Concepto2000049326-1de 2000 Octubre 24 Superintendencia

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Concepto2000049326-1de 2000 Octubre 24
Superintendencia Bancaria
Temas: Libre competencia. Seguros. Prácticas comerciales restrictivas .Sociedad de capitalización.
Libertad de contratación en la actividad financiera.
Norma citada: Decreto 663 de 1993, art. 100
Damos respuesta a su comunicación radicada en esta superintendencia bajo el número de la referencia,
mediante la cual consulta si las entidades financieras intervenidas cuya participación estatal es mayoritaria
están sujetas al régimen de contratación administrativa, en los siguientes términos:
En primer lugar, es oportuno precisar que las reglas y principios contenidos en la Ley 80 de 1993 rigen los
contratos de las entidades estatales y, según establece el literal a) del numeral 1º del artículo 2º de la misma,
se denominan así:
"... las empresas industriales y comerciales del Estado, las sociedades de economía mixta, en las que el Estado
tenga participación superior al cincuenta por ciento (50%), así como las entidades descentralizadas indirectas
y las demás personas jurídicas en las que exista dicha participación pública mayoritaria, cualquiera sea la
denominación que ellas adopten, en todos los órdenes y niveles".
Por su parte, el artículo 32 ibídem señala que son contratos estatales todos los actos jurídicos generadores de
obligaciones que celebren las entidades a que se refiere el estatuto de contratación, previstos en el derecho
privado o en disposiciones especiales, o derivados del ejercicio de la autonomía de la voluntad, así como
aquellos que a título enunciativo allí se definen, y aclara en el parágrafo 1º:
"Sin perjuicio de lo dispuesto en esta ley sobre fiducia y encargo fiduciario, los contratos que celebren los
establecimientos de crédito, las compañías de seguros y las demás entidades financieras de carácter estatal,
que correspondan al giro ordinario de las actividades propias de su objeto social, no estarán sujetos a las
disposiciones del presente estatuto y se regirán por las disposiciones legales y reglamentarias aplicables a
dichas actividades" (resaltado extratextual).
De otro lado, el artículo 21 del Decreto 679 de 1994, reglamentario de la Ley 80 de 1993, establece:
"De conformidad con lo previsto en el parágrafo 1º del artículo 32 de la Ley 80 de 1993, los contratos que
celebren los establecimientos de crédito, las compañías de seguros y demás instituciones financieras de
carácter estatal dentro del giro ordinario de sus negocios no estarán sujetos a las disposiciones de dicho
estatuto, sino a las disposiciones legales y reglamentarias aplicables a dichas actividades.
Por tanto, no estarán sujetos a dicha ley los contratos que celebren dichas entidades para desarrollar
directamente operaciones autorizadas o reguladas por el Estatuto Orgánico del Sistema Financiero. Tampoco
estarán sujetos a dicha ley aquellos contratos que se efectúen en forma conexa con tales operaciones siempre
y cuando el valor del contrato conexo no exceda de mil salarios mínimos legales mensuales o del dos por
ciento (2%) del presupuesto de la entidad, si esta cifra fuere superior a aquella.
Se entiende incluida dentro del giro ordinario la póliza global bancaria.
PAR. 1º-Los negocios fiduciarios que celebren las entidades estatales están sujetos a las disposiciones
contenidas sobre el particular en la Ley 80 de 1993. Las sociedades fiduciarias de carácter estatal sólo
deberán dar aplicación a dichas disposiciones cuando se trate de negocios fiduciarios que celebren con
entidades estatales.
PAR. 2º-La contratación de seguros por parte de las instituciones financieras públicas continuará sujeta a las
disposiciones legales pertinentes y, en particular, al artículo 100, numeral 2º del Estatuto Orgánico del
Sistema Financiero".
Ahora bien, la gama de medidas que puede tomar la Superintendencia Bancaria con respecto de una
institución vigilada que atraviese por una situación crítica, dependiendo de los resultados que arrojen los
factores evaluados, comprende desde los institutos de salvamento y protección de confianza pública hasta la
toma de posesión para administrar y para liquidar
(1) Véanse artículos 113 a 117 del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero, modificados y adicionados por
los artículos 19 a 23 de la Ley 510 de 1999.
(1), siendo posible que para el caso de las primeras la entidad continúe en condiciones de desarrollar su objeto
social. Por el contrario, la liquidación como consecuencia de la toma de posesión conlleva, además de los
otros efectos propios de dicho proceso, el de la disolución de la entidad, lo cual significa que a partir de ese
momento no podrá realizar nuevas operaciones en desarrollo de su objeto social, y su capacidad jurídica la
conservará únicamente para ejecutar los actos necesarios para los fines de la liquidación
(2) Por no encontrarse norma financiera que regule el tema en particular, por vía de remisión debe acudirse a
lo preceptuado por el artículo 222 del Código de Comercio, según el cual "Disuelta la sociedad se procederá
de inmediato a su liquidación. En consecuencia, no podrá iniciar nuevas operaciones en desarrollo de su
objeto y conservará su capacidad jurídica únicamente para los actos necesarios a la inmediata liquidación ...".
(2).
Lo anterior permite concluir que si a una institución financiera cuya participación accionaria la sitúa en la
condición de entidad estatal le son impuestas medidas de salvamento diferentes a la toma de posesión para
liquidar, sí es procedente que continúe desarrollando operaciones propias o conexas de su actividad principal,
las cuales gozan de las excepciones indicadas en los citados artículos 32 de la Ley 80 de 1993 y 21 de su
Decreto Reglamentario 679 de 1994.
En el supuesto de que se haya determinado la liquidación del ente, agotada la fase de su vida activa, quedarán
seguramente negocios por concluir que fueron iniciados dentro de la operación normal y, bajo el entendido de
que los actos encaminados a finiquitarlos son conexos a los mismos, se considera que también les serían
aplicables las conclusiones anotadas en el párrafo anterior. En el caso opuesto, esto es, para asuntos de otra
índole, su celebración deberá observar las reglas que por su naturaleza, cuantía y características les fije el
mencionado estatuto de contratación.
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