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Viernes 26 d» Februo á* 186*..
PUNTOS DE SUSGRÍGIÓH.
PRECIO DE SÜSGRTGIOR.
i EL IMPARCIAL
MH)m:{G0ATRO REALES al mes. -PBOTOCIAS; V E N T I C D A T R O
BlSALt, triáiestre. CUARENTA jeraestre, remitiendo hbrtnzaa o jetio»
«sta Administración.—ULTRAMAR 1 ESTRANJERO: SESENTA REALí.^
bimestre: único corresponsal en la isla de Cuba, D. Alejandro Uiao,
«W»Bí.—Precio de los anuncios, á GN REAL la línea.—Se remiten i
rroTOdsB paquetes de Í5 ejemplares á CINCO REALES.
DIARIO LIBERAL D I LA MAÑANA.
.?Il"l^**''««aiterleloi» ai pedido c n j o I m p e r t e n o s e a » y «
Es MAUBIB: TabaqMrta 4t ku Cuatro Calltt, lifcfarias iJ'j SaneUz Ry¡'
hio. Duran j San Uartin y almacén de papel de barrio, Corrodera
Baja, i
Para la venta de paquetes y para
Para
pa las insercioTies y comünicodos, dirigirse á esta Administración y ol Gerente dqlR empresa,
D. JOSÉ BRAVO Y DESTOüET.
Teda la correspondencia debo dirigirse al Director de Ei lariRClAl,
IPIssad* Matntp, Nnm. R, IHAilriil.
Aceptando el rigorismo de que la iniciativa de la necesidad de las revoluciones políticas, hasta que esa
presentación del proyecto partiese d« la misma Cons- misteriosa ley de las relaciones sociales, destruyendo su
fortuna y debilitando su riqueza, le revela que es llegado
tituyente, habría que nombrar una comisión que se el momento de escoger entre la vida y la muerte, y enCDESTiOBES DELDIA
ocupara de la discusión previa que habría de prece- tonces en una violenta sacudida, arroja al.suelp los tronos
der á la redacción del proyecto de Ley fundamental. i1 las instituciones que sobre ellos pesaban. En este moEL NUEVO GOBIERNO,
Acaso sucedería como en la Constituyente france- mento, wfíures, la cuestión enonóraica se presente consa
sa de 1848, que hubiera que hacer tres proyectos, y euestion vital; la cuestión de vida 6 muerte; el eterno ser
Aodo inclina á creer que el gobierno provisioüíil,
que solo el tercero fuese el sometido á la deliberación 6 no ser del profundo poeta inglés.
~ ^ formación t a encomendada la Asamblea al ^eneEl ministerio se encontró con la bancarota moral; no
de
la Asamblea, y en todos estos debates previos, un
j"»Semin©, quedará constituido conloa mismos indiel seno de una, ó acaso mas comisiones, ¡cuánto tiem- faltaba mas que la declaración de hecho; se encontró con
!j5*<*qiie han regido los destinos del país desde el
administración completamente desquiciada: oon inpo trascurrido en los momentos en que el país desea la
'««octubre último.
gresos casi ilusorios y con gastos inevitables, que era.
verse ya definitivamente constituido!
preciso atender en breve plazo; la única salvación era gav4P* qué manera acogerá la opinión pública esta soLa presentación por el gobierno de iin proyecto de nar tiempo. ¿Qué hubiera hecho ante estas dificultades la
? * * ? Juzgando por el estado de los ánimos, debeConstitución, como base de las discusiones de la minoría republicana? ¿Hubiera hecho lo que el Sr. Pí y
• • • decirlo con franqueza, con marcada prevención,
Asamblea, abrevia estos trámites, ahorra tiempo que Margall quiere; hubiera hecho y-randes economías en el
, E ^ ao coa disgusto, aun prescindiendo de los p a r ojéicitO; en el cloro y en lus sueldos elevados? ¿Y era poen esta situación es doblemente precioso.
¡^•"odieales, á quienes, como es natural, ha de p a y por otra parto, esto en nada amengua la Sobera- sible, señores, lanzarse en ese camino desde los ptiuioroa
«testable todo gobierno «lue no salga de sus
No, no era posible hacer economíasi cu el ojérnía de las Cortos Constituyentes, pues que no pudieii- momentos?
to, cuando no sabíamos nosotros los elementos con que la
do
ser
disueltivs
por
un
poder
ejecutivo
delegado
s
u
^ « • o t r o a . sin embargo, creemos que es necesario
reuccion podia contar, cuando ignorábamos las fuerzas
yo, la votación contraria, las modiíicacioíies mas ó con que podia contar la causa carlista, No; no era posible
. ^ » « i * r profunda y desapasionadamente el orden
menos importante^, si de los debates resultasen, ha- licenciar al ejército, sobyo todo, cuando por desgracia lo»
'1 *B ios sucesos y apreciar en su debido valor
rlá&«]t toad caso que el proyecto del gobierno que- mismos hombres de la revolución lanzaron sus hijo» á las
^i--'^'wtanciaB, antes de fallar en asueto de tan
dase d deánitiyamente desechado, 6 mas ó menos pro- calles á 5nohar contra sus hermanos; cuando vosotros na
^«Iteres.
fundamente modificado, sin que ningún otro podoy dudabais, ante motivos peqneflos, en hundir á un tiempo
j|iW<ié significa el voto de gracias dado por la Asamel abismo la causa del orden y de la Libertad, tan Intipudiera oponerse, y por el ejercicio de la plena Hobe- en
m^ Jl gobierno provisional? ¿Cuál es la importancia
mamente unidas que sin cualquiera de ellas la rsvoluciou
raní*
de
ía
AsaBÍblea
residení.e.
sucumbe.
^ ^ f e l m i n i s t e n o que va á constituir el general SerI'ál es nuestra opinión. Tal deseamos que sea tam^ g « importa mucho conocerlo para juzgar con la dePor lo deraíis, que hay que hacer eoonomíaR eso lo penbién la de las Cortes Constituyentes,
«?»**í>ircialidad la manera con que el duque de la
samos todos; eso, supongo yo, lo piensa el ministerio y lo
Si
en
rigor
de
doctrina
la
facultad
de
iniciativa
no
pensará cualquier ministro que venga. Y pensará hacer
1 ^ « « r e s p o n d e í la confianza que en él ha deposiLA CUESTIÓN DE LA m i C I A T I V A . .
debe corresponder al g'obiemo en lo tocante á presen- economías, poruña ratón sencilla, porque la organización
r^«representación nacional.
tar un proyecto de Constitución, la conveniencia, en actual del ejército responde al antiguo sistema, que es el
aes dé cuatro meses de período revolucionario,
Próximo ya el día en que las Cortes Constituientes nuestro sentir, aconseja que ejerza esa iniciativa, por de tenñif divididas las fuerzas militares y repartidos los
5 el cual tantas y tan difíciles situaciones ha se ocupen de discutir la Ley fundamental del Estado,
mandos; y la trasformacion que se viene verificando en
a—- que dominar el gobierno; después de haber i m - discúrrese estos-dias en los círculos políticos acerca las razones que espuestas dejamos.
España, y que ha penetrado en el ejército, como en todas
T ^
y consolidado todas las libertades indispen- de si el gobierno debe tener la iniciativa en tan i m las capas sociales, enseiSa hoy á reunir la fuerza en gran2 * » ' I « r a el desenvolvimiento de las ideas procla- portante y trascendental asunto presentando á la DISCURSO DEL SI|. MOHET Y PRENDERGAST. des masas, Entonces, disfrutando de la tranquilidad que
da la posesión de la libertad, sin un peligro cada dia, po£ * * » en Cádiz, y preparado los medios de llega,r Asamblea un proyecto de Constitución,
dremos enviar los soldados á sus casas, organizarlos en
5*Hnila y ordenadamente al período de la reoonsti^
A
continuación
publicamos
íntegro,
conforme
con
Conferido por fas Cortes—dicen unos—ral general
>^Mto, el gobierno provisional entregó el poder en el Serrano el poder ejecutivo, es evidente.que en calidad el Diario de las Sesiones, el discurso pronunciado por grandes reservas, y teniendo sobre las armas un reducido
número, disponer sin embargo de fuerza suficiente para
I g ^ d e la Asamblea sometiendo s u s actos al juicio so- de tal poder tiene la iniciativa para presentar proyec- el Sr. Moret y Prendergast en la sesión de la Consti- reuniría en un dia dado, si otras potencias pensaran en
• 5 ^ ^ irrevocable de los representantes del país. tos de ley á la Asamblea. Los presupuestos que van tuyente del dia 24.
invadir el tei'ritorio español.
f j w l fea sido el falb que estos han pronunciado? JNo á ser presentados son un proyecto de ley, y claro es
Nos proponemos publicar del mismo modo en lo suEconomías cu el presupuesto del clero. Señores, este
; ^ 1 * » 4ué decirlo: ahí están agrupados los nom- que pues que el ministro de Hacienda los formula y el cesivo los discursos mas notables que se pronuncien puuto ya lo esperaba do parte de la minoría republicana.
í**» üttBtrea de los tres partidos liberales que^han gobierno los presenta á la deliberación d é l a Consti- en la Constituyente, y si no hemos hecho ya lo m i s Mas para hacer economías en el presupuesto del clero
**« su voto favorable, después de haber oído el tuyente, ejerce con esto la fecultad de iniciativa.
mo con el del Sr. Castelar, ha sido porque dificulta-' es preciso, y esta no es cuestión de ahora, romper el
Concordato; y después de roto, que ya sé que esto no o»
y «1 contra sost'<aüo por hábiles y profundos ora.Las Cortes Constituyentes son soberanas—dicen des materiales nos lo han impedido. Esperamos, sin importa, al separar la Iglesia del Estado, tener en cuenta,
embargo, que el elocuente orador republicano nos ha
I J ^ e los ministros no se hayan mostrado m u y d e - otros—y el dejar al gobierno la iniciativa de presen- de facilitar aún mas de una ocasión de tener que p u - los antecedentes históricos, recordar lo que significa entre
tar proyectos de ley, es.conseBtir en que su soberanía
sosotros el presupuesto del clero, y tener presente que
g^"»
i resolver en sentido radical ciertas cuestioblicar sus brillantes peroraciones.
es la compensación de una contribución que se creó parai.
quede singularmente cercenada.
!^,"*mo pretende el partido republicano, ó que h a La del Sr. Moret es de tal importancia, que n u e s - mantenerle, cuando la 'revolución abolló los antiguos
El poder ejecutivo—añaden algunos—ha tenido for''£?.'««eho todo lo que realmente tenia derecho a e s y se apoderó en provecho suyo de los bienes del
zosamente la facultad de tomar la iniciativa en presen- tros numerosos lectores tendrían ra?on de mostrarse diezmos,
clero. Y si hay en nosotros justicia, no podemos abandoS * ' d e ellos la revolución, según acaba de decir la
tar los proyectos de ley—^y como en un último resul- quejosos si no se la diéramos á conocer íntegra,
i ^ * í » de la Asamblea, siquiera haya dejado m t e A la brillantez de la forma, á la galanura de la nar la Iglesia sin haberla dado siquiera como indemnizatado—las Cortes son las que deliberan y votan, en
ción una parte no pequeña do lo que le está recor^ocidí)
[ ÍS»»l&unos problemas sin menoscabo de la libertad, nada queda amenguado su prestigio.
frase, á la riqueza de estilo, á la pureza de doctrina hoy; yjíntsnoes todo estará reducido á cambiar \a dota? * ^ «8 que el gobierno provisional ha recibido un
Esta última opinión, que se refiere evidentemente que ya conocíamos en el Sr, Moret, se unen en BU dis- ción dial clero en una oantidad de títulos del Estado; esto
r » *í g r i i í a s , y con él'un testim«nio de confianza á las situaciones normales, constituidas, definitivas, curso de anteayer los grandes pensamientos políticos, es, á trasformar el presupuesto de Gracia y Justicia en
' ^ i .V)dog r cada uno de sus ministros alc»n?a.
á la fórmula de nuestras pasadas Constituciones «el la argumentación vigorosa, la habilidad del [polemis- presupuesto de la deuda, oon lo cual serán, de escaso valor
ttl'.ntiíaciea, ¿era posible al duque d é l a Torre, poder legislativo reside en las Cortes con el rey», tiene ta, y todas estas circunstancias reunidas han hecho las economías que esperáis. Y no podremos menos de
" do de f o r á w un nuevo gobierno, prescindir el defecto de olvidar (jije esjja mismas Constituciones que, si antes el Sr. Moret se habia colocj^do á guan proceder así; ni vosotros, los que oa escandalizáis de la
o J e sus anviíítt«s compañeros? Si la <.am_a- daban al poder ejecutivo, entonces representado por l¡t altura, anteayer el diputa4o demócrata-monárquico liquidación de la Caja de depósitos, podréis pretender
otra cosa; que no se ha heoho una revolución en nombm
«lu contra de nadie, ¿le era
hechor
corona, la facultad de disolver las Cortes cuando creía se colocó á otra tan superior, que difícil sera que á del derecho, é invocando el santo nombre de la jnsticia,^
ría al S K
I^TOVT^^Í^? ^^^^
«i^^ que su voto no respondía á la opinión del país, á la ella puedan llegar otros oradores.
para despíjir U la iglesia de lo que se la reconoce CQf
Hace tiempo, mucho tiempo, que en la líepresen- mo suyo,
modo w^ocar el folio de la Asamblea, que cual hacia un llamamiento con una nueva convocato^ f *•"» VotodfgrTeias envolvía lo Wismo al duque de ria 4e ¡•fpi'esentantes de la nación.
tacioH nacional no se había pronunciado un discurso
Moonomías en los grandes sueldos de España. ; Ah, se" t ^ que á sus demás compañeros?
La situación, por consiguiente, no es en modo algu- igual al que vamos á reproducir, y los tríiinfos auoo- ñores! De 54.514 individuos que viven de nue?lro presuí i í ? «ien el esta¿!» iietual í e la política, cuando la no comparable con la actual, en que el poder ejecuti- sivos que al Sr, Moret esperan, podrán aquilatar aún puesto de clases paaivas, apenas hay C.OÍW cuya dotación
??»>»•» p o t a tenido aun tiempo de pronunciarse
dp IQ.OOO rs., y do unos 64.000 empleados que vi->
vo, simple delegado de las Cortes soberanas, rio p u e - más la alta reputación que se ha conquistado, pero esceda
ven del presupuesto activo, apenas hay 5.000 cuyas doV^,• i i ^ & » m a de las cuestiones cuya a p W o n debe
no superar al que ha alcanzado anteayer.
de disolver la Asamblea.
ciones escedan de 3Q.000 rs. ¿Qué va, pues, á dismirjuir?
5 ^ f cargo de los ministros, era imposible que el
Nuestros lectores juzgarán por sí mismos,
Cierto es, por otra p9rte¡ que el poder ejecutivo lia
Y luego que hayáis disminuido , ¿qué habréis eoo^'.omizat ^ f t í Serrano pudiera inspirarse en los deseos de la
El Sr. MOBET Y PRENDERGAST: Señores diputados, do? No, señores; no es este un medio de salíatjitmj y soC ^ P»ra asociarse de hombres nuevos que mere- tenido la facultad . de iniciativa par^ la presentación no acierto á inanifestaros la profunda emoción de que me bre todo, aunque en él queráis hacer alguria cosa, yo
J l ^ «layores simpatías, no por eso creemos que el de proyectos de ley, pero hay que tener en cuenta qi^e hallo poseído, emoción que hace temblar mi vo? y refiuir siempre me opondíia á una teoría que coD'slste en dismi• 1 5 ? gobierno provisional formado coa los mismos solo podían ser proyectos de leyes orgánicas, dentro la sangre á mi corazón, y que ^ape a^te todo de la gra- nuir, eu empequeñecer, en quitav, en rebajar el precio dft
4 ^ 8 del anterior deba continuar al frenta del p o - de los principios fundamentales consignados en la ye^^d de Jas plycucptancj^s, al ver vacío ese dosel que un trabajo. No, señores, suprimir enhorabuena empleados,
supone la muerte de nuestra antigroa orgranijacion; y al quitar la mitad de loa que existen porque me parecen iníL1*' un termino indefinido, y mucho menos d u - Constitución del país.
»*iti
Y la faculfad de legislar residente en las Cortes can ver también las chispas de lug y fueipo que la discusión tiles, pero dadles & los que queden todo aquello que nece-j'.wdo el período constituyente,
hace cruzar por esta atmósfera y que todos ignoramog
^ ^ t e n seguramente en el seno del gobierno ele- el rey que consignan nuestras antiguas Constitucio- aun si serán presagios de la tempestad 6 albores de nue-^ siten, sQdeadles, señores, de consideraciones y de pres^
tlgio.
• í ^ í ? * necesarios, elementos hasta cierto punto inde- nes, solo era ¿entro de aquella misma Ley fundamen- YO dia.
¿Queréis tener una administración que valga? ¿Queref»
.«utes de la marcha que el país adopte, que han tal que tal facultad conaedja, pues claro es que no
Ija casiislidad, bien lo sabéis, sqlcj la casualidad ha
, - . » . . . . la
. revolución
iou y con ella deben seguir to- podia declarar Constituyentes a las Cortes ordinarias puesto sobre mis hombros un peso superior á mis fuerzas; tener rentas que os produzcan? Pues no tengáis empleado»
Í^Jj^^con
& quienes rebajéis en retribución y en dignidad, á quieK«»
V^
vicisitudes, á los cuales consideramos como la que no traían otro mandato que el de legislar dentro y al encargarme yo, soldado bisoño, sia títulos ni máritos, todos los días pongáis á las puertas de la tentación; Cíead^
de
la
Constitución.
j ? ; «*»-ncial ó indispensable de toda situación que
para sostener la causa toda de" un gran partido, y de una por el contrario, grandes personalidades, y buscad ía ee'.j- '
Ahora bien; no se trata aquí de poder ejecutivo de- gran revolución, sus aspiraciones y su porvenir, no sé si nomía en lo que puede economizar un pueblo que se rciee
iff?»»c/eedurante el período constit-ayente. Pero a
. ^ ? ? » a a ha visto el país ni á los hombres mas emi- finitivamente constituido; no se trata tampoco, y en podré cumplir mi encargo. Por eso"no os pido vuestra solamente de grandes capacidades. Solo con lo grande y
Í B ? ! ^ de las partidos liberales, con serlo mucho los esto hay que fijar mas aún la atención, de leyes orgá- benevolencia: no sé si la merezo; pero reclamo vuestra con 1.0 fuorte se crea lo sólido y lo estable; en vea del polsimpatía, el que me sostengáis con vuestro aliento, aunW^^fos del actual gobierno, ni siquiera represen- nicas ajustadas á los principios de una Constitución que después me abandonéis como indiano. Y si me laeon- vo que se lleva fácilmente el viento, alzad do quiera enarx
mes masas de rocas.
que
aún
no
está
hecha,
trátase
de
la
Ley
fundamen*Htí ^'^^ *'es pjirtidos que se unieron para la revooedeis, para nq desuiereoev de la altura á q«e se encuental del país, y aquellos argumentos no son por oonui- tra el debate, yo me inspiraré en la elocuencia d'ií señor .-¿Y es esto todo, señores, es esto todo lo que propop'ejg?
i | ¿ 1«e estos individuos no han correspondido ente- guiente aplicables á la situación actual.
Castelar, en la habilidad y energía dal «Sr. Figueras, y Y6-nolo quiero oreer, yo no lo pue¿o, creer de una»"^ Cortes
Ciertamente que la presentación de leyes orgáni- sQl?re todo en la correcta 7 linípia frase, en el skreno x le- Constituyentes, es decir, unas Cortas que artanCan del
s a i las aspiraciones de la gran mayoría de los
seno del país, y que deben traerle ouauto «le grande y de
% ^ ' ^ ' lo dicen las censuras que la prensa de todos cas por el gobierno, á cuyo frente está el general Ser- vantado estilü, en la magaíQca argumentación del señor levantado había en él, yo no quiero or^^er que una minoría
PI
y
Margall,
á
quien
yo
rindo
el
testimonio
de
respetuorano
por
el
voto
de
la
Asamblea,
en
nada
amenguará
" A J^'tidos les han dirigido al ocuparse de algunas
rep^Jieana que se llama á sí íp''dma la juventud de los
sa simpatía, que ayer le ofreció la Cámara, testimonio el pfyripbs,
'CiÚ***. disposiciones; lo dicen las esperanzas que ^1 cuando se presenten la Soberanía de la Constituyen- mas
que oree nutrirse co": "i-^ gavia de las nuevas ideas,
lisonjero
que
se
ofrece
al
talento
en
estos
sjtigs,
quenree hablar siempre en nombre del pueblo ; yo no
£ 7 **fra en la sabiduría de las Cortes Constituyen- te, pues que esta ¿es la qiie ha de deliberar y votar,
Y si esto no bastase, butwi^ré aueya inspiíaoion en lo q,uÍ6^o, no puedo creer que no tenga mas soluciones que
t e ' f 'o dicen, sobre todo, oradores tan identificados admitir 6 rechazar esos proyectos de leyes orgánicas
que siento dentro de mi mismo," eü la fueraa de mis conI Q . ^listraeion, como el Sr. Moret al censurar ayer q^ae el gobierno pudiera presentar, sin que una vota- vicciones, en el entusiasmo con que yo'y mis amigos ve- esas. Por mi parte oreo que el programa de la revolución
contiene algo mas que eso.
Pi^*'«M>8 ndnistroa por lo que habían dejado de ción contraria pueda traer consigo el decreto de diso- nimos á las filas de las mayoría, hoy que, gracias á la relución de la Cámara.
Las economías, ciertamente, son necesarias; mas diré,
volución, entramos en la vida pública por la anch.a puoít»
Pero tratándose dfi Ja Constitución, de la Ley fun- de los principios constantetJiente apstenide»» y dp las con- son un deber; porque no hay gobiernos ni Cortes que se
^ es-tos ministros sostenedores del movimiento p o orean autorizados para gastar ni un céntimo mas de lo in' ,^
' Bn el poder, á estos individuos que son al g o - damental .del Estado, á cuyas bases habrán de ajus- yicsipnos grofund^iftente a^r^igadas,
pensable. Es esta una cuestión de honor y de conciencia.
tarse
las
otras,
el
objeto
primordial,
el
mandato
recif
La
verdad
es,
seSbres,
que
yo
debía
cog^star
al
señor
>> U' que la inteligencia á la cabeza del cuerpo
Sois vosotros los ministros, como nosotros los diputados,
'?o> A estos, sin inferirles ninguna ofensa y re- bido del país, el fin de los trabajos de lal^ actuales ^ I y Margall; pero el señor ministro dgfHacienda lo ha los administradoíea de la fortuna agena; aquel que se
Phecho de manera tan cumplida, que eneran parte mi taCortes
es
precisament»
hacer
esa
Constitución,
esa
lg¿*»«nd<> desde luego Io« grados, los eminentes serrea es ya ociosa; y á no ser por l|a necesidad que hay ílgnta con valor para disponer del dinero de otro, que vote
i ^ 7 . 1 u e hi\n prestado á la nación en circunstancias Ley que sirva de base á las otras que present»el p o - siempre «¡•i 4^*1 4e íoda dJspuslon de c^nd^ugarla bajo un en el presupuesto gastos que no sean necesarios.
C L ] ^ i c a « , -jao les consideramos indispensables en der ejecutivo, y no es posible salir de este criterio, solo punto de vista, y además por la rectificación del sePero, señores, no engañemos al país, no le digamos
cuando el gobierno por lag fuerza de las circups- ñor Pí y Margall, nada tendría que deojr,
IJíohi,erno; ai.xtes por el contrario, podrían con el aun
que puede salvarse con una simple cuestión de ecoiíomlaa,
tancias
tenga
que
presentar
á
la
mayor
brevedad
posii ^ P o sepTir de remora al desenvolvimiento de las
Pero el Kr. Pl y Margall presentaba el programa eco- no le digáis que después de una revolución por la queble un proyecto de ley de presupuestos.
nómico de la minoría republicana, oponiéndole al progra- tanto ha suspirado, no tiene otro porvenir que econo^M&t
j * «acamadas eti la revolución.
En rigor <ie doctrina pura creemos, por ií*tanto, ma de la mayoría y al programa del ministerio; y al ha- modestamente 500 ó ÓOO millones; decidle, p e ei contra•^teV "*** creemos necesaria su renovación oon otras
que
de la Constituyente debia partir Ifi iniciativa del cerlo, ha formado un conjunto de ideas, un cuerpo de riOi haremos, sí, economías, destruireuY'ja el déficit del
!jj,^"geiU!iag 8i no superiores, al menos notan gastadoctrinas (me ayer apenan sp entioveia, y que al fin nos momento reduciendo los gastos; pa>^ ello reformaremos
proyecto
de Constitución, y no del gobierno.
• Á¡^ ^^ nuavos recursos para constituir el país. ^
permite saber á qué atenernos, porque lo» oradores repu- la organización del ejército; siíf.pVífloaremos todos los serPero,
después
de
dejap
sentadas
estas
consideracioí**^?"*8Ítaremos citar nambres propios? ¿Por que
blicanos parecen huir de tod^S olftsa do apsaclaeiones, sin vicios; unificaremos la deuda; haremos una operación sones,
creemos
que
hay
otras
no
mpnos
graves
á
las
^ . ' Í « » e 8 t a s nuestras apreciaciones solo nos guia
duda porque la. ¡ainoría tiene teorías honradas; pero tan- bre las classa pasivas que sin perjudicar á nadie, alivie la
que
es
preciso
atendcF,
4¿'*«otiBmo, el amor ardiente á la Libertad y el
tas, que la mayor parte de ellas braman de verse juntas. oarg'a del presupuesto; trataremos de hacer con el clero
Urge que el país quede definitivamente constituiEl Sr. Pí y Margall opone un sistema de Hqcianda ^ arreglos ventajosos á ambas partes; pero al mismo tiempo
t T ^ de asociar á la obra de nuestra regeneración á
j b e ^ ^ c s hombres' eminentes y todos los partidos l i - do. U r g e , no que se precipiten inconsideradamente otro sistema de Hacienda. Yo voy, señores!, ^ comparar, vamos 6, abrir las puertas á la riqueza, vamos á despertar
la afición al trabajo, vamos á romper las ligaduras que
soluciones; no que por impaciencias que ya otras v e - para que juzguéis vosotrcgi
nos impedían movernos y vivir, y cuando sintamos nacer
ces hemos calificado de sospechosas, se precipiten
Después
de
haber
examinado
una
&
una
todas
las
mediVie d!?*!*'*"' •onsideramofl como elemento indispensaacuerdos de la Constituyente^ sino que con toda m a - das del Sr. Figuerola, yo, que escuchaba á S. S. con aten- la inioiativa individual, y el país pueda fecundar sus^
tea)^'«>do ¿obiemo en el período constituyente a los
grandes gérmenes, entonces nuestro presupuesto se ha •*''
durez se discuta la Ley fundamental del Estado, sin ción profunda, esperaba ver un plan contra otro plan, ijna brá regenerado, porque tendremos por todas partas mul«ido í
^ ' " « 1 0 y Prim y al brigadier Topete. Han
limitarla á una mera deolaraaiop de derechos, antes idea contra otra idea; pero no reouewio que haya espuésto titud ue contribuyentes. Entonces, señores, no os asom^J*!" primeras figuras de la revolución, O&n estado
bien, consignando todas las garantías ^ue estos de- para sacas al país del lamentable estado ünanciero en que branín nuestros 2.500 millones, porque el pueblo español
rain^'ente por encima de las diferencias de encuele encontró la revolución, mas que tres aflrmaclones, é seiá tan rico, que le pasará lo que al pueblo inglés, cuya
, ^ es''^^* ' ' ' ^ " * ^* ^^^ engolfado los partidos, y son rechos necesitan.
mas bien una afirmación dividida en tres aspectos: econoPor lo mismo, y atendiendo á que tal vez los deba- mías bajo el punto de vista de reducción del ejército, eco- deuda de 70.000 millonea y cuyo presupuesto de 7.000 es
1 tío d 1 ° ^"'•^ísimo, el mas firme seguramente denligera carga que sin dificultad sostiene. Las cargas no son
" ío &°^icrwo, contra las asechanzas reaccionarias. tes se prolonguen por la importancia suma del asun- nomías en los gastos del culto y clero, y econoiplaí en los ligeras ni p3sadas de una manera absoluta; son proporgrandes
sueldofi,
to
puesto
á
discusión,
y
que
entraña
en
sí
otros
v
a
*? manera alguna creemos conveniente la concionales á las fuerzas de los individuos, y los presupuesrios, todos de altísima trascendencia, creemos en e s Ciertamente que el estado financiero da nuestro país es tos guardan esta misma relación con las naciones, Hay,
í ) i'"•cion
p ¡ r ^ " »indefinida
M e t m i d a ¿de los demás ministros, sino que tremo conveniente que las discusiones sobre la Cons,
triste. Ciertamente que la revolución ha venido, no solo pues, que decirle al pueblo español; levántate, y marcha;
l^jL'?*nencia en el seno del gobierno, una vez en „ „ ^ „
+;t,ncion
amniecen
lo
antes
posible
en
el
seno
de
la
por el aspecto político, sino también por el aspecto eco-^., ,
.
tal^'l«lebe
d¿*
** ^^ 1* discusión del Código fundamen
| nómíoo, porque los pueblos r.o sienten ni comprenden la I vamos i aligerarte la carga; hoy te hemos Qrea*! Qmdacesar p»r«; (lar lugar i otros Jwmbres menos Asamblea. ^
gaava.uuc7, que lleven su inteligencia a los debates y
su prestigio á las esferas del gobierno.
L n a escepcion, sin embargo, nos parecei eonveniente y hasta necesaria por ahora.
Existe un ministro que por la índole especial del
departamento sometido á su cargo, por su historia en
uno de los partidos de la revolución y por sus condiciones de carácter, se encuentra en estado de poder
prestar grandes servicies al país desde las esferas del
obiemo, y es el señor ministro de la Gobernación,
a dirección hasta cierto punto de nuestra política in •
terior, la organización de nuestras provincias y municipios, y mas que todo la intervención, siquiera haya
sido indirecta, en las operaciones del sufragio universal, le han obligado á sostener relaciones mas constantes y cordiales con los hombres de las tres fí-acciones liberales, sirviendo á estas como punto á donde
venían á converger. El ministro de la Gobernación
puede, por 1» tanto, continuar siendo como hasta
aquí, uno de los lazos q u e m a s estrechamente unen á
la mayoría; y bajo este punto de vista, prescindiendo de otros muchos que no es del caso enumerar,
debe, en nuestro sentir, continuar formando parte del
gobierno provisional. .
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Fuerft,ae este, l o repetimos, los individuos no indispensables que forman el minisferio del'duque d« la
,7,0,
Torre, deben Íser reemplazados dentro de breve pía
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