RAFAEL URIBE URIBE

Anuncio
RAFAEL URIBE URIBE*
¡Cómo liberta el espíritu hablar de este hombre singular! El más respetado y
más vilipendiado. Al final de su existencia, principalmente en los últimos 12
años, fue objeto de encarnizados odios, persecuciones y envidias que
enrarecieron el ambiente hasta provocar su sacrificio, ejecutado por dos
individuos pertenecientes a esas capas sociales a las cuales sirvió sin
reservas: dos artesanos que hacían parte del llamado Republicanismo,
compuesto por lo que más tarde llamó Gaitán el “país político” que ha
gravitado contra el “país nacional.”
Desde la Regeneración Conservadora de Núñez y Caro, se instauró en
Colombia un régimen que finalmente enfermó la sociedad de su tiempo, en
forma semejante a la actual, a tal punto que podría decirse que nada ha
cambiado, y que al contraria ha empeorado. Describiendo esta situación
enfermiza, Uribe Uribe publica el escrito que tituló: NOTAS PARA UN
ENSAYO SOBRE EL ESTADO DEL ALMA NACIONAL (La Regeneración Conservadora de
Núñez y Caro, Antología y Prólogo de Otto Morales Benítez).
Sobre la sociedad enfermiza, se pronunció este “hombre colectivo”- como lo
llamó Vargas Vila- en 1898:
“¿Quien dejará de convenir en que ciertas ideas acerca de la probidad están hoy del todo
pasadas de moda y anticuadas? ¿Quién negará que aquellos entes que en otro tiempo se
llamaban moralidad pública y sanción social han cesado casi completamente de existir?
Hace veinte años las personas menos distinguidas en lo social y en lo político tenían acerca
de la honra, del cuidado de la reputación y de la práctica de los negocios, delicadezas,
timideces e impresionabilidades de que carecen hoy la mayor parte de las clases llamadas
superiores. En virtud de esta transformación del alma colombiana, que nos ha dado como
un ser nuevo, ciertos nombres que hace veinte años eran espeluznantes, como robo,
peculado, abuso de confianza, han perdido su horror, y en cuanto a las acciones infames
denotadas con ellos, hemos aprendido a distinguir casuísticamente, admitiéndolos o
rechazándolos por razones de ocasión, no de maldad intrínseca.”
(…)
“Con la confusión de las ideas, ha venido la relajación de las sanciones.
¿Qué entendíamos por hombre honrado hace 20 años? Era un sujeto que poseía en alto
grado el respeto de su propia dignidad, como condición necesaria para merecer el
acatamiento de los otros; que llevaba alta cabeza, despejada la frente, franca la mirada y
correcta la postura; incapaz- por incapacidad orgánica- de cometer una bajeza o decir una
mentira; y que, fuerte en su derecho, jamás se plegaba, por complacer a los poderosos o
por adelantar su fortuna, abandonar la defensa de una causa justa ni a entrar en
transacciones con su conciencia.”
¿No es tener rudamente atrofiado el sentido moral, dar la mano, reunirse en unos mismos
clubes y teatros y tratar como caballeros a prevaricadores convictos y confesos, y a los
audaces opresores de nuestros hermanos y opresores de nosotros mismos?
Sin duda que el ladrón vulgar y el salteador de caminos, causan todavía repulsión, la
prensa los censura y nadie se rosa con ellos; pero es solo por su aspecto grosero y mal
oliente, y porque se presentan descalzos y harapientos; porque en cuanto el ladrón va
bien puesto y perfumado, usa maneras finas, y en vez de hurtarse un cerdo, se alza con un
millón, entonces su habilidad nos asombra, y delante de él tiramos el sombrero, nos
deshacemos en salemas y los llamamos excelencia…”
(…)
Ante semejante diagnóstico del alma de la nación, era necesario reaccionar
contra la podredumbre, o perderse. ¿Pero quién? De los ladrones y
degenerados no podía esperarse nada diferente a la aplicación de la
sentencia bíblica, según la cual no se le pueden pedir peras al olmo. Se
necesitaba un líder, “un hombre colectivo”, un libertador. El representante
de un mundo que nace, no de un mundo que muere. Se necesitaba alguien
como el que describe el maestro Fernando González, porque “todo nos
contamina o nos embellece”:
(…)
“Entiendo por demonios los seres que nos impulsan a destruir o contaminar algo dentro o
fuera de nosotros…
(…)
El general Rafael Uribe Uribe, tanto en vida espacial como en la que tiene después de su
muerte en nosotros, es uno de los pocos dioses que posee el pueblo colombiano.
A que nos incita? ¿Cómo es pedagogo este hombre?
A la castidad. Castidad es vigilancia constante de sí mismo para evitar que la vida sea
ensuciada en nosotros, o por nosotros en los demás seres.
Se es casto cuando se ama la vida y en proporción del amor. Y se la ama en cuanto se la
conoce.
Así, el general Uribe vivió una vida activa y limpia en su casa paterna, en el hogar que
fundó, en todos los caminos colombianos que recorrió, bregando por acabar con la
opresión. El primer esfuerzo logrado del General Uribe, fue el de la posesión de sí mismo:
Un niño tardo para aprender, ideaba métodos heroicos para no dormirse mientras
estudiaba durante la noche. Así llegó a poseer cada músculo de su cuerpo, éste llegó a ser
su instrumento.
(…)
En todo caso, este general es legendario: endurecido el cuerpo; acerada el alma; de águila
y negros los ojos; ausente la blanda grasa encubridora; los bigotes como signo de eñe
sobre la insinuación de ene del labio superior; hermosa la abolladura que hay entre las
dos sinuosidades de éste. Agilísimo; rápido; duerme sobre el duro suelo; aparece aquí y
ahora allá; la republica de canónigos barrigones vive inquieta.”
(…)
PREVIENE SOBRE UNA DEMANDA A MANO ARMADA.
En 1898, año anterior a la guerra de los 1000 días, asiste a la Cámara de
Representantes y, como en ocasiones anteriores, ataca en forma violenta a
los nacionalistas y al gobierno regenerador. Allí pronuncia su discurso sobre
la necesidad de los cambio para reestablecer los derechos del radicalismo y
fundar la paz, conocido como Oración por la igualdad. En él hace una
demanda suplicante pero firme:
“…Por eso venimos hoy a deciros por última vez- dice Uribe Uribe- que nos deis libertad
para exponer y defender nuestro derecho con el voto, con la pluma y con los labios; de lo
contrario, nadie en el mundo tendrá poder bastante para impedir que tengan la palabra
los cañones de nuestros fusiles… No amenazo ni provoco. No vengo aquí como el cónsul
romano ante el Senado de Cartago, trayendo en el canto de la toga la paz o la guerra para
que escojáis. No hago sino advertiros que esto, que no es hoy sino una simple petición
pacífica en favor de nuestro derecho y que no implica debilidad otorgarla, sino antes bien,
fortaleza de espíritu, si la negáis, se convertirá mañana en una demanda a mano armada,
y entonces, tras de costosos sacrificios, acontecerá una de dos cosas: o victoriosos nos
otorgaremos no solo lo que solicitamos, sino la totalidad de nuestro derecho, sino acaso
aún más, a costa vuestra, por el empuje irresistible que da el triunfo violento; o vencidos,
no por eso nuestro derecho morirá, y vosotros gastareis en seguir oprimiéndonos infinitas
más fuerzas de las que se requieren para vivir con nosotros en paz e igualdad. El escollo
está a la vista; podéis evitarlo dirigiendo la nave hacia las aguas tranquilas, o podéis
deliberadamente estrellarla contra la peligrosa sirte de donde acaso no salgamos ni
nosotros, ni vosotros, ni el país mismo… ¡salvaos, salvadnos, salvad a Colombia!”(Galvis
Salazar, Fernando. Uribe Uribe, pág. 93, 1962. Autores antioqueños, vol 12))
La Cámara no escucha. Entonces, al año siguiente se inicia la guerra de los
1000 días- el 17 de octubre de 1899 y el 21 de noviembre de 1902-. Se
declara por los liberales del Departamento de Santander, y Uribe Uribe, a
pesar de no estar de acuerdo en la oportunidad, asume su tarea. Y como a los
comandantes no los nombran sino que se imponen por sus virtudes, y ganan
la tarea de conducir los destinos de los pueblos, asume su rol conjuntamente
con Benjamín Herrera bajo la dirección de Gabriel Vargas Santos. Organiza su
ejército, y marcha raudo sobre la costa caribe. Se toma a Corozal y, al notar
la superioridad numérica del General Pedro Nel Ospina, deja la plaza vacía y
burlado al jefe del Partido Conservador a quién le escribe una carta
recomendándole, cono hombre civilizado, el cuidado de la población no
combatiente, especialmente de los heridos, las mujeres, los ancianos y los
niños. Es por eso por lo que hoy se lo considera, junto a Bolívar, como
precursor del D.I.H.
En la campaña de la costa se ve obligado a defender a la población de
cuatreros, salteadores y ladrones que molestan a los no combatientes,
actuando a veces en nombre de la revolución. Se ve obligado a dictar el
“Decreto Contra guerrillas”, ordenándoles a los grupos armados deponer las
armar, y entregarlas al general en jefe de operaciones de la Costa Atlántica,
logrando así el respeto a la población civil, el prestigio de la causa que
defiende y la unidad de mando del movimiento revolucionario. Sus órdenes
fueron cumplidas y las armas entregadas en el comando en la fecha
ordenada en el decreto.
Nombrado en misión a Centroamérica y Ecuador, una vez desautorizado por
Vargas Santos regresa al nororiente: triunfa en Peralonso, gramalote y Terán,
donde se toma la plaza enemiga con una estratagema y sin una gota de
sangre. Finalmente, firma la paz en Neerlandia y así termina su vida guerrera.
CONTRA LAS FACULTADES OMNÍMODAS
Desde 1888, antes de la guerra de los 1000 días y dos años después de
expedida, el gobierno de Núñez se valió de un hecho verdaderamente risible
para sustituir en materia de orden público la Carta constitucional del 86 por
la L. 61 de ese año, llamada la “Ley de los caballos”. Es una especie de estado
de sitio permanente. El gobierno invoca como causa la aparición de unos
ejemplares caballares degollados en Palmira y la Pradera, adjudicándoles
esas muertes a los radicales, debido al “odio” que según el Gobierno,
aquellos le tenían a la Constitución de 1886. Uribe Uribe pronunció 7
discursos “contra las facultades omnímodas”, facultades consistentes en la
eliminación de la tridivisión división de poderes, pues con la mencionada Ley
se reemplazó lo que llamamos “ESTADO DE DERECHO”, dado que el ejecutivo
asumió de manera indefinida las facultades de legislador, juez y ejecutor,
convirtiendo al Presidente en un poder arbitrario, sin control alguno. Por eso,
dijo en uno de esos discursos, citando a un notable constitucionalista:
«Todo poder discrecional tiende al abuso, por ley política natural, contra la que nada
pueden la asimpatía, la sinceridad ni la declamación. La moderación de un poder político
no se obtiene sino por la acción de otro poder político, así como en el sistema planetario la
fuerza centrífuga no se equilibra sino por la centrípeta o de gravitación. Si el ejercicio de
una autoridad no se contiene por el ejercicio de otra autoridad —que es en resumen la teoría
constitucional— será rechazada por el pueblo [conspiración] o se deleitará ensanchándose
ilimitadamente hasta arruinar la libertad [despotismo]» (Arosemena, Justo. Estudios
constitucionales, citado por Uribe Uribe en Discursos. Cámara de Representantes [1896], T.I., Medellín:
Imprenta Departamental de Antioquia, 1977, 193 páginas.
Si miramos ahora hacia el interior de Colombia, notamos que los herederos
de los regeneradores, que lo son los partidos tradicionales, se han deleitado
ensanchando ese poder discrecional. De la Ley de los Caballos, pasaron al
estado de sitio permanente, luego a la “doctrina de la seguridad nacional”
que combinaron con los estatutos de seguridad, la justicia secreta, los
estatutos “para la defensa de la democracia”, y para la” defensa de la
justicia” y los estatutos antiterroristas; remataron con las CONVIVIR, caballo
de Troya que lleva dentro a los paramilitares; continúan con la idea del
juzgamiento de los militares por los militares y la impunidad de los civiles
militaristas, el fuero militar y aquello que se publicita por la prensa hasta
adormecer al ciudadano: “el Estado y sus fuerzas no tienen vedado un sólo
centímetro del territorio patrio”, mientras se ofrecen bases militares a
potencias extranjeras. Todo ello, hace de Colombia una sutil pero criminal
dictadura colectiva, dirigida desde fuera a través del tipo de lacayos, que
ejercen tal grado de crueldad que en comparación con la junta de generales
argentinos, estos aparecen como ángeles guardianes de los derechos
fundamentales de la humanidad
Podemos ir a muchas academias, a muchas conferencias profesorales, pero si
no le dedicamos una hora a leer los siete discursos de Uribe Uribe contra las
Facultades Omnímodas, no vamos a entender la comedia que están
montando en Bogotá sobre EL EQUILIBRIO DE PODERES. ¡Como si el poder se
limitara a sí mismo!
FINAL DE LA GUERRA DE LOS MIL DÍAS. SOCIALISMO DE ESTADO
No hablo a la manera historicista de las cosas que hizo Rafael Uribe Uribe. Ni
pretendo que el personaje “es nuestro”, como lo pretenden después de 100
años de olvido los dueños del Partido Liberal, que no han soltado la presa
que les dejó Núñez primero y después Caro, salvo una corta pausa de López
Pumarejo, a quien le dieron un golpe de estado para borrar la L.200 del 36,
relativa a extinción de dominio sobre la tierras incultas o inadecuadamente
explotadas. ¡No!
Cuando hablamos de Bolívar y de Uribe Uribe, hablamos del futuro; de las
aguas claras e incontaminadas; de una sociedad que nace mientras otra
muere, aunque lentamente… Hablo del personaje que, como Bolívar, se ha
salido de los fríos moldes del bronce y del hierro para unirse a los
integracionistas de América….! De los campesinos, de los industriales
golpeados por el neoliberalismo, de toda América al sur de Río grande. Y al
norte también, donde moran humanistas que abominan el llamado “libre
comercio”, y la tiranía!
García Márquez trajo de nuevo estos dos
personajes a la historia presente en sus dos novelas: en El General en su
laberinto y en Cien Años de Soledad. Precisamente en su ensayo sobre Uribe
Uribe o el coronel Aureliano Buendía, la Historiadora IVONNE SUAREZ
PINZÓN, anota:
“Mediante la ficción, Gabo revive a lo largo de su obra literaria dos
personajes centrales de la historia de Colombia: Simón Bolívar y Rafael
Uribe Uribe. El escritor nos reenseña su importancia, pero los desacraliza y
los desciende del desafortunado pedestal de héroes nacionales, de ídolos
de piedra, en el cual los habían ubicado las élites políticas y la historiografía
tradicional….”
AHORA HABLEMOS DEL ESTADISTA y el SOCIALISMO DE ESTADO.
De igual manera como es un problema palpitante la necesidad de
un Estado con contrapesos, para evitar la tiranía, de esa misma
manera Uribe Uribe nos legó la comprensión del régimen de Estado
adecuado para asegurar la VIGENCIA de los derechos amenazados
por el liberalismo del laissez faire, laissez passer (dejen hacer,
dejen pasar), o sálvense quien pueda..
Esa Teoría que tanto gusta a los tiburones del neoliberalismo
copiado por el gobierno Gaviria Trujillo del consenso de
Washington, ya había sido COMBATIDA por Uribe Uribe
desde su conferencia sobre SOCIALISMO DE ESTADO,
pronunciada en el Teatro Municipal de Bogotá en octubre de
1904. Dijo en aquella ocasión:
“El socialismo que defiendo difiere tanto del absolutismo que mata la dignidad humana,
como del individualismo, que mata la sociedad. No quiero que se trate al pueblo como un
niño o como un perpetuo menor de edad, incapaz de regir sus propios negocios y siempre
necesitado de tutela; ni opino por que se quite el hábito de luchar contra las dificultades,
esperando del gobierno muchas cosas que debe fiar al propio esfuerzo; menos quiero que
se aumente la omnipotencia oficial, a expensas de la apatía o enervamiento de los
ciudadanos. Pero considerando que en el Estado existe la eminente dignidad y poder que
lo hace superior a los individuos y a las colectividades subalternas, pido que tome la
iniciativa y dé el ejemplo; que fomente y estimule el espíritu público y la creación de
asociaciones a quienes encargue de ciertos ramos y que cada vez les deje mayor latitud de
acción, hasta acabar por dejarlas solas a la obra, en un movimiento de descentralización
progresiva y de educación nacional para el uso de la libertad. No importaría que por lo
pronto se le restringiera un poco, al modo como se le cogen rizos a la vela, para soltarlos a
la hora del buen viento, o como se imponen privaciones los individuos, para llegar por el
ahorro al capital y con el capital a la independencia y las comodidades.
UNA MALA NOTICIA PARA LOS DUEÑOS DEL PARTIDO LIBERAL
A su muerte, Uribe Uribe no pertenecía al Partido Liberal. Como hemos visto,
de regreso de los campos de guerra, se dedicó a hacer Patria, abominó de los
partidos y convocó a una coalición con un sencillo programa, a la cual llamó a
los hombres de buena voluntad, lo cual ofendió a LA INIÓN REPUBLICANA, a
la que pertenecían muchos de sus antiguos copartidarios.
Puntos de la coalición:
-Sobreponer la patria a los partidos;
-Conservar y defender la integridad territorial;
-Sostener sin reservas la paz y la legalidad
-fomentar la instrucción y la educación públicas; y
-acordar una tegua durante la cual se abstuviesen de tratar cuestiones
políticas y religiosas candentes.
Y sobre los políticos y los partidos se pronunció con radical fuerza:
“Me separo irrevocablemente de la ralea de los políticos, porque creo que de ella
dimanan los infortunios que sobre Colombia han caído. La norma de mi conducta será en
adelante ofrecerme al país sin afiliarme a las facciones. Sectario nunca más; patriota
siempre…..”(Galvis Salazar, pág. 263)
“… dondequiera que en lo pasado haya dicho partido, quiero que en adelante se lea
Patria.”
“Si he dejado de ser liberal de los de Colombia, no es para retroceder a conservador, de
los de Colombia también, sino al contrario, porque me he sentido estrecho en las filas de
una comunidad que no ha querido renovar su programa en cuarenta años, y que debiendo
ser un organismo vivo transformable y adaptable al medio en que le tocó desenvolverse,
se ha inmovilizado en el elenco de fórmulas intocables en el intocable Alcorán de
Rionegro”. (Galvis, ídem.263).
MAS IMPORTANTES LA IDEAS QUE LAS BALAS
Ya desde la conferencia del Teatro municipal, había manifestado:
“Yo he podido renunciar, como en efecto he renunciado, una vez por todas y para
siempre, a ser un revolucionario con las armas, pero no he renunciado a ser un
revolucionario y un agitador en el campo de las ideas. Cada mañana toco tropa a las que
he venido profesando, y pasada la revista revaluadora, doy de baja sin pena a las que hallo
inútiles para el servicio y las repongo con otras jóvenes y robustas. Querría que así
procediesen todos, en vez de apacentarse en la inercia del pensamiento y de la acción. Si
el país se pierde es por pereza. ¡Trabajemos!
EL PAÍS EN SU CABEZA DE ESTADISTA
Rafael Uribe Uribe no es un pensador puntual, de aspectos particulares, es un
verdadero estadista. Concibió el Estado como un instrumento de combate
para el progreso y la defensa y realización de los derechos del pueblo;
formuló los elementos esenciales relativos a las necesidades del país que más
adelante desarrollaría en el escrito que tituló: LOS PROBLEMAS NACIONALES,
en los cuales enlista desde los más complejos de las relaciones
internacionales hasta tratar el problema de la alegría.
Es cierto que en su plan de gobierno esbozó la necesidad de un código
laboral con todos los contenidos que hoy conocemos en materia sustantiva,
individual y colectiva, aunque no se llegó a redactarlo en su tiempo. También
es cierto que todo su pensamiento social es precursor de todos los
instrumentos internacionales de naturaleza que social aparecieron: La
constitución social de la revolución mexicana, la revolución bolchevique, la
OIT. Y más tarde la declaración universal de los derechos humanos y el pacto
de derechos sociales, económicos y culturales. Sus ideas las expuso antes
que todos estos acontecimientos. Pero su pensamiento es totalizador y
complementario de la construcción política que nos legó el Libertador. Estos
dos libertadores ya se han salido de sus frías estatuas y han empezado a
cabalgar por América y su paso no se detendrá hasta llegar a la meta de la
integración y la soberanía de los países de América Latina y el Caribe.
UNA PÁGINA ANTOLÓGICA SOBRE EL CAFÉ*
“…Hace tiempo es una de mis preocupaciones la de generalizar en nuestro
país el uso del café…
Encuentro en ello tres grandes ventajas: Buscarle al grano mercados
nacionales; procurarle al pueblo un buen alimento; y combatir el
alcoholismo…
¿Pues si tan bueno es su café, nos dirán (en el exterior), porqué ustedes
mismos no lo toman?. Debemos dar el ejemplo si queremos acreditar
nuestro artículo. Antes de la propaganda en el exterior, está, en tiempo y
lugar, la del interior. Soy testigo de que en la mayor parte de los cafetales de
Colombia no se les da café a los trabajadores. En casa de herrero asador de
palo. En vez de esa bebida tonificante, se les administra la fementida
changua o la biliosa agua de panela, o peor todavía, un trago de venenoso
aguardiente. El uso del café está algo difundido en Santander, en el Valle del
Cauca y en los Llanos Orientales. El resto del país se abstiene casi por
completo… El café sostiene, da bríos y lucidez, calma la sed mejor que el
agua, la cerveza y los frescos, reanima la acción muscular, suelta la lengua,
les da un latigazo a los nervios, apresura la circulación de la sangre, y produce
en suma, una sensación agradabilísima… está probado que el café es un
poderoso antipalúdico. Durante la última guerra, me preocupe siempre de
darles café a las tropas que mandaba, y observé que estuvieron menos
sujetas a las fiebres que las de otros jefes que descuidaban esa precaución.
Cuando preveía largas marchas, sobre todo si eran nocturnas, la distribución
de café ya tostado y molido, era más fuerte, y noté que resistían mejor la
fatiga y el insomnio... El consumo del café negro debería establecerse como
obligatorio en todas las dependencias del gobierno… En Brasil y Argentina el
servicio de café para los empleados en los Ministerios, en las Cámaras
legislativas, Cortes y juzgados y demás jerarquías de la administración, es
constante y por cuenta del erario. Quizás por eso tienen mejor gobierno: los
funcionarios duermen menos en sus escritorios, sobre la almohada de los
expedientes…
Es noción científica universalmente recibida, que el café se opone al
alcoholismo. Todo el mundo sabe que con una o dos tazas de café negro se
disipa la embriaguez. Esa es la mejor demostración de que el café y el alcohol
se excluyen, o de que los efectos del primero son contrarios a los del
segundo…
Los pueblos consumidores de café son pueblos sobrios. Para un enemigo
mortal de los borrachos, como soy yo, nada más satisfactorio que la vida en
la Argentina y Brasil: ni en Rio, ni en Buenos Aires, ni en parte alguna de estas
naciones he visto jamás un ebrio, ni en las calles ni en los clubes, ni en los
bailes ni en las fiestas públicas. Son varios millones de habitantes sobrios. El
argentino toma leche o pasto, o café o mate, rara vez vino o cerveza; el
brasilero, café o aguas minerales del país, y también leche y cerveza nacional.
Solo el negro es aquí borracho; por eso es una raza que se va acabando. En
cambio, en Chile en donde el té es la bebida popular, es por desgracia pueblo
muy bebedor. El gobierno y la iglesia, empeñados de consuno en combatir el
vicio, ningún instrumento mejor podrían hallar que difundir el uso del café.
(…)
Si usted y la Sociedad de Agricultores no se me anticiparen, estoy resuelto,
cuando regrese, a hacerme empresario de cafés de barrios, y tendré a mucha
honra servir por mi mano a los obreros, una bebida sana, cuando pasen para
su trabajo, en vez del venenoso aguardiente o de la nauseabunda chicha…”
Firmado, Rafael Uribe Uribe
Río de Janeiro, 30 de octubre de 1906
*Carta respuesta a Epaminondas López, citada por Galvis, Op. Cit. pág. 253
PEDAGOGO DE MULTITUDES
Repitamos como Alejandro López:
“Oídlo bien, jóvenes esforzados que buscáis en el ejemplo un aliento a la
vida; el general Uribe Uribe, que por su propio esfuerzo ha llegado a ser la
primera virtud y la primera voluntad de Colombia, como si Dios le echara
“para mostrar al mundo lo que es un hombre” este ejemplar de hombre tan
combatido, espera, espera.”
*Muñoz Uribe, Manuel Antonio. Presidente de la Corporación Cultural “Rafel Uribe
Uribe”. Conferencia leída en la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín
UNAULA, el día 16 de octubre de 2004, día del centenario del sacrificio del grande
hombre.
Descargar