¿AMIGOS DE LA UNESCO O AMIGOS DE LA URSS? Salvador Vallina. 1 1 Nacido en 1917, Salvador Vallina López fue un falangista de primera hora, integrado en las JONS. Durante la guerra civil fue quintacolumnista en Madrid y luego alferez provisional, acabando como mutilado de guerra. Fue uno de los fundadores del SEU, colaborador de Arriba y, como tal, corresponsal en diversas ciudades, entre ellas México, donde cultivó al ex dirigente comunista Enrique Castro Delgado, 1 Artículo publicado en la página 17 del diario “Arriba” del Miércoles, 23 de octubre de 1963. Hace unos días se publicó en el diario “Pueblo” una carta de cierto señor Huete que, según parece, es un entusiasta miembro de los “Amigos de la UNESCO”. La UNESCO, como todo el mundo sabe, es el organismo de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura. Aquella carta, en donde se acusaba de superficialidad al tratar el tema de la enseñanza en las URSS a la señorita Narvión, después de su breve paseo como excursionista en colectividad por Leningrado y sus alrededores, decía que no se debe escribir sobre asuntos tan delicados sin un fundamento mínimo, en cuya posesión, tal vez máxima, se cree, sin duda, el señor Huete. Así, por ejemplo, afirma que “un chico con decidida vocación por la óptica no es, ni mucho menos, apartado de ella sí, claro está, sus condiciones personales le acompañan. Esto en Rusia, porque en otros países, como ocurre con nuestra Universidad, la mayoría de los estudiantes no devuelven al Estado, en rendimiento, el alto coste de sus estudios por su falta de vocación. En cambio, en el país del socialismo “de nada vale querer ser piloto, por mucha afición que se tenga, si no se reúnen unas cualidades especiales”. De acuerdo. Un miope, un tipo que sufre el vértigo de las alturas o un enfermo de los pulmones, jamás logrará que le pongan un turborreactor en las manos, porque es preciso no correr riesgos con las propiedades del pueblo. Pero eso mismo lo hacen también las Compañías capitalistas, y no sólo Aeroflot, en cuyos aviones he viajado tanta veces. Para ser óptico o piloto en la URSS hacen falta, además, otras cosas por encima de las aptitudes y de la vocación. Por ejemplo, ser miembros de las Konsomols y saberse al dedillo la doctrina cambiante del marxismoleninismo. Si se ha estado prisionero de los alemanes o se es hijo de uno de estos prisioneros, si se pertenece a la raza judía y otras cosas por el estilo, tampoco hay que soñar con la posibilidad de ser universitario o de ingresar en los diversos Institutos de ingeniería. que ha había escrito sus obras renegando de su pasado revolucionario, hasta que le convenció de volver a España. En 1965 fue nombrado Jefe Nacional de la Obra Sindical “Lucha contra el paro”. 2 LO QUE NO DICE LA UNESCO En los boletines de la UNESCO, que se publican con los datos que proporcionan los países miembros, naturalmente que no se explican estas cosas. Tampoco se dice que los estudiantes de Moscú, que se concentrar en esa horrenda “Ciudad Universitaria” amontonada en rascacielos, editan hojas clandestinas exigiendo –vanamente, por supuesto-- que desaparezcan las famosas “anquetas”, donde es preciso explicar con todo detalle la vida y milagros propia y de la familia, sus relaciones con el partido comunista y que no se pertenece “a la clase que debe ser eliminada”. Los méritos extrauniversitarios, políticos, son, por tanto, más importantes que la vocación y la aptitud, puesto que determinan el ingreso en la Universidad más que los conocimientos puros. Tengo ante mí la carta que me ha escrito un repatriado de la URSS, Gabriel Amiama, en posesión de un título equivalente al de Filosofía y Letras de España, en la que, por ejemplo, me dice: “En todo el mundo los estudiantes conocen las profesiones más rentables, máximo en las URSS, donde el materialismo es la ideología reinante. En el año 1954 para cada plaza de la Facultad de Periodismo de Moscú se presentaron ciento veinte solicitudes de ingreso, mientras que en el Instituto de Medicina no llegaban a las treinta. Esto no se debe a que existiera una predominante vocación periodística, sino a que el periodismo, por pertenecer al “frente ideológico” se encuentra mucho mejor retribuido que la Medicina. Por un artículo de fondo se pagaba entonces de mil a tres mil rublos antiguos, mientras que el salario de un médico era de seiscientos a setecientos rublos mensuales”. Este repatriado, que también puede hablar de la forma en que se distribuyen las becas, afirma que con la práctica de acceso a la Universidad se haya limitado a los miembros de la nueva clase, según la designa Yilas2, por cuya libertad, que sepamos, se interesan muy poco los intelectuales del mundo libre, solicitantes perpetuos de la libre expresión, acaso para que dejemos de ser libres. A Goytisolo, sin ir más lejos, se le fue hace poco la pluma asegurando que tal vez luchaba con la constitución de una sociedad inhabitable. Este niño bien de Barcelona, que presume de novelista, exiliado voluntario –aunque más exiliado que novelista--, tal vez pensaba al escribir así en el “Mundo Feliz” de Huxley o en el 1984 de Orwell como augurios de esa sociedad por la que combate desde París, que no es mala trinchera. 2 Debe referirse a Milovan Djilas (1911/1995), político y escritor yugoeslavo que tras ser vicepresidente del país cayó en desgracia por sus críticas a la burocracia comunista en “La nueva clase” (1957) y en este año del artículo estaba encarcelado como consecuencia de su libro “Conversaciones con Stalin” (1962). 3 CONGRESO SOBRE NOVELA REALISTA Estas son, sin embargo, historietas de poca monta. Tiene mayor interés, en cambio, el hecho de que se haya celebrado últimamente en Madrid un Congreso sobre los problemas de la novela realista, bajo los auspicios de los “Amigos de la UNESCO”, del Instituto Francés y del Seminario de Ética que dirige el profesor Aranguren, en el recinto de la Facultad de Filosofía y Letras. El señor Chiarmonti3, representante italiano, en vista del tono de las discusiones, se levantó para advertir los peligros posibles de que una reunión como esa se convirtiese en una plataforma para el planteamiento, no del realismo de la novela, sino del realismo socialista. La presidencia, el señor Aranguren, aseguró que no, que aquella no era una asamblea política, sino cultural. No obstante, un francés comentó con un periodista español, que allí olía mucho más a comunismo que a literatura. Pero, ¿Cómo iba a ser de otro modo, teniendo en cuenta que se hallaban casi en pleno los Dálmatas de marras que tanto se interesan por los mineros asturianos para que, cucamente, se politice el tema desde la otra parte de la “cortina de hierro” con la movilización añadida de sus resortes en el interior de España? Cierto que también había otra clase de personas, cuyas intervenciones evitaron que aquello que se convirtiese en un mitin marxista-leninista. Pero también figuraba en el programa el señor Bergamín, por ejemplo, y aunque nadie le conozca como escritor copioso, estaba proclamado en el coloquio de personalidades como una de las más prominentes. Este señor, cuyo retrato se exhibía en el Parque Gorki de Cultura y Descanso de la ciudad de Moscú hace unos diez años, como escritor católico y uno de los personajes importantes de la lucha por la paz –la pax soviética, se entiende--, también aparece en el Diccionario Enciclopédico publicado en 1953 en la capital rusa, página 172, tomo I. Allí puede leerse: Bergamín, José (1895). Dramaturgo y publicista español. Durante los años de la lucha de la España Republicana contra la intervención de los fascistas germano italiano (1936-1939) entró en el Frente Popular. Una vez derrotados los republicanos, emigró a Méjico. Es autor de varias obras sobre las mujeres que lucharon contra el fascismo (“La hija del Dios”, 1942; “La muchacha guerrillera”, m1945;). En el II 3 Probablemente sea Nícola Chiaromonte, ensayista italiano que en ese congreso dio una conferencia sobre “Realismo y Literatura”. El congreso, que contó efectivamente con la colaboración del CAUM, se celebró en octubre del 63, presidido por López Aranguren. Además, dieron conferencias Nathalie Sarraute, José María Castellet, Gonzalo Torrente Ballester y José Bergamín, que acababa de regresas a España. 4 Congreso Mundial de Partidarios de la Paz (Varsovia, 1950) se le elije miembro del Consejo Mundial de la Paz”. “EL MAJADERO DE BERGAMÍN” En un libro de Marino Gómez Santos, que se titula “Baroja y su máscara” (páginas 134 y 135), don Pío cuenta al autor cómo durante nuestra guerra civil iban, en París, a veces, comer con don Santiago Alba, que les regalaba abundantemente, Azorín, Ortega y Gasset, Menéndez Pidal, Maeztu y el propio Baroja, de quien fueron estas palabras: “Recuerdo que el majadero de Bergamín nos seguía por el barrio Latino. Cuando íbamos por cerda del teatro Odeón, alguien me dijo: “Baroja, ¿no se fija usted que ese Bergamín nos viene siguiendo?”. Yo le contesté: “Bueno, que nos siga”. No sé qué cree que podemos hacer en una nación extranjera media docena de personas. No lo comprendo”. Y continuaba: “Él no nos podía ver porque no éramos rojos, y andaba como diciendo: de aquí voy a sacar el secreto de estos traidores. ¡Era ridículo Bergamín!”. Y hablando de traición no sería malo que aplicase la misma vara de medida en todas partes. El “Trud”, órgano de los Sindicatos Soviéticos, del último día 11, pública una crónica de su corresponsal en Krasnodar, bajo éste título: “Nadie se liberará de la expiación”. Cuenta cómo se está celebrando un juicio en la Casa del Oficial, en estos términos: “Han pasado casi veinte años desde que los inculpados cometieron sus terribles crímenes. Muchos de ellos creían que todo había caído en el olvido. Pero el pueblo soviético jamás perdona la traición a la patria”. Teniendo en cuenta que se trata de personas que fueron hechas prisioneras por los alemanes y que colaboraron con ellos, no deja de ser alarmante la conclusión del periodista, que se expresa textualmente así: “A los traidores les aguarda la expiación merecida”. ¿Sus nombres? Se llaman Veij, Skripuk, Eskov, Buglok, Dzampeov, Zurgulaze, Shirajin y Psainv. COMUNISTAS APROVECHADOS Los sensibles corazones de tantos intelectuales de primera fila, que se dejan envolver en el papel de estraza de no pocos aspirantes a intelectualillos, deberían conmoverse por la suerte que les esperaba a estos ocho hombres que trabajaron al servicio del ocupante alemán hace una montonera de años, seguramente para comer una comida que dentro de unos días se les va a atravesar en la garganta, cuando los cuelguen por el cuello, si los “abajo firmantes” de tantos escritos en defensa de las 5 libertades humanas, entre ellas la de opinión, no lo remedian, tocando el alma tierna de Nikita Krustchev. Algo parecido deberían hacer escribiendo al señor López Mateos, Presidente de la democratísima República mejicana, que tiene al pintor David Alfaro Siqueiros preso para muchos años por el delito de disolución social; en otras palabras, por comunista molesto. Claro es que en Méjico los comunistas que no son molestos disponen de suculentos cargos, como consejeros de la Presidencia y cosas semejantes; pero a otros, como Dionisio Encina, Alberto Lumbreras, Miguel Aroche y Valentín Campa, les han largado catorce años de cárcel y multas considerables, así como a Demetrio Vallejo, secretario general del Sindicaos de Trabajadores Ferrocarrileros, con treinta y un años de penas acumuladas además por el propósito fallido de organizar una huelga de ferroviarios. Mientras semejantes cosas ocurren sin que nadie se rasgue las vestiduras, tal vez porque los comunistas, que trabajan en todas partes, siempre dedican una especial atención a la batalla que estiman decisiva en cada momento, cualquier insignificancia que ocurra en su frente principal, como lo es ahora España, adquiere una magnitud extraordinaria. No les es difícil lograrlo, puesto que emplean la cadena de sus órganos de expresión, de tal forma que va descubriendo a cada paso el mecanismo del sistema. No siempre da la pauta “Pravda”, sino que a veces sólo se hace eco de las fuentes extranjeras, tan extranjeras como puedan serlo “L’Humanite”, “L’Unitá” o “Le Drapeu Rouge”, sin hablar de la cotorrería, sólo admisible para las tragaderas stalinistas arrepentidas, de Radio España Independiente. Lo cierto es que ya me gustaría a mí, que nos gustaría muchos, que la UNESCO y sus amigos nos facilitasen la asistencia a Moscú y nos prestasen su Facultad de Filosofía y Letras para reunirnos, ciento dos y algunos más, y criticar la vida de los koljoses, las condiciones de trabajo en las minas –con todos nuestros respetos para Stajanov--, las diferencias entre sueldos de ochocientos rublos viejos y ocho mil, según se sea obrero o miembro del aparato político. Y ello sin que nos pasase nada. “SIN DERECHOS NI MONSERGAS” Dejémonos, no obstante, de fantasías. Habrá que circunscribirse a la escueta realidad. Y así resulta que “Pravda” del día 8 último, ha recogido, 6 incluso con pequeños amaños, la famosa carta de los ciento dos4 “representantes de la cultura y de la ciencia que contiene datos concretos referentes a las represiones en Asturias”. Y he aquí que merced a las habilidades prestidigitadoras de ese señor Balaguer5, que es algo así como el embajador del partido comunista de España cerca del partido comunistas de la URSS, tiene el rostro de afirmar que el Ministerio de Información “ha reconocido la veracidad” de las “torturas a los mineros y sus esposas y que muchos de los huelguistas se encuentran en la cárcel de Carabanchel”. Más aún: “que todo el mundo está convencido de los métodos que utiliza el Régimen de Franco para `pacificar´ a los obreros que se levantan en defensa de sus derechos”. Hace apenas unos días, la misma “Pravda”, de la mano del mismo Balaguer, aseguraba que ni derechos ni monsergas, que ni reivindicaciones sociales ni nada que se le pareciese, sino pura y simplemente acción política, como primer paso de la huelga general política. ¿En qué quedamos? Y, sobre todo, ¿dónde queda la virilidad mutilada de ese minero que tanto preocupa a los viriles intelectuales, como mi viejo amigo Pedro Laín y otros, que acaso tuvieran que terminar como Mayakosky, suicidándose por parecerles excesiva la libertad en la URSS? Un “gallito”6 de “Pueblo” nos ha dicho últimamente cosas fundamentales sobre la necesidad de cambiar de opinión para seguir siendo fieles a nuestros fundamentos morales, al margen de los Seminarios de Ética. A mí, que me conmovió hace tiempo un libro que se titulaba “Los valores morales del nacionalsocialismo”, lo que me deja atónito no es que se cambie de opinión, sino que se cambie de chaqueta, que parece igual, pero que no es lo mismo. ¿Y todo por qué? No se vive más “madrugando al futuro”, desde luego espiritualmente y jugándose la pelleja en pura epidermis, para salvar la carne de debajo pasado mañana si Kurschev pudiese hacer que pintaran bastos en España. Y luego otra cosa, ni el honor, que es lo que vale. 4 Se trata de la carta firmada por 102 intelectuales y artistas y encabezada por José Bergamín en la que se denunciaban las torturas en las huelgas de Asturias y que se acababa de publicar ese mismo septiembre de 1963. 5 En este caso el señor Vallina no equivocó el apellido, y debe referirse a Luis Balaguer, un campeón de esquí durante la República que se afilió al PCE y se exilió en Moscú, donde colaboró en Pravda, efectivamente, y formo parte (junto a Manuel Azcárate, Antonio Cordón, Irene Falcón, José Sandoval y la propia Pasionaria, como presidenta) de la comisión que escribió el libro de la historia oficial del PCE: “Guerra y revolución en España” (Editorial Progreso, Moscú, 1966). En 1970 fue expulsado del PCE y formó con Lister, Ceferino Uriarte y José Barzana, entre otros, el PCOE. 6 Así se llamaba la columna que escribía Emilio Romero, director del diario, falangista antiguo que en ese momento pretendía controlar y acercarse a algunas organizaciones de izquierda, como CCOO, y que promovía una especie de falangismo-social. 7 Y felicidades al señor Alfonso Sastre --¡Oh, qué pena no llamarse Sartre! Sobre el estreno de su obra “Madrid no duerme de noche” en Moscú. Como vive en un país donde la policía política no parece que el quite el sueño, enhorabuena, porque no tenga que recurrir a los somníferos. Ciento dos héroes como estos no hay duda que pueden dirigírselos sin indigestiones la sociedad española. Sobre todo cuando está claro que el porvenir no es nunca de los que se pasan de listos ni de los que se pasan de tontos. 8