La Avalancha : revista ilustrada. Año 39, n. 918 [i.e. 919] (24 junio

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Pamplona 24 de junio de 1933
Año XXXIX
_ ÓRGANO —
DE LA "BIBLIOTECA CATÓLICO PROPAGANDISTA,
Núm. 918
ADMINISTRACIÓN, ESTAFETA, 31
DIRECCIÓN, NAVAS DE TOLOSA,23,2. #
-A PRENSA CATÓLICA
Frente a la Revolución armada de todas armas, nuestra Prensa nos ha recordado muchas veces la escuadra
española en Santiago y en Cavite, los barcos de madera
luchando contra los "superdreanoughs,. Y asi ha ocurrido, que nos hemos batido como guerrilleros, no como
ejército contra ejército.
¡L jueves próximo, festividad de San Pedro
Apóstol, es el "Día de la Prensa católica esQuienes en estos momentos tanto han perdido y están
pañola..
amenazados con perderlo todo, ¿a quién pueden reprochar, cuando fueron ellos los que, por no desprenderse
Necesario es que insistamos ante nuestros
lectores para que lean, prode algo, dejaron que la meDEL VIEIO PAMPLONA
paguen y ayuden a la buena
tralla de letra impresa enePrensa con su cooperación
miga les arrasara? Allá, por
mora! y material.
el año 1928, «El Socialista,
publicó un artículo del que
Hay quien cree que con
son estos párrafos:
el periódico no tiene más ne•Sin órgano en la Prensa
xo de unión que el espirino puede vivir un partido
tual, y no reflexiona que sienpolítico. El periódico es la
do el periódico una obra huvoz del partido, el medio de
mana, realizada con medios
comunicación entresusmiemhumanos, bien está el aplaubros y simpatizantes, el arso y el estímulo y la cooma ofensiva y defensiva por
peración moral a la obra que
excelencia. El contenido de
realiza, pero es necesaria ta
sus páginas anima al amigo,
cooperación material; porconvence
al indiferente, deque los ejércitos no se equisalienta al adversario. En las
pan con vítores y aplausos
sociedades modernas, tener
de la muchedumbre cuando
un buen diario es poseer un
desfilen con las banderas cuinstrumento formidable de
biertas, los corone el iaure!
defensiva de ideas, de prode la victoria o tremolen
selitismo, de defensa de los
desgarradas por la metralla,
intereses morales y matesino que se equipan con la
Amiguo portal de la Rocnapea
riales que representa,..,
cooperación, que a veces
Foto. A. García Deán
cuesta sacriñcios, de quienes
Pero... ¿hay quien dude
y la [Qoperai econdinita
son los obligados a dotarlos de armamento y pertrechos.
¿Por qué no decirlo? Nuestra Prensa ha venido siendo
un ejército heroico que ha carecido de Intendencia y de
Parques. No obstante lo cual, llegado el momento de la
lucha, se la ha exigido el heroísmo.
de esto? ¿Hay un español que dude todavía que la revolución ha sido obra de una masa de periódicos a los que
nunca faltaron millones para realizar la labor de que tanto se han sorprendido los millones de ciudadanos que
jamás sintieron interés por la Prensa que debía ser su-
178
LA AVALANCHA
ya, ni jamás se sintieron movidos a desprendimiento económico en su favor, que es lo mismo que dejar enmohecer las armas que habían de esgrimir para defenderse?
¿Por qué ni a qué las tardías lamentaciones?
El dinero que se da para el sostenimiento y difusión
de la Prensa es como el dinero que destina a la publicidad de su industria el industrial avisado. Es la partida de
gastos preferente e intangible que la sociedad consigna
para la propaganda de lo que es esencial a la propia subsistencia de su organización: las ideas. En lo humano, y
salvados ios designios de la Providencia, prevalecerán
jas ideas más y mejor propagadas. Y si las más y mejor
propagadas son las ideas disolventes del orden social, el
orden social, los principios fundamentales del orden social, minados de continuo por el espíritu de la revolución,
se derrumbarán, como se derrumban, en España.
Prensa y escuela se dice, con razón, que son los elementos más poderosos para hacer o para deshacer un
pueblo. Y más eficaz aún que la escuela, la Prensa, que
es en las sociedades modernas, el pasto espiritual único
de las muchedumbres, cuyo barniz de instrucción no es
otra cosa que lectura constante de periódicos.
MIRABAL.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!
A intención general del Apostolado para el presente mes de junio,
bendecida por Su Santidad, es
que todos coloquen su esperanza
en el Corazón de Jesús, recomendando al mismo tiempo se repita
muchas veces la jaculatoria, Sagrado Corazón de Jesús, en Vos
confío!
A este propósito, y traducido de
un periódico de París, nuestro
querido colaborador Chafarote escribe acertadamente:
A Sor Benigna Consolata Ferrero, religiosa de la Visitación
muerta en olor de santidad el 1 de
Iseptiembre de 1915, la dijo un
día Nuestro Señor Jesucristo esas palabras:
—"Solamente con esa sencilla jaculatoria, en Ti confío,
me robáis el Corazón; porque tan sencilla y breve oración es un joyel de confianza y de fe, de amor y de humildad.„
¡Afortunada y mil veces celestial jaculatoria, que tan
insigne y singular alabanza ha merecido de nuestro divino Salvador!
Dicha'jaculatoria nació el año 1904, en ciertos ejercicios espirituales predicados a unas religiosas; y tanto y
tanto gustó, que en muy poquísimo tiempo se agotaron
cincuenta mil ejemplares que se publicaron de la misma.
La cual jaculatoria, enriquecida luego con indulgencias por la Santidad de Pío X, y traducida, finalmente, a
muchas lenguas, aconteció que se propagó muy presto
por todo el mundo; y fue esto de manera tan prodigiosa,
que hubo propagandista afortunado que logró propagar
él solo nada menos que ¡tres millones de ejemplares!
[Con razón ha sido llamada '•Jaculatoria providencial,,
esta jaculatoria que con tanta lluvia de gracias ha sido y
está siendo bendecida por el cielo!
Hoy es un moribundo a quien le hacen decir tres veces tan sencilla y brevísima oración, y su corazón se
trueca de repente, y el buen hombre se confiesa y se re-
concilia con Dios, siendo así que hacía ya veinte años
que el tal moribundo no se confesaba.
Otro día es una pobre joven que vivía hacía cinco
años descarriada y lejos del redil, y que también torna
como el hijo a la casa paterna, nada más que por haber
dicho casi de mala gana y como por mero cumplimiento
la jaculatoria providencial.
Otro día, un anciano infeliz de ochenta años que hacía
ya treinta y dos que no se confesaba, se (rueca también
y se convierte a penitencia, no ya al recitar, sino al leer
la referida jaculatoria.
Lo mismo le acontece otra vez en el hospital católico
de Pittsburgo (en los Estados Unidos) a un joven protestante de la secta de los metodistas que por casualidad
leyó la jaculatoria en una tablilla colgada junto a su lecho de muerte.
Otro día, acontece que un paralítico que casi no puede
hablar, logra recitar la jaculatoria, la cual produce en él
tales frutos de resignación, paciencia y mansedumbre,
que admiran, encantan y edifican a todos los que visitan al pobre enfermo.
Erase otra vez una escuela católica, y una escuela católica muy poco frecuentada. ¿Qué hacer para que acudan niños a este foco de luz y salvación? A uno se le
ocurre hacer una novena que no consistía más que en
recitar varias veces durante los nueve días la celestial
jaculatoria, y la escuela, casi vacía, truécase luego en alegrísima colmena.
No hace mucho tiempo que una religiosa venía afanándose en balde por persuadir a una pobre moribunda
a que recibiese los últimos Sacramentos. ¡Sermón perdido! Todo era machacar en hierro frío y predicar en
desierto. Confió pues, aquella buena religiosa su cuita a
cierto caballero cristiano, hombre de mucha fe y devotísimo del Sagrado Corazón.
—Pero hermanita {dijo el caballero), ¿cómo no habéis
caído en invitar con dulzura a la moribunda, a que diga la jaculatoria Corazón de jesús, en Ti confío?
—Estoy cierta de que no quetrá ni aun recitarla de
dientes a fuera.
—¿Qué trabajo nos cuesta t i probarlo?
—Ocho días mortales llevo bregando con esta alma
de cerviz tan dura, y en verdad os digo que no adelanto
ni un solo paso en mi faena.
—Pues ahora me toca a mí, respondió, lleno de fe,
aquel buen cristiano y gran devoto del Sagrado Corazón
de jesús.
Pero antes de que el caballero comenzase su santa
faena, quiso la buena religiosa seguir su consejo, y tornando al aposento de la moribunda, la dijo así:
—Pero ¡cuánto estáis sufriendo, amiga mía! ¡Cuánto
estáis sufriendo y qué pocos remedios nos vienen de los
médicos, a pesar de la ciencia y de la buena fe con que
trabajan por aliviarlos! ¿No os parece bien que acudamos ahora al Sagrado Corazón de Jesús, que es el gran
médico, y le hagamos una novena para que El nos otorgue la curación de usted?
Aceptó de buen grado la infeliz moribunda el sencillo
y fácil arbitrio propuesto por la hermana; y lo primero
que hizo la religiosa fue entregar a la enferma una ce*
dulilla en donde estaba impresa la jaculatoria providencial, Corazón de Jesús, en Ti confío; y ¡oh prodigio de
la gracia! apenas la moribunda recibió la cédula, apenas
leyó aquella jaculatoria cuando quedó como trocada repentinamente y dijo estas palabras:
— Lo mejor será, hermana, que venga cuanto antes un
sacerdote para que me reconcilie con Dios; porque claro está que si torno a su santa gracia estará el Señor
más propicio para otorgarme la curación que vamos a
pedirle...
Es tan amoroso y tan humano este Corazón divino,
que no solamente quiere que tengamos confianza en El,
sino que también se huelga en que así se lo digamos.
Nada hay oculto a sus divinos ojos; todo lo sabe porque es Dios. Bien sabía, por tanto, que lo que quería
aquel pobre ciego de jericó era el don de la vista. No
embargante lo cual, le preguntó: "¿Qué es lo que quieres
LA
AVA
de Mf?B Y es que el Corazón amorosísimo de Cristo se
complace en oír de nuestros miserables labios un grito
de súplica, una palabra de fe y de confianza, algo que
sea, que suene o que parezca amor. ¡Tanto es lo que
nos ama!
"¡Confiad en Mí!, nos está diciendo siempre, como lo
dijo un día en el Evangelio a sus Apóstoles.
¡Oh, cuan hondamente me llega al alma (dijo el mismo Jesucristo a Santa Teresa) el que tos hombres no
tengan confianza en Mí, que tan tiernamente y tan ardientemente y tan divinamente tes amo, ora sean justos,
ora pecadores!»
Esta jaculatoria, pues, Corazón de Jesús, en Ti confío,
es, como se ha dicho antes, un joyel en donde se encierran aquella humildad, aquella fe, aquella confianza y
aquel amor que tanto pueden con el Corazón de Jesucristo.
Y si esta jaculatoria quebranta corazones tan duros como ei pedernal, cura también a aquellas pobres almas de
quien dice el Padre Faber que quieren amar a Dios, pero que no adelantan un paso en este camino porque no
"acaban de tener confianza en Dios»; almas que jamás
llegan a ia perfección (dice el P. Lalemant) porque en
ellas no ha echado raíces la santa virtud teologal de la
Esperanza.
Propaguemos, pues, la teoría y la práctica de tan sencilla, tan linda, tan eficaz jaculatoria, y tan gloriosa también para el Sagrado'Corazón, que tan celoso es de su
propia divina honra y bizarría, que más que en nada
campean (como diría nuestro Cervantes) en el escuadrón de sus misericordias infinitas.
Amad al Sagrado Corazón, amad al Amor y confiad
en El a velas desplegadas, sin linderos, sin medida, sin
fin ni cabo.
Si Dios se enoja contigo, si Dios te amenaza, si Dios
te castiga (viene a decir San Agustín), arrójate con confianza ciega en sus brazos amorosos, y así vencerás al
mismo Dios, como Jacob al ángel.
Con estos arrestos afrontaba el profeta de la Idumea,
el Patriarca Job, los trabajos que el cielo le enviaba, diciendo, Heno de fe y de confianza, esta sublime, amorosísima sentencia: "aunque me ponga en trance de muerte
mi Señor y mi Dios, yo perseveraré día y noche en confiar en El». Del mismo rico metal y del mismo temple
era la santa virtud de la fe y de ia esperanza que tenía
el P. La Colombiere. *No se diga nunca (decía) que hay
demasía o abuso en la esperanza que yo tengo en el Sagrado Corazón; todo lo que de El espero, todo, todo lo
veré siempre bien logrado».
• • *
Hasta aquí el artículo de Pelerín, aunque algo corregido y aumentado.
Propaguemos, pues, la teoría y la práctica de tan sencilla, tan linda, tan eficaz jaculatoria, y tan gloriosa también para el Sagrado Corazón. A cuento y al propósito
de esta providencial jaculatoria ha escrito un obispo francés estas palabras:
—"No es empresa fácil esto de calcular los muchos
bienes que nos vienen con esas sencillas cédulas o estampas en donde a! pie de ia bendita imagen del Sagrado Corazón campea la jaculatoria referida. Esas cédulas, esas
imágenes enriquecidas con esa fórmula, y cifra de la más
amorosa esperanza, son tesoro de consuelo en mil tribulaciones, de valor en mil empresas difíciles; son apóstoles; son despertadores, son, en fin, resucitadores de corazones y de almas.„
CHAFAROTE
En honor del Corazón de Jesús.—La "Biblioteca
Católico-Propagandista, celebrará la fiesta del Corazón
de Jesús el domingo próximo, día 25 del corriente, con
misa y comunión general, en la iglesia de los PP. Capuchinos, a las siete y media de la mañana.
A todos los concurrentes a este religioso acto se les repartirá un interesante folleto del inolvidable Obispo de
Vich, Torras y Bages.
LANCHA
179
Un estupefaciente
UANDO uno va por las calles, paseos, tranvías y trenes, y se fija
en lo que lee la mayor parte de
las gentes, con el mayor aplomo
y frescura imaginables, no puede
menos de entristecerse profundamente y lamentar con amargura,
allá en su corazón, la ceguera
tremenda en que viven millares
y millares de almas, puesto que
creen un pasatiempo inofensivo
lo que realmente es veneno de
sus inteligencias y ponzoña de
sus voluntades.
El inmortal Aparisi
dejó escrita esta sentencia luminosa: "Dime qué periódico lees, y te diré quién eres.; es decir, que así como la
calidad de nuestros amigos es norma segura para juzgar
de nuestra bondad o perversidad, de idéntica manera lo
es el color moral de nuestros periódicos y revistas. Si
uno se junta con un malo, será malo a la corta o a la
larga; pues, con la misma seguridad, el que lee periódicos
anticlericales, izquierdistas y eróticos, será, más pronto o
más tarde, un indiferente, un clerófobo y un vicioso.
Esto lo enseña la misma razón natural, prescindiendo
de la experiencia; porque el hecho de juntarse reiteradamente con hombres de ideas avanzadas o de costumbres
viciosas, es un indicador maniñesto de que agradan aquellas ¡deas, aquel modo de pensar, aquella conducta, y por
consiguiente, que pertenece al mismo bando, y que, si
bien hipócritamente tal vez, abunda en el mismo ideario
o es víctima de hábitos pecaminosos.
Y ¿no será vicioso el que repetidamente lee una revista pornográfica, y no se tornará indiferente o incrédulo
el que se nutre con la lectura de un periódico volteriano,
siendo aquélla la cristalización del vicio, y ésta la del
error y de la duda? Indudablemente que sí. Por eso exclamaba el insigne Dom Bosco: "Huid como de la peste
de los malos folletines y periódicos..
Malhechores de la pluma
Atendiendo al instrumento de que se valen los escritores impíos para sembrar la cizaña por doquier, pueden
llamarse con propiedad malhechores de la pluma, pues
abusando del don precioso recibido del cielo, de causar
impresión profunda y casi imborrable con sus escritos en
el ánimo de sus lectores, resultan bandoleros de la peor
clase, puesto que tes arrebatan el inapreciable tesoro de
la fe y demás virtudes, que son moneda única con la que
se compran la felicidad y los placeres de la otra vida.
Por esta razón, el Excmo. Sr, Peláez los denomina
con fuertes epítetos que denotan la noble indignación de
su espíritu en presencia de un tan pavoroso crimen de
lesa humanidad. "Los malhechores de la pluma—dice,—
asesinos de las almas, causan más daño que los malhechores del puñal o del revólver, que sólo pueden quitar
la vida de los cuerpos. Menos culpables que ellos son
muchos de tos condenados a vil garrote o a cadena perpetua. „ Pues bien, los que compran periódicos en que
colaboran esos robadores de la fe, aunque no lean, como
dicen algunos, más que Li sección de noticias, o la de deportes, o las que se refieran a la Bolsa, contribuyen con
su dinero al sostén de esos malvados, y por lo tanto, a la
nefanda labor de los mismos.
Ni vale la huera objeción de que no pueden causar
mucho daño con los diez céntimos que pagan el diario
jabalinesco; porque, así como las aguas que inundan
y barren todo lo que encuentran a su paso, se forman de
pequeñas gotas nada más, y las nevadas que obstruyen
las vías, de copos menudos, visibles tal vez solamente
por su blancura, así también los capitales que nutren la
cartera de ios escritores desaprensivos resultan del con-
LA AVALANCHA
180
junto de pequeñas aporiaciones de innumerables compradores y suscriptores de periódicos malos.
Añádase a esto que teniendo tales lectores manga muy
ancha, o mejor, rota, como indica la insensibilidad con
que se alimentan de semejante bazofia intelectual, dejan
después el periódico o la revista abandonados sobre cualquier mesa o banco, siendo este proceder ocasión de que
otros incautos caigan en el mismo lazo.
Poder fascinador
Las indicaciones que hemos hecho para probar que
es obra grandemente pecaminosa el leer, comprar y favorecer la mala prensa, las comprende cualquiera de inteligencia mediocre, y no obstante ello, ¿cuántos son los
que dejan el mal periódico y abrazan el bueno?
Sucederá que aun los católicos fervorosos, alguna vez,
por no tener a mano su periódico ordinario, o por alguna otra causa, caigan en la tentación de leer el sectario o
el indiferente; pero en cambio, al hombre anticlerical, al
clerófobo, al vicioso jamás le veréis que pose su mirada
en el periódico bueno, aunque lo encuentre olvidado en
el rincón de un asiento. ¿Por qué? Porque teme que sí
lee el periódico católico se descorra el velo, y aparezca
la verdad acusadora, y grite la conciencia, protestando de
que se la tiene adulterada y envilecida.
Pero al mismo tiempo su periódico sectario le pinta
las cosas tan a lo vivo, le hiere la imaginación tan fuertemente, se apodera de su inteligencia con tal dominio, que
el hombre apenas discurre por su cuenta, sino por la del
escritor; los sofismas los recibe como argumentos aquiles; las calumnias, como verdades de a puño, y el escritor le mueve y zarandea como a un muñeco.
El mencionado arzobispo Sr. Peláez prueba este aserto con unas palabras decisivas de Luis León: "Nos llegamos al periódico, lo desdoblamos, y aparecen sus planas hermosas, tentadoras, llenas de insinuaciones y de
atractivos, con su prosa ligera y sugestiva, sus noticias
sensacionales, sus títulos de gruesos caracteres que atraen
y seducen..,,,
Por eso hemos dicho al principio que la prensa mala,
libre y desaprensiva, es un estupefaciente porque produce el efecto de un narcótico.
EL PRIOR DE RONCESVALLES.
C R O M CA
ODONTOLOGÍA
—Mire usté, Padre, una cosa que yo no entiendo es
por qué Dios no castiga a ios hombres.
—A Dios no le corre prisa, porque tiene el tiempo y
la eternidad por delante. Lo cierto es que nadie se escapa.
— Pero entretanto, es que no se pue vivir, Padre,
que no se pue vivir.
—Entonces, ¿tú qué harías?
— Un toro de Miura pa ca uno, y juye que juye. Que
vorvieran la vista atrá, y dos cuernos, y apretá a corre; y
vuerta a mira pa atrá, y dos cuernos, hasta que les salieran dos parmo e lengua a ca uno, como a los galgos en
verano.
— Pues mira, hija, San Agustín dice que el malo vive:
o para que se enmiende y se corrija, o para ejercitar a
los buenos. Es preciso, hija, que los malos sistemas se
desacrediten, para que se vea la razón que asiste a la
Iglesia en reprobarlos y condenarlos. Todavía hay muchos que no han abierto los ojos, a pesar de tantos descalabros.
—¡Ay! Pues que se venga conmigo.
—¿A dónde?
—¡A proba er comunismo! Mire usté. Er comunismo
se prueba en un corra. ¿Usté sabe lo que es un corra?
Un caserón mu grande donde viven treinta familias. La
primera cosa que se hace ar salí er sol es arma una camorra, tirarnos e los pelos o arroja los proyectiles a mano, con sus chocaúras, y a veses intervensión deljuzgao.
La segundo, un infierno de chiquillos, que no se pue
viví, ni come, ni dormí. Lo tercero, Padre de mi arma,
son esas lenguas, que la dejan a usté esollaíta, como San
Bartolomé, con er pellejo ar brazo, como la capa e torea.
Las túrdigas de pellejo son de pies a cabeza. No hay caridá en er mundo. Ni hay ni pue habé honra, porque la
tenemos toas hecha una criba. ¡Y sí fuera na ma que la
honra, Padre, que eso es cosa arjetiva!... Lo malo es la
parte sustantiva. Usté se descuida, y le birlan er cardo
der puchero, y la olla se quea achicharraíta; usté se descuida, y le roban el carbón; usté se deja abierta una habitasión, y a las sillas, a las prendas, a los cuadros, a
toítas ¡as cosas les salen alas; usté hase un lavao, y va a
tendé, y se tiene usté que queda, en verano, sudando, y
en invierno, tiritando, hecha un civí, vigilando lo suyo.
¡Ay, por to lo que usté más quiera, si usté sabe de alguna casa baratita, donde yo esté sola, con los míos, diga-,
meló usté, pa salí de este infierno, y er que quiera comunismo, con su pan se lo coma.
—¿Tan mala es la gente?
—Usté no sabe la versación de esa gente, que parece
su boca un excusao sin tapaera; los malos centros del populacho, y lo que es tené que viví con las uñas en ristre,
en continuo estao de guerra. Así es que toas padesemos
del hígado, de las bili, y estamos pintas de amarillo, como las cotorras. jComunismo, comunismo, comunismo,
es comernos a nosotros mismos!
— De modo que conoce usted el sistema...
—Pues ¿y la religión? Ponen allí a tos curas, a los
frailes y a las monjas y a las beatas, ¡que ni con tenazas,
ni con tenazas! ¡Hasta Dios, hasta la Virgen! Mire usté,
si se abriera un día un hoyo, y se los tragara el infierno...
Satanás, ¿usté sabe quién es Satanás?, pues se tenía que
muda der infierno, porque no podría aguantarlos.
—Y ya tú ves, hija mía, ¿qué les hemos hecho a los
pobres? Nada más que beneficios, partir con ellos nuestro pan, darles recomendaciones, buscarles trabajo, consolarlos en ios hospitales, aguantar y educar sus niños.
—¡Pues eso es lo que más a mí me puede! Que les dé
Dios e come, que la Santísima Virgen les dé salud y los
libre de tantísimo peligro, que la Iglesia y los frailes y las
monjas sean unos padres para ellos, y !a ingratitú, Padre, la ingratitú, porque no hay cosa peo en er mundo
que paga en castañas.
— Entonces, tú eres agradecida, ¿no es verdad?
—Mire usté, yo soy güeña, yo quiero a Dios, quiero a
la Virgen Santísima y le encomiendo mis niños al acostarlos; yo confieso, comurgo, oigo misa; yo rezo er rosario; yo... lo que quisiera era tené mi casita aparte, en
propiedá, con mis macetas, mis flores, mis hijos, y no
tené que brega con nadie. Mientras, no se escandalise
usté, no me puedo corla las uñas y me tengo que afila
toos los días ¡os cormillos. ¿Los ve usté? Capaces e raja
de abajo arriba a la contrincante.
—Entonces, vamos a ver: cuando todos quieren derivar hacia el comunismo, tu quieres derivar hacia la propiedad; y mientras, tienes que vivir entre comunistas, te
tienes que afilar los colmillos. ¿Es eso?
— Naturalmente, Padre, ¡naturalmente!
—Pero, debes saber que esa no es conducta de un
cristiano, que debe perdonar a sus enemigos, hacerles
bien y rogar por ellos.
—¡Ay qué gracia! ¿Y aonde ha leío usté eso?
—En el Evangelio.
— El Evangelio dice que donde las dan las toman. Usté no lo ha leío bien. Pa eso !e puso Dios a ca uno las
uñas y los cormillos en su sitio.
—¡Criatura! Esa no es señal de cristiano.
—Entonse, ¿de quién es?
— De los jabalíes, hija, de los jabalíes.
—cMe los limo, Padre, me los limo?
—Esa es cuestión de odontólogos.
FR, CIRO.
LA AVALAN CH A
EL ARZOBISPADO DE TOLEDO
181
fuese el vínculo más sólido de paz y bienestar), asciende
a la Sede Primada un Obispo9 que cuenta en su diócesis
feligreses de distintos fueros, y ocupará la Metropolitana de Toledo un eclesiástico nacido en Cataluña,
Aun cuando estos motivos sean y parezcan secundarios, creemos habrán de contribuir a la excelente acogida
con que Toledo y España entera recibirán el nombramiento del Dr, Goma.
A prensa extranjera, cuando inserta la noticia
de haber sido elevado el Dr. Goma a la Sede
Primada de Toledo, dice que disfruta de gran
estimación, no tan solo de teólogo y de canonista, sino también como hombre práctico.
* * *
Lo cual no solo redunda en ventaja del respetable PreRecuerda otro inspirado también por el deseo de rolado y el acierto de su elección, sino que invita a consibustecer la «unidad moral» de España, que tuvo lugar a
derar un momento las circunstancias de un nombramiento
principios del siglo XIV en la persona de D. Juan de
tan extraordinario.
Aragón, hijo del rey D. Jaime II.
En primer lugar, por haber sido hecho exclusivamente
El Papa Juan XXII que conocía las virtudes y talentos
conforme a fas normas de ia disciplina general eclesiástidel príncipe le había favorecido con reiterados honores y
ca. Porque antes intervenía la cpresentación» del monarbeneficios, no obstante su corta edad, <Como en los tiemca, en virtud del patronato que, por privilegio apostólico,
pos actuales hemos visto a León XIII dirigir los estutenían los reyes católicos de España. Verdad que la predios y fomentar los honores de monseñor Merry del Val.)
sentación no era procedimiento único; que frecuentemenPero sin acceder a las pretensiones de su padre Jaime II,
te existía una negociación previa, en el curso de la cual
que llegó a pedir para él nada menos que el arzobispado
reglas canónicas de todos conocidas dejaban a salvo las
de Tarragona.
prerrogativas eclesiásticas, para evitar que los poderes
El Papa no admitió esta pretensión. Tenía el propósito
seculares pudieran considerar la «presentación» como una
de dividir en dos provincias eclesiásticas la tarraconense,
facultad de disponer y variar las sedes episcopales como
elevando a sede arzobispal la de Zaragoza, y para ello
si fuesen gobiernos o magistraturas; pero
es lo cierto que hoy esa intervención seglar ha concluido.
Difícilmente podía conservarse bajo la
monarquía parlamentaria, porque la concesión del privilegio originario se hizo a
sólo los monarcas católicos, y no a parlamentos y ministros que frecuentemente
eran escépticos, y a veces anticlericales.
y no hay que objetar los vicios y defectos de que adolecieron los gobiernos
absolutos para sanear las cojeras de los
ministros liberales.
La regalía de presentación de obispos
no pudieron ni supieron de ordinario manejarla los gobiernos seculares antiguos
ni moderno.":, sino cuando consejos y manos eclesiásticas ilustraban su criterio y
guiaban sus pasos.
PAMPLONA.—Entrada a la Avenida de Carlos 111 en el nuevo Ensanche
Algún prelado, el confesor del Rey
Foto. Roisin
otras veces, solían ser los ministros encargados de ordenar las presentaciones
y provisiones de beneficios. En Francia existió, al menos
deseaba tener en ambos sitios, no niños, aunque como
bajo Luis XIII y Luis XIV, el Consejo de conciencia forD. Juan fuesen de floridas esperanzas, sino hombres mamado por corto número de eclesiásticos distinguidos. De
duros y de acreditada experiencia. Proveyó, pues, el arél formó parte un sacerdote eminente, «monsieur Vincent»,
zobispado de Tarragona en el entonces obispo de Zaramás tarde elevado a los altares con el nombre de San Vigoza; la sede de Zaragoza, en el abad de Montearagón, y
cente de Paúl.
esta abadía, en el infante D. Juan. Un año después, en
Entre nosotros, la llamada Dictadura formó acertada1318 terminaron las negociaciones para la desmembración
mente, según R. D. del 10 de marzo de 1924, una Junta
de Zaragoza y Tarragona, que se convirtieron en arzeclesiástica que perfeccionó los RR. DD. de 1868; pero
obispados independientes.
fue disuelta por los hombres de 1930.
Pero en 1319 quedaba vacante la sede de Toledo, a la
Por de contado que estas u otras fórmulas no sustitu»
sazón de que dos hijas del rey de Aragón estaban casayen a la acción principal de las autoridades eclesiásticas
das con infantes castellanos, y pareció a la corte de Casque intervienen ya directamente en las diligencias o infortilla ocasión propicia para que el infante D. Juan, hermamaciones previas bajo la dirección del Sumo Pontífice, a
no de aquéllas, viniese 3 ocupar la vacante, y tanto la
quien compete ¡a libre decisión en tan grave asunto.
reina madre doña María de Molina, como el infante don
Juan Manuel, tutor del rey D. Alfonso XI, niño entonces,
Además ahora no era procedente la intervención del
se interesaban en el asunto.
poder seglar. Sí ya desde la protesta de Pío IX contra la
Constitución de 1876 podía decirse que las regalías de la
A ruegos de ambos, el Cabildo de Toledo hizo la posCorona subsistían tan solo por gracia y merced de la Santulación canónica de D. Juan, que esta vez fue admitida y
ta Sede, ¿con cuánta mayor razón hubiera resultado desconfirmada por el Pontífice, e hizo del infante aragonés,
cabellada la continuación de algo parecido con el Estade solos veinte años de edad, un ilustre arzobispo que godo ateo? *
bernó, sin embargo de su corta edad, con notable dignidad y prudencia.
Mas !o que sí puede advertirse es una coincidencia que
no puede menos de alegrar a cuantos defendemos la unión
Su paso por Toledo, no obstante haber nacido fuera
moral de los españoles. Cuando parecía existir entre los
de Castilla, demuestra cuánta estimación lograban ya en
partidos cierto interés en debilitarla, cuando al ofrecerse
aquel siglo las influencias que robustecían la unidad, para
descentralizaciones y estatutos modernistas, quiere imposeguir la política de San Fernando y poner término a la
nérseles carácter laico (como si la Religión católica no
invasión sarracena.
1
Después de escritas estas lineas, se publica la Pastoral colectiva
del Episcopado, de 25 de mayo, que cita los cánones que sancionan
los ataques a la libertad y derechos de la Iglesia.
9
La Sede de Tarazona {Aragón} conserva la Administración Apostólica de Tudela y tiene por sí. bajo su jurisdicción, parroquial de
cuatro provincias: Zaragoza, Navarra, Logroño y Soria.
LA
182
AVALANCHA
Hoy el arzobispado de Toledo se halla en medio de
otra sociedad y de otra época; tienen que ser diferentes
sus procedimientos y sus aspiraciones.
Pero no necesita en menor grado de la cooperación
general para cumplir la misión que la jerarquía y las circunstancias le señalan.
Porque la diócesis de Toledo es al mismo tiempo una
de las más extensas de la nación, y una de las más perjudicadas por los estragos de las revoluciones pasadas y
presentes en e! orden económico.
Porque aparte de las necesidades diocesanas preocupará la atención del futuro Primado la urgencia de ordenar
y dirigir la acción combinada de los demás Prelados, en
múltiples manifestaciones, señaladamente, por cuanto afecta a la acción católica en general.
y porque también en los tiempos actuales habrá que
hacer frente a cargas y vejaciones tan duras como la
mismísima invasión sarracena.
JUSTO GARRAN.
RASGOS DE LA PATRIA
Algo sobre Fasclo
NTE el espectáculo que han ofrecido en España los fascistas, presentándose como un partido político nuevo; y los antifascistas, o
mejor dicho, los marxistas, pretendiendo recluir al Fascio en el
claustro materno, y allí axfisiarlo, descuartizarlo, y porfinextraerlo, aunque sea con fórceps,
para aventar sus últimas piltrafas
y cenizas, preguntamos muchos:
Pero, ¿quién tiene razón en este
caso, los fascistas por querer dar
a luz al Fascio, o los antifascistas
por exigir el aborto del Fascio?
Indocto en muchas disciplinas, y sobre lodo en achaques del fascismo, que no siento, voy sin embargo a procurar que mi pensamiento siga la misma trayectoria que
supongo al del lector, para enjuiciar de algún modo ta
cuestión sin estudiar el programa fascista. ¿Tiene razón
el Fascio, al pretender su aparición al amparo de las leyes, o la tiene el antifascío, considerado como intolerante o perseguidor del Fascio? Esto es sólo lo que deseamos saber, pero sin propagar ni aun estudiar el Fascio,
que desconocemos, y por tanto no podemos defender.
Repito que conozco muy poco el Pascio y me creo incompetente para dictar ninguna sentencia justa. Ni aunque supiera la dictaría ahora.
Pero no puedo negar que en favor del Fascio acuden
a mi mente las siguientes consideraciones:
Primera. El Fascio, en España por lo menos, se presenta respetuoso con la ley, y al parecer, con todos; lo
que no hicieron los marxistas, o sea los principales antifascistas, en el comienzo de su actuación política.
Segunda. El Fascio aparece como un sistema más completo que el marxismo español, puesto que éste defiende
una lucha de clases que puede aniquilar a ios pueblos,
mientras que aquél subordina las clases sociales al fin
del Estado, buscando el mejoramiento de todos en e!
amor y la armonía impuestos por el Poder público como
ideal nacional, que, de prosperar, podría conseguir la salvación de las naciones, como lo ha sido en Italia y quizá
pueda serlo también en Alemania. ¿Quién sabe?
Tercera. El Fascio resulta más patriótico que su rival
marxista, puesto que el marxismo es un brote internacional que lo sostienen y nutren raíces y savias extranjeras, y el fascismo, por lo menos, dice que aspira a restaurar ideales españoles, desterrando, si fuere preciso,
instituciones ya viejas en el país, pero exóticas y perturbadoras.
Claro es que por la imaginación mía, lo mismo sin du-
da que por la del lector, pasan también otras consideraciones opuestas al Fascismo, como la real o supuesta violencia que se le atribuye, el tipo dictatorial permanente
en que se clasifica su gobierno, y el aspecto subversivo
que se supone a su bandera; pero ni aun con tales motives se inclina la razón completamente a! lado del antifascismo marxista, por estas reflexiones, que seguramente hará también el lector.
a) Porque el marxismo en España se ha caracterizado, generalmente, por la fuerza impuesta en huelgas y revoluciones, a los no partidarios del paro ni de la revuelta, con frecuencia mediante grandes coacciones, y algunas veces con derramamiento de sangre.
b) Porque si no es lícito conceder derecho para alterar la estructura del Estado, tampoco los marxistas debieron predicar, como predicaron en otros tiempos, doctrinas entonces completamente subversivas, usando libertades que ellos están lejos de conceder a) Fascio, puesto
que, como se ve, le niega hasta el derecho a la vida.
c) Porque nada hay más parecido a una dictadura que
otra dictadura; y dictadura, pero del más amargo sabor,
se reputa la que han ejercido y quieren ejercer los caporales del marxismo sobre las masas sometidas a su
dominación, según dice todos los días la prensa y piensan la mayoría de los españoles y extranjeros.
Además, los lectores contemporáneos míos recordarán
aquella época de Cánovas del Castillo, en la cual tantas
y tan ardientes polémicas se promovieron alrededor de
la famosa teoría de los partidos legales e ilegales, que de
haber sido llevada a la legislación no hubiera permitido
la defensa de muchas banderas políticas, después en auge
creciente, ni tampoco el nacimiento de las organizaciones socialistas, tan contrarias al Código fundamental
de 1875, entonces vigente; teoría que, rechazada por los
gobernantes monárquicos en beneficio de la Revolución,
intentan resucitar, con asombro nuestro, los mismos revolucionarios, y especialmente los mnrxistas, en estos
tiempos de las tan cacareadas como invisibles democracias y libertades.
Los trámites del proceso que :ni mente sigue, lo mismo que la del lector, al juzgar esta cuestión de actualidad, se completan escuchando las voces del Fascio italiano y del Fascio racista alemán, cuando protestan contra los ataques que les dirigen, fuera de toda justicia, los
marxistas españoles, contradiciendo las doctrinas que
propagan, según las cuales cada nación tiene perfecto derecho a darse la forma de gobierno que más le convenga
o agrade, al por ellos llamado pueblo soberano, sin que
los demás países puedan tratar de impedirlo, exponiéndose con ello a reclamaciones diplomáticas y a conflictos
internacionales de mal carácter.
En resumen: que ni el lector ni yo conoceremos, tal
vez, con todo detalle el credo fascista, ni pretendemos defenderlo ahora; pero tenemos sobrados elementos de juicio para fallar, no que el Fascio sea bueno o maio, ni útil
ni inútil, pero sí que el marxismo, mientras no se pruebe
lo contrario, es incuensecuente y obra fuera de toda razón al rechazar la aparición del fascismo sin faltar éste
a las leyes, y que, con su campaña antifascista desentierra la ya anticuada teoría de los partidos legales e ilegales, tan fieramente combatida por ios revolucionarios españoles en los tiempos del régimen caído. Esta es la pura
verdad.
Como podemos ver hay bastante ignorancia acerca del
verdadero concepto del Fascio. Muchos lo confunden con
las dictaduras y hasta con el absolutismo atribuido a
Luis XIV, el de la frase célebre El Estado soy yo. Y buscando semejanzas con este monarca francés, hacen decir
al Fascista Mussolini: Italia soy yo, por suponer que el
Duce manda en el Gobierno, en Víctor Manuel y en toda la nación italiana. Como podríamos hacer decir a Godoy: España soy yo, porque realmente manejó a su capricho al Estado español, a Carlos IV y a toda la Península ibérica. Como podríamos hacer decir al famoso
condestable don Alvaro de Luna: Castilla soy yo, por
haber tenido este condestable esclavizados al Reino y a!
Rey castellano. Y como podríamos hacer decir a mosén
Pierres de Peralta: Navarra soy yo, porque hombre
LA
AVALANCHA
turbulento, diplomático hábil y desaprensivo y político
audaz, intrigante y dominador, llega a captar la voluntad
del rey don Juan II de Navarra, a disponer a su antojo
del pueblo navarro y hasta a sorprender la buena fe de
la Corte de Roma en sus relaciones con la monarquía
navarra.
Pero iodo esto descubre el juicio equivocado que generalmente tenemos del Fascio. Únicamente pensamos
con certeza que el Fascio suele aparecer en períodos
anormales, en los cuales las naciones, para hacer frente a
la anarquía, subordina los poderes públicos a la voluntad de un hombre capacitado, para evitar la ruina de la
patria. Pero, ¿se consigue con el Fascio esta finalidad?
Sucederá algunas veces que sí, pero otras resultará
que no.
Tengo por cierto que Hitler buscará con el Fascio la
restauración de Alemania, y es evidente que Mussolini
ha realizado el prodigio de levantar a Italia del abismo
donde la anarquía le había hecho caer, al relativo estado
de florecimiento en que ahora se encuentra; pero dudo
mucho que el Fascio, por sí solo, tenga eficacia bastante
para curar todos los males de los pueblos, sobre todo si
prescinde de la Religión y del ejercicio de las libertades
tradicionales. De todos modos, aunque desconozcamos la
verdadera doctrina fascista, nos basta saber, como sabemos, que las naciones que cumplan bien los preceptos
del Decálogo y estén regidas por leyes justas, no necesitan el Fascio para vivir como Dios manda y para prosperar como el patriotismo desea. Así lo enseña la hisíoria de España en general y de Navarra en particular.
JUAN P. ESTEBAN Y CHAVARRIA.
Sacramento y Concubinato
NOVELA DE COSTUMBRES
por D. MANUEL POLO Y PEYROLÓN
VII
Purgatorio doméstico y murmuraciones de carasol
La paz sea con vosotros, era el saludo que dirigía a
sus apóstoles y discípulos el Divino Maestro; y ninguna
salutación más oportuna para poner el pie en casa de los
serranos alcaides de Cinrabal, porque la paz había huido
de aquel simulacro de familia. La paz reina ordinariamente en los hogares cristianos, cuando el marido y la
mujer, los padres y los hijos, se consideran ligados entre
sí, no por vínculos legales solamente, sino por obligaciones religiosas y morales, que son las únicas que se imponen a la conciencia con carácter permanente e indisoluble. Si el vinculo es sólo legal, será difícil convencer a
los obligados de que lo que hicieron mediante un contrato consensual, revestido de mayores o menores formalidades, no pueden deshacerlo por un procedimiento
análogo. Los interesados mismos, por impíos que sean
(al menos así sucede en España), se consideran mejor
casados cuando lo están canónicamente, que cuando lo
están sólo civilmente.
Así es que la idea del deber no influía para nada en
las costumbres domésticas y conyugales de Andrea y
Blasillo. Todo marchaba perfectamente mientras duró la
fascinación de los primeros amores; pero aquella aparente felicidad amorosa se disipó como el humo, ante el frío
glacial de tas disensiones domésticas, del alejamiento sistemático, de las amistades peligrosas y de los consejos
malévolos. Blas huía de Andrea, aficionándose cada vez
más a la vida crapulosa de sus camaradas de cárcel y
taberna, y Andrea lloraba sus desgracias y aislamiento
en el último rincón de su casa. Para mayor desventura,
la infeliz estaba encinta, y no se atrevía a pasear su deshonra por las calles de Cinrabal. Al principio no le faltaron recursos, porque, aunque el sueldo del alcaide era
corto, tas filtraciones y gajes del oficio eran muchos, y,
183
como sabemos, de todo se desprendía generosamente
Blasillo; pero apenas la discordia plantó sus reales en
aquella casa, éste se reservó su sueldo y emolumentos,
limitándose a entregar a Andrea un mezquino diario, insuficiente casi para las más apremiantes atenciones domésticas. De aquí recriminaciones, disputas y disgustos
sin cuento. Hubo día en que, por no tener un céntimo,
Andrea no pudo probar bocado, ni dar de comer a Blasillo, y furioso éste, maltrató de palabra y de obra a su
desventurada amiga, huyó a la taberna y gastó allí con
sus camaradas lo que hubiese bastado a Andrea para toda la semana. De esta manera purgaba la infeliz sus culpas, hasta que la penuria y disgustos anticiparon los momentos del parto y dio a luz un niño sietemesino.
Blas era realmente malo, pero no tenía entrañas de
tigre; y al verse padre, se compadeció de veras de la
madre y del hijo, facilitó a una y otro cuanto necesitaban,
y comenzó a ocuparse de nuevo en las cosas de su casa,
prodigando atenciones a Andrea, como si realmente se
hubiese arrepentido y estuviera decidido a cambiar de
conducta. Al bautizarle se le dio el nombre de Bienvenido, porque vino bien, en efecto, para aminorar las penas
de su madre, y al extender ta partida de bautismo armó
Blas un escándalo mayúsculo con el Sr. Cura, para que
inscribiese a Bienvenido como hijo legítimo, escándalo
que durante varios días hizo las delicias de los cinrabalenses; pero todo fue inútil: Bienvenido quedó inscrito
como hijo natural en la parroquia, y como legítimo en
el registro civil.
Restablecida Andrea, tornó Blas a las andadas, reprodujéronse las disputas, la miseria y hasta los palos en
aquel purgatorio doméstico, y para aquella madre sin
ventura no hubo más alivio que e! que le porporcionaba
el amor materno, concentrado en niño tan enclenque.
Con alma y vida se consagró a su Bienvenido, olvidándose hasta cierto punto del autor de sus desgracias, y a
fuerza de maternales sacrificios y cuidados, lograba criarle y sostenerle, aunque temiendo a todas horas por su
preciosa vida. Tan justificados temores realizáronse al
fin, con motivo en alto grado vergonzoso por cierto, y
Andrea recibió en pocos días dos golpes que la pusieron
al borde del sepulcro. Una de esas amigas, tan indiscretas como perversas, que so pretexto de cumplir con los
deberes que la amistad impone, se gozan en divulgar las
malas noticias, aunque para ello sea necesario herir de
muerte a la amiga querida, se presentó cierto día en casa de Andrea, y con mil circunloquios y salvedades, protestando a cada frase de la rectitud de sus intenciones
generosas, y levantando lentamente la punta del velo,
para que la del puñal se clavase suavemente y poco a
poco en el ya lacerado pecho de Andrea, contó a la infeliz cómo, cuándo y dónde, Blasillo mantenía relaciones
con una carnicera de Cinrabal, muy guapa, por más señas, y aficionada a desavenir matrimonios. Andrea se irguió como una leona herida, pero cayó después en un
abatimiento tan grande, que ni siquiera tuvo fuerzas para despedir a la oficiosa vecina que con tales bajezas se
gozaba. Se asustó Bienvenido de las voces y aspecto de
su madre, y rompió a llorar amargamente. La imprevisora Andrea le dio el pecho para acallarle, y aquella mala leche mató al niño. A la vez que sufría pérdida tan
grande, cerciorábase Andrea de la infidelidad de su Blasillo: golpes simultáneos y terribles que la pusieron en
grave peligro de muerte, e influyeron también en el ánimo de Blas para que recogiese velas por algún tiempo y
aparentase que iba a cambiar de conducta. Esto fue suficiente para que Andrea recobrase poco a poco la salud
perdida y depositase nuevamente en su compañero una
conñanza de que era indigno. Con alternativas de esta
índole, terribles y largos temporales, que iban consumiendo poco a poco las escasas fuerzas físicas y grande
energía moral de Andrea, y raros y cortos días de bonanza, que servían únicamente para prolongar la agonía de
aquella pobre víctima de una unión ilícita, pasaron tres
años, que para Andrea lo fueron de verdadero purgatorio doméstico, y durante los cuales acaecieron mil aventuras desventuradas, que no son para referidas puntualmente.
(Continuará)
184
LA
A V A L A N C H A
ANTE LA PERSECUCIÓN
^
ni
para negar, así como para afirmar, es preciso conocer lo
que se afirma o se niega, y por ahí empieza a no ser
verdadera la fe de algunos cristianos. La ignorancia es
en ellos la primera causa del enflaquecimiento de la fe, y
de la ruina de ella. Y si la ignorancia es absoluta, y respecto a las verdades que se llaman de necesidad de medio, como alguna vez acontece, el tal cristiano se queda
sin ser apenas cristiano, y es poco más que un pobre infiel. ¿Cómo, pues, habrán de pedirse el valor, la firmeza, la energía, el heroísmo de la fe cristiana, a quien empieza por carecer de lo substancial.de la misma?
Adviértase, empero, que no io alcanza sino en los que
halla materia abonada para el caso, o sea, en los que
se encuentran en las condiciones que arriba hemos apuntado, o que miran tan solo humanamente y superficial*
mente el asunto de que se trata, que es como no se debe mirar. En éstos vence el enemigo, porque tenía ya de
antes minada y por lo menos moralmente lomada la plaza. Esta fe, que bambolea al primer embate, y menos aún,
al primer alarido de la hueste perseguidora, en realidad
En todos tiempos, pero muy particularmente en ios
no era ya tal fe, porque no era más que fe humana, o
de persecución, urge que el cristiano tenga sobre eso
por lo menos muy excesivamente humanizada, no la fe
ideas muy exactas y apropiadas. Y cuenta que no son
divina, la fe sobrenatural, la Fe virtud teologal, que es la
sólo los pobres y de baja condición los que ignoran lo
sola que merece aquel nombre y tiene su poder y maraque dicen creer: son también muchos que figuran en clavillosa eficacia. Castillo parecía aquel cristiano, pero era
ses más vistosas y que presumen hasta de ilustradas,
de barro; muros tenía, pero eran de pintarrajeado cartón,
Somos de parecer que debieran hacerse más ediciones de
como de comedia. ¿Cómo extrañar, pues, que cediesen el
catecismos que de devocionarios, con todo y ser muy
primer empuje de quien, para derribarlos, no necesitaba
útil un buen devocionario, porque personas hay que usan
más que un soplo? Y si la persecución es muy verdadeéste, y muy lindamente encuadernado, cuando del otro
ra y muy real, y en cambio las resistencias que trata
es de lo que tienen más necesidad. El Catecismo no sueella de vencer y derrocar no
le andar más que en manos
son sino ficticias y baladíes,
EDIFICIOS MUNICIPALES DE NAVARRA
de niños, siendo así que de¿cómo hemos de maravillarbieran tenerlo constantemennos de que cedan a su fute ante la vista los hombres
riosa arremetida, y le concey mujeres de toda edad, e
dan a la impiedad el honor
imponerse como obligación
de tan fáciles triunfos?
el hojearlo frecuentemente,
aunque no fuese más que
Sácase de ahí, que si en
por espacio de unos mitiempos de persecución lo
nutos.
primero que peligra es la fe
individual de cada cristiano,
Pero, aun cuando en alla primera regla práctica de
gunos no llegue el desconodefensa ha de consistir en
cimiento de la Religón a ese
afirmarse éste más y más en
último grado, que casi puela fe, y de tal suerte tenerla
de reputarse verdadera infiviva y sólida y verdadera,
delidad, ¿son muchos los que
que venga a hacerse, con la
conocen hoy las verdades y
gracia de Dios, de iodo punpreceptos de su profesión
to inexpugnable.
cristiana, como debe conocerlos quien a todas horas
¿Cómo? Eso vamos ahora
puede hallarse en el caso de
a estudiar y a exponer.
tener que responder de ella,
La primera y por decirlo
y defenderse y defenderla?
asi única condición que de¿Es
mucho pedir que se entebe tener en todos tiempos la
re medianamente cada cual
fe del cristiano, es que verde lo que a su profesión perdaderamente lo sea. Y en el
tenece y de lo que con ella
mundo de hoy hay relativase relaciona, como por ejemmente pocos cristianos verplo, con la suya el izapatero,
daderos, porque hay pocos
el sastre o el albañil? Y sin
que tengan la fe con las deembargo, si se hallaría muy
bidas condiciones de fe verreprensible que cada uno de
dadera.
esos
artesanos no supiese lo
Hay muchos de nuestros
que atañe a su ramo, no se
hermanos que nunca, o rara
halla igualmente reprensible
vez, se han pedido y dado
que no 'se entere el cristiacuenta de lo que creen, y de
BUÑUEL.—Nueva Casa del Ayuntamiento de la villa
no de lo que le incumbe copor qué lo creen. Para alguPoto. Marin Chirílc
mo a tal. Y cuando en todas
nos, creer es tan solo no nepartes se habla de Religión, pues nunca se habló tanto
gar, o no descreer, lo cual no basta para constituir el
como hoy de esas cosas, aun por los mismos que más
verdadero acto de fe. El acto de fe debe ser ante todo
fingen indiferentismo religioso; hoy, repetimos, que todo
una afirmación. Y esta afirmación debe fundarse en la
en el mundo es cuestión religiosa, y toda la gran batalla
convicción. Y la convicción debe establecerse sobre el
de él no es en el fondo más que batalla de religión, ¿hay
conocimiento. Y el conocimiento, asentarse sobre la dicristiano que piense poder serlo de veras, sin estar más
vina autoridad del único que puede dárnoslo de ciertas
enterado del Cristianismo que de las sectas de la China
cosas, que es Dios. La fe, que podríamos llamar negatio del Indostán?
va, de muchos cristianos se basa en el desconocimiento
de lo que dicen creer, y que en rigor no hacen más que
no negar, porque lo ignoran. Se repite a la inversa el caso aquel de un librepensador que negaba (decía él) las
verdades del Catecismo cristiano, y que sin embargo
ignoraba este Catecismo, y a quien hizo enmudecer un
su contrincante con solo pedirle que rezase el Credo,
diciéndole, al ver que no lo sabía: "Usted, amigo mío, no
es incrédulo: Usted es tan solo un ignorante.. Porque
Sabe eso la impiedad perseguidora, y conoce el secreto de nuestra debilidad y lo explota a maravilla. Lo principal de su estrategia se cifra, años há, en cegar para el
pueblo las fuentes y conductos de la instrucción religiosa: la guerra a las congregaciones docentes no tiene otro
objeto. La imposición brutal de la educación laica del
Estado no se inspira en otro ideal. La supresión de ciertos actos públicos del culto, la disminución del clero, son
LA
AVALANCHA
otros tantos capítulos del programa masónico, que responden a este mismo Hn. La persecución material sería
inútil, sería aun contraproducente si se ejerciese en corazones que ilumina y Fortalece el ciaro conocimiento y
fe viva de lo que de ellos se pretende violentamente
arrancar. Mas esta misma persecución abate y devora y
arrasa lo que a su paso se ofrece cuando no encuentra
si no almas en que la fe que dicen profesar es apenas
algo más que heredada rutina, endeble, floja, sin la firmeza del verdadero creer, sin la arraigada convicción de
lo que firmemente se cree. Hay que reconocerlo: la persecución es para tales almas un verdadero gravísimo
peligro.
F.S.YS.
VARONES INSIGNES DE NAVARRA
El P. Francisco «Javier
(1640-1718)
Teólogo moralista
1. Quaest, Theolog. de Opinione probabili. Authore
RR.e P. Francisco. Xauerio, Societ. Je., Sacre Theolog.
D. ac Mag. &, in Regio Salmant. Collegio Tertia? Cátedra Moderatore. Ano Dni. 1681. (Bib. de la Univ. de
185
2. Quaestiones Theologicce De Opinione Probabili
Tractatus. Auth. Rmo. P. Fran. Xaverio, Soc.Jes., Sacres Theologice Doctore, ad in Salmanticensi Academia
Magistro. Anno Domini 1682. En 4.°, de 66 hojas, como
el anterior y de la misma letra. Cuestión 1." Si la sentencia probable es más probable que la opuesta. Cuestión 7.»
y postrera. Si en alguna cosa encuentra excepción la sentencia benigna.
3. Ihs. Disputationes Morales De Contractibus. Ati'
thore Rdo. P. Fran.™ Xauerio, Soc. ¡esa. (Id. Mss. 1037.)
En 4.°, de 52 hs. y una de índice, a plana liena, de 34 líneas, buena letra, siglas, tomo bien conservado. Disputa
1.'Se establecen algunos conceptos pertenecientes a la
naturaleza del contrato. Disputa 8.a y última. De la culpa
requerida en los contratos para la obligación de restituir.
Alfin:«Las escribió García Salgado el año 1685; acabó
el escrito el 1686.,
4. Explicationes Morales de restitutione. P. Xavier.
(Id., Mss. 1040.) En 4.», de 43 hojas numeradas y una
de índice, a plana llena de 32 líneas, letra confusa, siglas,
gran margen, buen papel, códice regularmente conservado. Disputa 1.' De la restitución. Disputa 13.* De lo que
mira a la restitución de la fama y a la restitución en general.
Trata el P. Javier las cuestiones morales según el método escolástico, aunque apenas se detiene en los argumentos tradicionales; es más práctico que especulativo al
desenvolver los temas. Abraza las opiniones más benig-
ASOCIACIONES PIADOSAS DE NAVARRA
LECAROZ.—Grupo de Congregantes de María Inmaculada y San Luis Gonzaga, de aquella localidad
Foto. Javier Mena
Salamanca. Mss. 1036.) {Cuestión teológica de la Opinión Probable. Autor el Rvdmo. P. Francisco Javier, de
la Compañía de Jesús, Doctor en Sagrada Teología y
Catedrático de la Tercera Cátedra. Año 1681. En 4.°, de
67 hojas numeradas e índice, a plana llena de 35 líneas,
siglas, letra buena, papel regular, códice bien conservado.
Empieza así: In hac sabtili controversia, quoe toto orbe
luterano celebérrima est, ad pacemque consciencia?, et
adformandos rectos mores máxime necessaria... (En
esta sutil controversia, celebérrima en todo el mundo literario, que es grandemente necesaria para la paz de la
conciencia y formar rectas costumbres... vamos a ocuparnos ahora.) Cuestión I." Qué es opinión probable. Cuestión 8 / final. Si el uso de la opinión menos probable y
menos justa es lícito a cada uno.
ñas dentro del círculo de la probabilidad. Profesa el probabilismo, que explica muy bien y requiere prueba fuerte y sólida, a juicio de peritos en la materia, para que
exista probabilidad. Demuestra que, aun considerada la
teoría extrínsecamente, logra más partidarios que la contraria; y que, si no explícita, al menos implícitamente la
mantuvieron los Padres y autores antiguos. Cita bastante
a los moralistas clásicos de la Compañía, Suárez, Vázquez, Toledo, Lesio, Lugo, Laimán, Dicastitlo; y asimismo a otros teólogos, como al Dr. Navarro, Medina, Bonacina, Ledesma y, sobre todo, Santo Tomás. Su exposición es clara, ordenada y ceñida al asunto; aparece vigoroso en sus raciocinios y sensato en su criterio, sin
audacias comprometedoras. El P. Bernardo Sanólo, o
D. Francisco de Perea, en su Lidius lapis (Salamanca,
189
LA
AVALANCHA
1699), alaba dos tratados manuscritos del Padre Javier.
Haremos notar que en el Seminario de Santander se
custodia un ejemplar del tratado de Restitatione, y otro
de las Disputationes morales. De Restitatione existía
tambiéna en el Archivo del Colegio de Loyola, Est. 9,
Plut. 1. ; y advertiremos asimismo que en el índice del
Inventario de la librería común del Colegio (antiguo) de
Tudela, hecho a raíz de la expulsión de los jesuítas en
tiempo de Carlos III, se apuntaban los siguientes escritos del P. Francisco Javier: De Volúntate, un tomo; De
mérito Christi, un tomo; De Chántate, un tomo; De
Contractibus...
Orador
En Symbolo Literaria se da noticia de dos discursos
impresos del R. P. Javier, que Sommervogel desconoció.
Son dos oraciones fúnebres en las honras de los Padres
Pifia y Romero que celebró la Universidad Salmantina.
Expondremos la del último para ofrecer una muestra de
su oratoria.
"Oración fúnebre en las Honras del RR. P. M. Joseph
Romero, del Orden de la Santísima Trinidad, Redempción de Cautivos, Provincial tres vezes en su Provincia
de Castilla: Cathedratico de Prima Jubilado, Decano y
Carcelario en la Universidade (sic) de Salamanca. Dicha
en la Capilla de San Gerónimo de la misma Universidad.
Por el RR. P. M. Francisco Xavier, de la Compañía de
Jesús. En Salamanca, por Lucas Pérez. 1685..
Tomó por texto: Mortuus est in senectute bona, provecta que aetatis et plenus dierum, (Murió en buena
vejez, de edad provecta y lleno de días), que el Génesis,
cap. 25, vers, 7, afirma del patriarca Abrahán, y que el
orador aplica al maestro difunto de este modo: "Murió,
nos dice la Escritura con aquellas palabras, y con esas
palabras digo yo que murió. ¿Quién? No el sujeto mismo de que habla la Escritura: que yo no hablo de aquel,
sino de otro; pero tan grande que se puede y debe comparar con aquél.» Explicada con insistencia esta idea,
asienta la siguiente proposición: "¡Gran dolor!, aunque
dolor que se templa al ver que murió no solo en la más
pacífica vejez, la senectute bona, sino en la mejor plenitud de sus días, plenus dierum. Sobre esa plenitud pienso discurrir: mas para ponderar tan feliz plenitud de días
bien he menester el socorro de la que encierra en sí la
plenitud de todas las gracias. Ave María.„ Siguiendo la
ideología de su tiempo, quiere adaptar al difunto las vír»
tudes de Abrahán, y aun hace ver que aquél le aventajaba en ellas: para eso tiene, naturalmente, que violentar la
significación de algunas locuciones o hechos, e interpretarlos arbitrariamente. Muestra ingenio, acierto en la
elección de rasgos virtuosos, comunicación con el auditorio; pero no logra eximirse del ambiente de su edad; sutiliza demasiado, juega con los vocablos y frases, y por
querer expresar con novedad sus conceptos, degenera a
veces en pensamientos pueriles. Véase, por ejemplo, el
siguiente: "Apenas crio Dios las estrellas cuando las elevó hasta el más albo cielo: de suerte que luego se hallaron en el cielo sin pasar por la tierra: que ocuparon el
lugar de los premios sin merecerlo con servicios. Pues,
¿qué mucho que no estén firmes en el cielo como lo están en el sol y la luna?n Poseía, sin duda, buenas cuali-
dades oratorias que esterilizó en parte el mal gusto literario de la época.
Guardan cierta analogía con esas oraciones, algunas
cartas necrológicas que de subditos suyos, fallecidos en
Salamanca, escribió el P. Javier. La principal es la del
P. Gabriel de Henao, que imprimió el P. Fita en su Galería de Jesuítas ilustres, págs. 147-152; la transcribió
del legajo 707", 140 de la Biblioteca de la Academia de
la Historia de Madrid. En ella manifiesta los empleos que
tuvo Henao, los libros que estudió, sus virtudes y devociones. Indica que "mereció en todas partes el renombre
de célebre escritor e insigne teólogo de la Compañía, como
a la verdad lo fue; pues no contentándose con la Teología escolástica, llegó a comprender y dejar ver en sus escritos las demás nobles artes de tan sagrada facultad; la
expositiva, la dogmática y, sobre todo, la práctica y moral, en que sin duda fue hasta la admiración muy eminente y famoso, en tanto grado que de todas partes acudían a él como a un oráculo de sabiduría...» Observa que
pasando él por Lyon vio "en la librería de aquel Colegio (de la Compañía), tan rica y copiosa que puede compararse con la Vaticana... las obras del P. Henao (nueve
tomos), juntas con las del P. Raynando, como para protestar que ambos autores eran del todo hermanos e iguales en la mayor erudición y sabiduría... Salamanca y 13
(de febrero) de l7O4n.
Acierta a escoger con esta carta lo más sobresaliente
del P. Henao, y lo dibuja y presenta con tino y desembarazo.
De este esbozo biográfico se infiere que el P. Francisco Javier, nobilísimo por su prosapia y alcurnia, lo fue
también por sus virtudes, sabiduría y trabajos, y que no
desmintió, en el celo por la gloria de Dios, que pertenecía a !a raza gigantesca del incomparable Apóstol de las
Indias y de! Japón.
ANTONIO PÉREZ GOYENA, S.J.
TU ERES
—Cuénteme una historia, abuela.
—Allá, en remotas edades,
junto al mar de Tiberiades
habitaba un pescador.
Y era el pescador muy pobre,
según dice la leyenda,
y era tosca su vivienda
y era ruda su labor.
Una tarde en que afanoso
los aparejos cosía,
oyó una voz que decía:
"Deja las redes, Simón.„
Y dejando los avíos
en la dársena, el barquero
corrió, obediente y ligero,
hacia Aquél que le llamó.
PEDRO
—¿Y qué hizo el pobre barquero
de sus redes y su avío?
—Lo dejó todo, hijo mío,
por seguir su vocación.
Pues de Cristo el mandamiento
desde entonces acatando,
caminando, caminando,
hasta Roma caminó.
—¿Qué es lo que dices, abuela?
¿Aun vive Simón en Roma?
— No vive Simón Barjona,
pero Pedro vivo está...
Si vas, niño, al Vaticano,
con la fe por compañera,
al besar el pie a un Anciano,
"Tú eres Pedro,,, le dirás.
J. C.
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GE. -
LA
AVALANCH A
¡Toma, traidor!...
A estación de Saint-Fargeau, y en el tren de las
siete y trece minutos de la tarde.
Mujeres y muchachos con trajes claros, que
vienen en busca de sus maridos o sus padres,
algunos trabajadores del campo, empleados y
muchos pescadores amateurs, armados de pies
a cabeza, terribles y pacíficos a la vez, con sus cañas y
sedales para las estrellas del mar, sus raquetas, sus anzuelos y sus baldes. Todos forman una sola familia y se
interpelan mutuamente a gritos:
—¡Principalmente, no arramble usted con todo, señor
procurador!...
—¡Mira este gusano!—exclama un abogado célebre,
abrienao una cajita de acero.—¡Vivito y coleando!
Todos los pescadores se acercan, e inclinados, contemplan con envidia et pulular infecto y grasiento de los gusanos vivos.
—¡Es gusana de raza!...—afirma uno.—La mín está
encimica...
—¡Dame un puñado!—suplica otro, con expresión de
mendigo en ¡as pupilas.
—No... sólo tengo los justos...
Un sol espléndido de julio dora está escena campestre;
y un extraño que observase la pacífica estación, y a las
familias de los pescadores que se van por el camino bordeado de árboles, diría:
—¡Todos estos franceses son dichosos!
Un hombre ha bajado, el último, de un coche de tercera, en el preciso momento de arrancar el tren.
Se muestra receloso...
¿Será un malhechor?... No... Con sus anchos pantalones de pana raída, su faja colorada, su blusa azul, su aire
bonachón de galo de bigotazos caídos, delatan únicamente un bravo campesino.
Deslizándose a lo largo del muro, observa y mira a
derecha e izquierda de la vía... y después, hacia fuera...
Todo está tranquilo alrededor de la estación; los pájaros entonan bajito, desde las ramas, su oración de la tarde; el Sena, perezoso, parece extender los brazos sobre
la almohada verde de los prados, para pasar una buena
noche, y los grupos de viajeros semejan ya manchas pequeñas que se esfuman en las lejanías del horizonte.
El rezagado toma entonces apresuradamente su hatillo... Una última ojeada... y se lanza, a la carrera, por el
camino que entre árboles conduce hasta el pueblo.
• ##
No llevaba dos minutos de camino cuande tres hombres llegan a todo el correr de sus bicicletas. Vienen anhelantes y foscos.
—¡Te aseguro que ha bajado aquí!... Quiso bajar en
Ponthierry... ¡pero te vio a ti, zángano!
—¿A mí, que me vio a mí?
—¡Sí... a til... Te asomaste por cima de la valla, y se
escondió debajo de los bancos del vagón.
En este momento encuentran a una niña con un pan
enorme en las manos.
—Dime, pequeña—pregunta el jefe:—¿has visto en la
carretera un compañero nuestro?
—Sí...—dice la niña.
—¿Con pantalones marrón?
—¡Precisamente!...
—¿Va muy lejos?...
—¡No; pero corre mucho!
El rapaz lanza un grito salvaje:
—¡Adelante!.,.
Y la niña, un poco turbada, les ve montar sobre las
máquinas y devorar vertiginosamente la empinada cuesta.
Alfinel campesino es alcanzado. El infeliz está pálido... temblando de pavor en su ancho vestido de trabajo.
Sin embargo, procura hacerles frente.
—¡Hola! ¿Qué es eso? ¿Se busca bronca?
—Se busca.
187
Arrojan las bicicletas en la cuneta del camino.
—...¡Ah! ¡Hipócrita!... ¡Ah! ¡Traidor!... ¿No sabías que
todo el año está abierta la caza del zorro?
—¡Yo tengo derecho a trabajar... me parece!... ¿No
somos libres?
—¡Libertad te vamos a dar a ti!... ¡Borracho! ¡Mala
pécora!
El campesino se apoya contra un árbol, y enarbola
una botella.
—¡Al primero que venga!....
Miran alrededor los tres agresores y se cercioran de
que están solos. Entonces se abalanzan ferozmente:
—¡Ah! ¿Conque tú eres libre? ;Toma, reptil!...
Y descargan con llaves y vergajos golpes terribles sobre el pecho de aquel pobre trabajador, quemado por
todos los soles y lavado por todas las lluvias. Los zapatones claveteados se los hunden en el vientre, entre jadeos de carniceros al rematar las reses.
—¡Toma, aquí tienes tu pago!... ¡Toma, traidor! ¡Torna,
vendido!
Ha caído en tierra. El jefe de la banda, de un taconazo
le aplasta la nariz.
—¡Este es el sello del Sindicato!...
Desvanecida la víctima, permanece inmóvil, bañada en
su sangre.
Se consultan entonces los criminales:
—¿Qué hacemos?
¿Dinero para templos? Admirable.
¿Dinero para hospitales? Meritísimo.
¿Dinero para escuelas, para asilos, orfelinatos, comedores económicos, obras sociales? Digno de loa y de
aplauso.
Pero antes que para todas estas empresas de devoción y de caridad, dinero para el periódico católico.
Porque sin periódico católico, que es la trinchera en que
se estrellan los embates del enemigo, vendrá éste y se
quedará con templos, hospitales, escuelas, asilos y orfelinatos, y hará de ellos armas contra nuestra Fe.
CARDENAL HARTMANN.
—Dejarlo que reviente ahí—exclama uno, levantando
su bicicleta.
—¡No! ¡Más vale otra cosa! Ven acá y echa una mano.
¡Ajajá! ¡No!... ¡Por debajo de los brazos! ¡Y tú... por las
piernas!...
Levantan el pesado cuerpo entre los tres.
—¡Aquí... contra el árbol! ¡Sí... con la faja... por aquí!...
(Apriétalo como un fardo... más apretado aún!... Después,
colguémosle su canasta del cuello!
Aun borbotaron a'gunas injurias, que el campesino no
oyó, y montaron en sus máquinas.
• ••
Ai día siguiente, de mañana, un sacerdote que bajaba
la cuesta para ir a la estación, vio de repente una especie de cadáver, atado a un árbol con una faja colorada, y
de cuyo cuello pendía un canasto.
A toda prisa se puso a desatarlo.
—¡Pobre hombre!... ¿Quiénes fueron los bandidos?...
—No fueron bandidos...^gimió el desgraciado.
—Entonces, ¿quién?
—Compañeros...
— Pero> ¿por qué?
Entre quejidos que le arrancaba el dolor, exclamó:
—¿Comprende usted?... Yo tengo mujer e hijos... Esta
es la tercera huelga en dos meses. Una huelga absurda...
Nadie sabe por qué... Me atreví a trabajar...
—¡Se atrevió usted a trabajar!—repite el sacerdote.—
¿Tan grave crimen es ello?
—Tan grave, que cinco compañeros han pasado por
delante de mí esta mañana... no mala gente, al parecer...
y ninguno ha tenido el valor de soltarme.
—¡Es increíble!
—¡Oh, sí!... Por culpa del Sindicato—murmura el campesino,con el. espanto en los ojos.
.. . .
188
LA
AVALANCHA
Y el sacerdote, continuando su camino, en medio de la
calma apacible de la Naturaleza que despertaba a los
primeros albores de la mañana, pensaba:
—¡Pobre gente!... Cristo hizo al obrero libre; la Iglesia,
los nobles gremios; las logias inmorales han vuelto a hacerle esclavo... ¡y qué esclavo!—PIERRE L1 ERMITE.
NUESTROS GRABADOS
Antiguo Portal de la Rochapea en Pamplona.—Este Portal-, que fue construido en 1553, siendo virrey de
Navarra don Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque, es uno de los seis que rasgaban el cordón de murallas que rodeaba a Pamplona para dar entrada a la ciudad.
La demolición del Portal de la Rochapea y las obras
de reforma y ensanche de esta entrada a la población,
que tenían por objeto facilitar la circulación rodada, dieron comienzo a primeros de octubre de 1914 y se terminaron el 4 de marzo de 1915, ascendiendo su presupuesto a la cantidad de 30.000 pesetas.
Nuestra fotografía fue obtenida el 25 de septiembre de
1914, pocos días antes de comenzar las obras de demolición.
Entrada a la Avenida de Carlos III, en el nuevo
Ensanche de Pamplona.—Reproduce nuestra fotografía
la entrada a ia Avenida de Carlos 111 el Noble, en el
nuevo Ensanche de esta ciudad, vista tomada desde la
carretera que de Villava conduce a Pamplona.
Nueva Casa del Ayuntamiento de Buñuel.—En esta
villa de Navarra, perteneciente al partido judicial de Tudela, que se encuentra a 120 kilómetros de Pamplona y
se compone de 2.600 habitantes, se ha construido una
hermosa Casa Consistorial, de nueva planta, bajo el proyecto de don José Bordonaba Toledo, y cuyo aspecto
exterior reproduce nuestra fotografía, habiendo sido inaugurada solemnemente el 28 de febrero del presente año.
Grupo de congregantes de María Inmaculada y
San Luis Gonzaga, en Lecároz.—Esta Congregación
de jóvenes del lugar de Lecároz, perteneciente al valle
de Baztán, es una de las más fervorosas y de mayor número de Navarra, con relación a la densidad de su población.
Nuestro grupo fotográfico fue obtenido el día en que
los congregantes terminaron los Ejercicios espirituales,
que fueron dirigidos por los sacerdotes que les acompañan y se celebraron recientemente.
BIBLIOGRAFÍA
Es de las recomendadas Ediciones Fax, Plaza de Santo Domingo,
13, Madrid, la Biblioteca de Clásicos Amenos, y ha publicado recientemente los tomos XXI Crónica de D. Francesilla de Zúñiga, críado privado y predicador de! Emperador Carlos V., dirigida a su majestad por el mismo D. Francés, y el XXII Poesías Líricas, Selección, Lope de Vega.
D. Francesillo de Zúñiga, ruin figura, fue bufón de Carlos V y
quien escribió esta Crónica. Está cuajada de impresiones maliciosas
de la vida cortesana, desde ei fallecimiento de Fernando el Católico
y venida de Carlos V a España, hasta el ano siguiente del casamiento del emperador. Fue escrita en 1527, y el título que mejor refleja
su contenido, entre los varios con que se ha propagado, es el siguiente: "Crónica de mano del donosísimo D. Francesillo, agudo decidor del emperador Carlos V, en la cual escribe muchas cosas suyas, y algunas acaecidas en España y en las comunidades; contiene
graciosos y subtiles dichos y apodos a grandes, a prelados y señores
particulares. Es lección exquisita, gustosa y de apacibles ratos y entretenimiento.,,
El tomo XXII de la misma Biblioteca lo forma una selección de
poesías líricas de Lope de Vega. Un alma como la de Lope, abierta
para acoger en sf y exhalar toda suerte de emociones, hubo de dejar,
por fuerza de algún canto de su lira, la impresión de las infinitas vicisitudes de su vida, por demás revuelta. Sus amores, sus destierros,
su conversión y ordenación de sacerdote, sus desgracias: todo nos
lo cuenta y nos lo hace vivir y sentir el poeta en aquellos versos, ricos de forma y llenos de ¡deas.
Este tomo reúne, sin duda, algo muy selecto; y es una mínima
parte de la imponente producción del autor que es difícil escoger entre tanta belleza.
Se venden estos dos lindos tomos que nos complacemos en recomendar en este número, a 2'50 ptas. cada tomo, en Ediciones Faxv
Santo Domingo, 13, apartado 8001, Madrid, y en las librerías.
MESA REVUELTA
La Memoria del Orfeón- — Acompañado de atento
B. L. M. del presidente del Orfeón Pamplonés, don Mariano Arteaga, hemos tenido el gusto de recibir un ejemplar de la Memoria correspondiente al ejercicio de 1932.
Contiene esta Memoria interesantes detalles de la actuación de nuestra laureada Sociedad Coral durante el
año pasado, las obras interpretadas en los años últimos
y una relación de los socios honorarios, protectores y
activos.
La ley de Congregaciones religiosas.—"Pone mano
aprehensora y dispersadora en el patrimonio eclesiástico,
con increíble audacia y sorprendentes motivaciones sofísticas, con las cuales quisiera cohonestar el sonrojo de
ilegitimidad que debe de haber sentido el propio legislador al hacerlo.„
(De la Declaración Colectiva del Episcopado español.)
Monumento a Gabriel y Galán.—De Piasencía comunicaban la semana pasada la inauguración del monumento erigido en memoria del insigne poeta cristiano Gabriel y Galán.
Al acto asistieron las autoridades, comisiones y representaciones de varios ayuntamientos comarcanos.
Los hijos del esclarecido y católico poeta agradecieron
el homenaje con palabras expresivas.
La unión de las derechas.—En las circunstancias verdaderamente dolorosas porque atraviesa España, en que
se hallan en peligro sus más altos valores espirituales y
su economía, se impone ia estrecha unión entre todos los
españoles que ponemos por encima de toda forma de
Gobierno los intereses de la Religión y de la Patria.
Así nos lo ruega amorosamente el Santo Padre en la
paternal Encíclica que recientemente ha dirigido a los
católicos españoles con motivo de la promulgación de la
nefasta ley de Congregaciones religiosas, y así nos lo ordenan también los Prelados en su bien meditado documento sobre el momento actual de ia cuestión religiosa
en España, al recomendarnos que ante la difícil situación
creada a la Iglesia en España, ejercitemos nuestros derechos cívicos en defensa de los principios fundamentales
de la civilización cristiana, por medio de la unión que
salve las ideas políticas de cada uno.
Y esta sabia conducta que con sus claras normas nos
señala la más alta representación de la Iglesia en España,
es la que ciegamente y con todo entusiasmo debemos seguir todos los católicos españoles, si queremos que no
lleguen a llevarse a cabo los siniestros planes de la política sectaria al servicio de la Masonería internacional.
Refranes de junio.—Junio es todo día: los viejos y
achacosos tienen más vida.
Cuando junio llega, busca la hoz y limpia la era.
Si quieres coger pan, ara por San Juan.
El heno, corto o largo, por junio ha de estar segado.
Agua por San Juan, quita vino y no da pan.
Desde San Bernabé se saca la paja con el pie.
Ni en noviembre ni en junio permitas que trasquilen
tu rucio.
Agua en junio, infortunio.
junio brillante, año abundante.
Junio, hoz en puño.
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