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Editorial
La importancia de la acción corporativa en Enfermería
El Sistema Nacional de Salud está poniendo en práctica, a la vez que diseñando, las líneas estratégicas de salud que van modelando un nuevo escenario sanitario. En él, las enfermeras deben estar llamadas a desempeñar un gran
protagonismo profesional pues no en vano la prestación de cuidados va a sustituir al paradigma del curar, y así, de esta
manera, la atención a la cronicidad y a la dependencia, la apuesta por el paciente informado y experto, junto con el
aumento de nuevos espacios competenciales para satisfacer las nuevas demandas y necesidades de la atención clínica, van
a ser ejes principales de las políticas de salud en cualquier Administración Sanitaria.
En ese nuevo contexto socio-sanitario, el colectivo de enfermería, en su conjunto, tiene que buscar incrementar
su empoderamiento profesional y tomar posiciones que faciliten el desarrollo de la disciplina y la mejora de su reconocimiento social e institucional, al tiempo que del resto de disciplinas de las Ciencias de la Salud.
Para ello, la acción individual de cada una de las diferentes instancias que vertebran la profesión enfermera,
entiéndase la Colegial, la Sindical, la Asociativa y la Universitaria, no va a ser tan eficaz para el objetivo antes señalado como la acción conjunta de todas ellas. Es cierto que, desafortunadamente, en la sociedad actual abunda más la individualidad que lo colectivo, y el ámbito de la Enfermería no es una excepción. Solamente en casos puntuales de crítica
injusta o ataque directo aflora un sentimiento colectivo de grupo y de pertenencia a una misma colectividad de intereses
profesionales.
Pero en el actual contexto de ajustes, recortes o reformas económicas y sociales que han generado una percepción
de un futuro lleno de incertidumbre y desconfianza, crece la necesidad de promover una acción de Grupo. Una acción
corporativa de todos los estamentos enfermeros para lograr una mejor defensa de los intereses de la profesión allá donde
sea necesario. No es la hora de protagonismos estériles, ni de malgastar individualmente esfuerzos que en conjunción
colectiva y solidaria conseguirían los frutos apetecidos.
La crisis actual -HYRTXHPRVODFRQFHSFLyQMDSRQHVDGH´FULVLVµNLNLFRPR´SHOLJURRSRUWXQLGDGµ- debe hacer
resurgir el espíritu corporativo, un tanto apagado en épocas de bonanza, para luchar con nuevos bríos contra la merma
de derechos sociales y profesionales adquiridos. Nueva fuerza, para los nuevos retos, imposibles de abordar desde la individualidad e, incluso, desde las unidades corporativas aisladas.
Trasladando esta idea a la práctica, es URGENTE la creación de una plataforma profesional donde estén representadas, con espíritu de colaboración y voluntad de situar a la profesión en el lugar que le corresponde, las Asociaciones y Sociedades Científicas de Enfermería, las Facultades de Ciencias de la Salud y Asociaciones de estudiantes, los
Sindicatos y la Organización Colegial de Enfermería. Y todas juntas, en un ejercicio de generosidad, ceder parcelas de
protagonismo individual a favor de una acción conjuntada en defensa de intereses profesionales o postulando mejoras de
desarrollo disciplinar.
Un corporativismo bien entendido que promueva un sistema de alianzas frente a la acción unitaria, debería ser
el objetivo a alcanzar.
José Antonio Ávila Olivares
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AgInf. 2012, (62),16, 2, 52
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