252 ISIDORO GO N ZA LEZ GALL EG O de España»21. Y el día 28 de enero Luis XVIII denuncia ya, en su discurso de apertura de la Cámara francesa, la disposición de Francia para invadir España, con el fin de derrocar el régimen que se apoya en la Constitución 22. Desde meses antes, y tras el fracaso de la sublevación de la guardia Real a favor de la monarquía absoluta, habían comenzado a proliferar las partidas realistas cada vez en mayor progresión. El propio Luis XVIII daba dinero al rey español para financiar a los guerrilleros anticonstitucionales 23 . Pero estaba claro para todo el mundo que las partidas, por sí solas, eran incapaces de derrocar el sistema liberal sin el auxilio de un ejército extranjero 24. La propia Regencia de Urgel se mostró incapaz de mantenerse, aún cuando las reuniones de Verona anunciaban ya nítidamente la proximidad de la intervención directa de la Santa Alianza, y se disolvió a fines de diciembre 25, sin capacidad para esperar solamente unas semanas al ejército del Duque de Angulema. Cuando éste entrara e n España vendría precedido de otro ejército, éste español, formado por 35.000 hombres reclutados entre los guerrilleros absolutistas. Era el «Ejército de la Fé»26 . España, escindida en dos, campo de batalla de contiendas ideológicas europeas De esta manera, con enfrentamientos entre los españoles, (las dos Españas) y con intervenciones extranjeras, se iniciaba un proceso que duraría siglo y medio y cuyo clímax se localiza en 1936. Nos encontramos ya en lo que algunos autores han denominado «la primera guerra civil española» 27. Una guerra que, además, atraería la atención y la participación de toda Europa, que en la pugna absolutismo-liberalismo en España vería un peligro para todo el continente, no por la originalidad específica de las ideas enfrentadas, sino porque éstas eran las que se albergaban ya, claramente, en el interior de la Europa de la Restauración que en la situación española de 1820-23 veía la primera fisura peligrosa en la estructura conservadora que había levantado el Congreso de Viena en 1815 28. Por eso, al igual que ocurrirá en el 36, la propia Europa se dividirá en su participación en la guerra de España. El mismo 28 de enero, en la Cámara francesa, el diputado Bignon contestará a Luis XVIII: «el motivo de la intervención, que aquí no se nos dice, pero que es el verdadero, es que en España se está decidiendo el proceso de la Europa constitucional». Y por ello, otros franceses, como Armando Carrer, mientras penetra por el Bidasoa el ejército del Duque de Angulema, toman las armas para defender la libertad española formando la «Legión liberal extranjera», cuerpo de voluntarios de todos los países europeos que se encontraba a las órdenes del coronel italiano Pacciadoti y que se incorporó al ejército de Mina en Cataluña 29 . Por otro lado, como ya sabemos, un ejército portugués, al mando del Conde de Amarante, realiza diferentes operaciones militares en Tierra de Campos. Así, entre enero y mayo de 1823, la obra de las Cortes revolucionarias, que durante el trienio progresista intentaron acabar con los instrumentos que