E L RESTAURADOR FARMACEUTICO, PERIODICO OFICIAL DI LA SOCIEDAD f ARMAGIUTÍGA DI S0G0M0S MUTUOS Y DEL COLEGIO DE M M A C l U T I G O S DE MADRID A Ñ O X X V I I . — N Ú M E E O 2. MADRID : DOMINGO 8 DE ENERO DE SECCION E D I T O R I A L . La extension de a l g w o s escritos que p u b l i camos á fin del año ú l t i m o , nos impidió ocuparnos á su tiempo de un asunto importante, que se. sometió al debate en el Colegio de Farmacéuticos de Madrid, expresado en forma de proposiciones que se referían al ejercicio de la Facultad , pero cuya cuestión principal es definir la conducta que hayan de adoptar en su práctica los que dudan de la leg-itimidad de ciertos actos encaminados á satisfacer caprichos ó necesidades improvisadas. Para nosotros no existen tales dudas, y ya expusimos en otra ocasión que u n Cuerpo colectivo no debe resolver las que se inventen para escudarse en la autoridad del voto de la m a y o r í a , si este no ha de ser respetado por los mismos que constituyen l a fuerza de su representación, en la que van incluidas las minorías opuestas á los acuerdos definitivos, cuando autorizan con su actitud el estudio de los d i c t á m e n e s , que al fin han de obedecer para sujetarse á la ley de las reuniones deliberantes, sin derecho á contrariarla en su marcha. No es la Farmacia una ciencia nueva , n i su ejercicio u n acto social desconocido, para entretenerse ahora en buscar frases explicatorias de su objeto, n i axiomas que le califiquen a placer , seg ú n se entienda por diferentes criterios : nosotros encontramos muy fácil el camino de comprenderlo todo, sin m á s que acordarse de l a enseñanza teórica oficial y de la aplicación práctica leg-al, cuyos extremos van unidos á la existencia de l a Facultad como profesión universitaria, sujeta á los hechos positivos que la acreditan en ese terreno^ pero no vemos subterfugio alg-uno que sirva para sostenerla á tal a l t u r a , adoptando las formas del comercio libre en su ejercicio. Los que piensan combinar dichos extremos, bajo el aspecto de una industria voluntaria, se equivocan si pretenden á la vez llamarse farmacéuticos en la verdadera acepción de la palabra, y 1871 en vano buscan definiciones científicas n i pretextos humanitarios para sus actos, que al fin van a l dominio público, revestidos de la novedad en el atractivo y de la g'anancia mercantil en el curso de los objetos que se ofrecen, siguiendo la m á x i ma de que el movimiento es indispensable para obtener productos, vengan ó no traídos por la necesidad del consumidor. Si la Farmacia pudiese i r en subasta, á proveer el capricho de los compradores en los almacenes de géneros de adorno ó de lujo, se explicaría fácilmente el recurso de llamar l a at encion hácia los medicamentos, presentándolos como panaceas universales para precaverse y curarse cada uno á satisfacción en las contingencias de la salud; mas desgraciadamente, si esta no se altera, nose busca para nada el auxilio facultativo, y aun en tal caso comparte con otra ciencia su misión. Por lo tanto, es imprécente justificar ante el Colegio práctica alguna que no se funde en el ejercicio legítimo d é l a Farmacia, porque una Corporación, basada en la ciencia y en la ley, no ha de rebajar su importancia á fines particulares, que en último resultado se llevan á cabo sin su voto como si les pusiera el veto, por atender á la necesidad ó al ínteres de quien los manifiesta, no creyendo nosotros que nadie quiera subordinar su acción á l a del otro, pues en caso de disidencia saben m u y bien todos prescindir de los demás. Cuando con motivo del subsidio industrial se obtuvo u n acuerdo promovido por los farmacéuticos de Madrid que pagan contribución, encaminado á dar fuerza á la colectividad contra los extraños á la clase, que pudieran perjudicarla tomando pretexto de la distracción de algunos compañeros, dijimos nosotros que sería efímero el voto del Colegio, si los individuos aisladamente no se consideraban obligados en su conducta profesional á seguir una marcha de recíproca conveniencia, en aras del interés común que los hiciese á todos respetables. No nos equivocamos en nuestra apreciación, porque después de dicho acuerdo, que consistía 18 en atenerse cada cual al voto de la clase manifestado por su m a y o r í a en cualquiera reunion, linbo farmacéuticos que no cooperaron á este fin , separándose del dictámen de los c o m p a ñ e r o s , una vez aprobado deliberadamente, viniendo á demostrar que la ley se habia hecho, como todas, para que constase escrita, no para que su observancia sirviera de norma en los actos sucesivos. Pues bien: si este ensayo bastó para darnos la razón, tenemos justo motivo para insistir en que, m i é n t r a s los hombres, como tales, no sean esclavos de la formalidad en su trato social, no procede que el Colegio se ocupe en marcar la senda del deber á los farmacéuticos, que harto la conocerán si quieren seg-uirla, porque no hay dudas que resolver, cuando se f u n d á t o d o en la verdad de su objeto , y sería malgastar el nombre de una Corporación dictando acuerdos que no han de ser obedecidos. Ahora debemos a ñ a d i r que no desconfiamos de nuestros comprofesores , por el hecho de pertenecer á la clase con cuyo título nos honramos, pues repetimos, como siempre, que el carácter de los hombres corresponde á las costumbres de la época, y no á la condición de los medios de subsist i r que cada cual adopta para atender á las necesidades de las familias: en todas las posiciones sociales hay derechos que alegar y deberes que cumplir , y sin embargo, n i unos n i otros constituyen la norma de l a vida en estos tiempos, s e g ú n nosotros observamos, por la debilidad de carácter de nuestros semejantes, que prefieren impresionarse ántes de la novelesca marcha d é l o s sucesos, que del serio pensamiento emanado de las circunstancias positivas. B ú s q u e n s e ejemplos que acrediten esta opinion y se e n c o n t r a r á n fácilmente, desde el mas sencillo detalle de una clase de individuos, hasta el mas complicado sistema de una reunion general; lo mismo en ciencia que en política, en rel i g i o n que en industria, en artes que en comercio; y así pasan las horas, los dias y los años, rindiéndose tributo sólo a l entretenimiento superficial, ó á la lucha de intereses pasajeros, que reciben sanción únicamente en la violencia de la rivalidad ilegítima. Si se quiere que citemos casos prácticos , a h í están las reyertas diarias entre comprofesores y entre profanos, ó entre unos y otros, ó entre vecinos que son ajenos á las clases facultativas, y todos imprimen el carácter de u n mismo vicio en su conducta, sin que se pueda decir que nadie forma por lo que es en las filas de sus compañeros ó correligionarios, sino por la cuenta que le tiene aparentar una cosa y lograr otra que convenga á sus miras particulares, ó al móvil de su egoísmo; quedándose la m a y o r í a de los grupos en la espectativa de la mayor indiferencia, desde cuyo sitio aparecen mudos, sordos y ciegos, como a u t ó m a t a s que no han de cambiar de actitud si no les arrastra á ello l a suerte. Todos los periódicos insisten continuamente en exponer que la propaganda de las respectivas ideas impulsan á los redactores á trabajar, escribiendo sobre las materias que pueden contribuir á la ilustración de los lectores, porque ese es el destino de la prensa, y de ella se han de valer los que quieran alimentar su entendimiento, ó enlazar las relaciones con sus semejantes; pero nadie publica u n escrito que sea apreciado al instante por la generalidad de los individuos á quienes se dedica. Un inmenso n ú m e r o de personas de. cada clase permanece indiferente á todo, otro n ú m e r o muy inferior apenas l l e g a con sus esfuerzos á cubrir los gastos de las impresiones, y otro m u cho mas pequeño afortunadamente se ocupa en causar perjuicios con su informalidad ó mala fe, suscribiéndose á ellas sólo para figurar en las contiendas, atender á sus cálculos y seguir el rumbo de los sucesos ilusorios ó fantásticos, que como sus autores no sirven de otra cosa que de e n g a ñ o manifiesto para la sociedad que los f o menta con su desquiciamiento, del cual saben aprovecharse los que tienen preconcebido el sistema de no pagar j a m á s sus deudas. Si de este ejemplo de desconcierto podemos tener datos seguros, como escritores, de otros los daríamos también como farmacéuticos, y de otros muchos m á s notables como ciudadanos, v i niendo á parar en que hoy no hay confianza general que pueda servir de fundamento á cualquier acuerdo de recíproca observancia; y por lo tanto, que es inútil pasar el tiempo en el Colegio buscando la fórmula aceptable en el ejercicio de la Facultad, que tantos criterios distintos ha de dar de sí en el interior de la conciencia de los profesores, aunque voten á la vez por uno solo. En todo caso las definiciones nuevas que se inventen para explicar la voz científica y el objeto d é l a Farmacia, no pasan de ser temas propios de u n debate académico: la práctica requiere actos legales prescritos por la sociedad, y estos no pueden variarse á capricho, m i é n t r a s se apoyen sus reglas en el derecho y en el deber de todo i n d i v i duo respecto de otro: ahora, si se quiere desligarla conducta personal de l a ley escrita, de la idea de lo justo, y atender ú n i c a m e n t e á la conveniencia particular grosera, el farmacéutico será c a l i ficado como industrial empírico y h a b r á que dejarle en libertad completa. Bajo este concepto no lo consideramos nos- 19 otros, n i el Colegio en sus Estatutos da cabida á trasgresiones de la ciencia y de la ley, desfig-úrese como se quiera el objeto del ejercicio de la Farmacia, con nombres pomposos ó sentimentales: la verdad no es m á s que una, y es el hecbo en sí mismo de que el farmacéutico presta sus auxilios cuando los necesita l a salud p ú b l i c a , mediante la retribución de sus honorarios, como todos los que trabajan en servicio de otro, hasta en los actos religiosos que se llevan á cabo sólo para satisfacer una exig-encia ideal. Por lo tanto , no queremos copiar frases arbitrarias para entender de otro modo el ejercicio de la profesión : el farmacéutico sabe lo que debe á su conciencia para seg-uir con ella la práctica científica , sea cualquiera el medio de que se valg-a para recobrar l e g í t i m a m e n t e los sacrificios empleados en su carrera, y los g-astos hechos en servicio p ú b l i c o , no sig-uiendo otra marcha que la natural á su dig-nidad, a l decoro de la clase y á l a conveniencia mutua de c o m p a ñ e r i s m o , sin lo cual desaparece el respeto que de los extraños necesita l a Farmacia para ocupar puesto de importancia en los recursos sociales de l a civilización. SECCION O F I C I A L . consejo favorable para contraer matrimonio, exp r e s a r á n asimismo el nombre, apellido y domicilio d é l a persona que deba prestarlo. Art. 38. La manifestación á que se refiere ei artículo precedente podrá hacerse por medio de solicitud escrita y firmada por los dos interesados ú otra persona á su ruego si no supieren ó no pudieren firmar, ó exponiendo aquellos verbalmente al Juez municipal su propósito de contraer matrimonio y las circunstancias y antecedentes men" clonados en el mismo a r t í c u l o . En el caso de hacerse la manifestación verbalmente , se reducirá en el acto á escrito por el Secretario del Juzgado municipal, firmándola los interesados ú otra persona á su ruego , si no supieren ó no pudieren firmar, y a u t o r i z á n d o l a aquel. A r t . 39. Los Jueces municipales no podrán negarse á admitir n i á dar curso á ninguna solicitud de matrimonio en que sea interesado un domiciliado ó residente en el término municipal de su cargo, no siendo en los casos expresamente determinados por la ley ó en y i r t u d de sentencia de Tribunal competente. Contra la negativa arbitraria ó infundada del Juez municipal podrán los interesados acudir en queja a l Presidente del Tribunal de partido, quien resolverá de plano lo que corresponda. A r t . 40. Inmediatamente después de presentada ó redactada l a manifestación, el Juez municipal dictará providencia mandando que se ratifiquen en olíalos interesados. Si la manifestación adoleciere MINISTERIO DE GRACIA Y JUSTICIA. de alguna omisión ó defecto, se suplirá ó subsaR e g l a m e n t o p a r a l a e j e c u c i ó n d e l a s l e y e s n a r á en el acto de la ratificación, adicionándose ó corrigiéndose lo que para ello fuere necesario. La de m a t r i m o n i o y R e s g i s t r o c i v i l . diligencia de ratificación se firmará por el Juez (Continuación.) municipal, por los interesados ó persona á su ruego , si no supieren ó no pudieren firmar , y por el CAPITULO V . Secretario. D el m a t r i m o n i o . A r t . 41. Hecha la ratificación, el Juez dispondrá que se formen y publiquen los correspondientes Sección primera. edictos, con arreglo á lo dispuesto en los artícuD E L A S O L I C I T U D Y PUBLICACION D E L MATIUMONIO. los 13 y 14 de la ley de Matrimonio, copiándose el A r t . 37. Los que intenten contraer matrimo- original de los mismos á continuación de la p r o v i nio en cualquier punto de la P e n í n s u l a , islas ad- dencia en que se manden publicar, fijándolos en yacentes ó Canarias, deberán manifestarlo al Juez los parajes marcados en el art. 11 de aquella, y remunicipal del domicilio ó residencia de los mismos mitiéndolos á los demás Jueces municipales donde ó de cualquiera de ellos, si residieren en diferentes también deban publicarse en los casos expresados pueblos, expresando todas las circunstancias y en el art. 12 de la misma. Cuando esta publicación antecedentes personales mencionados en el art. 9.' deba tener lugar en a l g ú n punto d é l a s provincias de la ley de Matrimonio, y presentando las certi de Ultramar, se remitirán los edictos á l o s Alcaldes ficaciones necesarias para acreditar su domicilio ó mayores para que dispongan que se fijen en la residencia durante los dos últimos años. localidad respectiva por los Jueces municipales ó T a m b i é n e x p r e s a r á n los nombres, apellidos, por fos que hagan sus veces. oficio ó profesión, y domicilio ó residencia de sus Si los edictos estuvieren impf^sos, no será padres; y si los interesados ó alguno de ellos ne- necesario que se copien en el expediente, bastando cesitare con arreglo á las leyes consentimiento ó que se una al mismo uu ejemplar de ellos, con Actos del Gobierno. 20 nota de conformidad puesta al pié de cada uno monio, sólo podrá conceder el Gobierno por causas por el Secretario, graves suficientemente probadas, se procederá del modo siguiente: Sección segunda. 1. ° Los solicitantes p r e s e n t a r á n al Presidente del Tribunal del partido á que corresponda el JuzDE L A S DISPENSAS D E E D I C T O S Y D E I M P E D I M E N T O S . gado municipal donde deba celebrarse el m a t r i A r t . 42. La publicación de edictos será indis- monio una instancia firmada por los dos ó por pensable para l a celebración y validez del m a t r i - persona á su ruego, si no supieren ó no pudieren monio. firmar, y dirigida al Ministerio de Gracia y JustiSe e x c e p t ú a n solamente de esta formalidad, cia, solicitando la dispensa y exponiendo las cau conforme á lo prescrito en los artículos 16,17 y 18 sas en que se funden para pedirla. de la ley de Matrimonio y en este reglamento, los Con esta instancia deberán presentarse los doeasos siguientes: cumentos fehacientes que demuestren l a certeza 1. ° Cuando los que intenten contraer matrimo- de las causas alegadas en apoyo de la solicitud, nio ó alguno de ellos se halle en inminente peligro 2. ° E l Presidente del Tribunal de partido, desde muerte, debidamente justificado. pués de cerciorarse por los medios que estime 2. ° Cuando los que intenten contraer matrimo- portunos de la conformidad de los interesados con sean militares y se hallen en activo servicio. la petición, y de reclamar los datos que crea ne3. ° Cuando los que intenten contraer matrimo- cesarios, p o n d r á al pié de la instancia su informe nio hayan obtenido la competente dispensa de la razonado, manifestando cuanto se le ofrezca y parezca respecto de las causas alegadas, y emitiendo publicación de los edictos. A r t . 43. En el caso á que se refiere el num. I.0 su oponion acerca de l a conveniencia ó inconvedel artículo precedente, el Juez municipal á quien niencia de conceder l a dispensa, elevando todos competa autorizar el matrimonio, ó el que haga los antecedentes a l Ministerio de Gracia y Justicia sus veces, podrá dispensar l a publicación de los por conducto de l a Dirección general del ramo. edictos, siempre que se le presente certificación E l Presidente del Tribunal y todos los funcionade facultativo que acredite el inminente peligro rios que entiendan en estos asuntos procederán de muerte, y lo considere justificado por dicho en ellos con reserva y con la posible urgencia. medio y por los demás que á su juicio fuesen sufi3. ° A propuesta de la Dirección general, se cientes. dictará real órden por el Ministerio de Gracia y Cuando sean los Jueces municipales los llama- Justicia concediendo ó denegando la dispensa, • dos á conceder la dispensa, oirán a l Fiscal de su comunicándose aquella al expresado Presidente Juzgado, quien deberá emitir su dictámen por del Tribunal, quien dispondrá que se tome razón escrito y con la mayor urgencia. de la misma por el Secretario en u n libro registro A r t . 44. En el caso del n u m . 2.° de dicho ar- de dispensas que deberá llevar, y haciéndolo así tículo 42, se t e n d r á por dispensada por ministe- constar al m á r g e n de dicha real órden la entregario de l a ley la publicación de los edictos, siempre r á á los interesados. que el m i l i t a r en activo servicio presente certifiA r t . 47. Para solicitar y obtener la dispensa cación del Jefe ó Jefes con mando efectivo del de impedimentos expresados en el art. :7.0 de la cuerpo ó cuerpos armados en que sirva ó á que ley de Matrimonio se o b s e r v a r á n los t r á m i t e s y haya pertenecido durante los dos últimos años, formalidades siguientes: en la cual se justifique la libertad del interesado 1.° Los solicitantes p r e s e n t a r á n al Tribunal durante aquel período. Si no hubiese estado en del partido á que corresponda el Juzgado municiactivo servicio durante todo este tiempo, se pu- pal donde deba celebrarse el matrimonio una insb l i c a r á n los edictos en el domicilio ó domicilios tancia firmada por los dos, ó por persona á su que hubiese tenido sin estar en servicio activo en ruego, si no supieren ó no pudieren firmar, y d i los dos años anteriores á la presentación de la so- rigida al Ministro de Gracia y Justicia, expresanl i c i t u d de matrimonio. do el impedimento ó impedimentos cuya dispensa A r t . 45. La exención de edictos concedida al solicitaren, y exponiendo las causas en que se militar en activo servicio no alcanzará á su futu- funden para pedirlo ra esposa, n i le relevará de ninguno de los demás Con esta instancia deberán presentarse los dorequisitos y formalidades que se exigen para la cumentos fehacientes en que consten el impedimencelebración del matrimonio. to ó impedimentos cuya dispensa se solicite, la A r t . 46. Para solicitar y obtener la dispensa de certeza de las causas alegadas para obtenerla y la publicación de los edictos ó del segundo de las partidas de nacimiento de los solicitantes, saellos, que, conforme al art. 18 de la ley de M a t r i - cadas del Registro c i v i l , ó de l a parroquia respec- 21 La de convenir á los hijos de anteriores matrimonios , por la fundada esperanza de hallar en el c ó n y u g e que pretenda entrar en la familia la protección ó el cuidado de que se vieren privados por el fallecimiento de su padre ó de su madre. La de proporcionarse por consecuencia del matrimonio medios de subsistencia para los solicitantes , para alguno de ellos, ó para sus padres necesitados ó enfermos. La de facilitarse arreglos de familia, que pongan término á cuestiones ó pleitos, ó produzcan otras ventajas análogas. La de evitarse escándalo por haber mediado largas y estrechas relaciones entre los solicitantes, con existencia de prole ó embarazo. La de haber gran dificultad de matrimonios, por escasez de población, ó por otras causas generales ó especiales de cada caso. La razón de Estado, si e l matrimonio fuere entre P r í n c i p e s , ó de alguno de ellos. Las demás causas que conforme á u n recto criterio se estimen como de ínteres público ó particular de las familias de los solicitantes. 4. ° Se considerarán como circunstancias desfavorables á la concesión de la dispensa la absoEn el de impedimento de los descendientes le- luta falta de motivos que demuestren la necesidad, g í t i m o s del adoptante con el adoptado , á que se la utilidad de la misma y cualquiera otra circunsrefiere el n ú m . 6.° del propio artículo 6.°, copia tancia que conforme á u n recto criterio se estime auténtica del documento fehaciente en que conste como justa causa de denegación de la solicitud. 5. ° Recibido en el Ministro de Gracia y Justicia la adopción. el expediente, podrá ampliarse con los datos que Cuando se alegare como causa para obtener la se conceptúen necesarios; y se dictará resolución dispensa la existencia de hijos habidos en comercio i l e g í t i m o , ó l a circunstancia de hallarse en á propuesta de la Dirección general, concediendo cinta la solicitante, b a s t a r á sobre estos particula- ó negando l a dispensa. E n los casos en que el Gores la aseveración de lo interesados, sin perjuicio bierno lo estime oportuno, oirá préviamente á la de que se presenten los documentos que acrediten Sección de Estado y Gracia y Justicia del Consejo de Estado. el parentesco. 6. ° L a concesión de dispensa se expedirá en 2,0 Presentada la instancia con los documentos real carta, impresa y revestida de las formalidades mencionados en el n ú m e r o anterior, el Presidente necesarias para su autenticidad, remitiéndose al del Tribunal de partido, después de cerciorarse Presidente del Tribunal de partido por cuyo conpor los medios que estime oportunos de la confor • ducto se hubiere solicitado, quien dispondrá que midad de los interesados con la solicitud, p a s a r á se tome de ella razón en u n libro-registro de disel expediente al Fiscal del mismo Tribunal para pensas , que se haga constar á continuación de la que emita su dictámen. misma haberse llenado este t r á m i t e , y que se enCuando el Presidente lo estime necesario ó los tregue á los interesados para los usos que corresinteresados lo soliciten, podrá acordar que se ponda. practique una información de testigos acerca de Cuando la resolución del Gobierno fuere denealguno ó algunos de los hechos expuestos en apogatoria déla dispensa, se comunicará de real orden yo de l a pretension; y concluso el expediente, el al mismo Presidente para su conocimiento, el de Presidente lo elevará con su informe razonado al los interesados y demás efectos consiguientes. Ministerio de Gracia y Justicia por conducto de la Sección tercera. Dirección general. tiva si el nacimiento ha sido anterior al establecimiento de aquel. Además p r e s e n t a r á n en los casos especiales que á continuación se expresan los documentos sigfuientes: En el de impedimento de la viuda por no "haber trascurrido los 301 dias siguientes aide la muerte del marido, en el de l a mujer cuyo matrimonio se hubiese declarado n u l o , ó por no haberse verificado el alumbramiento, si una ú otra hubiesen quedado en cinta, á que se refiere el n ú m 4.° del art. 5.° de l a ley de Matrimonio, se p r e s e n t a r á certificación de la defunción del marido, ó de la sentencia firme en que se hubiese declarado la nulidad del matrimonio, certificado del facultativo que acredite que l a viuda ó la mujer cuyo matrimonio fué disuelto está ó no en cinta, y el de nacimiento en su caso de los hijos habidos en el anterior matrimonio. En el de impedimento de parentesco de colaterales por consang-uinidad ó por afinidad l e g í t i m a ó n a t u r a l , á que se refieren los n ú m e r o s 2.° 3.° y 4.° del art. 6.° de l a misma l e y , los certificados de nacimiento ó de matrimonio que acrediten el parentesco de los solicitantes. D E L A OPOSICION A L MATRIMONIO. Tanto el Presidente como el Fiscal, procederán A r t . 48. Siempre que se presentare oposición en estos asuntos con la posible brevedad y reserva. 3.° Se considerarán como circunstancias favo- en forma al matrimonio intentado, los Jueces municipales y demás funcionarios á quienes cor-» rables para conceder la dispensa: 22 responda entender en la misma procederán con tas que deseen y el Juez estime conducentes. No estricta sujeción á lo dispuesto en los artículos 20 se admitirán interrogatorios por escrito. al 27 de la ley de Matrimonio y á las prescripcio5. a Trascurridos los ocho dias útiles designanes siguientes: dos para la prueba, á contar desde el de la ú l t i m a 1. a Toda oposición en que se denuncien otros notificación de l a providencia mencionada en la impedimentos que los expresados en los artícu- regla anterior, se u n i r á n á l a denuncia las pruelos 4.", 5.° y 6.° de l a misma l e y , en que denun- bas practicadas, citándose y emplazándose á l a s ciándose el mencionado en el n ú m . 3.' del art. 5.° partes ó á sus representantes para que comparezno fuere hecho por la persona llamada por l a ley can ante el Tribunal de partido que haya de rede 20 de Junio de 1862 á dar l a licencia ó el con- solver sobre l a denuncia dentro del t é r m i n o de sejo para el matrimonio intentado y las que fueren ocho dias, á contar desde la fecha del ú l t i m o empresentadas después del término señalado en el plazamiento. Este término se a m p l i a r á á r a z ó n de art. 23 de la repetida l e y , serán desechadas de un dia m á s por cada 40 kilómetros de distancia plano por el Juez municipal á quien se presenten. del pueblo en que resida el emplazado á aquel en También lo serán aquellas en que no se ratifi- que radique dicho Tribunal. 6. a E l Juez que haya instruido el expediente caren los denunciantes por su culpa ú omisión lo remitirá inmediatamente al Tribunal de p a r t i durante las veinticuatro horas siguientes á la predo; y si aquel no fuere el llamado á autorizar la sentación de la denuncia. celebración del matrimonio, h a r á la remisión por 2. a Contra estas providencias denegatorias poconducto del que hubiere sido designado al efecto, d r á n reclamar los interesados dentro de las veinquien r e m i t i r á juntos todos los referidos expeticuatro horas siguientes á l a de la notificación al dientes á dicho Tribunal. Presidente del Tribunal del partido, quien, prévio 7. a Recibidos en este y trascurrido el t é r m i n o informe del Juez municipal respectivo y oido el Fiscal, resolverá sin ulterior recurso loque estime del emplazamiento, el Tribunal de partido convocará á los interesados que se hubiesen personaprocedente. do y a l Fiscal á juicio verbal, que deberá cele3. a Hecha la ratificación, el Juez municipal brarse dentro de los tres dias siguientes á aqu el dictará providencia mandando notificar l a denunen que concluya el término del emplazamiento, cia á los que intentaren contraer matrimonio, y á 8. a Los interesados y el Fiscal p o d r á n presensus padres ó curadores, si aquellos fuesen menotar en el acto del juicio verbal los nuevos docures de 25 años de edad. mentos y testigos que les convengan. E l T r i b u n a l Los interesados podrán hacer constar l a d i l i podrá asimismo dictar para mejor proveer las gencia de notificación si en vista de l a denuncia providencias que considere indispensables á fin de persisten ó no en l a celebración del matrimonio. En conseguir el mayor esclarecimiento de a l g ú n el caso de desistimiento se suspenderá toda d i l i hecho. gencia últerior, remitiéndose el expediente alJuez 9. a E n todo caso, dentro de los cinco dias sidesignado para autorizar dicho matrimonio. guientes al de la celebración del juicio verbal, el 4. a Si los interesados no manifestasen en el acto Tribunal de partido dictará providencia motivada de la notificación, ó en las veinticuatro horas siadmitiendo ó desestimando las denuncias preguientes, su desistimiento, el Juez dictará pro- sentadas. videncia mandando recibir á prueba la denuncia Si la denuncia fuese desestimada, los denunpor el término de ocho dias. ciantes serán condenados á indemnizar de los Esta providencia se notificará al denunciante gastos ocasionados á los que intentaren contraer el y á aquellos á quienes se hubiese también notifi- matrimonio, á no ser que la providencia desesticado la denuncia. matoria se funde en hallarse comprendida la Los interesados, si fueren mayores de 25 a ñ o s denuncia en la regla 1.a de este a r t í c u l o , en cuyo de edad, y sus legítimos representantes si fueren caso se i m p o n d r á la expresada indemnización al menores, podrán oponerse á la denuncia; y si lo Juez que indebidamente hubiese dado curso á la verificaren, se les a d m i t i r á n , lo mismo que al de- oposición. nunciante, todas las pruebas pertinentes que en Si el Tribunal de partido considerase maliciosa el expresado término propongan. la denuncia, r e s e r v a r á su derecho á l o s perjudicaLas pruebas se practicarán en todo caso con dos para ejercitar en el juicio correspondiente las citación de ambas partes interesadas. Las declara- acciones civiles ó penales que procedieren. ciones de testigos se recibirán á presencia de las 10. Contra la providencia del Tribunal no se mismas si quisieren concurrir, pudiendo hacerse á d a r á recurso alguno. aquellos verbalraente las preguntas y repregun11. Dictada la providencia por el Tribunal, m a n d a r á devolver inmediatamente todos los expedientes al Juez municipal á quien correspondiere autorizar la celebración del matrimonio para que proceda á lo que haya lug-ar, con arregio á lo dispuesto en aquella. (Se concluirá.) MINISTERIO DE 23 quedando en su vig'or todas las demás disposiciones del decreto de 28 de Setiembre de 1870. De órden de S. A. lo dig-o á V . I . para su conocimiento y efectos consig-uieutes. Dios g-uarde á V . I . muchos años. Madrid 19 de Diciembre de 1870.=Echeg-aray, = S r . Director g-eneral de Instrucción pública. FOMENTO. I n s t r u c c i ó n pública.—Negociado 1 limo. Sr. : Habiendo recurrido á esa Dirección g-enerallos Sres. D. Dionisio Parreda, D. Antonio I t u r r a l d e , D. Manuel Ceinos y D. Secundo Rezóla pidiendo que se fijen las dietas que les corresponden como individuos del Jurado que nombró el Rector de la Universidad de Valladolid para los exámenes de la Facultad de Ciencias y carrera profesional de Maestros de obras, establecida en Vergara por la Sociedad de Amig-os del Seminario ; en vista del informe del citado Rector y del dictámen de esa Dirección, S. A. el Regante del Reino ha tenido á bien mandar que hasta la publicación de l a ley de Instrucción p ú b l i c a , some tida á la deliberación de las Córtes, se abone á esta comisión y demás análog'as, aunque estén compuestas con Catedráticos de Facultad, las dietas que les corresponden conforme á lo dispuesto por el art. 226 del reglamento de segunda enseñ a n z a de 1859; publicándose esta orden en la Gaceta oficial para conocimiento de las Corporaciones é individuos á quienes pueda interesar. De órden de S. A. lo dig-o á V . I . para su conocimiento y efectos consiguientes. Dios g-uarde á V . L muchos años. Madrid 10 de Diciembre de 1870.=Echeg,aray.=Sr. Director g-eneral de Instrucción pública. limo. Sr.: Habiéndose suscitado alg-unas dificultades para el nombramiento de los Jurados que han de examinar á los alumnos procedentes de las Universidades libres; y habiéndose promovido en este Ministerio un expediente á causa de una reclamación de l a Universidad libre de Murcia, y en vista del informe del Rector d é l a de V a lencia, S. A. el Reg-ente del Reino ha tenido á bien disponer que las Universidades libres puedan solicitar los Jurados de examen para las asignaturas que no existieran oficialmente en la Univer sidad del distrito de cualquiera otra Universidad oficial, siempre que en ella existan las asignaturas sobre que ha de versar el exámen con el carácter de oficiales; es decir, desempeñadas por Catedráticos que cobren del Tesoro y estén incluidos en la plantilla de la Facultud respectiva, SECCION C I E N T Í F I C A . Arsénico y sus combinaciones con el oxígeno. DISCURSO LEIDO ANTH EL CLAUSTRO DE LA FACULTAD DE FARMACIA DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID , POR D. JOSÉ FONT Y MARTÍ, EN EL ACTO SOLEMNE DE RECIBIR LA INVESTIDURA DE DOCTOR EN LA MISMA FACULTAD. Excmo. é l i m o . /Sr.: Si lanzamos una mirada que, pasando al través de los siglos, llegue hasta la cuna de la especie humana, en ella veremos á la criatura racional envuelta en la sencillez é ignorancia. Y ¿cómo pues ha llegado esa misma criatura al alto grado de perfección y de poderío en que ahora se encuetra ? ¿ Cómo ha logrado dominar los mares, por los cuales se está haciendo paso para trasladarse de un confin á otro del mundo, sujetar el tiempo á una medida, enfrenar los vientos, empozar los rayos, marcar el curso de los planetas, señalar los cambios atmosféricos, y, en una palabra, cómo ha conseguido penetrar tantos arcanos de la naturaleza? Todo esto lo han alcanzado los hombres fijando observaciones, marcando reglas, estableciendo principios, sacando consecuencias y transmitiéndose unos á otros los conocimientos adquiridos, de los cuales han ido formando grupos á los que han dado respectivamente los nombres de artes y ciencias. Los pueblos que con m á s esmero las han cultivado han tenido en todas épocas singular prepotencia, mayor cúmulo de goces y menor n ú m e r o de necesidades. En los primeros tiempos de las sociedades, encerrada la ciencia en u n estrecho círculo fué patrimonio exclusivo de unos pocos, que explotándola en beneficio propio, la anunciaron á la m u l titud como ridicula m e r c a n c í a , m á s que como u n brillante destello de la verdad. Confusa entónces, enigmática, misteriosa en boca de los sacerdotes Egipcios, de los Magos, d é l o s Persas, délos Giinnosofistas, de los Indios, de los Druidas, de los Galos y de los Oráculos de varios pueblos a n t i guos , fué la voz de las preocupaciones, de las parcialidades, del e g o í s m o , de las épocas, de las 24 circunstancias, m á s bien que un poderoso medio que ha procurado al siglo actual tantos y tan preciosos adelantos. de mejorar los destinos de la humanidad. Encerrado el estudio en tan estrechos límites Mas adelante, numerosas escuelas se inaug-uraron bajo la dirección de genios privileg-iados que faltaba al talento el estímulo que lo anima, y vabrillaron en aquellas épocas r e m o t í s i m a s , y el cilante entre los escrúpulos de una conciencia t i leng-uaje d é l a s ciencias dejó de ser un secreto para morata , ó juguete de las creencias que dominaban en aquella época; el hombre de letras era no pocas los profanos. Las escuelas Jónica, Académica, Peripatética, veces víctima del capricho y de la intolerancia, si Stóica, Scéptica, Itálica, etc., etc., colocadas bajo osaba quebrantar los lazos que t e n í a n encadenado los auspicios de los célebres Thales, de Mileto, el entendimiento y las acciones. El célebre Galileo, primer genio que la Italia Platón, Aristóteles, Zenon, P i r r e n , Pitág-oras y moderna ha dado á las ciencias, sostenía en las otros, aun en medio de los errores propios de imaescuelas el sistema de Copérnico, y como esta h i ginaciones ardientes, pusieron sin duda los c i pótesis era una novedad, el profesor de Pisa fué mientos al magestuoso edificio de la civilización obligado á firmar una fórmula de retracción. del mundo. Rogíero Bacon, religioso franciscano, que seI n v e n t á r o n s e sistemas numerosos para explicar g ú n la expresión de u n escritor moderno brilló los fenómenos del universo; se quisieron conocer como u n rayo de luz en medio de las tinieblas del sus causas y la naturaleza íntima de las cosas, y siglo x m , fué acusado como hechicero, y se conla imaginación extraviada produjo la creación de sideraron efectos de magia y sortilegio las imporentidades abstractas, de cualidades ocultas, con tantes verdades que a r r a n c ó á l a s ciencias físicas, cuyo auxilio se ofrecía una solución evasiva á l a s llevado de su genio y aplicación: la prohibición dificultades, y abría anchuroso campo á disputas de escribir, y u n encierro de diez a ñ o s , fueron el inmensas , á sutilezas sin cuento, que abrumando premio que sus contemporáneos dispensaron á los las cabezas m á s bien organizadas, establecieron importantes descubrimientos, que le valieron m á s l a confusion, la rivalidad y una verdadera anaradelante el sobrenombre de Doctor admirable. quía en la república literaria. Escribió muchas obras de ciencias; tales son: E l entusiasmo filosófico fué interrumpido por su Opus majus, Especulum alcMmicB, E l Ver bum los frenéticos alaridos de las hordas b á r b a r a s que, aóreviaium de leone v i r i d i , Tractatus t r i u m verlanzándose cual impetuoso h u r a c á n de las regio- horum y E l Breve bremarum de dono dei, que tranes heladas del Norte, vinieron á sembrar el ta, entre otras cosas, de la p r e p a r a c i ó n del a r s é espanto y la desolación por los países meridionales nico blanco. Dijo se obtenía éste sublimando el del mundo civilizado. Las vidas, las propiedades oropimente con limaduras de hierro , pero no adel gobierno , las leyes, las instituciones , las ciu- virtió las propiedades venenosas de aquel cuerpo, dades , los templos, las ciencias, las artes, las mencionado por Teofrasto trescientos años antes costumbres, el sacerdocio, todo fué presa de la de la era cristiana. Dioscórides usó ya de las pairrupción v a n d á l i c a , todo cedió á los arranques labras arsenicum para designar el ácido arseniode la fuerza bruta. so; y Paracelso sabía que del arsénico blanco se ¡Pero no! que el germen de la ilustración no podía extraer u n cuerpo de aspecto metálico, mase h a b í a extinguido aun. Hombres filantrópicos, nifestando conocer sus propiedades tóxicas. en el silencio de su peligroso retiro, salvaban los Pues bien, Excmo. é limo. Sr.: contando con códices, las anotaciones, los comentarios que de- vuestra benevolencia y la de los señores profesobían trasmitir á las generaciones venideras los res que me escuchan, voy á tratar en este desaliconocimientos científicos de sus mayores. ñado discurso y en acto tan solemne del Arsénico y sus combinaciones con el oxigeno. ¿ Qué desarrollo pudo adquirir l a inteligencia bajo el influjo de principios tan depresivos? ¿Qué progresos podían hacer las ciencias naturales y exactas cuando era u n dogma de las escuelas j u r a r por la palabra del maestro; cuando la autoridad, ejerciendo u n dominio exclusivo sobre las ciencias , se hacia superior á la observación y á l a experiencia , al cálculo y á la demostración ? Todos los ramos del saber h a b í a n de resentirse m á s ó ménos , y las artes útiles, cuyos progresos marchan á paso igual con el de las ciencias naturales y exactas, no podían adquirir el desarrollo A r s é n i c o = As. Arsénico, arsenicum, del griego arseniJión, palabra compuesta de a r i n ó arsin, macho ú hombre, y de nikan, vencer, matar; es así llamado por ser uno de los venenos m á s violentos. Los griegos daban el nombre de arsenihan á lo que nosotros llamamos oropimente. Su equivalente 937,50. El arsénico ó régulo-arsénico es u n cuerpo sólido, de color gris de acero , brillante cuando su fractura es reciente, y de textura g r a n u g í e n t a , algunas veces un poco escamosa. Frotado entre las manos desprende olor de ajos. Expuesto a l aire se desluce y adquiere u n color negro; sujetado á la acción del calórico da u n sublimado blanco, soluble en el ag-ua caliente, que forma por medio del h i d r ó g e n o sulfurado un precipitado amarillo que el amoniaco fácilmente disuelve; no tiene sabor alguno perceptible, y su peso específico es de 5,959. El arsénico ha sido clasificado entre los metales por muchos químicos, porque el ácido arsenioso posee propiedades básicas incuestionables y se parece mucho al antimonio, que nadie ha excluido del citado grupo. Entre muchos químicos podemos citar al sueco B r a n d t y á Macquer, que estudiándolo ambos detenidamente lo consideraron como un metal. Otros, por sus a n a l o g í a s con el fósforo, le colocan entre los metaloides. 25 dos con ácido nítrico dan siempre ácido arsénico que es fácil de reconocer. Los sulfides de arsénico pueden reconocerse por dos medios: 1.°, calentándolos en u n tubo cerrado se sublima el sulfide que es de color amarillo, lo cual no sucedería si fuera sulfuro de estaño, cádmio, antimonio ; 2 . ° , calentando el sulfuro arsenical por corriente de aire en tubos abiertos, se oxigena dando ácido sulfuroso y ácido arsenioso que se sublima despidiendo olor aliáceo. El ácido nítrico concentrado, descompone los sulfides de a r s é n i c o , formando ácidos sulfúrico y arsénico. Tanto los sulfides de arsénicos como el de antimonio, se reducen parcialmente y se sublima antimonio ó arsénico, si se les calienta mezclados con carbonato de potasa ó de sosa y con mas facilidad si se les a ñ a d e cianuro de potasio. Los compuestos arsenicales insolubles en agua, se disuelven en los ácidos. El arsénico metálico ó r é g u l o de arsénico se conoce en el comercio con el nombre de cobalto, cobalt ó matamoscas, y no sirve como medicamento. Es preciso no confundirlo con lo que vulgarmente AsO3. Acide arsenioso se llama arsénico ó arsénico blanco, pues este no Equivalente = 1237,50. es m á s que un ácido de este metal, y para evitar Está compuesto en 100 partes de 75,76 de el inconveniente debería darse al radical la denoarsénico y 24,24 de oxígeno; su densidad al estaminación de arsenio. do vitreo es de 3,7385 y 3,799 l a del opaco. Se puede aislar el arsénico, s e g ú n el célebre Se le conoce con los nombres de arsénico, farmacéutico Schelle, mezclando una parte de arsénico blanco, cal de arsénico, ñores de arsénico, ácido arsenioso con tres de finjo negro; introducir óxido blanco de arsénico y mataratones. l a mezcla en un crisol de Hesse, sobre el cual se Preséntase bajo la forma de una masa vidriosa coloca otro crisol invertido, y después de enlodar que se vuelve blanca como l a porcelana, siendo las junturas, se le expone en u n horno, de tal maen este caso su estructura g-ranugienta y luego nera, que se caliente sólo el crisol inferior, con concoidea; de sabor acre y nauseoso, excita la objeto de que el metal se condense en el superior, salivación; triturado se trasforma en un polvo lo cual se consigue poniendo entre ambos crisoles blanco pesado que calentado no se per oxigena una chapa de palastro, con agujero que dé paso y se volatiliza. Cuando se sublima, si las paredes a l crisol inferior é impida que se caliente el su- en que se condensa se hallan expuestas á una perior. temperatura elevada, se convierte en una masa Se puede obtener también sublimando el a r s é - vitrea; pero si el aire circula, cristaliza en octaenico n a t i v o , mezclado con polvo de carbon, para dros aislados. que se reduzca el ácido arsenioso que pueda conEs poco soluble en agua fría, m á s en caliente, tener. En este caso suelen quedar como residuo, y los datos que poseemos respecto á esta, son arseniuros de hierro, nickel y cobalto. contradictorios. S e g ú n Berzelius, 100 partes de E l arsénico puede presentarse bajo diferentes agua disuelven 0,96 de ácido vitreo y 1,25 del estados: 1.° Arsénico metálico l i b r e ; 2.° Arseniu- ácido opaco de color blanco de leche, y 100 parr o ; 3.° Sulfoarseniuro ; 4.° Sulfides de arsénico; tes de agua hirviendo disuelven 9,68 del primey 5.° Acidos arsenioso y arsénico libres ó formando ro y 11,47 del segundo, y sí la temperatura de las disoluciones desciende á +15% la del ácido v i sales. F n los tres primeros grupos, bajo los cuales treo retiene 1,78 y la del opaco 2,9. Soubeiran puede presentarse, se reconoce fácilmente, porque dice que el ácido vitreo es m á s soluble que el calentando los cuerpos en u n tubo cerrado, se su- opaco, y que 100 partes de agua disuelven 4 del blima un polvo gris metálico que forma espejo; vitreo, ínterin que la misma cantidad sólo d i por el olor aliáceo si se calienta en u n tubo abierto suelve 1,3 á 1,4 del opaco. Estas diferencias tan notables pueden depenpara que se oxigene, pero en el tercer caso se forma además ácido sulfuroso, y siempre se subli- der de la lentitud con que el ácido arsenioso se ma un polvo blanco, que es ácido arsenioso; trata disuelve, ó t a m b i é n de los estados isoméricos en que puede presentarse. Segrm Bussy basta l a t r i turación para que el ácido vitreo pase á la modificación opaca; el agMia fria hace pasar sólo por contacto la modificación opaca á la vitrea; y con mayor rapidez el ag-ua hirviendo. Evaporada la disolución de ambos ácidos, produce siempre cristales del ácido opaco. Es m u y soluble en una lejía alcalina ó de sus carbonates sin desprender ácido carbónico; en el ácido clorhídrico, y esta disolución lo mismo que en amoniaco saturado en caliente y aun en el ag-ua por enfriamiento, deja cristalizar el ácido arsenioso muchas veces en gruesos cristales. A l enfriarse y cristalizar el ácido arsenioso de su disolución en el clorhídrico hay desprendimiento de luz si se disolvió el ácido arsenioso cristalino; no teniendo lug-ar este fenómeno con el opaco, n i aun repitiendo el experimento con los cristales ya obtenidos. Combinándose con las bases el ácido arsenioso forma arsenitos que, calentados, es si todos se descomponen al rojo en arseniato fijo y arsénico metálico que se volatiliza. libre, da abundante precipitado de arsenito cálcico, solubre en exceso de ácido arsenioso, sucediendo lo mismo con el ag-ua de barita, aunque con mucha menos intensidad; con la de estronciana no precipita y tampoco con sulfato m a g n é sico; pero empleando arsenito potásico ú otro soluble y sales de las bases mencionadas en soluciones concentradas la precipitación es abundante. En todos estos casos el precipitado es blanco y soluble en cloruro a m ó n i c o . Sise añade amoniaco al ácido arsenioso, tratado con sulfato inag-nésico, el precipitado es abundante. Las sales plúmbicas no precipitan con el ácido arsenioso libre, pero con adición de amoniaco á los arsenitos dan precipitado blanco, alg-o soluble en la potasa. Las sales de plata con el ácido arsenioso libre producen u n ligero enturbiamiento blanco, pero con adición del amoniaco, el precipitado es amarillo bajo; soluble en el nitrato amónico, en el ácido nítrico, quedando incolora l a disolución y poco en amoniaco. L a solución del arsenito potásico con sal arg-éntica, dá precipitado de color blanco amarillenLos arsenitos alcalinos son solubles en ag'ua; t o , m á s intenso si se a ñ a d e potasa. Calentado los demás poco ó nada. este precipitado va tomando color g-ris, hasta poE l ácido sulfMdHco, á u n siendo e M í q u i d o nerse neg-ro por formarse sub-óxido de plata, color concentrado, y neutro ó alcalino, dá precipitado que toma e s p o n t á n e a m e n t e . amarillo de sulfide arsenioso, pero acidificándole, E l acetato de p l a t a precipita, en amarillo, y con m á s abundante con el sulfhidrato amónico, rediel ácido arsenioso libre produce ig-uales reacciones soluble en exceso de este reactivo, en los álcalis, que los anteriores, debiendo practicarse todos estos amoniaco y ácido clorhídrico débil. ensayos en líquidos que no conteng-an ácido clorEl amoniaco disuelve poco el sulfuro de antihídrico, pues se formaría precipitado de cloruro monio. argéntico. En solución de arsenito ó ácido arsenioso, Tanto la solución del ácido arsenioso libre tampoco precipita el sulfhidrato amónico si no se como la de los arsenitos, tratada con cromato de añade u n ácido. potasa, toma el líquido el color del reactivo, que L a s sales c ú p r i c a s dan u n precipitado de arabandonado al aire se vuelve verde, dando presenito cúprico ó verde, de Sebéele, soluble en los cipitado de este color. ácidos, por lo que no aparece si el líquido p r i m i E l bi-cromato hace lo mismo, siendo l a precitivo es ácido, Tratando este mismo precipitado pitación m á s abundante y el color m á s intenso, con sulfhidrato amónico, produce otro rojizo de formándose ácido arsénico y quedando reducido sulfuro de cobre y arsénico. el óxido de cromo. El arsenito cúprico se disuelve seg'un Girard Lo mismo el ácido arsenioso l i b r e , que los aren el amoniaco, de cuya disolución, que es de cosenitos, decoloran las disoluciones de manganato lor azul celeste, se separan unos cristales prismá•y permanganato potásicos, así como al ioduro azul ticos azules, insolubles en el ag'ua que por su de almidón; pero este carácter es de poca imporcomposición corresponden á l a fórmula (CuO)3, tancia, pues hay otros cuerpos que poseen dicha As05,3NH3 -|- HO, no formándose este compuesto propiedad. sino cuando la disolución amoniacal está mezclada con un poco de alcohol y se evapora espontáneaCon el nitrato msreurioso da el ácido arsenioso mente. Se disuelve también el arsenito cúprico en libre, precipitado blanco y nada con el cloruro la potasa, cuya disolución es azul, separándose de mercurioso como no sea añadiendo amoniaco. ella a l cabo de alg-un tiempo el óxido cuproso Por último, el ácido arsenioso acidificado con quedando disuelto arseniato potásico. el clorMdrico y tratado con cloruro aurico reduce E l agua de cal, en solución de ácido arsenioso el oro al estado metálico brillante. Acido a r s é n i c o = AsO». Equivalente = 1437,50, Su composición en 100 partes es de 65,20 de arsénico y 34,80 oxígeno. F u é descubierto por Scheele. Se presenta en masa incolora como el cristal, blanco, alg-o delicuescente, muy soluble en el ag-ua; al rojo incipiente funde sin descomponerse, y á una temperatura mayor da ácido arsenioso y oxíg-eno; disolviéndolo en poca ag-ua se fracciona quedando ácido arsenioso; su disolución, evaporada hasta consistencia siruposa, da al cabo de alg-un tiempo cristales voluminosos, segmn Mitscherlich. Su acción sobre la economía animal es mucho mayor que la del ácido arsenioso. Determina la eterificación del alcohol, y es alg-o soluble en los aceites: el de ricino es el que le disuelve en mayor cantidad, pues seg-un Heimpel y Grundner, 1000 partes disuelven 34 de aquel. Combinado con las bases, forma sales que tienen la misma forma cristalina que los fosfatos correspondientes. Esta observación, con l a de los sulfates y seleniatos , fué la que condujo á M i f s cJierlicTi á establecer la i m p o r t a n t í s i m a ley del isomorfismo. La mayor parte de los arseniatos son insolubles en el ag-ua, de los neutros solo se disuelven los alcalinos; los m á s no se descomponen al calor rojo , pero los ácidos dan ácido arsenioso m á s o x í g e n o y se vuelven neutros. El sul/Mdrico no precipita las disoluciones alcalinas y neutras, dando con los ácidos precipitado amarillo de persulfuro de arsénico. Con el ácido arsénico libre no precipita á ménos que la solución sea muy concentrada, facilitando el calor la precipitación y m á s añadiéndole ácido sulfuroso ó clorhídrico. 27 descomposición, resultando el líquido casi incoloro, y también soluble en amoniaco quedando azul. La potasa no descompone este precipitado, pero empleándola en exceso se rebaja de color, sin que ni aun hirviendo precipite óxido n i sulfuro cúprico; si el ácido arsénico e s t á combinado con el amoniaco , el precipitado del arseniato de cobre es azul subido. E l ácido arsénico libre dá con el agua de cal ó de barita, pero en exceso, por ser solubles los b i arseniatos férreos , precipitado blanco soluble en sales a m ó n i c a s , especialmente el cloruro, y la redisolucion abandonada es permanente la de arseniato cálcico, y el barico deja precipitar granitos. Los cloruros de calcio y bario no precipitan el ácido arsénico libre, pero dan- precipitado blanco si se neutraliza el ácido ó se emplea un arseniato, mas con el amoniaco en exceso puede dejar de aparecer dicho precipitado. Los arseniatos neutros (no los ácidos n i el ácido arsénico libre), dan por el sulfato magnésico 'precipitado blanco; del mismo modo lo darían el ácido arsénico libre y arseniatos ácidos , saturándolos con un álcali, y el amoniaco favorece en este caso la precipitación por formarse arseniato magnésico amónico completamente insoluble. El acetato ó el nitrato de plomo con el ácido arsénico libre ó combinado, produce precipitado blanco, que cual los anteriores es soluble en ácidos y álcalis. El ácido arsénico libre y los arseniatos dan precipitado blanco con viso amarillento en el n i trato mercúrico, que abandonado y m á s c a l e n t á n dolo se altera su color. El cloruro mercúrico nada hace en el ácido arsénico libre, pero con los arseniatos da precipitado m á s ó m é n o s amarillo. El permanganato potásico , tampoco se decolora mientras la solución no contenga ácido arsenioso. No reacciona el ácido arsénico libre sobre, bicromato potásico , y al cromato neutro lo transforma en ácido. El precipitado de sulfide arsénico, produce a n á logas reacciones que el sulfide arsenioso. E l sulfuro amónico trasforma el ácido a r s é nico de sus disoluciones neutras y alcalinas en sulfide arsénico que permanece disuelto en estado de sulfo-arseniato sulfo-amónico-. pero un ácido precipita el sulfide arsénico amarillo que se rediInvestigaciones químico-legales del arsénico. suelve en m á s sulfuro amónico, en los álcalis y e n en amoniaco. Es inatacable por el ácido clorAparato de M a r s h y modificaciones de que lia hídrico. sido objeto. El nitrato argéntico con ácido arsénico libre ó El modesto farmacéutico de Koeping (Suecia), combinado dá precipitado rojo de ladrillo , ó sea Cárlos Guillermo Scheele, fué el primero que esarseniato a r g é n t i c o soluble en ácido nítrico débil cribió del Mdrágeno arsenical, lo que llamó m u y en amoniaco , insoluble en nitrato amónico. E l sulfato de cobre con el ácido arsénico libre cho la atención porque hasta entonces no se tuvo ó combinado dá precipitado azul verdoso claro de noticia de combinación alguna del hidrógeno con arseniato de cobre, soluble en ácido nítrico sin los metales. 26 P r o u s t observó que trata ado estaño ó hierro por ácido clorhídrico se desprendia h i d r ó g e n o de un olor especial y de propiedades tóxicas , si los metales contenían arsénico ; indicó alg-o de los es pejos arsenicales, el color de l a llama si se i n flama dicho g-as y el sublimado que se forma. Stromeyer, y poco después Qay-Lussac y T7ie n a r d , indicaron muchas propiedades del Mdrógeno arsenical, y Serullas fué el primero que tuvo la idea de aplicarlas en Toxicología para descubrir la presencia del arsénico. Marslb, teniendo en cuenta las observaciones de sus predecesores , t r a t ó de poner en práctica el reconocimiento del arsénico por el hidróg-eno arsenical. E l primer aparato de que se s i r v i ó , fué una probeta tapada con u n corcho en el cual habla un tubo (válvula) recto de introducción de líquidos y otro encorvado en la misma dirección dos veces en áng-ulo recto y estirado á la l á m p a r a . Dentro la probeta colocaba zinc y ácido sulfárico diluido para producir hidróg-eno, junto con la sustancia supuesta arsenical. Inflamaba el hidróg-eno , en el extremo capilar del tubo que introducía en un matraz sin fondo , para recog-er y ensayar después el sublimado blanco que se forma de ácido arsenioso, ó bien s u s t i t u í a el tubo con otro solo encorvado en u n á n g u l o para obtener espejos sobre superficies de porcelana. Posteriormente sustituyó este aparato con otro constituido por un tubo encorvado de un centímetro de diámetro en forma de W de ramas desig-uales que descansa en u n sosten • en la rama corta del tubo hay una llave terminada en pico, la cual permite dar salida al g-as, hallándose suspendido en dicha rama hasta su mitad u n poco de zinc; abierta la llave se introduce por el otro extremo ácido sulfúrico y la sustancia. Estando el zinc de la rama corta en contacto del ácido sólo puede producir hidróg-eno en ella, que se cierra y cuando contiene bastante cantidad, vuelve á abrirse y se inflama el g'as. Como la sustancia org-ánica en contacto del ácido sulfúrico puede formar espuma , haciendo rebosar el líquido por la rama larg-a ó salir por el pico , se ha aconsejado introducir en l a corta una capita de aceite y mejor si se añade alcohol que impida su formación. Puede t a m b i é n suceder teng-a que operarse sobre cantidades bastante grandes de sustancia org-ánica; así es que el mismo M a r s / i , modificó de nuevo su anterior aparato, valiéndose de una campana que tiene en la parte superior un a r m a z ó n con una llave de paso y u n tubo terminado en abertura capilar. La campana está boca abajo dentro de u n vaso de cristal, que descansa sobre un plato, por si rebosa el líquido ; en el interior de aquella, cuelg-a u n poco de zinc y se introduce la sustancia supuesta arsenical, se abre la llave y se echa ácido sulfúrico diluido en el vaso hasta llenarle y se cierra. E l hidróg-eno sólo puede producirse en el interior de la campana, y como no tiene salida ejerce presión por la superficie del líquido que desciende, y cuando hay suficiente cantidad de g-as, se le da salida abriendo la llave y se inflama en el pico del tubo, debiendo este sobresalir del líquido contenido en el vaso. M o r ñ fué el primero que modificó el aparato de Marsh, teniendo en cuenta una indicación de este toxicólogo de q ue podría valerse de u n frasco en cuyo t a p ó n se coloca u n tubo recto terminado en pico, se introduce en el frasco el zinc y ácido sulfúrico diluido para producir hidrógeno; pero hizo notar Morh que este ácido puede contener arsénico, así es que aconseja emplear el ácido clorhídrico ; es indispensable expulsar el aire del interior del aparato por medio del h i d r ó g e n o , antes de inflamarlo en el tubo para evitar la explosion ; y desorganizar la sustancia á n t e s de i n troducirla en el aparato. Hizo observar que la llama del Mdrógcno p u r o es amarilla anaranjada, la del hidrógeno a n t i monial verde, y la del hidrógeno arsenical azulado plateada, y que el zinc, al terminarse la operación , queda con manchas negras en l a superficie, debidas á una combinación que forma con el a r s é nico, por lo que en cada operación debe emplearse nuevo. Después de M o r h escribió O r f i l a , quien no hizo m á s que modificar el aparato de su antecesor, empleando un tubo encorvado en á n g u l o recto terminado en una abertura casi capilar, con el objeto de quemar el h i d r ó g e n o y obtener manchas arsenicales. Como el hidróg-eno arsenical es descompuesto al calor rojo, en esto se funda la obtención de anillos y espejos. T r o m m s d ó r f hizo notar que el antimonio m u y dividido podía dar en las mismas circunstancias que el arsénico, producción de manchas negras y vapores blancos, no siendo por lo tanto suficiente este carácter para apreciar el arsénico. Con las observaciones de este químico. Chevalier y Berzelius emprendieron trabajos muy notables. Clievalier se vale de una probeta en la cual, por medio del zinc y ácido sulfúrico, se produce hidróg-eno en contacto de la sustancia supuesta arsenical, se tapa con u n corcho que lleva un tubo de introducción de líquidos, y otro encorvado en á n g u l o recto, por el cual se desprende el hidrógeno ; comunica con otro mayor medio lleno de trozos de porcelana que se calientan al rojo, su- 29 poniendo que así el h i d r ó g e n o se despojaría del | que tiene dos agujeros (pudiendo ser bitubulado), antimonio y ellos lo retendrían dado caso lo h u - destinado á producir liidróg-eno por medio del zinc biese , y por último sale por u n tubo estirado á la y ácido sulfúrico en contacto de la sustancia sul á m p a r a donde se inflama. La porcelana retiene, puesta arsenical. P,or uno de los agujeros del coren efecto, antimonio , mas no todo. cho ó por una tubulura, si el frasco fuese bitubuBerzelius se sirve del aparato de Gliemlier mo- lado (como comunmente lo es), lleva un tubo dedificado , sustituyendo la probeta con u n frasco de recho queen su parte superior tiene un embudo mayor capacidad , y en vez de colocar en el tubo para la introducción de líquidos. Por el otro aguancho pedazos de porcelana, introduce virutas jero ó t u b u l u r a , pasa un tubo de poco diámetro, de cobre puro reducido por el h i d r ó g e n o , las que doblado en á n g u l o recto que está ensanchado con calienta al rojo. una bola á distancia de algunos centímetros de la curvatura destinada á condensar parte del ag'ua A esta temperatura el Mdrógeno arsenical descompone, y como el cobre forma con el arsénico que arrastre el gas. Este tubo comunica con otro una aleación m u y blanca, el color sólo nos indica m á s largo y ancho lleno de amianto ó algodón ya la presencia del arsénico. Por este método Ber- cardado, para retener el sulfato de zinc que puzelius hasta se propuso apreciar cuantitativamente diera arrastrar la corriente de gas ; á la extreel a r s é n i c o , pesando el tubo que contiene el cobre midad de este tubo se empalma otro cuyo diámetro ántes y después de la operación; si bien lo último interior es de 2 á 3 m i l í m e t r o s , debiendo ser de resulta inexacto atendida la observación de Morh, vidrio poco fusible, cuya primera mitad , ó sea la porción que ha de exponerse al fuego , está ende que el zinc retiene parte del arsénico. Siendo un estorbo en estas operaciones el agua vuelta con una l á m i n a delgada de cobre ó de latón que arrastra el hidrógeno , los tubos se han mo- para calentar uniformemente esta parte del tubo dificado de diversas maneras para obviar los i n - por medio de una l á m p a r a ú hornillo cual el de Liebigpa.rael análisis elemental, miéntras se proconvenientes. Algunos prácticos recomiendan soplar una ó cura mantener fría la otra parte y aun se coloca dos bolas en el tubo vertical, las cuales se llenan una pantalla que la separe de l a de combustión. de algodón en rama que lo seca por ser este cuerpo El Hidrógeno arsenical se descompone en la m u y h i g r o m é t r i c o . Otros, en vez del tubo en bolas parte de este tubo que se calienta , y el arsénico se se sirven de uno algo mayor que articulan horr condensa formando un anillo en el punto frío m á s zontalmente a l que sale del frasco y lo llenan de inmediato á la otra mitad. Si no se calienta puede cloruro calcico seco, piedra pómez ó amianto em- encenderse en el pico , ya para obtener manchas papado en ácido sulfúrico de 66°, siendo este prefe- sobre superficie de porcelana, ya con objeto de rible al cloruro de calcio; pues como este último recoger el sublimado de ácido arsenioso en un es delicuescente , al absorber el agua del hidró matraz. geno es fácil que obstruya el orificio del tubo laUna modificación muy importante que hace el boratorio aparato muy sencillo y r e ú n e iguales ó mejores Conviene que el tubo no esté completamente condiciones que el anterior, es el ideado por el dishorizontal; sino doblado en á n g u l o obtuso: siendo tinguido catedrático D, Juan Pou , y consiste en muy útil que el extremo de la parte que se intro- un frasco trítubulado productor de h i d r ó g e n o por duce en el frasco esté cortado en bisel; pues de medio del zinc y ácido sulfúrico hidratado y en este modo las gotas de agua que en él se conden- contacto de la sustancia objeto del ensayo; en una san vuelven á caer fácilmente en el frasco. tubulura el frasco lleva un tubo de Welter, y en otra uno doblado en á n g u l o obtuso, en cuya rama Aparato del Instituto. perpendicular hay una ó dos bolas que se llenan E l aparato del Instituto de Francia, considerado de algodón sin atascarlo para que absorba la h u como legal para los reconocimientos arsenicales medad , y la otra está terminada en pico. La p r i es el de M a r k s ; al cual se han introducido todas mera en el extremo inferior está cortada en bisel, las modificaciones que se han creído índispensa y e n la segunda, terminada en punta, pueden formarse anillos calentando la rama, ú obtener bles , para que fuese lo m á s perfecto posible En efecto, la Academia de París que tomó á su sublimado y manchas por medio del h i d r ó g e n o cargo examinar los aparatos conocidos , nombró que se inflama en el pico. La tubulura del medio se mantiene abierta a l una comisión compuesta de los distinguidos qui micos T/ienard, Dumas, Boussingault y Refnauli principio, á fin de que el hidrógeno desaloje fácilquienes adoptaron el aparato de Berzelius y Liebig mente el aire, y entóneos se introduce la materia. Se ha dado á conocer otro aparato con objeto algo modificados por K a p e l i r i y Kampman Se compone de u n frasco tapado con u n corcho de sustituir al de M a r s l i , modificación debida á 30 F l a n d m y Danger en el cual se recog-e todo el ácido arsenioso producido por la combustion del hidrógeno arseniado. Consiste en un frasco b i t u bulado productor de hidróg-eno en contacto de la sustancia org-ánica supuesta envenenada. En una de sus tubuluras lleva un tubo de introducción de líquidos y en la otra uno recto terminado en pico, en cuyo extremo se inflama el hidróg-eno. La llama se recubre con una especie de retorta sin fondo (ó sea u n tubo de combustion de 0m,01 de diámetro, que forma u n áng-ulo recto en su parte media, adaptándose por medio de un corcho al orificio condensador) comunica con una especie de alarg-adera, dentro de la cual hay introducida otra que, seg-un indicación del autor, se llama refrig-erante y la anterior condensador. E l arsénico en contacto del aire en la llama ardiendo, forma ácido arsenioso qn ( se sublima y debe condensarse en el aparato, m i é n t r a s que el hidrógeno forma ag-ua , la cual, condensándose en la alarg-adera, se recog-e en una capsulita que se coloca debajo, y como puede arrastrar alg-o de ácido arsenioso se ensaya. La Academia Francesa examinó este aparato y dió m u y buen informe, adicionándolo al extremo del llamado del Instituto para recog-er, decian, el arsénico que no se condensa en anillo. En la práctica no da los resultados prefijados en t e o r í a , pues con frecuencia el arsénico no se oxida, y el procedimiento es mucho m á s complicado que el de M a r s h , con el cual basta para aseg-urarse de la presencia del arsénico operar como queda indicado. Hay otro procedimiento , preferido por varios químicos alemanes a l aparato de Marsh, que consiste en calentar las materias sospechosas con clorato potásico y ácido clorhídrico por bastante tiempo á una temperatura inferior á la ebullición; el líquido que resulte después de filtrado en frío, se le hace Ueg-ar una corriente de ácido sulfuroso; se calienta con objeto de que se desprenda el exceso de este ácido, y haciéndole pasar una corriente de hidrógeno sulfurado ; se recog-e el precipitado en un filtro , se disuelve en este mismo por medio dei amoniaco el sulfide arsenioso que se puede haber formado estando h ú m e d o ; se evapora la d i solución amoniacal, á fin de separar de ella el sulfide arsenioso , y por último se reduce este sulfide mezclándole con partes iguales de carbonato s ó dico y cianuro potásico. Esta reducción se hace con un aparato compuesto de u n frasco productor de ácido carbónico que comunica por medio de un tubo dos veces doblado en áng-ulo recto, con uno llamado de desecación que contiene ácido sulfúrico monohidratado, este á su vez con otro encorvado en un á n g u l o recto , se empalma con u n tubo horizontal lleno de cloruro calcico, al que se adacta otro de longitud de 6 á 8 centímetros y de 3 á 4 milímetros de diámetro abierto por sus extremos , colocando en él la materia que se ha de reducir, la cual se calienta con una l á m p a r a de alcohol de doble corriente , cuando el aparato está lleno de ácido carbónico , condensándose el arsénico en l a parte fría y libre del tubo , pues la corriente del gas carbónico le impide retroceder. Por este medio no se reduce todo el arsénico, pues el gas que sale del aparato tiene olor arsenical muy pronunciado, Lassaigne recomienda u n procedimiento ya indicado por Rose para concentrar y hacer patente el arsénico que esté muy diluido en agua. Consiste en un frasco productor del hidrógeno por medio del zinc y ácido sulfúrico en contacto de la sustancia arsenical, puesto en comunicación por medio de u n tubo, con una probeta que contiene disolución de nitrato de plata. Esta sal es descompuesta por el hidrógeno que reduce la plata, produciendo con él la misma reacción el arsénico, formándose agua y arsenito de plata que queda disuelto á beneficio del ácido nítrico de l a sal argéntica descompuesta. Sobre este líquido se hacen lag investigaciones convenientes. Meillef sustituye el nitrato argéntico por el ácido n í t r i c o . Malaper ha dado otro método con objeto de obtener el arsénico en polvo. Consiste en u n frasco generador de hidróg-eno, por medio del zinc y ácido sulfúrico; de otro engendrador de cloro , y cuyos gases ¡se r e ú n e n en u n tercero medio lleno de agua, que tiene u n tubo que comunica con una probeta llena de i g u a l líquido y que dá paso á los g-ases excedentes. La operación debe hacerse con lentitud y á u n fuego poco vivo. E l cloro con el h i d r ó g e n o forma ácido clorhídrico precipitándose el arsénico que puede reconocerse ; pero es preferible evaporar el líquido y ensayar el reníduo. Reconocimiento del arsénico sin prévia desorganización de la sustancia. E n todos los procedimientos expuestos se ha supuesto ensayar la presencia del arsénico en casos de envenenamiento con prévia desorganización de la sustancia que se cree envenenada para impedirla producción de espuma, ú obviando este inconveniente con otras materias, en particular carburos de hidrógeno , pero estos suelen algunas veces descomponer el hidrógeno arsenical. Adorne ha inventado un aparato que consiste en un frasco bitubulado; en una de sus tubuluras lleva u n vaso parecido á u n matraz de cuello largo y sin fondo, ó bien una alargadera muy abultada de panza, cuyo cuello llega casi al fondo del frasco, y en la otra tubulura se halla una armadura metálica con llave de paso y terminada en pico, destinada á dar salida al g-as. Se empieza por llenar el frasco de agua acidulada con ácido sulfúrico, de modo que al introducir la alargadera rebose , se introduce luég-o la sustancia arsenical y granalla de zinc, por la tubulura de dicha alarg-adera. E l hidrógeno que se produce ejerce presión sobre el líquido oblig-ándole á introducirse en el frasco superior, en cuyo caso debe darse salida al g-as por la espita, pues si el nivel del líquido bajara m á s que el pico de l a alargadera el g-as se m a r c h a r í a por esta. Para prevenir los efectos de la explosion al i n flamar el hidrógeno en el pico de la espita, lleva esta en su mitad u n tejido metálico , pero por este procedimiento sólo pueden obtenerse manchas y sublimados, no anillos. Adorne señala como ventajas en su aparato, suponiendo imposible l a detonación , no se pierde hidrógeno (si el operador no se descuida de modo que el pico de la alargadera quede al descubierto), poderse moderar la corriente , permite guardar la salida del gas , evita el inconveniente de la espuma , se puede introducir cualquier sustancia y saber aproximadamente la cantidad de arsénico. (S% concluirá.) SECCION VARIA. O j o . E l uso tan esparcido del fósforo ha facilitado u n género de envenenamiento que cada día es mas frecuente, ya sea por el resultado de un suicidio, ya de una intención criminal. La ciencia, por lo mismo, tiene el deber, y l a prensa la obligación de dar á conocer a l público el medio de conjurar los estragos que puede causar el fósforo introducido en el organismo, cuyo medio era desconocido hasta el dia en que el azar vino á revelarlo. Un desdichado había intentado suicidarse tragando cierta cantidad de l a pasta de fósforo, lo que sirve para los mistos; pero pareciéndole demasiado lentos sus efectos, creyó activar su acción tomando esencia de trementin a (aguarrás), que se hallaba á mano. Lejos de eso, al tragar el a g u a r r á s h a b í a tomado el verdadero antídoto y destruyó así los efectos tóxidos del fósforo, y no tardó la ciencia en dar una e x p l i cación de la acción bienhechora de dicha sustancia. Se sabe ya que sumergido el fósforo en ese l í quido, cosa de ser luminoso: se sabia igualmente que en Inglaterra, los obreros empleados en la fabricación de mistos, tienen por regla llevar en 31 su cintura u n pequeño frasco, del cual se desprenden vapores trementinosos; vapores que, respirados diariamente, tienen la v i r t u d de ponerlos a l abrigo de los accidentes (caries de la mandíbula) producidos por l a manipulación del fósforo. Ahora es cosa sabida que basta tomar una jicara, por ejemplo, de esencia de trementina (aguarrás) para neutralizar el envenenamiento por el fósforo. Como esta noticia útilísima está destinada á la generalidad, nos abstenemos de explicar la teor í a química de este fenómeno; nos basta poder asegurar que satisface completamente, y así nos limitamos á recomendar á todo el mundo que en cuanto presencie el doloroso caso de un envenenamiento por medio del fósforo, como ha sucedido varias veces, que en cuanto sepan que por casualidad ó por u n acto criminal ha tragado a l gunas cerrillas fosfóricas, se Je dé inmediatamente una cantidad como la arriba señalada de a g u a r r á s , repitiéndose si no cesan los fenómenos del envenenamiento, entre ellos los vapores l u m i nosos que salen por la boca. F i e r a s . A consecuencia de los destrozos ocasionados por l a manada de los ocho lobos que vag-an por Gorbea, en ovejas, cabras, vacas y yeguas , parece que los habitantes de los contornos de aquel monte, alarmados con tales desgracias, han dado alguna ó algunas batidas, y se dice que han tenido por resultado el haber sucumbido dos lobos bajo la certera p u n t e r í a de los tiradores de M u r g u í a , y que otro lobo ha sido matado i g u a l mente por los vecinos de Cigoitia. Esta noticia corrió l a semana pasada por el campamento de Garrastachu a l hacer alto en este punto para racionarse una fuerza de unos 80 hombres procedentes de Barambio, que acababan de practicar un reconocimiento en las espesuras de su jurisdicción, no habiendo conseguido otro objeto que el deponer en fuga varias corzas y j a balíes. Es de advertir que aun cuando hubiesen dado con los lobos, habría sido difícil el matarlos, pues entre todos aquellos hombres sólo se contaban cuatro escopetas. Los lobos, cuando tienen penuria de víveres, roen hasta las p e z u ñ a s y los cuernos de sus v í c timas; pero cuando abunda la carne, como sucede en Gorbea , entónces se regalan, se miman, pues no hacen m á s que matar una res, chuparla la sangre y hacer en seguida otro tanto con otra, como se ha visto coa las siete ovejas que degollaron en Barambio, las cuales pertenecían á una mujer viuda que habita en un caserío próximo al monte. 32 Finalmente, se les r e g a l a r á el reglamento general del cuerpo de Beneficencia, con el escalafón Por retirarse su dueño se vende una botica de todos los que á dicha idea se asocien. —QUÍMICA ORGÁNICA, GENERAL Y APLICADA Á LA moderna, única en la v i l l a de Carlet, cabeza de partido, en la provincia de Valencia, distante FARMACIA, MEDICINA, INDUSTRIA, AGRICULTURA Y ARcuatro legnias de la capital. Es población que casi TES , por el Dr. D. Gabriel de la Puerta, Catesiempre ha tenido dos boticas. Se d a r á en un pre- drático de la Facultad de Farmacia en la Univercio arregiado. Dirigirse á D. Vicente Emo, far- sidad de Madrid. macéutico , Carlet. Se vende esta obra al precio de 80 rs. los dos —Se desea arrendar una botica en una villa de l a tomos, en los puntos siguientes: en casa del autor, provincia de la Coruña, á l a mayor brevedad posi- San Bartolomé, 2, principal; en la p o r t e r í a de la ble. Vende anualmente de7 á 8.000rs. dedrog-as, y Facultad de Farmacia, calle de idem; en la libreestando al frente de ella una persona de actividad, ría de Bailly-Bailliére, plaza de Santa Ana; en la podrá doblar la venta. Se desea que para seg'u- de Moya, calle de Carretas, n ú m . 8; y en la Acaridad de la renta que se estipule se presente demia de e n s e ñ a n z a y Laboratorio químico, calle fianza ú otra g-arantía equivalente. Los aspirantes del Barquillo, n ú m . 51, bajo. á, este encarg-o, podrán dirigirse á D. Manuel PieA provincias se remiten los dos tomos francos dra , Algalia de Abajo, n ú m . 8, en la ciudad de de porte, mandando libranzas de 80 rs. á casa del Santiago. autor, San Bartolomé, 2, principal derecha; ó bien —Se desea un practicante bien instruido que no en cuenta con la casa y d r o g u e r í a de ü l z u r r u n . asista á clase, para una farmacia de Madrid. D i - E l que desee un tomo sólo por separado, r e m i rigirse á la botica del Postigo de San Martin, 23. t i r á 44 rs. —EL PROPAGADOR DE LA. BENEFICENCIA, periódico —TRATADO SOBRE EL CULTIVO DE LA VID Y LA ELAmódico farmacéutico y administrativo, consagrado BORACIÓN DE LOS VINOS, por el Dr. D. Quintín Chiará la defensa y p r o p a g a c i ó n de la Beneficencia en lone. Tercera edición, corregida y aumentadaparticular, y de los intereses médicos, farmacéuti- Precio 10 rs. en Madrid y 12 en provincias: para cos y administrativos en general. Se p u b l i c a r á ^os suscritores 6 y 8 respectivamente. todos los sábados, empezando en el mes de Enero —LECCIONES DE FILOSOFÍA QUÍMICA, de Mr. Adolfo de 1871. W u r t z , traducidas por el Dr. D . José de Pontes y La suscricion es de 4 rs. al mes y 10 rs. trimes- Rosales. Precio 20 rs. en Madrid y 24 en p r o v i n tre en Madrid, 28 rs. semestre en provincias y 36 cias: para los suscritores 10 y 14 respectivamente. reales semestre en el extranjero, remitiendo el i m —ROTULATA FARMACÉUTICA. E s t á arreglada á la porte en libranza, letra de fácil cobro, ó en sellos. Farmacopea Española, y contiene todos los mediLa Dirección, Redacción y Administración, camentos expresados en dicha obra. Cada rotulata Travesía de la Ballesta, 10, 2.°, donde se hace la escrita consta de 1.800 nombres y de 1.140 etiquesuscricion, y donde se pueden d i r i g i r los avisos á tas, de las cuales 150 e s t á n en blanco. nombre del director D . Galo Pintado y Jordan. Precios. Papel de color, purpurina doraNo se sirve suscricion, cuyo importe no sea da, 90 rs., para los suscritores 80; papel blanco, abonado anticipadamente: los suscrito res recibirán purpurina roja, 80 rs., p á r a l o s suscritores 70; ídem obras médicas y farmacéuticas de verdadera u t i l i Idem., purpurina dorada, 70 rs., para los suscridad que publicaremos en nuestro periódico, de tores 60; id. i d . , en negro, 60 rs., para los suscritomanera que encuadernándose formen tomos que res 50; etiquetas doradas en blanco, 50 rs., para constituyan la Biblioteca escogida de E l Propagalos suscritores 40; i d . negras en blanco, 40 rs., dor: t a m b i é n tienen opción de hacer toda clase de para los suscritores 30.—En provincias 4 rs. m á s encargo, que respecto á su facultad les ocurra en por el franqueo y certificado. Madrid, y s e r á n servidos con la mayor p u n t u a l i dad, constituyendo u n servicio m u y ú t i l á los MADRID: 1871. profesores que estén en partidos. Imprenta de J. M. Ducazcal, plaza de Prim, nüm. 6. ANUNCIOS. E l R e s t a u r a d o r F a r m a c é u t i c o se publica todos los d o m i n g o s . — R e d a c c i ó n , plaza de Prim, n ú m . 1, á donde se dirigirán las reclamaciones y pedidos, enviando su vaJor en metálico, letras de giro ó sellos de Correos.—Precios de s u s c r i c i o n : en MADRIÜ, por un año, 50 reales; por un semestre, 26: en PROVINCIAS, por un año, 60; por un semestre, 32; en el E X T R A N J E R O , por un ano, 70; por un semestre, 38; en ULTUAMAH. por un año, 80; por un semestre, 44: en donde no baste el franqueo establecido, por un año, 100 reales; por un semestre, 52. Números sueltos, entregados en la redacción para los suscritores, 1 real; para los que no lo sean, 2 rs.Las obras que se publiquen, 4 reales por cada entrega para los suscritores al periódico, y 5 reales para los que no lo sean.