ENSAYO SOBRE LA ADOPCIÓN POR PAREJAS DEL MISMO SEXO JOSÉ HERNANDO VANEGAS SÁNCHEZ LINA MARCELA SÁNCHEZ HENAO CLAUDIA MILENA CASTRO ZAPATA BEATRIZ ELENA OTÁLVARO PRESENTADO AL DOCENTE CLARA INÉS BARRETO CORPORACIÓN UNIVERSITARIA AMERICANA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS, CONTABLES Y ADMINISTRATIVAS PROGRAMA ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA MEDELLÍN-ANTIOQUIA 2010- I Desde hace algunos siglos en el mundo se viene hablando sobre los derechos humanos y la idea de abolir cualquier tipo de discriminación; específicamente la discriminación sexual ha generado controversia a nivel mundial, debido a que las personas homosexuales piden que se le reconozcan otros derechos como son: el matrimonio y la oportunidad de formar una familia a través de la adopción. Derechos que hasta ahora solo eran para parejas heterosexuales. Algunos países han decidido otorgar estos derechos, lo cual ha generado polémica debido a que se considera que se pone en peligro la estabilidad social y emocional de los menores involucrados. Este ensayo se enfocará entonces en la hipótesis de que un menor adoptado por una pareja del mismo sexo, tendrá muchos más problemas tanto a nivel social como emocional en comparación con los demás. La oposición a que la convivencia de un niño se desenvuelva en un hogar formado por una pareja homosexual ha sido expresada por numerosos psiquiatras, psicólogos, pediatras y pedagogos en el mundo; a pesar de esto, los medios de opinión se esfuerzan en deslegitimar cualquier intento de oponerse por razones científicas y sociales a la adopción por parte de estas parejas. Aquellos quienes están a favor defienden que la sociedad progresa y que tiene un compromiso con el avance social, rompiendo con los paradigmas sociales y las barreras discriminatorias contra los homosexuales. Esto no significa que quienes nos oponemos a la adopción no estemos a favor de que las personas homosexuales registren públicamente sus amistades intimas como uniones de hecho en el marco de la protección de la seguridad social; al contrario, consideramos que estas personas deben ser respetadas y protegidas pero que su estilo de vida no debe ser propuesta a los niños como una opción de vida que pueda afectar su bienestar y desarrollo afectivo. A continuación expondremos los argumentos que apoyan nuestra tesis. En primer lugar es importante para un niño tener un modelo de autoridad, firmeza y fortaleza características que aporta un padre; y la flexibilidad, condescendencia y ternura que aporta una madre. De acuerdo con el eminente psiquiatra Enrique Rojas, director del instituto español de investigaciones psiquiátricas: “un niño educado por una pareja homosexual puede carecer del complemento que al la educación aporta cada uno de los padres y podría adquirir modelos erróneos de pensamiento, sentimiento y conducta”. Esta opinión es también apoyada por Paulino Castells, doctor en medicina y psiquiatra experto en temas de familia quien opina que: “un niño necesita un modelo femenino y masculino, no un modelo de género sino también de sexo, diferenciado anatómica y psíquicamente" En segundo lugar la mayoría de los que están en contra coinciden en que no se debe experimentar con los menores, poniendo en riesgo su integridad y su bienestar ya que será mucho más complicado para el menor adaptarse al medio social sin ser estigmatizado; será visto por los otros niños como un ser extraño, siendo motivo de burlas e insultos; en consecuencia, le provocaría un aislamiento social que lo marcaría toda la vida; así lo expresó el presidente de la asociación mundial de psiquiatría, Juan José López, quien afirma que: “Un niño paternizado por una pareja homosexual entrará necesariamente en conflicto en sus relaciones personales con otros niños. Se conformará psicológicamente como un niño en lucha constante con su entorno y con los demás. Creará frustración y agresividad.” En tercer lugar, se pone en riesgo la estabilidad emocional del niño, dado que desde nuestro punto de vista, las relaciones entre parejas homosexuales son más inestables en comparación con las heterosexuales; esta afirmación es apoyada por la especialista en terapia familiar Mónica Fontana Abad profesora de la universidad de San Pablo, quien afirma que: “está comprobada que la promiscuidad de las uniones homosexuales es mayor y que dichas relaciones se rompen cuatro veces más. “Imaginemos las consecuencias sobre los niños tan necesitados de seguridad y estabilidad por un segundo abandono". Por último, conviene recordar que la Asociación Española de Pediatría opina que "un núcleo familiar con dos padres o dos madres es, desde el punto de vista pedagógico y pediátrico, claramente perjudicial para el armónico desarrollo de la personalidad y adaptación social del niño". A continuación expondremos los principales argumentos que existen en contra de nuestra tesis: Según Miguel Cherró que fue vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Psiquiatría y Psicopatología de Niños y Adolescentes, afirma que existen numerosos estudios sobre la conveniencia o no de que parejas homosexuales adopten niños, que comienzan en la década de los años de 1950 en Estados Unidos y prosiguen en Reino Unido, Bélgica y Holanda y que La investigación demuestra que no son diferentes los hijos de homosexuales; y que a partir de la experiencia clínica que posee, ha podido confirmar la veracidad y validez de los estudios que menciona; aunque agregó que sí pueden "enfrentar mayores dificultades del punto de vista del entorno social, porque se las tendrán que ver con prejuicios y discriminaciones que son los que pueden generar dificultades secundariamente" La escritora y psicoterapeuta Marina Castañeda coincide con las anteriores afirmaciones, y además afirma que la incidencia hacia la homosexualidad es la misma a la de los menores criados por parejas heterosexuales, argumentando que si fuera cierto que los menores toman como modelos a sus padres, no existirían homosexuales y que las dificultades causadas por los prejuicios y discriminaciones sociales en algún momento serán superadas, de la misma forma que se han ido superando otros tipos de prejuicios sociales, como son el racismo, la afinación política o la religiosa. Tenemos que admitir que son muy validas las razones que nos presentan los personajes antes mencionados; sin embargo, ninguno de ellos puede afirmar que no los menores no tendrán conflictos sociales y que estos conflictos no afectarán su correcto desarrollo emocional y psicológico; y aunque reconocemos que es muy cierto a medida que la sociedad evoluciona algunos prejuicios y discriminaciones sociales van desapareciendo, no se debe sacrificar a los menores de este tiempo aunque sea para ayudar a los del futuro; además la experiencia nos muestra que estos prejuicios no desaparecen totalmente si tomamos como ejemplo la discriminación de la que aun son objeto las personas de piel negra o las disputas religiosas en algunos países. En conclusión, un menor que sea adoptado por una pareja del mismo sexo, necesariamente tendrá que afrontar dificultades de tipo social que como resultado traerá problemas psicológicos y emocionales, muy parecidos a los que afrontan muchos niños y adolescentes en la actualidad producto de la baja autoestima causada en la mayoría de los casos por las burlas e insultos por parte los demás. Cabe también señalar que no es un derecho para los adultos la figura de la adopción, sino un derecho para el menor de crecer y desarrollarse en la mejor familia posible.