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CLÁSICOS GANADEROS EN LAS VENTAS
Diversidad de capas, buenas hechuras y una excelente crianza son características de la ganadería de Rocío de la Cámara, como se observa en estos novillos de pelo
negro y colorado salpicado.
Rocío de la Cámara:
buscando la calidad
Cuando era una niña con apenas cuatro años, Rocío de la Cámara ya figuraba como titular del hierro que hoy sigue regentando. La ganadera más joven de España, se dijo con justicia a la verdad en algún reportaje de la época. El tiempo ha pasado, pero la ilusión y el afán de mejora siguen inalterables en esta ganadería, incluso en un
momento tan delicado como el actual. Es cuestión de espíritu. Sin perder el núcleo más selecto de las vacas originales de sangre Núñez, a partir de los años 90, se incorporaron reses de Osborne, a las que posteriormente siguieron otras de diversas líneas de Domecq. La meta era lograr mayor regularidad y encontrar más fondo dentro
de la nobleza, atributo que siempre se buscó en esta casa. Buen estilo, belleza y seriedad, porque la esmerada presentación es otra de las virtudes que lucen las reses de este hierro, cuya trayectoria repasa el presente trabajo.
Texto: Joaquín López del Ramo
Fotografías: Joaquín López del Ramo y
Sánchez Vigil
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L
os toros de Rocío de la Cámara viven en el “Cortijo de la Sierra”, aún
en la provincia de Sevilla pero limitando con el término de Jerez de la
Frontera. Sus madres lo hacen más al sur,
en la “Dehesa Boyal” de Chiclana. Tierras generosas, de clima ideal, situadas
en el arranque de la llamada Ruta del
Toro, que discurre desde la comarca jerezana hasta el campo de Gibraltar. Junto al ganado bravo, aquí convive en na-
tural armonía la prestigiosa yeguada de
sangre española, originaria de Concha
y Sierra y El Bocado, por la que nuestra
ganadera también es muy conocida en
el ámbito ecuestre.
LA ÉPOCA DE NÚÑEZ
El fundador de las ganaderías caballar y
brava fue don Fernando de la Cámara
Gálvez, hombre de origen riojano y gran
aficionado, que en el año 1952 compró
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El toro Pianista, noble ejemplar de Rocío de la Cámara procedente de Núñez con el que triunfó Manili en Las Ventas el 9 de agosto de 1987.
la vacada anteriormente propiedad de
Marcial Lalanda, a la que cambió el hierro por la “C” actual, sustituyendo además las reses que lo integraban. Sus preferencias iban por una las vacadas punteras de aquél momento, que ya contaba con un acendrado prestigio, la de Carlos Núñez, de quien era amigo, al igual
que otros famosos ganaderos de la
zona que por esos mismos años también
acudieron al genio de “Los Derramaderos”, caso de Álvaro Domecq y Manuel
Camacho. Un ciento de vacas y algunos
sementales le compró Fernando de la
Cámara a Núñez, a las que sumó otra
partida más pequeña de Clemente Tassara. El origen era en ambos casos parecido: Ibarra-Parladé y Villamarta.
En 1960, don Fernando se decidió a
incrementar sus reses con 25 vacas y un
semental de Samuel Flores, ganadería
que en esos años se encontraba en un
momento extraordinario, pero a la postre estos reproductores no dieron el resultado esperado. A principios de los setenta, lo procedente de Tassara y Samuel
se desechó, imponiéndose de esta forma la línea Rincón-Mora Figueroa de
Núñez a través, sobre todo, del semental
Gañafotillo, perteneciente a una ilustre
reata de esta sangre y que dejo una huella muy marcada.
Desde sus comienzos, Fernando de la
Cámara se decantó principalmente por
la lidia de novilladas, aunque también
se anunciase en corridas de toros. En
ambos tipos de festejos logró bastantes
triunfos durante los años 60, tanto en
plazas del sur como en otras más lejanas, caso de Gijón, La Coruña, Santander o Valencia, llegando a lidiar incluso
en Bogotá. Cierto es que sin llegar a un
nivel estelar, el ganadero del “Cortijo de
la Sierra” supo mantener un promedio
de juego muy estimable.
Don Fernando falleció en julio de
1975, siendo su hija aún muy joven,
pero afortunadamente esto no supuso
una quiebra en la marcha de la vacada,
como sí ocurrió en otros casos. Ello fue
en buena parte gracias al prestigioso y
conocido taurino José Sánchez-Mejías,
íntimo amigo del fundador y muy vinculado a la casa Chopera, quien tuteló
y asesoró durante el resto de su vida a
Rocío de la Cámara. La afición y autoexigencia de la ganadera pusieron el resto, y así hasta hoy.
PRIMERA ETAPA
EN MADRID
La ganadería debuto en Madrid de forma algo tardía, cuando ya llevaba más
de dos décadas de andadura. Fue el 17
de junio de 1979, con una novillada de
preciosas hechuras que lidiaron el francés Patrick Varín, Mario Triana y el mejicano César Pastor, y en la que dentro
de una tónica general de bondad destacó
el tercero de la tarde, de nombre Novelero, y también se dejó torear bien el
quinto, que atendió por Musaraña.
A partir de 1981, temporada en la que
empezó la regencia de la empresa Chopera, los astados de Rocío de la Cámara vinieron a Las Ventas con frecuencia.
Así, el 29 de septiembre del mencionado año se jugó otro lote de utreros a cargo de Fernando Galindo, Juan Mora y
Vicente Yestera, una terna entonces
con gran ambiente en el escalafón inferior. De los cuatro novillos lidiados ese
día, tres fueron muy nobles: Vinagrero,
al que Galindo cortó una oreja, Pianista, que le tocó a Mora en segundo lugar,
y el cuarto, llamado Atacana. Repitió la
ganadera sevillana el 4 de julio de 1982
con otra novillada, pero esta vez sus reses dieron pocas opciones a Julián
Maestro, Valentin Luján y Sánchez
Marcos.
La primera corrida de toros del “Cortijo de la Sierra” anunciada en Madrid
tuvo lugar el 7 de agosto de 1983, con
Raúl Sánchez, Antonio Sánchez Puerto
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por Manolo Cortés, Manili y Manolo
Cascales. Algún ejemplar fue soso y con
poca fuerza, pero hubo tres toros claros
para el triunfo: Atigrado y Riojano, lidiados respectivamente en tercer y sexto lugares, y sobre todo el segundo, Pianista, que aprovechó con gran solvencia
Manili para cortarle una oreja. Hasta final de esta década, la ganadera volvió a
triunfar varias veces en Bayona y otros
cosos de menor eco, aunque quizás faltara la regularidad y la transmisión deseadas.
Un instante de la faena de Adrián de Torres con el excelente novillo Bello, de Rocío de la Cámara, al que
cortó una oreja en Madrid el 24 de octubre de 2010.
y Sacromonte en el cartel de toreros. Los
animales fueron noblones, pero excesivamente sosos, salvándose por su claridad, alegría y recorrido el quinto, de
nombre Atila, al que Sánchez Puerto
hizo una faena premiada con la vuelta
al ruedo. Ya habían triunfado sus cuatreños en plazas francesas de la importancia Nîmes y Bayona, como también
lo hizo en Valencia, acaparando premios
en la feria de julio de 1984, o en Almería al año siguiente. Confiados en estos
precedentes, los organizadores de la corrida de Beneficencia de 1986 trajeron
una corrida de Rocío de la Cámara
para un mano a mano entre Julio Robles
y Ortega Cano, pero aquella tarde salieron bajos de raza y deslucidos. Por
cierto, éste fue el primer festejo que presidió entonces príncipe y actual rey Felipe de Borbón.
La última corrida de esta etapa en Madrid fue lidiada el 9 de agosto de 1987
CAMBIO A OSBORNE
Y DOMECQ
Con la idea de superar la carencias que
manifestaban sus toros y de darles el toque de calidad característico de esta sangre, en el año 1991 Rocío de la Cámara adquiere un lote de vacas de los herederos de José Luis Osborne, creando
una línea independiente de la anterior
y que acabará siendo mayoritaria. Lo de
Núñez se reduce y se echan a las vacas
únicamente sementales de Santiago
Domecq procedentes de “Torrestrella”.
En una fase posterior, todo ello se enriquece con reproductores de Juan Pedro
Domecq y, sobre todo, de Núñez del
Cuvillo, quedando lo primitivo de Núñez prácticamente absorbido, por lo que
bien puede hablarse de una reconfiguración total de la ganadería.
Precioso novillo castaño chorreado procedente de la línea Osborne-Juan Pedro Domecq, base genealógica actual en la vacada de Rocío de la Cámara.
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En el “Cortijo de la Sierra”, reses bravas y caballos de Rocío de la Cámara conviven en armonía natural.
Los cambios genealógicos tienen un
claro reflejo en las capas y morfología
de los animales. Del negro como pelo
casi único, con algún listón y chorreado, se pasa a los colorados, castaños,
salpicados, burracos, salineros flor de
gamón, sardos y los clásicos ensabanados de Osborne, que le gustan especialmente a la propietaria, adornados
con sus accidentes habituales: mosqueados, botineros o bocineros, tanto
en negro como el colorado. Las caras
adquieren mayor seriedad, sin llegar a
lo aparatoso, pero son más astifinos y
con las puntas hacia arriba, cuando antes predominaban los acapachados y
corniapretados, lo que era otra limitación en algunas plazas. También se
gana algo de volumen, si bien dentro de
un patrón de hechuras bonitas y proporcionadas, cuidando el detalle de que
los lotes sean parejos e igualados, lo
que en conjunto hace que los toros actuales de esta ganadería sean visualmente muy atractivos.
de 1996, a la que se enfrentan Soler Lázaro, Chamón Ortega y Alejandro Castro, si bien hay uno de éxito Menganito, negro listón, que se lidia en cuarto lugar, mientras que el tercero, Rompeplatos, tiene una embestida manejable.
Ya con la nueva sangre, Rocío de la
Cámara retorna a nuestra plaza el 11 de
junio de 1995 con seis novillos que estoquean Paco Cervantes, José Ortega y
José Luis Moreno. Salen algo blandos,
pero el tercero y el cuarto, bautizados
respectivamente como Catauvas y Organista, muestran una condición brava
y noble. Un nivel de juego algo menor
posee la novillada del 22 de septiembre
El 24 de octubre de 2010, al cierre de
temporada, tiene lugar una nueva reaparición de la ganadería en Las Ventas.
Es un encierro serio y de juego desigual,
compuesto por cuatro novillos negros y
dos colorados, uno de los cuales es, con
gran diferencia, el mejor de la partida,
pues reúne nobleza y motor. Se llama
Bello, Adrian de Torres le corta una oreja y es ovacionado en el arrastre. No
Entre finales de los 90 y la primera
década del nuevo siglo, el hierro de la
“C” vuelve a vivir una etapa de ausencia en Madrid, aunque se anuncia varias veces en localidades cercanas a la
capital, como Valdemorillo, Arganda,
Ajalvir o Coslada, lidiando en ellas
unos cuantos encierros de buen juego.
Francia sigue siendo un bastión importante, donde suelen ir los encierros más
fuertes, y también son escenarios de
éxito algunas plazas andaluzas donde
tradicionalmente ha venido lidiando,
entre ellas Málaga. Aunque ha hecho
algunas incursiones puntuales en corridas de toros, durante los últimos
años la mayoría de las camadas tienen
como destino las novilladas.
hubo ninguno que diera tanto juego en
la novillada del 16 de octubre de 2011,
último festejo lidiado hasta el momento por Rocío de la Cámara en Madrid,
y en el que se corrió un ejemplar del
nuevo hierro familiar denominado “Cortijo de la Sierra”, que se creó en 2001 al
amparo del original, aunque las reses
sean las mismas.
Y Aunque no viniera a Madrid, no podemos dejar de mencionar la excelente
camada de 2013; de forma muy especial
la gran novillada que se lidió el 15 de
agosto en el Puerto de Santa María, en
la que hubo petición de indulto para Sorteado, un sensacional utrero de pelo colorado del que Gómez del Pilar obtuvo
las dos orejas.
Ya han pasado más de seis décadas
desde que don Fernando de la Cámara
creara la ganadería, tiempo suficiente
para que podamos considerarla entre
las clásicas. Pero más que una cuestión
cronológica, se impone en ello la fidelidad al estilo heredado; el haber mantenido con el paso de los años un
mismo concepto, a pesar de las adaptaciones y cambios realizados; el cuidado en la crianza de los animales y los
detalles que la envuelven y realzan
como especie privilegiada. Todo eso se
llama amor y respeto por el toro bravo
y sus tradiciones, y es una categoría
que marca diferencias.
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