X Rocnrro Funr.¡ÁNonz Dnrc¡,po LAS VICISITUDES DEL PRIMER CATEDRÁTTCO DE ECONOMÍA POLÍTICA DEt ATENEO ESPAÑOL DE 1820: CASIMIRO DE ORENSE Y RÁVAGO UNIVERSIDAD EUROPEA.CEES Departamento de Fundamentos del AnáIisis Económico Documentos de Trabajo 7/e8 ruP- uEll R¡slet. au- L ¡r.t , 'i - É 1èoo F.;ettA UNIVERSIDAD EI.JROPEA.CEES Documentos de Tiabaio 1/ 98 Las aicisitudes del pimer catedrótico de Economía Políticø del Atmeo Espaflol de 7820: Casimiro de Ormse y Róaago Villaviciosa de Odón (Madrid), mayo de 1998 O 1998 Rogelio Femández Delgado @ 1998 Universidad Europea-CEES Ediciones Diseño de la colección y dirección editorial: Departamento de Publicaciones e Intercambio Científico de la UEM{EES ..._ ÍNorcn Resumen 1. La fundación del Ateneo Español,14 de mayo de 1820 2. El Reglamento científico del Ateneo 3. Las ciencias y las cátedras en el Ateneo Español 4. Las cátedras en el Ateneo Español 5. La cátedra de Economía Política en el Ateneo Español 6. Antecedentes históricos de la cátedra del Ateneo Español 7. La iuvenhrd de Casimiro de Orense y Rávago 8. Los trabaios del profesor Casimiro 9. Las ideas económicas: los dos elogios y la advertencia 10. Las ideas económicas Apéndice I Apéndice II Apéndice II (Cont.) Conclusión Notas del lector 4 5 6 6 7 I 9 10 11 t2 13 18 24 27 28 30 LAS vrcrsrruDEs DEL pRTMER cATEDnÁrlco DE EcoNoruÍe polÍrlcR DEL ATENEo EspRñoL DE r820: cASIMIRO DE oRENSE y RÁvAGo' RocEuo FEnNÁruoEz Derc¡oo Universidad Europea-CEES Departamento de Fundamentos del Análisis Económico Rrsutvr¡N Este trabaio estudia cómo se estableció la cátedra de Economía política en el Atmeo Espanol de 1820. Tiene un doble objetivo. Primero, pretende contribuir øl conjunto de trabaios que esütdiart el pensamiento económico espafiol en el siglo XIX, m segundo lugar, quiere mostrar un ejemplo en el que se vea como el criterio seguido para seleccionar ideas, en este cøso económicas, no depende casi exclusivømente de sus cualidades innatøs, sino que en algunos casos, depende de criterios arbitrarios que condicionarán su difusión posterior. La primera parte del trabajo está dedicøda ø lafundación del primer Ateneo! a su Reglamento cimtífco. Smølaré ln clnslìcación de las ciencias que este reglamento propuso, así como las dfermtes cat¿dras c¡ue gracias a él sefundaron. La segunda parte estudiø lø cdtedrø de economíø política y, brevemente, los antecedentes Eß ésta tuvo. Esta pørtz presenta las vicisitudes por las que tuvo que pasør el primer cat¿drátíco del Atneq D. Casimiro de Orense y Rtívago, en ln oposición que him ø ln catcdra de economía política de la Sociedad Económica Matritmse, en Jbbrero de 1820. ,4sí Io reJleja el Recarso de Agravios que presmtó en mßzo de 1820 øl Rey Femando WI, en cnntra de los resultados del examen. En el Recarso denuncía cierto paisanøje entre el censor de las oposiciones D. Felipe Olivey el aspirønte Ponzóa. Esta parte tnmbien presmtnrá la biogrøJía de su primer catrilráticoy resøltará sus ldeas económicas de 1813. Lø tercera pørtu estd cnmpuesta por dos apêndices. El primero recoge la Lección de Economía políticø sobre la población de 1820, que es el examen que realizó el proJbsor para obtener la cátedra de Economía Política de la Sociedad Económica Matritense. EI segundo npendicc está compuesto por dos cørtas rye dirigió al censor del examen, D. Felipe Olive. La primerø cdrtø es el Recarso de Agravios que elevó ø Fernando WL Este trabaio se presentó en las V Jomadas sobre Historia del Pensamiento Económico: Homenaie al protèsor Fabián Estapé, celebradas los días I I y 12 de diciembre en la Universidad de Zaragoza. Agradezco la ayt¡da que me han prestado los profesores Victoriano Marrín, Luis v Femando Méndez Ibisate, así como a todos los miembros que integran la Sala Cervantes de la Biblioteca Nacional soy el único responsable de errores y tältas aquí contenidos. Perdices de Blas R. Fernández Delgado O Las vicísitud.¿s dcl primer catedni¡ico. I 1 I.lq. UEM{EES EDICIONES 5 FUNDACIÓN DELATENEO ESPAÑOL, 14 DE MAYO DE tg20t Con el pronunciamiento en Cabezas de San fuan de Rafael del Riego el I de enero de 1820, comienza el t¡ienio liberal. En este periodo surgieron una serie de "Sociedades Patrióticas" que se reunían en diferente clubes, según el modelo francés que Prosperó desde finales de siglo. Estos clubes se convirtieron en símbolos del liberalismo, en tånto que, hasta aquel momento, la política había sido motivo de discusión exclusiva de una élite que se había concent¡ado en las ilust¡adas Sociedades Económicas de Amigos del País. En la existencia de estas nuevas "sociedades" liberales podían inscribi¡se el nacimiento del Ateneo de Madrid o reuniones como las de los Amigos de la Libertad, del Café de Lorencini, la de los Amantes del Orden Constitucional, que se instaló en el café de La Fontana de Oro, y la de los Amþs de la Constitución, que se celebraba en la Fonda de la Cruz de Malta. El 14 de mayo del mismo año se futdå en Madrid, el Ateneo Español, en un principio con el espíritu de una Sociedad patriótica y literaria. En el arúculo segtrndo se atribuve al Ateneo la tarea de discutir tranquiln y amistosamenú¿ cuestiones de Legislación, de Política Económica y de cualquier oûe materia que se reconociera de utilidad. También pretendía propagar, por todos los medios, los conocimientos y llamar la atención de las Cortes o del Rey a través de representaciones legales. En el artículo tercero de los Estatutos se declara expresamente su independencia del gobiemo y en el anículo cuarto, ofrece un modelo de participación parlamentaria, con la celebración de iuntas sobre temas de interés, social o político2. El primero de octubre comienza la labor del Ateneo con )osé Guerrero de Torres como presidente, Mariano de Lagasca (vicepresidente), Heceta (primer secretario) y Angel Calderón de la Barca (segturdo secretârio) en la primera f unta de gobierno. Ent¡e los primeros socios se encuentran miembros de la clase más ilust¡ada de la capital: Antonio Alcalá Galiano, Manuel Flores Calderón, el duque de Frías, Pons y Morvau, Ferrando, Onís y Ferraz,los generales Castaños y Palafox, Sánchez Toscano, Saturnino Montojo, Martín Foronda, Casimiro Orense, Joaquín Blake, Claudio Antonio de Luzuriaga, el conde de Calderón y el marqués de Antonio Ruiz Salvador. (197 l): El Ateneo Científco, Literarioy Artístico de Madrid, (/,835-/,885). Tamesis Books Limited. London. 2 Labra. Ratäel M. de, (1878): El Atuneo de Madrid. Sus orígcnes, desenvolvímiento, porvcnir. Madrid. representdción ) R. Femárdez Delgado g Las vicisíndes del primeT catednitico. UEM.CEES EDICIoNES 6 villacampo, Palarea, Arco-Agr'rero, La Sagra, el marqués de Cerralbo, Sánchez Salvador, |osé Mariano valleio, La Guardia, los condes de Superunda, v de Toneión, Surrá, Pâez, )aramillo y Manuel de Parga3. 2, EL REGLAMENTO CIENTÍFICO DEL ATENEO El 18 de septiembre de l82o se aprobó su Reglamenro cienrífico, muy mediatizado por las disposiciones legales que, sobre temas académicos, se habían tomado con anterioridad. En efecto, las Cortes, por Decreto de I de febrero de 1815, ordenaron formar una funta especial para la elaboración de un nuevo Plan de estudios que obligó a todas las Universidades, por Circular de 27 de octubre de t818, a seguir el Plan de Salamanca de l77l que no incluía la disciplina de Economía Política en ninguna Facultad. Sin embargo, la Real Orden de I de enero del mismo año declaraba la "subsistencia en las Universidades de las Cdtedras de Economíø Políticø que estuviesen establecidas o que se establ¿cieran en eI fufirro", ya que el rey estaba convencido de "la utilidad y necesidad de que se prlpagasen y dfundiesen los conocimientos de la cimcia económica, cayos principios prøcticados en los pueblos sabios con lns ilemás ciencias auxiliares, las nøturales, Ias Jísicas y matemáticds". En sus Estatutos se disponía que debían establecerse enseñanzas públicas, impartidas por miembros del mismo, o por profesores retribuidosa. 3. IJA.S CIENCTAS Y IJq.S CÁTTPN¡S EN Et ATENEO ESPAÑOL El anículo 15 del Reglamento dividía el Ateneo en seis secciones: La primera sección estaba dedicada al estudio de las ciencias primitivas (ciencias descriptivas), compuesta por Cosmología, Cosmografia, Zoolog¡a, Botánica, Mineralogía, Meteorología, Química y Física general. La segunda sección (Ciencias del hombre), se ocuparía de la anatomía, fisiología, medicina, ideología, gramática, educación, Antonio Ruiz Salvador. op. cit. Gil Novales, Alberto. (198ó): El primer Ateneo, l82O-23, Madrid R. Fernárdez Delgado O Las vicisitud.es &l primer ca¡ednit¡co... UEM-CEES EDICIONES 7 moral universal, legislación, historia y cronología. La [ercera sección (ciencias matemáticâs y fisico-matemáLicas), se estudiería aritmética, álgebra, geometría, mecárúcâ, astronomía, óptica, cálculo de probabilidades y artes ffsico-matemáticas o ciencias prácticas). La cuart¿ sección tratâría de las artes mecánicas. Estå cuarta sección eståba compuesta por el arte de alimentarse, de vestirse, de alojarse, y de arrnarse, las artes nacidas del trabajo y del empleo del hierro, del oro, del vidrio, etc. La quinta sección (Bellas Artes v bellas letras), tretåríe del dibujo, pinture, grabado, escultura, poesía, idioma de acción, elocuencia y arqueolo$a. La sextâ, por último, se ocuparía de metafisica y fi.losofta o análisis universal, que integra, según el Reglamento científico,la ciencia que resulta de todas las ciencias y de todas las artes que la sin¡en de base, y de las que también es regulador*. La Biblioteca del Ateneo español contaba por estas fechas con las Obras Completas de Rousseau, Mably, Fontenelle, Marmotel, Diderot, Montesquieu y Monfaucon. Ent¡e las memorias v obras leídas destacan, aunque faltan datos de otras, el Discurso de Bmtham sobre los Consejos de las Cortes, t¡aducido por |osé foaquín de Mora. Las dos obsattaciones de )oaquín Fleix la primera sobre el comercio algodonero en Cataluña, que recoge la petición catalana al Gobierno para que impidiera la importación inglesa de algodones en su provincia; y sobre el origeny naturalezn de los diezmos que se pûgan en Españø. Por último el dictamen que recoge la opinión del Ateneo sobre la redacción del Código penal. 4. I]q.S CÁTEONNS EN EL ATENEO ESPAÑOI Con el ánimo de dift¡ndir los conocimientos útiles, y a la vez las secciones, se abrieron cátedras a las que podía asisti¡ gratuitâmente el público en general, con el único requisito de asistir con regularidad a las explicaciones. Se abrieron catorce cáted¡as: Alemán, Manuel Ramajo. Inglés, Antonio Garrido. Francés, Cristóbal Garrido. Cuenta y razôn, Santiago Jonama. Derecho Natural, fosé foaquín de Mora. Matemáticas, Martín Foronda, Economía Política, Casimiro de Orense v Manuel Flores Calderón. Taquigrafia, Manuel Varinaga. Historia, Francisco |osé de Fabra. Derecho Público Constitucional, Faustino Rodríguez Monroy. Griego, Satumino Lozano y Velasco. Filosofia aplicada a la moral, f uan Meig y Antonio Fernández Gil Novales. Alberto, (1986), op.cít. R. Fernández Delgado O Ins vicisí¡ud.es del primer catedni¡ico. UEM{EES EDIËIUNtS E Vallejo. Física, Saturnino Montojo y Armonía, Mariano Rodríguez de Ledesma6 5. t/q. CÁT¡onn DE ECONOMÍA POLÍTICA EN EL ATENEo ESPAÑOL La cátedra de Economía Política del Ateneo Español, tuvo una vida muy cortå, tan solo existió lo que existió el Trienio Liberal. En el corto espacio de su vida y según la única actâ conservada, la de I de octubre de 1821, en elAteneo Español de Madrid se polemizó, entre otros temas, sobre la cuestión de los diezmos, los gremios, los señoríos, sobre quién tenía la facultad de interpretar las leyes de un gobierno constitucional, sobre el empréstito público y la reforma colonial. Con la segunda RestauraciónAbsolutista, conocida como década ominosa, se liquidó el trienio liberal, su Constitución y sus Instituciones. Alavez se reståuran la Inquisición v los señoríos, se cierran las Universidades y el Ateneo Español, sin que su presidente, el general Castaños, pudiera impedirlo. Durante estos diez años la Economía política fue considerada una "ciencia peligrosa para los jóvenes"7. Sus titulares fueron, D. Manuel Flores Calderón8, y el catedrático de economía publica de la Universidad de Valladolid, de D. Casimi¡o de Orense y Rávago, que sólo ocupó la cáted¡a gratuitamente durante cuetro meses, poco después de haberse presentado, sin éxito, a la cátedra de Economía Política de la Sociedad Económica Matritense. La cátedra de la Matritense le correspondió a fosé Antonio Ponzóa que es conocido por la t¡aducción de la quinta edición que realizó en 1834 delTratødo de |. B. Say'q. EI doctor Femández Vallejo desempeñó una cátedra de ideología (curso 182 l-22), en la que, sigu.iendo los principios de Desttut de Tracv, trató de las funciones orgánicas o de asimilación, de la historia de las sensaciones y de las tunciones del cerebro y el análisis de las ideas. Ver, Ruiz Salvador, op. cit. pâg¡na28. Vallesantoro. Marqués de.(1989): Elementos de Economíø Polítíca con aplicación particular a España, Edición y estudio preliminar por Manuel Martín Rodríguez. Instituto de Estudios Fiscales , Madrid. Manuel Flores Calderon llegó a ser presidente de las Cortes de Sevilla en 1823. Ver, Antonio Ruiz Salvador, (197 l), op. cít. los catálogos consultados han sido: -Sagra, Ramón de la (1971): "Catálogo de escritores económicos españoles", editado por R. Fernández Delgado O Las vicisitud¿s d.el primer catedrá¡ico. 6. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE UEM-CEES EDICIONES 9 LA CÁTEDRA DEL ATENEO ESPAÑOL Mucho antes de qLte se inco¡porara la enseñanza de la Economía política en la Universidad, con la Reforma Caballero de I807, existían centrls no universitørios en los que ya se estudiaba. La primera cátedra de Economía Política fue la que se creó en la Real Sociedad Económic¿Aragonesa en I784. Seguirá la efimera Cáted¡a de Economía Civil de Mallorca en 1814, (sólo duró cinco meses), la de la lunta de Comercio de Barcelona en 1814, v todo un conjunto de cátedras en diferentes ciudades que, a uavés de sus Consulados, eståblecieron Escuelas Mercantiles. Cabe destacar, que todas ellas nnrieron en su conjunto una vida corta, aproximadamente 60 años, yâ que con el tiempo no pudieron o no supieron competir con las Universidadesro. El estudio de Economía política en éstas cátedras venía acompañado por unas serie de libros de texto recomendados. En la cáted¡a de la Real Sociedad Aragonesa, cuvo titular era Lorenzo Normante y Carcavilla, se aconseiaba como texto las I*cciones de Economía C¡øl o de el Comercio de Bernardo |oaquín Danvila y Villagrasa, ;r la de Genovesi. Cuando en I80l deió la cátedra, sus sucesores recomendaban la t¡aducción del Compendio de la Riqueza de las Nacion¿s de Condorcet y elTratado de f . B. Sav. En el Plan de Estudios del Seminario de Nobles de Madrid, creado en 1813, se incluían los Principios de Economía Polít¡ca de /ean Herrenschwand y las Lecciones de Economía de Danvila, que era el catedrático de la asignatura y difusor de la obra de Cantillon en España". En la cátedra de Barcelona, en la que era titular Gonzalo Anes en Anal¿s de Eønomía,3" época, n" I l, julio-septiembre., páginas 105-215. Reproduce la segunda edición de 1853. -Franco Gabriel, (1972), op. cit. -R%lá de Lew, Iua¡r ( 1974): "Catálogo bibliográfico de economía de autores españoles del siglo XIX", Hacienda Pública Española, núm. 28, páginas 227-334. -Iparraguirre, Demetrio, (1975): "Historiografía del Pensamiento Económico español" Anales de Economía,3' época, números 25-26. -Cabrillo, Francisco (1978): "Traducciones al español de libros de economía política (1800-1880)", Moneda y Crédita, páginas 7l-103. -Correa Calderón, Evaristo ( 1982): Registro de Arbitristas, Economistns y Reformadores Espøñoles ( I 5OO- I 93 6), Ftrndación Universitaria Española, Mad¡id. r0 rr Marqués de Vallesantoro (1989) op. cit. Sobre eI\os Pñncipi¿s de Herrenschwand en el Seminario de Nobles de Madrid. ver Nuñez Romero-Balmas (1981): "La introducción de la Economía Política en España hasta 1870: Catálogo de traducciones y notas críticas". R. Fernárdez Delgado O Las vícisittd¿s del primer catedrático. UEM.CEES EDICIONFS IO Eudaldo faumeandreu, se recomendaba el Tratado de Sav, v más adelante los Propios trabaios del tittrlar; los Rudimentos de Economía Política de l8 16 y el Curso de Economía Política de 183ó. 7. tA IUVENTUD DE CASTMTRO ORLNSE y nÁVnCO A falta de una biograffa definitiva, tengo que reconstruir la vida de Casimiro mediante los datos que puedo recoger de sus escritos, urili2¿¡ds a veces el razonamiento deductivo. Pudo nacer hacia 1791, en la localidad de Tabares, Provincie de Palencia. A los once años comenzó la carrera de Filosofía en la Univenidad de Osma. Después de estudiar dos años filosofia estudió Leyes durante seis años en la Univenidad de Valladolid, donde obtuvo en julio de 18lO, el grado de Bachiller nemine discrepante. Durante los años de estudios en Valladolid, en concreto, a partir del año 1807, estudió Economía política ya que por Real Cédula de 12 de junio de ese año, por primera. vez se incorpora estå disciplina en los Planes de Estudio de la Universidad. Para estudiar esta asignatura se recomendaba La Investigación sobre ln -Sobre la inlluencia de Cantillon en Danvila ver. Estapé, F.(199O): Introìlucción øl pensømiento económico. LIna perspectiva española, Espasa Calpe, Madrid. -Sobre Herrenshwand ver foseph '\ Schumpeter (1994): Hístoría d¿l Análisis Económico. Anel. Barcelona. [o considera como un fisiócrata tardío porque parece ser que "no fi¡e ortodoxo aunque fue un economista capaz". -Sobre la influencia de Genovesi en Normante ver, Usoz Otal, /avier, (1997): "Lorenzo Normante y la economía de Antonio Genovesi, Universidad de Taragoza. Este trabajo resalta la labor divulgativa que realiza Normante de Ies Leccionss de Genovesi. -Sobre la traducción del Compendio de Condorcet ver Reeders, (1973 y 1978) "Economía e ilustración en España: Traducciones v traductores l7l7-1800"); En este trabajo, nos informa que en I790 aparece el Inilicc último de los libros prohibidos y mandados üpurgar: para tdos los rEnos y señoríos del católico Rey de las Españas, el señor don Carlos IV. En este índice figuran las kaducciones francesas de la Riqucza de las Nacion¿s, de Adam Srrúth, prohibida en 1792. Esta prohibición dará lugar a versiones modificadas como la de Condorcet, en 1792, que fue realizada por Martínez de Irulo v, dos años más tarde la traducción completa, convenientemente retocada, de Alonso Ortiz, -Sobre la traducción del Tratada de Sav, ver Francisco Cabrillo ( l97B): "Traducciones al español de libros de economía política (1800-1880), Moneday Créiliø, n" 147. Este trabaio nos informa que la traducción apareció en Madrid en la Oficina de Pedro Caballero Gómez Fttentenebro. en 1804-1807. R. Fernández Delgado O La,s vtctsthtd,¿s dzl primer catedràtico. UEM-CEES EDICIONES II Rirpuzn de las Nndones deA<lam Smith, aunque la obra de Say será la preferida,,. En 1812, Casimiro consiguió certiJìcncion¿s en Economía Política por parre del doctor Temes y de práctica forense por el doctor Cartagena. Entre 1808 y hasta la bat¿lla de Arapiles de l8l2 viajó por diferentes provincias, Galicia, Burgos y Lisboa, acompañando v colaborando con el sexto ejército inglés, lo que le permitió conocer el idioma. En 1813 se instaló en Cádiz donde consiguió, en el mes de iulio, el título de abogado en la Audiencia de Sevilla. En este año publicó en Cádiz las ldeas económicûs, políticas y morales,'. En el año I 8 I 4 se incorporó al colegio de la æchancilleria de Valladolid, localidad en la que en 18 15, sin solicitarlo, le nombró el Rector y el Claustro de la Universidad regente de la cátedra de economía pública, asignatura que explicó durante ese año, al tiempo que se incorpora al colegio de abogados de Mad¡id. En febrero de 1820 se presentó âl concuso oposición de la cátedra de Economía política de la Sociedad Económica Mat¡itense. La Comisión censora de las oposiciones le concedió el segundo lugar, siendo el primero para Ponzóa. En ese mismo año publicôlas Lecciones de Economía política sobre población, que es el examen que la Sociedad propuso para la cátedrara. Ese mismo año aceptó la propuesta de la Sociedad Económica Mat¡itense de regentar la cátedra de Economía política del recientemente creado Ateneo Español. La cáteclra la desempeñó, gratuitåmente, durante cuatro meses, sucediéndole Manuel Flores Calderón. 8. LOS TRABAIOS DEL PROFESOR CASTMTRO - (1813) , Ideas Econ icas, Políticas y Morøles: Obra original publicøda pøra Ia Jèlicidad de la Monarquía española, Câdtz|s. r2 ¡r r{ Martín Rodríguez, M. ( 1989): "La institucionalización de los Estudios de Economía Política en la Universidad Española (1776-1857)".Revista de Hístoríø Económicø, Año VII. Orense y Rávago, Casimiro de. (1813) o¿. cir. Orense v Rávago, Casimiro de, (1820): L¿cción de Economía Política sobre población, Imprenta de Vega y C".. Madrid. Las L¿cciones tienen el siguiente encabezamienÍo: Lccción de Economía Políticø sobre pobløción esc:rita por D. Casimiro dc Oranse, et la oposición que hiæ d cát¿dra de la Cort¿. La nplicación de los principíos ti csta matería que se hace con mucho discernimiento y la perpetuídød d¿ las mdrimøs que mciewa la lección, la constituym dignas de la prensa rn concepto de muchos intelígentes imparciales. 15 Este trabaio se puede encontrer en. Canáls y Martí, fuan Pablo: M¿morias Antiguos, Restaurada en España. 1779. ano de la licencia, Madrid sobre la Púrpura fu los R. Fernátdez Delgado O Las vicisirudes del primer catednitico. - (1820), UEM{EES EDICIONES 12 Lecciones de Economía política sobre población. - (1839), EI amigo dcl labrador. Proyeao agrlnómico pøra ld públicaJèliadad de Espøña. Madrid. - parø inJbrmar al fucmo. ,A1runtamiento de Mad¡d sobre las cñusas de demol¡Aón oJìcial de las casas núm. I y 2 de Ia calle del Humillndero. Madnd. - (1850), Acusacíón públicn contra un delito público porlø sugestióny captación, fraude y dolo malo y por la doctrina impía de las alegaciones de los patronls de la llamada Obra Pía de Alamar:n _y es un mayorazgo de segundos perpetuo. Instituido en I78l en ( 184ó) , Memoria Salamanca. 9. LAS IDEAS ECONÓMICAS: LOS DOS ELOGIOS Y LA ADVERTENCIA'ó Las ldeas se publicaron el 12 de marzo de 1813 y fueron admitidas el 8 de abril del mismo año en las Cortes, como así lo muestra el Diario de sesiones del Congreso. Resalto este dato porque en este trabajo el profesor Casimiro defiende la y en el mes de julio de ese año, la Comisión de Hacienda entrega un proyecto de ley que suprime las rentas provinciales y eståncadas, estableciendo en su lugar la contribución direaa proporcional a la riqueza. Con el regreso de Fernando VII las rentas provinciales y equivalentes fueron restablecidas y la cont¡ibución directa abolida. Sin embargo, en l8l7 Martín de Garay la utilizó como modelo para su Contribución General". Podemos pensar que el uabajo del profesor Casimiro, formó parte de los estudios legislativos que desarrollaron los preceptos constitucionales en materia fiscal. Las ldeas están divididas en tres grandes apartados. El primero de ellos, que contríbución direAa, ró Sólo voy a prcs€ntår un breve resumen de las ideas económicas. dejando para estudios posteriores el análisis completo de la obra. EI trabajo de Casimiro no merece la consideración de manual de economía política, se trate, como advierte su autor, de un Libriø nuetto en el que se propone hacer Ilega la Península prontamente øl mas alto grado de prosperidad. Este trabaio no contiene ninguna retèrencia bibliográtìca pero se observan influencias, e pesar de que está publicado en un periodo domirrado por I. B. Say. de lo que podríamosllamatfsióratas tardíos. Este escuela de pensamiento se divulgó en el Seminario de Nobles de Madrid. que incluía en l8l3 como libro de texto. los Prtncipios de funomía Política de Herrenschwand, traducidos en 1800 por fuan Smith y tuvo una reedición. Ver Cabrillo (1987). op. cit. It Artola, Miguel, (dir.) (1991): Editorial. Madrid. t. V. Enciclopedia de Historia de Espøñø. Díccíonario temático. Alianza R. Femár¡dez Delgado E Las vicisitudes del primer catednitico. UEM-CEES EDICIONES 13 contiene las ideas econónticas, comienza con dos elogios y una advertencia. Los elogios están dedicados al pueblo inglés y al Congreso espeñol, la advertencia está dirigida al pueblo español. En el elogio al pueblo inglés destaca la legislación proteccionistå que desarrolló la agriculttua, consolidó las manufactures v activó el comerciors. En el elogio al Congreso, denuncia dos hechos, el primero, que parte del producto neto de Ia tierrø høn consumido los grøndes møJorazgos, comunidødes seanlaresy regilares, y toda clase destrttctora que no se emplea en benefciar la øgriculnra, ó promover la industría (en adelante,Ia cursivø es del autor). El segundo hace referencia a los efectos que tiene para la sociedad la multitud de pensionados empleados inútiles en rentas, en eltbro, y m la milicia. En la advertencia al pueblo español, afirma qrue una nación pruspera hastn Io posible, si las autoridades no ponm trøbøs á los prngresos naturales del interés paniølar. Después de haber leído, los originales de las mejores ideas francesas e inglesas que hay en la materia, es necesario que los representântes políticos se ocupen en Jormar legislación política, económica y civil, si deseøn que seûmos Jblices, y no malgasten un tiempo precioso...,si este importante ramo no se compone de economistas inteligentes é íntegros, y se adoptan luego las ideas que presentl, desgraciada patriû. IO. LAS IDEAS ECONÓMICAS Comienza estudiando elOrigm de los capitales, el objeto de Ia Economíø, y las clases que forman el Estado. La agricultura, la abundancia de subsistencias, de materias primas,y arteJaaos, junto a la clase productora, conservadora y destmctora define el sistema económico que Casimiro apunta. En est¿ economía, el ahorro es la variable que determina el capital y las ganancias del capital y, a su vez, también determina la riqueza de los individuos. Da especial importancia a la buena dirección que deben seguir los capitales hacia las actividades comerciales, y las artes, que son las actividades primarias. Critica en este sentido la nalø dirección v el empleo inútil que es la causa de la ta rr¡y, ¿n verdad, las meiores posibles: pero sí, àe las constítuidaç, las mtß øprecìables". Casimiro (1813) op.cit. R. Fernández Delgado Las vicisitud.es d.el O primer catednitico. UEM{EES EDICIONES 14 decadencia económica de Españare. Los capitales t¿mbién tiene un origen la especulación v las diferencias en la dotación de capitåI. Con respecto a la primera, dirigida con acierto es trn medio permitido al negociante2o. Las diferencias en la dotación de los factores prodtrctivos, del grado de fertilidad del suelo, la inteligmcia, la actividad industrial y la propiedad, determinan la desigualdad del capital. En este sentido denuncia la propiedatl perpetua de la tierra porque impide ot¡as formas de obtener rentå de la tierra como son, el cultivo de la tierra por el propietårio, o por medio del trabajo asalariado, cesión en usufructo con adelantos al colono, y por último, la cesión en usufructo por medio de tura escritura de aniendo. Reflexiona a conLinuación qué método de cultivo es el más idóneo. Si el país es pobre debe cultivar el propietario, o ceder el usufirrcto. Si es rico, si tiene capitalistas, el arriendo es la mejor fórmula. Analiza a continuación las causas del ret¡aso agrícola como origen de la decadencia española. Advierte que ninguna comunidad religiosa debe ser propietaria, porque solo en martos de quim mira la propiedad como su)/a...Jlorece la agriailtura. Si nuestros legisladores hubieran sido economistas itendríamos una mult¡nd de leyes privando hacer donøciones entre n)tos, ó por causa de muert¿ á corporøciones eclesiásticas?. iCuitados legisladores, que inundaron nuestros códigos cnn tanta mult¡nd de leyes! Acaso sabríais Io ryue debíais hacer. Pero os czntentasteis con podar el árbol, y así echó con mcís vigor. Tanto temíais nlfanøtismo, qae nos ha conducido al último grado de pobreza y decadenci¿. Condena el gran número de miserabl¿s colonos que evitan el que el interés propio de cada pequeño propietario actúe, no sólo cultivando en su parcela, sino estudiando la diferentes clases de cultivo. ,iPløntørá un ciudadano un árbol para secTtndario, que otro se aproveche de su sudor? Critica la mala prensa que difi.nden los viajeros ingleses y franceses de España. Esta crítica se centreba en la despoblación, en la falta de árboles, en las malas posadas y en los medios de viajar. Las causas, a f uicio del autor, se encuentran en la contribuciones indhzans y en el menosprccio que existe otrc nlsotrls, hacia ¿/ dueño de unø te El que era un maJorøzguito, se tlestlcñaba, ó exemplo del Crande, de ocapørce ¿n adelantar, la agriculnra, la industriay el ømcrcio, v lo mismo ,tuestros eclesitßticos: casi todo lo tenían ørendado. Se scguird de aquí ta muttínd d¿ t"riados improduxivos pørø Ia nación; pero distinguidos cn vicios. iTriste Espøña! Høs llcgado ã la suma pobrezø por esta cøusa, que nuestros legisladores desconocieron,faltos de la preciosø ciencia de Ia cconomía. Op. dt, página 10. 20 ...sin que pueda conocer otra ley que arreglarse á los precios de mercado. Muchos economistes, rebosando un escolasticismo pueril. limitan Ia ganancia del negociante...ignorando que no hay otra medida reguladora que arreglarse á los precios del mercado...y el número de comerciantes, que acude á tener parte en las ganancias. redúce las mercancías á su justo precio. OP.tit.página I l. R. Fe¡nández Delgado O Las vicisind¿s del primer catednitico. UEM.CEES EDICIONES 15 posûdd, ó ntesón, -y lo mismo todo alquilador. Estudia las cnusns de ln impaJbcción de las artes en España, señala que la esülela no ha tratådo de formar hombres; si tinicømente se ha caltivado un escolasticismo d propósito pøra extrøúar lø røzón, y en el hecho de que la legislación bárbara ha privado de cimnlncion l"ø paftz mas preciosø de los capitales, que es la propiedad, fomentando lø cløse destntctora, que entre nosotros nada tiene de protectora, mientres se han oprimiilo las laboriosas. A vista de esto admiraos de que høya Españø. Explica, a través de ejemplos, la división del trabaio. La división del trabajo es el principio que tiene aplicación universal y en España no existe por dos razones; falta de educación y møIø dirección de. los capitales que no þmmtøn la cløse productiva. Ni por asomo se detiene a analizar cuál es su valor, únicamente resalta la capacidad como medio de intercambio. Analiza a continuaciônla poca utilidad que nos han traído las minas de El dinero lo considera como mercancía y numerario. América. Denuncia la incapacidad del Gobiemo en saber dirig-tt estos capitales, al creer que la riqueza eJbaiva consistía en ser poseedores de aEtellos metales, y fomentar el lum..., y pagarlos anefaaos de los vecinos, verdøderos poseedores de nuestras minas....Tal es el eþcto de la ignorancia. Løs minas verdøderas consisten en hacer producir en nuestro suelo,...,con el dinero americano, sin descaidød el caltivo en el nuevo mundo. Respecto a la Hacienda Nacional critica el que no se tuviera una legislación económica, ni un método de vigilar y recaudar. Cree necesario proporcionar información al ciudadano sobre los ingresos fiscales que se recaudan. Realiza una clasificación de los ingresos de capital, y de las ganancias de capital. Las cont¡ibucioneshan de salir de todo ciudadano proporcionalmente a su riqueza, que está constituida por el capital v las ganancias del capital, predial o personal. Defiende la contribución única y establece cuetro principios sobre los que fundarla. Primero: cada uno d¿be contribuir á proporcion de su capital á la defensa del Estado. Segundo: cada espafiol debe saber la cøntidad c¡ue le conesponde prtgør, parß no estar sujeto a lø arbitrariedød. tercero: Se pagará la contribución øl tiempo que es más jicil satisfacerla. Cuørto: toda ln contribución lucirá á la nación. Presenta a continuación cuat¡o obstáculos a los principios anteriores: Primero: el gran núrnero de empleødos, que sobre ser inútiles, gravosos y destractores, privnn de brazos ú las clnses productivay conseruøclora. Segundo: Ias contribuciones indirectts sobre materias de prirnera necesidad, especialmente porryte sflcan mûs del bolsillo del panicalar que luce a Ia naci6n, se prestø ocøsitín alfraude, oJrece trnbas øl comercio, ! se oponen á la prosperidad nacional. Tercero: lns mismas contribuciones indircAas an materiøs que no son dc primera nzcesidadfomentan el contrabando si Ia ganancia es øcesiva, J son causa de conducir al suplicio à un hombre que ßcnso de otro modo seria honrado. Cuarto: si no se impiden løs visitas odiosas à los partiatlares pøra R. Fernández Delgado 'Þ Lørs v ic is i rudz s de I pri ner. ca tednitico. UEM4EES EDICIoNES 16 grúdwû su Mpitûl ltersonûI, Eæ dehe ser por declaración y por inspeccitin en el cû,pita.l predifil. Está a favor de la única contribución directa. Esta debe recaer proporcionalmente sobre todo capitalista, siendo necesario un método que permita graduar los capitales. En este sentido elabora un plan con el recoger información sobre los capitales. Los vecinos de cada pueblo deberán presentar notås acerca de las propiedades que goz n v de las propiedades de los ausentes. La recogida de información sobre los capitales personales se realizará obsewando las casas, los ganados, los adomos..., y lo mismo con las fábricas, que se deberá hacer por el rédito del capital. En las fábricas se han de tener en cuentå las rebajas propias de cadø arteJaao.. Los comerciantes declararan de buena fe el capital que tienen en circulación, y con arreglo a una ganancia moderada pagarán la cont¡ibución. Se permite la crítica y la delaciôn y por medio del pøtriotismo nos dejarán conocer su gmerosidad. El profesor considera que /ø repugnanciø de pagar impuestos nace de la desconfiarza. Esto se solucionaría: informando cómo se gasta y qué proporción de gasto público sostiene cada individuo, aldea..., etc. Con este método, cada individuo permitirá reclamar ante abusos, no sólo sobre la inversión que se realice, sino sobre abusos en las pesquisas de los recaudadores, v la posible oesigualdad en la computåción de sus capital. Con la mdxima inJbrmación de cómo se gdsta, de los capitales que tiene cada uno, no habní lugør pøra la ocultøción, ni de pobres, ni de ricos, que es la inJbrmación mãs impotante. Se cvitørá de estø Jbrma que hayø tanto monopolistø en la Hacinda pública, eviundose el pøgo en especie, porque el ciudadano pagará mfimción de lo que percibe de la Hacienda. que como es poco, le interesará inþrmar. Censura las contribuciones indirectas,J su origen porque recaen sobre mercancías de primera necesidad (pan, sal, aceite, legumbres,..), o sobre mercancías superfluas, (vino, todo licor fermentado, en especial los espirituosos; tÂbaco, azúcar, café, té, chocolate...).El origm de løs contribuciones indirectøs está en la envidia Ete tienen los cnpitøles prediales de løs gønanciøs de los comerciantes, tfue graciøs ø su laboriosidad, las producen.. Esta cont¡ibución da lugar al fraude, porque aumentå la ganancia del comerciante, repercutiendo negativamente sobre el consumidor que tiene que pagar precios más elevados. Respecto a las Contribuciones sobre salørios ó suelilos considera que en aþnas circunst¿ncias esta contribución puede ser justa. Todos aquellos que reciben un salario, todos aquellos que viven de su trabaio, son capitalistås Personales, v el querer que éstos contribuyan con el sudor de su frente, es un enor. El sølørio queda regilado por dos principios, el de lø dnnandn de trabøio, y el de la nbundancia dc subsistencias. Lø møyor o mtís escasa demanda de trabøjo hace Ere los demøndantes de salarios reciban Iø ley de tyien los empleø; pero clmo cada uno debe ganar parø vivir, Ia R. Fernández Delgado O Las vicisind¿s del primer cated,nitíco. UEM€EES EDTCIoNES L7 bqratura 0 cilrestíú de las vùsistencias influ¡le pl¿erosamente en el precio de los salarios. (Entonces, si hay escasez de subsistencias, su precio será elevado, por lo que el salario deberá arunentår. Por el contrario, si hay abundancia su precio clebe disminui¡ y también los salarios). Uno y otro principio balancean de manera que solo las circunst¿ncias pueden dar lugar a que se aplique acertådamente estå doct¡ina. Por irltimo estudia la ciranlación de la riqueza nacional y el dinero prestådo a interés. Respecto a la circulación de la riqueza, dependerá la prosperidad de la nación y de la ominosa estancación de la propiedal. Si el agente laborioso conserva y el disipador vende, al final, el capital quedará en manos de un capitalista que atendiendo su propio interés fomentará la indust¡ia agrícola. Si el Estado liberara a los capitales personales de las contribuciones indirectes, se fomentaría la producción de las clases útiles. Hasta el øvaro abre su cofre cuando ve un campo inmenso que Ie proporciona nuros medios de enriquecene mãs y más. Por último sobre ¿/ dinero prestado a intenís, considera que hoy en día vale más el crédito que el capital, e i¡rfinit¿mente más que el interés. Una multitud de moralistas, rebosøndo un escolasticismo ridículo, ha querido graduør de pecado el dør dinero á interés. Mßerables. Los smtimientos naturales de cnda hombre son ilo quedar obligado a nadie. Si un comerciante, que tiene en cirøilacitôn todo su capital, al llegør el wncitniento de un letra no firyiera dinero parø pagarla, podrá conseguirlo no mediante Iø limosna, ni tampoco recuriendo ø su mejor ømigo, sino solicitándoselo a quim lefacilite dinero a interês. Por tanto el condenar el interés, es impedir que cadø comerciante ponga todos sus fondos en giro, impidiendo de esta manera el progreso de la sociedad, ! qut los pørticulares meioren su condición sin perjuicio de un tercero. R. Fernández Delgado O Las vicisitudcs del primer catednitico. UEM-CEES EDTCIONES 18 APÉNDICE I LECCION DE ECONOUÍ¡ POtiNC¡ SOBRE POBIACION ESCRITA POR D, CASIMIRO DE OR,ENSE EN rA OpOSrcrcN QUE HIZO Á CÁrnOn¿. DE rA CORTE. IA APLICACION DE LOS PRTNCIPIOS Á ESTA MATEKIA QUE SE TTACE CON MUCHO DISCERNIMIENTO Y IA PERPETUIDAD DE t,AS UÁXt¡vt¡S QUE ENCIERRA IA LECCION, IA CONSTITLIYEN DIGNAS DE IA PR,ENSÁ Ë'N CONCEPTO DE MUCHOS INTEUGENTES IMPARCIALES. MADND 18 DE FEBRERO DE I82O S OCIEDAD ECON O MI CA MAT PuTEN S E Oposición a la Cátedra de Economía Política El Opositor Don Casimiro de Orense tomó puntos ayer tarde eligiendo de tras cédulas sacadas a la suerte, en que eståban designadas genéricamente otras tantâs materias económicas la de Población dividida en las siguientes cuestiones: l" ZEn qué se diferencian las relaciones que tiene la economía política con la población, de las que existen entre estå, la aritmética política, la política v la est¿dística? 2" Si fuese la población uno de los medios de la consistencia progresiva de los cuerpos políticos según pretende Briganti; Zserá cierto, como establece Hume, que une gren población es ventåiose en todos los casos, ó deberá limitarse en aþnos, con aneglo á las opiniones de Palmieri y de Matthus (sic)"? Resolviéndose afirmativamente este problema se señalarán los casos en que tenga lugar esta lirnitación. 3" Explicar las coneúones y proporción que debe haber ent¡e la población v el cultivo. 4" ZQué influencia podrá tener en los progresos de la población la resolución 2t En España. el Ensayo de Malthus se traducirá en l8,ló. Se trata de la versión fiancesa de 1845 basada en Ia cuarta edición inglesa. Su traductor fue Eusebio María del Valle' que fue q.r. "rtãb" catedrático de Economía política del Ateneo a partir de 1835. Ver Cabrillo (1987). op. cit. R. Femández Delgado Las vicísindzs del primer catednitico. O UEM-CEES EDICIoNES 19 del problema sigrúente: aumentar en cuanto sea dable los productos anuales con el rnenor trabaio posible? Si estimase que tiene influencia, resolverlo; v si se opinase que no la tiene, fundar este dictamen. 5" ZLa población debe preceder á la agricultura o ésta a aquella? El opositor podrá echar mano para su disertación de las cuestiones que le parezc:' graduándose su mérito parâ el mayor número de las que tome a su cargo, y por el modo con que t¡ate de ellas. Leerá la disertación hoy a las cuatro de la tarde en la sala del Real Colegio de Sordomudos calle del Turco. Madrid 18 de Febrero 1820. f uan Acevedo y Salazar, Secretario de la Sociedad. A la media hora de haber tomado puntos fijé las proposiciones siguientes, inducidas de los programas que propuso la Sociedad, y siwen de base a la Lección. I) La Economía política considera a la población en razón de las necesidades del hombre en sociedad, que son el alimento, el vestido y la habitación, v en eso se diferencia de la Aritmética política y la Política. 2) Una gan población supone una gran fuerza. política, por no existi¡ hombres en las Sociedades, sino en proporción de su medios de subsistencie v de existencia; por consiguiente la población es limitada siempre á estos medios; que fiian el estado de adelantamiento y prosperida<l de la sociedad. 3)La indust¡ia nrral puede mantener por lo menos un doble número de habitantes, es decir, que en un estådo medianamente Progresivo, y regularmente sobrio, pueden vivir en la ciudad un numero duplo de habitantes que en el campo. 4)El aumentar el producto anual con el menor trabaio posible, es el mayor estímulo que la indust¡ia manufacturara fabril, ó en otros términos el estado progresivo de la Sociedad puede dar a la población; y por consiguiente puede llamarse el primer móvil para su aumento. 5)La población precedió a la agricultura, viviendo los hombres en el principio de toda sociedad mda de los frutos espontáneos de la tierra, y del producto o subsistencias que facilitó el reino animal. En el número 3 se explica el caso en el que la agricultura precede a la población, con lo que se responde a la objeción que se hizo de no tomar el quinto programa en este sentido, siendo la razón el evitar repeticiones en la lección por la coincidencia de los razonamientos anticipados en la erylicación del tercer problema. Importa aquí poco que Tracy nse o no de las voces en el mismo orden que aquí se hace, siendo cierto que guardan consonancia con el buen sentido. R. Fernández Delgado O Los vicisindes d.el primer catednitico.. UEM.CEES EDICIONES 2O ----------oOOo---------Dßentaón Jbrmada con puntls de veinte y cuatrt horas por D. Casimiro de Oransq a lø cátedra de Econotnía de esta corte. Fue l¿ída el 18 de Febrero de I82O en el salôn destinado a los ejercicios públicos por Ia Sociedad Económica Matritense". Comienza le Lección refi¡iéndose a la idea de población que es igual a la existencia de hombres reunidos en unâ sociedad política. La preciosø ciencia económica es el.fimdamento de toda buenn bgrslnción, manifesterá, considerando las necesidades del hombre, hasta que punto puede llegar la prosperidad de los estado civilizados. N¿ es difcaltad la multiplicación de los hombres, lo es el vivir con aquella comodidad proporcionada øl estado y clase de cøda individuo. El ingmio humano øcude a llenar las necesidades d¿l hombre, reducidas a su alimmto, vestido, habitación. Cuantos más medios hay de ll¿nar necesidades mayor seró el progreso de Ia población. ParaJijar la ilo*rina económica con relación a la población llevørá esta lección el mismo orden que la sociedad benéJìca, protectora de este útil establ¿cimiento, se ha seruido predicar en los programas (yue sirven de presttpuesto a este discarso. Con respecto a la primera pregunta, la economía política prescinde de todo cálculo político v de toda forma de gobierno. Como dice Say en su discurso preliminar, los consejos o juntås populares han reducido las sociedades a su ruina. La economía considera la población con respectl a la riqueza y øl orden con que esta se produce, se dßtribuye o se znnsume. También señala los límites que separan la economía de la política y de la estadística. La estadística recoge hechos partículares como quíera qte los principios gmeralcs no sean mfu W consecuencias y combinaciones de hechos. La economía se ocupa del aumcnto de las subsßtencifls, de materias primas, de an¿faúos, manufac'turas, del trdfco, de la negociación, del giro, de todo producto út¡l ilesile lø mano del productor n lø abogndo del Colego, como opositor del consumidor. Con respecto a la segunda pregunta, referente al tamaño de la población, el profesor señala que una población grande necesita para llenar sus necesidades muchos capitales que se forman con el excedente delo ahorro sobre el consumo. De aquí proviene que la población está en proporción a los medios de subsistencia. Des 22 Vov a presentar un resumen de la Lecúón. Su autor. aunque no hace referencias bibliográfìcas acerca de las obras trabaiadas. sí menciona autores. El autor más mencionado es |. B. Say (diez veces), podemos pensar que la obra más consultada es el Trøtado (en 1820 contaba con cuat¡o traducciones). aunque en esa fecha ya se habían t¡aducido, eI Epítnme, la Cartilla, Los Pincipios dc Eønomía Polítíø y De la Inglatzray dc los inglescs. A continuación el autor más nombrado es Adam Smith (cuatro veces), en t82O contaba con dos traducciones y varias reediciones de la Ric¡ueza de las Naciones. Iæ sigue F. Quesnav (dos veces). que contaba con la traducción de las Møximcs Gnerales á Manuel Belgrano en 1794. Por irltimo menciona a Mercier de la Riviere (dos veces), Baron v Columela. R. Fernández Delgado C I-as vicisind.es del primer catednitico. UEM-CEES EDICIONES 2I estå forma dice que, ûquellos que se dedican a la agriailturû, a la pesca y a la minería, se la tendencia natural de las necesidades humanas, es ø gastnrlos o consumirlos. Por tanto, l"a población no puede deiar de ser igual a los crtpitales na¿muladosy nl nivel temológico alcanzado por la industria. estãn reemplnzando continuømente porque La tercera parte de la Lección, que se refi.ere a Ia tercera preguntâ del examen, estudia la relación que debe eústir ent¡e la población y el cultivo. En este sentido, partiendo de un eiemplo, robinsonianq constnrye diferentes sistemas económicos cada vez más compleios, a medida que se va reemplazando capital. Nos i¡rforma el profesor que si consideremos un pueblo øßlado y en estado agricaltor, el ailtivo de la tierra Jija eI número de habitantes øI que puede llegør una pobløción que carece de industriafabrily mercøntil. Una vez que se reemplaza el capital de cultivo, sus gønancias y la renta de la tiena parece deberán Jijar necesøriømente el número de habitantes, y si el tomercio es igual al producto anual, eI pueblo permønecerá estacionario sin crecer ni menguar la poblnción. Sin aumentar los capitales, será imposiblc que puedø crecer Ia poblacitón. Por tanto, el olnsumo reproductivo o improductivo, o b que se cercene anualmente de las gønancias y de las ganatrcias o meior rentd de la tiena, Jìjarán precisamente los límites de la población. Los habitantes guardarán proporción con aquél número de personas de c1ue se compone toda sociedad civilízada. Estas clases originøriøs lss ha reducido el pødre de los economistas Smith ø ffes, n snber: aquella clase que vive de Ia renta Ete produce la tiera, Ia que vive de lns ganancias de los capitales, y Ia que tive de los salarios. El número de unø pobløción semejante vendní determinado por el de los trøbajadores productivos e improductivos Ete contenga, aunque esto no sea del agrado de Say, por mtís que su obra sea elegda como libro de turt0. Por tanto, el número de índíviduos no podrá nuncd exceder de un númeru furylo de gmtes o de individuos o de operarios que viven en la cíudad, y en un smtido económico pefecto mereccn llamarse improductivos, en cotnparacíón nl número de individuos dedicados a la agriculntrú! qte pert¿necen ø la clnse productivø, Ilamadø øsí por Iø primitiva del cnpital del cultivo, ntral de economíß, el doaor Quesnayy Mercier de Ia Riviere. Le ertraña que Say censure en est¿ sentido a los fundadores de las doctrinas escuela económíca, Ios padres del sistema econtímicas. A continuación explica los principios de la escuela fisiocrática para demostrar los límites de la población de acuerdo a la agricultura, que es considerada la fuente de la riqueza. Producir, dice Say, es dar valor a las cosas,y a mí me pnrece, que producir es engendrar, ! en este sentido se encuentrr Ia realidød y el aciefto con que los Economistas llamøron a la agriculnrø clase productiva. Pone el eiemplo de que un grano de trigo produce mil, y no encuentte en la industria urbana o manufacturera rnultiplicación de la primera materia, sólo encuentra t¡ansformación o mudanza de forma. Critica porque Destutt de Trary, y S"y, han dicho que un campo era lo mismo que una R. Fernández Delgado Las vicisind¿s d.el O primer catednilìco. UEM-CEES EDÍCIONES 22 fãbrica para producir trigo v un rebaño: En el cuarto åpertådo delal¿cción, ånaliza la relación entre crecimiento de la población y el aumento de Ia productividad del trabaio. Para llevar a cabo su razonamiento utjliza el ejemplo del molino de Say, advirtiendo que en muv contados ejemplos la maquinaria ha disminuido el uabajo necesario para los productos anuales aÊrmando, que la maquinaria ha tenido prodigiosos efectos en la multiplicación del producto anual con el menor trabajo posible. A continuación retlexiona, con Say, sobre la cantidad de ociosos que su invención ha ocasionado. En este sentido, considera que el mal es momenláneo, porque tarde o temprano se destinarán los operarios ociosos e otras clases de indust¡ia. La producción de una determinada mercancía, y su ventâ al exterior proporcionará unos ingresos que contribuirán al aumento rápido del capital indust¡ial del país exportådor. Este aumento del capital facilitará grandes medios de subsistencia, en cuya proporción se aumentårá la población. Por tånto, concluye, que la indusuia manufacturera, en un estado fabril, con su ahorro de trabaio, es el primer móvil y el mavor estímulo para aumentar la población. El penúltimo epartådo está dedicado al problema de si es la población la que debe preceder a la agricultura o ést¿ a aquella. Afirma, apoyándose en Say, |enofonte y Columela, que es la población la que precedió a la agricultura De f . B. Sav utiliza el estudio que realiza sobre los diferentes modos que tenían los pueblos antiguos para adquirir la riqueza. El último apartado son las conclusiones del autor acerca de las Leccíón. Nos dice que ha procurado que las ci¡rco proposiciones guarden relación, con el mejor sentido de las doct¡inas económicas, deducidas a su vez del conjunto de doct¡inas que presenta el plan o sistema económico. Se advertirá valentía en la especie de crítica que se forma del autor señalado por este respetåble cuerpo para servir de texto a las lecciones útjles que se desean promover con la enseñanza de la ciencia económica". Este género de licencia deberá sin embargo, al parecer considerarse no como un atåque di¡ecto a la obra de Say, ni porque se crea que su obra no es írtil para sewir de texto, pues real y verdaderamente los alumnos podrán sacar no poco . 2t Manuel María Gutiérrez prologô y tradujo en 1817, la segunda edición de la obra de Antonie' Lotris-Claude, Destutt de Tracy, Elém¿nts d'idéologie (1804), con el título, Prtncipios de economía política considerados por las relacíones que tíenen con la voluntøil humana- 24 comprendido ent¡e 1807 y 1835, dominó el campo No obstante, como atìrma Manuel Martín Rodríguez' Política. de Economía los Tratados de algr-rnos t¡atadistas españoles que le siguieron en lo tundamental le abandonaron a la hora de p-po.r"r medidas concretas de política económica pera nuestro país. Ver Manuel Martín Rodigu.z ( 1989) op. cit. Las Lecciones de Casimiro pueden servir de eiemplo. Se refiere al Traudo de Sav. que en el periodo R. Fernández Delgado Las vicisitud¿s del primer catedrá¡ico. O UEM-CEES EDICIONES 23 provecho de ella, sino que en la exposición general de las doctrinas económicas es necesario que el que aspire a merecer el con-notado de maestro, aun cuando deba contår siempre con una buena perte de la indulgencia del público, pecaúa acaso en nimia deferencia si no expusiese sencillamente en la prelección sus opiniones arregladas a los sentimientos que necesâriamente nacen en el hombre que se dedica a una ciencia en la que desea hacer algún progreso. R. Fernández Delgado è Las vicisindcs del primer cøtednitico. APÉNDICE UEM{EES EDICIONES 24 II PzuMERA CARTA DIRIGIDA POR ORENSE A DON FELIPE OLIVE, COMO CENSOR QUE FUE DE LAS OPOSICIONES Á LA CÁTEDRA DE ECONOMÍA DE ESTA CORTE Muy Señor mío: Si los militares defienden sus derechos con la espadâ no deberá desagradar que nosotros batallemos con la pluma. Si me considero ofendido por la censura, ciertamente no puedo prescindir de defenderme; si me engaña un amor propio exaltado, tendré no poca complacencia en deberos, como justo censor, la rectificación de mis ideas, y aún públicamente confesaría mi convicción; pero si la pasión ó la ilusión os engañan, señor Censor, como yo creo, no llevéis a mal que apele yo al público de vuestro iuicio, es decir, á personas inteligentes y que no sean recíprocamente desconocidas. Hagamos un bien si alcanzan a el nuestras luces, o hasta donde lle¡uen: entremos en un combate literario, y para ello ruego publiquéis vuestra censura de cada uno de los t¡es ejercicios que se hicieron para obtener la cátedra, y no temáis enoiarme por mas ama{ga que pueda senne su publicidad, y por rnas que sea odiosa la necesaria comparación con vuestro paisano favorito. Con este fin, me tomo la libertad de dirigiros copia del recurso de agavios que elevé al Rey, en el que protesto solo estampé lo que creo verdad, cercenando no pocas reflexiones que os desagradarían mas. Al formarle no dudé nunca que la comisión se ratificaría en su propuesta, y aún que su enojo se destemplaría contra mí en defensa de la distinguida clase que ocupó al pronunciar su voto. Como quiera, si es iusto, no pretendo atacarle; pero mientras no me puedo persuadir que lo sea, creed que no es dado en mi genio en igual caso el imponerme silencio. El recurso dice así á la letra. Señor: D. C. de O, vecino y abogado del colegio de esta corte, como opositor a la cátedra de Economía política, a V.M. con el respeto debido exPone: Ha sabido por quien menos esperaba, que la comisión de la Sociedad censora de las oposiciones, le ha propuesto en segundo lugar para la cátedra, en lo que recibe un agravio notorio, perjuicio en su opinión, v acàso se ofende al público, que debe mi¡arse como conjuez por la publicidad y concurso que hubo a los eiercicios, al paso que la mavoría de la Comisión comprueba su parcialidad, de que susuraba antes de concluir los ejercicios, por las relaciones de paisanaje, y por haber sido maestro el censor don Felipe Olive; de Ponzóa, a quien Por estås y otras concausas, he formado R. Fernández Delgado Las vicisind.es dzl primer catedrá¡ico. 9 UEM4EES EDICIoNES 25 el nrás iniusto emPeño en proponerle en primer lugar.. El censor Olive, olvidó que la Comisión ofreció en su edicto convocatorio publicado en gaceta de 25 de diciembre írltimo, "que los opositores serían atendidos v propuestos e S. M. dentro de los términos de rigurosa justicia"; promesa que forma un pacto solemne ent¡e los opositores y la Comisión; e infringido por la influencia de Olive, es causa de que el o(Ponente no pueda menos de interponer el recurso de nulidad de la censura dad, fundándole en las siguientes refledones arregladas a las t¡es clases de eiercicios hechos. I. Una lección o discuno que el exponente dará a la prensa, y compuso con un amanuense llamado Solís, de la confianza de los censores, el que sabe no se t¿rdó más en formarle que lo que tårdaba él en escribir; de su mérito facultativo que juzguen los inteligentes. El exponente solo asegura que excedió el máximo en un cuarto de hora de duración, v si no frre una hora más largo, ni fue por falta de tiempo, ni de especies que dictar. Ninguna cita contiene que no sea facultativa y llama la atención a los hombres de mérito nacionales. Ponzóa, citando a Bacon y otros frlósofos, hizo lo que un médico que en su facultad invocase a Horacio: sentó proposiciones anti-económicas, a saber: que la indust¡ia no era necesariamente productiva. Muchos inteligentes obsewaron que Olive descubrió públicament- su parcialidad, cuando en el ejercicio de preguntås a otro opositor úató de probar como cierta tan dislocada proposición, con el ejemplo de una alhaja comprada a menos precio en unâ prendeúa, lo que es igual a probar con el ejemplo de una bancarrota que el comercio no es productivo. EI exponente alegaría mas eiemplos sino fuese prolijo, y pudiese resultarle gloria de semejante rivalidad, pero no es otro que defenderse, y que su opinión ocupe el debido lugar, pues no fue impelido a la oposición con otro fin que el de merecer reputación. En los otros dos ejercicios de explicación y de preguntes los censores mismos imparciales han dicho delante de sujetos fidedignos, con quienes sería fácil probarlo, que el exponente estuvo muv feliz, con otras expresiones v felicitaciones que ha tenido el honor de merecer y deber con tål ocasión a muchos suietos desconocidos. Sin faltar a la justa libertad que el ilust¡ado régimen actual concede a todo ciudadano, el exponente no puede dejar de manifestar sus agravios con la debida moderación y verdad a la sagrada persona del Rey, que pudiendo hacer el bien es 25 [o más sobresaliente que realizó Ponzóa fue la publicación, en 1838. de la traducción de la quinta Economía Política, de J.B. Sav. Ver, Cabrillo. Francisco, (1978): edición tiancesa delTratndo le 'Traducciones al español de libros de Economia política 1800-1880", Moncday Crédito, número 147. En la portada de Ia uaducción declara los siguientes méritos: Caballero Comendødor ¡Ie la Real Orden de Isabel la Cattilica, dcl Conseio dc S. M., su sccretario con eiercício de dccretos, jefc de sección dcl ministerio de la Gobernacitín de la Península, c'atedrãtico quefue de Economía Políticay Estadßtica de ln Llníversidad Ccntrø\, Indivíduo d¿ varias L-orporaLi.rnes científcøs, diputado a Cortes por la provincía dc Murcin.&r. Por tanto puedo sospechar que este apellido se corresponde con el del aspirante a la cátedra. R. Fernández Delgado O Las vicisindzs del primer cated.¡ático. UEM-CEES EDICIONES 26 llamada por su åutoridad suprema a sofocar toda parcialidad que <leprime el verdadero mérito. El exponente tiene además considerables méritos patrióticos y literarios que sabe la Sociedad, y le ponen fuera de toda comparación con el Propuesto en primer lugar, y todo ha sido desatendido. Los ejercicios han sido públicos; v pública y fundada debería ser tarnbién la censura. Si en todo caso hay lugar en el día al recurso de nulidad, parece que no debe dejar de haberle en un negocio cuvo fundamento principal es el pacto cont¡aído por los anuncios estampaãos en los periódicos ministeriales; y en su virtud, y sin periuicio de vindicar la opinión por rnedio de la prensa usando de la libert¿d racional que autorizan las leyes actuales. A V. M. suplica que, en el caso de hallar reparo en conferi¡ la cátedra al exponente por no ir en primer lugar, se digne mandar suspender su provisión, ovéndosele antes en el recurso de nulidad que desde luego interpone de la censura dada, cometiendo el conocimiento de la nueva censura de los ejercicios hechos a los jueces imparciales que sean del superior agrado de V. M. para que dentro de un breve término, v con los antecedentes necesarios, rectifiquen la propuesta y hagan la que sea más justa. Madrid 23 de Marzo de 1829.- Señor, A L. R. P. de V. M.Cnsimiro de Orense. ! t! R. FernÁndez Delgado Ò Los vicisitud.cs del primer catednitico. UEM{EES EDTCIONES 21 II APÉNDICE ICONt.) SEGUNDA CARTA DIRIGIDA POR ORENSE A DON FELIPE OLIVE, COMO CENSOR QUE FUE DE LAS OPOSICIONES Á LA CÁTEDRA DE ECONOMÍA DE ESTA CORTE. Señor: Si os sirvieseis contesaÍ, y aún si gustâseis entrar conmigo en discusiones publicas facult¿tivas vos, señor Olive, que habéis sido maest¡o, tendré suma complacencia en ello por la doct¡ina que el público puede entender de vuest¡a boca, v supuesto que habéis sido el promotor de esta cáted¡a útil, podrán nuestras conferencias públicas suplir el defecto de las lecciones de la cátedra. Estoy por mi parte tan dispuesto a condescender con cuento me pidáis pere tâl obieto, que los días, horas y lugar, todo lo deio a vuestra elección, y me ofrezco con esta ocasión el más obediente servidor vuestro.- Casimiru de Orense.- Madrid l7 de abril de 1820 P. D. Señor ilon Felipe: Después que escribí esta soñé por la noche, gue de ningún modo me daría la cátedra, y eunque por no ser iluminado...me consolé renunciando al título de maest¡o, me afïgió mucho el haber oído de vos en aquel sueño lo siguiente: Es la última necedad el tener tan exaltado amor propio para fbrmar esta representåción. Laus in ore propio. Toda alabanza en boca propia envilece. Solo he @ido consolarme al considerar que el busca¡ quien me defendiese y elogiase me ha costådo muy caro en Madrid,y he renunciado a buscar ningún testå férrea, por más que tenga muchas campanillas, y Por otra Parte, ni en fábula ni en cuento, decía yo medio dormido, debe un ciudadano buscar su defensa, sino batirse frente a frente con su rival. Baio de este principio no tengáis reparo, Señor Olive, ni en unión de la mayoría de rnrestra Comisión censora en decirme a mis narices lo que entendiereis. R. Fernández Delgado e f IF.M-CF.F-s Los vicisinil¿s del primer catednitico... F.DfctoNF-s rR CONCLUSIÓN El objetivo de este documento de uabajo ha sido mostrar un ejemplo anecdótico -de los varios que existen- surgido en el seno de la institución del Ateneo de Madrid, Õrendo utilizo un modelo inte¡pretativo para el estudio de la expansión de las ideas foráneas en España durante el siglo XIX. La metodología utilizada está basada en la del profesor George Stigler que trtiliza los supuestos de la economía de Ia ínJbrmación aplicândolos al mercado de ideassu, y refleia las vicisitudes por las que tuvo que pasa el primer catedrático del Ateneo, D. Casimiro de Orense v Rávago, en la oposición que hizo a la cátedra de economía política de la Sociedad Económica Mat¡itense, en febrero de 1820. fuí lo refleja elReatno de Agraúos que presentó en marzo de 1820 al rey Fernando VII, en contra de los resultados del examen. En el Recano denuncia cierto paisanaie entre el censor de las oposiciones D. Felipe Olive y el aspirante Ponzóa, que lo más sobresaliente que realizô fue la publicación en 1838 de la uaducción de la quinta edición francesa del Tratado de Economíø Política de f .B. Say. Hasta aquí podemos pensar que se tratå de un mero acto de desaprobación de los resultados del examen, pero desde la perspectiva del modelo de difusión de ideas art-es mencionado, considero que el saldo de la polémica es negativo. En efecto, la figura de Ponzoa era desconocida en 1820, no así la del profesor Casimiro, que ya había regentådo la cátedra de Economía pírblica en Valladolid en l8 15 y publicó en 18 13 unas ldeas Económicas que formaron parte de los trabajos legislativos que desanollaron los preceptos constitucionales en materia fiscal. Este ejemplo, aunque anecdótico, refleja tur hecho llamativo que afecta al modelo de difusión de ideas. Hace desaparecer de un plumazo la lógica del comportâmiento de la demanda de ideas. Esto es, aunque efste el medio institucional, en este caso la Sociedad Económica Mat¡itense, se impide, arbitrøriamente, el que las ideas se intercambien o se t¡ansfieran. En este sentido puede ocurrir que las buenøs ideøs no se vendan aunque existan suficientes medios que permitan difundirlas. El coste de t¡ansacción es muy grande Porque algunas i¡rstituciones, en algún momento de su historia, puedan estar diseñadas de forma perversa de manera que pueden mentener, e incluso hacer aumentar los costes de t¡ansacción, en este caso de ideas económicas. Hechos como este, 2u Me estoy relìriendo al artículo seminal del profèsor G. Stigler. (1982):' El Proceso v el Progreso de la Êconom ía" , en lournat of Political Economy. Este artículo utiliza los suPuestos - Ia lógíca ' deI comportamiento del consumidor - dc ideas - y, la variable organización institucional como elementos explicativos del proceso de exparsión de ideas. Otra bibliogratia que pudiera estar relecionada con y que retlå¡a variables èomo la calidad. la incertidumbre. los costes de t¡ansacción para la "ti". vertical de las irutituciones y. los costes de transacción y de organización institucional. integåción esto" es, los trabajos de Coase, Akerl,of y Williamson, también pudieran a¡rdar a clarifìcar el proceso de expansión de ideas en España durante el XD( R. Ferrúndez Delgado Las vicisi¡ud¿s del primer catednítico.. 9 (JEM€EES EDTCTONES 29 acaecidos en este cåso sobre la figura de D. Casimiro de Orense v Rávago, considero que se deben tener en cuenta porque matizan los resultados obtenidos a través de los modelo de difusión de ideas además, permiten percibir cómo se produce el progreso de los conocimientos económicos. R. Fernández Delgado las @ vicisitudes del primer catedrático.. Nor¡s Pâg. ) a DEr. LEcroR Notas upl,t-csEs EDICIoNES 30 UNIVERSIDAD EUROPEA-CEES SERIE <DOCUMENTOS DE TRABAIO" TfTULOS PUBLICADOS 2 I 96. R. Gnncte o¡ r-q Sp¡¡, Perspectiaø histó- rica ile la teoría matemática de Ia fiabilidad (Dpro. de Matemática) 3 / 96. S. A. LópEz Nnvle, Ia þrmación retóriproþsor: el ejercicio del comgomiso comuni- cn del 4 I 97. C. PELIcRos, Euolución ile las relaciones productor-distribuidor en los merudos de bietæs de consumo (11) (Dpto. de Economía Aplicada) cntiao propio de Ia profesión docente. (Notas a la luz de Ia retórica clásicn) (þto. de Filología 6 / 97. N. SeNl EN¡er¡RIo , bs dad en eI Neoinstilucionalisttø derechos de proVie- (þto. de Funda- mentos del Análisis Económico) Española) 4 I 96, J. Ruyto, Cálculo algebraicn de Ia malriz matiz cuadrada (þto. de Mate- f. piutizacio- 5 / 97. R. Ver,orvt¡rrc, Políticn de nes: ret¡isiótt de algunas cuestiones críticas 7 I 97. B. AnrusnlzAce , Sislena de elanación al n-sima de unø íntegro: un tratamiento disc:riminatorio para deter- mática) minados *clores 5 / 96. R. H. Genctn Go¡.¡zÁrEz, La reducción del tiempo de trabajo como medio de abærber el paro (Dpto. de Derecho Privado) 6 I 96, I. L. Prñetoze, Ganancias de producti- aidad: Una perspectiaa de largo plazo (þto. de Economía Aplicada) 7 I Ahono: Una prspctiaa enpírica mactoeconómica (þto. de Fundamentos del Análisis Económico) 8l %.1. BnnroLouÉ, Señoreaje e imposición optima (Dpto. de Fundamentos del Análisis Eco- nómico) 9 I 96. G. Gennor¡, Exríbir con diæianaio (þto. de Filología Española) 70 I 96, M. J. Delcnoo, Efectos de lns inftaes- tructulas en la proilucción yiaada española (Dpùo. de Economía Aplicada) ll 196. E. os moralidad K. Ftn¡Á¡¡otz, Respon*bilidad y mla gestionpúblicn (þto. de Sociolo- gía y Ciencia Política) I I 97. C. Ptttcnos, Eoolución de las relaciones plazo aariables y la cnntribución del riesgo: eI caso (þto. de Fun- damentos del Análisis Económico) 3 I 97 dûd .M. AnNeç pøra la cnntrastación dc inætabilidad pramétrica m relaciones de cointzgracióz Mercado de trabaio y desigual- (Wto. de Sociología y Ciencia Política) (þto. de Funda- mentoo del An¿álisis Económico) I 97.I. PsRRorE Cosrr, Medición de Ia inequi- dad hoizontal: una aplicnción aI IP.PF (tÞto. de Fundamentos del Análisis Económico) l0 197. S. Erzoro, K. O. Nnss, A. I. Scnwer.rlTz, Vo¡.¡ MIlNcn, M. J, Uz;us, D. I¡¡ecr¡ç K. v D. Mütl¡n-Bornc, Ia di*asión aclual en torno a Ia Unioetsidad aletnaMURMANN, G. TunNsn z¿. Traductores: Gnûwrl, I. C.ÁcgRES, S. GARcfA, C. T. ICn:cE, A. P¡reoe, J. Sernrn v ]. (þto. de Filología Alemana) scnünuaN¡¡s 77 197. M. I. Moner RINcóN, I-a retirada de automwiles en Espña: una øplicacion de los modelos ile duræión (þto. de Fundamentos del Análi- sis Económico) 1 productor4istibuidor en los mercados de bienes de cot suffio (I) (Dpto. de Economía Aplicada) 2 I 97. M. D. RoeI-Es y R. Flonrs, Prinas por del mercado interbanca¡io español de Economía Aplicada) I I 97.1. L. FsRNÁNoEz S¡nr¡¡¡o y R. PERUcA URREn, AnáIisis cotnparatiao ile tres estidísticos 9 96, J. DE HEVIA, I-a morosidad en las Cajas de (þto. / 98. R. FsRNÁNoEz DELcAno, [as oicisitudes del pitnet cated¡ático fu Ecommío Política dcl Auneo Español de 1820: Casimiro de Oren* y RÁoago (þto. de Fundamentos del Análisis Económico)