ARQUEOLOGIA EN EL AREA URBANA DE BOGOTA Braida Enciso El estudio de varios yacimientos arqueológicos ubicados en la Altiplanicie de Bogotá (Colombia), ha permitido identificar y precisar las zonas ocupadas, la cronología y los materiales culturales que caracterizaron a los grupos que habitaron en esta región con anterioridad al siglo XVI. Adicionalmente, los mismos han posibilitado la reconstrucción tentativa de los sistemas económicos de estos antiguos habitantes. En efecto, se ha podido registrar la presencia de tres períodos claramente diferenciados: Lítico o prcccrámico, ubicado entre el año 10.000 a.e. yel primer milenio a.C: Alfareros tcmpranos-Hcrrcra-, entre el primer mi1cnio a.C. y hasta el siglo VII d.e. y, finalmente, la ocupación Muisca, que comprende desde el siglo VII hasta la colonia. Sin embargo, los artefactos, la cerámica y las muestras analizadas provienen, casi exclusivamente, de asentamientos ubicados fuera del creciente perímetro de la ciudad . En la urbe, la construcción ha puesto al descubierto importantes sitios arqueológicos, que son rápidamente cubiertos por estructuras de hierro y cemento; sólo restan de ellos algunas vasijas de barro que se almacenan en los depósitos de los muscos, con una anotación ambigua que limita la información al nombre del barrio en el cual fueron encontradas. En 1990, con ocasión del trazado y construcción de una vía aledaña a la autopista del sur, vecina a la avenida Boyad y dentro del barrio Las Delicias, fue hallado un sitio arqueológico. Se trata de un gran asentamiento local izado en una terraza aluvial del río Tunjuelito. Una primera inspección del depósito permitió comprobar que fue un poblado que tuvo varias viviendas, así corno un cementerio; 18.200 m2 conforman el sector con mayor concentración de restos arqueológicos. Las huellas estudiadas, así corno la distribución de los materiales permiten afirmar que allí la contínua 25 En tierro dc infante, cn nicho ova lado . , , . ) ) ¡ '! s ~ 1:, Diversas c1ascs de agujas . Aguja para telar , lon guu d: 17.6 cm ; aguja curva, lon gitud : 8.3 cm; agujas peq ue ñas, longitu d: varía en tre 6.4 cm y 4 cm. 26 ocupación ocasionó la reedificaci ón de viviendas, que determinó que unas fueran colocadas sobre otras. En efecto, se han podido detectar al menos tres eventos de construcción, en los cuales se sobrepusieron pisos de habitación . Los ocupantes edificaron pequeños bohíos de planta ligeramente ovalada , con un diámetro de aproximadamente 5 m., con muros hechos con restos vegetales y apoyados sobre postes colocados cada 20 cm.. De esta manera lograron defenderse del frío y de los vientos helados que descienden de los cerros del sur occidente de Bogotá. Los restos de peces, venados, roedores, mamíferos, materiales vegetales carbonizados, al igual que las herramientas en piedra y hueso, como son hachas, navajas, perforadores, raspadores, martillos, metates y manos de emoler, nos hablan de su economía. No obstante, los diversos recursos empleados en la subsistencia, el índice de mortalidad infantil fue alto. La causa de esta situación, probablemente, se debe buscar en la distribución de los recursos, o en épocas prolongadas de escasez. Entre las actividades cotidianas se registró la manufactura de alfarería, con un alto porcentaje de cer ámica doméstica, en la cual se destacan cuencos y vasijas globulares de dos asas y un asa con cuello corto. La cerámica ceremonial ocupa un bajo porcentaje con relación a la anterior. En este caso se debe tener en cuenta que las excavaciones se centraron en sitios de vivienda y áreas vecinas; las tumbas registradas fueron halladas sin ajuar funerario salvo algunas cuentas de collar, y sin estructuras especiales. Otra actividad que se encuentra registrada es el tejido, como lo demuestra el gran número de volantes de huso, agujas y alfileres de hueso, También se encontraron instrumentos musicales fabricados en restos óseos de animales (nautas) y céramica (pitos), así como dijes en piedra con representac iones omitomorfas y antropomorfas , junto con cuentas para collar en hueso, piedra y concha. Un elemento que abre interrogantes en el sitio es el carbón mineral, cuya presencia, en fragmentos no mayores de 4.5 cm., sin evidencias de haber sido usado, cuestiona su empleo en el lugar. , El estudio de los restos hallados en las excavaciones, permite afirmar que en su mayoría se trata de elementos reconocidos como propios de la cultura material de los grupos Muisca, aunque es necesario resaltar que junto con la típica cerámica de estos indígenas, coexiste otra que hasta el presente no había sido registrada en el altiplano. Ante este hecho es necesario recordar que el sitio se encuentra ubicado cerca de Basa y Soacha , lugares que eran importantes puntos de frontera entre las confederaciones del siglo XVI. 27 Volantes o torteros para husos. Su diámetro varía entre 5.5 cm y 2 cm. Cuenco con cngobc negro y decorac i ón inc isa. Di ámetro de la boca 25 cm. 28 --~-- Diversos frag mentos cerámicos. hallado s en cl sitio arqueol ógico 29 Vist a general del sitio arqueológ ico. Huellas de postes para la co ns trucc i ón de viviendas . 30 Astas de venados. Co pa. Alt o : 15 .5 cm. Di.imctro mayor: 2 1.7 cm. 31 Talvez esta situación fue una constante que contribuyó a marcar el carácter de los asentamientos, aún de los más antiguos. El análi sis de dos muestras de carbón tomada s en el sitio, en los estrato s más profundos, ubican la ocupación más temprana del lugar en los siglos VIII YIX d.C. (Beta - 39873, 1010 ± 60 BP; Beta - 39874,1180 ± 70 BP). Sin embargo, los materiales recobrados nos permiten afirmar que el lugar fue ocupado durante un período de aproximadamentee diez siglo; se han encontrado restos cerámicos que tuvieron su auge en los siglos XV YXVI, además de algunos tardíos como 10 es el tipo Chocontá vidriada. Las excavaciones de este asentamiento estuvieron bajo la dirección del Instituto Colombiano de Antropología y fueron realizadas con la cooperación de estudi antes de la Universidad Nacion al. Durante la prospec ción se contó con la asesoría del arqueólogo Alvaro Botiv a. Los trabajo s en campo fuero n financi ados gracias al generoso apoyo del Doctor Morri s Harf y la colabora ción del Doctor Francisco Guáqueta. Los análisis de las muestras de carbono 1.4 fueron costeada s por la Fundación de Inve stigaciones Arqueológi cas Nacionales (fl AN); con stantemente contamos con el apoyo del Doctor Luis Duque G órncz. Igualmente los comentarios de Santiago Mora y sus falos ayudaron a este artículo. A todos ellos agradecemos su coope ración. Restos ca rbo nizados raquis y semillas de maíz. Lon gitud máxima: 3.5 cm. 32