El amor y el compromiso van de la mano

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Fervor y compromiso por una nueva evangelización de las familias
Cartilla N
340
Mayo de 2014
El amor y el compromiso van de la mano
“No amemos con puras palabras y de labios afuera, sino verdaderamente” (1 Jn 3,18)
P. Ricardo Facci
Es tan imposible hablar de amor sin compromiso, como de compromiso sin amor. Quien quiera amar,
sabe que desde su interior surge la necesidad de un compromiso que, generalmente, involucra la vida
completa, especialmente, cuando se refiere al matrimonio. Hoy en día, muchos hablan de amor, pero no
quieren compromiso alguno, atadura que ligue al ser amado para toda la vida. Esto no es amor. Todo lo
contrario. Es exponer al otro a una triste experiencia de sentirse usado. “Mientras me ‘sirva’ estará junto a mí,
si no responde más a la expectativas que tenía lo devuelvo, o lo tiro”. Nadie que quiera amar de por vida,
piensa en que un día todo se puede terminar. Quien ama de verdad no tiene miedo de atarse para toda la vida.
Lo mismo, si alguien quiere comprometerse pero sin amor, es imposible; estamos hablando de una persona
que será amargada durante toda su existencia. Amor sin compromiso no es amor; compromiso sin amor es
intolerable. Es necesario, entonces, no amar con palabras huecas, de labios hacia afuera, sino comprometido
interiormente para que sea un amor verdadero.
El compromiso que surge de un amor vivido plenamente desde la libertad, nos conduce a descubrir
una verdadera acción humana, que producirá, seguramente, una auténtica realización. La libertad contiene en
sí misma una gran exigencia, sus opciones regidas por el amor conducen a grandes maravillas, pero si la
motivación es otra, imposible que esas opciones enriquezcan. Si la libertad no se orienta al amor se hace
egoísta; pero cuando la libertad se sitúa en la búsqueda de amar se hace compromiso. Es importante tener
muy claro que cuando el hombre se orienta hacia el egoísmo, deja de vivir, de realizarse, el egoísmo mata en
vida. La existencia se vuelve triste, aunque crea que hizo en su vida lo que debía hacer.
Si fuéramos capaces de romper con el egoísmo, al mismo tiempo, romperíamos con muchas de
nuestras opresiones internas, porque jamás el ser humano, absolutamente en ningún caso, puede vivir sin
amor. El verdadero amor es saludable, el egoísmo es enfermante.
El amor es un compromiso serio, claro y exigente. Por eso, cada vez que alguien se evade del
compromiso, elude el amor. Cuando no hay compromiso, en el fondo, es que hay egoísmo. Estas palabras
pueden sonar muy fuertes, pero nos tiene que animar la certeza de que el hombre es la única criatura capaz de
cambiar cualquier situación de su vida. Nada hay en la conducta y opciones del ser humano que no pueda
cambiar cuando se quiere hacerlo.
La libertad tiene que orientarse a eliminar todo egoísmo. Cuando se comienza a auto consentirse, en el
ámbito de un individualismo destructor, a no ser exigente con uno mismo, es porque el amor es desplazado
por el egoísmo. Cuando se tiene miedo de dar pasos que comprometen en el amor y van a llevar a una real
transformación interior, se corre el riesgo de que el egoísmo comience a esclavizar. No queda otro camino, hay
que elegir; sino el compromiso puede ser como algo que se dice y se olvida, o es como una luz fugaz en la vida,
dejando secuelas muy graves en uno mismo o en otros.
Todo compromiso que se realiza debe ser sincero y sumamente exigente en el interior de uno mismo.
Cuando la persona responde plenamente a estas dos características de todo compromiso, podemos decir que
es auténticamente comprometida, fruto de una libertad relacionada con el amor. Si se quiere ser sano y no
enfermar el entorno, hay que asumir un compromiso serio, claro, auténtico, sincero y exigente, fruto de un
amor maduro.
Se debe saber, que el compromiso es una obligación o deuda contraída por medio de un acuerdo. Este
acuerdo brota de un amor que quiere hacer feliz al otro, entregarse plenamente por su realización personal. El
acuerdo no pone condiciones, porque el amor es incondicional. En el caso del matrimonio implica reciprocidad,
pero el amor es tan gratuito, que si por una causa determinada, puede ser una crisis, la reciprocidad no está
muy clara, igualmente la parte que tiene la oportunidad de pensar libremente, aunque esté sufriendo el peor
de los horrores, continuará respondiendo al acuerdo bilateral. De esta manera, el amor se
vuelve compromiso y éste se vuelve un maravilloso gesto de amor que se puede ofrecer a quien se ama.
En la medida en que se esté dispuesto a hacer objeto del amor el compromiso, ese amor será
auténtico, porque se está haciendo que la vida se consuma dándose, plenamente y para siempre.
No podemos dejar de mencionar que el sentido profundo del amor está en Dios. Sin Dios es imposible
pensar en el significado profundo del amor. De este modo, se debe decir que solamente cuando el hombre es
capaz de amar profunda y auténticamente a Dios, es capaz de amar en la misma medida a sus semejantes, a
aquel que le ofreció un compromiso de fidelidad para hacerlo feliz. Cuando alguien no es capaz de amar a Dios,
qué difícil es que sea capaz de amar a su esposo, a su esposa, a sus hijos.
El amor es, necesariamente, compromiso. Por eso, Dios se compromete en su Hijo. El amor de Dios es
compromiso.
Por todo esto, el amor debe ser, no de palabras vacías, sino de un compromiso muy serio, que tenga
en cuenta, sobre todo, la persona amada y su bien, su felicidad, su realización. Amar de verdad es hacerlo sin
condicionamientos egoístas, con entrega plena, sin reservarse nada para sí. Quien quiera ser feliz y hacer feliz,
ame de verdad y encontrará el logro del gran objetivo de la vida. ¡Qué hermoso es en un matrimonio,
experimentar que cada uno está comprometido de por vida con el otro! ¡Esto es amor! Sabemos bien, que la
vida matrimonial conlleva sinsabores, momentos críticos, egoísmos que dañan, las propias situaciones de
límites, enfermedades… sin embargo, el compromiso se mantiene firme. ¡Esto es amor! En una oportunidad,
fui a visitar a un matrimonio de buena posición económica buscando una ayuda para la Obra y me
respondieron “somos tan pijoteros (amarretes) que no nos hemos divorciado para no gastar en abogado”, ¡eso
no es amor! Esto es compromiso sin amor, intolerable, sus rostros lo decían todo, amargados por donde los
miren… ¡Gracias a Dios puedo contar miles de casos a la inversa! De aquellos que el amor los fue envejeciendo
juntos, alegres de haberlo dado todo. ¡Esto es amor! Les deseo a todos un amor comprometido “hasta la
médula”. Les deseo que cuando sus hijos los miren, puedan señalarlos con el dedo y decir: ¡Esto es amor!
Oración
Señor Jesús,
gracias por permitir que el amor que inspiró nuestra relación,
se haya hecho compromiso para toda la vida.
Somos muy felices juntos, no queremos soltarnos jamás,
para caminar unidos hasta la felicidad del sendero
y la Felicidad del final.
Que jamás nos falte tu gracia,
para llevar adelante el compromiso
de ser eternamente el uno para el otro,
dado que lo único que permanecerá
es el amor.
Nuestro compromiso de amor es lo único que llevaremos,
ayúdanos a cuidarlo y proyectarlo hasta la eternidad,
para que un día podamos devolver al “mejor del cielo”. Amén.
Mendoza
espera
una
multitud de Jóvenes del 11 al 13
de octubre… ¿faltarías?
La inscripción, antes del 30
de
junio,
con
importantes
descuentos, para que todos
puedan participar…
Hoy
MENDOZA
es
sinónimo del “VII° CONGRESO
INTERNACIONAL DE LOS HIJOS
DE HOGARES NUEVOS”.
Trabajo Alianza
1.- Cada uno, ¿experimentamos que nuestro compromiso es fruto de un amor sin límites? ¿Se siente que el
otro se ha comprometido plenamente con el otro?
2.- ¿Cuándo he sentido fuertemente tu compromiso para conmigo?
3.- Nuestros hijos, ¿sienten un compromiso pleno para con ellos, de parte nuestra?
Trabajo Bastón
1.- ¿Qué relación experimentamos, en la sociedad actual, entre compromiso y amor?
2.- ¿Se puede hablar de amor sin compromiso? ¿Es posible un compromiso sin amor? Hacer una lista
comparativa entre las características de un amor comprometido y un compromiso sin amor.
3.- ¿En qué podemos ayudar para que en nuestras familias, en el ámbito eclesial y en el ámbito social,
podamos ayudar a que exista más conciencia que amor sin compromiso no es el camino adecuado, sino todo
lo contrario? (la próxima cartilla tratará la continuación de este tema)
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