TEMA 2: UNA SOCIEDAD EMINENTEMENTE COMUNITARIA. El individuo y el estado parecen constituir en la actualidad los dos polos básicos de la vida social. Un individuo libre y autónomo que espera que el estado le garantice igualdad de oportunidades y facilite su educación, la sanidad o la protección que necesita. Frente a esto el estado aspira a conocer y controlar cada vez mas la vida de os individuos. Dualidad individuo-estado: no es el único marco de referencia social a pesar de su continuo reforzamiento. Las dificultades actuales del estado de bienestar y la crisis del modelo social han vuelto a poner de manifiesto la importancia de instituciones como la familia. Por otra parte el individuo ha tomado conciencia de su fragilidad ante el poderoso estado actual y busca cada vez más garantías de otras instituciones que le protejan del poder del estado. Durante la Edad moderna con un estado, menos fuerte y organizado existían entre el y el individuo una serie de instituciones que vertebraban la vida social, que controlaban a hombres y mujeres, otorgándoles al tiempo una protección y seguridad que el estado no podía garantizar. La familia, la comunidad y el señor son los principales poderes inmediatos que enmarcan la vida en la E. Moderna. Los tres estaban consolidados antes de las modernas monarquías y de los estados que posteriormente reclamaron para si parte de las funciones que estas y otras instituciones ejercían. Lo característico del estado moderno no son las formas nuevas que surgen, sino el impacto que sobre las existentes tienen los cambios que se van produciendo, muy especialmente la presión ejercida por los poderes supremos: ESTADOS e IGLESIAS. LA FAMILIA No es sólo la unidad de reproducción biológica, es la vía por la que el individuo se integra en la sociedad. Aspectos básicos como a sociabilización, la formación profesional, el cortejo, la elección de cónyuge, el momento del matrimonio, la posibilidad de formar familia propia dependían directamente del conjunto de tradiciones y normas que regulaban la estructura y el funcionamiento de las familias. La posibilidad de “escapar” de esos condicionantes era prácticamente nula. MODELOS DE FAMILIA Durante el XIX se pensó que las familias de la época preindustrial eran extensas y complejas con múltiples elementos viviendo bajo la autoridad del cabeza de familia. Se pensaba también que la industrialización rompió este modelo, sustituyéndolo por otro más sencillo de pareja e hijos solamente. En las últimas décadas las investigaciones conducen a pensar en la dirección opuesta; el modelo dominante de familia sería el de familia sencilla formada por padres e hijos, pero en función de diferentes factores económicos, locales etc. existieron otros tipos diferentes e igualmente importantes. Criterios básicos de organización de los grupos domésticos (según Laslett). 1. las circunstancias de formación del grupo, siendo lo fundamental la residencia separada de la nueva pareja. 2. Criterios demográficos y que afectan a la fecundidad: Edad de matrimonio Celibato definitivo Segundas nupcias de las viudas 3. Los lazos de parentesco existentes entre los miembros del grupo. 4. Criterios relativos a la organización del trabajo y al bienestar del grupo, particularmente el volumen y composición de las fuerzas del trabajo. Encontramos así, en la Europa moderna tres grandes modelos familiares: FAMILIA NUCLEAR O SENCILLA. Formada por la pareja casada y sus hijos. Comienza con el núcleo conyugal al que se van añadiendo los hijos, concluyendo el ciclo con uno de los progenitores viudo (normalmente la madre) y alguno de los hijos solteros que permanecen en la casa. Podemos incluir aquí (Laslett los considera aparte) las familias extendidas en las que conviven también un ascendiente, un colateral, o ambos solteros o viudos. Podríamos considerar como final del ciclo de familia nuclear los hogares con viudos o viudas solitarios. FAMILIA TRONCAL. Un hijo o hija casados y con sus hijos conviven con la pareja de progenitores y también temporal o definitivamente con algún hermano o hermana soltera. Constituida en su fase de plenitud por 3 generaciones; en cada una solo una pareja permanece en la casa. FAMILIA COMPLEJA O COMUNITARIA Es una familia con varios núcleos conyugales y su descendencia, pero a diferencia de la troncal no es una sola pareja por generación, pueden ser los padres y varios hijos casados, o parejas colaterales (tíos y primos casados) o puede tener la forma de las frereches francesas, constituidas exclusivamente por hermanos. Cada modelo se adapta mejor a determinadas circunstancias socioeconómicas. La familia compleja dispone de una gran fuerza de trabajo, sin necesidad de asalariados y pueden hacerse cargo de explotaciones grandes. Predominan en zonas con un poder importante del señor o propietario de la tierra con importantes exigencias para mantener el terreno asignado y evitar ser expulsados o confinados a otro menor. La encontramos en el este de Europa (área de la segunda servidumbre), en el centro de Italia y de Francia (aparcerías) y en explotaciones indivisas francesas o servias. La familia troncal predomina en áreas de economía pastoril, normalmente de montañas y se adapta al objetivo de la perduración de una casa. Este concepto de casa engloba la vivienda, una unidad de explotación con tierras y prados y una serie de derechos comunitarios de pastos , explotación de bosques etc. incluye también el nombre de la familia y toda la tradición del linaje. Se pretende que el conjunto perdure y se transmite integro a un solo heredero en cada generación ya que si se dividiera las partes resultantes serían insuficientes para el mantenimiento familiar. El sistema de herencia es desigualitario, los padres eligen un heredero; el que prefieran, que traerá una esposa al hogar donde convivirán ambas parejas hasta que la muerte o e retiro del padre le permita acceder a la jefatura de la casa. El resto de hermanos abandonan la casa como yerno o nuera de otra familia si consiguen casarse con un heredero o ganarse la vida fuera de la casa o en la emigración, para lo que reciben una dote. Los que opten por quedarse, permanecerán solteros y sometidos al cabeza de familia. La familia nuclear era predominante en la Europa noroccidental y en amplias zonas del Mediterráneo. No responde a objetivos tan definidos como las anteriores y se adapta a formas de reparto más igualitarias, o también desiguales, pero en ambos casos, las nuevas unidades familiares solo las forman a la muerte del padre o buscando acomodo en otras tierras o en otras actividades económicas. En Inglaterra la tendencia de los hijos es a abandonar la casa salvo el heredero. La dote que reciben les ayuda a formar un nuevo hogar. La dinámica familiar está muy influenciada por el “mercado”. Si hay escasez de mano de obra y los salarios son altos, la formación de nuevos hogares se acelera y la edad de matrimonio baja. En caso contrario las nuevas parejas deben esperar e incluso algunos renuncian a formar familia propia. En Francia, en el norte y oeste (familia nuclear) las costumbres hereditarias son de tipo igualitario, aunque con diferentes matices. Se pretende dar una oportunidad de situarse y mantener el linaje a todos los hijos. En caso de carecer de descendencia los bienes recibidos de cada una de las ramas familiares (paterna o materna) deben volver a los parientes más próximos de esa línea. En la zona de Paris al abandonar la casa paterna se recibía una donación y no tenían derecho a más; a partir del renacimiento se puede optar a devolver lo recibido y participar en la herencia general. Tanto esta última costumbre como el igualitarismo del oeste estimulaban la permanencia de los hijos en la aldea, frente a la tendencia mas centrifuga inglesa, que hay que poner en relación con el auge de una economía mercantil. TENSIONES FAMILIARES El ciclo domestico a través del que se renueva la estructura familiar, es el principal responsable de las tensiones y conflictos dentro de cada modelo. La familia comunitaria e s la mas estable, a ello contribuye el poder patriarcal del cabeza de familia que se impone a todos los miembros y la mantiene cohesionada. Sin embargo el relevo del patriarca y ala convivencia de varias parejas supone fricciones. En contadas ocasiones pueden producirse escisiones de un grupo familiar, pero lo habitual es que la vida se desarrolle en un universo cerrado en el que los individuos se supeditan a las necesidades del grupo dende los lazos de parentesco y solidaridad hacen que las tensiones se puedan controlar. La familia troncal es un foco de graves tensiones que incluso desembocan en violencia. Hay dos momentos especialmente tensos, la designación del heredero, que a menudo enfrenta al os hermanos, y la convivencia de a pareja joven con los padres, mientras no se produce el relevo generacional, que puede tardar años. Para facilitar esta convivencia se incluyen en los contratos matrimoniales cláusulas de intolerancia que regulan los derechos de cada parte en caso de ruptura. Ambas situaciones también están presentes en las familias comunitarias, pero es en las troncales donde los enfrentamientos son más agudos, conduciendo en ocasiones al crimen, La familia troncal también genera tensiones con otros grupos domésticos en el momento de establecer alianzas matrimoniales. El afán de mantener y engrandecer la casa propia busca alianzas ventajosas. Se trata de que la dote aportada por la nuera sea superior alas otorgadas a las hijas. Otra estrategia es tratar de recuperar con matrimonios muchas veces consanguíneos la dote entregada a otra casa. Es obvio que la voluntad de los interesados cuenta poco frente al interés de la casa y aceptan sacrificadamente esas alianzas. El ciclo de la familia nuclear comienza con el matrimonio y la formación del nuevo hogar y termina con la muerte del cónyuge más longevo, o cuando este incapaz de vivir solo, es acogido en casa de un hijo casado. Un fenómeno muy extendido en la Europa noroccidental es el life-cicle servant por el cual los hijos al salir de la niñez son colocados como criados durante un tiempo en el seno de otra familia. Este tipo de intercambios, muy corriente en Inglaterra, hace que las tensiones propias de la adolescencia se proyecten fuera del hogar y la socialización de los jóvenes bajo otro jefe de familia menos atado por los afectos favorece la preparación para una vida independiente y el desarrollo del individualismo. La ruptura temprana con la familia de origen evitaba muchas tensiones de relevo generacional típicas de la familia troncal y en la comunitaria. Cuando el reparto era desigualitario solía compensarse con dotes o herencias en metálico o con una inversión en educación, que permitía a los excluidos ganarse la vida. Por su parte el heredero debía soportar la autoridad del padre, atenderlo en la vejez, así como pagar las deudas y cargas motivadas muchas veces por las donaciones a los hermanos. En definitiva, se trataba de equilibrar la continuidad del patrimonio con el deseo de equidad. En las zonas de patrimonio igualitario la lucha contra la dispersión patrimonial lleva a estrategias de cooperación a la hora de los matrimonios, frente a las de conquista propias de la familia troncal. Se trata de conseguir mediante la aportación de ambos cónyuges una base de sustento lo mas autosuficiente posible para la nueva familia. En general los bienes inmuebles se trasmiten por vía masculina y las dotes se componen de dinero y bienes muebles como forma de evitar una mayor disgregación de la tierra, pero en ocasiones, cuando lo que la casa busca es atraer y fijar mano de obra, las mujeres también transmiten casas y tierras. Los matrimonios se dan en un círculo bastante cerrado, endogámico y consanguíneo en el que circulan las propiedades del linaje en continua división, intercambio y agrupación. Estos matrimonios endogámicos en el límite de las prohibiciones canónicas no son solo por motivos económicos, sino porque se buscan también vínculos para mantener la cohesión de la comunidad. Los matrimonios interesan a toda la comunidad que tiene mecanismos para oponerse a matrimonios que repugnen al sentir colectivo y para animar otros que interesan. La elección de cónyuge no era una decisión plena de los interesados, sobre todo si tenían algo que transmitir, pero había mas controles sobre las parejas, las relaciones sexuales fuera del matrimonio e incluso entre los casados, así como los problemas dentro de la familia eran vigilados y sancionados por las propias familias, comunidad, señor y la iglesia y el propio estado intervenían en lo relativo a las familias. Las parejas trataban de maniobrar entre todas estas presiones, para tratar de ser tenidos en cuenta apoyándose en unos elementos o en otros para hacer valer su voluntad. La iglesia por ejemplo defiende el carácter consensuado del vínculo y la necesidad de una relación social entre los cónyuges, no únicamente la finalidad biológica, por ello su opinión debe ser tenida en cuenta frente a padres y comunidad. A partir del último tercio del XVI y durante siglo y medio las iglesias,, católica y protestante, tratan de imponer disciplina en las costumbres relegando la sexualidad al marco matrimonial y controlando las condiciones de validez y acceso al mismo que habían sido muy elásticas. Se persiguen los matrimonios clandestinos, sin autorización paterna y se exige la presencia del oficiante. Y se opone a rituales tradicionales que suponen intromisiones de la comunidad en la vida familiar. Se toman medidas contra la proliferación de los pobres y se persiguen las relaciones extramatrimoniales, fuente de niños abandonados y de población indigente tratando de “moralizar” las costumbres. En su avance hacia el absolutismo las monarquías fueron sustituyendo la lealtad de los individuos hacia los poderes inmediatos por la que se debía al príncipe. Así se minó la influencia de la parentela, la comunidad y el señor sobre los individuos. Y los estados desarrollaron una política cada vez más intervencionista en la vida social. Igual que la Iglesia se regulo el acceso al matrimonio, se reglamentó la transmisión de herencias, enfrentándose a los repartos desiguales salvo en lo referente a la élite nobiliaria donde se favorecía la indivisibilidad de los patrimonios por medio de la vinculación. La educación, sanidad, beneficencia.., fueron colocándose bajo la atención del estado. Es en este momento cuando el ideal del amor romántico surge con fuerza, así como una mayor intimidad y afecto en el ámbito familiar. Este planteamiento provoca mayores frustraciones que los matrimonios de conveniencia cuando la realidad cotidiana se aleja de lo esperado De todos modos la familia supone un reducto para la vida privada y sus lazos se van reforzando. LAS COMUNIDADES ALDEANAS En el mundo rural, además de la familia era la comunidad aldeana donde se desarrollaba la existencia de las personas. En su origen responde a la necesidad de solidaridad entre familias para el aprovechamiento del medio natural, el trabajo, la paz pública interna, defensa de las agresiones externas colaboración para determinados servicios , actividades religiosas o festivas y en general ayuda mutua en la necesidad. La cooperación en estas tareas convirtió a la comunidad en un cuerpo social aceptado y reconocido por los otros poderes como el señor, el príncipe o la iglesia. Una de las instituciones comunitarias mas pronto aceptadas y con mayor influencia fue la parroquia. Coincidía habitualmente con el área de una comunidad rural pero en zonas de poblamientos dispersos podía integrar varios de ellos. Encuadra toda la vida del individuo y de la familia, santificando todos los pasos importantes de la vida: nacimiento, matrimonio, muerte…Marca además la vida diaria con los ritmos de los trabajos estacionales, semanales y diarios, llegando a señalar incluso épocas de prohibición de matrimonios o de relaciones intimas. Las campanas regulan estos ritmos, avisan y convocan para muchas actividades cotidianas. Suponía lugar de reunión o refugio, los propios vecinos a menudo se encargaban de construir la iglesia y equiparla para el culto a través de “fabricas”, asociaciones de participación pública. También la beneficencia, la enseñanza y la ayuda mutua se realizaba bajo el manto de la iglesia. Las cofradías desarrollan una acción espiritual y caritativa como ayuda a los pobres, mantenimiento de un hospital.. El Municipio Durante la Edad Media las comunidades habían conseguido reconocimiento jurídico de los señores y del príncipe, permitiéndoles contar con instituciones permanentes que actuaban en nombre de los vecinos. Regulaban la vida agraria , la puesta en explotación de un territorio, el aprovechamiento del medio natural, las labores agrarias , los cultivos adecuados en las zonas de rotación trienal y las fechas de siembra, siega, vendimia o la entrada de ganado en los barbechos. La explotación familiar estaba así sometida a regulación, pero asimismo contaba con aprovechamientos comunitarios sin los que el campesinado no habría podido subsistir, como barbechos en zonas de campos abiertos, pastos y bosques para mantener el ganado, imprescindible como fuente de carne, leche, queso y como fuerza de trabajo. En un mundo con cosechas irregulares también se ocupa de asegurar el abastecimiento de la población, limitando la salida de productos en época de escasez y adquiriéndolos donde fuera posible, creando montepíos que prestaban grano a los necesitados y gestionando permisos para ferias y mercados. La reparación de caminos, la traída de aguas, la enseñanza, y la sanidad así como la organización de fiestas junto a la parroquia, aunando carácter religioso y profano también formaba parte de sus funciones. Suponía una primera instancia judicial, para conflictos agrícolas y ganaderos (incumplimiento de regulaciones, destrozos por ganado…), y su función era importante en las relaciones con el poder exterior que trataba de explotar y dominar la aldea, básicamente el señor, la iglesia y el príncipe, frente a los que sufrirá notables retrocesos en la Edad Moderna. El declive de la comunidad aldeana Debido principalmente a 3 causas: su empobrecimiento, divisiones en su interior y pérdida de autonomía. Como consecuencia de malas cosechas, epidemias, una guerra o la necesidad de alguna construcción se recurría al crédito, cuando el peso de las cargas era demasiado grande se vendían parte de los comunales o de bienes y derechos colectivos. A menudo el señor y el estado se apropian de tierras comunales, privando a los vecinos de su uso. Ejemplo de esto son los cerramientos o “enclosures” inglesas, pero fenómenos semejantes se dieron en toda Europa. La división de la comunidad responde a los intereses divergentes de sus miembros. Es más aguda donde las diferencias sociales son mayores. Los cargos dirigentes de la comunidad están en manos de la élite local que impone sus decisiones a la mayoría por relaciones de parentesco o clientelismo. Utilizan el poder para eximirse de impuestos, de las levas militares, los alojamientos de soldados etc., beneficiándose lo más posible de los bienes comunales, imprescindibles para la supervivencia de los mas pobres, llegando incluso a usurparlos en colaboración con los poderes del exterior. Las enclosures inglesas en que las élites locales y los señores cierran propiedades comunales son de nuevo representativas. La pérdida de autonomía, considerada excesiva por el estado, la iglesia y los señores es el último eslabón de la decadencia municipal. El estado le disminuye competencias asumiendo algunas de ellas y controlando su funcionamiento por medio de funcionarios. La iglesia ejerce influjo moral notable y control sobre la población con las visitas parroquiales del prelado. Los señores, son los que tendrán mayor poder sobre la comunidad, presionando para la designación de los líderes de la aldea. Sus redes de clientela, su dominio sobre la tierra, su control de la justicia, su influjo político hacen de ellos el mayor poder en la aldea. EL SEÑORÍO El poder de los señores procede de dos fuentes: el que poseen como dueños de la tierra y el que proviene de su capacidad de mando, tanto militar como judicial. Existen diferencias importantes en el grado de dominio del señor sobre las tierras del señorío y en la forma de cesión de estas a los campesinos. Podemos distinguir varios tipos de señorío en función de su dominio sobre la tierra, la forma de cesión de esta y su poder de coerción sobre los vasallos. Europa del este se desarrolla durante la Edad Moderna el fenómeno conocido como Segunda Servidumbre, con tres rasgos básicos: 1) Una enorme extensión de las reservas señoriales, es decir de la tierra que el señor se reserva para explotarla directamente. 2) el recurso a la corvea, que supone el trabajo normalmente gratuito de las tierras del señor una serie de días a la semana de modo que este puede explotar su reserva. 3) El último paso en la implantación de este Segundo Señorío, lo supone el sometimiento del campesino a el mediante medidas como su adscripción a la tierra impidiéndoles la emigración; el control de los matrimonios, normalmente dentro del señorío y a edad temprana para aumentar la mano de obra, y las limitaciones al aprendizaje de oficios. El sistema se basa en el gran poder de los nobles ante monarquías aún débiles que deben hacer concesiones a cambio de apoyo. Europa occidental en cambio la servidumbre había desaparecido prácticamente en la Edad Moderna. En gran parte de Francia, en tierras de la Corona de Aragón, en el norte de Italia los señores habían repartido la práctica totalidad de las tierras a censo entre los campesinos. La propiedad era del señor, pero el campesino tenía un amplio grado de disposición sobre el dominio útil pudiendo transmitirlo por herencia o dote, venderlo o hipotecarlo bajo determinadas condiciones. A cambio pagaba anualmente unos censos al señor, en dinero o en una parte de la cosecha. El poder jurisdiccional del señor quedaba limitado por la justicia real a la cual podían acudir los vasallos en la práctica muchos señores se comportan como simples rentistas, intentando a menudo recuperar el dominio útil de la tierra para alquilarlo a corto plazo y beneficiarse del alza de precios del XVIII, procurando también aumentar el control sobre la transformación y comercialización de productos agrarios. En el norte de Francia, sur de España e Italia grandes extensiones de tierras son arrendadas a corto plazo o cedidas en aparcería, reservándose a menudo parte de la finca que se explota con asalariados. Generalmente son grandes propietarios absentistas que viven en la ciudad o en la corte y ejercen su control a través de delegados señoriales, gentes de la élite local que actúan como delegados y administradores del señor cobrando las rentas y con potestad de ceder parcelas o contratar jornaleros. El caso inglés presenta algunas diferencias, lo típico es que el señor vaya aumentando su reserva a base de los campesinos bien comprando sus tierras, expulsándolos del dominio útil, aumentando los derechos de transmisión de la tierra, expropiando o usurpando los comunales. Las fincas así constituidas se arrendaban a empresarios capitalistas que las explotan con asalariados y producen para el mercado. En esta transformación el señor pierde parte de su influjo social así como su poderío militar, pero aunque viva temporadas en Londres mantiene su gran casa señorial en el campo y gobierna el territorio a través de las élites locales administrando justicia, aplicando las leyes de pobres y en general controlando la comunidad aldeana, dependiendo de ello su prestigio político en la corte. Los señores pierden gran parte de su influjo inmediato adquirido por el contacto directo con sus vasallos, cerca de quienes vivían, a los que protegían o sometían con su propia capacidad militar y judicial y sobre la que ejercían un fuerte patronato al disponer de la tierra. Se convierten en absentistas y su gestión de las tierras mas como propietarios capitalistas que como señores paternales determinaron una disminución de su poder, sin que llegara a desaparecer totalmente. LAS COMUNIDADES URBANAS. Las relaciones entre individuos y poder presentan algunas características específicas. La ciudad moderna mantiene su tamaño gracias a la aportación constante de inmigrantes del campo y se alimenta gracias al suministro de productos. El número de marginados y desarraigados es enorme y un continuo germen de conflictos. Los individuos se integran en la sociedad a través de pequeñas células como la familia, la parroquia, la cofradía, el oficio.. Parientes o vecinos afincados con anterioridad acogían inicialmente a los recién llegados y existían también redes clientelares por las que el débil se sentía protegido a cambio de lealtad al poderoso.-estas clientelas de aliados tenía un peso notable en la estructura social y gran responsabilidad en la violencia urbana. Contra ellos se emplearan los poderes superiores y especialmente el príncipe. La ciudad se dividía en múltiples parroquias que suponían un aglutinante de la solidaridad del barrio y un refuerzo de los lazos de vecindad. Las cofradías eran muy numerosas, algunas agrupan a miembros de un oficio o profesión, otras simplemente engloban a los vecinos bajo la advocación de un santo patrono. Su finalidad es la misma que las aldeanas pero la abundancia de pobres y marginados hace que su papel asistencial sea mayor. Las asociaciones profesionales (gremios) eran en cambio características del mundo urbano, agrupaban a los miembros de los distintos oficios en su tarea laboral y en otros muchos aspectos de la vida. Estaban dominadas por los maestros que podían controlar las condiciones laborales y el ascenso de los oficiales. Estos recurrían a veces a formar sus propias cofradías para oponerse al dominio de los maestros. El dominio de la ciudad estaba en manos de una élite que controlaba todos los aspectos de la vida urbana, los consejos municipales, las instituciones de caridad y hospitalarias, el orden público, los tribunales, el comercio, la enseñanza.. En general, eran grandes comerciantes o letrados que tratan de imitar las formas de vida de la nobleza terrateniente y a transmitirse los cargos públicos. El poder estatal mira con recelo a las ciudades, temiendo la sublevación de la plebe urbana sabiendo la influencia de los patricios sobre ella. El poder y la riqueza de estos le es imprescindible al estado para sus necesidades financieras y para gobernar los centros urbanos por lo que se les suele dejar un amplio margen de autonomía a cambio de su colaboración financiera y militar.