Imagen: Gema Lisbeth Loor Flores De Valgaz OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X DIRECTOR DE LA PUBLICACIÓN COMITÉ CIENTÍFICO PhD. Miguel Alfonso Bouhaben. Profesor en Diseño y Comunicación visual. ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA DEL LITORAL. ESPOL. PhD. Gonzalo Abril Curto. Catedrático Emérito de Periodismo. FACULTAD DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID. ESPAÑA. SUBDIRECTORA DE LA PUBLICACIÓN Mg. Alejandra Bueno de Santiago. Profesora de la carrera de Diseño Gráfico. UNIVERSIDAD SAN GREGORIO DE PORTOVIEJO, ECUADOR. CONSEJO EDITORIAL Abg. Marcelo Farfán Intriago. RECTOR USGP. PhD Asunción Bernadéz Rodal. Profesora Titular del Departamento de Periodismo III. FACULTAD DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID. ESPAÑA. Mg. Lina Katiuska Cedeño Tuárez Profesora de la carrera de Diseño Gráfico UNIVERSIDAD SAN GREGORIO DE PORTOVIEJO. ECUADOR. Dra. Lyla Alarcón De Andino. DIRECTORA GENERAL ACADÉMICA USGP. Ing. Mariela Coral López. DIRECTORA DE LA CARRERA DE DISEÑO GRÁFICO USGP. PhD José Gabriel Ferreras Rodríguez. Profesor de Comunicación Audiovisual. UNIVERSIDAD DE MURCIA. ESPAÑA. CONCEPTO GRÁFICO PhD Héctor Fouce Rodríguez.. Profesor de Ciencias de la Información. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID. ESPAÑA. Ing. Ángel Solórzano Zambrano. DIAGRAMACIÓN. [email protected] Mg. Flor de Lis López Hernández. Profesora de Historia del Diseño. INSTITUTO SUPERIOR DE DISEÑO (ISDI). CUBA. Leticia Alexandra Benitez Sabando. PORTADA, CONTRAPORTADA Y DISEÑO EDITORIAL. [email protected] PhD Juan Emilio Martínez Martínez. Jefe del Departamento de Relaciones Internacionales. INSTITUTO SUPERIOR DE DISEÑO. (ISDI). CUBA. Holger Edison Diaz Salazar DISEÑO EDITORIAL Y FOTÓGRAFÍA. [email protected] Mg. Julia Martínez Vázquez. Profesora de Educomunicación. UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA. Silvia Marielena Morán Ponce DISEÑO EDITORIAL [email protected] Imagen: Gema Lisbeth Loor Flores De Valgaz / idea original de Colin Anderson. Mg. Odalys Beceiro Gigato. Profesora de la carrera de Diseño Gráfico. UNIVERSIDAD SAN GREGORIO DE PORTOVIEJO. ECUADOR PhD Javier Mateos-Pérez. Profesor Asistente en el Instituto de Comunicación e imagen. UNIVERSIDAD DE CHILE. CHILE. Victor Fernando Loor Moreira DISEÑO EDITORIAL [email protected] PhD Eleder Piñeiro Aguiar. Director Centro de Investigación USGP. UNIVERSIDAD SAN GREGORIO DE PORTOVIEJO. ECUADOR. Gema Lisbeth Loor Flores de Valgas DISEÑO EDITORIAL [email protected] PhD Bárbara Sainza Fraga. Profesora adjunta en el Grado de Animación U-TAD. CENTRO UNIVERSITARIO DE ARTE Y TECNOLOGÍA. ESPAÑA. ENTIDAD RECTORA: Universidad San Gregorio de Portoviejo.Portoviejo-Manabí-Ecuador. Dirección: Avenida Metropolitana No. 2005 y Avenida Olímpica. Teléfonos: (593 5) 2935002 / (593 5) 2931259 / (593 5) 2932837 Código postal: 130105 PhD Marcello Serra. Docente Investigador en Periodismo. UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID PhD Roxana Popelka Sosa Sánchez. Profesora de Sociología. FACULTAD DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID. ESPAÑA. Las opiniones expresadas en los artículos de esta revista son responsabilidad de sus autores y no reflejan la opinión de «Ombligo. Revista de Comunicasión Visual» ni de su Consejo Editorial. «Ombligo. Revista de Comunicasión Visual» es una publicación científica, de frecuencia semestral, orientada a la investigación transdisciplinar y dirigida a investigadores, estudiantes, diseñadores gráficos, profesores y comunidad científica nacional e internacional. Todos los artículos que aparecen en este número fueron revisados y aprobados por pares externos. «Ombligo. Revista de Comunicasión Visual» es una publicación de la Carrera de Diseño Gráfico de la Universidad San Gregorio de Portoviejo. Los envíos de artículos y colaboraciones serán recibidos en la siguiente dirección electrónica: [email protected] ISSN: 1390-955X ciencia y academia DISEÑO y sociedad cultura e identidad médula Imágenes de una disciplina: representaciones La paradoja como dispositivo para el Manifestaciones de una cultura híbrida. Exposición de trabajos de los estudiantes en de la antropología. pensamiento político en Lars von Trier. Fotografía en Ecuador. Diseño Gráfico de la Universidad PhD Eleder Piñeiro Aguiar. Universidad San Gregorio de Portoviejo. Ecuador. Mg. Violeta Alarcón Zayas Universidad Complutense de Madrid España. pag 12 pag 42 PhD Juán Ramón Barancho Universidad Católica del Ecuador. Ecuador pag 82 San Gregorio de Portoviejo 114 pag Arte y Tecnología en el período de la Capricho Gaditano (García-Pelayo, 20 años Lo que queda de la acción. Estrategias de Fanzine de Henry Flores & Tiffany Vanguardia Histórica. después). conservación. Lissette. Los vendidos. Mg Elena Pasionaria Rodríguez. Universidad Central del Ecuador. Ecuador. Mg. Rubén García López. Universidad Carlos III de Madrid. España. PhD Fernando Baena Baena. Universidad de Granada. España. pag 20 pag 54 pag 92 pag 124 Medios interactivos en entornos La crítica de la construcción capitalista/ Normas de Redacción para artículos y Sensibilidades desplazadas y desplazamientos audiovisuales. Imagenes virtuales de realidad racista/patriarcal de la mujer en el marco del colaboraciones. de la sensibilidad. aparente. feminismo postcolonial. PhD Cristina Morales Saro. Universidad de Oviedo. España. Mg. Alejandra Bueno de Santiago. Universidad San Gregorio de Portoviejo. Ecuador. PhD Miguel Alfonso Bouhaben. Universidad San Gregorio de Portoviejo. Ecuador. Cartografias estéticas de empoderamiento. pag 30 pag 70 pag 102 pag 132 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X PRESENTACIÓN: La transdisciplinariedad genera un potencial incuestionable, es por ello que desde Ombligo. Revista de comunicación visual, nace una propuesta sinérgica entre la comunidad de comunicadores gráficos y el mundo científico. La investigación abre las puertas al conocimiento y el diseño ayuda a comprender y comunicar los saberes. OMBLIGO da lugar a un encuentro diferente, para pensar e investigar desde el diseño y la comunicación visual. Hemos de tener en cuenta que la investigación en artes también es posible y que no solo las áreas técnicas y científicas producen conocimiento. El arte es un generador de conciencias y sobre todo, estudia y analiza su entorno de una manera innovadora. En esta segunda edición la calidad y resultados de las investigaciones pretenden suscitar el interés del público acerca de las posibilidades del diseño y la comunicación dentro de la investigación. Es un número multicultural, interdisciplinar y lleno de color. Se han reunido textos referentes al arte, la tecnología, el cine, la fotografía, el feminismo, la antropología y la sociedad para mostrar la diversidad de saberes que abarca el diseño y la comunicación visual. Cada artículo posee gran identidad y rigurosidad académica avaladas por nuestro comité científico, compuesto por doctores, magisters, docentes de universidades e investigadores, nacionales e internacionales. Imagen: Letty Alexandra Benitez / Holger Edison Diaz Actualmente el propósito de la revista es su ingreso en Latindex, objetivo que deberá ser cumplido en la próxima edición, para así posicionar a OMBLIGO en el lugar que se merece. La revista pretende convertirse en un referente en estudios de comunicación y diseño en Ecuador y a nivel internacional, y visibilizar que la Universidad San Gregorio es una Institución que fomenta y promueve la investigación dentro y fuera sus edificios. El diseño de la revista se realiza gracias a los estudiantes de diseño gráfico de esta universidad, apoyándoles, motivándoles y ofreciéndoles la oportunidad de mostrar sus trabajos y aprender las labores editoriales dentro de una revista. Este número se caracteriza por la intensidad del color, empleando gamas saturadas que activan los sentidos del lector generando una mayor recepción de los contenidos. Se han realizado imágenes digitales y analógicas mostrando como el impacto de lo nuevo no significa renunciar a nuestros orígenes, manteniendo así el espíritu de lo artesanal en un mundo global. Esperamos amigos lectores que les guste, ese es uno de los anhelos al publicar esta revista. Marcelo Farfán Intriago RECTOR DE LA UNIVERSIDAD SAN GREGORIO ciencia y ac ademia OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Imagen: Gema Lisbeth Loor Flores De Valgaz CIENCIA Y ACADEMIA 10 11 eleder piñeiro aguiar: “ImÁgenes de una disciplina, representaciones de la antropología” (12-19) OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X CIENCIA Y ACADEMIA 1. Introducción Imágenes de una disciplina: representaciones de la antropología “La mirada en dos sentidos de Geertz posiblemente no puede conducir a la misma clase de comprensión que la confianza de Malinowski acerca de captar la versión trobiandesa del mundo” (Strathern, 2003, p. 217). Eleder Piñeiro Aguiar Universidad San Gregorio de Portoviejo Ecuador [email protected] resumen ABSTRACT Se analizan e interpretan las obras, debates y significado de ciertos autores en la disciplina de la Antropología que pueden considerarse como referentes históricos. El objetivo de este análisis es comprender la importancia de ciertos personajes y cómo han dado consistencia a la profesión del antropólogo, desde finales del Siglo XIX hasta la actualidad, con múltiples estratos teóricos y prácticos. La acumulación de imágenes e imaginarios en torno a la ciencia social sirven para lograr comprender el significado y controversias que entraña el estar inscritos en cierto canon académico y las repercusiones en cuanto a estereotipos del quehacer científico pueden surgir. El hilo argumental de este texto es la relación obra-personaje y las implicaciones de dicha relación para la comunidad antropológica y científica en general. En otras palabras, se rastrea la conexión entre el método científico de la disciplina y la subjetividad de algunos autores que lo han depurado históricamente para conocer qué rasgos visuales han calado en la formación de la imagen del antropólogo en cuanto profesional. Analyze and interpret the works, debates and meaning of certain authors in the discipline of anthropology they can be considered as historical references. The objective of this analysis is to understand the importance of certain characters and how they have given consistency to the profession of anthropologist, from the late nineteenth century to the present, with many theoretical and practical strata. The accumulation of images and ideas about the social science serve in order to understand the meaning and controversies involved being enrolled in certain academic canon and the impact in terms of scientific endeavor stereotypes can arise. The storyline of this text is the work-character relationship and the implications of that relationship for anthropological and scientific community in general. In other words, the connection between the scientific method of discipline and subjectivity of some authors who have historically refined visual features to learn what have permeated the formation of the image as a professional anthropologist is tracked. palabras clave KEY WORDS Antropología; disciplina; canon; imagen; representación. Anthropology;disciplina; canon; image; representation. ARTÍCULO PRESENTADO PARA REVISIÓN: 15 DE AGOSTO DE 2015 ARTÍCULO ACEPTADO PARA PUBLICACIÓN: 26 DE OCTUBRE DE 2015 12 No solo existen dos miradas sino cientos a lo largo de la historia de la antropología. Si el panóptico de Bentham, ese ojo que todo lo ve sin ser visto, le sirve a Foucault para exponer el poder, la metáfora que podemos usar para comprender la antropología puede ser el del ojo del insecto que es compuesto, pudiendo llegar a tener hasta miles de unidades receptivas. Pues el antropólogo ve pero también es visto, siendo sus principales roles “observar, escuchar, comparar y escribir” como expone Ricardo San Martín (2003) en un texto del mismo nombre. George Stocking se hace eco de los debates en torno a las fronteras de la disciplina en mediados los años 90 y expone al respecto que en el editorial del Anthropology Newsletter del año 95 Mills afirma que “informantes cuyas mentes debían ser explotados por el antropólogo”, debían ser vistos como “coproductores del conocimiento” (Stocking, 2002, 12). Pero para llegar a esta situación ha tenido que pasar más de un siglo desde la formación de la Antropología como ciencia. Se exponen a continuación algunos trazos de una disciplina que pueden servir como condensadores de la realidad de toda una tradición científica. Estamos conscientes de que a pesar de hablar de un campo del conocimiento, tratar de organizar una consistente unión de teorías, paradigmas, escuelas y autores es una labor compleja y, seguramente, hasta cierto punto desaconsejable debido a dos factores: 1) la gran variabilidad sociocultural ; 2) ser precisamente la antropología la ciencia de la diversidad humana. Asimismo, consideramos que la elección de estas imágenes supone un arbitrio que responde a nuestro objetivo analítico principal: mostrar la formación histórica de un corpus de saber a través del imaginario propuesto por ciertos autores (más bien a partir de la interpretación que otros autores hicieron de ellos) y sus obras, lo cual ha de marcar el relieve de unos en detrimento de otros. Los graneros cayendo debido a la brujería analizados por Evans-Pritchard, las vacas no sacrificadas en la india investigadas por Mavin Harris o los diferentes nombres dados a la nieve por los Inuit de Boas podrían tener tanta significación o más que lo aquí expuesto. Pero “como siempre hay arbitrariedad para señalar un punto de partida en cualquier discusión histórica” (Ortner, 1984, p. 2), la decisión por los autores, debates y teorías aquí propuestas deja abierto el campo a las críticas, discusiones y nuevas conceptualizaciones. Lo que buscamos es una visión panorámica más que la profundidad heurística. Partimos de casos concretos para relacionarlos históricamente entre sí, en aras de construir un palimpsesto del conocimiento antropológico dispuesto a discusión. En acuerdo con Stocking, “la antropología puede ser visualizada históricamente como resultado de procesos de fusión más que de fisión” (Stocking, 2002, p. 13) y es precisamente de esa visualización global la que pretendemos confeccionar con nuestro enfoque teórico. En otras palabras: argumentamos que pese a los límites entre autores y los debates irreconciliables, existes ciertos hitos genealógicos que visualmente confieren coherencia y consistencia en cuanto disciplina a la antropología y por tanto generan ciertas externalidades de dicha disciplina con respecto al resto de ciencias sociales. 2. El sillón de Frazer Un gran sillón acolchado, mullido, cercano a una enorme mesa de caoba y con una gran librería de fondo que se propaga por la gran sala. Esa puede ser la imagen del antropólogo en la etapa preclásica. Quizá venga a nuestro imaginario, para la mayor comodidad en la estancia, un batín y pantuflas, así como una pipa con tintes detectivescos a la Poe. En dicha estancia el saber erudito sale y entra principalmente en base a cartas que llegan, textos que se leen, anotaciones que se toman, borradores y más borradores. Discusiones de papel plasmadas en papel. No olvidemos que las revistas académicas, cuyo fortalecimiento se produjo a fines del siglo XIX, provienen de la correspondencia de siglos anteriores entre investigadores que exponían sus 13 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X eleder piñeiro aguiar: “ImÁgenes de una disciplina, representaciones de la antropología” (12-19) CIENCIA Y ACADEMIA hallazgos. Denominamos a esta etapa “preclásica” por considerarla previa a la establecida en torno al trabajo de campo, clásica, que va desde las obras de Boas y Malinoski hasta aproximadamente los años 60 con el giro lingüístico. La Rama Dorada de Sir (sí, Sir) James Frazer es el arquetipo de este momento de la disciplina antropológica que durante el Siglo XIX y comienzos del XX pobló la ciencia social de sueños de exotismos, mitos, relatos de salvajes, interpretaciones de costumbres lejanas, genealogías sobre parentescos y recopilaciones de organizaciones políticas, religiosas y económicas de otras tribus. El objetivo era buscar aquella infancia de la humanidad que tenía a la Inglaterra victoriana en la fase de madurez adulta el espejo en donde mirarse. El evolucionismo campaba a sus anchas en esos momentos, herencia de un positivismo anterior. Se trataba de una antropología de espejos: el salvaje debía reflejarse en la imagen que ofrecía el civilizado, seguir los pasos de su desarrollo y salir de la infancia. Se trataba, asimismo, de conseguir conocimientos de otros pueblos para compararlos con la avanzada sociedad occidental. Y se hacía desde el escritorio, gracias a relatos de viajeros, crónicas de eclesiásticos, documentaciones de administradores coloniales, organización de ferias internacionales, clubes de lectura, etc. Todo rastro de una humanidad en fases iniciales era capturado y llevado a museos, bibliotecas y exposiciones en donde los antropólogos de salón tendrían algo qué decir. Y el público mucho que ver. De La Rama Dorada de Frazer, Malinoski consideraba que era una obra conocida por todo hombre culto que ha influido en diversas ramas del saber (Malinoski, 1962, cit. en Strathern, 2003, p.218). Publicada en 1890 y con posteriores ampliaciones, la edición que es usualmente publicada y leída es de 1922. Pero cuando a Frazer le preguntaron si había visto alguna vez a esos indígenas de los que hablaba en sus copiosos volúmenes, respondió con una firme exhortación: “¡Dios no lo quiera!” (Beriain, 1999: 93). Frazer representa al erudito antropólogo de la etapa previa al trabajo de campo. Su trabajo en torno a la magia y la religión fue un disparadero para sucesivas generaciones de antropólogos ávidos de realizar comparaciones sociales y culturales. Para Jarvie (1964, 1984), en una metáfora muy clarificadora, Frazer representa al “sumo sacerdote” que toda revolución debe matar. “La antropología posfrazeriana es enteramente distinta de la que había antes” dirá Marilyn Stratehern (2003, p. 214), considerando que existe un abismo entre él y la antropología posterior. Fig. 1: Sir James Frazer, imagen del antropólogo de salón. En el siglo XIX, la información etnográfica lograda principalmente a partir de fuentes impresas o por observadores amateur en la periferia colonial y, a menudo, encarnada en artefactos físicos, era característicamente tratada como materia prima para las especulaciones teóricas en casa, que acabaron siendo llamados antropólogos “de salón” (Stocking 2002, p. 21). 3. En la tienda de campaña de Malinoski En años sucesivos, la antropología fue cambiando su relación con los museos por su relación con las Universidades. Y es que sí quiso algún Dios -y de esto la antropología sabe un rato- que un nuevo tipo de antropología surgiese de las páginas amarillentas de todos esos libros y de la acumulación del polvo de los artefactos culturales, para acercarse más a la realidad de estudio. La imagen de Malinowski a los pies de su tienda de campaña rodeado de indígenas ha dado lugar a la formación de todo un canon de lo que es y significa el trabajo de campo. Y es que la preocupación del antropólogo polaco, de “captar el punto de vista del nativo” ya no se podría hacer nunca más desde el sillón de casa: había que ir al terreno y utilizar la técnicametodología de la observación participante, herramienta por antonomasia de la disciplina desde Los Argonautas del Pacífico Occidental, en concreto en su introducción, publicada en el año 1922, causalmente el mismo año que la versión extendida de La Rama Dorada. Fig. 2: El antropólogo Malinoski conversando con los nativos. El principal objetivo desde entonces de la antropología no será coleccionar vasijas de barro sino comprender conductas humanas. Stocking expone el cambio en el objeto en un simbólico proceso de definirse a los sujetos como “mi gente” en vez de “entre los…” anterior, a lo que se suma una alto valor dado al trabajo de campo como axioma fundamental del conocimiento científico antropológico. Párrafo corto: antropología es lo que hacen los antropólogos; los antropólogos son las 14 personas que hacen trabajo de campo en comunidades (islas, aldeas) aisladas. Si a Frazer se le ha criticado principalmente una excesiva literalidad en sus escritos y el sacar de contextos sus análisis, no menos críticas ha recibido Malinoski, sobre todo tras la publicación de sus diarios de campo. “el mito del investigador de campo camaleónico, mimetizado a la perfección en sus ambientes exóticos, como un milagro andante de empatía, tacto, paciencia y cosmopolitismo, fue demolido por el hombre que tal vez más hizo por crearlo” (Geertz, 1994, p. 73). En su defensa está el haberlos escondido y no ser descubiertos sino debido a la acción de su viuda, Valetta Malinosky, quien afirma en la introducción a los diarios que tras sopesar seriamente el asunto, he llegado a la conclusión de que es de gran importancia proporcionar a los actuales y futuros lectores y estudiosos de Malinowski un atisbo directo de su personalidad íntima y su modo de pensar y vivir durante la época más importante trabajo de campo, antes que dejar encerrados estos breves diarios en el secreto del archivo. Soy yo, pues, la única responsable de la publicación de este libro. (Malinowska, Prefacio en Malinowski, 1989, p. 17). Tal como expone Alberto Cardín en la edición española de los Diarios (Ibid., p. 7), hubo principalmente dos tipos de respuestas: las que separaban la obra del maestro de dichos diarios; y la de quienes desautorizaban esta obra en base a los prejuicios descubiertos con la publicación de sus intimidades. Habla Geertz (Ibid., p. 8) al respecto de lo desagradable que es descubrir cómo la persona que durante más de 40 años había formado el canon y había sido referencia de varias generaciones, a la vez de lograr penetrar en el mundo del salvaje “era en realidad un narcisista frustrado e hipocondríaco, cuya afinidad con las gentes con que convivió estaba limitada al máximo”. Así pues, entre Los Argonautas y los Diarios tenemos misma pluma, mismo contexto, mismos sujetos, diferentes textos y muy antagonistas interpretaciones, significados e imágenes para la disciplina. Frente al hombre-ciencia, objetivo, neutral, meticuloso, paciente, organizado, relativista y deductivo, aparece un sujeto lleno de 15 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X eleder piñeiro aguiar: “ImÁgenes de una disciplina, representaciones de la antropología” (12-19) CIENCIA Y ACADEMIA sentimientos de frustración, etnocentrismo, eurocentrismo e incluso estereotipos y prejuicios hacia sus sujetos de estudio, con escenas de sexo obsesivo por medio. La imagen que quedó posteriormente para el debate de la disciplina es la de si separar al personaje de la obra, al autor del texto. Controversia que no ha finalizado y que por ejemplo en el debate Sahlins-Obeyesekere, aun dos décadas después de la aparición de los Diarios, la imagen de la relación entre objetividad y subjetividad llegó a sus más altas cumbres del conocimiento, afirmando lo propuesto por Geertz (1994) en cuanto a que más que buscar consenso la antropología crece elevando el nivel del debate. 4. Activismo y género en Mead Pero antes de eso hemos de referirnos a lo que sucedía en América y que también sirvió para fijar el canon. Herederos de la tradición de Franz Boas, impulsor también del trabajo de campo, la escuela de cultura y personalidad en los años 50 y 60 tuvo un gran auge. Supieron unir marxismo y freudismo, e incluso de forma crítica iniciaron toda una tradición en el enfoque de género en la antropología. Nos detenemos aquí en la imagen del feminismo de Margaret Mead, no sin reconocer la importancia de autores como Kroeber o Ruth Benedict, todos ellos discípulos de “papá Boas”, tal como se refería a él esta última. Mead encarna a la antropóloga activista sabedora del papel que como científica tiene en el terreno. En Antropología, la ciencia del hombre, se refiere a que debemos de ver a esta disciplina como una ciencia de campaña, cuyos miembros trabajan con material recién extraído, estudian a los hablantes vivientes de lenguas vivas, excavan la tierra donde todavía los restos arqueológicos permanecen in situ, Aun con esto, el aporte en cuanto a la “descripción densa”, la apuesta por el interpretativismo y la importancia de las redes de significado cultural en las que estamos metidos, hacen de Geertz un referente fundamental desde hace más de cuatro décadas. observan el comportamiento de los reales hermanos de las madres frente a los hijos de las hermanas, toman cuenta del folklore de labios de aquellos que escucharon los relatos de otros hombres, miden los cuerpos y extraen sangre de los individuos que viven en sus propias tierras, tierras a las que hemos viajado a fin de estudiar al pueblo. Aún no tenemos otro medio para formar un antropólogo que enviarlo sobre el terreno. Aprender a investigar investigando fue una de las fundamentales labores de Mead, junto a otra que acarreó uno de los más intensos debates, el mantenido con Freeman en torno a las interpretaciones de su trabajo de campo en Samoa, donde este último también investigó y llegó a muy diferentes conclusiones que la autora en Adolescencia y cultura en Samoa. Y sin detenernos a analizar esas controversias podemos afirmar que Mead es la introductora de la cuestión de género en la disciplina antropológica, lo cual muchos autores posteriormente defenderán por cuanto los datos, informaciones, situaciones, conversaciones, interpretaciones y análisis no pueden ser las mismas desde el punto de vista de un hombre y desde el punto de vista de una mujer. A esto se suma el activismo de Mead, su oposición a la guerra de Vietnam, su crítica a la propiedad privada (“no nos gusta, no nos venga con la suya”) fue una de las pancartas que daban la bienvenida en su departamento de estudiante y la crítica a la sociedad norteamericana en general. Dentro del hilo argumental de este relato, si en primer lugar tenemos a un antropólogo de salón y en segundo lugar a un antropólogo a caballo entre la tienda de campaña y sus sentimientos más íntimos, con Mead aparece una científica implicada con sus sujetos de estudio que utiliza sus hallazgos de forma crítica hacia su realidad social. La reflexión acerca de 6. las estructuras binarias de Lévi-Strauss Fig. 4 :Riña de gallos, un clásico de la antropología interpretativa. las adolescentes samoanas le sirvió para no universalizar la moral y la conducta de la sociedad americana y por tanto hemos de ver en Mead a una científica que nos ha dejado una imagen de que las convicciones personales pueden ir frente al stablishment combinando el saber científico y la identidad sexual. 5. Juegos Geertz profundos de Y precisamente esta es una de las críticas fundamentales que posteriores autores han realizado a nuestro siguiente autor: Clifford Geertz. Su obra La interpretación de las culturas ha estado a la cabeza de las más citadas desde su edición en original en 1973. En su capítulo acerca de la riña de gallos en Balí, Juego profundo, se puede ver un significativo ejemplo de lo que él mismo denomina una máxima del campo: “donde fueres, haz lo que vieres”: en medio de unas riñas ilegales se produce una redada policial, él y su mujer, al igual que el resto de la aldea, escapan y se esconden, lo cual les sirve para empatizar desde entonces con los habitantes (“éramos invisibles” antes que eso, expone Geertz). Pero si el relato inicia con la huida y es un relato prácticamente a dos voces, su mujer desaparece por completo del texto, y ahí es la principal crítica. En otras palabras: ¿dónde aparece el actor-autor femenino, que ha ayudado a la inserción en el campo, en el tratamiento posterior de la información y los resultados? Se abre a partir de la obra de Geertz todo un debate en torno a la autoría, el papel de la ciencia, el criterio de objetividad, dejando la imagen de Clifford Geertz como la de aquella persona que abrió la puerta pero no se atrevió a pasar, de tintes muy kafkianos en el relato ante la ley. 16 Y para finalizar el quinteto de grandes figuras, hemos de detenernos en el aporte de Lévi-Strauss. Introdujo el enfoque estructuralista en las ciencias sociales y su liderazgo fue tan influyente que cuando ya habían pasado dos décadas de la moda de tal enfoque, la Revista Lire, preguntando a sus lectores acerca del peso de la intelectualidad francesa, colocaba a este antropólogo en primer lugar1. En una ocasión, en una conversación informal el antropólogo y especialista en Historia de la Antropología, Anta Félez, me comentó en un congreso Internacional que “LeviStrauss llegó un punto que se dio cuenta que sabía demasiado de antropología”, lo cual me parece significativo acerca de la erudición del creador de obras como Las mitológicas, o de Las estructuras elementales de parentesco. Strauss supo unir prosa, análisis teórico, filosofía y profundidad de un trabajo de campo minucioso y meticuloso. Su análisis de los pares binarios, del mito y de la estructura quedó ya como parte del legado de la disciplina. Fueron asimismo de gran alto nivel las polémicas que mantuvo con intelectuales de la talla de Jean Paul Sartre, Umberto Eco o Jack Goody, por lo cual la imagen que nos deja es la de un personaje que ha sabido defender sus posturas intelectuales frente los cambios de paradigmas que las ciencias sociales han venido manifestando desde su nacimiento. Y eso sin caer en dogmatismos es quizá el punto principal a rescatar de Strauss. Quizá sea significativo que precisamente la persona que más lejos ha llevado al análisis de pueblos en su momento denominados “exóticos”, “primitivos” o “incivilizados” comience precisamente su obra más famosa, Tristres trópicos, cuyo original data de 1955, con un “odio los viajes y los exploradores. Y he aquí que me dispongo Manuel Delgado (1988) en la “Introducción a Tristes trópicos” de la editorial Surcos (2006). 1 17 Fig. 3: Margaret Meadcon sus adolescentes Samoanas OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, 2016, ISSN: ISSN: 1390-955X 1390-955X eleder piñeiro aguiar: “ImÁgenes de una disciplina, representaciones de la antropología” (12-19) CIENCIA Y ACADEMIA Referencias bibliográficas a relatar mis expediciones”, lo cual es toda una declaración de intenciones acerca del rol del antropólogo que Lévi-Straus ha sabido legar a la posteridad: al adentrarnos en la profundidad de los grupos humanos con los que compartimos conocimientos, experiencias y sentimientos, hacemos ciencia, aunque no nos guste. -Beriain, Josetxo y Fernández Urieta, Roger (1999) La cuestión vasca. Claves de un conflicto cultural y político. Barcelona: Proyecto A ediciones 7. Conclusiones -Geertz, Clifford (1994) Conocimiento local. Ensayos sobre la interpretación de las culturas. Barcelona: Piadós Básica Aumentan los departamentos, cátedras y posgrados dedicados a la antropología audiovisual, motivados por la era digital y la sociedad de la comunicación. Pero la antropología siempre ha sido audiovisual, y así, era obligatorio para muchos futuros antropólogos el salir a realizar trabajo de campo, documentar, grabar cintas de audio, tomar fotografías y colocarlas en sus monografías. “Tú estás leyendo esto porque yo estuve ahí y así lo documenté” fue y es una máxima de la disciplina. -Geertz, Clifford (1996) La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa -Malinowski, Bronislaw (1989) Diario de campo en Melanesia. Barcelona: Júcar -Ortner, Sherry (1984) “Theory in Anthropology since the Sixties”. Comparative Studies in Society and History, 26, 1. [Trad. Esp. La Teoría Antropológica desde los años sesenta. Trad por Rubén Páez. Descargado 26 agosto 2015 de http://eva.universidad. edu.uy/pluginfile.php/502751/mod_ r e s o u r c e /c o n t e n t / 1 / O r t n e r % 2 C % 2 0 S%20La%20teor%C3%ADa%20 antropol%C3%B3gica%20desde%20los%20 a%C3%B1os%2060.pdf ] Pero reconstruir una historia de una ciencia social a partir de las representaciones es una labor que de por sí queda corta debido precisamente a que la ciencia, en cuanto establecedora del rigor científico y de cierta tradición apegada a un canon acerca de lo que es y significa hacer ciencia, no puede permitir un análisis tan reduccionista. Sí puede ser útil conocer en forma de aproximación lo sucedido con ciertos autores y teorías para adentrar al lego en materia y tratar de sintetizar los logros, debates y paradigmas de una disciplina social que, si bien es joven en cuanto a sus metodologías, es ancestral en cuanto a sus líneas genealógicas ancestrales con aquellos que se han dedicado a preocuparse por “el otro”, entendido en sentido amplio: desde Heródoto a Montesquieu, desde Ibd Kaldhun a Marx, desde Aristóteles a Foucault. 18 -Stocking, George (2002) “Delimitando la antropología: reflexiones históricas acerca de las fronteras de una disciplina sin fronteras”. Revista de Antropología Social 11 (2002). Pgs. 11-38. -Strathern, Marilyn. “Fuera de contexto. Las ficciones persuasivas de la antropología”. En Reynoso, Carlos (2003, ed.) El surgimiento de la antropología posmoderna. Barcelona: Gedisa Imagen: Victor Fernando Loor Moreira Con el análisis de las imágenes que han dejado para la posteridad de la ciencia los que en su momento eran los establecedores del paradigma del momento, hemos conseguido sintetizar cuáles han sido y siguen siendo los principales debates teóricos y metodológicos que han conformado a la Antropología como la más visual de las ciencias sociales (su herramienta, la observación, así lo atestigua) y la más científica de los acercamientos a la realidad, dado el grado de rigor científico que se consigue al compartir, convivir, explicar y tratar de comprender a los sujetos de estudio de una cultura, de la cual el antropólogo también forma parte. -Ricardo Sanmartín (2003) Observar, escuchar, comparar, escribir. La práctica de la investigación cualitativa. Barcelona: Ariel 19 elena pasionaria rodriguez: “arte y tecnología en el período de la vanguardia histórica” (20-29) OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X CIENCIA Y ACADEMIA CIENCIA Y ACADEMIA Arte Y Tecnología En El Período De La Vanguardia Histórica Elena Pasionaria Rodríguez. Universidad Central del Ecuador Ecuador [email protected] resumen Este artículo delinea la relación entre el arte y la tecnología en el período de la vanguardia histórica. Identifica los movimientos que vieron la unión entre el arte y la tecnología como forma de transformación de la sociedad, entendiéndolos como consecuencia del momento histórico de la modernidad tanto en Europa como en América Latina. Enuncia las analogías que presenta la posición tecnófila de ciertas corrientes artísticas de la vanguardia de inicios del siglo XX con la posición del arte en la contemporaneidad y, por medio de la metáfora del deus ex machina, advierte sobre el riesgo de abuso de la tecnología para cubrir ciertas falencias de contenido en el arte actual. palabras clave Arte; tecnología; Vanguardia Histórica; deus ex machina; Benjamin. Imagen: Gema Lisbeth Loor Flores De Valgaz ABSTRACT This article delineates the relationship between art and technology during the period of the historical avantgarde. It identifies the artistic movements that focused the relationship between art and technology as a path of social transformation, understanding them as a consequence of the historic moment of Modernity in Europe and in Latin America. It enunciates the analogies between the technophile position of some artistic currents from the beginning of the twentieth century’s avant-garde with the position of art in contemporary times, and, through the metaphor of deus ex machina, it warns about the risk of abuse of technology for making up certain weaknesses of content in nowadays art. 1. Introducción “En el transcurso de largos períodos históricos, junto con los modos generales de existencia de las colectividades humanas, se modifican también los modos y los géneros de su percepción sensorial. El modo según el cual se organiza la percepción sensorial humana –el médium en el que la misma tiene lugar- no está condicionado solamente en sentido natural, sino también histórico.” (Benjamin, 1936, p. 24). La historia del arte ocurre en paralelo a la historia de los medios de producción artística: los métodos de trabajo en el taller inciden en la producción del arte medieval, tanto como la imprenta incide en la circulación de teorías y modelos en el Renacimiento; la domesticación del fuego permite al hombre la creación cerámica o metalúrgica y la invención de la electricidad o el cinematógrafo generan nuevos instrumentos destinados a revolucionar los lenguajes estéticos. La tecnología, invariablemente, ha jugado un papel basilar en la historia de la creación artística, ya sea como medio estético, como tema, o como instrumento hermenéutico, la invención de la perspectiva o el óleo, la cámara fotográfica, o el desarrollo de la realidad virtual, permiten ver cómo la misma, entendida como “la aplicación de las ciencias físicas y matemáticas a las artes y a los oficios” (Zingarelli, 1965, p. 1637)1, ha contribuido a la evolución del arte. Así como el deus ex machina en el teatro antiguo, aquel expediente (también tecnológico) usado por la dramaturgia griega, en particular por Eurípides, como mecanismo sorpresa: el “dios que desciende la máquina” que, por medio de una polea, eleva a los dioses por los aires en el momento en el que la obra teatral llega a un punto de difícil salida. En ese momento la divinidad desciende o se eleva inesperadamente en el escenario y -por artes de máquina- ofrece solución al nudo de la trama: en el siglo V antes de Cristo la “máquina” era utilizada por el arte como instrumento de maravilla y de resolución de conflictos, nada nuevo bajo el sol. KEY WORDS Art; technology; historical avantgarde; deus ex machina; Benjamin. 20 ARTÍCULO PRESENTADO PARA REVISIÓN: 15 DE AGOSTO DE 2015 ARTÍCULO ACEPTADO PARA PUBLICACIÓN: 26 DE OCTUBRE DE 2015 1 Traducción de autor. 21 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X elena pasionaria rodriguez: “arte y tecnología en el período de la vanguardia histórica” (20-29) CIENCIA Y ACADEMIA Las grandes transformaciones de la era moderna, precipitadas a partir de la Revolución Industrial, supusieron cambios importantes para humanidad: clases sociales nuevas, relaciones sociales nuevas, nuevas formas de trabajo, nuevos instrumentos de producción, nuevos materiales. En ese contexto, el arte, como institución social, se ve interesado en forma directa, ya que la tecnología le ofrece medios de expresión y de reflexión que le permiten experimentar con nuevos itinerarios estéticos. Con la difusión de los recursos tecnológicos modernos cambian las condiciones de producción del mismo, cambian los ritmos de trabajo, cambia el modo en el que el arte fue pensado, producido, distribuido y preservado y se transforman algunos conceptos clave de la tradición, como la genialidad, la originalidad, la perdurabilidad, o la misma creatividad. En aquel momento la esencia mítica subyacente en estructura epistemológica de la cultura occidental se ve alterada con la llegada de un nuevo relato: el mito de la modernidad, que colisiona con aquel de la sociedad tradicional y lo desplaza furiosamente. La “era de la máquina” había comenzado. En tal situación inédita, entran en escena los movimientos de vanguardia de principios del siglo XX, para cuestionar el statu quo y proponer entusiastamente un nuevo sistema de valores culturales, por medio de una actitud que el teórico italiano Renato Poggioli (1962) caracteriza, entre otras, como “nihilista”, “antagonista” y “experimentalista” y en compromiso con la innovación, con el cientificismo y con un activismo deliberado en contra de la tradición [académica] la que, por razones coyunturales, en ese momento se ve asociada no sólo con el pasado, sino también con la condición burguesa. La vanguardia propone la posibilidad de que el arte pueda transformar la sociedad y desafía los límites del rol del mismo, examinando la brecha entre alta y baja cultura, para, de ese modo, favorecer su función como instrumento de subversión cultural. 2. DESARROLLO Las corrientes artísticas que se suceden durante el primer cuarto del siglo XX, definidas por el teórico Peter Bürguer (1984) bajo la denominación de “Vanguardia Histórica” sacan a la luz algunos de los casos más evidentes de simbiosis entre arte y tecnología, evidenciando una vocación preexistente en la cultura occidental que no necesitará de otros preámbulos que 22 la euforia de la tecnofilia capitalista para dar sus primeros frutos en varios grupos puntuales que, en pro de la ruptura con el pasado, se apoderan de la causa para asumir la defensa del cambio de los mitos pretéritos por el nuevo mito de la máquina. Cronológicamente, el primero en postular una teorización lo suficientemente sólida como para sostenerse a lo largo de varias décadas, fue el Futurismo italiano, liderado por la figura carismática del milanés Filippo Tommaso Marinetti, quien, tan precozmente como en el febrero de 1909, publica en las páginas de Le Figaro, el diario francés de mayor circulación internacional, el texto de “Fundación y Manifiesto del Futurismo”, en un gesto, que incorpora en sí mismo, una lúcida declaración de aceptación de los mecanismos modernos de circulación de información (el periódico), pero en aquella ocasión inédita, puestos al servicio de un interés estrictamente artístico (la publicación de un Manifiesto). El tono hiperbólico de Marinetti, poeta de profesión, exalta en aquél primer texto, los valores de la vida moderna: la rapidez, el movimiento perpetuo, la violencia, la vitalidad, la juventud, pero sobre todo, la máquina, divinidad positivista y sobrenatural, capaz de superar las deficiencias de natura y llevar al hombre a una dimensión universal; nuevo dispositivo epistemológico destinado a transformar el mundo. Marinetti y sus seguidores: Boccioni en la escultura; Balla, Carrá, Prampolini, Crali, Severini en la pintura; Russolo en la música; Bragaglia en el teatro y la cinematografía; Depero en el diseño; Sant’Elia en la arquitectura, se convierten en eufóricos difusores del mito de la tecnología, incorporándola en su poiesis, no sin afán de polémica. Prueba de ello es la suma sorprendente de al menos treinta y seis manifiestos publicados que se expresan con lenguaje propio, generando, en paralelo, una nueva iconografía: sinestesias, onomatopeyas, signos matemáticos, tubos, turbinas, hélices, engranajes, estructuras a la vista: “vapores aventureros”, “puentes colosales”, “lunas eléctricas”, “imágenes telegráficas” y hasta el “vuelo de los aeroplanos” (Marinetti F. T., 1909, p. 14)2. Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con una belleza nueva: la belleza de la velocidad. Un auto de carrera con su capó adornado de gruesos caños semejantes a serpientes de aliento explosivo… un automóvil rugiente, que parece superar a la metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia. (Marinetti F. T., 1909, p. 13)3. Más bella que la Victoria de Samotracia, la maquina substituye al “claro de luna”, y los artistas del Futurismo se convierten en parricidas que, en sus veladas (que prefiguran la performance, debido a su esencia efímera y participativa y a su vocación por la espectacularidad, la ironía y el escándalo), llevadas a cabo en teatros públicos, gritan que es indispensable quemar los museos y las bibliotecas y liberarse de la gangrena de profesores, historiadores y arqueólogos, para adentrarse en un universo dinámico de estridencias que glorifiquen la vida moderna mirando al futuro. Para los ellos, los nuevos lugares “donde habita lo divino” son: [...] los trenes; los vagones-restaurantes (comer a velocidad). Las estaciones ferroviarias, especialmente aquellas del Oeste de los Estados Unidos, donde los trenes lanzados a 140 km. por hora pasan bebiendo (sin detenerse) el agua necesaria y los sacos del correo. Los puentes y los túneles. [...] Los circuitos de automóviles. Los films cinematográficos. Las estaciones radiotelegráficas. Los grandes tubos que caen de las columnas de agua alpestres para arrancar a la atmosfera la electricidad motriz. Los grandes sastres parisinos que, mediante la invención veloz de las modas, crean la pasión por el nuevo y el odio por lo ya visto. [...] Las ametralladoras, los fusiles, los cañones, los proyectiles son divinos. Las minas y las contra-minas veloces: hacer estallar al enemigo ANTES que el enemigo nos haga saltar. Los motores y los neumáticos de automóvil son divinos. Las bicicletas y las motocicletas son divinas. La gasolina es divina. La felicidad de pasar de la 3ra. a la 4ta.velocidad. Felicidad de apretar el acelerador, pedal ruidoso de musical velocidad. (Marinetti F. , 1916, p. 167). El Futurismo, por lo tanto, es el primero de los movimientos de la vanguardia histórica en identificar la existencia de los elementos de la tecnología y la ciencia constitutivos de la “estética moderna”. Se trata de un grupo sintomático de aquel momentum de transformaciones radicales, por ello, asume su discurso como una batalla cultural encarnizada, y logra dar el gran primer paso de toda su generación en busca de un arte al que urgía salir de los límites sofocantes del canon tradicional. Sin embargo, la pasión por la máquina no siempre estuvo en concordancia con el momento histórico y con la misma esencia humana, como explica el historiador de arte Mario de Micheli: El error profundo del Futurismo fue no haber considerado la suerte del hombre en el engranaje de esta era mecánica. [...] la dirección general del movimiento fue aquella de identificar los términos del progreso técnico con aquellos del progreso humano, aquella de considerar, entonces, al hombre y a la técnica en el mismo nivel, todo a desfavor del hombre. (De Micheli, 2009, p. 246)4. También Walter Benjamin, en La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, critica a la posición despiadadamente mecanicista del Futurismo, especialmente en lo concerniente a la apología de la guerra y la tecnología bélica como campos privilegiados de experimentación estética, resumidos en la expresión latina: Fiat ars pereat mundus -que haya arte aunque el mundo perezca- (Benjamin, 1936, p. 46). Benjamin explica que tal posición responde a los ideales de “arte por el arte” propios de una parte de la vanguardia que aplica una visión pseudo-teológica al arte, separándolo de toda función extraartística; sostiene, además, que se busca en la guerra la satisfacción estética de la percepción sensorial modificada por la técnica, pero la única consecuencia de ello es que la guerra, con sus desastres, demuestra que la humanidad no está preparada para usar la tecnología y que “[…] la técnica no era suficientemente elaborada para dominar las energías elementales de la sociedad” (Benjamin, 1936, p. 47). Este fenómeno es asumido por el teórico alemán como la “estetización de la política”, de la que hace uso el Fascismo con sus rituales secularizados y su guerra misma, ante lo cual, el Comunismo respondería épicamente con la “politización del arte”. En este postulado, Benjamin plantea incontestablemente la tríada estructural del problema: “arte-tecnología-política”, pues la tecnología y el arte no pueden comprenderse independientemente del trasfondo político que las sostiene. Sin embargo, la polémica expresión acuñada por Marinetti en el punto nueve del texto de Fundación y Manifiesto del Futurismo “La guerra única higiene del mundo” (Marinetti, op. cit., p. 14), se convertirá 2 Traducción de autor. 3 Traducción de autor. 4 Traducción de autor. 23 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X elena pasionaria rodriguez: “arte y tecnología en el período de la vanguardia histórica” (20-29) CIENCIA Y ACADEMIA en el centro de un debate deontológico internacional que duraría décadas y que, probablemente, es uno de los aspectos que dieron origen al posterior e innegable descrédito de todo el movimiento. Pero el Futurismo italiano, grupo parricida por excelencia, ve cumplirse su profecía y testimonia tempranamente cómo el resto de movimientos (que surgen a partir de sus teorizaciones) renegará de él y aplicará, a su respecto, la damnatio memoriae (destrucción del recuerdo) más axiomática de la historia del arte moderno. El Futurismo, de ahí en adelante, será interpretado, casi exclusivamente, en clave negativa, sancionado por su vínculo coyuntural con el Fascismo italiano, y el mundo olvidará que fue, precisamente él, quien introdujo en 1909, en la teoría y en la práctica, los aspectos trascendentales del discurso vanguardista. Tal fecha es una prueba concluyente para efectos de estudio de la cronología de la vanguardia histórica. No obstante, a pesar de lo subliminal de dicha amnesia colectiva, la esencia teórica del Futurismo, aquella que exalta el vínculo del hombre con la tecnología moderna, tuvo eco en Europa y el mundo. Uno de los casos más interesantes fue el de la vanguardia rusa, llamada -no casualmenteen un inicio “Futurismo Ruso”, cuyo paladín, Vladimir Mayakovsky, enuncia las notorias similitudes entre las dos escuelas: “Entre el futurismo italiano y el futurismo ruso existen elementos comunes… en el campo de los procedimientos formales la afinidad entre el futurismo ruso y aquello italiano existe… Común es el modo de elaboración de la materia prima.” (Mayakovsky, 1958, p. 247), pero Mayakovsky, socialista empedernido, irremediablemente se declara revolucionario, enemigo de la guerra, antimilitarista y anti-imperialista, enfatizando, especialmente, en sus diferencias con el grupo italiano. La vanguardia rusa, además, fue multiforme, derivando en el Rayismo, el Suprematismo, y el Constructivismo, y en su versión más afín a la cultura revolucionaria de la Rusia soviética, tuvo como representante al grupo LEF (sigla rusa para “Frente de Izquierda de las Artes”), cuya propuesta, marcada por una radical posición política, buscaba encontrar en el arte un vehículo de expresión de las ideas de la revolución. Para ello, utiliza el único lenguaje expresivo afín a la ideología de la nueva sociedad en construcción: la estética de lo moderno, que, en sus procedimientos, se oponía al lenguaje y al pensamiento burgueses. A este grupo pertenecen 24 Eisenstein en el cine, Meyerhold en el teatro o Babel en la literatura, quienes exaltan la poética de la tecnología, considerándola como el instrumento renovador y edificante mediante el cual la sociedad podría proyectarse hacia el futuro y el proletariado podría construir un lenguaje ad hoc, proveniente de un imaginario poblado de grúas, de maquinarias, de electricidad, de vías de ferrocarril, y de optimismo. En la década del 20, el Constructivismo, con Tatlin a la cabeza, sostiene la “abolición del arte”, acusándolo de burgués y decadente, e invita a los artistas marxistas a crear un arte “útil a la sociedad”, un arte volcado a la práctica, un arte definitivamente moderno. De esa manera se delinea la idea de arte industrial, que incorpora al ámbito sacralizado de la creación estética, lenguajes vinculados a la tecnología, como la tipografía, el diseño publicitario o el diseño de objetos. El pragmatismo constructivista se vincula con la ingeniería, con la fábrica, con la producción serial y el arte, la tecnología y la ideología se ponen al servicio de los requerimientos masivos del proletariado. Sin embargo, dentro del mismo grupo LEF, fueron Gabo y Pevsner quienes detectan los riesgos de la glorificación ciega a la tecnología y critican aquellos experimentos en los que el tecnicismo y la maquinofilia resultaban vacíos. Pero es innegable que, si en algún lugar del mundo, en aquel momento histórico, el mito de la máquina tenía lugar de ser, lo fue en la Rusia soviética, que vio día tras día, gracias a la tecnología salvífica, transformarse sus ciudades y campos hacia lo que se revelaba como el destino moderno del mundo. Paralelamente a lo sucedido en Rusia o en Italia durante el corto arco temporal de la vanguardia histórica, en la Alemania de la primera post guerra, alrededor de la figura del arquitecto Walter Gropius, se organiza el que sería el experimento canónico de enseñanza artística de toda la primera parte del siglo: la Bauhaus, que reúne en su proyecto “metodológico-didáctico” (Argan, 2007, p. 135) la idea de un arte multidisciplinario, que combinó las más audaces propuestas estéticas de la vanguardia de corte abstraccionista (Constructivismo, Suprematismo, Neoplasticismo, Blaue Reiter), con la práctica del diseño urbanístico, industrial y gráfico a gran escala, aplicando métodos tanto artesanales como tecnológicos y haciendo uso de la mecanización para una producción en serie, caracterizada por la excelencia en la calidad técnica y estética. El trasfondo filosófico de la Bauhaus fue social, y, como enuncia Argan, no estuvo exento de una cierta vena mística, pues Gropius y sus compañeros: Mies Van der Rohe, Klee, Moholy-Nagy, Albers, Itten, o Kandisnsky, creyeron que el lugar del artista en la sociedad era, nada más ni nada menos que en la educación. El artista, el diseñador, el arquitecto, son los maestros que enseñan a ver el mundo a través de sus creaciones y creen en la posibilidad de que éste debe ser “mejor”. De la urbanística a los objetos utilitarios del día a día, el “proyecto estético” está destinado a cambiar la sociedad. De ese modo, la forma pensada y construida se convertiría en el vehículo de transformación del hombre moderno, pues al cualificarse el entorno, la sociedad entera sería beneficiada. La Bauhaus, al igual que la Vanguardia Rusa, evidencian una de las consecuencias más notorias de aquel momento de cambios en el proceso de producción del arte: la transformación de la figura social del artista, que pasa de una posición aurática, ungida de virtudes sobrehumanas, a la de obrero de la cultura proletaria o de tecnócrata privilegiado de la industrialización capitalista. El artista se convierte en el eslabón entre la dimensión estética y la dimensión práctica, y es, en los dos casos, el “constructor” de la nueva sociedad, la misma nomenclatura –Constructivismo (ruso) /Casa de la Construcción (Bauhaus)- lo pone en evidencia. Por otro lado, la Bauhaus elevó los materiales industriales a una nueva categoría, al visibilizarlos, les confiere valores estéticos de acuerdo con el lenguaje visual y las necesidades prácticas del mundo moderno: el acero, el aluminio, el plástico, el hormigón, el hierro, el vidrio, adquieren una identidad propia y se despiden de los trucos cosméticos preliminares propios del eclecticismo decimonónico, para volverse autónomos. Los productos seriados, fabricados mediante la tecnología industrial, alcanzan, con la Bauhaus, la categoría de objetos “bellos”, bellos según el léxico del mundo moderno: rechazo al ornamento, utilización de materiales y procesos industriales, funcionalidad, serialidad, experimentalidad. El nuevo paradigma arte-tecnología-sociedad parecía, finalmente, haber triunfado, entrando en la dimensión de lo real, se habían creado nuevos significados cuantitativos y cualitativos a partir del fenómeno tecnológico, y así, nace formalmente el “Diseño Industrial”. Las grandes transformaciones culturales en la era de la máquina, sin embargo, no se limitan a los centros de Occidente, también en América Latina la causa “tecnología-arte-sociedad” llegó con ímpetu, permitiendo el surgimiento de una serie de corrientes en la vanguardia literaria y plástica que caminaron fisiológicamente a la par de los movimientos políticos y sociales que identifican la primera parte del siglo. Tal circunstancia permitiría la introducción, en el contexto cuasi feudal del continente, de la nueva dimensión estética de la cultura moderna, no sin gran desconcierto por parte de la sociedad. América Latina, por lo tanto, también tuvo una vanguardia artística que defendió el mito de la tecnología, proponiendo la transformación de la sociedad y el mundo por medio de la máquina. Entre algunos de estos movimientos, en el caso de la literatura, que es la primera en introducir las experimentaciones, es posible mencionar el Creacionismo (1914) y el Runrunismo (1927) en Chile; el Simplismo (1925) en Perú; el Estridentismo (1921) en México; el Diepalismo (1921), Euforismo (1922) y Noísmo (1924) en Puerto Rico; el Vedrinismo (1917) en República Dominicana o el precoz Auguralismo (1904) en Uruguay. Resulta un dato de interés el hecho que las primeras formas en las que la vanguardia histórica llega a América Latina hayan sido las de la literatura, que contaba, a diferencia de los otros lenguajes artísticos, con un sistema de difusión muy bien articulado. Para ese momento, la industria editorial ya había abierto espacios de debate a nivel intercontinental a través de una red de revistas y periódicos de circulación internacional y una alianza estratégica con los medios tecnológicos de la “era de las telecomunicaciones”: teléfono, telégrafo y radio. El debate sobre la modernidad tuvo en el continente un terreno sumamente fértil, ya que en pocos lugares, como en Latinoamérica, las diferencias entre el mundo tradicional y el mundo tecnológico-industrial eran tan notorias. Por ello, el encendido compromiso social, orientado hacia el cambio revolucionario (no sólo en lo político, sino también en lo estético), estaba totalmente justificado para los grupos relacionados con el arte local, pudiendo afirmarse que, con la introducción de los lenguajes vanguardistas, no sólo se consigue la necesaria ruptura con los modelos artísticos del pasado colonial, sino que se genera una relación estratégica entre vanguardia artística y vanguardia política, una relación que sigue viva hasta nuestros días. Así, de manera súbita, en una dinámica de “salto cualitativo”, nace el Arte 25 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X elena pasionaria rodriguez: “arte y tecnología en el período de la vanguardia histórica” (20-29) CIENCIA Y ACADEMIA Latinoamericano, propiamente tal, asociado, indisolublemente, a la idea de vanguardia. Un acercamiento a la producción artística de los años veinte en el continente, permite comprender la importancia del activismo cultural de este período, pero para ello, es importante subrayar, además, que el vínculo entre la poética tecnológica y algunos de los movimientos de vanguardia en Latinoamérica, debe ser interpretado en relación a los estrechos lazos y las múltiples similitudes que se logran gracias a los viajes de una buena parte de artistas e intelectuales que buscan, por medio de estancias europeas, un aprendizaje directo, cumpliendo una función de mediación, merecedora de gran mérito histórico, en vista del general aislamiento cultural en el que estaba sumido el continente. Los primeros artistas “viajeros” que llegaron a Italia o Francia en este momento fecundo y esencialmente internacional, fueron verdaderos “intermediarios de mirada”, narradores, difusores, creadores de tendencias y también de mitos en sus países de origen. Algunos de los más célebres, como Rubén Darío, recibieron paga, en calidad de corresponsales, por parte de importantes periódicos y revistas locales, y a su regreso, fueron, además, los fundadores de galerías, de escuelas de arte y de instituciones de cultura que estarán destinadas a jugar papeles protagónicos en la historia de las artes latinoamericanas, por lo que la presencia internacional de esta generación, ya sea en los grandes centros de cultura europea, como en las metrópolis norteamericanas, es digna de atención. La afinidad general de la vanguardia latinoamericana de inicios del siglo XX con los movimientos europeos que afrontaron la poética tecnológica, queda establecida desde los primeros momentos, pero es de particular interés el hecho que entre las múltiples posibilidades, hayan sido especialmente atractivas las propuestas Al respecto de la influencia del Futurismo en el Arte Latinoamericano, se hace referencia a los estudios de Elena Pasionaria Rodríguez (2015). L’avanguardia “senza fili”: Futurismo pour l’exportation nell’America Latina, Quito: Fundación Cultural Rodríguez-Pazmiño, y Elena Pasionaria Rodríguez (2015). Geografia e Cronologia del Futurismo nell’America Latina. Manifesti e testi programmatici dell’Avanguardia Primonovecentesca, Quito: Fundación Cultural Rodríguez-Pazmiño. 5 26 del movimiento Futurista de corte marinettiano, no obstante los propios exponentes y, sucesivamente, los intentos de la crítica histórica, hayan penalizado al movimiento por sus vínculos con el fascismo, pretendiendo pasar por alto la intensidad de su incidencia, con una actitud, que, según el crítico literario Jorge Schwartz, podría catalogarse como un verdadero “parricidio”: Incluso si fue Marinetti el polémico padre de todas las rupturas, existe una verdadera actitud parricida frente al poeta italiano, que implica, naturalmente, un notorio rechazo de su doctrina. [...] Así como las teorías futuristas se propagan en modo fulminante por los cuatro puntos cardinales, así crece también el rechazo hacia el mismo, un rechazo, sobre todo teórico, ya que, sin dudas, sus presupuestos se filtraron en los manifiestos y el las poéticas del momento. (Schwartz, 1991, p. 72). Al plantear una propuesta geográfica de la relación del arte y la tecnología en la vanguardia latinoamericana, es necesario tomar en consideración la existencia de numerosas corrientes regionales también en la plástica, dotadas de una identidad cultural propia, pudiéndose trazar la presencia del fenómeno en numerosos grupos y artistas, que, en lugar de evidenciar una simple “filtración” de los presupuestos tecnológicos-marinettianos, podría demostrar la verdadera magnitud de su influencia5. Así: En México, David Alfaro Siqueiros, con sus murales, cuyas angulaciones, escorzos y perspectivas no son otra cosa que juegos espacio-temporales en la mejor tradición boccioniana, en los cuales los elementos centrales son el dinamismo y el triunfo de la vida moderna a través de sus instrumentos “liberadores”. Marius de Zayas, magnate y dandy mexicano en Nueva York en los años veinte, quien cumplió una tarea impresionante de promoción de la vanguardia europea en la gran metrópoli norteamericana, fue, además, estimado consejero artístico en la galería “291” de Alfred Stieglitz y amigo cercano de Picabia en su período de exploraciones futuristas, pero también fue pintor, dibujante y caricaturista, cuyo trabajo, redescubierto últimamente, evidencia una pasión por lo tecnológico como paradigma de la modernidad. Por otro lado, también de corte “modernista” y “tecnófila” fue gran parte de la célebre escuela de grabadores mexicanos, activos a partir de los años veinte, muchos de los cuales nacen con el Estridentismo, posteriormente fueron absorbidos por la publicidad y la gráfica: Luis Quintanilla, Ramón Alva de la Canal, Leopoldo Méndez, Fermín Revueltas, Jean Charlot, Fernando Leal, Guillermo Ruiz, Emilio Amero, entre otros. En Argentina: Emilio Pettoruti, pintor declarado por la crítica del momento como “futurista” por su cercanía con los presupuestos técnicos de construcción de la figura en el espacio, pero especialmente por la incorporación de abundantes motivos alusivos a la vida moderna y su relación con la ciencia y la tecnología. Pettoruti es reconocido como el introductor de la vanguardia artística en el Río de la Plata, luego de su estadía de diez años en Italia y Francia; el año de su exposición bonaerense de 1924 es, considerado como el año del “nacimiento” de la vanguardia argentina. En Italia fue amigo de los futuristas florentinos del grupo Lacerba y en particular del activista futurista Anton Giulio Bragaglia, a quien extendió una invitación de visita por medio del Instituto Argentino de Cultura Itálica de Buenos Aires. Durante esta vistita, Bragaglia mantuvo una serie de conferencias de las que resultó una prolífica producción de publicaciones en las que realiza una aguda teorización sobre la cultura local, siendo documentos de gran valor histórico para la comprensión del ambiente artístico argentino durante la década del veinte. Otros argentinos que exploran las posibilidades expresivas y conceptuales de la tecnología en el arte son Xul Solar (Alejandro Schultz Solaris), personaje poliédrico que, desde la pintura realiza incursiones en áreas de la cultura aún inexploradas en la Argentina de aquel momento, basándose en estudios de matemática une la ciencia con el arte y bordea la metafísica: de la música a la creación de instrumentos musicales, a la lingüística (inventa el “neo-criollo”, un idioma elaborado bajo la utopía de una “pan-lengua”). También se cuentan los escultores Pablo Curatella Manes y Antonio Sibellis y los pintores identificados por la estudiosa del futurismo rioplatense, May Lorenzo Alcalá (2009): Juan Bay y Juan Cruz Mateo. En Uruguay: el pintor Rafael Barradas, lastimosamente muerto muy joven, quien, durante su estadía en Barcelona en los primeros años veinte, crea su propio “ismo”: el “Vibracionismo”, de marca futurista, que le permitirá explorar el problema físico del movimiento, apoyándose en la vitalidad cromática y en los temas de la vida urbana moderna. Pero la tecnología de principios del siglo XX no se limita a su incidencia en las artes plásticas, ya que se expande a los otros lenguajes artísticos: la literatura, la música, la danza, la fotografía, o el cine, que nacen, o se ven modificados, a partir de su relación directa o indirecta con los instrumentos tecnológicos y de comunicación que se desarrollan en la primera mitad del siglo XX. La fotografía o la cinematografía, como lenguajes per se, son tecnológicas; la música introducirá no sólo la experimentación con los primeros aparatos electrofónicos, sino también mutará dramáticamente con la introducción de los medios de reproductibilidad tecnológica (y su difusión universal a través de la radio); la danza se redimensionará con la presencia de las grabaciones magnetofónicas; la literatura se servirá del periódico de circulación masiva, tanto como de la pequeña-gran revolución privada de la máquina de escribir. Un sentimiento de cosmopolitismo, de ubicuidad, de aceleración y de participación, adquirido en un lapso muy corto, fue aprovechado visionariamente por la cultura del período, que exalta la relación del hombre con la máquina, ya que la tecnología, con sus bártulos, que revolucionan la vida cotidiana, necesitaría de muy poco para convertir esos mismos aparatos en “extensiones externas de los sentidos” (Mc Luhan, 1967). Gracias a ellos se potencian dramáticamente los modos de producción, circulación y consumo del arte, que entrará en simbiosis con la máquina, permitiendo el close up, el fotomontaje, el volumen alto, la cámara lenta, las panorámicas y los paneos. Las propuestas colaborativas y multidisciplinarias se tornan prácticas constantes del arte de este momento, superando las limitaciones de especificidad de los lenguajes. Eran años intensos de experimentación y descubrimiento, pronto se pasaría de la era mecánica a la era eléctrica y el arte habría de enriquecerse con ese nuevo cambio. En el mundo, convertido ya en la primigenia “aldea global” (Mc Luhan, 1967), los medios de comunicación masiva se proyectan como industria de la comunicación, utilizando instrumentos tecnológicos para la recolección y publicación acelerada de información. Gracias a ellos se elimina, además, la noción clásica de tiempo y espacio, y se la substituye por las de rapidez y de ubicuidad. La “cultura” circula para un público novísimo que se ha insertado en el consumo gracias al alfabetismo universal, un público ansioso de novedad, de noticias, de sorpresas, y para él, se 27 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X elena pasionaria rodriguez: “arte y tecnología en el período de la vanguardia histórica” (20-29) CIENCIA YY ACADEMIA ACADEMIA CIENCIA Imagen: Gema Lisbeth Loor Flores De Valgaz Bibliografía forja un mercado de flamantes productos culturales, generados masivamente por la industria. A partir de ese momento, y como lo caracteriza Benjamin, la obra de arte deberá ser comprendida con nuevas reglas en la era de su reproductibilidad técnica. (Benjamin, 1936) 3. CONCLUSIONES Del análisis de estos casos de la historia del arte en Europa y en América Latina, se hace inevitable pensar en las analogías que presenta el momento de nacimiento de la vanguardia histórica con la contemporaneidad. Existen entre estos dos tiempos, separados por cien años, más similitudes que diferencias, y así, en el específico contraste moderno/ultra moderno, viene a la mente, una vez más, el antiguo deus ex machina. 28 La clave conclusiva lleva a aclarar, sin embargo, que en la historia del teatro griego hay un detalle que sirve de ardid: el caso es que, luego de Eurípides, los dramaturgos “menos refinados” usaron ese recurso cuando no podían enfrentar la dificultad de tramas complejas o guiones espinosos. La máquina servía para llevar el “final feliz”, aunque ello signifique la ruptura con la línea interna de acción, aunque ello reste credibilidad al relato, aunque fuere en un recurso usado para cubrir con espectáculo la ausencia de contenido. Para muchos, no era otra cosa que el subterfugio que escondía, nada más y nada menos, que la “falta de creatividad” por parte del autor, y hasta Nietzsche (1886) hará una crítica al deus ex machina euripídeo, argumentando que creaba en el público un simulacro de consolación. Pero la historia es, también, maestra de vida: queda al artista contemporáneo, como fue para el artista de la vanguardia histórica, recorrer el camino difícil: usar la tecnología como medio inquisitivo, como instrumento crítico, como potenciador de las capacidades humanas y librar la batalla para que la aplicación de la tecnología en el arte no se convierta en consolación ilusoria, en forma sin contenido, en un dios que desciende de la máquina sólo para regalarnos un happy ending. Argan, G. C. (2007). L’arte Moderna, 17701970. Milano: Sansoni. Benjamin, W. (1936). L’opera d’arte nell’epoca della sua riproducibilità tecnica. Torino: Einaudi. Bürguer, P. (1984). Theory of the AvantGarde. 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A partir de los anclajes teóricos del cine acentuado (Naficy, 2001) y del conocimiento situado (Haraway, 1991), proponemos aquí una lectura de tres cortometrajes realizados por mujeres refugiadas palestinas, como tres cartografías de resistencia estética que se han servido de la cinematografía como de una herramienta para desarrollar un proceso de empoderamiento a través del cual las autoras se han construido una mirada propia capaz de desmontar los estereotipos que cubren las vidas de las mujeres de la Franja de Gaza. El análisis de las obras de Alaa Desoki, Hana’a Al Zanatt y Riham Al-Gazali, nos mostrará cómo la sensibilidad sometida al desplazamiento forzoso es capaz de ejercer una serie de desplazamientos perceptivos que permiten la toma de conciencia de la situación de injusticia, tanto a nivel individual como colectivo y, a partir de ella, la deconstrucción de la propia subjetividad. KEY WORDS ABSTRACT Imagen: Letty Alexandra Benitez Sabando palabras clave Cultural values; epistemology; film makers; gender stereotypes; performing arts. 30 ARTÍCULO PRESENTADO PARA REVISIÓN: 15 DE AGOSTO 2015 ARTÍCULO ACEPTADO PARA PUBLICACIÓN: 26 DE OCTUBRE 2015 From the theoretical anchors of accented cinema (Naficy 2001) and situated knowledge (Haraway 1991), we propose a reading of three short films made by Palestinian refugee women, like three cartographies of aesthetic resistance that have used the film as a tool here to develop an empowerment process through which the authors have constructed its own view which can dismantle stereotypes covering the lives of women in the Gaza Strip. The analysis of the works of Alaa Desoki, Hana’a Zanatt and Riham Al Ghazali, show us how the sensitivity subjected to forced displacement is capable of performing a series of perceptual shifts that allow awareness of the situation of injustice, both individually and collectively, and from it, the deconstruction of subjectivity. cristina morales saro: “cartografías estéticas de empoderamiento. sensibilidades desplazadas y desplazamientos de la sensibilidad” (30-39) 1. Introducción Los cortometrajes de los que vamos a hablar aquí han sido producidos por Shashat, una organización no gubernamental que trabaja en Palestina dando capacitación cinematográfica a mujeres refugiadas. A partir del 2005 y de forma anual, celebra de un festival de cine de mujeres en cuya edición del 2011 se presentaron las obras de Alaa Desoki, “Ruido”, de Hana’a Al Zanatt, “Niño, niña”, y de Riham Al-Gazali, “Fuera de campo” que serán objeto de este trabajo. La selección y la progresión que presentamos es altamente intencionada y responde a una línea de análisis que parte de la aprehensión cinematográfica de la situación de violencia estructural que se vive en la Franja de Gaza y concluye en los efectos del empoderamiento de las mujeres que viven dentro de esta situación. Queremos así hacer ver cómo la mediación estética de la propia situación de violencia permite un desplazamiento activo de la sensibilidad que a su vez ha sido desplazada y cómo este “desplazamiento de lo desplazado” constituye un ejercicio de resiliencia a través del cual se cumple el proceso de empoderamiento del que los cortometrajes que analizamos aquí son efecto y ejemplo. Dos anclajes teóricos serán necesarios para realizar el análisis que nos proponemos, en primer lugar, la idea de que los cortometrajes objeto de análisis responden a un “accented cinema”, (Naficy, 2001) y, en segundo lugar, la idea de que a través de su peculiar acento cinematográfico, y precisamente el contexto de un desplazamiento forzado, las autoras aquí interpeladas, construyen un “conocimiento situado” (Haraway, 1991) que les permite empoderarse de su propia mirada y presentarse en el mundo como creadoras. 2. Cine acentuado y sensibilidades desplazadas. El cine acentuado surge, según Naficy, como una respuesta estética a la experiencia del desplazamiento, de la desterritorialización, de la migración o de la diáspora forzada a la que se ven sometidas personas y pueblos. En estas circunstancias, la producción cinematográfica se diferencia netamente de la industria standard que persigue el entretenimiento (Naficy, 2001: 23). Podemos individuar tres características de este tipo de cine en contraste con el de la industria de Hollywood, en primer lugar, frente al cine comercial, el cine acentuado no se presenta como neutral, aséptico o privado de ideologías o valores, al contrario, está siempre situado y encarna una problemática concreta de desterritorialización desde la que lanza una perspectiva parcial. En segundo lugar, el cine acentuado propone un modo de producción artesanal y colectivo frente al modo de producción industrial del cine standard. La precariedad de los medios es por ello muchas veces el punto de arranque de este tipo de producción cinematográfica. En tercer lugar, las y los cineastas del cine acentuado están sin excepción en circunstancias de desterritorialización, deslocalizadas/os de sus lugares de origen, y son por ello “sujetos parciales, fragmentados y múltiples” capaces de “producing ambiguity and doubt about the taken-for- granted values of their homes and host societies. They can also trascend and transform themselves to produced hybridized, syncretic, performed or virtual identities” (Nafici, 2001: 13) Las obras de las que nos ocupamos aquí cumplen las tres características del cine acentuado, en primer lugar, su producción se sitúa en las circunstancias concretas de un desplazamiento forzado, el que el pueblo palestino sufre desde 1947 y que se conoce como la Nakba1. En segundo lugar la producción de los cortometrajes es altamente artesanal y colectiva, y forma parte de un proyecto de emancipación y visibilización de las mujeres que utiliza el cine como herramienta de empoderamiento. En tercer lugar, sus realizadoras se presentan como subjetividades fronterizas que transitan desde la cultura patriarcal en que nacieron hacia nuevos territorios de emancipación individual y política, transformándose ellas mismas a partir del cuestionamiento de los 1 Entre diciembre de 1947 y mayo de 1948 fueron desplazados de sus territorios de origen medio millón de personas palestinas pero el número de refugiados creció desproporcionadamente aquel mes coincidiendo con la declaración del Estado de Israel, el 15 de Mayo de 1948, el número de palestinos que se habían convertido en refugiados ascendía a 750.000. En el 2015, UNRWA estima que sólo en la Franja de Gaza viven un millón trescientas mil personas refugiadas palestinas. 31 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X cristina morales saro: “cartografías estéticas de empoderamiento. sensibilidades desplazadas y desplazamientos de la sensibilidad” (30-39) CIENCIA Y ACADEMIA valores de sumisión adscritos a las mujeres, reflexionando, objetivando y trascendiendo la doble experiencia de sujetos de segunda clase, mujeres y palestinas, sometidas al inminente atentado contra su vida bien por parte de un patriarca, bien por parte de un estado autoritario. A través de sus producciones cinematográficas, las realizadoras Alaa Desoki, Hana’a Al Zanatt y Riham AlGazali, se apropian de una voz que les había sido negada, construyen su propia mirada, y hacen suyas herramientas capaces de trasladar sus historias más allá de las fronteras geopolíticas que las encierran. 3. Conocimiento situado y desplazamientos de la sensibilidad. “La objetividad feminista significa, sencillamente, conocimientos situados.” (Haraway, 1995, p. 324). La caracterización del cine acentuado, nos lleva al segundo punto de anclaje de nuestro análisis, el conocimiento situado. ¿Cómo miramos? ¿Desde dónde nos asomamos a la realidad palestina? ¿A las vida de Gaza? Y ¿cómo miran las autoras de los cortos que analizamos? Sus obras podrían ser interpretadas así, como el producto de una mirada que se ha situado y que lo ha hecho al menos en tres niveles: geopolíticamente, en un territorio ocupado; socialmente, en un pueblo desplazado; individualmente, en un cuerpo de mujer. Y es desde esa localización determinada y a partir de la misma desde la que las autoras podrán objetivar con sus cámaras el mundo que les rodea. Porque desde su parcialidad, desde su perspectiva de cuerpos desplazados de mujer es desde el único lugar desde el que Entre diciembre de 1947 y mayo de 1948 fueron desplazados de sus territorios de origen medio millón de personas palestinas pero el número de refugiados creció desproporcionadamente aquel mes coincidiendo con la declaración del Estado de Israel, el 15 de Mayo de 1948, el número de palestinos que se habían convertido en refugiados ascendía a 750.000. En el 2015, UNRWA estima que sólo en la Franja de Gaza viven un millón trescientas mil personas refugiadas palestinas. 32 pueden lograr lanzar una mirada objetiva. Mirada que, no sólo contrasta punto por punto con aquella que nos ofrecen los media en el telediario sobre el conflicto palestino-israelí (para empezar la de los media se presenta como mirada directa, sin mediar, no sabemos quién la produce porque no importa, cualquiera vería lo mismo porque se enfrenta a la verdad y ésta hace abstracción del observador. Como simple re-presentación de la realidad que acontece, las noticias hacen valer el poder del truco del espejo. Frente a la pretendida objetividad de la mirada que podría ser cualquiera, pues, la mirada de las artistas que nos ocupan se encarga de localizarse, de situarse, “aquí soy yo la que miro”, parecen decir sus obras, y es precisamente en esta localización del yo que se reconoce corpóreo en medio de una situación determinada dónde la subjetividad manifiesta de la mirada encarnada asume una objetividad imposible de alcanzar a través de la así llamada “información”), sino que es literalmente imposibilitada por los media, negada, silenciada, invisibilizada mediante la estrategia de invisibilizar precisamente esos cuerpos que podrían ver. Los lugares-cuerpo desde los que las autoras que aquí analizamos articulan su mirada-discurso parcial y objetivo, son sistemática y simplemente obviados por los media, sistemática y simplemente deslocalizados, aporetizados, literalmente dejados fuera de lugar en la representación supuestamente objetiva que sin embargo producen en base a intereses más o menos reconocidos y aceptados. Como portadoras de un discurso “menor”, local, no mayoritario y marcado, las autoras de este cine que hemos recogido bajo el epígrafe de acentuado, se oponen, por un lado, a la industria cinematográfica y por otro a la producción de “información”. Y no deja de ser curiosa, a pesar de estar situados en las antípodas (el cine se ocupa tradicionalmente de la ficción, o bien de lo posible, mientras que la información lo hace de lo real, o al menos lo pretende) la relación entre la industria Hollywoodiense y la industria informativa, ya que por un lado, la industria cinematográfica plantea la ficción, si no como real, al menos como verosímil, mientras que la industria informativa nos descubre lo supuestamente real como una ficción construida exactamente con los mismos medios y los mismos trucos que la cinematografía utiliza para hacer pasar lo que es ficción, por realidad. Con lo que a fin de cuentas, las antípodas parecen coincidir, la industria informativa sólo se distingue de la cinematográfica en que ignora su propia actividad, cree representar pero en verdad construye realidades tan ficticias como las que es posible construir en un plató o en un estudio de cine. Una de las realidades ficticias que la industria informativa ha querido hacer pasar, a través de las noticias, por realidad-real, es la casi total ausencia de cuerpos desplazados de mujer en el territorio ocupado de Palestina y en los pocos casos en los que estos cuerpos son re-presentados, lo son como lugares colonizados por la autoridad socio-religiosa del varón, como cuerpos dóciles incapaces de articular miradas cognoscitivas, críticas, transformadoras. Las autoras de las que nos ocupamos, pues, como productoras de un discurso situado son sujetos subalternos que habían sido silenciados y que hoy toman a su servicio los medios técnicos y artísticos para hacernos llegar una realidad muchas veces insospechada, desconocida, que no podíamos aprehender a través de los informativos o de la industria cinematográfica tradicional. Ellas nos cuentan historias (stories) que se sitúan a las afueras, en los márgenes, que no son recogidas en la Historia normativa y mayúscula. En este sentido, la subalterna, la acallada, la silenciada, retoma su voz para construir un discurso que elabora una experiencia particular y contextual que existe y que pasa desapercibida al gran público, y, haciendo esto, resquebraja los sistemas representativos dominantes que lo determinaban desde fuera abriendo la posibilidad de la construcción de nuevas subjetividades, posibilitando la intromisión de experiencias marginales en el imaginario global. Prestar oído a la voz del que había quedado excluido del discurso dominante es el proyecto de una época que llamamos postmodernidad. Cuando este proyecto se logra y crece la multiplicidad de las perspectivas a partir de la multiplicidad de las experiencias humanas, se proyecta un horizonte relacional que es el sustrato del auge de los estudios culturales y que nos da la posibilidad de entablar el diálogo inter y transcultural. En este tipo de horizonte es en el que nos encontramos hoy, hoy es fácil y habitual encontrarse con realidades, vidas, culturas, religiones, tradiciones y discursos que no son el nuestro y este encuentro con lo que difiere, con lo otro, con lo distinto, nos permite no sólo el reconocimiento y el reforzamiento de nuestra propia identidad frente a lo otro, sino algo mucho más importante y fructífero, a saber, nos permite relativizar justamente nuestra propia identidad fuerte, nuestra cultura, nuestra tradición, y debilitar, así, las determinaciones que a partir de ellas nos condicionan. Es por esto que en el encuentro fronterizo con los otros, con los que son diferentes a mí, se nos propone la aventura del redescubrimiento y la recreación de lo que somos nosotros mismos, se nos abre un campo inmenso de posibilidades de deconstrucción, descubrimos que tenemos más poder de decidir quiénes somos y qué queremos del que habíamos supuesto. En este sentido, el otro nos lleva a nosotras/os mismas/os, a interrogarnos sobre cuáles son las categorías que nos definen y diferencian de aquel con el que nos encontramos. Aquel es “otro” porque lo tomamos desde la determinación de las categorías de la religión, del género, de la cultura, pero ¿en qué medida aquel otro, no deja de ser lo mismo que yo, una vez que somos capaces de desmontar identidades que no dicen nada o dicen muy poco de la persona real y concreta, de sus experiencias, las cuales podemos comprender y comprendemos perfectamente, con las cuales podemos identificarnos sin residuos a pesar de no ser exactamente las nuestras? Aquí está, pues, la importancia de ese conocimiento situado que no parte de las grandes categorías de religión, cultura, género, etc. para subsumir bajo ellas las realidades que nos salen al paso, sino que, bien al contrario, parte de la experiencia concreta individual y única de la persona o del colectivo y se articula desde allí, forzando y deconstruyendo, resquebrajando aquellas categorías que habían servido para silenciar, para minimizar lo que de verdad somos, lo que de verdad sentimos y que no se limita a las opciones de ser blanca o negra, mujer u hombre, heterosexual u homosexual, europea o árabe. Es por tanto importante partir de este tipo de conocimiento situado que va de abajo hacia arriba y produce nuevos discursos y abre a nuevas posibilidades de vivencia de nosotras/os mismas/os. Llegadas a este punto, es importante aclarar que en esta época 33 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X cristina morales saro: “cartografías estéticas de empoderamiento. sensibilidades desplazadas y desplazamientos de la sensibilidad” (30-39) CIENCIA Y ACADEMIA Desde el feminismo filosófico se ha hecho hincapié en la importancia de este tipo de conocimiento que parte de lo localparticular, de lo situado en un contexto: Pero la alternativa al relativismo no es totalización y visión única, que es siempre finalmente la categoría no marcada cuyo poder depende de una estrechez y oscurecimiento sistemáticos. La alternativa al relativismo son los conocimientos parciales, localizables y críticos, que admiten la posibilidad de conexiones llamadas solidaridad en la política y conversaciones compartidas en la epistemología. El relativismo es una manera de no estar en ningún sitio mientras se pretende igualmente estar en todas partes. La «igualdad» del posicionamiento es una negación de responsabilidad y de búsqueda crítica. El relativismo es el perfecto espejo gemelo de la totalización en las ideologías de la objetividad. Ambos niegan las apuestas en la localización, en la encarnación y en la perspectiva parcial, ambos impiden ver bien. El relativismo y la totalización son ambos «trucos divinos» que prometen, al mismo tiempo y en su totalidad, la visión desde todas las posiciones y desde ningún lugar, mitos comunes en la retórica que rodea a la Cienca. Pero es precisamente en la política y en y en la epistemología de las perspectivas parciales donde se encuentra la posibilidad de una búsqueda objetiva, sostenida y racional. (Haraway, 1995, p.329) Contra la tradición metafísica occidental que contrapone el relativismo al absolutismo, el conocimiento situado, pues, enarbola lo que podríamos llamar contextualismo, un relacionismo radical dónde todo conocimiento es relacional y no puede sino partir de un cuerpo en un contexto determinado, todo conocimiento se construye en relación multidireccional y no puede entenderse nada si se lo “suelta” de este contexto, de esta red de relaciones ya que es el contexto, la red, lo que le da a 34 cada cosa su ser. Esta ontología contextual permite miradas transformadoras y productoras de lo real-contextual como las que vamos a analizar a continuación. I. “Ruido”, de Alaa Desoki. Sensibilidades desplazadas y desplazamientos de la sensibilidad. Alaa Desoki nos propone en “Ruido” una cartografía sonora de la Franja de Gaza que se construye a golpe del bastón con el cual un hombre ciego trata de guiarse en mitad de una ciudad ensordecedora, recorriendo con él las calles vamos descubriendo los rincones de Gaza y sus gentes a través de un desplazamiento de la sensibilidad desde la visión, al oído. Hemos elegido esta obra para comenzar nuestro análisis porque ella nos pone precisamente en situación. “Ruido” nos deja ver el contexto en el que las cineastas trabajan, nos permite recorrer Gaza a través de un mapa audiovisual cuyo trayecto parece poder empezar en cualquier punto y recorrerse en cualquier dirección, a condición de que nos lleve frente al mar. El mar, meta del recorrido, representa un límite que es a la vez frontera natural y punto de fuga y que de algún modo, tiene el poder de acallar el ruido de la ciudad con su propio sonido. El hombre ciego llega a la playa para escuchar el mar y allí, reencuentra algo que le pertenecía ya y que durante el trayecto parecía perdido: frente al límite de la naturaleza, el hombre ciego reencuentra precisamente su humanidad. Tres elementos son los que queremos analizar en este corto, en primer lugar la condición ambigua del límite a la que acabamos de referirnos, en segundo lugar un ascendiente mesiánico que se pone de manifiesto en el hecho de que el recorrido pueda empezar en cualquier punto, como veremos, y en tercer lugar, el tema del desplazamiento del pueblo palestino que se pone aquí de manifiesto en el desplazamiento operado en la sensibilidad. “Cuando todo está dicho, necesitamos volver a la naturaleza y a nuestra humanidad.” Esta es la última de las frases que escuchamos de la voz en off femenina que acompaña en su trayecto al hombre ciego. Empezamos, pues, por el final, por la doble condición del mar como límite que marca el final de nuestro recorrido por Gaza. No puede extrañarnos que esta exposición al horizonte sea un recurso recurrente 35 Imagen: Letty Alexandra Benitez Sabando postmoderna hemos de movernos de abajo hacia arriba, la realidad ya no podemos aprehenderla desde la generalidad universal y uniformante sino que debemos ir a lo particular, a lo concreto para, desde allí, escuchar la propia historia de, precisamente, el subalterno, el que había quedado a las afueras del discurso hegemónico, acallado por él. Como hemos dicho, la postmodernidad es la época de las epistemologías menores, deja de interesar la Historia para cobrar importancia las storias y los cuentos populares precisamente por ser expresiones particulares de un saber que no había entrado en la Historia Universal. OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X CIENCIA Y ACADEMIA CIENCIA Y ACADEMIA para las cineastas refugiadas en la Franja, dado que supone su frontera geopolítica y que además es usado como elemento de presión por parte del gobierno Israelí que va “empujando” hacia él a la población palestina. De ahí su ambigüedad, que descansa en que a la vez que como frontera nos cerca y encierra, como horizonte nos permite la fuga, una fuga que mira más allá y que también es una vuelta, una vuelta a la humanidad a través de “lo otro”, que en este caso es la naturaleza, cuyo bramido se traga literalmente y silencia el ruido ensordecedor que nos devuelve al campo de refugiados. Imagen: Letty Alexandra Benitez Sabando El segundo elemento que queremos destacar es el hecho de que el recorrido que finaliza de manera determinada e intencionada frente al mar, empieza, sin embargo, en cualquier parte, el hombre ciego no sale de ninguna parte, está ya siempre ahí, dando golpecitos con el bastón, en algún lugar indeterminado en medio del caos de la Franja. La cineasta, por tanto, no nos propone un punto de origen del recorrido, sino que nos sugiere que podemos empezar el recorrido del mapa de Gaza desde cualquier punto. Si ahora desplazamos esa representación espacial al plano temporal, descubrimos la metáfora: estamos siempre en medio del ruido, en medio del caos, pero el camino hacia el reencuentro con lo que somos puede empezar desde cualquier punto, esto es, un comienzo nuevo puede empezar en cualquier momento. Se rompe así con el orden histórico-narrativo del tiempo normativo llegando a una concepción ARTÍCULO PRESENTADO PARA REVISIÓN: 15 DE AGOSTO 2015 ARTÍCULO ACEPTADO PARA PUBLICACIÓN: 26 DE OCTUBRE 2015 36 cristina morales saro: “cartografías estéticas de empoderamiento. sensibilidades desplazadas y desplazamientos de la sensibilidad” (30-39) mesiánica (Benjamin) en la que la clave es precisamente esa indeterminación del nuevo comienzo que puede acontecer a cada momento. Por último, queríamos fijarnos en la insistencia que el corto hace en el hecho del desplazamiento, el desplazamiento del pueblo está aquí representado en el desplazamiento de la sensibilidad. De la vista al oído, de las figuras y las formas normativas, macro, conocidas, de las identificaciones de siempre, a una sensibilidad otra que capta una realidad desdibujada y es capaz de producir otras representaciones de la misma. De este modo se resignifica el sentido mismo del desplazamiento, la cineasta se lo apropia y lo lleva desde la negatividad del pueblo desplazado forzosamente, desde la reactividad, hasta la positividad de la posibilidad de desde ahí, tomar pie en una sensibilidad otra y creadora. A través de este desplazamiento del desplazamiento, Alaa Desoki se sitúa y se presenta como creadora. La voz en off nos dice: “El ruido empezó siendo personal, luego nacional y luego internacional. La gente sin derechos hace ruido, la sociedad que reivindica sus derechos hace ruido, ¡la gente hace ruido en todas partes!. Ruido en todas partes, todo es un espectáculo. Irónicamente, con todo este ruido, nadie escucha a nadie.” A través del ruido de la Franja, hemos escuchado, pues, el ruido que hace un pueblo al que continuamente le arrebatan sus derechos a base de bombardeos y ofensivas, pero con tanto ruido nadie escucha a nadie, y lo que queda acallado sistemáticamente, parece concluir la autora, es fundamental y simplemente, la humanidad. La protagonista nos lleva de una a otra escena apareciendo siempre como observadora, su presencia silenciosa ilumina, como un testigo, todas estas escenas costumbristas con una conciencia clara, la de la violencia que instaura y salvaguarda la desigualdad. A través de sus ojos, vemos la expresión de las futuras madres cuando se enteran de que su hija será eso, una niña, vemos la homogeneización y la invisibilización a la que se somete a las mujeres jóvenes, frente a los atuendos de corte occidental de los muchachos, vemos los cuerpos libres de los niños saltando, corriendo en bici, etc, y la inmovilidad en la que se educa a las niñas, vemos cómo después de clase, mientras la niña estudia, tiene que estar pendiente de los deseos de su hermano mayor que no se ocupa de sus propias necesidades. Las futuras madres saben lo que les espera a sus hijas y en un gesto de desesperación, al final de su trayecto, la protagonista cae de rodillas precisamente en la arena, frente al mar. 2. “Niño, niña” de Hana’a Al Zanatt. La toma de conciencia de género, primer paso para el empoderamiento. Hana’a Al Zanatt concreta en este corto la situación de violencia estructural que se vive en Gaza, de la desigualdad social que establece el abuso de un pueblo sobre otro, pasamos a la desigualdad y al abuso inscritos en el seno del propio pueblo oprimido conectando así la desigualdad de género de la que nos habla el corto, a la desigualdad política del pueblo palestino. El hecho fundamental es que aquí la desigualdad y los abusos que sufren las personas por el hecho de haber nacido marcadas como mujeres, no se nos presentan desnudas, no se presentan “en tanto que sí mismas”, sino desde la mirada consciente de la protagonista. Esta mirada atenta nos dice que las mujeres palestinas, así como el pueblo palestino en su conjunto, son conscientes de la circunstancia de desigualdad estructural en la que viven. Y la toma de conciencia de una situación es la primera y más importante condición de posibilidad del cambio. En “Niño, niña”, Hana’a Al Zanatt nos propone otro paseo, otra cartografía, esta vez no se trata de las calles de una ciudad al límite, sino de las distintas experiencias a través de las cuales se inscribe la marca de género en una vida. El momento en que se anuncia a una mujer embarazada si su criatura será niña o niño, los atuendos y la libertad de los cuerpos que se forman en las escuelas, los comportamientos que tienen niños y niñas en sus casas, escenas cotidianas y repetidas hasta la saciedad, que reconocemos, a pesar de pertenecer a una cultura tan distinta de la nuestra. De este modo, la cineasta nos traslada un mensaje muy claro, sí, hay desigualdad, pero hay conciencia de ella, y, por tanto, las cosas no quedarán así. Es casi una advertencia. Se advierte la desigualdad, no pasa desapercibida, de modo que la simple mirada consciente y lúcida resulta cuestionadora de un orden de cosas que ya no pasa por tradicional ni puede justificarse por el orden religioso, sino que ha de combatirse. La violencia doméstica repliega y reproduce una violencia política. Los límites de la casa son cada vez más estrechos, los de Gaza también. 37 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X cristina morales saro: “cartografías estéticas de empoderamiento. sensibilidades desplazadas y desplazamientos de la sensibilidad” (30-39) CIENCIA Y ACADEMIA Como en “Ruido”, la protagonista acaba su recorrido frente al mar. Otra vez la noción de límite tan difícil de atravesar, muro determinante pero también punto de fuga a partir del cual vislumbrar un horizonte nuevo. En su recorrido, ha interpretado situaciones que de otro modo “nadie” vería. Ahora, sin embargo, hay un observador, una observadora. Con ella todo cambia, la situación no es la misma porque ahora se hace conciencia de la injusticia que entraña. 3. “Fuera de campo”, de Riham Al-Gazali. La deconstrucción de las subjetividades. La mirada, la toma de conciencia es fundamental para cambiar una situación, como decíamos, es un primer paso en un proceso de empoderamiento que se da a la vez de forma individual y colectiva. En “Fuera de campo” vemos esta relación entre ambos procesos, dos mujeres, una fotógrafa y una activista política nos cuentan los detalles de sus propios trayectos, de dónde vienen, por dónde han pasado, a dónde quieren llegar, cartografías del empoderamiento paralelo de la mujer que toma la cámara o escribe públicamente y del pueblo que se organiza y lucha. Pero la mirada de la mujer incomoda, disturba el orden establecido, porque es la mirada de lo excluído, de la que no cuenta, de la que no tenía voz y ahora se muestra en posición de hacerse una y narrarse a sí misma más acá de cualquier estereotipo cultural del patriarcado. El empoderamiento representado en el poder mirar a través de un objetivo, en el poder objetivar la realidad que se vive, la propia experiencia , posibilita la recreación, el dibujarse y redibujarse, una y otra vez, en busca de los propios rasgos, variándose cuando es necesario, así la activista política que nos habla en el corto puede construirse a sí misma, puede alzar su voz, quitarse el velo y salir de su determinación “mujer árabe”, colectivizarse, aunar su voz a otras voces y vehicularla hacia nuevos horizontes históricos. Que el vínculo entre la realidad individual y la colectiva del pueblo palestino 38 sea aquí la mujer, nos pone sobre la pista de que ningún pueblo podrá liberarse si no libera, a su vez, a las mujeres. Y, al mismo tiempo, sobre la pista de que el problema de la desigualdad de género no es sólo de las mujeres sino que es un problema que lastra a la sociedad en su conjunto, ya que no habrá sociedad libre mientras haya ésta encubra la injusticia de género. Una vez que se toma conciencia, se puede cambiar. Al igual que para Marx una sociedad sin clases era impensable sin una previa toma de conciencia de clase, así para la abolición de la desigualdad asociada al género, es necesario pasar por una toma de conciencia del género que tenemos inscrito, de su poder y de cómo, de alguna manera, deconstruirlo. Narrándose a sí mismas a través del arte y del activismo político respectivamente, las dos mujeres de “Fuera de Campo” están haciendo ese trabajo, el de sobrepasar, de alguna forma los límites del rol que se les impone, el de desplazar, ahora ellas, las desplazadas, las líneas rojas que pretendían definirlas. De nuevo vemos la cuestión del límite, de la frontera, y de nuevo, como ante el mar, se plantea un punto de fuga: la expresión, bien a través del arte, de la fotografía, del dibujo, del cine, bien a través de la participación social y política. Pero el punto de fuga aparece sólo una vez reconocido el límite, hay que acercarse, experimentarlo, para poder llevarlo más allá, para poder atravesarlo. La fotógrafa se dibuja a sí misma, se recrea, se forma, ahora desde sí, interviniendo en lo que de siempre había sido dibujado por “el otro”, Simone de Beauvoir llamaba heterodesignación a esa labor de construcción de las mujeres que siempre se llevaba a cabo desde fuera, las mujeres lo eran en relación al ser que no eran, al hombre, su ser era un no ser. En el momento en que son las propias mujeres las que se redibujan, las que se deciden, el discurso heternormativo que definía quienes tenían ellas que ser (o que no ser), cae. Y en este sentido, volvemos al conocimiento situado, que desde la idiosincrasia propia de cada sujeto, pone las reglas, pone los límites y se autodetermina, o mejor, se autoindetermina. Puedo llevar velo o no llevarlo, puedo coger una cámara o no cogerla, pero lo decido yo, ¿y quién soy yo?, bueno, eso está aún por ver. Claro que esta decisión no deja de ser peligrosa, no deja de ser una aventura, un viaje que de alguna manera nos sitúa en un contexto inestable, plástico, que desolidifica las categorías tradicionales sociales, religiosas, culturales, patriarcales. 4. Conclusiones. Los conceptos de accented cinema y de conocimiento situado, que nos han servido de anclaje teórico para llevar a cabo el análisis son solidarios, el cine acentuado, debe su acento, su marca, precisamente a que se sitúa, dando lugar a la construcción de una perspectiva parcial que se sabe tal, y logrando así una objetividad insospechada e imposible de obtener desde las posiciones pretendidamente absueltas que no tienen en cuenta la propia localización. No deja de ser algo aporético el hecho de que una circunstancia de desplazamiento, como la que le es propia al cine acentuado, dé como resultado un conocimiento precisamente situado y que sin embargo una situación de permanencia en los lugares de origen, como es la que expresa el cine standard, dé como resultado la voluntad de deslocalización del conocimiento o de la mirada como de hecho sucede cuando las películas de entretenimiento nos hurtan toda alusión a las circunstancias específicas de la creación y se presentan como vidas universales, normales, etc. Para la historia de la teoría del conocimiento el problema no ha sido baladí, si Agamben (2001, pp. 10-18) está en lo cierto, desde el pensamiento de la Grecia clásica hasta la modernidad inaugurada por Descartes, el conocimiento humano podía ser visto como la participación del nous (uno y separado) en los individuos múltiples que a su vez hacían la experiencia de esta participación y por tanto de un conocimiento siempre imperfecto y localizado. La ilusión, por tanto, típicamente moderna del conocimiento total, ab-soluto y cierto, va de la mano de la alienación de la experiencia del conocimiento parcial de los sujetos individuales en la abstracción de un sujeto único liberado, precisamente, de la experiencia sensible de un cuerpo localizado. El pensamiento de nuestro tiempo siente de alguna manera la necesidad de recuperar el lugar la experiencia, el cuerpo, y a la vez el lugar del cuerpo, su contexto, su localización geográfica, cultural, política, social, de género. El conocimiento situado es siempre plural y dibuja un mapa a través del cual podemos desplazarnos, transitar, explorar, incorporar. En los recorridos que realiza, el cuerpo se abre como frontera, como zona límite, como intervalo “desdehacia” en continuo desplazamiento. Pero en sus trayectos, el cuerpo no sólo efectúa un movimiento exterior, de un punto a otro, sino que desarrolla una actividad constante de incorporación y transformación de lo que encuentra, dejando ver, a su paso, a lo largo de su paseo, toda una serie de expresiones de la elaboración que realiza. Pero tales expresiones que el cuerpo, por así decirlo, emana, no se limitan a insertarse en el mundo concebido como recipiente o conjunto de todas las producciones corpóreas, sino que literalmente tienen como materia un mundo que viene transformado por la experiencia del cuerpo en desplazamiento. El mundo, es a la vez el medio a través del cual el cuerpo-frontera se desplaza y la expresión o el resultado de su propia transformación a través de la elaboración de los cuerpos en su trayecto. No cabe pensar por lo tanto en un mundo separado de los cuerpos que se desplazan, éstos tienen al primero como médium material y a la vez como resultado elaborado. El mundo es expresión de los cuerpos que por él se desplazan transformándolo, a la vez que los cuerpos-frontera asumen al mundo como medio a través del cual se desplazan y se transforman ellos mismos. Pero para poder iniciar un trayecto que va de un punto a otro del mapa, necesitamos saber dónde estamos, esta es la importancia de la situación del conocimiento que es a la vez límite y posibilidad de ultrapasar el límite, posibilidad de desplazamiento. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. Agamben Giorgio, (2001). Infanzia e storia. Distruzione dell’esperienza e origine della storia, (2ª ed.) Torino, Italia: Giulio Einaudi. Haraway Donna J, (1991). Simians, Cyborgs and Women: The Reinvention of Nature. (1ª ed.) New York, EEUU: Routledge. Haraway Donna J, (1995). Ciencia, Ciborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. (1ª ed. En español). Madrid, España: Cátedra. Naficy Hamid, (2001). An Accented Cinema: Exilic and Diasporic Filmmaking. (1ª ed.) Princeton and Oxford: Princeton University Press. 39 Imagen: Letty Alexandra Benitez Sabando La palestina refugiada tiene conciencia de su desigualdad de género pero la tiene también de la injusticia política que atraviesa su pueblo. OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Imagen: Gema Lisbeth Loor Flores De Valgaz Diseño y Sociedad diseño y sociedad 40 41 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X violeta alarcon zayas: “la paradoja como dispositivo para el pensamiento político en lars von trier” (42-53) Diseño y Sociedad La paradoja como dispositivo para el pensamiento político en Lars Von Trier Violeta Alarcón Zayas Universidad Complputense de Madrid Madrid [email protected] resumen ABSTRACT En este artículo se analizará el cine de Lars Von Trier como un cine político en tanto que moviliza el sentido crítico desde la paradoja y su incomodidad. Proponemos esta forma de hacer cine como subversiva en tanto que crea puntos de fuga que permiten un pensamiento que pone en tela de juicio las verdades que sustentan nuestro universo mítico-ideológico, frente a la convencional consideración de que el cine propiamente político es aquel heredero y deudor del realismo italiano que progresivamente se ha ido asimilando al cine histórico comercial de propaganda ideológica. This article the work of Lars Von Trier will be analyzed as long as mobilizes the critical sense, from the paradox and his discomfort. We propose this form of filmmaking as subversive as it creates leak points that allow a thought that puts into question the truths that support our mythical-ideological universe, compared to conventional consideration that the film properly political, is inheritor and debtor, from Italian realism that has been gradually assimilating the historic commercial ideological propaganda film. Imagen: Silvia Marielena Morán Ponce Revisaremos las trilogías de Europa y América para señalar el malestar que provocan como dispositivos la crisis de los esquemas del pensamiento político y moral imperantes, sin caer en la mera compasión o auto-complaciencia. Se reivindicará a partir de este autor un cine de protesta, como crítica esencial al pensamiento racional que fundamenta nuestra sociedad, desenmascarando sus mecanismos. Review the trilogies of Europe and America to mark the discomfort they cause as devices schemes, the crisis of political thought and prevailing morals, without falling into the simply pity or selfcomplacency. It will be claimed from this author cinema of protest, as an essential critique of rational thinking that underlies our society, exposing its mechanisms. palabras clave KEY WORDS Cine político; tragedia; valores; patriarcado; relaciones de poder. Political cinema; tragedy; values; patriarchy; power relationships. ARTÍCULO PRESENTADO PARA REVISIÓN: 15 DE AGOSTO DE 2015 ARTÍCULO ACEPTADO PARA PUBLICACIÓN: 26 DE OCTUBRE DE 2015 42 1. Introducción Rodar para Lars Von Trier es vivir y pensar la tragedia. Su “filosofíacinematográfica” es vitalista, y por tanto cruel y despiadada, no piadosa ni complaciente. Sus films no nos ofrecen verdades, son transvaloradoras1 y por esto su cine está hecho de vida, de sufrimiento y de placer, de pasión subversiva pues atraviesa las relaciones de poder a través de libres flujos de deseo, que desbordan los canales por los que se reconducen nuestros impulsos. Sus películas van más allá de los dogmas, prejuicios o las convenciones morales del cine tradicional, son fuerzas desestabilizadoras que nos obligan a pensar desde situaciones límite, desde lo abismático e irresoluble. Las películas de Lars Von Trier constituyen una crítica al imaginario cinematográfico imperante y al pensamiento que lo sustenta. Consideramos que se trata de un cine político2 en el sentido de que critica las propias relaciones y mecanismos de poder, poniéndolas de relieve. El cine tradicionalmente considerado social, histórico y político lo que provoca es la auto satisfacción tanto del emisor como del destinatario, es decir, que cumple una función catártica y paralizadora, que no hace más que retratar lo más duro de la realidad dentro de unas convenciones y cuya finalidad es satisfacer mediante un pacto tácito la mala conciencia de nuestra cultura, exorcizándola mediante una crítica indulgente y un final satisfactorio. Es decir, se plantea un problema moral, social y/o político y se resuelve dramática o felizmente, pero dejando siempre un lugar a la esperanza y al bien, Lars Von Trier no. Creemos que repetir los esquemas narrativos y fílmicos que la ideología dominante3 ha hecho suyos no funciona para crear un pensamiento diferente del que nos gobierna, y por tanto tampoco un tipo de política diferente. Resultará más eficaz, a nuestro entender, emplear mecanismos que pongan de manifiesto las redes de poder que sustentan las imágenes que consumimos. Mostraremos cómo Lars Von Trier denuncia mediante la provocación emocional, los valores e idearios de un tipo de cine, intrínsecamente ideológico, reflejo de la sociedad occidental y globalizada actual. En estas páginas nos centraremos en la desmitificación del héroe-heroína, en concreto opondremos la trilogía Europa con la trilogía América, y observaremos cómo en una línea intensamente nietzscheana, que ataca los propios cimientos de la moral4 no construye un ideario concreto alternativo, sino que a martillazos nos deja perplejos ante nuestros propios prejuicios. Lars Von Trier crea encuentros insólitos e incómodos, desde los que es posible construir nuevos conceptos, diferentes discursos y finalmente, movilizar pensamiento y prácticas, aunque Nietzsche, Frederic 1873 Sobre Verdad y Mentira en sentido extramoral y Genealogía de la Moral. Madrid: Tecnos. 1 El cine heredero del Neorrealismo italiano de la primera mitad del Siglo XX. 2 Nos referimos a cine dominante, al cine que aunque englobe contenidos sociales e históricos, no hace más que repetirse a sí mismo, volviéndose tedioso, simple y maniqueo tanto en la temática como en el estilo y realización, sustentando los mitos e ideología neoliberal y capitalista representada por la industria hollywoodiense y en general por el cine mainstream. De esta forma, figuras del cine que fueron reivindicativas y políticamente subversivas han sido totalmente asumidas por la racionalidad del sistema capitalista vaciándose de su potencialidad crítica. Podemos considerar por ejemplo a Charles Chaplin cómo un pícaro pateando a policías, obrero explotado en la fábrica, muerto de hambre siempre en el último escalafón de una sociedad egoísta, injusta y jerárquica, o en su inmortal parodia de Hitler. Estas secuencias han perdido su fuerza original, se han convertido en suaves travesuras, en imágenes que inspiran ternura, nostalgia, que suscitan una sonrisa cómplice, que no desata rabia ni lucha. Chaplin, tuvo una fuerza crítica y provocadora considerable en su momento, aun sin ser revolucionario, incomodó e hizo a reír, y sobre todo hizo reflexionar. Ha perdido completamente toda su potencia subversiva, siendo asumida como un producto del mercado, siendo asumido por la ideología triunfante y vencedora, aunque en su momento la combatiera. 3 4 Nietzsche en El ocaso de los ídolos o como se filosofa a martillazos propone una forma de hacer filosofía que se libere de los dogmas heredados, que sea crítica con los valores que verterbran la cultura y filosofía occidentales y los derrumbre para volver a repensar desde cero; una filosofía de la sospecha y trasvaloradora que cuestione y replantee desde la raíz los presupuestos con los que se ha operado desde Sócrates y que cree unos valores nuevos desde el vitalismo. Y como dice en el aforismo 36: “Los inmoralistas, ¿hacemos algún daño a la virtud? Creo que no, del mismo modo que los anarquistas no hacen daño a los príncipes. Solamente desde que se dispara contra ellos, se sienten más firmemente instalados en sus tronos. Moraleja: hay que disparar contra la moral”. Lars Von Trier hace lo mismo al demostrar el funcionamiento de los valores que rigen nuestro imaginario hegemónico y que el cine reproduce sistemáticamente. 43 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X violeta alarcon zayas: “la paradoja como dispositivo para el pensamiento político en lars von trier” (42-53) Diseño y Sociedad sólo sea por pura provocación, por mera incomodidad ante su obra y ante uno mismo. 2. La fatalidad de los mesías Nos incomoda porque nos presenta aparentemente un esquema conocido, pero para desactivarlo. En la trilogía de Europa ocurre que se desarticula el heroísmo occidental mítico del cine moderno. Los héroes aquí no son heroicos, el mal no se les opone sino que está en ellos mismos. Así el director danés no nos permite echar culpar Foucault, M.(2003): Sobre Ilustración, Madrid, Tecnos. 5 44 la a una patología en El elemento del crimen, o a un virus en Epidemic o achacar todo el mal a los nazis en Europa, y desentenderse. En estas películas se desenmascaran los mecanismos políticos de patologización del mal, y de construcción en general del enemigo desde nuestras propias estructuras de poder.5 No se trata de héroes buenos luchando con los elementos de la naturaleza o con otras fuerzas malignas que vencer, sino que ellos mismos provocan el mal que quieren o pretenden solventar. En la Trilogía incompleta de América, ocurre lo mismo. Primero Grace, quiere ser aceptada en Dogville, donde la rechazan, aquí se da la primera contradicción. Después trata de ayudar donde nadie quiere su ayuda para convertirse en una más, pero como extranjera solo la aceptan sometiéndola, es decir, nunca podrá ser una de ellos. Hay una tercera contradicción, Grace no quiere ser exactamente una más, se enamora de la élite intelectual, de Tom el filósofo. Grace, aunque juegue a integrarse en el pueblo, aspira a un lugar privilegiado siempre, incluso dentro de esa pequeña sociedad. No consigue nada de esto, y es castigada por su ocurrencia, es maltratada, insultada, vejada y violada en reiteradas ocasiones, por lo que Grace finalmente instiga una masacre. Su intervención convierte en criminales a los aldeanos al darles un poder (que ellos y el espectador erróneamente creen absoluto) sobre ella. Este poder les pervierte, y nosotros nos colocamos del lado de la protagonista, una especie de Viridiana pero vengativa. Pero ¿por qué? Porque nuestras convenciones nos hacen ponernos del lado del protagonista, y más aun si ha sufrido lo que nos parecen injusticias. Y por eso justificamos desde el estómago la venganza de Grace, aunque racionalmente debamos censurarlo, porque el fondo sabemos que es Grace quien provoca la situación a la que se ve expuesta. El propio Lars Von Trier admite que aquí quería condenar la venganza, él mismo explica que pensó en Jenny y los piratas, y en una canción de La ópera de cuatro cuatros de Bretch. Además de beber de la teoría del distanciamiento bretchiano, afirma en una entrevista a Le Monde, refieriéndose a Dogville que quería 45 Fotograma de la peícula Epidemic. Fuente:, Lars Von Trier. La salvación en el universo de Von Trier es imposible, no hay forma de escapar del dolor y de la locura, de la manía y del deseo, así refleja nuestra realidad afectiva, moral y política. Para que encaremos y nos sumerjamos en esta tragedia irresoluble en que nos hallamos, el director danés cuenta con el elemento trágico clásico de la fatalidad. Sus protagonistas sufren un destino aciago e inevitable, pero en el contexto de la posmodernidad no nos presenta honorables y valientes héroes cuyas acciones resultan dignas de admiración y respeto. En la mayoría de los casos la abnegación, la caridad y la solidaridad ocultan fines egoístas o narcisistas, aunque a veces simplemente son la prole de la ignorancia o la imbecilidad. El idealismo es nihilismo, la bondad idiotez, la maldad amor, la valentía crueldad, la violencia necesidad. No nos permite ampararnos en los valores cristianos ni épicos tradicionales, sino que nos obliga a desenmascarar la hipocresía de dichas estructuras morales y legales y a desmentir cualquier noción de bondad innata del ser humano, no quedan aquí restos del buen salvaje rousseauniano. Algo no encaja y eso es lo que hace que Lars Von Trier no deje indiferente a nadie, nos ofrece un jeroglífico que no podemos resolver, no hay salida, el crimen está ahí, sólo podemos asumirlo o volver la cara. Pero Lars Von Trier nos obliga a mirarlo de frente, a padecer la tortura del crimen y el criminal, no es más inocente el que contempla el crimen que el que lo perpetra. Nos introduce en situaciones dramáticas, dilemas morales que exigen respuestas urgentes y concisas, que no admiten neutralidad ni ambigüedad, conflictos para los que no nos facilita salidas satisfactorias. OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X violeta alarcon zayas: “la paradoja como dispositivo para el pensamiento político en lars von trier” (42-53) Diseño y Sociedad condenar la venganza: “Esa canción de la ópera es una historia de venganza, una de esas historias que mi madre me enseñó a condenar”, y añadió: “Mi madre adoraba a Brecht, (…) Cuando hice Dogville pensé sobre todo en ella y en Brecht, a ellos dos les debo la geografía abstracta de mi mapa mental”.6 La fatalidad de Grace procede de que no puede dejar de ser tan ganster como su padre, que todo lo que intenta hacer de otra forma se vuelve en contra suya, y lo mismo ocurre en Manderlay, donde su intento de imposición de la libertad y la democracia, le llevará a consolidar el antiguo sistema esclavista, y mostrará que en ella funcionan los mismos valores racistas y clasistas que pretende abolir. El director danés no nos da a elegir maniqueamente entre dos opciones como el cine convencional, sino que nos introduce de lleno en el conflicto, en la tragedia de una época en la que los dioses no alzan la balanza del bien y del mal sobre nuestras cabezas para que elijamos, sino que es preciso replantearse estos problemas desde la raíz. Nos muestra el dolor y la injusticia sin excusas, sin velos, ni edulcorantes. Para enfrentarnos a sus films, no nos es posible emplear los recursos convencionales que utiliza la cultura occidental para perpetrar sus crímenes impunemente. La crueldad viene dada en unas situaciones concretas: las jerarquías, la violencia y la esclavitud proceden de unas estructuras que las permiten y fomentan, si bien nuestra sociedad y su imaginario separan el crimen del responsable, Lars Von Trier nos lo presenta con brutal crueldad, nos obliga a ver a través de los ojos del criminal y de la víctima simultáneamente, sin dejarnos escapar de la contradicción. Nuestras sociedades logran que veamos fragmentados los actos, sus causas y consecuencias, él nos refleja la inmediatez de la injusticia de la estructura de poder establecida. Muestra la necesidad del sistema de buscar siempre un culpable, un otro que encarna el mal, pero en realidad éste no está fuera de sí. 3. Los mesías idiotas en Europa Los protagonistas de esta trilogía nunca son completamente inocentes o culpables, son meramente trágicos, unos carecen de autonomía y otros buscan por iniciativa propia su desgracia, pero a todos los vigila alguien. Todos defienden o persiguen un ideal, quieren ser justos y hacer algo bueno, pero ninguno consigue este fin, pues su propia búsqueda del mal les lleva a convertirse en criminales. 46 Este esquema edípico se entiende muy bien en El elemento del crimen donde Fisher investiga una serie de crímenes y reconstruye el pensamiento del criminal para entenderle, pero esta comprensión supone convertirse en el criminal, pues sólo el criminal puede concebir los motivos y la lógica de sus actos. Fisher tiene que irse al Cairo, alejarse de la escena del crimen, tomar distancia objetiva para resolver el enigma. Allí regresa al pasado a través de la hipnosis a través de un laberinto siempre nocturno, -pues es el mundo tenebroso del inconsciente-, que Harry Grey, el asesino, ha trazado para no ser descubierto. Las imágenes oníricas y caóticas se repliegan sobre sí mismas al igual que la búsqueda del protagonista se repliega sobre sus propios actos, creando imágenes duplicadas de un mismo episodio. Se trata de un laberinto de espejos rotos donde en una sangrienta investigación Fischer indaga las causas del mal desde una desde la miopía edípica provocada por la teoría de su maestro que sufrió el mismo mal, y por eso siempre Harry Grey se le escapa, y a la vez siempre se siente asediado. Y esta angustia de los laberintos oscuros, donde se percibe una presencia constante espiando al protagonista se explica por este desdoblamiento inconsciente del investigador. Descubre el secreto de su maestro, la herencia trágica del investigador. Gracias a la guía del hipnotista encarna al fantasma del asesino y comete los crímenes, y esta es la clave del viaje al inconsciente: el descubrimiento de la propia identidad, Fisher se encuentra en la incómoda contradicción de ser quien busca, el perseguidor perseguido. En El elemento del crimen la ciencia prefigura el perfil del criminal, se construye el elemento discordante desde el mismo centro de poder, desde la Ley. El científico elabora el perfil del enemigo, sus pautas de conducta, y luego la persigue. La paradoja de esta película por tanto, radica en que el propio investigador-científicoperseguidor (oráculo y héroe policíaco) se identifica como en un espejo o una realidad paralela con el asesino-enfermoperseguido (psicópata y héroe trágico). Es 6 Lars Von Trier estrevista con Stig Bjorkman en Cahiers du cinema, Mayo 2003, nº 579 7 Lars Von Trier estrevista con Stig Bjorkman en Cahiers du cinema, Mayo 2003, nº 579 difícil determinar temporalmente si Fisher, que es a la vez el detective y el criminal Harry Grey, -y en ambos destinos Fisher sigue los pasos de su maestro-, comprendió al asesino porque ya lo era previamente, o se convirtió en él durmiendo y bebiendo en los mismos antros, acostándose con las mismas mujeres y finalmente cometiendo similares asesinatos. ¿Dónde se originó el primer criminal? ¿Hubo un auténtico Harry Grey previo, o fue el maestro de Fisher quien lo inventó? Corroboramos un esquema similar en Epidemic, donde el Doctor Mesmark investiga y experimenta con la enfermedad, pero en una fortaleza-laboratorio donde vive aislado entre los gruesos muros que protegen a los científicos, a los teóricos y gobernantes del pueblo. La imagen de salvador solitario se observa en la secuencia en la que se nos presenta al principio: descendiendo del cielo enarbolando una bandera y un maletín de médico en medio de un campo desolado. Es un iluminado, de aspecto impecable, bien peinado y vestido que desciende de su paraíso a salvar un mundo que no conoce: el de la miseria. El Doctor Mesmark es un chiste, es una broma macabra, un individuo trágico creado por la mente de dos guionistas que terminan auto-induciéndose la enfermedad que han inventado en la ficción. Así, este personaje, con un solo destino trágico y ridículo: quiere curar una enfermedad que ha descubierto en su laboratorio, creerse el salvador le lleva a convertirse en el origen del mal que pretende evitar. Mesmark es un idiota con buena voluntad. Es un ignorante de su identidad: la de portador del virus, y de la identidad de la enfermera, que es quien le ha contagiado y así, paradójicamente, intentado curar, va a ser quien propague la epidemia. La meta-narración funciona aquí de nuevo como dispositivo para mostrar las relaciones de poder entre la racionalidad y lo vital, desde las instituciones políticas y científicas se quiere manipular la realidad, tanto los directores como los científicos juegan a ser dioses castigando y salvando, y al final se convierten en víctimas de su propia maldición. El narrador en Europa dirige de forma hipnótica también al joven Leo Kessler a través de un viaje onírico por las entrañas de la Alemania destrozada por la Segunda Guerra Mundial y habitada aun por el espíritu nazi y todas sus miserias. Desde que Leo hace su estrada es transportado a través de una aventura onírica por una voz en off misteriosa, que le conduce hacia un país desconocido. Esta voz que le dirige le adentra en Europa y le conduce hasta la muerte, es la voz de la fatalidad. Este recurso aunque se forma distinta en toda la trilogía incide en la falta de libertad de los personajes, siempre dominados por el entorno y por un narrador omnisciente. Leo reitera el viaje mítico iniciático del héroe con una misión redentora, afirma que quiere ayudar a hacer un mundo mejor, pero desconoce cómo debe realizar dicha hazaña. Tiene buenas intenciones pero carece de carácter, de pasado, de ambiciones y de astucia y carece de un plan, sólo procede obedeciendo. Leo proviene de un país totalmente diferente a Europa y desconoce todo acerca de la guerra y sus motivos, quiere ayudar pero no tiene unas convicciones ni un conocimiento práctico sobre la realidad, es totalmente ignorante y se pretende imparcial. Su desconocimiento político le lleva a ser manipulado y engañado, y convertirse él mismo en ejecutor de un atentado planeado por los nazis, contra lo que se suponía que él como demócrata debía combatir. Desde el principio es presentado como una pieza que no encaja, un elemento discordante, como un cuerpo que pesar, medir, pulir e integrar dentro de una maquinaria, la maquinaria nazi que ve en él un perfecto utensilio para sus fines. Así lo encontramos reducido a su desnudez, desprovisto de toda dignidad en el laboratorio en el que científicos y médicos nazis le estudian para aprobar su ingreso laboral en la compañía de ferrocarril. Leo no es un personaje con carácter, no es capaz de definirse ni de adoptar una decisión propia, es un nadie. No sabe lo que quiere, le acusan de ser un idealista, que viene a significar un nihilista que se enamora de la idea de Europa, de la idea del Amor, pero no del mundo real, de la Europa de real, de la Katerina de carne y hueso, y ese es su error, su pecado. El sacerdote se lo advierte en una cena: “Dios está en todos los bandos, menos con los que no se posicionan”. Los nihilistas serán condenados, serán utilizados por unos y por otros, perecerán por causas ajenas, serán manipulados y sacrificados, por carecer de ideas propias. El joven norteamericano no se compromete con nada realmente, no conoce las causas ni las consecuencias reales de sus actos, se deja llevar por unos y otros, y sirve a la causa que él creía estar combatiendo. Se deja dirigir y seducir, 47 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X violeta alarcon zayas: “la paradoja como dispositivo para el pensamiento político en lars von trier” (42-53) Diseño y Sociedad Katerina, a través de Leo, es la auténtica protagonista de la trama, en el sentido de que es la que dirige las acciones de éste. Nada la detiene ni conmueve, ni siquiera se altera ante el suicidio de su padre o la muerte de su hermano. A Katerina sólo la mueve su misión política, solo ama y desea su idea de Alemania, la que representa la maqueta del ferrocarril, sobre la que hace el amor con Leo, y donde queda consolidado el poder que ejerce Katerina sobre él y del que hará uso cuando finalmente le chantajeen para cometer el atentado. Es el deseo de Katerina el que rige el transcurso de todos los acontecimientos, arrastrando a Leo hasta la autodestrucción, el culmen del nihilismo, pues comete un crimen que va en contra de lo que supuestamente él quería lograr. Su acto es desesperado, incierto, de hecho, trata de evitarlo cuando ya es irremediable, y precisamente en esa indecisión y cobardía finales, se ejecuta el castigo: la muerte indigna y la soledad del nihilista. 4. La mártir consentida en América En América la heroicidad la encarna una mujer, al igual que en la trilogía de los Corazones de Oro o en la mayoría de sus últimas películas, que como confiesa el propio Lars Von Trier7 encarnan mejor sus sentimientos de venganza por un lado, y por otro todos esos valores de procedencia 48 cristiana, como el idealismo, la entrega, la caridad y el sacrificio. Por eso quizás en estas películas el personaje tiene mayor complejidad psicológica, y pasa a ser un individuo decidido y con carácter. Grace representa los ideales colonialistas, paternalistas e intervencionistas norteamericanos, y por su idealismo “viridiano”, acabará descubriéndose a sí misma dirigiendo el exterminio de un pueblo entero en Dogville, o imponiendo la “democracia” a unos esclavos con los mismos métodos que los esclavistas en Manderlay. Grace es una obstinada y orgullosa “niña” rica, que vive protegida en un mundo fácil y cómodo, y que quiere redimirse del pecado de la opresión que ha ejercido su padre gangster, y así ser reconocida como salvadora y mártir. Grace aparece en escena como un ser misterioso, vulnerable y peligroso al mismo tiempo. Desconocemos su identidad, sólo sabemos que huye de algo, que pertenece a otro lugar más elegante y que quiere ser amada. Aunque en principio genera desconfianza, su belleza, su fragilidad, su buena voluntad y su sumisión le hacen ganarse a medias la aceptación del pueblo, pero esto se convertirá progresivamente en abuso y la tortura por parte de los ciudadanos de Dogville. Ella trata de congraciarse con los desvalidos, demostrar que se puede ganar el corazón de la gente sirviéndola, ayudándola, convirtiéndose en su esclava, pero olvida que la servidumbre lo que hace es privar de la dignidad, si no hay igualdad de poder, no la hay tampoco en la consideración. Grace, quiere evitar la violencia del padre, quiere que la respeten por su bondad y generosidad, por ella misma, no quiere que la teman por su poder, ese es su secreto. Pero la consecuencia de ponerse al servicio del pueblo, es que abusen de ella de todas las formas imaginables y que finalmente la acaben chantajeando con denunciarla a quienes la buscan. Esta denuncia conllevaría su liberación, pero Grace es ante todo orgullosa, no será ella quien pida ayuda a su padre. extranjera. Quien tiene todo el poder sobre otra persona lo ejerce deshumanizando al otro, convirtiéndolo en un objeto. Por otro lado, al ocultar el poder que realmente tiene, solo sufre a medias la injusticia que provoca el desequilibrio de fuerzas, por lo cual, para ella su paso por Dogville no es más que un juego sadomasoquista, aunque el espectador no lo sepa hasta el final y sufra ante la pasividad de Grace. Se nos engaña, creemos que tiene miedo, que quizás es la ex amante o esposa de un gansgter despechado, o algo similar, pero ella sabe que cuando quiera el juego se puede detener, y que podrá vengarse, como de hecho lo hace. De nuevo nos encontramos con un idealismo nihilista, pero a diferencia de los héroes de Europa, el de Grace, que pertenece también a una esfera exterior al mundo miserable al que se enfrenta, procede de un ideal cristiano caritativo, no es ya el afán del héroe justiciero, ni del objetivo científico-misionero, ni de la pasividad de Leo. Grace quiere romper su identidad de opresora, y convertirse en salvadora, Grace quiere amor, quiere que se la reconozca por sí misma, no por ser hija de quien es. Pero cuando al final se desvela su identidad, se restablece la relación de poder que había ocultado, y desde el lugar que ella ostenta debe devolver lo que ha recibido: el pueblo entero debe perecer. Grace pasa de ser una gracia benevolente a convertirse en auténtica cólera divina, la mesías resucitada, permite que los matones del Padre la venguen con la pena de muerte, pero si hay alguien que merece en especial la venganza, y esta de la propia mano de Grace es Tom, el Judas traidor. En un principio, la culpa de Tom, al igual que la de Leo en Europa es su actitud pasiva y presuntamente neutral. “Nada se puede hacer”, esta es la máxima de Tom, el personaje con quien más se identifica Lars Von Trier, obsesionado por el control y a la vez la no intervención, tímido y cobarde, pero grandilocuente en las palabras, se convierte en el ídolo intelectual de Grace. Este personaje está dominado por el afán por la ubicuidad y la invisibilidad, la esquizofrenia del afán de poder y el anonimato, el narcisismo y la inseguridad del tímido patológico. Tom seduce a Grace con su palabrería, y se enamora de la idea que ella representa: “la gracia que cae sobre Dogville”. Pero a la hora de la verdad aunque en teoría dice que quiere cambiar el mundo, permite el mal, es un cobarde, y por ello no se involucra, se conforma con dar discursos que nadie entiende, y no generar nunca controversia. Esta esta frialdad y objetividad de las que presume le llevan a contemplar y tolerar cómo todo el pueblo hace presa de Grace, sin mediar ni ayudarla y finalmente, su segunda culpa procede de aceptar este crimen, y así legitimada por la cotidianeidad la tortura se asume como algo justo, y así Tom se siente justificado para poder violar también a Grace. Tom era el único en el que confiaba Grace y su traición es por tanto la peor, en él recaía la esperanza de la protagonista, pero descubrir su cinismo y su hipocresía le hacen perder toda ilusión. La venganza de Grace es por tanto un acto de orgullo La fatalidad de Grace es que sus actos no van a cambiar el mundo. Parte de premisas equivocadas, desconoce las reglas del juego de ese mundo del que quiere participar. Ofreciéndose a ayudar a que sea para ser aceptada, no pierde su calidad de 7 Stevenson J, (2002) Lars Von Trier, Barcelona, Paidós 49 Fotograma de la peícula Epidemic. Lars Von Trier. por los auténticos actores de la realidad, los que buscan efectos concretos en el mundo, en especial por Katerina, mujer fría, calculadora y nazi convencida, que sabe lo que quiere, que tiene unos objetivos muy claros, y que hará cualquier cosa por conseguirlos. Con Leo mantiene una relación de poder en la que ella ejerce la seducción y el engaño para manipularle a su antojo, y ejecutar sus fines políticos. Así se establecen relaciones de poder y de deseo, nunca horizontales, nunca íntimas, sin complicidad. Katerina cosifica a Leo, lo utiliza siempre desde otra esfera a la que él trata de aproximarse y comprender, pero cuanto más lo intenta más fracasa. Esto se subraya cinematográficamente en Europa mediante el recurso visual del encadenado y la superposición de imágenes en color y en blanco y negro, o de secuencias previamente grabadas que sirven de fondo o contexto de la escena que realmente está ocurriendo. Nunca comparten un espacio físico ni intelectual. Ella está en otra esfera, en la de la vida y la política, mientras que él se halla siempre fuera, en una neutralidad incompatible con lo vivo, neutralidad de la hipnosis o el letargo. violeta alarcon zayas: “la paradoja como dispositivo para el pensamiento político en lars von trier” (42-53) Fotogramas de la peícula Europa, Lars Von Trier OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Diseño y Sociedad despechado, porque su sufrimiento ha sido en vano, no ha logrado ser aceptada, no ha encontrado ese mundo que ella imaginaba en sus fantasías, no ha logrado demostrarle a su padre que la violencia no es el medio de tratar con la gente, debe aceptar la verdad de su progenitor y volver con él. de poder, pero en ara de otros valores. No hay mayor paradoja que imponer la libertad por la fuerza, exigir que tomen sus propias decisiones dictándoles cómo han de hacerlo. Desde el poder no puede surgir la libertad de los oprimidos por ese mismo poder. En Manderlay hallamos dos conflictos fundamentales que acosan a la protagonista. Por un lado, quiere liberar a unos esclavos acostumbrados a la comodidad del encierro, de los hábitos impuestos por la terrateniente Mam, ama de sus cuerpos y de sus mentes, con la ayuda de su hombre de confianza. Grace presencia la muerte de Mam, y quiere que la familia esclavista trabaje para los esclavos, es decir, quiere de nuevo invertir los términos de sumisión y opresión, pero manteniéndolos. Además, esta vez, escarmentada de Dogville, su idealismo ha sido un tanto matizado, y se queda con algunos hombres de su padre, es decir, quiere democratizar Manderlay, pero por la fuerza, al modo en que procede la política internacional americana: de forma intervencionista. Las otras dos contradicciones de Grace, proceden de nuevo de su enfrentamiento con su padre acerca de su identidad, ha de cargar con la fatalidad de ser rica y mujer. Al principio de la película, su padre habla de qué es lo que les gusta a las mujeres, qué es lo que buscan en un hombre, según su discurso lo que quieren es un hombre que las someta, que sea más fuertes y más poderoso. Grace discute con él y rechaza la feminidad que el padre le asigna rehusando coger el ramo de flores que él le da. Pero luego Grace se enamora del esclavo Timothy, que ella cree que encarna el ideal de hombre salvaje y poderoso. De nuevo se repite el deseo sadomasoquista en Grace, confirmando lo que su padre afirma, ella busca la sumisión sexual frente al salvaje, al que ella quiere domar culturalmente. Se produce un intercambio de poderes entre el vigor primitivo de un supuesto rey de una tribu de héroes y guerreros, y una dama occidental y educada que quiere educarles, él la somete bajo el consentimiento de ella. Esto responde, sin ella quererlo, al romanticismo propio de un ideario machista y patriarcal, donde la mujer se somete a la fuerza y a la nobleza del guerrero para protegerla, y ella renuncia así a su igualdad para ser protegida, esto se representa cuando Timothy le tapa la cara a Grace durante la relación sexual, ella permite que la reduzca a un objeto, que niegue su identidad borrándole el rostro, Grace es condescendiente, trata a los negros como seres inferiores, inmaduros, que hay que proteger y moldear. Desde su etnocentrismo los considera una cultura que ha de progresar inevitablemente hacia sus ideales y guiarse por sus valores morales, por lo que de nuevo volverá a caer en la trampa de su idealismo, de su ignorancia respecto a otras culturas, y se volverá a mostrar orgullosa, vengativa y tirana. De hecho empleará los mismos métodos de control psicológico que la anterior ama para liberar a los esclavos, por lo cual reiterará el mismo esquema de relaciones 50 con tal de ser la elegida por el macho que cree el dominante. Pero cuando Grace descubre que Timothy no es un antiguo rey, sino un camaleón que se amolda a sus fantasías, se siente humillada, no puede aceptar haberse dejado engañar por un ser inferior, un borracho que no pertenece no a una estirpe de héroes africanos, sino a una raza vergonzosa e indigna de alguien como Grace. Una mujer blanca y rica puede acostarse con un rey africano que ha caído en desgracia, pero no con un simple esclavo de origen plebeyo. Sus contradicciones vuelven a darle la razón a su padre. Aunque se rebela como mujer contra un mundo de hombres, no deja de reproducir el género, los deseos y el imaginario que el propio patriarcado le ha asignado, por lo que su rebelión de nuevo queda en un mero pataleo que reafirma el mundo de su padre que cree querer cambiar. Por otro lado su clasismo se desenmascara violentamente y le lleva a abusar del poder que ya de por sí ostentaba ilícitamente, valiéndose de los viejos instrumentos de tortura esclavistas. Mandará finalmente azotar a Timothy, devolviendo de nuevo al mundo su normalidad, donde los amos ajustician a los esclavos. El regreso del padre anuncia la recodificación, la vuelta a la normalidad de las estructuras de poder, la autoridad paterna muestra la inevitabilidad de controlar al sujeto. Nos situamos del lado de la vengadora, pero a la vez debemos repudiar su acción. Ella es la que se ha colocado en estas situaciones, primero en una posición de vulnerabilidad que justifica las relaciones jerárquicas y luego en la de ama que obliga a ser como ella quiere a los demás. La paradoja de la imposición de la democracia a través de la tiranía, que es el mecanismo de política internacional de USA y sus aliados. No nos sentimos cómodos ante Grace porque nos muestra una radiografía del funcionamiento político desde la afectividad, desde el deseo, desde las contradicciones de nuestra situación política real y de lo que defendemos moralmente. Muestra la contradicción última entre la democracia y el capitalismo y sus diversas formas de imperialismo. La muerte y el crimen son indispensables para mantener el sistema, no hay otra forma de salvación, es decir, que el juego no permite huir de la tragedia. Esto apunta a que la opción está fuera, en otro tablero, que ninguno de los héroes, al aplicar las reglas del juego van a dar con una solución, sino que contra su voluntad colaboran y fortalecen al enemigo, pues se mantienen dentro del orden que supuestamente quieren cambiar: ni abnegación mesiánica, ni la neutralidad nihilista son inocentes ni alteran las relaciones de poder asimétricas, sino que las reafirman. 5. Conclusiones El enemigo no tiene un rostro concreto, es difícil de capturar porque se halla en la propia red de poder, una estructura de relaciones que sostienen una sociedad insostenible, un flujo que se pretende estable y que vive del sometimiento y la violencia física y psicológica de los cuerpos. Hay que buscar otros modos de relaciones, otra Europa, otra América, y otra forma de cambiarlas, Lars Von Trier no nos permite aceptar dicha lógica bajo la que vivimos cuando 51 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X violeta alarcon zayas: “la paradoja como dispositivo para el pensamiento político en lars von trier” (42-53) Diseño y Sociedad A partir de relatos que alcanzan su mayor intensidad en la paradoja existencial que sufren tanto el protagonista como el espectador a través de éste, las películas de Lars Von Trier funcionan como desestructurantes de los esquemas rígidos tanto estéticos y narrativos como morales, que rigen las relaciones de poder que establece el capitalismo y que refleja en la esfera de los audiovisual. Desentraña lo implícito de ciertos idearios e imaginarios literarios y cinematográficos y nos los hace visibles, los desnuda y descarna, nos explicita aquello que no querríamos ver, y nos obliga a posicionarnos. Esto, sea intencionadamente o no, provoca, provoca al espectador y le obliga a pensar a partir de emociones que contradicen su racionalidad. Le fuerzan a enfadarse, a emocionarse, a buscar argumentos para justificarse ante situaciones difíciles de evaluar desde nuestra moral. De esta forma Le hace pensar y replantearse valores incuestionados, que parecían incuestionables. Gracias a él pensamos criticándonos a nosotros mismos a partir de nuestras convenciones, y este nos parece un buen camino por dónde empezar a 52 Fotograma de la peícula Dog Ville. Lars Von Trier. buscar la forma de desarrollar un cine pensamiento, un cine que se piense y haga pensar, un cine político y filosófico, a la altura de su tiempo. Y de esta forma, desposeyéndonos de nuestros cómodos “valores-”, principalmente encarnados en las figuras del mesías, del héroe o del mártir, Lars Von Trier, rueda a martillazos sobre los cimientos de la moralidad del mundo occidental a través de la transición del siglo XX al XI, sumergiéndonos en susnuestras obsesiones, mostrándonos susnuestros miedos, fobias y fetiches, sin permitirnos distanciarnos, obligándonos a posicionarnos y a ocupar indistintamente el lugar de la víctima y del verdugo simultáneamente. Pero ¿qué mejor forma de despertar la conciencia, de conducir a la reflexión, de provocar el pensamiento, que desde nuestras afecciones más profundas, desde nuestros deseos más salvajes, desde nuestros miedos más negados, desde la imagen más fea de nosotros mismos? “Ahora resulta que algo provocativo es algo negativo... Y descubrí que una cosa resulta provocativa si la otra persona tiene algo que esconder. Y entonces se ofende. Yo no me ofendo.” Lars Von Trier, entrevista para Multicine por Ana Ruiz el 4 de febrero de 2006. 8 Bibliografía Agamben, Girorgio (2015) ¿Qué es un dispositivo?, Barcelona, Anagrama. Bjorkman, Stig., “Lars Von Trier, entrevista”, (2003): Cahiers du cinema, Mayo, nº 579, pp 32-38. Bjorkman, Stig, “Trier on Von Trier.”.( 2005): New England Review 26.1 P 69(24). Deleuze, Guilles, (2003) La imagen en movimiento, Barcelona: Paidós. Foucault, Michael (2003) Sobre la Ilustración, Madrid: Tecnos. Nietzsche, Frederic (1990) Sobre Verdad y Mentira en sentido extramoral, Madrid: Tecnos. Nietzsche, Frederic (2006) Genealogía de la Moral, Madrid: Alianza Editorial. Nietzsche, Frederic (1998) El ocaso de los ídolos o como se filosofa a martillazos, Barcelona, Tusquets Editores. Rousseau, J.J., (2005) Emilio, o de la educación, Madrid: Alianza Editorial. Stevenson J, (2002) Lars Von Trier, Barcelona: Paidós. 53 Fotogramas de la peícula Manderlay - bdh Lars Von Trier nos obliga a la visión esperpéntica de su lupa, nos insta a buscar otras alternativas provocándonos.8 rubén garcía lópez: “capricho gaditano (gonzalo garcía-pelayo, 20 años después)” (54-69) OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Diseño y Sociedad Capricho gaditano, (gonzalo garcía-pelayo, 20 años después) Rubén García López Universidad Carlos III de Madrid Madrid [email protected] resumen ABSTRACT La recuperación reciente de la obra fílmica de Gonzalo García-Pelayo, a cargo de varios críticos españoles y extranjeros, parte del redescubrimiento de Vivir en Sevilla (1978), uno de los filmes más radicales y únicos de su obra y de todo el cine español, y tiene como consecuencia singular la decisión del cineasta, dedicado plenamente hasta entonces a su labor de jugador profesional, de volver al cine realizando una nueva película, Alegrías de Cádiz (2013), cuyo planteamiento de partida pretendía trasponer a la capital gaditana los personajes, argumento y planteamientos formales del film sevillano. El presente artículo analiza las relaciones entre estas dos películas, atendiendo principalmente a sus diferencias y analizando asimismo su relación con otros filmes del mismo director, principalmente Rocío y José (1982). The recent recovery of the film work of Gonzalo García-Pelayo, lead by several spanish and foreign critics, takes part on the rediscovery of Vivir en Sevilla (1978), one of the most radical and unique films of his work and all the Spanish cinema. It also has as a result the decision of the filmmaker, until then fully devoted to his work as a professional player, of returning to cinema by making a new film, Alegrías de Cádiz (2013), whose initial concept intended to transpose to Cádiz the characters, argument and formal approaches of the Seville film. This paper analyzes the relationship between these two films, especially taking into account their differences and also analyzing its relationship with other films by the same director, mainly Rocío y José (1982). palabras clave KEY WORDS Gonzalo García-Pelayo; Alegrías de Cádiz; Vivir en Sevilla; ciudad; política. Gonzalo García-Pelayo; Alegrías de Cádiz; Vivir en Sevilla; city; politics “… Alegrías de Cádiz, which looks as if three days rather than 30 years had passed since Rocío y José” Olaf Möller ARTÍCULO PRESENTADO PARA REVISIÓN: 15 DE AGOSTO DE 2015 ARTÍCULO ACEPTADO PARA PUBLICACIÓN: 26 DE OCTUBRE DE 2015 54 1. Donde se trata de algunas diferencias existentes entre dos películas que sin embargo dicen parecerse Una de las escenas finales de Vivir en Sevilla (1978), película emblema del cine de Gonzalo García-Pelayo, puede servir como resumen de los dos polos entre los cuales tenía lugar la misma. Se trata de la declaración de amor de Miguel (Miguel Ángel Iglesias) a Ana (Ana Bernal). La mujer, identificada ya claramente con Sevilla, aparece encuadrada de un modo un tanto forzado a la derecha del plano, dejando a sus espaldas una soleada y bucólica imagen (río en primer término, parque en segundo, edificios al fondo). Es una imagen de postal, luminosa y cristalina, transparente en su intención de identificar mujer y ciudad. En su contraplano Miguel, con arbustos y casas como fondo, inmóvil como un palo en mitad del plano, con unas enormes gafas de sol borrando sus ojos de la imagen, lee su extensa y encendida declaración de amor del mismísimo guión de la película con tono monocorde. Es todo un opuesto de la imagen de ella, y sin embargo ambos planos forman la escena en que los dos habrán de unirse definitivamente. Vivir en Sevilla estaba hecha de planos como el de Ana, imágenes claras y luminosas de parques, calles y, sobre todo, mujeres. Pero también como el de Miguel: la entrevista al niño del taller, el paseo por “el barrio más feo de toda Sevilla”, la mano que coloca una lágrima falsa en el ojo de Ana, el “¡no tan largo, coño!” con que el propio director corta a los actores, por no hablar de los fallos técnicos… Está claro cuál de estas dos dimensiones se intenta que prevalezca en Alegrías de Cádiz (2013), película con la que García-Pelayo volvió al cine 31 años después de su último largometraje y 24 desde su último trabajo televisivo, y que parte del intento de revisitar formas y contenidos de Vivir en Sevilla, pero transportados ahora al Cádiz de inicios del siglo XXI1. La omnipresencia de la capital gaditana se hace patente ya desde el inicio de la película, consistente en varias soleadas panorámicas de la ciudad, planos que en el film referente tardaban mucho en llegar (y que también dan fe de la menor entidad económica de esta producción, pues los de aquella se tomaban en helicóptero mientras que estos lo hacen desde una posición elevada, pero fija). Muchos de los personajes, en sus diversas escenas, tienen como fondo espacios de la ciudad al más puro estilo del plano ya citado de Ana, incluso no siendo equiparables a esta como sucede en el caso de Luci, una anciana que relata sus sentimientos respecto al suicidio de su hija, con la que claramente se pretende jugar un papel similar al del “niño del taller” de Vivir en Sevilla, que explicaba el asesinato de un amigo suyo a manos de la policía. Si aquel hablaba en un interior frío e inexpresivo, asimilable al taller del apelativo que le refiere, esta tiene de fondo la costa gaditana, su mar, sus muros, sus edificios e incluso su catedral. Es un ejemplo de cómo de las dos dimensiones, los dos planos citados que en su relación cifraban parte de la apuesta estética de Vivir en Sevilla, es el de Ana el privilegiado, esto es: la ciudad como fondo y la figura como su significante, la luz clara, diurna, la imagen bucólica de atmósfera pacífica y un ligero tono forzado que delata de forma suave, susurrada, la voluntad enunciativa. Que los personajes a quienes se aplica esta construcción no tengan la misma relevancia en esta película que Ana en aquella no evita que el sentido del plano sea el mismo, como demuestra redundantemente la inclusión del letrero que reza “Luci también es Cádiz”. Con éste, otro dato relevante: en esta película, no será solo uno el personaje equiparado a la ciudad. No hay tampoco aquí voces del director cortando la escena o recitando los diálogos de los actores, y apenas evidencias del rodaje, como por ejemplo la corrección del director a la actriz Lola Sordo en una escena de Vivir en Sevilla. La existencia del rodaje, de la producción material del film, además del mismo desarrollo argumental, son evidenciados, comentados y hasta analizados por la voz en off de Javier García-Pelayo, hermano del cineasta amén de una de las presencias legendarias de su cine, que aparece en escena recién iniciado el film presentando éste (de qué trata y el poco dinero que hay para hacerlo) y más concretamente el casting de búsqueda de su protagonista femenina que será mostrado a continuación, igual que el film sevillano comenzaba con el de Ana Bernal (aunque sin declararse como tal). Si este planteamiento busca repetir la dimensión metafílmica del filme sevillano, debe observarse que el La película completa, en calidad no muy boyante, puede verse en https://vimeo.com/97642390, así como en https://www.youtube. com/watch?v=5_Fc3q_CPqc. 1 55 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X rubén garcía lópez: “capricho gaditano (gonzalo garcía-pelayo, 20 años después)” (54-69) Diseño y Sociedad resultado dista de ser similar, toda vez que esta presencia, que llega a personarse varias veces a lo largo de la película conviviendo con sus personajes, no hace sino naturalizar todas las fugas de la narración, integrarlas de hecho en la diégesis alejándolas de la virulencia, de la radical ruptura que cada una de ellas introducía en el transcurso de Vivir en Sevilla. Javier no deja de ser un Pepito Grillo, un personaje interior a la ficción capaz de arrancarse de esta para establecer un lazo con el público, justo el que las inesperadas irrupciones de Gonzalo García-Pelayo en el film sevillano rompían sistemáticamente. Asimismo, el recurrente procedimiento de presentar a todos los personajes explicando su carácter, historia y relaciones con los demás, termina por eliminar la yuxtaposición de secuencias/ bloques que constituía el método central del montaje del film sevillano. En aquel, cada personaje aparecía acompañado tan solo de la autoridad de su sola presencia, y manifestaba de sí lo que quería, siempre mucho menos de lo que cualquier narración consideraría necesario, sin duda menos de lo que ahora hace Alegrías de Cádiz. Así, pues, si la película del 78 estaba hecha desde el cultivo decidido de la ruptura y la transgresión (de la ciudad, de la cultura, y de la forma cinematográfica), la del 2013 lo está desde la convención, la naturalidad y la fluidez, como si toda la película transcurriese en uno de esos paseos que puntuaban el film sevillano, que mostraban cada calle como un río donde fluidamente se aparecían gentes, músicas, palabras escritas, habladas o cantadas. Eso sí, los planos equivalentes del film gaditano carecen precisamente de esa fluidez; antes bien, están rodados con la steadycam posiblemente más temblorosa y renqueante de la historia del cine. 2. Donde se habla de ciudades, caminos, e incluso mujeres El río era figura fundamental en Vivir en Sevilla, firme representación de la penetración buscada por Miguel en el cuerpo de Ana, cuerpo de carne asimilado al de la ciudad: al logro final de su amor, a la imagen de su cuerpo desnudo cubierto de semen, seguía la vista aérea del río, que terminaba llevando a la Giralda, eje de la ciudad como se afirmaba en una digresión de Manuela (1975), identificada aquí con la protagonista por su presencia al fondo de una escena entre Luis (Guillermo Méndez) y Miguel donde el primero hablaba a éste de cómo en Ana había algo “que está por encima de ella misma”. 56 Ahora bien: Sevilla es penetrada por el río, pero Cádiz está rodeada por el mar. Su pequeña circunferencia invita a ser rodeada, hace posible soñar con su representación completa, permite considerarla desde el principio como una totalidad, allí donde Sevilla era una suma de fragmentos cuya totalidad solo podía ser invocada mediante el recurso a la sinécdoque, la metáfora y la yuxtaposición. Vivir en Sevilla venía a decirnos que la ciudad es una multiplicidad a la que solo se conquista a través de a quien por ella tomamos, o lo que es lo mismo: a una ciudad se la vive, al tiempo que somos vividos por ella. El amor es el espacio último de esta vivencia, siempre más grande que sus figuras y objetos y por ello capaz por sí solo de postular esa totalidad, de cifrarla en un cuerpo a través del cual podamos incardinarnos en ella: Ana. El espacio, la ciudad en sí misma, es una concatenación de fragmentos que nunca terminan de formar otra imagen completa, otra totalidad que no sea la del cuerpo amado por Miguel. Sevilla es referida fragmentariamente, a través de unas pocas calles y un pequeño mapa de personajes característicos de la ciudad contracultural que era entonces (Silvio como ejemplo destacado, por no hablar del propio Miguel), sin olvidar con ello su tradición (de personajes populares anónimos como Lola la del agua a un bailaor tan célebre como Farruco), pero todo esto siempre como marco, telón de fondo o vía de expresión oblicua de las relaciones entre sí de un pequeño número de personajes en los que se juega la apuesta definitiva del film. Sevilla era una suma, una yuxtaposición de fragmentos, y Vivir en Sevilla el desfile de estos en el pasar de los personajes, sin que esto impidiese (y de ello en parte la riqueza de la operación) que cada bloque aspirase a ser autónomo, único, gracias precisamente a ese proceder yuxtaposicional que como se ha señalado desaparece en el film gaditano. La reflexión sobre el amor es lo que circula entre esas calles urbanas y esos bloques fílmicos, amor como potencia significante que acabará invistiendo a un cuerpo femenino del carácter de totalidad que hará posible la propuesta final del film: la unión entre la Sevilla tradicional (Ana) y la contracultural (Miguel) en la consecución de un mundo nuevo que para García-Pelayo, vista la película del 2013, podría no ser otro que Cádiz. de la figura de Javier García-Pelayo, se hunden y sumergen incondicionalmente, hasta ser ellos sus síntomas, y no viceversa. Casi todos los personajes son Cádiz, en una medida u otra: Pepa (Beatriz Torres, Laura Espejo, Marta Peregrina, Rosario Utrera López) es Cádiz al modo en que Ana era Sevilla, facilitando esta identificación por la vía de hacer que cuatro actrices diferentes la encarnen, detalle que además de otorgar al personaje una indudable centralidad, da fe del proceder multiplicativo de la película, de su voluntad omniabarcadora, de cómo no es solo que Pepa sea cuatro mujeres a la vez, sino que cualquier mujer puede ser Pepa, esto es, Cádiz. Así, “Luci también es Cádiz”, y cada mujer y cada chirigota, coro, calle, etc. Cádiz está dada por principio, y no se trata de llegar a ella sino de pasear por su interior, por sus calles, gentes, cualidades y costumbres. Cádiz abre la película donde en 1978 lo hacía Ana: frente a la visión oblicua de antaño, la frontalidad de ahora. Frente a la aproximación cuidadosa, fría en sus articulaciones y cálida en sus interioridades, la inmersión apasionada. En el principio de Alegrías de Cádiz, la penetración buscada por Miguel ya habría tenido lugar, el río ya habría alcanzado la desembocadura, y en medio de la costa un círculo emergería: Cádiz. Por ello quizás, Rocío y José (1982) es de entre las películas de García-Pelayo la que más cercanía muestra hacia la operación presente en ésta. Porque el Rocío es un camino tanto como un espacio, porque la peregrinación es un camino, por así decir, inmóvil, detenido en un territorio ya sagrado desde el principio, por principio. Por ello se dice en el prólogo del film que éste no cuenta sino cómo, en el camino, las vidas de los protagonistas “fueron arrebatadas por la Gracia”, por, en suma, “una fuerza misteriosa y arrolladora que iba más allá de la inspiración, más allá incluso que del amor”. Rocío y José se sumergen en el camino/espacio del Rocío, consistente en una construcción fílmica plagada de sevillanas que hacen de banda sonora a una miríada de brevísimos planos documentales entre los que episódicamente aparecen breves escenas narrativas. Todas ellas son imágenes del Rocío, y la progresión que lleva a la (casta) consumación del amor frente al paseo de la Virgen no debe confundir respecto a que todo el camino es postulado desde el comienzo como manifestación de la Gracia, precisamente mediante el método de unificar los distintos planos a través del medio que siempre ha utilizado el cine para crear la presencia de una entidad transcendente que, al no existir, debe de ser evocada necesariamente por algo externo al medio (el cine) que lo permita rebasarse a sí mismo: la música, el único medio para poder decir “Dios” en cine. El cine de García-Pelayo, obvio es afirmarlo, es un cine del espacio, en el que el lugar es de una importancia capital u obtiene cuando menos una atención detenida. Manuela (Charo López) era el campo andaluz y Ana Sevilla, como ahora Pepa es Cádiz, pero también Miguel y Javier hacen de toda Andalucía el espacio privilegiado de Corridas de alegría (1982) y Chipiona es atendida más de lo argumentalmente necesario en Frente al mar (1979). También son de referir la importancia de los espacios concretos como la casa de esta última, la choza de los protagonistas de Manuela, o la solitaria casa madrileña de Veinte mil semanales (1989). De toda su obra, solo tres películas son, por así La capital gaditana, muy al contrario, se postula desde el principio como una totalidad en la que la película y sus personajes, incluidos sus propios hacedores como se hace patente a través 57 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X rubén garcía lópez: “capricho gaditano (gonzalo garcía-pelayo, 20 años después)” (54-69) Diseño y Sociedad decir, “de camino”: Corridas de alegría, Rocío y José y Tres caminos al Rocío (1986), pero todas ellas presentan la señalada paradoja de ser a la vez films de mayor o menor inmersión en un espacio, sea la Andalucía quinqui y popular o el Rocío. Esto parecería apoyar la idea de que no hay mayor novedad en el planteamiento espacial de Alegrías de Cádiz respecto a sus predecesoras, y sin embargo no es así. El espacio vuelve a ser importante, de hecho vuelve a ser una ciudad, pero dada desde un principio como totalidad, como ya se ha señalado. Al mismo tiempo, si ya las dos obras sobre el Rocío presentaban un espacio total dado por principio, eran también filmes de camino2, mientras que no existe tal en Alegrías de Cádiz, sustituido por el siempre ocioso ejercicio del paseo. La peregrinación a Cádiz, caso de existir, ya habría tenido lugar cuando presenciamos su plano inicial. La “Gracia” gaditana ya ha tomado posesión de sus realizadores y reparto. Las figuras “extranjeras”, como podía ser la Teresa (Lola Sordo) de Vivir en Sevilla, están aquí plenamente asimiladas, son ya gaditanas de pleno derecho3. Alegrías de Cádiz será entonces no un descubrimiento sino un paseo por su espacio, un canto, una celebración. 3. Donde se intenta mostrar que la locura de la película, SIENDO CIERTA, no está carente por ello de sistema. En Vivir en Sevilla el bloque titulado “Barrio de San Román, los trajes y el cuerpo de Teresa”, donde no se ve otra cosa que lo que el título indica, acompañado siempre por la voz en off de Miguel, aparentando interrumpir la narración no supone en realidad sino una muestra del afianzamiento de la relación entre Miguel y Teresa, establecido justo después de la escena en que Ana se une a Luis abandonando a Miguel definitivamente. Así, aunque en efecto la acción narrativa se haya detenido, una información relativa a los personajes nos está siendo suministrada de forma indirecta. Por añadidura, sin que lo advirtamos asistimos a una caracterización del personaje de Teresa que es capital por su diferenciación respecto al de Ana: la importancia en ella de la ropa y la fragmentación por la que casi siempre es mostrado su cuerpo, contrastan con la importancia del desnudo integral de Ana, nunca fragmentado por montaje sino, si acaso, recorrido en su integridad por la cámara, índice de que el cuerpo de Ana es 58 la única totalidad a que se puede acceder en el film. Es un solo ejemplo de un proceder que se confirma a lo largo de todo el metraje del film sevillano. Sin embargo, ¿qué papel puede jugar en Alegrías de Cádiz el combate de boxeo de Oscar, o el posterior encuentro con su pareja? Son escenas de personajes carentes de toda relevancia narrativa: Silvana sirve de coach dialógico a Pepa en dos escenas y a Jeri en otra, y Oscar apenas eso. Su aparición, por mucho que los personajes nos hayan sido presentados en una escena anterior, semeja el mismo tipo de corte en el flujo rítmico de la obra que supone la aparición primera de Luci, es decir, la apariencia de un cambio de tercio argumental, el paso a otra línea narrativa o temática, como era el niño del taller en Vivir en Sevilla: un corte en seco en el transcurso de la película para plantear un cambio de nivel que no será resuelto hasta más tarde. Así sucede con Luci, a la que más tarde recuperaremos contando historias divertidas junto a Mariana Cornejo, pero si bien la secuencia relativa a Oscar, que comienza con el recinto de boxeo y termina con el abrazo entre éste y su pareja pone fin al segmento dedicado al carnaval con un frenazo en seco y un cambio de tercio puro y duro, ni el guante lanzado será recogido nunca ni el segmento tendrá relevancia narrativa mayor que la de ver (ni siquiera conocer) un poco más de cerca a otros dos personajes de esa Cádiz que nunca acaba. Es solo un ejemplo de algo que es norma en Alegrías de Cádiz: no es posible entender la mayor parte de las relaciones entre secuencias, al menos si se busca una efectividad narrativa, una relevancia informativa, una significación emocional para alguno de los personajes, etc. El avance implacable, bloque a bloque, de Vivir en Sevilla, es evocado por la construcción de Alegrías de Cádiz, pero sin progresión real, al ser dada la inmersión, haber sido conquistados por la ciudad, ya desde el principio. Al mismo tiempo, la ubicación de cada segmento tampoco tiene la posibilidad de regirse por su posición en un recorrido concreto, como sucedía en Rocío y José, pues el camino sería aquí un paseo errático, tal como el de esa suerte de dandy del siglo XXI que es Jeri, un camino que cree en el goce del caminar, sin preguntarse por el destino o por ese mañana que casi todas las Pepas esgrimen como razón para dejarle. Caminar Cádiz, vivir en Cádiz. La diferencia, no obstante, no debe ser afirmada de forma tajante ya que los procedimientos de Vivir en Sevilla sí se llegan a encontrar en algunos momentos de la película: tras la presentación de Fernando, del que la voz en off nos cuenta acaba de volver a Cádiz después de que le pudiese su recuerdo al vivir varios años fuera, sucede la irrupción de un grupo musical en el mercado que, seguido en travelling frontal por la cámara, canta una vieja canción sobre la renovación que aquel tuvo a principios del pasado siglo, uno de los ejemplos más rotundos de inmersión en un espacio que encontramos en la película, y que viene además seguido por la reaparición de Fernando en ese mismo mercado, junto a otros personajes, asistiendo al cómico diálogo de uno de sus acompañantes con un pescadero (retomando la figura del embuste identificada ya con Cádiz desde el parlamento de Chano Lobato que se superponía en off a las panorámicas de apertura), en el marco del cual descubriremos su amor por Pepa a través de la mirada que la dirige en cierto momento de la conversación. Siendo Pepa el referente simbólico de Cádiz más evidente de la película, es acertado que sea aquí que tal amor se manifieste, justo después del plano que, por la vía oblicua propia de Vivir en Sevilla, mejor representa esta inmersión plena y feliz del personaje en la ciudad. De forma consecuente, a esto seguirá la escena en que, en la playa, Fernando canta una canción referida a Pepa, como evidencia el plano que fantasmagóricamente la invoca en su término. No será baladí tampoco señalar que esta Pepa a que mira Fernando sea encarnada por Laura Espejo, de las cuatro actrices escogidas la más cercana físicamente a la Ana Bernal del film sevillano. Es un indicativo más de que las principales similitudes con aquel las encontraremos a través del personaje de Fernando, que en la transposición argumental entre las dos películas ocupa la posición del Miguel enamorado de Ana, del hombre que prefiere “una” mujer, mientras que será Jeri quien ocupe la del hombre enamorado de “la” mujer o, dicho de forma menos comprometedora, de todas las mujeres. La dicotomía planteada por el protagonista de Vivir en Sevilla, pues, ha sido trasladada aquí creando un personaje para cada uno de sus extremos. De las dos, será la historia entre Pepa y Fernando la única que trazará algo similar a un arco dramático parecido al de la película modelo: Pepa deja a Jeri como Ana a Miguel, ambos tienen otras parejas (Pepa una, Jeri por lo menos dos), finalmente Pepa se une a Fernando. La diferencia, que la mujer central no vuelva con el mismo hombre, solo traduce el hecho de que Ana dejaba a uno que prefería a cualquier mujer y volvía a otro, el mismo, que ahora la quería a ella sola; aquí sucede igual, pero el doble parecer, los dos momentos del arco, han sido convertidos en dos personajes realmente distintos. Este proceder constituye a su vez ejemplo de la peculiar disposición de personajes del film, relativamente novedosa en el universo de su autor. Como se acaba de señalar, la relación PepaFernando se hace eco de la de Miguel-Ana en Vivir en Sevilla, por lo que sigue un arco similar a aquella e incluso lleva aparejados algunos de sus procedimientos narrativos. Ahora bien, en aquella solo cabía añadir a esta dupla los personajes de Luis y Teresa, parejas de los otros tras su separación, mientras que en Alegrías de Cádiz están Jeri, Pepa y Fernando como trío principal, a los que hay que sumar las dos parejas de Jeri, Rosa Mº ( Jessica Sánchez Montero) y Candela (Patricia Galindo), y la de Pepa, Raúl (Raúl Puerto), y a estos Oscar y Silvana y nunca olvidar a Javier, omnipresente. Ocho personajes, literalmente el doble que en la otra película, pero aún olvidaremos que Pepa está interpretada por 4 actrices diferentes, lo que en realidad da un cómputo final de 11 intérpretes, 11 presencias con más o menos diálogos, con escenas que ocupan un espacio en una película de 120 minutos Se comprende que por film “de camino” entiendo una película que muestra un recorrido hacia una dirección específica, concreta: en Corridas de alegría buscando a una mujer, en las películas sobre el Rocío hacia el punto final de la peregrinación. 2 Debe advertirse en este punto un posible contraejemplo: que solo los personajes masculinos son “extranjeros”. Jeri ( Jeri Iglesias), Javier y Fernando (Fernando Arduán) son sevillanos, Oscar (Oscar García-Pelayo) madrileño. Del elenco femenino solo Marta (Rosa Ávila), que aparece brevemente en una escena, será de fuera de Cádiz, siendo el resto como mínimo de la provincia. Pero entonces debe observarse que Jeri ya está con Pepa desde el principio, y Oscar y Silvana (Silvana Navas Guerrero) son pareja desde hace tiempo: otra prueba, en realidad, de que la inmersión ya está dada cuando la película comienza. 3 59 rubén garcía lópez: “capricho gaditano (gonzalo garcía-pelayo, 20 años después)” (54-69) OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Diseño y Sociedad llena de interludios musicales, cómicos, ambientales4… Toda esta sobreabundancia de personajes, inédita en el cine de su autor y poderosamente opuesta al en este sentido ascético reparto de Vivir en Sevilla, constituye una red de relaciones que se entreteje con la ciudad, y cuya coralidad pretende claramente dar fe de una amplitud urbana, la inmensidad de la pequeña Cádiz. La dualidad Jeri/Fernando heredada de Vivir en Sevilla es nuevamente el eje de esta red: el comportamiento de Jeri tiene como referente claro no solo al Miguel inicial de Vivir en Sevilla sino, sobre todo, al Javier de Frente al mar, no en vano reaparecido en Alegrías de Cádiz, de la que significativamente se presenta como productor, y que instruye a sus jóvenes acompañantes sobre las virtudes de “las psicodinámicas de grupo” (es decir, el intercambio de parejas) y el absurdo de la pareja única, acompañado de Marta, personaje también procedente de aquel film. La reacción de Jeri en esta escena, llena de curiosidad, pone en evidencia su carácter de Javier joven, sin olvidar que son ambos los narradores de la película, los detentadores de la voz en off y por tanto de su punto de vista principal, de modo que será su forma de ver la vida, idéntica pero en puntos distintos de desarrollo, la central en el film. Este carácter puede ser compartido por otro personaje que supondría a su vez un Jeri joven: Raúl. Éste hereda siempre las parejas de Jeri, Pepa primero y Candela después, asemejándose a aquel, como bien ejemplifica su seducción de esta última, sobre todo en su faceta de seductor irredento, ya que de su carácter monógamo o polígamo no sabemos nada a ciencia cierta. Sin embargo, al mismo tiempo es definido como “niño grande” por Pepa y así podemos advertirlo en la escena en que, tras proponerle esta ir a su casa, él confundido la inquiere sobre su acordado viajecito en barco. Javier, Jeri y en menor medida Raúl suponen pues tres tiempos de un mismo tipo humano, central en todos los niveles de la película y que solo será respondido entre el elenco femenino por Rosa María, opuesta a Elvira, novia de Fernando, en su distinta disposición ante la posibilidad de compartir el amor de su pareja con otras mujeres, que acaba manifestándose en emulación del proceder de esta, como se muestra en su última escena conjunta, donde ella acude a ver a otro hombre (“la 60 otra mitad”), hecho que motiva la vívida réplica por parte de Jeri “¡qué pronto has aprendido, Rosita!”. Pepa, por su parte, inicia la película en el lado de quien admite, pero no emula, los amores múltiples de su compañero, siendo el film su camino hacia el amor único, el amor “centrado” que solo encontrará con Fernando, emblema de este sentir en la película. La relación Fernando/Pepa estará dotada a su vez de otra figura doble, futura, en la pareja formada por Oscar y Silvana, refrendada en el diálogo final entre las dos mujeres donde comparten opiniones sobre el “par de artistas que nos hemos echado”. Dado el afirmado carácter díscolo, bromista y peleón de esta pareja, con ella y la de Fernando/Pepa, las dos parejas monógamas de la película, ésta parece querer mostrar dos momentos de un mismo tipo de amor, monógamo y centrado: el de su comienzo así como su posterior desarrollo en amistad, complicidad casi cercana al colegueo que parecen mostrar entre sí Silvana y Oscar. En todo esto, resulta evidente que el único personaje que se transforma en cierta medida es Rosa María, cambiando los restantes tan solo de pareja. Los hombres, a excepción de Fernando, son más bien problemáticos en relación a la pareja, incluso Silvana parece ir más detrás que delante de Oscar, como puede leerse en sus referencias a su naturaleza dual de boxeador y poeta (que no deja de resumir en cierto modo lo que querría ser la película), y resulta significativo que la única persona que cambia sea una mujer, hacia la posición más defendida entre los personajes masculinos. En este punto, una relevante y esclarecedora paradoja: dado el ánimo libertino que anima el punto de vista narrador de la obra, Rosa Mª debiera ser la mujer con quien esta soñara, siendo el caso todo lo contrario: Pepa pone cierre al film con la noticia de su maternidad, recogida por un primer plano concentrado, una voz en off dirigida al hijo por venir, un rostro femenino que agacha la mirada cual Virgen del Rocío acogiendo la Gracia y en cuyo movimiento es iluminado por la luz encendida del atardecer (“de la sangre encendida” rezará un letrero), poniendo de manifiesto que si la película sueña con alguien, es con Pepa, madre (y) monógama. Como canta el Revuelo en su última aparición: “el Jeri, mucho picoteo, pero con la Pepa le dan los mareos”. Alegrías de Cádiz certifica la tendencia de toda la obra de García-Pelayo a soñar con una madre (monógama) que acepte el amor (polígamo) de un hombre. Síntoma y hasta síntesis definitiva por lo demás de una de las obsesiones de Alegrías de Cádiz: el matrimonio entre la transgresión y el conservadurismo. 4. Donde se insiste en el método de la película, y se encuentran claves peculiares para su desordenado transcurso La referencia que supone Jeri a Vivir en Sevilla, dejando a un lado su identificación con la primera parte del arco dramático de Miguel en aquella película, en principio es clara: no solo es el hijo de Miguel Ángel Iglesias, sino que a él pertenecen los profusos y delirantes parlamentos de voz en off que, como antes los de su padre, ocupan largas parcelas de la película como banda sonora a paseos y otros segmentos visuales. Pero sin embargo enseguida se centrarán en él las principales características que distinguirán a Alegrías de Cádiz de su modelo: enamorado de todas las mujeres, pero carente de aquella melancolía que distinguía al memorable protagonista de L´homme qui aimait les femmes (François Truffaut, 1977), y sin una gota del “tormento” del Miguel de los filmes anteriores del director5, nadie como Jeri simboliza el paseo errático, multidireccional, que constituye eje estructural de la propuesta. Jeri “picotea” como la propia película, está enamorado de todas las mujeres como el film de todo Cádiz, y querría no privarse de una sola. Y hago notar que aún estamos olvidando las breves apariciones de Marta, acompañante de Javier, y Elvira (Aránzazu Garrastazul), novia de Fernando, así como de las aproximadamente 8 jóvenes del grupo Revuelo… 4 “El Jeri parece la reencarnación de su padre, el gran Miguel Ángel Iglesias de Vivir en Sevilla y Corridas de alegría, vuelto a la tierra, al paraíso original gaditano, con más fuerza y todavía más locura pero, me atrevería a decir, sin una gota de su tormento: ese retorno es el mejor homenaje que podrían hacerle sus compadres, los García Pelayo”, en Ordóñez, Marcos (2014). “Sobre Alegrías de Cádiz”. El País. Recuperado el 30 de junio de 2015, de http://blogs.elpais.com/ bulevares-perifericos/2014/01/ sobre-alegr%C3%ADas-de-cádiz. html 5 Tomemos un ejemplo: tras ser abandonado por Pepa y hablar con Oscar, un monólogo introduce el inicio de su recuperación, consistente en irse de putas, después al barrio de Sta. María a emborracharse y escuchar flamenco, luego a comer pescado frito, y finalmente a la playa de la Caleta “a lavarme los pecados y que se los lleve el mar”. Recorrido que no será emulado literalmente por la secuencia que sigue pero sí significado por un viaje por rincones diversos de la ciudad al son primero de la voz del Beni de Cádiz narrando legendariamente su nacimiento, seguido después por distintos fragmentos de flamenco junto a diversas imágenes de la ciudad, finalmente sustituidos por uno de los monólogos más desatados del protagonista. El abandono de la pareja marca así el comienzo de una promiscuidad, narrativa y estética, que a partir de aquí dominará decididamente la película entera6: Pepa inicia su relación con Raúl, pero Jeri hace lo propio con dos mujeres, Rosa María y Candela. Las escenas que no tienen más razón para estar ahí que su propia voluntad de existir se hacen dominantes; algunas pueden valer para desarrollar algún aspecto temático, como el parlamento de Javier en el bar, pero casi todas carecen de más relación con los personajes o su historia que la de tenerlos a ellos presentes, testigos de las múltiples manifestaciones de ese “espíritu de Cádiz” que habrá de fecundar a Pepa, poniendo fin al paseo. La escasez de Vivir en Sevilla deviene aquí elefantiasis. En aquella, finalmente no conocíamos tanto de la ciudad: unos pocos personajes y rincones. El encuentro con Silvio, además, duraba 7 minutos, las actuaciones de Farruco y Laventa estaban íntegras, otras escenas podían durar alrededor de 5 minutos incluso a pesar de estar realizadas en un solo “Puede pensarse que este paso del abandono a la secuencia descrita funciona como en Vivir en Sevilla: el “venirse arriba” de Jeri es significado de manera no literal sino oblicua, al tiempo que la colección de planos dispersos semeja la de algunas secuencias de aquella película. Pero si bien la referencia no es en realidad tan oblicua (en cierto momento un letrero nos dice claramente que “Jeri se viene arriba”), de todos modos la secuencia podría considerarse limítrofe entre ambos films: la variedad de planos retrata la inmersión en la ciudad pero no suponiendo su descubrimiento sino una recuperación tras el momentáneo dolor del abandono. 6 61 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X rubén garcía lópez: “capricho gaditano (gonzalo garcía-pelayo, 20 años después)” (54-69) Diseño y Sociedad plano fijo, como el célebre “¡Ole Teresita!” de Miguel. Viene esto a afirmar que aquella era una película pausada, incluso lenta, que se detenía el tiempo que hiciera falta en una limitada serie de personajes y espacios que interesaban en diversa medida al devenir del film. Alegrías de Cádiz, bien al contrario, muestra en su proceder, tal como Corridas de alegría y Rocío y José, un compromiso con la velocidad que, aplicado a este objeto tan distinto al de aquellas, destaca y se refleja en la creación y visita de muchos personajes y el recorrido por muchos rincones y acontecimientos de la ciudad, hecho todo ello además sin ningún ánimo de calma, como en un frenesí creciente que se atreve a ofrecer su momento de mayor y más extensa dispersión argumental, la secuencia del carnaval, en su último tercio de metraje7. Claramente, García-Pelayo no ha querido negarse la presencia de una canción que dice que la Luna extrae su brillo plateado de bañar “su gran pandereta” en las aguas de la Caleta, ni la de los chirigoteros más reputados de la ciudad ni su coro más importante, el de Julio Pardo, cantando su famoso piropo a la gaditana (algo que no deja de ser la propia película) o “Los duros antiguos”, himnos casi de la ciudad pero carentes de la relevancia que sí tendría la copla contra los políticos al incidir en el discurso que al respecto la película trata de producir. No parece haberse querido negar las voces en off de tres legendarios cantaores gaditanos, Chano Lobato, Pericón y Beni, ni la presencia de una todavía viva, Mariana Cornejo. Tampoco la repetida visión de la playa de la Caleta, ni la de la Victoria, ni del muy típico barrio de la Viña, diversas placas de calles que introduce donde puede, el muy popular mercado del Piojito y tantos otros lugares, incluidos algunos exteriores a la ciudad, si bien bastante cercanos, en San Fernando concretamente, y a ser posible siempre con vistas a ella. Pocos escenarios se repiten, siendo la repetición un elemento que, si bien sutilmente, tenía su relevancia en Vivir en Sevilla. Alegrías de Cádiz parece aspirar a verlo todo, recorrer la ciudad entera, no admitir fueracampo alguno, profusión de ambientes que finalmente suman uno solo, ánimo abarcador que también tiene como síntoma destacado la ya señalada multiplicación de personajes, de 4 a más de 10… No extrañará así que sea posible afirmar que, en este proceder promiscuo, lujurioso, excesivo, la película parece acompañar más al periplo de Jeri que al de Fernando, el finalmente apoyado por el film sevillano. No es de extrañar pues la película muestra en realidad no otra vía de entrada a Cádiz que el carnaval, fiesta de la carne. En realidad, esto ya estaba significado por los embustes de la historia de Chano Lobato que abrían la película. El embuste, mentira evidente en su falsedad y por tanto ajena al engaño, arte de la invención constante en ejercicio de un rechazo a la realidad vigente similar al que el Luis de Vivir en Sevilla admiraba de los locos de su ciudad, si bien más anclado en el humor, la broma, el chiste, el cachondeo en suma, término por cierto gaditano que resume bien el carácter vagamente sexual, promiscuo del cultivo de esta invención cotidiana, este falseamiento permanente y excesivo de lo real, este ejercicio en suma de la risa como forma de vida. Este embuste cuyo primer ejemplo nos proporciona Chano, reaparece enseguida en el hablar de Jeri, y será finalmente retomado, multiplicado hasta ser hecho espacio, en la larga secuencia del carnaval. Pero de nuevo nos equivocaremos buscando en esta secuencia una progresión, al menos una que lleve a una culminación de ese embuste, o de la identificación entre éste, el carnaval y la película. En vano pues, como ya se ha señalado, tal está ya dada desde el principio, de principio, y la 62 película no hará sino desplazarse en ella. Hay razones, en realidad, para el montaje de secuencias de Alegrías de Cádiz, pero debe entenderse que se trata de un montaje más atento a tonos, colores, sonoridades, que a elementos argumentales que, siendo Cádiz la protagonista, pasan a un lugar secundario en la determinación del orden secuencial. Hablamos de un montaje predominantemente tonal, si bien a nivel de secuencias, que busca aproximar tonalidades entre sí, atmósferas, ambientes8. Se trata de aproximar entre sí fragmentos que, cada uno por su lado, remitan a lo mismo si bien de formas distintas: Cádiz es el tono común, la dominante de casi todas las secuencias. Las líneas del film no unen a éstas entre ellas, sino a cada una con su referencia última, con su centro: Cádiz. A pesar de su circular por las calles de la ciudad, Vivir en Sevilla era una línea que se desarrollaba de secuencia en secuencia; su figura, por así decir, era la del río con su desembocadura. Alegrías de Cádiz, al contrario, semejaría una formación circular similar al Paraíso de Dante, donde cada círculo se encuentra a una distancia respecto a su centro que no se siente como mayor o menor a la de las demás, y esto porque la relación ha pasado a ser de plena identidad. Los habitantes del Paraíso de Dante vivían en Dios, los de esta película viven en Cádiz. De nuevo, Rocío y José puede servir como ejemplo de este proceder: cada fragmento documental nos remite al Rocío en alguno de sus momentos o rincones; el montaje se limita a ordenar en un continuo rítmico válido y fluido las variadas imágenes, allí unificadas por las omnipresentes sevillanas y puntuadas por las ocasionales secuencias narrativas/ 6 “Puede pensarse que este paso del abandono a la secuencia descrita funciona como en Vivir en Sevilla: el “venirse arriba” de Jeri es significado de manera no literal sino oblicua, al tiempo que la colección de planos dispersos semeja la de algunas secuencias de aquella película. Pero si bien la referencia no es en realidad tan oblicua (en cierto momento un letrero nos dice claramente que “Jeri se viene arriba”), de todos modos la secuencia podría considerarse limítrofe entre ambos films: la variedad de planos retrata la inmersión en la ciudad pero no suponiendo su descubrimiento sino una recuperación tras el momentáneo dolor del abandono. discursivas. En Alegrías de Cádiz, cada secuencia es un modo de darse la ciudad, de mostrar a ésta o a quienes por ella se toman, y aparte de las escenas narrativas las restantes podrían organizarse de otro modo y no pasaría nada, solo la presencia de unas parejas u otras nos obligaría a situarlas en un momento determinado. Si se objeta que en Vivir en Sevilla podrían intercambiarse sus posiciones Silvio y Toto Estirado, no debería obviarse que el primero es una presencia frenética que se corresponde bien al comienzo de la estancia de Teresa en Sevilla9, y que la del segundo, correspondiente al último día de esta en la ciudad, es una escena divertida pero sumamente caótica, incluso ligeramente molesta por esa imposibilidad de poder contar una historia solicitada de forma insistente hasta la incomodidad por Miguel. Teresa es despedida con alegría, pero también con la ineludible presencia de cierto pesar, la constatación de una imposibilidad, acaso la de que el amor surgiera con ella. Sea así o no, la posibilidad de establecer estas relaciones no surge en Alegrías de Cádiz. Mariana Cornejo y Luci aparecen entre la visita a la ruta Quiñones y la escena en que Jeri, acompañado de “Hecho este que delata otra importante diferencia respecto a Vivir en Sevilla: el desorden temporal. Si considerásemos que Alegrías de Cádiz sigue un orden cronológico, daríamos en que Cádiz tiene el mejor invierno de España, repleto de gente en la playa. Así parece querer afirmarlo el letrero “playa temprana de Cádiz en febrero” que acompaña el split screen de Candela en bikini. Siendo esto evidentemente falso, la naturaleza fantasiosa, caprichosa, del film, resulta clara, amén de opuesta al film sevillano, muy realista en este aspecto. 7 8 Me permito aquí tomar la noción de “montaje tonal” enunciada por S. M. Eisenstein, que como se observará manejo con acaso excesiva liberalidad. Eisenstein, S. M. (2003) La forma del cine. Siglo XXI, pp. 75-80. 9 El detalladísimo fechado de aquella película nos permitía saber que la visita a Toto Estirado tenía lugar al día siguiente del encuentro con Miguel, que a su vez sucedía recién llegada a Sevilla. 63 rubén garcía lópez: “capricho gaditano (gonzalo garcía-pelayo, 20 años después)” (54-69) OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Diseño y Sociedad Candela, explica a Raúl sus delirantes planes para un nuevo chiringo playero. Es evidente que Mariana canta por un lado una coplilla relacionada con un don Juan cómicamente fracasado (algo con lo que no podemos identificar a Jeri, ni a nadie de la película) y por otro unas alegrías, las únicas que presenciamos cantadas en directo, y que esto no se vincula con ninguna de las escenas precedentes. Es evidente que la presencia de Luci sí traza una relación con su anterior aparición, en que lloraba destrozada la muerte de su hija; ahora la vemos contenta y contando historias divertidas, incluso de cierto humor negro. Mariana le dice: “voy a cantar unas alegrías, que con las alegrías se van las penas, Luci, tú lo sabes”. Vemos que la escena existe para mostrar el cante de Mariana, una de las cantaoras más célebres de Cádiz, a la que por añadidura la voz en off de Pericón vincula, por pura asociación, a otros cantaores legendarios y antiguos de la ciudad. Poder ver por fin a la artista cantar unas alegrías, ver la suavidad de sus gestos cuando susurra la letra inicial o su garganta crispándose en los últimos versos, poder asistir a ese aquí y ahora de una grande de la canción cantando el palo que da nombre a la película, es claramente el único objetivo de la presencia de Mariana Cornejo, signo solo de sí misma y, con ello, por ello, de Cádiz. Cabe así considerar que si otra razón, narrativa, la hubiera convocado en ese preciso momento, su relevancia simbólica hubiera sido mucho menor. La otra razón de la escena, la presencia de Luci, lleva a uno de los elementos discursivos del film, la idea de Cádiz como cura, espacio que lo hace todo vivible, en concreto los dos males invocados en la película: la muerte y la política. Jeri bañaba su frente en la Caleta para que sus pecados se los llevase el mar; las alegrías, es decir Cádiz, hacen que se vayan las penas de Luci; las chirigotas, los coros, el arte gaditano hacen sobrellevar, vivir con ánimo los desmanes políticos tan presentes en un año como 2013, en una ciudad por lo demás tan devastada por el desempleo como Cádiz (dato este que, eso sí, la película no nos aporta). Estas son las dos razones para la existencia de la escena, pero no para su lugar en la película, que en realidad podría haber sido cualquiera, pues no significa nada particular para los personajes allí presentes, no nos dice, desarrolla o descubre nada sobre ellos, ni tiene vínculo alguno con las escenas anteriores o posteriores. El vínculo, casi por eliminación, es tonal: Cádiz y sus diversos significantes: la alegría, la música, el carnaval, los embustes, el Sol, el mar, 64 la belleza. No existe apenas progresión, desarrollo. Las escenas se vinculan por aires de familia y por la voluntad de que no perjudicarse entre ellas10. De hecho, pareciera que el proceder divagatorio y ocioso de la narración diera en último término miedo a su creador, quien reaccionaría intentando vincular algo más cada secuencia a un presunto desarrollo a través de las ya referidas explicaciones de cada personaje, que minimizan los espacios entre secuencias tan capitales del film sevillano y que aquí hubieran podido hacer más expresivo y patente el vínculo de cada figura con la ciudad. Sin embargo, al mantener la narración su laxitud flagrante, el intento de normalización acaba siendo lo más extraño e inconsecuente de la función, de modo que su voluntad de normalidad es uno de los principales elementos que acaban haciendo de Alegrías de Cádiz una película extraña o incluso fallida. La yuxtaposición parece persistir solamente como simulacro de tal, reducida a un cambio de ritmo constante e insistente que, a fuer de serlo, acaba siendo irrelevante. Retornamos aquí al compromiso de la obra con la velocidad: la duración de las partes (aquí, insisto, las secuencias) tiende a ser breve y no difiere entre ellas en demasía aunque sí se permita en ocasiones duraciones más extensas que nunca serán seguidas por otra secuencia larga, en clara busca de retornar al ritmo original, si bien es raro que el interior de cada secuencia rompa el ritmo rápido, pues aunque ésta sea bucólica o tranquila, como la de las canciones de Arduán o su paseo con Candela por las salinas de San Fernando, las constantes irrupciones de letreros no permiten que la visión o el oído descansen nunca. El montaje tonal desarrolla una atmósfera, pasea por ella, la escancia a un ritmo determinado, pero sin ir en dirección alguna concreta. García-Pelayo recorre Cádiz como antes recorrió el Rocío, como un espacio sagrado, pero uno que ya no consiste en un recorrido, un camino. En Cádiz no se peregrina, se pasea. 5. Donde se habla de estilo y hasta de técnica, barruntando que el problema de la película, más que locura, es cierta torpeza. Ahora bien, en Rocío y José el montaje veloz inundaba planos brevísimos en el magma de una banda sonora absorbente que los aplanaba, los enmudecía, los hacía en último término invisibles; la evidencia del solapamiento de la historia al fondo documental, del doblaje que inventaba el hablar de los peregrinos reales sumado a la extrema brevedad de casi todos los planos y su cualidad de mero telón de fondo para el desfile musical, acababa haciendo perder todo interés a esa dimensión documental que, en realidad, solo importaba como fondo para una historia más contada que filmada, más dicha que hecha. En Rocío y José, en realidad, el Rocío no existía, no estaba. En Alegrías de Cádiz en cambio la velocidad no es tanta como para aplastar el plano, la música rara vez llega a enmudecerlo, y además los espacios y personajes tienen una entidad suficiente para mantenerse en pie en medio del fragor, siendo capital para ello la presentación en el casting de las cuatro actrices que interpretarán a Pepa antes como personas que como personajes, lo que permite el me atrevería a decir que inédito logro de conseguir que el personaje exista como una suerte de traje transparente de las cuatro personalidades que, más que encarnarlo, lo visten. Esto es posible por la estrategia ya definida: Laura, Marta, Chari y Beatriz son Pepa, pero porque antes de eso son Cádiz. Su identificación con la ciudad permitirá la consiguiente con el papel y, en movimiento inverso, la multiplicación de este papel permitirá la consecuente con Cádiz, en grado primero. Cádiz, causa y efecto de todo lo que en ella, por ella, vive. Por otro lado, muchas de las escenas dramáticas están realizadas en un solo plano, una voluntad de estilo que el director no había mostrado en sus dos últimos largometrajes (aunque sí en posteriores trabajos televisivos mucho más rigurosos formalmente como Tres caminos al Rocío, Memoria sin ira [1987] y Veinte mil semanales). El atrevimiento de alguno de ellos, como aquel en que se suceden unos embustes de Jeri y un encendido poema de Candela, o el que recorre de un lado al otro los rostros en acción de la legendaria chirigota del Love, hace que los personajes no acaben convertidos en unos meros síntomas de la ciudad, en que nadie acabe hundido y aplanado por el ritmo o el tono tomados como dominantes. Musicalmente hablando, la película se permite, a pesar de todo, una no excesiva pero sí aceptable riqueza de armónicos. La carnalidad de los personajes juega su papel en esto, si bien salvando los filmes rocieros y Manuela este es el film Algo que ocasionalmente sí sucede, como con la ruta Quiñones, que interrumpe una vinculación que sería muy de agradecer entre el “¡qué bonito es estar enamorado!” del Revuelo en la playa y el inicio de la divertida copla donjuanesca cantada por Mariana. 10 sin duda menos carnal de todos los de su director, algo que sin duda disimula el peso y volumen que el HD da a los cuerpos, de presencia más patente aunque estén en bikini de la que acaso hubieran tenido en 35mm (con los escasos medios de que se disponía, claro está). La crudeza expositiva del HD, su fuerte definición, colaboran en el peso de las escenas exteriores, si bien acrecientan los defectos técnicos e introducen una teatralidad en algunas escenas interiores que nunca antes había aparecido en las obras de su director. La escena primera de Jeri y Pepa parece un ensayo primerizo de dos actores más que una escena hecha y derecha, incluso Pepa llega a pedir a Jeri que le asegure un sujetador que ya está cubierto por su uniforme (y solo por él, dicho sea de paso)11. Al contrario, cuando el exterior penetra en las casas a través de las ventanas, los interiores cobran un ligero 11 Es de todos modos algo que muestra un aspecto que sí une a esta película con Vivir en Sevilla: la dirección de actores, respetados en su forma de hablar, de entonar y declamar, casi siempre artificiosa debido a que rara vez son actores profesionales. La teatralización de secuencias como la citada, no obstante, difiere del film sevillano que parecía querer emular en cierto grado la rigidez de los “modelos” bressonianos, fomentar cierta neutralidad, inexpresividad de la entonación en las secuencias de diálogos, y crear el espacio con sus encuadres, como muestra el plano de “Ole Teresita” o que veamos la casa de Miguel solo a pedazos a lo largo de la película, y que de otros espacios solo veamos fragmentos, sin voluntad de crear una unidad entre ellos. Si bien en Alegrías de Cádiz también contemplamos fragmentos inconexos de los hogares de sus protagonistas, la tendencia suele ser partir del plano general para pasar después (o no) a fijarse en un detalle (el culo de Pepa/Bea, el rostro de Pepa/Laura, el plano medio de Candela y Jeri…). La única excepción sería la escena que parte de la pamela sobre el culo desnudo de Pepa/Chari. No obstante, si es de ahí que el plano parte a general, desde este repetirá el movimiento inverso y con ello la tendencia de todo el film: ir del plano general al detalle o primer plano, es decir, a singularizar un elemento postulado como desde el principio inmerso en un espacio dado como totalidad, esto es, síntoma de Cádiz como principio. 65 rubén garcía lópez: “capricho gaditano (gonzalo garcía-pelayo, 20 años después)” (54-69) OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Diseño y Sociedad aura irreal que también estaba ausente en los films precedentes. Como siempre, la luz es importante en la película pero, también como siempre, lo son los fallos: hay muchos aquí, como los había en Vivir en Sevilla, frecuentemente del mismo tipo, como los repentinos saltos en el fondo sonoro coincidiendo con el cambio de plano, algo que casi ningún cineasta (que no sean Straub y Huillet o Godard) respeta, pero que aquí transgrede la noción de plano bioscópico más o menos vigente en el film del 78 extendiéndose a la cuando menos aparente ausencia de mezclas de sonido e incluso a un inédito feísmo sonoro con recurrencia de reverbs y hasta delays que llegan a producir ocasionales caos sonoros, como en el incomprensible final del encuentro en el bar, donde el diálogo es casi inaudible. Este es uno de esos aspectos donde la definición del HD hace difícil obviar el que uno de los personajes no está hablando cuando suena su voz o viceversa, al igual que potencia lo violento del rotundo cambio de luz de un plano a otro, como sucede en las escenas rodadas con dos cámaras. Los fallos de Alegrías de Cádiz parecen obedecer no a una coherencia estilística como en Vivir en Sevilla, sino a un desinterés por realizar determinadas labores técnicas12. Así, si las irrupciones de García-Pelayo en Vivir en Sevilla son aquí naturalizadas a través de la normalizadora figura del productor, aquella virulencia llega aquí involuntariamente por la vía del fallo técnico, el que realmente, en último término, nos devuelve de golpe a la realidad del rodaje, al contexto de producción material de la obra y hacen de ella una película sumamente incómoda de ver, aunque acaso también una bastante curiosa, pues el culto a la perfección técnica que ha acompañado a la reciente instauración canónica del HD es violentado con una profusión tal que podría recordar a algunos filmes digitales del último Jesús Franco. Sea pues por dejadez, sin querer o queriendo, es un aspecto este que existe, que percute y repercute insistente en el filme, no ya recordándonos el hecho del rodaje sino poniéndonos frente a él, obligándonos a mirarlo, e incluyendo no solo aquel sino la mismísima posproducción. Un aspecto no discursivo que pelea contra el film mismo, contra su clara voluntad de belleza, de claridad. 5. Donde, muy hispanamente, al final se habla de la muerte No es sin embargo la única rebeldía del film contra sí mismo. Si con “las alegrías se van las penas”, dice Mariana a Luci y con ella a nosotros, debe observarse la rapidez con que la película coloca unas bulerías después del relato desgarrado de la segunda, y la velocidad con que en otra escena, tras hablar Pepa a Raúl del recuerdo de una amiga muerta por suicidio, éste responde de inmediato: “bueno, pero hay que seguir viviendo, ¿no?”. La rapidez de este ahuyentar la muerte, la velocidad con que se evita que un solo segundo sea dedicado al silencio que inevitablemente irrumpe tras ella, indican que lo que hay aquí no es una superación de la muerte, un triunfo de la felicidad o la alegría, sino puro y simple miedo. Las palmas que siguen raudas al llanto de Luci señalan el talón de Aquiles del discurso que Alegrías de Cádiz pretende tener. El drama que irrumpía en Vivir en Sevilla a través del asesinato de Quique a manos de la policía tenía una dimensión política manifiesta. La muerte evocada en el Cádiz de 2013 carece de dimensión social, es privada y solo existe para repetir estructuralmente la misma ruptura tonal de 1978, introducir un momento dramático en un contexto hasta entonces jovial, en suma para que le sigan unas palmas, para decir que éstas curan el llanto. Servir pues de mero contrapunto13. Aunque las últimas palabras de Luci hablen de la necesidad y el deseo de seguir viviendo, las palmas son puestas por la película misma. Que ella misma las dé en persona más tarde, solo llama más aún la atención sobre la prisa por incluirlas. Las palmas primeras, ajenas, suponen una redundancia que incrementa lo forzado de su presencia, las prisas por acallar el poder de la muerte. Conclusión: Cádiz no supera, no cura: calla, acalla y, en ese silenciamiento, la risa deviene impostada. Cádiz no sería tanto una cura como un phármakon, veneno y antídoto a la vez. Lo otro que cura Cádiz es, presuntamente, el malestar político. Pero de nuevo la medicina gaditana es tan solo sintomática. El salvaje y divertido tango compuesto por el Tío de la Tiza en 1905 es interpretado en 2013 por el coro de Julio Pardo a modo de protesta, válido por la presunta actualidad de su desprecio hacia los políticos y vinculado en el film con la crítica a los mismos de la chirigota Viva la Pepi en la primera mitad de la película y el romancero que invoca la pionera constitución gaditana de 1812 para proponer a Cádiz como nueva hacedora de constituciones, como modelo posible de una nueva regeneración (que diría Esperanza Aguirre) política. Ahora bien, debe observarse que lo presentado implica protesta (amable), pero nunca lucha. En la misma crítica francesa recién citada, se señala: “Pas une église, pas un curé, pas un indignado”. Ni una iglesia, ni un cura, ni un indignado. Dejando aparte que la crítica no ha advertido la enorme cantidad de veces que se ve la cúpula de la catedral en la película, y la visión que bien de España bien del cine español refleja la frase, ésta sí muestra que, si bien la película da la espalda a ciertos convencionalismos (pocos, de todos modos), también hace lo propio con todo lo que pueda sonar a lucha social. La actuación del coro es presentada por Javier con estas palabras: “al día siguiente y como una manifestación de descontento de los gadi- Incluidas entre ellas la propia exportación del archivo final de la película. Hoy por hoy, es imposible ver una copia de buena calidad de Alegrías de Cádiz, si no es en las escasas proyecciones en BluRay que hasta ahora se han realizado (y aun así esto no es infalible). 12 66 tanos con la situación del país, íbamos a ver cantar al coro de Julio Pardo una tremenda letra del tango del tío de la tiza de hacía 110 años y que parecía expresar las mismas ideas que ahora bullían en la mente de casi todos los Españoles”. La canción, pues, sustituye a la manifestación y además acaba en fiesta de auto-celebración con el canto de “Los duros antiguos”, con lo cual no solo no hay lucha, sino casi ni protesta, antes bien celebración de una ciudad encantada de conocerse. La inutilidad de la crítica a la política en bloque, típica mistificación muy propia de la derecha y ultraderecha, carente de concreción y por tanto de gran esterilidad productiva en términos de reforma social, acaba evidenciando un conservadurismo de base que desvela el que acaso sea uno de los fondos más siniestros de esta Alegrías de Cádiz: la fusión de transgresión y tradición. Si la tradición es figura prioritaria y bienamada en todo el cine de GarcíaPelayo, que ha cultivado personalmente muchas de las tradiciones andaluzas, llegando incluso al loable extremo de cambiar de equipo de fútbol varias veces o sustituir el Rocío por los carnavales gaditanos, esta se ha dado casi siempre en cercanía a la transgresión de los círculos contraculturales y progresistas propios de su tiempo, que eran propiamente los protagonistas de Vivir en Sevilla, pues ésta Incluidas entre ellas la propia exportación del archivo final de la película. Hoy por hoy, es imposible ver una copia de buena calidad de Alegrías de Cádiz, si no es en las escasas proyecciones en BluRay que hasta ahora se han realizado (y aun así esto no es infalible). 12 Por ello no puedo menos que disentir rotundamente de la primera crítica francesa del film, que presenta la película como “la alegría, sin el contrapunto de la tragedia” (en Gabriel, Nicole (2014, 9-II-14). “Alegrías de Cádiz – Gonzalo García Pelayo: l´allegresse sans le contrepoint de la tragédie”. The Archemists. Recuperado el 30 de junio de 2015, de http:// www.theartchemists.com/alegriasde-cadiz-gonzalo-garcia-pelayolallegresse-sans-le-contrepointde-la-tragedie/). Muy al contrario, el contrapunto es central en el planteamiento discursivo del film, pues la alegría se contrapone a las penas, concretamente las procedentes de la muerte y la política. 13 67 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, 2016, ISSN: ISSN: 1390-955X 1390-955X rubén garcía lópez: “capricho gaditano (gonzalo garcía-pelayo, 20 años después)” (56-72) ) rubén garcía lópez: “capricho gaditano (gonzalo garcía-pelayo, 20 años después)” (54-69) Diseño y Sociedad no era un retrato de aquella Sevilla oficial que ya el don Ramón de Manuela presentaba como extremadamente puritana, tanto como de la Sevilla underground que junto a Barcelona reinaba desde hacía tiempo en la contracultura hispana14. Alegrías de Cádiz, sin embargo, se dedica a una ciudad contemplada como la fusión de transgresión y tradición, acaso como ya se ha sugerido la que parecía tener lugar al final de Vivir en Sevilla. La transgresión como tradición: así podrían definirse las chirigotas, los coros y romanceros, cuando menos los aquí utilizados. Naturalización de la transgresión coherente con la que ya suponía el papel de Javier García-Pelayo ya analizado y con el buen tono entre todos los personajes, la más feliz manifestación de este principio de concordia entre contrarios que manifiesta el film. Cádiz como espacio de convivencia entre distintos, posibilitada por la guasa y el humor como hábitat; en el contrario, Cádiz como imposibilidad de cambio, de transgresión efectiva, como conformismo de una ciudad que en aquel momento llevaba décadas con un gobierno de derechas al que imparablemente ponía a parir en cada carnaval pero al que volvía a votar en cada nuevas elecciones15. La conversión de la transgresión en tradición, inevitablemente, anula a la primera instaurando un conservadurismo doblemente poderoso en tanto el carnaval le permite disfrazarse de rebelión. Nuevamente, Cádiz cura, pero también envenena. En este difícil equilibrio se mantiene la ciudad rodeada de mar, la “tacita de plata”, y esta película aislada, única, singular, manifestación de la mayor libertad de costumbres al tiempo que del mayor inmovilismo, del mayor ímpetu rebelde y del mayor ánimo conservador, esta película brillante y oscura, clara y confusa, que aspira a mostrarlo todo, incluso a sí misma, aun no auto-conociéndose muy bien del todo. Una película, por todo ello, y tal vez, feliz. Bibliografía Eisenstein, S. M. (2003) La forma del cine. México: Siglo XXI. Gabriel, Nicole (9-II-14,). “Alegrías de Cádiz – Gonzalo García Pelayo: l´allegresse sans le contrepoint de la tragédie”. The Archemists. Recuperado el 30 de junio de 2015, de http://www. theartchemists.com/alegrias-decadiz-gonzalo-garcia-pelayolallegresse-sans-le-contrepointde-la-tragedie/. García López, Rubén (otoño 2014). “Politiques de l´amour”. Trafic (nº 91), pp. 40-49. Möller, Olaf (marzo 2014). “Andalusian gambles”. Sight&Sound, pp. 64-65. Ordóñez, Marcos (2014). “Sobre Alegrías de Cádiz”. El País. Recuperado el 30 de junio de 2015, de http://blogs.elpais.com/ bulevares-perifericos/2014/01/ sobre-alegr%C3%ADas-de-cádiz. html 14 Para mayor ahondamiento en esta cuestión, me remito a García López, Rubén (otoño 2014). “Politiques de l´amour”. Trafic (nº 91), pp. 40-49. Termino este escrito un mes después de que Teófila Martínez, alcaldesa de Cádiz por 20 años, haya sido derrotada en las elecciones y sustituida por José María González Santos “Kichi”. 15 68 69 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X alejandra bueno de santiago: “medios interactivos en entornos audiovisuales. imágenes virtuales de realidad aparente” (70-79) OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Diseño y Sociedad Diseño y Sociedad Medios interactivos en entornos audiovisuales imágenes virtuales de realidad aparente. resumen 1. Real-[idad] El cuerpo evoluciona de forma natural mientras que el entorno se convierte cada vez más en objetos técnicos conectados a la red que pretenden ser controlados por nuestros cuerpos reales, se trata de un viaje hacia lo virtual para representar lo real manipulado por los avances tecnológicos. Pero estos cuerpos, carecen de los medios necesarios para relacionarse con este nuevo entorno. En este artículo se habla de las relaciones del cuerpo y las personas con los entornos audiovisuales virtuales y lo que esto genera, enfatizando el posible accidente que se puede generar con esta innovación y desarrollo técnico que sobrepasa al ser humano y lo eliminan, obviando lo más básico del ser, que son las relaciones humanas y la palabra. El objetivo es reflexionar y cuestionar este nuevo modo de vida que oscila entre el mundo virtual y el real a través del arte y sus manifestaciones dentro del campo del vídeo y la instalación, asimilando el conocimiento del mundo a través de las imágenes virtuales. Podemos entender que nuestra realidad actual viene dada por la información y conocimiento que se genera de la observación de la realidad a través de los medios tecnológicos, es decir nos llega una versión de la realidad convertida en virtual que es interpretada por nuestro cerebro para reconvertirla en nuestra propia realidad. Dicho así parece un trabalenguas que no tiene fin, pero se quiere poner en cuestionamiento la veracidad y durabilidad de las experiencias multimedia en general, y analizar las que son llevadas a cabo en instalaciones de vídeo interactivas dentro del arte, por medio de la acción, donde hay una toma de conciencia e identificación dentro del sistema narrativo de la propia obra de vídeo interactiva y donde se consigue una experiencia real que integra componentes virtuales y reales en un mismo espacio y tiempo. palabras clave Audiovisual; conocimiento; real; realidad; virtual. Alejandra Bueno de Santiago. Universidad San Gregorio de Portoviejo. Ecuador [email protected] 70 ARTÍCULO PRESENTADO PARA REVISIÓN: 15 DE AGOSTO DE 2015 ARTÍCULO ACEPTADO PARA PUBLICACIÓN: 26 DE OCTUBRE DE 2015 Imagen: Gema Lisbeth Loor Flores De Valgaz ABSTRACT The body naturally is developed, while the environment becomes increasingly in technical objects connected to the network that are intended to be controlled by our real bodies, it is a journey into the virtual world to represent the real world manipulated by technological advances. But these bodies lack the necessary means, to interact with this new environment. In this article we talk about the relationship of the body and people with virtual environments and what it generates, emphasizing the possible accident that can be generated with this innovation and technical development that surpasses the human being and remove it, ignoring the basics the human being, which are the human relationships and the word. The aim is to talk and questioning this new way of life that oscillates between the virtual world and the real through art and its manifestations in the field of video and installation, assimilating the knowledge of the world through virtual images. KEY WORDS Audiovisual; reallity; virtual. knowledge; real; Comprendemos que este mundo cada vez se ajusta más a las necesidades del ser humano por la propia acción y manipulación de este a su antojo y semejanza. Es el juego de jugar a ser Dios, primero imitamos a la naturaleza en sí misma, los árboles, las plantas... ahora hemos comprendido que el objetivo máximo es imitar al ser humano y recrear sus situaciones y experiencias en espacios virtuales hechos a la medida de cada uno para complacer los deseos de los individuos conectados a la vida mediante el uso de las tecnologías. Somos capaces de diseñar elementos de apoyo a nuestras vidas que nos conozcan tan bien que no sea necesario su activación, sino que tras el estudio del comportamiento del ser humano generamos máquinas que se auto-enseñan y se programan en función de lo que hacemos o decimos. Un ejemplo básico de ello son los sistemas de detección de rostro capaces de identificar cuando una persona sonríe o no y modificar sus variables en función de este estado. No nos hace falta ni hablar ni pulsar un botón para controlar el sistema. Un simple gesto es suficiente para interactuar mediante un entorno virtual, con lo real, y generar experiencias híbridas que quedan grabadas en nuestra retina como experiencias que se generar en un solo plano, el real. Un ejemplo más claro aún es el que nos muestra el libro Big Data, que tiene que ver con todas las acciones que se realizan en internet, como las búsquedas, clics de “me gusta”, publicaciones de twiter, etc, quedan registradas y analizadas por 71 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X alejandra bueno de santiago: “medios interactivos en entornos audiovisuales. imágenes virtuales de realidad aparente” (70-79) Diseño y Sociedad empresas e instituciones, a esto le llamamos los datos masivos, Big Data1. Esto conlleva una nueva forma de pensar basada en la correlación, concepto que nos permite saber, que cuando se dan una serie de circunstancias, también se van a dar otras por lo que podemos capturar patrones de comportamiento para identificar personas que pertenezcan a determinado sector social, político, artístico o a determinado rango de edad, etc... Como vemos hemos sido capaces de automatizar nuestro entorno para que este reaccione a nuestros deseos. El arte por su parte tiene el papel de ocuparse más de contar y cuestionar que de medir, pues “sucede que cuando está casi todo medido, faltan aún muchas cosas que contar como contar lo que falta”2. sistema de comunicación virtual que permite la escucha y la visión. No se puede poner en duda que el ser humano va a llegar más lejos, como que está preparando nuevos sistemas que implementen más sus sentidos en estas relaciones virtuales como el olor o el tacto. Desde el momento en el que somos capaces de actuar mediante un control remoto sobre el entorno, también somos capaces de actuar y hacer sentir a las personas desde otros espacios. Hemos normalizado este tipo de experiencias y aceptado que es parte de la evolución del ser humano. Pero no tenemos que olvidar que son humanos los que crean y dan sentido a la tecnología no podemos decidir solo en base a los datos, los datos y las máquinas no deciden, deciden las personas. Tras haber estudiado obras de artistas que exploran el campo correlacional existente entre la pieza y el usuario nos disponemos a analizar esta correlación y sus consecuencias en el mundo real de las relaciones sociales y en la observación y asimilación de los acontecimientos. Podemos suponer que estas interacciones entre ambos mundos pueden llegar a ocasionar confusión en aquellas personas que han nacido con el uso de las tecnologías integrado en sus vidas de manera racional y lógica, como algo simplemente normal y real. Por ejemplo queremos ejemplificar esto con una situación real que hemos podido ver en nuestras casas con los más pequeños. Una conversación por skype en la que la persona se materializa en una pantalla, su imagen real es imitada por lo virtual y representada por pixeles en un monitor, el niño que recibe esa imagen que le habla al igual que otro ser humano reacciona y asimila pensando que es una persona no una representación de la persona. Hasta yo misma he llegado a aceptar un tipo de relación social basado en la interactuación vía skype o cualquier Pero hay cosas que no podremos automatizar del todo, como el pensamiento humano, y es que contestar a la pregunta ¿cuándo sabemos si un circulo está recto o curvo?, no está al alcance de la lógica. En películas sobre inteligencia artificial se tratan situaciones futuristas y de ficción en las que el ser humano es capaz de establecer una relación de pareja con un sistema operativo que aprende por si solo y que hasta parece pensar, como en la película “Her” escrita y dirigida por Spike Jonze. Encontramos películas como esta “visionarias” de una situación no muy lejana, en ellas se pone en evidencia el error a parte del avance, son en parte critico de la ciencia ficción que proponen nuevas vías de reflexión. Al ritmo frenético que vamos se podría hablar hasta de suprimir las relaciones sexuales reales por interacciones virtuales entre humanos y máquinas o humanos y humanos, telematicamente. Esto solo puede generar miedo a las relaciones y odio al prójimo a favor de lo que está lejos o lo que no se encuentra. Viktor Mayer Schönberger & Kenneth Cukier (2003). Big Data: La revolución de los datos masivos. Turner, Madrid. 1 Oteiza, J. (1975). Quosque tandem...!, Ensayo de interpretación estética del alma vasca, (3ª Ed.), San Sebastián, Txertoa. 2 Haaslathi, H. (2006). Space of two categories [ Instalación multimedia interactiva] Finlandia. Enlace al video: https://vimeo.com/80375243 3 |DDAA| DAM Digital Art Award <http://www.ddaa-online.org/> 4 72 Esta articulo indaga en la creación de nuevos sistemas de interacción multimedia dentro de las obras de videoarte que conecten la experiencia real con la virtual en un mismo plano, haciendo que el espectador tome una parte activa independientemente de su voluntad de participación asegurándonos así un completo funcionamiento de la obra. Se generan obras en las que el espectador y su presencia en el espacio juegan un papel muy importante en la obra, modificándola y completándola, siendo una experiencia única recibida por el usuario. Se trata de implicar al espectador en la obra de arte dentro de su plano virtual para generar un espacio de integración entre dos mundos, los cuales generan una experiencia real. Fig. 1 : Instalación interactiva de Hanna Haaslathi, “Space of two categories” cacategories”. Obras como las de Hanna Haaslathi y su pieza “Space of two categories”3 entre otras representan la idea de interacción que se quiere llevar a cabo y hablan sobre la importancia del cuerpo humano sobre lo tecnológico que se manifiestan a través de la tecnología que hace de puente para entender el cambio de pensamiento que es necesario para la creación actual y el empleo del cuerpo. Nos encontramos actualmente con un cuerpo territorial emancipado en pro de un cuerpo tecnológico. El accidente ocurre cuando perdemos la noción y las posibilidades de nuestro antiguo cuerpo, el cual intenta revalorizar Hanna. El cuerpo juega un papel muy importante en la percepción y tras este género de obra se refleja gracias al efecto que tiene el propio cuerpo sobre la obra, la cual se muestra reactiva a la figura presente. La captación del espectador en la pieza es inminente, tarda muy poco en reconocer que es su propia figura la que aparece en la pared, con ello se logra la implicación del espectador en la obra involuntariamente e independientemente de que el usuario quiera continuar con el juego la obra ya está completa. Aquí y ahora se quiere avanzar un poco más haciendo que la percepción de la obra sea una experiencia colectiva o cambiante en el tiempo, en una sociedad en la que todo sucede muy rápido, en la que nos valemos de numerosos instrumentos con aplicaciones para ver y percibir el presente, somos incapaces de ver una visión en conjunto. La obra de la artista Lynn Hershman también puede ser considerada como visionaria, en ella se cuestionan los roles de las personas, la subjetividad sexuada transmitiéndonos la idea de identidades ficticias, una de sus obras más importantes es “Roberta” un personaje ficticio que desarrolló durante 10 años. Lynn es una pionera del arte multimedia e interactivo, y aborda temas como la compenetración del ser humano y las máquinas. A pesar de sus innovadoras aportaciones, la obra de Hershman no ha sido ampliamente reconocida hasta hace poco, con diversos premios y becas de reconocido prestigio, entre los cuales el |DDAA| DAM Digital Art Award4, otorgado en 2010 en reconocimiento a la carrera de la artista y sus aportaciones al desarrollo del media art. En el 2004 creó un bot en red, de inteligencia artificial que se postuló para la presidencia en contra de Bush y Kerry. Nombrado Dina (un juego de palabras con el ADN y las siglas de redes digitales), el lema de la campaña para la DINA era “La inteligencia artificial es mejor que ninguna inteligencia.” Dina es expuesto en los museos y los usuarios pueden interactuar con ella. Existe una ambigüedad de lo virtual con respecto a lo real, cómo es posible que algo intangible y perteneciente a lo virtual genere cosas y experiencias reales, pero los pensamientos también son intangibles y forman parte de lo real. El hándicap de las relaciones virtuales radica en el contacto físico y en la identificación y la relación causa efecto de nuestros actos, tocar, mover no tiene respuesta directa, nuestra presencia no altera lo virtual, por ello vivimos estas experiencias desde el escepticismo y la especulación, desde la simulación de la realidad. Podrá cambiar el día que todo se conecte a internet y que cualquier objeto se haya convertido en un cuerpo tecnológico, entonces nos habremos 73 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X alejandra bueno de santiago: “medios interactivos en entornos audiovisuales. imágenes virtuales de realidad aparente” (70-79) Diseño y Sociedad Ahora si llevamos estas reflexiones a lo que actualmente se enfrenta nuestro cuerpo nos encontraremos con una serie de cambios o confusiones. El 80 por ciento de la producción microelectrónica se compone de captores, de sensores o de tele-detectores, que nos permiten escuchar a distancia la radio y el micrófono, ver a distancia a través de la cámara y la televisión, tocar a distancia por una parte con el guante teletacto y por otra, con el traje de datos datasuit que permite sentir el cuerpo del otro. Finalmente esta tecnociencia nos encierra en el mundo y nos aísla. Fig. 2 : Creación del personaje Roberta de Lynn Hersman, 1975. c. alejado demasiado del ser propio y las relaciones pueden llegar a olvidar como son las relaciones entre seres territoriales, “gracias a la tecnología perdemos el cuerpo propio en beneficio del cuerpo espectral y el mundo propio en beneficio de un mundo virtual”5. El desarrollo tecnológico ha creado ya el traje de datos “datasuit” y el guante teletacto pero aún no están en nuestras vidas como tal. La obra de Merleau Ponty reflexiona sobre el uso del cuerpo, y elimina lo objetivo y lo subjetivo para vivir la experiencia independientemente de que sea nuestro propio cuerpo o uno prestado. Merleau Ponty elimina lo subjetivo y lo objetivo, se refiere a vivir la experiencia, ya sea en nuestro propio cuerpo o en el del otro6. Cuanto más nos acerquemos a este objetivo de actuar sobre lo real mediante lo virtual más cerca estaremos de vivir experiencias completas en espacios que se encuentran entre dos mundos, espacios que son los que habitamos constantemente, pues nuestras extensiones corporales forman parte del mundo virtual pero todavía están ancladas a nuestros dedos que son los que interaccionan con este otro espectro. En estos momentos no somos capaces de identificar nuestras acciones como reales, no nos tomamos en serio la realidad, ni la información televisiva, 74 pues habitamos y experimentamos este mundo mitad ficción y mitad realidad, mitad real mitad virtual, lo cual puede generar un vacío existencial, es por eso que buscamos ir más lejos, andar más rápido, estar en varios lugares, actuar sobre cosas lejanas... nuestros dedos están cargados de una energía especial pues conectan dos puertas, pero puede llegar el momento en el que sea todo nuestro cuerpo el que interaccione. La tecnología de captación de movimiento a nivel de usuario, kinect, ya nos ofrece una posibilidad, y se desarrollan sistemas mediante sensores para registrar todos los movimientos de una persona como los empleados por los realizadores de videojuegos. A través de estas obras de arte interactivo se pretende encontrar una unión entre mundos y una formalización de experiencias reales en lo virtual. 2. obsolescencia Un buen amigo me dijo en una ocasión: “que pereza seguir hablando de lo virtual cuando ya está desfasado como diferencia, como difiriendo, como hiperrepresentación en la era hipervisual e hiperdata... ya está ‘enunciado’ como la imagen inmaterial que es y su construcción de lo Real en oposición a la realidad óntica e indecidible 7...” La promesa central del progreso y las mejoras tecnológicas es la del bienestar general de los seres humanos. Es obvio que avances como el de la luz eléctrica, el teléfono o el avión son indiscutiblemente beneficiosos, pero cuando hablamos del cibermundo y nos topamos con la velocidad de la luz, los fenómenos y los acontecimientos contiguos y derivados son mucho menos perceptibles. Aquí las funciones corporales son paulatinamente ‘virtualizadas’ mediante los trasplantes de órganos y la clonación, el encuentro a distancia a través de las tele-conferencias, el “teletacto”, el “teletraje”, estamos de camino al tele-cuerpo produciéndose una pérdida definitiva: la del cuerpo presente. En este punto comprendemos que somos objeto de una modernización residual que modifica sin contemplaciones el entorno urbano y la naturaleza, a una velocidad en la que no es posible asimilar los cambios de forma lógica y ordenada, pero no es solo eso lo que nos acontece sino que somos objeto también de promesas sobre seres prototipados, universos paralelos y una serie de maravillas que nos distan y nublan nuestra visión real del mundo, es decir nos alejan de nuestro ser más natural. Ante este panorama cabe preguntarse: ¿es que todo va a terminar en el clon, el basurero nuclear y la soledad absoluta del individuo? ¿Es que la velocidad del desarrollo tecnológico conduce a una pura fatalidad?. Paul Virilio es muy crítico y negativo al respecto, no porque no crea en los beneficios de los avances tecnológicos sino porque ve necesaria la crítica del sistema para mantener los pies en la tierra. Desarrolla una teoría de resistencia que se enfoca en la recuperación del otro en la relación de pareja dialogante: “si nuestras sociedades siguen encaminándose hacia (...) la pareja separada y monoparental, no habrá resistencia posible”8. También hace hincapié en la recuperación del mundo natural y a escala humana en contra de los viajes interplanetarios. Y sobre todo enfoca la recuperación por medio de la palabra hablada y escrita. “La salvación vendrá por la escritura y el lenguaje. Si refundamos la lengua, podremos resistir”9. 3. El ser consciente Una de las inquietudes que me abordan es saber por qué el hombre se ha empeñado en saber todo y desvelar lo que está oculto. Por una parte se me plantea la idea de frustración ante los límites de la percepción, creo que existe una tendencia a la generación de un súper hombre con extensiones biónicas que le permitan la comprensión del mundo a un nivel superior. No es una idea descabellada pues los últimos avances tecnológicos se centran en la creación de dispositivos que amplían la visión o el oído, en general los sentidos, pero estos dos son los que más información nos dan sobre el entorno. Hay una historia que llama la atención, el mito de Fausto. Es el protagonista de una leyenda clásica alemana, un erudito de gran éxito, pero también insatisfecho con su vida, por lo que hace un, trato con el diablo intercambiando su alma por el conocimiento ilimitado y los placeres mundanos. La historia del doctor Fausto es una metáfora mítica de la lucha de todo ser humano por encontrar la luz en medio de las tinieblas. Fausto constituye un paradigma, un ejemplo, de nuestro mundo interior, lleno de conflicto entre nuestros deseos egocéntricos y el anhelo de servir a algo más elevado y más grande que nosotros mismos. Aunque el mito original tiene sus raíces en el cristianismo medieval y, por lo tanto, presenta el bien y el mal de un modo más bien simplista, no obstante, Virilio, P. (1997). El cibermundo, la política de lo peor. Ediciones Cátedra, Madrid. P 51. 5 6 Ponty, M. (1993). Fenomenología de la percepción. (1ª Ed.). Planeta de Agostini, S.A. Barcelona. 7 Jaques Derrida identifica el termino indecidible o “cadena de los indecidibles”, como “...unidades de simulacro, ‘falsas’ propiedades verbales, nominales o semánticas, que ya no se dejan comprender en la oposición filosófica (binaria) y que no obstante la habitan, la resisten, la desorganizan, pero sin constituir nunca un tercer término, sin dar lugar nunca a una ‘solución’ en la forma de la dialéctica especulativa” 8 Virilio, P, p. 86 9 Virilio, P, p. 86 75 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X alejandra bueno de santiago: “medios interactivos en entornos audiovisuales. imágenes virtuales de realidad aparente” (70-79) Diseño Diseño y y Sociedad Sociedad el mensaje trasciende cualquier doctrina religiosa específica, en particular si esta se comprende psicológicamente. Fig. 3 : Fotografía de la performance A.lter S.essio - EXTension(+) - excerpts, del colectivo Quimera Rosa. Los umbrales de percepción del ser humano son ciertamente limitados en comparación con el resto de seres vivos o con lo que se puede abarcar con la tecnología. Resulta de interés tener en cuenta a José Luis Brea, quien habla de loque se sabe en lo que se ve, aquello que puede ser conocido en aquello que puede ser visto, el terreno de lo cognoscible en lo visible la “episteme escópica”. El problema que aquí se plantea es que ni siquiera somos capaces de percibir la imagen real o virtual, generamos nuestra realidad a nuestro antojo, pues no hay ningún sentido tan desarrollado como para hacerlo, ningún sentido que sea capaz de ver el multiverso que nos rodea. En el texto de Brea “Cambio de régimen escópico: del inconsciente óptico a la e-imagen” se expone la idea de un conocimiento no conocido inscrito en lo visual, idea retomada de Walter Benjamin. Se nos dice que esto puede ser desvelado por el ojo mecánico que sería la cámara fotográfica que es capaz de captar lo que no vemos o mejor dicho lo que vemos y no percibimos, en mi caso hago uso de otro tipo de sistemas que realizan la misma acción pero con el sonido. Aquí se enuncia que la mayoría de cosas que se nos escapan tienen que ver con el acontecer, con el devenir y es en donde reside la importancia que es lo que ya hemos comentado en esta investigación. Pero no solo gracias al ojo u oído mecánico tenemos conocimiento de lo inconsciente, si no que gracias a las prácticas artísticas también se puede dar uno cuenta de la elucidación de la que habla Benjamin. El punto que queremos alcanzar es la generación de conocimiento desde la consciencia de lo imperceptible, situación 76 que las máquinas no pueden generar, sino que es el ser humano el que gracias a ellas consigue reflexionar y llegar a formar teorías más completas que ayuden a comprender su entorno. 4. CONCLISIONES Me encuentro a la búsqueda de una investigación [investigación artística: Estética y experimental] que ponga a prueba la posibilidad de una nueva realidad generada en entornos virtuales controlados desde la corporalidad física [Naturaleza óntica del Ser, previa a su identificación y territorialización (corporación)] a través de la tecnología y sus dispositivos y estrategias. Siguiendo una metodología artística que, en su aplicación (post-deconstructiva) a la realidad construida con dispositivos, permita explicar y producir otras formas de experimentación sobre las nuevas relaciones sociales que se establecen a partir de la interacción y coproducción entre usuarios y máquinas, –desde el Ser y lo Real al usuario y la realidad–, averiguando una nueva posibilidad de agencia (co-participción), no ya de agenciamiento de la realidad constituida sino de co-agencia con lo Real [no antropocéntrica], desde una revisión de los entornos sociales-dispositivos, su medicación y su configuración de sujetos-objeto de deseo (figuras de Poder), atendiendo a las diferencias entre –Ente y Valor–, e instrucción maquínica y libertad de la mujer. El marco específico de actuación e investigación, centrado en el videoarte y los sistemas de instalación de vídeo que reaccionan a los actos del sujeto o bien a los datos que genera como usuario. Se propone para su desarrollo un nuevo (proto)tipo de interacción usuariomáquina en el que no se requiera una acción específica y determinada de la persona; que su sola presencia: cuerpo, movimiento, complexión, edad, etc. sea captada y (de)codificada en datos que en su programación alteren las variables físicas del vídeo (configuración, emisión), generando, a partir de la articulación de sistemas alternativos de co-participación desde diferentes entornos [Virtual – Sentido / físicos – No-sentido], proyectos interactivos aleatorios –ajenos a la voluntad (cultural) y deseo-(objetos) del espectador programado–. Un despliegue de los “puntos de vista” inclusivos de la sociedad hipermedia (suplantación del sujeto por su Self-social) en pro de generar una obra abierta [del Open Work que completa el espectador-usuario en su actual postproducción informativa, al Open Project: proceso abierto a lo Real]. Nuevas metodologías de trabajo desde el (a)fuera del sujeto estético construido, procurando un ‘control’ liberado desde lo Real y desde la condición pre-subjetiva del ser –fuerza, impulso, pulsión–, y en el caso concreto de esta investigación: la singularidad (postproductora) de la mujer. Dentro de los contenidos teóricos, partiendo de la clave: relaciones, conexiones y distorsiones entre la realidad y la virtualidad; se toma como referentes filosóficos a aquellos autores que cuestionan el concepto –colaborativo– (abordando la cuestión del género e inclusividad de la mujer) y de los –nuevos medios–, desde Richard Wagner a Claudia Giannetti. Considerando que la investigación en el campo de la hiper-tecnología aplicada en las artes, se encuentra en la actualidad en un nivel de exploración proformal en España y en Europa, si nos centramos en el ámbito del desarrollo de trabajos audiovisuales (trans) interactivos (usuarios / lo Real) a través de procesos tecnológicos y su vinculación a los estudios de género; es de interés mencionar el carácter no meramente multidisciplinar, sino transdisciplinar, que la presente investigación y su experimentación conlleva. Ciencia, arte y tecnología, para su revisión en el contexto de la sociedad que se desarrolla en el entorno hiper-red con su discurso en favor de la evolución e implementación tecnológica y la regulación identitaria en el tráfico dispositivo, considerando la comunicación virtual (información postproductiva) como primer medio verbal y no verbal para el intercambio (en valor) de saberes. Con este proyecto investigador queremos rescatar (y restaurar) la aportación de todas aquellas mujeres que han trabajado subvirtiendo los paradigmas tecnologicos, comenzando por Ada Lovelace; tanto con el fin de ‘manifestar’ la relevancia de la mujer en el campo (historicista) de la ciencia, la tecnología y de las artes, como con el objetivo de favorecer la igualdad – no horizontalizante, sino atendiendo desde la equivalencia a la singularidad y nueva individuación–. Un sistema de Educación –establecer un proceso y metodologías pedagógicas a partir de la diferencia Ente/ Valor– en los valores adoptados por la sociedad actual. Nuestro campo de estudio queda enfocado a aquellas prácticas artísticas realizadas por mujeres en las que las TIC son entendidas y utilizadas como plataformas colaborativas de conocimiento, mediación, comunicación y distribución libre, que desarrollan una producción artística desde un posicionamiento ético-político que pone en práctica la perspectiva vivencial y conceptual de las teorías feministas. En este sentido, más allá del concepto de “obra”, hablamos de “prácticas”10 que investigan tanto los nuevos formatos de diversidad cuanto sus canales alternativos de circulación y exhibición, con la suma y reintegración trans-disciplinar de las ciencias sociales, la performance, el audiovisual, la música y las intervenciones en espacios y tiempo real que producen performatividad [formatos plurales, híbridos, desde otra corporalidad, en publicaciones, seminarios, talleres y programas expositivos]. Todo esto nos obliga a situarnos en la frontera de los límites humanos [lo desconocido desde lo particular a lo universal] y como estos se intentan romper mediante los medios electrónicos. Se quiere dar a entender la importancia del artista [su autonomía simbólica y la soberanía crítica del arte ante el resto de discursos] dentro del mundo tecnológico. Exploraremos la autonomía y soberanía del arte. A la primera le debemos la comprensión de la experiencia artística –situación del objeto artístico y su producción de Sentido en la realidad trasnformada– y por otro lado la soberanía es la herramienta que nos abre la puerta a la trans-gresión [trans-género] y ruptura o corte de lo normalizado en el razonamiento estético. En cuanto a la instalación (socio)interactiva, analizamos la obra de Peter Weibel, re-formulando sus estudios sobre los niveles de interacción para a-justarlos a los procesos que suceden hoy en día, así como a nuestro propio trabajo experimental. Citando a Weibel: “los media representan el intento del ser humano de simular, en el interior de su universo, una evasión hacia afuera del universo”11. Es entre los años 1849 y 1850, cuando Richard Wagner escribió su ensayo “La obra de arte del futuro”, surge el concepto de –participación– en la obra de arte. Nos propone las claves de un nuevo arte en el que es necesario prescindir del Ego-ísmo que caracteriza la autoría de la obra de arte. Han sido los colectivos como Fluxus, La Nueva praxis, más allá de los conductos ontológicos de la nofilosofía, la nueva investigación artística planteada por la comisaria Chus Martínez en la reciente Documenta 12. 10 Peter Weibel. (1995). “Realidad virtual” articulo publicado dentro del libro “Media culture” de Claudia Giannetti, ed. L’angelot, Barcelona, . Pag 19. 11 77 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X alejandra bueno de santiago: “medios interactivos en entornos audiovisuales. imágenes virtuales de realidad aparente” (70-79) Diseño y Sociedad Internacional Situacionista y la factoría de Andy Warhol quienes comenzaron a buscar la co-participación en la obra y la unión entre disciplinas. Se presentaban como propagandistas, provocadores, e intentaban devaluar y transformar hacia lo colectivo el valor simbólico del arte, este nuevo arte se caracterizaba por “adoptar una línea más humorística que trágica.” El vídeo, la imagen y la performance comienzan a ser acciones y experimentaciones grupales. Queremos comenzar a mostrar el trabajo de diversos artistas y colectivos que son relevantes en este campo y que producen activamente hoy en día. En primer lugar, Quimera Rosa, un laboratorio de experimentación e investigación sobre identidades, cuerpo y tecnología. Desde una perspectiva trans-disciplinar desarrollan prácticas productoras de identidades ciborgs y no naturalizantes. Parten de la noción de ciborgs desarrollada por Donna Haraway, quien los define como “quimeras, híbridos teorizados y fabricados de máquina y organismo”. Se interesan especialmente por las intersecciones arte, ciencia, y tecnología y su papel en la producción de subjetividades. En segundo lugar, ideadestroyingmuros es un colectivo transcultural de militancia poética y activismo des-educativo nacido en Venecia en 2005. Consideran imprescindible posicionarse políticamente en la creación artística. Ambos son colectivos de resistencia (y resilencia) artística para realizar procesos creativos y de investigación artística en la que prima la experiencia. Podemos mencionar a algunas pioneras como Anna Maynard, Clementina Fleming, Jeannette Vogt, o la más conocida Julia Cameron, Lucía Moholy-Nagy, Dora Maar, entre muchas más, quienes durante largo tiempo fueron obviadas por la historiografía. Ya desde los años sesenta, el campo artístico contemporáneo contó de manera creciente con creadoras que además incluían el vídeo y la experimentación sonora, pudiendo identificar en un gran número de ellas como Martha Rosler, Guerrilla Girls, Yoko Ono, Pipilotti Rist, Laurie Anderson, etc. En una época líquida y de transformación constante, es necesaria una reinterpretación actualizada de conceptos y realidades. Si el uso de las tecnologías nos permite modificar nuestra percepción de lo real, actuar sobre lo físico mediante lo virtual o a la inversa y vivir en varios sitios a la vez [ciber-heterotopía], nos preguntamos si los cuerpos y las identidades se actualizan a la misma velocidad [liberación] o se quedan atrás, así como si a través de la interacción en las obras de arte podemos llegar 78 a una experiencia completa de realidad o quedará latente la presencia [dis-positiva] de las máquinas. Estos avances, suponen un cambio de paradigma social ya que vivimos a través de la imagen tecnológica y aunque las generaciones más mayores tienen problemas para adaptarse, son las más jóvenes las que se encuentran con una realidad que no es real y es necesario manejar con cautela este flujo de información y de posibilidades que ofrece la tecnología. Esta exigencia propicia la adquisición de habilidades didácticas relacionadas con la educación de niños, niñas y adolescentes a través del arte y la tecnología. Prueba de ello son los pequeños centros y actividades extraescolares que giran en torno a la creación electrónica y de programación gráfica mediante diferentes herramientas como Makey Makey o Scrach, software y hardware que permite conectar una interface física con un entorno virtual, sistemas que generan datos visuales, imágenes a tiempo que ofrecen una visión del entorno subjetivo.. Estos programas son empleados para generar juegos e instalaciones visuales interactivas a un nivel muy básico, para una etapa más avanzada se encuentran otras aplicaciones como Processing y Arduino. Las repercusiones que el conocimiento, y empleo masivo de los nuevos medios tienen para los jóvenes y, no tan jóvenes y en concreto para el mundo del arte con respecto a las transformaciones sociales, roles e identidades y como elemento de control sobre la “realidad” es el argumento base que sostiene esta investigación, que habitualmente se esgrime, para seguir analizando su potencialidad, avance, evolución y especialmente su inmaterialidad. Bibliografía Jorge Oteiza. (1975). Quosque tandem...!, Ensayo de interpretación estética del alma vasca, (3ª Ed.), San Sebastián: Txertoa. Merleau Ponty. (1993). Fenomenología de la percepción. (1ª Ed..). Barcelona: Planeta de Agostini, S.A. Viktor Mayer Schönberger & Kenneth Cukier. (2003). Big Data: La revolución de los datos masivos. Madrid: Turner. Paul Virilio. (1997). El cibermundo, la política de lo peor. Madrid: Ediciones Cátedra. Peter Weibel. (1995). “Realidad virtual” articulo publicado dentro del libro “Media culture” de Claudia Giannetti, ed. L’angelot, Barcelona, . José Luis Brea. (2006). La era postmedia. Acción comunicativa, prácticas artísticas nomediales. Salamanca: Consorcio de Salamanca. Juan Martin Prada. (2002). Prácticas artísticas e Internet en la época de las redes sociales. Madrid: Akal. 79 CULTURA E IDENTIDAD 80 81 Imagen: Victor Fernando Loor Moreira Imagen: Gema Lisbeth Loor Flores De Valgaz c u l t u r a e identidad OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Imagen: Victor Fernando Loor Moreira juan ramón barrancho rodríguez: “manifestaciones de una cultura híbrida. fotografía en ecuador” (82-91) OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X CULTURA E IDENTIDAD 1. INTRODUCCIÓN Manifestaciones de una cultura híbrida. Fotografía en ecuador. Juan-Ramón Barbancho Rodríguez Pontificia Universidad Católica del Ecuador Quito [email protected] La recuperación de las culturas propias o ancestrales, sobre todo en aquellos países o comunidades donde ha ocurrido un enfrentamiento bélico o un largo proceso de colonización y descolonización, es un trabajo que se hace necesario, también desde el punto de vista del arte, tanto de la fotografía como del vídeo y/o la performance. Se hace forzoso tener que recordar lo que ocurrió, sobre todo para no perder la memoria personal y colectiva. Es necesario, a veces, refrescarla, por más doloroso que sea. Así, la fotografía adopta un papel de documentación y conservación, también de recuperación. No importa tanto que se le tilde más de trabajo de documentalista o artístico. No importa que tenga de menos un carácter “artístico” porque lo realmente importante es qué valor tiene como documento. Necesitamos recordar nuestra cultura, es la forma de que no se pierda su existencia. Recordar es traer al presente. Aquí también está un afán de reparación. Manuel Sánchez recoge de un texto de Carlos Castilla del Pino que: resumen ABSTRACT Las culturas en América Latina, y concretamente en el Ecuador, están atravesadas por un devenir histórico que ha producido, a lo largo de los siglos, unas manifestaciones híbridas que mezclan elementos y manifestaciones heredadas de los pueblos ancestrales junto con ritos y costumbres de la colonia que han producido un sincretismo que se pone de manifiesto con múltiples elementos, objetos y ceremonias cristianas entremezclados con otros claramente prehispánicos. El resultado es de una miscelánea rica en estas características que, habitualmente, el pueblo lleva a cabo de la forma más natural. Cultures in Latin America, and specifically in Ecuador, are crossed by a historical development that has produced, over the centuries, some hybrid forms that combine elements and inherited forms of native peoples together with rites and customs of the colony they have produced a syncretism that is revealed with multiple elements, objects and other Christian ceremonies interspersed with clearly preHispanic. The result is a rich miscellany kind that usually the people carried out in the most natural way. Los/as creadores/as contemporáneos captan estos momentos dando lugar a una fotografía igualmente híbrida entre lo artístico y lo antropológico, documentos de una forma de hacer propia que se extiende por toda Latinoamérica. 82 Contemporary artists capture these moments leading to an equally hybrid between art photography and anthropological documents a way to make itself extends throughout Latin America. palabras clave KEY WORDS Cultura, ancestral, colonia, fotografía, ritos. Culture, ancient, photography, rites. ARTÍCULO PRESENTADO PARA REVISIÓN: 15 DE AGOSTO DE 2015 ARTÍCULO ACEPTADO PARA PUBLICACIÓN: 26 DE OCTUBRE DE 2015 colony, Ser recordado es una forma de existencia, en vida pero también después de haber vivido. Sólo cuando se es olvidado por aquellos que nos recordaban, o cuando éstos han perecido, se puede afirmar que inexistimos. Es por tanto responsabilidad nuestra hacer que sigan existiendo aquellos que muertos deben sobrevivir mediante la memoria, ‘condición necesaria para el logro de nuestra identidad […] Somos, pues, porque tenemos memoria; es más, somos nuestra memoria’. Pero ¿cómo? Mediante la evocación. Evocar es contar mediante palabras o escritos, pero también mediante la fotografía, y por supuesto el arte hecho testimonio para reconstruir la Historia, su drama, a través de la Biografía1. Este recuerdo, o el esfuerzo para que no se pierda, constituye la base de esa “memoria histórica” y, efectivamente, el arte puede contribuir a ello. Un esfuerzo para no dejen de existir. En el caso de América Latina, y más concretamente del Ecuador a que se refiere este artículo, hay artistas que ha investigado sobre diferentes aspectos de las culturas ancestrales que se asentaban en este territorio y que afortunadamente aun existen en él. Creadores/as que desde el arte de acción se han acercado a esta realidad tangible, como es el caso de José Luis Macas y otros/as desde la fotografía. Sobre la relación entre la fotografía y las culturas (los hechos culturales y las personas) desde el último tercio del siglo XIX y gran parte del XX hay un gran trabajo investigativo de fotógrafos documentalistas que querían plasmar la diversidad desde una mirada antropológica y sociológica. No es ciertamente el caso de los/as creadores/ as a los que ahora me referiré, que buscan más bien la recuperación, desde el arte actual, de determinados aspectos de estas culturas. 2. LA FOTOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA Y LAS MANIFESTACIONES DE UNA CULTURA HÍBRIDA Todo lo relacionado con el indigenismo es un vasto campo de investigación que tiene una importancia grande en el arte, sobre todo, como digo, en América Latina. En el caso concreto del Ecuador destaca especialmente el trabajo de dos artistas: Pablo Corral y Lucía Chiriboga. Aunque en este artículo no me referiré sólo a las referencias a las culturas ancestrales, como veremos, sino a todos aquellos trabajos fotográficos que aborden un tema cultural. Pablo Corral (Ecuador, 1966) en su trabajo recogido bajo el título Andes (2001)2 hace un recorrido por el paisaje y pueblos de la cordillera americana que atraviesa varios países, donde nos encontramos con diferentes tipologías y formas culturales. En algunas de estas fotografías vemos como se desarrollan diferentes festividades donde Sánchez, M. Fotografías en tres tiempos. Arte, Desarrollo y Políticas Culturales. Conferencia pronunciada en La representación de nos-otros: Un diálogo entre Iberoamérica y el mundo árabe, 19-20 de diciembre de 2007, Casa Encendida. Madrid. 1 Un libro publicado por National Geographic Society. El premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa escribió veinte pequeños cuentos inspirados en mis fotografías. Vargas Llosa tuvo la gentileza de autorizarme la publicación de sus ficciones en este sitio web. Nota de Pablo Corral. http://pablocorralvega.net/ 2 83 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X juan ramón barrancho rodríguez: “manifestaciones de una cultura híbrida. fotografía en ecuador” (82-91) CULTURA E IDENTIDAD se hace evidente esa mezcla o hibridación de la que hablo, elementos claramente coloniales junto a otros que ha sobrevivido de sus culturas ancestrales. Como en otras obras que aparecen en este artículo, al ver este trabajo de Corral nos puede surgir la duda de si estamos ante algo artístico o puramente documental, también porque el uso y el abuso que de este tipo de imágenes que ha hecho la industria turística ha llegado a saturar tanto que, incluso, han llegado a perder su valor para convertirse en una imagen estereotipada de lo andino, e incluso de lo americano, que nos recuerdan directamente a carteles publicitarios. Pero hay que intentar apartar la vista de esto para centrarse en lo que nos puede contar la obra, lo que hay dentro de ella y esos elementos, como digo, de hibridación que hacen interesante el hecho cultural, tal vez más allá del hecho fotográfico, artístico o no. Indudablemente no estamos ante un trabajo de estudio, donde el artista prepara un a modo de escenario para retratar al/a protagonista, no se busca esto sino más bien captar lo que hay de interesante en este tipo de manifestaciones. Que eso sea entendido más como un trabajo documental que artístico no creo que sea un problema. En algunas de estas obras aparecen fiestas y procesiones donde se ve esto que comento, de la hibridación, del sincretismo, que las hace ricas e interesantes. Corral capta esos momentos donde, tal vez, lo atrayente no sea tanto la imagen y su atuendo sino las personas que viven estos actos religioso/sociales. Las fiestas, sobre todo en las poblaciones pequeñas, se viven como un acontecimiento social donde las familias se reúnen o donde personas que han tenido que irse a vivir fuera vuelven. Se sacan trajes y ornamentos de viejas herencias y se preparan comidas. Esto se ve en algunas de estas fotografías, las jóvenes ataviadas con diademas y encajes, las imágenes domésticas que forman parte de las procesiones y se pasean con orgullo. Aunque no es esto lo único que aparece en esta serie. Este extenso e interesante trabajo se concreta en varios capítulos como, entre ellos, los que se centran de una manera más directa en aspectos de la cultura como son El carnaval de Oruro o La muerte de un danzante, pero todos los trabajos, como digo, son un acercamiento a la realidad de las comunidades y/o pueblos andinos. Además, cuentan con una serie de textos del nobel Mario Vargas Llosa, que 84 nos acercan a esas realidades que fotografía Corral. Sobre la primera serie Vargas Llosa comenta que El Carnaval es una fiesta pagana y cristiana, religiosa y laica, provinciana y universal. Y el Carnaval de Oruro, en Bolivia, es el mejor del mundo. Porque, durante los carnavales, uno no sólo se divierte, bailando, jugando, cantando, disfrazándose, bebiendo y comiendo; también, y sobre todo, vive como si fuera una verdad la mentira de la felicidad. La mentira de que todos somos iguales, libres, prósperos y dichosos porque la vida se ha hecho sólo para gozar. Eso es el Carnaval, en Oruro: soñar despiertos y sentir, por unos días, que la vida se ha vuelto sueño y el sueño realidad3. La segunda serie de fotografías que cito tiene, igualmente, mucho que ver con eso que podemos reconocer como culturas –o rituales- propias, donde aparecen entremezclados innumerables elementos que, diseccionándolos, podemos reconocer su origen. Su maravilla e interés está, precisamente, en su hibridación y permanencia en el imaginario colectivo. Estas obras hablan de un hecho luctuoso, la muerte de un danzante. Los danzantes son personas, o personajes, tremendamente importantes en las celebraciones de los pueblos andinos y son un elemento que pervive de las culturas ancestrales. Ha muerto un danzante, un célebre bailarín que, por muchos años, alegró y dio color a las fiestas del pueblo, con sus pasos ágiles y evoluciones misteriosas y el chis chas de las tijeras que hacía chocar –sacándoles chispas- sobre su cabeza. Un bailarín que, al compás de la música del arpa y del violín (una música que, según las leyendas, violinistas y arpistas van a aprender en las torrenteras de las quebradas, en el estruendo de las cascadas que de lo alto de la montaña rompen sobre los abismos, o en el rumor de los grandes ríos que de los Andes bajan hacia la selva amazónica) bailaba de una manera que a la gente del pueblo, además de emocionarla, la inquietaba. Porque, en sus danzas, parecía oficiar un rito, hablar, mediante sus movimientos, pasos y figuras, con los espíritus soterrados en las piedras, la tierra, las flores y los árboles, y con las remotas nubes o con los cóndores que merodean en torno a los picos de la cordillera. Más que un bailarín, cuando bailaba parecía un mago o un brujo. Por eso, a ese danzante, todos lo admiraban y respetaban, pero también le temían4. Siguiendo con esa investigación visual sobre elementos y/o acontecimientos culturales y su plasmación en la fotografía, Lucía Chiriboga aborda el medio desde varios frentes, no sólo como creadora sino también con un amplio trabajo como investigadora. Esto último le ha dado un gran conocimiento de la historia del medio en Ecuador, también de ese trabajo investigativo que mencionaba antes, la “fotografía temprana del indio” que ella utiliza para su obra personal. Ahí está su trabajo en el que trata de los indígenas de la sierra ecuatoriana. Están realizados en blanco y negro –lo que le da mayor carácter documental- que Chiriboga acompaña de un texto y en los que nos habla de las historias, de los mitos y las creencias. Pero la investigación en temas de culturas y tradiciones desde la fotografía contemporánea no sólo se centra en los asuntos ancestrales, también hay artistas que indagan en fiestas y tradiciones del mundo colonial que, forzosamente, aparecen hibridadas con otras anteriores. Todo un panorama lúdico y/o religioso muy rico no sólo sociológicamente su también visual. Entre sus trabajos más importantes figuran tres ensayos fotográficos en los que la artista profundiza en esa mirada suya entre lo investigativo y lo artístico. Un doble punto de vista que, como vemos, sirve para reforzar la importancia de su labor. El primero de ellos es Del fondo de la memoria, vengo (1993-2000), donde, como en otros trabajos, utiliza imágenes de archivo y de autoría propia, algo común en su obra. Así, como he comentado de otros/as autores/ as, esos límites entre lo documental y lo artístico quedan diluidos abarcando ambos conceptos. En esta obra hay elementos subjetivos donde investiga sobre lo cultural (las culturas propias) y sobre la identidad de las personas y los pueblos, empleando, como ella explica, una mezcla de lenguajes vernaculares, occidentales y míticos que abundan en ese mundo andino que investiga. El segundo de estos ensayos fue Tenguel, el tamaño del tiempo (1999) donde se refiere a la conceptualización de esa imagen de lo andino. Su tercer trabajo fue La morada del hechicero. La dacha del brujo (2002) donde identifica la memoria con el espacio, en una obra que genera una estructura útil para la realidad contemporánea. 3. CELEBRACIONES En otro orden de cosas, ya no tan centradas directamente en imaginarios ancestrales, hay artistas que se acercan a costumbres o celebraciones que se dan tanto en las ciudades como en las pequeñas poblaciones, como por ejemplo, es la de los “años viejos” con sus “viudas”. César Morejón retrata a los personajes que pueblan las calles de la ciudad de Quito en una noche en la que parece que todo está permitido. Hombres travestidos que piden dinero a los transeúntes para poder quemar al viejo, esa representación del año que termina, que es la figura de un hombre hecho de trapos y serrín. Sobre el mismo tema, pero en un contexto diferente, trabaja Ricardo Bohórquez en su serie Los Gigantes del Sur (los Años Viejos Gigantes) (2014). Una misma fiesta que tiene un carácter muy diferente en Guayaquil. Ya no son las “viudas” y los “viejos” sino grandes figuras que se crean para este evento y que adoptan las fisonomías más dispares y que, como las anteriores, reúnen a toda la población. El mismo Morejón aborda otros temas, también relacionados con esas manifestaciones culturales hibridas. Por ejemplo, en Alangasí, Jesús y sus Diablos (2011) hace un interesante recorrido por una tradición religiosa que deviene en festiva y en la que se mezclan elementos muy variados y variopintos. Ecuador es un lugar donde todo puede pasar, porque lo prohibido se permite. Durante los festejos de Semana Santa en Alangasí, por ejemplo, el Diablo se adueña impunemente del sábado. Jesús ha sido crucificado el viernes, está clavado en el altar entre dos ladrones y, aunque lo rodean hojas verdes y frescas, está muerto. Si el sacrificio ha valido la pena o no, no es algo que le importe al Diablo. Él aprovecha la situación y decide salir, muy acompañado, a tomarse la plaza y la iglesia del pueblo5. Todo este ritual aparece en las fotos de Morejón, casi diseccionado escena a escena. http://pablocorralvega.com/andes/ oruro/795 3 Vargas Llosa, http://pablocorralvega. com/andes/la-muerte-de-undanzante/750 4 85 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X juan ramón barrancho rodríguez: “manifestaciones de una cultura híbrida. fotografía en ecuador” (82-91) CULTURA E IDENTIDAD Fig.1 : Fotografía de Eduardo Valenzuela, “Los diablos de Alangasi”. Sobre la misma población y la misma fiesta trabaja Eduardo Valenzuela (Guayaquil, 1976) en Los diablos de Alangasí (2014) donde recorre uno a uno los elementos y participantes de la fiesta. Ahí están esos personajes diabólicos que se pasean por las calles y se mezclan con la gente, los rituales religiosos cristianos de la muerte y entierro de Cristo, las fiestas en las casas, los hombres de altísimos cucuruchos que participan en el desfile. Este es un trabajo donde Valenzuela trabaja sobre el sentido social de la representación y donde se representa al diablo, como en otras muchísimas fiestas del Ecuador, no como un personaje malo, no estrictamente perverso, como así lo es en la cultura/religión cristiana, sino como ese personaje ancestral que forma parte de las vidas y costumbres. Salvo que este, como se ve bien en algunas fotografías, intentan tentar a los varones con imágenes pornográficas. Igualmente trabaja sobre las culturas y manifestaciones ancestrales en la serie En los jardines del INTI (2014), sobre los rituales de esta festividad del equinoccio, pero quiere hacerlo de una manera diferente, no captando sólo el color y el movimiento de los ritos sino, más bien, las personas que allí participan, los elementos de la naturaleza, la cascada de Peguche, aunque también aparezca el diablo Huma, que baila en la Chagra. 86 Fig.2 : Fotografía de Eduardo Valenzuela, “Jardines del inty”. Como él mismo comenta, es un trabajo a partir de la luz y con las situaciones individuales que provoca la fiesta. Continuando con ese trabajo que investiga desde lo visual, y desde la construcción de la imagen, en las fiestas, y concretamente en las celebraciones religiosas, François Laso (Bélgica, 1973) crea Otro cielo no esperes (1999-2008), una serie de veintiocho fotografías sobre la Semana Santa en Quito, recogidas en un libro, que van desde el Miércoles de ceniza o el arrastre de caudas hasta las procesiones por las calles. Laso casi recorre la fiesta momento a momento dejando constancia de todo el proceso. Lo más curioso e interesante de este trabajo es que no fotografía las imágenes (santos), ni en las calles ni en los templos, es una obra que podríamos llamar antropológica donde en lo que se centra es en las personas, actitudes, rostros, miradas. Es una colección de fotografías pone sobre el tapete el conflicto intrínseco a la representación visual de una práctica íntima que es periódicamente espectacularizada con la finalidad de confirmar a la religiosidad como un fantasma que pulula por la esfera pública en los recovecos de cierta ciudad franciscana6. Judy de Bustamante (San Francisco, California, 1939. Vive y trabaja en Quito) tiene una serie titulada Disforias7 en la que ciertamente no hace un trabajo sobre las culturas, llamémosle, propias, pero sí que para estas obras utiliza una serie de objetos provenientes de las culturas prehispánicas del Ecuador. Son piezas arqueológicas que por una u otra razón no son expuestas en los museos, muchas de ellas porque no están completas, tienen algún tipo de rotura. Quito, 1945), una de las primeras artistas del Ecuador en aborda la fotografía desde una perspectiva contemporánea y que participó en hechos fundacionales de este medio en la país, como los Encuentros de Fotografía y la idea de creación del Museo de Fotografía en la Casa de la Cultura Ecuatoriana a primeros de los años ochenta. La autora las utiliza como metáfora realizando un hermoso trabajo que está muy cerca de la poesía visual si no es eso mismo. Aprovecha sus “imperfecciones” para habar de las enfermedades psicológicas que puede tener el ser humano, un ser humano roto. En estas obras aparecen las piezas y pequeños textos con esa información: No me escuchan, Me olvido de todo, Prohibido para los otros. Pequeñas frases que hacen alusión a esas disforias, que son como una especie de emoción desagradable o molesta, con ansiedad o irritabilidad. Entre otros ella tiene un trabajo que igual podría analizarse desde retrato, pero que me interesa abordarlo aquí porque se acerca a esos temas cotidianos, documentando formas de vida en medio de tradiciones y experiencias. Una obra, realizada en los ochenta y noventa, de observación como el que hace sobre su pueblo natal de Sangolquí, y que de alguna manera también resulta más bien autobiográfico. La autora, nacida allí, donde vivió hasta a edad de nueve años, vuelve a su lugar para retratar personas y escenarios, costumbres y mercados en En muchos/as de estos/as artistas nos encontramos con un trabajo muy cercano a lo social, una observación que tiene mucho, también, de antropológica sobre acontecimientos, fiestas y costumbres, sobre la hibridación y sincretismo que observamos en esas celebraciones. Tal vez más que esto sea una observación de las personas que participan, de cómo viven y se integran en una cultura mixta. A esto obedece, en gran medida, el trabajo de María Teresa García (Sangolquí, Vacas,Verónica (2011) Alangasí, Jesús y sus diablos. Disponible en: https:// cmorejonfoto.wordpress.com 5 6 Francoise “Cocó” Laso (2008) Otro cielo no esperes en La imagen cuenta. Disponible en: http://laimagencuenta. blogspot.com/2008/12/otro-cielono-esperes-francois-coco.html 7 Fue un proyecto extenso realizado entre 2002 y 2004 y expuesto en la Bienal de Cuenca de ese año. Texto facilitado por María Teresa García. 8 87 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X juan ramón barrancho rodríguez: “manifestaciones de una cultura híbrida. fotografía en ecuador” (82-91) CULTURA E IDENTIDAD fotografías que ha hecho por la calle, un espacio que le gusta recorrer, a veces de forma fortuita cuando se encuentra con una determinada situación que le llama la atención por diversos motivos, unas veces serios y otras menos. Esta serie se ordena en diferentes capítulos que abordan estos rituales híbridos, como Rituales/festivos; Las Cajoneras, realizado en los alrededores de Santo Domingo y que retrata a esas mujeres que venden muñecos de trapo (entre lo religioso y lo mágico) y que lamentablemente han terminado por desaparecer. En esta serie también hay imágenes de la Semana Santa, pero no sólo se centra su trabajo en la capital, resulta interesante su observación de estas tradiciones, por ejemplo en Alangasí, una parroquia ubicada al sureste de la ciudad de Quito. Igualmente, como otros/as, se acerca a la festividad de los años viejos, con sus “viudas” y sus “viejitos” y a las máscaras, que son tan propias de Quito y del Ecuador entero. Fig.3 : Fotografía de María Teresa García, “La prioste de la virgen”. un ejercicio que deviene en introspectivo porque es un repaso-reconstrucción de su pasado y su memoria, recuerdos de familia y reencuentros con personas e historias de su infancia. En esta serie busca presentar la tradición, los tipos sociales que ha hecho la riqueza cultural de un territorio (…) Dignificar a estos actores anónimos que personalizan el matiz arcaico del regazo donde descansan las fantasías y anhelos de nuestro despertar al mundo (…) y donde se encuentran las claves de identidad8. Su trabajo, en este caso comentado como en otros, es un buscar espacios y situaciones que con el paso del tiempo han desaparecido, formas de vida que ya sólo quedan en la memoria. Sobre esas fiestas que comentaba trabaja ella, como otros/as, documentando hechos que ocurren en la ciudad y que tienen que ver con diferentes acontecimientos religiosos donde se ve muy bien esa tradición híbrida de la que hablo. Mucho de esto aparece en su trabajo En Quito, una obra en proceso iniciada en 2011 donde selecciona una serie de 88 4. OTRA FORMA DE CUTLTURA La cultura, o las culturas, se manifiestan de muy diferentes maneras y siempre es necesario analizarlas todas y desde los más variados puntos de vista para hacernos una idea lo más completa posible del sentir y hacer de un pueblo, en este caso del Ecuador. Cuando un país, como este, encierra en sus fronteras diferentes nacionalidades y distintas herencias, atravesadas además por siglos de colonización y mestizaje, el resultado es tremendamente rico y así lo pone de manifiesto el trabajo de sus artistas, fotógrafos/as en este caso. Esas diferentes formas culturales forman el imaginario y la riqueza de las naciones. Birte Pedersen (Hamburgo, Alemania, 1951. Vive y trabaja en Quito) lleva décadas en el Ecuador trabajando, casi de manera exclusiva, sobre un asunto 9 El libro recoge el trabajo de Pedersen desde 1998 a 2008. Esto se pone de manifiesto en la portada y contraportada de la publicación, la puerta del cementerio de Pujilí (1998) y del de Manta (2008). Cifuentes, Diego (1998) Dos fotógrafos Ecuatorianos pintan su aldea. Disponible en: http://mariaxhe. blogspot.com/2009/06/fantasticasspace-wallpapers.html 10 que tiene varias vertientes, o varias formas de mirarse y entenderse: desde un punto de vista humano y religioso o espiritual y desde uno cultural. En ambos casos no es que sea propio del Ecuador o de América Latina, pero sí que es cierto que aquí se vive de una manera especial. Me estoy refiriendo a los cementerios, a la cultura del cuidado y engalanamiento de las tumbas, la creencia de que en la vida del más allá los difuntos también necesitan de nuestras atenciones. El trabajo de Pedersen es un rastreo y documentación de este hecho y sus variantes, de la cultura popular si queremos, por los camposantos de todo el país. Visita, mapea y registra con su cámara las tumbas pero no una sola vez, lo hace a lo largo de los años, también por una cuestión especial que se ve muy bien en sus fotografías, y es que no permanecen iguales a lo largo de los años. La decoración y los elementos y mensajes que en ellas depositan las familias cambian con el tiempo, se adaptan a las modas tal como lo puede hacer nuestra propia casa, como se ve en la obra El Tejar (2006) donde ella explica que ha cambiado el corazón pero se mantiene el mensaje o en otra donde cambia el luchador por un ninja cuando este ya no sirve para el “juego” del niño enterrado en Sangolquí (2007). En todas sus obras, como las comprendidas en uno de sus trabajos editoriales, Entrada al cielo. Arte funerario popular de Ecuador (Nerea, 2008)9, se pone de manifiesto de una forma clara que estos espacios, más que un lugar para el duelo son lugares para la celebración de la vida. De todas las tumbas a la autora no le interesan, por ejemplo, los grandes panteones de las familias pudientes, que son más uniformados y menos espontáneos, como los podríamos encontrar en cementerios de cualquier otro lugar, sino esos “populares” donde las expresiones son mucho más naturales y llamativas, también más humanas, y de entre estos le atraen especialmente las tumbas de los infantes, donde las familias depositan los juguetes y miles de mensajes enternecedores. Rodrigo Gutiérrez Viñuales, que escribe un esclarecedor texto en la publicación que cito, comenta que Latinoamérica siempre tendrá algo nuevo que decir y que mostrar como parte de su cultura. Una cultura entroncada en la celebración de la muerte desde tiempos inmemoriales, y que, en sus expresiones populares, no experimentó los altibajos del arte funerario culto, ni sus excesos o sus evidentes fechas de caducidad (Gutiérrez Viñuales, Rodrigo. 2008, 6). Ciertamente lo de la caducidad resulta interesante a la vista de lo que las obras de Pedersen nos cuentan. Por una parte parece que todo fuera efímero, que cada cierto tiempo hay que cambiar esa decoración o los elementos que la componen frente a la perpetuidad de la muerte. Pero también caducidad, como vemos en algunas fotos, porque los enterramientos tiene una fecha concreta que de no ser renovada expira, es decir se sacan los restos del/a finado/a, casi como si de una especulación inmobiliaria se tratara, la propiedad no es permanente y las autoridades avisan del término de la cesión de la morada eterna, como podemos ver en El Tejar (2006) o, por el contrario, la familia avisa de que la tumba está comprada, incluso antes de que sea necesaria su ocupación. Para la artista El arte popular funerario no solamente es un objeto de estudio en sí mismo sino también una inagotable fuente de creaciones contemporáneas. Los cementerios populares suelen tener expresiones más genuinas, más originales y testimonian mejor la riqueza cultural (…) mezcla de influencias entre lo colonial, lo contemporáneo y lo indígena (Pedersen, Birte 2008, 11-16). Este trabajo, como comenta la autora, expone de una manera visual una forma de sentir, de honrar a los/as difuntos/ as pero también es una forma de cultura, manifestaciones genuinas de lo popular que no por el hecho de serlo resultan menos interesantes, antes bien, como decía de los grandes panteones, lo son mucho más por su variedad, espontaneidad y riqueza visual, por evidenciar un sentido de la vida y de las relaciones familiares más allá de la muerte. 5. FOTOGRAFÍA SOCIAL Siempre he argumentando que el arte, en este caso la fotografía, es un constructo social/político que aboga por una representación de la realidad, pero obviamente una realidad vista a través de los ojos de cada autor/a. Así lo estamos viendo en el trabajo de cada uno/a y desde puntos de vista o sobre asuntos bien diferentes. Para el artista al que ahora me refiero, Diego Cifuentes, el asunto es dilucidar si el/a fotógrafo/a es simplemente el/a testigo de algo, testigo que simplemente documenta, o si es una mirada que se implica, que 89 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X juan ramón barrancho rodríguez: “manifestaciones de una cultura híbrida. fotografía en ecuador” (82-91) CULTURA E IDENTIDAD elige un hecho u otro dependiendo de sus intereses personales. Para mí la opción es la segunda, no creo que se pueda trabajar sobre un asunto concreto, más si es un tema que tiene que ver con lo social/político, desde una posición aséptica y distante. Es una decisión personal en la que forzosamente estás implicado/a. El/a artista ya no es sólo un operador detrás de una cámara. En este sentido, Diego Cifuentes en un autor que busca esa representación de lo social en todos sus trabajos, que siempre deambulan por las fiestas y tradiciones, las formas de lo cultural en cada uno de esos acontecimientos y cómo en ellos hay abundantes hibridaciones. Pero también su trabajo puede tener una cierta desazón en las representaciones, en la búsqueda de uno u otro motivo que interesa ser fotografiado y que, en muchas ocasiones, es la soledad o el vaciamiento, como ocurre, por ejemplo, en su serie Afortunada desazón, expuesta en 1998, donde hay una búsqueda de elementos religiosos que se transmutan en símbolos. Una colección de obras, agrupadas bajo este título, que dialogan sobre los sueños, las frustraciones, la sinrazón, la desazón, la fractura y la alegría. Después del desafortunado incidente del robo de todo su archivo, su trabajo vuelve a ver la luz en …y sin embargo, se mueve... editado en 2013 y donde se recoge su forma de entender la fotografía, como él mismo opina, como un hecho literario, literario desde lo visual como construcción de historias, donde podemos ver esos símbolos de lo religioso y social. Es un proyecto en construcción que pretende continuar, después de este de Ecuador, sobre Perú y Bolivia. Afortunada desazón es justamente eso, mi entrada frontal al encuentro con los fantasmas lejanos y con los que no lo son tanto. Hay un gusto por los símbolos religiosos, no porque yo sea una persona cercana a la religión, sino porque no lo soy tanto. Las cruces caídas me llaman la atención, la crucifixión será siempre una constante en mi pensamiento. La penumbra, no como algo terrible, sino como una compañera a la que siempre se vuelve, que es tan acogedora como la matriz de la madre. Todos tenemos una sola certeza, haber estado en el útero de nuestra madre10. Por tanto, su trabajo se va fijando en la selección de determinados detalles u objetos, como hemos visto que lo hacen otros/as también, que tienen un significado concreto y que Cifuentes señala como protagonistas de determinadas festividades y por tanto de su fotografía, un niño que participa en una procesión, la mirada fija de un nazareno, las manos de una imagen, la maleta donde un diablo lleva la tentación, una niña-ángel… un trabajo el suyo que nos llevaría a un doble análisis: desde el punto de vista de ese “fuera de campo fotográfico” que comentaba antes, pero también desde el punctum de Barthes, puesto que esos elementos, tanto objetos como personas, centran la narración de ese hecho literario que él entiende en la construcción de la fotografía. 6. CONCLUSIÓN En definitiva, la fotografía contemporánea en el Ecuador (como le ocurre a toda manifestación artística), como en la mayoría de los casos que podemos estudiar en América Latina, en lo que se refiere al estudio visual de las culturas plasma una realidad cultural e histórica rica en mezclas. Una cultura, como sabemos, atravesada por ese devenir histórico hibridado de elementos y manifestaciones diversas, de objetos y ceremonias cristianas –coloniales- entremezcladas con otros claramente ancestrales. El resultado es de una miscelánea rica en estas características que, habitualmente, el pueblo lleva a cabo de la forma más natural. Bibliografía Belting, Hans (2007) Antropología de la imagen. Buenos Aires: Katz Ediciones. Dubois, Philippe (1994) El acto fotográfico, de la representación a la recepción, 2ª edición, Barcelona: Paidós Ediciones. Gómez Isla, José (2009) Transvergencias fotográficas: contaminaciones ideológicas entre tecnología y discurso. Presentado en II Congreso Internacional Scan09 “Instantáneas de la Teoría de la Fotografía”, 14-16 de Mayo. Tarragona (España). Fig.5 : Fotografía de Francois Laso, “Otro cielo no esperes”. Los trabajos aquí presentados, como vemos, se adentran en diferentes hechos culturales donde se entremezclan elementos y rituales prehispánicos con otros heredados del mundo colonial, creando ese sincretismo del que tanto se habla en Latinoamérica y que produce una riqueza especial y característica propia de sociedades donde esa mezcla se ha convertido en una seña de identidad y que desde la fotografía contemporánea muchas veces se ha tomado en cuenta, también, quizá, para explicar formas de vida y de relación. En el caso del trabajo de Birte Pedersen no es así, cierto, sin embargo lo que ella retrata, las tumbas “populares”, igualmente presentan esta mezcla de elementos que estarían muy lejos de lo que llamamos “arte funerario”, pero que aquí son una manifestación más de la cultura. Una cultura, no sólo visual, donde el culto a los difuntos, a la muerte, está muy lejos de ser algo luctuoso. La fotografía actual, desde una posición conceptual postmoderna, capta estos momentos dando lugar a una visión igualmente heterogénea entre lo artístico y lo antropológico, documentos de una forma de hacer propia que se extiende por toda Latinoamérica. 90 Fig.4 : Fotografía de Diego Cifuentes, serie “Afortunada desazón”. Gutiérrez Viñuales, Rodrigo (2008), Sentido y sensibilidad de un pueblo. Abriendo los ojos a la cultura funeraria. En Entrada al cielo. Arte funerario popular de Ecuador. Donostia-San Sebastián: Nerea. Pedersen, Birte (2008) Entrada al cielo, en Entrada al cielo. Arte funerario popular de Ecuador. Donostia-San Sebastián: Nerea. Castellote, Alejandro (2003) Mapas Abiertos: Fotografía latinoamericana 1991-2002. España: Lunwerg. Billeter, Erika (2007). Canto Realidad: Fotografía Latinoamericana 1860-1993. España: Lunwerg. Aumont, Jacques. (1992) La imagen. Barcelona: Ed. Paidós Ibérica. Barthes Roland. (1989), La cámara Lúcida. Nota sobre la fotografía. Barcelona: Ed. Paidós. Benjamin, Walter. (2004) Sobre la fotografía. Pre-Textos. Valencia. 2004 Bourriaud, Nicolas. (2008) Estética relacional. Los sentidos/ artes visuales. Buenos: Aires Adriana Hidalgo Editora. http://laimagencuenta.blogspot. com/ h t t p : / / w w w . fotografosecuatorianos.com/ 91 fernando baena baena: “lo que queda de la acción. estrategias de conservación” (92-101) CULTURA E IDENTIDAD LO QUE QUEDA DE LA ACCIÓN Estrategias de conservación Fernando Baena Baena Investigador Prometeo Casa de la Cultura Ecuatoriana núcleo del Azuay Ecuador [email protected] Imagen: Holger Edison Diaz Salazar Imagen: Victor Fernando Loor Moreira OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X resumen ABSTRACT Muchas veces los restos de las obras de arte de acción (partituras o bocetos, objetos y herramientas, residuos materiales, huellas y registros verbales o icónicos, instalaciones derivadas, archivos, ediciones...) acaban siendo lo único perdurable de una acción artística efímera. Diferentes estrategias de conservación buscan extender el poder de lo efímero y prolongar los puentes con el público espectador, más allá de su presencia durante la ejecución de la performance, pues la existencia de este es la que justifica, finalmente, toda obra de arte y la permanencia de su efectividad. The remnants of action art works (scripts or sketches, objects and tools, material residues, physical marks, and verbal or image recordings, derived installations, archives and publications...) end up being all that can be preserved of an ephemeral artistic action. Different strategies of preservation seek to extend the power of the ephemeral and to extend bridges towards the spectators, beyond their actual presence during the execution of the performance; it is the existence of an audience that justifies all works of art and the durability of their effectiveness in the end. palabras clave KEY WORDS Arte de acción, registro, materiales, efímero, conservación. restos LO QUE QUEDA DE LA ACCIÓN Uno de los principales puntos a tener en cuenta a la hora de estudiar la relación que se establece entre artes plásticas y arte de acción es la consideración o no de los restos generados por la acción como depositarios del mérito artístico. Muchas veces estos restos (partituras o bocetos, objetos y herramientas, residuos materiales, huellas y registros verbales o icónicos, instalaciones derivadas, archivos, ediciones...) acaban siendo lo único perdurable de una acción artística efímera. En este texto se estudian diferentes estrategias de conservación a través de las obras de los artistas ecuatorianos Adrián Balseca, Pablo Cardoso, José Luis Macas, Santiago Reyes, Karina Skvirsky, Unidad Pelota Cuadrada, Juan Fernando Ortega y Juan Pablo Ordóñez. Salvo que se trate de acciones totalmente espontáneas, todas las acciones tienen una mayor o menor componente de diseño, de preparación previa a la acción misma. La performance, en particular, cuenta con la necesidad de partitura o guión entre sus características principales. Se acerca de esta manera a las artes plásticas, en las que, ya desde la Antigüedad, la preparación, la reproductibilidad y procedimientos como el uso de bocetos y modelos escalables tienen un destacado papel. A veces las acciones pueden ser pensadas para permanecer en estado de partitura o boceto. En estos casos el artista puede considerar que los bocetos no sean un paso previo a la realización de la acción, sino que los dibujos, fotos, etc. que dan forma al boceto sean un fin en sí mismo, sean la plasmación de su idea de la acción. Frecuentemente las acciones más cercanas a las artes plásticas comportan un proceso de construcción o destrucción de objetos. El concepto que subyace a estas acciones está próximo al de las primeras obras que, como los ensamblajes y los ready mades y objects trouvés de Marcel Duchamp, comienzan a cuestionar el estatuto del objeto, desplazando el centro de interés desde este mismo y orientándolo hacia el proceso de su construcción. El mercado del arte intenta absorber las performances por medio de vídeos, fotos y de objetos residuales de la propia acción, o por la compra de los derechos de reproducción y representación. Un paso hacia ese encuentro lo han dado los propios artistas, lejos ya de los idealismos originales que buscaban un arte no comercial. Pero incluso si el artista no les da importancia, es común que cierto público fetichista coleccione estos restos. A este tipo de acciones, tras las cuales los restos se convierten en objeto independiente que las condensa, susceptible de su mercantilización y/o museificación, podríamos denominarlas “acciones cosificadas”. Un ejemplo clásico son las Antropometrías de Yves Klein, cuyos restos resultaban ser un cuadro. En este sentido, y poniendo en cuarentena la idea de que la obra pueda ser considerada estrictamente una performance, se exhibe parte de El Cóndor pasa, proyecto del artista Adrián Balseca, consistente en la Action art, recording, material remains, ephemeral, preservation. ARTÍCULO PRESENTADO PARA REVISIÓN: 15 DE AGOSTO DE 2015 ARTÍCULO ACEPTADO PARA PUBLICACIÓN: 26 DE OCTUBRE DE 2015 92 93 Fig.1 : Fotograma del vídeo-registro de la acción “El condor pasa”. Adrián Balseca, 2015. 93 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X fernando baena baena: “lo que queda de la acción. estrategias de conservación” (92-101) CULTURA E IDENTIDAD realización de un filme corto en el que se muestra el despeñamiento de un ejemplar del emblemático Cóndor, automóvil que se fabricó en Ecuador entre 1978 y 1981. Para la reconstrucción del auto se usaron los moldes originales casi sin uso durante más de treinta años y que, anecdóticamente, se estaban utilizando como gallinero. Con ellos se construyó, por ejemplo, la pieza frontal de la carrocería que, reproducida en fibra de vidrio, el artista muestra acompañada de un vídeo sobre el proceso de su construcción. Se trata de una sinécdoque, la figura poética que designa un todo con el nombre de una de sus partes, o viceversa. Balseca sigue con esta forma de presentación la estrategia inaugurada por Robert Smithson con sus Sites/Nonsites: ante la imposibilidad de trasladar a la galería la obra de land art, que había sido realizada en plena naturaleza, el artista documenta el proceso y el resultado final, y traslada muestras de materiales que se convertirán en obras de arte en sí mismas. La sacralización de los restos de acciones de muchos otros artistas emplea, básicamente, el mismo mecanismo. La estrategia seguida por Pablo Cardoso para la realización de su pieza Revoluci n actualiza las anteriores al sumarles un componente tecnológico que permite que su trabajo sea realizado en un lugar y mostrado en otro casi simultáneamente: en el Museo Remigio Crespo existe un mármol con una inscripción atribuida a los miembros de la Misión Geodésica Francesa que había sido olvidado, extraviado, encontrado a inicios del s. XIX, extraviado nuevamente y re-descubierto en 2012. El artista fotografía letras de ese texto, las envía por Internet al espacio de exposición y allí un ayudante conforma con ellas el 94 siguiente texto perteneciente a El siglo de las luces de Alejo Carpentier: Esta vez la revolución ha fracasado. Acaso la próxima sea la buena. Pero, para agarrarme cuando estalle, tendrán que buscarme con linternas a mediodía. Cuidémonos de las palabras hermosas; de los Mundos Mejores creados por las palabras. Nuestra época sucumbe por un exceso de palabras. No hay más Tierra Prometida que la que el hombre puede encontrar en sí mismo1 (Carpentier, 2009, p.278). Podríamos extendernos en comentar el hecho de que una acción sea realizada en dos localizaciones diferentes; también en que el artista se encuentra en una relación de fuera de campo con respecto a los espectadores. Pero lo que nos interesa aquí es preguntarnos si a esas frases exhibidas en la sala podemos otorgarles el estatuto de obra de arte o el de meros restos de la acción que Cardoso realiza fotografiando el mármol en el museo. El efecto que las acciones buscan en el público puede querer ser inmediato y basado en la propia acción, con lo que, en la mayoría de las ocasiones, los restos se han de considerar residuos, es decir algo que no tiene valor que induzca a conservarlo. La estrategia opuesta consiste en confiar el efecto al poder artístico de los restos, huellas, y/o registros, siendo estos, en última instancia, lo que se presenta al público. Hablaríamos, pues, en el primer caso de acciones cosificadas de efecto inmediato y en el segundo de acciones cosificadas de efecto diferido. Las acciones cosificadas de efecto inmediato, puesto que se considera el proceso público de creación del objeto Fig.3 : Documentación fotográfica de intervención urbana, “Yasuni”, de José Luis Macas, 2015. Fotografías de Juan Montelpare y José Luis Macas como la parte esencial del trabajo, no se diferencian de cualquier acción performativa que deje restos físicos salvo en el valor que se atribuye al objeto generado que, a riesgo de que el trabajo dejé de ser considerado acción, no debería resultar de superior nivel que el valor otorgado al proceso de su creación. Pueden ser consideradas acciones cosificadas de efecto inmediato los envíos postales, las pegadas de carteles, los stencils, las intervenciones con pegatinas y las pintadas (también llamadas intervenciones urbanas), aunque en estas últimas el componente de acción quede un poco tapado, y cada vez más, por el objeto final conseguido. La exposición presenta imágenes que documentan las acciones plásticas realizadas por José Luis Macas en los muros exteriores del Monasterio de las Conceptas y del edificio del Salón de Pueblo, ambos de la ciudad de Cuenca. El artista utiliza goma de borrar para hacer unas pintadas -mejor sería llamarlas “despintadas”retirando parte de la suciedad depositada en las paredes por el humo proveniente del tránsito rodado. La serie Borradores, a la que pertenece esta obra, es un conjunto de acciones en espacios urbanos que parten del hecho de dibujar borrando, utilizando al borrador como herramienta de dibujo sobre muros manchados de smog. Con su práctica, el artista integra el gesto artístico en las tensiones ligadas al espacio público, visibilizando algo que por su propia cotidianeidad nos acaba pasando desapercibido. Según el artista, se trata de una crítica al modelo de dependencia y abuso de los hidrocarburos desde una enunciación manchada que desvía el gesto de limpiar, término con el cual la medicina ancestral andina denomina parte de sus prácticas de curación “limpias”, como un eco a alternativas creativas para re pensar y accionar otras formas de movilidad en espacios urbanos2. Obra relativamente efímera destinada a ser borrada a su vez, ya sea por nuevas acumulaciones de hollín o por un nuevo blanqueo, confía su efectividad a la contemplación del proceso de producción del objeto plástico y a sus restos, y su permanencia, más allá de la memoria de los presentes, al hecho de su documentación. Por su parte, las acciones cosificadas de efecto diferido, aún dando importancia al proceso que desembocará en el objeto final, no fían el grueso del componente artístico de la pieza a este proceso, sino que es el objeto resultante su depositario final. Aunque estas obras concuerdan plenamente con el enfoque procesual de los drippings de Jackson Pollock, están en los límites de lo que pueda ser reputado arte de acción y lo que tradicionalmente se conceptúa pintura, escultura, instalación, fotografía, música o escritura. Es también el Carpentier, Alejo (2009) El siglo de las luces, Madrid: Alianza Editorial, p. 278. 1 2 Comunicación del artista. 95 94 Fig.2 : Registro de la pieza “Revoluci n”. Pablo Cardoso, 2015. OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X fernando baena baena: “lo que queda de la acción. estrategias de conservación” (92-101) CULTURA E IDENTIDAD caso de las foto-acciones y vídeo-acciones. Por otro lado, muchas veces los restos de una performance son presentados como instalación, pero esa instalación no tiene vida fuera del cordón umbilical que le une a la acción. El efecto diferido buscado también puede darse a través de la huella o del registro. Es la huella de un trabajo pictórico sobre el propio cuerpo lo que Santiago Reyes estampa sobre una serie de lienzos. El artista, ayudándose de un espejo, ha representado un paisaje de la ciudad y, posteriormente, ha transferido las imágenes que podemos ver en la exposición. La utilización del cuerpo como soporte de la pintura y como matriz de estampación tiene ya una importante tradición en la historia del arte de acción, las ya mencionadas Antropometrías, por ejemplo. Pero en nuestro caso, a diferencia de la obra de Klein, ni el cuerpo es utilizado como mero objeto ni el proceso de estampación se ha realizado de manera espectacular a través de bellas modelos contratadas. El performer utiliza su pecho para trasladar no su huella física sino la huella de su trabajo artístico. El propio cuerpo se convierte en intermediario entre el paisaje y los restos que podemos contemplar como obra expuesta. Porque lo que enfatiza Reyes no es su habilidad pictórica ni las impresiones conseguidas y exhibidas, sino el proceso performativo de su elaboración. El mismo acto de la impresión del paisaje en el lienzo se realiza gracias a un esfuerzo del artista, que una y otra vez hace cuerpo a tierra para conseguir así, apoyarse en el cuadro, realizar la presión justa y mantenerse allí el tiempo necesario para conseguir su objetivo. Se trata, pues, de un trabajo que involucra no solo la mirada sobre el entorno, la tradición del grabado y el oficio de pintor sino que también implica el cuerpo del artista y su movimiento controlado y preciso. Lejos de ser una acción tradicional propia de cualquier artista plástico preocupado por la mera técnica de su trabajo, se constituye como una acción racional con arreglo a fines (según la clasificación clásica de la acción social que realiza Weber3) propia de todo artista seguro de la importancia capital del concepto. La cuestión de si registrar o no la obra ha sido un tema muy discutido entre los practicantes y teóricos del arte de acción. Algunos defendían la opción de no registrar para alejarse de tentaciones comerciales y por una supuesta mayor pureza de lo efímero. La primera cuestión ya casi no se plantea una vez que ha quedado patente que el mercado es capaz de asimilar y poner en venta casi cualquier cosa. Es más, la ausencia de documentación sobre una acción supone su eliminación del panorama cultural, su no existencia4 (Vallaurre, 1996, pp 85 a 88). Aunque el registro no puede existir independientemente del acto, y no lo agota, para otros autores el acto de documentar una acción cualquiera como performance es lo que la establece como tal5. Así, muchos artistas tienden a diseñar su propuesta performativa en función del medio de registro elegido, posibilitando una recepción diferente en cada caso (acto, registro). Esto les permite trascender la problemática de la acción-transformadaen-objeto y su documentación. A su vez, la recepción estética debe asumir la dialéctica entre la génesis y el resultado de la obra6 (Alonso, 1979). The Perilous Journey of María Rosa Palacios, la obra de Karina Skvirsky, está representada en esta exposición por imágenes procedentes del material de trabajo previo a la plasmación definitiva de la propia obra. El “resto” final de la acción performativa emprendida por la autora será una película corta rodada en 16 mm. y en vídeo digital, “mezclando los dos para crear una tensión entre lo histórico, lo moderno, el performance y lo etnográfico”, que narra, o más bien incorpora, el viaje que en 1905, a la edad de 15 años, realizó su bisabuela: “…salió del Chota en mula rumbo a Guayaquil a trabajar para una familia rica”. Este recorrido Fig.5 : Fotogramas de “The Perilous Journey of María Rosa Palacios”. Karina Skvirsky, 2015 lo realiza la artista usando las mismos caminos “en burro, caminando por la ruta del Inca y en tren -porque el tren de Alausí a Durán estaba terminada en el año 1902”. Skvirsky propone la película “como un laboratorio de experimentación”. Dice: “Me interesa encarnar esa experiencia de algún modo a través del recorrido de aquel camino -asumiendo el paso de tiempo, los cambios de paisaje, etc.- y la historia que representa ese viaje”7. Es en tanto que esfuerzo consciente de encarnación y vivencia a través de los medios del arte de acción que podemos llegar a considerar la realización de esta película como una obra propia de esta disciplina. Es cierto que roza sus límites, pero estos solo serían superados si la artista estuviera pensando principalmente en el resto objetual final, que no es el caso, y no en el proceso para llegar hasta allí, en ese asumir presencia, tiempo, espacio, recorrido e historia en la incorporación de la figura de su ancestro. El registro fotográfico y el vídeo fueron utilizados ya por los primeros artistas conceptuales para documentar la ejecución de obras y eventos de carácter efímero como prueba fehaciente de la intervención de su autor en la ejecución. Más tarde, la foto-acción y la vídeoacción, procedimientos basados en acciones pensadas especialmente para ser registradas, dieron cuerpo a un tipo de obras donde el acto aparece como inseparable de su traducción mediática. La secuenciación del registro fotográfico o la edición vídeo-gráfica permitieron además alterar los patrones temporales propios del acto performativo o focalizar la recepción del mismo, con la posibilidad de generar un meta-discurso crítico en relación al proceso de ejecución de la obra o su fruición8 (Alonso, 1979). En muchas ocasiones, la acción acaba haciéndose para la foto y no la foto para la acción. Resulta así la foto-acción, una puesta en escena en la que el tema es 3 Weber, Max, Economía y sociedad, Fondo de Cultura Económica, México, 1996, pp.18 a 21. Vallaurre, Jaime, No hay performance sin documento certificado, en Arte. Proyectos e ideas 4, vol. I. Valencia, 1996, Universidad Politécnica, pp. 85 a 88. 4 Auslander, Philip, The Performativity of Performance Documentation, p. 5, 2006, citado en Albarrán, Juan, La fotografía ante el arte de acción, Madrid, 2012, Efímera, n.º 3, p. 24. 5 6 Alonso, Rodrigo, Performance, fotografía y video: la dialéctica entre el acto y el registro, Buenos Aires, Centro Argentino de Investigadores de Artes, 1979, (fecha de última consulta 04/09/15), http://www.roalonso.net/ es/arte_y_tec/ dialectica.php. 7 Palabras extraídas personal de la artista. 8 del dossier Alonso, Rodrigo, (1979), op.cit. 96 96 97 Fig.4 : Documentación fotográfica de la performance “Push Up The Frame” de Santiago Reyes, 2011. Fotografía de Victor Costales. Fig.6 : Fotograma del vídeo Pronóstico. Unidad pelota cuadrada, 2012. 97 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X fernando baena baena: “lo que queda de la acción. estrategias de conservación” (92-101) CULTURA E IDENTIDAD un gesto congelado por la fotografía, donde esta es, a la vez, obra y resto. No resulta fácil distinguir qué hay de nuevo en la foto-performance, en qué se diferencia de una foto o de un cuadro en el que quede atrapado un instante espacio-temporal, como en Las Meninas de Velázquez donde por no faltar no falta ni la representación de la presencia del artista. Por otro lado, es interesante señalar que la importancia de la fotografía como huella ha sido cuestionada por los estudios de cultura visual ante la evidencia de que toda o prácticamente toda la fotografía decimonónica tuvo que someterse a las reglas del arte pictórico. Desde entonces, la fotografía, si hemos de considerarla huella, necesita un complemento que la fije al acontecimiento registrado. Similar análisis puede hacerse con respecto a la vídeo-acción. En su artículo Performance, fotografía y vídeo: la dialéctica entre el acto y el registro(Alonso, 1998)9, Rodrigo Alonso describe las etapas del nacimiento de las vídeo-acciones: registro documental para llegar a un público más numeroso; descubrimiento de la posibilidad de un mayor control sobre la recepción de las obras; aceptación de los nuevos retos para resolver la tensión entre inmediatez y mediación. En relación con este último punto, al estar realizados con el mismo medio, existe cierta confusión sobre lo que es una documentación de la performance en formato vídeo y lo que es una vídeo-acción. El vídeo Pronóstico, realizado en 2012 por el colectivo quiteño Unidad Pelota Cuadrada, es descrito por las artistas como una “experiencia post-traumática que pretende el replanteamiento del mundo. Se pregunta sobre las paradojas y cuestiona crudamente la creencia de que la vida es una sucesión de causas y efectos con un sentido concreto. Nace tontamente en la esperanza y termina en ella”10. Se trata de una vídeo-acción, una acción realizada expresamente para la cámara como espectador privilegiado. La narrativa del montaje, que comienza por mostrarnos un grupo de perros atados cada cual por separado, así nos lo desvela. Nos los muestra en planos cerrados que, hasta el siguiente plano general, no nos permiten ver que están en un parque y que, entre ellos, se encuentran las artistas sentadas en un sofá. El orden de los planos crea un cierto suspense que se resuelve cuando comienza lo que parece ser un chaparrón. Los animales, que permanecían tranquilos, al ser sorprendidos se revuelven intentando escapar. Las artistas, sometidas a la misma inclemencia, aguantan estoicamente mientras se les deshacen el peinado y el maquillaje. Esto último se nos muestra en planos cortos tras la cortina de lluvia. En un vídeo que fuera solo la documentación de una performance, y no una vídeo-acción como la que presentamos, la cámara sería casi un espectador más, sin excesivos privilegios, y la ordenación retórica de la edición, siempre que las características de la acción lo permitieran, debería resolverse linealmente y con la menor mediación posible. En todo registro, ya desde la elección del encuadre, y todo montaje existe una intervención subjetiva (ni siquiera la utilización del tiempo real es un elemento determinante de la objetividad), pero un cierto distanciamiento objetivo y una cierta explicitación de los medios compatible con el relato de la acción son necesarios para permitir una participación del público no excesivamente dirigida. La vídeo-acción se permite más licencias. Por ejemplo, si lo que presentamos fuera la documentación de una acción y no una vídeo-acción, la manguera de los bomberos de Quito que provoca el chaparrón debería aparecer más explícitamente en las imágenes y no solo intuirse. Finalmente, ha de considerarse el archivo en su conjunto. La posible utilización de documentos y registros de manera productiva y no reproductiva. Con este sentido mostramos documentación del proyecto comunitario Anónimos, de Juan Fernando Ortega, que formó parte del 7º Encuentro de Arte Urbano al zur-ich, 2009. Dice el artista que el proyecto reunión de estos documentos ha de cumplir, al menos, una función informativa y, si es posible, generar el deseo en el espectador de acompañar nuevas acciones de este tipo, ya sean estas consideradas arte o activismo. dio lugar a un proceso participativo en el cual los moradores del barrio Lucha de los Pobres, ubicado en el sur de la ciudad de Quito, dieron nombre a las calles – innominadas en su totalidad- del sector en el que habitan. De esta manera esta manera, intervinieron en la construcción de los referentes simbólicos y espaciales de su comunidad. Esta propuesta cuestiona los mecanismos tradicionales de producción simbólica dentro del ámbito público, al mismo tiempo que plantea un ejercicio de apropiación del espacio urbano y de búsqueda de nuevas formas de representar la ciudad, cuyos gestores son las y los habitantes del barrio11. En el año 2009, Juan Pablo Ordóñez emprendió una serie de obras a partir de “videocartas” recogidas, digitalizadas y catalogadas por el AMAME (Archivo de la Memoria Audiovisual de la Migración Ecuatoriana), proyecto que desarrolla desde 2008 junto a Melina Wazhima en el colectivo Ñukanchik People. En 2014, Ordóñez presentó por primera vez la performance Lectura Pública. Según Melina Proyectos como el que comentamos superan realmente cualquier intento de presentación estetizante del proceso. No puede haber manera exitosa de dar cuenta de las vivencias generadas por este tipo de acciones participativas, y la documentación presentada no puede ser más que un pálido reflejo de lo acontecido. No obstante, la Siendo la edición una de las posibilidades derivadas del registro, y sin querer entrar en las disputas típicas sobre si es posible realmente una presentación sin rastros de edición, podemos considerar de acuerdo con Emily Roysdon (La respuesta, Zehar, nº 65)12 que la performance es un tipo de edición, un gesto de reunión, aceptación o rechazo de la información del mundo que nos rodea. El archivo sería la performance de la historia a través de la recopilación y la proximidad. 9 Alonso, Rodrigo, El cuerpo del delito, Buenos Aires, 1998, MNBA, (fecha de última consulta 04/09/15), http://www.roalonso.net/es/pdf/ curaduria/delito_texto.pdf Catálogo Unidad Pelota Cuadrada 2007-2014. Sin datos de edición, Quito, 2014. 10 11 Comunicación del artista. Roysdon, Emily, La respuesta, Zehar, San Sebastián, 2010, n.º 65, p. 68. 12 98 98 99 99 Fig.7 : Documentación fotográfica de intervención comunitaria “Anónimos”. Juan Fernando Ortega, 2009. Fig.8 : Fotos tomadas al público por el artista durante la performance, “Lectura pública”. Juan Pablo Ordoñez, 2014. OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X fernando baena baena: “lo que queda de la acción. estrategias de conservación” (92-101) CULTURA E IDENTIDAD Wazhima, la acción recogía algunas de las pistas que el artista plantea para esa lectura: la construcción de un tiempo diferido hacia el pasado y el futuro desde una perspectiva presente, la del en vivo; por otro lado están el uso del espacio y el ejercicio teatral determinado por el peso de la ficción enfrentado al registro, a la experiencia vídeo-grabada, a la memoria colectiva; finalmente, la búsqueda de un destinatario ausente recalcado con la presencia de público durante el performance y la direccionalidad en la enunciación del mensaje… Para el artista, esta reflexión se desarrolla desde la dimensión del performance, prestándose como cuerpo y como historia para esa acción de reedición: traer el pasado al presente, llevar el presente al pasado, hablar de lo colectivo desde lo personal, ofrecer lo personal para entramarse y fundirse en lo colectivo13. Durante la acción, el artista realizó una fotografía del público mientras que, desde la proyección, un hombre filmado en una película-carta de 1976 hacía lo mismo. Esta foto de los espectadores de la performance es el único registro de la acción. Con ocasión de la presente exhibición presentamos los registros de una nueva performance realizada a partir de la lectura pública de una nueva vídeocarta. A lo largo del presente artículo he procurado mostrar diferentes estrategias empleadas por artistas para quienes, en diferente grado, el proceso de fabricación de la obra es más importante que el objeto generado. De esta manera, para el conocimiento de la obra de José Luis Macas, en la que el propio resultado objetual es efímero, hemos de recurrir indefectiblemente al registro. Y así ocurre también con el trabajo procesual de Juan Fernando Ortega, en cuyo caso el valor estético de la documentación y su presentación sería incluso innecesario. se da solo entre proceso y exhibición sino, en primer lugar, entre proceso y objeto resultante. En el material presentado por Karina Skvirsky, esa unidad es evidente, siendo la obra exhibida parte del proceso de un trabajo aún en construcción. Algo similar ocurre con la obra de Juan Pablo Ordóñez, pues el nuevo elemento aportado a la muestra es producto de una nueva acción, perteneciente a una serie inacabada, que se suma a los anteriores registros. Finalmente, encontramos en las pieza presentada por Adrián Balseca el ejemplo de como un objeto residual puede convertirse en generador de un nuevo elemento significativo, el vídeo de su propia construcción. En la gradación anteriormente mencionada encontramos desde el ejemplo de la acción de Unidad Pelota Cuadrada, en el que se nos ofrece la obra ya cerrada, en formato video-acción, hasta la acción generadora de Pablo Cardoso, que une de manera indisoluble y simultánea, el proceso de realización de la obra con su exhibición pública. En el caso de Santiago Reyes la no existencia de solución de continuidad no Mediante el registro y la atención al significado de los restos generados por las acciones en general, los artistas ensayan diferentes maneras de extender el poder de lo efímero, prolongar los puentes con el público espectador. La existencia de este, presente o no durante la ejecución de la performance, es la que justifica al fin y al cabo toda obra de arte y la prolongación de su efectividad. Wazhyma, Melina, Casos de Expansión – Ecuador, en proceso de publicación en las memorias de la XVI Muestra Internacional de Documental de Bogotá / MIDBO 16. 13 Bibliografía Carpentier, Alejo (2009) El siglo de las luces, Madrid: Alianza Editorial. Unidad Pelota Cuadrada 2007-2014. Sin otros datos de edición, Quito, 2014. Vallaure, Jaime (1996) No hay performance sin documento certificado, en Arte. Proyectos e ideas 4, vol. I. Valencia: Universidad Politécnica. Weber, Max (1996) Economía y sociedad, México: Fondo de Cultura Económica. Artículos en revistas Auslander, Philip (2006) The Performativity of Performance Documentation, p. 5, citado en Alabarrán, Juan (2012) La fotografía ante el arte de acción, Madrid: Efímera. Imagen: Holger Edison Diaz Salazar Roysdon, Emily (2010) La respuesta, San Sebastián: Zehar n.º 65. Wazhyma, Melina Casos de Expansión – Ecuador, en proceso de publicación en las memorias de la XVI Muestra Internacional de Documental de Bogotá / MIDBO 16. Artículos y libros on line Alonso, Rodrigo (1979) Performance, fotografía y video: la dialéctica entre el acto y el registro, Buenos Aires: Centro Argentino de Investigadores de Artes. http:// www.roalonso.net/es/arte_y_tec/dialectica.php. Alonso, Rodrigo (1998) El cuerpo del delito, Buenos Aires: MNBA, (fecha de última consulta 04/09/15), http://www.roalonso.net/es/pdf/curaduria/delito_texto.pdf 100 101 miguel alfonso bouhaben: “la crítica de la construcción capitalista/racista/patriarcal de la mujer en el marco del feminismo postcolonial” (102-112) CULTURA E IDENTIDAD La crítica de la construcción capitalista/racista/patriarcal de la mujer en el marco del Feminismo Postcolonial Análisis de Vídeo blanco (Katya Cazar, 2009) Miguel Alfonso Bouhaben Escuela Superior Politecnica del Litoral Ecuador [email protected] resumen ABSTRACT El proyecto de la Modernidad está ligado irremediablemente a los procesos de colonización conformando un sistema de dominio. A tráves del control sobre el trabajo, la raza y el sexo, este sistema ha forjado una serie de dicotomías que atraviesan todo el cuerpo social: propietario/asalariado, blanco/no-blanco y hombre/mujer. Estos pares excluyentes van a ser cuestionados por las teorías y las prácticas del feminismo postcolonial. El black feminism, el feminismo chicano, el feminis afro/indígena y el feminismo comunitario antisistémico van a desvelar los modos de intersección del género con la clase y la raza, de cara a forjar una crítica del sistema de la modernidad/ colonialidad. Asimismo, resulta necesario formular una crítica de los sistemas de representación dominantes a partir de imágenes de contrapoder que se adhieran a las denuncias del feminismo postcolonial. Por ello, analizaremos la pieza videoartítica Vídeo blanco (Katya Cazar, 2009) como ejemplo ilustrativo de los combates desencadenados por los feminismos no occidentales The project of modernity is inevitably linked to the processes of colonization forming a domain system. Through control over labor, race and sex, this system has forged a series of dichotomies that cross the entire social body: owner/employee, white/non-white and men/women. These exclusive pairs will be questioned by the theories and practices of postcolonial feminism. The black feminism, Chicano feminism, African/Indian feminism, antisystemic and community feminism will unveil modes intersection of gender with class and race ahead to forge a critique of the system of modernity/coloniality. It is also necessary to formulate a critique of the dominant systems of representation from images of counter adhere to allegations of postcolonial feminism. Therefore, we work Vídeo blanco (Katya Cazar, 2009) as an illustration of fighting triggered by nonWestern feminism. palabras clave KEY WORDS Mo d e r n i d a d / C o l o n i a l i d a d ; Feminismo Postcolonial; Videoarte; Crítica al capitalismo; Crítica al racismo; Crítica al patriarcado Modernity/Coloniality; Postcolonial feminism; videoart; Critique of capitalism; Critique of racism; Critique of patriarchy ARTÍCULO PRESENTADO PARA REVISIÓN: 15 DE AGOSTO DE 2015 ARTÍCULO ACEPTADO PARA PUBLICACIÓN: 26 DE OCTUBRE DE 2015 102 1. El sistema modernidad/ colonialidad. Universalidad, obediencia y poder. El proyecto político de la Modernidad sienta sus bases en la teoría del contrato social de Jean-Jacques Rousseau (1762), que vindica un sistema democrático donde la voluntad general configura un nuevo sujeto político; y en las teorías éticas y políticas de Immanuel Kant (1784; 1787) que, estableciendo un nexo entre ambas, formula una salida de la minoría de edad a partir de la universalización de las máximas en leyes. En ambos casos, se trata de la forja de un proyecto de Estado de Derecho. Los principios de la Revolución Francesa (libertad, igualdad y fraternidad) van a servir de ideas-fuerza que sintetizan ambas teorías y que abren un nuevo espacio para la emancipación de los seres humanos, que finalmente desemboca en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789). Imagen: Silvia Marielena Morán Ponce Imagen: Holger Edison Diaz Salazar OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Ahora bien, este proyecto de la Modernidad ilustrada deviene mera ilusión, pues carece, justamente, de universalidad, o mejor dicho: el carácter universal se circunscribe exclusivamente en el ámbito europea. Las posibilidades de progreso científico, humanístico y cultural de Europa han sido posibles gracias a los procesos de colonización que someten a los pueblos 103 103 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X miguel alfonso bouhaben: “la crítica de la construcción capitalista/racista/patriarcal de la mujer en el marco del feminismo postcolonial” (102-112) CULTURA E IDENTIDAD no-occidentales. Por ello, solo por medio de la explotación sistemática ejercida por la violencia colonial son posibles la libertad, la igualdad y la fraternidad. Una libertad, una igualdad y una fraternidad simuladas: una pura pose cosmética, una táctica de marketing que oculta una profunda barbarie político-económica. Así, la construcción de los Estados Modernos solo puede entenderse en relación con el resto del mundo. Es decir, solo es posible comprenderla como una función interior de ese sistema que conforma lo que Walter Mignolo ha llamado el “sistema-mundo moderno/colonial”. Cabe, en este sentido, preguntarse de qué modo se ha perpetuado la modernidad/colonialidad, esto es, cómo se ha construido este mundo imaginariamente libre. De manera sumaria, vamos a destacar tres niveles de construcción del espacio social que la modernidad/colonialidad ha puesto en práctica para ejercer su poder frente a los otros, frente a las subjetividad subtalternas conquistadas. En un primer nivel epistemológico, el sistema de la modernidad/ colonialidad ha construido un saber teórico científico-filosófico que sirve de plataforma conceptual para demostrar la superioridad europea y, por ende, el carácter pretendidamente moral de la conquista. Inmanuel Wallerstein (2001) ha señalado cuales son las principales ideas del eurocentrismo para justificar este sistema de la modernidad/colonialidad: la historiografía: Europa tiene un mayor desarrollo y una “tecnología más avanzada” (Wallerstein, 2001: 28); el universalismo: Europa gracias a la ciencia ha logrado el acceso a verdades válidas con carácter de ley (Wallerstein, 2001: 29); la civilización: Europa es la cuna de los modales sociales (Wallerstein, 2001: 31); el orientalismo: lo no-Europeo en tanto que anverso de la civilización (Wallerstein, 2001: 32); y, finalmente, el progreso: Europa ha sabido “impulsar el progreso de una forma más sabia y acelerar su ritmo de un modo más seguro” (Wallerstein, 2001: 33). En un segundo nivel pedagógico, el sistema de la modernidad/colonialidad al mostrar su superioridad epistemológica, se ve en la necesidad moral de imponer la verdad científica por medio de un proceso colonizador. Si el otro, si el no-europeo, es intelectualmente necio, entonces Europa-Occidente tiene que adoptar la figura de un Prometo moderno que lleve la luz del conocimiento a aquellos pueblos sumidos en la oscuridad de sus saberes 104 primitivos. Enrique Dussel (2001) se ha preocupado de desmontar este proyecto pedagógico arraigado en Europa al mostrar el tendencioso argumento en pro de la colonización. En resumen, el argumento es el siguiente: a) La civilización moderna es superior; b) La superioridad obliga a desarrollar a los más primitivos como exigencia moral; c) El bárbaro se opone a la civilización; d) El civilizador se ve en la obligación moral de ejercer la violencia, que resulta inevitable. (en Lander, 2001: 17). En definitiva, de lo que se trata es de enseñar a obedecer. Si Wallerstein y Dussel centran el foco de atención en la colonialidad del saber, primero mostrando la superioridad epistemológica de Europa, y luego imponiéndola por medio de una suerte de pedagogía del terror; Aníbal Quijano, por su parte, va a describir los procesos de la colonialidad del poder (1997; 2000). En este tercer nivel, saber y poder se revelan como territorios que se intersectan mutuamente y que tienen finalidades convergentes. El poder de la modernidad/colonialidad impone relaciones de dominación en “los cuatro ámbitos básicos de la existencia humana: sexo, trabajo, autoridad colectiva y subjetividad/intersubjetividad” (en Lugones, 2008: 83). Aníbal Quijano va a mostrar como la América de la conquista es un espacio geopolítico nuevo que resulta fundamental para entender el devenirmoderno de Europa. Vamos a prestar especial atención a tres de estos ámbitos de poder colonial que enumera el sociólogo peruano: el trabajo en condiciones capitalistas de producción, la subjetividad codificada racialmente y el sexo bajo el yugo patriarcal. Estos, nos servirán como sustrato teórico para el análisis ulterior de la pieza audiovisual Vídeo blanco (Katya Cazar, 2009). 1.1. La modernidad/colonialidad capitalista. La modernidad/colonialidad supuso la imposición de formas de control del trabajo en torno al capital. Quijano describe como en la primeras etapas de la colonización mueren muchos indígenas. Ahora bien, la causa última de estas muertes no es ni la violencia de la conquista ni las enfermedades nuevas, sino la obligación a trabajar, lo cual, determina la relación social sobre la que se funda el capitalismo, a saber: la expropiación del valor del trabajo. Esa colonialidad del control del trabajo determinó la distribución geográfica de cada una de las formas integradas en el capitalismo mundial. En otros términos, decidió la geografía social del capitalismo: el capital, en tanto que relación social de control del trabajo asalariado, era el eje en torno del cual se articulaban todas las demás formas de control del trabajo, de sus recursos y de sus productos (Quijano, 2000: 208) América se había convertido, de este modo, en el patrón del poder colonial y capitalista. Tras la conquista, este patrón de dominio de los cuerpos por medio del trabajo, en condiciones capitalista de producción, se extiende a Asía y a África. Se da así una doble expropiación: de la fuerza de trabajo y de los recursos naturales. “El capital se desarrolló en Europa no sólo asociado a, sino ante todo fundado en, las demás formas de explotación del trabajo y, sobre todo, en la esclavitud “negra”, que producía los vegetales preciosos, y en la servidumbre “india” productora de los metales preciosos” (Quijano, 2006: 349). Se trataba de expropiar las materias primas y el trabajo a los territorios colonizados para fomentar el desarrollo del capitalismo. Un desarrollo expansivo y globalizante que se conjugaba a la perfección con el afán universalista en el terreno epistemológico: la totalización absoluta del mundo a través de la explotación de la fuerza de trabajo y de la imposición de relaciones sociales de producción y de consumo. Así, el capitalismo parte de una producción cognitiva acorde con su modus operandi: “la medición, la cuantificación, la externalización (u objetivación) de lo cognoscible respecto del conocedor, para el control de las relaciones de las gentes con la naturaleza y entre aquellas respecto de ésta, en especial la propiedad de los recursos de producción.. (Quijano, 1997: 94). Cuantificaciones que sometían a los pueblos, mediciones que determinaban ontológicamente a los indígenas y que cumplían con el objetivo de absorber todo lo diferente, esto es, de trazar axiomas que reterritorializase lo otro. Así, la modernidad/colonialidad impone un sistema económico depredador y desigual que tiene un poder insólito, no sólo para replicarse y multiplicarse, sino también para extenderse y dominar todo el planeta. Como señala Wallerstein: “una vez que el capitalismo se consolidó en este sistema histórico, una vez que este sistema se rigió por la prioridad de la incesante acumulación de capital, adquirió tal fuerza contra otros sistemas históricos que ello permitió expandirse geográficamente hasta absorber físicamente todo el globo” (2001: 38). 1.2. La modernidad/colonialidad racista. Ahora bien, la expropiación del trabajo que consolidó la modernidad/ colonialidad capitalista trajo consigo un modelo de clasificación racista de las identidades: “ la distribución racista de nuevas identidades sociales fue combinada […] con una distribución racista del trabajo y de las formas de explotación del capitalismo colonial. Esto se expresó, sobre todo, en una cuasi exclusiva asociación de la blanquitud social con el salario y por supuesto con los puestos de mando de la administración colonial.” (Quijano, 2000: 205). Este racismo está en la base de los discursos de la Modernidad. Como ya hemos apuntado, Immanuel Kant es uno de los teóricos más relevantes de la Modernidad. Aparte de construir, en Crítica de la razón pura, una epistemología que permite definir cuales son los límites de la razón en la búsqueda de los caracteres universales del conocimiento, y una ética, en Crítica de la razón práctica, que determina el carácter universal de la ley moral a través del imperativo categórico; el filósofo de Königsberg también es uno de los referentes ineludibles en la construcción de una teoría de los Estados Modernos. A pesar de ser uno de los paladines de la libertad, la igualdad y la fraternidad, en su obra también encontramos toda una taxonomía racista que, en principio, está muy lejos de los presupuestos de la Ilustración: “La humanidad encuentra su mayor perfección en la raza de los blancos. Los indios amarillos tienen un talento menor. Los negros están muy por debajo, y en el lugar inferior está una parte de los pueblos americanos” (citado en Santos Hecerg, 2010: 410). Para el filósofo alemán, el blanco luminoso es el color de la razón pura del conocimiento, y de la razón práctica de la ética. Asimismo, respecto de los habitantes del continente americano, afirma que no eran educables: “La raza de los americanos no puede educarse. No hay fuerza motivadora porque carecen de afecto y pasión. Ellos no están en el amor, por eso tampoco tienen miedo. Apenas hablan, se acarician mutuamente, nada les importa y son haraganes” (citado en Chukwidi Eze, 2001: 224-225). Sobre el modo en el que se articula el racismo en la matriz modernidad/ colonialidad, Quijano ha apuntado las siguientes estrategias: a) La segregación racial como fundamento ideológico del 105 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X miguel alfonso bouhaben: “la crítica de la construcción capitalista/racista/patriarcal de la mujer en el marco del feminismo postcolonial” (102-112) CULTURA E IDENTIDAD 1.3. La modernidad/colonialidad patriarcal María Lugones (2012) se va a preguntar, de manera sumamente lúcida, por los modos de sumisión femenina en la modernidad/colonialidad: ¿Cómo es que las indígenas colonizadas llegaron a ser subordinadas en nuestras propias comunidades indígenas, afro, mestizas, cuando la paridad/la binaria, que es incompatible con la dicotomía jerárquica, es lo importante en la organización dela vida en esas comunidades? ¿Qué camino colonial moderno capitalista nos llevó a adentrarnos, a asumir, a internalizar en nuestras comunidades y en nuestros corazones que somos mujeres subordinadas? ¿Por qué entre nosotros hay seres que fueron colonizados como no-humanos y que quieren ir al camino de la decolonialidad pero –contradictoriamente– también quieren ser seres humanos hombres como los hombres blancos modernos, y subordinar a las compañeras? ¿Es por eso que hemos empezado a tomar decisiones comunales sin la necesaria voz de las opuestas, sin lideresas? ¿Y de 106 106 dónde salió la golpiza? ¿Y de dónde salió toda esa forma de disminuirnos que hace que no podamos saber, saber como chamanes, saber como yatiris, saber como sabias, saber como filósofas, saber como maestras, saber como médicas? (Lugones, 2014:133) Estas preguntas gravitan en toda la obra de Lugones y le sirven para reconfigurar la matriz modernidad/colonialidad, propuesta por Quijano, para trazar, así, lo que ella llama el sistema moderno/ colonial de género: “presento y complico el modelo de Quijano porque nos brinda, con la lógica de ejes estructurales, una buena base desde la cual entender los procesos de entrelazamiento de la producción de raza y género” (Lugones, 2008: 77). Lugones parte de la crítica de Quijano al patrón colonial del capitalismo moderno para definir el modo en que se vinculan la raza y el género, con la idea de desentrañar los procesos de invisibilización que sufre la mujer no-blanca: “Las feministas de color nos hemos movido conceptualmente hacia un análisis que enfatiza la intersección de las categorías raza y género porque las categorías invisibilizan a quienes somos dominadas y victimizadas bajo la categoría «mujer» y bajo las categorías raciales “Black”, “Hispanic”, “Asian”, “Native American”, “Chicana” a la vez, es decir a las mujeres de color (Lugones, 2008: 81). Así, las mujeres de color están doblemente invisibilizadas por su condición racial y de género. Siempre se trata de una construcción a través de dicotomías excluyentes que establecen diferenciales de poder. Toda una lógica categorial que margina y casi deshumaniza a la mujer de color. Imagen: Silvia Marielena Morán Ponce poder colonial: “Raza, una construcción mental que expresa la experiencia básica de la dominación colonial y que desde entonces permea las dimensiones más importantes del poder mundial, incluyendo su racionalidad específica, el eurocentrismo”. (Quijano, 2000: 201). b) La distribución del trabajo en orden a la raza. Esta distribución de lo racial está correlacionada con la distribución del trabajo dentro de las coordenadas del capitalismo colonial ya que se estableció “una cuasi exclusiva asociación de la blanquitud social con el salario y por supuesto con los puestos de mando de la administración colonial” (Quijano, 2000: 205). c) La anulación de las diferencias específicas por una identidad racial. Esta taxonomía no establecía diferencias específicas entre las diversas razas. Todos eran indios, pues de lo que se trataba era de establecer una única identidad racial, colonial y negativa “todos aquellos pueblos fueron despojados de sus propias y singulares identidades históricas (…) su nueva identidad racial, colonial y negativa, implicaba el despojo de su lugar en la historia de la producción cultural de la humanidad” (Quijano, 2000: 221). De este modo, esta taxonomía racista está adherida tanto a los presupuestos universalistas de la epistemología moderna, como al dominio de los cuerpos por medio del trabajo en condiciones capitalistas de producción. Ahora bien, esta exclusión de la mujer se basa en las imposiciones patriarcales consustanciales a la modernidad/colonialidad, exclusiones que trazan cuales deben de ser los patrones de comportamiento sexual entre géneros y que determinan modelos de organización basados en la institución familiar europea. Esto dio lugar a la destrucción etnocida de las instituciones autóctonas: “La unidad e integración familiar, impuestas como ejes del patrón de familia burguesa del mundo eurocentrado, fue la contrapartida de la continuada desintegración de las unidades de parentesco padres-hijos en las «razas» no-«blancas»” (Lugones, 2008: 83). De este modo, las formas del patriarcado inscritas en la institución familiar europea rompió las estructuras de los pueblos colonizados. Para evaluar las consecuencias de la imposición de la institución familiar 107 107 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X miguel alfonso bouhaben: “la crítica de la construcción capitalista/racista/patriarcal de la mujer en el marco del feminismo postcolonial” (102-112) CULTURA E IDENTIDAD impuesta a los pueblos de América Latina, Lugones va a recurrir a los estudios de Gunn Allen. Allen estudia las estructuras de las comunidades tribales de los nativos americanos y descubre dos elementos clave. Por un lado, se basan en formas matriarcales alejadas del modelo patriarcal inscrito en la sociedades occidentales. Por otro lado, estas comunidades no entendían el género desde las diferencias sexuales ya que en ellas la homosexualidad era considerada como un tercer género. Por ello, la manera de entender el género era mas igualitaria, a diferencia de las imposiciones jerárquicas de la modernidad/colonialidad. En este sentido, las diferencias de género resultaban mucho más abarcadoras y no partían de presupuestos biológicos. Por el contrario, las mujeres tenían una importancia decisiva, ya que las fuerzas divinas eran femeninas, lo cual, autorizaba a la mujer a participar e implicarse en las distintas actividades tribales. Algunos de los cambios que cita Allen en la imposición del patriarcado eurocéntrico son: a) La primacía de lo femenino es desplazada y reemplazada por creadores masculinos. b) Se destruyen las instituciones de gobierno tribal. c) La estructura del clan debe ser reemplazada por la familia nuclear. (en Lugones, 2008: 89-90). De este modo, la modernidad/ colonialidad impone sus patrones patriarcales en los modos de interacción social entre los diferentes sexos, relegando de esta forma a la mujer a un papel subordinado y aplastando todos los elementos matriarcales. 2. La decolonización de la construcción capitalista/ raciológico/patriarcal de la mujer en los feminismos postcoloniales. La decolonización del sistema modernidad/colonialidad tiene que hacerse cargo de la deconstrucción del sistema capitalista, del sistema de clasificación racista y del sistema de dicotomías de género inscritas por el patriarcado. Por ello, no puede haber decolonización sin desligarse de las dicotomías jerárquicas entre propietario/ obrero, blanco/de color y hombre/mujer. Si bien es cierto que en el ámbito de la teoría decolonial se han hecho grandes avances en la crítica a las dicotomías propietario/ obrero y blanco/de color, respecto a la dicotomía hombre/mujer todavía hay mucho por hacer. Escribe Lugones que 108 “no hay descolonización si no se desliga de la introducción colonial de la dicotomía jerárquica hombre-mujer, macho-hembra” (Lugones, 2012:129). Por tanto, para ejecutar un plan de decolonización resulta necesario conformar una teoría feminista desde una óptica crítica con los modos de producción colonial, que construyen nuevas subjetividades cruzando elementos clasistas, raciales y sexuales. La teoría feminista eurocéntrica no ha arrojado luz sobre la reproducción colonial del clasismo y el racismo y, por este motivo, la feministas postcoloniales centran la atención en el cruce entre el sexo y la raza, aludiendo a la reflexión sobre le mestizaje. “Poner en el centro del debate la raza – categoría con la que hemos sido construidas desde el siglo XV – implica reconocer que todas estamos racializadas. En ese sentido el debate feminista sobre el mestizaje […] es esencial” (Gómez, 2011). En lo que sigue, haremos un doble balance para desentrañar los caracteres diferenciales del feminismo postcolonial. En primer lugar, afrontaremos un breve recorrido histórico y genealógico de las corrientes pioneras dentro de los feminismos postcoloniales: el black feminism y el feminismo chicano. Y, en segundo lugar, valoraremos las tesis sostenidas por el feminismo postcolonial latinoamericano de corte afro/indígena y antisistémico. El feminismo postcolonial nace en las décadas de los 60 y los 70 en Estados Unidos. Dentro de esta oleada crítica, podemos destacar dos movimientos feministas subalternos: el black feminism y el feminismo chicano. Ambas propuestas se esfuerzan en desenmascarar los efectos nocivos del colonialismo desde una perspectiva antirracista y antisexista y han sido movimientos fundamentales en las práctica decoloniales del feminismo indígena y africano en América Latina y el Caribe. El black feminism es una propuesta que entrelaza las categorías de sexo, clase y raza para pensar las sociedad postcoloniales. En sus propuestas, han sido sumamente críticas con la perspectiva racista del feminismo blanco y con el sexismo inherente al movimiento por lo derechos civiles. Racismo, sexismo y clasismo conforman la matriz de dominación que denuncian. Combahhe River Collective, colectivo de mujeres lesbianas y de color, ha sido uno de los movimientos más críticos con las formas de opresión del capitalismo colonial. La declaración más general de nuestra política en este momento sería que estamos comprometidas a luchar contra la opresión racial, sexual, heterosexual y clasista [...] Como Negras vemos el feminismo Negro como el lógico movimiento político para combatir las opresiones simultáneas y múltiples a las que enfrentan todas las mujeres de color [...] Una combinada posición antirracista y antisexista nos juntó inicialmente, y mientras nos desarrollábamos políticamente nos dirigimos al heterosexismo y la opresión económica del capitalismo (en Curiel, 2007: 97). En la misma época, emerge el feminismo chicano, movimiento teóricopolítico que lucha también contra los diversos modos de opresión colonial a través de la reivindicación de la hibridación mestiza y de la crítica de la idea de pureza racial. Este, es un feminismo fronterizo que cuestiona las formas de racismo norteamericano y el etnocentrismo del feminismo blanco, siempre dentro de las coordenadas de la crítica al capitalismo. Gloria Anzaldúa es una de las pioneras de este movimiento y, a través del concepto de new mestiza, va a esforzarse por romper los binarismos sexuales y la subordinación de la mujer: “Lo que quiero es contar con las tres culturas -la blanca, la mexicana, la india-. Quiero la libertad de poder tallar y cincelar mi propio rostro, cortar la hemorragia con cenizas, modelar mis propios dioses desde mis entrañas” (en Curiel, 2007: 98). La new mestiza se sitúa en los intersticios, en una frontera donde convive una multiplicidad, una pluralidad: “Tiene una personalidad plural, actúa de una forma pluralista: nada es eliminado -lo bueno, lo malo, lo feonada es rechazado, nada abandonado. La mestiza vive en la ambivalencia, pero también puede superarla mediante un proceso que invierta o resuelva la ambivalencia” (Anzaldúa, 1990: 145). Estas dos corrientes postfeministas va a dejar una huella, una decisiva influencia en las prácticas feministas de América Latina. Así, dentro del ámbito Latinoamericano, podemos destacar dos corrientes dentro del marco postcolonial: el feminismo afro/indígena y el feminismo antisistémico. El feminismo indígena y africano tiene en Léila González una de sus portavoces más relevantes. Su posición es crítica con el concepto de latinalidad de las feministas chicanas. Para ellas, este concepto supone una nueva forma de eurocentrismo, una forma de entender el género que subestima lo indígena y lo africano. De ahí que desde estas coordenadas, se reivindique el concepto de amefricanidad como modo de resistencia y de creación de nuevas formas culturales. Asimismo, se lleva a cabo una defensa de “lo negro”, en tanto reconocimiento a la historia de la esclavitud. Se trata, como asegura Sueli Carneiro (2005), de ennegrecer el feminismo y feminizar la lucha antirracista. El feminismo indígena, al igual que el black feminism y el feminismo chicano, cuestiona las relaciones patriarcales, racistas y sexistas en América Latina. Escribe Marta Sánchez Néstor: “Quizás sea nuestra propia forma de pensar en el feminismo, pues si bien estamos de acuerdo en que el sistema en sí ha sido patriarcal, vemos también que en nuestra cosmovisión y concepción de estos temas polémicos, no ha sido una tarea absorber todo lo que se genera en el mundo mestizo” (en Gargallo, 2007: 22). En suma, el feminismo afro e indígena en Latinoamérica parte de la crítica postcolonial que entrelaza las categorías de raza, clase y sexo para posicionarse a la contra de la colonialidad del poder. Por su parte, el feminismo comunitario antisistémico tiene en su base epistémica presupuestos anarquistas. En su balance crítico de las formas de opresión racial, sexual y de clase, realizan una suerte de vindicación colectiva de la Pachamama. Se cuestiona la noción de individuo y se plantea a las personas como seres humanos relacionales, interdependientes y se sostiene que el ejercicio de la autonomía no es sin la existencia de comunidades de sentido que posibiliten distintas formas de equidad. Si bien se establecen alianzas a partir de las reivindicaciones de los pueblos originarios sobre sus territorios y en contra de la expropiación de la naturaleza por parte de los estados y el capitalismo transnacional en el marco de un nuevo desarrollismo, también se critica a un “pachamamismo” esencialista que asocia a las mujeres con la naturaleza colocando a ambas como reproductoras espontáneas, sin tomar en cuenta que la producción de la vida implica inteligencia, sensibilidad y trabajo (Coba y Herrera, 2013: 20). Todas estas corrientes de feminismo postcolonial continúan con el legado de la crítica decolonial desde una perspectiva del género no eurocéntrica. Sin duda, todas ellas inciden en la importancia de los conceptos de clase y de raza para entender el género. A continuación, vamos a evaluar el modo en que estos conceptos dejan una huella de sentido en una pieza visual de la artista ecuatoriana Katya Cazar. 109 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X miguel alfonso bouhaben: “la crítica de la construcción capitalista/racista/patriarcal de la mujer en el marco del feminismo postcolonial” (102-112) CULTURA E IDENTIDAD La crítica postcolonial al sistema de la modernidad/colonialidad, que ha producido un sistema de dualidades excluyentes que conducen a la dominación económica, al racismo y al patriarcado, es expresado por muchos artistas latinoamericanos a través de su producción artística. En el caso que nos ocupa, Vídeo blanco (Katya Cazar, 2009), se comprimen estos efectos nocivos del colonialismo. En dicha obra, Katya Cazar ilustra cómo se expresan las construcciones de clase, raciales y patriarcales, puestas en marcha por la dominación colonial, por medio de la escenificación de la ceremonia de la belleza que muchas mujeres ponen en práctica ante el espejo. En esta pieza visual observamos como su rostro aparece incrustado en una figura oval que simula la imagen estereotipada de un espejo (Fig. 1). Sus manos van aplicando, poco a poco sobre el rostro, una crema blanca, hasta que lo cubre por completo. Con esta acción, Cazar construye una obra decolonial que arroja luz sobre la obsesión de muchas mujeres mestizas por parecer blancas. Así, podemos entrever en esta videoperformance la crítica a la matriz de dominación capitalista/racista/patriarcal. La crítica al capitalismo. El sistema de la modernidad/colonialidad ha configurado un sistema económico basado en el control del trabajo y en la expropiación del plusvalor de las fuerzas productivas. Ahora bien, para que ese sistema pueda seguir latiendo, para que la estructura productiva que divide la sociedad en explotadores y explotados siga viva, es imprescindible, como apuntaba Althusser (1971), crear y reproducir superestructuras que justifiquen y, de algún modo, naturalicen las relaciones estructurales de producción. De este modo, se conciben superestructuras ideológicas a través de los medios de comunicación y del sistema educativo que permitan el control y el disciplinamiento. Es decir, se trata de construir cuerpo y mentes dóciles por medio de todo un entramado de automatismos que comienzan en la familia y que continúan en la escuela y en el mercado laboral. Sin la creación de automatismos, sin el control sobre los gestos, no es posible la enajenación. Por ello, en el ritual repetitivo y carente de vitalidad que la artista emula ante el espejo, podemos descubrir los efectos nocivos del plan hegemónico del capitalismo y, asimismo, una terrorífica consecuencia de la esclavitud simulada en la que todos estamos instalados. Este gesto, sin duda, 110 110 es el resultado alienado de las relaciones de producen que crea el capitalismo y, por ello, del poder colonial sobre el trabajo. La crítica al racismo. Podemos vislumbrar en Vídeo Blanco dos tipos de críticas. En primer lugar, una crítica al racismo antropológico de la modernidad/ colonialidad. La obra pone en crisis el cuerpo-raza a través de un dispositivo estético que cuestiona el poder colonial y sus estrategias para sostener que la belleza ideal es la blanca. El color se utiliza como elemento expresivo para poner en crisis las derivas racistas de la modernidad, en su obsesión por clasificar de forma jerárquica a las distintas razas. La raza, como hemos señalado, ha servido no solo para promover la dominación colonial, sino también para establecer una distribución de las tareas en el sistema de trabajo. Esto es, aquellas subjetividades más alejadas del referente blanco, en tanto ideal, tendrían trabajos más duros y con una menor remuneración. Y, en segundo lugar, una crítica al racismo interno de las mujeres mestizas. La obra critica a aquellas mujeres mestizas que aun en nuestros días se dejan seducir por la propaganda racial que establece un vínculo entre lo blanco y lo bello. Podemos ver como la artista visibiliza que el modo en que las mujeres mestizas ejercen una suerte de autoexclusión. Apuntemos que Johan Jakob Von Tschudi escribía en Testimonio de Perú que los mestizos renegaban de su condición indígena y se sentían blancos. Ello les llevaba a despreciar a los indígenas, reproduciendo así las categorizaciones raciales propias de la modernidad/ colonialidad: “andan de preferencia con los blancos y no quieren saber nada de los indios a los cuales tratan en general con desprecio (…) se autotitulan <<blancos>> y se enfrentan con aires de superioridad a los indios”. (en De la Cadena, 2006: 52). La crítica al patriarcado. La videoperformance de Cazar revela también los síntomas del patriarcado. La modernidad/colonialidad se encargó de subordinar a la mujer que, como hemos apuntado, tenía un mayor poder político ya que era capaz de asumir tareas políticas en las comunidades precolombinas. La institución familiar europea fue impuesta de forma definitiva y, gracias a ello, la mujer tuvo que reducir su poder de actuación social. De este modo, sus tareas se circunscribieron al ámbito domestico. Ella era la encargada de las tareas del hogar y del cuidado de los hijos y, prácticamente, se convirtió en una esclava del poder masculino. Así, para satisfacer los deseos del hombre, la mujer tenía que resultar atractiva al hombre y, por ello, maquillarse que convirtió en un imperativo que revelaba el dominio patriarcal. Asimismo, hay que señalar que estos postulados económicos, políticos y antropológicos de la modernidad/colonialidad están ligados a una teoría estética. En primer lugar, hay que apuntar que en la modernidad/colonialidad elaboración se impone una ley sobre la belleza. Se trata de hacer un modelo estético con carácter universalizable que excluya todo modelo de expresión no-occidental. En su Crítica del juicio (1790, 2007), Kant pretende establecer leyes universales que relacionan la estética con la belleza. El problema es que esa ley universal sólo tenía validez para Occidente y, de este modo, toda producción que no entrase en el marco definido por la estética no podría considerarse como arte, sino como artesanía. Walter Mignolo arroja luz sobre esta cuestión: “El discurso filosófico impuso un canon de principios para definir el quehacer artístico y para definir también una zona en la cual lo artístico se diferencia de lo no artístico (artesanado, pintura y poesía popular, mitos y leyendas y no literatura, canciones populares y no música propiamente dicha, etc.)” (Gómez & Mignolo, 2012: 14). Así, lo único susceptible de ser verdaderamente bello es lo propio del eurocentrismo En segundo lugar, es necesario hacer hincapié en los modos de control de lo sensible como forma de control social que se ponen en marcha. La estética no es una disciplina secundaria en el proceso de la modernidad/colonialidad. Es cierto que la colonización del conocimiento, del ser humano, de la moral, de la economía, de las historia y de las costumbres es el modus operandi que moviliza a Europa. Ahora bien, este poder -epistémico, antropológico y político- no sería posible sin antes colonizar el ámbito de lo sensible. Y es aquí, donde la estética moderna/colonial tiene un papel singularmente importante, pues ella atraviesa toda la vida social: “la colonialidad de lo sensible, se despliega en especial a través de los regímenes del arte y la estética que hacen parte de la expansión de la matriz colonial de la modernidad, en un abanico de formas mediante las cuales se pretende, más allá del exclusivo espacio del arte, abarcar la totalidad de los ámbitos de la vida”. (Gómez & Mignolo, 2012: 15). Imagen: Silvia Marielena Morán Ponce 3. Análisis de Vídeo blanco (Katya Cazar, 2009) 111 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Médula. refleja tu esencia. CULTURA E IDENTIDAD 4. Conclusiones Los combates y las luchas del feminismo postcolonial tienen una vigencia incuestionable. En la actualidad de América Latina, todavía se dan situaciones de desigualdad de género que hay que denunciar. Las teorías y las prácticas de las feministas no-blancas en su rebelión contra la hegemonía del feminismo Europeo, se plantean la cuestión del género ligada a la cuestión de la raza y de la clase. Muchas de ella asumen el legado crítico de los estudios decoloniales pero desde la óptica de los estudios de género. Ahora bien, el combate que el feminismo postcolonial mantiene contra las formas de dominio postcolonial, que sin duda dan continuidad al sistema de la modernidad/colonialidad, empieza a encontrar aliadas en muchas artistas. En el caso que hemos analizado, Vídeo Blanco (Katya Cazar, 2009), se encuentran cristalizadas las formas de opresión derivadas del capitalismo, del racismo y del machismo. Es importante que la lucha contra la hegemonía se establezca también en el campo de la expresión visual. Vivimos en un mundo de un fuerte totalitarismo visual, donde sólo las élites dominantes pueden expresar sus valores a través de las grandes pantallas de los cines comerciales, y donde resulta cada vez más difícil la configuración de una resistencia audiovisual. Por ello, es importante hacer uso de los recursos audiovisuales disponibles para contraatacar las imágenes dictatoriales que pretenden regir en nuestra sensibilidad y en nuestra conciencia. De la Cadena, M. (2006). “¿Son los mestizos híbridos? Las políticas conceptuales de las identidades andinas”. Universitas Humanística, 61, pp. 51-84. Gargallo, F. (2007). “Feminismo latinoamericano”. Revista Venezolana de Estudios de la Mujer (28), pp. 17-34. Gómez, D. (2011). “Feminismo y modernidad/ colonialidad: entre retos de mundos posibles y otras palabras. A propósito de efemérides y nuevos encuentros”. Revista Otras Palabras (1). Herceg, J. S. (2010). “Immanuel Kant: del racialismo al racismo”. Thémata. Revista de Filosofía, 43. Kant, I. (1781, 2002). Critica de la razón pura. Madrid: Alfaguara. Kant, I. (1784, 2004). ¿ Qué es la ilustración?: y otros escritos de ética, política y filosofía de la historia. Madrid: Alianza Editorial. Kant, I. (1788, 2002). Crítica de la razón práctica. Salamanca: Sígueme. Kant, I. (1790, 2007). Crítica del juicio. Madrid: Tecnos. Lander, E. (2001). “Pensamiento crítico latinoamericano: la impugnación del eurocentrismo”. Revista de Sociología, 15, pp. 13-25. Lugones, M. (2008). “Colonialidad y género”. Tabula Rasa (9), pp. 73-101. Lugones, M. (2012). “Subjetividad esclava, colonialidad de género, marginalidad y opresiones múltiples”. En Pensando los feminismos en Bolivia, La Paz: Conexión Fondo de emancipación. Bibliografía Mignolo, W. (2010). “Aisthesis decolonial”. Calle 14 (4), pp. 13-25. Althusser, L. 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Si quieres que tus trabajos sean publicados en la próxima edición de «Ombligo. Revista de Comunicación Visual» escribe a: [email protected] Wallerstein, I. (2001). “El Eurocentrismo y sus Avatares: los Dilemas de las Ciencias Sociales”. Revista de Sociología (15), pp. 27-39 113 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Lizbeth loor ilustración contacto: liz “Hay que dejar a cada color su zona para que se extienda” Henri Matisse Liz artista y diseñadora, posee un imaginario donde prevalecen los colores saturados y llamativos propios de las ten- 114 Médula. refleja tu esencia. dencias expresionistas y del Pop Art, los cuales son recuperados hoy día en la popular moda color block, una tendencia experimental que juega con la combinación de estilos y colores flúor. Son ilustraciones que nos transportan a un mundo onírico, ilustraciones subjetivas que reflejan el mundo interior de la artista, el placer por la música, por la pintura, por la tranquilidad, la pasión por la naturaleza en todo su esplendor y vitalidad, elementos que inspiran su obra y que a su vez son reflejados en sus trazos. Posee un estilo enérgico y desenfadado una clara evidencia de su propio estilo de vida en el que se mezcla lo formal con la psicodelia, la diversión con la formación, para ser aplicadas en sus trabajos. 115 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Médula. refleja tu esencia. Edison díaz ilustración “Con el poder de las imágenes y el paso del tiempo es como se realizan las verdaderas revoluciones” contacto: [email protected] André Breton. Artista surrealista que a lo largo de su vida se ha ido formando y forjando hasta llegar a ser lo que es. Víctima de las enseñanzas y dictaduras de la vida, gracias a lo cual ve el mundo de una forma diferente tal como lo muestra en su obra, un trabajo de crítica social. Dibujar y mezclar los colores son más que su pasión, es la luz que ilumina sus sentidos y hace que cree elementos que antes no sabia que lo podía hacer. Tal como puede plasmar en un papel sus ideas, tambien las plama en creaciones hechas con diferentes materiales. “Mi imaginación no tiene límites pero mi cuerpo sí y si me tocara morir un día, me gustaría dejar unas de mis creaciones para poder llegar a cada uno de los seres humanos dándoles a conocer mi amor al arte”. 116 117 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Médula. refleja tu esencia. Letty benitez ilustración contacto: [email protected] “Convertir un idea en una imagen es inmortalizarla.” El diseño puede ser al mismo tiempo una herramienta de vida como un medio de vida, para decir, para pensar, y para compartir, es lo que esta diseñadora siente cuando habla de diseño. Sus propuestas son rebeldes, criticas y comprometidas con la evolución del pensamiento hacia nuevas formas de entendimiento. Sus palabras recuerdan a la máxima del Fluxus donde la colaboración entre artistas era una de las principales premisas, donde se concibe el concepto de obra abierta, y donde se apuesta por la creación de espacios para dar a conocer el mundo desde lo mas banal. Aunque aún se encuentra en proceso, aspira a desarrollarse en el campo de la animación y producción visual, pues los identifica como espacios donde interviene la diversión y la fluidez de combinar diferentes puntos de vista en un mismo trabajo. 118 119 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Médula. refleja tu esencia. Victor loor ilustración contacto: [email protected] “Todos aquellos que sueñan de dia, son conscientes de muchas cosas que se escapan a aquellos que solo sueñan de noche” Edgar Allan Poe Ryuk - Ilustración basada en Death Note 120 Estas ilustraciones son sacadas del pensamiento más bizarro de este artista, un imaginario propio de pesadillas, alterando el surrealismo con el horror, evoca las ideas más perturbadoras en las cuales intervienen las politicas bandálicas y en ocasiones poco éticas dependiendo de quién mire. Este ilustrador de portoviejo expresa una estética tétrica con una paleta de colores frios que nos transporta a su mucdo de fantasía donde se mezcla lo real con sus sueños,personajes oníricos o máquinas de guerra de un futuro post apocalíptico. Muestra lo que no estamos acostumbrados a ver, lo raro, lo olvidado y a veces desagradable. A pesar de la evolución tecnológica no rechaza el empleo del lápiz y el pincel los cuales alterna con la edición digital. La preocupación de la belleza queda supeditada e la subjetividad de cada individuo. 121 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Médula. refleja tu esencia. “La mayoría de la gente cree que el diseño es algo creativo. Para mí, nada es más importante en el futuro que el diseño. El diseño es el alma de todo lo creado por el hombre.” Steve Jobs Consciente de que todo es diseño, desde joven sabía lo que le gustaba. Atraída por esa forma libre de expresión sin patrones se manifestó a favor del existencialismo de la persona, su propio ser contra el mundo, un mundo lleno de reglas donde sus únicas armas son el lápiz y el papel que vale más que las balas y el poder. Silvia no se encasilla en ninguna jerarquía, ni social ni estética, no cree en la necesidad de diferenciarse del resto mediante etiquetas. Su lema es que todos somos entes productivos capaces de hacer las cosas solos. En propias palabras de Silvia Moran, “he cambiado mis horas de sueño por mi sueño”. Para conseguir este sueño ha tenido que luchar y anteponer sus deseos por encima de las críticas. “Las injusticias y el abuso de poder son mi mayor enemigo, me voy en contra de todo por una razón justa, desde el 95 dando guerra! Silvia moran lustración y fotografìa contacto: [email protected] Fotografia para book de modelo 122 123 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Médula. refleja tu esencia. LOS VENDIDOS Somos un colectivo de arte PUNK y comunicación visual. Nuestro objetivo principal es generar una cultura de producción autogestionada libre de posiciones políticas y producir desde distintas disciplinas como la ilustración, la fotografía y el diseño gráfico un material visual independiente. En la actualidad nos dedicamos al 100% a diseñar fanzines. Todo empezó con la idea de formar una banda de punk en el 2013, la cual solo duró un día, y desde ese momento decidimos trabajar en diseño, mediante este mecanismo quisimos transmitir nuestro descontento o admiración hacia la sociedad,sus normas, sus libertades, y en especial queríamos hablar acerca del comportamiento humano, así que decidimos crear fanzines con distintas temáticas y poder expandir los mensajes a comunicar. Los que integramos este colectivo somos: Tiffany Benitez Sanclemente (CARISHINA) y Henry Flores ( Studio Tresneuronas). Tenemos tres fanzines en el cual han colaborado distintos colegas del Ecuador, Argentina y España, como colectivo participamos en ferias de diseño fuera de la ciudad, además tuvimos la oportunidad en varias ocasiones de exponer nuestras ilustraciones en ENTELEQUIA( galería de arte emergente en la ciudad de Guayaquil) y otros lugares del pais, los fanzines que diseñamos los intercambiamos o los vendemos, nuestros fanzines circulan en la fanzinoteca Nacional cituada en la ciudad de Cuenca, actualmente estamos preparando nuestro cuarto fanzine con la colaboración de FABRIKANTE LA BANDA MOCHA y Lola Mango de la Revista LA LICUADORA de la ciudad de Guayaquil. 124 125 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Médula. refleja tu esencia. ¡QUE SUCEDA EL DISEÑO! Una de las posibilidades que nos ha brindado el participar en ferias de diseño independiente es que siempre aprendemos algo nuevo, un empaque, una portada, un bolso, nuevos amigos y nuevos futuros eventos, siempre pretendemos que suceda el diseño desde el más sutil acto de contacto visual, platicar, comprar, vender, intercambiar esas cosas las consideramos como positivas y fortalecen el proyecto de mantener un colectivo de comunicación visual en movimiento constante. 126 127 OMBLIGO. REVISTA DE COMUNICACIÓN VISUAL, N° 2, OCTUBRE/MARZO, 2016, ISSN: 1390-955X Médula. refleja tu esencia. FANZINOFRÉNIA Nombre del Proyecto: Fanzinofrénia. Dictado por el colectivo LOS VENDIDOS. Consiste en impartir talleres de creación de fanzines para los estudiantes de la carrera de diseño. Como estudiantes de la carrera de diseño gráfico de la Universidad San Gregorio y como colectivo de artes gráficas, buscamos la visibilización de las propuestas de diseño Portovejense y hacer tóma de estos espacios culturales tan importantes para el bagaje del diseñador. Tomando en cuenta que en otras provincias existe un gran desconocimiento sobre la cultura de diseño existente en Portoviejo. Buscamos no solo formar parte, sino realmente involucrarnos en hacer posible la muestra nacional de las propuestas de diseño nacidas desde este espacio universitario. Quisimos involucrar a los estudiantes a estas prácticas editoriales independientes,para observar nuevas propuestas y a su vez como compañeros generar un espacio de alimentación visual colectiva. Además de crear un incentivo a la creación, mediante la presentación física del material generado en el taller. 128 Objetivos: •Crear un material editorial físico generado por los alumnos para difusión en plataformas independientes nacionales e internacionales. •Incentivar a la creación de editoriales independientes en la ciudad de Portoviejo. •Realizar prácticas creativas mediante la creación de contenidos a manera de collage. •Fomentar una cultura de creación independiente en los estudiantes de diseño gráfico. Beneficiarios: •Estudiantes de la carrera de diseño gráfico de la Universidad San Gregorio de Portoviejo. •Carrera de Diseño Gráfico de la Universidad San Gregorio de Portoviejo. Temporalidad: 5 días Semana del 21 al 25 de Sep. del 2015. Localización: El proyecto será realizado en la ciudad de Portoviejo, en las aulas de la Universidad San Gregorio de Portoviejo. 129 Imagen: Gema Lisbeth Loor Flores De Valgaz NORMAS DE REDACCIÓN PARA ARTÍCULOS Y COLABORACIONES NORMATIVAS DEL ARBITRAJE Y EVALUACIÓN EXTERNA DE LOS TRABAJOS El Comité Científico remitirá los artículos sin el nombre del autor a DOS (2) evaluadores externos que funcionarán como pares ciegos, en caso de existir correcciones o sugerencias se devolverán a los autores para que consideren su incorporación, en un plazo no mayor de quince (15) días hábiles. Si hay dudas, el trabajo puede ser remitido a un tercer evaluador. El Comité Científico no podrá designar como evaluador de un artículo a quienes tengan nexos de hasta tercer grado de consanguinidad y hasta segundo grado de afinidad con el (los) autor (es). El Comité Científico podrá hacer solicitudes de colaboración, las cuales deberán cumplir con los requerimientos que se señalan en las normas de publicación emanadas del Consejo Editorial, éste notificará por escrito a los autores, previa a la publicación de la Revista, la decisión de aceptación o no de la publicación de un artículo. Las decisiones de los miembros del Comité Científico serán respetadas por el Consejo Editorial y por el autor o los autores, siempre y cuando, no pretendan cambiar la esencia expresada por el autor o autores. En este último caso, el autor o los autores deben comunicar su posición ante el Consejo Editorial con un informe razonado y válidamente sustentado. La decisión final sobre la publicación se sustentará en la opinión mayoritaria del Consejo Editorial. El Consejo Editorial enviará a los autores dos (2) ejemplares de cada Revista, como reconocimiento a su aporte. LOS ARTÍCULOS POSTULADOS DEBEN: a. Corresponder a las categorías universalmente aceptadas como producto de investigación. b. Ser originales e inéditos. c. Sus contenidos responden a criterios de precisión claridad y brevedad. Se clasifican: 1) Artículo de investigación científica y tecnológica: presenta, de manera detallada, los resultados originales de proyectos terminados de investigación. La estructura generalmente utilizada contiene cuatro aportes importantes: introducción, metodología, resultados y conclusiones. 2) Artículo de reflexión o ensayo: presenta resultados de investigación terminada desde una perspectiva analítica, interpretativa o critica del autor, sobre un tema específico, recurriendo a fuentes originales. 3) Artículo de revisión: resultado de una investigación terminada donde se analizan, sistematizan e integran los resultados de investigaciones publicadas o no publicadas, sobre un campo en ciencia o tecnología, con el fin de dar cuenta de los avances y las tendencias de desarrollo. Se caracteriza por presentar una cuidadosa revisión bibliográfica de por lo menos 50 referencias. 4) Otro tipo de documentos: artículos cortos, reporte de caso, revisión de tema, documento resultado de la revisión crítica de la literatura sobre un tema en particular, cartas al editor, traducción, documento de reflexión no derivado de investigación y reseña bibliográfica entre otros. LOS ARTÍCULOS DEBEN TENER EN CUENTA LAS SIGUIENTES NORMAS: DATOS DEL AUTOR O AUTORES: Nombres y apellidos completos, filiación institucional y correo electrónico o dirección postal. TÍTULO: En español e inglés, MAYÚSCULAS, y no exceder 15 palabras. SUBTÍTULO: Opcional, complementa el título o indica las principales subdivisiones del texto. RESUMEN: Se redacta en un solo párrafo, da cuenta del tema, el objetivo, los puntos centrales y las conclusiones, no debe exceder las 150 palabras y se presenta español e inglés (Abstract). PALABRAS CLAVE: Cinco palabras o grupo de palabras, ordenadas alfabéticamente, la primera con mayúscula inicial, el resto en minúsculas, separadas por punto y coma (;) y que no se encuentren en el título o subtítulo, deben presentarse español e inglés (Key words), estas sirven para clasificar temáticamente al artículo. Se recomienda emplear palabras definidas en el diccionario de la UNESCO http://databases.unesco.org/thessp/ EL CUERPO DEL ARTÍCULO se divide en: introducción, apartados encabezados con números romanos (I,II;III…), y Conclusiones, luego se presentan las Referencias bibliográficas, Tablas, Leyendas de las Figuras y Anexos. TEXTO: Las páginas deben venir numeradas, a interlineado doble en letra de 12 puntos, la extensión de los artículos debe estar alrededor de 4.000 a 8.000 palabras (incluyendo gráficos, tablas, etc.). colectivo docente CITAS Y NOTAS AL PIE: Las notas aclaratorias, no deben exceder más de cinco líneas o 40 palabras, de lo contrario estas deben ser incorporadas al texto general. Cuando se realicen citas pueden ser, cita corta (con menos de 40 palabras) se incorpora el texto y puede ser: textual (se encierra entre dobles comillas), parafraseo o resumen (se escriben en sus propias palabras dentro del texto); cita textual extensa (mayor de 40 palabras) debe ser dispuesta en un renglón y un bloque independiente omitiendo las comillas, no olvidar en ningún caso la referencia del autor (Apellido, año, p. 00) REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Como modelo para la construcción de referencias, se emplea el siguiente: Libro: Autor – Apellidos -, A.A. – Nombres – (año de la publicación). Título de la obra. (Edición). Ciudad, País: Editorial. Capítulo de un libro: Autor, A.A., & Autor B.B. (Año de la publicación). Título del capítulo. En A.A. Editor & B.B. Editor (Eds.), Título del libro (páginas del capítulo). Ubicación: Editorial. Publicación seriada (Revista): Autor, A.A., Autor, B.B., & Autor, C.C., (Año de la publicación, incluya el mes y día de la publicación para publicaciones diarias, semanales o mensuales). Título del artículo. Título de la revista, diario, semanario, Volumen, (Número), páginas. Artículo que se encuentra en una revista publicada en internet: Autor, A.A. & Autor, B.B. (año – si se encuentra). Título del artículo. Título de la revista, volumen – si se encuentra, (número si se encuentra). Recuperado el día de mes de año, de URL. ANEXOS GRÁFICOS: Las tablas, figuras, gráficos, diagramas e ilustraciones y fotografías, deben contener el título o leyenda explicativa relacionada con el tema de investigación que no exceda las 15 palabras y la procedencia (autor y/o fuente, año p.00). Se deben entregar en medio digital independiente del texto a una resolución mínima de 300 dpi (en cualquiera de los formatos descritos en la sección de fotografía) EL AUTOR ES EL RESPONSABLE DE ADQUIRIR LOS DERECHOS Y/O AUTORIZACIONES DE REPRODUCCIÓN A QUE HAYA LUGAR, PARA IMÁGENES Y/O GRÁFICOS TOMADOS DE OTRAS FUENTES. Ing. Mariela Coral López Área Diseño Gráfico. [email protected] Ing. Rauny Javier Limonta Más Área Marketing [email protected] Ing. Ángel Solórzano Zambrano Área Multimedia [email protected] Lic. Rey Rondón Sierra Área Fotografía [email protected] Lic. Lina Cedeño Tuárez Área Artes Plásticas lkcedeñ[email protected] Ing. David Zambrano López Área Multimedia [email protected] Dis. Odalys Beceiro Gigato, Msc. Área Artes Gráficas [email protected] Mg. Alejandra Bueno Área Comunicación visual. [email protected]