CAPÍTULO 3 El VIH/Sida y los jóvenes peruanos

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CAPÍTULO 3
El VIH/Sida y los jóvenes peruanos
Este apartado presenta un marco contextual sobre la problemática del VIH/Sida
en el Perú. Inicia revisando entradas y enfoques sobre la comunicación en
salud, que es el campo de investigación en el que se sitúa la presente tesis,
específicamente en el área de comunicación para la prevención del VIH/Sida.
Posteriormente, se aborda el problema del VIH/Sida en el Perú y su relación
con los jóvenes peruanos, brindando un primer acercamiento a las actitudes,
conocimientos y discurso de los jóvenes peruanos sobre esta epidemia de
modo que se contextualice la presentación de resultados y permita comprender
mejor los hallazgos de esta tesis.
3.1 La Comunicación en Salud
La comunicación y la salud son campos de acción que han acortado distancias
conceptual y operativamente con el paso de los años. Desde 1986, la Carta de
Ottawa para la Promoción de la Salud señala la actuación clave de los medios
de comunicación en el proceso de promoción de la salud, al que conceptualiza
a grandes rasgos como: “... el proceso de habilitar a las personas para que
aumenten el control sobre su salud y para mejorarla”.34 Este concepto incluyó
además condiciones fundamentales para la salud como: la paz, la vivienda, la
educación, la justicia social, los ingresos económicos, el medio ambiente y la
equidad. De ello se deriva que la salud no sea ya un asunto exclusivamente
34
Véase Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud (1986).
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médico, sino un proceso que requiere una actuación conjunta de los
profesionales de la salud, de los profesionales de las ciencias sociales (en
especial de los comunicadores); así como de las autoridades y hacedores de
políticas sociales.
Ya en la Carta de Ottawa, en la 23 Conferencia Sanitaria Panamericana de
1990, y en la Declaración de Yakarta, sobre la Promoción de la Salud en 1997,
se enfatiza el papel fundamental de la comunicación y sus capacidades para la
transmisión de información y generación de conocimientos; pero, también su
posibilidad de motivar cambios de actitudes y prácticas a nivel individual y
grupal en pos de la adquisición de comportamientos saludables por parte de la
población.
Por otro lado, la Comunicación en Salud es un concepto dinámico que está en
constante retroalimentación, tanto porque se refiere a un proceso como porque
es parte de un área mayor, que es la Comunicación para el Desarrollo. En
consecuencia, requiere para su enunciación la consideración de conceptos
procedentes de la comunicación —en todas sus especialidades—, la salud, la
gestión pública e incluso la psicología.
A continuación se revisan algunas propuestas:
Gloria Coe propone un enfoque que tiende al cambio de comportamientos:
La comunicación en salud se define como la modificación en el
comportamiento humano y los factores ambientales relacionados
88
con ese comportamiento que directa o indirectamente promueven
la salud, previenen enfermedades o protegen a los individuos del
daño, o como un proceso de presentar y evaluar información
educativa persuasiva, interesante y atractiva que dé por resultado
comportamientos individuales y sociales sanos. (1998, p. 27)
Otra propuesta, que considera como finalidad una influencia positiva sobre las
actitudes y prácticas de salud, es presentada por Neira y Cano:
La comunicación para la salud puede ser entendida como los
procesos (relaciones y recursos) productos y mensajes [...] para
influir positivamente en las actitudes y prácticas de salud de los
individuos y grupos sociales. [...] abarca una serie de instancias
que van desde la comunicación interpersonal hasta la
comunicación masiva y cubre ámbitos tan diversos como el
diseño de políticas (estrategias) y la definición de acciones
vinculadas a la capacitación, al análisis y a la investigación, a la
producción y a la creación, entre otras. (2000, p. 11)
Un enfoque que nos parece más completo porque contiene las anteriores y
contextualiza académicamente a la comunicación en salud es el dado por Luis
Beltrán:
La comunicación en salud es la aplicación planificada y
sistemática de medios de comunicación al logro de
comportamientos activos de la comunidad compatibles con las
aspiraciones institucionales expresadas en políticas, estrategias
y planes de salud pública. En sentido específico, la
comunicación para la salud puede verse como proceso social,
como ejercicio profesional y como integrante de una disciplina.
(…) la comunicación para la salud es una subdisciplina de la
disciplina mayor denominada “comunicación para el desarrollo”.
(Beltrán 1997b, p. 6)
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Hasta aquí se han revisado algunos enfoques. Con algunas variantes, todos
ellos tienen en común la consideración de la Comunicación en Salud como un
proceso social que enfatiza la influencia de los medios y persigue un cambio de
comportamiento en las audiencias. Esta idea central es la que se mantiene a lo
largo de este trabajo. No pueden obviarse, sin embargo, las múltiples
mediaciones que intervienen entre el alcance de los medios y su influencia en el
público. Es preciso reconocer que la gran influencia de los medios de
comunicación es tan sólo una variable en el proceso del cambio de
comportamiento. De allí entonces se desencadena el análisis tanto de procesos
y realidades comunicativas como del alcance que su influencia pueda generar
en el comportamiento humano en pro de la prevención del VIH/Sida.
3.2 El problema del VIH/Sida en el Perú
Lo que se conoce como VIH/Sida salió a la luz pública en los Estados Unidos a
inicios de 1981 en la ciudad de Atlanta. Un grupo de pacientes presentaba una
rara neumonía y un tipo de cáncer muy infrecuente: el Sarcoma de Kaposi. A
partir de entonces, el VIH/Sida fue incluyéndose cada vez más espacios
informativos y geográficos. Esta epidemia, como se volvió desde entonces, se
extendió rápidamente por el planeta, tal es así que en sólo dos años llegó al
Perú, exactamente en 1983, año en el que se diagnosticó el primer caso de
Sida en nuestro país. Luego de una etapa de incredulidad y posterior
aceptación de los profesionales de la salud, acompañada de un tratamiento
periodístico de los medios de comunicación peruanos que lindó entre lo
sensacionalista y lo científico, el VIH/Sida se reconoció finalmente como parte
de la realidad peruana.
90
Desde entonces, el incremento alarmante del número de personas infectadas,
sobre todo jóvenes, se explica porque la principal vía de transmisión del Virus
de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) involucra una de las conductas humanas
más básicas y difíciles de modificar en el corto o mediano plazo, como es la
conducta sexual.
Pero ¿qué es el VIH? ¿Es lo mismo que el Sida? Es necesario acotar que
ambos términos no son sinónimos y que tener una infección por VIH no implica
en todos los casos tener el Sida. Siguiendo a la Asociación Vía Libre,35 se
puede señalar que:
El Virus de la Inmunodeficiencia Humana “VIH” es un virus que
tiene la capacidad de evadir la respuesta inmunológica humana
y continuar multiplicándose por muchos años. En este proceso,
el VIH ataca un tipo particular de células sanguíneas: los
linfocitos CD4+, que tienen un rol clave en la función del
sistema inmunológico (…) El virus del SIDA no existe, sólo
existe el VIH, es decir, el Virus de Inmunodeficiencia Humana,
que puede causar el Sida.
Como se ha precisado, el significado del término “VIH” difiere del término “Sida”.
De acuerdo con la Asociación Vía Libre:
El término ‘SIDA’ es una abreviatura que significa Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida. El Sida es una enfermedad grave
que representa la etapa avanzada de la infección por el Virus
de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). Se reconoce cuando un
paciente tiene pruebas de laboratorio que confirman la infección
y además presenta manifestaciones de una inmunidad
deficiente, generalmente acompañadas de otras enfermedades
infecciosas o neoplasias. (…) La condición de "seropositivo" al
35
Vía Libre es una ONG limeña dedicada a la prevención del VIH/Sida en el Perú. Las citas se
encuentran en su página web <http://vialibre.org.pe/infosida.htm>
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VIH36 (término médico) no implica forzosamente que se tenga
Sida, ni que la enfermedad se vaya a desarrollar.
En concordancia con lo que expresa Vía Libre: “... tener la infección por el VIH
no significa tener Sida”. Para los medios de comunicación y la sociedad en
general es vital tener en cuenta este deslinde porque permite adoptar actitudes
de valoración, tolerancia y expectativas respecto a las personas que conviven
con este mal y que aún no están en la última etapa de esta enfermedad. Por
consiguiente, en esta investigación de tesis se utilizará el término “VIH” cuando
se refiera a la infección o aspectos relacionados con la infección por el virus; se
utilizará “Sida” cuando se trate de la enfermedad o aspectos relacionados con la
enfermedad y, finalmente, se utilizará “VIH/Sida” cuando se refiera a aspectos o
situaciones que conciernan o incluyan tanto a la infección y sus características
como a la propia enfermedad.
3.3 Juventud peruana: un acercamiento a sus actitudes y conocimientos
sobre el VIH/Sida
En el documento Análisis y sistematización de estudios CAPS relacionados a
sexualidad, ETS y VIH/Sida en adolescentes y jóvenes a nivel nacional (1999)
se sistematizaron 14 investigaciones a nivel nacional realizadas con encuestas
tipo CAPS (Conocimientos, actitudes y prácticas sexuales) y estudios
cualitativos. La tendencia general indica que el nivel de conocimientos sobre la
transmisión y prevención del VIH/Sida es mayor que el conocimiento sobre la
prevención y transmisión de ETS. Asimismo, los varones peruanos consideran
que conocen más que las mujeres sobre el VIH/Sida. Otra conclusión
36
Se dice que alguien es seropositivo cuando ha dado positivo a la prueba con la que se
localiza el VIH en una muestra de sangre.
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importante es que las y los jóvenes peruanos tienen actitudes muy favorables
hacia la prevención del VIH/Sida; sin embargo, esta actitud no se ve reflejada
en la práctica por la presencia de comportamientos sexuales de riesgo. Otro
rasgo importante es la actitud de asumir riesgos en los varones, como una
característica propia de la edad y el sexo, que podría llevarlos a estar más
expuestos al contagio del VIH/Sida. Es importante considerar que los estudios
más recientes señalan que la asociación entre homosexualidad y VIH/Sida ha
disminuido. Aunque el conocimiento y actitud favorable hacia el condón es
elevada, su uso es bajo o moderado, convirtiéndose en un comportamiento
sexual de alto riesgo. Finalmente, los varones tienden a tener una mayor
práctica de relaciones con varias parejas sexuales, siendo en algunos casos
con mujeres desconocidas, con trabajadoras sexuales y en última instancia, con
homosexuales. El uso del condón, sin embargo, está más asociado a la
anticoncepción que a la prevención del VIH/Sida. Se observa como constante
que las fuentes de información sobre sexualidad son los amigos, el colegio y los
padres.
Por otro lado, Vega-Centeno (1994) en su trabajo sobre Amor y sexualidad en
tiempos del SIDA investigó a estudiantes de secundaria de Lima Metropolitana
entre 11 y 19 años. Aquí se señala que tanto los jóvenes varones como las
mujeres limeñas muestran un conocimiento relativo sobre el VIH/Sida; pero son
los varones quienes perciben más el riesgo que las mujeres. Sumado a esto, se
tiene que son las jóvenes y adolescentes las que están más informadas sobre
la epidemia. Para esta población, y en ese contexto temporal, el problema del
VIH/Sida se percibe como propio del ámbito homosexual.
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Las Encuestas Nacionales de Demografía y Salud (ENDES) de los años 1996,
2000 y 2004-2006 señalan que para la población peruana en general, los
medios masivos son las principales fuentes de información sobre el VIH/Sida.
En primer lugar se sitúa la televisión, luego la radio y en tercer lugar los
periódicos. De acuerdo al grupo etario, estos resultados son especialmente
contundentes para la población mayor de 20 años. Para la población de 15 a
19 años, la escuela y los amigos ocupan un lugar más relevante. Sumado a
esto, en la ENDES 2004-2006 el 91% de la población femenina, comprendida
entre 15 y 49 años de edad, ha escuchado sobre el VIH/Sida; en tanto que el
84% considera que existen formas de prevenirlo. Este porcentaje ha aumentado
en relación al 2000, cuando el 87% declaraba que lo conocían. Las mujeres sin
ningún grado de instrucción (47%), las residentes en el Área Rural (73%) y las
de la Sierra (76%), son las que presentan los porcentajes más bajos sobre el
conocimiento del VIH/Sida dentro de sus respectivas categorías; sin embargo,
es importante destacar que según la ENDES 2004-2006, en el área rural se
observa un incremento de este conocimiento de 8 puntos porcentuales respecto
a la ENDES 2000.
De acuerdo con Castro Herrera (1996), quien investigó las actitudes y los
conocimientos sobre el VIH/Sida en la población universitaria de la Universidad
Particular Ricardo Palma, los estudiantes de las carreras de Psicología y
Biología tienen mayores actitudes de aceptación social y laboral hacia las
personas con VIH/Sida que los estudiantes de Administración y Arquitectura.
Igualmente, los estudiantes de las carreras de Psicología y Biología tienen un
94
nivel mayor de conocimientos que los que estudian Administración y
Arquitectura.
Para Chirinos (2002), quien estudió los conocimientos y comportamientos
sexuales de riesgo relacionados con VIH/Sida en los estudiantes de la
Universidad Peruana Cayetano Heredia, los estudiantes varones se perciben
con mayor riesgo de infección, por lo que buscan acceder a mayor información.
Además, el 78% de estudiantes sexualmente activos de su muestra no se
practicó la prueba de Elisa porque no percibió la vulnerabilidad respecto al VIH.
Otra conclusión importante es que el nivel de conocimientos sobre VIH/Sida de
los universitarios investigados va incrementándose según el año académico.
Sumado a esto, sólo el 33,7% de universitarios analizados utiliza el condón
siempre en sus relaciones sexuales.
Las investigaciones revisadas señalan que, por lo general, la población joven
peruana tiene un conocimiento relativamente acertado sobre el VIH/Sida. La
tendencia es que este conocimiento mejora con la edad y el nivel de instrucción;
pero sin llegar a un
nivel satisfactorio. Asimismo, existe en los jóvenes la
percepción de que si bien el problema del VIH/Sida se ha movilizado de los
tradicionalmente llamados grupos de riesgo (farmacodependientes, poblaciones
homosexuales y trabajadores(as) sexuales al resto de la población, tampoco
este hecho es determinante para que los jóvenes perciban la posibilidad de
contraer el VIH/Sida.
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Por esta razón, las conclusiones de los estudios reiteran que la mayoría de la
población joven limeña se autopercibe con un riesgo bajo de contraer VIH/Sida.
Una acotación importante es la consideración de los diversos factores que
intervienen en la formación del conocimiento, las actitudes y la realización de
prácticas preventivas en la población. Factores como la edad, el grado de
instrucción, las fuentes de información, el sexo, la condición socioeconómica, el
contexto social y aun la carrera profesional que se estudia
determinan
diferencias sutiles o profundas en cuanto a los conocimientos y conductas sobre
el VIH/Sida. El VIH/Sida es asunto complejo, que implica considerar tanto el
papel de los medios de comunicación como fuentes de información; pero
también, los otros elementos intervinientes para cada población estudiada.
En el próximo capítulo se inicia la exposición de los principales resultados de
esta investigación, indagando las vinculaciones del VIH/Sida como tema y como
realidad social con los alumnos sanmarquinos. De esta manera, nos
encaminamos al logro del objetivo principal de la tesis: explicar la influencia de
la cobertura periodística de los periódicos limeños sobre la agenda y sobre las
percepciones de gravedad y susceptibilidad respecto al VIH/Sida de los
estudiantes de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas y de la Facultad de
Ciencias Matemáticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
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