Control de las reacciones adversas medicamentosas en el medio

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Reu. Med. Univ. Navarra, Vol. XX, 209, 19/6
Control de las reacciones adversas medicamentosas
en el medio hospitalario
f. Honorato, J. Giráldez, R. Martí Massó, D. Pos,
f. L. Velasco, H. Sánchez
Es un hecho farmacológicamente comprobado que ningún medicamento verdaderamente eficaz, esitá desprovisto de
efectos adversos. El verdadero problema
de la utilización medicamentosa de un
fármaco, reside en e'ffiplear!o en las condiciones más favorables para que produzca de una manera lo más potente posible su efecto terapéutico y de una manera lo más mínima 1posiible sus ef<ectos
adversos.
Hoy en día existen dos 1problemas fundamentales que moúvan que 1la cantidad
de reacciones adversas a, los medicamentos haya aumentado de una forma verdaderamente espectacular en los últimos
años, primero la a,parición de medicamentos extraordinariamente potentes y
muchas veces provistos de un margen terapéutico muy estrecho, y segundo la
utilización cada vez más .frecuente de la
poli-farmacia en el tratamiento de un sólo enfermo. De hecho resuiJta actualmente muy difícil encontrar en el medio 'hospitalario tratamientos muy sen c i]] os,
siendo por el contrario la norma el que
cada enfermo se encuentre tratado por
varios medicamentos, que pueden tener
entre sí numerosas interaciones y pueden ·potenciar sus efectos no sólo terapéuticos sino también tóxicos. Recientes
estudios realizados en BE. UU. (J. Hop
kins Hospital) han determinado que el
número medio de fármacos utilizados en
un enfermo es de 12 medicamentos, variando entre dos como cifra mínima y
40 como cifra máxima.
Se ha demostrado en estudios estadísticos realizados por la F. D. A., que de
un 18 a un 30% de los pacientes hos1pitalizados, presentan alguna reacción adversa medicamentosa.
Se deduce pues, de estos presupuestos que resulta imprescindible el disponer en medio hospitalario de un sistema
de información que procure detectar de
una forma lo más eficaz posible los efectos medicamentosos adversos que produzca la terapéutica formacológica.
Desde el punto de vista de su clasificación ·podemos dividir los efectos adversos en cuatro üpos diferentes:
Primero, e·fectos secundarios, entendemos por tales los efectos medicamentosos no deseables de una droga que están directamente relacionadas con la utilización de esta droga específicamente y
que por lo general son bastante conocidos, se sabe ya de su 1posible aparición y
se valoran siempre los beneficios que el
tratamiento con esta, droga pueden aportar y las desventajas que estos efectos
J.
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secundarios pueden producir a la vista
de los beneficios que se espera obtener.
Segundo, las reacciones tóxicas, reacciones que se encuentran reilacionadas
directamente con la dosis empleada de
la droga que aparecen cuando se sobrepasa el margen ternpéutico utilizab~e.
En tercer lugar, tenemos los efectos
adversos ¡producidos 1por la hipersensibilidad a una de terminada droga, reacciones que pueden adoptar diferentes características y que dependen preferentemente de la interacción de ambos componentes, droga y enfermo.
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En cuarto lugar, las reacciones idiosincrásicas, categoría en la que se incluyen
diversas reacciones por las que una droga administrada a dosis normales puede producir en determniadas personas
efectos no deseables.
Es necesario, desde nuestro punto de
vista, el organizar un sistema de detección de todo es te tipo de reacciones adversas.
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Este sistema de detección debe estar
origanizado en dos sentidos completamente distintos, el primero funcionando
mediante eil aporte de ila información que
los clínicos suministran al Comité de
Farmacología Terapéutica, y una segunda vía de sentido completamente contrario en la que este Comité de Farmacia y Ternpéutica in vestiga dentro del
Hos1pital por propia iniciativa la aparición de 1posfürles reacciones adverséls.
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La primera vía debe partir, como digo,
del enfermo me'diante la detección a su
nivel por parte del clínico del monitor,
de la enfermera esipecializada o de la persona que se crea conveniente, de cualquier tipo de reacción medicamentosa no
deseable. Esta reacción debe ser convenientemente registrada en unos impresos en los que figuren los datos íundamentales del enfermo, la enfermedad que
padece y el itratamiento concomitante
que está recibiendo. 1Esta hoja informati1
Vol. XX
HONORATO Y COLS.
va debe ser reportada directamente y de
una forma rápi da al Comité de Farmacología y Terapéutica que debe iniciar rápidamente una investigación detallada
acercé[ de ese enfermo, de las reacciones
que se han producido en él, de las otras
drogas que está recibiendo y de la droga en sí que se sos1peciha haya producido
la reacción.
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Este sistema de información se ve nota>blemente facilitado si cada enfermo lleva registrada junto a su historia clínica
una historia farmacológica en la que figuren todos los medicamentos que se
sepa ha recibido este enfermo o que
está recibiendo en la actualidad y cualquier otro tipo de reacciones que haya
podido tener en el pasado a cualquier
üpo de droga.
La segunda vía de investigación como
decía anteriormente, debe ser la iniciativa que el Comité de Farmacología y Terapéutica del Hospital debe tomar para
descubrir posibles efectos adversos de
las drogas.
Esta iniciativa debe estar orientada en
tres sentidos.
Un primer camino debe ser el investigar directamente los enfermos que se
encuentran en el hospital y que padezcan una enfermedad sospechosa de estar relacionélda con la posible aparición
de efectos adversos de las drogas, en este sentido, creemos que son fundamentalmente once tipos de 1pacientes los que
este Comité debe investigar. Primero todos los pacientes que hayan fallecido en
el hospital y se pueda disponer de un
compileto protocolo necrópsico. Segundo,
enfermos que padezcan agranulocitosis,
anemia plástica, leucopenia y trombocitopenia. Tercero, síndrome de StevensJohnson, eritema multiforme. Cuarto, insuficiencia rena11. Quinto, hepatitis. Sexto, relaciones anafilactoides. Séptimo,
psicosis tóxicas. Octél vo, cualquier diagnóstico que contenga un nombre de droga. Noveno, enfermos que tengan un
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REACCIONES
ADVERSAS
EN
EL
MEDIO
HOSPITAL ARIO
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RASH cutáneo. Décimo, enfermos con
anemia hemolítica. Oncea vo, enfermos
con hemorragia gastrointestinal.
de estudios retrospectivos que pueden
suministrar a través del estudio de estadísticas vitales, datos de enorme valor.
En segundo lugar, el Comité de Farmacología y Terapéutica debe tener otra
pista de investigación que debe ser el !Seguir de cerca la utiilización de t o d a s
~quellas drogas en principio consideradas como peligrosas o que en conjunto
suelan dar un mayor 1porcentaje de reacciones adversas. En este s·entido señafaríamos el control de antibióticos, fármacos cardiovasculares, y corticoides 1por
sólo citar los tres más frecuentemente
productores de reacciones adversas.
A través por ejemplo de uno de estos
estudios es como se detectó la acción de
los hroncodilatadores en forma de aerosol sobre la mayor incidencia de muertes
en enfermos asmáticos, estudio que ya
citó el Profesor Domínguez Carmona.
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En tercer lugar, eil Comité de Farmacología Clínica y Teraipéutica debe seguir una tercera vía de investigación que
es completamente casual y que debe consistir el investigar de una forma completamente al azar las reacciones que pueden aparecer en cualquier enfePmo que
se haya etlegido a suertes o mediante un
sistema radomizado dentro del Hospital.
Estos estudios retrospectivos pueden
asimismo suministrar datos tan importantes como ha sido fa enorme aparición
de efectos secundarios que iha determinado la utilización muy frecuente de anticonceptivos orales o como se demostró
en una Clínica suiza, la aparición de hipertensiones pulmonares primarias utilizando el antianorexígeno fumarato de
ammorex.
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Existen pues, toda una serie de procedimientos de detección en efectos adversos que creemos de suma utilidad y
sobre todo de urgente implantación en
nuestros hos pitales, 1para detectar en lo
posible la a1parición de efectos adversos
en las drogas y poder llegar así a un conocimiento más exaoto de su utilización
terapéutica.
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Por último, otro sistema de detección
de reacciones adversas y que compete ya
no sólo únic(!mente en el hospital, sino
a toda la farmacología, es la rea>lización
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