Sep-11 - Clacso

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I|P Investigación y Políticas
Sep-11 | #6
Programa CLACSO-CROP de Estudios sobre Pobreza / Serie documentos breves
Investigación y Políticas es una publicación del Programa CLACSO-CROP con el objetivo de dar sugerencias para políticas
públicas vinculadas con la problemática de la pobreza en America
Latina y el Caribe. Las opiniones y puntos de vista expresados en
este documento son del autor/a y no reflejan necesariamente los
del Programa CLACSO-CROP. Este texto puede ser reproducido
total o parcialmente siempre y cuando se cite el autor y la fuente.
© CLACSO-CROP, 2008.
La Carpio: segregación
y exclusión en una
localidad costarricense
Laura Paniagua Arguedas*
Una instantánea de las carencias de la región centroamericana se observa en una
pequeña ciudad emplazada al noroeste de San José, la capital de Costa Rica, donde
habitan unos 23.000 migrantes internos y externos.
L
a Carpio se desarrolló al final del Siglo XX cuando se instaló en el lugar el mayor depósito
de basura del área Metropolitana, constituyendo una fuente de trabajo para migrantes de diversas zonas de Costa Rica, alrededor del 50 por
ciento, mientras la otra mitad proviene de los otros
países de la región, especialmente Nicaragua.
En el contexto de un núcleo poblacional que
vive en la pobreza y que enfrenta la estigmatización a nivel nacional, señalado como “un lugar violento o peligroso”, de “ilegales” en tanto no tienen
un título de propiedad del terreno donde habitan,
hay otro sitio con peores calificaciones. La investigación realizada por Laura Paniagua Arguedas se
focaliza en La cueva del sapo, así llamado un lugar,
al sur de La Carpio.
“Son dos las situaciones que me llevaron a investigar sobre La Cueva del Sapo: primero, la ubicación y los límites difusos que poseía este espacio
para las personas de La Carpio, lo cual remite más a
una construcción de fronteras simbólicas y, segundo, a los diferentes y significativos nombres con
los cuales se designa a lo que es supuestamente el
mismo lugar (La Pequeña Gran Ciudad, La Cueva
del Sapo, Corazón de María, Corazón de Jesús, La
Libertad). En el transcurso de la investigación apareció otro elemento de importancia: la tendencia
recurrente entre vecinos y vecinas a ubicar lejos de
donde se vive al “lugar” llamado La Cueva del Sapo”,
indica Laura Paniagua Arguedas.
En la investigación fueron registradas las
situaciones vividas por quienes habitan en La
Cueva del Sapo con “respecto a las construcciones
simbólicas-imaginarias hechas por los vecinos y
vecinas de todo el asentamiento y otros entes ex-
ternos a la comunidad”. Laura Paniagua Arguedas
muestra cómo se expresa el fenómeno de la segregación al interior de La Carpio, de modo similar al
que se establecen fronteras simbólicas entre las
relaciones Norte-Sur del mundo, entre los Estados-Nación, así se expresan dentro de cada país
y al interior de las mismas comunidades, incluso entre los más pobres. En el trabajo se advierte
sobre esas “fronteras simbólicas” que existen allí
en La Carpio con relación al resto de la población
urbana, y las formas de segregación, exclusión y
hasta xenofobia que se manifiestan en la misma
comunidad.
“La Cueva del Sapo constituye una forma de
ubicar los miedos ante la violencia urbana”, explica
Laura Paniagua Arguedas. Agrega que ese pequeño
territorio es “representado como un espacio que
reúne peligro, contaminación, suciedad, vergüenza, violencia, bajeza, inmoralidad y del cual, supuestamente, proviene todo lo negativo que ocurre
en la comunidad”. Recuerda asimismo que ello se
corresponde con la historia de esa microlocalidad
que cuenta con los terrenos más irregulares de la
zona y donde se emplazó el primer botadero, utilizado particularmente para arrojar los deshechos
hospitalarios. Y quienes habitaron el lugar, desde
los orígenes, fueron los más excluidos y pobres que
han enfrentado la exclusión tanto interna como externa a La Carpio.
“La predominancia de población nicaragüense
en el sector también es parte de la explicación que
dan las personas al abandono estatal experimentado por ellas; el estigma y la exclusión que enfrentan
se enmarca en la discriminación que experimenta
la población nicaragüense en Costa Rica” afirma la
autora.
* Documento elaborado en base a la investigación “Segregación y fronteras simbólicas en La Carpio, una comunidad centroamericana” de Laura Paniagua Arguedas (Lic. en Sociología por la Universidad de Costa Rica) en el marco de una beca
otorgada por el Programa CLACSO-CROP en el año 2006. Edición a cargo de Carlos Suarez.
Investigación y Políticas
El trabajo rescata las implicaciones políticas vinculadas con las necesidades reclamadas
por la población de la zona y la falta de una respuesta por parte del Estado en su conjunto. Entre
las demandas insatisfechas de las vecinas y vecinos de la Pequeña Gran Ciudad, la investigadora
destaca: 1) Una guardería: pues muchas mujeres
trabajan y no tienen la posibilidad de dejar a sus
hijos e hijas en un lugar seguro, por eso muchas
veces se quedan solos en sus casas durante el
día, o deambulan por la calle; 2) El agua potable: en el sector existe una importante escasez de
agua potable especialmente durante el día, debido a que un tubo muy pequeño es el que abastece
a las 385 familias del sector.; 3) Entubamiento
de las aguas de desechos (cloacas); 4) Asfalto e
iluminación en las calles; 5) Teléfonos públicos;
6) El comité de la comunidad no tiene un lugar
para reuniones: no existe un espacio que permita
la realización de las reuniones y actividades de
la comunidad.
trol, tanto Seguridad Pública como de los medios
de comunicación”.
Al respecto, es interesante destacar la participación de la investigadora en la iniciativa de una
oficina que se instaló en La Carpio en 2006. La
experiencia de ese trabajo interactivo con la comunidad se resume en el libro Nuestras vidas en
La Carpio y en la página web La Carpio en Línea
(http://www.lacarpioenlinea.ucr.ac.cr/index.php/
sobre-el-proyecto), la contracara del tratamiento
“amarillista” que sobre este sector realiza con frecuencia la prensa convencional.
“Estamos acostumbrados a que nadie nos
ayude” dice una vecina, como una expresión frecuente y reveladora de la opinión de los pobladores de La Pequeña Gran Ciudad, acostumbrados a
una suerte de autogestión para solucionar algunos
de los tantos problemas que los afligen. “Un ejemplo de esto es la construcción de segmentos de la
calle; el comité vecinal ha solicitado y organizado
las donaciones de materiales, dinero y trabajo para
realizar las obras los fines de semana, en miras a
mejorar el paso de personas y vehículos y la canalización de aguas”, dice LPA.
Asimismo, los habitantes de la Pequeña Gran
Ciudad apuntan a la estigmatización y la xenofobia
como una de los factores que abonan el abandono
institucional por parte del Estado. “De esta manera,
las barreras simbólicas y el olvido experimentado
por las personas que habitan La Pequeña Gran Ciudad, provocados por el estigma, la xenofobia, el no
reconocimiento de derechos sociales, el juego político clientelar y el favoritismo predominante en
el apoyo a otros sectores se presenta en diferentes
facetas de sus vidas cotidianas: los servicios públicos, las necesidades básicas y la atención institucional. En síntesis, se sienten olvidadas y olvidados por las instituciones, el gobierno y por las
organizaciones comunales”, afirma LPA.
La investigación concluye en que “buena parte de las necesidades que enfrenta la población del
sector, podrían ser solventadas con mayor voluntad política; se trata de aspectos fundamentales
para mejorar la calidad de vida de estas personas,
entre ellas el sistema de abastecimiento de agua
potable y los teléfonos públicos. Se requiere más
apoyo estatal en la zona, pero menos intervenciones criminalizantes, desde los organismos de conPrograma CLACSO-CROP de Estudios sobre Pobreza
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Editor responsable: Emir Sader, Secretario Ejecutivo de CLACSO
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