La resurrección de Jesús Los hechos

La resurrección de Jesús
Pablo Sparta
La resurrección de Jesús
1 Corintios 15:14 “Y si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como
tampoco la fe de ustedes.” (Nueva Versión Internacional)
La resurrección de Cristo es la base firme del Evangelio. Si Jesús no hubiera resucitado, se
trataría de un líder común, sólo de una persona que hizo buenos actos. Pero como Cristo
resucitó y vive, nuestra fe también es viva... no es que nos acordamos de alguien que fue
bueno, sino que ¡vivimos con El!.
La resurrección señala el poder que hay en Dios y ese poder puede obrar hoy en nosotros.
Notemos que Filipenses 3:10 dice “A fin de conocerle y el poder de su resurrección y la
participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte” pues Pablo
quería experimentar ese poder. Experimentar ese poder de la resurrección nos llevará a vivir
una vida de victoria, a ganarle al pecado, a tomar lo que El conquistó y hacerlo nuestro cada
día.
Dado que la resurrección tiene tanto valor para nosotros, vamos a estudiarla un poco mas
profundamente.
Los hechos
Por la tarde del viernes santo, el Señor Jesús entrega su vida. Poco después, ese mismo día,
el cuerpo es sepultado. Allí queda el cuerpo hasta el domingo a la madrugada. Es decir que el
Señor no estuvo muerto tres días completos, sino que fueron unas pocas horas del viernes (los
días judíos comenzaban a las 18 hs.), todo el sábado, y hasta alguna hora anterior a la
madrugada del domingo (unas 36 horas en total).
El acto de resurrección del Señor no tuvo ningún testigo humano, y no se halla detallado como
relato histórico en las Escrituras. De lo que si hay relato es de una serie de apariciones que
Jesucristo llevó adelante durante los cuarenta días posteriores a su resurrección.
Las apariciones de Jesús
No es fácil poner en orden las diversas apariciones relatadas en los evangelios, el libro de los
Hechos y la carta de 1 Corintios. Cada una de ellas relata desde un punto de vista, dando
relevancia a ciertos aspectos específicos de las apariciones. Por otro lado, ningún libro relata
todas las apariciones, así que hay compaginar los distintos relatos.
1
Fecha Mañana del domingo de resurrección, Lugar
aproximadamente 30 D.C.
A María Magdalena (Jn 20.11–18)
Junto al sepulcro, Jerusalén,
Judea
María Magdalena, la que había sido liberada por Jesús de siete demonios, fue la primera en ir
al sepulcro y encontrar la tumba vacía. Estaba desconsolada llorando por la desaparición del
cuerpo del Señor cuando Jesús se le aparece. Ella piensa que es el jardinero hasta que Jesús
le llama la atención. Luego de la aparición María va a dar parte a los discípulos.
2
Fecha Mañana del domingo de resurrección, Lugar
aproximadamente 30 D.C.
A las mujeres (Mt 28.9).
No muy lejos del sepulcro,
Jerusalén, Judea
Las mujeres encontraron al ángel en la tumba del Señor. Cuando volvían para avisarles a los
discípulos, el mismo Jesús se les aparece. Ellas se abrazan a sus pies y lo adoran.
3
Fecha Mañana o tarde del domingo
resurrección.
A Pedro (Lc 24.34; 1 Co 15.5; Mc 16.7).
de Lugar
Jerusalén, Judea
Este encuentro sólo se menciona, pero no se relata con detalle. Pedro fue una de las primeras
personas a las que se apareció el Señor, tal vez para mostrarle que no estaba desechado por
haberle negado.
2005, Iglesia Ríos de Vida
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31/10/2005
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Fecha Tarde del domingo de resurrección
Lugar
A los caminantes de Emaús (Lc 24.13–31).
Entre Jerusalén y Emaús,
Judea.
Dos discípulos vuelven con el espíritu derrotado desde Jerusalén a la Emaús (localidad a unos
11 o 12 km de Jerusalén). Mientras caminaban el Señor se arrima a ellos –que no lo
reconocen- y les pide que le cuenten por qué estaban tan tristes. Cuando ellos le cuentan la
causa, el Señor Jesús les indica todos los pasajes de la Biblia que hablaban del Mesías.
Mientras Jesucristo hablaba, parecía que sus corazones ardían: la Palabra de Dios es
poderosa y viva, y va acompañada de la obra del Espíritu Santo que llena de fuego nuestro
interior.
Cuando el Señor parte el pan, sus ojos son abiertos y lo reconocen, pero El desaparece.
Inmediatamente, y a pesar de ser ya de noche, los dos seguidores de Jesús vuelven a
Jerusalén a contar la noticia.
5
Fecha Noche del domingo de resurrección
Lugar
Un lugar a puertas cerradas
en Jerusalén, Judea.
A diez apóstoles (Lc 24.36–49; Jn 20.19–23; tal vez 1 Co 15.5).
Diez discípulos estaban reunidos, faltaba Judas -pues ya no era parte del grupo- y Tomás, que
por alguna causa no estaba. Estaban encerrados en una habitación por miedo a los judíos. Allí
se les aparece Jesús con su saludo “Paz a vosotros”, y luego prueba que es El mostrando sus
marcas y comiendo. Fijémonos que a pesar de tener al Señor enfrente, se les dificultaba
creer... es que la vista sin fe, es como no ver. Un dicho dice que “la negación voluntaria niega
toda evidencia”. Así que Jesús los tiene que convencer y luego abrirles el entendimiento para
que comprendan todo lo que estaba ocurriendo a la luz de las Escrituras.
6
Fecha Un lunes, ocho días después de la Lugar
resurrección.
A once apóstoles reunidos (Jn 20.24–29).
Un lugar a puertas cerradas
en Jerusalén, Judea.
Los once discípulos estaba nuevamente reunidos. Tomás estaba entre ellos pero no podía
creer el suceso que le habían contado. ¡Era imposible que Jesús esté vivo! Tal vez haya sido
una visión, o un ángel, pero no Jesús.
Aparece el Señor, saludando “Paz a vosotros”, comunicando esa paz que viene de El, y
anunciando que no venía a traer juicio. Enseguida se acerca a Tomás, a quién no le reprocha
nada. Le muestra las evidencias de que el es Jesús, pero lo desafía a creer (“no seas incrédulo
sino creyente”). Tomás entiende que El es el Cristo, y su fe es fortalecida. El Señor quiere
remarcar allí la importancia y poder de la fe diciendo “bienaventurados los que no vieron, y
creyeron”. Esos somos nosotros, quienes tenemos una bendición de fe mayor por no haber
participado “visualmente” del Señor.
7
Fecha En el amanecer de un día posterior a la Lugar
aparición de Pedro y los discípulos, y
anterior a la ascensión.
A siete discípulos (Jn 21.1–14).
Mar de Tiberias, Galilea
Pedro, Tomás, Natanael, Jacobo, Juan y otros dos discípulos estaban pescando. No habían
pescado nada en toda la noche.
Casi al amanecer Jesús aparece en la costa y les indica dónde tirar las redes. Ellos sin
reconocerlo lo hacen y por milagro pescan cantidad de peces. Juan y Pedro perciben que es
Jesús, Pedro no resiste y se tira de la barca hacia el Señor.
El Señor encendió fuego para preparar comida, tal vez para demostrar que no era un espíritu
sin cuerpo. O simplemente Jesús se habrá ocupado de que no tengan hambre, ya que El nos
provee de todo lo necesario.
Después de comer se mantiene la famosa conversación del Señor con Pedro, donde le
pregunta “¿Pedro... me amas?” en tres ocasiones. En esta charla quedan claros estos
conceptos:
a. Al Señor le interesaba el amor de Pedro.
b. Pedro tendría un papel importante dentro del pueblo de Dios, consolando y guiando al
rebaño del Señor.
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c.
El Señor le indica a Pedro que tendría una vida consagrada a Su servicio, y dispuesta a
cualquier sacrificio.
d. Jesús alienta a Pedro a seguirlo.
8
Fecha En algún momento posterior a la Lugar
aparición de Pedro y los discípulos, y
anterior a la ascensión.
A once apóstoles en el monte(Mt 28.16–20; Mc 16.7).
Un monte en Galilea.
El relato de la aparición del Señor a las mujeres pareciera dar la idea de que en ese mismo
momento el Señor se iba a encontrar con sus discípulos en Galilea. Pero seguramente no fue
así, por los diversos relatos que sitúan el primer encuentro con los discípulos en Jerusalén. Así
que este encuentro realizado en un monte de Galilea (posiblemente el monte Tabor), y ya
preanunciado por el Señor antes de ser crucificado, habrá sido un tiempo después.
En esta ocasión ya sabían que se iban a encontrar por el Señor, pues el ya se los había
avisado con anterioridad en forma personal y luego a través de las mujeres.
Hay tres hechos para destacar:
a. Todavía algunos dudaban. Nuevamente la gran importancia de la fe.
b. Los discípulos adoraron al Señor. Ya no quedaba duda, el era Dios y merecía
adoración. La aparición del Señor era una evidente demostración del poder de Dios. Y
donde hay poder divino y corazones humildes y sensibles, se produce naturalmente la
alabanza y adoración.
c. El Señor comisiona a sus discípulos, enviándolos con Su poder a realizar nuevos
discípulos. Es un mandato que solo se puede realizar mediante el poder de Dios.
9
Fecha En algún momento posterior a la Lugar
aparición de Pedro y los discípulos, y
anterior a la ascensión.
A más de quinientos hermanos (1 Co 15.6).
Incierto
El Señor dio muchas pruebas de su resurrección, entre ellas esta aparición ante quinientas
personas. Es notable que esta pequeña multitud estaba conformada de hermanos, es decir,
creyentes. Jesús sólo se apareció a gente que creía, para fortalecer su fe. Era un privilegio de
los hijos de Dios.
Hoy día también tenemos el enorme privilegio de encontrarnos con El, sólo Sus hijos tenemos
esta entrada a la presencia del Señor.
10
Fecha En algún momento posterior a la Lugar
aparición de Pedro y los discípulos, y
anterior a la ascensión.
A Jacobo (1 Co 15.7).
Incierto
De esta aparición no hay mayores comentarios, sólo está mencionado que El Señor se
encontró con su hermano Santiago (Jacobo) que se transformó luego en un líder de la Iglesia y
escribió la epístola que lleva su nombre.
11
Fecha Cuarenta
días
después
de
la Lugar Monte
de
los
Olivos,
resurrección
Betania, Judea
A los que se habían reunido, a todos los apóstoles (Hch 1.6–9; 1 Co 15.7; Lc 24.50).
Luego de esta aparición, el Señor ascendería a los cielos a estar la derecha del Padre.
Los discípulos quieren saber si prontamente el vendrá a reinar al mundo. Pero Jesús trae
nuevamente su atención hacia lo importante: lo espiritual. Dice que recibirían prontamente
poder a través del Espíritu Santo, y que ellos serían testigos de Cristo en todas partes.
Finalizado esto, el Señor ascendió hacia los cielos. Los discípulos se quedaron mirando hasta
que una nube lo tapó y ya no lo pudieron ver mas. Como seguían mirando hacia arriba, ángeles
trajeron un mensaje precioso: ese mismo Jesús que se fue, volvería otra vez a la tierra.
Cristo vuelve, pero mientras tanto no nos ha dejado desprovistos: tenemos al Espíritu Santo y a
Su palabra, también nos ha dejado cosas que hacer para El. Que podamos aprovechar cada
minuto de nuestra vida, de manera que cuando suene la trompeta del final de los tiempos
podamos presentar una ofrenda agradable al Señor.
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Algunos podrían añadir a estas apariciones, otras ocurridas luego de la ascensión del Señor: la
visión de los cielos abiertos de Esteban, el encuentro con Jesús con Saulo camino a Damasco,
la visión del Señor que tiene Juan en la isla de Patmos.
Preguntas difíciles
¿Cómo era el cuerpo de Jesús luego de resucitar? ¿Tenía cuerpo o era espíritu?
La forma o morfología del cuerpo de Jesús era la misma, la gente lo podía reconocer
pues permanecían sus mismos rasgos personales, hasta tenía aún las heridas
causadas en su pasión y muerte.
También poseía las mismas capacidades fisiológicas que antes: podía comer y beber; y
era tangible o “tocable” (las mujeres se abrazaron a sus pies).
Pero por otra parte tenía propiedades extraordinarias, como la de desaparecer (Emaús)
o atravesar paredes (primera aparición a los discípulos).
Se trataba entonces de un cuerpo transformado, glorificado, espiritual. El Señor Jesús
fue el primero en gozar de un cuerpo así de poderoso, pero todos sus hijos tendremos
la bendición de tener un cuerpo celestial incorruptible, cuando el Señor vuelva por los
suyos (1 Corintios 15).
¿Que quiere decir que Cristo fue a predicar a los espíritus encarcelados?
1Pedro 3:18-20 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo
por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero
vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los
que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en
los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir,
ocho, fueron salvadas por agua.
También Efesios 4:9-10
Se trata de un pasaje no muy claro.
Una interpretación dice que Jesús, entre su muerte y resurrección, anunció la salvación
a los creyentes que esperaban ser salvos durante el período del Antiguo Testamento.
Algunos comentaristas piensan que este pasaje dice que el espíritu de Cristo estuvo en
Noé al predicar a los que eran prisioneros del pecado (pero que ahora estaban en el
infierno).
Otros piensan que Cristo fue a proclamar su victoria y la condenación definitiva de los
ángeles caídos y/o personas no creyentes que se hallaban prisioneros allí.
Son todas especulaciones y no podemos armar una doctrina de un pasaje tan poco
claro.
Lo que si debemos dejar claro es que no se trata de una segunda oportunidad para
aquellos que habían rechazado al Señor durante la vida.
¿Por qué Jesús no podía ser tocado?
Juan 20:17-18 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas
ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro
Dios. Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había
visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas.
Otras versiones de la Biblia (Nueva Versión Internacional, Reina Valera 1995) clarifican
la cuestión utilizando la palabra “Suéltame” en vez de “No me toques”. Pareciera como
si María Magdalena se hubiera agarrado fuertemente de Jesús como para no dejarlo ir,
y el le dice que lo suelte para poder ascender al Padre.
¿Por qué Jesús no era conocido cuando lo veían?
En lo natural esto ocurría porque:
a. Sus discípulos no esperaban verlo, tenían la plena certeza, la “fe ciega” de que no
podía ser que sea Jesús.
b. Tenían una gran pena y dolor que les nublaba todo lo demás.
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Seguramente esto pasó con María Magdalena.
Pero en otras situaciones, hubo una acción sobrenatural del Señor para nublar los ojos
y hacer que las personas no lo conociesen. Tal fue el caso de los caminantes de
Emaús: “Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen” Lucas
24:16.
No es correcto pensar que el cuerpo de Jesús tenía una fisonomía o apariencia distinta
después de resucitado, dado que era reconocido y que permanecían todas sus marcas
personales (sus heridas, por ejemplo).
¿Es posible que el Señor no se haya muerto, sino desmayado o sufrido catalepsia?
Si bien en lo natural esto podría haber sido cierto, no fue así.
Era totalmente necesaria la muerte del Señor para que el castigo del pecado fuera
pagado. Sin muerte no se satisfacía el castigo del pecado. Jesucristo entregó
voluntariamente su vida para que nosotros tengamos vida abundante en El.
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