Los jóvenes quieren ser escuchados

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Felipe Mendoza, director de Colombia Joven:
‘Los jóvenes quieren ser escuchados’
Los adolescentes y jóvenes como constructores del desarrollo del país es el tema central del XI
Encuentro de Gobernadores que se reúne esta semana en Villavicencio, Meta. Felipe Mendoza,
director del programa presidencial Colombia Joven, habló sobre la situación de la población entre
14 y 26 años. Se refirió a la necesidad de empoderarla en su rol y a la urgencia de crear las
condiciones necesarias para que ella pueda insertarse en el sistema productivo del país.
¿Cuál es según su visión el panorama actual de la juventud colombiana?
En Colombia la juventud es el grupo poblacional que más está sufriendo los temas de inclusión
social. Tenemos poca cobertura en educación, poca cobertura en salud y lo que estamos haciendo
es identificar ese tipo de problemáticas que hacen parte de su condición diaria, de su condición de
persona y de su desarrollo en sociedad. Los jóvenes quieren ser oídos, quieren ser escuchados y la
organización juvenil está tomando un papel muy importante en cuanto a la cobertura de sus redes
de trabajo. A través de los medios virtuales ellos han logrado generar unas alianzas interesantes,
algo importante para recalcar.
¿Qué tanto considera usted que los gobiernos departamentales actuales lograron avanzar en los
derechos de la adolescencia y la juventud?
Me siento súper afortunado de ver que el tema se vaya a proyectar en la Cumbre, porque significa
mucho que los gobernadores se sienten a hablar de juventud. En este momento hay todo un
bloque desde el Gobierno Nacional, con los entes de control, para promover esa inserción de la
juventud. La procuradora delegada para la Infancia y la Adolescencia ha estado de la mano con
nosotros. También se ha desarrollado un insumo de política desde de la estrategia ‘Hechos y
Derechos’ para el programa, la cual ya estamos implantando. Todo esto es un mensaje claro del
Gobierno Nacional a la juventud colombiana, porque sí se pueden hacer las cosas, sí se puede
invertir en ella.
Se radicó hace pocos días el proyecto de la ley estatutaria de la juventud. De ser aprobada, ¿qué
novedades trae frente a la legislación actual y cómo beneficiaría a los jóvenes colombianos?
Uno de los beneficios es que evolucionamos del pensamiento de los noventas al del mundo actual.
Reinterpretamos todo lo que es el Sistema Nacional de Participación y el Sistema Nacional de
Juventud y pasamos a la creación de un Sistema Nacional de Información sobre esta población, lo
que nos va a permitir crear unos entes especializados, desde Colombia Joven, para proyectar y
generar conocimiento. Así mismo, estamos dando más herramientas y construyendo esa
articulación con los aliados y los ministerios.
Colombia Joven tiene una línea centrada en la prevención de la violencia contra los jóvenes. ¿En
qué aspectos cree usted que deben hacer énfasis las políticas y programas encaminados a ello?
En este momento tenemos que priorizar el reclutamiento forzado. Es preocupante que la violencia
se nos esté llevando una generación de jóvenes.
¿Qué percepción tiene usted, desde Colombia Joven, sobre el problema de los menores de edad
en conflicto con la ley?
Este tema hay que verlo desde la integralidad. No se trata de quitarles las cosas ni tampoco de
castigarlos más duro, porque eso afecta toda la cadena del ciclo vital. Hay que decodificar el
lenguaje que tienen, concebir sus intereses y motivaciones y mirar cómo se insertan de mejor
manera en el sistema productivo colombiano. En el país tenemos que generar una política integral
de inserción y de entendimiento del paso de la niñez a la adolescencia y de la adolescencia a la
juventud que son como cuatro o cinco etapas que el menor de edad no se da cuenta que pasan,
pero la sociedad sí lo está bombardeando con todo tipo de información.
¿Qué le diría a los adolescentes y jóvenes colombianos para lograr que se conviertan en esos
constructores de desarrollo como se está planteando?
El mensaje para todos ellos es empoderarse. La idea es que ellos hagan las cosas por su
comunidad, hablen y se ganen el respeto de la gente sin imponer, sino más bien construyendo
desde su propio ser, un resultado visible para la sociedad. Invitando a los jóvenes a ser partícipes
de los procesos se pueden transformar realidades. Aquí se trata es de transformar el conjunto
desde la perspectiva del joven, pero con la experiencia y con la guía del adulto.
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