Sobre la Ayuda al Pueblo Español

Anuncio
La Unión Soviética, encarnación asegurando a todas las naciones el
de la igualdad política, económica, genuino derecho a la autodeterntjcultural de los pueblos integrantes, nación. Es. preciso subrayar -que en
6e edificó y fortaleció sobre la base Rusia el problema nacional, en virtud
de la completa igualdad de las na- de la excepcional heterogeneidad, vaciones. El profundo contenido demo- * riedad de la composición nacional de
crático del régimen soviético es la la población del ex imperio zarista,
fuerza que como imán atrae a las era particularmente complicado.
El poder soviético tenía que abomasas, populares y la aplicación
inflexible de la política de completa carse a la tarea de organizar a todas
igualdad jurídica y de hecho de las las fuerzas del pueblo para rechazar
nacionalidades une a todos los pue- el enemigo en tiempo de guerra. "El
blos y nacionalidades de este estado poder soviético creado hace 26 años
multinacional.
ha convertido a nuestro país, en un
El principio de la democracia po- corto plazo histórico,, en una forta'
pular desde el surgimiento del estado leza inexpugnable" (Stalin).
soviético está ligado con la particiLa lucha abnegada, tenaz de la
pación de vastas masas populares en Unión Soviética, la puso a la vanla administración del Estado.
guardia de todas las naciones que
Con el rendimiento de cuenta de luchan por el progreso, por la demolos órganos del poder y de su elegibi- cracia, en alianza con todos los puelidad desde abajo arriba, el estado blos amantes de la libertad. La Unión
soviético es el Estado más auténti- Soviética obtendrá la victoria. Si en
camente popular, es la encarnación 1943 la Unión Soviética logró un
de la unidad moral y política de los viraje radical en la guerra patria en
pueblos. Participando directamente favor de nuestro país, en 1944 la
en la labor del aparato estatal, las Unión Soviética junto con todas las
vastas masas del pueblo aprenden el Naciones Unidas, aplastará definitiarte de dirigir el Estado. Así se crean vamente al hitlerismo, liberando de
cuadros de trabajadores del Estado. invasores alemanes los territorios
Es característico que desde los pri- ocupados. El Estado Soviético saldrá
meros días de la instauración del de la guerra aún más fuerte. Las
poder ,soviético, entre otros comisa- fuerzas creadoras de la Unión Soviériados del pueblo, se creó el Comi- tica son inagotables.
eariadc sobre Asuntos de las NacioLos nuevos y gigantescos ascensos
nalidades, encabezado por Stalin, Los de energías de los pueblos soviéticos
primeros decretos del poder soviético cicatrizarán las graves heridas ocaproclamaron la completa iaaialdM sionadas por la guerra y elevarán
y soberanía de los pueblos de Rusia, al país a nueva altura»
ADVER TENDÍA
Por carencia Irremediable de espacio, hemos debido postergar para el próximo número la publicación del comentario sobre el gran libro de Blas Roca "Fundamentos del Socialismo en Cuba", debido a la pluma de Diego Muñoz. .
'PAGINA
CUARENTA
REVISTA MENSUAL TEÓRICA Y ruLÍTICA EDITADA POR Et
COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHILE
DIRECTOR:
SEGUNDA
ÉPOCA
Dirección y Administración:
Santiago, abril de Í944
Moneda 712. — Tel. 64530.
GALO
número 34
SANTIAGO DE CHILE
GONZÁLEZ
5 Ü M * R I O. *
DEL PANORAMA
KARL BROWDER:
INTERNACIONAL
Fortalezcamos la Unidad Nacional
EN EL ANIVERSARIO DE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA
'ÁNTON1Q
GUARDlOLAi
El pueblo español reclama la ayuda At
América.
.Llamamiento lanzado por la Junta Supie.
ma de Unión Nacional,
TRIBUNA DEL PARTIDO ÚNICO
VALO GONZÁLEZ: '
Partido Único y su formación a travéii
de las luchas obreras.
LA LUCHA DE LA CLASE, OBRERA CONTRA EL FASEISMO
4. DANILOyi ,
El papel de los (sindicato» '
DEL TESORO MARXISTA-LENINISTfe
' pn .hombre notable del Estado Soviético: Yakov Sverdlov.;
llf. SORKlfH
Marx y la Comuna d« Parí*
DOCUMENTOS POLÍTICOS
C. C. DEL P. C. DE CHIL&
Ganar los municipios para la democraclí:.,
el bienestar y el progreso comunal.
Dos resoluciones de la Comisión Política
del Partido Comunista.
Sobre el reconocimiento del gobierno de
Farrell.Perón por el gobierno chileno.
Sobre la ayuda al pueblo español.
FortíStezcamos la Unidad Nacional
Por EARL BROWDER
POR UN RÁPIDO TRIUNFO SOBRE EL EJE, POR UNA POLÍTICA VICTORIOSA
PARA AYUDAR A GANAR LA GUERRA A TRAVÉS DE LAS ELECCIONES DE 1944.
POR UN MUNDO OR DENADO DE POSTGUERRA
(Texto del informe de Earl Browder al C. <u. iisl P. C. Norteamericano, en
la reunión del 7-9 de enero, realiza da en la ciudad de Nueva York)
C
UALQUIER análisis realista de los
problemas nacionales y mundiales debe comenzar y terminar hoy con una
apreciación de la reunión de Teherán de
Churchill, Stalin y Roosevelt y de las Conferencias auxiliares realizadas en El Cairo
y Moscú. La respuesta a todos los demás
problemas dependerá, en último análisis, del
juicio que se haga sobre la Conferencia de
Teherán y sus consecuencias.
Antes de Teherán, el mundo encaraba dos
problemas centrales que no habían sido todavía contestados: ¿Era posible para Gran Bretaña, la Unión Soviética y los EE. UU. dirigir toda la fuerza de su poder combinado
Contra el enemigo principal, la Alemania
nazi, en una coalición de guerra total para
asegurar así la victoria más rápida y meros costosa? ¿Se desintegraría esta coalición, después de la destrucción de su enemigo común, en forma que cada uno de sus
integrantes marchara .por su lado, abriendo
así, inmediatamente, un nuevo período de
trastornos revolucionarios y de guerras internacionales que inevitablcmentee desembocarían en una tercera guerra mundial?
En Teherán los tres dirigentes de las tres
¡potencias han dado una respuesta clara y definida a ambos interrogantes. Ya que su de:laración es de una concisión que es la característica de los más grandes documentos
de la historia, yo quiero citar el texto íntegro, Dice así:
'f AGINA DOS
"Nosotros, el Presidente de los EE. UU.
de América, el Primer Ministro de Gran
Bretaña y el Premier de la Unión Soviética,
nos hemos reunido durante los cuatro días
recién pasados en esta capital de nuestro aliado Teherán, y hemos modelado y ratificado
nuestra 'política común.
Hemos expresado la profunda -determina'
don de que nuestras naciones colaboren juntas cu la (jucrra y en la paz que le seguirá.
En lo que se refiere a la guerra, nuestros
consejeros militares se nos han unido en
esta discusión y hemos concertado nuestros
esfuerzos fiara la destrucción total de las
fuerzas alemanas. Hemos llegado a un completo acuerdo sobre el alcance y momento de
iniciar las operaciones que serán emprendí'
das desde el Este y el Sur.
El acuerdo común que aquí hemos alcanzado garantiza que la victoria será nuestra.
En lo que se refiere a la paz, estamos seguros que nuestro acuerdo permitirá tina paz
duradera. Reconocemos ampliamente la suprema, responsabilidad que descansa sobre
nosotros. Con nuestros consejeros diplomáticos hemos estudiado los problemas del futuro. Tratáremos de obtener la cooperación y
participación activa de todas las naciones,
grandes y pequeñas, cuyos pueblos, en su corazón, están dedicados como nuestros propios
pueblos a la eliminación de la tiranía, la esclavitud, opresión y la intolerancia.
Les daremos ¡a bienvenida cuando . deseen.
'tnir«r en la familia dé fas "naciones 'demo'
cráticas del mundo.
Ningún poder de la tierra podrá impedir
que destruyamos a ¡os ejércitos alemanes en
tierra, a los submarinos en el mar y a las
plantas bélicas desde el aire. Nuestros ataques irán implacablemente en aumento.
En esta amistosa conferencia miramos con
confianza hacia el día en que todos los pue*
bhs del mundo puedan vivir sus vidas en forma libre, sin ser alcanzados por la tiranía,
de acuerdo con sus diversos deseos y su propia conciencia.
Hetnss venido aguí con esperanza y determinación. Por lo Menos, nuestros espíritus y
nuestros propósitos son francos."
Esto es todo. V bastante para dar respuesta a las cuestiones principales y para dar en
ferina nUs realista ufia nueva perspectiva al
No hay más que un camino para comprender la -declaración d* Teherán. Y es el teniárla en su valor nohiinál. Significa lo que
textualmente dice y «o significa ninguna cosa
más. Todos los comentaristas que han tratidó dé descifrar alguno* misterios o significados secretos y escondidos detrás de las
palabras abiertas y francas de la declaración,
han marchado como consecuencia, de confusión éíi confusión y dé disparate en disparaté.
Sé pueden sacar profundas conclusiones de la
declaración, pero solamente a condición de
qué paríamos incuestionablemente dé la premisa dé que las palabras significan lo que
ríáMínfé dicen*
LA GARANTÍA DE LA VICTORIA
MILITAR
E
L completo acuerdo sobre el alcance >
la fecha de las operaciones militares
desde el Éste, Oeste y el Sur, logrado
entre el Alto Comando de los tres grandes
aliados, ha sido interpretado profundamente
por todas las personas serias, como la única
garantía de la victoria. Los nazis habían
comprendido cotí mucha anticipación que esto
significaría la sentencia de muerte del Tercer
Reich. De la única cosa que no estaban segurbs era de si este acuerdo podía ser alcanzado. Los rtázií basaban todas sus esperanzas
en Que él acuerdó Dódría ser obstruido ñor
las diferencias existentes entré sus enemigos,
estimuladas y avivadas por sus amigos en el
interior de Gran Bretaña y EE. UU. Por su
parte, todos los antifascistas dedicaban todot
sus esfuerzos, de palabra y de hecho, * contribuir en todo lo posible a que este acuerda
se transformara en realidad. Esto fue logrado en Teherám
Por la naturaleza misma de las cosas, loi
detalles de este acuerdo serán conocidos so*
lamente cuando los hechos los Apongan en evi'
dencia. Pana la gente extraña al comando mi«
litar activo, la única cosa que importa es !•
existencia de dicho acuerdo. Producido este
acuerdo, ninguno de nosotros tiene reservat
contra el lema, "dejémoselo a los expertos",
al cual nos oponíamos cuando era utilizado,
más para obstaculizar el acuerdo que parí
concertarlo y ejecutarlo.
Pero la garantía de la victoria, no es, sin
embargo, la victoria misma. La garantía s*
realiza solamente en la batalla, y para los
EE. UU. la1 lucha seria, en gran escala, está
solamente comenzando ahora. Solamentt
ahora el pueblo americano comienza a pagar
el precio de la victoria en listas de baja»
de muertos, heridos y prisioneros que excederán nuestro desangre normal de tiempo <te
paz y en accidentes de carreteras, que e» «i
precio del transporte automóvil,
Nuestros periodistas americanos irrespon*
sables han hecho y todavía continúan haciendo un daño a la moral del pueblo, haciéndolt
forjarse constantes ilusiones, en las más v»'
riadas formas, sobre que la victoria se obten"
drá sin necesidad de pagar un alto precio «o
vidas americanas.
Esta es la única razón de que las especi*
laciones sediciosas de un Whecler, un Ny*
y el movimiento de "Paz ahora" del grupo
"Taft-Hartmann-Norman Thomas", pueden
representar una seria amenaza al supremo
esfuerzo de guerra del país, que está ahora
en camino de iniciarse. El pueblo americano, que es esencialmente comprensivo y práctico, como lo ha demostrado en el pasado, en
los momentos de peligro, nacional, si no fuera
por el diario estrépito de los periodistas que
íiembran la confusión, comprendería total*
mente que la victoria se obtiene solamente •
través de las batallas.
¥-AGÍNA TRES
Í/A' MOVILIZACIÓN TOTAL Dfe
NUESTROS ALIADOS
i
C
ONSECUENTE con' este completo
acuerdo sobre el empleo de las principales fuerzas militares de los tres
"grandes aliados, se ha iniciado por fin el
proceso de movilización de nuestros otros
••liados para la lucha por las tareas conjtsntas de la coalición. La línea política adoptada
Se puede apreciar por las declaraciones sobre
¡Austria e Italia hechas en la Conferencia de
Moscú, y por los actuales pasos que se están
'dando en apoyo del Gobierno del Mariscal
[Tito e Ivan Ribar en Yugoeslavia.
Yo no repetiré aquí las extensas discusiotoés en que nos hemos embarcado sobre estos
problemas durante el último año y medio.
Sobre ellos ha informado totalmente nuestra
propia prensa. Los acontecimientos se han
encargado de demostrar nuestra justeza en
toda la discusión. Lo único lamentable es que
sólo muy pocos de aquellos que ahora ven
la verdad sobre Yugoeslavia, tienen conciencia de que únicamente su mortal prejuicio anticomunista los cegó por tanto tiempo, impi"
diéndoles ver la verdad.
Hay una excesiva demora en poner en ejeíución la política trazada sobre Italia. Esta
demora resulta costosa en sentido militar, ya
que provoca la pérdida de muchas vidas
americanas. En mi reciente discurso en la
Unión de los Obreros del Cobre, señalé que
si prejuicio anticomunista de la pandilla Antonini-Pope, ejercida sobre Carlos Poletti
(oficial americano de graduación A, M.-G.),
era indudablemente responsable de esta demora. En interés de un mayor esclarecimiento, debo ahora agregar que míster Poletti, no
es el tnás alto oficial del A. M. G. en Italia
y que su Jefe es un británico, Lord Remiel!
de Rodd.
No estaría de más que hiciéramos saber de
paso, que este Lord Rennell de Rodd, principal responsable de la triste hoja de servicio
del A. M. G. en Italia, tiene las más íntimas
conexiones con la vieja camarilla de Cliveden y el movimiento de Oxford, notoriamente
pro hitleriano. Su hijo es casado con Nancy
Freeman Mitford, hermana de Unity Freeman Mitford, la que emigró a Alemania para
vivir cerca de su ídolo, Hitler, y que se disparó un tiro cuando fue despedida por su
Fuehrcr. Una segunda hermana es la esposa
del señor Oswald Moslcy, el j e f e del fascismo británico, cuya reciente libertad de su
FAGINA
confinamiento na levantado una gran torménta en Inglaterra. Este Lord Rennell está en
estrecho contacto con los círculos polacos
antisoviéticos de Londres. El ardor de todo
este círculo en la guerra contra Hitler, puede
ser apreciado por su actual consigna: "El
nazismo ¿s sólo una pálida copia del bolchevismo".
Es claro que con hombres como éstos en
situación de determinar la aplicación de la
política, no tendremos éxito en la movilización de nuestros aliados y de los aliados potenciales en Europa. En cada país de Europa,
la movilización del pueblo contra Hitler requiere un frente único Que incluye a los comunistas, según el modelo del Gobierno y
del ejército de liberación yugoeslavos. Hombres como Lord Rennell de Rodd. cue necesita la aplicación de sales para .no desmayarse
cada vez que se menciona la palabra comunista en su aresencia. son' totalmente incapaces de aplicar las decisiones de las conferencias de Moscú y Teherán.
La rapidez con que está siendo esclarecida
la situación yugoeslava en estos días, debía
servir para darnos v la esperanza de que este
mismo progreso será alcanzado en todas cartes. La camarilla de los Lords de Cliveden y •
de los grupos Antonini-Pope en América no
pueden frenar por más tiempo la completa
aplicación de los principios contenidos en la
Conferencia de Teherán, que es la única forma de movilizar a nuestros aliados para la
guerra total contra el hitlerismo.
La' declaración sobre la conferencia rie'í
Cairo, firmada por Roosevelt, Churchill y
Chiang-Kai-Shek, es un claro esbozo de los
objetivos militares contra el Japón y del capel reservado a China en el mundo de post-,
guerra. Este es un hecho de una importancia
fundamental y está llamado a ir muy lejos,
en lo que se refiere a la adopción de una
estrategia política asiática, paralelamente a.
la de Europa. Sin embargo, no hay todavía
ningún indicio oficia!, de que se haya oír»cido alguna ayuda directa para resolver la
crisis interna de China, que amenaza con
grandes desastres a la causa aliada en el
Lejano Oriente.
Cuan profunda y amenazante es la cnsii
en el interior de China, ha sido revelado ppr
primera vez en los documentos publicados en
el último número del "The Comunist". Nuestra diplomacia tradicional ha considerado que
esto debiera ser ocultado por la censura de
guerra, de suerte que la única manera con
que nacemos irente*"S una ¡amenaza tan ie*
rrible para las vidas americanas, es la política del avestruz de enterrar nuestra cabeza
en la arena. (Entre paréntesis, autoridadei
en la materia niegan que el avestruz sea tan
estúpido para hacer frente a una amenaza tapándose los ojos; esta historia fue inventada por hombres a quienes no agradaba presentar a la humanidad como el único ejem°
pío de tal estupidez). Durante años he estado
llamando la atención púb'lica hacia este ver*
gonzoso espectáculo en el Lejano Oriente.
Personas autorizadas como Edgar Snow,
Agnes Smedley y el Coronel Carlsone haa
hecho mucha luz sobre el particular en nume'
rosos libros de gran circulación. Ya pasaron
los tiempos en que un asunto de tal naturaleza
podía ser dejado marchar a la deriva hacia
el desastre seguro. Es obligación del .Gobierno de los EE. UU. establecer representación
consular y militar en las regiones fronterizas
autónomas del Noroeste de China, cuyos
ejércitos soportan la mitad de la carga militar en la guerra contra Japón en territorio
chino; asegurar que una participación proporcional de la ayuda americana de presta»
mos y arriendos llegue a aquellos ejércitos;
y emprender, en el espíritu de la Carta del
Atlántico, la ayuda al régimen de ChungKing, para evitar la amenaza de una guerra
civil en China.
Es una clara señaj de peligro el que en los
íiiomentos en que el Eje está siendo contenido y empujado hacia atrás con fuertes pér=
didas en Asia y en Europa, haya podido, sin
embargo, realizar dos descarados avances en
el Hemisferio Occidental. A la dictadura militar de Ramírez en Argentina, ha seguido
Un golpe similarmente inspirado y organizado en Bolivia. Posteriormente se ha sabido
que los agentes bolivianos de la conspiración
militar pro fascista que han tomado el poder, estaban trabajando desde hace-mucho
tiempo dentro de las agencias del Gobierno
de los EE. UU., y que gozaban de la confianza de los más altos círculos de este país.
Todo lo que se les exigía para conquistar su
entrada en los círculos- oficíales más confidenciales, era demostrar sus prejuicios anticomunistas. Al mismo tiempo poderosas fuerzas en las EE. UU. están instigando abiertamente y respaldando el movimiento sinarquista en México, movimiento pro-Eje y antiNaciones Unidas, sin el menor reproche e
impedimento de nuestro , Gobierno. El servicio
«xterior de los EE. UU. está plagado de
- esar ms a¿ - KS^ vssuss ' s¿ a»
agente actual o potencial de v Hitler. De este
modo se perfila un peligro en relación con la
América Latina, similar a loi de China,
LA VICTORIA SOBRE HITLER
EN 1944
£
L' General Eisenhower, comandanta
de las fuerzas anglo -norteamericanaf
en ia próxima invasión de la Europa Occidental, ha dado oficialmente la pers=
pectiva de la victoria sobre el hitlerismo ea
este año de 1944.
Las gigantescas victorias alcanzadas ya por
los ejércitos rojos, las heroicas hazañas de las
fuerzas del Mariscal Tito gri los Balcanes,
las posiciones conquistadas por las fuerzas
anglo-norteamericanas en el Mediterráneo, la
ruptura del bloqueo submarino en el Atlántico
y la aplastante acumulación de materiales de
guerra en los EE. UU. * Inglaterra, eontri=
buyen a crear un clima, en el cual los oficiales y tropas anglo-norteamericanas pueden
juiciosa y realmente fijarse como meta la vie«
toria para este año.
Pero las fuerzas militares pueden realiza?
los planes más realistas, sólo si están sólida'
mente respaldadas por el frente interior en
eada país y si la coalición de naciones está
sólidamente unida en un todo,
No obtante quedan serios peligros en estos
campos, a los cuales propongo que dirijamos
nuestra atención en seguidas
íí
LA EXTENSIÓN DE LA COALICIÓN
DE LA UNIDAD AL PERIODO
DE LA POSTGUERRA
HURCHILL, Stalin y Roosevelr expresaron en Teherán su determinación
de "trabajar juntos en la guerra y en
la paz que la seguirá" ,
No es una casualidad que se hayan referido así a la guerra y a la paz en una misma
frase. Ello refleja las insuperables diíicur*
tades de sobrellevar una guerra conjunta, sin
tener una perspectiva conjunta sobre la paz
que vendrá a continuación y la imposibilidad
de toda perspectiva para una larga paz, a menos que la guerra sea realizada en conjunto
y ganada en conjunto,
Am';as fases de esta dec!-i ación d.l.en
ser tomadas con igui'.I s;r!s:: •/.!. l'!o i,r/.Ln'c.?
aceptar una y rechazar ía oa'a. Las dos cis»
C
CUATRO
PAGINA
í£ñ uñidas por su naturaleza misma como ios
hermanos siameses, quienes correrían el peligro de una muerte «imediata, si se les separara.
Cuando Churchill, Stalin y Roosevelt
pueden decir que "han examinado los problemas del futuro", y que "estamos seguros que
nuestra armonía hará posible una paz duradera"; cuando ofrecen una perspectiva de un
futuro que "desterrará el flagelo y el terror
de la guerra por muchas generaciones", podemos estar seguros de que estos tres hombres
han encontrado el camino, para el cual —como realistas— esperan ganar no solamente
a la gran mayoría de su propio pueblo, sino
a U "aplastante masa de los pueblos del mundo". Ellos no estaban jugando con frases diplomáticas. Estaban proyectando una polítita
práctica.
Las dificultades que existían en el cambio de tales acuerdos, no eran secretas. Todo él mundo pensante sabía que existían. Y
sabiendo esto, podemos empezar a formular
para nosotros mismos, en una escala mucho
más amplia que la que nos dan los comunicados oficiales, el carácter de la política común, de la armonía que ha comenzado en
¿Teherán.
No obstante, estas dificultades fueron
eficaces en Teherán al proporcionar motivos para un acuerdo en el período de la postguerra, tan imprescindible como el motivo
parí un acuerdo sobre la necesidad de librar
1a guerra en conjunto.
Así como la consideración predominante
para una coalición de guerra contra el hitlerismo, es la alternativa de un mundo dominado por Hitler, lo cual significa la extinción de la civilización para las generaciones
futuras, así también se debe reconocer que
la coalición para la paz, después de que
*1 hitlerismo haya sido destruido, es igualmente necesaria, pues sin ella la alternativa
será el rstallido de guerras civiles sobre vastas áreas, culminando final e inevitablemen-'
te en una nueva guerra mundial entre las naciones.
Aquellos que han dicho
festivamente,
que fue Hitler quien forjó la coalición anglo-soviético-americana, pero que, tan pronto
como se termine con Hitler la coalición se
despedazará de la noche a la mañana, no son
Blas que pensadores superficiales que subestiman la profundidad de la crisis mundial que
estamos viviendo. Del mismo modo subestiman, tambiért, el grado de efectiva com-
prensión alcanzada por la humanidad. Roosevelt, Stalin y Churchill fueron en Teherán,
los representantes de la comprensión colectiva de la humanidad encarando la amenaza de
la suprema catástrofe de la historia y su resolución de evitarla,
{Cuáles eran las dificultades que se oponían a la armonía?
En primer lugar, están las diferencias
existentes entre los sectores socialistas y capitalistas de la coalición antihitleriana. Ca*
da uno de estos sectores se sentiría feliz si
el resto del mundo estuviera conformado del
modo más cercano a su propia imagen. Los
círculos dirigentes de Gran Bretaña y Norteamérica han crecido en un ambiente de U*
mor y odio a la revolución socialista encarnada en la Unión Soviética, y hacia todo lo
que remotamente estuviera, a su juicio, asociado a ella. Fue ese profundo e irracional
temor, el que condujo _ indudablemente a la
política de Munich, que fomentó el poder de
Hitler y que llevó a Gran Bretaña y a Norteamérica al borde de la destrucción. Por su
parte, la Unión Soviética mantenía fresca en
su memoria la hostilidad universal del mundo
capitalista, las invasiones armadas para derribarla, las reiteradas conspiraciones para socavarla desde dentro y finalmente, la incitación de Munich a Hitler para invadirla, le
que finalmente tuvo lugar en junio de 1941.
Estas viejas hostilidades y suspicacial
tenían que ser vencidas como condición previa para la armonía de Teherán.
Los círculos dirigentes británicos y norteamericanos tenían que convencerse que de
esta guerra en conjunto con la Unión Soviética, no resultaría la extensión del sistema socialista soviético a la Europa Occidental bajo el estímulo de los victoriosos ejércitos rojos. Los hombres que determinan la política
soviética tenían que convencerse de que los
círculos capitalistas occidentales
habían
aprendido por fin que la Unión Soviétie»
existe y continuará existiendo, ya que cualquier hostilidad contra ella traerá solamente
desastres, tanto para «líos ctir.o para el resto
del mundo. Sobre esta base, ambas partea
podían ponerse de acuerdo en todos los problemas que debían ser resueltos por la Conferencia en forma que no hubiera necesidad
de recurrir al arbitrio de la guerra, ni inmediata ni ulteriormente.
Es claro que cuando Roosevelt, Churchill
y Staliti suscribieron tales acuerdos básico*
en Teherán, «ataban actuando, na folamentfl
vimiento obrero de" las Naciones Unidas Ka
«egúri sus convicciones personales, sino que
aprobado este llamado. Solamente la Direchablaban tanto en nombre de una creciente
ción de la Federación Americana del Trabamayoría de sus propios países, como del resjo, a través de Matthew Woll, se ha pronun»
to del mundo.
ciado contra él. Woll y sus amigos han sida
Capitalismo y Socialismo han empezado
a encontrar el camino para la co-existencia justamente censurados por los principales voceros del movimiento obrero británico. Es di
y colaboración pacífica en un mismo mundo.
esperar que la inteligente y patriótica mayoPero estos acuerdos generales deben revelarse prácticamente, no sólo en la conduc- ría de la Dirección de la Federación Americana del Trabajo, que recibirá seguramente el
ción de la lucha militar, sino comenzando a
apoyo de la mayoría de sus afiliados, si se
dar forma al mundo de postguerra que emergerá de ella. Tales acuerdos comienzan a . .dirigen a ella, obligará a cambiar la actitud
a estos dirigente reaccionarios. Los Sindi*omar su forma en los ejemplos de Italia y
catos soviéticos ya no podrán seguir siendo
Yugoeslavia.
excluidos del movimiento obrero internado,
Ellos mantienen durante el período de la
guerra el principio básico de la propiedad pri- nal. Woll pretende desempeñar el rol del Rey
Canuto, demasiado tarde en la historia para
vada, las bases del capitalismo, ahuyentando
que pueda tener éxito. Lo único que puede
«sí los temores de los círculos dirigentes briconseguir es el aislamiento de la F. A. del T,
tánicos y americanos; liberan las fuerzas
en vez del aislamiento de los sindicatos sorevolucionarias de los '.pueblos democráticos
viéticos.
y barren con todas las formas del absolutisTal es el esbozo del contenido política y
mo, ahuyentando así la ansiedad de los gobersocial de la política conjunta sobre la cual esnantes soviéticos de una posible reaparición
tá basada la promesa de un mundo de postde las viejas fuerzas antisoviéticas. Ellos
guerra, en el que la cooperación anglo-soviémantienen para esta nación el derecho fundamental de determinar por sí misma, dentro tico-alhericana será continuada y en el cual
se organizará la gran familia de las Naciones
de esta estructura, la forma de gobierno y
Democráticas del mundo, libres y amantes de
organización social que desee, sin ninguna
la paz.
presión exterior.
Esta es una política que corresponde a los
Esta amplia y clara politicé, conjunintereses nacionales de todos los pueblos,
ta en relación a Europa, lleva consigo la
grandes o pequeños. No hay otra alternativa
obligación conjunta de ejercer toda su inque se oponga a está política, a no ser la alfluencia para reducir al mínimo, y si es poternativa de la anarquía internacional.
sible eliminar el uso de la lucha violenta para
Esta es la salida suprema que se presenta
el arreglo de los problemas internos, con
excepción de la derrota de las fuerzas del
al mundo de hoy.
Por o contra la declaración de la ConfeEje y sus Quislings. Un .amplio campo derencia de Teherán, es la barrera Que separa a
mocrático que incluya a todos los antifascis"las ovejas de los chivos", la posición que
tas debe establecerse en cada pais, dentro
determina todos los untamientos solíticos de
del cual deben determii.arse todas las relaahora en adelante, hasta que la política allí
ciones . y solucionarse todos los problemas
enunciada hava sido realizada completamente
por medio de la libre discusión-, la libre asoen la guerra y en la paz. Ella es, también,
ciación política y el sufragio Universal.. Tal
la diferenciación dominante en los EE. UU.
campo democrático debe incluir necesariapara las elecciones de 194í
mente a los comunistas, y esto debe ser
subrayado porque en Norteamérica todavía
III
es discutido por muchos que se llaman a sí
mismos "liberales avanzados".
LA UNIDAD NACIONAL EN LOS PEParte esencial de un programa general
RIODOS DE GUERRA Y POST
para un mundo pacífico de postguerra, es el
GUERRA
logro de la unidad obrera continental. El
Congreso de los Trade Unions británico ha
A unidad nacional en los EE. UU.»
tomado una iniciativa con este objeto al llapara la exitosa prosecución de la guemar a un Congreso Internacional de trabarra, está siendo más seriamente amenajadores que debe realizarse en Londres en juzada, precisamente en los momentos en que
nio próximo. La aplastante mayoría del mo-
L
má» M necesita, en los momentos en que las
fuerzas angloamericanas están preparando el
golpe supremo para la invasión de la Europa
Occidental. Justamente, en estos momentos se,
ha desencadenado una marejada de luchas intestinas en el país, que se extienden desde los
ínotinís raciales a las provocaciones huelguísticas, desde la abierta agitación derrotista, a
la más irresponsable campaña por la,s elecciones de 1944.
El punto más débil de nuestra unidad nacional de. tiempo de guerra, es la creencia ampliamente difundida de que inevitablemente
en el momento de la victoria sobre Hitler se
desatarán simultáneamente todos los conflictos
internos que habían sido dejados en suspenso
por la guerra.. La falta de una perspectiva
clara de unidad nacional, en el período de postguerra, sirve así para mantener la más grande tensión sobre la unidad nacional de tiempo de guerra. Esto es verdad, especialmente
cuando se ha dicho autorizadamente en el
país que la victoria se obtendrá en 1944, lo
que quiere decir que se destapará la olla de
todas las luchas intestinas en los próximos
Ineses; casi todo el mundo, aún aquellos que
se oponen a una tal perspectiva, empiez;in a
ser.tirse empujados a prepararse para el estallido de toda suerte de conflictos de clases,
de sectores, de grupos y de individuos, que habían sido pospuestos en consideración a la
guerra. Esta situación proporciona la oportunidad para el peligroso trabajo de los amigos
y agentes secretos de Hitler en el interior de
Jos EE. UU.
Anticipándonos a una temprana victoria, la
estamos perjudicando de esta mulera muy seriamente.
La más grande contribución que se podría
preMar a la unidad nacional de tiempos de
guerra, sería la de establecer seriamente la
perspectiva de que esta unidad continuará en
el .período de postguerra y que no estallará
un caos de luchas intestinas en el momento
en que cesen las hostilidades.
A continuación, la presunción del estallido
de un número, ilimitado de conflictos internos, amenaza destruir, también, la perspectiva de la unidad internacional establecida en
Teherán. Si deseamos apoyar y llevar a la
práctica la perspectiva de Teherán, debemos
encontrar el camino de reducir al mínimo,
. de colocar límites definidos, a! estallido de
comlietos provocados por diferencias internas en período de postguerra. La perspectiva de un caes interno en los EE. UU. es
PAGINA
incompatible con la perspectiva de un orden
internacional.
Estas dos consideraciones básicas son suficientes para determinar la suprema responsabilidad que recae sobre todos los que apoyan la política de Teherán, de trabajar por
una tal política en el interior del país, que
nos conducirá,, y da una promesa realista de
ello, hacia la continuación de la unidad nacicnal en el período de postguerra por un
gran número de años.
Esta es, ciertamente, una meta difícil de
alcanzar. Hay en nuestro país una creciente
acumulación de luchas, contradicciones, conflictos, antagonismos y problemas sin resolver, que si no existe una clara política dirigida a controlar y mejorar esta situación,
una política que cuente con una efectiva mayoría del país firmemente unida en su apoyo,
seguramente anulará las perspectivas de Teherán y nos veremos abocados, otra vez, de
cara al desastre.
Debemos encarar todas estas dificultades
f macamente dentro de un completo • realismo.
Pero los buenos deseos y las ilusiones no nos
ayudarán a salir de este grave período de la
historia.
Para ello 'debemos afrontar las dificultades con la completa determinación de vencerlas. No podemos tolerar hoy ni la más ligera
tendencia hacia el derrotismo, la desesperación o el fatalismo,
lodo lo que sea necesario para ganar la
guerra en el más breve tiempo posible y para
lograr una paz estable —es decir, para llevar
a la.práctica las decisiones de Teherán— debe ser y será hecho. V como esto incluye primero une nada la consolidación de la unidad
nacional en nuestro país y su prolongación
para el período de postguerra, esto, también,
debe ser y será realizado
LA PLANIFICACIÓN DE POSTGUERRA Y LA UNIDAD NACIONAL
N verano de 1942. escribía a nombre de
nuestro Partido en mi libro "Victoria
y Postguerra", lo siguiente con respecto
a la planificación de postguerra:
E
"/,n victyña de las Naciones Unidas sobre
el Lije, nos colocará frente a frente a los
problemas de la reorganización del mundo
de postguerra.
Muchas personas y organizaciones están
¿reparando apresuradamente proyectos con
anticipación. Este es mi pasatiempo 'en el_
cual yo no puedo participar. Yo no tengo
proyectos para el mundo de postguerra."
Esta posición continúa perfectamente válida hoy.
Nuestro plan de postguerra es la unidad
nacional para la realización de las perspectivas aprobadas en Teherán.
La unidad nacional en los EÉ. UU. no pue'de ser construida sobre la base de planes
preconcebidos, porque debe ser un compromiso entre clases, grupos y tendencias que todavía no se han puesto de acuerdo sobre la
forma de un plan y los cuales solamente pueden ponerse de acuerdo en la medida que su
unidad nacional tome forma paso a paso.
Aquellos que estén enamorados de la planificación por su propio riesgo, están terriblemente disgustados con este planteamiento. Se
han incorporado con entusiasmo a la diversión
he moda de planificar para la postguerra. Son
lo mismo que aquella buena esposa que se
siente desnuda si no tiene un nuevo sombrero
a la moda. Así sucede con nuestros planificadores de postguerra.
Un plan para los EE. UU. no puede ser de
ninguna utilidad, si no logra demostrar que
puede servir a la unidad de una mayoría efectiva del pueblo americano, encuadrando la
política de nuestro país en las líneas de la
Conferencia de Teherán.
El mayor peligro que encara nuestro país
es sumergirse en una tumultuosa confusión
de planes de las fuerzas democráticas progresistas, mientras que los reaccionarios se hallarán unidos en torno a un solo plan: "el de
tomar el poder en sus manos para desviar al
país del camino de Teherán".
Será necesario que nos pongamos muy f i r mes, inflexibles, ante la insistente demanda
dc> que elaboremos nosotros también planes
para la postguerra. Debemos plantear unas
pocas cuestiones y exigir respuestas claras sobre ellas a todos los aspirantes a hí.cer planes para Norteamérica!
La primera cuestión será la de preguntarles qué clase de EE. U U. están planeando.
¿Una Norteamérica socialista o capitalista?
Nadie puede acusarme de tener algún preju.cio en favor del capitalismo, ya sea en EE.
UU. o en alguna otra parte. Yo he sido abogado del socialismo durante toda mi vida de
adulto, abogado de un socialismo para
EE.
UU. El Partido Comunista es el único partido del socialismo en este oaís. Pero no tengo
'ninguna vacilación al declarar que euatquie?
plan para la reconstrucción de postguerra en
EE. UU. que esté basado en la introducción
del socialismo, constituye en la práctica un
repudio a los objetivos de unir a la mayor!»
de la nación tras la política de Teherán. •
Es mi meditada opinión que el pueblo amt«
ricano está tan mal preparado subjetivamen»
te para cualquier cambio profundo eij diree»
ción hacia el socialismo, que los planes dS
postguerra que persigan tal objetivo no ayu»
darían a unir a la nación, sino que la dividirían. Y estos planes dividirían y debilitarían
precisamente a las fueizas democráticas y
progresistas, al mismo tiempo, que unirían y
fortalecerían a las fuerzas más reaccionarias
del país. En la práctica, ayudarían a las fuer,
zas anti-Teherán a tomar el poder en loi
EE. UU.
Si la unidad nacional del periodo de gue*
rra debe ser mantenida y aún fortalecida en
el periodo de postguerra, debemos reconocer
entonces, que esto exige de los iriarxistas en
EE. UU. la reaíirmación de nuestra política
de guerra, en el sentido de no plantear la s"alida del socialismo en forma que pueda po»
ner en peligro o debilitar la unidad nacional.
Esto no es una cosa nueva para nosotros.
Ya a mediados de 1942, escribí:
"Si los EE. UU. afrontan con éxito laí
duras pruebas de esta guerra y aportan sn
contribución a la victoria, es casi seguro qut
entrarán al mundo de la postguerra como el
más fuerte país capitalista y como el centra
de gravedad de la política del sector capí"
talista en el mundo entero. EE. UU. tendré
que jugar, por consiguiente, un rol enorme"
mente importante en la familia de las »<J°
dones.
El problema central de este mundo de post*
guerra será si la colaboración realizada dw
rqnte la guerra entre las Naciones Unidas
puede a 'no ser continuada y ampliada des'
pues de la guerra para resolver colectivamen"
te los problemas de la reconstrucción econó*
mica y política-del mundo. De la respuesta
a esta cuestión depende toda ulterior determinación sobre el carácter del mundo de la
postguerra^
Si las Naciones Unidas, como centro de
¡a colaboración mundial, pueden continuar y
ensanchar su acción después de ¡a guerra, es
posible ofrecer ¡a perspectiva realista de una
OCHO,
NUEVE
rápida cicatrización dé las terribles heridas
de la guerra y de un avance a grandes patos hada la consecución de la meta delineada
tn la Carta del Atlántico, sobre el avance
económico y cultural de ¡os pueblos. Será
posible, entonces, reducir al mínimum los levantamientos y guerras civiles que son generados en el curso de la guerra internacional
y que tenderán a estallar en el momento de
fu terminación; también será posible, entontes, encontrar al (¡rada máximo la formula
¿el desarrollo pacífico y ordenado de todas
lai naciones."
(Victoria y Postguerra).
Esta posible perspectiva es la misma que
ha sido confirmada en Teherán. Si creemos
que ella es realista y posible —y nosotros
tenemos ahora el compromiso de Winston
Chürchil!, José Stalin y Roosevelt— entonces todos nuestros planes irán directamente
hacia la realización de este trabajo.
La situación en otros países puede ser
cualquiera, pero en los Estados Unidos esto
significa una perspectiva, en el periodo inmediato de postguerra, en cuanto se refie're
ü la expansión y aprovechamiento de la producción y la confirmación de la democracia
dentro del esqueleto del presente sistema, y
no una perspectiva de transición hacia el socialismo.
i Podemos esforzarnos por realizar la política de Teherán, o bien dedicarnos a la tarea de empujar inmediatamente a los EE. UU.
hacia el socialismo? Lógicamente, no podemos escoger ambas cosas a la vez.
La primera política, con todas sus dificultades, está definitivamente dentro del plano
de las posibilidades reales. La segunda, sería
ciertamente dn.-losa, especialmente si recordamos que aún el sector más progresista del
Innvimiento de trabajadores, está influenciado por el capitalismo y ni siquiera es tan
vagamente socialista como el Partido Laborista británico.
Sin embargo, la política de' los marxistas
en los EE. UU. es encarar con todas sus consecuencias la perspectiva de una reconstrucción capitalista en la postguerra en EE. UU.
y de considerar todos los planes sobre esta
base, para colaborar activamente con la mayoría democrática progresista del país en una
unión nacional suficientemente amplia y efectiva, como para realizar la política de
Teherán.
UBRE EMPRESA
Y
CAPITALISMO
OS círculos más reaccionarios y pro
fascistas en los EE. UU. han enarbolado la bandera de la "libre empresa"
en su lucha por el poder en las elecciones de
1944. Esperan de esta manera arrojar la confusión sobre el campo democrático'progresista, muchos de cuyos elementos toman al capitalismo como equivalente de la libre empíesa.
L
Los marxistas no' ayudarán a los reaccionarios oponiendo la consigna de la "libre empresa" a ninguna otra. Si alguien desea
representar el sistema existente de capitalismo en EE. UU. como de "libre empresa",
nosotros lo aceptamos y declaramos francamente que estamos listos para cooperar a fin
de que este capitalismo trabaje eficazmente
en el período de postguerra, con el mínimun
de cargas posibles para el pueblo. Nosotros
no venimos a establecer líneas divisionistas
en las elecciones de 1944 en ninguno de los
aspectos de "libre empresa".
Produce una particular confusión y por
lo tanto ayuda a los reaccionarios, el plantear el nroblema ante el país como la lucha
de la Dolítica de Roosevelt versus "libre empresa". Esto sirve para oscurecer el hecho
central de que todas las tácticas de Roosevelt
han sido encaminadas a la preservación del
capitalismo (libre empresa) ; en la práctica
han robustecido al capitalismo, mientras la
política de sus oponentes reaccionarios lo habría conducido rápidamente a una crisis tan
honda como la de la Administración Hoover.
Nunca ha habido nada de socialismo en la
política de Roosevelt y toda sugestión contraria, venga de dónde venga, no sirve más
que para falsificar el problema y confundir
los hechos. En realidad la política
de
Roosevelt ha llevado al mínimo la intervención del Estado en materias económicas (capitalismo de Estado) a ese requisito, a ese
mínimum indispensable para conjurar crisis
mayores y nunca ha presentado estas medidas en otra forma que como desgraciadas necesidades. En otras palabras, Roosevelt ni niquiera es capitalista de Estado, en cualquier
sentido programático, sino al contrario, es ca"
pitalista de "libre empresa", aún cuando esta
consigna expresa, no solamente oposición al
socialismo, sino también oposición hacia las
formas más altas del capitalismo.
Es muy revelador anotar que los círculo!
conservadores ingleses, que por una dur* ne-
cesidad han adoptado, como una política 'dé
largo alcance, grandes medidas de capitalismo de Estado, han ido mucho más allá que
cualquiera de las medidas que jamás haya
sugerido Roosevelt. Mr. Erie Johnston, presidente de la Cámara de Comercio de los
EE. UU. y uno de los más vociferantes
campeones de la libre empresa, en su reciente viajé a Inglaterra, se encontró a sí mismo
frente a los grandes hombres de negocios
ingleses, en una oposición mucho más aguda
que frente a Roosevelt, en lo que a cuestiones
programáticas se refiere. Mr. Johnston, parece considerar de hecho a los conservadores
ingleses como terribles "bolcheviques".
Aún bajo la terrible presión de la guerra,
Roosevelt ha rehusado aplicar aquellas medidas de capitalismo de Estado, indispensables
para la movilización económica, llevada al
máximo y sugerida por los visionarios representantes del capitalismo americano (proyecto de Tolan, Kilgore y Pepper, de economía de guerra). Prefirió dejar muchos de
estos problemas en el campo de la "libre empresa", lo que significaba dejarlos a la decisión de los 10 más grandes monopolios.
En vista de la incapacidad de Roosevelt
para asegurarse un apoyo del Congreso, debido a su suave "programa de siete puntos"
contra la inflación, por cuyo fracaso es principalmente responsable de la crisis interna del
trabajo, no puede uno aseverar que la razón
de su oposición al proyecto de Tolan, Kilgore y Pepper, haya sido una equivocación,
.Probablemente él conocía mejor que nosotros
los peligros del desafecto capitalista hacia el
esfuerzo de guerra si sus prejuicios eran
desafiados aún en sus propios intereses.
Está perfectamente claro que aún un programa de capitalismo de Estado sería resis, tido desesperadamente por poderosos círculos en los EE. UU. Medidas tan elementales
como nacionalización de bancos, ferrocarriles, carbón y acero, harían seguramente la
economía capitalista más fuerte y más capaz
de resolver sus problemas. Un programa que
favoreciera tales medidas, sin embargo, no
tendría ni aún el apoyo unido del movimiento
de los trabajadores y mucho menos el de la
alta y media burguesía en las elecciones de
1944. Por consiguiente, no debemos esperar
que tal programa sirva de vehículo par» el
vasto campo democrático en las elecciones citadas .
El proyecto de "libre empresa" no dará
forma de ninguna manera a la lucha por el
control de la política en EE. UU. íñ iai
elecciones parlamentarias y presidenciales.
MONOPOLIO Y LIBRE
EMPRESA
I es verdad, como yo mantengo, que la
mayoría progresista democrática en el
país no puede ser unida y aglutinada
efectivamente sobre la base de un rechazo
programático de la "libre empresa", es tanr
bien igualmente cierto que no puede realizarse bajo la consigna del "antimonopolio" y
contra "las grandes empresas", tratando globalmente a los grandes capitalistas co:no un
todo, como enemigos y exigiendo que, eventualtnente, su poder sea drásticamente eliminado y quebrantado.
El capitalismo americano es el capitalismo
de los monopolios. Después de esta guerra
esta condición se acentuará mucho más. La
conversión de la industria norteamericana
con fines guerreros, ha reforzado enormemente la posición de g,v..*i*s fuerzas centralizadas del capital, 3o «;** constituye un mo«
nopolio dentro de la economía nacional. Hoy,
al hablar seriamente de frenos drásticos al
monopolio del capital, tratando de quebrantar su poder e imponiéndolos sobre el capital
monopolista contra su voluntad, es simplemente otra forma de proponer la inmediata
transición al socialismo —o sea, es la utopía
de volver a la etapa pro monopolista del Estado capitalista.
La unidad nacional alrededor de un programa para romper el poder del monopolio
capitalista, es solamente posible cuando la
mayoría del pueblo pueda unirse para el establecimiento del socialismo en EE. UU.
Esta situación no está madura aún para
las elecciones de 1944.
Ciertamente el juego sin restricciones de
las tendencias del monopolio capitalista, con
desastrosos resultados, debe prevenirse, y los
negocios pequeños deben ser protegidos, ayudados y con probabilidades para desenvolverse. Pero las restricciones necesarias sobre el
monopolio deberán ser aprobadas por una inmensa mayoría y adoptadas con el acuerdo y
la colaboración de, por lo menos, una parte
representativa y decisiva de la clase capitalista, de los grandes capitalistas, de Jos más
inteligentes capitalistas monopolistas, si se
quiere, que comprenden que los abusos sin
restricción son peligrosos para todo su sistema .
Los marxistas deben ser las últimas per*
S
fonas en él mundo que se engañen á s\ misRías con la retórica fanfarrona al estilo de
fíormait Thornas. Cuando nosotros, los maricistas, hablamos de romper el poder del monopolio capitalista, entendemos colocar otro
poder en su lugar. Y éste puede ser solamente el poder de la clase trabajadora unida bajo
un programa socialista,.
Cuando no tenemos tan seria y realista
perspectiva, no nos contentamos con frases
estridentes, seudo revolucionarias que no tienen otro alcance que el transportarnos a un
sueño pueril mundial y nos priva de nuestra
influencia en el mundo real. No hablemos
entonces de romper el monopolio capitalista
como programa de unión nacional en EE. UTJ.
en 1944.
¿ES EL CAPITAL
MONOPOLISTA
UNA MASA REACCIONARIA?
St han hecho muy severas observaciones
Sobre un punto de tni discurso pronunciado
«n Bridge Port tn diciembre 12. Permitidme
Citar el párrafo *n cuestión y discutir el
Broblema en forma más profunda. Decía»
"Vosotros tendremos qut estar preparados
fart rompef ton cualquiera que rehuse apoyar Ji luchar por la realización del acuerdo.
df Teherán y ¡a coalición anglo-soviéticottorteamericant. Tintemos que estar prepara"
dos tara freitar gyuda y confraternidad • a
cualquiera qut luchf por la realización de
tsa coalición.' Si J. D. Morgan apoya esa
foaliciÓH y sigue la línea marcada por ella,
yo eom» comunista, estoy preparado para es*
trechar su mano y unirme a él para realiSarla. La división de clases y los grupos i>o'
líticos no tienen importancia ahora, excepta
'tn el sentido de que reflejan un lado « otra
dt este asunto"
Sin perder tiempo en escapatorias inútiles,
Explico directamente lo inherente al pensamiento expresado, a saber, que yo no estaba
haciendo una abolición verbal de las diferencias de clases, sino que estaba rechazando la
Consigna política "clase contra clase" como
guía de alineamiento para nuestro próximo
período. Hablé simbólicamente de Mr. Morgan, analizándolo como un representante de
Una clase y no como un individuo a quiea
desconozco en ese sentido.
En mi opinión éste es el único camino
acertado para el alineamiento oslítico dentro
di los EE. UU.
DQC'Á
Tfimérei, y sobre todo, elegiremos nuestros
asociados analizando si están por o contra la
política de Teherán y pesando la efectividad
de su aporte sin considerar las diferencias d<e
clases o las pasadas divisiones políticas,
Esto quiere decir que no solamente los
trabajadores, campesinos y clase media «poyan el proyecto de Teherán, sino que también entre la alta burguesía y capitalistas del
monopolio hay aliados nuestros.
Tal es el camino correcto aún en el caso >•
de no encontrar aliados allí, porque si no encontramos tales aliados establezcamos sin
ninguna confusión el hecho de que no ha sido
la amenaza de la hostilidad comunista la que
ha empujadn a estos pobrecitos a su posición
reaccionaria. Pero, por encima de todo, esta
posición es «orrecta, sin duda, desde el punto
de vista político, porque hay y habrá pode'
rosos sostenedores en la coalición anglo-so'
viético-nortetmericana como un proyecta de
largo alcanue, como se delineó en Teherán,
incluso en 1*s filas de los grandes capitalistas. Pues lo» capitalistas monopolistas hoy día
no constituyen una masa reaccionaria homo"
génea.
Me han desafiado a que publique una lista
de los grandes capitalistas de ambos bandos y
analice su influencia política. No tengo ta"
les listas, ni tampoco puedo dar un juicio
político sobre tal base. De una cosa estoy se"
guro: de qutf parte de la gran burguesía que
apoya los .acuerdos de Teherán puede ser el
sector decisivo siempre que se una' efectiva'
mente, a todo el campo democrático progr««
sista.
La política de los partidarios de Teherán
debe ser buscar y facilitar el apoyo de todas las clases y grupos con el pueblo traba*
jador como base principal. Todo el campo
de los partidarios de Teherán deberá organizarse, asimismo, efectivamente controlando
la mayoría del país.
Sin este alineamiento amplio, que incluya
a todos los sectores, es charla inútil hablar
de ganar la vasta mayoría de los EE. UU.
para la política de Teherán.
HACIA UN PROGRAMA ECONO*
MICO POR LA UNIDAD NACIONAL
I bien no poaemos inventar programas?
pojemos comenzar por examinar el
método conveniente para la solución
del problema económico, sobre la base de la
unidad de las diferentes clases.
S
y trabajo en tiempo de pets. Sf neces'far'á
Tal programa económico debe contemplar
aproximadamente un desembolso de 135 a 150
el máximo acuerdo y el mínimo de oposición
billones de dólares (según los precios de
por lo menos entre los dos grupos más deci1941). Esta suma deberá ser alcanzada rásivos: Primero: Ips hombres de negocios, capidamente a más tardar 2 años después (¡u»
pitalistas industriales y financieros y sus rellegue la paz, y los empleos deberán acrerenpresentantes que tienen una efectiva particitarse en medio millón por aña para responpación en la economía nacional; segundo: las
der a la oferta de potencial humano en Ins
clases trabajadoras, los obreros organizados
años subsiguientes. (Resumido por Levii
y los campesinos.
Lorzvin, "Plan de postguerra de las A ocio*
Parece que se ha cristalizado una idea en
nes Unidas", 1943).
smbos grupos y ésta es que no debe permitirse que surja una nueva crisis económica
después de la guerra. Aún las organizaciones
i Dónde se encontrarán mercados para cocapitalistas más reaccionarias, se niegan a
locar 85 billones en mercaderías después da
aprobar las funestas predicciones hechas por
la guerra? Seguramente una gran parte, ta!
la Academia Americana de Ciencia Polítivez la mitad, ce vaciarán en mercados extranca y Social (Anales, marzo, 1942), que desjeros, ya que así lo exige nuestro sistema eco.
cribía la situación económica de postguerra,
nómico.
con las siguientes palabras:
La Conferencia de Teherán, por primer*
"Los ingresos nacionales descenderán casi
vez, vio una perspectiva realista en la rá'
«erticalmente a un tercio o a la mitad de su
pida organización de los mercados exteriores
nivel de guerra... Se producirá la consi*
en gran escala. Tales grandes mercados exteguíente cesantía... Cualquier plan que deje
riores, sólo son concebibles en condiciones
de considerar estos hechos es irreal y fútil."
estables sin guerras internacionales o nacióPor el contrario, en todos los sectores exis- i nales'de grandes proporciones. Sin esos mer'
te el acuerdo general de que la admirable
cados extranjeros, no hay posibilidad de en'
expansión de la economía productiva de los
centrar un fundamento económico para It
EE. UU. para satisfacer las necesidades de
unidad nacional dentro de los EE. UU,
guerra, ha demostrado más allá de teda duda
La mayoría de los círculos capitalistas s*
que no hay razón válida para que la econooponen en forma vehemente a la intervención
mía, incluyendo la agricultura, no responda
gubernamental en gran escala en cuestiones
a las necesidades en tiempos de paz, aproxieconómicas. Sin embargo, aún en estas actimadamente en el mismo grado, y ningún
tudes dogmáticas se observa que ceden terre*
plan será digno de ser tomado en cuenta si no a grandes pasos. .Asi el Comité de prono se apoya en estas bases.
blemas de postguerra, de la Asociación Na
El Comité de Desarrollo Económico, una
cional de Industriales, comienza a encarar
institución especial organizada por jefes inel vasto problema de organizar el mercado
dustriales y de corporaciones para estudiar
extranjero ofreciendo una nueva modalidad;
los problemas de postguerra, se expresa tf
los siguientes términosj
"Este plan sugiere que alguna forma rfi
trabajo debe establecerse en la cual las re'
'El Comité ve que el problema consiste
¡aciones políticas y económicas entre las na*
ante todo cu hacer la transición de la activi'
dones puedan desarrollarse y mantenerse SO'
dad económica de guerra y la paz. Cuando
bre una base ordenada. El hecho de que ¡a
ella se produzca, el Gobierno ya no necesitará
"libre empresa" sea la norma para nuestro
gastar 85 billones de dólares que gastó en
país, no significa que ella vaya a reglamentar a otros países aue cuentan con grandes
1943 en mercaderías de guerra.. Siete milloperspectivas de desarrollo. Aunque los fonnes de hombres en las fuerzas'armadas como
dos en capital para el progreso de los pa:ses
n¡.:'.;mo y (asi el total de los 20 millones que
no desarrollados deberían proporcionarse por
altara trabajan en la industria de guerra, esniedin de empresas privadas o la acción gif
tarán ansiosos de desempeñarse cu una actibernamcnlal. sin embargo, agencias adecuavidad productiva en tiempos de ¡>as. Para dar
empico a estos millones de hombres y miije' das deberán establecerse para asegurar que
l¿i administración y obligaciones en que incu'
res será necesario reemplazar rápidamente los
ñau sean trmmr.knsat" (Lorwin, ídem)
billones de dólares lie la producción de guerra por el monto eguivalente en mercadería!
f AGINA
TRECE
Es obvio qué no habrá diferencias insalvables de opinión en lo que se refiere al rol
del Gobierno para abrir mercados extranjeros, que son indispensables a la industria y
• la agricultura en los EE. UU. Con entera
Conciencia convenimos que el Gobierno no
debería ir más allá en el sentido que lo que
los mismos exportadores capitalistas exigen
para obtener sus pedidos y obtener el pago
después.
Respecto a la expansión del mercado interior, es un tema de discusión mucho más
agudo. Suponiendo que el mercado interior
sea igual al extranjero en la capacidad para
absorber los 85 billones de dólares adicionales de las mercaderías en tiempo de paz, ésto
significa doblar aproximadamente el actual
mercado interno.
Es claro que por los canales ordinarios de
la expansión industrial (utilización de los
24 billones de dólares representados en bonos de guerra, obras públicas, construcciones
de hogares, caminos, etc.), eso no podría conseguirse ; ni tampoco con nuevas inversiones
de capitales en plantas productivas, las que
precisarían de una mayor expansión. Deben
encontrarse algunos medios extraordinarios
para doblar la capacidad adquisitiva del mercado interior y parece que no hay otro medio de obtenerlo que doblando el poder adquisitivo del consumidor individual. Lo que debeinos hacer en este sentido no lo sugeriremos en esta ocasión. Esperamos sugestiones
de los capitalistas, quienes deberán encontrar
soluciones en orden a mantener sus plantas
en actividad. Especialmente, esperamos recomendaciones prácticas, sugeridas por el gran
movimiento obrero organizado.
Con respecto al grado de intervención del
Gobierno para garantizar la completa oc\r
pación y producción, esto punto, el más discutido de todos, deberá resolverse de alguna
manera dentro de la línea de convenio en que
las empresas privadas necesiten para ponerse
a nivel del standard de 150 billones del ingreso anual de la Nación.
La Conferencia de Teherán sólo ofrece la
promesa, siempre que las prácticas sean
ampliamente aplicadas, de realizar un programa económico de unidad nacional. Este es
difícil de llevar a cabo, pero bien vale hacer
todos los esfuerzos para lograr su consecución.
Nosotros los comunistas nos oponemos a
permitir un conflicto de clases en nuestro
páít cuando la guerra terminé, Si esto suce-
PAGINA CATORCE
de tío será dé nuestra responsabilidad, sino
de aquellos que no saben usar su poder en
pro de los intereses nacionales y que abandonan la nación en beneficio de su codicia,
LAS PRÓXIMAS ELECCIONES
PRESIDENCIALES
E
N noviembre de este año el pueblo
será llamado a elegir su Jefe Ejecutivo por los cuatro años siguientes. La
elección se verificará entre los dos candidatos seleccionados por dos Convenciones designativas, conocidas por los nombres de Partido Democrático y Republicano.
Ellos son partidos, solamente en un sentido legal y formal; no son partidos en «1 sentido de representar políticas alternativas bien
definidas. Son coaliciones de intereses locales y regionales dé diversas tendencias del
pensamiento político y de políticas profesionales, de las cuales la política nacional y el
interés nacional se desprende como un camino
sinuoso, con mucha confusión y una máxima
dependencia de la personalidad que surge
como líder. Es un sistema peculiarmenté arftericano, sin paraleló en ninguna partí del
mundo.
¿Quién será el candidato del Partido Dé
mócrata? ¿Qué política representará ese candidato ?
Hay un solo punto cierto al buscar las
respuestas. Este punto es que seguramente la
Convención Democrática designará nuevamente a Roosevelt, si él acepta la designación. Si el Presidente rehusara, no hay la
menor seguridad dé que el candidato représente la continuación de la política dé
Roosevelt. En el hecho, podría ser alguien
del tipo del senador Taft o Byrd, por ejemplo. Esta es una situación altamente irracional. Pero es la realidad con la que debemos tratar. En la sucesión de las directivas
del partido no existen seguridades en la coniinuación de la política, por el contrario, es
casi seguro que un cambio en la persona representaría un cambio en la política.
El Partido Republicano es igualmente in
estable. Wendell Willkie es uno dé sus posibles candidatos. Sin embargo, su designa*
ción casi depende por completo de que su
oponente democrático sea Roosevelt. En él
momento en que la Convención Republicana
esté segura de 'que Roosevelt no participa,
las posibilidades de Willkie caerían verticalfflente y los delegados republicanos elegirían
un candidato fabricado por la máquina electoral de alguien como Dewey o Bricker.
Willkie está tratando desesperadamente de su
perar este handicap en su contra por medio
de discursos demagógicos; está cayendo en'
tre dos rocas; tratando de imitar al Presidente y de parecer al mismo tiempo como su
opositor. Tendrá necesariamente que escoger
lo que va a ser; no puede continuar siendo
las dos cosas a la vez.
Estos hechos revelan cuan oscura se presenta la supuesta alternativa entré Roosevelt
y Willkie y, por lo tanto, el ganar la continuidad de política con el cambio de partido.
Aún admitiendo, de -acuerdo con los argumentos (lo que está resultando menos verdadero cada día) que Willkie aboga por una política muy semejante a la de Roosevelt, sique siendo efectivo que Willkie no puede
vencer en la Convención Republicana si ella
comprueba que puede elegir otro candidato,
lo que hará, a menos que Roosevelt participe; y Roosevelt no consentirá en ser candidato si no es respaldado por una gran mayoría que asegure su reelección, sin obligarlo
a descuidar la guerra por la campaña electoral. En ambos casos, Willkie está perdido.
Fue el amplio reconocimiento de estos hechos básicos lo que orientó a un amplio sector del movimiento obrero ya en 1943, a levantar la demanda de que Roosevelt sea el
candidato de 1944.
La Conferencia de Teherán ha profundizado y ampliado más esa exigencia. No es
que la política de Teherán sea propiedad del
Partido Demócrata. No: es propiedad de la
Nación y todos los que la apoyan se beneficiarán con ella. Pero a nadie escapa que
el hombre que jugó un gran papel en la
realización conjunta de la Conferencia de
Teherán y que aportó un gran esfuerzo para
que fuera un éxito, deberá estar identificado
en la opinión pública con el más g'rande acóntec'miento de la Nación.
F-n la sesión plenaria de .nuestro Comité
Nacional dé junio último, informé que:
"La corriente principal en el campo derrotista se dirige a realizar una triple diviíión. en la elección, a fin de negar mayoría
a cualquier candidato y llevar la designación
a la Cámara de Representantes, que está controlada por una coalición reaccionaria, alejando así los Estados del Sur, (de "voto censitario"), de Roosevelt o de su candidato,
1
para oponer un candidato democrático rival
designado por la Convención que dejaría a
Roosevelt fuera de la lucha en aquellos Estados".
Mi informe sobre la existencia de este plan
recibió pública confirmación a través de uno
dé sus campeones, (un senador de Carolina
del Sur), en el Senado hará unas pocas semanas. Cuando me referí a este asunto, era
ésta una inspiración secreta, pero verdaderamente peligrosa que ya en el momento en
que el senador la levantó abiertamente como
una amenaza, se había transformado en un
peligro cierto. No, el Sur no ya a separarse
del Partido Democrático por la abolición del
voto censitario ni por la labor progresista de
Roosevelt. También el Sur ha comenzado a
comprender que no puede vivirse en el. pasado y que debe empezar a modernizarse y
a ponerse al mismo nivel del resto del país.
Carolina del Sur siguió a sus senadores en
la separación que desencadenó la guerra civil
de 1861, pero este Estado no seguirá a sus
senadores en una nueva separación en 1944.
No. Los partidarios del voto censitario de*
berán encontrar nuevos caminos, más ocultos al pueblo, para poder cobrar esperanzas
y seguir adelante en su sucia tarea en la futura elección presidencial.
Esencialmente el mismo significado práctico tuvo el esfuerzo desplegado en 1943 para
dispersar a un sector del movimiento obrero
en un tercer "partido", que fue llevado a cabo
para oponerse al esfuerzo de guerra por los
John Lewis, los trotskistas y los socialistas
de Norman Thomas.
Esta desviación también ha sido derrotada
gracias al buen sentido de los trabajadores
y a la capaz jefatura de Phillips Murray y
Sydney Hulmán.
Ahora, el campo reaccionario y derrotista
no ha dejado ninguna treta por realizar para
las elecciones de 1944, en las cuales esperan
aún conseguir el poder; salvo luchas por controlar la designación en uno o ambos partidos. Si Roosevelt les hace el inestimable íavor de retirarse del campo, entonces lo»
reaccionarios y derrotistas verán aumentada*
sus esperanzas de controlar las elecciones en
ambos partidos. En este caso el país tendrá
que aprestarse verdaderamente para un mal
tiempo.
Si Roosevelt es finalmente convencido por
las exigencias del pueblo, contra sus propios
deseos de no presentarse nuevamente, la única esperanza de los derrotistas estará en el
Partido Republicano y aún allí, tendrán que
FAGINA
QUINCE.
¡enfrentarse con la figura de Willkié que ño
CS el hombre que desean.
ADIÓS AL LEMA DEL NEW DEAL
L Presidente expresó la profunda estrategia de la unidad nacional, cuando
recientemente declaró a la prensa que
en su opinión el lema de "New Deal" para
caracterizar a su administración debería ser
reemplazado por algo más actual como el de
"ganar la guerra".
El vocero de la vieja guardia republicana
"Spangler" inmediatamente salió a la palestra, demostrando así que Rooseveh estaba en
lo correcto. Spangler atacó furiosamente
esta, caracterización • e insistió que el Partido Republicano seguiría batallando según
los viejos modelos en 1944 y que rehusaban
reconocer que el mundo había cambiado por
completo.
La vieja guardia social-demócrata aprovechó también la ocasión para agrandar el abismo entre ella y el Presidente, abismo que ha
estado cavando laboriosamente en estos últimos meses.
Los liberales de New Republic fueron atatados de histerismo y declararon que nunca,
nunca, jamás, ellos podrían aceptar que 'la
administración Roosevelt se cobijara bajo el
lema "ganar la guerra" en vez del "New
Deal".
E
¿Por qué no a justar las consignas a las
tareas cambiantes de los tiempos ? Como el
Presidente lo ha señalado, el contenidp del
período del New Deal consistía en una serie
de 28 medidas ahora bien establecidas y a las
cuales ni siquiera los más rabiosos .antiKew Deal se atreverían a oponerse si se presentaran de candidatos a la Presidencia. Son
válidas y continuarán siéndolo. Pero hoy día
ie imponen otras medidas y todas ellas están
ligadas » la necesidad de ganar la guerra.
Y si alguno se interesa en lo que piensan
los comunistas respecto a la cuestión, basta
con repetir lo que nosotros decíamos a nues' tro Comité Nacional en julio pasado:
"El punto culminante no está planteado
íntre "ala derecha" y "ala izquierda' 1 ; dicho en otras palabras, entre el "New Deal"
y el "Oíd Deal"; no se trata de mantener
el st?.tu quo (lo existente) ; se trata de ver
lo que está por la victoria y contra los derrotistas. Y en toda esta lucha, no sólo están las
líneas para la elección de 1944,. sino también
par» todos los asuntos cotidianos que inci-
PAGINA
DIECISEIS.
den en el desenvolvimiento dé la guerra}
nuestros amigos y nuestros aliados no están
determinados por ninguna cpnsideración ideológica o por posiciones políticas formales.
Nosotros somos socios y aliados de todo ame*
ricano que esté dispuesto a pelear contra los
derrotistas internos y a proseguir la guerra
hasta la victoria. Esta es nuestra política
para hoy y para el próximo año. En el curso
de esta línea debemos guiarnos sin ninguna
desviación.
POLÍTICA DE SALARIOS, HUELGAS Y ACCIÓN POLÍTICA DE LA
CLASE OBRERA
A considerable confusión en el manejo
de la política de salarios, ha llegado
a un punto en que toda la materia al
respecto precisa una revisión seria por parte
de la Administración para la eliminación de
las normas estáticas y rígidas, modificadas
solamente por medidas chapuceras no ajustadas a una política dirigente.
Este manejo dogmático y rígido de los pro*
blemas de salarios, ha abierto campo para lo»
provocadores y divisionistas, quienes han
aprovechado la oportunidad para sembrar el
descontento entre los trabajadores y dirigir"
los contra la administración y el esfuerzo di
la guerra. Los peores enemigos en este aspecto han sido los elementos reaccionarios entre
los empleadores, secundados hábilmente por
Lewis y sus admiradores dentro del moví*
miento obrero.
L
En general, los trabajadores y en especial
la CIO, bajo la dirección de Phillips Mu"
rray, tienen un magnífico record en el apoyo
de la guerra, en el aumento de la producción
y en la serenidad para hacer frente a las pro'
vocaciones, adhiriendo firmemente a la política de no hacer huelga. Los trabajadores hari
soportado las cargas y los sacrificios de la
guerra sin quejarse cuando desvergonzados
aprovechadores llenaban de denuestos sus
oídos, j' han comprendido sus responsabilidades como columna vertebral de la nación.
Pero los trabajadores han entendido tam*
bien que no es patriótico permitir el empeoramiento en las condiciones de v"ida, en la
alimentación, abrigo y habitación, necesarias
para los soldados de la producción, cuando
esto no es el resultado de la escasez, sino ds
los malos manejos y de la mala fe. Los sol*
dados de la producción merecen y necesitan'
tan cuidadosa provisión para sus necesidades,
como la que precisan los soldados en los
campamentos y en las batallas. La única razón legítima para reducir el standard de vida,
cuando ellos trabajan el doble que lo normal,
sería una escasez real y física de mercancías,
lo que no ocurre en este casó.
Cualquier política razonable de salarios
debe ser destinada a levantar al máximo la
producción, sin embargo debe guardar también los salarios en relación con los precios,
corrigiéndose constantemente las desigualdades, dirigiéndose a que igual trabajo merezca
igual salario y debe limitar las ganancias en
una relación establecida por la expansión de
la producción. Cada grupo de trabajadores e
individuos debe comprender que no es una
víctima . desvalida ante un . capricho arbitrario, sino que la política de la Administración
está paulatinamente trabajando por acercarse a un aceptable standard de justa compensación que tiene en cuenta su contribución al
esfuerzo nacional.
La ausencia de esta política de salarios
de sentido común no es justificación para la
huelga. Toda huelga es hoy día perjudicial ,
para la guerra, perjudicial para la nación,
perniciosa para el movimiento trabajador y
nociva para cada obrero individualmente.
Nosotros hemos dicho claramente al mundo,
que nos oponemos a toda clase de huelga,
como una cuestión política.
Pero debemos insistir también en que el
Congreso debe cesar de promover y provocar huelgas y los patrones deben detenerse
.en la incitación a ellas. Los obreros ferroviarios se vieron enfrentados con una ley
que establecía que ellos debían aprobar ur,
voto de huelga y fijar el día de la iniciación, legalmente, para poder aspirar a. que
se atendieran sus demandas. Los responsables de no haber suspendido esa ley son mucho más culpables de las perturbaciones en
los ferrocarriles que los sindicatos ferroviarios y sus líderes. El Decreto Smith CoNally que aparentemente • estaba dirigido a
evitar las huelgas, resultó en el hecho una
provocación a tó huelga,, hecho que el Presidente señaló antes de que la ley pasara
sobre su veto.
El sabotaje del Congreso asestó un golpe mortal a los planes originales del Presidente para regular los salarios. Pero esto
no puede quedar así, dejando a los trabajadores que sufran las consecuencias. Aunque
tengan la mejor voluntad del mundo, los
trabajadores no pueden permanecer tranqui-
los frente a toda está criarJacanerfa y provó»
caciones, del mismo modo que ninguna máquina puede trabajar sin deteriorarse con
piezas mal ajustadas o aceite .inadecuado.
Los trabajadores han aprendido que no
deben esperar del actual Congreso ninguna
clase de ayuda sobre este particular. Pero
esperan que los patrones cultos pongan de
nuevo un mayor interés en ayudar a resol"
ver este enojoso problema de la política de
salarios y, sobre todo, esperan que el Presidente dará Jas 1 órdenes respectivas par»
nueva revisión general del problema y que
mientras tanto realizará reajustes de emergencia en algunas de las peores anomalías
de salarios.
Por su parte, los trabajadores deben co*
menzar a comprender que no pueden exigir
ayuda constantemente del Presidente, sin
darle el apoyo necesario para tratar con. sus
enemigos. Es decir, que deben actuar en política con un sentido arilplio, en estrecha
alianza con todas las fuerzas progresistas
del país, incluyendo no solamente a los campesinos y a los elementos de la clase media,
sino también a los patrones y capitalistas.
\
Todos los esfuerzos actuales del moví"
miento obrero organizado que tienden hacia
una efectiva acción política deben ser profundizados, fortalecidos y ensanchados en
una forma más activa. Debe haber una verdadera red de comités a través de cada localidad, de cada Estado, de toda la nación,
que trabajen por la unidad entre los diversoí
sectores políticos del movimiento obrero.
Todo esto debe culminar en un gran esfuerzo unido en las elecciones de 1944, para garantizar la continuación de la política de
Roosevelt y para cambiar la composición
política del Congreso, de manera que se
convierta en una .ayuda en vez de un obs«
táculo para ganar la guerra y lograr una
paz estable.
ABOLICIÓN DE LAS LEYES JIM
GROW, POLLTAX, ANTISEMITAS
Y ANTICOMUNISTAS
Periódicos llamados responsables lian
lanzado calumniosos ataques contra los comunistas, acusándonos de incitar al país a la
guerra civil, porque apoyamos los derechos
de los negros, atacamos el polHax. denunciamos el antisemitismo y otras atrocidades
de los racistas y porque exigimos la aboli-
P AGINA
DIECISIETE
c!6h de las leyes discriminatorias contra los
comunistas. Se nos exige que abandonemos
estas luchas, a lo menos hasta que la guerra sea ganada.
No podemos ceder ni una fracción de
pulgada ante tales ataques y tales argumentos. Podemos tomar compromisos y los tomamos, en centenares de otras cuestiones,
incluyendo la cuestión básica de posponer
toda proposición radical para cambiar el sistema económico y social existente, pero si
consintiéramos en abandonar las bases mismas de la simple democracia, entonces todo
estaría perdido.
No podemos conciliar, ni siquiera temporalmente, con el sistema Jim Grow, con
el poll-tax, con el antisemitismo y con el
principio de excepción dirigido contra los
comunistas, sin que —como consecuencia—
entreguemos la fortaleza fundamental de la
democracia a los enemigos fascistas de dentro y de fuera. No podemos ganar esta guerra sin realizar una lucha irreconciliable
por la purificación de nuestra democracia de
todos estos conceptos fascistas.
Inciden talmente ésta es sólo una lucha
por los derechos de las minorías. Pero estas
violaciones sistemáticas de los derechos de
las minorías sirven de veneno y de perversión de toda la vida económica, política y
social del país. La lucha por la abolición de
estos abusos es cosa que concierne a toda
persona decente •• no es una cuestión de interés particular, sino de supremo interés nacional .
Cuando luchamos por estás cuestiones no
hacemos nada más que perseguir la aplicación en la vida real, de las Enmiendas de la
Constitución que salieron a raíz de la guerra civil y que han sido por tanto tiempo
desatendidas.
Sobre estas cuestiones, los comunistas
somos por principio intransigentes, infk'xiblcs, irreconciliables.
Esto no quiere decir que seamos precipitados o atolondrados para escoger los medios de lucha. Por el contrario, nunca nos
hemos cansado de oponernos a toda tentativa de realizar estas luchas en una forma
perjudicial o dañina. Testigo de esto es
nuestra constante oposición a las tácticas
torpes del movimiento dirigido por A.
Phillip Randolph, llamado ".Marcha sobre
Washington". Siempre hemos 'aconsejado
aquellas formas más prácticas, ordenadas y
unidas de la lucha política que establecen
y'AGINA DIECIOCHO.
los procedimientos democráticos americanos.
Y estas medidas se han demostrado cada vea.
más efectivas. La discriminación racial puede ser abolida AHORA.
Permaneceremos firmes en esta línea 1
continuaremos emuujándola como la única
ruta «cosible para todo ql movimiento progresista-democrático en las elecciones de 1944.
9
EL VOTO DE LOS SOLDADOS
La fuente fundamental misma de la de*
Kiocracia está comprometida en la lucha por
el derecho a sufragio de nuestros diez millones de soldados, marinos y tripulantes de
la Marina Mercante.
La votación puede solamente ser habilitada a través de un plan Federal unificado
para la distribución de los votos a los soldados f
Sería muchísimo menos .perjudicial para
nuestra democracia el aplazamiento de las
elecciones hasta después de la guerra, en lo
cual nadie está de acuerdo, que excluir de
una efectiva participación en ellas, a diez
millones de hombres que constituyen la crema de nuestra población.
PROBLEMAS DE ORGANIZACIÓN
DE LOS COMUNISTAS
En mayo último, cuando se anunció la
disolución de la Internacional Comunista,
el "New York Times" y otros periódicos
plantearon la consigna de que el Partido Comunista de los EE. UU. debería también
disolverse y dispersarse. En respuesta yo
envié una serie de cartas a la prensa, en las
que recusaba la validez de tal proposición,
pero expresaba que el Partido Comunista
estaba pronto n discutir, ésta y cualquiera
otra cuestión, con cualquier vocero responsable de la opinión pública, desde este único
punto de vista; qué es mejor para ganar la
guerra. La sesión plcnaria de junio de nuestro Comité Central, conoció y aprobó mis
cartas.
No recibimos respuesta de nadie para discutir ésta o cualquiera otra proposición para cambiar la forma o las actividades del
movimiento comunista en nuestro país.
En esta reunión de nuestro Comité Central tenemos quef" examinar, por consiguiente, si hay algunos cambios que nosotros mismos, uniíatcralmente, sin discusión con nadie más, podamos encontrar conveniente introducir en interés de la nación, de la gue*
ira y dé la clase trabajadora de la cual so«nos iundamentalmente representantes
QUE ES LO PERMANENTE EN LA
ORGANIZACIÓN COMUNISTA
Recientemente hemos publicado un folleto titulado "Conversación sobre el Partido Comunista", que es un compendio de disjcursos pronunciados por mi en reuniones
de militantes del Partido en Detroit y Chicago. La función y rol descritos allí por la
organización de los comunistas, de los ,marxtstas, son características permanentes para cualquier organización de esta naturaleza, cualquiera que sea su nombre o sus tareas prácticas inmediatas.
Estamo» absolutamente ciertos que una
organización de este tipo debe ser mantenida y fortalecida cada vez más en los EE.
UU. Sabemos que la ausencia de una tal
organización en los EE. UU. debilitaría a
nuestro país, tanto internamente como en sus
relaciones internacionales. Interiormente, los
marxistas organizados proporcionan uno de
los puntos de apoyo y orientación más notables para todas las fuerzas democráticas y
progresistas; en las relaciones internacionales, ellos (los marxistas) proporcionan al
país una experiencia esencial necesaria en la
política para tratar con los comunistas de
otros países, tales como China, Yugoeslavia,
Italia y Francia, donde la cooperación comunista es absolutamente ineludible, si se
quiere que Europa y Asia sean reorganizadas en un período de relativa paz y orden.
Sólo desde este punto de vista, la conclusión
práctica que debe sacarse es que la continuada y creciente actividad y organización
del movimiento comunista en los EE. UU.
es de interés para el país, para la guerra
y para un mundo ordenado después de la
guerra. Esta es una conclusión que creemos
ineludible, no solamente para nosotros, sino
para todos los demócratas inteligentes.
¿CUAL ES EL CONCEPTO AMERICANO TÍPICO DE PARTIDO?
No hay la misma razón fundamental
obligatoria para que la organización tenga
que llevar el nombre de "Comunista". Es
perfectamente posible que jueda existir una
situación en la cual, prácticamente, otro
nombre sea más conveniente, como es el calo d« varios países en que los marxistas de
allí lo han considerado y lo han hecho asi.
Pero nuestro meditado juicio dice que no
hay nada en la actual situación de los EE.
UU. que haga conveniente 'cambiar el msm'
bre de ".Comunistas". Por el contrario, podría ser perjudicial el presentar a nuestros
enemigos otro nombre para crear más Coníusión en el país lanzando suspicacias de
que el nuevo nombre es un camouflage para
encubrir terribles y siniestras conspiraciones.
Por otra parle, el nombre mismo tiene el
»nás alto prestigio de su historia y no debe
ser abandonado así, ligeramente y sin que
haya una poderosa necesidad.
Es alrededor del concepto "partido" fnáv
que del concepto "comunista" donde existen
hoy en EE. UU. los mayores impedimentos
prácticos para nuestras relaciones de COope*
ración con otros grupos 'democráticos.
Lo que en EE. UU. se llama el "Sis«
tema de -dos Partidos", es una vieja tradición que domina a la mayoría de la mentalidad americana. Dicho sistema reconoce
como "Partido", solamente a esa combina"
ción especial que está en el poder y a la
combinación de oposición que tiene ante sí
la alternativa inmediata de tomar el poder.
Todos los agrupamientos políticos menores
están contenidos dentro de "los dos grandes
Partidos", los cuales son, en el hecho, coaliciones de muchos grupos que en la mayoría
de los países constituirían partidos separados ; si los grupos • menores loman el iiom»
bre de "Partido" y se convierten en uno de
los llamados "Partidos Minoritarios", se le
considera como una secta que debe retirarse
de la vida política práctica del país.
Este "Sistema de dos partidos" ha sido
intensamente fortalecido y afianzado contra
las tempestades producidas por los r.onstantes cambios políticos que se producen den*
tro de él, por el sistema de comicios directos que dan a todos los votantes la oportunidad de enrolarse en uno u otro de los dos
partidos mayoritarios y participar en la de'
sigilación de sus candidatos, como también en
los Comités del Partido y de los delegados
a las Convenciones.
Nueva York es uno de los muy pocoi
Estados en los cuales las leyes electorales
permiten la coalición de dos o más Partidos
en una lista de candidatos; es sólo debido
a este hecho que el Partido Laborista Americano del Trabajo ha sido capaz de convertirse en un factor significativo en la política práctica. En la mayoría de los otroi
Estados no podría funcionar, en absoluto,
una organización similar en el mismo sentido.
La clase obrera americana comparte ampliamente la opinión general del país de que
este "Sistema de dos Partidos" proporciona
Uv, canales adecuados para la preservación
básica de los derechos democráticos. Y si
no, ¿cómo podemos comprender el hecho
•que en 1940, ni una sola organización obre"
ra, o de otro crácter, protestara contra la
arbitraria exclusión del Partido Comunista
de las votaciones, por medio del terror, la
intimidación y las sentencias de prisión ?
Pero no son solamente los comunistas los
que se han estrellado la cabeza contra la
muralla de piedra del "Sistema de dos Partidos". En 1912 y en 1924, dos grandes tentativas, para romper los viejos moldes, hechas por Teodoro Roosevelt y Roberto M.
Lafollete no lograron ningún cambio en el
sistema, a pesar de toda la importancia que
tenían aquellos movimientos en su aspecto
político general.
UN CAMBIO DE "PARTIDO" EN
"ASOCIACIÓN"
Nuestro . país ha entrado ahora en
un
euevo período, en el cual, con la terminación victoriosa de la • guerra, todo estará
subordinado al objetivo supremo de realizar
las promesas de Teherán, de mantener un
mundo ordenado que nos traerá la paz por
algunas generaciones.
Es obvio que para realizar las p'romesas
de Teherán deberá mantenerse el más amplio Frente Único de todas las fuerzas progresistas y democráticas en los EE. UU.
Del mismo modo, es igualmente obvio que
los comunistas serán una parte, una pequeña parte minoritaria de este Frente Único.
La organización comunista se hallará durante mucho tiempo en alianza con fuerzas mucho mayores que las suyas.
De este hecho-' se desprende que. en el
estricto sentido americano de la p? labra, los
comunistas no continuarán operando como
"Partido"; es decir, que ya no podrán presentar sus propios condidatos en forma mienendiente, salvo en aquellas circunstancias
;sneciales en que pueden ser obligados a ac¡ua'r a través de "candidatos independientes".
Esta es va una situación práctica; marchamos hacia un desarrollo de la perspectiva
de la unidad nacional por un futuro que
abarcará muchos años. Por consiguiente,
ésta ya no es una situación de •"emergencia''
sino que está transformándose en una situación "normal".
Todas estas consideraciones señalan la
conveniencia de tomar una decisión para que
la organización comunista en la EE. UU.
ajuste su nombre en forma que corresponda
más exactamente a la tradición política americana y a su propio rol político práctico.
Tal decisión sería que en vez de ser conocido como "El partido Comunista de los
"EE. UU.", nuestra organización se llamase
algo así como "Asociación Política Comunista Americana".
Esta es la recomendación de nuestra Co<
misión Política para que esta reunión del
Comité Central la adopte como proposición a
nuestro Congreso Nacional de 1944, a fin
de que se tome allí Una decisión final.
Bajo este nombre nos será mucho más
fácil explicar nuestras verdaderas relaciones
con todos los otros agrupamientos democráticos y progresistas que operan, en lo principal, a través del "Sistema de dos Partidas",
permitiéndonos ocupar nuestro lugar en una
libre colaboración a su lado.
nales que plantear para la discusión o decisión, en relación con los problemas fundamentales .
TRES ANIVERSARIOS
. Este año conmemoramos tres importantes aniversarios.
Hace 25 años de la fundación de la
moderna organización comunista, de la cual
salió nuestro Partido. Será una ocasión propicia para hacer un recorrido histórico que
servirá para armar mejor a nuestro fartido
con una comprensión clara de su origen y
su rol.
Este mes hará 20 años desde que el primer número del "Daily Worker" salió a la'
luz. Si siempre hemos considerado que esti
diario era indispensable, ahora debemos com"
prender que su importancia se duplica en eí
nuevo período a que estamos entrando. Su
circulación debe ser aumentada seriamente.
Hace 20 años que Lenin murió. Hoy 1»
gran mayoría de los americanos sabe 'que
el Estado que Lenin fundó y que Stalin llevó a su madurez, es la única fuerza indis*
pensable que nos salvó a nosotros y al mun*
do del esclavizamiento nazi. Nosotros qu»
siempre hemos atesorado el legado de Lenin
para nuestro país, tenemos ahora más qu«
nunca la oportunidad y el deber de hace?
conocer a todos los americanos sus enseñan*
zas que hicieron grande y fuerte a la Unióí
Soviética,
PREPARATIVOS PARA NUESTRO
CONGRESO
En vista del trascendental alcance de las
decisiones que deben tomarse, se adelantará
la realización de nuestro Congreso de la fecha acostumbrada y se convocará para mediados de mayo.
Esta reunión del Comité Central debiera designar un Comité Nacional para la
campaña electoral, el cual tendría por compic':o a su cargo todas las cuestiones políticas de la elección hasta el Congreso.
También debiera nombrarse una comisión
de Estatutos encargada de la responsabilidad
de examinar todos los. cambios requeridos
en los Estatutos para poner en vigencia la
politica trazada aquí, siempre y cuandr> sea
aprobada por el Congreso, y para q\i" informe de tales cambios al Congreso cuando sea convocado.
Deliberadamente he concretado este in1
forme a las cuestiones esenciales sobre las
cuales hay algo nuevo que decir. Es mi opinión que esto contribuirá a la claridad de"
la discus'ón. pero no debe ser interpretado
como una limitación a ningún miembro rW
Comité Central aue tensa cuestiones adicio-
VAGINA
EL PUEBLO ESPAÑOL RECLAMA
LA AYUPA DE AMÉRICA
"Por ANTONIO
N la larga y accidentada historia de
España no se conoce otro caso que haya concitado tan unánimemente el odio
de toda la población como el del régimen
de Franco y Falange. Tiene su explicación
en el hecho de que tampoco España conoció
un régimen semejante de tiranía, de hambre
y de opresión extranjera como el impuesto
por la odiosa dictadura nazifalangistá. Tiene
su explicación la madurez política del pueblo,
que se ha curtido en innumerables combates,
por la libertad, la independencia de la patria
y el progreso, por medio de los cuales ha adquirido conciencia de su fuerza invencible y
de cómo con la unidad de la clase obrera y
de las fuerzas más progresivas al frente de
tcTda la nación, vencerá a sus enemigos más
encarnizados, Franco, Falange y los nazis inyasores.
El odio incontenible del pueblo español
contra sus verdugos que lo asesinan y lo han
sumido en la desesperación y en la miseria,
se afinca en la fortaleza, en el valor y la abnegación de la clase obrera. Su ejemplo incomparable de combatividad y de heroísmo ha
infundido valor y capacidad de sacrificio a
las masas y a los sectores más diversos de la
población para la lucha a muerte contra el
fascismo.
Desde un principio el pueblo español comprendió que el régimen franquista no sólo
era opresión y barbarie, sino que significaba
también la destrucción y la perdición de España. Es decir, que Franco y Falange eran la
anti-España, y, por tanto, los agentes d«prvciables del Eje fascista.
Estas son las razones que explican el porqué el tirano 'Franco y su partido de salvajes falangistas es odiado a muerte por los
pueblos de España.
E
LAS MANIOBRAS
NAZIFALANGISTAS
EBIDO a las crecientes luchas de la
i Jase obrera y de todo el pueblo español, así como por las grandiosas victorias de la Unión Soviética y sus aliados en
D
{AGINA
GUARDIOLA'
ia luclia a muerte que libran contra las hor*
das nazis y demás componentes del Eje fas"
cista, el régimen franquista se ve acorralado
y minado por profundas contradicciones úl"
ternas. Pero el dictador Franco y sus mesna"
das de forajidos falangistas, como sus amos
los hiílenslas, no se resignan a morir, y tra*
tan por lodos los medios de prolongar su existencia y da encontrar una escapatoria que les
libre de la implacable justicia popular, ante
la que inexorablemente tendrán que rendir
cuentas de sus crímenes monstruosos.
De aquí que ante la avalancha que se precipita sobre ellos, Falange trate de maniobrar
buscando una salida salvadora. Pues como
muy sabiamente dijo el gran camarada Sta"
lin, en su Orden del Dia al invencible Ejército Rojo, en el 26.o aniversario de su fun*
aación: "No ha ocurrido aún en la historia
de las guerras un caso en que el enemigo se
arroje a sí mismo al abismo por su propia
voluntad". Asimismo, los verdugos de España no se Arrojarán por su propia voluntad al
precipicio.
Apoyados en los medios muiüchenses espartóles, londinenses y norteamericanos, Franco y Falange maniobran para reconstruir su
bloque prrmitivo de adherentts e instaurar la
monarquía de acuerdo con su amo Hitler.
Para mejor llevar a cabo esta infame maniobra, adoptan decisiones «le aparente liberalismo, mediante las cuales quieren dar la sensación de que "evolucionan" hacia formas
más "humanas", "tolerantes" y "democráticas"-eu su régimen de terror, opresión y latrocinio. A esta finalidad
responden los
acuerdos tomados en la reunión de jefes O
provinciales de Falange celebrada en el pasado mes de diciembre, de "disolver" sus malicias, de pedir el fin de. la "represión" nulifica, de proclamar que Falange "no aspira
a la dictadura", ni es un'"Partido político",
y de que pretende instaurar un sistema "Casado en sus instituciones, en reconocimiento >1e
la personalidad y libertad del hombre" y, finalmente, "pidiendo" una "cierta e!asiic:c!;.'<l
para las críticas de prensa' , y que :^- ?•.•.priirau o modifiquen en k» suúsianc;^: acju>*
Huí organismos crearlos en momentos ríe dificultad y que cumplieron en tocio o en parte su cometido". Estas no son mas que Inlames mentiras. La realidad es que la aparenta
disolución de sus milicias sirve para mtrotiucir en el ejército los millares de jefes de
aquéllas y asegurarse en éste una mayor influencia; la realidad es que en vez de poner
fin a la criminal represión política, ésta se
acentúa y siguen fusilando sin cesar, torturando y efectuando detenciones en masa;
(baste el siguiente ejemplo:
solamente en
Madrid han fichado en los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre últimos
a 100.000 personas como enemigos del régi"
men y han detenido a 6.000; sólo en Madrid
se consuman diariamente alrededor de 30 fusilamientos) ; la realidad es que la dictadura falangista cada día se hace más encarnizada, que no existe ni se tolera más partido
que el de la Falange, que no se adnlite otra
prensa que la suya y que los organismos de
represión, de entrega a Hitler y de bandolerismo siguen funcionando con más intensidad
que nüncí».
flüísta de su libertad, dé la independencia de !á
patria y de las garantías fundamentales para
decidir libremente sobre sus destino».
En esta lucha a muerte las fuerzas - ile la
democracia van siendo engrosadas con la incorporación de otras tuerzas que, bajo el im"
perio del terror, del hambre y de la ruina
que el régimen nazófilo de Franco y Falan*
gt ha impuesto a España, han aprendido a
conocer y a odiar al iascismo, y a compren*
der que su puesto está al lado de las fuerzas más sanas y leales de la nación, la clase
obrera y las masas democráticas y progresi"
vas, para luchar por derrocar a los verdugos
naziíalangistas y reconquistar la Democracia
Española.
Guiados por el ejemplo imperecedero de
heroísmo, de abnegación y de sacrificio de la
clase obrera y de su Partido, el glorioso Partido Comunista de José Díaz y de Pasionaria,
millares de patriotas se incorporan diaria*.
mente a la lucha despiadada contra la tiranía
de los asesinos y ladrones falangistas. La in*
trepidez, el coraje y la audacia de los rormt*
nistas en organizar e impulsar la lucha arw*
tran al combatí diario contra Franco y Fa*
EL RÉGIMEN DE FRANCO ENFREN. lange a millones de españoles, que están dispuestos a conquistar la victoria sin escatimar
TA LA CATÁSTROFE
riesgos y sacrificios. El ejemplo .heroico de.
ERO, a pesar de cuantos esfuerzos rea- los comunistas está sirviendo para que otra»
lizan, las contradicciones en el seno del fuerzas que habían perdido la fe en el pueblo
régimen franquista se tornan más pr«r y que consideraban, erróneamente, imposible
fundas y la conspiración de algunas de las
la lucha organizada, por la sanguinaria opre"
fuerzas que hasta ayer íue'ron su mejor son" sión del franquismo, salgan de su postración
ten, se hace más evidente. Los terratenientes
y comiencen a organizarse, a publicar clanfeudales, los militares de casta y otros «to- destinamente su prensa y a luchar codo con
mentos pro fascistas han perdido toda fe eu codo con los comunistas, con las masas obreel "caudillo" y se orientan a buscar otro jefe ras y campesinas y demás fuerzas antifasciscon el cual salvar la situación. Estas fuerzas, tas de la nación. De esta forma se l¡a ido
buscando también el apoyo de los munklWIV
fortaleciendo la unidad de socialistas y comuses de Londres y Washington, maniobran nistas, de éstos y los republicanos con los de"
con vistas a instaurar la monarquía y asegurv
mis sectores progresistas y patriotas; de esta
mejor la defensa de sus intereses de casta,
Torma se estrecha sin cesar la unidad de lo|
Pero no es cosa fácil el encontrar una soltr
diferentes pueblos hispánicos para luchar con»
ción a espaldas del pueblo y los que se «sfuef
tra el enemigo común, Franco y Falange, que
zan por buscarla pronto se convencen de qu« por igual les oprimen y esclavizan,
no es posible lograrlo sin contar con el con*
senso popular. Y es que el pueblo de la mi»*
EN MARCHA LA UNIDAD ANTI.
ma manera que odia a Franco y Falange se
FRANQUISTA
opone a la vuelta de la monarquía, de la qu«
conserva amargos recuerdos. Por el'contrario,
E la misma manera que el terror, e!
los pueblos de España no admiten otra alter"
hambre, la opresión extranjera y el cao*
nativa que la de luchar a sangre y fuego con'
causan estragos en todo el pueblo sin
tra Franco y Falange y loa opresores hitleria- hacer distingos, éste ha sabido borrar las
pos; no admiten otra solución que la reeou* Ironteras que pudieran dividirle y presentar
P
D
VEINTIDÓS.
FAGINA
VEINTITRÉS
un solo frente de combate. Por medio de los
sufrimientos y las luchas ha ido forjando un
gran movimiento de Unión Nacional con el
que romperá las cadenas de la opresión irán"
quistas y las ligaduras que atan a España al
Eje tascista.
Sólo para dar algunos ejemplos de las luchas mas salientes del eueblo español, necesi'
tariamu» un espacio de que no disponemos
Uuy. Nos limitaremos a nuner de relieve una
vez más, algunos de sus aspectos más desta"
cados. Por ejemplo, la lucha contra los nazis
y los peligros de guerra hitleriana, contra las
medidas militares tomadas por Franco, con"
tra el terror brutal, el hambre y las mons"
truosas inmoralidades del régimen falangista,
t*ene una enorme extensión y abarca desde los
comunistas xhasta los católicos, desde los obreros y campesinos hasta la burguesía nacional
y los terratenientes menos recalcitrantemente
reaccionarios y profascistas; la lucha contra el
hambre toma aspectos cada vez más violentos
y con frecuencia se organizan manifestaciones, se producen motines y asaltos a los depósitos de víveres destinados para la Alemania
nazi y a los almacenes del infamante "Auxilio Social", como recientemente ocurrió en
Barcelona, donde la población asaltó los muelles de la estación del Norte y prendió fuego
al trigo que almacenaban, destinado < Alemania, viéndose obligadas las autoridades falangistas a aumentar la ración de pan a la poblac.ón; las huelgas obreras se producen S'n ce"
sar por más salario, por más racionamiento
de alimentos y .un mejor trato; la resistencia
de los campesinos a cultivar la tierra y la decisión de defender sus escasas cosechas de la
piratería de las comisiones de compra nazi"
falangistas, adquieren proporciones enormes;
el movimiento guerrillero crece constantemente, organizándose nuevas
guerrillas v am"
pilándose y reforzándose las existentes, movimiento de guerrillas que lleva a cabo hazañas grandiosas y que, manteniendo en alto
la bandera de la rebelión nacional, constituye la base del futuro Ejército de liberación;
la solidaridad con los presos y las víctimas
del terror franquista es practicada con solicitud y cariño por toda la población; la juventud, las mujeres, y todo el pueblo ludían
srdientemente por sus reivindicasioues más
apremiantes y sentidas.
VEINTICUATRO.
g
LA JUNTA SUPREMA DE UNION
NACIONAL
S cierto que estas luchas no han alean* •
zado todavía la debida cohesión y las
formas superiores de organización que
se precisan. Pero no hay duda de que la lucha del pueblo español ha alcanzado un alto
nivel.
E
La mejor demostración de ese alto nivel
y de cómo la política de Unión Nacional defendida por el Partido Comunista de España
ha penetrado en el pueblo, está en la creación de la JUNTA SUPREMA DF, UNION
NACIONAL, constituida recientemente en el
interior de España con la participación de republicanos, socialistas,
comunistas, U.G.T.,
C.N.T. (las dos centrales sindicales que agrupaban más de tres millones de afiliados) y
los nacionalistas vascos y catalanes. Últimamente, y como consecuencia de gestiones realizadas por el presidente de la JUNTA- SU"
;PREMA DE UNION NACIONAL con
destacado_s dirigentes católicos, también éstos han ingresado en la Junta,
La constitución de la JUNTA SUPREMA
DE UNION NACIONAL es la más grande
conquista alcanzada por el pueblo español en
su lucha contra el tirano y las jaurías falangistas.
En contraste con este balance positivo que
ofrece nuestro glorioso y heroico pueblo, está la actitud de elementos que, como Prieto,
Martínez Barrio y otros, en vez de facilitar
y apoyar la lucha gigantesca que se desarrolla en el interior del país, a costa de raudales
de sangre y sacrificio, la niegan y obstaculizan ; que en vez de dar facilidades para la
más amplia unidad de toda la emigración republicana con el fin de prestar la máxima
ayuda al pueblo que sufre y lucha, se obstinan en dividir más y más a estas fuerzas,
en enconar más las pasiones y en desarrollar, especialmente Prieto, una furiosa lucha
contra los comunistas y la clase obreja.
Para Prieto y Martínez Barrio, lo que sucede en España es un juego de niños, que
puede resolverse con el entendimiento de cuatro señores reunidos en una secretaría. Com3
si estuviéramos en el año 30. como si no hu-
bieran existido las epopeyas grandiosas del
pueblo español por la defensa de la República
y contra los gobiernos pro fascistas de Le"
rroux'Gil Robles, primero; en la lucha contra el fascismo y por el triunfo del Frente
Popular, más tarde; en el aplastamiento de la
sublevación franquista el 18 de julio del %
y en los 32 meses de gloriosa guerra nacional liberadora, después, y, finalmente, la forjada en el largo martirio d^ los cinco tñns
de dominación bestial de Franco y Falange.
Como si todo esto pudiera taparse con un
sombrero, como si fuera posible arrancar de
la vigoróla historia de las luchas de los pueblos de España, la etapa más vibrante y he"
toica, la que abarca los trece años que median
entre el 31 y el 44, Prieto y Martínez Barrio acuerdan constituir en México, una lia"
mada "Junta Española de Liberación", sin
contacto alguno con el pueblo que lucha en °\
interior de la patria y con la exclusión de la
mayoría de las fuerzas de la emigración, dr."
jando fuera a los comunistas, a toda la clase obrera, a núcleos importantes del Partido
Socialista, de los republicanos y a las fuer::as
nacionalistas de Cataluña, Euzkadi y Galicia,
menos un pequeño grupo de Esquerra catalana,
REPUDIO DE LA JUNTA DE
MÉXICO
OMPRENDIÉNDOLO así la inmensa
mayoría de los españoles de la emigración republicana ha condenado la cons"
titución de la expresada "Junta". De la misma manera, las masas obreras de América
Latina repudian a la "Junta" de Prieto y
Martínez Barrio cuando en el Pleno del Con"
sejo de la CTAL, al saludar calurosamente
a la JUNTA SUPREMA DE UNION NACIONAL constituida en España, se expresa:
"La CTAL declara que el proletariado americano condena toda tentativa de división de
las fuerzas democráticas españolas en la emigración basadas en exclusivismos políticos o
discriminaciones ideológicas que impidan la
unidad contra el fascismo, y expresa su anhelo de que los españoles antifalangistas firmemente unidos, dediquen sus esfuerzos a
ayudar a la J U N T A SyPRF.MA DE
UNION N« C I O N A L —único y auténtico
organismo representativo y dirigente del pueblo español— para liberar a España rápidamente de b ' i'an'a fraiuprsta e incorporarla
al freías de las Naciones Unidas"
C
Pero no está de más qué resaltemos el
contraste de que mientras el proletariado ame- ,
ricano agrupado en la Confederación de Tra'
bajadores de América Latina, saluda caluro"
sámente la constitución de la Junta Suprema
de Unión Nacional, y pide a las masas trabajadoras y a los pueblos del Continente que •
presten la máxima ayuda a la fucha del pueblo español, los señores de la "Junta" de México nieguen la existencia de la Junta Suprema; atribuyéndola a invención de los comu"
nistas, y consideran apócrifo su trascendental
documento dirigido al pueblo español el 21
de diciembre último, y que publico "Reconquista de España", periódico .clandestino antifranquista que se edita en Madrid. O como
la actitud del..Dr. Juan Negrín al calificar
de "fantasma" la existencia de la Junta Suprema de Unión Nacional y afirmar, después
de cinco años de silenció inexplicable, que antes de aceptar eso es preferible que continúe
'la divis:ón de los españoles. Semejantes actitudes sólo reflejan más una total desvincula*
c.ón con la lucha de nuestro pueblo, y el des"
cono";rn.ento más rotundo de lo que ocurre
en el interior de España,
La mejor respuesta y el testimonio mái
contundente a los que pretenden negar la
existencia de la JUNTA SUPREMA y a los
que no creen en la formidable lucha que heroica y valerosamente sostiene el pueblo es" •
pañol contra Franco y Falange, nos la da
el propio Secretario General de la Falange
y ministro del gobierno de Franco, José Luii
Arrese, cuando en el discurso pronunciada
en el acto conmemorativo de la fusión de la
Falange, la JONS y los tradicionalistas. celebrada a principios de marzo en Madrid, de=
claraba: "que sepan todos aquellos a quienes
atrae morbosa y conscientemente el pequeño a f á n conspiratorio QUE UNA FUENTE
INICIAL PROFUNDA DE ATAQUE
PRETENDE SOCAVAR LOS CIMIENTOS DEL ESTADO ESPAÑOL". Y agre"
gaba: "Que sepan también que EL NUEVO
FRENTE POPULAR con .checas, piquetes,
saqueos e incendios, pretende englobar a su
serviicio toda suerte de pequeños rencoress
ambiciones políticas y confusas frivolidades
de café elegante". ¿ Son o no pruebas eviden*
tes de la existencia de la Junta Suprema de
Unión Nacional en el interior de España, las
declaraciones hechas por uno de los máximo»
verdugos de la Falange? Lo son, sin lugar f
dudas.
PAGINA
VEINTICINCA
EL PROBLEMA DE ESPAÑA ES EL
PROBLEMA DE AMERICA
A nueva situación creada en España con
el alto nivel que están tomando las luchas del pueblo español, el creciente
desarrollo del movimiento de Unidad Nació"
nal antifalangista que se extiende por toda
la Península y la constitución de la JUNTA
SUPREMA DE UNION NACIONAL,
plantea a los españoles. republicanos y patriotas de la emigración residentes en América,
Como a les pueblos hermanos del continente,
tareas imperiosas de solidaridad y ayuda activa a la lucha de los pueblos de España.
En lo que se refiere a los pueblos de América y muy concretamente a Chile, porque a
él nos dirigimos, es necesario que se consideren dos cuestiones fundamentales: Primera,
que España, la primera en luchar contra el
fascismo para defenderse y defender a los demás, tiene derecho a pedir y exigir que se la
tenga en cuenta y que se le ayude a reconquistar su libertad, su independencia . y su regí'
roen democrático; que para hacer prevalecer
esos derechos España necesita el apoyo de
los pueblos hermanos de América, y, en primer lugar, de las ma;as obreras y fuerzas
progresivas de Chile. Segundo, que el pueblo
chileno, para mejor defender sus libertades
y su régimen democrático, tiene que consitlp"
rar los problemas de la lucha del pueblo es*
pañol contra Franco y Falange, como sus propios problemas, ya que la existencia del régimen nazifalangista no sólo es la perdición
y la muerte de España, sino que también un
peligro amenazador para las libertades y la
independencia de Chile y los demás pueblos
latinoamericanos. Está sobradamente probado
el papel de punta de lanza del nazismo en
América que realizan Franco y Falange: sus
embajadas, legaciones y consulados son centros de espionaje, de conspiración y ayuda
moral y material a las actividades quintacolumnistas ; los falangistas y sus agentes consulares, como servidores de Hitler, han participado decisivamente en el golpe militar
pronazi y en las actividades de espionaje de
la Argentina,
como asimismo en el golpe
fascista de Paz Éstensoro y Villarroel en Bolivia, donde los agentes franquistas financiaron dicho golpe. Y finalmente los franquistas y agentes de Falange, no sólo conspiran
Contra Chile y espían al servicio del hitleris"
•10, sino que especulan, encarecen la vida y
contribuyen activamente a empobrecer y a
L
PAGINA
VEINTISÉIS
sumir en él hambre y en la miseria al generoso y democrático pueblo chileno.
Este mismo trabajo de penetración 4 fascis- '
ta y de conspiración atentatoria a la libertad
y a la democracia en América, es realizada por
los agentes falangistas en Estados Unidos,
Cuba. México, Perú y otros países, como está
siendo demostrado constantemente-por los gobiernos, los tribunales y la policía de las repúblicas citadas?
Los intereses de España y los de las Naciones Unidas están demandando urgentemente oue América no envíe petróleo; aleodon, carne, trigo, salitre, cobre y otros pro-ductos al gobierno de Franco, porque es ayuda indirecta eme se presta a la Alemania fascista, núes estos envíos no van a mejorar la
miserable situación despueblo ejoañol. sino
que sirven para alimentar la máquina de guerra de Hitler.
Por e.so la decisión de los Gobiernos de
Estados Unidos v d¿ Gran Bretaña, de suspender los envíos de petróleo al tirano Franco
y aplicarle las represalias de guerra, fue saludada con entusiasmo por la emigración republicana y por el pueblo español. Con igual
entusiasmo cedimos eme esta medida se complete rompiendo las relaciones diplomáticas y
comerciales con el gobierno títere del "caudillo".
UN FORMIDABLE ALEGATO DE
MR. COFFEE
ACIÉNDOSE eco de esta cruda realidad y comprendiendo que la lucha contra Franco y Falange es un asnéelo
importante de la lucha contra el fascismo y
de solidaridad con las Naciones Unidas, al
propio tiempo que de defensa de la unidad y
de las libertades de los pueblos del Continente, el representante por el Estado de Washington, Mr. John M. Coffee, en una intervención hecha en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, el 23 de febrero
último, decía: "lia pasado ya la hora de investigar las actuaciones de la Falange y nuestras relaciones con el Estado falangista esoañol. 'Debemos adoptar una actitud concreta,
positiva y democrática respecto de. España;
debemos romper toda suerte de relaciones
diplomáticas con la España de Franco". "Sí
—exclamó— debemos hacer esta ruptura il«
acuerdo con nuestras propias condiciones, antes que el Eje nos obligue a romper con 1»
España fascista bajo condiciones análogas a
H
las que el Japíñ nos entregó en Pearl Ha**
bor". Y después de manifestar que Norteamérica no debe limitarse a romper las relaciones
con el tirano Franco, sino impedir también que
Hitler pueda retener la Península Ibérica, expresaba: "El pueblo español debe hacer frente
hoy a los piquetes de fusilamiento de Franco,
por sabotaje de la máquina bélica alemana en
España. El pueblo español es nuestro aliado.
Es nuestro deber ayudarle a arrojar a los
alemanes de España, a fin de que la nación
española vuelva al muiíño libre de las naciones democráticas". Mr. Coffee ícrpiinó su
formidable alegato diciendo: "La Junta Suprema de la Unión Nacional Española es ahora una realidad viviente, lista y deseosa de
servir a su propio pueblo y a la causa de las
Naciones Unidas. Ha llegado el momento de
romper con nuestros enemigos y de reconocer
a nuestros amigos de España".
Mr. Coffee interpretó magistralmenle el
Sentir de su pueblo y el de los demás pueblos
americanos; reflejó igualmente el profundo
anhelo del pueblo español. La actitud digna
y valiente del representante norteamericano,
es la misma que en forma reiterada ha sido
expuesta por Chile y por otros pueblos del
Continente, por medio ele resoluciones, de solicitudes, y de publicaciones en la prensa. Últimamente ha sido reforzada por la importante resolución de lucha contra Franco' y
Falange y de ayuda a la Jimia Suprema de
Unión Nacional y a la lucha del pueblo español, tomada por el Pleno del Consejo ampliado de la Confederación de Trabajadores
de América Latina, celebrado recientemente
en Montevideo. Con esta resolución, el proletariado latinoamericano reafirma una ve" más
su posición de lucha a muerte.' contra la dictadura nazifalangista de Franco y se coloca a
la cabeza cid movimiento continental de ayuda al pueblo español.
K.í.'i, pues, bien claro, que los problemas
de España son los problemas de América, y,
por tanto, los problemas de Chile. Ayudando
al pueblo español a derrocar a sus verdugos
falangista? y a expulsar u losinazis.de España,
se defiende la democracia y la indcpendorc'a
de Chile.
RUPTURA CON FRANCO Y APOYO
A LA JUNTA SUPREMA
SPAÑA pide c¡uc se- le tenga en cuenta,
como dijimos al principio, y que se Je
ayude. Y el clamor de España no puede ser desoído, no sólo porque fue la prime-
E
ra que se -enfrentó gloriosa y heroicamente *l
fascis;uu, sino porque sigue en pie de lucha
peleando valerosa y abnegadamente.
El pueblo de Chile lia dado y está dando
pasos muy positivos en la solidaridad con Es*
paña. Pero lo hecho es insuficiente. Se pre"
cisa que la nación entera sin otra excepción
que la de los quintacolumnistas, se ponga en
pie para luchar contra Franco y Falange, pa"
ra ayudar al pueblo español a reconquistar
su libertad y a salvar a su patria.
Ya está en marcha la Comisión Hispano*
Chilena (¡e Ayuda al Pueblo Español. Todas
las fuerzas políticas, sindicales, juveniles, íe*
marañas, culturales y deportivas antifascistas,
deben engrosar el movimiento de ayuda y
prestarle una entusiasta y activa colaboración.
En todas las regiones y localidades deben ser
organizados los Comités de Ayuda al Pueblí»
español para trabajar por el desarrollo de una
gran campaña de lucha contra el falangismo
y de ayuda a España.
El 14 de este mes de abril se cumple e!
13.o aniversario de una de las grandes victorias de los pueblos de España. Un intenso
período de luchas que culminó en una jornada cívica gloriosa, derrocó a la oprobiosa monarquía de los Borbones e instauró la República. El aniversario de esta gran jornada española debe ser aprovechada para realizar en
todo el país una profunda movilización, con
la clase obrera a la cabeza, y en la que participen desde los comunistas hasta los libe"
rales y conservadores antifascistas, para pedir que Chile rompa las relaciones diplomáticas y comerciales con el gobierno- fascista
de Franco ; por impedir que de aquí se envíe
un grano de nada al régimen franquista ; para enviar miles de adhesiones a la JUNTA'
SUPREMA DE U N I O N
NACIONAL y
prestarle el máximo apoyo; para reclamar
que cesen el terror y los fusilamientos en Kspafia y por una inmediata amnistía para los
500.000 presos republicano?; para prestar una
estrecha solidaridad a la lucha del pueblo español y por la detención y la expulsi bn de
los agentes falangistas del país.
Con el desarrullo de esta gran campaña,
no sólo se prestará un gran servicio a la democracia española, sino que se ampliará la
lucha contra el fascismo y las actividades de
espionaje y quintacohumiisino de los na?::s y
falangistas, y se afianzarán ías libertades y
las instituciones democráticas de Chile.
PAGINA
VEINTISIETE
Llamamiento Lanzado por la
Junta Suprema de Unién Nacional
H.
Constituido en el Interior de Españc
El periódico clandestino "Reconquista de España", que se edita
en'Madrid, ha llegado a Argel y publica el llamamiento de la Junt:t
Suprema de Unión Nacional, constituíída en el interior de España
para organizar y dirigir la lucha contra Franco y la Falange. Dicho
llamamiento dice así:
¡ESPAÑOLES!
V
^N combinación criminal con ei amo extranjero, eí u-aDineue ae
está matando a España. Prometía grandes riquezas a la patria y ha
sometido a España al vasallaje. Anunció al país prosperidad y el país está
en ruinas. El hambre atenaza las entrañas del pueblo. La nación gime
amordazada, privada de libertad; todos los partidos nacionales: monárquicos, republicanos, socialistas, comunistas, CEDA, nacionalistas catalanes
y vascos, ESTÁN REDUCIDOS A LA ILEGALIDAD; los pelotones de ejecución riegan de sangre española la tierra sagrada de la patria, donde
medio millón de patriotas viven en el tormento y la angustia de las celdas
falangistas. Sobre este fondo tenebroso, mientras los ejércitos victoriosos
de las Naciones Unidas se abren camino hacia Berlín, un millón de
españoles, siguiendo las huellas de muerte y la vergüenza denigrante de
la División Azul, pueden ser precipitados en la hecatombe por la voluntad
criminal que públicamente ha expresado Franco.
Franco y Falange no son solamente enemigos del pueblo español y
de las organizaciones que representamos; han traicionado también y herido
los intereses de todos los que han conseguido arrastrar engañándoles con
promesas solemnes de salvación nacional y de engrandecimiento de la
patria. No es únicamente el pueblo —nunca domado— quien pide que cese
el terror, que los hombres tengan pan, que la justicia y la fraternidad
reinen entre los españoles, que España liberada de Hitler y de sus sicarios
vuelva a ser lo que fue a lo largo de su gloriosa historia: un país libre y
soberano. También, aunque con energía y decisión insuficientes, elementos
destacados de los sectores de derecha convenzan a unir sus voces a la voz
del pueblo, a medida que comprenden la nefasta misiór*de Franco. Porque
no hay honor para España ni España podría prosperar si no se salvaguardara la independencia de las naciones.
Franco en el poder es la muerte de España. El derrocamiento de
Franco es el alba de la resurrección de la patria. Penetrados de esta
convicción los representantes de las fuerzas democráticas del país —republicanos, socialistas, comunistas, catalanes, vascos, UGT y CNT— nos
hemos reunido- eri tierra española y hemos decidido asociarnos lealmente
para emprender con celeridad y resolución gloriosas la "tarea de salvar a
España del caos, de la miseria y de la muerte a que la Falange le ha
conducido. Nos unimos para combatir, para movilizar al pueblo español
PAGINA
VEINTIOCHO,
en defensa de su propia vida, para extirpar radicalmente la dominación
extranjera de la tierra de España, Frente a la carroña fa angLci.-., con
todos los vicios de la corrupción hitleriana y de la podredumbre im-er¿cr,.
presentamos nuestro pasado inmaculado de patriotismo indomable. Igual
que en las horas dolorosas de la invasión de la patria no dudamos en
sacrificar nuestra libertad y nuestra vida en holocausto de nuestra indapendencia nacional, hoy la sabremos ofrendar nuevamente, si es necesario,
para su reconquista.
Vamos a librar la batalla suprema que afecta no solamente a la
mayoría del país representada por nosotros, s:no a toda la nación. No es
la lucha de tendencias interiores, sino el ataque conjunto de la nación
entera para recobrar su independencia y soberanía, lo que está en juego
en España. La existencia de España libre e independiente es vital para
todos los sectores del país. Por eso ninguna maniobra unilateral de partido
o de grupo puede aportar la solución de la crisis. La solución del problema
- de España es la existencia de la misma España como Estado libre y soberano,
'invitamos públicamente, solemnemente, a los españoles que profesan
otros credos y más especialmente a los católicos, monárquicos de las, dos
lamas y al ejército a participar con nosotros en la Junta Suprema da
Unión Nacional, que a la cabeza de todos los españoles va a derrocar a
Franco y Falange e instaurar un Gobierno de Unión Nacional y de salvación de España para aplicar rápidamente el programa siguiente:
Ruptura de los lazos que vinculan a España al Eje; depuración de
falangistas del aparato del Estado, principalmente del Ejército: amnis-3
tía, libertad de opinión, prensa, reunión y asociación; libertad de con
ciencia y práctica de cultos religiosos; pan y trabajo para todos los e*»
pañoles; preparación de las condiciones para convocar en breve plazo a
elecciones democráticas a asamblea constituyente encargada de promulgar la Constitución que asegure la independencia y la libertad del país,
Esta proposición-programa no encierra soluciones particulares de.
fuerzas representadas por nosotros, que mantenemos y mantendremos
firmemente la íntima fidelidad a los principios democráticos de la República. Propone, en interés del bien común, formas inmediatas de poli"
tica internacional que la restauración nacional reclama imperiosamente
y sobre las cuales todos los españoles pueden estar de acuerdo.
Ningún español honrado puede faltar al llamamiento de la patria.
Queremos que todos fraternalmente unidos puedan honrarse también
tomando parte en esta auténtica cruzada de liberación que exige hoy el
unánime esfuerzo nacional. Ninguna decepción nos hará arriar nuestra
bandera. El desarrollo de la lucha tenaz .de nuestro pueblo y la fatal
derrota de Hitler hacen inminente el hundimiento de Franco y Falanga
y, con ellos, de todos quienes, sordos a nuestra voz por egoísmo, indecisión
o cobardía, hayan contribuido con una obstinada contumacia a prolongar
el martirio de España.
Para cumplir esta alta misión de unificar a los españoles, nuestros
deléganos tratarán de ponerse en contacto dentro del plano nacional con
el resto de las fuerzas políticas de oposición en el país y en el extranjero,
y con el ejército, la marina y la aviación que, según nuestro juicio, deberán
estar representados en la Junta Suprema de Unión Nacional,
Las Juntas o Comités de Unión Nacional, provinciales y locales qué
nuestros afiliados deben establecer en breve plazo, habrán de actuar
igualmente. Estas asambleas, desde el momento de su constitución, se
pondrán igualmente a la cabeza del pueblo en las luchas cotidianas por
su existencia y la de España. Huelgas locales y 'manifestaciones de actividad encaminadas a destruir e impedir por todos los medios los envíos de
Franco a Hitler, sabotaje en las organizaciones y depósitos de Falange
exterminio de los falangistas recalcitrantes y agentes alemanes que los
dirigen son las principales armas de combate del pueblo español unido
En el curso mismo de estas luchas se reforzará la unidad y la
organización de todos los patriotas españoles. Las fuerzas democráticas
que representamos dan así resueltamente su primer paso hacia la salvación
ae Ja patria. Cualquiera que en nuestras filas se mostrase refractario o
rtesleal al frente de la unidad que reclama la sangre de nuestros mártires
u dolor de nuestros prisioneros o exilados y el valor de nuestros guerrille
-a los cuales rendimos aquí un homenaje ae pura admiración— el
pueblo español sabrá castigarlo inexorablemente.
¡ESPAÑOLES! Vamos a derribar a Franco y Falange, agentes del
extranjero. España será libre e independiente porque así lo quiere el
pueblo español. Se aproxima la hora de las batallas decisivas. Debemos
estar dispuestos. Dispuestos quiere decir unidos, no en la espera pasiva
que atrofia, sino en la acción combativa que fortalece. ¡A la lucha! ¡Abalo
Franco y Falange! ¡Viva la Unión Nacional de todos los españoles i ¡Viva
España libre e independiente!
El Partido Único y su Formación
a Través de las Luchas Obreras
-Por GALO GONZÁLEZ
Firma: LA JUNTA SUPREMA DE UNION NACIONAL
21 de diciembre de 194S.
' ¡
d t+JP
VAGINA
TREINTA
i
Partido Único es una necesidad
histórica de los trabajadores chilenos, reconocida como tal por los
Partidos de base obrera. Los dirigentes del Partido Socialista, del Partido
Socialista de Trabajadores, del Partido Comunista, los obreros sin partido, campesinos, connotados, intelectuales antifascistas están plenamente
de acuerdo en que el Partido Único
es la palanca firme y poderosa que
hará avanzar a Chile hacia el progreso y el bienestar de su pueblo.
Saben que es la fuerza política indispensable para que las masas
laboriosas puedan influir sobre el
Gobierno, impulsándolo a cumplir
un programa y un plan de industrialización nacional, que coloque al
país a la altura que le corresponde,
aprovechando su calidad de país
productor de materias primas tan
importantes como el cobre, hierro,
salitre, yodo, etc., que deben ser
elaboradas en el país. El Partido
Único permitirá el fortalecimiento
de la democracia interna, imponiendo una consecuente política antinazi
en el campo de las relaciones internacionales. Además, el Partido Único
será la columna vertebral del movimiento de Unión Nacional Antinazi,
que reunirá en un sólo frente a todos
los Partidos, grupos o elementos
antifascistas, cualesquiera que sean
su clase, ideología política o credo
religioso.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL
PARTIDO ÚNICO
J^A preparación y formación de un
Partido Único de los trabajadores
ha sido siempre para el marxismo
una preocupación fundamental. Carlos Marx, el fundador de la Primera
Internacional, a través de toda su
obra destaca la necesidad de unir a
los trabajadores de cada país y de
todos los países en una organización
política única que represente sus
intereses de clase. En el primer Congreso Constituyente de la Internacional, Marx, al hablar de las organizaciones sindicales del proletariado,
las únicas coocidas en aquella época,
un poco dispersas todavía, decía:
"en el porvenir, era menester que no
se mantuviesen tan alejadas del movimiento general, social y político,
de su clase. Cobrarían mucho más
desarrollo y potencia cuando la gran
masa del proletariado se convenciese
de que sus miras, lejos de ser limitadas y egoístas, se encaminaban a
la emancipación general de los millones de obreros oprimidos" (F.
Mehring, Carlos Marx y la Primera
Internacional, página 75. Ed. Ei'cilla,
1935.)
Aun antes, en el "Manifiesto del
Partido Comunista'', que vio la luz
en 1848, Marx 'trazó las líneas generales acerca de cuál debía ser la
posición de los comunistas respecto
PAGINA TREINTA Y UNA
de los partidos obreros ya constitui- de la obra de Marx, han sido los mas
dos, para apoyar su lucha en favor grandes batalladores por la constituúe los pueblos, contra sus opresores ción y organización del Partido Único
y explotadores'. Decía:
de la clase obrera en Rusia. A'fines
"Combaten por los intereses y los del siglo pasado y comienzos del
fines inmediatos de la clase obrera; presente libraron las más grandes
pero en el movimiento presente de- luchas contra los deformadores del
fienden y representan al propio marxismo, populistas, economistas,
tiempo el porvenir del movimiento" marxistas legales, mencheviques,
(C. Marx y F. Engels. Manifiesto Co- trotskistas, etc.; echaron las bases
munista, pág. 76. Ed. Antares, 1929). fundamentales para el Partido Único
En Francia, los comunistas se su- en Rusia que permitió a la clase
man entonces al Partido Demócrata obrera y al pueblo aplastar y liquidar
Socialista; en Suiza apoyan a los para siempre la tiranía, la esclavitud,
radicales; en Polonia sostienen al la opresión y la explotación del régiPartido que ve en una revolución men zarista, organizando y afianagraria la condición de la liberación zando definitivamente la sociedad
nacional, etc. Como se vé, la posición socialista en la sexta parte del muny la lucha de los comunistas ha sido do. El Segundo Congreso del Partido
siempre en todas partes y en todas Obrero Social-Demócrata de Rusia
las épocas, la de unir a la clase (hoy Partido Comunista Bolchevique
obrera y a los pueblos en la lucha de la URSS) tuvo una importancia
común por su emancipación política inmensa. En efecto,:
y económica. Al mismo tiempo que
l.o—"El Congreso afianzó la victollama a los trabajadores a constituir
su partido político único de clase, ria del marxismo sobre el "economismo", y sobre' el oportunismo declapara fortalecer su unidad sindical y rado.
,
política, que le permita luchar con
2.o—Aprobó
«1 programa y los esmayores éxitos por sus reivindicaciotatutos
del
Partido,
el Partido
nes económicas, sociales y políticas, Socialista Demócrata creó
y,
con
él, el
no se aisla de las demás fuerzas
marco
para
un
Partido
Único"
(Cipopulares, que están dispuestas a
tado por la Historia del P. C. (b) de
luchar contra un enemigo común, la
URSS, pág. 51).
de acuerdo con las condiciones de
Lenin
luchó hasta su muerte por
cada país. En todas las épocas de la
la
organización
y consolidación orhistoria de las luchas de la clase
gánica
e
ideológica
de este gran
obrera y de los pueblos por su emanPartido.
Su
mejor
discípulo
y conticipación, los comunistas han estado
nuador
de
su
obra,
el
camarada
Stasiempre al frente de ellas, sin omitir
ha sabido forjar y templar en
sacrificios, aliándose con los partidos lin,
y sectores progresistas, que luchan acero vivo el Partido creado por
por el avance de la civilización y del .Lenin, partido de nuevo tipo, de tipo
progreso. Por eso hoy cuando se leninista, que hoy como ayer, ha
libra una lucha a muerte entre las demostrado al mundo su capacidad
íuerzas de la civilización y del pro- política y militar en la actual guerra
greso contra las de la barbarie y que libra contra la banda nazi. Esto
esclavitud, los comunistas en todos se debe también a la sabia y firma
los países del mundo luchamos por dirección del más grande estratega
político y militar de la época presenunir a las fuerzas antifascistas sin te:
el Mariscal Stalin.
distinción de clases, ideología poJítiA
continuación, tenemos la lucha
ca ni credo religioso, en un poderoso
Consecuente,
y permanente
movimiento de Unión Nacional An- 'realizada por ladiaria
Internacional
Comutifascista, para aplastar y' hacer
nista
durante
toda
su
existencia
en
desaparecer de la f*.z de la tierra a aras de la formación del Frente
la best-a fascista.
Único y del Partido Único del proleLenin y Stalin, los continuadores tariado
en cada país. La historia refAGINA
gistra ya los insistentes llamados a£
la Socialdemocracia para impedir el
avance del fascismo, especialmente
cuando Hitler subió al poder en
Alemania (enero de 1933) y el redoblamiento de sus esfuerzos en Europa
y en América, urgiendo la formación
o.e un fuerte y poderoso movimiento
unitario que fuera capaz de impedir
el desencadenamiento de la segunda
guerra mundial. Movimiento que tuvo gran repercusión en el seno de
los Partidos Socialistas y Socialdemócrata de Europa, incluso en el
viejo Partido'Laborista Inglés; pero
fue frustrado y retardado debido a
la traición de algunos de sus dirigentes y la vacilación de otros, que
cedieron ante las amenazas ae expulsión de sus partidos, lanzadas por
los jefes reaccionarios al servicio de
sus quintas columnas en sus respectivos países. Estos servían al fascismo, como ría quedado demostrado
en la actual guerra. Son los casos de
Francia, Bélgica, Austria, Suiza, etc.
Los jefes socialdemócratas amenazaron y tomaron en algunos países
medidas disciplinarias contra las
'fracciones unitarias, expulsándolas
de los partidos en Bélgica, Inglate-rra, etc. Así lograron impedir y ahogar el poderoso sentimiento unitario del proletariado europeo, que
con gran sensibilidad política quería
impedir el estallido de la Segunda
Guerra Mundial, porque comprendía
que ella seria más cruel y salvaje
que la primera, porque en ésta actuaría un monstruo desenfrenado y
salvaje, el que rio respetaría nada
ni a adié. El proletariado no se equivocaba. Este monstruo ha actuado
en la presente guerra, con todo su
salvajismo cavernario, asesinando
sin piedad a hombres, mujeres y
niños inocentes, cometiendo los más
abominables crímenes que haya conocido la historia de los pueblos
civilizados. Este monstruo es el fascismo, cuya expresión máxima está
representada por Hitler y su banda
de salteadores.
La Internacional Comunista, comprendiendo la gravedad de la situación mundial, en su histórico y ulti-
mo Congreso multiplicó sus titánicos
esfuerzos para impedir el estallido
de la guerra llamando a la unidad
obrera y popular'antifascista, única
arma capaz de aplastar a esa bestia
salvaje. Al mismo tiempo que llamaba a la unidad popular, bregaba
también por la unidad política de la
clase obrera, como la garantía más
sólida de la lucha contra el fascismo*
En su magnífico informe al VII Congreso de la I. C. el gran Dimitrov
planteaba:
"Camaradas: El desarrollo
del frente único de la lucha
conjunta de los obreros comunistas y socialdemócratas contra el fascismo y la ofensiva
del capii ', plantea también
el problúijia de la unidad po»
lítica, del partido político úas.
co de masas de la clase obrera»
Los obreros socialdemócratas
se van convenciendo cada vez
más, por experiencia, de qu-9
la lucha contra &i enemigo de
clase exige una dirección j>o~
lítica única, pues la dualidad
de dirección dificulta el seguir
desarrollando y fortaleciendo
la lucha en común de la clase
obrera."
Si. esta unidad política de la clase
obrera era primordial ayer en la
preguerra, hoy y mañana, en plena
guerra y en la postguerra, será más
necesaria que nunca para afrontar
con éxito los problemas del presente
y d&l futuro de la clase obrera. Así
lo han comprendido los grandes dirigentes mundiales del proletariado
al disolver la Internacional Comunista, facilitando la unidad sindical
y política de la clase obrera mundial
y de los pueblos contra el nazifascis.mo hitleriano.
EJEMPLOS VALIOSOS
^STAMOS en presencia de un gran
viraje que se opera en los partidos
afines de base obrera, que más y más
trabajan en cada país por la formación del Partido. Único de los Tra-
TREINTA Y DOS
PAGINA TREINTA. Y. TRE$
Bajadores, fin todos los países del
mundo se opera este cambio, adquiriendo formas distintas y peculiares,
de acuerdo con las condiciones de
cada país. Este proceso de unidad
de las fu-erzas populares se plantea
como una gran tarea de honor para
los comunistas de todos los países.
Esto lo hemos visto y presenciado ya
en pleno fragor de la lucha contra
la insurrección franquista y por la
independencia de España de la invasión ítalogermana, en Cataluña, la
constitución del Partido Socialista
Unificado y la Juventud española
que formó una sola organización:
Juventud Socialista Unificada de
España.
Responden a este capítulo los
cambios fundamentales propuestos
por Earl Browder al Comité Central
del Partido Comunista de Estados
Unidos, después de hacer un profundo análisis político de las condiciones
concretas económicas, sociales y políticas que existen en Estados Unidos
y que existirán por mucho tiempo
después de la guerra, como lo dice
en su informe. Existiendo allí una
tradición de acuerdo con la cual sólo
son reconocidos com$ tales dos partidos, propone que el Partido Comunista Americano se desligue del
nombre de Partido, pasándose a llamar "Asociación Política Comunista
Americana". Esto facilitará la formación del más amplio frente único
de las fuerzas progresistas y democráticas del país, que permitirá a la
vez la constitución de un amplio
movimiento de unidad nacional.
Cambios parecidos se están produciendo en otros países del Continente americano, por ejemplo en Cuba,
México, Costa Rica. En este último
país, se acaba de constituir el "Partido Vanguardia Popular" como Partido Único de la clase obrera y demás
elementos progresistas del país. Ya
ha demostrado su potencialidad. A
pesar de estar recién constituido, al
¡efectuarse las recientes elecciones
presidenciales, apoyó el candidato
de las fuerzas democráticas antifascistas, Teodoro Picado, haciéndolo
f'AGINA TR&1NTÁ £ CUATB&
triunfar por una enorme mayoría de
votos, frente al candidato de la reacción quintacolumnista de ese país.
Estos hechos que se están produciendo en el mundo se producen
también en nuestro país. Ha habido
pronunciamientos de dirigentes y
líderes de los partidos marxistas de
base obrera; del Secretario General
del Partido Socialista, Salvador Allende; del líder de este mismo partido,
Marmaduke Grove; del senador del
mismo, Guillermo Azocar; del Secretario General del Partido Socialista
de Trabajadores y su Secretario Político, camaradas César Godoy Urrut i a - y Natalio Berman, etc. En declaraciones públicas, artículos y entrovistas de prensa, han coincidido
en la necesidad de ir rápidamente
a la formación del Partido Único
como una necesidad sentida y urgen.
te de la clase obrara, de los campe*
sinos, de los Intelectuales honestos
y de otros elementos progresistas del
país.
f
BARRERAS A LA FORMACIÓN DEL
PARTIDO ÚNICO
<JIN embargo, la formación del Partido Único no marcha con el
ritmo que las circunstancias exigen.
A imprimir un paso más acelerado
a la constitución y organización de
los organismos que permitan Ir
liquidando las divergencias que ciertamente existen en los partidos de
base obrera, ha tendido el trabajo
de nuestro Partido desde su XIII
Sesión Plenaria. Así lo planteó públicamente el Secretario General,
camarada Carlos Contreras Labarca,
en la carta contestación de nuestro
Partido al Partido Socialista, y en
el último reportaje de la revista
"Vea". Estas declaraciones van orientadas a allanar las dificultades,
apartar los escollos que se ponen en
el camino para abrir el amplio cauce
de la unidad sindical y política de
la clase obrera chilena,
En la XIII Sesión Plenaria, al
abordar el problema del Partido
Único, el camarada Contreras dijo:
"El Partido Comunista esta
plenamente de acuerdo con la
organización del Partido Único. Es más, cons-dera que su
creación es inaplazable para
la gran misión histórica que
la clase obrera debe cumplir."
En la carta contestación de nuestra Dirección Central a la Dirección
del Partido Socialista, después de
hacer varias consideraciones de carácter político e ideológico, aclarando
varios conceptos que no estaban
ajustados a la realidad de los hechos
y poniendo por encima de todo la
necesidad- primordial de la unidad
eolítica de la clase obrera, se dice:
más candentes trae are<í«
tan a Ja clase obrera y a la
Nación/'
Siguiendo esta consecuente linea
política unitaria, nuestro Partido
trabaja tenazmente, desde su dirección a su base, haciendo serios es.
fuerzos por llevar a la práctica, por
convertir en una realidad, esta aspiración tan sentida por la clase obrera
y demás sectores progresistas del
país. Ellos comprenden la necesidad
de esta poderosa herramienta políti.
ca que en sus manos habrá da
impulsar el progreso de la Nación,
sacándola del caos económico en qu«
hoy se encuentra, desarrollando un
plan de industrialización que permita
echar las bases de una fuerte y po.
derosa industria pesada. En un reciente reportaje de la revista "Vea",
el compañero Contreras Labarca, ai
contestar la pregunta: "¿Pero e*
posible realizar el Partido Único?,
decía:
"No cabe la menor duda ai
respecto. Su necesidad historl.
ca y la posibilidad práctica d«
construirlo han sido reconocí»
das por los Partidos Socialista,
Socialista de Trabajadores y
Comunista y obreros, campesinos, intelectuales, corrientes a
personalidades progresistas del
país, que hoy por hoy no mili,
tan todavía, en partido alguno
y esperan ansiosamente ingre.
sar al gran Partido Único."
"Compartimos el pensamiento del Comité Central del Partido Socialista, de que la formación del Partido Único será
la culminación del proceso de
entendimiento y unificación
entre los tres partidos obreros.
Pero esto mismo indica que la
acción común a través de !.os
Comités de Enlace que es la
iniciación de este procesó de
unificación, tiene que abarcar
no solamente a los organismos
de dirección nacional y regional, sino también a la base,
ya que el Partido Único significa no solamente la unificación de las directivas de los
tres r>artidos, sino fundamentalmente la fusión completa
da sus efectivos, más los otros
sectores progresistas que se
incorporarán a este nuevo
Partido. Por eso creemos que
Ja aceleración del oroceso de
la formación del Partido Unico, O.U3 es una aspiración común de todos nosotros, exige
cue vuestro Parí do reconsidet3 las reitrk;e'ones eme ha
puesto oara la formación de
los Comités de Enlace y dé
realmente las facilidades para
la rápida identificación de
nuesiTas bases v direcciones,
a través de realizaciones comunes en torno a los proble-
EL PUEBLO ANHELA Y TRABAJA
POR EL PARTIDO ÚNICO
jCL pueblo chileno ha comprendido
la necesidad urgente de la constitución del Partido Único. Las'basej
forman Comités de Enlace, realizan
acciones comunes en que participan
militantes de los tres partidos obr».
ros. Pero donde más se ha cristalizado y llevado a la práctica la unidad
es en los conflictos obreros y en las
huelgas realizadas últimamente, en
las que se ha actuado en ccmíii^to.
Estos hechos demuestran la c': " -Hd
y la comprensión que existe en la
clase obrera que lucha por realizar
PAGINA TREINTA
Y CINC&.
a corto plazo la unidad sindical y
política, como ya lo demostró el II
Congreso Nacional de la CTCH que
voíó una resolución en este sentido.
Además, este sentimiento no es
nuevo en la clase obrera chilena. Su
gran organizador, el inolvidable
maestro Luis Emilio Recabarren,
tuvo una gran aspiración: forjar esta
poderosa herramienta, unir a la clase obrera en el terreno sindical y
político. Por eso, al mismo tiempo
que organizó la Federación Obrera
de Chile (POCH), creó el Partido
Obrero Socialista, más tarde Partido
Comunista. Sabía que el proletariado
como clase debía organizar sus propios organismos de clase en todos
los aspectos para la lucha económica
y política contra la burguesía y la
oligarquía terrateniente.
Se han presentado dificultades en
la formación del Partido Único.
¿Quiénes son los que se oponen? Los
troískistas y los burócratas que trabajan para los enemigos de la clase
obrera, como lo han hecho en todas
partes del mundo sirviendo al fascismo. Ellos trabajan por dividir a
la clase obrera y demás fuerzas
populares, sembrando la desconfianza y el desconcierto en sus filas. Así
realizan su labor en beneficio de
Hitler.
¿Cómo debemos salir de este retraso en que nos encontramos en la
formación del Partido Único? A través de un gran impulso popular,
llevándolo a la calle, ligando la cam-paña electoral con los actos que se
realicen en este sentido, constituyendo los Comités de Enlace y de Acción
Común en los sitios de trabajo j,
poialaciones para hacer triunfar a
los candidatos de la Alianza Democrática Antifascista,.bajo la consigna
de ganar los Municipios para las
democracias. A estos Comités no tan
sóio deben venir los obreros de los
tres partidos, sino obreros sin partido, intelectuales y elementos progresistas que quieren y desean tomar
parte activa en la" constitución del
gran Partido Único de los trabajadores chilenos.
La constitución del Partido Único
TREINTA Y SEJS
en Chile es mirado con profunda
simpatía por las más ampias masas
del pueblo que ven y comprenden el
papel que éste jugará en el porvenir
de nuestra Patria, impulsándola hacia el progreso y el bienestar de sus
hijos. Además, es una esperanza
para los pueblos de América, porque
será una garantía para el movimiento antifascista, estimulará la lucha
de la clase orera en los otros países
latinoamericanos, donde aún no ha
logrado conquistar las más elementales libertades democráticas, como
es el caso de Argentina, Bolivia,
donde han sido enteramente anuladas por los gobiernos militares dictatoriales que se han encaramado
en el poder, a través de golpes de
Estado.
El Partido Único representaría a
la inmensa mayoría del país, a los
obreros, campesinos, intelectuales,
pequeños comerciantes, sectores progresistas que ansian ver cuanto antes convertida en una verdadera
realidad esta gran esperanza del
pueblo chileno.
El compañero Contreras Labarca,
en la XIII Sesión Plenaria, después
de precisar el carácter, el programa
y la organización del Partido Único,
decía?
"El Partido Único que acá.
barrios de esbozar no puede ser,
por consiguiente, ni federación
ni unificación formal de diversos partidos, sino un partido
nuevo, cuyos militantes se
agrupen e identifiquen en torno a un programa y a una
acción definidos."
Los comunistas, como patriotas 6
hijos fieles de la clase obrera y del
pueblo y apoyados por éste, trabajaremos incansablemente por convertir a corto plazo en una realidad •
esta noble y gran esperanza del
pueblo, salvando todas las dificultades, haciendo a un lado los escollos
que encontremos en el camino. Así
marcharemos con paso firme y seguro hacia la constitución del gran
Partido Único de los trabajadores
chilenos
EL
-Por A. DANILOV(Publicado en la revista "La Guerra y la Clase Obrera"
frente a la convocatoria a la Conferencia Mundial de Sindícalos)
"El papel de los sindicatos en la lucha
eontra el fascismo alemán nene una excepcional imptrtancia. Se conoce ampliamente
ti inmenso trabajo d? syuda al frente rcslizado por los Sindicatos de la Unión Soviética, país que hasta ahora soporta el peso
principal de la lucha contra las basdas hitlerianas.
También es grande la ayuda de los sindicatos de los paísss aliados para el aumento
de la producción de guerra. L a s : organizada
nes sindicales clandestinas en los países de
Europa ocupados por los alemanes luchan
contra los invasores hitlerianos organizando
-baelgus , sabotaje en la producción, etc. La
tucesiva movilización y los esfuerzos de !a
liase obrera para la rápida y definitiva derrota del fascismo alemán, así como los intereses fundamentales de los pbteros, exigen
insistentemente una colaboración y unidad de
acción de los sindicatos de los paísís,'de la
coalición snühitlerianj. Este nfín He Miid.id
de los sindicatos de los países democráticos
es compartido por millones y decenas de
millones de trabajadores; es apoyado por
las organizaciones de vanguardia y por los
. activistas del movimiento sindical.
Los Sindicatos de la URSS, propician
CGBseeuenteniente la unidad intctnaciona! de
ítos obreros y del movimiento sindical en la
lucha contra la Alemania hitleriana y en defensa de' los intereses de la clase trabajadora.
Precisamente, a fin de ampliar la colaboración internacional de los sindicatos, el
Comité Central de los Sindicatos de la URSS.
ka propuesto ya en el yerano de 1943 al
Comité Sindical Anglo Soviético ampliar e!
Comité, admitiendo en él a los sindicatos dt
América del Norte y del Sur y de los países
de Europa ocupados por los alemanes. Sin
embargo, la Delegación inglesa no aceptó la
proposición.
El Congreso de los Trade Unions británicos, celebrado en Southport,
adhirió al
panto de vista de la Delegación inglesa. La
decisión del Congreso de Southport, que
encargaba al Consejo General estudiar la po»
síbilidad de ulna convocatoria a una Conferencia Mundial de los obreros organizado!
de todos los países, significaba esencialmente renunciar a la convocatoria de la Con*
fercncia Mundial de los sindicatos durant»
la guerra. Después del Congrtso de Southport, el Consejo General de los Trade Uníonl
británico propuso la convocatoria a un*
Conferencia Mundial de Sindicatos solamen
te' de los países democráticos para junio di
1944. La convocatoria de tal Conferenci»
indudablemente puede r debilitar una ulterior movilización y los esfuerzos de los sin»
dicatos para acelerar la victoria de las Nacía
nes Unidas sobre los alemanes y la creación
de bases para la colaboración sindical' en ti
períbdo de post guerra.
El Consejo General de los Trade Unionl
invitó ya a la Conferencia Sindical a treinta y.siete países; entre ellos también a lo|
países neutrales. Más de setenta organizada
n«s sindicales fueron convocadas. Teniend»
«n cuenta que en la Conferencia se examinarán las cuestiones relacionadas con la cfcn»
flucción de la guerra, se supone que los rt
presentantes de los sindicatos de los paísei
neutrales intervendrán sólo «n la discusión
de los problemas de reconstrucción en la post
guerra. Según el proyecto del Consejo General, las decisiones de la Conferencia' no
tendrán un carácter obligatorio para las
organizaciotnes participantes en la Conferea
cia hasta que estas decisiones sean confirmadas p o r ' l a s mismas organizaciones que partí
cipan en la asamblea. A cada organización que
interviene en la Conferencia se le ha concedido el derecho a formular sus prcposi
clones con vistas al orden del día.
En esta etapa eventual de la guerra,
cuando la ofensiva victoriosa del Eiército
Rojo creó las premisas para la rápida derro
ta de la Alemania hitleriana, la convocatoria
a la Conferencia Mundial de Sindicatos ad-
PAGINA TREINTA Y SIETE
quiere un significado especialmente importante. La prolongación de la guerra supone
un número de víctimas increíble para la cía
te trabajadora de los países clcmocrálifos
amantes de la libertad y unos sufrimientos
inauditos para los obreros de los países ocupados. 1.3 tarea más noble y urg.liue de la
Conferencia Mundial de Sindicatos reside en
aunar i todas las fuerzas para la rápida derrota de! fascismo. La próxima conferencia
ti también extraordinariamente importante
tn totro terreno. Los trabajadores de los paites amantes de la libertad están interesados
en la creación de condiciones favorables
contra la tiranía hitleriana.
EN la URSS los trabajadores marchan
con tranquila seguridad al encuentro del día
dt mañana, • porque nuestro régimen social
y económico garantiza el derecho al trabajo
y a la ausencia de paro. Nlo están así las eo
las en otros países de las Naciones Unidas.
Allí falta la fe dt los trabajadores en el día
de mañana, y ya plantean hoy en el orden
d?l día diversos problema] sociales relacionados con el paso de la economía de guerra i
tos cauces pacíficos que deberá seguir a la
.Victoria. Los Sindicatos no pueden apartarse
ni un solo momento' de sus fundamentales
tareas de clase: defensa de los intereses de la
clase trabajadora, defensa de la libertad y los
•íemhos políticos y económicos. Será uní
jmr.tertantc tarea de la Conferencia Mundial
d« Sindicatos sentar 1 js cimientos de la unidad del movimiento sindical en la paz p.ifa
asegurar la defensa de los intereses cardin?>
leí dt la clase trabajadora.
La solución de tan importantísimos {15»
Minias planteados aíite la Conferencia Mundial de Sindicatos puede ser extraordinari.jmente provechosa, tanto para la reducción
de la guerra, como para la construcción á¿\
mund.' de post guerra. Ya las primeras noticias sobre la convocatoria m u n d i a l despertó múltiples ecos entre los dirigentes sindl
cales y las <>rgamzaciones de diversos paísen.
U'na serie de organizaciones
sindicales se
manifestaron para la participación en h
Conferencia, como la central del movimiento sindical americano. —Congreso de Sindicatos Industriales—• la CTAL. y uniones
lonvocatoria a la Confer»ncia despertó también gran interés en los países neutrales.
Es característico que a'omo los enemigos
de h Convocatoria a la Conferencia Mundial a c t ú e n órgjnos y dirigentes que en el
PAGINA TREINTA Y OCHÓ
pasado ocuparon asimismo una franca posición reaccionaria frente al movímiínto sindical. Se conoce( por ejemplo, la decisión del
Comité Ejecutivo de la Federación Americana del Trabajo sobre la negativa a la Con
fereneia
convocada. Como fundamento a
esta extraña decisión, el Comité Ejecutivo de
la Federación Americana del Trabajo, no ha
podido pronunciar nada más que calumniosas invenciones para los Sindicjros Soviítitos. Después de esta decisión Woll, Vicepresidente de la Federación A m e r i c a n a del
Trabajo, promovió u n a venenosa campaña
intiscvr¡ética. L» hichi de muchos años de
Woll, tanto contra la unidad del movimiento sindical en F.E. UU., como contra los
lindicatos soviéticos y la unidad mundial del
movimieriSo sindica!, le caracterizan suficientemente en calidad dí cómplice del fascismo.
Cegadas por el odio antisoviético, estos
líderes de la Federación Americana del Tra
bajo no pueden conformarse con la perspectiva de una parí iridación conjunta con
representantes heroicos del pueblo soviético
en la Conferencia Mundial. Puto no pueden
hablar f r a n c a m e n t e .sobre ello \ los trabaja
dores ds sus filas, a la masa, a los miemHos
de los sindicatos adheridos a la Federación
Americana'del Trabajo. Por esto, los lidpres
reaccionarios de la Federación
Americjr.a
hablan do no trabajar con "agentes corrmnis
tas" qtif "siembran l.i discordia'', e invenciones parecidas. traunro de aislar a lus
sindicatos soviéticos d;l movimiento siidical
mundial.
Los trabajadores ¿e lis EE. UU.
<ie
América y i'nrre ellos también millones de
miembros d: la Federación Americana de!
Trabaja, admiran sinceramente el valor del
gran pueblo soviético que defiende no sóio
la independencia cíe st¡ patria, lino también
la libertad e independencia de todos los pue
blos democráticos .d.1! mundo, incluido el
americano. Los obreros de !r>s F.E. UU.
aprecian sitamente el trabajo de los obreros
soviéticos y las gloriosas házafTas militares
del Ejército Rojo La decisión del Oiilré
Ejecutiva de la F.-dersción Americana c; 1
Trabajó va eii contra He los dcsers de !a
enorme masa de afiliados de 'os sindicatos
adheridos a la Federación. PERTURBA los
intereses fundamentales de la clase tíabaj.v'«ra de los EE. UU., como de la ríase tr.;l-ajadora de los domái paíser democráticos, En
et camino de la próxima Confenencii Sindi-
cal hay ño pocas dificultades. Arrancan 'de
las discrepancias existentes hasta ahora entre movimientos sindicales de diversos países.
La importancia de los problemas planteado» ante la Conferencia, la ausencia en el
pasado de la unidad sindical, .y. por último,
las dificultades prácticas relacionadas con !a
convocatoria a la Conferencia en las condilicnfs ríe guerra, permiten considerar que la
preparación
de .la Conf«ríñela podría sel
asegurada solamente a través de! trabajo con
junto de las importantísimas organizaciones
sindicales de Inglaterra, URSS y EE. UU.,
las potencias mí* destacadas de la coalición
antihitleriana.
Tal preparación a la Conferencia podría
facilitar más iu cr;;nizac!ón r responder al
espíritu democrático imprescindible para su
brillante realización. Tal preparación de la
Conferencia aseguraría la participación de
representantes de países que aportarían más
a la realización del objetivo en cuyo nombre
se convoca a esta Conferencia y que tienen
también por «1 nú mito de sus representantos, considerable peso específico, conocimien
to v aproximación muñios ya antes de la
apertura de la Conferencia. Sólo por tal camino podrían ser vencidas totalmente las
dificultades relacicnadas con la convocatoria
y la celebración de la Conferencia Mundial
de Sindicatos. La unidad de acción de los
sindicados tiene una importancia vital para
la rápida derrota del. fascismo alemán, para
la garantización de los intereses f u n d a m e n táis de la clase trabajadora de los países democráticos."
Ei el camino hacía la próxima Confercrr<::;> álzinse no poc.is dllic.alt.idcs. Se desp e n d e de que en el pasado no hubo unicbd
p • e! movimiento
sindical
-intcrnacior-'. as! como importancia de los problemas
panteüdos ante la Conferencia. En este sen-
tido «1 método 'de preparación ríe la Conferencia adquiere un significado especial. En
su respuesta a la invitación
recibida del
Consejo Genera' de Sindicatos Británicos para participar en 1» Conferencia, el Consejo
Central dt Sindicato» de la URSS planteó
ya a fines de enero que la preparación podía
«t asegunda de mejor manera por medie del
trábalo conjunto del Consejo General di los
Trade Unions Británicos, del Consejo Central de Sindicatos de la URSS y del Comité de
Sindicatos industriales de F.E. UU. De esta
manera la convocatoria a la Conferencia sería realizada por las Oiganiziúofles sindica»
leí de las potencias de la cu..lición a n t i h i t l t
riana más destacadas que efectúa \ mayof
aportación a la realización de aquellos objetives que motivan su oonvocatoria y que tie»
oen el peso específico más considerable por
«1 número de representantes en la Conferencia.
Es evidente que tal preparación a la Coa
ferencia respondería al espíritu de demo*
erada propio de los sindicatos, que es Ja pr«
misa para su éxito. Finalmente, tal métoda
de Convocatoria a la Conferencia ayudar!*
«n una medida aun mayor al acercamiento id
dispensable de las organizaciones sindicales dt
Inglaterra, EE. UU. y la Unión Soviética,
Por desgracia el Consejo General de los Tr<
de Unions británicos ni estuvo de acuerda
con esta proposición de los Sindicatos sovíí»
ticos, basándose eh que era tarde para introducir modificaciones en la organización de la
Conferencia. Naturalmente habría sido mejof
que se hubiese adoptado desde el principio uf|
mé/.odo más racional en la convocatoria a 1*
Conferencia. Sin embargo, no se puede considerar como persuasiva la objeción de qut
Sta ya tarde por el hecho de que el Conseío
General haya distribuido convocatorias entrt
centrales sindicales de los distintos países.
PAGINA TREINTA Y
—ENVIADO ESPECIALMENTE DE MOSCÚ PARA "PRINCIPIOS"
Un Hombre Notable del Estajo Soviética
Y ah o v
Sverdiov
(En el veinticinco aniversario de su muerte)
O TALIN, 'escribió refiriéndose a Sverd~
Ion: "Organizador hasta la médula,
Organizador por naturaleza, por costumbre,
por educación revolucionaria, por intuición,
organizador con toda la hirviente actividad:
tal es la figura de Yakov Sverdlov".
Sverdlov fue el primer presidente del Co~
tnité Ejecutivo Central de la URSS, jefe del
tnás alto organismo del Estado Soviético. En
este cargo, las cualidades personales de
Sverdlov correspondían a las importantísimas
necesidades de ¡a nueva época histórica, parecían haber sido fundidas en este hombre
especializado para plasmar en la realidad las
ideas leninistas-stalinianas.
El período de 1917-1918 fue un período de
viraje para el Partido y el Estado. El Partido se convirtió en fuerza gobernante. Por
primera vez en la historia de la humanidad'
surgió el Poder soviético, poder de los obreros y campesinos.
Trasladar un partido ilegal hasta entonces
0 nuevos cauces, asentar sobre firmes cimientos los organismos del nuevo Estado proletario, hallar la forma orgánica precisa de las
relaciones entre el Partido, y los Soviets asegurando la dirección al Partido y su -normal
desarrollo al Soviet, tal era la complicadísima
tarea planteada entonces al Partido.
Nadie hay en el Partido que ose negar que
Sverdlov fue uno de • los primeros, si no el
primero, que solucionó 'hábilmente esta tarea
de organización para construir la nue'ta Rtr
sia. (Esos años de trabajo que colocaron a
Sverdlov en la primera fila de los grande,'
constructores del Estado Soviético constituyeron la coronación ~de su vida brillante).
Sverdlov murió en la plenitud de sus fuer'
zas, a la edad de treinta y cuatro años, des'
PAGINA
CUARENTA
pues de trabajar diecisiete en beneficio
Partido y del pueblo.
d*l
De estos diecisiete años de actividad 'revo~
lucionaria, Sverdlov pasó alrededor de dien
en ¡as cárceles zaristas y en el destierro, v
solamente siete años en libertad. Coso me'
nos de dos añns de la felicidad de estar de*
dicado a construir el Estado Soviético. Pero
la vida de Sverdlov testimonia que los bri~
liantes luchadores pueden abarcar en breves
plazos una actividad inmensa por .sus pro/'or' .
dones, que deja huella para muchos decenios.
En el mapa de Rusia vive la línea de activ'r
dad revolucionaria de Sverdlov, interrumpida
únicamente por detenciones en la cárcel v en
el destierro, y recorre Nishni'Novgorod, Sor- •
movo, Kostroma, Kazan, Samara, Sartov,
Perm, Ekaterinburg, Moscú, San Peters~
burgo.
En cada ciudad son nuevas relaciones con
las masas laboriosas, en la nueva etapa del
movimiento obrero. Su cam'ino de luchador
pasa por años de auge revolucionario, desde
el estallido de la primera revolución rusa de
1905, años de reacción y años sucesivos de
incansable restauración de los centros del
Partido. Precisamente este es el trabajo que
encarga el 'Partido a Sverdlov, y finalmente,
a través de años de nuez'os impulsos liasfa
el mismo asalto de Octubre de 1917. pasa
también por la cárcel de Nizhni'Novyori'd,
«ttfl detención en los Urales, destierro en A'a"
rin y fuga en el territorio de Tunijáu... To~
do este camino representa la escuela que el
Partido proporciona a un hombre sumamente templadj, organizador incansable del Par'
tido y del Poder Soviética.
n
vi
!
' Experiencias, relaciones 'amplísimas ¡ memoria asombrosa, energía . arrolladora, justos
principios e inmensa autoridad, le elevan a
un importantísimo puesto estatal, siendo uno
¿e los dirigentes de la construcción práctica
¿el Estado Soviético. Si antes de Octubre de
1917 Sverdlov era, según la caracterización
de Lenin, "el tipo de revolucionario profesional más rematado", al instaurarse el Po~
der Soviético se convierte en uno de los más
brillantes activistas estatales del tipo leni~
tiista'staliniano.
La violencia revolucionaria ha represen'
tado el método necesario y legítimo, de revolución solamente en determinados momentos
de su desarrollo, solamente en presencia de
determinadas, condiciones especiales, mientras
que las peculiaridades más profundas y cons"
tantes de esta revolución y premisa de su victoria eran y siguen siendo la organización de
millones de trabajadores. Precisamente en es]ta organización de millones de trabajadores
residen las mejores condiciones para la revolución, la fuente más profunda de sus vic"
, torias.
Este rasgo de la revolución proletaria fue el
que promovió en el mismo transcurso de la
lucha a los jefes que mejor encarnaban esa
peculiaridad nunca vista anteriormente en una
revolución: la organización de masas.
Este rasgo de la revolución proletaria fue
fel que promovió a Sverdlov, hombre que, an"
te todo y sobre todo, fue un organizador"
'{Lenin),
Apreciada también la importancia de Sverd'
lov para el Partido y para el Estado Sovié"
tico, Stalin subraya asimismo en que "YAKOV SVREDLOV Y SU TRABAJO EN
NUESTRO PARTIDO NO ES UN FENÓMENO CASUAL. UN PARTIDO QUE
ENGENDRO TAN GRAN CONSTRUCTOR COMO YAKOV SVERpLOV, PUEDE DECIR CON AUDACIA QUE SABE
BIEN CONSTRUIR LO NUEVO IGUAL
QUE DESTRUIR LO VIEJO".
La actividad estatal de Sverdlov transcurrió en los años en que la Revolución elevaba
el nuevo edificio estatal sobre los escombros
de la vieja máquina estatal y sobre el zarismo derrocado. Nunca se había realizado en
la historia un trabajo semejante y no había
de dónde extraer la experiencia: todo aquí
era nuevo, pero exigía precisión y tlaridpd
supremas en su novedad inaudita.
El veintiuno 'dé noviembre 'de 1917, 'S
lov fue elegido Presidente del Comité Cen"
tral Ejecutivo y el dieciséis de marzo de 1919¡
una violenta enfermedad le afecta mortalmen*
te. Durante este corto período, que abarca
apenas año y medio, Sverdlov conquistó una
colosal autoridad como organizador del Po"
der Soviético. Sverdlov era la viva, encarnaf
ción de las ideas leninistas-stalinianas en ac"
don. Sabia trazar el camino mas cario e»
las' ideas para su realización practica.
Según indicaciones de Lenin y Staliit,
Sverdlov concibió tipos fundamentales de organización sobre las cuales en el futuro ha'
bía de forjar la fuerza y la potencia del
' país soviético. Y hoy, veinticinco anos des"
pues de la muerte de Yakov Sverdlov, pode'
mos plenamente apreciar toda la importancia
del trabajo de organización estatal iniciado.
Por ello es que ahora, en los días de guerra
patria, el mundo entero ha podido ver lot
frutos que dio el trabajo organizado del Par*
tido Bolchevique y el Poder Soviético.
Los alemanes se enorgullecieron siempre
de su capacidad de organización; k\ entablar
la guerra contra la URSS, los hitlerianos se
hadan ilusiones tabre "la superioridad de
la organización de Alemania". Pero también
se equivocaron en esto. No haiñan visto los
cambios producidos en nuestro país durante
los años del Poder Soviético. No advirtieron
/ como nuestro pueblo se convirtió en una ¿e
tas naciones más organizadas del muitdo. En
las pruebas de la guerra, que confrontan
también las fuerzas del pueblo, los pueblos
de la URSS demostraron la tuperioridad
j
capacidaa de las organizaciones soviéticat
sobre el enemigo.
El desarrollo ulterior del Estado Sovié~
tico decidió, como lo había previsto can pro"
funda seguridad Lenin sobre la tumba freí"
ca de Sverdlov, que la revolufín "promovf
rá de las numerosas capas de la sociedad, pro~
letarios y campesinos que proporcionarán ese
conocimiento práctico de la vida, ese talento
organizador, si no personal, colectivo,, sin el
cual ¡os eiércitos de millones de prcletariot
no pueden llegar a su victoria".
Yakov Sverdlov con su inmenso talento or~
ganizador, con sus relaciones indcslructiblet
con las masas y sus abnegados servicio} a la
causa popular, que destacaron Lenin y \ín"
lin, vivirá para siempre en la memoria del
pueblo*
PAGINA
CUARENTA
Y UNO.
MARX Y LA COMUNA DE PARÍS
—Por M. SORKIN(CONTINUACIÓN)
ARX puso al desnudo la traición nacional de la burguesía francesa. Puso en
la picota a los traidores que prefirieron
entregarse a Bismarck, prefiriendo entregar
Alsacia y Lorcna a Alemania, prefiriendo someterse a la demanda prusiana del pago de un
tributo de 5.000 millones, comprando a cambio
la ayuda de Bismarck para la lucha contra los
obreros parisinos.
La burguesía inglesa seguía con creciente
alarma el ascenso del movimiento revolucionario en Francia. Los 200 batallones de guardias nacionales, compuestos de obreros y ponres oe París consli'uían Un ps.iect.v:iiia m
soportable para los magnates de los bancos y
de la industria de Londres, Manchester y Birmingham. Ya en agosto de 1870, Marx escribía a Hngels acerca del crecimiento de la simpatía de la oligarquía inglesa hacia Prusia.
Cuando se hizo claro que en la persona de Bortaparte Inglaterra pierde un instrumento experimentado de su política en el continente, en
Londres se comenzó a meditar : "¿ no podría
ahora Inglaterra "hallar en Prusia, sólida y
temerosa de Dios y monárquica, un policía más
respetable y' más segura para el continente" ?
M
La actitud de. Marx en ese período constituye un modelo clásico de internacionalismo
proletario.
A los obreros ingleses Marx exigía, en primer lugar, una enérgica acción contra la política exterior del gabinete británico. Los
obreros de Inglaterra deben prepararse para
tomar el Poder político cu sus manos. Deben
Jecordar que el destino de la revolución en el
continente depende cu no poca medida de la
energía revolucionaria y de la iniciativa revolucionaria de la clase obrera inglesa.
A principios de 1871, en una serie de reuniones del Consejo General se discutió el problema de "la actitud de la clase obrera inglesa frente a la actual fase de la guerra franco-prusiana". En estas discusiones intervinieron reiteradamente Marx y Eugels. El 14 de
marzo de 1871, Marx previene a la clase
obrera contra las tentativas de resucitar la
"Santa Alianza" de las potencias europeas
contra la revolución. Señalando que la burguesía inglesa gravita evidentemente hacia
esta alianza, Marx planteó ante la clase obrera la tarea de impedir que la burguesía in-
CUARENTA
Y DOS
glesa estrechara filas con Prusia y Rusia zarista.
Marx ataca despiadadamente a los políticos obreros liberales ingleses, que tratan de
engañar a los obreros ingleses respecto al verdadero carácter del Gobierno de la "defensa
nacional". El 28 de febrero de 1871, Marx
declaró en el Consejo General, refiriéndose
a uno de esos dirigentes que "se empeña en hablar de política internacional, sin entender nada de ella... Está diciendo absurdos". Marx
pone al desnudo el pasado de Favre y señala
a los obreros ingleses que sus verdaderos
amigos en Francia no son los charlatanes liberales de tipo Favre, sino los obreros revolucionarios parisinos que tienen necesidad del
apoyo de todo el proletariado internacional y,
en primer lugar, del proletariado inglés,
A loa obreros alónenles Marx exige en ese
momento la lucha consecuente contra la transformación de la guerra contra la Francia bonapartista en una guerra contra el pueblo
francés. "Las pretensiones -sobre Alsacia y
Lorena predominan, al parecer, escribe Marx
el 17 de agosto de 1870, en dos círculos: entre
la camarilla prusiana y en los medios patrioteros surgermanos". Marx anuncia proíéticamente, que la ocupación de Alsacia-Lorena
por Alemania convierte la guerra francogermana en una. institución europea permanente. Los obreros de Alemania deben exigir
una pa? honrosa con Francia.
A diferencia del proletariado francés, loa
obreros alemanes ya habían creado por aquel
entonces su propio partido. Esta ventaja fue
considerada por Marx como un triunfo del
marxismo sobre el proudhonismo y demás variantes del socialismo premarxista, que gozaban aún de influencia en laf filas de la clase obrera francesa.
De aquí surgió la importante tarea qui
Marx planteó ante los obreros -francesas: utilizar plenamente las posibilidades que ofrece
el régimen republicano implantado el 4 de septiembre, para la consolidación sustancial de
la organización de su propia clase. Marx consideraba qne la crfíicion del partido da a loa
obreros franceses "nuevas fuerzas hercúleas
para la lucha por el renacimiento de Francia
y por nuestra causa general, la emancipación
del proletariado. Dé sus fuerzas e inteligencia depende la suerte de la República".
En manos de los obreros parisinos estaban
las armas y los cañones, y este hecho que inspiraba pánico a la burguesía francesa fue una
de las condiciones no- menos importantes del
éxito. ¡ Pero solamente esta condición sola 1
Las demás condiciones aún faltaban.
Ya seis meses antes de la Comuna, Marx
prevé el fracaso de lu insurrección si ésta es"
tallase antes del tiempo, espontáneamente, sin
la necesaria preparación, sin la correspondien' te dirección. Tratando de conjurar semejante
giro de los acontecimientos, el Consejo General de la Primera Internacional empeña todos
sus esfuerzos para ahorrar a los obreros franceses pasos fatales, para ayudarles a organizarse y entrar en completa preparación en
acción contra el enemigo de clase dentro de
Francia.
Los historiadores franceses han llenado p,o
pocos papeles sobre el problema de la "orientación" de Marx. La prensa burguesa de
Francia divulgó mentiras salvajes
sobre
Marx como "germanóíilo", al mismo tiempo
que el Gobierno alemán consideraba la correspondencia y la solidaridad de los socialdemócratas alemanes con Marx como una alta traición. Los oportunistas en el movimiento obrero alemán vociferaban que Marx conoce sólo las condiciones inglesas y está "cles»ligado" de los asuntos al: manes, mientras que
los reformistas ingleses aseguraban que Marx
ignora las peculiaridades de Inglaterra y sólo
juzga acerca de las tareas de los obreros ingleses desde el punto de vista estrechamente "continental"..., ¿Hace falta acaso déme strar que todas estas versiones calumniosas sobre la "estrechez" nacional de Marx sólo
denuncian la desesperada estrechez y estupidez de sus autores? ¿Hace falta acaso demostrar que la "orientación" de Marx en 1870"
1871, como siempre, era firme, que siempre
se había orientado sólo hacia el desarrollo y el
triunfo de la revolución proletaria internacional ?
¿EN DONDE RADICA LA TRAGEDIA
DE LA COMUNA?
t- N marzo de 1871 sucedió lo qne temía
™~ Slarx y contra lo cual advirtió insistentemente: los obreros parisinos entraron cu
acción antes de haberse creada en Francia el
partido capaz de tornar el timón de la revolución en sus manos.
La insurrección fue provocada por el Gobierno, encabezado por aquel entonces v°<'
Thiers. El nombre de Thiers entró en la h i s toria como el nombre de uno d" lo;; mí ; - in
y sanguinarios verdugos de la clase
obrera. Eri cambio, la burguesía
frañeesá,
durante mr.cho tiempo, !o consideró como el
"padre" de. la Tercera República. ¡ V los actuales opresores de ia' clase obrera de Francia
declaran incluso que Thiers fue demasiado
conciliatorio y humano con los obreros.
Thiers supoiua que lograría, procuiá.ido
se la colaboración de Bismarck, ahogar en
sangre en 3 o*4 días la insurrección parisina.
Thiers cifraba sus esperanzas en que la re"
volución no disponía de un mando, no disponía de jefes, de dirigentes. De entre los revolucionarios franceses la burguesía consideraba como el más peligroso a Blanqui. E! 17
de marzo logró detenerlo. En la madrugada
del 18 de marzo, Thiers emprendió la realización del punto principal de su plan provocativo; intentó desarmar a los obreros parisinos.
Kl plan de T'nicrs, como es sabido, se vina
abajo. El ejercito comenzó a fraternizar con
¡os obreros. En unas pocas horas el Comité
Centra! c'e la. Guardia Nacional se hizo dueño de la capital, y Thiers en compañía d«
scs ministros y generales, huyó a Versalles,
hacia [¿ornle se habían dirigido también lo|
restos del ejército adicto al Gobierno.
Los obreros parisinos estaban jubilosos,
Obtuvieron la victoria y proclamaron el poder da la Comuna.
4 Cuál fue el contenido que los obrero*
parisinos encerraban eu la consigna de 1a Comuna. 1
Esta consigna fue inspirada por los recuerdos de los combates revolucionarios ¿f.
1792"1794, cuando la plebe parisina veía ea
su municipalidad revolucionaria el más enér.gico defensor de las masas populares, que
empujaba la revolución hacia adelante. Pero
los recuerdos revolucionarios no han pedido
sustituir al programa revolucionario. La incomprensión de la. diferencia básica existente
entre la revolución burguesa del siglo XVIII
y la. revolución obrera, como lo fue la Comuna, estaba colmada de errores graves. Y
estos errores no tardaron en demostrarse
La Comnria existió y luchó, su bandera
flameó sobre la municipalidad parisina, y sin
embargo, ni en los documentos oficiales ¿c la
Comuna, ni en los discursos y escritos de
sus dirigentes inmediatos fue dada la respuesta al problema acerca de la esencia de U Coninna. Y sólo Marx 1 explicó cabalmente '.:n
(¡ué-consistía la "esfinge" de la Comuna. "Su
verdadero serrcío, escribía Marx, consistía
en lo siguiente: la Comuna era, por su esencia, un GOBIERNO DE LA CLASE OBRERA..." La verdadera tragedia de la Comuna
r:u"caba en que este, secreto, descubierto por
Marx, sigiii.'i s'.en'Vi en medida •:onsidi:r.jble
un secreto par i los propios comuneros.
(CONTINUARA)
PAGINA CUARENTA Y TRES
Ganar los Municipios
PARA LA DEMOCRACIA
ivaimn-.u m i — i
ni
•
•»••— i ii
!•
Mr»™. .-. i ii. I N I . -
««i • •— r<.««miruv.m*<
V
EL BIENESTAR Y EL PROGRESO COMUNAL
Manifiesto del Comité Central del Partido Comunista de Ghüa
El Comité Central del Partido Comunista llama a la clase obrera, a los campesino!
Intelectuales, industriales, comerciantes y agricultores que aman a Chile; a la combativa
Juventud y a las abnegadas mujeres de nuestra patria, y, en general, a todos los sectores
democráticos y progresistas de 'a nación, a luchar enérgicamente bajo el signo de la máj
vigorosa unidad, por el triunfo de la Alianza Democrática y de todas las fuerzas antifascistas,
9a las elecciones municipales del día 2 de abril próximo.
Esta batalla electoral se lleva a efecto en instantes en que las Naciones Unidas libran los combates decisivos contra la Alemania nazi, sus vasallos y aliados. La victoria de
¡as Democracias determinará el destino de todos los pueblos; al establecer como bases de la
convivencia nacional e internacional, los principios de la Carta del Atlántico y de las Conlerencias de Moscú y Teherán. Pero asimismo estamos en presencia de los esfuerzos más
desesperados del hitlerismo y sus agentes munichistas por prolongar la guerra, fraguar una paa
negociada, y, en último término, burlar los sacrificios, y la esperanza de las masas, que anhelan la construcción de vin mundo cié postguerra de acuerdo con los postulados de las NaDiones Unidas.
Nuestro hemisferio ha pasado a ser uno de los campos de operaciones más activos di
la quinta columna hitlerista y falangista española y de sus aliados, las oligarquías retrógradas y pronazis y el trotskismo traidor. Estados Unidos atraviesa por una aguda ofensiva
emprendida por los sectores aislacionistas y más reaccionarios del imperialismo contra Mr,
Roosevelt y su política de buena vecindad con América Latina y de estrecha colaboración
con las nacioines amantes de la libertad. En el extremo sur del continente, los agentes naBis trabajan desembozadamente y han conquistado el poder en Argentina y Bollvia, dirigien.
do desde esos centros de espionaje la conspiración contra la unidad continental y la demo_
erada de los demás países y sometiendo a sus pueblos a dictaduras militares que torturan.
& las masas y mantienen en prisión a numerosos dirigentes democráticos, como Codovilia
y otros.
Está públicamente. establecida Ja actividad de espionaje de Jos agentes de la Gestapo,
en complicidad con traidores chilenos, y se intensifica la acción subversiva encaminada a
Instaurar en nuestro país un régimen como el de Argentina o Bolivia.
Las arteras maniobras del hitlerismo están perfectamente sincronizadas con el criminal complot de la vida cara, con la intransigencia patronal frente a las Justas demandas
de los trabajadores, con la cerrada negativa a todo intento de planificación económica para
encarar la crisis y la postguerra, con las intrigas que se urdan para quebrar la unidad de
Jos sectores democráticos, con la presión de munichistas y de sus agentes trotskistas, tendiente a obstaculizar que el país adopte una política internacional, acorde con su sentimiento antifascista y sus más vitales intereses económicos y políticos.
A su VEZ, el Gabinete actual, bajo la presión de la oligarquía pronazi, lio ha sabido
encarar con suficiente energía y rapidez los graves y urgentes problemas que preocupan al
país, alejándose más y más de los partidos políticos y íuerzas obreras y democráticas quo
le' dieran el triunfo.
Es^ía situación entraña inmensos peligros para el país y frente a ellos es Imperioso j
urgente que las fuerzas populares realicen una política unitaria justa y realista, que consolide el régimen democrático, garantice la evolución progresiva y acelerada del pais e impulse al Gobierno a enmendar rumbos. Esa política es la de unidad nacional antinazi, que
surge como una necesidad ineludible para salvar al mundo civilizado de la amenaza de sucumbir bajo la barbarie del llamado "nuevo orden" hitleriano.
La vida misma de la Nación, puesta en peligro por la quinta columna y los trai.
dores a la Patria impone, la obligación de mancomunar, sin pérdida de tiempo, los esfuerzos da
dos los partidarios de ia libertad, el progreso y la cultura, f e todos los que están dispues.
>s a trabajar por el desarrollo económico independiente del pais, de todos los flue quia.
ren exterminar de una vez para siempre a espías, saboteadores y especuladores, de todo»
los que están dispuestos a aplastar las asechanzas antipatrióticas y maquinaciones del
golpe de Estado tendientes a transformar a Chile en campo de operaciones del franquía,
mo, agente hitleriano.
Para eso el pueblo debe organizar comités de la Alianza Democrática en todos lo»
rincones del país, para que ésta pueda desempeñar su trascendental misión de aglutinar
y dirigir, en el curso de acciones y luchas combativas contra los enemigos comunes, a la
inmensa mayoría de la población y lograr la derrota y destrucción de la oligarquía feudal
y pro nazi.
El Partido Comunista llama a la movilización y unificación de las más amplia!
masas y a luchar por la realización de un plan nacional de acción inmediata para la defensa del régimen democrático y las conquistas sociales y políticas; para impulsar el
desarrollo industrial del país y la producción agropecuaria a fin de abaratar la vida
liquidar la especulación y el acaparamiento, limitar las ganancias exorbitantes, mejorar
el nivel material y cultural de la vida de la población, elevar los salarios y prevenir la ce.
santía; para realizar una política internacional de la más efectiva cooperación con lal
Kaciones Unidas en la lucha contra Alemania nazi y sus aliados, para aplastar a la quinta columna, para asegurar la adhesión de Chile a los principios de la Carta del Atlántica
y de las Conferencias de Moscú y Teherán, la ruptura de relaciones con los gobiernos d9
la España franquista y de Argentina, y el establecimiento de relaciones con la Unióa
Soviética. Este plan, capaz de unir a todos los partidos democráticos y a la CTCH, deba
S'rvir de base para la acción conjunta de éstos con las demás fuerzas antinazis del país.
Esta unidad de acción ha de conducir a la organización de un Gabinete que, apoyado en
la inmensa mayoría de la nación, lleve a la práctica una política consecuentemente antinaz!
y realice el Plan de Acción inmediata.
La grave situación actual exige la organización de un Gabinete de unidad nacía,
nal anti Eje.
Sin embargo, no se produjo acuerdo en el Consejo de la Alianza sobre la necesl.
dad de propiciar tal Gabinete de Unión Nacional Antinazi; y, en cambio, prevaleció la
la opinión de auspiciar uno más restringido, formado exclusivamente por representante»
de partidos de la Alianza Democrática.
El Partido Comunista, cuya política está basada en principios y no en consideraciones de ord^n personal o de grupo, declara que su actitud está subordinada t, Ifi
elaboración de un plan de acción inmediata. Por acuerdo del mismo Consejo, una comisión especial está redactando ese plan. El Partido Comunista apoyará, pues, la cons.
titución de un Gabinete integrado por personeros de partidos de la Alianza que lleven a
la práctica el plan antes mencionado.
El Partido' Comunista está dispuesto a estudiar su participación directa en el Gabinete si las circunstancias lo exigieren y su incorporación contribuyera a reforzar la
unidad de las fuerzas antifascistas.
La próxima batalla municipal tiene una extraordinaria importancia. Los espias, los
especuladores, saboteadores y demás enemigos del país, pretenden tomarse las municipalidades para proseguir impunemente su labor disgregadora y criminal. El pueblo tiene que impedir este atsntado por todos los medios. Los municipios deben ser ganados
para la democracia, el progreso y el bienestar de las comunas. La Alianza Democrática,
junto al pueblo, tiene'a su cargo esta gran tarea.
El Partido Comunista proclama su decisión de elevar al más alto nivel las fúñelo»
nes municipales. Nuestro partido ha demostrado en la práctica en las responsabilidades
afrontadas por sus militantes en las municipalidades de Antofagasta, Calama, Tocopilla,
Lota, Coronel, Nodales, etc., que una voluntad decidida y la cooperación de amplios sectores progresistas, pueden hacer de los municipios instrumentos eficaces para la solución de
los problemas más inmediatos de la población.
»
El Partido Comunista abobará por el despacho de la ley que crea nuevas entra^
das a las municipalidades y acentuará la campaña en defensa de la comuna autónoma,
que ha estado siendo atacada por limitaciones inconsultas y perjudiciales.
Luchará también por hacer de las municipalidades activas combatientes contra la
cr"'s«,tia de la vit'.a y los arriendos, aprovechando las disposiciones de la ley 6425, que fa_
. c'''^a para ello a los alraides.de comunas que no son cabeceras de provincias; impulsa,
rá el fomento de la cultura y el deporte popular por medio de campañas do alfabetiza.
c;/<!'i. de campns deportivos; trabajará por la defensa de las masas campesinas, apoyando
s'i Ivrha por la R-f orina Agraria, contra los lanzamientos e impulsando la construcción
tío villorrios urbanizados, la creación de cooperativas para útiles de labranza y crédito
ba--ío: luchará por la higiene v el hermoseamiento de las ciudades y pueblos, por el es.
tri-ín cnmp';miento de la ley de, alcoholes; tomará la decidida defensa de los empleados
y nhrt>f"s m"n!ct.iD?.le<! propu^runrio el aumento de sus salarios, su derecho a la organización v al esc.aio.fon, salario familiar, Jubilación, etc., por la cuidadosa y honrada
PAGINA CUARENTA Y CINC&
PAGIXA CUARENTA Y CUATRO
Inversión de los caudales pübílcbs y por su aplicación preferente a satisfacer necesiaa.
des del bienestar común y, en particular, de los barrios populares. Finalmente, trabajará
por vitalizar el movimiento intermunicipallsta nacional y americano.
El Partido Comunista llama a toda la población democrática, patriótica y progresista a no escatimar esfuerzo para ganar los municipios para la democracia y derrotar en
forma aplastante a las fuerzas de la oligarquía pro.nazi y sus agentes.
¡POR LA UNIDAD NACIONAL ANTINAZI!
¡POR LA UNIDAD POLÍTICA DE LA CLASE OBKEHA EN SU PARTIDO ÚNICO!
¡GANEMOS LOS MUNICIPIOS PARA LA DEMOCRACIA Y EL PROGRESO I
¡A LA CÁRCEL LOS ESPECULADORES, LOS ESPÍAS Y SABOTEADORES!
¡POR EL TRIUNFO DE LAS NACIONES UNIDAS!
¡POR LA LIBERTAD DE VICTORIO CODOVILLA Y LUIS CARLOS PRESTESl
¡VOTAD POR LA ALIANZA DEMOCRÁTICA!
¡MARCAD PREFERENCIA POR LOS CANDIDATOS DEL PARTIDO COMUNISTA'
EL COMITÉ
CENTRAL
DEL PARTIDO
COMUNISTA
POS RESOLUCIONES DE LA
COMISIÓN POLÍTICA DEL PARTIDO COMUNISTA
Sobre la Ayuda al Pueblo Español
Reunida la Comisión Política del Comité Central del Partido Comunista, despuél
de considerar las tareas solidarias que corresponde realizar al pueblo de Chile frente a la
lucha heroica que el pueblo español mantiene contra el franquismo, arribó a las conclusiones siguientes:
Las grandiosas victorias de la Unión Soviética y sus aliados y las resoluciones di
las históricas conferencias de Moscú y Teherán acercan la derrota del hitlerismo y BU»
•atélites y abren el cantino para liberar a los pueblos que se hallan bajo la opresión j
la barbarie nazis.
Entre éstos se encuentran el pueblo español y sus guerrilleros, los cuales, sin esca,
timar sacrificios, en lucha heroica contra la tiranía de Franco y Falange, libran batallas
decisivas por la Independencia y la libertad de España y contra el fascismo Internacional!.
Ellos desrielan trenes con cargamentos para Hitler, vuelan puentes y matan a loa
falangistas de la División Azul. Los obreros realizan combativas huelgas reivincllcatlvas
y sabotean la producción destinada al fascismo; los campesinos defienden sus cosechas
con las armas en la mano contra el saqueo de que les hacen- víctimas las comisiones nazi.
falangistas; las mujeres luchan valientemente contra el hambre y la especulación y la
prensa clandestina es difundida bajo la protección de grupos arnAdos que ponen en fuga
a los guardias civiles franquistas.
Estas acciones encabezadas por el Partido Comunista de España, de José Díaz j
Pasionaria, han acelerado la realización de una sólida unidad nacional antifascista y han
culminado con la reciente constitución de la Junta Suprema de Unión Nacional, integrada por republicanos, socialistas, comunistas, nacionalistas vascos, catalanes y católicos, y
Ijue representan la más trascendental conquista alcanzada por el pueblo español desda
cu derrota temporal de Í939.
España franquista no sólo ^es base de aprovisionamiento y campo de operaciones 5
espionaje de. Alemania, sino que desempeña el papel de Caballo de Troya del fascismo
en América y su acción tiende a romper la unidad continental, como en los casos de Ar_
gentina y Solivia, a crear focos de disgregación y a obstaculizar el esfuerzo de guerra
por el triunfo de las Naciones Unidas.
Los agentes de Franco y Falange han sido descubiertos en actividades de espió.
taje al servicio del 'hitlerismo, alimentan conspiraciones contra los regímenes dernocrá.
ticos, financian la acción de la quinta columna y entre ellos se cuentan los más grandes
especuladores (industriales de panaderías y calzado, empresarios de autos y microbuses
en Chile).
Por lo expuesto, la Comisión Política del Comité Central del Partido Comunista,
estima que la lucha de los pueblos de América contra la quinta columna, por el man.
tenlmlento de sus conquistas democráticas, por la unidad continental y una efectiva
colaboración al triunfo de las Naciones Unidas, debe ir estrechamente ligada a los es.
S.U.M&NIA TL SSOt
fuerzos para desenmascarar y aniquilar a ios agentes de Franco y Falange, ya qu« I» ««.
íensa de España se identifica con la defensa de nuestros propios intereses democrátic'Oi
y que el desarrollo de una amplia ayuda económica y política a la catlsa del pueblo es.
pañol constituye, para el pueblo de Chile, una Imperiosa coligación <le solidaridad.
Frente a este problema, la Comisión Política del Comité Central del Partido Co.
munlsta ha tomado las siguientes resoluciones e invita a participar en su realización
» la clase obrera y a todas las fuerzas antinazis del país:
í.o — Apoyar el movimiento que encabeza la Comisión Hispano-Chilena de Ayu.
da al pueblo español.
2.o — Desarrollar una gran campaña por la ruptura de relaciones con el Oobier.
no fascista de Franco.
3.0 — Impulsar la lucha contra los envíos de salitre, cobre y otros productos al
franquismo.
4.0 — Trabajar por el reconocimiento de la Junta Suprema de unión Nacional,
como él organlsrco que "dirige la lucha del pueblo español, envlándole adhesiones desds
todas las organizaciones populares del país y adoptando resoluciones de apoyo activo
» éstas.
-• «
>
Marzo de 1944.
6.0 — Dar un poderoso Impulso a nuestra ayuda al pueblo español en BU lucha contra!
Franco y Falange, por el cese del terror y los fusilamientos y por la libertad de los 500.000)
presos republicanos .
6.0 — Intensificar vigorosamente la ayuda económica y política a la Junta Suprema d»
Unión Nacional. .
7. o — Luchar ardorosamente porque el Gobierno de Chile expulse del país a los agente»
falangistas por espías, especuladores, conspiradores y hambreadores de nuestro pueblo.
8.0 — Invitar a todos los sectores democráticos del país a trabajar para que es.
ta acción de ayuda al pueblo español alcance su mSs alta expreitlón el 14 de abril, anl.
versarlo de la República española y Día de las Amérlcas, efectuando grandes actos en
todo el país para luchar por el cumplimiento de las tareas sen-liadas.
Esta labor debe ser realizada en estrecha relación con los trabajos de lyuda eco.
nómica y moral a las Naciones Unidas.
Debe realizarse asimismo, acrecentando nuestros esfuerzos por la unidad contlnen,
tal y contra la quinta columna, impulsando la acción solidaria con el pueblo argentino,
por la libertad del gran líder antifascista Victorio Codovilla y demás presos antlfascls.
tas de Argentina y América y exigiendo de nuestro Gobierno la Inmediata suopensíón
do relaciones con el Gobierno nazi de Farrell-Perón,,,
Marzo de 1944.
S o b r e el R e c o n o c i m i e n t o
del G o b i e r n o Argentino
por el Gobierno Chileno
La Comisión Política del Comité Central
del Partido Comunista, reunida bajo la pre.
sidencia del senador Elias Lafertte, acordó
dar a la publicidad el comunicado siguiente.
1. o — El proceso de unidad continental
—que viene desarrollándose como consecuencia de la necesidad de defender la vida independiente de las naciones americanas contra
el peligro que representa el Eje fascista,.que
tuvo en la Conferencia de Cancilleres de Río
3e Janeiro uno de sus momentos más culmi.
nantes y que posteriormente se vio fortalecido por la ruptura de Chile con los agresores nazis— alcanzó un alto nivel cuando todos los Gobiernos de este Hemisferio, a excepción del argentino, pusieron en práctica
el método de la consulta, a través del Comité
de Defensa Política que funciona en Montevideo, y resolvieron no reconocer al Gobierno
pro nazi que se estableció en Bolivia con in.
te-rvención de los coroneles del "GOU" y d«
la Embajada franquista en La Paz. De este
modo fueron desenmascarados y paralizados
los planes de la quinta columna en América
y aislados los focos de disgregación y espió,
naje creados en las Repúblicas de Argentina
y Bolivia por los agentes de Hitler. La rup.
tura de relaciones del Gobierno de Buenos
Aires con el Eje fue puramente formal y ma,
niflestamente insincera, como quedó en evi.
dencia cuando el grupo militar Farrell-Perón
desplazó al General Ramírez y elevó al Po.
der al sector que combatió la ruptura, qu»
se caracteriza por su hostilidad a las Na.
clones Aliadas y que constituye una punt»
de lanza contra la unidad americana. Cuan,
do las naciones de nuestro Hemisferio se dis.
üonían a dar una nueva demostración d*
PAGINA CUARENTA Y SIETB
cohesión y solidaridad en la defensa de vitales intereses comunes, reforzando el aislamiento de la quinta columna argentina y boliviana, el Gobierno chileno reconoció al gobierno inequívocamente pro nazi de Farrell.
Perón y el Embajador señor Ríos Gallardo
dio a ese reconocimiento el carácter de una
ostensible manifestación de cooperación p~o.
litica hacia el régimen totalitario instaurado en el país vecino.
Esta actitud de nuestro Gobierno, aunque
éste no lo desee, favorece en los hechos los
planes de quienes, por cuenta del JEje, están
luchando tenazmente por crear un bloque de
países en el sur del Continente, en oposición
a la política de unidad y solidaridad del
conjunto de las naciones americanas, que es
la única concordante con los principios universales establecidos en la Carta del Atlántico y en las Conferencias de Moscú y Teherán.
2.o —; La actitud del gobierno chileno,
que contradice su propia conducta en el caso
boliviano, está en pugna con los sentimientos y los intereses fundamentales de la Nación y hiere gravemente la unidad continental. Lesiona, además, los lazos tradicionales de solidaridad que unen al pueblo chileno con el noble pueblo hermano de Argentina, ya que se produce en el momento en
que éste libra una dura batalla contra la
dictadura que lo oprime, por el restablecimiento de sus libertades constitucionales y
por una sincera política exterior de amistad
americana y democrática.
3.o — La Comisión Política —ante el
grave error cometido por la Cancillería chilena, aue constituye una nueva demostra.
clon de falta de firmeza anti.Eje en la poli,
tica exterior de nuestro Gobierno— llama a
intensificar la lucha a fin de que Chile coo.
pere, en lo diplomático, económico y militar,
con las Naciones Unidas de un modo con. ,
secuente y enérgico para ganar más pronto
la guerra al fascismo y asegurar una paz para los pueblos. Esta colaboración exige que
Chile desempeñe un papel activo en el for.
jamiento y vigorizaeión de la unidad continental, para lo cual debe adherir a k
ya mencionados principios de la Carta del
Atlántico y de las Conferencias de Moscú y
Teherán, establecer relaciones con la Unión
Soviética y luchar por la destrucción de la
quinta columna nazi en el Continente y en
particular, contra las actividades de Falan.
ge Española, rompiendo relaciones con el
Gobierno de Franco.
La Comisión Política llama a intensificar
la solidaridad de nuestro pueblo,con el ar.
gentino y a luchar por la libertad de los
numerosos demócratas encarcelados y tortu.
rados, especialmente del gran ámig^ de Cht_
le, Victorio Codovilla, cuya liberación ordenó
la Corte Suprema y es negada por el "GOU",
y por la suspensión de las relaciones diplo.
máticas con el Gobierno de Farrell-Perón.
La Comisión Política considera urgente
que se depure de elementos antidemocráticos el aparato diplomático de nuestro país
y, en primer término, se destituya al Embajador en Argentina,- señor Ríos Gallardo,
quien ha comprometido gravemente el prestigio democrático dr Chile ante la opinión
internacional y ante los gobiernos arnigoSí
Marzo de 1944-
7
*S.
~vr
.ff'
^T
v.
m
•„«'••?;.
"•£ «¿i -
CRIU
c- rt ~-'i <•• »-;«^
•*%;—•>
fc>*
_ **. •
í';?' SS»
?
«'Í3Í
;
vdF"^-
PAGINA CUARENTA ¥ OCHO.
rr^aá
í>:
^^-
KSST^
^
Descargar