12 U Gaceta • 8 de mayo de 2000 n i v e r s i t a r i a La presencia femenina en el servicio militar Texto: Margarita Alegría / Fotos: Adriana González .......................................................❖....................................................... Este año en Jalisco ocho mil jóvenes se inscribieron para cumplir con su servicio militar. De ellos, 276 fueron mujeres. A simple vista, el que las mujeres en México incursionen en un espacio destinado históricamente a los hombres, podría calificarse como una victoria feminista, cuya principal beneficiada será la sociedad, ya que contará con más manos para alfabetizar o efectuar campañas de salud, sobre todo en zonas marginadas. La nueva política del ejército mexicano de incluir a las mujeres en el servicio militar nacional a partir de este año, puede suscitar interpretaciones. ¿Cuál es el sentido y significado de la presencia femenina en el servicio militar nacional? ¿A iniciativa de quién surgió: de los hombres o de las mujeres? ¿Por qué no fue resultado de una consulta popular? ¿Será benéfico para el país? De cara al tercer milenio, ¿seguirá vigente el servicio militar obligatorio en los diversos países? En el caso de América Latina, el primer país que estableció el servicio militar obligatorio, fue Chile, en 1900 y el último, México, como consecuencia de la segunda guerra mundial, cuando en 1942 le declaró la guerra a las potencias del Eje. Tendencia a la desaparición del SMO Un poco de historia El doctor Marcos Pablo Moloesnick, investigador del Centro de Estudios Estratégicos, de la UdeG y especialista en seguridad pública en América Latina, mencionó que el servicio militar obligatorio nació del concepto doctrinario denominado “acción y pueblo en armas”, surgido como consecuencia de la Revolución francesa (1789). En esa época Francia se disponía a crear un proyecto de país independiente del sistema monárquico, a lo que se oponían otras naciones, incluso con conjuras y declaratorias bélicas. Al amparo del lema “nación y pueblo en armas”, cada ciudadano francés se convirtió en soldado, sin distinción de edad, sexo, religión o raza. Todos cumplían un papel: los jóvenes eran enviados al campo de batalla, los niños se encar gaban de garantizar las Las mujeres no recibirn cartilla militar comunicaciones, las mujeres estaban destinadas a la fabricación de armas, municiones y uniformes, y los ancianos mantenían en alto la moral de los soldados. Este fue el origen de la obligación plasmada en la constitución de todos los países, de armarse en defensa de la patria. No obstante, ese derecho y deber poco a poco fue asumido solo por los hombres. En el mundo, la necesidad de una fuerza bélica masiva importante, ha cambiado. En opinión del doctor Moloesnick, los ejércitos de masas se transformaron en grupos selectos. La tendencia en el mundo es confor mar ejércitos profesionales, integrados por personal de carrera, y por ende, facilitar la desaparición del servicio militar obligatorio. En esta corriente ha influido la sofisticación de las sistemas de defensa y de comunicaciones y la necesidad de personal capacitado para utilizarlos. Es paradójico que los jóvenes después de un año de instrucción militar, no alcancen a adquirir ese adiestramiento o si lo consiguen, al concluir su periodo como conscriptos, no lo pongan en práctica. La mayoría de los países de América Latina han abolido el servicio militar obligatorio, por presiones sociales. Cuba lo mantiene bajo la doctrina militar de la defensa popular y ante la amenaza latente de una invasión estadunidense. Servicio militar femenino La sociedad contar con asesoras para alfabetizar En México el servicio militar obligatorio se ha transformado en un servicio civil disfrazado. Los jóvenes no son preparados para un hipotético conflicto bélico (instrucción militar, manejo de armas, códigos de justicia), sino que se les capacita para participar en programas de reforestación, educativos o de salud. Ante la creciente demanda de estos servicios, fue imperante la presencia de la mujer. A partir de este año en nuestro país las mujeres fueron integradas al servicio militar de forma voluntaria, a través del programa Sedena-SEP-Inea 2000. El licenciado Roberto Cisneros, responsable de este programa en Jalisco, informó que bajo esta nueva modalidad, las mujeres mayores de 15 años que no hayan concluido su primaria o secundaria, podrán “cumplir” con su servicio militar asistiendo todos los sábados durante seis horas a un centro alterno del INEA, durante el tiempo que tarden en obtener su certificado. Las jóvenes que al cumplir sus 18 años o mayores y que hayan cursado su secundaria, podrán ser integradas a labores de alfabetización o a tareas administrativas. En ninguno de los dos casos recibirán instrucción militar, ni la cartilla, sino una constancia de término de servicio, pero podrán portar el uniforme azul y blanco del servicio militar nacional. El licenciado Cisneros reconoció que la poca participación en este servicio tuvo como causa la insuficiente difusión a este programa, ya que la Secretaría de la Defensa Nacional no cuenta con presupuesto para ello. A fin de incrementar la presencia femenina en este servicio, se han propuesto estímulos económicos. Para quienes funjan como asesoras educativas, por cada examen acreditado por las personas que atienden, recibirán 40 pesos y por cada certificado escolar entregado, cien pesos. Esta política no se aplicará de igual forma a los hombres, porque para ellos el servicio militar es obligatorio. Ante la posibilidad de que en algunos años dejará de ser voluntario este servicio para la mujer, dijo que en algunos sectores de la milicia existe el interés de que sea impartida la misma instrucción militar que reciben los hombres. Ataduras difíciles de romper La licenciada María del Rocío Murillo García, jefa de la junta municipal de reclutamiento militar de Zapopan, afirmó que se trata del año de arranque, por lo que esperan habrá fallas y acomodos: “Está en pañales el servicio militar femenino. El inicio va despacio a nivel nacional. Falta mucha difusión. No es fácil de la noche a la mañana eliminar tabúes y mitos alrededor del servicio militar y que los padres de familia acepten mandar a sus hijas”. Apuntó que en este lugar todo el año se recibirán solicitudes de inscripción. Con ellas deberán presentarse a la XV zona militar, ubicada en el camino a la Mojonera, para realizar trámites. A diferencia de los varones, quienes tienen que acudir durante un año todos los sábados, ellas podrán hacerlo por el tiempo que deseen o hasta que terminen su educación básica. ¿Victoria femenina? El hecho de que las mujeres de forma voluntaria puedan participar en el servicio militar nacional,