Cultura Combate Naval, Chiapa de Corzo Historia, fiesta y tradición L.C.C. Indira Zavaleta Díaz* C hiapa de Corzo, catalogado como pueblo mágico gracias a la importante gama cultural y folclórica que posee, está situado en el centro del estado de Chiapas, en el sureste Mexicano; se localiza a 15 kilómetros del centro de la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez. Fue una de las primeras ciudades establecidas en Chiapas y además la primera capital. Es un lugar lleno de tradiciones y es muy conocido por su famosa “fiesta grande” ‒como dijera una mí tía: “es de cada año la fiesta grande del parachico”‒ y efectivamente, los chiaparcoceños o los “culo pinto”, apodo que les fue otorgado por la cercanía de las caleras, dice mi tía, pues siempre andaban todos “cenizos” o llenos de cal, ¡ah, pero del 8 al 23 de enero, como cada año, andan bien arrechos y arrechas! para celebrar en grande al santo patrono del pueblo, san Sebastián Mártir Dice mí tía que el mero día es el 20 de enero, ese día los fieles van a cumplir la promesa que cada año realizan en honor a san Sebastián Mártir. Bailando, con “chinchín” en mano, llegan los parachicos y las mujeres; ellas se lucen con el vestido de Chiapaneca, la iglesia se llena de color y tradición que promete para el siguiente año volver con la misma alegría. Otro acontecimiento y no menos importante de la fiesta de enero, es el combate naval, que más que combate es un espectáculo de fuegos pirotécnicos. Dice mi tía que a casi nadie le importa la historia, que lo interesante es disfrutar de todo el “lucesaje” por más de hora y media; esta representación se realiza en las aguas del río grande de Chiapa (el Grijalva), es una demostración pirotécnica que se lleva a cabo desde el año de 1599, dice mí tía que fue la época en la que Fray Pedro de Barrientos, vicario de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán fue quien fomentó la enseñanza de la pirotecnia a través de los juegos navales, aprovechando la vocación guerrera de los indígenas. Con el paso del tiempo este evento se convirtió en una diversión para todos; niños, adultos, turistas, etcétera, disfrutan de las luces que se proyectan en el cielo, la versión moderna del combate naval, la que hasta hoy día se logra apreciar fue montada por primera vez el 21 de enero de 1906 por Enrique Santibáñez, Aristeo Roldan Penagos, el pirotécnico Nicolás Espinosa y su hijo Cenobio, Francisco Macías y I capitán Cevallos. Con este espectáculo nocturno se conmemora la batalla del 21 de octubre, lucha que duró siete horas y, a las doce del día, se libró la batalla final. Se cuenta que los indios chiapanecas, al verse cercados por el enemigo se arrojaron al precipicio, tiñendo de rojo las aguas del río Grijalva; ante tal suceso el capitán español Diego de Mazariegos dio por terminado el combate entre indios y españoles. Con los sobrevivientes, en las orillas del río grande fue fundado un nuevo pueblo “La Chiapa de los Indios” (Chiapa de Corzo). Dice mí tía que no hay hombre o mujer más alegre que los de Chiapa de Corzo, porque esos si saben celebrar a su pueblo. *Coordinación de Investigación y Servicios Editoriales. Instituto de Salud. Chiapas, México. 44 www.salud.chiapas.gob.mx Fotografía: Harvey Vásquez Cortés.