BOLETÍN 3308-07 12 de diciembre de 2003 ISSN 0787-0415 I. DESCRIPCIÓN REFERENCIA : Reforma constitucional para cambiar la dependencia de las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública INICIATIVA : Moción de los diputados Sra. Soto y Sres. Burgos, Ascencio, Luksic, Ceroni, Saffirio, Walker, Pérez (Aníbal) y Mora MINISTERIOS : Del Interior y de Defensa Nacional COMISIÓN : De Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento ORIGEN : Cámara de Diputados INGRESO : 6 de agosto de 2003 CALIFICACIÓN : Sin urgencia ARTICULADO : Artículo único, que modifica los artículos 90 y 92 de la Constitución Política, y agrega una disposición transitoria cuadragésima primera OBJETO, SEGÚN LA INICIATIVA 1.- Dependencia. Establecer que Carabineros e Investigaciones dependerán del Ministerio del Interior (y no del de Defensa Nacional, como es actualmente). 2.- Integración. Derogar la posibilidad de integración de Carabineros e Investigaciones con las FF.AA., para garantizar el orden institucional de la República. 3.- Control las armas. Entregar el control de las armas de fuego al Ministerio del Interior (y que actualmente ejerce el Ministerio de Defensa). de - 12 - 12 de diciembre de 2003 ISSN 0787-0415 4.- Vigencia. Otorgar vigencia a este reforma a partir del 1° de enero de año 2005. 5.- Garantes de la institucionalidad. Suprimir, para las FF.AA., la calidad de garantes del orden institucional de la República1. CONTENIDO ESPECÍFICO 1.- Dependencia. 1.- Sustitúyase el artículo 90 de la Constitución Política de la República por el siguiente: “Artículo 90.- Las Fuerzas dependientes del Ministerio encargado de la Defensa Nacional están constituidas por las Fuerzas Armadas. Las Fuerzas de Orden y Seguridad dependen del Ministerio encargado del Gobierno Interior y de la Seguridad Pública. Las Fuerzas Armadas están integradas sólo por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, existen para la defensa de la patria y son esenciales para la seguridad nacional. Las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública están integradas sólo por Carabineros e Investigaciones, constituyen la fuerza pública y existen para dar eficacia al derecho, garantizar el orden público y la seguridad pública interior, en la forma que lo determinen sus respectivas leyes orgánicas. Las Fuerzas Armadas y Carabineros, como cuerpos armados, son esencialmente obedientes y no deliberantes. Las fuerzas dependientes de los Ministerios encargados del Gobierno Interior y de la Seguridad Pública y la Defensa Nacional son, además, profesionales, jerarquizadas y disciplinadas.”. 2.- Control las armas. 3.- Vigencia. de 2.- Reemplázase en el Artículo 92 la expresión “de la Defensa Nacional” por “del Gobierno Interior y de la Seguridad Pública”. 3.- Agrégase la siguiente disposición cuadragésima primera transitoria, nueva: “Cuadragésima primera. Las modificaciones introducidas a los artículos 90 y 92, relativos a la dependencia de las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, entrarán en vigor el 1° de enero de 2005, sin perjuicio de la adopción de aquellas medidas legales y reglamentarias destinadas a materializar dicha dependencia desde la fecha de publicación de la reforma constitucional que las adoptó.” 1 Esta reforma ya está aceptada por el Senado en el contexto de las reformas constitucionales de los boletines 2526-07 y 2534-07; imponiéndose, además, la responsabilidad por el orden institucional a todas las autoridades constitucionales (incluidas las FF.AA, pero no exclusivamente a ellas). - 13 - 12 de diciembre de 2003 ISSN 0787-0415 FUNDAMENTO, SEGÚN LA INICIATIVA 1.- Autoridad presidencial. En primer lugar, la autoridad del Presidente de la República se extiende a todo cuanto tenga por objeto conservar el orden público en el interior y esta función ha sido asignada, esencialmente, al Ministerio del Interior desde su creación hace 175 años. La manera en que se ejerce, preferentemente, esta tarea preventiva es con las policías. Por tanto, se trata de adscribir a la función natural del Ministerio del Interior la herramienta idónea que tiene el Estado en la materia. 2.- Combate a la delincuencia. En segundo lugar, este traspaso da cuenta de un cambio en las percepciones públicas sobre la seguridad ciudadana. Antes dominaba la lógica del orden público en donde los bienes públicos que más se garantizaban eran los relativos a la seguridad del Estado y la mantención de una paz en el interior que permitiese desarrollar las actividades nacionales con normalidad. Por de pronto, esa es la función histórica de las policías. Sin embargo, en el concierto internacional y también en Chile, la década del ochenta y, sobre todo, de los noventa marcan la irrupción del fenómeno de la delincuencia como un hecho político que requiere enfrentarse con políticas públicas integrales y proactivas. 3.- Superioridad jerárquica del Ministerio del Interior. En tercer término, este cambio no supone una disminución de la potencia de las instituciones policiales y un desmedro de sus atributos organizativos. Todo lo contrario, el Ministerio del Interior tiene un rango jerárquico superior en el Estado y permite hacer las coordinaciones necesarias a todo nivel para el adecuado funcionamiento de las policías. Se trata de policías integradas en el sistema criminal que involucra a los Ministerios del Interior, Defensa, Justicia y a los órganos constitucionales del Ministerio Público y el Poder Judicial. Esa coordinación hoy no se realiza, simplemente porque el Ministerio de Defensa carece de esas potestades y solo se reserva a lo administrativo. Su limitada esfera de atribuciones le impide abarcar las necesidades que hoy plantean los tiempos. 4.- Coordinación con los municipios. En cuarto lugar, hay una cuestión de respeto a las competencias jurídicas que es cada vez más relevante. Se han organizado en los municipios con mayores recursos sistemas de vigilancia municipal que implican avanzar sobre las atribuciones policiales. Pues bien, el lugar natural para trabajar este desafío es el ámbito del Ministerio del Interior, puesto que es el único que puede desarrollar las coordinaciones básicas que contribuyan a la colaboración en el nivel local. 5.- Combate narcotráfico. Quinto, el Ministerio del Interior posee potestades precisas, a través de sus Gobernadores, para intervenir en los delitos de tráfico de drogas, según lo dispone el Código de Procedimiento Penal. Pues bien, esta atribución refuerza la necesidad pública apuntada. al - 14 - 12 de diciembre de 2003 ISSN 0787-0415 6.- Las prioridades. Sexto, los ejercicios presupuestarios de los años 2000, 2001 y 2002 demuestran que todos los proyectos concursables que se financiaron a través de la Dirección de Presupuestos corresponden a prioridades que puso el Ministerio del Interior. Una suma superior a $ 12.000 mil millones de pesos ha ido dirigidos a Carabineros para la lucha antidrogas, para el Plan Cuadrante y para nuevas dotaciones. De la misma manera, Investigaciones de Chile ha tenido incrementos de más de $ 8.000 millones de pesos en planes que han avanzado en la prevención, como es el ejemplo del Plan Antidelincuencial Selectivo. 7.- Potenciar el papel de las policías. Séptimo, el ejemplo anterior puede verse como en un espejo cóncavo. En el reverso, la cara opuesta de la moneda es que en el Ministerio de Defensa, por el volumen administrativo, las policías carecen de la prioridad pública debido a que su énfasis natural es la política de defensa. Dentro de la política de defensa las policías tienen un papel marginal y excepcional solo en tiempos de crisis. 8.- Evaluación por la opinión pública. Octavo, es evidente que crece la necesidad de que las instituciones policiales y todas las estatales se someten al escrutinio público y se permita evaluar su gestión. Tal circunstancia es más simple de realizar, por cultura institucional, en el Ministerio del Interior que en el Ministerio de Defensa. En este último Ministerio, al ser la defensa nacional un bien público puro, son más etéreas o vaporosas sus maneras de verificar los grados de satisfacción alcanzados por el Estado. En cambio, la función policial está dentro de las cuestiones que perfectamente puede ser medida, verificada y controlada. II. COMENTARIOS DE LIBERTAD Y DESARROLLO IMPLICANCIAS CONSTITUCIONALES 1.- Quórum. La modificación propuesta afecta al Capítulo X de la Constitución, que, de acuerdo con lo establecido en el artículo 116, inciso segundo, solo puede ser modificado por un quórum especial de 2/3 de diputados y senadores en ejercicio. - 15 - 12 de diciembre de 2003 ISSN 0787-0415 COMENTARIOS DE MÉRITO 2.- Los dos aspectos centrales de la proposición. Una reforma como la propuesta debe mirarse desde las siguientes dos perspectivas. Una de ellas, que constituye el eje central de la proposición y se relaciona con las funciones del Ministerio del Interior, la comentaremos más adelante. La otra, es el peligro de politización, que también merece algunas observaciones. Es cierto, como se ha sostenido, que ya sea que Carabineros dependa del Ministerio de Defensa, como hoy día, o bien del de Interior, como se propone, resulta en ambos casos politizable si así se lo proponen las autoridades del gobierno de turno. Pero ello no es igual en uno o en otro caso, porque el costo de politizar una institución dependiente del Ministerio de Defensa es mayor que si depende del Ministerio del Interior. En efecto, el perfil profesional de las FF.AA. y Carabineros es consistente con un Ministerio como el de Defensa, que constituye la cúspide de instituciones esencialmente profesionales, además de no deliberantes y disciplinadas. No así el Ministerio del Interior que por definición es esencialmente político. De aquí resulta que la actual dependencia de Carabineros no facilita su utilización política, pues el costo de hacerlo es muy alto: están de por medio las otras instituciones de la defensa nacional y la instrumentalización de una de ellas sería fácilmente detectable y visible para la opinión pública y para la clase política. En cambio, en el Ministerio del Interior la situación sería diversa. Ello resulta más evidente si se tiene presente el sistema de nombramientos. Actualmente ellos son cursados y, en lo que corresponde, resueltos, dentro del esquema del Ministerio de Defensa; si los nombramientos pasaran a depender del Ministerio del Interior (consecuencia inevitable de la modificación constitucional propuesta), la posibilidad de presionar políticamente a la Institución sería mayor que hoy día y no tendría contrapeso alguno. 3.- El sistema vigente. Como se sabe, del Ministerio de Defensa dependen actualmente dos órdenes de instituciones: las de las FF.AA. (Ejército, Armada y Fuerza Aérea) y las de Orden y Seguridad Pública (Carabineros e Investigaciones). La iniciativa no pretende alterar la estructura institucional en cuanto a que Carabineros seguirá siendo una institución profesional, jerarquizada y disciplinada, como actualmente establece la norma constitucional. Tampoco afecta la reforma a la inamovilidad del General Director de Carabineros, que dura 4 años en el cargo; pero debe tenerse presente que si - 16 - 12 de diciembre de 2003 ISSN 0787-0415 esta circunstancia se alterara, jugaría en contra de la institucionalidad vigente. Igual peligro existirá si la forma de designación (dentro de las cinco primeras antigüedades) se alterara, y el Presidente de la República pudiera nombrar como General Director a otro cualquiera de los oficiales generales. Sólo Carabineros y no Investigaciones están afectos a este sistema. Ello se relaciona con el hecho de que el sistema se estructuró cuando los Comandantes en Jefe de las ramas de las FF.AA. y el General Director integraban la Junta de Gobierno. No así el Director de Policía de Investigaciones, cuyo sistema de nombramiento y demás modalidades de organización institucional quedaron entregadas a la respectiva ley orgánica constitucional. 4.- Posible “militarización”. Para garantizar el orden institucional de la República Carabineros se integrará con las FF.AA. (artículo 90 de la Constitución y 1º de la ley orgánica constitucional de Carabineros). Aparte de este caso, que el proyecto lo propone eliminar, la función de Carabineros está al margen del concepto de Fuerzas Armadas. Ese caso específico en que se integra con ellas viene a mostrar más nítidamente que se trata de una institución de diversa naturaleza, como se desprende también en forma expresa del texto Constitucional. Sin embargo, la dependencia del Ministerio de Defensa es un elemento que podría motivar una cierta militarización de Carabineros, lo que contrariaría su naturaleza y podría interferir en otras de sus funciones que son inconfundiblemente distintas de las de las Fuerzas Armadas. Un caso particular de estas funciones propias de Carabineros, es la que se refiere a la vigilancia policial de las fronteras (artículo 3º de la ley Nº 18.961 orgánica constitucional de Carabineros). Esta función no puede ser ejercida en la misma forma por las FF.AA., porque éstas actúan en caso de peligro para la seguridad exterior del país; en cambio Carabineros actúa en régimen de normalidad. Ello tiene relación con tratados que Chile ha celebrado con Argentina, en cuya virtud se ha convenido expresamente que la frontera no quede vigilada por fuerzas militares, toda vez que esos tratados permiten en ciertos casos que la policía de frontera ingrese a territorio argentino y viceversa. Pero esa autorización está claramente negada para las FF.AA.2 Un perfil militarizado de Carabineros no corresponde a su fisonomía ni a la naturaleza de las funciones que está llamado a cumplir. 2 Véanse el “Convenio sobre Policía Fronteriza”, firmado en Buenos Aires el 13 de octubre de 1919 y sus notas complementarias de 24 y 30 de abril de 1920; y el “Acuerdo para la Cooperación entre Carabineros de Chile y la Gendarmería Nacional Argentina”, de 2 de agosto de 1991 (Diario Oficial de 29 de noviembre de 1993). - 17 - 12 de diciembre de 2003 ISSN 0787-0415 No obstante ello, algunos elementos que son propios de un perfil militarizado como el hecho de ser una institución eminentemente jerárquica y disciplinada, son útiles para el cumplimiento de las funciones de Carabineros. 5.- Mantenimiento del orden público. El aspecto que debe reconocerse como válido, y que motiva la moción, es que el mantenimiento del orden público -que es una tarea que el Presidente de la República cumple a través del Ministerio del Interior- requiere para su correcto ejercicio, de la fuerza policial. Desde este punto de vista, resulta incontrovertible que quien tiene la responsabilidad de mantener el orden público no tenga necesariamente uno de sus brazos inserto en la esfera de responsabilidad de otro órgano del Estado. Esta situación constituye el centro del proyecto y parece consistente con una racionalidad en la disposición de los recursos con que cuenta el país para lograr los fines que la Constitución señala. Por otra parte, si bien el Ministerio del Interior puede y debe coordinar a las instituciones encargadas de mantener el orden público, debe también tenerse presente que el problema de la seguridad ciudadana excede con mucho la sola consideración sobre la dependencia de Carabineros, aspecto a este último al que no se le puede otorgar una trascendencia mayor de la que realmente tiene en el contexto general del combate a la delincuencia y al mantenimiento del orden público y seguridad de las personas. 6.- El caso de las drogas. El combate a las drogas y al narcotráfico tiene especial relevancia hoy día, no solo por el daño social y económico que ellas significan, sino porque en el ámbito mundial se ha adoptado una política represiva para tratar de impedir esas consecuencias, y ningún país puede hoy día sustraerse individualmente a participar en la lucha contra el narcotráfico. En algunos países han intervenido en esta misión las FF.AA., con resultados que no han sido satisfactorios, especialmente, por el peligro de corrupción que ello encierra. Ciertamente, no existen organismos absolutamente inmunes a la corrupción; pero es conveniente alejar del peligro a las instituciones dependientes del Ministerio de Defensa. La corrupción tampoco es menos grave en instituciones dependientes de otro ministerio; pero en lo concreto, la lucha contra el narcotráfico no es competencia de las Fuerzas dependientes del Ministerio de Defensa; en cambio, la seguridad interior se ve directamente afectada por la acción de narcotraficantes y por la eventual actividad delictual de personas que actúan bajo la influencia de drogas psicotrópicas. - 18 - 12 de diciembre de 2003 ISSN 0787-0415 Un cuerpo dependiente del Ministerio del Interior parece mejor perfilado para cumplir esa importante función que fuerzas militares o que dependen del Ministerio encargado de la Defensa Nacional. 7.- El escrutinio público. Un argumento interesante contenido en los fundamentos de la moción es el que dice relación con la necesidad de que la ciudadanía pueda evaluar la acción de Carabineros. Al efecto se señala, textualmente que “es evidente que crece la necesidad de que las instituciones policiales y todas las estatales se someten al escrutinio público y se permita evaluar su gestión. Tal circunstancia es más simple de realizar, por cultura institucional, en el Ministerio del Interior que en el Ministerio de Defensa. En este último Ministerio, al ser la defensa nacional un bien público puro, son más etéreas o vaporosas sus maneras de verificar los grados de satisfacción alcanzados por el Estado. En cambio, la función policial está dentro de las cuestiones que perfectamente pueden ser medidos, verificados y controladas la intervención policial”. Sin embargo, la función de evaluar la gestión policial no se cumple con solo cambiar de dependencia. De hecho, si en Carabineros existe en algún grado una cierta propensión a la burocracia y a considerarse en cierto modo inmune a la crítica ciudadana, ello se debe a que su gestión es evaluada por el nivel central, cuando se analiza el presupuesto de cada año. Entonces, la negociación por los niveles remuneratorios de Carabineros se juega una sola vez, ante una sola autoridad y mediante un solo “representante” de la Institución. La ciudadanía nada tiene que decir frente a esa situación, y la mayor o menor eficacia con que se cumple la función policial no se refleja en el premio o castigo expresado en aumentos mayores o menores del sistema de remuneración. Cosa distinta sería si las remuneraciones se acercaran al nivel municipal, donde la ciudadanía pudiera expresar, a través del sufragio, su conformidad o disconformidad con la labor de las autoridades locales, incluida la lucha contra la delincuencia. En ese caso existiría un incentivo mucho más directo para que una autoridad exigiera a Carabineros el cumplimiento de ciertas metas que fuera perceptible por el vecindario. Es insuficiente, entonces, entregar al Ministerio del Interior la responsabilidad de conducir a Carabineros; pues para ello se requeriría un mayor grado de injerencia comunal en la evaluación del servicio policial. 8.- Carabineros e Investigaciones. La reforma propuesta afecta tanto a Carabineros de Chile como a Policía de Investigaciones, pues ambas instituciones dependen actualmente del Ministerio de Defensa y pasarían a depender del Ministerio del Interior. Sin embargo, no puede tratarse dentro de una misma perspectiva a ambas instituciones. Respecto del combate a la delincuencia, por ejemplo, Carabineros tiene una - 19 - 12 de diciembre de 2003 ISSN 0787-0415 función eminentemente preventiva, mientras que la Policía de Investigaciones representa una acción represiva, es decir, actúa sobre quien ha cometido un delito y debe responder ante los tribunales. Aunque parezca un elemento secundario o accidental, el uso o no uso de uniforme tiene especial relevancia en el cumplimiento de sus respectivas labores habituales. Ingresar de uniforme a una población marginal con alta tasa de delincuencia puede tener un conveniente efecto disuasorio; pero la investigación y especialmente la infiltración para obtener antecedentes sobre acciones delictuales solo puede efectuarse de civil y con un ropaje adecuado. La dependencia que institucionalmente le correspondería a Investigaciones, en verdad, no es ni del Ministerio de Defensa ni del de Interior, sino del Ministerio Público cuya cabeza es el Fiscal Nacional (nuevo Capítulo VI-A de la Constitución). Dicho Fiscal es el órgano investigador de las conductas que revisten la apariencia de delito, y con los resguardos del caso, a él debería responder la Policía de Investigaciones. Esta materia no está tratada en el proyecto no obstante que se relaciona directamente con él. 9.- Control las armas. de Traspasar el control de las armas que están en poder de los particulares, desde el Ministerio de Defensa al de Interior, presenta al menos dos órdenes de problemas. En principio, podría discutirse que las armas deban estar registradas y controladas; lo sancionable no es poseerlas, sino hacer uso de ellas para delinquir; porque usar las armas para defenderse de la delincuencia debería ser considerado legítimo. El registro y control de las armas de fuego es tanto más cuestionable, cuanto que los delincuentes no inscriben sus armas y la autoridad no tiene como controlarlas; y quienes ocupan las armas para agredir y desconocer los derechos de terceros son precisamente los delincuentes; de hecho una persona puede ser considerada delincuente desde que atenta, en forma significativa, contra derechos ajenos, usando para ello armas o no. Con todo, puede aceptarse que quienes registran sus armas manifiestan una cierta buena fe o presunción de que no van a delinquir, por lo que desde este punto de vista, y dado que el registro de armas de fuego existe desde 1972, no se ve la razón para objetar su funcionamiento a cargo de un organismo militar. Luego, hay que reconocer que si algún organismo tiene competencia, por su naturaleza, para estar a cargo de ese registro, es la Dirección de Movilización Nacional dependiente del Ministerio de Defensa. No existen argumentos para alterar esa situación, ni tampoco los presenta la moción, cuyos fundamentos se transcribieron en el acápite correspondiente. No existen antecedentes que permitan señalar defectos o malas prácticas en el funcionamiento del registro de armas de fuego. Tampoco existen argumentos para alterar esa situación. - 20 - 12 de diciembre de 2003 10.- Conclusión. ISSN 0787-0415 El proyecto tiene el mérito de poner en debate una materia que lo amerita, sobre todo porque se apoya en al menos una consideración válida, pero relevante, como es la función de mantener el orden público. Otros aspectos del proyecto merecerían un mayor examen y estudio que, como se ha dicho, resulta plenamente necesario y justificado. - 21 -