UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMÓN \ INSTITUTO DE

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Año 2
N° 2.
2012
\3
UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMÓN
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ANTROPOLÓGICAS y
MUSEO ARQUEOLÓGICO
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2012
D. L.
Instituto de Investigaciones Antropológicas y Museo Arqueológico
de la Universidad Mayor de San Simón
© INIAM - UMSS
2-3-85-11 P.O.
arqueoantropológicas es una publicación anual del
Instituto de Investigaciones Antropológicas y Museo Arqueológico
Universidad Mayor de San Simón
Diciembre 2012
Comité Editorial:
María de los Ángeles Muñoz
Walter Sánchez
Fernando Garcés
Foto portada: Marco Bustamante
Vasija Mojocoya con decoración antropomórfica.
Cod: mojocoya 3217, vitr. 12, INIAM-UMSS.
INIAM - UMSS
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Cochabamba - Bolivia.
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Este número de arqueoantropológicus es publicado gracias a la cooperación de la
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Editorial Serrano Ltda.
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c/L. Castel Quiroga 1887 (San Pedro)
Cochabamba - Bolivia
SECCIÓN ARTÍCULOS
El símbolo lúdico en la cultura andina:
estudio etnohistórico de los juegos en las
comunidades de Huañacagua y Pucará
13
GENARO HUARITA CMOQLT
El erotismo de la wallunk'a:
la historia de un diálogo con los muertos y
de un coqueteo con los vivos
CÉLiNt GEFFROY
79
Complejidad social y organización
de la producción artesanal durante el Período
Formativo en el Valle Alto de Cochabamba
97
OLGA U. GABELMANN
Tecnología Textil durante el Período Formativo 743
en los valles Central y Alto de Cochabamba
CLAUDIA RIVERA CASANOVAS
Manejo ganadero en el Pucará de Volcán
durante el Período Inca. Sector Meridional de la
Quebrada de Humahuaca-Jujuy (Argentina)
PABI o VALDA Y MARTIN VALDA
Hombres de agua: ¿un rasgo común de las
etnias prec'oloniales en los valles cochabambinos?
RAIMUND SCHRAMM
SECCIÓN INFORMES
Informe Técnico. 195
Excavaciones 1987, Conchupata-Mizque
MARÍA DE LOS ANGELES MUÑOZ C.
MISCELÁNEA
La Planta que Busca el Amor (La Querendona) 227
RENE MACHADO ROCHA
T
arqueoantropológicas Año 2 N" 2. 2012
343
TECNOLOGÍA TEXTIL DURANTE
EL PERÍODO FORMATIVO EN LOS VALLES
CENTRAL Y ALTO DE COCHABAMBA
CLAUDIA RIVERA CASANOVAS'
Resumen
La tecnología textil prehispánica puede ser estudiada y entendida no solamente a través de los
tejidos que se preservaron en el registro arqueológico sino y más comúnmente, mediante el análisis detallado de los instrumentos textiles que sí se encuentran en mayor medida en contextos
arqueológicos. En este trabajo se presentan los resultados obtenidos a partir del análisis de una
muestra de instrumentos que corresponden a contextos del Periodo Formatlvo en los asentamientos de Sierra Mokho y Aranjuez-Santa Lucía localizados en los valles Centra! y Alto de
Cochabamba respectivamente. Se enfatiza la importancia de la cadena operatoria del textil
como proceso clave para entender la función de los instrumentos como parte de la tecnología
textil durante este período temprano y dentro de un contexto social más amplio.
Palabras clave: : Tecnología textil, Cadena Operatoria, Período Formativo, Aranjuez-Santa
Lucía, Sierra Mokho.
Introducción
El estudio de la tecnología textil prehispánica es un tema que no ha sido abordado
sistemáticamente dentro de la arqueología boliviana. Esto se debe en gran parte a la
escasa presencia de tejidos en contextos arqueológicos, dada la naturaleza orgánica
de las materias primas con las que se elaboraron dichos objetos que es susceptible a
una rápida degradación en ambientes y contextos con humedad (Rivera Casanovas
2011a). Sin embargo, la inexistencia de textiles en los contextos arqueológicos del
pasado no impide que se pueda lograr una mirada hacia la tecnología textil partiendo
de los instrumentos que se emplearon en distintos momentos del proceso textil y que
brindan una información valiosa sobre estas prácticas y su contexto social en el pasado.
En los valles de Cochabamba se han realizado importantes trabajos arqueológicos
durante el siglo pasado y comienzos de este, que han producido una cantidad importante de información sobre instrumentos de tejer que no han sido estudiados en detalle. Una mirada más acusiosa sobre la tecnología textil en estos valles a partir de estos
objetos y su análisis sistemático, brinda información clave sobre la tecnología textil
prehispánica. En esta oportunidad se presentan datos obtenidos mediante el análisis
de materiales de dos sitios arqueológicos: Sierra Mokho en el Valle Central y
Aranjuez-Santa Lucía, en las cercanías de Cliza en el Valle Alto.
Proyecto Comunidades de Práctica Textil, ILCA, UMSA. E-mail: [email protected]
1
144
Claudia Rivera Casanovas
Una mirada a la tecnología textil prehispánica a través de la cadena
operatoria
Los estudios sobre tecnologías pasadas han mostrado su utilidad para comprender
aspectos sobre la producción de cultura material dentro de un contexto social que de
otra manera no hubiera sido considerado. Existen varios enfoques sobre esta problemática que han sido desarrollados por distintos tipos de investigadores y escuelas
Killick (2004: 571). Entre ellas destacan la corriente europea liderada por la escuela
francesa enfocada en técnicas y cultura, así como la corriente anglo-americana identificada por la antropología de la tecnología (Pfaftenberger 1992; Stark 1998:1). La
escuela francesa desarrolló el concepto de cadena operatoria mientras que la corriente anglo-americana se centró en técnicas de análisis espacial para entender e interpretar los patrones de distribución (Stark 1998:3).
Los estudios sobre tecnología son diversos y a través del tiempo se han avocado a
desarrollar temáticas como: estilo tecnológico, elecciones tecnológicas, materialidades, arqueometría, arqueología industrial, teoría de la práctica e intereses personales
y grupales y etnoarqueología, entre otros, que han enfatizado la importancia del contexto social y cultural dentro del que se encuentran los sistemas de creencias y las
elecciones pasadas que son básicos al momento de realizar elecciones tecnológicas
ya que existen muchas maneras y alternativas para dar solución a un problema particular (Killick 2004: 571).
Distintos enfoques han realzado la importancia de la disponibilidad de recursos en un
medio dado y también las limitaciones de este a la hora de realizar elecciones tecnológicas, sin embargo, también enfatizan la capacidad de los grupos humanos para
buscar soluciones alternativas para determinadas tarcas. De esta manera, el campo
tecnológico se convierte en un espacio de prácticas definidas por las formas de hacer
tradicionales de una sociedad y sus elecciones pero que también está abierto al cambio y la innovación bajo circunstancias particulares.
Lograr una aproximación a las tecnologías pasadas y sus contextos sociales es una
tarea ardua para los investigadores, especialmente los arqueólogos, pues es necesario
conocer no solamente la tecnología de forma aislada sino el contexto social en el que
se produjo y reprodujo. Para ello la etnohistoria y la etnografía han probado ser herramientas muy útiles de aproximación a las prácticas pasadas. Ellas han permitido
conocer y reconstruir aspectos tecnológicos a partir de una secuencia de acciones (p.
ej. Dietlery Herbich 1998).
La cadena operatoria es un concepto útil que ha sido inicialmente desarrollado desde
la escuela francesa para entender los pasos y acciones que intervienen el proceso productivo de un determinado objeto. En ese sentido permite un acercamiento detallado
a cada uno de los componentes dentro de una cadena productiva (Dobres 2000). El
concepto se remite a los trabajos pioneros de Mauss en los que se enfatizó la importancia de considerar lo humano como una totalidad incluyendo la realidad individual
y social y lo material como parte de una sinergia de hechos físicos, sicológicos y
sociales. En esta perspectiva se consideró al acto técnico como consciente y que
emergía de la razón práctica basada en lo individual y colectivo (Mauss, en Schlanger
1996:144).
Sin embargo, fue André Leroi-Gourhan quien desarrolló el enfoque de la cadena operatoria propiamente dicha al juntar aspectos arqueológicos y etnográficos para entender en detalle la cultura material y sus aspectos proccsuales y de comportamiento
firqueoantropológicas Año 2 N° 2. 2012
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(Schlanger 1996). Esta perspectiva consideró la atención a los aspectos estructurales
y funcionales de las técnicas ya que tienen un propósito y operan de cierta manera,
al igual que los elementos técnicos, gestos o procesos. Por tanto, la cadena de secuencias en el proceso de transformación considera que las técnicas son al mismo tiempo gestos e instrumentos organizados en una serie de operaciones fijas y flexibles
(Leroi-Gourhan 1964, en Schlanger 1996).
Enfoques recientes han hecho otras contribuciones sustanciales al tema como las de
Fierre Lemonnier (1980:1) que considera que la cadena no es necesariamente lineal,
siendo el tiempo, los problemas y las motivaciones, importantes para distinguir dos
tipos de eventos: los variables y flexibles que están sujetos a alteración, reemplazo e
idiosincrasia y, los fijos que son inmutables y esenciales, no se pueden cancelar, saltar o dejar de lado sin comprometer el suceso de la acción técnica. Las técnicas se
aprenden a través de grupos de gestos y operaciones (procesos técnicos), objetos
(medios de acción) y un conocimiento específico.
Considerando lo antes mencionado, en el caso de la tecnología textil y por comparación con estudios etnográficos en los Andes, se plantean los siguientes pasos dentro
de una cadena operatoria: obtención de materia prima, limpieza, hilado, tinción, planificación, urdido, tejido y finalmente acabado del tejido o prenda (para mayores
detalles ver Arnold y Espejo 2010, 2012; Rivera Casanovas 201 Ib, 2012).
La cadena operatoria textil prehispánica
La cadena operatoria textil prehispánica ha sido abordada parcialmente por distintos
autores que se han enfocado en describir algunos de sus procesos. Trabajos mucho
más completos se han realizado desde el campo etnográfico permitiendo un acercamiento más próximo a los procesos textiles (ver Arnold y Espejo 2010; Fischer 2008,
Cases y Loayza 2011, entre otros). Considerando este tipo de trabajos etnográficos es
que se ha elaborado una secuencia de procesos para entender la cadena operatoria en
el pasado.
En el caso de los valles del centro de Bolivia, las materias primas más empleadas
durante la época prehispánica fueron la fibra de camélido y el algodón (ver Oakland
1986). La primera debió obtenerse en las serranías que rodean al valle de
Cochabamba y que en muchos lugares presentan bofedales y pastizales aptos para la
cría de estos camélidos, lugares hasta ahora tradicionales para la actividad pastoril.
El algodón debió producirse en los valles donde las condiciones cálidas permitieron
su cultivo.
Una vez que se obtenía la fibra ya sea a través del esquilado de los animales empleando cuchillos de distintos materiales líticos, fragmentos afilados de cerámica u otros
materiales, o se cosechaba las flores de algodón, se procedía a su limpieza manual y
también más mecánica empleando para ello flores de cardo o peines fabricados con
espinas de cactus o maderas. También se podía lavar la fibra.
El siguiente paso era el hilado de las fibras que se realizaba empleando una rueca
compuesta por un volante o tortera y su eje vertical. El trabajo consistía en amarrar
la fibra a la varilla o eje en un extremo y tenerla en la mano en otro, entonces se hacía
girar el instrumento en una dirección y con una velocidad constate permitiendo el torcido de la fibra y su conversión en hilo. Un siguiente paso era el torcelado que consistía en juntar dos o más cabos de hilo y torcerlos en la dirección contraria de su torsión inicial para darle más solidez y fuerza. Para ambos casos se emplearon torteras
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Claudia Rivera Casanovas
fabricadas en distintos materiales como: cerámica, uticos, madera, hueso y metal. Las
formas de planta y perfil de las torteras, además de su diámetro total y el de su orificio central dicen mucho sobre el tipo de hilo producido. Los instrumentos más pequeños y livianos producen hilos finos en poca cantidad mientras que instrumentos más
grandes y pesados se relacionan con la producción de hilos mucho más gruesos y
menos finos (Rivera Casanovas 2012).
La dirección del hilado y del torcelado está basada en preferencias culturales de los
grupos. En los Andes Sur centrales predominó la dirección del hilado en S dando
lugar a una torsión en Z, siendo una preferencia producto de una larga tradición de
las comunidades (ver Oakland 1986; Tiballi 2010).
Luego de estos dos pasos se procedía al ovillado para que el hilo mantenga sus propiedades y se guardaban las madejas por algunos meses. Era muy común emplear una
piedra pequeña redonda, un hueso pequeño y distintos tipos de semillas como núcleo
donde se comenzaba a envolver el hilo para dar forma al ovillo.
La tinción es un paso opcional siguiente en el que se desovillaba el hilo, se le daba
una forma alargada envolviéndolo en dos brazos extendidos, luego de lo cual se procedía a meterlo en un recipiente de arcilla donde se lo hacía hervir con tintes y fijadores o mordientes. Se podían obtener distintas tonalidades de un color de acuerdo al
número de lavadas que se hacía de este hilo ya teñido. Finalmente se procedía al secado de los hilos teñidos y a un nuevo ovillado.
El proceso de tejido se iniciaba con el armado del telar, ya sea de cintura, horizontal
o vertical y el urdido de los hilos según la técnica a emplearse: faz de urdimbre o
tapiz como las más comunes. En el caso de faz de urdimbre se envolvían los hilos en
forma de 8 alrededor de los palos del telar y se escogían las combinaciones de colores para lograr las figuras deseadas durante el tejido (Fischer 2008). También se
emplearon, en ciertos casos, instrumentos como los urdidores que servían para evitar
que los hilos se enreden durante el urdido y que se puedan disponer en el telar sin
mayor problema.
Una vez que se tenían los hilos listos se procedía al tejido empleando las manos y una
serie de instrumentos auxiliares para separar los hilos como los lizos o varillas; escogedores y seleccionadores como las wich 'uña y otros objetos con una o dos puntas
agudas y las lanzaderas para poder pasar los hilos de trama o urdimbre entre otros
hilos. En algunos casos, especialmente con el tapiz, se utilizaron una especie de tensadores o peines para ordenar los hilos.
El último paso de acabado consistía en el cosido para unir las piezas de una prenda o
algún tipo de puntadas y bordado para los extremos de la misma. Para ello se emplearon una serie de agujas, agujones y hasta un tipo de croché. Una vez que la prenda
quedaba finalizada estaba lista para iniciar su vida social dentro de un contexto social
y cultural amplio.
Una propuesta metodológica para el análisis de instrumentos textiles
Para explorar el desarrollo de las prácticas textiles se realizó una revisión de colecciones arqueológicas y materiales publicados sobre el tema. Al mismo tiempo se trabajó con datos etnográficos y con una tejedora, Elvira Espejo, que comparó instrumentos y sus funciones brindando información clave para entender las funciones probables de los artefactos prehispánicos.
arqueoantropológicas Año 2 N°2. 2012
247
El registro de instrumentos se hizo en formularios para la toma de datos generales,
métricos y cualitativos (Loughran-Delahunt 1996). Los datos generales incluyeron
aspectos administrativos sobre su lugar de procedencia, lugar de custodia, número de
objeto, región, período, filiación cultural, etc. Los datos métricos incorporaron medidas de dimensiones del objeto y peso, mientras que los datos cualitativos comprendieron características particulares de los objetos como las formas en planta y perfil,
decoración, desgaste, roturas y observaciones. Se consideraron objetos enteros así
como fragmentados.
Esta información permitió establecer una tipología de instrumentos, su variabilidad y
también sus patrones comunes. Dado el tamaño pequeño de la muestra para ambos
sitios (n=45) sólo se realizaron tablas y una base de datos descriptiva. A partir de esta
información se presentan los resultados obtenidos en el análisis de instrumentos textiles de Sierra Mokho y Aranjuez-Santa Lucía.
El área de estudio
Los valles Central y Alto de Cochabamba se hallan en la región de valles interandinos centro de Cochabamba. Esta región se distingue por la presencia de valles secos
con altitudes que varían entre 2500 y 2800 msnm y patrones de precipitación pluvial
con un promedio de 500 mm anuales. La vegetación predominante es de tipo xerofítica adaptada a condiciones cálidas y secas. Estos valles se hallan rodeados o delimitados por cadenas montañosas de distintas alturas, siendo la cordillera del Tunari la
más alta con su pico mayor a 5035 msnm. Estas diferencias altitudinales permiten la
existencia de distintos pisos ecológicos que han hecho posible, a través del tiempo,
una complementariedad entre zonas ecológicas cercanas y más distantes en las que el
intercambio fue parte cotidiana de la vida de las poblaciones prehispánicas.
La complementariedad zonal permitió un fluido intercambio de productos entre distintas zonas. Entre ellos estuvieron materias primas, objetos de prestigio, productos
agrícolas y de recolección así como productos derivados de actividades agrícolas y
ganaderas como las fibras vegetales y animales, huesos y otros productos
(Brockington et al. 1995; Capriles et al. 2010, entre otros).
Los valles de Cochabamba durante el Período Formativo
El Período Formativo en los valles de Cochabamba constituye un lapso de tiempo
importante para entender cambios sociales y económicos significativos que se dieron
a partir de un progresivo paso de economías de caza y recolección hacia formas más
estables y sedentarias relacionadas con el desarrollo de la agricultura y el pastoreo en
zonas altas. Este período puede gubdividirse en Formativo Temprano, Medio y Tardío
de acuerdo a ciertas características particulares regionales, existiendo secuencias
diferentes para las distintas regiones del departamento de Cochabamba (ver Pereira
et al. 2001). En el caso de los valles Central y Alto se tienen datos claros para las dos
últimas fases que se reconocen y manifiestan con mayor vigor.
El Formativo Temprano (circa 1050-800 a.C.) debió caracterizarse por transiciones
progresivas pero heterogéneas de grupos cazadores-recolectores a grupos aldeanos
que desarrollaron viviendas con planta circular asociadas a áreas de cultivo o de pastoreo. Estas tempranas sociedades, como sus contrapartes en el altiplano, experimentaron con una tecnología textil básica que les sirvió para producir prendas de abrigo.
L
148
Claudia Rivera Casanovas
En esta fase se fue perfeccionando y desarrollando el hilado y tejido. Por comparación con otras regiones de las tierras altas y de la costa se puede inferir que se conocían las diferentes técnicas de entrelazado, enlazado y anudado que fueron comunes
en el Período Arcaico, así como el tejido en faz de urdimbre que se difunde en los
Andes centro-sur en esta época (Doyon-Bernard 1990; Ulloa 1982). Análisis de instrumentos textiles en la región de Oruro indican también que las estructuras en faz de
urdimbre eran ya conocidas y producidas (ver Rivera Casanovas 201 Ib, 2012, basado en Fox 2007).
Para el Formativo Medio así como el Tardío (800 a.C.-600 d.C.) ya se identifica una
tecnología textil bastante desarrollada que también se relaciona con los procesos de
desarrollo social y complejidad que se dieron en los valles de Cochabamba (Higueras
2001; Gabelmann 2008; Pereira et al. 2001). Las sociedades vallunas de estas fases
establecieron patrones de asentamiento particulares, creando poblados en áreas de
piedemonte, cercanos a las tierras agrícolas de base de valles y del piedemonte
mismo (Higueras 1996).
Las características de las aldeas formativas aún no están bien entendidas, sin embargo se conoce que las estructuras tuvieron forma circular u oblonga, que se empleó la
piedra y el adobe, que existieron distintos tipos de agrupaciones de las mismas en
relación a espacios públicos y domésticos y que se construyeron montículos que fueron ocupados a lo largo de cientos de años produciendo una compleja sucesión de
ocupaciones y reutilizaciones a través del tiempo (Dóllerer comunicación personal
2011; Pereira et al. 2001).
Las sociedades vallunas crecieron en tamaño y comenzaron a desarrollar nuevas formas de organización social que se manifestaron en diferencias sociales, estratificación y un fuerte énfasis en el intercambio. Dentro de este contexto, actividades económicas especializadas como la metalurgia tuvieron un desarrollo importante debido
a que los objetos metálicos producidos: hachas, ornamentos y otros objetos, tuvieron un alto valor simbólico y
de estatus por lo que se constituyeron
en bienes de prestigio que circularon,
en amplios circuitos de intercambio a
través de varias regiones.
Es probable que durante el Formativo
Tardío en algunas regiones se desarrollaran sociedades con niveles de organización sociopolítica parecidos a los
de un cacicazgo (Higueras 2001).
Estas sociedades dieron lugar a una
cultura material distintiva en la que
los textiles debieron destacarse no
solamente corno prendas de abrigo
sino como portadores de mensajes
relacionados con estatus, adscripción
étnica y expresiones de una cosmovisión particular.
Fig. 1. Mapa de ubicación de Sierra Mokho y
Aranjuez-Santa Lucia.
arqueoantropológicas Año 2 N-2. 2012
149
La tecnología textil en el Formativo Medio y Tardío
La tecnología textil de estas dos últimas fases se halla representada en las muestras
de artefactos analizados para los sitios de Sierra Mokho y Aranjuez-Santa Lucía en
los valles Central y Alto de Cochabamba respectivamente (Fig. 1). Estos materiales
nos aproximan a las prácticas en el pasado y permiten entender sus particularidades.
Sierra Mokho
El sitio de Sierra Mokho se encuentra en el Valle Central de Cochabamba a 1.5 km
al Norte de la plaza principal de Quillacollo (Fig. 2 a y b). Se trata de un impresionante montículo que se eleva aproximadamente unos seis metros sobre el nivel de la
superficie actual del terreno. Se formó gracias a un proceso continuo de construcción
de plataformas habitacionales elevadas como una manera de evitar las inundaciones
periódicas en el valle durante la época de lluvias (Dóllerer y Sanzetenea 2011:74).
Aunque el montículo ha sufrido un proceso de destrucción debido al avance urbano
y se halla rodeado de avenidas y construcciones residenciales nuevas, aún es el sitio
arqueológico más grande y preservado de la región.
Este sitio comenzó a ser investigado en los años 80 del siglo
pasado por un equipo de investigación de la Universidad Mayor
de San Simón (ver Pereira et al.
1985), realizándose excavaciones en profundidad que permitieron obtener fechados radiocarbónicos y establecer una secuencia
cronológica y cerámica regional.
Se identificó una ocupación que
se inició en el Formativo Tem- Fig. 2a. Perfil del área sur del montículo de Sierra Mokho
prano y que continuó a través del (foto Christoph Doellerer).
tiempo hasta el Período Colonial. La secuencia de este sitio
para el Período Formativo se
divide en: Formativo Temprano,
Formativo Medio y Formativo
Tardío.
Investigaciones realizadas por
Chrisíoph Dóllerer en los últimos cinco años incluyeron excavaciones intensivas y extensivas
en la parte Sur y Nor-Oeste del
montículo con la meta de exponer contextos significativos -y
entender los cambios en ellos a
través del tiempo (Dóilerer
2009). Este trabajo ha permitido
_ ^
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explorar en detalle las caracterís- ££• 2b-Es¿™t"ra Cl™lar del F°™atlv° Medl° (foto
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150
Claudia Rivera Casanovas
Tabla 1. Instrumentos textiles recuperados en distintos contextos de Sierra Mokho
Diámetro
Larga
ion!
(an)
Ancho
Aneho
Ancho
Twma
pirfíl
TTTC
Antha
AntAo
perfil
orlada
Tipo
puma
arqitecantropológicas Ano 2 N - 2 . 2012
251
ticas de estructuras domésticas y de otro tipo, los procesos de formación del sitio, la
construcción, abandono y reutüización de los espacios y estructuras asociadas. En
varios de estos contextos se han encontrado instrumentos textiles asociados al
Formativo Medio y Tardío2. Una mayor descripción de los contextos no es posible en
este momento debido a que la investigación aún no ha sido publicada. Sin embargo,
las procedencias se relacionan con estructuras domésticas circulares y patios, asociados a entierros, que tienden a cambiar durante el Formativo Tardío a estructuras más
de tipo cuadrangular (Christoph Dóllerer, comunicación personal 2011).
En estos lugares se realizaron una variedad de tareas domésticas como la preparación
de alimentos, el trabajo en distintos materiales y actividades artesanales, incluyendo
la textilería, además del descarte de basura. No debe dejar de mencionarse la existencia de patios o espacios externos donde es probable que se hayan realizado una serie
de actividades sociales, rituales y comensales. Los espacios funerarios estuvieron
integrados a contextos domésticos y públicos siendo comunes los entierros en cistas.
Los instrumentos
Los instrumentos de textilería que se recuperaron en estos contextos (n=21) permiten
la reconstrucción parcial de la cadena operatoria en este asentamiento (ver Tabla 1).
No se tiene evidencia acerca de las materias primas y su obtención pero es probable que se haya estado empleando tanto la fibra de camélido como el algodón. La
existencia de huesos de camélidos en basurales y otros contextos puede tomarse
como una evidencia indirecta de la presencia y utilización de su fibra en estas fases.
El proceso de hilado se hace patente en la existencia de ruecas representadas por torteras (phuska en quechua). Estas han sido encontradas en contextos asociados a
estructuras domésticas, basurales y entierros. Se caracterizan por estar fabricadas en
tiestos reutilizados, tener una planta circular y perfiles rectangulares o circulares producidos por el corte y probable alisado en el tiesto de cerámica. Esto sugiere una
industria expeditiva de este tipo de volantes (Dóllerer comunicación personal 2011).
Un dato importante es el relacionado con el diámetro de los orificios de las torteras
que se halla en directa relación con el grosor del hilo producido. Aunque no se pudo
efectuar un análisis detallado de estos artefactos por estar dispersos en las diferentes
bolsas de excavación, se observó, a través de dibujos (Dóllerer 2009), lo que parecen
ser torteras con diámetros no mayores a cinco centímetros y con orificios pequeños
de dos a tres milímetros, sugiriendo la producción de un hilo fino3.
Instrumentos complementarios para el
tratamiento de los hilos después de su
torcelado, en el proceso de ovillado y
tesado, son los ovilladores. En Sierra
Mokho se identificó un ovillador de
hueso que también pudo servir como
urdidor o pasador de hilo (Fig. 3). Se
i—1Qon '
trata de un hueso hueco por dentro de
cinco centímetros de largo y un diámetro Fig. 3. Ovillador (SM. 40. II. G6. 3; ILCA_
de dos centímetros. Se halla pulido y
PSM_PASJ)01),
3 Las comunidades aymarás actuales del sureste de Oruro, en la región de Chaliapata, clasif can a los hilos según sus grosores en tres categorías generales:
fino (1-3 mm), intermedio (3-7 mm) y grueso (7 > mm.), (Eivira Espejo, comunicación personal, 2009).
2 Dóllerer uiiüza período Intermedio Temprano en vez de Formativo Tardío, asociándolo con la presencia de material de filiación Tjpuraya en el rnoniícjlo.
152
Claudia Rivera Casanovas
ahumado porque presenta una coloración
marrón a gris.
Otro instrumento especial es un tesador
también llamado localmente riqu riqu en
quechua. Se usó la escápula u omóplato
de camélidos o cérvidos para fabricar este
instrumento. En la parte más amplia se
realizaron incisiones en forma de V que le
dan un aspecto aserrado (Fig. 4). Estos
espacios fueron usados para introducir los
Fig. 4. Tesador (SM.CP-1;
hilos a distancias similares y permitir su
JLCA_PSM_CALJ)02).
tensado para que mantengan sus propiedades de hilo alargado y duro y que no se arruguen y encojan luego del torcelado. En
ocasiones los tesadores se utilizaron para alisar hilos durante el urdido o en el telar,
No se han encontrado evidencias sobre la importancia del proceso de tinción de
fibras por lo que no se puede hacer una aproximación más precisa. Es probable que
durante el Formativo Tardío se le haya dado mayor importancia a este proceso para
la producción de hilos de distintos colores que se utilizaron en la producción de iconografías particulares. Por comparación con los valles del Sur Este de Cochabamba,
donde Ibarra Grasso recolectó en cuevas funerarias textiles elaborados en algodón y
bordados con iconografía Tupuraya (Ibarra Grasso 1973; Oakland 1986), se puede
inferir que la gente de este grupo utilizó hilos de colores vivos con tonalidades rojas,
marrones, azules y rosadas, además de colores naturales.
Una variedad de instrumentos excavados se relaciona con el proceso de urdido y
tejido de prendas. En estas fases se conocieron los telares verticales, de cintura y
horizontales a juzgar por los artefactos. Ya para el tejido propiamente dicho se identificaron instrumentos como prensadores y escogedores de hilo (wich'uña en quechua), además de seleccionadores (jaynu en quechua) de varios tamaños empleados
para separar hilos (n=18). Estos objetos brindan información valiosa sobre los tipos
de estructuras textiles que se tejieron en esas fases. Por ejemplo, las wich'uña recuperadas en diferentes contextos, sugieren que se estuvo tejiendo estructuras en faz de
urdimbre así como en tapiz. Los tejidos en faz de urdimbre requieren instrumentos
con puntas delgadas, aguzadas y levantadas hacia arriba para poder escoger los hilos
y separar los colores durante el tejido. Las wich 'uña identificadas en Sierra Mokho
para este tipo de estructura textil y sus técnicas asociadas (ver Arnold y Espejo 2012)
fueron elaboradas en astas de venado aprovechando su forma natural (Fig. 5). Estos
Fig. 5. Wich'uña para tejer en faz de urdimbre
(SM.42. If.Fó.l y Ib; ILCAJ>$MJWCJ
Fig. 6a Wich'uña para tejer en tapiz. (SM.17.
ÍV.F6.1; ILCA_PSM_MCJ)01).
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arqueoantropológicas Año 2 N32. 2012
Fig. 6b Wich'uña para tejer en tapiz. (SM.23.
II.F6.5; ILCA_PSMJVIC_OQ4).
153
Fig. 6c. Wich'uña para tejer en tapiz. (SM.23.
11156.4; ILCA_PSM_WÍCJ)Q3).
instrumentos encajaban bien en las manos de las tejedoras y eran de fácil manipulación durante el tejido.
Se identificaron también wich 'uña fabricadas en huesos largos, probablemente metacarpos, que mostraban un extremo o punta plana y biselada; corresponden en su mayor parte a contextos de Formativo Tardío y se asociaron a materiales Tupuraya (Dóllerer 2009). Este tipo de instrumentos se empleó en los tejidos en faz de trama o tapiz
donde los hilos de la trama están sujetos verticalmente en un telar vertical y los de la
urdimbre se pasan entre ellos formando patrones de diseño. La forma plana de las
puntas sirve para prensar los hilos (Fig. 6 a, b y c). En ambos casos se nota que los
instrumentos trabajados en hueso pasaron por un proceso de fabricación en el que los
huesos fueron sometidos a un tratamiento de ahumado y abrasión para hacerlos resistentes a los golpes y deslizables. Este
tipo de procedimiento ha sido común a
través de los Andes y puede identificarse
en distintas regiones (ver Rivera
Casanovas 201 Ib, 2012; Vázquez 2000,
entre otros).
Dentro del conjunto de instrumentos de
Sierra Mokho se identificaron también
objetos delgados de hueso que se empleFig. 7 Escogedores de hilo (SM.14a. J2. F6.4b, c aron para escoger y separar hilos de
y d; ILCAJ>SM_LIZJ)02,003 y 004).
urdimbre (Fig. 7). Tienen una forma
alargada que muchas veces termina en
puntas en ambos extremos (seleccionador) o en uno de ellos (escogedor) perFig. 8 Aguja de hueso (SM.14a. J2. F6.4;
mitiendo también escoger hilos.
ILCA_PSM_AGU 001). Sin escala.
El proceso de acabado ha sido identificado por la presencia de lina aguja de hueso. Es una aguja larga con punta aguzada y
un orificio en la parte superior para pasar el hilo (Fig. 8). Se usó para el acabado de
las prendas cosiendo piezas o realizando distintos tipos de puntadas en los bordes y
posiblemente algunos bordados.
Aranjuez-Santa Lucía
Es un asentamiento Formaíivo excepcionalmente grande, 13 ha, que se encuentra en
el Valle Alto de Cochabamba, en una planicie a tres kilómetros al Oeste de Cliza (Fig.
9). De manera diferente al montículo de Sierra Mokho, este asentamiento tiene una
154
topografía plana con una pendiente un poco superior a la
línea de inundación del valle
Su superficie está caracterizada por la presencia de manchas rojas de arcilla quemada
y una gran densidad de fragmentos cerámicos. Estas
manchas son restos de plataformas y hornos usados para
la qxiema de cerámica; se contaron hasta 250 plataformas
con distancias de tres a 20 m.
entre ellas. Los depósitos de
este sitio alcanzan una proFig. 9 Sector habiíacional en Aranjuez-Santa Lucia (foto
fundidad
de 3.70 m. (GabelWalter Sánchez).
mann2005: 53).
Dentro del asentamiento se distinguieron sectores habitacionales identificados por la
presencia de estructuras circularen con cimientos de piedras pequeñas y diámetros de
4.50 a 5.50 m. Tuvieron un techo sostenido por un poste central. Las estructuras no
están aisladas sino que conforman complejos domésticos compuestos de una estructura grande asociada a una o dos estructuras más pequeñas de dos metros de diámetro, que pudieron ser almacenes o depósitos, así como a una o dos plataformas para
la cocción de cerámica (GabeLmann 2005: 55-56).
El sitio tuvo una larga ocupación durante el Período Formativo con un rango de
fechas entre el 1300 a.C. y 200 d.C. (Gabelmarm 2008b). El estudio de ese sitio en
los últimos años se enfocó en caracterizar los patrones de asentamiento en el Valle
Alto y las fases del Formativo, entender la organización socioeconómica ligada a la
producción de cerámica, así como los mecanismos de intercambio con regiones distintas (Gabelmarm 2008b).
La mayor parte de los contextos excavados se relacionan con el Formativo Medio y,
en ellos, asociados a rasgos de espacios domésticos, se encontraron diferentes instrumentos textiles (ver Gabelmarm 2008a para el catálogo de los mismos). Los contextos domésticos están identificados por los materiales asociados como cerámica, azadas, morteros, huesos y materias primas como concha y malaquita para la fabricación
de cuentas de collar. También se han encontrado evidencias de actividades metalúrgicas; sin embargo, lo más representativo en este asentamiento es la gran cantidad de
fragmentos de cerámica y evidencias de su producción, que lo caracterizan como un
poblado especializado en la producción de cerámica. La producción se realizó en
áreas domésticas junto con otras actividades típicas como la preparación y consumo
de alimentos, trabajo en otras materias primas, tejido, metalurgia, además del descarte de basura. En el asentamiento también existieron espacios funerarios, para el entierro de los difuntos. '
El intercambio a larga distancia que mantuvieron los pobladores de Aranjuez-Sanía
Lucía se hace patente en la presencia de malaquita, que no tiene fuentes locales, el
basalto negro que parece provenir de la región Sur-Oeste del lago Poopó en Oruro,
hachas de basalto gris-verdoso de la región de Mizque, oro foráneo y conchas mari-
*--
arqueoantropológicas Año 2 NQ2. 2012
155
Tabla 2. Instrumentos textiles recuperados en distintos contextos de Aranjuez-Santa Lucia
Instrumento
Código
Proceio
tfateri»!
Diámetro
lera)
Diámetro
orirldo
Largo (crn)
Arto
Peso ígr!
forma
plan!»
forma perfil
Fundón
(cm)
(mml
SL P601-6/1.HE403
latiera
Hifado
Cerámica
3.20
3.50
0.50
620
Circular
Rectangular
H/íar/torceíar
SL
loneta
Hilado
Cerámica
5.50
6.0
0.80
5.50
Circular
Rectangular
Mfi'Jí-'D'Ceíd'
Sí P62Q-5/1.HE4S7
Tortera
Hilado
Cerámica
4.30
7.0
0.60
J4.0
Circular
Rectangular
Hilar/torcelar
S194/015.HE23
tortera
Hilado
Cerámica
3.70
6.0
0.60
10.50
Circular
Cilindrica
T.'Mf, íortfííf
•;
Tortera
Hilado
Cerámica
3.80
9.0
0.55
10.30
Circular
Rectangular
Hiíarftoicelar
s¿ wuiw.fJW '31
Tortera
Hilado
Cerámica
3.80
5U
Q.iü
i-C
Circular
Reaangulai
Hilarttoicelai
SL
Ptr¿-
toñera
Hilado
Cerámica
~2~J
5.0
0.50
12JO
Circular
Rectangular
HiHr/torceiar
ilWNjíi/J.HiJUií
fo fiera
Rilado
Leramica
3.50
SU
Ü.ií)
i ?.j
Qicuíar
Rectangular
Hilar/lorcelar
5166/01 i. H£V3ó
ó.O
0.60
Circular
Rectangular
Hilar/roicslai
P5J9S-
W3.HE406
P670-
TO/1.H£301
9/42.HEW37
Tortera
Hilado
Cerámica
3.80
Sió/üüi.Híyiy
ronera
Hilado
Cerámica
4.0
7.0
0.45
4.90
Circula'
Reaangulai
Hilar/torcelar
si
íbrtera
Hilado
Cerámica
5.30
4.0
0.60
22.50
Circular
Rectangular
Hiter/torcelar
instrumento
Profeso
Material
Largo
Ancho
Ancho
Pe ío fgrl
forma
npo dt punta
Fundón
(tm)
máximo
mínimo
POÍV-
7/72.HE10S8
Código
SL.P6ñ.WA/'J.Hí2
temí
(tm)
Wic/í'üñd
Tejido
Hueso
11.10
2.60
1.50
V. 40
Alargada
Pftna
Prensar htlo¡
Me/Toña
Tejido
Hueso
s.ao
130
0.20
6.60
En
Puntiaguda
Levantar, escoger hilos
94
SLP5JP)219.H£96
forma
de punzón
Si.PS19.12I9.Hf96
IrKdr'una
Tejido
Hueso
8.80
1.30
0.20
Ú.SO
£n
forma
líe punión
Puntiaguda
Levantar, escoger hilos
SLft'02ftff£7/4
Mrt'u/iJ
fe/«Io
Hueso
8.70
l.SO
1.10
71.10
AiatqaQa
Plana
Prensai míos
Si,/W1.4/34.H£lü
Ivicft'iiña
Te/ido
Hueso
4.70
2 10
í.4)
4.1
Alargada
Plana
Separar y prenw Mos
H/ícíi'uña
Tejido
Hueso
6.5
1.00
025
2,8
Alargada
Puntiaguda
Levantar, escoger h i/o 5
ínsírumento
Proceso
Material
largo
Ancho
máximo
Ancho
mínimo
Pe» (g i)
Forma
forma perfM
Fundón
(on)
(o«)
1.75
1.75
8
45
SL.UMPdlS.HEW9
4.1095
Código
(cmj
SlPá/001.H£291
Owllado
r«ador
Hueso
400
2.90
Rectángula
Tesar y calibrar hilos
r
5t.70;í/OOó.HE¡52
Código
feíador
Ovillado
/nitramento
Proceso
Hueso
4.30
Material
largo
fon)
1JO
0.50
Ancho
Ancho
Dlárn.
máximo
mínimo
orífid
(cm)
(tm)
0
láí)
(l./U
3.80
Irregular
feto (gr¡
Forma
77po de punta
fundón
Tesar y calibrar hilos
2.40
Rectángula
Roma
Pasar
(mm)
Si.í"6ii.(J/770.H£I
iei¡do
ía/i;adefa
Hueso
5.30
¿.w
SL.P639.9/2.HE29Q
Tejido
Lamsdera
Madera
8.40
2.0
0.80
2.00
7.50
Reaangu a
Roma
r
5LPÓ39.9/1.HE289
lanzadera
SÍ.PÓ35.5/J.HE439
Lanudera
SLHJiWtlBW
Lamaúeta
Tejido
*
Madera
9.ÚO
2.0
1.0
2.00
7.40
hilo
entre
Lanzadera
Pasar el hilo entre
tramas o urdimbres
Ovalada
™
Pasar el hilo entre
ramas o urdimbres
Pasar el hilo entre
tramas o urdimbres
¡ejido
Madera
10.90
1.30
0.80
2.0
4.ÍO
Ovalada
Roma
ie¡iOo
Msdeis
S.50
1.70
1.20
2.0
3.70
ñsaangu a
Roma
Pasar el hilo entre
tramas o urdimbres
Roma
Pasa! el hilo entre
tramas o urdimbres
r
SLPÜ4.5Í1. tiltil
el
tramas o urdimbres
029
Tejido
MaOeía
6.50
ra
'¿0
5.00
Rectángula
r
Claudia Rivera Casanovas
256
Fig. 10a Tortera (SL P601Fig, Wb Tortera (SL P6206/LHE403; ILCA PSL_RUE_OOI). 5/J.HE457; ILCA_PSL_RUEJ)03).
Fig. ¡Oc Tortera (SL ¡6/004.HE4013;
ILCA_PSL_RUEJ)06).
ñas. El intercambio pudo darse mediante caravanas de llamas que transportaron probablemente maíz, granos y otros productos locales que fueron intercambiados por
otros objetos y productos tanto en el altiplano como en regiones más tropicales. En
términos de bienes de prestigio habrían circulado objetos de oro, malaquita, sodalita,
conchas marinas, plumas y alucinógenos (Gabelmann 2005:70).
Los instrumentos
La muestra de instrumentos textiles recuperada en los trabajos de Gabelmann (n^24)
ha sido ya documentada y descrita en su tesis doctoral (ver Gabelmann 2008a). Sin
embargo, aquí realizamos un análisis más detallado relacionado con la cadena operatoria del textil (ver Tabla 2).
No se han encontrado evidencias de materias primas en este asentamiento. Sin
embargo, se debieron utilizar fibras de camélido y probablemente algodón como
materias primas principales en la producción de prendas. El algodón pudo obtenerse
localmente o de regiones vecinas más bajas mientras que la fibra de camélido se
habría conseguido de regiones montañosas colindantes. Nuevamente, la presencia de
huesos de camélido en distintos contextos es una evidencia indirecta del uso de la
fibra.
El proceso de hilado está bien representado en la muestra por torteras (n=l 1). Están
fabricadas de forma expeditiva en fragmentos de tiestos cerámicos, abundantes en el
lugar. La forma de planta es circular mientras que los perfiles tienden a ser cilindricos y rectangulares por el corte en el tiesto (Fig. 10a, b y c). Su altura está en relación al grosor de las paredes del tiesto. El diámetro de los orificios centrales revela
que se estuvo produciendo un hilo intermedio a grueso (3.5-9 mm).
El proceso de ovillado y tesado esta representado por tasadores usados para evitar
que los hilos se crucen y que tengan la tensión necesaria. Estos se caracterizan por
Fig. llayllb Tesadores a) (SL.P689.9/2.HE290; ILCA_PSL_CALOQ1).
ILCA PSL CAL002).
b) (SL. 103/006.fjEl52;
urqueoantropológicas Año 2 Ng 2. 2012
157
fig 12ayl2b Wich'uñas a) (SL.Q/Q28.HE174; ILCA_PSL_WICQ03).
1LCAJ>SL_WICQ02).
b) (SL.P519.1219.HE968;
estar fabricados en huesos de camélidos a los que se les hicieron una serie de incisiones y cortes para producir un objeto con cavidades a distancias más o menos similares que permitan el tensado. No tienen una forma que implique características formales siendo bastante irregulares en su aspecto. Son objetos trabajados de forma expeditiva (Fig. 1 la y b). Estos instrumentos pudieron usarse también para separar y tensar hilos en el telar.
No se cuenta con datos para poder hablar sobre el proceso de tinción, probablemente se usaron colores naturales así como artificiales logrados a partir del uso de pigmentos y colorantes y sus mordientes respectivos. En los valles, insectos como la
cochinilla y plantas como el índigo y el molle, además de otras, dieron lugar a colores con tonalidades rojas a rosadas, azules a celestes y una gama de amarillos y verdes. No se puede descartar el uso de azufre y óxidos de cobre en este proceso. La
malaquita es común en los contextos de Aranjuez-Santa Lucía y presenta tres variedades, una de ellas ha sido asociada a la producción metalúrgica (Martínez 2008).
Los frutos del árbol de tara (caesalpinia tinctorid) producen tonos de negro y plomo
cuando están aún verdes, mientras que cuando están maduros producen tonos de
marrón claro (Cajias y Fernández 1987: 27, 101), por su disponibilidad a nivel regional podia haberse usado también como colorante.
Se cuenta con una serie de evidencias importantes para entender el proceso de urdido y tejido. Los instrumentos de tejido identificados sugieren que los telares empleados debieron ser horizontales, verticales y de cintura. En particular las wich 'uña,
escogedores y seleccionadores, así como las lanzaderas nos dan pautas interesantes
de análisis. En el caso de las wich 'uña, se cuenta con cinco ejemplares asociados a
dos tipos: las alargadas con un extremo o punta plana, o plana y en bisel, empleadas
en la separación de los hilos y su prensado en el telar y, las con puntas aguzada seguramente utilizadas para escoger hilos (Fig. 12a y b).
Fig. 13ay 13b Lanzaderas a) (SL.P689.9/2.HE290;
b) (SL.P624.5/LHE456; ILCAJ>SLJ.ANOQ6).
ILCAJ>SL_LAN002).
158
Claudia Rivera Casanovas
Otros instrumentos relacionados con el proceso de tejido son las lanzaderas, también
denominadas espátulas por Gabelmann (2008a), utilizadas para facilitar el paso de
los hilos entre tramas y urdimbres. En Santa Lucía se recuperaron seis de estos objetos que presentan características peculiares. Tienen menos de 10 cm, presentan puntas planas biseladas a romas y en varios casos un orificio en la parte superior para
pasar el hilo (Figura 13a y b). Están fabricadas en hueso de color marrón oscuro a
negro que se produjo por contacto con los taninos de la tara, un árbol de la familia
de las leguminosas presente en la región (Gabelmann, comunicación personal 2012).
Sus superficies están muy bien pulidas y se nota que ñieron fabricadas por abrasión
especialmente en su cara inferior.
No se encontraron evidencias de instrumentos relacionados con el proceso de acabado de las prendas que se estuvieron tejiendo en Aranjuez-Santa Lucía pero es seguro
que existieron una variedad de agujas para estos fines.
Tecnología textil y prácticas culturales durante el Período Formativo en
los valles de Cochabamba
La información aquí presentada permitió explorar las características de la tecnología
textil durante el período Formativo en dos asentamientos de los valles de Cochabamba: Sierra Mokho y Santa Lucía. Considerando la cadena operatoria del textil y
su secuencia de acciones se pudo relacionar instrumentos con procesos específicos
entendiendo sus funciones. La naturaleza del registro arqueológico mismo no siempre permite la identificación de todas las materias primas e instrumentos para ejemplificar cada uno de los procesos. Sin embargo, la recurrencia de ciertos tipos de instrumentos en los contextos arqueológicos, que gracias a sus materiales se han preservado, permite una mayor aproximación a tres tipos de procesos: hilado, tejido y acabado.
Realizando una comparación de estos instrumentos entre ambos sitios y con otros
sitios contemporáneos en el occidente de Bolivia, se puede aseverar que existieron
tradiciones y soluciones comunes en términos tecnológicos para la producción de
textiles. Tanto las condiciones del medio ambiente como la disponibilidad local o
regional de ciertos recursos, sin dejar de lado su obtención mediante el intercambio
a larga distancia, permitieron generar tecnologías comunes. En este proceso el contacto entre grupos diversos de altiplano, valles e inclusive piedemonte también fue
importante para la circulación de ideas y prácticas textiles similares.
Comenzando con el proceso de hilado se tienen como instrumentos representativos a
las ruecas identificadas por uno de sus componentes: la tortera. Se observa que las
torteras en su mayor parte fueron producidas de manera expeditiva, reutilizando tiestos de cerámica y trabajándolos hasta conseguir formas de planta circulares que dieron lugar a perfiles circulares o cuadrangulares. La perforación del orificio central en
estos tiestos se hizo desde ambos lados de ellos con un objeto punzante, lo que dio
lugar a la formación de un hoyo con forma hiperboloide. Esto es distintivo en la fabricación de torteras en tiestos. Gracias al diámetro de sus orificios centrales se sabe que
se estuvo produciendo un hilo de fino a intermedio.
Los tesadores son también comunes durante el Formativo en los valles y otras regiones sirviendo para tensar hilos sueltos y mantener sus propiedades. Se fabricaron en
arqueoantropológicas
Año 2 NQ 2. 2012
15g
hueso, ya sean escápulas, costillas u otros sin tener una forma estandarizada y de
manera expeditiva.
£1 proceso de tejido está representado por instrumentos como escogedores y seleccionadores. Entre ellos destacan dos variedades de wich 'uña que fueron empleadas
en la elaboración de tejidos tanto en faz de urdimbre como en tapiz. También se identificaron seleccionadores de dos puntas así como escogedores de una punta. Estos
instrumentos comparten similares característica con aquellos de otros sitios en regiones de valles y altiplano, mostrando nuevamente soluciones tecnológicas análogas.
Una diferencia es el posible empleo de huesos largos de cérvidos para producir
wich'uña para tejidos en tapiz como se hace notorio en el sitio de Sierra Mokho.
Llaman también la atención las lanzaderas identificadas en Aranjuez-Santa Lucía utilizadas para pasar los hilos de trama o urdimbre en el telar.
Para el proceso de acabado se identificaron sólo agujas largas y delgadas elaboradas en hueso. Son similares a otras halladas en sitios de este Período en varias regiones.
Los datos aquí presentados muestran que una gran parte de los instrumentos textiles
fueron fabricados en huesos principalmente de camélidos. Esto implica en si toda una
tecnología específica para el tratamiento de los huesos como materia prima que debe
ser cortada o aserrada, endurecida, alisada y pulida (Gabelmann 2008a; Vázquez
2000, entre otros), existiendo toda una secuencia de acciones que merece un estudio
particular.
Durante este Período la producción textil parece haber tenido un carácter eminentemente doméstico: el hilado y tejido se realizaron dentro de unidades domésticas, no
habiéndose detectado algún tipo de especialización que sugiera otro nivel de organización suprafamiliar. Sin embargo, las evidencias sobre la producción de tejidos en
tapiz sugieren que las sociedades, sobre todo del Formativo Tardío como Tupuraya,
estuvieron produciendo prendas vistosas que seguramente señalaban el estatus y la
adscripción social de sus portadores. Por otra parte, estas prendas pudieron haber circulado en ámbitos mayores siendo parte de los sistemas de intercambio mencionados.
Es posible que hacia fines del Período Formativo los grupos Tupuraya de Sierra
Mokho hayan producido también tejidos llanos en faz de urdimbre y que, como en
Mizque, estos hayan estado bordados con una iconografía colorida y compleja.
El estudio de la tecnología tex-til del Período Formativo en los valles Central y Alto
de Cochabamba comparada con la de otras regiones del occidente de Bolivia sugiere el desarrollo de soluciones tecnológicas comunes en términos de los instrumentos,
sus formas y funciones. Sin embargo, se han detectado variaciones en cuanto a los
materiales en que fueron elaborados que podrían sugerir algunas particularidades
regionales, situación que debe ser explorada en mayor detalle con muestras más grandes.
A manera de síntesis, los datos aquí presentados constituyen un primer intento por
comprender la tecnología textil en los valles de Cochabamba durante el Período
Formativo y explorar algunas dimensiones sociales en la producción textil empleando el concepto de cadena operatoria. Esperamos contribuir con este trabajo al desarrollo de estudios más detallados sobre la tecnología textil prehispánica en los
valles de Cochabamba y en especial llamar la atención sobre la importancia que tiene
estudiar los instrumentos de producción textil en detalle.
160
Claudia Rivera Casanovas
Agradecimientos
Este estudio se realizó en el marco del Proyecto "Comunidades de Práctica Textil en los
Andes" auspiciado por el Arts and Humanities Research Council (Grant number
AH/G012180/1). El trabajo se administró desde el Instituto de Lengua y Cultura Aymara
(ILCA), en La Paz, Solivia y el Birkbeck, University of London. Agradezco a Christoph
Dóllerer y Olga Gabelmann por compartir sus datos de investigación y discutir sobre la producción textil durante el Período Formativo a partir de sus materiales. A María de los Ángeles Muñoz, directora del Instituto de Investigaciones Antropológicas y Museo Arqueológico
de la Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba, por facilitarnos el acceso a las colecciones arqueológicas, así como a Marco Bustamante. A Antonio Vargas y Rene Machado por
compartir sus conocimientos sobre instrumentos textiles etnográficos. A los miembros del
equipo de investigación del proyecto Comunidades de Práctica Textil, especialmente a Elvira
Espejo cuyo conocimiento fue la base para la clasificación de instrumentos textiles, a Denise
Arnold por sus comentarios y a Hortensia Nina por su colaboración durante el análisis.
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