AftoXXI Pamplona 24 de Marzo de 1915 Núm. 479 (S)Con censura eclesiástic* DIRECCIÓN V ADMINISTRACIÓN Biblioteca Católico-Propagandista TEJERÍA, 40, PAMPLONA unas sentidas palabras de consagración, dándole un lienzo para que se limpiara su sacratísimo rostro, lienzo que, después de realizada la obra de caridad, le devolvió el Salvador, quedando estampado en cada uno de sus dobleces la imagen de Aquel que es el más hermoso entre los hijos de los hombres, y que un día (y va acercándose) vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. hablando, todo estaba perdido. Nuestro Señor Jesucristo caminaba hacia el Calvario, agobiado bajo el peso de la santa Cruz, y sus terribles palabras, esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas, se estaban El trabajo de todos los amigos de Cristo, en esta vida cumpliendo al pie de la letra. El discípulo traidor reconotiene algo parecido al de la Verónica, y el premio que da ció su crimen, pero lo confesó ante los que no podían Dios a los que le confiesan y honran ante los hombres, absolverle, y por el contrario, se burlaron de él, precipies también semejante al que recibió Serafia, la mujer de tando su desesperación. El jefe de Apóstoles lloraba, en Sirac, que así se llamaba la piadosa mujer, el relato de sitio apartado, su negación; Pilatos, juez cobarde y homcuya hazaña nos ha conservado la tradición. Sobre el rosbre positivista, atento no más a su negocio y a vivir en tro purísimo de la Verdad han acumulado y acumulan paz a costa de la jus. ._•-.. . sus enemigos todo liNAVARRA ticia, había agotado naje de heridas, gollos expedientes dilapes, salivas y bofetatorios de quien hace das, y la tarea de política, y política sus amigos es la de mala, en vez de adir limpiando tan herministrar justicia; mosísimorostrohasHerodes, lastimado ta devolverle, si a en su orgullo de sotanto llegan las fuerberano ante el silenzas, a su prístina pucio de Cristo, ardía reza. ¿Tú eres Rey? en rabia parecida a preguntaba Pilatos a la de los escribas y Cristo, extrañado de fariseos; el populaver aquella tan excho felicitaba a Batraña imagen de la rrabás por su triunrealeza. Y Cristo fo; los miles de enNuestro Señor repifermos curados por tió varías veces que "Vista general de I,erín la mano del Salvaasí era como el pre{Fotografía de los Sres. Roldan e Hijo) dor, o habían caído •" v"' ,'/ tor se lo preguntaba, en el negro pecado de la más horrible ingratitud y aposque Él era rey, dando razón de su singular realeza con es • tasía, formando en las filas de los que gritaban, ¡Quita, tas palabras:—Yo para eso nací y vine al mundo, para quita! ¡Crucifícale!, o estaban escondidos como el resto dar testimonio de la Verdad; todo el que es de la Verdad de los Apóstoles, por miedo a los judíos. Al parecer todo oye mi voz. Todo aquel, pues, que es del partido de la estaba perdido, y entre el linaje humano que contemplaVerdad y oye la voz de Cristo, está obligado a apartar de ba la escena no se levantaba una voz confesando la inola Verdad todo lo que la afea y ultraja, recibiendo en camcencia y realeza de Jesucristo. bio un conocimiento de esta misma Verdad que parece como que se le graba en el alma, le hace llevaderas las Una excepción hubo, y esta gloriosa excepción fue la penas de esta vida y le conduce como de la mano a lode la Verónica, que, al pasar la fúnebre comitiva por su grar el premio de la otra cuando los hechos están conforcasa; se adelantó hacia el Salvador, rompió la muralla de mes con los dichos, cuando la vida del confesor de Crissoldados y enemigos que le rodeaban, y arrodillándose to está en consonancia con su predicación. ~ ' . V delante de Él para testimoniarle su adhesión, pronunció UMANAMENTE • * - LA AVALANCHA " ¡Qué cosa más extraña hubiese sido que la mujer VeTónica, al ir a limpiar el rostro de Nuestro Señor, abofeteado, escarnecido, lleno de lodo y saliva, se hubiese detenido ante cualquiera de aquellos horrores, o si se quiere el mayor, y no se hubiese atrevido a limpiarlo en consideración a los causantes de aquel singular ultraje! No se hubiera hecho de ella mención gloriosa en las historias eclesiásticas; no nos hubiera trasmitido la tradición su nombre, envuelto en la gloria y valentía de la única persona humana (fuera de la Santísima Virgen y las santas mujeres) que confesó a Cristo en la calle de la Amargura; no tuviera ciertamente el consuelo de conservar en el sagrado lienzo la imagen de nuestro Redentor, sino tan solo un borrón o una parte desfigurada. Tal se nos imaginan los que por temor, por respeto humano, por interés o por cobardía, no dicen toda la verdad, no procuran limpiar su rostro vilipendiado, abofeteado y escarnecido de todas las manchas, horrores y salivas que le afean, y en obsequio de los poderosos, callan lo que más falta hace decir en nuestros tiempos, expuestos y condenados a que su apostolado manco sea vano o contraproducente, a que no quede grabada en su alma la imagen benditísima de nuestro Redentor, que es luz en esta vida y consuelo a ta hora de la muerte, sino un apunte, una parte truncada, un borrón • •... . '. - rradas enemistades entre DÍOB y el pecador; es la acción del amor divino completando y consumando la dicha obra de reconciliación que tal vez principió por el saludable tumor de las divinas amenazas. Y jquó hermoso y qué consolador y qué confortador ha de ser para el alma salir de las augustas tristezas de la Semana Santa y entrar en lae iuefablns a'egrías de la Pascua de Resurrección, rejuvenecida también el alma como parece rejavenecar también en tal tiempo toda la naturaleza; como ésta, lozana, refloreciente, alentada a toda coaecha de buenas obras para el tiempo y para la eternidad! |Qué sabia ha silo la Iglesia en disponer para el hombre ese anual período de renovación y restauración! ¡Y cuan acertada en loe medios que para lograrlo ha preceptuado y facilitado! ¡Y cuánto son de lamentar la negligencia y descuido de muchos de nuestros hermanos que todo em desconocen o desprecian o simplemente traen olvidadol Una Cuaresma bien observada por el pueblo, serla la completa regeneración de é!. Boguemos a DÍOB para que sea así algún día. F. S, y 8. ESTANISLAO. I n f l u e n c i a d e la S e m a n a S a n t a e n l a c r i s t i a nización de los p u e b l o s . » P r u e b a s de n u e s tra historia navarra. ANUAL RENOVACIÓN La confesión y comunión pascual son, por decirlo asi, • el objetivo de la Santa Cuaresma y el sello de la renova. cióu anun! del atina, que ae impone, por estricto prtcepto, a todo fiel cristiano. Aunque preacrite taxativamente para . Pascua la recepción de los dichos sacramentos, ae autoriza, no oba-tante, para que puedan recibirse con alguna . anticipación, o sea, en a'guua de las semanas cuaresmales hasta la Octava de Pentecostés. ¿Hay cristiano que pueda tildar de exigente a la Igle- aia por obligar a BUB hijos a que, una vez al ano, den cuenta al confesor y se den cuenta a si miauaoa del estado de BU alma? Rara vez el hombre ae preocupa de entrar poco o mut cho en au interior, para hacer como un arqueo o ¡aventario de lo que traiga allí escondido a los ojos de todo el mundo, aunque no a loa de Dio?. El conocimiento propio es la primera necesidad del hombre; ein esto apeoae 6B hombre el hombre, porque no es racional el que no . sabe e i quiera darse cuenta de sí. Esto aólo bastarla para dejar acreditada la institución de la confesión, siquiera una vez al afio, por Cuaresma; porque la confesión supone el examen, y el examen no ea máa quo esa mirada del hombre a su interior, del cual tan o i vid-do le tienen por lo común las ocupaciones mil o lae vanidades del mundo externo. La confesión es, por la gracia sacramental, la rehabilitación del hombre caldo, y ¿quién no cae alguna vez o cauchas v**oes durante el afio, para que siquiera una sola vez por Cuaresma no sienta la necesidad de levantarse y de rehabilitarse ante Dios y ante si mismo? Y la coafesión no sólo ea levantarse de la calda para que no se haga crónico el decaimiento que ella deja, sino que es preservativo para no caer otra ves, sobre todo cnando tal preservativo se renueva con alguna frecuenc a. Y ¿qué diremos del sello que a tal medicación curativa o preservativa pone la Sagrada Comunión? EB el brazo de reconciliación, después de pasadas y felizmente bo- o halla el cristiano, en toda sa existencia, momentos más prove•hosos para la vida que los relaionados con la muerte. Y como la Semana Santa es precisamente el tiempo destinado a la meditación del fin último del hombre y de loa misterios sacrosantos que nlazan el tiempo y la eternidad, sigúese que la Semana Santa ea la época del afio en que mejor puede la criatura desembarazar de obgtacutoB los seuderoe que la conducen a su Criador, matando los abrojos y espinas del vicio, que d ñcult n la marcha del pobre peregrino en dirección al f>co inextinguible de la vida, y dando vida a las flores y frutoa de virtud que hermosean y facilitan el camino que le aleja de la muerte. Belísimos bajo este punto de vista son, como ningunos otros, loe días de Semana Santa: días memorabilísimos, cuyas noches, que son como sueño del día, tienden eobre la tierra, según lo hacen todas las demás del afio, el manto negro, que es símbolo de muerte y señal de luto; noches tristísima», cuyas mañanas, que son como el despertar de la noche, recogen, Begún lo hacen otras muchas del aHo, las lágrimas de la Naturaleza, que tiemblan y chispean en las floras que eon símbolo de vida y señal de regocijo; y cuyos días y cuyas noches, como poquísimas del año, parece que exhalan efluvios de santidad, y que aun en la conciencia de los más reprobos alumbran las oscuridades de la noche y dulcifican las lágrimas de! día. Q le no en vano en los días de Semana Santa el peor de IUB cristianoa peuetra resueltamente en el Gethsemaaí del santuario de BU conciencia, vela y ora, ata su soberbia a la columna de la fe y azota las pasiones, coloca en BU altiva-frente la corona de espinas de la mortificación, carga con la cruz de la penitencia, clava BU orgullo en el firme madero sanko del arrepentimiento, y muere para el pecado coa el propósito de la enmienda; y sobre todo, porque recibe con las debidas disposiciones el Pan de loe Angeles, y coa este divino manjar triunfa del mal con la LA AVALANCHA 68 muerte de la culpa y resucita para el bien con la vida de a los directores del Estarlo a ejercitar públicamente las la gracia, virtudes más hermosas, confundidos con las muchedumY de tal suerte llevamos grabados los indicados pensabres en la oración y la penitencia, o perdonando, para mientos en el fondo del alma, que aunque admitamos la que el Sefior les perdone, como antes, ahora y siempre existencia de hombres extremadamente perversos y al se ha v*uido pract cando en el mundo cristiano, sin duparecer incorregibles, no acertamos a concebir que la da con aplauso de los áu^tleB del cielo. maldad de estos corifeos del infierno gallardee con tanta Ya sabemos las pindóes costumbres que distinguían bizarría durante los santos días de la semana mayor como en este punto a nuestros antepasados, y tampoco debeen los demás del arlo; razón por la cual percibimos en la mos ignorar que entre los demás poderes públicos y autoSemana Santa ráfagas de verdadera salud cristiana, con ridades de Navarra, ecudfa a los oficios de la Iglesia el eficacia bastante para barrer los miasmas deletéreos de la Regente, acompañado de los ministros y auxiliares de los culpa, y gérmenes de vida capaces de incubar con extratribunales reales; y tanto se apreciaba esta recomendable ordinario éxito en el mismo seno de la muerte; de loa devoción, que consta que el año 1690 fueron reducida a cuales esperamos el milagro de la curación del deshauprisión, de orden del mismo Regente, los procuradores ciado, aunque algunaB veces nos equivoquemos, por es- que no le acompañaron a visitar las estaciones el día de tar éste ya completemente dejado de la mano de Dios. Viernes santo. La historia de cualquier país demuestra, con pruebas Todavía llegó a más alto grado el poder de atracción irrebatibles, que estaB mismas ideas son las que han prede la Semana Santa; porque, en Navarra por lo menos dominado siempre, facilitando la cristianización de loa pueblos. • •- -,. NAVARRA Para no salir, según costumbre nuestra, del noble solar navarro, con el único propósito de divulgar su historia conocida, encontramos que nuestro antiguo Reino bogaba en el siglo XV por el piélago inmenso de las ambiciones humanap, como bajel Bin gobernalle, entre dos sirtes igualmente peligrosas, pues eabido es que el rey no gobernaba ni reinaba en Navarra, y que la nave del Estado, sin timón y a merced de las olas alborotadas, levantadas por oligarcas desenfrenados y tiranue los indómitos, amenazaba estrellarse, por un lado, contra el escollo del partido agrá montee, y por otro lado, contra el duro peflaeco del bando beaumontés. Sólo había un medio para evitar la temida catástrofe, y era la reconciliación de los jffeede ambas parcialidades; pero estando ya agotados toda-B los reIvERÍH.-"Vista, parcial ¿le la Fla^a de los fueros cursos para lograrla, y no esperando su remedio de los hombres, se hincla preciso buscarlo en la intervención divina. hubo un tiempo en que el clero, y desde luego que también el pueblo, subyugados por la suavidad y dulzura de El aüo 1481, según cuenta la historia, aunque puesta laa funciones religiosas eoleinneB, acudían a Pamplona eo tela de juicio por alguno, los infantes D. Jaime y el de todos loe pueblos dead« donde se velan las torres de cardenal D. Pedro de Navarra, aprovechando la iufluenSanta María de la misma ciudad, o se oía el soni iu de SUB cia saludable que ejerce la Semana Santa sobre los criscampanas, a ce'ebrar la tiesta del domingo de Ramos y tianos, dispusieron que el día de Jueves eanto comulgala bendición de la pila bautismal, el Sábado «anto, según ran juntos con una misma hostia, partida por medio, el encopetado eeüor D. Pedro de Peralta, caudillo de los lo dispuso el rey D. Sancho Ramírez el año 1060, en privilegio que concedió a aquella iglesia. agramonteses, y el lin&jndo y poderoso caballero Conde Loado sea Dios, qne ha dispuesto que junto al venede Lerín, portaestandarte de los beaumonteses. El sacerno, causa de la perdición del hombre, aparezca la triaca, dote dio el Pan euearístico a IOB dos enemigos díscolos e principio de su salvación; resultando de e-te moio que si irreconciliables, y al parecer los ánimos se apaciguaron en los carnavales, conjunto de días de muerte, triunfan algún tanto; pero, desgraciadamente, por poco tiempo, en muchos B^co y Venus con el cebo apetitoso del vicio, porque &in dada el demonio mi Bino hizo que al siguiente on la Semana Santa, precioBa Barta de rifas de salud, de día, Viernes santo, se encontraran en el camino de Estella, resurrección y de vida, con la práctica de la virtud, Criscerca del lugar de Aflorbe, el Mariscal y el Conde con sus to vence, Cristo reina, Cristo impera. parciales, y que vinieran alas manos con derramamiento de sangre, que hizo ya imposible la salvación de Navarra, JUAN P. ESTEBAN Y CHAVARRÍA. condenada irremisiblemente a perecer, como todo pueblo dividido y suicida. Sospecho también que la liga acordada el ano 1224 entre el que fue nuestro rey Teobaldo 1 de Champaña y D. Guillen de Moneada, para remover los grandes obstáculos que salían al paso de Navarra y de su futuro sobet día eternamente alegre y eternamente llororano, fue convenida precisamente el día de Jnevos santo, so en que el Hijo de Dios, hecho hombre, fue con el ün de hacer más sincera y eficaz la alianza. puesto en una cruz, todas las cosas a la vez Y por la misma razón, el influjo bienhechor de la Seentraron en orden, y en ese orden divino la mana Santa arrastra a loa pueblos en masa hacia la casa Cruz se levantó sobre todas las coses criadas. de Dios, donde, contritos y humillados, lloran sua extraVe ellae, unas manifestaban la bondad de DÍOB, otras su víos y prometen la enmienda; y obliga del mismo modo LA GRUZ Y SOS FRUTOS LA AVALANCHA 64 misericordia, otras sa justicia: sólo la Cruz fue* el símbolo de su amor y la prenda de su gracia. Por ella confesaron lo» confesores, y fueron castas las vírgenes, y vivieron vida angélica los padres del yeino, y fueron los mártires testigos firmes que pusieron BUS vidas al cuchillo con varonil y contentísimo semblante. Del sacrificio de la Cruz procedieron aquellas portentosas energías Con que los flacos asombraron a los fuer-tes, con que los proscritos y desalmados subieron al Oa pitolio, con que unos pobres pescadores vencieron al mundo. Por la Cruz alcanzan victoria todos los que vencen, y -esfuerzo todos los que combaten, y misericordia todos los que la piden, y amparo todos los desamparad s, y alegría todos loe tristes, y consuelo todos los que lloran. Desde que se levantó la Cruz en los aires no hay hombre ninguno que no pueda vivir en el cielo aun antes de •dejar en IB tierra sus mortales despojos; porque si aun vive aquí por la tribulación, está ya allí por la esperanza. DONOSO EL ñKPK SAGRADü (DE En árbol divino Colgada está el arpa, Arpa de David En Sion amada: Clavijas de oro, Cordaje de plata, Que, como hace tiempo Que el amor no canta, Da en atete gemidos Doliente añoranza. Se abrían loa cielos, Satán rechinaba, filtrando a fin Dios La tierra ligada. Al gemido último, SI día se apaga. Y chocan las rocas, Saltando quebradas. Asi el corazón VERDAGUBR) Siabat mattr¿olorosa jasta'eracem lacrimosa dam pendtbat Filias. Quebrantado ettalla De una Madre Virgen Que hablando lloraba: —Angeles del cielo; DeseoIgadme el arpa, Que yo no ta alcanzo Estando tan alta. BRJadta, si os place, Mas de rama en rama, No se deterioren Sus cuerdas nt caja. Ponedta en mi peeh», Que pueda pulsarla. 8t perdió las vocea, Haré por hallarlas; Si ñolas perdió, Moriré abrazándola, Mi arpa de oro Que al mundo alegraba. M. MüTDBBBRÍA. D.a CATALINA Y D. JUAN LABRIT, REVEIS DE NAVARRA {Continuación.) Duró la tranquilidad que disfrutaba Navarra, lo que la alianza de loa reyes de Francia y Castilla; mas como éstos, con motivo de sus derechoe eobre el reino de Nápoles, rompieron conop'etamente de nuevo las hostilidades «n 1603, encontróse otra vez como entre doB fuegns. Negándose el Conde de Lerín a devolver el dominio y fortaleza fie San Adrián, que por violencia había quitado a su legítimo poseedor, Sancho de Versara, el rey don Fernando se ofreció para servir de arbitro en el asunto, y al mismo tiempo, propuso a los reyes de Navana una nueva alianza que por fin se hizo en Medina del Campo (Marzo de 1504), pactándose el futuro matrimonio de Enrique, príncipe de Navarra, con Isabel, nieta de IOH Reyes Católicos. Esto a r«jo a los soberanos de Navarra ta enemistad de Luis XII de Francia, el cual por ello apoyó las pretensiones de eu sobrino Gastón de Foix sobre este reino. Pocos meses después del mencionado tratado murió santamente en Medina del Campo, a 26 de Noviembre, la reina da Castilla D* Isabel «la Católicat, cuyas excelentes prendas ha ensalzado de consuno la posteridad, y lo mismo autores nacioual'jB que extranjeros se han complacido en encomiarla, sin empanar sus glorías coa borrón alguno. ' £1 mismo día ae alzaron pendones por su hija D.* Juana, heredera de Castilla y reinos incorporados, y L). Felipe, su marido, renunciando D. Fernando el titulo de rey de Castilla, y tomando el de regente o gobernador, Begún °l testamento de D.* Isabel. Temiendo fundadamente D. Fernando que a la llegada de su mencionada hija y yerno se declararían por éste la mayor parte de los nobles de Castilla, a ñn de impedir dicha venida y frustrar la triple alianza del Emperador de Alemania, su hijo D. Felipe y Luis XII de Francia, propuso a éste BU casamiento con la sobrina de amboe, D.a Germana de Foix, hermana de D. Gastón, aspirante al trono de Navarra, con condiciones tan ventajosas para el monarca francés," que aceptó el proyecto. Hizoae al ef-cto el tratado de Blois (12 de Octubre de 1505), y obtenida la diapeuea de parentesco, celebróse en Valladolid, el 22 de Marzo Biguiente, dicho matrimonio, que hizo tan mal efecto en casi toda Europa como en Castilla., El turbulento Cunde de Lerín, que había rehusado devolver el dominio de San Adrián a pesar de las Bentencias del Consejo Real, sabiendo la animadversión que a los reyea de Navarra tenía el de Francia, buscó su apoyo» ofreciendo servirle enn su persona, vasallos, bienes y fortalezas, y poniéndolo todo en sas manos; oferta que repitió a los personajes que Luis XII le envió con dicho motivo. Aceptóla et monnrea francés, y el mismo día de la firma del tratado de Blois, expidió letras patentes tomándolo bajo su protección, mí como a sus parientes, amigos, servidores, tierras y plazas.B La identidad de intereses y conveniencias políticas de la casa de Austria y reyes de Navarra hicieron que el rey D. Felipe, yerno de D. Fernando, intentase una «lianza mutua. Envióles al efecto (12 de Octubre de 1905) un agente secreto para tratar de ella. Los reyes de Navarra» en vista de la enemistad del de Francia y fundado abandono de parte de D. Fernando, que afirmaba <no ser más que una cosa con él»; de la renuncia que había hecho del cargo de regente de Castilla, a la veuida a Espafi* de su hija y yerno, y de BU viaje a Ñapóles y de las grandes ventajas que les reportaba, accedieron a dicha alianza, que 8H Uizo eu Tudela de Duen a 27 de Agoato de 1606; * mas la inesperada muerte del rey D. Felipe, ocurrida tres meses después ("¿5 de Noviembre), volvió a ponerlos en circunstancias muy difíciles. Habiendo enviado el Rey de Navarra un oficial a nníificar cierta orden al Conde de L^rín, ÓBte, no sólo no la cump ió, sino que mandó apalear al mensajero y enctrrerioenei castillo de Larraga, donde lo tuvo varios dita, El Rey determinó castigar, por vía de justicia taleB de1 Contaba a la sazón 64 años de edad y 30 do reinado. El 12. de dicho mes habla hecho tu notable testamento, en el que resaltan loa sentimientos de la virtud mas pura y de piedad irá a acendrada. Fueron MJOB de D. Fernando y D.* Isabel, y do suerte bien desgraciada, tos siguientes: D.* Isabel, que oasó con D. Alfonso, principe heredero do Portugal, el cual, pocos meses después, murió a causa de la calda de un caballo. Volvió a contraer matrimonio con ol rey D. Manuel de Portugal. A la hora de dar a luz a BU hijo Miguel, falleció, muriendo también el citado príncipe sin cumplir dos años. D . J u a n , espejo del amor de su i padrea y esperanza do loa. esoañoies, nació en 1478. Se proyectó su futuro matrimonio con. D.' Catalina, reina de Navarra, contrayéndolo con D.A Margarita 'ie Austria. Falleció D. Juan seta meses después (4 do Octubre dfl 1497), a los 20 años de edad. D." Juana, conocida por «lu Loca>, que casó con D. Pe'.iro, archiduque de Austria, hermano de la mencionad» D.a Margarita. D. Felipe pasó a la eternidad el 25 de Noviembre de 1506, cuando contaba 28 afiit de edad. D * María contrajo matrimonio con su cuñado, el rey viudo D. Manuel de Portugal. D.* Catalina, «la hija predilecta y la que de todas las hpr ninas mas se pareció a su madre», casó en 1501 con Arturo, principe de Gales, hijo de Enrique VII de Inglaterra, el cual fjitlnció a loa cinco meset En 1509 contrajo segundas nupcias con su cuñado Enrique VIII, rey de Inglaterra, «defensor do la fe* y después cismático, monstruo de crueldad y otros vlelos. 1 Véanse en Lafuente, A la sazón tenia D.* Germana 19 años, y D. Fernando, 64. 1 VéaBe en Bolasonnade, pág. 630. * Id. 622. 66 LA AVALANCHA flftcatoe, y citado varias veces el Conde, negándose a comparecer, ordenó el proceso por el cual fue condenado en rebeldía, y como reo de lesa majestad, a perdimiento de vida, privación de honores y oficios y confiscación de sus bienes. Dio el cargo de condestable a D. Alfonso Carrillo de Peralta, conde de San Esteban, nieto de tnoeen Pierre6 de Peralta, fallecido en Marcilla hacia el aflo 1492. EL Conde pidi< socorros a los castellanos, consiguiéndolos de su consuegro el Duque de Nájera, uno de loa principales sefiires de Castilla, y otros nobles de ese reino, como el condestable Velasco, los condes de Benavente, de Aguílar y de Nieva, parientes o aliados de los agrutnonteses, enviaron auxilios contra el Conde. Nombró el Rey generalísimo de las tropas a su cufiado, el aguerrido César Borja, duque de Valentinois, ' el cual atacó en Febrero de 1507, aunque sin éxito, la villa de Lnm»ga, paBando a sitiar el castillo de Viana, donde se encontraba D. Luis de Beaumnnt, hijo del Conde de Lerín. Hallábase ya muy apurado por la escases de viver.ee; ums, aprovechando su padre una noche de espantosa tormenta, logró introducir en la fortaleza sesenta caballerías cargadas de harina y panes llevados de Mendavia. Al regresar los expedicionarios el día siguiente, 12 de Marzo, irritado César por aquel acto de audacia, salió precipitadamente en su persecución, y al llegar a la barranca de Id Salada, cerca de dícba ciudad, sitio en que con dificultad podía revolver el cacado, al levantar el brazo para acometer a uno de tres partidarios del Conde, que allí !o esperaban, el llamado Grcés le atravesó de costado a costado, cayendo mnerto, conociéndose después,quién era por IOB vestidos y armas que le quitaron. Contaba a la sazón 33 naos. Su cadáver fue llevado a Viana y sepultado en la parroquia de Santa María, en cuya capilla mayor se erigió un magnífico ««pulcro que desapareció al reedificarse dicho templo. s El Conde Be vio obligado a abandonar Meudavia y refugiarle en eu castillo de Leríu. O. Juan continuó combatiendo la fortaleza de Viana, que en breve cayó en su poder, capitulando después Lairaga el 22 de Marzo. I. IBARBIA. (Continuará.) DOLOROSA contemple en la Cruz la Divina Víctima que padece y muere por el hombre, no puede 'menos de unirla en BU pensamiento a In que dio la sangre de la redención: esto es lo que la Iglesia hace en aquel hermoso himno: «Salve, Cuerpo verdadero de Crieto, de la Virgen María nacido, en la Cruz por el hombre inmolado.» Por el solo hecho de dar a nuestro Salvador la vida que había de sacrificfir, María tomó parte, más que nadie del mundo, en la obra de la redención. Verdad eg que no derramó eu sangre como Él; pero, ¿no es verdad que la sangre, en los frágiles vasoB por donde circula, participa de todas las emociones del alma? Si el alma está tranquila, tranquila está la sangre; si el a'ma ee conmueve, la sangre se conmueve, ee detiene o se precipita, se hiela o se enciende, y sin salir del cuerpo, le TJIEN 1 Habla contraído matrimonio, en Mayo de 1499, con Carlota, hermana del rey D. Juan, Distinguióse mucho eu las guerras de Ralla. Hecho prisionero en Gaeta, el año de 1504, por Gonzalo Fernández de Córdoba, «el Gran Capitán», fue traído a España, logrando escapar del castillo de la Mota, de Medina del Campo, el 25 de Octubre de 1506, y llegando a Pamplona el 3 de Diciembre. 1 Analta de Navarra, libro 5XXV, cap. 9. hace padecer dolores inexplicables. No, no; para ser enérgico, profundo, inmenso el dolor, no necesita de llagas sangrientas. María no derramó su sangre, pero era madre. El corazón de una madre, instrumento delicado de la sensibilidad, no puede menos de recibir, siquiera de rechhzp, lo^ golpes que SUR nij >a reciben. Ratón tenían los antiguos para decir: «Tanto más sufre una madre, cuanto es mayor su piadosa ternura.» ]Decid ahora ei hubo j-ináe uua madre tan tierna y piadosa como Mari al... Si su Hijo padece indecibles tormentos, ¿cual eerá el tormento de ella? ¡Ahí el anciano Simeón había conocido perfectamente todo el fondo de aquel corazón solícito y tierno cuando le predijo que sería traspasada con la misma espada de dolor que daría muerte a su Hijo.' EQ el instante mismo de oir esta terrible profecía, María siente la berida de un cuchillo invisible que atraviasa su alma inquieta y desolada. £ la padece cuando, por sustraer a su Jesús de la cólera de un rey celoso, le lleva temblando a un país de destierro; padece todas las privaciones y desprecios que acompañan a los prescritos; padece al ver al Hijo de Dios, al Rey de los reyes, precisado a ganarse su pan con el sudor de su frente, como uo oscuro artesano; padece al oir las palabras de rencor que amenazan la vida de su Amado; padece al presenciar la grosella e ingratitud de los discípulos; padece los tristes pensamientos y agonías que Él padecía al acercarse la hora del poder de las tinieblas; padece todos los oprobios y dolores de la Pa-ióu. iPrendido su Hijo como un malhechor, arrastrado de tribunal en tribunal, calumniado y condenado contra toda justicial | Escupido au Hijo, abofeteado, azotado, desgarrado, coronado de espinas y presentado al pueblo como un rey de farsa! ¡Su Hijo conducido entre dos ladrones al patíbulo, agobiado bajo el peso de la cruz, escarnecido de un vil populacho que sigue «ue pasos, y ella, llamada la madre de un malvado! ¡Su Hijo cruelmente despojado de sut vestiduras, clavado, estirado y suspendido en el madero infame, injuriado y maldecido de los que le ven morirl j9u Hijo espirando ignominiosamente después de haber derramado toda au sangre! ¡Abl yo apelo al corazón de todas las madres; |sólo ellas pueden couocer a la Reina de l?e mártires! Y estaba de pie esta Madre dolorosa; y con sus ojos llenos de lágrimas contemplaba a su Aiaor crucificado. jAy madree I Vosotras hubierais llenado el Gólgota de vuestroB gemidos e imprecaciones; y María callaba, y ailencioBa y recogida, perseveraba de pie unte la Cruz: ¡Stabat! |De piel para estar más cerca del corazón de su Amado; ¡de pie! para mejor unirse a sua dolores; ¡de pie! para decirle que padecía con Él y como Él, que apropiabi todas sus intenciones mieercordiosaB, que juntaba sus propios males a los males de Él, que Madre e Hijo formaban un tolo sacrificio por la redención del inundo. ¿Quién no se enternecerá al ver aei confundida, a la Virgen inocente con el Cordero sin maucua en una misma inmolación? P. AIS CUARTILLAS Dabit Deus is quoque finem. (Virgilio.) Y acaeció que por un puñado de tierra maldita se despedazaron las naciones más fuerteB y cayeron rodando los tronos más robustos, ahogándose los reyes que los ocupaban, en las lagunas de sangre que hhbían hecbo verter a sus vasallos; y quedaron sin hijos las doloridas madres, huérfanas y llorosas las doncellas, sin báculo donde apoyar su vejez loa ancianos, eiu amor las esposas, el santuario del hogar convertido en un panteón fúaebie; derruidos, ei no profanadoB, los templo?; empobrecidas las naciones que no hablan teGido BUB espadas en la sangre 1 Tuam ipsius animan pertransibit gladius, (Luc. > c. 11,35,). 66 LA AVALANCHA inocente de sus propios hijos; sin honor los generales más crímenes, todo9 los sacrilegios que tan inicuamente se virtuosos; sin gloria los ejércitos más aguerrido*; poique hablan cometido, j Ahí Y de tal modo se eat re mecieron a 8Q9 heroísmos habfan terminado con ei último héroe que la vista de sus propias obras, que, introduciendo BUS dedescendió al sepulcro. dos huesosos en la* coucavidades de sus ojos, Be los arranY acaeció que, envuelto en uní nubi de fuego, descencaron con horribles estremecimientos. Pero el Señor tocó dió el 8eflor a la Tierra, terrible y uaajeetaoso; sus cabeentonces las caví iade* de eos oídoB, y oyeron Oyeron HOB de oro brillaban como hiatos de luz, y resplandecía el graznido de las carnívoras aves que cebaban BUS uñas su hermoso rostro como un Bol de irisados día naates en los restos hunanos, desenterrados de las auchae zanheridos por cien soles de variadas colorea; era su ropaje jas que para sepultarlos, se habían abierto en la tierra; de una blancura incomparable, bordado coa IOB rayos de oyeron los ayes de los heridos abandonados, las blasfeluz que en sus p'iegues depositaban laa resplandecientes mias de los inocentes llevados al matadero de la patria diademas que recogían sus cabellos. por aquellos mismos esqueletos que un día fueron reyes, Y sucedió que la nube ' emperadores, grandeB rede fuego que rodeaba at públicop, poderosos miSeñor se extendió por tonistros; oyeron IOB lamenda la tierra maldita, mantos de las esposas que, chada con la sangre de los hambrientas, d e s g r e ñ a hombree, ennegrecida por das, locae, corrían por toel humo de las hogueras Hae partes buscando en que se hablan consubuscando los restos querimido ciudades enteras, dos de sus esposos, como ultrajada con las horrenBÍ fuera posible distinguir das concupiscencias de las IOB hnesoB amados entre barbares legiones que se IOB huesos de todos los htbían bañado en la sanque habían caído a la fosa gre, calieute aún, al brocomún; y oyeron las cruetar de los pechos de sus lee lamentaciones de IOB propios hermanos; y la nu pueblos efclavos, el éxodo be de fuego descendió a triste de IOB ancianos y de los valles más hondos y los niños que bulan del subió basta las montañas hogar incendiado, dejanmás elevadas, purificándo a las doncellas en bradolo todo; luego formó un zos del invasor. Oyeron círculo de fuego que fue IOB gritos desgarradores elevándose en forma de de todos aquellos héroes cono cuyo vértice llegaba que encontraron una tuma tocar loe astros, perdiénba en el vieutre'de los sodose más allá de los munlitarios del mar, de ese dos eider ale?, y luego, remar que se tragaba loa coplegándose poco a poco, losos acorazados, erizados pareció que se había conde cañonee, hormigueros vertido en un astro que humanos pftBto de gigangiraba veloz en el espacio. tescos cetáceos, i Ah! y tan desgarradoras ersu las laY ecaeció que el Señor mentaciones, las m a Id icio extendió su diestra mano nes que oían aquellos essobre un inmens J osario queletos, que, metiendo que a BUS pies se extensus huesosos dedos en IOB día, y de él se alzaron oído?, BO los saltaron. Peunos esqueletos horribles: ro el Señor, que quería eran negros sus huesea, torturarles, puso la divina como negras hablan sido mano en BUS tórax, y al sus conciencias; puao el instante latieron sus coSeñor sua dedos divinos razones en IOB vados peen las vacías cuevas de Jesús camino del Calvario chos. sus ojos, y vieron, y al verse delante de Jesús, de cuyas doctrinas se habían Y sintieron todos loa dolores que se habían sentido en burlado cínicos, se estremecieron, y sus huesos se desla tierra maldita, y sus corazones fueron acribillados con coyuntaron, y esto, hasta tres veoeB, en que el Señor las mismas llagas con que había sido lacerada la humanialzaba su mano y los levantaba, mirábanle ellos, y cal*ii, dad entera. rotas las ligaduras que unían tus armazones esquelético»; Y aquellos corazones, antes, de roca, ahora eran senciluego el S-flor indicólos la cima de una montaña que dollos como los de un nido, amantes cono o IOB de una maminaba toda Europa, y por ella ascendieron, agarrándose dre, tiernos como los de una esposa, generosos como los con sus descarnadas manos a las bocas de los cañones de un héroe, sublimados pir la virtud como los de nn enrotecidoe, y sus plantas se hundíau en IOB montónos sacerdote de Diñe; y los dolores que sentían, eran tan inde miembros mutilados, calaveras espantosamente desaufriblep, tan superiores a las fuerzas humanas, que faé carnadas por las aves carnívoras que hallaron regalado entonces cuando los e-queletoa cayeron par última vez de banquete en el festín guerrero. rodillas, golpeando cou BUS peladas calaveras la tierra, Y cuando hubieron llegado a la cima del gigantesco que ee abría a BUS golpes. monte, el Señor lea fue mostrando una a una las ciudaY acaeció que el Señor extendió su diestra y tomó en des destruidas, las aldeas incendiadas, los ríos teñidos BU cjrazóu todas aquellos dolores y sufrimientos que IOB con la sangre inocente de los que habían maUdo sin sanegros esqueletos no podían soportar como carga de BUS ber por qué mataban; de los que murieron fuera de su crímenes, de su orgullo, de su vanidad, y alzando BU VOZ, patria, sin una madre que cerraba BUS ojos, sin uua espoque retumbó de valle eu valle, de montaña en montaña, sa que sellara sus labios con el último beso, ein un hijo dijo el Señor: qne pusiera una cruz en su pecho, ein uu sacerdote que —Álcenle los caldos, levántense loa déhileB, troqúese recibiera BU primera plegaria, su última conf*-s óu; y mola tierra maldita en tieira de bendición, que Yo, el Dios rían ailí, en las trincheras, BÍU saber ior qué morían. de las grandes misericordias, he tomado para Mi todas Jesús ibales mostrando todos los horrores, todos los las miserias, todas las calamidades, todos los crímenes LA AVALANCHA que, por oaatigo de mi Padre, habrían de ser el azote de la humanidad soberbia que borró de sus leyes la Ley divina; de BUB derechoe, el Derecho divino; trocando mis libertades en sus locuras ¡Ahí Sangre de mi pecho derramada por los hombres, qué iufructuosa has sido! Y el Sefior lloró entonces con gran amargura; y BU llanto bajó hasta las laderas del monte, se dividió en múltiples ríos que se engrosaban en otros ríos y se derramaron cubriendo toda la tierra, que, empapada en las lágrimas de Grieto Jesús, quedó santificada. Y sucedió después, que sobre las antiguas ruinas ee «Izaron nuevos pueblos; nuevas sociedades, inspiradas en una moral cristiana, reemplazaron a l a s •destruidas; la patria fue una patria universal y en su trono se eentó Jesús, como Rey inmortal de los siglos redimidos, y ana fue au bandera como una era BU fe, uno el partido de los hombres políticos comouna era BU religión, un deseo, una filosofía: Vivir con Grieto, reinar con Grieto. Y acaeció que el áDgel de la paz no volvió a abandonar la Tierra entregada por Dios a BU guarda, ni el Señor lloró después las locuras de loe hombrea 6T Existen gentes más papistas que el Papa: es cosa averíguada. Y no son los que quieren que la sociedad moderna vuelva sobre sus pasos, adorando lo que quemó y quemando lo que adoró; no son los que trabajan para elevar el nivel moral de los individuos y los pueblos hasta conseguir que nuestra patria querida vuelva a ser lo que fuó y lo que la hizo la mayor y más gloriosa de las naciones, cuando fue brazo armado de la verdad y la justicia, ni son los que teniendo obligación de oir misa los domingos y fiestas de guardar, la oyen todos los días (pudiendo hacerlo sin faltar a sus obligaciones), porque en ello hacen muy bien y harían mejor si oyeran dos; pues éstos, y muchos más que no se citan, pero que están virtualmente incluidos entre ellos, quieren lo que el Papa quiere, que es la salvación de las almas y la verdadera paz del mundo. Los más papistas que el Papa son ¿pero a qué describirlos con sus pelos y señales? El lector mismo lo verá aparecer en ascuas. D." Teodora, mi veciña, es una señora bigotuda, algo brusca, cargadita de espaldas y cargada con una de ¿Sueño? Tal vez, rezos largos, devociolector, Bea cuanto he nes extraordinarias y eecrito una exaltación prácticas raras que no romántica erotada en hay quien la apee de horas de mia delirios; su camino. Como sapero yo te juro, lecbe que yo ensucio tor, que no habrás cuartillas para los paperdido nada con leer peles periódicos, de me, y por el contralos más acreditados rio, te expones a gapor su intransigencia nar mucho si seriacatólica, me tiene ciermente me has meditato temor mezclado do. Adeináa, que ei no con un poco de rabiete placiesen mis cuarta cuya causa jamás tillas, puedes retiraracerté a comprender. las, con lo que queUno de los días pasadaremos los dos satisdos, estaba en su cafechos; tú, con tu liPAMPLONA.—Simulacro del Prendimiento de Jesús sa departiendo tranbó'mna lilieitad de en la procesión de Viernes Santo quilamente con Agusno leerme, y yo, con tín, su hijo mayor, alumno de la Escuela de Ingenieros, la dulce tranquilidad de haber dado expresión a mis decuando me interrogó more militan, en estos términos. lirios. Y Dios con todop. CIRO ROTO. —¿Es usted quien le ha dicho a mi hijo que el día de San José puede comerse de carne? —Sí, señora —Pues lo siento; pero le aseguro a usted que en esta casa no se comerá de orne ningún viernes de cuaresma. "' CRÓMICAS LIGERAS —Efectivamente, esa es la ley general: los viernes de cuaresma no se puede comer carne ni aun con la bula de Cruzada ni el Indulto de carnes; pero por excepción y dispensa de ley, Su Santidad autoriza que este año puede comerse carne en un viernes de cuaresma, el viernes en que cae la fiesta de San José, . , . .• —Pues, aunque lo diga el Papa, no lo creo. ABIA oído tantas veces la frase, dirigida como —¡Señora, por Dios! Se trata de una ley eclesiástica, un reproche a determinadas gentes, y me y es principio de derecho, que quien puede ponerla puehabía persuadido otras tantas de que era una de quitarla. Su Santidad quitó para España la fiesta de solemne paparrucha, que desconfiaba enconSan José y suprimió el ayuno del día; después restabletrar una persona a quien poder aplicársela ció la fiesta y dejó subsistente la dispensa de la ley del con toda verdad; pero ahora la desconfianza cedió su ayuno, como diciendo: ya que os hago gracia, os la hago puesto a la realidad. entera, y con propina y todo: se acabó el ayuno y la "HAS PAPISTAS QUE EL PAPA,, LA AVALANCHA abstinencia de carne en tal día, forzosamente; ahora, quien a pesar de ello y por su voluntad y de grado quiera ayunar por amor de Dios, hará muy bien. —Lo que se consigue con todo eso es acabar con la fe. —Vaya, D.a Teodora, no ponga usted las cosas en un extremo tan desesperado y tan inexacto, como dicen los oradores parlamentarios. —Pues a mí, aunque vengan veinte papas y me lo digan, lo mismo que si no. Los viernes de cuaresma y el Jueves santo no comería yo de carne por todo el oro del mundo. —Ya lo oigo, y supongo que cuando dice usted jueves santo, se entiende también el Miércoles y el Sábado santo, como no caiga en algunos de ellos la fiesta de San José. —¿Ve usted? Pues esos días no me importa a mí comer de carne. —Pues mire usted lo que son las cosas: precisamente esos días no se puede comer, y el día de San José, sf. —¡Pues así me lo enseñaron mis padres, así lo vi hacer en mi casa y así lo haré yol —Permítame usted que le diga que sus padres de usted se equivocaron en eso. —¡Pues medio Madrid, por lo menos, hace lo mismo! —Entonces siga usted la conducta del otro medio Madrid que no lo hace. —¡Si me querrá usted enseñar a mí lo que debo hacer! Vaya, hijo mío, no hagas caso de estos santos modernos. Y D.m Teodora salió, con la altivez de una princesa de Austria, dando un portazo solemne. Agustín se me queda mirando, como el que dice: ¿y qué me hago yo? A lo cual respondí con los ojos y haciendo otro mohín que equivalía a esto otro: tú verás lo que haces. Pero en la extraña resignación de su mirada entendí que seguiría el parecer de la madre dominadora, y que, como ella, sería más papista que el Papa el día de San José, y mucho menos los días de Miércoles y Sábado santo. PEDRO CRESPO. NUESTRA! idea ha sido la de proponer, y magnífico el estatuir fiesta nacional el veintiocho de Marzo del año actual, por haber nacido en un día similar la incomparable mística Doctora; pues, si alguna mujer resulta acreedora a tal honor y distinción, sin duda lo es Santa Teresa de Jesús. Porque, ¿hay algún aspecto en que se la pueda considerar sin que resulte admirable? ¿Qué grado de santidad no tendría aquella por la que estaba Dios dispuesto a crear el mundo si antes no lo hubiese fabricado? Su oración era tan eficaz, que mediante ella logró más conversiones que un fervoroso misionero; su contemplación tan subida, que arrancó a la teología mística sus más recónditos secretos. Poseía entereza varonil, puesta de relieve en la consecución de la reforma carmelitana y en la fundación de tantos monasterios; humildad profundísima, como aparecía en las pruebas a que fue sometida por el forjador de su espíritu; paciencia heroica en las grandes dolencias y crueles persecuciones que tuvo que sufrir, y lo que es más todavía, en medio de todo esto campeaba su alegría y buen humor hasta tal punto que resultaba inimitable el donaire de sus réplicas y el gracejo de sus dichos. ELLA Todo esto constituye el más rico patrimonio de un almay el ornamento más preclaro del espíritu; porque es incontrovertible que la gracia divina, la santidad y las virtudes son la cosa más valiosa que escogitarse puede; no obstante, en la monja de Avila, además de la altísima perfección religiosa se destaca el fulgor de su inteligencia, hermosamente cristalizado en sus libros y documentos escritos con peculiarísimo estilo. ¡Con qué respetuosa admiración se pasan las paginas de la Vida de Santa Teresa, escrita por ella misma! ¡Qué meollo y sustancia encierran sus Avisos! ¡Qué profundidad de conceptos en el Camino de la perfección! ¡Qué observaciones tan delicadas en las Fundaciones! ¡Qué lecciones tan sabrosas en las Moradas! ¡Qué dominio de la ascética en sus poesías Acerca del amor divino! ¡Qué vuelos tan raudos entodos sus escritos hacia las regiones, del empíreo! Por eso, por el cúmulo de sus excelencias, se encuentran panegiristas de la santa en incalculable número y en todas las regiones del mundo civilizado: la ensalzan los monarcas y el pueblo, los nobles y la plebe, los literatos y la gente ignorante, los académicos y el vulgo, los príncipes de la Iglesia y los sacerdotes, sobresaliendo entre los elogios y elogiadores el dulce Pío X, de santa memoria, en su admirable carta sobre el tercer centenario de la reformadora del Carmelo. Y si algún miserable tiene la avilantez de calumniarla, como Cátulo Méndez, cae herido de muerte por la mano justiciera de Dios. Ya se ve que sobran méritos y prendas en Teresa de Jesús para que se haga el obsequio que se ha determinado hacérsele; pero a mayor abundamiento hemos de señalar un título de indiscutible valor para nuestro caso, y es el haber nacido la santa en nuestro querido país. ¡Qué halagüeña verdad! En suelo hispano brotó esta singularísima flor; en el firmamento de España brilló esta estrella de primera magnitud, y auras españolas respiró Teresa desde el primer instante de su preciosa vida. ¿Cómo, pues, no obsequiar a tan excelsa paisana? ¡Qué ventura poder afirmar con verdad ante la multitud innumerable de los que la admiran: ¡¡es nuestra!! Por eso no es de extrañar que el insigne vate hispano A. de la Cuesta, en un momento de inspiración, exclame alborozado: "Atónito la admira el terreo suelo; La Iglesia la proclama su Doctora; Los ángeles la aplauden en el cielo. Mientras los hombres en absorto pasmo Cantan su amor y su saber profundo, Toda la gloria que su nombre encierra, Dejad que en mi legítimo entusiasmo Diga, llenando con mi voz el mundo: ¡Teresa de Jesús... es de mi tierral* F. GOICOECHEA, Pbro. NUESTROS GRABADOS Vista general y Plaza de los Fueros, de Le rín. Se encuentr-* esta villa a la diaUucm de 77 kilómetros de Pamplona, en la carretera que de esta cindad conduce a San A Irián por Alio, y se compone de 2.200 h 'bitHuteB. Oulina por N. cou el bosque de Baigorri,. por O. con Alio y Sesma, por S. enn An losilla y Carear, y por E. con Fal es, Miranda <1« Ar^a y Larraga. El condado de L^rfu, del que era cabeza esta villa, fue fundado por el rey D. Carlos III, el aflo 1424, en favor de eu hija D. Juana,' asada c<>n D. Luis de Beaumont, y constaba de IOH pueblos de Carear, Andoeilla, Mendavia,. Sesma, Dicaatillo y Alio, y poco tiempo después el mismo rey le agregó 'OH lugares de Sada, Eslava y Cirauqui. La villa de Lerln—dice el historiador Nadal de Garrea—tuvo, por concesión He D • Catalina, reina de Navarra, feria todos loe lunes primeros de cada mes. La. LA AVALANCHA misma reina y eu marido D. Juan de Labrit la hicieron buena villa coa asiento en cortea. D. Sancho el Fuerte, en 1211, absolvió a loa vecinos de Lerin de la asistencia a todas las obras reales, exceptuando las heredades que poseía en BU término y los reparos del castillo, debiéndole pagar por Agosto 500 cablees de pan, mitad trigo y mitad ordio, y mil sueldos por San Miguel. Antes del 1353, y anos después, el alcalde y jurados de la villa nombraban alcaide de ella; mas este derecho se perdió con el tiempo. El escudo de BUB armas es un castillo sobre una roca, y una escala elevada a la puerta del castillo. La parroquia es obra suntuosa y muy bien trabajada, interior y ezteriormente, en 1572. En ella se v* el escudo de armas y estandarte del duque de Valeotinois, y un mnnsoleo de mármol y alabastro en que yacen la infanta de Navarra D * Juana y BU esposo D. Luis de Beaumonl, primeros condes de la villa. Durante la guerra civil de agrá monteses y beau monteses padeció Lerfn más que ninguna otra villa, por la gran parte que tomó en defensa de la causa de BU conde don Luis de Beaumnnt, quedando de sus resultas destruido «n BU mayor parte el formidable castillo que defendieron loe naturales, con extraordinario entusiasmo, basta ro poder resistir el impulso de los sitiadores. Por lo cual y mediante consentimiento del conde, se entregó la fortaleza. ORñGlÓN POR Lft Pf\Z (i) ¡Dios de misericordia! i Jesús sacramentado! A tas plantas un pueblo, ferviente, arrodillado, EQ esta noche implora, tu amor y t u perdón. Son tus adoradora... Nos manda ta Vicario: «Pedid la paz—nos dice,—pedidla ante el «agrario, Que al Corazón de CrtBto tuba vuestra oración. ED lachas fratricidas se ensañan las naciones; Que la piadosa España no mande a sus legiones A hac*r más cruel la guerra, la muerte más vorai.» |No! Que nuestros hermanos se maten no queremos. [[Por tus llagasl!. •. Salvadnos, Señor, que perecemos; Extiende sobre Europa et manto de la paz. De tantas pobres madres, [Virgen de los Dolores!, Ejoucha los gemldns, escucha los clamores; Rangado, como el tuvo, tienen su corasón; Pues sabes, tierna Madre, pues sabes, Virgen pura, Cuando se pierde un hijo qué horrenda es la amargura, i ¡Por el que Tú perdiste... ten de ellas compasión!! ¡Dios de misericordia, Jesús sacramentado, Virgen de los Dolores!... Del mando alborotado Calmad por fin los odios, su furia apaciguad! Que cese vuestro enojo ya hacia IOB pecadores... itPor toda vuestra gloria, por todos los dolores... España os lo suplica, BUB voces escuchad!! DOMINGO MELBRO BOLDOTA, Adorador nocturno dé ta Sección di Madrid. Jesús camino del Calvario.—Nuestro grabado es reproducción de un hermoso cuadro pintado por un distinguido artista. aune Simulacro del Prendimiento de Jesús en la procesión de Viernes Santo, en Pamplona.—La procesión del Santo Entierro que se celebra en Pamplona será enriquecida este uño cou el nuevo paso del Prendimiento de JÍHÚB en el Huerto, que reproduce nuestra fotografía, cuya construcción ha sido confiada a la casa de los sefiores Artieda y Arrieta de esta capital. «Es UD hermoso grupo escultórico—decía de él hace pocos días un periódico local—compuesto de ocho magnificas figuras de tamaño natural (L'65 metros de altura), construidas en madera de cedro por el escultor barcelonés D. Jo-é Rio, con sujeción al boceto presentado por la casa Artieda y Arrieta, la cual so ha encargado del de«orsdo completo del paso. Representa el grupo, el momento en que Jesús fue prendido en el Huerto por los alguaciles de los pontífices y de los fariseos, a quienes vendió Judas el divino Maestro, por 30 monedas de plata. Aparece en el lado izquierdo de la eecena, Judas dando •a Jesús el beso de la traición viéndose al primero, en la mano izquierda, la bolsa cou el precio de la venta. Figura también en el mismo lado un grupo de sayones, uno de los cuales lleva en la mano una gran antorcha que ilumina la eeceua. A la derecha se ve a 8an Pedro despuéB de cortada la oreja a Malc¿>, y a éste en una actitud muy propia de lo que representa. En este lado 6gura igualmente un soldado en actitud de prender al Maestro, revelaudo en m gesto el odio hacia el apresado. Tiene el lazo en lna manos. En la parte posterior y dominando la eecena está la figura de un escriba, disponiendo el prendimiento de Jesús. Todas estas figuras aeran colocadas en uua plataforma de tres metros p ir dos, que se pondrá sobre uaaa andas sencillas, iguales a las de los demás pasoa de la procesión. El dol «Prendimiento» será ilu ninado por cuatro flameros de dobles antorchas de acetileno, colocados uuo en cada esquina o ángulo de las audtis, inaa por la antorcha, antes mencionada, que lleva una de tas figuras. Resultará, pues, sin duda alguna un magnifico cuadro -que contribuirá en gran parte a la mayor brillantez e importancia de la procesión. Aunque las figuras se han hecho huecas, el nuevo pa60 completo, tal y como ha de salir a Ifi calle, vendrá a pesar próximamente unos 374 kilos.» UN CUERVO ON laB cuatro de la madrugada. La campana deja oir BU tintiueo monótono, anunciando el deeperiar. Ya et sol naciente prende sai primeros rayos en IUB vidrieras de la celda, y un resplandor resbala por los muros blancos y triste?, sin encontrar uno solo de esos mil juguetillos de gabinete que el comercio parieiéu hace boy penetrar por todas partes. Una cama de bierro arenada por un crucifijo, una silla, un perchero, un armario pequeño, sobre el que destacan colocados dos retratos de viejos aldeanos: uu hombre y uua mujer... Y no hay más. Con mirada todavía llena de sueño, el joven Hermano vuelve a ver una vez más la soledad de su cuarto, entrando poco a poco en la realidad. Comienza una nueva jornada, uu nuevo día monótono, como el tintineo de la campana que lo anuncia. Ya a derecha e izquierda, el ir y veoir de sua cofrades se deja oir; la regla le lia-ua también a él. jLiatol Se persigna, y hele en pie. * *** Con un gesto maquinal, el Hermano abre la ventana. Un silencio c-tei abso'uto se cierne Bobre la ciudad dormida. Apeuas si ea la lejanía so oye el rumor de loa primeros carricoches de los lecheros. El aire es puro, las golondrinas vuelan muy alto en el límpido azul del cielo. EL día será magnifico. Pero ¡qué le importa a él, caya vida se desenvuelvo entre e-oe cuatroa muros! El sol puede iluminar el univerao; en el fondo de su pobre clase no hay ni la posibilidad ni el tiempo de aprovecharlo. No se ha creado para él la deslumbradora naturaleza con la frescura de sus encanto!. Qiédase paca otros el derecho de disfrutarla. Et es el pana, aquel de quieu los (i) Inspirada en la Vigilia por U paz, de la Adoración Nocturna, y en la oración d « Su Santidad. LA AVALANCHA parisienses se mofan al encontrarle, en cualquier pobre tarde de permiso, en el bosque de Mame y de Vilte d' Avray; ¿1, que siembra y que no ve la cosecha; él, que cultiva esa bella y difícil flor de la juventud, y A quien •e le ha arrebatado en el momento en que iba a abrirse; él, que comiensa en las generaciones, renovándose sin oesar, el duro oficio de troquelar el hombre dormido en «1 niño. Para otros es el encanto íntimo y el dulce calor del hogar De otros, la dicha de sentirse amado Él es el instrumento aprovechable durante cierto tiempo, y que •e arroja luego con indiferencia, como si bajo su pobre sotana de paño burdo no latiera un corazón que Dios hi•o sensible y bueno. Y sin embargo, ¡si él hubiera queridol Si él hubiera ciones, a todo ese conjunto lleno de miseria y monotonía en que se desarrolla toda BU existencia y donde todos su» días caen uno a uno en la eternidad, ahondando cada día la fosa banal que debe acogerlo, como la gota de agua, del techo gasta lentamente la piedra que la recibe. " * ** Y cuando acababa de pensar, con los ojos perdidos en el espacio, un cochero de alquiler paeó a pie por la calle de enfrente, el capote sobre el braxo y el látigo en la mano. J —jSapristi! un cuervo—dijo con despecho.—[Hoy me va a suceder algo malol Métetelo en la cabeza. Si yoquiebro una canilla, tú la pagarás. V cuando el pobre Hermano se arrodilló en la capillita, con la cabeza entre las manos, descorazonado de encontrar el odio donde él acababa de llevar el amor, la abnegación y el sacrificio, oyó la voz del Superior que leía en> la Imitación: «Si tú rehusas eufrir en tu cuerpo y en tu alma, no teparecerás a Cristo.» «No digas nunca: no esperaba eso del hombre al que no he hecho más que bien.» «Porque Cristo también ha hecho el bien a BUS verdugos, y como El, tú serás siempre en el mundo digno de contradicción hasta el día de la eterna justicia y de la inmutable eternidad.» PlBRRB L'ERMITE. MESA REVUELTA rehusado oír el divino llamamiento y retrocedido ante la dulce misión que Dios le ofreció a los dieciocho años, si hubiera permanecido lejos, en la aldea, ¿hubiera realizado el bien que acumulaba aquí? Durante un instante, el joven Hermano mira maquinalmente las profundidades brillantes que se encienden por encima de él. Diríaae que entrevé allá lejos, centelleante, que vislumbra en lontananza, resplandeciendo en la frescura matinal, las altas cimas nevadas, los lagos transparentes de lan bellas comarcas que ha dejado. Y tan lejos como alcanzan sus miradas, las casas sucediéndoee a las casas, les callea a las calles, y en vez de los álamos de Saboya, las negras chimeneas de las fábricas que limitan el horizonte. Tiende IOB OJOB por bajo de él a los techos de zinc de la escuela, a los muros amarillentos cribados de inscrip- TJn ejemplo.—El M. I. Sr. Secretario de Cámara del arzobispado de Toledo, D. Félix Bilbao y Ugarriza, y el Mayordomo de 3. E. R. D. José Marcos Colomina, hicieron un viaje de Tolfdo a Valencia expresamente por emitir su voto en las últimas elecciones de diputados provinciales, permaneciendo en aquella ciudad solamente las horas precises p&ra cumplir un deber que no eólo es de ciudadanía sino de conciencia cuando se trata de impedir el triunfo de elementos revolucionarios. Hermoso ejemplo y elocuente lección han dado eatoa sacerdotes a los católicos comodones. Vaya nuestro aplauso, aunque modesto. P r l o q u e mata.—Ese lo padecen todos los que, disuelto el hogar cristiano, van a buscar calor prestado en las interminables tertulias del café y la tabernas, en el LA AVALANCHA Atolondramiento del baile, en la mesa de juego del club y del carino... Sin duda alguna que la disolución del hogar, la ausencia de la familia, la dispersión de ta casa, ee boy carácter del siglo y funesto origen de evidentes trastornos sodales. . : Reflexionemos: «Yo eó donde hay un lugar en que no puede faltar nunca un poco de calor, - . '. • y 6B el rincón del bogar en que hay un poco de amor.» aune C o n f e s i o n e s libérale*.—En un articulo qne publica en el periódico anticlerical de Madrid El Heraldo, el escritor Manuel Bueno, opina, mirando al sanatorio de Fon ti lies para leprosos, fondado y sostenido por el benemérito F. Carlos Ferrie, de la Compañía de JeeÚB, que ese Sanatorio funciona «por la noble tenacidad del P. Ferrif y por su piadoso ascendiente sobre las almas». Yaunde: «El preciado jesuíta ee un caso de tesón efusivo, y también, ¿por qué no decirlo?, de caridad cristiana, Solamente cuando el hombre se considera atado, por un hilo invisible, a la divinidad, es capaz de arrostrar ciertos compromisos d% abnegación. El altruismo, con ser una virtud estimable que descubre la estirpe socrática de cierto? ¿spl'itus, no pone, como la caridad, nuestro corazón al rojo vivo, temperatura indispensable para afrontar un sacrificio inrpnBn y prolongado. Los leprosos de Fontilles, como los de Granada y Sevilla, están cuidados por un personal afiliado a comunidades religiosas.» Muy uien. Pero, ¿* que no Be dice nunca de Lerroux y comparsa, qne tanto alardean de redentores del pueblo, que han marchado a estas leproserías para asistir a loa pobrecitos apestados? |Cal esto queda para los calumniados religiosos. sultados del juego le son desfavorables, aumenta BU malestar horriblemente. La vida del jugador es tan inquieta como la del enfermo presa del grado más elevado de fiebre. Para él no bay descanso; IOB días y las noches las consagra a erte trabajo ruinoso de la salud, de la tranquilidad y del bolsillo. ¿Cuáles son las consecuencias de este vicio? No pueden ser más deplorables; la experiencia lo ensena cada día. En el orden individual, el jugador es una persona degradada, un holga¿án, un enfermo de alma y cuerpo, una estrella errante sin norte ni dirección. En el orden doméstico, el jugador es un mal esposo y el tormento de su consorte, un verdngo que esclaviza a la familia con su carácter adusto y su mal comportamiento, un mal padre que se olvidará de la grave obligación de alimentar y educar a BUS hijos, malversando el dinero que había de emplearse en satisfacer las necesidades familiares. En el orden social será un desprestigiado, una plaga terrible, porque el jugador es el elemento más apto para todas las malas empresas de los explotadores del pueblo. [LectoreB, huid de semejante viciol U n a conversión.—En la iglesia parrnquial de San Ginófl, de Madrid, fue bautizada <eub conditione», hace pocos días, una distinguida señorita alemana que residía en ParÍB, de donde logró e-capar uno de los primeros diao de la movilización. Ntcida de padres protestantes y educada en el protestantismo, sintió en París deseos de convertirse a la Religión Católica, Ap stóhca, Romana, y el R. P. Martín, superior de la Misión española de Hijos del Inmaculado Corazón de Muría en París, comenzó a instruirla en las verdades de nuestra Santa Religión, y estaba para ser ba tizada de un momento a otro cuando estalló la guerra. Fue madrina de la conversa, a quien muy de veras felicitamos, la señora doña M>*rla Jesús Domínguez y Vídaurrt-ta, espesa de nuestro amigo y paisano el conocido escritor católico D. Eustaquio Echauri (FradÜe). E l juego.—El juego es una diversión que desgraciadamente se propaga mucho en todas partes. Son muchos los obcecados que cifran la esperanza de su bienestar en la práctica de este vico. M«s, [qué desengaño sufren! El bienestar no aparece por ninguna parte. ¿Cuántos son los jugadores que lo han logrado? Pocos, por cierto, por no decir ninguno. Es que juego y fortuna BOU incoinpuüb'es. No tiene, tampoco, el jugador tranquilidad de ánimo, porque BU vi a ee siempre agitada. Discurre y cavila, piensa y medita todos los momentos Bobre el juego, qne considera ocupación necesaria y perentoria. Su corazón experimenta congojas inexplicables y misteriosas; paaa por torturas crueles, ocasionadas por el temor y el afán de la suerte, y a medida que los re- Contra la pornografía: c a m p a ñ a moralizadora.—Leemos en un colega de la corte, que a consecuencia de la dHnuncia presentada por la sección contra la pornografía que funciona en el Centro de Defensa Social, se ha condenado por el Tribunal municipal del distrito de BuenaviBta, a diez días de arresto y pago de una multa de 25 pesetas y lae costas del juicio, a un vendedor de folletos pornográficos. Ojeamos que este ejemplo de tan importante Centro de Defensa de Madrid tenga muchos imitadores, para barrer tanto espectáculo inmoral que están corrompiendo a los pueblos. D. Francisco Archanco e Irigoyen, Don Baltasar Izaguirre, socio de la «Biblioteca Católico-Propagandista», falleció en Pamplona el 24 de Febrero de 19 í 5 R. I. P. socio de la 'Biblioteca Católico-Propagandista, falleció en Pamplona el 26 de Febrero de 1915 R. I. P. • La referida Sociedad y su órgano en la prensa LA AVALANCHA ruegan á los socios, lectores y personas piadosas que hagan la caridad de encomendarles á Dios en sus oraciones. Su Santidad el Papa León XIII, en Breve de 19 de Diciembre de 1890, concedió sesenta días de indulgencia por rezar cinco padrenuestros y avemaria* en sufragio de la> de los 3oclos difuntos. PAMPLONA.—Imprenta, Librería y Centro de suscripciones de Jeaúfl García, calle de la Estafeta, número 31. LA AVALANCHA «AJA DE AHORROS DE "LA VASCONIA" SUCHAS METÁLICAS * • . • • . t "LA YA8CONIA, Sociedad anónima de Banca y Crédito, ha •plantado e m ú Caja de Ahorros las huchas netálicaí que tanto éxito han aleansado en el extranjero y en varias provincias de España, con cuyo sistema le fomenta la virtud del ahorro I que tantos bnneicios proporciona al que la practica. Es la primera Sociedad que establece eite serviIclo en Navarra. El dinero ingresado en eatai huchas y depositado en la Caja de Ahorros de LA VA8C0NIA, produce al imponente un Interés de | tres por ciento anual que se computa por decenas, y es dinero disponible á la vista todos los días la_ oorables, mañana y tarde. LA VASCONIA facilita gratis á ene clientes estas huchas en eondtcloaei que K darán á conocer al que lo desee. SOMBRERERÍA DE AZNAREZ Sombreros para señores sacerdotes, desde 8 á 30 ptaa. Solideos y gorros. Bonetes á 1*60 pesetas. 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