Reglamento y urbanidad del tresillo / por EO

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~'II
REGLAMENTO
y
URBANIDAD
DEL
TRESILLO
POR
E. O.
---- ..~,B.4,NCO DE LA REPUBLICA
8iSl.JOTECA
L
LUIS-ANca
Á':.t.t-.iCI)
BOGOTA
PAPELERÍA
DE SAMPER
MATIZ
18~5
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REGLAMENTO
REGLAS
GENERALES
Art. I? Antes de principiar á jugar, cada uno de los trcsilleros
contará las fichas de su puesto para ver si están completas, y reclamad. que los demás lo verifiquen á su vez, si han dejado de
hacerla.
Art. 2° Al que por la suerte le toque dar, ln hará después de
bar;¡_jar bien y hacer que alee el que le quede á la iUluierda, y
luégo contará el monte para saber Û quedan trece cartas.
Art. 3? El alce se hará hasta por tres partes, pudiendo trabar
antes 6 después la baraja, y àejándola como se quiere que quede
para rcpa;-tirla. Cada uno de los montones del alee tendrá tres
cartas por lo menos, y nunca debe alzarse demasiado desp"cio,
como escogiendo los naipes.
Art. 4? Mientras se alza, el que da picQrá y p"_oará el p:J.to
:l su derecha.
Art. s? El que SCi'. mano puede bawjar hast~ por dos veces,
al recibir las tres primems cartas, y antes ele verlas, ó bien renunciar la mano picando y repartiendo el naipe.
J\rt. 6° N o habrá mano si se di'. carta (je má::; ó de menos, ::;i
se \'oltea alguna c.1repartirlas, si se le entrega.n á. quien no le côrrcsponden, ó si se nota qlIC el naipe no est::\. bien alTè;,;lado; pero
des:lc el mom,cnto en que uno de los trcsiIkros haya declarado
que juega, haod. mano aunque algt:110 de ios otros re,ulte con
carta de mis ó de menos.
Art. 7? Repartidct la baraja, el que sea mano dirá si jllcga Ó
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-'-4pasa, :' podrá variar su determinación antes de que hable el trasmano. Lo mismo sucederá con éste respecto del pie; pero el último no podrá variar su resolución una vez que haya manife:.tado
cuál ('S, después de que los dos primeros lo hayan hecho definitivamente .
.\rt. 8? Las pujas y repujas se harán del modo siguiente:
]ueg) más-Sí juego-Otro-Lo
juego. Y de ahí en adelante,
precisando hasta dónde se juega. Se entiende que el que habla
primero juega más, con sólo jugar hasta donde se le ha pujado.
Art. 9? Las entradas se preferirán en el orden siguiente:
chipolo, contrabola de espadas, solo de espadas, contrabola de
oro!., solo de oros, contrabola de bastos 6 copas, solo de alguno
de ~stos palos, vuelta, polla de espadas y polla de oros. De modo
qUê"las pujas se hacen en orden inverso, pero no es preciso que se
verifiquen gradualmente.
Art. 10. El que esté á la derecha del que juega,¡podrá ofrecer
el robo hasta por tres veces, después de las cuales, si no se hubiere aceptado, se pasará el monte al plato. El ofre<;imiento se hará
diciendo: vall Ó van y vuÛvm, 6 preguntando simplemente si se
quiere robar, pero no si está bien aquel á quien se le ofrece el
robo.
Art. II. Cada uno de los jugadores tiene obligación de colocar su descarte en el plato, y el que primero robe para la oposición
debe decir cuántas cartas deja.
Art. 12. Si verificado el descarte se nota que alguno de los
jugadores tiene carta de más ó de menos, y no se puede corregir
la irregularidad de manera. que claramente queden las cosas
como si no se hubiere incurrido en ella, se sacará á la suerte la
. carta de más y se colocará en el monte 6 en el descarte á falta
del primero, y respectivamente se tomará de uno ú otro la carta
que falte, sin que por eso deje de incurrirse en la pena á que haya
lugar .
. Art. 13. El entrante tiene derecho de chillar la polla después
de pasados los descartes ·&1plato y antes de ha.cerse por él la cuarEste libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
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-5ta jugada, y si no chilla deberá abstenerse de decir nada que haga
comprender que corre riesgo de que se le dé codillo. Igualmente
es prohibido al mingo hacer insinuaciones conducentes á que se
comprenda que toda la oposición está reunida.
Art. 14. Tanto la polla de vuelta como la de penetro se pueden botar, antes de que el entrante haga la cuarta jugada, sin que
haya derecho it defenderIas.
Art. J S. Las jugadas se harán respectivamente por el que es
mano, el trasmano y el pie, la primera vez, y luégo por el que
haga la ùaza y los que le sigan á la derecha sucesÍ\'amente.
Art. 16. Al que le toque jugar, podri averiguar si durmieron
cartas y cuántos triunfos han salido, y voltear las bazas para t:xaminarIas. Los demás tresilleros se abstendrán de hQcerle indicación alguna, sin perjuicio de contestarle las preguntas quc haga
respecto de las jugadas que se hayan verificado.
Art. 17. Una vez que se haya dicho q U<~ cosa es 10 que se
juega, no habrá derecho de variar, salvo que la designación se
haya hecho en las pujas, como que entonces elebe entenderse
que se juega la entrada: que se nombre ú otra que tenga. preferencia.
Art. 18. Si se juega sin dccir de qué, se cntiende que es
de espadas; y si claramente se ve que hubo equiyoración ú olvido, el entrante puede entregarse á puesta, sin que esté o1Jlig<:.do
á correr las contingencias de codil1o. Si la contrabola se juega
dando la primera carta, sin decir de qué, se entenderá que es del
palo jugado.
Art. Ig. Cuando haya contrabola robada, si se toma la carta.
de encima del monte para jugar, sin decir qué es 10 que se juega,
una "ez vista 12.carta no se poùrá jugar sino contr~lbob. Para
que se entienda quc es vuelta 10 que se juega, deberá expresarse
terminantemente, ó bien voltear la carta antes de conoccrla.
Art. 20. Si se voltea el seis de oros, podri jugarse chipolo,
sin robar más cartas, ó poRa de oros, robando las que se tenga á
lJien.
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6Art. 21. Si no se conviene en otra cosa, se entenderá que se
juega C01. chipolo, contrabola con carta robada, vuelta y penetro,
y que er los chipa los, contrabülas y solos perdidos, el entrante
debe pagar las condiciones íntegras.
Art 22. El penctro ticnc lugar cuando juegan cuatro tresillcros. En este e:!-so,el que da puede penetrar si hay m:í~ de un
pique y han pasado los tres jugadores restantes.
Art. 23. Cuando alguno deje de servir el palo que le obliga,
si no se juega hasta el fin, dcberi mostrar sus cartas para que se
vea si hubo ó no renuncia de su parte.
Ar-:. 24. En el estaùo del juego en que se note un:J.renuncia,
se rectilicarán las jugadas it süEcitud de cualquiera ele los tresilleros, sin que la rectificaci6n exima de la pena en que se hil.ya incun-ído ~fas ni en el chipolo ni en la contrabola habrá lugar it
dicha rectificación.
Art. 25. Cuando el entrante tienda las eart::..spor creer que la
entrada no tiene pierde, cteberá jugar 1l10strándolas todas, si alsuno de los jugadores no quiere rendirse; p~ro nadie tendrá derecho para indicar las jugaebs que deben hacerse. Además, en todo
caso harÚ constar que tiene el nÚmero de cartas (lue le eorres-
-,
pon den.
Art. 26. Si alguno de los jug"dores quiere entregarse, lo manifestará as!, para que los otros digan si s~ rindcn tamtJién; y
antes de que é:;to,; convengan en haccï!o, no poùrÚn botarse,
descubrirse ni refllndirse las cartas. El que da pierde el derecho
de ohjetar, si ha visto el descarte 6 el naipe de alguno de los
tre,:illr:ros.
Art. ;)7. }:n lo ge;1eral, debed, jugarse ha'iu (lue sea claro
el re:mltado, y en e:ste caso no haLrá rc,;pol1:i¡¡Î!i]ic:;:¡dalguna por
el lice h:¡ de tender bs carl~ls, cor.w que c(;n eso no se pU8de OC3.siv~;jr c¿1tnhio en f:l\'Or nj en e01",trade nadie.
Art. 28. Si el entrante continúa jut;3.ndo después de tener
cinco bazas, se entiende que se ha ido á la bob', 5a1\'0 que alguno tic: los elemÚs ya tenga baza.
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-7Art. 29. Toda
de una manera
ni pueden
pues!a
clara.
debe
Los
colocarse
piques
ó marcarse
en el plato
no dejarán
de ponerse
marGJ1"se sino con fichas del correspondiente
Art. 30. Si deja de colocarse
nunca,
valor.
ó marC<'.T~e una puesta,
se en-
tenderá yue no se juega sino lo que !Ieya el plato, s:llvo <]ue se reclame oportun;:¡l11ente, ó sea antes de que haya habhclo la mano.
Art. 31.
D;:spu-:s de cada
vuelta
habrá
Art. 32. Después
de concluída
para dividir
una
lluién
111ano no habrá
i ella, y deben suspcnderse
:í reclamaciones
referentes
tarios relati\'os
£. bs jugadas
<]11l~ésta ha pJS,~Jo
derecho
á la. suerte
el plato, si hay puest3.s, y para t1èsignar
princif,iar dando.
hechas
en dicha
desde el momento
mano.
en qne
debe
c1erecl:o
Jos comenSe entiende
se corta
el naipe
para 1a m~no siguiente.
Art. 33.
Es prohibido:
establecer
y CGùdQs;
P:1fiO cie cO:1d¡c;'mes
excepciones
dO-r cGll;ejos
ó del clesc\lte
mirar los n::ip"s del ¡nonte
j
venderlcs
los que no e~!ér_ j:!¡;ni1do, y llcv<lrlo3 en parte
respecto
al
á los jllg:ulores;
las cart::..; á
dc las enlr:\.das.
Art. 3'f' .\1 q,'c jue.:;a en cuarto se le puede llevar en las entr:\(b:;, Ó Yend(rë~'h: las ca,-ta~ tll-spués de haher dicho que se
juega.
Art. 35. Es P,Ollil1ido
rara
cYi¡arbs
l];ovar
CUlll~:¡S
e:: cI
S'ln I::s fic;l¿!S. ~;i
por Cl\a\ql\:cr
en ca:;o d~ nl[~1,n1¿1 lhHla, se rcso1\"cr~í
e!l
C(JI1
Art. 36. Son igLlalli1l';~te j'ro1l:hido:;
!i~n(l:l11 :i in:,j;ci:
(lue
C]l!': :-;equier.; ]ncer
Sf
elesca {oÍJar,
Ô dejar
([t¡;;
le CG.Tc,-;po'lden,
pll,~d.J.l1 ser
cnnocicl2.s
Ec\:\ren,
~r:l l1el (le:~d',)r.
se tiene alt;l:n¡'- [¿dIa, Ó
de ¡wcer :llgl;n:\ haza.
PT,)cU!'¿1,ndo
Ùl~
C"1;;o qUê:
~ê
los ac,m; y 11:.11:\1-:-:;5
quc
:\rt. 37. C~d3. jU;;:l(]01' tle:)c roJJ:1: \lOr
gUt:
jl:Cg'O,
e\·c;o.co
qUé
sí n:i-;mo
ni ésL¿\s :li bs
b:;
nrtas
<lcl monte
los clerilÚ~ j Llg:~clore~.
:\rt. 38. En Cl':'.rto, el ql;e da scTÚ el jl:'~Z ele la lnes~_, y l'~,ra
ùecidir podrá pregullla-.les
á los miro;les lo que haya bal';é:o
acerca de los heC;lJS rludo,,;o:-;j pero p:;rcLri
t:tl car;Ù;t'_'r si ha
mir:l.ùo las cartas de alguno de los demis jugado··cs.
Cu::,l'pi'ó~a
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de é:;tos tiene derecho de apelar de las resoluciones de aquél,
para ante el dueño de la casa.
Art. 39. Los vacíos del Reglamento se llenarán practicando
lo di;puesto en casos análogos, y en defecto de esto con lo que
se estime más equitativo.
PENAS
Art. 40. La puesta se ]Jama se.l'lcilla, si es igual á un pique;
ordiraria, si equivale á lo que lleva el plato, y extraordinaria, en
los demás casos.
Art. 41. Tcndrá una puesta sencilla: 1'.' El que al repartir el
naipe da carta de más ó de menos, voltea alguna por culpa ó
descui{lo s:JYo, ó entrega los naipes á quien no le corresponden; •
2'.' El que haga voltear alguna carta ó tome las que no le corresponden, sin culpa del que da j 3'.' El que chille intempestivamente; 4'.' El que mire las cartas del monte ó del descarte.
Art. 42. Tendrá una puesta ordinaria: 1'.' El entrante que,
sin sufrir codillo, pierde la entr[,da; 2'.' El que defiende una paila
y no se la lleva, ni sufre codillo; 3'.' El que tenga carta de más ó
de menos, después de hecha la primer jugada; 4'.' El que indebidamente muestra una carta, ó juega sin correspon<lerIe; 5'.' El
que renuncia, aunque se rectifique la jugada, lo que podrá hacerse inmediatamente ó tan pronto como se note la renuncia.
Parágrafo. l,a establecido en el inciso anterior es para el
caso en que se juegue polla únicamente. En solo se aumentará la
pena con el valor de las condiciones correspondientes á un jugador, y en chipolo ó contrabola se seguirán las reglas especiales
sobre el particular.
Art. 43. El que penetra y no juega tendrá una puesta igual
á la witad del plato, si éste lleva un nÚmero par de piques, y á
la mitad más medio pique, si dicho número fuere impar.
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-9Art. 44. En chipolo y contrabola se observarán las reglas siguientes: I '? Si el entrante tiene carta de más ó de menos, renuncia ó da primero la jugada sin corresponderle, se procederá como
si hubiera perdido la entrada; 2? Si alguno de los demás jugadores tiene carta de mtis ó de menos, después de la primer jugada,
renuncia, juega sin corresponderle, 6 muestra indebidamente una
carta, har5. una puesta igual á la mitad de las condiciones y del
plato, y le pagará igual suma al entrante.
1\rt. 45. Cuando en chipolo 6 contrabola se incurra en alguna de las faltas indicadas en el artículo anterior, la partida no
producirá otros efectos que las sanciones establecidas en él.
Art. 4G. En chipolos y contrabolas no habrá, para cada jugador que d~ lugar á eUo, más de un castigo. En pollas y solos
h;¡,brá t5.ntas PCClUS cuantos motivos haya para imponerlas, y, por
lo demás, se debe estar al resultado (lue dé la mano, previas las
correspondientes rectificaciones, si fuere posible verificarIas, ó sin
ellas, en caso contrario.
URBANIDAD
" El juego es, como la mesa, una piedra de toque dc la educación. El amor propio ejerce en él imperio absoluto; tenemos
tal propensión á enfadamos cuando nuestra habilidad queda vencida por la de lo; demás, y es tan natural que nos sintamos contentos y satisfechos cuando salimos triunfantes, que si no hemos
adquirido el hábito de dominar nuestras Pilsiones, si no poseemos
ayuel fundo de desprendimiento, generosidad y moderación que
es inseparable <le una buenu educación, imposible será que dejemos de incurrir en la grave falta ùe aparecer mustios y mortificados en los reveses del juego, y de ofender la dignidad y el amor
propio de los contrarios cuando los vencemos, manifestando entonces una pueril y ridícula alegría.
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"La buena educación se manifiesta en el juego en todas
aquellas finas y generosas manifestaciones que se hacen entre· sf
las pe:·sonas que juegan, por medio de las cuales da á conocer
cada Hna. de elJas que sólo le anima el deseo de pasar un rato de
honesro entretenimiento, y que no pone tan grande ahínco en
salir hunfante, ni menos pretende hacer ostentación de su habilidad y su talepto, ni oscurecer y deprimir la habilidad y el talento de los demás.
"Al ponemos :í. jugar, demos por hecho que la suerte no habrá (L: favorecemos, á fin de que este resultaùo no llegue nunca
á sorprendemos, y á hacemos perdcr la serc!1idad y buen humor
que entonces, más que nunca, debemos manifesté'.r cn sociedad.
" Las discusiones que suelen suscitarse en el juego no tomun
jamás, entre la gente fina, un carácter de seriedad é importancia
que pueda elevarlas al grado de calor de los altercados; y cuando
no pueden rcs()lvets'~ prol1tamcnt~ por la fuerza de la razón y el
convencimiento, elbs terminan siempre defiriendo conés y afa·
blemente los inferiores á la opinión de los superiores."
Los anteriorcs conceptos de Carreño son especirtlmente aplicab¡e~; al trcsiI1o, como que en éste, además de la l1abilidad mecánica 6 de rutilw, alternan la at(~nción, el criterio, la i:naginación, la reflexión, h prudencia, la audacia r la é'3tFri:l de les
jugadores. De modo que se necesita cstar con~tantcm-::nte alerta
para no incnrrir en actos que revelen falta de ci,'ilid.::cl r que den
lugar á la ;lC!ciuisiciónde hábitos insoportables.
H[\y jugadores que, cu:.u~c1opicrdÙl, se bmcntan :lmargamente de su suerte, como para b¡;:5car el triste ccnsudo (;c que se
les compi',(lczca. Así e~ que des(k las p,-¡meras parti'I:!s en ql;C
no tienen ~;jt() fcl!i:, c~·.Cl.:~i11~ln:,; "\'0 no <1eLo jEgJr (-:-",tcjuego."
"A nadie le r:'salll
<¡tiC (1 mí," "Soy \'!\ nn:nnl <'1 m0tcrme á
jngar," cte. c'c. "\r '':(~r1lQ lt:",!Ja c~·::;(o F:~nto ~:;to;; )l;~~J.l"("·e~illorone~ tie:](':\ 1;:<)11, Ji) n;r:jur (:l1C pueden
h:l('Cï Ui J.:-ja;- el ?:c¡;ocio,
ece nom ¡Úndo,'c ;,sÍ p{:;-d:('.:l5 y sllJrimicnt0~;,
¡;~1C
mu(+:;s vcces
no son s;no l~ (cnf:<"n:'~;~';'::l~(}c.- ClEe "1cs tor:~()~ ~~(:rnrre e~t:ln10~
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11-
de maiO-s," según el aforismo
formulaùo
do y gran talento práctico.
La prinlera vez que se reparte
primerils
cartas
en propia
antes de prii1cipiar
alcance
mano,
la lucha.
el naipe
reeogcrbs;
pero para
le arrojarin
de lejos, con peligro
deben
verific<lndo
Las
del L"espectivo jugador,
por un hombre
entregarse
así un saludo
c1eméÍs cartas
procurando
las
cortés
se colocarán
evitarle
á la dehida
que le queden
de mun-
trahajo
distnncia
al
para
no se
de que se volteen .•.
Como tay aprendices
de caballero,
qLle prcmaturs.mente
se
lanzan á terciar en el tresillo, conviene
que sepan:
que golpear
las cartas en seÍlal de triunfo, es de mal tono, y que hacer lo mismo
Ó tirar
deben
cluíùa
el naipe
por despecho,
protestar los demás jugadores,
la sesiói1.
es una grosería
:;icpiera
contra
sea dando
la cual
por con-
La faha de ecuai1imidad
es t\l1 defecto q\1e es preciso evitar
cuidac1osanwnte,
tanto en beneficio
de los LemÚs como por COllvClliellCi~, propia.
nanùlJ se muestran
H;.1Y muchos
amables,
tre,;illeros
y Clue cuanclo pjcn1cn
choc:trr~'rÍ:l,
inLo:e¡~ll1tes y regaïlü,l~s.
que
para concluc'r:,e
hfbito"
Y aur;que
cO:TectaiTIt'nle,
]a
es \'crJad
W~Cesto proviene,
el CSf¡;eEO constante
al fm ela el re~;lltaclo
de que se
do,;])'l.em', c,'.t1,aci()n.
En C01b::cuenciC\,
ducir alterac'one5
cc:tán ga-
se vudvc!1 hoscos, imFacientes,
en partl~, el~ h org:mi/,:lci',J¡] de caela cual,
adqail'ran
CU~!)(~O
y c1wnecro;¡ hasta
comunicati'iOS
d\:bc;nos
mortiÎicantes
evita;-
tojo
en nuestro
10 que tiende! á propropio
2nimJ
Ó en el
de los demás. La aspereza
en los comentarios,
bs di"cusiones
largas Ó ae;::!.Jra(¡~1<;,la ~mora
en ]w.eer las jti,;ac1:¡~; Ó en decir si
se juega ó ~e pas:!, la preçi¡;i,::¡ció'1 :lto1011(];-ac1;:,el afoí.n y la falta
de rrtención t. lo qlle S2 cst:': haciendo, ~on hechos clc.sag(,:'":c1ahles
qu~ afcctan m:ís ó r;rel1OS intel1;,amcnV~ b CCU(1r.¡~~1i(k(\ ùe los
jLlg:\Ù(I~C:;, Y.1Eè
algunas
ejcc-..:tan FClra o;;t;:t1c, '-'sí \"C;"t:,ja sobre
los clem:ís.
'9 alLeur
10:3 n2~!;c:î al }"(':;:.I8.ttir1o~l, (!ar ca.rta
me:iOS, c,h'idar~¡; de quién
C:i el eut' ante
r
ùe
el;: (lU~ cs
más
]1)
Ó
de
(F!e se
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juega, barajar con frecuencia y exigirle al que da que cambie el
naipe, 501 también actos qRe generalmente revelan falta de cortesía. Por lo demás, cada cual puede cambiar el naipe en su mano,
siempre que se haya dado siquiera una vuelta con el que se está
jugando.
Si Sf juega interés de alguna consideración, el que gana está
virtualmt'nte obligado á continuar la partida por el tiempo regularw.ente acostumbrado, que es de tres á cuatro horas, salvo ad·vertencia hecha antes de principiarIa. Y cuando alguno de los
jugadores determine levantarse, los demás pueden insinuarle que
continúe. pero sin instarle con tenacidad, ni mostrar disgusto si
no accede á lo que se le indica.
En :odo caso, es un acta ele cultura anunciar COll una ó dos
vueltas de anticipación, que se va á dejar la partida, y sobre todo
si hay puestas, Por lo demás, es en extremo censurable que el
jugador zanancioso se valga de algún pretexto para manifestarse
enojado y levantarse, ó que lo haga inmediatamente que nota
alguna reacción en los que han estado perdiendo, como que en
un juego esencialmente de caballeros, es inadmisible que se pueda
proceder lo mismo que en los de monte, bisbís 6 cachimona.
Si alguno de los tresilleros necesita levantarse transitoriamente, puede (lejar quien lo represente; pero debe procurar que
el reemplazo tenga, poco más 6 menos, la misma habilidad suya
para el juego, y que reúna las otras condiciones necesarias para
que no les desagra(lc á los demás jugadores.
Cuando se juega con señoras, es un acto delicado que se les
disimulen ciertas contra\"enciones á los reglamentos ó prácticas
del tresillo; pero entre hombres deben aplicarse estrictamente las
reglas establecidas, sah"o en casos puramente excepcionales. Sin
embargo, debe darse tiempo para que el que incurra en alguna
pena lo declare por sí mismo, como le corresponde hacerla, para
evitarles á los demás la mortificación de reclamar sobre ci particular.
Lo, mirones deben proceder con gran circunspección, absteEste libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
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niéndose de todo aquelio que puede mortificar á los jugadores,
como acercárseles demasiado, apoyarse en el asiento que ocupan,
tomarles las cartas, pretender que los lleven en parte de las ganancias, hacer comentarías constantemente y manifestar grande interés en favor ó en contra de alguno de los tresilleros. Mas, á su
vez tienen derecho á que se les considere dehidamente, sin pretender hacerlos culpables de las pérdidas de la persona á quien
están mirando, como injustamente suelen hacerla algunos tresiIleros cuando están perdiendo.
APÉNDICE
A fin de darIes facilidades de prontitud y acierto á los tresiI1eros novicios, les haremos algunas indicaciones, que son trivia
les para los conocedores del juego, pero que aquéllos necesitan
conocer, aunque solamente apuesten pequeñas cantidades.
En espadas y bastos, se pueden entrar las pollas sigtúentes:
I~ Tres triunfos de espada, malilla, basto;
2~ Tres triunfos de espada, malilla, caballo y un rey;
3~ Cuatro triunfos de espada, malilla, caballo;
4~ Cuatro triunfos de espada, malilla y un rey;
5~ Cuatro triunfos de espada, malilla, sota, siete;
6? Cuatro triunfos de malilla, basto, rey, siete;
7? Cuatro triunfos de tres matadores menores y un rey;
8? Cinco triunfos de espada, rey, caballo j
9? Cinco triunfos de espada y un rey;
10. Cinco triunfos de malilla, basto, caballo;
II.
Cinco triunfos de basto, tercia real;
12. Seis triunfos de espada, blancos j
13. Seis triunfos de tercia real y un rey j
14. Siete triunfos de tercia real.
En oros y copas, se pueden entrar las pollas siguientes:
4
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14-
I? Tres triunfos de espada, malilla, punto, y un rey;
Cuatro triunfos de espada, malilla, y punto ó rey y c;lballo ;
Cuatro triunfos de espada, malilla y un rey;
Cuatro triunfos de malilla, basto, punto, rey;
Cuatro triunfos de tres menores y un rey;
Cinco triunfos de espada, malilla, sota, dos;
Cinco triunfos de malilla, basto, punto;
Cinco triunfos de espada, punto, rey;
9" Cinco triunfos de espada, punto, sota y un rey;
10. Seis triunfos de espada, blancos y un rey;
1 I. Seis triunfos de malilla,' basto, rey;
r~. Seis triunfos de basto, punto, rey;
13. Siete triunfos de punto, rey, caballo y un rey;
x.¡.. Ocho triunfos de punto, rey, caballo.
Puede jugarse polla de vuelta, cuando no habiendo ninguna
entrada bien marcada, se tienen las siguientes cartas:
I? La espada, tres malillas y un rey;
2'? La espada., las cuatro malillas;
3? La espada y tres reyei; ;
4'.' La espada, clos malillas y dos reyes;
SO La espada, el basto y un rey, Ó, en lugar cle éste, cartas
grandes en tres palos;
6'.' El basto, las cuatro maliJ!as y un rey;
7 ! El basto, tres malillas y dos reyes;
8'.' El basto y los cuatro reyes.
En espadas y bastos, se pueden jugar los solos siguientes:
1'.' Cinco triunfos de cuatro estuches 6 matadores mayores, y
una falla ó un caballo acompañado;
2'.' Cuatro triunfos de espada, malílla, caballo, dos reYéS, y
una falla ó un cahallo acompañado;
3'.' Los cuatro matadores mayores, un rey, y un c"hallo acom20
3~
4?
5?
6?
7?
8~
1
paÍlado;
4':' Cuatro triunfos ùe tres matadores mayores, un rey y un'l.
faUa;
Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
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15-
..•.... -
s? Seis triuntos
de malilla,
basto,
caballo,
G? Seis triunfos
pañado;
de malilla,
basto,
rey, con un caballo
7°
8'?
9'.'
roo
sota y un rey
Seis triunfos de basto, tercia real y un rey j
Seis triunfos de espada, rey, caballo, un rey y una falla;
Seis triunfos de espada, malilla j
Siete triunfos de tercia real y un rey.
En oros y copas,
I? Los cuatro
sc pueden
matadores
jugar
los solos siguientes:
mayores
y dos reyes;
2'? Cinco triunfos de espada, malilla, basto, caballo
3? Seis triunfos de espada, malilla, basto;
y un rey
4° Seis triunfos de malilla,
ballo acompaIiado
i
basto,
caballo,
un rey
ç Scis triunfos
pañado;
G~> Seis triunfos
malilla,
punto,
y un caballo
de espada,
de basto, punto,
tercia
En cuanto
fa mayor
ií. contrauolas,
del cinco,
y sin runflas
rrupciones Ó saltos
1\13.5, generalmente,
debe evitarse
en cspad:cs y bastos,
que no acaben
j
y un caacorn·
real y un rey;
7? Siete triunfos de espada, punto, rey y un caballo
p;lÎlado;
8? l,os ocho triunfos (le rey p:>.ra abajo.
copas,
j
acom-
jllgarbs
con un triun.
y del tres,
en pnnta
acom-
6 que
en oros
tengan
y
inte.
fncrtcs, en que no haya modo de defensa.
lo mejor {¡ ese rC3pecto es jug:u únicamente
El.Uy
!:ts qae no tengan Gino un:!, ó,
{¡ lo sumo, dos pequeñas probabilidade;; de pérdida.
Respecto lk chipolos, se :11l~dcn jugar lo:; siguientes:
I ~ Espada,
c!lipolo, basto, y tre:; cartas de rey y sota de
cspad:ls
2°
O;'os
ó bastm ;
Esp;¡(h, chipolo,
ó copas;
3? Espacia,
chipal0
basto,
Ó basto,
pai1ar..los ;
4" Los tr(Õs matadores,
rl~.
rlcs ;
y Cl!atro
c:!ftas d~ rey y sota de
dos reyes, y dos caballos
un caballo
ensou.do,
acorn·
y dos acampa·
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16 ..•..•
5~ Los tres matadores y tres cartas de caballo y sot; de espadas 6 bastos;
6~ Los tres matadores, y cuatro cartas de caballo y sota de
oro~ ó copas.
Las anteriores reglas son para los que quieran jugar el tresillo, sobre el cálculo de probabilidades lógicamente aceptables,
y no como purei juego de suerte y azar, sin que por eso haya de
des'~onocerse que, frecuentemente, se presentan lances que hacen
nugatorios los cálculos mejor fundados.
Pero lo natural es que el juego que se hace con prudencia,
-produzca mejores resultados que el contrario. Y por ese motivo,
los jugadores veteranos suelen mostrarse mortificados con los
cuartos que no juegan sino entradas corrientes, y á los cuales califican de amarrados 6 agacnadores, porque resisten á dejarse vencer por aturdimiento de su parte. Por lo demás, es claro que la
manera de cartear todos y cada uno de los tresilleros, tiene que
influír notablemente en el resultado definitivo de un juego de arte
como el tresillo.
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