Periferia mexicana: mapas y representación social

Anuncio
Desarrollo regional
doi: http://dx.doi.org/10.16925/me.v12i22.867
Periferia mexicana: mapas y representación social
Carlos Aparicio*
Resumen
Introducción: este trabajo se interesa por la Identidad Social (is) y las Representaciones Sociales (rs)
provenientes del análisis de mapas mentales, con el fin de explicar la estructura cognitiva de tres barrios
periféricos de dos importantes metrópolis mexicanas. Las rs son consideradas como conocimientos
socialmente elaborados, transmitidos mediante la comunicación social. Metodología: en primera instancia, se presentan elementos teóricos sobre diferenciación socioespacial, is y rs. Posteriormente, se
describe el crecimiento de las áreas metropolitanas de las ciudades de México y Monterrey, durante el
siglo xx y principios del xxi, con el fin de ubicar tres barrios periféricos donde se aplicaron instrumentos
que incluyen mapas mentales. Resultados: en la capital mexicana, la creación de redes sociales facilitó que
un barrio nacido ilegalmente se consolidara. Monterrey, un barrio anteriormente agrícola, presenta relaciones entre antigüedad, identidad y vivienda. Sin embargo, mapas mentales muestran una barda que
lo separa del fraccionamiento cerrado cuyos habitantes dicen que es “tranquilo y seguro”. Conclusiones:
en los barrios estudiados se destacan representaciones e identidades ligadas al arraigo y la tranquilidad.
Mientras que en barrios populares el imaginario urbano tiene bases simbólicas producidas por vínculos
comunitarios, en la colonia privada el imaginario gira alrededor del encierro por miedo a la violencia o
por búsqueda de distinción.
Palabras clave: mapas mentales, periferia urbana, teoría de la identidad social, teoría de las representaciones sociales.
Mexican periphery: social representation and maps
Abstract
Introduction: The interest of the present work is focused in Social Identity (si) and Social Representations (sr)
result of the analysis of mental maps, with the purpose of explaining the cognitive structure of three peripheral
districts of two main Mexican metropolises. The SR are considered as socially developed knowledge, passed
on by means of social communication. Methodology: Theoretical elements about socio-spatial differentiation,
SI and SR, are initially presented. Subsequently, a description of the growth in the metropolitan areas of
México City and Monterrey during the 20th century and the beginning of the 21st is given in order to place
three particular peripheral districts where instruments, that include mental maps, were applied. Results: The
creation of social networks helped an illegally created district to be legally consolidated in the Mexican capital.
In Monterrey, a formerly agricultural district presents connections between antiquity, identity and housing.
However, the mental maps reveal and enclosing wall that isolate it from the enclosed compound whose
inhabitants think it is “quiet and safe.” Conclusions: Identities and representations bounded to settlement and
tranquility are identified in the studied districts, while in popular districts the urban imaginary has symbolic
bases product of communitarian bonds; in private districts the imaginary revolves around confinement, either
out of fear of violence or for the desire to stand out.
Keywords: mental maps, urban periphery, social identity theory, social representation theory.
* Doctor en Ciencias Sociales
con orientación en Desarrollo
Sustentable. Profesor investigador
de tiempo completo, Facultad de
Arquitectura, Universidad
Autónoma de Nuevo León, San
Nicolás de los Garza, México.
Correo electrónico:
[email protected]
Recibido: 7 de julio del 2014
Aprobado: 11 de noviembre del 2014
Cómo citar este artículo: Aparicio, C.
(2014). Periferia mexicana: mapas y
representación social. Memorias, 12(22),
23-36. doi: http://dx.doi.org/10.16925/
me.v12i22.867
Periferia mexicana: mapas e representação social
Resumo
Introdução: este trabalho está focado na Identidade Social (is) e as Representações Sociais (rs) provenientes
da análise de mapas mentais, com o intuito de explicar a estrutura cognitiva de três bairros periféricos de
duas importantes metrópoles mexicanas. As RS são consideradas como conhecimentos socialmente elaborados, transmitidos através da comunicação social. Metodologia: em primeiro lugar, elementos teóricos sobre
diferenciação sócio espacial, is e rs são apresentados. Posteriormente, descreve-se o crescimento das áreas
metropolitanas das cidades de México e Monterrey, durante o século xx e princípios do xxi, visando situar três
bairros periféricos onde se aplicaram instrumentos que incluem mapas mentais. Resultados: na capital mexicana, a criação de redes sociais permitiu que um bairro nascido ilegalmente se consolidasse. Em Monterrey, um
bairro anteriormente agrícola, apresenta relações entre antiguidade, identidade e habitação. No entanto, mapas
mentais mostram uma barda que o separa do fracionamento fechado cujos moradores dizem que é “tranquilo e
seguro”. Conclusões: nos bairros estudados destacam-se as representações e identidades ligadas com o afinco e a
tranquilidade. Enquanto que nos bairros populares o imaginário urbano tem bases simbólicas produzidas por
vínculos comunitários, na colônia privada o imaginário gira ao redor do encerramento pelo medo à violência
ou pela busca de distinção.
Palavras-chave: mapas mentais, periferia urbana, teoria da identidade social, teoriadas representações sociais.
BY
NC
ND
24
Desarrollo regional
Memorias / Volumen 12, Número 22 / julio-diciembre 2014
Introducción1
simbólicas­(Jodelet, 1986), en el fraccionamiento cerrado, el imaginario gira alrededor del miedo a la violencia
o la pretensión de distinción social (Enríquez, 2007).
En la periferia de las grandes ciudades mexicanas,
barrios edificados originalmente con materiales precarios, así como poblados absorbidos por la mancha
urbana, son hoy en día comunidades estructuradas
y permanentes. De igual forma, en esas periferias se
multiplican los complejos residenciales cerrados.
El objetivo de este trabajo es conocer componentes
de la Identidad Social (is), a partir del análisis de mapas mentales (Lynch, 1998), como elementos de la teoría de las Representaciones Sociales (rs). Esto con el fin
de analizar la estructura cognitiva del espacio en pobladores de tres barrios localizados en la periferia de dos
importantes metrópolis mexicanas. El primero de ellos
se ubica sobre antiguos terrenos irregulares al sur de la
Ciudad de México, mientras que los otros dos se ubican
al norte del área metropolitana de Monterrey (amm).
Uno de ellos corresponde a tierras agrícolas que se convirtieron en urbanas, mientras que el restante es una
urbanización cerrada.
Para esto, se indaga sobre los elementos teóricos relevantes en dos estudios previamente realizados
(Aparicio, 2002; 2012). Posteriormente, se analiza el
contexto que permitió la existencia de los asentamientos humanos en cuestión, como parte del crecimiento espacial de las áreas metropolitanas mencionadas.
Además, se muestra la metodología utilizada para conocer las rs y la is a través de mapas mentales en los
contextos periurbanos citados, incorporando al texto la
discusión de resultados.
Para el presente documento nos preguntamos:
¿cuál es el proceso de expansión urbana que permitió la
existencia de los barrios o “colonias” estudiadas? ¿Qué
revelan los mapas mentales elaborados por los habitantes de estos lugares en torno a la is? ¿Cómo se inscriben
estos hallazgos dentro de la teoría de las rs?
Los resultados muestran que dentro de los barrios
existen representaciones e identidades ligadas al arraigo y a la tranquilidad. Sin embargo, mientras que en
los barrios abiertos la organización social tiene bases
1
El artículo es producto de la integración de dos investigaciones del
mismo autor: una de la Maestría realizada en la Escuela de Arquitectura
de la Universidad Laval de Quebec, y la otra del Doctorado llevado a
cabo en el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Autónoma de Nuevo León. El trabajo busca determinar los componentes de
la identidad social (is) y elementos de la teoría de las representaciones
sociales (rs), a partir del análisis de mapas mentales.
Elementos teóricos
Como se mencionó anteriormente, este trabajo parte
de dos investigaciones previas. La primera trata sobre
el proceso de formación de un barrio inicialmente irregular al sur de la Ciudad de México, nacido durante los
años 1970 (Aparicio, 2002). La segunda se centra en la
desigualdad socioespacial y las relaciones de sustentabilidad social en “lugares de contraste residencial”, o
donde los “ricos viven al lado de los pobres”, en el norte
del amm (Aparicio, 2012). Considerando los criterios
de formación de asentamientos irregulares en países
en vías de desarrollo propuestos por Alsayyad (1993),
abordamos la desigualdad socioespacial. Además, con
elementos teóricos provenientes de las rs, como el método de los “mapas mentales” (Lynch, 1998), así como
de la is, relacionamos a la identidad como parte de un
proceso de apropiación del espacio.
La diferenciación socioespacial
El espacio socialmente diferenciado implica condiciones económicas, sociales y territoriales que se asocian
a la desigualdad socioespacial, la segregación socioespacial y la fragmentación urbana, respectivamente.
Esta diferenciación lleva a los grupos a apropiarse física y cognitivamente del espacio, creando el sentimiento de comunidad.
La segregación socioespacial es definida por Sabatini, Cáceres y Cerda, como “el grado de proximidad
espacial o de aglomeración territorial de las familias
pertenecientes a un mismo grupo social, sea que este
se defina en términos étnicos, etarios, de preferencias
religiosas o socioeconómicos, entre otras posibilidades” (2001, pp. 5-8). En este sentido, los grupos sociales tienden a concentrarse en determinadas zonas de la
ciudad, a conformar áreas o barrios socialmente homogéneos y a tener una percepción subjetiva que los residentes tienen de la segregación “objetiva”. Los citados
autores señalan que para el caso de personas y familias pobres, esta dimensión subjetiva de la segregación
se expresa en sentimientos de “marginalidad” o “de estar de más”.
Igualmente, podemos apuntar que la fragmentación territorial puede ser entendida como la pérdida
de permeabilidad del tejido urbano, lo que conlleva la
Periferia mexicana: mapas y representación social
ruptura de las relaciones sociales. Valdés señala que la
ciudad, desde sus orígenes, se muestra como un mosaico producto de los “diferentes usos del suelo con
formas y contenido diversos: áreas industriales, residenciales, comerciales, etc., es decir, un espacio fragmentado” (2007, pp. 3-6).
Para González (2005):
La desigualdad social es resultado de la distribución
inequitativa de los recursos de una sociedad entre sus
miembros, lo que crea un sentimiento de injusticia. La
principal desigualdad social está ligada al ingreso, lo
que reforzará y multiplicará otras desigualdades como
el tipo de vivienda o la marginación urbana (p. 11).
Alsayyad (1993) señala que, en América Latina, la
toma ilegal de terrenos es el único medio que permite
a los pobres ser dueños de un pedazo de tierra, ya que
el mercado inmobiliario les es inaccesible. Así, barrios
nacidos de manera no planificada e ilegal dentro de las
ciudades, de lo que el autor refiere como Tercer Mundo,
se convierten con el tiempo en comunidades consolidadas y permanentes. Durante el proceso de construcción espacial y consolidación de grupos humanos, se
establecen lazos que permiten crear una identidad propia. Esta apropiación ilegal presenta cuatro etapas que
el autor denomina invasión de los terrenos, formación
de redes sociales, consolidación física y madurez urbana.
En la primera etapa, la ocupación puede ser gradual, comunitaria, movilizada o provocada. La invasión
gradual trata de acciones individuales para adjudicarse
un espacio vacante, mientras que la ocupación comunitaria es una acción colectiva coordinada para apropiarse de un terreno. En este sentido, una ocupación
movilizada es hecha por un partido o grupo de oposición al gobierno que busca crear disturbios, a diferencia de la invasión provocada que la organiza el partido
en el poder con el fin de ganar adeptos en víspera de
elecciones. La ocupación gradual, añade el autor, tiene más posibilidad de éxito que la comunitaria, ya que
puede ser ignorada por las autoridades, sobre todo si
los terrenos no son de atracción inmobiliaria. Sin embargo, se hace manifiesta cuando los dueños retoman
interés por sus tierras y solicitan la fuerza pública para
sacar a los ocupantes. En la invasión movilizada, las
autoridades confrontan a los invasores, al contrario de
una ocupación provocada que es pacífica, debido a que
son los gobernantes quienes la favorecen.
25
Dentro del mismo tenor de diferenciación socioespacial, la segregación es considerada como el establecimiento de una distancia espacial y social entre
una parte y el resto, la cual puede presentarse como segregación activa, a partir del rechazo de las clases privilegiadas hacia sectores desfavorecidos; o bien como
autosegregación, que es el autoencierro de los sectores
acomodados frente a la violencia urbana (Schteingart,
2001; Do Rio, 2007). Por su parte, la fragmentación se
manifiesta como la desconexión física y las discontinuidades morfológicas de la trama que conllevan a la
ruptura de relaciones sociales (Prévot, 2001, p. 34).
La creación de fraccionamientos cerrados es un claro
ejemplo de autosegregación y de fragmentación, tanto
social como territorial.
Retomando a Alsayyad (1993), lo relativo a la etapa
de formación de redes sociales será abordado en este texto en los párrafos dedicados a la is y a las rs, mientras
que la consolidación física será considerada al hablar
sobre el crecimiento espacial de las áreas metropolitanas de las ciudades de México y Monterrey. La madurez urbana formará parte de la discusión de resultados.
Identidad social
La teoría de la is explica el comportamiento humano
y social en términos de organización social y cognitiva
compartida del sistema social dentro del cual las personas se definen e interaccionan. Esta organización compartida es un elemento abordado por las rs. Al ser parte
del grupo, el individuo entra en un proceso de diferenciación que se manifiesta en ciertas formas de favoritismo hacia su grupo de pertenencia, buscando distinción
dentro de este (Tajfel, 1981).
Dentro de la psicología social, Deschamps, Morales, Páez y Worchel (1999, pp. 14-16) estudian la identidad refiriéndola a los procesos cognitivos y a las rs.
En cuanto a los procesos cognitivos, para “pertenecer”
a un grupo existen niveles de identificación social que
tienen que ver con tendencias afiliativas, con normas
internas, así como con las creaciones categóricas de
“ellos” y de “nosotros”.
Todorov (1991, pp. 13-21) enfatiza en la relación
existente entre “nosotros”, es decir, “mi grupo cultural y
social”, y “los otros”, o aquellos que no forman parte de
“mi grupo”. Esta diferenciación se extiende a cualquier
forma de construir una separación entre grupos, definiendo la identidad de estos.
26
Desarrollo regional
Los miembros del grupo comparten creencias, son
conscientes de lo que comparten y las creencias definen­
su estado de comunidad, es decir, su identidad social
(Bar-Tal, 1990).
En cuanto a la identificación socioespacial, BabyCollin señala que “existe una cierta relación, aunque no
sistemática, entre la antigüedad en el barrio y la fuerza
de identificación en el espacio” (2002, p. 7). Esta identidad está fuertemente ligada a la propiedad de la vivienda y al sentimiento de pertenencia al barrio. Es gracias
a este sentimiento que el sujeto establece vínculos sociales, se apodera de los espacios, además de generar redes de apoyo material, psicológico y financiero, como
también lo menciona Alsayyad (1993, p. 38) en lo que
denomina etapa de formación de redes sociales: “Los
espacios se convierten en el nodo de relaciones, destacando la escuela y la iglesia, junto con los campos deportivos y los centros culturales”.
Representaciones sociales
Para Casados (2001), la influencia social del medio define a la persona y el mismo sujeto se vuelve parte de
un engranaje social. El sentido común, como producto
sociocultural, permite interpretar la realidad. Las rs se
construyen en el contexto determinado por interacción social y sistemas de codificación proporcionados
por la sociedad. Estos códigos forman parte del grupo
y tienen que ver con costumbres, apropiación de espacios, modos de vestir o de hablar, entre otras cosas.
Así, las relaciones grupales determinan la dinámica de
las rs y la reproducción de esquemas socialmente establecidos, hasta que el individuo asume como propio el
acervo sociocultural dominante.
También dentro del campo de la psicología social,
se estudia la relación individuo-sociedad a través de las
rs. Jodelet (1986, p. 473) señala que la rs es un “conocimiento socialmente elaborado y compartido”. El sujeto
se constituye con ingredientes sociales y produce elementos sociales, siendo las rs un conocimiento creado
en la dinámica de interacción y comunicación social
que permanece en el tiempo. La autora remarca que en
la memoria colectiva queda “la huella de un ordenamiento urbano y social, estableciendo una segregación
humana y residencial que está presente en imágenes sociales” (p. 471).
Para Lynch (1998), estas imágenes sociales aparecen en los mapas mentales o dibujos que la gente hace
sobre su ciudad. Lynch indica que en los dibujos aparece la imagen colectiva de una ciudad como resultado
de la suma de varias imágenes individuales. El autor
Memorias / Volumen 12, Número 22 / julio-diciembre 2014
clasifica los objetos físicos que conforman dicha imagen en cinco categorías, a las que denomina como sendas, límites, barrios o distritos, nodos o hitos. Las sendas
son canales seguidos por el usuario de manera habitual, ocasional o potencial, tales como calles, senderos
o vías férreas. Los límites son elementos lineales que el
individuo no considera como sendas, por ejemplo los
ríos, los montículos para las vías del tren o los muros.
Los barrios o distritos son superficies de la ciudad, que
varían entre medianas y grandes, de las cuales el sujeto
tiene una imagen bidimensional. Los nodos son puntos
estratégicos que normalmente coinciden con el cruce
de dos o más vías. En contraste, los hitos son referencias externas al observador; generalmente son objetos
físicos con fuerte presencia, como en el caso de edificios, puertas, monumentos o árboles, entre otros.
Guerrero (2007, p. 235) menciona que a través del
dibujo “es posible escudriñar las dimensiones imaginarias de la rs”. Agrega que “la imagen representada
en el papel condensa lo espacio-temporal con las afectividades” (p. 236). Además, enfatiza en que interpretar los territorios como sistemas de símbolos, “sirve
como fundamento para determinar linderos y fronteras, cuando estos han sido históricamente alterados
pero conservados en la memoria colectiva y en el uso
ritual” (p. 252).
Por su parte, De Alba (2007, p. 291) señala que el
imaginario urbano está compuesto de carga emocional
anclada en el inconsciente en forma de mito o fantasía.
A través del dibujo, añade la autora, es posible observar
los itinerarios de las personas, “así como sus miedos y
sus prejuicios” (p. 317).
En suma, la distribución socioespacial implica
la apropiación desigual del territorio. En este sentido,
presentamos elementos teóricos provenientes de las rs,
como el análisis de los mapas mentales, y de la is. Tanto las rs, como la is, implican significados socialmente
elaborados y compartidos que caracterizan a los grupos que se han apoderado tanto física como cognitivamente del territorio. Más adelante, veremos cómo los
grupos estudiados han organizado su espacio y han establecido vínculos simbólicos entre sus integrantes y el
medio construido.
Crecimiento espacial de las áreas
metropolitanas de las ciudades de México
y Monterrey
Según los datos censales del 2010 (Instituto Nacional
de Estadística, Geografía e Informática [inegi], 2013),
las 32 entidades federativas que conforman los Esta-
Periferia mexicana: mapas y representación social
dos Unidos Mexicanos ocupan una superficie total de
1 953 162 km², en donde habitan 112 336 538 personas.
De estas cantidades, 19 374 km² están considerados
como zonas urbanas, es decir casi el 1% de la superficie
nacional. En este sentido, 68 468 916 personas conforman la población urbana, correspondiendo a cerca del
61% del total del país. Así, las zonas metropolitanas de
la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey concentran a 28 657 774 habitantes, casi el 26% nacional,
correspondiendo a 20 116 842, 4 434 878 y 4 106 054,
respectivamente (figura 1).
Figura 1. Superficie urbanizada de México en el 2010. Adaptado
de xii Censo General de Población y Vivienda 2000. Sistema para
la consulta de información censal (scince) 2000, por inegi, 2002.
Así, en este apartado haremos una descripción del
crecimiento espacial en lugares específicos de la primera y de la tercera de estas zonas metropolitanas, dividiendo el proceso en tres grandes etapas que se refieren
a los principios del siglo xx, al período posrevolucionario y al tiempo que transcurre desde la década de 1970
hasta principios del siglo xxi.
El inicio del siglo xx y de la expansión periférica
México inicia el siglo xx viviendo el porfiriato. El Presidente Porfirio Díaz promovió la inversión extranjera
en el país, principalmente europea. Desde 1890, este
fomento a la participación de capitales se manifestó en
la industria y en el incremento en obra pública en comunicaciones, transportes e infraestructura (Acharya,
2011). En ese momento, la Ciudad de México, Distrito
27
Federal (d. f.), capital de los Estados Unidos Mexicanos, cuenta con 368 898 habitantes. Nuevos barrios
aristócratas que se desarrollaban en la entonces periferia, contrastan con antiguos barrios pobres centrales
que comenzaban a recibir inmigrantes rurales (para
entonces el d. f. se encuentra rodeado por varias poblaciones rurales).
En el noreste de México, Monterrey, capital del estado de Nuevo León, y su entorno, define su vocación
industrial. El gobernador, general Bernardo Reyes, persona muy allegada a Porfirio Díaz, impulsa las industrias locales de fundición, vidrio, cemento y cerveza,
entre otras. En las cercanías de las industrias se crean
barrios de obreros, al mismo tiempo que se inicia la conurbación del municipio de Monterrey hacia el norte
con su vecino San Nicolás de los Garza (Reyes, 2007).
Como parte de las políticas de apertura a la inversión
extranjera del porfiriato, en 1904, Bernardo Reyes otorga a la compañía Montreal Engineering la concesión de
terrenos y aguas para la generación de fuerza motriz y
energía eléctrica en el municipio de General Escobedo,
lugar donde fundaron una próspera hacienda que recibió el nombre de El Canadá. Testimonios orales de vecinos y fuentes bibliográficas (Garza, G., 1986; Garza,
J. R., 2010) pueden soportar que la historia de la antigua Hacienda El Canadá está íntimamente ligada a la
del municipio. Aquí nace la primera colonia de esta jurisdicción, sitio de interés para este trabajo.
Cabe mencionar que los testimonios orales referidos en el párrafo anterior son del dominio público, además de que durante el trabajo de campo se obtuvieron
algunos comentarios al respecto de manera informal
o cuando el entrevistado empezaba a hablar libremente. Este aspecto será retomado más adelante en la metodología.
El período posrevolucionario
Producto de la revolución iniciada en 1910, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de
1917 reconoce el carácter rural del país. En su artículo 27, aparece la figura llamada ejido, que trata de una
porción agrícola cedida por el Estado para la explotación comunitaria, la cual no es objeto de venta, renta o
división, además de ser sólo para el bienestar del grupo
que la trabaja. Sin embargo, el Estado puede expropiarla para obras de beneficio colectivo tales como caminos, puentes o equipamiento urbano. En este caso, el
Gobierno otorgaría una parcela similar a la expropiada
a quienes sean afectados.
28
Desarrollo regional
Entre 1940 y 1970, época conocida como “El Milagro Mexicano”, el producto interno bruto (pib) crece
más de 6% por año (Aguilar, 1999). En el d. f. se concentran las actividades industriales y terciarias nacionales. Ahí mismo, como en todo el país, tierras ejidales
y forestales serán objeto de prácticas inmobiliarias ilegales. En la periferia sur proliferan asentamientos irregulares, como en la Delegación Tlalpan, lugar con áreas
naturales protegidas, zonas agrícolas, poblaciones rurales, así como paisajes urbanos y donde se localiza el
cerro del Ajusco (Aparicio, 2002).
Desde la época colonial, muchos terrenos del
Ajusco eran parte de la Hacienda de San Nicolás Eslava, propiedad de la familia De Teresa. Después de la
Revolución, algunas tierras de esta hacienda son expropiadas mientras que otras son dejadas a esta familia. La colonia Popular Santa Teresa, sitio de interés de
este artículo, se sitúa sobre estos terrenos. En 1936, el
presidente Lázaro Cárdenas decreta como zona de conservación el Parque Nacional Ajusco. Sin embargo, el
área será víctima de ventas y tomas ilegales de terrenos
durante muchos años. En este contexto, en 1967, 119
hectáreas de la antigua Hacienda de San Nicolás de Eslava quedan divididas entre la Asociación Metropolitana de Empleados de la Secretaría de Obras Públicas, A.
C. (amesopac), con 64,5 hectáreas, y un particular con
54,5 (Delegación Tlalpan, 1998).
En Nuevo León, en 1939, por decreto presidencial del general Lázaro Cárdenas, 2225 hectáreas de la
Ex Hacienda El Canadá, son repartidas entre 187 titulares de parcela, quienes constituyeron el Ejido de San
Nicolás de los Garzas. Entre 1940 y 1970, como parte
del crecimiento económico del amm, comienzan a conurbarse las cabeceras municipales de Santa Catarina,
Guadalupe y San Nicolás con la capital de dicho estado.­
En la entonces periferia de Monterrey, los dueños de
las industrias más importantes estimulan la creación
de colonias para sus obreros, con proyectos que proponían la existencia de espacios saludables (Reyes, 2007).
Por otra parte, en General Escobedo se daban los primeros pasos hacia su integración urbana a Monterrey
cuando, en 1967, el gobernador Eduardo Livas Villarreal dona 97 hectáreas a la Facultad de Agronomía de
la Universidad de Nuevo León (Garza, 1986).
De 1970 a los inicios del siglo xxi
Al tiempo que varios municipios pertenecientes al vecino Estado de México se conurban a la capital mexicana para conformar la Zona Metropolitana de la Ciudad
Memorias / Volumen 12, Número 22 / julio-diciembre 2014
de México (zmcm), en 1970 se decreta la creación de
una zona ecológica alrededor del d. f., a partir de la
curva de los 2350 m.s.n.m. Sin embargo, en esta década, la colonia Popular Santa Teresa nace en 31,7 hectáreas invadidas que pertenecían a la amesopac. Las
otras 32,8 hectáreas pertenecientes a este grupo son
vendidas a los desarrolladores inmobiliarios que en
1975 construirán el fraccionamiento Los Framboyanes. Durante los años ochenta, apoderados de la amesopac, residentes y autoridades del d. f. convienen en
regularizar los terrenos de la Popular Santa Teresa. En
1991, el barrio es legalizado en 36 manzanas, dos de
ellas destinadas a servicios, con 859 lotes de 10 m de
frente por 25 de fondo (Delegación Tlalpan, 1998).
En el noreste de México, durante la década de los
ochenta, por decreto estatal oficialmente se integra el
amm por nueve municipios, entre ellos General Escobedo, junto con Monterrey, San Pedro Garza García,
Guadalupe, San Nicolás de los Garza, Santa Catarina,
Apodaca, Juárez y García (Aparicio, Ortega y Sandoval,
2011, p. 192). En este momento, la Universidad Autónoma de Nuevo León (uanl), vende algunos terrenos
de la Ex Hacienda El Canadá, urbanizándolos con ayuda de alumnos de la Facultad de Ingeniería Civil.
En 1992, el presidente Carlos Salinas de Gortari
modifica el artículo 27 constitucional. A partir de ese
momento, el ejido puede ser objeto de venta o de explotación con fines diferentes a los agrícolas. Los desarrolladores inmobiliarios aprovecharán este cambio para
comprar terrenos y construir casas en serie.
En este contexto, la recién urbanizada colonia
Ex Hacienda El Canadá se encontraba rodeada por terrenos ejidales. En 1993, al sur de esta se encontraban
20 hectáreas de sembradíos de maíz, que fueron adquiridos por la inmobiliaria Miraloma para poner a la venta, en ese año, casi 400 viviendas de dos plantas hechas
en serie, en lotes de 7 m por 15 m, es decir 105 m², en
un fraccionamiento residencial amurallado denominado Puerta del Norte, barrio también analizado en una
de las citadas investigaciones. La estrategia de venta de
este desarrollo de vivienda comprendió seis sectores,
siendo los cuatro primeros dentro de una misma muralla y los otros dos restantes en otra. Ambas secciones están separadas por una avenida abierta llamada Puerta
del Norte, sobre la cual se localiza el Teatro Fidel Velázquez, instalación pública muy utilizada por los habitantes del municipio de General Escobedo.
Como hemos visto, tanto la Delegación Tlalpan como el Municipio de General Escobedo se inscriben dentro de un proceso de expansión urbana descontrolada.­
Periferia mexicana: mapas y representación social
La zona urbanizada de la Ciudad de México aumentó
de 116,2 km² en 1940, a 404,2 km² en 1970, y a 2309,71
km² en el 2010 (figura 2). La figura 3 muestra que en el
caso de Monterrey, estas superficies pasaron de los 49
km² en 1940, a los 176 702 km² en 1970 y a 724 263 km²
en el 2010 (Garza, 2010).
Figura 2. Expansión urbana de la Ciudad de México en 1940, 1970
y 2010. Adaptado de Censos y conteos de población y vivienda, por
inegi, 2013.
Figura 3. Expansión de la Zona Metropolitana de Monterrey en
1940, 1970 y 2010. Adaptado de xii Censo General de Población
y Vivienda 2000. Sistema para la Consulta de Información Censal
(scince) 2000, por inegi, 2002 y de “La estructura socioespacial de
Monterrey, 1970-1990”, por G. Garza, 2010, Estudios demográficos
y urbanos, 25 (3).
29
Elementos metodológicos
Aunque las dos investigaciones que inspiran este trabajo parten de objetivos generales diferentes, en ambos
estudios sobresalieron elementos que se acoplan a los
principios de la is. Por tanto, en este apartado el interés
se centra en los puntos metodológicos sobresalientes
de ambos estudios relacionados con las rs y la is.
En un primer caso, el objetivo general fue reconstruir y comprender el proceso de formación de la colonia Popular Santa Teresa, localizada al sur de la Ciudad
de México y nacida durante la década de los años setenta. Específicamente, se buscó conocer los mecanismos que permitieron el nacimiento y la consolidación
del barrio, identificando las fases de su formación. Además, a través de las percepciones de los residentes, se
indagó sobre las etapas de formación de las redes sociales, así como de la consolidación física del barrio y
de su madurez urbana. La investigación tuvo en cuenta
el contexto histórico que facilitó el crecimiento desordenado de la Ciudad de México hacia el sur, concretamente en el cerro del Ajusco. Se presentó la historia
del barrio mencionado, tomando en cuenta los criterios de formación de asentamientos irregulares de países en vías de desarrollo (Alsayyad, 1993). Finalmente,
se buscó conocer la percepción que los residentes de la
colonia Popular Santa Teresa tienen sobre esta, utilizando mapas mentales.
En el segundo caso, el objetivo general fue analizar
la dinámica social existente en los lugares de contraste residencial, en relación con la distribución espacial,
las características socioeconómicas y la construcción
de significados y relaciones sociales sustentables. Específicamente se buscó identificar el modelo de distribución socioespacial en relación con la desigualdad
socioespacial en el amm. Aunado a esto, se trabajó sobre las dimensiones y los elementos que integran las rs
de los habitantes de las colonias Ex Hacienda El Canadá y Puerta del Norte, en relación con la ciudad que habitan, su espacio, sobre cómo se construye la is a través
de la diferenciación y el reconocimiento de “nosotros”
y “ellos”, así como en la estructura y dinámica de estas
rs. Finalmente, se quiso identificar los diferentes tipos
de relaciones sociales en lugares de contraste residencial que permiten o limitan la sustentabilidad social.
En ambas investigaciones se buscó hacer la reconstrucción histórica de los barrios en cuestión a partir de
estudios existentes. Por la parte cartográfica y estadística, se buscaron mapas que ayudaran a reconocer la
evolución urbana de los mencionados asentamientos
30
Desarrollo regional
humanos, además de datos censales de diferentes momentos por área geoestadística básica (ageb), que es la
división geográfica mínima utilizada para fines estadísticos y censales por el inegi. Se buscó, también, un contacto cercano con las colonias para determinar usos de
suelo, lotificación, vivienda, vialidad y transporte, así
como infraestructura y equipamiento.
Por una parte, la reconstrucción histórica de la Popular Santa Teresa se basó en estudios sobre la Ciudad
de México, la Delegación Tlalpan, el cerro del Ajusco
y el único estudio que, a nuestro entender, existía sobre este barrio (Delegación Tlalpan, 1998). Aquí, la información censal utilizada correspondió a 1990 y 1995
(inegi, 2002). En lo referente a las colonias Ex Hacienda El Canadá y Puerta del Norte, se utilizaron los datos
del 2000 y del 2005 (inegi, 2013). Dichas colonias son
vecinas, tienen un número de ageb cada una y están separadas por una barda perimetral.
Construida sobre 32,6 hectáreas con fuertes pendientes, la Popular Santa Teresa presenta la misma retícula que los barrios populares vecinos. Utilizando los
datos censales de 1995, ya que los del 2000 aún no estaban disponibles para el público en general al momento
de esta investigación, vemos que la colonia cuenta con
6823 pobladores, con una densidad de 209 habitantes
por hectárea. Además, está divida en 821 lotes, la mayoría de 250 m². Coexisten lotes unifamiliares con lotes subdivididos en varias viviendas o utilizados para
edificios de departamentos. Muchas residencias consolidadas están junto a otras en construcción. Existen
1483 viviendas, con un promedio de 4,6 habitantes por
hogar (inegi, 2002).
En la colonia Popular Santa Teresa, el instrumento
de trabajo estuvo compuesto por tres módulos. El primero indaga, entre otras cosas, sobre la llegada de las
personas al barrio, la manera de obtener su espacio, el
precio de compra, el estado del lugar a su arribo, la dotación de servicios públicos y la regularización de su
terreno. El segundo y el tercer módulos de dicho instrumento se relacionan con las etapas de formación del
barrio. En el segundo módulo el acento está puesto sobre la fase de invasión. Se pregunta sobre las fechas de
las invasiones, sobre los propietarios de entonces y sobre los mecanismos utilizados para impedir las invasiones. Por su parte, el tercer módulo indaga sobre la
formación de las redes sociales, buscando conocer la
manera de integrarse al vecindario, las perspectivas de
los residentes, lo que ellos lograron y lo que no lograron obtener. En este mismo módulo, se trata de la etapa
Memorias / Volumen 12, Número 22 / julio-diciembre 2014
de consolidación. Se pregunta si la gente de la colonia
está a gusto con su lugar de residencia, si considera que
forman una comunidad. Además, se busca conocer inquietudes, problemas que se perciben y lo que distingue a la Popular Santa Teresa de otros barrios. Dentro
de la parte dedicada a la madurez urbana, los habitantes
del barrio cuentan lo que sienten en cuanto a su medio
de vida y si ellos encuentran dentro del barrio lo necesario para su vida cotidiana. Es en esta última parte del
instrumento donde los residentes trazan mapas mentales de la Popular Santa Teresa y de la zmcm.
En esta colonia, el trabajo de campo comprendió
12 entrevistas a profundidad que fueron grabadas entre el 14 y el 25 de enero del 2002. Fue posible encontrar
dos autoridades en función que tenían responsabilidades ligadas a trabajos públicos e imagen urbana de la
Zona iii de Tlalpan, lugar donde administrativamente se encuentra la Popular Santa Teresa, y otra que laboró ayudando en la regularización de los terrenos.
Además, entrevistamos a dos fundadores de la colonia,
tres adultos llegados en los primeros años —los cuales
igualmente son comerciantes establecidos—, tres jóvenes nacidos en el lugar o que arribaron durante su
infancia —dos de ellos son también comerciantes establecidos—, además de otra persona que compró de segunda mano su propiedad a finales de los años ochenta.
Uno de los adultos llegado durante los primeros años
es identificado por autoridades y vecinos como un líder dentro del barrio.
Para las colonias Ex Hacienda El Canadá y Puerta del Norte, se utilizó un instrumento de trabajo compuesto de cuatro secciones, el cual incluye preguntas
cerradas y semiabiertas, espacios para dibujo, así como
preguntas ligadas a la asociación libre de ideas, la evocación jerarquizada y el análisis del contenido. Cabe
añadir que Ex Hacienda El Canadá contaba en el 2005
con 831 hombres y 812 mujeres, lo que representaba
el 50,58 y el 49,42 %, respectivamente, de la población
total del ageb. Por su parte, Puerta del Norte, en ese
momento, era habitada por 1190 hombres y 1206 mujeres, que representaban el 49,67 y el 50,33 %, respectivamente, del total de residentes. En la primera de estas
colonias la muestra fue compuesta por 16 hombres y 31
mujeres, mientras que en la segunda la muestra se ajustó a 20 hombres y 23 mujeres.
La primera de las secciones del instrumento está
dedicada a la variable de desigualdad socioespacial. En
esta parte, se identifica el perfil socioeconómico del
entrevistado, lo que permite contrastar ambas colonias­
Periferia mexicana: mapas y representación social
con los datos estadísticos del 2000 y del 2005. Por una
parte, hay un incremento natural paulatino y estable de
Ex Hacienda El Canadá, contra un aumento acelerado
y artificial producto de la fuerzas del mercado en Puerta del Norte. En la primera de estas colonias, la tendencia es continuar con una familia tradicional de más de
cuatro miembros, e incluso recibir en el mismo domicilio a la familia extendida, mientras que en el caso de la
segunda, la familia nuclear busca tener sólo un hijo, en
un inmueble donde “no hay espacio” para los parientes.
Las diferencias se acentúan cuando vemos que en
el fraccionamiento cerrado los niveles de escolaridad
y de ingreso superan en mucho a sus vecinos de la colonia abierta, lo que vendrá a impactar las actividades
cotidianas como el uso de la vivienda, ya que mientras
en Ex Hacienda El Canadá la gente pasa la mayor parte
del día en casa, e incluso establece su fuente de ingresos
en torno al inmueble, en Puerta del Norte sus habitantes tienen que trasladarse a sus centros de trabajo fuera
de la colonia, utilizando la casa únicamente como dormitorio. Sin embargo, la gente de Ex Hacienda El Canadá es propietaria absoluta de su inmueble, mientras
que las personas de Puerta del Norte han tenido que
hacer depósitos mensuales al banco para terminar de
pagar su hogar.
En el barrio popular se distribuyen anárquicamente los servicios que dan vida a este asentamiento, tales como iglesias, tiendas, escuelas y clínicas públicas,
mientras que del otro lado no existen o son de carácter privado. En Ex Hacienda El Canadá circula el transporte público, en Puerta del Norte difícilmente entra
un taxi. En la primera de estas colonias, las áreas verdes son públicas y la gente es protegida por el municipio; en la segunda, “el parque público es privado” y hay
que pagar la vigilancia.
En la segunda sección, se aborda la variable de
las rs en las dimensiones de imaginarios urbanos y
de elementos significantes de la representación. Para
el primer caso, utilizando la metodología de los mapas mentales, se solicita a la persona que dibuje “la
ciudad en la que vive”, y posteriormente el área donde
aparecen las colonias Ex Hacienda El Canadá y Puerta del Norte. Aunado a esto, se utiliza la metodología
de Jean-Claude Abric (2003, p. 63) de asociación libre
y evocación jerarquizada. En este sentido, las palabras
inductoras son su ciudad, su colonia y la otra colonia.
Se solicitan las palabras que vendrían a la mente del entrevistado al mencionarle cada uno de estos términos y
posteriormente­se pide ordenarlas por su importancia.­
31
Los mapas mentales evidencian en Ex Hacienda El Canadá elementos ligados a la vida cotidiana más tradicional, como la tienda de abarrotes, la cantina, la escuela,
la iglesia, etcétera, mientras que en Puerta del Norte los
dibujos exponen elementos ligados a la vida contemporánea, tales como vías rápidas de comunicación, grandes centros comerciales y seguridad intramuros.
De manera general, podemos indicar que en las rs
del espacio por parte de los habitantes de Ex Hacienda El Canadá aparecen palabras ligadas al arraigo, a la
agricultura, mientras que en el caso de Puerta del Norte
las rs están ligadas al término tranquilidad, en un fraccionamiento cerrado donde una clase media ha elegido para vivir en búsqueda de distinción. Sin embargo,
entre ambas colonias las rs implican una visión negativa de una hacia otra, frases como “no me agrada” o “me
da miedo pasar por ahí”, son compartidas en ambos lados del muro. En Ex Hacienda El Canadá el referirse a
Puerta del Norte incluye términos como “dos mundos
aparte” o “la barda nos divide”. Por el otro lado, los muros circundantes a Puerta del Norte imposibilitan su
integración a la estructura urbana existente, reflejándose en palabras como “indiferencia” hacia el entorno inmediato.
La tercera de las variables tratadas es la is, en las
dimensiones de comparación y categorización social,
sumadas a las de identificación y reconocimiento, indagando sobre las representaciones “de nosotros” y “de los
otros”. Utilizando la citada metodología de Abric (2003,
p. 63), las palabras inductoras son los vecinos de mi colonia y los habitantes de la otra colonia.
La cuarta sección del instrumento está diseñada
para tratar la variable de sustentabilidad social, enfatizando en las relaciones sociales sustentables, sobre las
dimensiones de la estructura del espacio urbano, las interacciones grupales y las relaciones sociales. Para la
primera de estas, los indicadores corresponden al conocimiento de una red de beneficios comunes para ambas colonias, así como de las carencias comunes. Por
otra parte, la dimensión de relaciones sociales tiene
como indicadores la equidad, el respeto a las diferencias, la participación ciudadana, la colaboración, la solidaridad y la interdependencia. Las preguntas tienen
que ver sobre los lugares a que tienen igual derecho los
habitantes de ambas colonias. Al final de esta sección,
se indaga sobre actividades de índole productiva, laboral o social, entre otras, que hacen los residentes de una
colonia en el barrio vecino y viceversa.
32
Desarrollo regional
Discusión de resultados
De la invasión de tierras al barrio
consolidado­al sur de la Ciudad de México
La colonia Popular Santa Teresa está construida sobre
una superficie con fuertes pendientes de 32,6 hectáreas. En los años setenta, parejas solas o con máximo
dos hijos pequeños llegaron a un lugar boscoso, lleno
de espacios para jugar y con un riachuelo. Los niños
iban a la escuela a pie cruzando el actual terreno del
fraccionamiento cerrado Los Framboyanes. Los espacios verdes desaparecieron y el camino a la escuela fue
bloqueado por dicho desarrollo residencial de élite.
Los principios de la Teoría de la is permiten comprender que la construcción del espacio de la Popular
Santa Teresa y la creación de redes sociales sean fenómenos simultáneos. De acuerdo con Tajfel (1981), el
comportamiento humano y social en términos de organización social y cognitiva compartida se presenta desde que los residentes establecen los lazos que impiden
su expulsión y hacen menos difíciles los momentos de
penuria. En ocasiones, la policía destruyó las viviendas
rudimentarias, pero la gente retomó posesión, enfrentándose cuerpo a cuerpo con la autoridad.
Los habitantes reiteran que la colonia tiene un lugar privilegiado al sur de la capital mexicana. Algunos
expresan su tristeza por la partida de muchas personas una vez que se les entregaron sus títulos de propiedad, vendiendo sus terrenos a precios enormes. Por
el contrario, quienes se han quedado en la colonia están orgullosos de pertenecer a esta y de poder dejar
como herencia un lugar de paz. Una persona que llegó
en 1989 menciona que a su arribo había aun gente humilde con niños que paseaban por el barrio. Esos niños llegaron a ser médicos, arquitectos, ingenieros o
abogados.
Alsayyad (1993, p. 45) señala que la madurez urbana es la última fase del proceso de formación que
lleva a un barrio nacido de manera ilegal a convertirse
en una comunidad estructurada y permanente. En ese
momento, las colectividades han logrado obtener bienes y servicios que impactan la calidad de vida de sus
pobladores, tales como electricidad, agua, alumbrado
público, transporte y telefonía, entre otros. Se puede
decir que la colonia Popular Santa Teresa al momento
del estudio aun no llega a su madurez urbana, ya que es
necesario que se obtengan los espacios recreativos que
demanda la comunidad.
Memorias / Volumen 12, Número 22 / julio-diciembre 2014
En los mapas mentales, el barrio es representado
mayormente como una retícula (figura 4). El elemento
que más aparece es la calle Unión, vía principal de acceso a la colonia que la liga el Anillo Periférico de la Ciudad de México. Otras calles tienen roles de circulación
vehicular, ruta del transporte colectivo o comercial. Entre las calles que sirven de límite a la colonia, destacan
las que aparecen como los límites con Los Framboyanes. Incluso, cuando las personas hablaban al momento
de dibujar, algunos decían: “aquí está el muro...”, elemento que ha generado rencores y ha acentuado la división social.
Figura 4. Ejemplos de mapas mentales y mapa síntesis georreferenciado de la forma visual de la colonia Popular Santa Teresa para
los residentes. Tomado de Le processus de formation d’un quartier
dans la périphérie urbaine de la ville de Mexico : le cas du quartier
«Popular Santa Teresa», por C. Aparicio, 2002.
Las tierras agrícolas que se urbanizaron en
General Escobedo, Nuevo León
La Ex Hacienda El Canadá, cuyos moradores son nacidos en su mayoría en General Escobedo, ha mantenido
una población estable entre el 2000 y el 2005, con 1795
y 1643 habitantes, respectivamente. El grupo mayoritario está entre 25 y 59 años y corresponde al 44% del
total de la población. En cuanto a escolaridad, el promedio es de siete años y sólo el 3% de los residentes
tiene estudios universitarios. Además, el 55% de la población económicamente activa (pea) percibe de dos
a cinco salarios mínimos mensuales (smm). Cabe señalar que en el 2009, el smm era de alrededor $1 600 000
pesos mexicanos, equivalente aproximado a $125 000
usd del momento.
Periferia mexicana: mapas y representación social
Las 390 viviendas censadas promedian 4,5 habi­
tantes, destacando que el 79% de los hogares son
habita­dos por sus propietarios (inegi, 2013). En lo referente a la is, y siguiendo a Abric (2003, p. 64), en el
núcleo de la representación de “nosotros”, la tranquilidad es el elemento que acentúa las semejanzas entre
los vecinos. Así, las tendencias afiliativas y las funciones identitarias están fundadas en el arraigo. Los individuos se identifican como gente que por generaciones
ha estado en el lugar, lo que les permite mantener lazos afectivos, una existencia social y una is positiva. En
la colonia hay una fuerte “identificación socioespacial”
(Baby-Collin, 2002), al existir una relación entre la antigüedad en el barrio y la fuerza de identificación en el
espacio, además de la propiedad de la vivienda. Las rs
del espacio en este lugar también están ligadas al arraigo, producto de que la mayoría de los habitantes son
originarios del lugar. De acuerdo con Jodelet, “la estructuración urbana reposa sobre una base imaginaria
y simbólica” (1986, p. 471).
A pesar de que los dibujos se refieren a un área
compartida por Ex Hacienda El Canadá y Puerta del
Norte, la mayoría de los elementos que presenta la gente de Ex Hacienda El Canadá se localizan dentro de su
colonia. Sin embargo, el elemento que más se repite es
la barda perimetral de la colonia vecina, siendo el principal límite. La figura 5 permite observar que las sendas
que sobresalen son la Avenida Juárez, la cual comunica la colonia con el centro del General Escobedo, junto
con las carreteras a Laredo, Texas y a Colombia, Nuevo
León. Los nodos que destacan son los accesos a Puerta­
33
del Norte, los hitos identificados son la Escuela Primaria 20 de Noviembre, el Teatro Fidel Velázquez y la Preparatoria 25 de la uanl.
El fraccionamiento cerrado: “el lugar tranquilo y
seguro”.
Entre el 2000 y el 2005, la población de Puerta del Norte aumenta casi tres veces su número, pasando de 811
a 2396 residentes. En ese lapso, el número de viviendas
crece de 229 a 646, con un promedio de 3,7 habitantes
por unidad. Sin embargo, solamente el 29% de los hogares estaba ya pagado en el 2005. El 58% de la población está entre 25 y 59 años de edad. La mayoría de los
habitantes son nacidos fuera del municipio de General
Escobedo, con un promedio de 13,93 años de escolaridad. Además, el 61% de la población económicamente
activa (pea) gana más de cinco smm (inegi, 2013).
En Puerta del Norte las tendencias afiliativas y las
funciones identitarias están fundadas en la calidad de
vida. La gente se identifica como alguien que ha podido comprar un espacio privado, sin generar lazos afectivos fuertes y con una existencia social anónima. La is
positiva está basada en el hecho de habitar el fraccionamiento cerrado, mientras que las rs ligadas al sentimiento de pertenencia a la colonia están en función
de la tranquilidad. Se puede considerar que la gente de
Puerta del Norte se ha autosegregado al encerrarse en
búsqueda de tranquilidad frente a la violencia urbana, como lo señala Schteingart (2001), o por búsqueda
de distinción, pero con rápidas vías de circulación a la
mano, como lo señala Enríquez (2007).
Figura 5. Elementos urbanos representativos de la zona para los residentes de Ex Hacienda El Canadá en un mapa mental y en un mapa
síntesis. Elaboración propia.
34
Desarrollo regional
Memorias / Volumen 12, Número 22 / julio-diciembre 2014
Figura 6. Elementos urbanos representativos de la zona para los residentes de Puerta del Norte en un mapa mental y en un mapa síntesis.
Elaboración propia.
En la figura 6 se destacan las sendas que facilitan
la comunicación hacia diferentes puntos del amm y sus
municipios periféricos. Los límites que destacan son
dos bardas, una que encierra los sectores del 1 al 4 de
Puerta del Norte, y la que rodea los sectores 5 y 6. Así,
aparecen como distritos los sectores mencionados y la
colonia Ex Hacienda El Canadá. Los nodos principales
son los accesos al fraccionamiento. Como hitos destacan la Escuela Primaria 20 de Noviembre, la zona comercial de Ex Hacienda El Canadá, la Preparatoria 25
de la uanl, los parques en ambas secciones del fraccionamiento y el Teatro Fidel Velázquez.
Conclusión
Las facilidades legales en materia de asentamientos humanos permitieron la expansión urbana y la existencia
de las colonias presentadas. En la Ciudad de México,
políticas gubernamentales contradictorias buscaban
detener invasiones de terrenos agrícolas o forestales,
al mismo tiempo que dotaban de servicios a barrios
creados ilegalmente. En Ex Hacienda El Canadá, el
crecimiento de la mancha del amm provocó la necesidad de integrarse a ella. En el caso de Puerta del Norte, el cambio constitucional sobre la figura del ejido,
creó un área de oportunidad en las periferias para los
grupos inmobiliarios. La Popular Santa Teresa es una
intrusión física de los pobres en territorio de los ricos,
mientras que Puerta del Norte es una inserción de las
clases medias en el espacio de las clases populares. En
ambos casos, los muros representan la división social
entre grupos.
En torno a la is, tanto en la Popular Santa Teresa
como en la Ex Hacienda El Canadá, los mapas mentales revelan la identificación socioespacial con barrios
construidos durante varias generaciones. Sin embargo,
la separación de estas colonias con fraccionamientos
cerrados vecinos ha generado “altercentrismos o etnocentrismos negativos” (Montero, 1996), al desvalorizarse a sí mismos y sobrevalorizando a quienes viven
en intramuros. En cuanto a Puerta del Norte, las imágenes destacan la movilidad característica de formas
globales de apropiación del espacio, tales como el uso
del automóvil, la creación de redes sociales “prácticas”
y la seguridad privada. Citando a Do Rio: “El uso de
medios literales de separación es complementado por
una elaboración simbólica que transforma el enclaustramiento, el aislamiento, la restricción y la vigilancia
en símbolos de estatus” (2007, p. 314).
Entre los hallazgos de este trabajo que se inscriben
dentro de la teoría de las rs, en los tres casos la tranquilidad aparece como elemento común. Sin embargo, el
origen de este estado de bienestar es diferente. Se destaca que en la memoria colectiva de los pobladores de la
Popular Santa Teresa “queda la huella del ordenamiento urbano y social” (Jodelet, 1986, p. 471), la cual está
presente en los mecanismos que permitieron el nacimiento y la consolidación tanto física como social­ del
Periferia mexicana: mapas y representación social
barrio. En este caso, la tranquilidad es producto de la
organización que tuvieron los vecinos para defenderse contra las expulsiones y de la lucha por mejorar sus
condiciones de vida. Ellos consideran que viven en lugar privilegiado, seguro, con vecinos amigables, además de que el sitio les ofrece hermosas vistas del cerro
del Ajusco y de la ciudad.
En Ex Hacienda El Canadá, la representación reposa sobre una base imaginaria y simbólica ligada al
arraigo y a la tradición, influenciada por el hecho de
que la mayoría de los habitantes son originarios del lugar. Aquí, la palabra “tranquilidad” es parte del núcleo
de las rs, acompañada de otras que hacen referencia a
un pasado que sigue vivo en la memoria de quien ha vivido en esta colonia, tales como “agricultura”, “recuerdos”, “donde vivo”, o “primer colonia del municipio”.
Dentro de estas dos colonias populares, la solidaridad colectiva forma parte de las prácticas urbanas: “la
fuerza los lazos familiares y vecinales es parte de la respuesta a la marginación discursiva que padecen sus habitantes” (Baby-Collin, 2002, p. 8).
En Puerta del Norte, la tranquilidad es el elemento
de acentuación de semejanzas entre vecinos, marcada
por una is positiva. Los residentes de este sitio se catalogan a sí mismos como sujetos que han podido comprar un espacio privado, sin la necesidad de generar
lazos afectivos fuertes y con una existencia social anónima. Las rs de tranquilidad de quien reside en esta
colonia están muy acotadas a los términos de “accesibilidad”, “seguridad” y “colonia privada”. Como señala Enríquez (2007, p. 27), debido a las actuales formas
predominantes de hacer ciudad, los fraccionamientos
cerrados son el espacio que las clases medias y altas han
elegido para vivir “por miedo a la violencia o por búsqueda de distinción”. Siguiendo a Do Rio, “los enclaves
fortificados confieren estatus, la construcción de símbolos de estatus es un proceso que elabora diferencias
sociales y crea medios para la afirmación de distancia
y desigualdad sociales” (2007, p. 314). En Puerta del
Norte, la barda, la vigilancia y el parque, son símbolos
de estatus que reafirman la desigualdad y la separación.
Tanto en la zmcm como en el amm podemos ver
que la ruptura del tejido urbano va de la mano de la ruptura del tejido social, en el que la “segregación humana
y residencial que está presente en las imágenes sociales,
por lo tanto, la rs condensa en una imagen la historia,
las relaciones sociales y los prejuicios” (Jodelet, 1986,
p. 471). Los elementos físicos establecen fronteras entre
los habitantes de colonias, “creando nuevas jerarquías
entre ellos y, por tanto, organizando­explícitamente­las
35
diferencias como la desigualdad” (Do Rio, 2007, p.
314). Debido a los elementos que rompen la permeabilidad del tejido urbano, existe un grupo social marginado por un muro divisorio y otro grupo autosegregado
entre bardas, lo que se expresa territorialmente como
fragmentación urbana.
El mercado inmobiliario tiene un terreno fértil en
las periferias de las periferias mexicanas. La interrogante se abre hacia la is y las rs de los futuros habitantes de los contornos metropolitanos difusos. Para
el 2020, la población entera en México será de más de
122 millones de habitantes, considerando que 97 millones vivirán en áreas urbanas. La zona metropolitana
de Ciudad de México tendrá cerca de 23 millones de
personas, mientras que las de Guadalajara y Monterrey
estarán próximas a 5 millones de habitantes cada una
(sedesol, 2000). Esto revela, entre otras cosas, que la
problemática ligada a la expansión urbana crece a una
mayor velocidad a la que las políticas públicas pueden
anticipar. El Estado sigue promoviendo la privatización
de la ciudad, dejando la dotación de infraestructura urbana a los desarrolladores inmobiliarios (Aparicio et al.,
2011), al margen de las recomendaciones académicas.­
Referencias
Abric, J. C. (2003). La recherche de la zone muette des représentations sociales. En J. C. Abric (Ed.), Méthodes
d’étude des représentations sociales (pp. 59-80). Ramonville Sainte-Agne: Éditions Érès.
Acharya, A. K. (2011). Urbanization and Spatial Changes in
demographic characteristics in Monterrey Metropolitan Region. Universidade Federal de Uberlândia (Ed.).
Caminhos de Geografia, 12 (39), 271-282. Recuperado
de http://www.seer.ufu.br /index.php/caminhosdegeografia/article/view/16438/9185
Aguilar, A. G. (1999). Mexico City Growth and Regional
Dispersal: the Expansion of Largest Cities and Spatial
Forms. Habitat International, 23 (3), 391-412.
Alsayyad, N. (1993). Culture and Squatting: A Comparative
Analysis of Informal Developments in Latin America
and the Middle East. Open House International, 18 (2),
37-47.
Aparicio, C. (2002). Le processus de formation d’un quartier
dans la périphérie urbaine de la ville de Mexico : le cas
du quartier «Popular Santa Teresa». Tesis de maestría,
Université Laval, Quebec, Canadá.
Aparicio, C. (2012). Desigualdad socioespacial y relaciones de
sustentabilidad social en lugares de contraste residencial
al norte del área metropolitana de Monterrey. Tesis de
doctorado, Universidad Autónoma de Nuevo León,
Monterrey, México.
36
Desarrollo regional
Aparicio, C., Ortega, M. E. y Sandoval, E. (2011). La segregación socioespacial en Monterrey a lo largo de su proceso
de metropolización. Región y Sociedad, 23(52). 173207. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.
oa?id=10221416006
Baby-Collin, V. (2002). Estar en la ciudad y ser de la ciudad: convertirse en citadino en los barrios populares
de Caracas y La Paz. Centro de Estudios Mexicanos y
Centroamericanos (cemca). trace, (42). México.
Bar-Tal, D. (1990). Group Beliefs: A Conception for Analyzing Group Structure, Processes and Behavior. New York:
Springer Verlag.
Casados, E. (2001). La teoría de las representaciones sociales.
En E. Casados y S. Calonge (Eds.), Conocimiento social
y sentido común (pp. 57-105). Caracas: Fondo Editorial
de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Caracas.
De Alba, M. (2007). Mapas imaginarios del Centro Histórico
de la Ciudad de México: de la experiencia al imaginario
urbano. En A. Arruda y M. de Alba, (Eds.), Espacios
imaginarios y representaciones sociales (pp. 285-319).
Barcelona: Anthropos Editorial – Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.
Delegación Tlalpan. (1998). Expediente de regulación de la
tierra de la colonia popular Santa Teresa (Carpeta 41).
México: Delegación Tlalpan.
Deschamps, J. C., Morales, J. F., Páez, D. y Worchel, S. (1999).
L’identité sociale : La construction de l’individu dans les
relations entre groupes. Grenoble : Presses universitaires
de Grenoble.
Do Rio, C. (2007). Ciudad de Muros. Barcelona: Gedisa.
Enríquez, J. Á. (2007). Entre el miedo y la distinción: el estado actual del fraccionamiento cerrado en las ciudades
fronterizas de Tijuana, Nogales y Ciudad Juárez. Estudios Fronterizos, 8(15), 9-49.
Garza, G. (1986). Ejido San Nicolás de los Garza; Ex Hacienda El Canadá. Monterrey: Universidad Autónoma de
Nuevo León.
Garza, G. (2010). La estructura socio-espacial de Monterrey,
1970-1990. Estudios demográficos y urbanos, 25(3), 545598.
Garza, J. R. (2010). La Villa de General Escobedo en la época
de la Revolución 1910-1917. Monterrey: Universidad
Autónoma de Nuevo León.
González, S. (2005). La structuration socio-spatiale des villes
mexicaines au cours des années 1990. Tesis de doctorado. Quebec, Canadá : Université Laval.
Guerrero, A. (2007). Imágenes de América Latina y México a través de los mapas mentales. En A. Arruda y M.
de Alba (Eds.), Espacios imaginarios y representaciones
Memorias / Volumen 12, Número 22 / julio-diciembre 2014
sociales (pp. 235-284). Barcelona: Anthropos Editorial –
Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.
(inegi, 2002). xii Censo General de Población y Vivienda 2000. Sistema para la Consulta de Información Censal
(scince) 2000 [Versión en cd]. Aguascalientes: inegi.
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.
(inegi, 2013). Censos y conteos de población y vivienda.
Aguascalientes: inegi. Recuperado de http://www.inegi
.org.mx/est/contenidos/Proyectos/ccpv/default.aspx
Jodelet, D. (1986). La representación social: fenómenos,
concepto y teoría. En S. Moscovici (Ed.), Psicología social, Vol. 2: Pensamiento y vida social; Psicología social
y problemas sociales (pp. 469-494). Barcelona: Ediciones
Paidos Ibérica, S. A.
Lynch, K. (1998). La imagen de la ciudad. Barcelona: Editorial Gustavo Gili.
Montero, M. (1996). Identidad social negativa: un concepto
en busca de una teoría. En J. F., Morales, D. Páez, J. C.
Deschamps y S. Worchel (Eds.), Identidad social: aproximaciones psicosociales a los grupos y a las relaciones
entre grupos. Valencia: Promolibro.
Prévot, M. F. (2001). Fragmentación espacial y social: conceptos y realidades. Perfiles latinoamericanos, 19, 33-56.
Reyes, R. (2007). L’émergence et la transformation des secteurs
industrialo-résidentiels de Monterrey dans un contexte de libéralisme économique, 1890-1970 : une analyse
morphologique. Tesis de doctorado, Université Laval,
Quebec, Canadá.
Sabatini, F., Cáceres, G. y Cerda, J. (2001). Segregación residencial en las principales ciudades chilenas: tendencias de las últimas tres décadas y posibles cursos de
acción. Eure xxvii, (82). Recuperado de http://www.
scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=025071612001008200002&lng=es&nrm=iso
Schteingart, M. (2001). La división social del espacio en las
ciudades. Perfiles Latinoamericanos, 19, 13-31.
sedesol. (2000). México 2020: un enfoque territorial del desarrollo, vertiente urbana. México: Secretaría de Desarrollo Social. Recuperado de http://www.s ociologia.uson.
mx/lecturas/mexico2020urbana.pdf
Tajfel, H. (1981). Human Groups and Social Categories. Cambridge: Cambridge University Press.
Todorov, T. (1991). Nosotros y los otros. México: Siglo xxi
Editores.
Valdés, E. (2007). Fragmentación y segregación urbana. Alfilo. Revista digital de la Facultad de Filosofía y Humanidades, xviii. Recuperado de http://www.ffyh.unc.edu.
ar/alfilo/alfilo-18/pdf/valdes.pdf
Descargar