EL ESPEJO Un acercamiento al concepto de “jóvenes” para poder reflexionar sobre los diferentes factores que condicionan su participación en los procesos de transformación social. LOS JOVENES Se dice que los jóvenes son el futuro de mañana, que no se dan cuenta de esa responsabilidad, que solamente quieren diversión, que viven drogados, alcoholizados, generando conflictos constantemente, que no asumen los roles que deberían asumir, y por supuesto, se dicen muchas cosas mas totalmente negativas sobre ellos. Estas son algunas de las imágenes que se han creado sobre los jóvenes a lo largo de las últimas décadas y hoy por hoy condicionan muchísimo cada generación que le toca atravesar esa etapa. Si bien Naciones Unidas define a los jóvenes como personas entre 15 y 24 años de edad, la UNESCO entiende que los jóvenes son un grupo heterogéneo en constante evolución y que la experiencia de “ser joven” varía enormemente según las regiones y países, y para este análisis resulta más conveniente tomar esta última definición ya que en Argentina hay personas por fuera de ese rango de edad que ocupan el lugar de joven. Los jóvenes están en el umbral del amor, del trabajo y de la participación adulta, aunque también es una época en que algunas personas, desarrollan comportamientos que agotan sus alternativas y limitan sus posibilidades1. El mundo sigue girando y pareciera hacerlo alrededor del capitalismo y todas sus vertientes. Se trata de un sistema de organización económico, cultural y social a nivel global, por lo que toda temática que quiera ser abordada siempre va a estar dentro de esta coyuntura e influenciada por la misma. De modo que no puede hacerse una lectura de las concepciones sobre los jóvenes sin poner la mirada sobre las necesidades del sistema capitalista con respecto a ellos. En un principio es importante remitirnos al pasado para dar cuenta de que los jóvenes siempre fueron considerados los revolucionarios, los factores de cambio. Lo vemos en grandes acontecimientos históricos y en distintas organizaciones sociales, sin ir demasiado lejos podemos ver que en los golpes de estado en todo América Latina durante las décadas del 60 y 70 el principal objetivo de las fuerzas militares eran los 1 Las Transformaciones Sociales y Culturales Recientes y su Impacto en la Formación de los Adolescentes. Prof. César Sánchez Sanabria. Prof. Pablo Valdés Romero. estudiantes universitarios, los militantes de las organizaciones políticas, y los jóvenes que se movilizaban desde distintos lugares para organizarse en pos de un cambio social. La gran mayoría de los autores que escribieron sobre esa época concuerdan en que los jóvenes eran comprometidos y estaban listos para la construcción de una sociedad nueva. “EL JOVEN REVOLUCIONARIO” “No hay querella de generaciones, y eso es importante que yo lo diga. La juventud debe entender su obligación de ser joven, y si es estudiante, darse cuenta que hay otros jóvenes que, como él, tienen los mismos años, pero que no son estudiantes. Y si es universitario con mayor razón mirar al joven campesino o al joven obrero, y tener un lenguaje de juventud, no un lenguaje sólo de estudiante universitario, para universitarios. (…) La revolución no pasa por la universidad, y esto hay que entenderlo; la revolución pasa por las grandes masas; la revolución la hacen los pueblos; la revolución la hacen, esencialmente, los trabajadores. (…) Entonces, uno se encuentra a veces con jóvenes, y los que han leído el Manifiesto Comunista, o lo han llevado largo rato debajo del brazo, creen que lo han asimilado y dictan cátedra y exigen actitudes y critican a hombres, que por lo menos, tienen consecuencia en su vida. Y ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica; pero ir avanzando en los caminos de la vida y mantenerse como revolucionario, en una sociedad burguesa, es difícil”2. Es muy interesante retomar estos fragmentos del discurso de Allende para comprender la mirada que se tenía en general sobre los jóvenes durante la década del 70 en América Latina. Incluso, en esa época la rebeldía juvenil era comprendida como una extensión de la crisis de identidad, algo que se venía planteando desde algunas corrientes de la psicología, y que llevarían a tener determinadas conductas e impulsos de rebeldía en ciertas situaciones. El compromiso político es uno de los principales puntos de comparación entre los jóvenes de hoy y los del ayer, sobre todo en cuánto a número de afiliados a partidos políticos y/o a sindicatos de trabajadores, lo mismo que a la cantidad de voluntarios que tienen las organizaciones civiles, religiosas, o movimientos barriales. Pero esta diferencia en los números no es del todo objetiva, pues en nuestro país la cifra de 2 Discurso de Salvador Allende en la Universidad De Guadalajara, México. 1972. jóvenes comprometidos con algunos de estos sectores asciende a casi un millón y medio3. Existen determinadas experiencias que relacionan el ser joven con la idea de comprometerse con las transformaciones sociales, incluso esto se encuentra en directa relación con los grupos sociales que los jóvenes componen o integran. En la actualidad no necesariamente se debe ser revolucionario por ser joven, sino que hay distintas posibilidades a la hora de participar de los procesos de cambio. Ser joven no constituye algo dado, sino más bien implica un conjunto de condiciones de posibilidad que pueden ser potenciadas en una perspectiva liberadora y transformadora, pero tampoco podemos asegurar que esa inclinación sea del todo positiva en cuánto a un resultado políticamente acertado, pero de seguro es una opción válida y de mucho valor para hacerle frente a la realidad que hoy se vive, que se ha construido. “Gloria a la juventud argentina que ambiciona emular las virtudes y realizar el gran pensamiento de los heroicos padres de la patria: gloria por siempre y prosperidad. Esteban Echeverría.1837. Según el sociólogo Bertolt Brech, “el peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de acontecimientos políticos. No sabe que el costo de vida, el precio del pan, de los remedios, dependen de las decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y se ensanche el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales”. Será que justamente esto es lo que busca el sistema capitalista en general y que de a poco parece ir implementándose. Un desinterés por la política, por los cambios sociales, por las transformaciones, por las nuevas ideas, por la lucha social, por las ganas de revertir la situación de un país, de un continente, del mundo. LA IMAGEN…FUERA DE FOCO Tomando nuestro país, Argentina, y nuestra sociedad, la concepción sobre el joven suele ser negativa. Existe la idea del joven como portador de todos los males 3 Protagonistas de la Segunda Argentina. Canal 7, conducción Víctor Hugo Morales. (drogas, violencia, delincuencia), sobre todo si son de los sectores más empobrecidos, y como seres totalmente irresponsables y ajenos a la realidad del país. Este discurso hegemónico se profundiza con el paso del tiempo y en la actualidad, desde el mundo adulto, se piensa al joven como el enemigo, y no como al hijo que hay que ayudar no solo porque está en un proceso de formación, sino porque este es el mundo que los adultos le han dejado. Los jóvenes están para ser formados y guiados en su camino a la adultez. ¿Pero porque el sistema dominante busca generar esta concepción sobre los jóvenes y propagar una ruptura entre ellos y el mundo adulto? Desde hace varias décadas la psicología viene planteando que la juventud posee una característica propia de su identidad: es la que porta consigo las posibilidades herramientas, responsabilidades y compromisos- para realizar el cambio social (transformación de las estructuras sociales y de las relaciones humanas) como ningún otro actor social4. Por lo que el propio sistema, de la mano más que nada de los medios de comunicación, se ha ido encargando de construir esta imagen de los jóvenes que se encuentra totalmente fuera de foco. Es entendible, para que el sistema pueda funcionar, que se construya una idea negativa sobre el mundo de los jóvenes, que se lo incline hacia el lugar más conveniente, que se lo forme bajo un determinado control social y en pos de un beneficio para el capitalismo y el mundo globalizado. En las conversaciones diarias no aparecen los aspectos positivos de los jóvenes, se dejan de lado todas las acciones que demuestran ese compromiso que según el discurso hegemónico no existe, y siempre se recae sobre lo mismo, sobre ese mito de los jóvenes como malignos. Entonces los jóvenes son pensados como inmaduros, falta tiempo para ser adulto, tiempo de maduración. El joven como irresponsable; más cercano al deseo, menos entrenado en las instituciones adultas, también le falta experiencia, no sabe de riesgos. El joven no maneja dinero propio, aunque gaste mucho Es inestable, es visto como en crisis, incapaz de asumir responsabilidades a largo plazo. Cambiantes, pueden cambiar de objetivos. Los jóvenes no pueden asumir compromisos a largo plazo5. 4 Jóvenes, imágenes polares y tensiones. A propósito de participación política juvenil a treinta años del golpe militar contra el pueblo chileno. Klaudio Duarte Quapper. 5 Producir nuevos sentidos con los jóvenes para sembrar lo nuevo. Germán Rétola. Revista Trampas. Junio de 2005. Pagina 21. Todas estas concepciones son, en su mayoría, visibles en el día a día. Se intenta achicarles los espacios de participación a los jóvenes, creando una imagen negativa en todos los aspectos, como si ninguno pudiera asumir responsabilidades y generar acciones positivas. Sin ir más lejos, a los chicos de las escuelas que cortan la calle porque no tienen gas (en pleno invierno) se los critica porque “son unos vagos que no quieren estudiar”, en vez de valorar que se están movilizando por algo que les pertenece, por algo que es justo. Esa misma crítica reciben los militantes de las agrupaciones universitarias, los sindicalistas, los que participan en partidos políticos, o en otros espacios de lucha y reflexión. “LA JARRA LOCA” Los medios de comunicación juegan un rol muy importante para la construcción de conceptos sobre los jóvenes, para la creación de sentidos sobre ellos, y sobre todo para instalar una determinada imagen que quede sellada en la sociedad. Pero los medios de comunicación interpretan un doble papel, el de crear esa imagen, y el de instaurar conductas en los jóvenes, sobre todo de carácter consumista. Ubicados en el centro de la escena pública, los medios de comunicación construyen realidades acerca de lo que es y de cómo debe ser joven. Varias y heterogéneas son las prácticas juveniles que cobran visibilidad en los medios, a partir de lo que se generan imágenes culturales acerca de los jóvenes. Pero es claro, lo que más vende y lo que más debate genera son las cosas malas que hace la gente, sobre todo cuando se trata de los jóvenes6. Los jóvenes son expuestos por los medios siempre de manera negativa. Aparecen en las noticias cuando roban, matan o secuestran; hay programas enteros sobre los jóvenes emborrachándose o peleándose un sábado a la noche; se le dedica horas de grabación a los chicos que fuman paco y los delitos que cometen drogados sin importar nunca porque llegan a consumir esa droga, quien se la vende, o porque no hay políticas que rompan con esta conducta y le den otras posibilidades a los chicos. Pero lamentablemente no pasa, en los medios de comunicación no se ponen en discusión las causas de por qué ocurren esos actos negativos que cometen los jóvenes, tampoco se piensa en que herramientas se le puede dar a la juventud para reforzar todas las virtudes que tienen (y que ni siquiera muestran), ni se profundiza para nada en el 6 Encuentro de Juventud y Medios de Comunicación en la Facultad de Periodismo. Presentación. contexto en que estos jóvenes viven, al contrario, lo único que se debate es si hay que meterlos presos a los 14 o a los 16 años. Claro está que la baja de la ley de la imputabilidad es una cuestión política, atravesada por los medios de comunicación, y que quizás incluso el simple hecho de armar un debate sobre esta cuestión ya haya quedado en una simple estrategia de campaña de Daniel Scioli para las legislativas del 2009. Lo cierto es que lamentablemente esas son las soluciones que se plantean hoy en día, es como una especie de “mano dura” en un marco “más legal”. Los medios de comunicación bombardean a la sociedad con imágenes destructivas sobre los jóvenes, endemoniándolos y cayendo en esta idea de que son “malignos” por naturaleza. Sin ir parando demasiado la oreja podemos escuchar bastante seguido la famosa frase “La juventud está perdida”, algo que condena también al futuro y que de alguna manera, aunque el mundo adulto no lo asuma, habita este presente por el pasado del cual ellos forman parte. Por otro lado los medios de comunicación (grandes promotores de publicidad) encuentran al joven como un gran consumidor, un público muy importante a la hora de promocionar un producto. Los jóvenes de hoy en día no andan jugando a las figuritas ni al fútbol descalzos o en cuero, para un picadito se usan botines Nike y camisetas del Real Madrid o Manchester United (de Nike, obviamente). La cultura, como analizan muchos profesionales, se ha convertido, en parte, en una industria, y por ello mismo se han cambiado muchísimas prácticas culturales y se han incorporado muchas nuevas. En este preciso momento los jóvenes son consumistas por excelencia, gastando dinero que ni siquiera tienen (gracias a los sistemas de cuotas, créditos, préstamos) y necesitando siempre estar a la moda, contar con lo último en tecnología, y frecuentar lugares “top” o de buena fama. Por supuesto que esta es una generalización y que no todos los jóvenes son así, pero es claro que los medios apuntan al joven como un mero consumidor de los millares de productos que ofrece el mercado. Dejando a un lado lo publicitario y lo estrictamente comercial, los medios de a poco comenzaron a perder cierta credibilidad (más aún hoy con el debate por la ley de medios) y los mensajes que transmiten suelen ponerse en duda por gran parte de la sociedad y también por los jóvenes. En el Encuentro de Juventud y Medios de Comunicación de la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, Rossana Reguillo expresó que “los jóvenes ya no son lectores, oyentes o televidentes cautivos, sino que toman una porción de información de los distintos mensajes de las empresas periodísticas”, y, en parte posibilitados por la gran cantidad de medios que existen hoy en día (multiplicados por el acceso a Internet), puedan participar ellos mismos del circuito de la información y ocupar un lugar mucho más activo que en años anteriores. Pensar en modelos de gestión comunicativos y en la construcción de redes implica introducirse en el campo de la comunicación en diferentes sentidos. Por un lado, pensar la relación entre los modos en que se organiza la comunicación y los modos de construcción de poder. Por el otro, implica pensar cómo los medios pueden contribuir en este sentido. Implica poder definir estrategias de comunicación que contemplen a los medios como canales para la circulación de mensajes propios de la comunidad, como un modo de generar encuentros entre los diferentes sectores7. De a poco, y desde diferentes lugares, los jóvenes se van adueñando de algunos medios de comunicación (internet y radio sobre todo) para poder expresarse de distintas maneras y para generar nuevos espacios de comunicación e información. Por ejemplo, los seguidores de Callejeros (muchos de ellos sobrevivientes y/o familiares de victimas de la tragedia de República Cromañón) lograron organizarse a través de un foro en internet para darle su apoyo a la banda en medio del proceso judicial, que tuvo como desenlace la absolución de la banda, cuando los medios aseguraban su culpabilidad y solamente un grupo de familiares opositores tenían acceso a esos medios para construir una imagen sobre la banda. “LOS DISFRACES QUE NOS PONEMOS” En el medio de este engranaje sobre la concepción del joven, su imagen en la sociedad creada por los medios de comunicación y el mundo adulto, su participación política, y sus maneras de organizarse, aparece la identidad de los jóvenes, las “tribus urbanas” y las formas de vida, totalmente condicionadas y juzgadas por la sociedad, que adoptan los mismos. Entre las personas jóvenes existe una enorme lista de identidades que tienen que ver con elementos tan variados como: clase social, sexo, color de piel, religión, orientaciones sexuales, gustos musicales, de vestir, edad, etc. Éstas pueden ser transitorias (por un período de tiempo corto), ocasionales (adoptadas ante situaciones 7 El joven como actor protagónico para el desarrollo. Cecilia Ceraso, Nilda Galina y Germán Rétola. vividas por primera vez) o parciales (respondiendo a comportamientos que aparecen en situaciones diferentes) y se encuentran en constante movimiento, ya que muchas de ellas son abandonadas cuando los jóvenes optan por formas de vida distintas a las que les otorgaba esa identidad8. Los jóvenes cuentan con una fuerte necesidad de construir un “nosotros”, un grupo en el cual se identifiquen y puedan desenvolverse con naturalidad, como si pudieran trasladarse a una isla alejada del mundo real. Es muy interesente, dejando a un lado el chiste y la ironía, la interpretación que hace Peter Capusotto, en su programa de Canal 7, sobre personajes de distintas “tribus urbanas” (una denominación mediática para encasillar a quienes se identificación con los diferentes géneros musicales u estilos de vida). Si bien él dice que “no son más que disfraces que nos ponemos”, la música suele aparecer en los jóvenes como una de las cosas más importantes en su vida y de mayor interés. En el programa de Capusotto podemos ver las distintas concepciones sobre esas “tribus urbanas” (emos, floggers, rolingas, darks, etc.) y dar cuenta de las imágenes construidas sobre aquellos jóvenes que se identifican con uno u otro género musical. Lamentablemente, y quizás sea algo propio de la idea de “masa”, la sociedad está acostumbrada a generalizar prácticamente todo, como si fuese imposible, aunque quizás lo sea, poder tener conceptos individuales. Pero si no se puede, ¿porque generalizar? ¿No sería mejor simplemente no saber? Esta necesidad de construir un “nosotros” y de identificarse con otros semejantes para conformar diferentes grupos, surge no solo para pararse en la vereda de enfrente del mundo adulto, sino que también surge por la falta de poder de las instituciones sociales y educativas que alguna vez tuvieron un mayor grado de respeto y acatamiento. Las instituciones más controladoras pretenderán controlar lo que los jóvenes hacen o deben hacer con su vida personal, grupal o para participar del mundo social. Los que es evidente es la crisis de estas instituciones adultas y de los antiguos modelos. La escuela, la fábrica (en sentido amplio) y la familia representan puntos clave para pensar la crisis de la modernidad en relación con los jóvenes. Las instituciones adultas 8 Las Transformaciones Sociales y Culturales Recientes y su Impacto en la Formación de los Adolescentes. Prof. César Sánchez Sanabria y Prof. Pablo Valdés Romero. ya no son un lazo de proyección intergeneracional y esto nos abre una nueva frontera entre la antigua dicotomía joven/adulto9. Es increíble que podamos encontrar en libros y páginas web caracterizaciones específicas sobre las distintas tribus urbanas. Como si los jóvenes abrieran un listado de identificaciones y eligieran una de ellas para encasillarse. ¿Ser o no ser? El nuevo mundo moderno, globalizado, y desarrollado bajo las necesidades del sistema capitalista pareciera haberle puesto fin a la vieja incógnita de Shakespeare, ya nadie puede SER. Evidentemente parece una buena idea para el mercado que existan grupos determinados de jóvenes, que todos consuman lo mismo, que todos concurran a los mismos lugares, que ninguno gaste mucho tiempo pensando, que ninguno participe de movimientos sociales o políticos, que ninguno se de cuenta de que lo manipulados que están y de lo funcionales que son para el sistema. Será que eso es lo que se intenta. En la actualidad vivimos en un mundo dominado por las grandes corporaciones y multinacionales, donde lo que rige la vida es el mercado y el consumo. La sociedad moderna, profundizada con la conquista del capitalismo (por sobre el socialismo sobre todo), se ha encargado de individualizar a la masa, de aplicar modos de control social, y de educar (no solo desde la educación formal, sino desde la informal también) a las personas para que fuesen totalmente funcionales al sistema dominante y pasivos ante los actos del mismo. Se ha conformado, como a mi me gusta llamarle, “la sociedad del stock”. Una sociedad dependiente de lo que el mercado tenga para ofrecer, esperando a que se acabe lo que hay en stock para que salga algo nuevo y poder comprarlo. Un mundo donde los viejos valores comienzan a quedar a un lado, donde la familia, el amor, la solidaridad, el respeto, y demás componentes de una sociedad de iguales, comienzan a ser remplazados por el consumo, lo material, el dinero, y lo individual. Sin embargo, en algún lugar del mundo, la unidad, la comprensión, la solidaridad y la necesidad de juntarse siempre va a seguir existiendo. Aunque los individuos pertenezcan a culturas diferentes y por lo tanto tengan distintos interés y visiones del mundo, la comprensión mutua entre ellos no sólo es posible, sino que es una obligación, tanto de entenderse como de cooperar entre si para desarrollar proyectos comunes10. 9 El joven es un actor protagónico para el desarrollo. Cecilia Ceraso, Nilda Galina y Germán Rétola. Diversidad Cultural y Tolerancia. Fernando Salmerón. Paidós. 1998. 10 DE CADA 100 ESTUDIANTES QUE INGRESAN A LA PRIMARIA SOLO 2 TERMINAN EL GRADO UNIVERSITARIO La educación es un componente crucial para el desarrollo de las personas en todos los aspectos. Se trata de un proceso de aprendizaje que permite la expansión del pensamiento y el conocimiento de contenidos de distintas temáticas, además de ser un espacio de socialización y disciplinario. En Argentina sigue existiendo un alto grado de analfabetismo y no existen políticas públicas fuertes que intenten revertir esta situación, algo que si se pudo lograr en grandes porcentajes tanto en Brasil como en Bolivia. Sin embargo la educación no solamente es escolar, o sea formal, sino que también puede ser barrial. Desde la corriente de Paulo Freire se pueden aprender diversas maneras de llevar adelante un proceso educativo desde un ámbito no formal, sobre todo para aquellos que cuentan con diversas limitaciones a la hora de asistir a un establecimiento educativo. Entendemos a la educación como un aspecto fundamental del desarrollo. También es un componente imprescindible en la constitución del joven como actor de transformación, porque es a partir de la educación que el joven puede apropiarse de su realidad para transformarla. Nos es imposible pensar un proceso de transformación desligado de un proceso de aprendizaje. El joven como actor en las prácticas sociales esta inmerso en un movimiento que lo va constituyendo y desde su propia identidad puede ir produciendo sentidos y saberes fundamentales para lograr mejorar la calidad de vida en sus localidades y regiones11. Educación suele ser la respuesta para muchas preguntas que tengan que ver con como combatir la pobreza, la delincuencia, la marginalidad, la violencia, y otras problemáticas sociales. Y si, es un gran factor, pero volvemos a caer en lo mismo, no se trata solamente de un proceso de aprendizaje en un ámbito formal, sino que también existe la necesidad de atravesar el camino de la educación no formal. Argentina lidera los rankings en cuánto a la desigualdad entre los que más tienen y los que menos tienen. Esa desigualdad básicamente económica se repite también a la hora de analizar la igualdad de oportunidades entre personas de un sector u otro. Esta desigualdad se transforma automáticamente en exclusión. 11 El joven es un actor protagónico para el desarrollo. Cecilia Ceraso, Nilda Galina y Germán Rétola. La relación entre aquellos con menores posibilidades y la idea de exclusión es completamente compatible y se trata de un círculo eterno donde la brecha entre ricos y pobres es cada vez más amplia y lo mismo ocurre entre los excluidos y los incluidos. Se puede decir que la educación se encuentra en el medio de esta brecha y que juega un rol importantísimo para brindarle herramientas a los jóvenes y ampliar sus capacidades para poder ingresar en el mundo laboral. Existe un asidero importante sobre la función de la educación al decir que “uno de los caminos más interesantes para conocer una sociedad y su funcionamiento es, sin duda, su sistema educativo. Es en la forma de educar a las generaciones jóvenes que podemos entender las condiciones de cualquier grupo social en un momento determinado de su desarrollo...ya que el fin de la educación es dar forma a un ser social, es decir, conecta a los integrantes de una comunidad entre ellos y con el entorno12. La educación es transversal en la vida de los seres humanos y es durante la juventud en que se transcurre este proceso, en general. En la actualidad las carreras universitarias cumplen un rol mayoritariamente funcional al sistema dominante, preparando profesionales con las herramientas que el capitalismo necesita para seguir en píe, e intentando minimizar las miradas criticas y las capacidades para generar un cambio. Esto se puede ver no solo en las universidades privadas que cumplen esta función sin ningún tipo de negación, sino que también se aplica a las universidades públicas, sobre todo en carreras relacionadas a la informática y la economía. En una Conferencia Mundial sobre la Educación Superior realizada por la UNESCO en 1998 se llegó a la conclusión de que la Universidad debe preocuparse no tanto por la búsqueda del conocimiento en sí mismo, sino que debe tratar de encontrarle una aplicación práctica. Según la conferencia de la UNESCO, “actualmente la universidad estima que sus funciones van más allá de la visión de abarcar la utilización de los conocimientos adquiridos a fin de aumentar (directa o indirectamente) el bienestar material, la felicidad y el confort de la humanidad. En nuestros días la enseñanza superior se considera una institución destinada no sólo a ampliar conocimientos y a formar a los jóvenes sino también a difundir y a aplicar esos conocimientos”. 12 La educación en el México antiguo: Tenochtitlán. Cristina Mondragón Santoyo. Claramente se puede ver como se busca limitar la función de la universidad a la transmisión de conocimientos para su ejecución, y no destinada a crear nuevos conocimientos para problematizar diferentes aspectos de las disciplinas, de las carreras que se dictan o simplemente de la vida y el mundo actual. Por lo tanto, la educación es una herramienta que puede funcionar para el desarrollo de las personas, para la transmisión de conocimientos, para la capacitación en diferentes áreas o disciplinas, para problematizar todo tipo de ideología o práctica social, o puede ser utilizada para que las personas sean funcionales al sistema dominante y a su propagación en el tiempo. Por este último motivo es posible hablar de educación como modo de exclusión, ya que aquellos que no atraviesen un proceso de aprendizaje van a estar condicionadas a la hora de insertarse en el sistema capitalista que hoy domina el motor de la economía a nivel mundial. Pero no solo la educación se encuentra en esta posición de inclinar a las personas hacia un lado u otro de la balanza de posibilidades, Los clásicos mecanismos de inclusión social se encuentran en crisis: la familia, el trabajo, la escuela. Paralelamente han crecido en cantidad y eficacia los dispositivos de exclusión. Las chances de entrar y permanecer en marginalidad son altísimas, especialmente para los jóvenes13. EL SINDROME DE LA IMPOSIBILIDAD Siguiendo la estructura de desarrollo en el sistema económico y social en el cual se insertan las personas de una sociedad, la relación entre educación, exclusión social, desocupación, y pobreza es bastante desencadenante. A modo de introducción se puede entender que el capitalismo funciona, en parte, manteniendo bien definida una pirámide de personas destinadas para sus diferentes necesidades. Lo mismo ocurre con lo territorial, ciertos países son útiles para la explotación de determinados recursos y otros países son necesarios para cumplir con otras funciones. Durante el siglo pasado, con el asentamiento del sistema capitalista, se impulsó un plan (desde los Estados Unidos principalmente) de desarrollo para ir ordenando esta pirámide y comenzar a girar la rueda que hoy sigue girando. Con diferentes acciones 13 El joven es un actor protagónico para el desarrollo. Cecilia Ceraso, Nilda Galina y Germán Rétola. (presiones monetarias, acciones bélicas, u otras estrategias) el gigante del norte se fue ubicando en el trono del reino. Sin poder hacerle frente a estas transformaciones, América Latina en general y Argentina en particular fue destinada a cumplir con los requerimientos de este gran sistema mundial. El líder de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), Victor De Gennaro, se refiere a los últimos golpes de estado en Latinoamérica como “procesos destinados a seguir propagando esta miseria planificada”. Un plan estratégico donde los ricos serán siempre más ricos y los pobres más pobres, y en mayor cantidad. Siguiendo la idea de la pirámide de necesidades del sistema capitalista, lo que se encuentra debajo de todo, sosteniéndola, en la masa de gente a la espera de que surja una necesidad y entonces sea llamado a cumplirla. Es necesaria la pobreza, es necesario el desempleo para que las riquezas siempre sean mayores, para que se pueda exprimir lo que más se pueda por el menor costo posible. De ahí la frase coloquial “si no querés andate que hay una cola de 200 tipos esperando para entrar”. Uno de los pilares del sistema capitalista (de la mano del economista norteamericano Adam Smith) es que a la economía hay que dejarla volar libre, como si hubiese una mano invisible ajustando siempre los vaivenes para que todo se mantenga en orden. A su vez, el Estado no debe intervenir en esta maquinaria, debe mantenerse al margen y funcionar como gendarme del sistema. Bajo este emblema los neoliberales ocuparon la escena durante los últimos 40 años, luego de la gran crisis del petróleo del año 1971. En la actualidad, en la gran mayoría de los países, quienes condicionan las decisiones políticas son las grandes corporaciones, la entidades financieras, y las multinacionales. Sin hacer un juicio de valor, es interesante ver como los Estados Unidos ubican a Venezuela en el grupo del mal simplemente por su ideología nacionalista y estatista. Por supuesto que se usa de telón otro motivo (desarrollo de bombas atómicas, inversiones en armamento militar, el apoyo a la guerrilla Colombia, etc.) pero lo claro es que la rueda debe seguir girando, sin modificaciones. En este enorme intento de desarrollar como se sostiene el sistema económico mundial, sus diferentes estrategias, sus intereses y sus intenciones, y como se conforma la pirámide de necesidades para el funcionamiento de la rueda capitalista, Argentina se encuentra totalmente condicionada por el mismo. Los jóvenes no solo son bombardeados con concepciones negativas, con estrategias publicitarias para que aumenten su consumo, con mensajes ideológicos que endemonian a los actores de cambio y que ubican en un pedestal al analfabeto político, sino que los jóvenes son peones de las grandes corporaciones y las multinacionales, explotados por las mismas o directamente excluidos por ellas o por un sistema educativo previo al intento de insertarse en el mercado laboral. Durante la década de los 90’, en Argentina (con Carlos Menem como presidente) se llevó adelante un gran proceso de privatizaciones y reestructuraciones dentro de las empresas privadas y los organismos estatales. A su vez se modificaron y se crearon nuevas leyes que beneficiaron y hoy por hoy siguen beneficiando al sector privado, contraponiendo a los derechos de los trabajadores y las condiciones necesarias para tener un trabajo digno. En la actualidad esta realidad sigue existiendo y las empresas privadas, sobre todo las multinacionales, tienen muchísimas libertades que favorecen una mayor producción al menor costo posible. Según el Diputado de la CTA, Claudio Lozano, “se han relevado varias estadísticas que resaltan que la mayoría de los jóvenes se encuentran en estado de desocupados, empleados en pésimas condiciones, o simplemente en trabajos temporarios”. Sueldos bajos, trabajo en negro, pésimas condiciones laborales, horarios fuera de la ley, trabajo insalubre, empleos temporarios, tiempos de prueba. Estas son algunas de las características de los trabajos que tienen o que pueden adquirir los jóvenes en la actualidad. Por otro lado los requisitos son casi imposibles de alcanzar, conocimientos de todo tipo con títulos que los comprueben, flexibilidad horaria, manejo de idiomas, disponibilidad para viajar, y por supuesto algo que nunca falta: “buena presencia”. El mercado laboral excluye a aquellos que no fueron excluidos del sistema educativo. ¿Qué ocurre con aquellos que fueron sí fueron excluidos del sistema educativo? ¿Cuáles son las posibilidades reales que tienen los jóvenes a la hora de apropiarse de los capitales y movilizarlos en su proyecto de vida? ¿Qué alternativas existen, que pueden hacer? Sin dejar a un lado las grandes exigencias del sistema capitalista, de quienes lo respaldan, y de quienes verdaderamente gobiernan en los países “subdesarrollados”, pobres, dominados, “del tercer mundo”, o como cada uno quiero llamarlos, el Estado es un actor fundamental para la regulación del mercado y desde ese lugar debe encargarse de beneficiar a la población y de garantizar el cumplimiento de los derechos de las personas. EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA El Estado, como garante de derechos, debe promover políticas públicas que favorezcan el desarrollo del país y de su población. En el caso de los jóvenes, es muy importante poder brindarle las herramientas para que se puedan posibilitar las transformaciones sociales. Las políticas públicas son acciones destinadas a producir determinados cambios buscados, a brindar ciertas soluciones necesarias, a generar procesos de producción y de cambio, a poder asistir de distintas maneras y a enfrentar diferentes problemáticas sociales. Conociendo a grandes rasgos las limitaciones y las complicaciones, al igual que las concepciones, de los jóvenes para poder desarrollarse en la sociedad, para poder atravesar un proceso educativo, y para insertarse en el mercado laboral, es importante pensar a las políticas públicas en base a todo ello y trabajar desde ese lugar. Sin embargo, hoy por hoy en nuestro país el Estado se encuentra muy debilitado para poder generar todos los cambios necesarios y proponer un verdadero plan de acción que genere una mayor inclusión y posibilite un desarrollo a gran nivel. Por otro lado en este lugar se genera un choque entre asistencialismo y solución, entre educación e inserción, entre trabajo y explotación, entre posibilidad y realidad. Las políticas sociales, tal como han sido planteadas durante la década del noventa, resultaron en un conjunto de acciones aisladas, focalizadas, de carácter asistencial y sin una proyección de inclusión integral de los sectores más vulnerados. La hipótesis que se sostiene es que los diagnósticos que sirvieron de base para el diseño de políticas para jóvenes en esos años –y que continúan vigentes en la actualidad- se fundaron en la definición del problema de “exclusión” a partir de una identificación parcial –cuando no errónea- de las causas, ignorando la complejidad de la problemática social más general de la cual los jóvenes forman parte inseparable14. Sin dudas es extremadamente complejo y amplio el análisis sobre los jóvenes, su lugar en el sistema económico y social, el concepto sobre ellos, y su realidad general. 14 Los jóvenes pobres como objeto de políticas públicas. ¿una oportunidad para la inclusión social o un derrotero de manipulación y frustraciones? Agustín Salvia, Diane de Souza, Samanta Schmidt. Por lo tanto se trata de aplicar una gran variedad de políticas públicas que apunten a profundizar y a brindar un mayor abanico de posibilidades en cuánto a procesos educativos formales e informales, a poder capacitar a los jóvenes en diferentes áreas de desenvolvimiento laboral, a poder brindar herramientas que permitan el desarrollo del pensamiento y la importancia de la política (en su sentido más amplio y abarcativo), y a combatir en todos los aspectos posibles tanto la exclusión social y laboral, como la imposibilidad de desempeñarse en la vida. Para ello es importante un análisis y un diagnostico muy especifico de cada situación y de cada lugar en particular que se va a analizar. Debe haber un amplio grado de conocimiento de la realidad que se pretende cambiar, una definición de prioridades, y una acción integradora. Junto a estas acciones debe haber un acompañamiento del Estado promoviendo leyes y exigencias a las grandes corporaciones y multinacionales que manejan el sistema económico del país. A su vez se deben reforzar los derechos de los trabajadores (no solo de los jóvenes, sino de todos los trabajadores) y regular en mayor medida las exigencias laborales y todas sus aplicaciones. Sumado a este amplio proceso de aplicación de políticas públicas y regulación estatal del mercado y la economía, debe existir una política general, un proyecto de país, que permita que los cambios sean compatibles en todos sus sentidos. Se trata de un proceso que demanda años, un proceso muy complicado debido a que nuestro país (al igual que el resto) se encuentra en un mundo globalizado y bajo un sistema capitalista que no parece caer ni modificarse pese a que por momentos tambalee o sea fuertemente criticado. El futuro es incierto pero esperanzador. Los jóvenes tienen la fuerza para lograr los cambios deseados y ser protagonistas de las transformaciones sociales. De la mano de políticas públicas potenciadoras e integradoras, acompañadas por un proceso de lucha contra el actual sistema económico dominante, los jóvenes pueden ocupar un lugar más favorable para su desarrollo y garantizarse un futuro estable y próspero para los jóvenes que vendrán después. __________________________________***_________________________________ Mauro G. Fernández.