-550.
Cohi A: Estudio Comparativo de la Calidad de Vida en Pacientes
Esquizofrénicos
según la Condición de Tratamiento.
Re\'
Psiquiatría Fae Med Barna. 1990. 17(5):201-218.
Craig Tl. Van Natta PA: Disability and Depressive Symptoms in
Two Communities. AIII ] Ps\'chiatr\' 1983. 140:598-601.
Cuervo-Arango MA: SatisfaccilSn Residencial: una Aproximación
Psicosocial a los Estudios de Calidad de Vida (Tesis Doctoral),
Universidad Complutense. Fac. de Psicología, Madrid. 1990.
Dacrup K y Raffin. T: Withholding and Withdrawing Mechanical
Ventilation: Assessing Quality of Life. Am Rel' Respir Dis
1989.140 (Suppl):44-46.
Dalkey N y Rourke. D: The Delphi Procedure al/(I Rating Quali!.\'
(dL((e Faelon, QualilY o(Li(e COllcept. Washington De,
Environmental Protection Agency. 1973.
Dunbar Gc' Stoker MJ, Hodges TCP y Beaumonl, G: The
Development of SBQOL - a Unique Scale for Measuring
Quality of Life. The Brit ] o( Medical Eeollolllics 1992. vol.
2:65-74.
Dupuy Hl: Se!f~Represelllalioll.l' o( Gelleml Psychological Wel/Beillg (!(Alllericall Adults. Paper Presented at American Public
Health Association Meeting, L.A .. California. 1978.
Encuesta sobre la Calidad de Vida en España. MOIlOgrqffas sobre
Medio Alllbiell1e. n° 2. Madrid. CEOTMA. 1979,
Evans RW. Manninen DL. Garrison LP. Hart L. Blagg CR.
Gutman RA y Lowrie EG: The Quality of Life with End-Stage
Renal Disease, N Engl 1 Med 1985. 312:553-559.
Evans DR y Cope WE: Quality of Life Questiolll/(/ire. New York.
Multi-Health Systems. lnc. 1989,
Fernández López lA: Calidad de Vida en Pacientes Hipertensos de
la Comunidad de Riosa (Asturias),
Comparación
con
Población General del Mismo Medio, Tesis Doctoral. Univ, de
O\'iedo. 1992,
Ferrans C y Powers M: Quality of Life lndex: De\'elopment and
Psychometrics Properties, Adl' Nurs Sci 1985. 15-24.
Flanagan lC: A Research Approach to lmproving our Quality of
Life. AIII P,\\'cho/1978. 138-147,
Fletcher AE. Hunt BM y Bulpitt Cl: Evaluation of Quality of Life
on Clinical Trials of Cardiovascular Disease. ] Chroll Dis
1987.40: 557-566.
GarCÍa-Riaño D: Calidad de Vida: Aproximación HistóricoConceptual. Boletín de Psimlogía 1991. 30:55-94.
GarcÍa-Riaño D e lbáñez E: Calidad de Vida en Enfermos Físicos.
Rev Psiquialría Fac Medicina Barna. 1992. 19 (4): 148-161.
Gehrman F: "Valid» Empirical Measurement of Quality of Life,
SOl'/ndicat Res 1978. 5( 1):73.
Gilson BS y cols,: The Sickness Impact Profile: Development of an
Outcome Measure of Health Care. Am ] Public Health 1975.
65: 1304-1310,
Gitter GA y Mostofsky DI: The Social Indicator: An lndex of the
Quality of Life. Social Biology 1973.20:289-297.
Goldberg DP y Blackwell P: Psychiatric llIness in General
Practice. A Detailed Study Using a New Method of Case
Identification. Br Med ] 1970. 2:439-443.
Goodinson S y Singleton l: Quality of Life: A Critical Review of
Current Concepts. Measures and their Clinications. 1m] Nws
Stud 1989. 26:327-341.
Hadaway CK: Life Satisfaction and Religion: A Reanalysis. SOl'
Force.157(2). Special Issue: 636. 1978.
Hadaway CK: Religious Commitment and the Quality of Life in
American Society. Rel' Beha Res 1978. 19(3):295,
Haes de lC y Van Knippenberg FC: Quality of Life lnstruments for
30
Cancer Patients: Babel's Tower Revisited. ] Clill Epidemiol
1989. 42: 1239-1241.
Heinrichs DW. Hanlon TE y Carpenter WT: The Quality of Life
Scale: An Instrument for Rating the Schizophrenic Syndrome,
Schi;.ophrellia Bul/etill 1984. 10 (3 ):388-398,
Hodges T: B.Q,O.L: Middlesex. Beecham Pharmaceuticals. 1981.
Holmes C: Health Care and the Quality of Life: a Review. ] Adl'
Nur,l' 1989. 14:833-839.
Horley l: Life Satisfaction. Happiness. and Morale: Two Problems
with the Use of Subjetive Well-Being lndicators, Geronlologisl
1984.24:124-127.
Hunt S y cols,: The Nottingham Health Profile: Subjective Health
Status and Medical Consultations.
SOl' Sci Med 1981.
15A:221-229,
Hunt S y cols.: Reliability of a Population Survey Tool for
Measuring Perceived Health Problems: A Study of Patients
with Osteoarthrosis, ] Epidemiol Comlllunily Heallh 1981.
35:297-300,
Hunt S: Assessing the Impact of Drugs on Quality of Life: Pitfalls
and Posibilities. En: Quali!.\' o( Li(e and lhe Assessmenl o(
Drug Efjicacy. Healthcare Education Services LId. 1989.
lern S: Calidad de Vida e Hipertensión, En: Hansson L (ed.).
Hipertensioll
Yearbook. Londres. Ed. Gower Academic
lournals. 1987.
lette AM y cols.: The Functional Status Questionnaire: Reliability
and Validity when Used in Primary Care. ] Gell 1111Medicille
1986. vol. 1:143-149,
loyce CRB: Medicines ami RisklBelle.fil Decisiolls: Measuring lhe
Psychosocial
Bene/ir o(Medicines.
Centre for Med Res
Wkshop. Lancaster. MTP Press Limited. 1985.
loyce CRB: Quality of Life. The State of the Art in Clinical Assess
ment. En: Walker SR y Rosser RM (eds.). Quali!.\' o(Li(e:
Assesmellt ami Applicalion. Lancaster. MTP Press Limited.
1987.
Kalman. TP. Wilson. PG. Kalman. CM: Psychiatric Morbidity in
Long-Term Renal Transplant
Recipients
and Patients
Undergoing Hemodialysis. lAMA 1983.250:55-58,
Kaplan RM y Andersson lP: The General Health Policy Model:
Update and Applications. Heallh Senices Research 1988.
23:203-235.
Kaplan RM y Atkins Cl: The Well- Year of Life as a Basis for
Patient Decision Making, Palienlaml Educalion CoulIseling
1989.13:281-295.
Kaplan RM: Health-Realted Quality of Life in Patient Decision
Making. ] Social/s.l'ues 1991, 47(4):69-90.
Karnofsky DA y Burchenal lH: The Clinical Evaluation of
Chemotherapeutic
Agents in Cancel. En McKad (ed.).
El'alualioll o( Chemotherapeulic
Agenls.
New York.
Columbia. Univ, Press. 1949.
Kennedy
Northcott H y Kinzel C: Subjetive Evaluation of WellBeing: Problems and Prospects. SOl' /lIdical Res 1978.
5(4):457-474.
Koch U y Muthny FA: Quality of Life in Patients with End-Stage
Renal Disease in Relation to the Method of Treatment.
PS\'cholher P,\\'ehosom 1990. 54: 161-171.
Kottké Fl: Philosophic Considerations of Quality of Life for the
Disabled. Arch Ph\'s Med Rehabil 1982. 63:60-62.
Kuz TL: Quality of Life. an Objetive and Subjetive Variable
Analysis, Reg Stud 1978. 12:409.
Lamb HR: The New Asylums in the Community. Arehil'es o/
Gelleml Ps\'chiatr\' 1979. 36: 129-134.
Lamb HR: Structure:' The Neglected Ingredient of Community
Treatment. Archil'es o( General Psichiatn' 1980. 37: 12241228.
.
.
Langner TS: A Twenty-two ltem Screening Score of Psychiatric
Symptoms lndicating Impairment. ] Health Hum Belul\' 1962.
3:269-276,
Larson R: Thirty Years of Research on the Subjetive Well-Being of
Older Americans. ] Gerollt 1978. 31( 1):109,
Lawton MP: The Varieties of Well-Being, En: Malatesta CY y
L
BIBLIOGRAFIA
Izard CE (eds.l. Emotion in Adlllt Del"eJopment. California.
Sage Publications Inc .. 1984.
Lehman AF y col s.: The Quality 01' Life 01' Chronic Patients in a
State Hospital and in Community Residences. Hospital al/ll
COIllmllnit\" Ps\"chiatr\" 1986.37(9):901-907.
Lehman AF"y cols.: Á Quality 01' Life Interview 1'01' the
Chronically Mentally IlI. E\'lllllation al/ll Program Planning
1988.11:51-62.
Leighton J: The New Era 01' Quality 01' Life Assessment. En: SR
Walker y RM Rosser (eds.). QlIality of Life: Assesment al/(I
Application. Lancaster. MTP Press Limited .. 1987.
León-Marín R. Pérez San Gregorio MA y Blanco-Picabia A:
Perspectivas Actuales de la Calidad de Vida. Un Estudio
Bibliométrico. Anales de Psiqlliatría 1991.7(8):340-345.
Levi L. Anderson L: La Tensión Psicosocial. Población. Ambienle
\" Calidad de la Vida. México, El Manual Moderno, 1980.
Liu "B:Variations in Social Quality 01' Life Indicators in Medium
Metropolitan Areas. Am J Econ Sociol 1978. 37(3 ):241.
Lleó de la Viña. J: Planificar para el Hombre. En: La Calidad de
Editorial Medio
Vida en el Proceso
de HIIII/(/ni~ación.
Ambiente. Madrid. 1980.
MacMillan AM: The Health Opinion Survey: Technique 1'01'
Estimating Prevalence 01' psychoneurotic and Related Types 01'
Disorder in Communities. Psychol Rep 1957, 3:325-339.
Marías J: La Felicidad HlImana. Alianza Editorial. Madrid, 1989.
Martin P, Chignon JM. Dissoubray C. Souetre E y Ades J: QlIaliry
of Life in Patiens
)
1
Treated .tár Alcohol
Abllse or Dependence.
VI congreso del colegio Europeo de Neuropsicofarmacologia.
Budapest. Octubre. 1993.
Maslow AH: Toward a Psvchology
of Being. Princeton. Van
Nostrand. 1968.
Massion AO, Warshaw MG y Keller MB: Quality 01' Life and
Psychiatric Morbidity in Panic Disorder and Generalized
Anxiety Disorder. Am J PsycllÍatry 1993, 150:4. abril: 600607.
Mayou R y Bryant B: Quality 01' Life after Coronary Artery
Surgery. Q J Med 1987,62:239-248.
McDowell I y Newell C: Measuring Health: A Guide to Rating
Scales and Questionnaires. New York. Oxford University
Press. 1987.
Michaelos AC: Satisfaction and Happiness. Sodal Indicators
Research 1980. 8:385-422.
Michaelos AC: Multiple Discrepancies Theory (MDT). Social
Indicalors Research 1985. 16:347-413.
Moak GS: Improving Quality in Psychogeriatric
Treatment.
Ps\"chiatric Clinics of Norlh AmerÍ("a 1990. 13:99-111.
Muñoz PE. Vázquez-Barquero JL y cols.: Study 01' the Validity 01'
Goldberg's 60 Items GHQ in its Spanish Version. Social
P.l'\"chiatn- 1978. 13:99-104.
Najman JM y Levine S: Evaluating the Impact 01' Medical Care
and Technologies
on the Quality 01' Life: A Review and
Critique. Soc Sci Med 1981. 15:107-115.
Near Jp y cols.: Work and Extra-WOl'k Correlates 01' Life and Job
Satisfaction. Acad Mgmt J 1978.21 (2):248.
Neugarten BL. Havighurst RJ. Tobin SS: The Measurement 01' Life
Satisfaction. J Gerolltol 1961. 16:134-143.
OCDE: Measllring
Social WeJl-Being.
París. I 976.0ffice 01'
Management and Budget (USA): Social Indicator,l' al/ll Social
AccOlmls. 1977.77-78:346-357.
Orden SR y B1ackburn NM: Dimensions 01' Marriage Happiness.
Am J Sociol 1968.173(6):715.
Organización
Mundial de la Salud: ConSTrllction
in Basic
Docllmenls. Ginebra. World Health Organization. 1948.
Organización Mundial de la Salud: Atención Primaria de Sallld.
Intárme de la C01(ferencia
Inlernacional
Primaria
de Sallld Alma-Ata.
Ginebra.
sobre
AlencifÍn
World
Health
Organization. 1978.
Palmore E y Luikart C: Health and Social FactOl's Related lo Life
Satisfaction. J Heallh Soc Be/u/I' 1972. 13:68-80.
Patrick DL y Erickson P: Assesing Health-Related Quality 01' Life
Clinical Decision Making. En: Walker SR y Rosser RM
(eds.). QlIalily of Life: Assesme/ll al/{I Applicalirm. Lancaster.
MTP Press Limited. 1987.
Paykel ES y Weissman MM: Social Adjustment and Depression: A
Longitudinal Study. Arch Ger Psychiatn- 1973.28:659-663.
Quality 01' Life Research. Editors: Editorial: Helth-Related Quality
01' Life Research. QlIality o{Li{e Research
1992. I (1 ):3.
Rapp CA. Gowdy E. Sullivan WP y cols.: Client Outcome
Reporting: The Status Method. CommllnilY Hea/th JOlln1ll1
1988.24:118-133.
Reich R y Siegel L: The Chronically Mentally I11 Shuffle to
Oblivion. Ps\"chiatric AIlIIlI/S 1973.3:35-55.
Robinson Jp y Shaver PR: Measllres o{ Socia/ P,n'chological
Attitlldes.
Institute 1'01' Social Research. University 01'
Michigan, Ann ArbOl'.MI. 1973.
Rodgers W: Work Status and the Quality 01' Life. Soc Indicat Res
1977.4:267-287.
Rodríguez-Fomells A. Rodríguez A. Jame A. Soler R. Miarons R y
Grau A: Validez de Constructo de la Escala de Calidad de
Vida en la Esquizofrenia (QLS). (En prensa). 1992.
Rylander A: Impacto del Tratamiento
Antipsicótico
en la
Evaluación
de la Calidad de Vida. Consideraciones
Metodológicas. Sexto Congreso Europeo de la Asociación
Europea de Psiquiatría. Barcelona, noviembre. 1992.
Ruiz-Ros V, Peris A. Llácer A y Peris MD: Bases Conceptuales
para el Diseño de un Instrumento de Medida de Calidad de
Vida en los Afectados por Problemas de Salud: el Index de
Qualitat de Vida de I'Escola Universitaria d'lnfermeria de la
Universitat de Valencia (lQV-EUIV -1). Medicina Clínica, 98
(17):41-48.
Sartorius N: Cross-Cultural Comparisons 01' Data about Quality 01'
Life 01' Cancel' Patients. En: Aaronso NK. Beckman J (eds.).
The QlIalíty of Life of Cancer Patienls.
New York. Raven
Press. 1987.
Shin DC y Johnson DM: Avowed Happiness as an Overall
Assessment 01' the Quality 01' Life. Soc Indic Res 1978.5:475492.
Soskolne V y Kaplan De-Nour A: Psychosocial Adjustment 01'
Home Hemodialysis. Continuous Ambulatory Peritoneal
Dialysis and Hospital Dialysis Patients and their Spouses.
Nephron 1987.47:266-273.
Spitzer WO. Dobson AL Hall J y cols.: Measuring the Quality 01'
Life 01' Cancel' Patients. J Chronic Dis 1981. 34:585-597.
Spitzer WO: State 01' Science 1986: Quality 01' Life and Functional
Status as Target Variables 1'01' Research. J Clmmic Dis 1987,
40:465-471.
Stevens JC, Poston JW y Walker SR: Measuring the Quality 01'
Life. Proc GlIild Ho,ljJ P/wrmacists 1986.22:39-49.
Stewart AL y cols.: Functional Status and Well-Being 01' Patients
01' Chronic Conditions:
Results from the Medical Outcomes
Study. JAMA 1989.262:907-913.
Szalai A: The Meaning 01' Comparative Research on the Quality 01'
Life. En: Szalai A y Andrews F (eds.). The QlIalit\· olLi{e:
Comparatil'e SIlidies. Beuerly HiIls, Sage. 1980.
Taylor MC: Improved Conditions. Rising Expectations and
Dissatisfaction: a Test 01' the Past/Present Relative Deprivation
Hipothesis. Social PsycllOlogy QlIarterly 1982.45:24-33.
Teeling-Smith G: Measllrement
of Heallh. London: Office 01'
Health Economics. 1985.
Terleckyj NE: Economic Growth and the Quality 01' Life: So me
Past Trends and Implications
1'01' de the Future.
En: US
Economic Growlh .t,.om /976 lo 1986: Prospects. Problems.
and Pallerns.
Vol. 10. US Government Printing Office.
Washington. DC. 1977.
Mentall\"
1/1:
Tessler RC y Goldman HH: The Chronical/y
Assessing
Commllnily
SlIpport
Programs.
Cambridge.
Bullinger Publishing Co .. 1982.
Torrance GW: Utility Approach to Measuring Health-Related
Quality 01' Life. J Clmmic Di,\ 1987.40:593-600.
Torrens M. San L. Garrel E. Castillo C. Martínez A. Domingo A y
1'01'
31
Monográfias de Psiquiatría
Alonso J: Quality of Life in Meladone Maintenance Treatmenl.
VI Congreso del Colegio Europeo de Neuropsicifarrnacologia.
Budapesl. Octubre. 1993
Tuynman-Qua
H. Jonghe F. McKenna S y Hunl. S: Quality of Life
in Depression
Rating
Scale (QLDS).
Nieuwegein.
The
Netherlands. EIi Lilly Nederland B.V .. 1992.
Van Dam F: Quality of Life: Methodological
Aspects. 81111CallcN
(Paris)
1986.73:607-613.
Vázquez Barquero JL. Arias Bal MA. Peña C. Díez Manrique JF.
Ayesterán Ruiz A y Miró J: El Cuestionario "Perfil de Impacto
de Enfermedad»
(SIP) Versión Española de una Medida del
Estado de Salud. Actas LIISO-EsplII;o/a.\·
de Nellr%gia
."
1991. 19: 127-134.
Psiqlliarr/a
.\' Ciellcias Afilies
Viney LL y Westbrook
MT: Measuring
Patient's
Experiences
Quality of Life: the Application
of Content Analysis Scales
inHealth Careo Community Health Stud 1981. 5:45-52.
Walker SR y Asscher
W (eds.): Medicine
and Risk/Benefit
Decisions. Lancaster. MTP Press Limited. 1986.
Walker SR: Quality of Life: PrincipIes and Methodology.
En: SR
Walker y RM Rosser (eds.). Quality of Life: Assesment
and
Application. Lancaster. MTP Press Limited. 1987.
Ware
JE. Johnston
SA. Davies-Avery
A y Brook
RH:
Conceptualization
and Measurement of Health for Adlllts in the
Health Insurance Study. Vol IlI. Mental Health. Santa Mónica.
California. Rand Corporation. 1979. (R-1987/3-HEW).
Ware JE. Brook RH y Davies-Avery
A: Choosing
Measures of
32
Health Status for Individuals
in General Populalions.
Am
PlIblic Health 1981. 71 :620-625.
Weaver CN: Job Satisfaction as a Component of Happiness among
Males and Females. Personn Psychol 1978. 31 :831.
Wells KB y cols.: The Functioning
and Well-Being
of Depressed
Patients. Results l'rom the Medical Outcomes
Study. JAMA
1989.252(7):914-919.
Wenger
N. Maltson
ME. Furberg
CD y Elinson
J leds.):
Assessment
of QlIality
ol' Life in C1inical
Trials
of
Cardiovascular
Therapy. New York. Le Jacq. 1984.
Wik1und I. Lindwall K. Swedberg K. Zupkis R: Self-Assessment
of Quality of Life in Severe Heart Fai1ure. An Instrument for
Clinical Use. Scand J Psychol 1987. 28:220-225.
Wilkening
E y Mc Granahan
O: Corrclates
of Subjetive
WellBeing in Northern Wisconsin.
Soc Indicat Res 1978.5:211234.
Wolcott DL y Nissenson AR: Quality ol' Life in Chronic Dialysis
Patients: A Critical Comparison
of Continuolls
Ambulatory
Peritoneal Dialysis (CAPO) and Hemodialysis.
J Kidney Dis
1988. 1I :402-412.
Wolcott DL y Nissenson AR: Quality of Lil'e in Chronic Dialysis
Patients.
Factors Unrelated to Dialysis Modality. Gen Hosp
Psychiatry 1988. 10:267-277.
Zautra A. Beier E y Cappel L: The Dimensions ol' Life Quality in a
Commullity.
American
Journal ol' Community
Psychology
1977.5:85-97.
Descargar