“La Píldora del Día Después” en Argentina

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Latin American Journal of Pharmacy
(formerly Acta Farmacéutica Bonaerense)
Notas al Editor
Recibido el 10 de noviembre de 2006
Aceptado el 17 de diciembre de 2006
Lat. Am. J. Pharm. 26 (2): 307-13 (2007)
Algunas Consideraciones Legales y Sanitarias
sobre “La Píldora del Día Después” en Argentina
María F. PALMA 1 y Santiago D. PALMA 2*
1 Cátedra B, Derecho Privado I. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.
Universidad Nacional de Córdoba. Obispo Trejo 242, C.P. X5000IYF, Córdoba, Argentina.
2 Departamento de Farmacia. Facultad de Ciencias Químicas. Universidad Nacional de Córdoba.
Haya de la Torre y Medina Allende Ciudad Universitaria, 5000 Córdoba, Argentina.
RESUMEN. La temática de la anticoncepción de emergencia y su repercusión en la sociedad actual ha
despertado gran interés en su estudio y generado un amplio debate. El presente trabajo suministra algunas consideraciones sobre los aspectos sanitarios relevantes de la “píldora del día después” y la plataforma
legal concerniente en este tema.
SUMMARY. “Some Legal and Sanitary Considerations about the “Morning After Pill” in Argentina”. Emergency
contraception and its repercussion in the society is a matter of great interest, studies and debates. In the present
work, some considerations about the relevant sanitary aspects of the “morning after pill” and the relating legal
platform are provided.
INTRODUCCIÓN
El derecho a la vida es el de mayor magnitud dentro de los derechos personalísimos, ya
que reconoce y procura brindar protección a la
condición primaria de todo derecho, como es la
vida. Por tal razón resulta de suma trascendencia su tratamiento y resguardo. Los atentados a
la vida humana pueden ser muy diversos: la eutanasia en sus diversos tipos, el suicidio, el
aborto y ciertas formas de fecundación asistida
configuran algunas modalidades de ellos. Este
derecho fundamental se encuentra resguardado
por la Constitución Nacional (CN), por el derecho civil -el Código Civil (CC) y leyes complementarias- y también por el derecho penal de
nuestro país.
Por otra parte, existe otro derecho fundamental: la salud sexual y reproductiva, que forma parte del derecho a la salud en general. Este
último derecho fue receptado mediante la sanción de la Ley Nacional 25.673, que crea el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación
Responsable, cuyos objetivos fundamentales para la población son los de alcanzar el nivel más
elevado de salud sexual y procreación responsable, con el fin de que pueda adoptar decisiones
libres sin discriminación, coacción o violencia,
disminuir la morbi-mortalidad materno-infantil,
prevenir embarazos no deseados, promover la
salud sexual de los adolescentes, garantizar a toda la población el acceso a la información y
orientación acerca de métodos y prestaciones
de servicios referidos a la salud sexual y procreación responsable, entre otros. La mencionada
normativa establece además que la transformación del modelo de atención debe implementarse reforzando la calidad y cobertura de los servicios de salud para dar respuestas eficaces sobre salud sexual y procreación responsable y a
estos fines deberá “a demanda de los beneficiarios y sobre la base de estudios previos, prescribir y suministrar los métodos y elementos anticonceptivos que deberán ser de carácter reversible, no abortivos y transitorios, respetando los
criterios o convicciones de los destinatarios”.
Por su parte, en la actualidad crece considerablemente el consumo de anticonceptivos de
emergencia, comúnmente conocidos como “la
PALABRAS CLAVE: Anticoncepción de emergencia, Aspectos legales y sanitarios, Levonorgestrel.
KEY WORDS: Emergency contraception, Legal and sanitary aspects; Levonorgestrel.
*
Autor a quien dirigir la correspondencia. E-mail: [email protected]
ISSN 0326-2383
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píldora del día después”. Estos medicamentos
frecuentemente se utilizan para evitar un hipotético embarazo después del coito, en caso de relaciones sexuales no programadas y/o no protegidas (en las cuales no se utilizó ningún método
anticonceptivo), de fallas o accidentes con un
método anticonceptivo (ruptura del preservativo, olvido de la ingesta de píldoras convencionales o de la fecha de la inyección de anticonceptivos hormonales, cálculo erróneo del método del ritmo) o de una violación, cuando la mujer no estaba protegida por un método anticonceptivo fiable. Así, se plantean los siguientes interrogantes: ¿Estos métodos anticonceptivos de
emergencia son abortivos o de alguna manera
atentan contra la vida de la persona por nacer?
¿En la actualidad se fabrican, comercializan o
dispensan anticonceptivos que podrían tener
efectos abortivos? ¿El derecho a la salud sexual
y reproductiva de las personas -en el sentido de
podar tomar decisiones procreativas en forma libre y responsable- encuentra su límite en el derecho fundamental a la vida? La respuesta a estos interrogantes pretende ser el objetivo central
del presente trabajo.
DERECHO A LA VIDA. PROTECCIÓN Y RECEPCIÓN NORMATIVA
El derecho a la vida es el primordial dentro
de los derechos personalísimos, ya que procura
brindar protección a la condición primaria de
todo derecho, como es la vida, entendida ésta
como la fuerza sustancial que impulsa el obrar
del ser humano 1. Este derecho es el presupuesto y soporte necesario de la existencia de los
restantes derechos humanos. La vida como tal
es una potencia poderosa que está por encima
de la persona, envolviéndola; por ello se requiere su conservación. No es un derecho “sobre la
vida”, como si la persona pudiera disponer sin
límites de ella, sino “a la vida” o “derecho de vivir” 2.
De este derecho innato no puede derivarse
un poder omnímodo y soberano, sino que, por
el contrario, su reconocimiento exige la fijación
de límites. Como todo derecho, supone el ejercicio de una actividad lícita que no contraríe el
fin supremo del hombre y los deberes que éste
tiene para consigo mismo y para con la sociedad; en este sentido, las facultades de disposición del sujeto sobre su propia vida quedan
muy restringidas. En otro aspecto, se tiene derecho a que los demás se abstengan de atacar la
vida de uno, a la conservación de la propia vida
y al goce de ella. En otros términos, el individuo
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debe cuidar su vida, los terceros respetarla y el
Estado protegerla y preservarla.
En nuestro país el reconocimiento y protección de éste derecho innato tiene rango constitucional, por lo que todas las disposiciones inferiores, tanto en su texto como en su interpretación y ejecución, no pueden sino adaptarse a la
norma fundante, es decir, no se puede desconocer por dicha vía el reconocimiento del derecho
a la vida. Así, la CN consagra un sistema implícito de protección (arts. 14º, 16º y 18º), hasta la
reforma de 1994, que confiere rango constitucional a los tratados y pactos internacionales,
entre ellos el de San José de Costa Rica, (arts. 1°
y 4°) y la Declaración Universal de Derechos
Humanos (arts. 2° y 3°), que formulan la protección expresa del derecho a la vida 3.
Este derecho también se encuentra protegido
por nuestro derecho privado, en la legislación
complementaria al CC, como las leyes que prohíben la eutanasia (Ley Nacional 17.132) y las
que regulan los transplantes de órganos (Ley
Nacional 24.193) y por el propio Código de fondo, como cuando se impone la obligación de
prestar alimentos a las personas vinculadas por
parentesco de consanguinidad y afinidad en primer grado (arts. 367º y 368º CC) y al conceder
indemnización a los deudos de quien ha sido
privado de la vida (arts. 1079º y 1084º del CC).
La vida de las personas se encuentra resguardada también por el derecho penal, al castigar a
quien instigue al suicidio y al reprimir el aborto,
como establecen los arts. 83º y 85º del Código
Penal (CP), respectivamente.
COMIENZO DE LA EXISTENCIA DE LA VIDA
HUMANA
Luego de aproximarnos a la noción del derecho personalísimo a la vida, es necesario determinar desde cuándo se le reconoce este derecho a las personas. Para ello debemos precisar
el principio de la existencia de las personas naturales, es decir, desde qué momento se reputa
existente. El CC reconoce la existencia de la
personalidad jurídica en los seres humanos a
partir de la concepción. Así lo establece cuando
expresa que “son personas por nacer las que no
habiendo nacido están concebidas en el seno
materno” (art. 63º) y que “desde la concepción
en el seno materno comienza la existencia de
las personas; y antes de su nacimiento pueden
adquirir algunos derechos, como si ya hubiesen
nacido” (art. 70º). Por su parte, la doctrina mayoritaria entiende que la vida comienza en el
momento mismo de la concepción (Pacto de
Latin American Journal of Pharmacy - vol. 26 (2) - 2007
San José de Costa Rica, arts. 1° y 4°, incorporado a la CN en el art. 75º, inc. 22; CC, arts. 70º y
264º).
Está científicamente comprobado que desde
que el espermatozoide fecunda al óvulo, nace
un individuo único, irrepetible, diferente de
cualquier otro individuo 4. De esta forma, nuestro código adapta el derecho a la realidad biológica, pues desde que ha comenzado a existir el
nuevo ser, por la fecundación del óvulo, es innegable que se está en presencia de un individuo de la especie humana que existe antes del
nacimiento, ya que este hecho sólo cambia,
aunque sustancialmente, el medio en que se desarrolla la vida del nuevo ser 5.
En idéntico sentido se expuso que “conforme con las disposiciones de los arts. 63º y 70º
del CC, el comienzo de la existencia del nasci turus (biológicamente configurada por la fusión
cromosómica de las células germinales), coincide con el principio de su personalidad jurídica,
resultando irrelevante que la fecundación se haya producido in corpore (en el claustro materno) o in vitro (fecundación extracorpórea o ectogenética)” 6.
Concebir es dar existencia a un nuevo ser
mediante la unión de los gametos femenino
(ovocito u óvulo) y masculino (espermatozoide)
7. Para ello, la ciencia pone hoy al alcance de
las parejas infecundas ciertas técnicas que permiten salvar los obstáculos que impiden la concepción mediante una relación sexual. Por su
parte, éste es el criterio que sobre el tópico sentó la Corte Suprema de Justicia de la Nación de
Argentina (CSJN), al sostener que “el comienzo
de la vida humana tiene lugar con la unión de
los dos gametos, es decir con la fecundación; en
ese momento, existe un ser humano en estado
embrionario”, recordando que “tan pronto como
los veintitrés cromosomas paternos se encuentran con los veintitrés cromosomas maternos está reunida toda la información genética necesaria y suficiente para determinar cada una de las
cualidades innatas del nuevo individuo” y “que
el niño deba después desarrollarse durante nueve meses en el vientre de la madre no cambia
estos hechos; la fecundación extracorpórea demuestra que el ser humano comienza con la fecundación” 8.
UNA DE LAS FORMAS DE RESGUARDO DE
LA VIDA HUMANA. CASTIGO DEL DELITO
CONTRA LA PERSONA POR NACER: EL
ABORTO.
El derecho positivo nacional adelantó el mo-
mento inicial de la vida humana de modo de
cubrir el período de la concepción. Esto explica
satisfactoriamente por qué se castiga el aborto
premeditado como un delito incriminado por el
art. 85º del CP. El aborto provocado constituye
un grave atentado al derecho a la vida, toda vez
que desde la concepción la madre pierde el derecho a disponer sobre el embrión, ya que éste
es una persona distinta de la de su progenitora,
con el derecho innato a la vida expuesto en párrafos anteriores.
Existen otros países (Austria, Gran Bretaña,
Finlandia y Noruega, entre otros) cuyas legislaciones han despenalizado el aborto, con el fundamento de que en el feto no hay ser humano,
sino una víscera de la madre, que mantiene el
derecho de disponer sobre su propio cuerpo.
En cambio, nuestra legislación sanciona el aborto de manera general y sólo está despenalizado
en dos casos: cuando debe recurrirse a él de última ratio (último recurso), por existir peligro a
la vida o la salud de la madre (art. 86 inc. 1, CP)
o cuando el embarazo proviene de la violación
a una persona demente o idiota (art. 86º inc. 2).
En la actualidad se están evaluando posibles
modificaciones al CP en relación a este delito.
Jurídicamente, el aborto es la interrupción del
embarazo de una mujer debido a la muerte del
feto causada por la madre o por un tercero, con
o sin su expulsión del seno materno 9.
Los elementos comunes a todas las figuras
de aborto son el embarazo de una mujer, la
muerte del feto causada por la madre o por un
tercero y el dolo del autor, sea la madre o un
tercero. Lo que no presenta dudas es que no se
configura el delito de aborto si se impide la fecundación o se destruye una mola (huevo patológico o degenerado) o se priva de la vida al
producto de la concepción que ha comenzado a
nacer. En cuanto al dolo del autor, la doctrina
entiende que la madre -o el tercero-, tiene que
haber obrado con el propósito de causar el
aborto. Si la mujer obra sin esta intención directa, no es punible aunque cause su propio aborto 9.
DERECHO A LA SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA. RECEPCIÓN Y PROTECCIÓN DEL
DERECHO
La salud es el estado resultante del normal
funcionamiento de todo el organismo, y alude
al estado normal de las funciones orgánicas e
intelectuales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como un estado de completo bienestar físico, mental y social. La salud es
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un derecho reconocido constitucionalmente
(arts. 41º y 75º inc. 22, CN).
El derecho a la salud sexual y reproductiva
es una especie del derecho a la salud en general, entendida como “un estado general de bienestar físico, mental y social, y no de mera ausencia de enfermedades y dolencias, en todos
los aspectos relacionados con el sistema reproductivo, sus funciones y procesos” 10.
Es importante destacar que la OMS ha definido a la planificación familiar como “un modo de
pensar y vivir adoptado voluntariamente por individuos y parejas, que se basa en conocimientos, actitudes y decisiones tomadas con sentido
de responsabilidad, con el objeto de promover
la salud y el bienestar de la familia y contribuir
así en forma eficaz al desarrollo del país”. Esto
implica que todas las personas deben tener derecho a obtener fácil acceso a la información,
educación y servicios vinculados a su salud y
comportamiento sexuales y reproductivos.
La reforma constitucional de 1994 incorporó,
con jerarquía superior a las leyes, diversos tratados internacionales que integran el derecho positivo interno, entre los cuales merece destacarse en este caso la “Convención sobre Eliminación de la Discriminación contra la Mujer”, que
fue aprobada antes por nuestro país como Ley
Nacional Nº 23.179 y que en el texto de los arts.
10° inc. h) o 12° inc. 1) y 2) hacen expresa referencia al compromiso de los Estados Partes a
adoptar políticas apropiadas y dictar legislación
específica para posibilitar a la mujer “el acceso a
servicios de atención médica, inclusive los que
se refieren a la planificación de la familia”, todo
sin perjuicio de que “garantizarán a la mujer servicios apropiados en relación al embarazo, el
parto y el período posterior al parto, proporcionando servicios gratuitos cuando fuere necesario y le asegurarán una nutrición adecuada durante el embarazo y lactancia”. A modo de “reglamentación legislativa” del mencionado tratado internacional y con la finalidad de promover
la salud -y específicamente la salud sexual y reproductiva- se han dictado diversas normas a nivel nacional, entre ellas la Ley 25.673, que crea
en el ámbito del Ministerio de Salud el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, dirigido a la población en general
(art. 3°).
Cabe señalar que los objetivos centrales de
estos programas de salud sexual y reproductiva
incluyen la capacitación a los agentes de salud
para informar, asesorar y educar a la población
en temas de reproducción y sexualidad, la promoción de campañas de difusión sobre temas
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como paternidad responsable, prevención de
embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual y SIDA y coordinar acciones con
los diferentes organismos públicos a los fines de
contribuir a la consecución de los objetivos
planteados, entre otros.
Es importante destacar que estos programas
disponen que los profesionales de la salud tendrán a su cargo la información, educación y asesoramiento sobre reproducción, sexualidad, métodos anticonceptivos no abortivos y enfermedades de transmisión sexual, quienes deberán
prescribir aquellos métodos anticonceptivos, legalmente aceptados, respetando los criterios y
convicciones de los destinatarios, previa información sobre su efectividad y contraindicaciones, y de acuerdo a estudios y controles de salud pertinente a cada solicitante.
La cuestión de la anticoncepción y la utilización de métodos anticonceptivos es una de las
múltiples facetas que presenta el derecho a la
salud de la población y, en especial, el derecho
a la salud sexual y reproductiva. Estos métodos
tienen como fundamento brindar a la pareja una
planificación de su vida reproductiva (cuándo
tener los hijos deseados, cuántos hijos tener,
programar los períodos intergenésicos de acuerdo a las necesidades de cada pareja). El conocimiento y difusión por parte de la población de
la existencia de métodos anticonceptivos es la
principal arma que poseemos en la lucha contra
el aborto provocado. Resulta alarmante la incidencia de este acto ilegal con las consecuencias
de internaciones por hemorragias, infecciones,
perforaciones o cualquiera de sus complicaciones imaginables, con secuelas que van desde la
esterilidad hasta la muerte y que predominantemente ocurre en adolescentes o mujeres muy jóvenes que ante un embarazo no deseado actúan
en forma irracional. Diversas publicaciones han
dejado en claro que en los países donde la anticoncepción es muy difundida, existe una disminución importante de la mortalidad por abortos
y el número total de abortos provocados.
No obstante lo expuesto, corresponde destacar nuevamente que los métodos anticonceptivos admitidos y cuya prescripción autorizan a
los profesionales médicos las normas analizadas,
son aquéllos de carácter reversible, transitorios y
“no abortivos”. Ello determina la necesidad de
señalar que en el mercado farmacéutico actual
existirían métodos anticonceptivos potencialmente “abortivos” o que,de alguna manera, podrían atentar contra la vida de la persona por
nacer.
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ANTICONCEPCIÓN DE EMERGENCIA (ACE).
“LA PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS”: EFECTOS
Y MODOS DE ACCIÓN
Existen en el mercado farmacéutico nacional
métodos anticonceptivos denominados “de
emergencia” (ACE). En forma general se los denomina “píldora del día después” y en la actualidad se reducen a comprimidos que contienen
un progestágeno de origen sintético denominado levonorgestrel en altas dosis (0,75 mg o incluso cantidades superiores). Estos anticonceptivos son muy eficaces, siempre y cuando su administración comience dentro de las setenta y
dos horas posteriores al acto sexual potencialmente “fecundante”; luego de este período la
administración no causa interrupción del embarazo.
Es fundamental aclarar que levonorgestrel
forma parte de 63 medicamentos aprobados por
la Autoridad Sanitaria, pero sólo 5 de ellos lo
contienen como componente único y en las
concentraciones necesarias para ser considerados ACE. La combinación de este progestágeno
con otros fármacos es universalmente reconocida como eficaz en el diseño de terapias hormonales anticonceptivas conocidas como anovulatorias. Esta estrategia de salud reproductiva no
guarda similitud alguna con la de los ACE y no
es objeto de la discusión del presente trabajo.
El mecanismo de acción de los ACE no es
del todo conocido 11. La evidencia indicaría que
actúan en diferentes estadios del ciclo femenino. La mayor parte de la información científica
indica que el modo primario de acción es la inhibición o el retardo de la ovulación. Sin embargo, la fertilización, el transporte embrionario, o
la implantación pueden ser interrumpidos y esto
constituiría mecanismos secundarios de acción
12. Se ha expuesto que es un método de último
recurso para prevenir el embarazo no deseado y
que no debe sustituir a los métodos anticonceptivos regulares.
En el mercado farmacéutico argentino se encuentran disponibles 5 presentaciones de ACE
13: Postinor® 2 (Gobbi-Novag S.A.), Segurite ®
(Raffo); Segurite UD® (Raffo); Norgestrel Max®
(Biotenk S.A) y Ovulor® (Microsules). En todos
los casos la presentación comercial consta de
dos (2) comprimidos. En la actualidad no existe
ningún impedimento técnico para que un laboratorio elaborador de especialidades medicinales
legalmente habilitado inicie los trámites de
aprobación de un producto de esta naturaleza.
¿ANTICONCEPCIÓN O ABORTO?
La “píldora del día después” ha generado
gran debate y existen mundialmente posturas a
favor y otras en contra del uso de éste método
de emergencia. Los argumentos en contra son,
principalmente, que el uso de la ACE constituye
aborto, que promueve el comportamiento promiscuo (aumento de la actividad sexual) y que
causará que mujeres y hombres abandonen
otros métodos regulares de anticoncepción. Por
el contrario, sus defensores sostienen que médicamente se considera que una mujer está embarazada cuando un óvulo fecundado se implanta
en el recubrimiento de su útero y sólo entonces
puede desarrollarse como un feto. En esta postura, “la píldora del día después” no es un anticonceptivo abortivo (cabe recordar que el aborto es entendido como “la interrupción del embarazo por la muerte del feto”) y, por lo tanto
no puede provocar la finalización de un embarazo. Ello porque su modo de acción consiste,
precisamente, en cambiar el ambiente uterino,
tornándolo adverso para que el producto de la
concepción se implante en él. En otras palabras,
impide que el óvulo fecundado se implante en
el útero. En cambio, quienes entienden que hay
embarazo en el instante mismo de la concepción, esté implantado o no el óvulo fecundado
en el útero, sostienen que la píldora podría ser
abortiva.
No obstante lo expuesto, se estima que se
trata de dos problemas diferentes. Una cosa es
el comienzo de la vida humana y otra cosa es el
delito de aborto. ¿Ha cometido aborto la mujer
que ingirió la “la píldora del día después”, el
médico que la prescribió o el farmacéutico que
la dispensó? Algunos sostienen que no porque,
dado que el aborto es la interrupción del embarazo, y sólo lo hay a contar desde la anidación,
entonces no se configura este delito. Otros, en
cambio, entienden lo contrario.
Es importante destacar que esta problemática
es irrelevante a la hora de extraer las conclusiones del presente trabajo; ello porque se trata de
dos cuestiones distintas. A la CN, a la legislación
y al derecho en general, le interesa la protección de la vida de la persona por nacer, independientemente de la configuración del delito
de aborto, o el encarcelamiento de la mujer que
lo comete o del profesional de la salud que lo
propició.
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PALMA M.F. & PALMA S.D.
CRITERIO DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN (CSJN) SOBRE LA “PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS”
Mención aparte merece el pronunciamiento
de la CSJN respecto del anticonceptivo de emergencia. En los autos caratulados “Portal de Belén - Asociación Civil sin fines de lucro c/ Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación”,
nuestro máximo órgano jurisdiccional nacional,
por voto de la mayoría, se expidió respecto de
la “píldora del día después”. En tal pronunciamiento, la CSJN, luego de efectuar un extenso
desarrollo de los fundamentos del fallo, resolvió
ordenar al Estado Nacional, por intermedio de
la Administración Nacional de Medicamentos y
Tecnología Médica (ANMAT), dejar sin efecto la
autorización, y prohibió la fabricación, distribución y comercialización del fármaco “Imediat” 8.
Cabe señalar que éste resonante fallo de la
CSJN fue blanco de numerosas críticas, entre
ellas la falta de legitimación activa de la asociación civil sin fines de lucro “Portal de Belén”,
que la vía del amparo está excluida por la existencia de otro medio judicial más idóneo y supone la necesidad urgente de restablecer los derechos esenciales lesionados y que en el caso se
ve afectada por la introducción de cuestiones
cuya elucidación requiere un debate más amplio, máxime cuando no existe certeza sobre los
modos de acción del fármaco. También se ha
dicho que el fallo fue innecesario, ya que el medicamento dejó de fabricarse y comercializarse
en el país aproximadamente un año antes del
dictado de la polémica resolución (marzo de
2002). Como principal crítica se argumentó que
la CSJN prohibió la fabricación, distribución y
comercialización de una marca comercial de
comprimidos anticonceptivos de emergencia en
particular y no todos los fármacos con fórmulas
equivalentes o de sustancia similar que, al no
quedar individualizadas por el fallo, no resultan
afectados por la prohibición
CONCLUSIÓN
Del derecho personalísimo a la vida, como
derecho innato y primordial, no puede derivarse
un poder omnímodo y soberano, sino que, por
el contrario, su reconocimiento exige la fijación
de límites. Y resulta complejo en nuestros días
conocer el límite preciso entre el derecho fundamental a la vida y el derecho de las personas
a gozar de su salud sexual y reproductiva; máxime cuando del libre ejercicio de éste último derecho pueda resultar un ataque a la vida humana.
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El derecho a la vida debe ser entendido por
rígido e intransable. Por ello, al margen de cualquier ideología política o religiosa, despojados
de toda connotación social o moral y cualquiera
sea la posición jurídica que se adopte en torno
a la noción del delito de aborto, se debe estar
siempre a favor de la vida humana y su protección, reprobando todo tipo de ataque a la misma.
Partiendo del presupuesto de que la vida humana comienza con la concepción, y que un
medicamento preparado a base de levonorgestrel (a concentraciones elevadas específicas como en el caso de los ACE) podría impedir la
anidación del óvulo fecundado, el consumo del
anticonceptivo de emergencia conocido como
“la píldora del día después”, podría vulnerar el
derecho a la vida que tiene esa persona humana
que está por nacer. Esto configura una amenaza
al derecho fundamental a la vida.
No obstante lo expuesto, y lo resuelto por la
CSJN, en la actualidad cuatro Laboratorios nacionales a través de cinco presentaciones están
autorizados mediante certificados habilitantes a
distribuir y comercializar “la píldora del día después” en las farmacias del país como un medicamento de venta bajo receta. Esto último significa que no es necesario el archivo de la receta
del médico prescriptor en el Libro Recetario de
la farmacia. En la práctica, el hecho que no quede registro de la dispensación del medicamento
deja a criterio de cada farmacéutico la exhibición de la receta extendida por el profesional
médico.
Ello debe llevarnos a una reflexión. Los programas de salud sexual y reproductiva, creados
en el ámbito del Ministerio de Salud tanto a nivel nacional como en las diferentes provincias
de nuestro territorio, son sumamente positivos
en cuanto tienden a prevenir los embarazos no
deseados, disminuir la mortalidad materno-infantil, garantizar a toda la población el acceso a
la información, orientación, métodos y prestaciones de servicios referidos a la salud sexual y
procreación y, fundamentalmente, garantizar a
todas las personas la decisión de sus pautas
procreativas en forma libre; corresponde remarcar que éstas decisiones también deben ser “responsables”. Por ello, en el marco de éstos programas, se debe informar y concientizar a las
parejas a que, si no desean tener hijos, utilicen
alguno de la gran cantidad y variedad de métodos anticonceptivos existentes (naturales, de barrera, químicos -como cremas, jaleas, tabletas,
óvulos vaginales, entre otros-, y hormonales que
Latin American Journal of Pharmacy - vol. 26 (2) - 2007
inhiben la ovulación), a los fines de evitar que,
una vez mantenida una relación sexual sin protección, acudan irracionalmente a los anticonceptivos de emergencia como una forma de evitar el embarazo no deseado.
Resulta esencial resaltar que el uso indiscriminado y sin control de este tipo de anticonceptivos puede generar en una población poco informada y educada un marcado desuso de los
métodos anticonceptivos de barrera, que cumplen un rol fundamental en el control de enfermedades de transmisión sexual. Por otra parte y
de manera no menos importante, cabe destacar
que todo derecho supone el ejercicio de una actividad lícita, que no contraríe el fin supremo
del hombre y los deberes que éste tiene para
consigo mismo y para con la sociedad. Y en mira a ello, debemos obrar los operadores del derecho, los profesionales de la salud y la población en general.
Nota. Los autores del presente trabajo dejan
claramente sentado que todas las opiniones vertidas en el presente son absolutamente personales y no involucran de modo alguno a las instituciones y dependencias donde los mismos desempeñan tareas docentes o de investigación.
Por otra parte todos los análisis legales y técnicos realizados han sido desarrollados considerando la legislación vigente al momento de la
redacción del presente artículo, pudiendo haberse producido algunas modificaciones a la fecha de publicación del mismo.
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313
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