Alimoche Común Neophron percnopterus Catalán Aufrany Gallego Voitre branco Vasco Sai zuria DISTRIBUCIÓN rránea. Presente en Baleares y Canarias. Recientemente la población canaria ha sido descrita como nueva subespecie (majorensis; Donázar et al., 2002). Se reconocen seis núcleos principales: 1) cordillera Cantábrica, Pirineos, Sistema Ibérico, Sistema Central y valle del Ebro; 2) oeste peninsular: Arribes del Duero, Extremadura y Sierra Morena; 3) Sierras de Cazorla y Segura; 4) Sierras gaditano-malagueñas; 5) Baleares, y 6) Canarias. Nidifica en cavidades de cortados rocosos, incluso de pequeña entidad, y es básicamente indiferente al sustrato y al uso del suelo en el entorno del área de cría (Ceballos & Donázar, 1989). Se alimenta de Mundial. En Eurasia, la población reproductora se distribuye en el área circunmediterránea, Oriente Medio, centro de Asia e India. Ocupa también el sur del Sahara y las áreas secas de África del este y del sur. Las poblaciones paleárticas invernan mayoritariamente en el África subsahariana. Población en Europa (SPEC 3) estimada en 2.900-7.200 pp. (BirdLife International/EBCC, 2000). España. Muy distribuida en la Península, excepto amplias áreas poco abruptas del interior y las más áridas de la vertiente medite- R. posible (1998-2002) R. probable-segura (1998-2002) R. posible (1985-1997) R. probable-segura (1985-1997) Cobertura % R. posible % R. probable % R. segura % Información 1985-1997 Información 1998-2002 950 17,0 38 4,0 116 12,2 796 83,4 62 888 166 Alimoche Común Neophron percnopterus carroñas de pequeños animales y ganado que busca en áreas abiertas. Muy dependiente de muladares y basureros, creca de los cuales se forman dormideros comunales de hasta 200 aves (Donázar et al., 1996). Migradora (aunque sedentaria en los archipiélagos), escasos individuos invernan en Doñana y Extremadura.. POBLACIÓN Y TENDENCIA EN ESPAÑA En 2000, un censo nacional promovido y coordinado por SEO/BirdLife con la colaboración de la Estación Biológica de Doñana-CSIC y administraciones autonómicas, con muy buena cobertura, establece una población de 1.320-1.480 pp. reproductoras (Del Moral, 2002b; Del Moral & Martí, 2002). Las mayores poblaciones en Castilla y León (377 pp. seguras, 28,6%, con 125 pp. en Burgos), Aragón (251 pp., 19%, con 118 pp. en Huesca), Extremadura (166 pp., 12,6%, con 127 pp. en Cáceres), Navarra (130 pp., 9,8%) y Castilla-La Mancha (101 pp., 7,7%, con 49 pp. en Guadalajara). Poblaciones menores en Asturias y Andalucía (50 pp.), Cantabria (40 pp.), País Vasco (37 pp.), Cataluña (34 pp.), Baleares (32 pp.), La Rioja (24 pp.), Canarias (23 pp.) y Comunidad Valenciana (5 pp. seguras). Mayores densidades en puntos del valle del Ebro (norte de Burgos, Bardenas Reales), Pirineo occidental, Arribes del Duero, Sistema Ibérico y ambos archipiélagos. Las primeras estimas, establecen una población de 600-1.000 pp. (Bijleveld, 1974) y 2.000 pp. reproductoras (Garzón, 1977). En 1987-1988 se censan varias comunidades y se recoge información sobre otras, que no se censan, y se estima una población de 1.324-1.373 pp. en lo que constituye un primer censo nacional (Perea et al., 1990). El incremento en las últimas décadas es, en buena parte, fruto de la mejor prospección realizada. Aquel primer censo claramente infravaloró la población en muchas regiones, especialmente en áreas del valle del Ebro donde el número de parejas estimado fue menos de la mitad del real (J. L. Tella, datos propios). Esta subestima se debe a que numerosas parejas nidifican en pequeños cortados poco llamativos y en áreas difícilmente accesibles. La detección de parejas suele requerir la observación continua del cortado durante horas, extremo que a menudo no se cumplió. Además, las parejas que fracasan pronto suelen abandonar los territorios o, al menos, los visitan irregularmente. La tendencia general de la población en los últimos 20 años ha sido de claro declive. Se ha extinguido en Almería, Huelva, Murcia, Albacete, Madrid, Ávila y Ourense, y es dudoso que existiera en Valencia. En general, parece haberse mantenido en zonas de montaña y/o ganaderas mientras que en áreas agrícolas se ha producido un claro descenso que parece muy importante en el valle del Ebro, donde se han perdido hasta el 70% de los territorios en este periodo (Tella et al., 2000). También se han observado declives importantes (cerca del 30%) en sierras andaluzas, Canarias y sur de Burgos (Sánchez-Zapata et al., 2000; Palacios, 2000; F. Martínez Olivas, com. pers.). Los incrementos observados (Levante y Cataluña) son casi inapreciables en el conjunto de la población (menos de diez parejas). Esa irregular calidad de los censos hace difícil precisar el declive sufrido, aunque seguimientos recientes realizados en varias regiones (además de las citadas, en Teruel, Segovia y Baleares) revelan la pérdida de un mínimo del 25% de los territorios entre 1998 y 2000. Además, en áreas donde se considera estable puede estar, sin embargo, en lenta recesión. Aun en zonas bien censadas, la inevitable mejor cobertura de sucesivos censos detecta parejas nuevas, pero resulta más difícil asegurar la desaparición de antiguos territorios, especialmente en zonas de alta densidad donde el trasiego frecuente de ejemplares oculta las pérdidas. Así, un examen detallado de tres censos totales en Navarra desde 1981 a 2000, ha revelado que la población del Pirineo y zonas aledañas, tradicionalmente considerada como estable (Elósegui, 1985) ha declinado en un 6% durante ese periodo (O. Ceballos y J. A. Donázar, datos propios). Estos declives, que pudieran ocurrir en otras áreas, son difícilmente detectables a corto plazo y sin una excelente cobertura de censo. Dado que ya estaba en declive al menos desde mediados del siglo pasado, y que no se prevé que esta tendencia revierta, es razonable considerar que en tres generaciones (39 años) el descenso puede ser superior al 50%. AMENAZAS Y CONSERVACIÓN La subespecie de la Península y Baleares se considera En Peligro (EN), pero la subespecie majorensis, En Peligro Crítico (CR). Las principales amenazas actuales son: uso ilegal de veneno para control de depredadores (en Aragón es la mayor causa de mortalidad no natural reciente: 68% de 25 casos conocidos; Tella et al., 2000), reducción de la disponibilidad de alimento por la neumonía hemorrágica vírica del conejo (Tella, 1991; Tella et al., 2000), y la clausura de pequeños muladares utilizados también por los no reproductores cuya dependencia de estos recursos estables y predecibles es muy alta. Las medidas sanitarias sobre el vertido de restos animales establecidas tras el reciente brote de encefalopatía espongiforme bovina, pueden agravar la situación futura. Menor incidencia pueden tener las molestias en áreas de cría, la persecución directa y la intoxicación por biocidas agrícolas. El efecto de la pérdida de hábitat o, en general, alteraciones en áreas de paso e invernada, es desconocido. Se ha declarado como En Peligro de Extinción en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias (D 151/2001) y hay Planes de Recuperación en redacción para Fuerteventura y Canarias. Se beneficiaría de medidas generales como la declaración de ZEPA e IBA. Es esencial una lucha eficaz contra el uso de cebos envenenados, mediante legislación, vigilancia, gestión de caza y divulgación (imprescindible el mantenimiento del Programa Antídoto). Otras medidas necesarias son: promover el mantenimiento y creación de muladares y puntos de alimentación en áreas de cría y de concentración de no reproductores (dormideros); investigar los factores que limitan sus poblaciones; determinar la diferenciación genética de la población balear; identificar áreas de invernada y rutas de migración y evaluar los posibles riesgos asociados a ellas; promover la conservación de paisajes con sistemas agropastorales tradicionales que mantengan alta disponibilidad de presas potenciales, especialmente de conejo, en áreas de alta densidad de nidificantes y en un entorno de, al menos, 15 km; proteger áreas de cría con alta densidad de parejas; y diseñar un programa de seguimiento sobre la base de censos periódicos en áreas piloto. José Antonio Donázar 167