Hacia la evolución consciente Dar y Recibir Dar y Recibir es el séptimo hilo del entramado que forma el tejido del proceso de la evolución y el desarrollo pleno de nuestro potencial humano, desarrollo que se manifiesta tanto a nivel mental como en esa otra dimensión, más allá de los sentidos, que denominamos espíritu. La acción de dar está en directa relación con el desapego. La avidez y la codicia con que nos aferramos a algo, marca el nivel de identificación que mantenemos con el ego y por ende con las cosas accesibles a su nivel de percepción. Ello incluye, obviamente, todo lo material pero también las ideas, prejuicios y condicionamientos a los que nos apegamos con tanta fuerza, pues son los pilares donde se apoya esa ilusión que llamamos “Yo”. Prejuicios y condicionamientos que aún siendo no conscientes en su mayoría, nos son tan queridos y nos dan tanta seguridad. Creencias a las cuales nos aferramos como verdades inmutables, paradigmas que son fundamentos de esa estructura inasible pero con la cual nos identificamos con tanta vehemencia, el ego. Los bienes materiales vienen a conformar el nivel más denso de nuestros apegos, y si bien mantenemos vínculos muy poderosos con muchos bienes materiales son, a pesar de todo, el nivel menos difícil de renuncia. El mayor reto para donar o entregarse, es atreverse, humildemente, a replantarse el paradigma que nos sirve de referencia. Hacia la evolución consciente Decisión difícil a ser tomada en un plano consciente, pero aún más difícil es lograr la apertura de mente y alma que permita la disolución de los antiguos marcos referenciales, para dar paso a nuevas y más amplias formas de comprender y vivenciar tanto a la existencia como a sí mismo. La acción de dar va en relación al desarrollo de la humildad y la generosidad, que se traduce en desapego. Por otra parte, la acción de dar, el vivir dando, se traduce en una vida que se aleja del orgullo, la codicia, la avidez y la mezquindad. Implica trabajar en el desarrollo de la confianza y la tolerancia, características estas de indispensable presencia para poder dar con el sentido requerido para permanecer en el camino de la evolución. Las razones para dar pueden ser muchas, y a veces son razones desviadas. Se puede dar por razones equivocadas, y de esta forma no se logra la meta del crecimiento y expansión de la mente. Dar por ejemplo: -Para ofender, insultar o humillar al que recibe. -Por miedo a las consecuencias de no hacerlo. -Para pagar una deuda o favor. Hacia la evolución consciente -Porque dando, el dador se considera bueno o santo. - O simplemente para obtener buena reputación. Son razones inapropiadas y no caracterizan a un filántropo o simplemente a un dador que pretende que la acción de dar sea una manera de existir, connatural con la vida. Las “razones” o maneras apropiadas que acompañan la acción de dar son: 1) Se debe dar sin expectativas. 2) Por aprender a vivir desapegado. 3) Por romper condicionamientos. 4) Para experimentar que no se es lo que se tiene, ni material, física o mentalmente. 5) Para ser más libre. 6) Para descubrir que cada vez se necesita menos. 7) Por generar placer o felicidad en otro. 8) Para no confundir dar con superioridad. 9) Para aprender a involucrarse plenamente con la acción de dar. 10) Para aprender a manifestarse dando lo que otro necesita. El Recibir también implica un tremendo aprendizaje. Muchas personas solamente saben dar pero carecen de la humildad necesaria para recibir. La acción de Recibir, implica aceptar la propia vulnerabilidad y la necesaria interrelación que mantenemos con nuestros semejantes, y todo nuestro entorno. Aceptar carencias, ignorancia, debilidad o necesidades, requiere despojarse de orgullo, arrogancia, prepotencia, pedantería y autosuficiencia. Hacia la evolución consciente El Recibir es un acto tan cargado de amor como el dar, en realidad no son dos cosas, son dos aspectos de una sola realidad y por ende, debemos estar preparados para contemplar y acepta las dos caras de la misma moneda. Las actitudes apropiadas que deben acompañar la acción de Recibir son: 1) Recibir por humildad, por aprender que no se tiene todo, ni física, ni material ni mentalmente. 2) Por experimentar el placer del otro al dar. 3) Como antídoto del orgullo. 4) Para aprender a vivir el rol de recibidor, cuidado, atendido, amado. 5) Para enseñar a otros a tanto a dar como a recibir. 6) Para no identificarse con lo que se tiene ni con lo que se recibe. 7) Para tener la oportunidad de agradecer. 8) Para experimentar que se puede recibir mucho de quien menos se espera. 9) Para no confundir recibir con inferioridad. 10) Para involucrarse plenamente con la acción de recibir. 11) Para aprender a expresar amor, recibiendo lo que se requiere y que otro quiere darnos. Dar y recibir, desapego y humildad. Dos aspectos de una sola realidad que siempre van juntos aunque solamente estemos acostumbrados a ver un solo lado de esa unidad. Hacia la evolución consciente Recordemos que la acción de dar no va unida necesariamente a donar objetos o cosas materiales. Muchas veces a lo largo del día se nos presenta la oportunidad de dar algo de nosotros mismos o de recibir con alegría una acción, un objeto o un gesto afable y cordial que alguien tenga a bien darnos. Aprendamos en el día a día a movernos, conscientes, entre estas dos manifestaciones del amor. Para plantearnos cualquier duda escríbenos a contacto@cuartasingularidad O afíliate para recibir periódicamente información sobre éste u otros temas de tu interés, también, si lo deseas, puedes escribirme directamente a hector@cuartasingularidad Visita www.cuartasingularidad.blogspot.com y manifiesta tus inquietudes y opiniones de los temas planteados. Síguenos por twitter @singularidad y recibe mensajes diarios para tu bienestar. Dr. Héctor Gómez G.