CENTRO UNIVERSITARIO DE BAJA CALIFORNIA MAESTRIA DERECHO PROCESAL CIVIL, MERCANTIL Y FAMILIAR MAESTRO: Doctor en Derecho Licenciado Vicente Fernández Fernández. TAREA O TRABAJO, COMPARATIVA DE LOS SISTEMAS DE PROCEDIMIENTOS LOCAL Y FEDERAL El artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos de Mexicanos, establece la garantía de administración de justicia para todos los gobernados, y el diverso precepto jurídico 94 del pacto federal indica que se deposita el ejercicio del Poder Judicial de la Federación en una Suprema Corte de Justicia, en un Tribunal Electoral, en Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito y en Juzgados de Distrito. Localmente el artículo 57 de la Constitución Política del Estado de Baja California, establece que el Poder Judicial del Estado se ejercerá por el Tribunal Superior de Justicia, Tribunal de Justicia Electoral, Juzgados de Primera Instancia, Juzgados de Paz y Jurados. Siendo que el Código de Procedimientos Civiles del Estado resulta ser el instrumento jurídico que regula las reglas bajo los cuales se desarrollan los diversos procedimientos que ahí se contienen y a los cuales tienen acceso los gobernados cuando acuden a los tribunales comunes para el ejercicio de las acciones previstas en las codificaciones locales y federales –en caso de la jurisdicción concurrente- y así excitar la función del órgano jurisdiccional. No obstante las reglas, formas y términos que contiene el Código Procesal Civil del Estado, para la sustanciación de los juicios de la competencia de los tribunales jurisdiccionales locales, es un hecho notorio que la mayoría, sino es que todos ellos –juzgados- incumplen con los tiempos y términos de ley, muchas de las veces por las cargas de trabajo que existen en ellos, otras por la incompetencia, negligencia o ignorancia de los funcionarios jurisdiccionales, habiendo obviamente sus excepciones, pues no existe en el ámbito local una verdadera carrera judicial, ni existe por parte de los órganos administrativos –Consejo de la Judicatura del Estado- la preocupación de preparar con cursos y dotar con instrumentos o herramientas a los funcionarios judiciales, para la dar un verdadero servicio de administración de la justicia a que refiere el artículo 17 Constitucional ya citado en líneas precedentes. Siendo, se insiste, un hecho notorio el atraso por los juzgadores en el dictado de las sentencias definitivas o interlocutorias que deben de resolver, ello tanto en primera como en segunda instancia. Además cabe precisar que nuestro Código de Procedimientos Civiles del estado, ha quedado al rezago con diversos ordenamientos similares de otros estados de la República Mexicana, como son por ejemplo los del Estado de México, Distrito Federal, Puebla o de Nuevo León. En la justicia federal, se advierte que por lo menos, se trata de cumplir con los términos a que refiere la Ley de Amparo, así como la aplicación de manera supletoria del Código Federal de Procedimientos Civiles, y a que se aplican exámenes tanto para admisión como para ascender en el escalafón jurisdiccional, y si bien es cierto que en el local también existen, son menos rigurosos y exhaustivos que los federales, teniendo los tribunales federales acceso a las casas de la cultura jurídica, bibliotecas y sistemas de computo de accesos a las ejecutorias de la corte y tribuales federales como consulta. Precisado lo anterior, la competencia de los tribunales locales y la aplicación de la legislación local tanto sustantiva como procesal, en caso del litigio, resulta su sustanciación diametralmente contrastante con la federal, al resolver el amparo directo que se interpone en contra de las sentencias que se emiten tanto en segunda instancia, así como de las de primera instancia que no admiten el recurso de apelación, pues la justicia federal, el juicio de amparo que ahí se sustancia, se constriñe a ejercer funciones de control de legalidad o de constitucionalidad –en caso de que hubiese alegado violaciones a sus derechos fundamentales el quejoso- sin que pueda abrirse de nuevo la primera instancia, esto es, ofrecer pruebas o alegar nuevos hechos o hechos que se hubieren omitido ante el Juez natural. Pues el juicio de amparo directo, tiene por objeto el estudio y resolución de cuestiones meramente constitucionales, en cuanto se refiere a aquellos actos de las autoridades jurisdiccionales del poder Judicial local que vulneren o restrinjan las garantías individuales del quejoso; por lo que no es posible ocuparse en el amparo, de investigar sobre los hechos o derechos sustanciales que discutan las partes, como si lo es competencia del Juez de lo Civil de primera instancia, por lo tanto el procedimiento en el procedimiento local y federal, se insiste resulta ser diferente, ya que la sentencia del juez natural resuelve el fondo del asunto, y la sentencia del tribunal federal Además debe precisarse que los conceptos de violación que hace valer el quejoso en el amparo directo se deben limitar a exponer su inconformidad respecto de las consideraciones que tomó en cuenta la Sala a quo al momento de contestarle y resolver los agravios que hizo valer en el recurso de apelación, pero sin combatir las consideraciones que estimó la Sala ad quem al momento de emitir la resolución que por esta vía se combate, ni expresa concepto de violación tendiente a demostrar que la misma le causa perjuicio por haber sido emitida contrario a derecho, a la ley, a su interpretación jurídica o a sus intereses en los términos del artículo 678 del Código de Procedimientos Civiles del estado, no es dable analizarlos en el juicio de amparo directo, en virtud de que por parte de las autoridades responsables no pueden ser nuevamente objeto de estudio, además de que, al momento en que se dictó la resolución en segunda instancia ésta sustituyó a la emitida en primer término; por ende, los conceptos de violación debió enderezarlos en contra de la segunda instancia, ya que al no hacerlo así introduce cuestiones diferentes y ajenas a los agravios que fueron materia de estudio en segunda instancia, lo cual no es jurídicamente posible; en ese sentido, los conceptos de violación que deben declararse inoperantes por el Tribunal de Garantías al no atacar las razones de la sentencia reclamada, cuenta habida que, como ya se dijo el objeto del juicio constitucional es el estudio de la resolución dictada al resolver el recurso de revisión, para determinar si los fundamentos expuestos en él violaron o no las garantías individuales del gobernado. Además que en el juicio de garantías conforme al artículo 161 de la Ley de Amparo, para que las violaciones procesales en los juicios civiles puedan reclamarse en el amparo directo que se promueva contra la sentencia definitiva es necesario, en primer lugar, que hayan sido impugnadas en el curso del procedimiento mediante el recurso ordinario que prevea la ley y, además, que sean reiteradas como agravio en segunda instancia. Por lo tanto, y visto lo argumentado es que el suscrito considera que salvo, los tiempos y la capacitación que se tiene tanto en la justicia federal como local, no se puede hacer realmente una comparativa con los procedimientos que ahí se prevén, pues ambos resuelven situaciones jurídicas diferentes y tienen una tramitación distinta. Tijuana Baja California, a treinta y uno de enero del dos mil trece. Licenciado Cruz Juan Carranza García. Alumno.